Among Us
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Un caso similar se dio con Raúl Gonzalez Tuñón, quien formaba parte del grupo de Florida, sin embargo la temática social
de su poesía, así como su ideología revolucionaria, lo relaciona estrechamente con los bodeistas. Por otro lado, Nicolás
Olivari, habiendo sido uno de los fundadores del grupo de Boedo, es uno de los primeros en abandonarlo para pasarse al de
Florida. Así, con el correr del tiempo, ambos grupos se fusionan. Algunos integrantes de Florida manifiestan preocupaciones
por los problemas sociales y algunos de Boedo, como Olivari, se interesan por las nuevas técnicas literarias
Jorge Luis Borges afirmó, en 1927, que "demasiado se conversó de Boedo y Florida, escuelas inexistentes", pero al año
siguiente publica un artículo en el diario "La Prensa" titulado "La inútil discusión de Boedo y Florida". Más allá de sus
conclusiones, parece aceptar, en su nota, la existencia de los dos grupos y su polémica.
Los antagonismos sirvieron para subrayar el porteñismo de nuestra cultura urbana.
En 1930, Elías Castelnuovo declaró: "tanto Boedo como Florida sirvieron de pretexto para iniciar una discusión que por
entonces era necesaria. Muerta la discusión, ambos grupos pasaron a la historia".
Leónidas Barletta afirmó que los dos grupos desaparecen definitivamente cuando encuentran un enemigo en común en la
dictadura militar del 6 de septiembre de 1930, dictadura que silencia la democracia y la cultura nacional.
Críticos e historiadores de la literatura no se mostraron poco sorprendidos ante la dependencia mutua y la constante
necesidad de "tenerse en cuenta" de ambos grupos.
Lo cierto es que, más allá del terreno literario, los grupos de Florida y Boedo se anticiparon a una antinomia social y cultural
que zanjará nuestra historia del siglo XX.
EL GRUPO DE BOEDO
Su nombre proviene de la editorial de la revista 'Claridad' ubicada en la calle Boedo al 800, en la Capital Federal. Constituido
por escritores revolucionarios y realistas, simpatizantes de la revolución rusa y del marxismo de la primera posguerra, que
utilizan la pluma para defender al proletariado. Luchan, a su vez, para elevar el nivel cultural de las masas populares. Lo
fundamental es la justicia social. Se inspiran en modelos rusos que describen la miseria del pueblo humilde, como Gorky y
Dostoiesvsky. También en los franceses Zola , France., Barbusse y Rolland.
En la década del '20 Boedo y Florida fueron dos grupos literarios antagónicos. Los escritores de Boedo (Roberto Mariani,
Leónidas Barletta, Elías Castelnuovo, Enrique Amorim, Lorenzo Stanchina, Álvaro Yunque, entre otros) eran, en su mayoría,
descendientes de inmigrantes, de izquierda, con una visión social del arte y estaban nucleados en revistas como Dínamo,
Extrema Izquierda y Los Pensadores. Formaron el primer movimiento de literatura realista y social que se dio en Argentina,
alrededor de la Editorial Claridad, de Antonio Zamora. El grupo de Florida (Oliverio Girondo, Jorge Luis Borges, Norah
Lange, Francisco Luis Bernárdez, Leopoldo Marechal, Nicolás Olivari, Conrado Nalé Roxlo, entre otros) estaba nucleado en
las revistas Proa y Martín Fierro, era más elitista y promovía una estética vanguardista. Pero esta separación no era tan
tajante: Nicolás Olivari, fundador del grupo de Boedo, se pasó más tarde al de Florida; Raúl González Tuñón, de Florida,
construyó sin embargo una poesía de temática social y Roberto Arlt solía frecuentar las tertulias de ambos grupos. Borges,
que en su madurez solía calificar a la polémica de Boedo y Florida como una broma literaria, publicó el 30 de septiembre de
1928 en el diario La Prensa un ensayo sobre el tema: La inútil discusión de Boedo y Florida.
La primera guerra mundial (1914-1918) y la revolución rusa (1917) modificaron el horizonte histórico, y una era de optimismo
y de fe en el futuro parecía abrirse. Los años veinte eran un marco propicio para la literatura: se difundía, se discutía;
surgieron manifiestos, programas, revistas orales, exposiciones radiofónicas, reportajes periodísticos, tertulias y banquetes.
La nueva literatura argentina, asociada a distintas posturas de vanguardia estética y política, se definía con rótulos
llamativos, rivalidades de grupos, elogios y anatemas. El presidente Irigoyen representó, en 1916, el sufragio libre; en 1918
la Reforma Universitaria de Córdoba significó la independencia intelectual; en los veinte, con el presidente Alvear se vivieron
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los años locos de un breve periodo de bonanza entre las dos guerras. Posteriormente, los historiadores literarios, agruparon
la variedad de pequeñas revistas que surgieron en torno a dos polos ideológicos que escenificaron una larga polémica: el
grupo de "Florida" y el grupo "Boedo".
El grupo de Florida —nombre de una elegante calle céntrica de Buenos Aires— nucleaba a los aristocráticos adeptos al
ultraísmo; el grupo de Boedo —nombre de una calle de transito fabril en un barrio de clase obrera— propugnaba la creación
de una nueva conciencia social "realista". Florida miraba a Europa, Boedo miraba a Rusia y soñaba con la revolución
universal: los primeros defendían la pureza del lenguaje, los segundos acusaban a los anteriores de extranjerizantes. Ambos
grupos decían representar la auténtica cultura nacional. Mientras Florida reunía a jóvenes poetas, en Boedo estaban los
novelistas y prosistas. En realidad, uno y otro grupo estaban integrados por escritores amigos y camaradas que asistían a
los mismos cafés, discutían en las mismas tertulias y publicaban en las mismas revistas (el agruparlos rígidamente en dos
tendencias resulta injusto, aunque con los años se ha insistido en que las diferencias eran reales).
Según Borges, la polémica era una broma surgida del deseo de imitar a los grupitos de París que se alimentaban de la
publicidad y la intriga; su adscripción a Florida —afirma— fue involuntaria: "Yo habría preferido estar en el grupo de Boedo,
ya que estaba escribiendo sobre la vieja zona Norte y sobre arrabales*, tristeza y atardeceres. Pero fui informado por uno de
los conspiradores de que yo era uno de los guerreros de Florida y que era demasiado tarde para cambiar." Ahora sabemos
que fue algo más que una broma juvenil. Los de Boedo rechazaban a Borges por su extracción de clase, su cultura europea
y su concepto apolítico de la literatura. Martín Fierro, la revista del grupo Florida que se caracterizaba por su actitud
irrespetuosa, dio nombre a la "generación del 22", iniciada con el ultraísmo; a esta generación "martinfierrista" pertenecían
Borges y sus camaradas. Martín Fierro se cerró en 1927 cuando su fundador Evar Méndez se negó a participar en las luchas
políticas.
Con el golpe militar de Uriburu en 1930, Argentina entró en la "Década Infame": desaparecieron las revistas irreverentes, se
perdió el gusto por la discusión y el escándalo literario y se abandonaron las charlas de café. El mundo había cambiado, la
fiesta de la camaradería había terminado, y los escritores se dedicaron a su obra. Lejos ya de aquel fervor que lo convirtiera
en líder del ultraísmo, Borges comenzó a colaborar, en 1931, en la aristocrática revista Sur —fundada y financiada por
Victoria Ocampo—, que sería la más influyente en la cultura de América Latina durante las cuatro décadas siguientes.
Temas y grupos
Borges asocia azar a todo aquello que es irracional o caótico, a lo que excede la capacidad racional del ser humano. La
lotería de Babilonia propone un mundo regido por un infinito juego de azares; La señora mayor propone una causalidad
remota; en El informe de Brodie se describe una anulación de la causalidad.
Boedo y Florida
En la década del '20 Boedo y Florida fueron dos grupos literarios antagónicos. Los escritores de Boedo (Roberto Mariani,
Leónidas Barletta, Elías Castelnuovo, Enrique Amorim, Lorenzo Stanchina, Álvaro Yunque, entre otros) eran, en su mayoría,
descendientes de inmigrantes, de izquierda, con una visión social del arte y estaban nucleados en revistas como Dínamo,
Extrema Izquierda y Los Pensadores. Formaron el primer movimiento de literatura realista y social que se dio en Argentina,
alrededor de la Editorial Claridad, de Antonio Zamora. El grupo de Florida (Oliverio Girondo, Jorge Luis Borges, Norah
Lange, Francisco Luis Bernárdez, Leopoldo Marechal, Nicolás Olivari, Conrado Nalé Roxlo, entre otros) estaba nucleado en
las revistas Proa y Martín Fierro, era más elitista y promovía una estética vanguardista. Pero esta separación no era tan
tajante: Nicolás Olivari, fundador del grupo de Boedo, se pasó más tarde al de Florida; Raúl González Tuñón, de Florida,
construyó sin embargo una poesía de temática social y Roberto Arlt solía frecuentar las tertulias de ambos grupos. Borges,
que en su madurez solía calificar a la polémica de Boedo y Florida como una broma literaria, publicó el 30 de septiembre de
1928 en el diario La Prensa un ensayo sobre el tema: La inútil discusión de Boedo y Florida.
Budismo
Doctrina religiosa y filosófica karmática, muy difundida en Oriente y aparecida en el siglo V A.C., gracias al Buddha o 'el
Lúcido', príncipe de Nepal. Está basada en 'Cuatro Verdades', detrás de las cuales se encuentra el nirvana (el sufrimiento, su
origen, su curación y el medio para llegar a la curación). Cuando se llega al nirvana los actos que entretejen el karma dejan
de proyectar su sombra y se logra la libertad. Borges, devoto intelectual de esta doctrina, admiraba su amplio grado de
tolerancia y le dedicó diversas conferencias y un importante estudio, ¿Qué es el budismo?, escrito en colaboración con Alicia
Jurado.
Cábala
En su aspecto práctico, la cábala es un conjunto de operaciones hermenéuticas y criptográficas que intenta una
aproximación directa a dios a través del minucioso estudio de las letras que componen la Torah. Los cabalistas intentaron
una interpretación de las Escrituras basada en cálculos de las letras hebreas que la componen. Este modus operandi (más
que la doctrina espiritual) cautivó a Borges, es decir, la concepción de que mediante un método sistemático basado en la
combinación de elementos mínimos se puede acceder a una revelación mística. Borges le dedicó un ensayo de su libro
Discusión (Una vindicación de la cábala) y diversas conferencias, como las incluidas en Siete noches.
Caos - Cosmos
En su obra, Borges se mostró siempre preocupado por entender las leyes del universo. En su obra muestra la oposición
entre el inevitable caos del mundo y la insistencia del hombre por abarcar una totalidad ordenada o un cosmos, intentando
una y otra vez entender lo inexplicable, el azar y la locura.
Espejos
Borges no disfrazó la realidad para recrearla sino que recreó los espejos que disfrazan esa realidad. Los espejos sugieren
en su obra un ámbito de temida irrealidad que abre posibilidades perturbadoras. Símbolos de la multiplicación humana,
aparecen para él como un hálito de pudor. En Tlön, Uqbar, Orbis Tertius se puede leer la famosa frase: "los espejos y la
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cópula son abominables porque multiplican el números de los hombres".
Grupo Sur
En 1925 Borges conoce a Victoria Ocampo, líder del Grupo Sur y que en 1931 funda la revista con el mismo nombre. Borges
fue figura prominente del movimiento y asiduo colaborador de la revista desde los primeros números. Entre los otros
narradores del Grupo Sur, se destacaron: José Bianco y Ernesto Sabato (quien, en Sobre héroes y tumbas llegó a utilizar
como personaje alegórico al propio Borges). En el grupo estuvieron también: María Luisa Bombal (escritora chilena) y Silvina
Ocampo. Fuera del grupo pero dentro del mismo ámbito cultural se puede incluir a Juan Carlos Onetti, por La vida breve; a
Julio Cortázar, por Los reyes y Bestiario y a Augusto Roa Bastos, por El trueno entre las hojas e Hijo de hombre. (Ver más
sobre Sur en Revistas y diarios).
Laberinto
El motivo del laberinto es un tema recurrente en sus cuentos, ya sea como símbolo o como edificio real, además de
representar el estilo circular de escritura borgiana. Cifra del desconcierto y la perplejidad del hombre, la imagen del laberinto
vertebra.La casa de Asterión; La muerte y la brújula y El jardín de senderos que se bifurcan.
Movimiento Ultraísta
En marzo de 1919 apareció en la revista Grecia y en la prensa madrileña un manifiesto de jóvenes liderados por Cansinos-
Asséns (inventor la palabra ultraísmo) y asistentes al Café Colonial, donde postulaban la necesidad de una renovación
literaria. Entre otros, pertenecieron al movimiento, Isaac del Vando-Villar, Guillermo de Torre, Pedro Garfias, Adriano del
Valle, José Rivas Panedas, Xavier Bóveda, Gerardo Diego y el mismo Jorge Luis Borges. La idea, que no se logró, era la de
modificarse continuamente, como reacción a los seguidores del modernismo. El ultraísmo español se nutrió de diversas
fuentes y disciplinas como la pintura (futurismo, cubismo, dadaísmo, expresionismo) y estaba abierto a todas las novedades.
Se caracterizaba básicamente por el humor, el uso de metáforas, la supresión de adjetivos inútiles y el uso del lenguaje
sintético. Su obra se encuentra fundamentalmente en las revistas Grecia, Cervantes, Ultra, Cosmópolis, Tableros y Alfar.
Cuando Borges regresó a Argentina en 1921, trajo con él los rasgos más significativos de la renovación ultraísta y los
presentó como programa estético. Ese año apareció en la revista Nosotros su artículo Ultraísmo (donde sintetizaba los
principios del movimiento) y, un año más tarde, publicó allí una antología con poemas ultraístas. Sin embargo, en 1966,
Borges juzgaría el 'dogma de la metáfora' como falso, pues "basta un solo verso no metafórico para probar que la metáfora
no es un elemente esencial, concluyendo en que el error del ultraísmo (...) fue el de no haber enriquecido, el de haber
prohibido simplemente. Por ejemplo casi todos escribíamos sin signos de puntuación. Hubiera sido mucho más interesante
inventar nuevos signos, es decir enriquecer la literatura (...) el ultraísmo fue una revolución que consistía en relegar la
literatura a un sola figura, la metáfora...".
Tiempo
El tiempo y sus posibilidades lúdicas constituyen uno de los pilares centrales de la obra de Borges. Un poema temprano de
Fervor de Buenos Aires, El truco, propone ya al lector la concepción cíclica del eterno retorno. El estudio y la negación del
devenir temporal es el propósito central del ensayo Nueva refutación del tiempo. Historia de la eternidad y El tiempo y J. W.
Dunne proponen el análisis de la regresión infinita y de las series temporales. En la construcción narrativa, el tiempo puede
asumir facetas sorprendentes, desde la percepción de uno detenido y personal en El milagro secreto hasta la confluencia de
la tríada temporal en la visión del Aleph en el cuento homónimo. El tiempo, en definitiva, es el camino que acerca al hombre
hacia su muerte; todo intento de refutación en Borges constituye un artificio que cambia el destino personal.