Bodas de Sangre y La Casa de Bernarda Alba C
Bodas de Sangre y La Casa de Bernarda Alba C
Bodas de Sangre y La Casa de Bernarda Alba C
Fundada en 1953
ISBN 978-987-545-645-7
Primera edición.
© Grupo Editorial Norma S.A., 2014
San José 831, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
www.kapelusznorma.com.ar
Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor.
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723.
Libro de edición argentina.
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina
CC: 29007244
ISBN: 978-987-545-645-7
PROHIBIDA LA FOTOCOPIA (Ley 11.723). El editor se reserva todos los derechos sobre esta
obra, la que no puede reproducirse total o parcialmente por ningún método gráfico, electrónico o
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sin su expreso consentimiento.
Créditos:
Yander Zamora/Cubarte
Índice
Nuestra colección 7
Avistaje 11
Biografía 13
Palabra de expertos 15
Bodas de sangre 23
La casa de Bernarda Alba 103
Bibliografía 191
Nuestra colección
8 1 Italo Calvino. Por qué leer los clásicos. Barcelona, Tusquets, 1992.
Leer hoy y en la escuela teatro de
Federico García Lorca
10
Avistaje
12
Biografía
14
Palabra de expertos
El destino
En La casa de Bernarda Alba y en Bodas de sangre, la visión trágica
se advierte principalmente en el tratamiento que se les da a las ac-
ciones de los personajes femeninos. Estos son empujados a la fatali-
dad por fuerzas a las que no pueden oponerse; son sus propias ac-
ciones las que los llevan a la ruina, y sin embargo no pueden hacer
nada para evitarlo. Frente a una situación límite, frente a un dile-
ma, las heroínas de estas obras eligen un camino que no tendrá una
salida satisfactoria; por eso, cuando el acontecimiento trágico se
desencadena no hay posibilidad de corregirlo. En este sentido, la
acción trágica está por encima de quienes la realizan, los trasciende
de modo que no expresa un conflicto que los afecta a ellos en parti-
cular sino a toda la humanidad en su conjunto. En estas dos trage-
dias ese conflicto se construye en torno al erotismo femenino, en
tanto fuerza humana que alcanza una dimensión cósmica. En La
casa de Bernarda Alba, la madre autoritaria despliega todos sus re-
cursos para contener la fuerza que está pronta a desatarse en sus
La ritualidad
Otro aspecto que debemos considerar respecto de la visión trágica
en el teatro lorquiano es el desarrollo de la ritualidad del mundo
agrario. Tanto en Bodas de sangre como en La casa de Bernarda
Alba los ritos de las estaciones, de la siembra y de la cosecha, del
ciclo orgánico, se entrelazan con los ritos sociales: la celebración de
la boda, en el primer caso, y el cumplimiento del duelo por la muer-
te del padre, en el segundo. El mundo de los campesinos lorquianos
se organiza en torno al aprovechamiento de la naturaleza, que es la
que dicta las acciones de los personajes, tanto en el ámbito de las
tareas rurales como en el de las relaciones afectivas. Viven en un
tiempo mítico, en el que se evidencian más las acciones repetidas
que las nuevas. Los segadores llegan al pueblo en el que viven Ber-
narda y sus hijas, como todos los veranos, a cumplir con la recolec-
ción del trigo, y esto afecta directamente la cotidianeidad de las
jóvenes del pueblo. El coro describe este acontecimiento ritual con
una estrofa de una canción popular: “Ya salen los segadores en
busca de las espigas; se llevan los corazones de las muchachas que
miran”. Una vez al año, la vitalidad de esos hombres se opone al
riguroso encierro que cumplen las mujeres en el interior de sus
casas. El momento de la cosecha que se despliega en el exterior, en
el campo, se contrapone a la esterilidad de las muchachas encerra-
das por su madre. Otro ritual que se torna evidente en esta misma
obra se relaciona con la visita del novio a la reja de la novia. Pepe
el Romano corteja a Angustias en su ventana, mientras que Adela,
transgrediendo ese ritual, se encuentra con él en los corrales, entre
los animales. 17
Del mismo modo, en Bodas de sangre es posible ver cómo el ri-
tual del pedido de mano de la Novia se entremezcla con cuestiones
relativas al cultivo de la tierra.
20
En los dramas de honor del Siglo de Oro5 español la honra fe-
menina era propiedad de los hombres y, en general, eran sus acciones
las que provocaban el conflicto. En esas obras las mujeres perdían su
honra porque eran seducidas con engaños o forzadas por los persona-
jes masculinos. En las tragedias lorquianas, en cambio, las mujeres son
las que, con sus deseos, ponen en riesgo su honra y desatan el conflic-
to entre varones. Teniendo en cuenta esta afirmación, no son solo
transgresoras del código que rige la honra femenina, sino que trans-
greden también el lugar que socialmente se les da en ese código: la
falta de voluntad y la indefensión frente al varón. En Bodas de sangre,
el Novio y Leonardo se enfrentan en un duelo de honor, pero sabemos
que la Novia ha huido voluntariamente con este último. En La casa
de Bernarda Alba será la Madre quien intente matar a Pepe el Roma-
no, el hombre que ha deshonrado a su hija menor.
Personajes:
Madre
Novia
Suegra
Mujer de Leonardo
Criada
Vecina
Muchachas
Leonardo
Novio
Padre de la Novia
Luna
Muerte
Leñadores
Mozos
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Bodas de sangre
Acto primero
Cuadro primero
[Habitación pintada de amarillo.]
1 Viña: terreno sembrado con muchas vides (plantas cuyo fruto es la uva).
2 Azada: instrumento cortante que se usa en labranza para cavar tierras roturadas
o blandas y remover el estiércol.
3 Bieldo: instrumento que sirve para separar del grano la paja.
4 Era: espacio de tierra destinado al cultivo de flores u hortalizas o a la separación
del grano de la paja.
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Federico García Lorca
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Bodas de sangre
Madre: ¿Qué hace en las viñas una vieja? ¿Me ibas a meter debajo
de los pámpanos?8 .
Novio: (Levantándola en sus brazos.) Vieja, revieja, requetevieja.
Madre: Tu padre sí que me llevaba. Eso es buena casta9. Sangre.
Tu abuelo dejó a un hijo en cada esquina. Eso me gusta. Los hom-
bres, hombres; el trigo, trigo.
Novio: ¿Y yo, Madre?
Madre: ¿Tú, qué?
Novio: ¿Necesito decírselo otra vez?
Madre: (Seria.) ¡Ah!
Novio: ¿Es que le parece mal?
Madre: No.
Novio: ¿Entonces…?
Madre: No lo sé yo misma. Así, de pronto, siempre me sorprende.
Yo sé que la muchacha es buena. ¿Verdad que sí? Modosa. Trabaja-
dora. Amasa su pan y cose sus faldas, y siento, sin embargo, cuando
la nombro, como si me dieran una pedrada en la frente.
Novio: Tonterías.
Madre: Más que tonterías. Es que me quedo sola. Ya no me queda
más que tú, y siento que te vayas.
Novio: Pero usted vendrá con nosotros.
Madre: No. Yo no puedo dejar aquí solos a tu padre y a tu herma-
no. Tengo que ir todas las mañanas, y si me voy es fácil que muera
uno de los Félix, uno de la familia de los matadores, y lo entierren al
lado. ¡Y eso sí que no! ¡Ca!10. ¡Eso sí que no! Porque con las uñas los
desentierro y yo sola los machaco contra la tapia.
Novio: (Fuerte.) Vuelta otra vez.
8 Pámpano: rama verde, tierna y delgada, o pimpollo de la vid, que tiene la uva
como fruto.
9 Casta: ascendencia familiar, linaje.
10 ¡Ca!: interjección que se usa para destacar una negación.
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Federico García Lorca
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Bodas de sangre
grande para besos. Se los das a tu mujer. (Pausa. Aparte.) Cuando lo sea.
Novio: Me voy.
Madre: Que caves bien la parte del molinillo, que la tienes descui-
dada.
Novio: ¡Lo dicho!
Madre: Anda con Dios.
Madre: Pasa.
Vecina: ¿Cómo estás?
Madre: Ya ves.
Vecina: Yo bajé a la tienda y vine a verte. ¡Vivimos tan lejos…!
Madre: Hace veinte años que no he subido a lo alto de la calle.
Vecina: Tú estás bien.
Madre: ¿Lo crees?
Vecina: Las cosas pasan. Hace dos días trajeron al hijo de mi veci-
na con los dos brazos cortados por la máquina. (Se sienta.)
Madre: ¿A Rafael?
Vecina: Sí. Y allí lo tienes. Muchas veces pienso que tu hijo y el mío
están mejor donde están, dormidos, descansando, que no expuestos
a quedarse inútiles.
Madre: Calla. Todo eso son invenciones, pero no consuelos.
Vecina: ¡Ay!
Madre: ¡Ay! (Pausa.)
Vecina: (Triste.) ¿Y tu hijo?
Madre: Salió.
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Federico García Lorca
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Bodas de sangre
Vecina: Leonardo.
Madre: ¿Qué Leonardo?
Vecina: Leonardo, el de los Félix.
Madre: (Levantándose.) ¡De los Félix!
Vecina: Mujer, ¿qué culpa tiene Leonardo de nada? Él tenía ocho
años cuando las cuestiones.
Madre: Es verdad… Pero oigo eso de Félix y es lo mismo (entre
dientes) Félix que llenárseme de cieno13 la boca (escupe), y tengo que
escupir, tengo que escupir por no matar.
Vecina: Repórtate14 . ¿Qué sacas con eso?
Madre: Nada. Pero tú lo comprendes.
Vecina: No te opongas a la felicidad de tu hijo. No le digas nada.
Tú estás vieja. Yo, también. A ti y a mí nos toca callar.
Madre: No le diré nada.
Vecina: (Besándola.) Nada.
Madre: (Serena.) ¡Las cosas…!
Vecina: Me voy, que pronto llegará mi gente del campo.
Madre: ¿Has visto qué día de calor?
Vecina: Iban negros los chiquillos que llevan el agua a los segado-
res15 . Adiós, mujer.
Madre: Adiós.
Telón
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Bodas de sangre
Cuadro segundo
[Habitación pintada de rosa con cobres y ramos de flores populares.
En el centro, una mesa con mantel. Es la mañana.]
(Suegra de Leonardo con un niño en brazos. Lo mece1 . La Mujer,
en la otra esquina, hace punto de media.)
Suegra:
Nana2, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas.
Cuando llega el puente
se detiene y canta.
¿Quién dirá, mi niño,
lo que tiene el agua,
con su larga cola
por su verde sala?
Mujer: (Bajo.)
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
Suegra:
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
las patas heridas,
las crines3 heladas,
1 Mecer: acunar.
2 Nana: canto con que se duerme a los niños.
3 Crin: cerda en la parte superior del cuello de algunos animales, como los caballos.
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Federico García Lorca
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Bodas de sangre
y sueño de ramas.
Mujer:
Mi niño se duerme.
Suegra:
Mi niño se calla.
Mujer:
Caballo, mi niño
tiene una almohada.
Suegra:
Su cuna de acero.
Mujer:
Su colcha de holanda5 .
Suegra:
Nana, niño, nana.
Mujer:
¡Ay, caballo grande
que no quiso el agua!
Suegra:
¡No vengas, no entres!
Vete a la montaña.
Por los valles grises
donde está la jaca6.
Mujer: (Mirando.)
Mi niño se duerme.
Suegra:
Mi niño descansa.
Mujer: (Bajito.)
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
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Federico García Lorca
Leonardo: ¿Y el niño?
Mujer: Se durmió.
Leonardo: Ayer no estuvo bien. Lloró por la noche.
Mujer: (Alegre.) Hoy está como una dalia7. ¿Y tú? ¿Fuiste a casa del
herrador?
Leonardo: De allí vengo. ¿Querrás creer? Llevo más de dos meses
poniendo herraduras nuevas al caballo y siempre se le caen. Por lo
visto se las arranca con las piedras.
Mujer: ¿Y no será que lo usas mucho?
Leonardo: No. Casi no lo utilizo.
Mujer: Ayer me dijeron las vecinas que te habían visto al límite de
los llanos.
Leonardo: ¿Quién lo dijo?
Mujer: Las mujeres que cogen las alcaparras 8 . Por cierto que me
sorprendió. ¿Eras tú?
Leonardo: No. ¿Qué iba a hacer yo allí, en aquel secano?9.
Mujer: Eso dije. Pero el caballo estaba reventando de sudar.
Leonardo: ¿Lo viste tú?
Mujer: No. Mi madre.
Leonardo: ¿Está con el niño?
Mujer: Sí. ¿Quieres un refresco de limón?
Leonardo: Con el agua bien fría.
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Bodas de sangre
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Federico García Lorca
Muchacha: Señora.
Suegra: ¿Qué pasa?
Muchacha: Llegó el novio a la tienda y ha comprado todo lo mejor
que había.
Suegra: ¿Vino solo?
Muchacha: No, con su madre. Seria, alta. (La imita.) Pero ¡qué lujo!
Suegra: Ellos tienen dinero.
Muchacha: ¡Y compraron unas medias caladas!… ¡Ay, qué medias!
¡El sueño de las mujeres en medias! Mire usted: una golondrina aquí
(señala el tobillo), un barco aquí (señala la pantorrilla) y aquí una
rosa. (Señala el muslo.)
Suegra: ¡Niña!
Muchacha: ¡Una rosa con las semillas y el tallo! ¡Ay! ¡Todo en seda!
Suegra: Se van a juntar dos buenos capitales.
(Pausa.)
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Bodas de sangre
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Federico García Lorca
Telón
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Bodas de sangre
Cuadro tercero
[Interior de la cueva donde vive la Novia. Al fondo, una cruz de gran-
des flores rosa. Las puertas, redondas, con cortinajes de encaje y lazos
rosa. Por las paredes, de material blanco y duro, abanicos redondos,
jarros azules y pequeños espejos.]
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Federico García Lorca
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Federico García Lorca
(Aparece la Criada con dos bandejas. Una con copas y la otra con
dulces.)
7 Hace las migas a las tres: amasa el pan a las tres de la mañana.
8 Maroma: cuerda gruesa.
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Bodas de sangre
(Pasa la Criada.)
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Federico García Lorca
Madre: (En la puerta.) Adiós, hija. (La Novia contesta con la mano.)
Padre: Yo salgo con vosotros. (Salen.)
Criada: Que reviento por ver los regalos.
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Bodas de sangre
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Federico García Lorca
Criada: No.
Novia: ¿Tú le viste?
Criada: Sí.
Novia: ¿Quién era?
Criada: Era Leonardo.
Novia: (Fuerte.) ¡Mentira! ¡Mentira! ¿A qué viene aquí?
Criada: Vino.
Novia: ¡Cállate! ¡Maldita sea tu lengua! (Se siente el ruido de un
caballo.)
Criada: (En la ventana.) Mira, asómate. ¿Era?
Novia: ¡Era!
Telón rápido
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Bodas de sangre
Acto segundo
Cuadro primero
[Zaguán1 de la casa de la Novia. Portón al fondo. Es de noche. La
Novia sale con enaguas2 blancas encañonadas, llenas de encajes y
puntas bordadas, y un corpiño blanco, con los brazos al aire. La Cria-
da lo mismo.]
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Federico García Lorca
• 50 •
Bodas de sangre
Despierte la novia
la mañana de la boda.
¡Que los ríos del mundo
lleven tu corona!
Novia: (Sonriente.) Vamos.
Criada: (La besa entusiasmada y baila alrededor.)
Que despierte
con el ramo verde
del laurel florido.
¡Que despierte
por el tronco y la rama
de los laureles!
7 Aldabonazo: golpe con la aldaba, pieza de hierro o de bronce que se pone en las
puertas para llamar golpeando con ella.
• 51 •
Federico García Lorca
Criada: ¿Tú?
Leonardo: Yo. Buenos días.
Criada: ¡El primero!
Leonardo: ¿No me han convidado?
Criada: Sí.
Leonardo: Por eso vengo.
Criada: ¿Y tu mujer?
Leonardo: Yo vine a caballo. Ella se acerca por el camino.
Criada: ¿No te has encontrado a nadie?
Leonardo: Los pasé con el caballo.
Criada: Vas a matar al animal con tanta carrera.
Leonardo: ¡Cuando se muera, muerto está!
(Pausa.)
Voces:
¡Despierte la novia
la mañana de la boda!
Leonardo:
• 52 •
Bodas de sangre
Despierte la novia
la mañana de la boda.
Criada: Es la gente. Vienen lejos todavía.
Leonardo: (Levantándose.) La novia llevará una corona grande,
¿no? No debía ser tan grande. Un poco más pequeña le sentaría me-
jor. ¿Y trajo ya el novio el azahar que se tiene que poner en el pecho?
Novia: (Apareciendo todavía en enaguas y con la corona de azahar
puesta.) Lo trajo.
Criada: (Fuerte.) No salgas así.
Novia: ¿Qué más da? (Seria.) ¿Por qué preguntas si trajeron el aza-
har? ¿Llevas intención?
Leonardo: Ninguna. ¿Qué intención iba a tener? (Acercándose.)
Tú, que me conoces, sabes que no la llevo. Dímelo. ¿Quién he sido
yo para ti? Abre y refresca tu recuerdo. Pero dos bueyes y una mala
choza son casi nada. Esa es la espina.
Novia: ¿A qué vienes?
Leonardo: A ver tu casamiento.
Novia: ¡También yo vi el tuyo!
Leonardo: Amarrado por ti, hecho con tus dos manos. A mí me
pueden matar, pero no me pueden escupir. Y la plata, que brilla tan-
to, escupe algunas veces.
Novia: ¡Mentira!
Leonardo: No quiero hablar, porque soy hombre de sangre, y no
quiero que todos estos cerros oigan mis voces.
Novia: Las mías serían más fuertes.
Criada: Estas palabras no pueden seguir. Tú no tienes que hablar
de lo pasado. (La Criada mira a las puertas presa de inquietud.)
Novia: Tienes razón. Yo no debo hablarte siquiera. Pero se me ca-
lienta el alma de que vengas a verme y atisbar8 mi boda y preguntes
con intención por el azahar. Vete y espera a tu mujer en la puerta.
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Federico García Lorca
• 54 •
Bodas de sangre
Muchacha 1: (Entrando.)
Despierte la novia
la mañana de la boda;
ruede la ronda
y en cada balcón una corona.
Voces:
¡Despierte la novia!
Criada: (Moviendo algazara9 .)
Que despierte
con el ramo verde
del amor florido.
¡Que despierte
por el tronco y la rama
de los laureles!
Muchacha 2: (Entrando.)
Que despierte
con el largo pelo,
camisa de nieve,
botas de charol y plata
y jazmines en la frente.
Criada:
¡Ay, pastora,
que la luna asoma!
• 55 •
Federico García Lorca
Muchacha 1:
¡Ay, galán,
deja tu sombrero por el olivar!
Mozo 1: (Entrando con el sombrero en alto.)
Despierte la novia.
que por los campos viene
rondando la boda,
con bandejas de dalias
y panes de gloria.
Voces:
¡Despierte la novia!
Muchacha 2:
La novia
se ha puesto su blanca corona,
y el novio
se la prende con lazos de oro.
Criada:
Por el toronjil10
la novia no puede dormir.
Muchacha 3: (Entrando.)
Por el naranjel
el novio le ofrece cuchara y mantel.
Mozo 1:
¡Despierta, paloma!
El alba despeja
campanas de sombra.
• 56 •
Bodas de sangre
Convidado:
La novia, la blanca novia,
hoy doncella,
mañana señora.
Muchacha 1:
Baja, morena,
arrastrando tu cola de seda.
Convidado:
Baja, morenita,
que llueve rocío la mañana fría.
Mozo 1:
Despertad, señora, despertad,
porque viene el aire lloviendo azahar.
Criada:
Un árbol quiero bordarle
lleno de cintas granates11
y en cada cinta un amor
con vivas alrededor.
Voces:
Despierte la novia.
Mozo 1:
¡La mañana de la boda!
Convidado:
La mañana de la boda
qué galana vas a estar;
pareces, flor de los montes,
la mujer de un capitán.
Padre: (Entrando.)
La mujer de un capitán
• 57 •
Federico García Lorca
se lleva el novio.
¡Ya viene con sus bueyes por el tesoro!
Muchacha 3:
El novio
parece la flor del oro.
Cuando camina,
a sus plantas se agrupan las clavelinas.
Criada:
¡Ay, mi niña dichosa!
Mozo 2:
Que despierte la novia.
Criada:
¡Ay, mi galana!
Muchacha 1:
La boda está llamando
por las ventanas.
Muchacha 2:
Que salga la novia.
Muchacha 1:
¡Que salga, que salga!
Criada:
¡Que toquen y repiquen
las campanas!
Mozo 1:
¡Que viene aquí! ¡Que sale ya!
Criada:
¡Como un toro, la boda
levantándose está!
• 58 •
Bodas de sangre
• 59 •
Federico García Lorca
Criada: (Llorando.)
Al salir de tu casa,
blanca doncella,
acuérdate que sales
como una estrella...
Muchacha 1:
Limpia de cuerpo y ropa
al salir de tu casa para la boda.
(Van saliendo.)
• 60 •
Bodas de sangre
Muchacha 2:
¡Ya sales de tu casa
para la iglesia!
Criada:
¡El aire pone flores
por las arenas!
Muchacha 3:
¡Ay, la blanca niña!
Criada:
Aire oscuro el encaje
de su mantilla.
Mujer: Vamos.
Leonardo: ¿Adónde?
Mujer: A la iglesia. Pero no vas en el caballo. Vienes conmigo.
Leonardo: ¿En el carro?
Mujer: ¿Hay otra cosa?
Leonardo: Yo no soy hombre para ir en carro.
Mujer: Y yo no soy mujer para ir sin su marido a un casamiento.
¡Que no puedo más!
Leonardo: ¡Ni yo tampoco!
Mujer: ¿Por qué me miras así? Tienes una espina en cada ojo.
Leonardo: ¡Vamos!
Mujer: No sé lo que pasa. Pero pienso y no quiero pensar. Una cosa
sé. Yo ya estoy despachada. Pero tengo un hijo. Y otro que viene.
Vamos andando. El mismo sino tuvo mi madre. Pero de aquí no me
muevo.
(Voces fuera.)
• 61 •
Federico García Lorca
Voces:
¡Al salir de tu casa
para la iglesia,
acuérdate que sales
como una estrella!
Mujer: (Llorando.)
¡Acuérdate que sales
como una estrella!
Así salí yo de mi casa también. Que me cabía todo el campo en la
boca.
Leonardo: (Levantándose.) Vamos.
Mujer: ¡Pero conmigo!
Leonardo: Sí. (Pausa.) ¡Echa a andar! (Salen.)
Voces:
Al salir de tu casa
para la iglesia,
acuérdate que sales
como una estrella.
Telón lento
• 62 •
Bodas de sangre
Cuadro segundo
[Exterior de la cueva de la Novia. Entonación en blancos grises y azu-
les fríos. Grandes chumberas1 . Tonos sombríos y plateados. Panorama
de mesetas color barquillo, todo endurecido como paisaje de cerámica
popular.]
• 63 •
Federico García Lorca
• 64 •
Bodas de sangre
3 Simiente: semilla.
4 Topacio: piedra muy fina, amarilla, muy dura.
• 65 •
Federico García Lorca
(Hablan.)
• 66 •
Bodas de sangre
5 Mutis: expresión que indica que uno o más personajes se retiran de la escena
teatral.
• 67 •
Federico García Lorca
(Pasan al fondo dos muchachas, durante todo este acto, el fondo será
un animado cruce de figuras.)
6 Rosco: pan o bollo de forma redonda, que se cierra formando un círculo con un
espacio vacío en medio.
7 Requiebro: alabanza a los atributos de una mujer, piropo.
• 68 •
Bodas de sangre
(Salen. Se oye gran algazara. Sale la Novia. Por el lado opuesto salen
dos muchachas corriendo a encontrarla.)
• 69 •
Federico García Lorca
• 70 •
Bodas de sangre
(Aparece la Madre.)
Madre: Hijo.
Novio: ¿Dónde anda usted?
Madre: En todo ese ruido. ¿Estás contento?
Novio: Sí.
Madre: ¿Y tu mujer?
Novio: Descansa un poco. ¡Mal día para las novias!
• 71 •
Federico García Lorca
Madre: ¿Mal día? El único bueno. Para mí fue como una herencia.
(Entra la Criada y se dirige al cuarto de la Novia.) Es la roturación8
de las tierras, la plantación de árboles nuevos.
Novio: ¿Usted se va a ir?
Madre: Sí. Yo tengo que estar en mi casa.
Novio: Sola.
Madre: Sola, no. Que tengo la cabeza llena de cosas y de hombres
y de luchas.
Novio: Pero luchas que ya no son luchas.
• 72 •
Bodas de sangre
• 73 •
Federico García Lorca
Telón
• 74 •
Bodas de sangre
Acto tercero
Cuadro primero
[Bosque. Es de noche. Grandes troncos húmedos. Ambiente oscuro. Se
oyen dos violines.]
(Salen tres Leñadores.)
• 75 •
Federico García Lorca
Leñador 1:
¡Ay, luna que sales!
Luna de las hojas grandes.
Leñador 2:
¡Llena de jazmines de sangre!
Leñador 1:
¡Ay, luna sola!
¡Luna de las verdes hojas!
• 76 •
Bodas de sangre
Leñador 2:
Plata en la cara de la novia.
Leñador 3:
¡Ay, luna mala!
Deja para el amor la oscura rama.
Leñador 1:
¡Ay, triste luna!
¡Deja para el amor la rama oscura!
Luna:
Cisne redondo en el río,
ojo de las catedrales,
alba fingida en las hojas
soy; ¡no podrán escaparse!
¿Quién se oculta? ¿Quién solloza
por la maleza del valle?
La luna deja un cuchillo
abandonado en el aire,
que siendo acecho de plomo
quiere ser dolor de sangre.
¡Dejadme entrar! ¡Vengo helada
por paredes y cristales!
¡Abrid tejados y pechos
donde pueda calentarme!
¡Tengo frío! Mis cenizas
de soñolientos metales
buscan la cresta del fuego
por los montes y las calles.
• 77 •
Federico García Lorca
• 78 •
Bodas de sangre
Mendiga:
Esa luna se va, y ellos se acercan.
De aquí no pasan. El rumor del río
apagará con el rumor de troncos
el desgarrado vuelo de los gritos.
Aquí ha de ser, y pronto. Estoy cansada.
Abren los cofres, y los blancos hilos
aguardan por el suelo de la alcoba
cuerpos pesados con el cuello herido.
No se despierte un pájaro y la brisa,
recogiendo en su falda los gemidos,
huya con ellos por las negras copas
o los entierre por el blando limo4 .
¡Esa luna, esa luna! (Impaciente.)
¡Esa luna, esa luna!
Luna:
Ya se acercan.
Unos por la cañada5 y otros por el río.
Voy a alumbrar las piedras. ¿Qué necesitas?
Mendiga:
• 79 •
Federico García Lorca
Nada.
Luna:
El aire va llegando duro, con doble filo.
Mendiga:
Ilumina el chaleco y aparta los botones,
que después las navajas ya saben el camino.
Luna:
Pero que tarden mucho en morir. Que la sangre
me ponga entre los dedos su delicado silbo.
¡Mira que ya mis valles de ceniza despiertan
en ansia de esta fuente de chorro estremecido!
Mendiga: No dejemos que pasen el arroyo. ¡Silencio!
Luna: ¡Allí vienen!
Mendiga:
¡De prisa! Mucha luz. ¿Me has oído?
¡No pueden escaparse!
• 80 •
Bodas de sangre
Mendiga: ¡Ay!
Novio: ¿Qué quieres?
Mendiga: Tengo frío.
Novio: ¿Adónde te diriges?
Mendiga: (Siempre quejándose como una mendiga.) Allá lejos…
Novio: ¿De dónde vienes?
Mendiga: De allí…, de muy lejos.
Novio: ¿Viste un hombre y una mujer que corrían montados en un
caballo?
Mendiga: (Despertándose.) Espera… (Lo mira.) Hermoso galán.
(Se levanta.) Pero mucho más hermoso si estuviera dormido.
Novio: Dime, contesta, ¿los viste?
Mendiga: Espera… ¡Qué espaldas más anchas! ¿Cómo no te gusta
estar tendido sobre ellas y no andar sobre las plantas de los pies, que
son tan chicas?
Novio: (Zamarreándola.) ¡Te digo si los viste! ¿Han pasado por aquí?
Mendiga: (Enérgica.) No han pasado; pero están saliendo de la
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Federico García Lorca
Leñador 1:
¡Ay, muerte que sales!
Muerte de las hojas grandes.
Leñador 2:
¡No abras el chorro de la sangre!
Leñador 1:
¡Ay, muerte sola!
Muerte de las secas hojas.
Leñador 3:
¡No cubras de flores la boda!
Leñador 2:
¡Ay triste muerte!
Deja para el amor la rama verde.
Leñador 1:
¡Ay muerte mala!
¡Deja para el amor la verde rama!
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Bodas de sangre
Novia:
Desde aquí yo me iré sola.
¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas!
Leonardo:
¡Calla, digo!
Novia:
Con los dientes,
con las manos, como puedas.
Quita de mi cuello honrado
el metal de esta cadena,
dejándome arrinconada
allá en mi casa de tierra.
Y si no quieres matarme
como a víbora pequeña,
pon en mis manos de novia
el cañón de la escopeta.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!
¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
Leonardo:
Ya dimos el paso; ¡calla!
Porque nos persiguen cerca
y te he de llevar conmigo.
Novia:
¡Pero ha de ser a la fuerza!
Leonardo:
¿A la fuerza? ¿Quién bajó
primero las escaleras?
Novia:
Yo las bajé.
Leonardo:
¿Quién le puso
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Federico García Lorca
6 Brida: freno del caballo con las riendas, para sujetarlo a la cabeza del animal.
7 Mortaja: vestimenta que se les coloca a los muertos.
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Bodas de sangre
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Federico García Lorca
Novia:
Y yo dormiré a tus pies
para guardar lo que sueñas.
Desnuda, mirando al campo
(dramática),
como si fuera una perra,
¡porque eso soy! Que te miro
y tu hermosura me quema.
Leonardo:
Se abrasa lumbre con lumbre9.
La misma llama pequeña
mata dos espigas juntas.
¡Vamos!
(La arrastra.)
Novia:
¿Adónde me llevas?
Leonardo:
A donde no puedan ir
estos hombres que nos cercan.
¡Donde yo pueda mirarte!
Novia: (Sarcástica10 .)
Llévame de feria en feria,
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Bodas de sangre
Novia: ¿Oyes?
Leonardo: Viene gente.
Novia:
¡Huye!
Es justo que yo aquí muera
con los pies dentro del agua,
espinas en la cabeza.
Y que me lloren las hojas.
Mujer perdida y doncella.
Leonardo: Cállate. Ya suben.
Novia: ¡Vete!
Leonardo:
Silencio. Que no nos sientan.
Tú delante. ¡Vamos, digo!
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Federico García Lorca
(Vacila11 la Novia.)
Telón
11 Vacilar: dudar.
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Bodas de sangre
Cuadro segundo
[Habitación blanca con arcos y gruesos muros. A la derecha y a la iz-
quierda, escaleras blancas. Gran arco al fondo y pared del mismo co-
lor. El suelo será también de un blanco reluciente. Esta habitación
simple tendrá un sentido monumental de iglesia. No habrá ni un gris,
ni una sombra, ni siquiera lo preciso para la perspectiva. Dos Mucha-
chas vestidas de azul oscuro están devanando1 una madeja2 roja.]
Muchacha 1:
Madeja, madeja,
¿qué quieres hacer?
Muchacha 2:
Jazmín de vestido,
cristal de papel.
Nacer a las cuatro,
morir a las diez.
Ser hilo de lana,
cadena a tus pies
y nudo que apriete
amargo laurel.
Niña: (Cantando.)
¿Fuisteis a la boda?
Muchacha 1:
No.
Niña:
¡Tampoco fui yo!
¿Qué pasaría
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Federico García Lorca
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Bodas de sangre
(Se va.)
Muchacha 2:
Madeja. Madeja,
¿qué quieres decir?
Muchacha 1:
Amante sin habla.
Novio carmesí.
Por la orilla muda
tendidos los vi.
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Federico García Lorca
(Salen.)
6 Velo: prenda hecha de tul o de otra tela delgada con la cual solían cubrirse las
mujeres la cabeza, el cuello y a veces el rostro.
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Bodas de sangre
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Federico García Lorca
Morenito el uno,
morenito el otro.
¡Qué ruiseñor de sombra vuela y gime
sobre la flor del oro!
(Se va. Queda la escena sola. Aparece la Madre con una vecina. La
Vecina viene llorando.)
Madre: Calla.
Vecina: No puedo.
Madre: Calla, he dicho. (En la puerta.) ¿No hay nadie aquí? (Se lle-
va las manos a la frente.) Debía contestarme mi hijo. Pero mi hijo es
ya un brazado 8 de flores secas. Mi hijo es ya una voz oscura detrás
de los montes. (Con rabia, a la Vecina.) ¿Te quieres callar? No quie-
ro llantos en esta casa. Vuestras lágrimas son lágrimas de los ojos
nada más, y las mías vendrán cuando yo esté sola, de las plantas de
los pies, de mis raíces, y serán más ardientes que la sangre.
Vecina: Vente a mi casa; no te quedes aquí.
Madre: Aquí. Aquí quiero estar. Y tranquila. Ya todos están muer-
tos. A medianoche dormiré, dormiré sin que ya me aterren la esco-
peta o el cuchillo. Otras madres se asomarán a las ventanas, azotadas
por la lluvia, para ver el rostro de sus hijos. Yo, no. Yo haré con mi
sueño una fría paloma de marfil que lleve camelias9 de escarcha so-
bre el camposanto10. Pero no; camposanto, no, camposanto, no; le-
cho de tierra, cama que los cobija y que los mece por el cielo. (Entra
una mujer de negro que se dirige a la derecha y allí se arrodilla. A la
Vecina.) Quítate las manos de la cara. Hemos de pasar días terribles.
No quiero ver a nadie. La tierra y yo. Mi llanto y yo. Y estas cuatro
8 Brazado: conjunto de cosas que puede abarcarse y llevarse con los brazos.
9 Camelia: flor generalmente blanca, muy usada en los cementerios.
10 Camposanto: cementerio.
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Bodas de sangre
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Federico García Lorca
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Bodas de sangre
12 Adelfa: planta venenosa de muchas ramas, con flores blancas, rojizas o amarillas.
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Federico García Lorca
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Bodas de sangre
Telón final
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La casa
de Bernarda Alba
Drama de mujeres en los pueblos de España
Federico García Lorca
Personajes:
Bernarda, 60 años.
Angustias (hija de Bernarda), 39 años.
Magdalena (hija de Bernarda), 30 años.
Amelia (hija de Bernarda), 27 años.
Martirio (hija de Bernarda), 24 años.
Adela (hija de Bernarda), 20 años.
María Josefa (madre de Bernarda), 80 años.
Criada, 50 años.
La Poncia (criada), 60 años.
Prudencia, 50 años.
Mendiga, con niña.
Mujeres de luto:
Mujer 1,
Mujer 2,
Mujer 3,
Mujer 4,
Muchacha.
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La casa de Bernarda Alba
Acto primero
[Habitación blanquísima del interior de la casa de Bernarda. Muros
gruesos. Puertas en arco con cortinas de yute1 rematadas con madro-
ños2 y volantes3 . Sillas de anea4 . Cuadros con paisajes inverosímiles de
ninfas5 o reyes de leyenda. Es verano. Un gran silencio umbroso6 se
extiende por la escena. Al levantarse el telón está la escena sola. Se oyen
doblar las campanas.]
(Sale la Criada.)
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Federico García Lorca
10 Hacerle a alguien la cruz: locución verbal coloquial para dar a entender que nos
queremos librar de una persona.
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La casa de Bernarda Alba
padre de Bernarda no han vuelto a entrar las gentes bajo estos te-
chos. Ella no quiere que la vean en su dominio. ¡Maldita sea!
Criada: Contigo se portó bien.
La Poncia: Treinta años lavando sus sábanas, treinta años comien-
do sus sobras, noches en vela cuando tose, días enteros mirando por
la rendija para espiar a los vecinos y llevarle el cuento; vida sin se-
cretos una con otra, y sin embargo, ¡maldita sea! ¡Mal dolor de clavo
le pinche en los ojos!
Criada: ¡Mujer!
La Poncia: Pero yo soy buena perra: ladro cuando me lo dice y
muerdo los talones de los que piden limosna cuando ella me azuza11;
mis hijos trabajan en sus tierras y ya están los dos casados, pero un
día me hartaré.
Criada: Y ese día…
La Poncia: Ese día me encerraré con ella en un cuarto y le estaré
escupiendo un año entero: “Bernarda, por esto, por aquello, por lo
otro”, hasta ponerla como un lagarto machacado por los niños, que
es lo que es ella y toda su parentela. Claro es que no le envidio la
vida. La quedan cinco mujeres, cinco hijas feas, que quitando a An-
gustias, la mayor, que es la hija del primer marido y tiene dineros,
las demás mucha puntilla bordada, muchas camisas de hilo, pero
pan y uvas por toda herencia.
Criada: ¡Ya quisiera tener yo lo que ellas!
La Poncia: Nosotras tenemos nuestras manos y un hoyo en la tie-
rra de la verdad.
Criada: Esa es la única tierra que nos dejan a las que no tenemos
nada.
La Poncia: (En la alacena.) Este cristal tiene unas motas12 .
• 107 •
Federico García Lorca
Criada: (Llevando el canto.) Tin, tin, tan. Tin, tin, tan. ¡Dios lo
haya perdonado!
Mendiga: (Con una niña.) ¡Alabado sea Dios!
Criada: Tin, tin, tan. ¡Que nos espere muchos años! Tin, tin, tan.
Mendiga: (Fuerte con cierta irritación.) ¡Alabado sea Dios!
Criada: (Irritada.) ¡Por siempre!
Mendiga: Vengo por las sobras.
Criada: Por la puerta se va [a] la calle. Las sobras de hoy son para mí.
Mendiga: Mujer, tú tienes quien te gane. Mi niña y yo estamos solas.
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La casa de Bernarda Alba
16 Quina: líquido confeccionado con la corteza del árbol del mismo nombre y otras
sustancias, que se toma como medicina o aperitivo.
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Federico García Lorca
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La casa de Bernarda Alba
• 111 •
Federico García Lorca
Todas:
¡Descansa en paz!
Bernarda:
Con nuestra santa caridad
y las almas de tierra y mar.
Todas:
¡Descansa en paz!
Bernarda: Concede el reposo a tu siervo22 Antonio María Bena-
vides y dale la corona de tu santa gloria.
Todas:
Amén.
Bernarda: (Se pone de pie y canta.)
Réquiem aeternam dona eis, Domine23 .
Todas: (De pie y cantando al modo gregoriano24 .)
Et lux perpetua luceat eis25 .
(Se santiguan.)
Mujer 1: Salud para rogar por su alma.
(Van desfilando.)
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La casa de Bernarda Alba
26 Refajo: en los pueblos, falda corta, por lo general de paño, que usan las mujeres.
27 Solería: revestimiento del piso con ladrillos o losas.
• 113 •
Federico García Lorca
(Sale Adela.)
• 114 •
La casa de Bernarda Alba
(Sale la Criada.)
31 Amatista: cuarzo de color violeta oscuro que se usa en joyería. Por ejemplo, se
lo engarza en pendientes (aros).
32 Retintín: tono o modo de hablar que se usa generalmente para burlarse de
alguien.
• 115 •
Federico García Lorca
Bernarda: ¿Es decente que una mujer de tu clase vaya con el an-
zuelo detrás de un hombre el día de la misa de su padre? ¡Contesta!
¿A quién mirabas?
(Pausa.)
Angustias: Yo...
Bernarda: ¡Tú!
Angustias: ¡A nadie!
Bernarda: (Avanzando con el bastón.) ¡Suave! ¡Dulzarrona! (Le da.)
La Poncia: (Corriendo.) ¡Bernarda, cálmate! (La sujeta.) (Angus-
tias llora.)
Bernarda: ¡Fuera de aquí todas! (Salen.)
La Poncia: Ella lo ha hecho sin dar alcance a lo que hacía, que está
francamente mal. ¡Ya me chocó a mí verla escabullirse hacia el patio!
Luego estuvo detrás de una ventana oyendo la conversación que
traían los hombres, que, como siempre, no se puede oír.
Bernarda: ¡A eso vienen a los duelos! (Con curiosidad.) ¿De qué
hablaban?
La Poncia: Hablaban de Paca la Roseta. Anoche ataron a su mari-
do a un pesebre y a ella se la llevaron a la grupa del caballo hasta lo
alto del olivar.
Bernarda: ¿Y ella?
La Poncia: Ella, tan conforme. Dicen que iba con los pechos fuera y
Maximiliano la llevaba cogida como si tocara la guitarra. ¡Un horror!
Bernarda: ¿Y qué pasó?
La Poncia: Lo que tenía que pasar. Volvieron casi de día. Paca la
Roseta traía el pelo suelto y una corona de flores en la cabeza.
Bernarda: Es la única mujer mala que tenemos en el pueblo.
La Poncia: Porque no es de aquí. Es de muy lejos. Y los que fueron
con ella son también hijos de forasteros. Los hombres de aquí no son
capaces de eso.
• 116 •
La casa de Bernarda Alba
• 117 •
Federico García Lorca
35 Partición: dinero que debe repartirse entre los herederos del muerto.
36 Ni polvos echa en la cara: ni usa un maquillaje básico.
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La casa de Bernarda Alba
primera mujer para casarse con ella, luego aquí la abandonó y se fue
con otra que tenía una hija y luego tuvo relaciones con esta mucha-
cha, la madre de Adelaida, y se casó con ella después de haber muer-
to loca la segunda mujer.
Amelia: Y ese infame, ¿por qué no está en la cárcel?
Martirio: Porque los hombres se tapan unos a otros las cosas de
esta índole y nadie es capaz de delatar.
Amelia: Pero Adelaida no tiene culpa de esto.
Martirio: No, pero las cosas se repiten. Y veo que todo es una te-
rrible repetición. Y ella tiene el mismo sino37 de su madre y de su
abuela, mujeres las dos del que la engendró.
Amelia: ¡Qué cosa más grande!
Martirio: Es preferible no ver a un hombre nunca. Desde niña les
tuve miedo. Los veía en el corral uncir38 los bueyes y levantar los
costales de trigo entre voces y zapatazos, y siempre tuve miedo de
crecer por temor de encontrarme de pronto abrazada por ellos. Dios
me ha hecho débil y fea y los ha apartado definitivamente de mí.
Amelia: ¡Eso no digas! Enrique Humanes estuvo detrás de ti y le
gustabas.
Martirio: ¡Invenciones de la gente! Una vez estuve en camisa de-
trás de la ventana hasta que fue de día, porque me avisó con la hija
de su gañán que iba a venir, y no vino. Fue todo cosa de lenguas.
Luego se casó con otra que tenía más que yo.
Amelia: ¡Y fea como un demonio!
Martirio: ¡Qué les importa a ellos la fealdad! A ellos les importa
la tierra, las yuntas39 y una perra sumisa 40 que les dé de comer.
Amelia: ¡Ay!
37 Sino: destino.
38 Uncir: atar, sujetar.
39 Yunta: par de bueyes que se usan para las tareas en el campo.
40 Sumiso: que se deja dominar con facilidad.
• 119 •
Federico García Lorca
(Entra Magdalena.)
• 120 •
La casa de Bernarda Alba
Angustias: ¿Tanto?
Amelia: ¡Estarán al caer!
(Sale Angustias.)
Amelia: No.
Magdalena: ¡Vamos!
Martirio: ¡No sé a qué cosa te refieres...!
Magdalena: Mejor que yo lo sabéis las dos. Siempre cabeza con
cabeza como dos ovejitas, pero sin desahogaros con nadie. ¡Lo de
Pepe el Romano!
Martirio: ¡Ah!
Magdalena: (Remedándola42 .) ¡Ah! Ya se comenta por el pueblo.
Pepe el Romano viene a casarse con Angustias. Anoche estuvo ron-
dando la casa y creo que pronto va a mandar un emisario.
Martirio: ¡Yo me alegro! Es buen hombre.
Amelia: Yo también. Angustias tiene buenas condiciones.
Magdalena: Ninguna de las dos os alegráis.
Martirio: ¡Magdalena! ¡Mujer!
Magdalena: Si viniera por el tipo de Angustias, por Angustias
como mujer, yo me alegraría, pero viene por el dinero. Aunque An-
gustias es nuestra hermana, aquí estamos en familia y reconocemos
que está vieja, enfermiza, y que siempre ha sido la que ha tenido me-
nos méritos de todas nosotras, porque si con veinte años parecía un
palo vestido, ¡qué será ahora que tiene cuarenta!
Martirio: No hables así. La suerte viene a quien menos la aguarda.
42 Remedar: imitar.
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Federico García Lorca
(Entra Adela.)
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La casa de Bernarda Alba
(Pausa.)
(Entra la criada.)
(Adela se calma.)
• 123 •
Federico García Lorca
(Salen rápidas.)
Bernarda: ¡Angustias!
Angustias: Madre.
Bernarda: ¿Pero has tenido valor de echarte polvos en la cara?
¿Has tenido valor de lavarte la cara el día de la misa de tu padre?
Angustias: No era mi padre. El mío murió hace tiempo. ¿Es que
ya no lo recuerda usted?
Bernarda: ¡Más debes a este hombre, padre de tus hermanas, que
al tuyo! Gracias a este hombre tienes colmada tu fortuna.
Angustias: ¡Eso lo teníamos que ver!
• 124 •
La casa de Bernarda Alba
(Entran todas.)
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Federico García Lorca
Telón rápido
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La casa de Bernarda Alba
Acto segundo
[Habitación blanca del interior de la casa de Bernarda. Las puertas
de la izquierda dan a los dormitorios. Las hijas de Bernarda están
sentadas en sillas bajas, cosiendo. Magdalena borda. Con ellas está
La Poncia.]
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Federico García Lorca
(Pausa.)
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
• 130 •
La casa de Bernarda Alba
Adela: ¡No me mires más! Si quieres te daré mis ojos, que son fres-
cos, y mis espaldas, para que te compongas la joroba que tienes, pero
vuelve la cabeza cuando yo pase.
(Se va Martirio.)
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Federico García Lorca
8 Sobrecogido: desprevenido.
9 Pérfido: desleal, infiel, traidor.
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
(Entra Angustias.)
(Sale Angustias.)
Adela: ¡Y chitón11!
• 134 •
La casa de Bernarda Alba
12 Camisa: ropa interior de tela fina, que cubre hasta más abajo de la cintura.
13 Sarcasmo: burla cruel con la que se ofende o se maltrata a alguien.
14 Mantehuelo de cristianar: pequeño manto que llevaba un niño al ser bautizado.
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Federico García Lorca
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La casa de Bernarda Alba
Coro:
Ya salen los segadores
en busca de las espigas;
se llevan los corazones
de las muchachas que miran.
16 Panderos y carrañacas: elementos rústicos que se usan para hacer ruido o tocar
música.
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Federico García Lorca
(Se van las tres. Martirio queda sentada en la silla baja con la cabe-
za entre las manos.)
17 Desbravar: amansar.
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La casa de Bernarda Alba
Martirio: Amelia.
Amelia: (En la puerta.) ¿Qué?
(Pausa.)
Martirio: Nada.
(Pausa.)
(Pausa.)
(Pausa.)
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Federico García Lorca
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
(Pausa.)
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
Martirio: Entonces...
Bernarda: ¿Qué es lo que pasa aquí?
La Poncia: ¡Cuida de enterarte! Pero, desde luego, Pepe estaba a las
cuatro de la madrugada en una reja de tu casa.
Bernarda: ¿Lo sabes seguro?
La Poncia: Seguro no se sabe nada en esta vida.
Adela: Madre, no oiga usted a quien nos quiere perder a todas.
Bernarda: ¡Yo sabré enterarme! Si las gentes del pueblo quieren
levantar falsos testimonios se encontrarán con mi pedernal. No se
hable de este asunto. Hay a veces una ola de fango que levantan los
demás para perdernos.
Martirio: A mí no me gusta mentir.
La Poncia: Y algo habrá.
Bernarda: No habrá nada. Nací para tener los ojos abiertos. Aho-
ra vigilaré sin cerrarlos ya hasta que me muera.
Angustias: Yo tengo derecho de enterarme.
Bernarda: Tú no tienes derecho más que a obedecer. Nadie me
traiga ni me lleve. (A La Poncia.) Y tú te metes en los asuntos de tu
casa. ¡Aquí no se vuelve a dar un paso que yo no sienta!
Criada: (Entrando.) ¡En lo alto de la calle hay un gran gentío y to-
dos los vecinos están en sus puertas!
Bernarda: (A Poncia.) ¡Corre a enterarte de lo que pasa! (Las mu-
jeres corren para salir.) ¿Dónde vais? Siempre os supe mujeres ven-
taneras y rompedoras de su luto. ¡Vosotras al patio!
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
Telón rápido
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La casa de Bernarda Alba
Acto tercero
[Cuatro paredes blancas ligeramente azuladas del patio interior de la
casa de Bernarda. Es de noche. El decorado ha de ser de una perfec-
ta simplicidad. Las puertas, iluminadas por la luz de los interiores,
dan un tenue fulgor1 a la escena. En el centro, una mesa con un quin-
qué2 , donde están comiendo Bernarda y sus hijas. La Poncia las
sirve. Prudencia está sentada aparte.]
(Prudencia se sienta.)
• 151 •
Federico García Lorca
Prudencia: No la ha perdonado.
Bernarda: Hace bien.
Prudencia: No sé qué te diga. Yo sufro por esto.
Bernarda: Una hija que desobedece deja de ser hija para conver-
tirse en una enemiga.
Prudencia: Yo dejo que el agua corra. No me queda más consue-
lo que refugiarme en la iglesia, pero como me estoy quedando sin
vista tendré que dejar de venir para que no jueguen con una los
chiquillos. (Se oye un gran golpe, como dado en los muros.) ¿Qué es
eso?
Bernarda: El caballo garañón4 , que está encerrado y da coces con-
tra el muro. (A voces.) ¡Trabadlo y que salga al corral! (En voz baja.)
Debe tener calor.
Prudencia: ¿Vais a echarle las potras nuevas?
Bernarda: Al amanecer.
Prudencia: Has sabido acrecentar tu ganado.
Bernarda: A fuerza de dinero y sinsabores.
La Poncia: (Interviniendo.) ¡Pero tiene la mejor manada de estos
contornos! Es una lástima que esté bajo de precio.
Bernarda: ¿Quieres un poco de queso y miel?
Prudencia: Estoy desganada.
• 152 •
La casa de Bernarda Alba
cuadra, pero dejadlo libre, no sea que nos eche abajo las paredes.
(Se dirige a la mesa y se sienta otra vez.) ¡Ay, qué vida!
Prudencia: Bregando5 como un hombre.
Bernarda: Así es. (Adela se levanta de la mesa.) ¿Dónde vas?
Adela: A beber agua.
Bernarda: (En alta voz.) Trae un jarro de agua fresca. (A Adela.)
Puedes sentarte. (Adela se sienta.)
Prudencia: Y Angustias, ¿cuándo se casa?
Bernarda: Vienen a pedirla dentro de tres días.
Prudencia: ¡Estarás contenta!
Angustias: ¡Claro!
Amelia: (A Magdalena.) ¡Ya has derramado la sal!
Magdalena: Peor suerte que tienes no vas a tener.
Amelia: Siempre trae mala sombra.
Bernarda: ¡Vamos!
Prudencia: (A Angustias.) ¿Te ha regalado ya el anillo?
Angustias: Mírelo usted. (Se lo alarga.)
Prudencia: Es precioso. Tres perlas. En mi tiempo las perlas sig-
nificaban lágrimas.
Angustias: Pero ya las cosas han cambiado.
Adela: Yo creo que no. Las cosas significan siempre lo mismo. Los
anillos de pedida deben ser de diamantes.
Prudencia: Es más propio.
Bernarda: Con perlas o sin ellas las cosas son como una se las
propone.
Martirio: O como Dios dispone.
Prudencia: Los muebles me han dicho que son preciosos.
Bernarda: Dieciséis mil reales he gastado.
La Poncia: (Interviniendo.) Lo mejor es el armario de luna6.
5 Bregar: luchar.
6 Armario de luna: mueble para guardar ropa, que tiene un espejo.
• 153 •
Federico García Lorca
7 Arca: caja, comúnmente de madera sin forrar, asegurada por bisagras por uno
de los lados, y uno o más candados o cerraduras por el opuesto.
8 Retrepado: inclinado hacia atrás.
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
(Sale Adela.)
La Poncia: Vámonos.
Criada: Ganado tenemos el sueño. Bernarda no me deja descansar
en todo el día.
La Poncia: Llévate la luz.
Criada: Los perros están como locos.
La Poncia: No nos van a dejar dormir.
(Salen. La escena queda casi a oscuras. Sale María Josefa con una
oveja en los brazos.)
María Josefa:
Ovejita, niño mío,
vámonos a la orilla del mar.
La hormiguita estará en su puerta,
yo te daré la teta y el pan.
Bernarda,
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La casa de Bernarda Alba
cara de leoparda.
Magdalena,
cara de hiena.
¡Ovejita!
Meee, meee.
Vamos a los ramos del portal de Belén. (Ríe.)
Ni tú ni yo queremos dormir.
La puerta sola se abrirá
y en la playa nos meteremos
en una choza de coral.
Bernarda,
cara de leoparda.
Magdalena,
cara de hiena.
¡Ovejita!
Meee, meee.
¡Vamos a los ramos del portal de Belén!
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Federico García Lorca
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La casa de Bernarda Alba
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Federico García Lorca
Adela: Por eso procuras que no vaya con él. No te importa que
abrace a la que no quiere. A mí, tampoco. Ya puede estar cien años
con Angustias. Pero que me abrace a mí se te hace terrible, porque
tú lo quieres también, ¡lo quieres!
Martirio: (Dramática.) ¡Sí! Déjame decirlo con la cabeza fuera de
los embozos15 . ¡Sí! Déjame que el pecho se me rompa como una gra-
nada de amargura. ¡Lo quiero!
Adela: (En un arranque, y abrazándola.) Martirio, Martirio, yo no
tengo la culpa.
Martirio: ¡No me abraces! No quieras ablandar mis ojos. Mi san-
gre ya no es la tuya, y aunque quisiera verte como hermana no te
miro ya más que como mujer. (La rechaza.)
Adela: Aquí no hay ningún remedio. La que tenga que ahogarse
que se ahogue. Pepe el Romano es mío. Él me lleva a los juncos de la
orilla.
Martirio: ¡No será!
Adela: Ya no aguanto el horror de estos techos después de haber
probado el sabor de su boca. Seré lo que él quiera que sea. Todo el
pueblo contra mí, quemándome con sus dedos de lumbre, persegui-
da por los que dicen que son decentes, y me pondré delante de todos
la corona de espinas que tienen las que son queridas16 de algún hom-
bre casado.
Martirio: ¡Calla!
Adela: Sí, sí. (En voz baja.) Vamos a dormir, vamos a dejar que se
case con Angustias. Ya no me importa. Pero yo me iré a una casita
sola donde él me verá cuando quiera, cuando le venga en gana.
Martirio: Eso no pasará mientras yo tenga una gota de sangre en
el cuerpo.
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La casa de Bernarda Alba
(Sale Magdalena.)
• 165 •
Federico García Lorca
Magdalena: ¡Adela!
(Aparece Amelia por el fondo, que mira aterrada, con la cabeza sobre
la pared. Sale detrás Martirio.)
(Suena un disparo.)
• 166 •
La casa de Bernarda Alba
• 167 •
Federico García Lorca
Telón final
• 168 •
Sobre terreno conocido
Comprobación de lectura
Marquen con una X la opción correcta
Bodas de sangre
La historia transcurre en…
a) una ciudad latinoamericana.
b) una ciudad española.
c) un pueblo rural español.
d) un pueblo rural mexicano.
El día de la boda…
a) el novio no se presenta.
b) la novia huye con Leonardo.
c) la madre impide la ceremonia.
d) muere el padre de la novia. 169
En el bosque…
a) Leonardo y el novio se enfrentan a duelo y mueren.
b) La madre le pide a la novia que se vaya del pueblo.
c) La novia le pide a Leonardo que se vaya del pueblo.
d) El novio se oculta de la novia para no casarse.
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Actividades de comprensión
Bodas de sangre
El conflicto trágico
1 Determinen cuál es el núcleo de la acción en cada uno de los tres
actos y redacten tres oraciones que los resuman.
Bodas de sangre
La visión trágica
Relean en el apartado “La visión trágica”, de la sección Palabra de
expertos, el punto dedicado al destino.
a) Expliquen por qué los personajes centrales de Bodas de san-
gre están determinados por un destino trágico.
b) En el Cuadro primero del Acto primero marquen los indicios
que anticipan el destino trágico del novio y de la madre.
c) Expongan las decisiones que llevan a Leonardo hacia un des-
tino trágico.
d) Presten atención a las actitudes y parlamentos de la novia y
completen el siguiente esquema.
Reacciones de la novia
frente a la boda
Reacciones de la novia
frente a Leonardo
Coro y arquetipos
1 Relean en el apartado “La visión trágica en Bodas de sangre y
en La casa de Bernarda Alba”, de la sección Palabra de exper-
tos, el punto titulado “El coro y los arquetipos”.
a) Señalen en el texto pasajes en los que intervenga un coro.
b) Discutan en pequeños grupos qué funciones cumplen los coros
que intervienen a lo largo de la obra.
c) A partir de lo observado, completen en sus carpetas la siguien-
te conclusión.
176
2 Cuenten los versos y las sílabas que componen los pasajes que
identificaron y determinen a cuál de las siguientes formas poéti-
cas corresponde cada coro.
• Soneto: catorce versos de once sílabas organizados en cua-
tro estrofas: dos cuartetos (cuatro versos) y dos tercetos (tres
versos).
• Copla: cuatro versos de arte menor que, organizados en estro-
fas, dan forma a canciones populares.
• Romance: grupos de versos de ocho sílabas de extensión libre.
Los versos pares tienen rima asonante.
177
Los personajes femeninos
1 En la sección Palabra de expertos se señalan tres aspectos que
se entrelazan en los personajes femeninos de las tragedias lor-
quianas: la vida social, las relaciones cotidianas y los deseos.
a) Observen el personaje de la novia y ubiquen los momentos
en los que se muestra formando parte de la vida social de su
comunidad.
b) Caractericen la relación que tienen la novia y la criada.
c) Ubiquen los momentos en los que el deseo de la novia se
hace visible. Luego, copien en sus carpetas un parlamento en
el que la novia exprese el modo como la domina el deseo.
Los símbolos
1 En Bodas de sangre, el personaje de Leonardo se asocia perma-
nentemente con la figura de su caballo. En enciclopedias impresas
178
o virtuales, busquen información sobre este animal doméstico y
compártanla con la clase.
a) Ubiquen en el Acto segundo y en el Acto tercero los momen-
tos en los que se alude al caballo de Leonardo. Luego, anoten
las características físicas y de comportamiento del caballo
que ponen de manifiesto el estado emocional de Leonardo.
b) Discutan en pequeños grupos qué otros símbolos, además
del caballo, se asocian en la obra con la virilidad y la fertili-
dad masculina.
“(…) que apenas cabe en la mano,/ pero que penetra fino/ por
las carnes asombradas/ y que se para en el sitio/ donde tiem-
bla enmarañada/ la oscura raíz del grito”.
“Pez sin escama ni río”.
Ritual Características
Boda
Funeral
186
Actividades de producción
188
permitan articular texto e imagen. Para confeccionar el progra-
ma, tengan en cuenta las recomendaciones que siguen.
a) Redacten un resumen del argumento de la obra en el que, ade-
más de señalar los acontecimientos principales, destaquen
aquellos elementos que consideren necesarios para comprender
por qué se trata de un clásico del teatro universal. Pueden ayu-
darse con lo que se afirma en la sección Leer hoy y en la escue-
la teatro de Federico García Lorca.
b) Realicen un casting imaginario de actores de cine y televisión
conocidos por ustedes y seleccionen a los intérpretes de los per-
sonajes de la obra.
c) Repartan entre los integrantes del equipo los roles asociados
con la dirección, la escenografía y los recursos técnicos.
d) Con ayuda del docente de Plástica, seleccionen imágenes que
presenten La casa de Bernarda Alba desde otros lenguajes artís-
ticos: el fotográfico o el plástico, y elaboren un boceto del dise-
ño del programa.
189
Recomendaciones para leer y para ver
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Bibliografía
La página de la Fundación Federico García Lorca
(http://garcia-lorca.org/Home/Idioma.aspx) ofrece información
acerca de la vida y de la obra del escritor. Además, brinda una
muy completa lista de bibliografía e información acerca de las
actividades que se realizan en relación con la obra lorquiana.
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Esta obra se terminó
de imprimir en junio
de 2014, en los talleres
de Servicio Industrial
Grafico S.R.L., Mansilla
649, Lomas del Mirador,
provincia de Buenos Aires,
Argentina.