Lengua Española
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Introducción
Instrucciones
Los contenidos desarrollados en esta unidad son de sumo interés para enriquecer tus
conocimientos y experiencias. Así podrás terminar felizmente este ciclo de la Educación
Media:
Lee cuidadosamente los contenidos que debes estudiar y aprender hasta que los
comprendas.
Realizar las actividades con sinceridad, te permitirá comprobar que has aprendido los
contenidos estudiados.
Al final de esta unidad encontrarás una hoja de respuestas y orientaciones para las
actividades. ¡Comprueba tus respuestas!
Al final te anexamos un ejercicio de auto evaluación que contiene todo lo tratado en esta
unidad, el que deberás llenar respondiendo por ti mismo/a con honestidad.
Unidad 8
Contenido
Introducción 5
Instrucciones 6
Propósitos 7
Tema 4. LITERATURA
Conozcamos un poco de nuestros autores: Virgilio Díaz Grullón. 20
ESTUDIO DE LA LENGUA
LA NARRACIÓN
ELIDIENTE ROTO
A los doce años, combatiendo Juan Peña con unos granulas, recibió un guijarro sobre un
diente; la sangre corrió lavándole .El sucio de la cara, y el diente se partió en forma de
sierra. Desde ese día empieza la edad de oro de Juan Peña.
Con la punta de la lengua, Juan tentaba sin observar el diente roto; el cuerpo inmóvil,
vaga la mirada - sin pensar. Así, de alborotador y pendenciero, móntese en callado y
tranquilo.
Los padres de Juan, hartos de escuchar quejas de los vecinos y transeúntes víctimas de
las perversidades del chico, y que habían agotado toda clase de reprimendas y castigos,
estaban ahora estupefactos y angustiados con la súbita transformación de Juan.
Juan no chistaba y permanecía horas enteras en actitud hierática, como en éxtasis;
mientras allá dentro en la oscuridad de la boca cerrada, su lengua acariciaba el diente
roto - sin pensar.
- El niño no está bien, Pablo - decía la madre al marido -; hay que llamar al médico.
Llegó el doctor, grave y panzudo, y procedió al diagnóstico: buen pulso, mofletes
sanguíneos, excelente apetito, ningún síntoma de enfermedad.
- Señora - terminó por decir el sabio después de un largo examen -, la santidad de mi
profesión me impone declarar a usted.
- ¿Qué, señor doctor de mi alma? ... - interrumpió la angustiada madre.
- Que su hijo está mejor que una manzana. Lo que sí es indiscutible, - continuó con voz
misteriosa -, es que estamos en presencia de un caso fenomenal. Su hijo de usted, mi
estimada señora, sufre de lo que hoy llamamos el mal de pensar; en una palabra, su hijo
es un filósofo precoz, un genio, tal vez.
Creció Juan Peña en medio de libros abiertos ante sus ojos, pero que no leía, distraído
por la tarea de su lengua ocupada en tocar la pequeña sierra del diente roto - sin pensar.
Y con su cuerpo crecía su reputación de hombre juicioso, sabio y "profundo", y nadie se
cansaba de alabar el talento maravilloso de Juan.
En plena juventud, las más hermosas mujeres trataban de seducir y conquistar aquel
espíritu superior, entregado a hondas meditaciones para los demás, pero que en la
oscuridad de su boca tentaba el diente roto - sin pensar.
Pasaron meses y años y Juan Peña fue diputado, académico, ministro, y estaba a punto
de ser coronado Presidente de la República, cuando la apoplejía lo sorprendió
acariciándose su diente roto con la punta de la lengua.
Y doblaron las campanas, y fue decretado un riguroso duelo nacional; un orador lloró en
una fúnebre oración a nombre de la Patria, y cayeron rosas y lágrimas sobre la tumba
del grande que no había tenido tiempo de pensar.
Ejercicio No. 1
Después de leer el cuento "El Diente Roto" realiza las siguientes actividades. ,
1.- Busca en el diccionario el significado de las siguientes palabras:
a. Guijarro
b. Granuja
c. Sierra
d. Reprimenda
e. Hierático
f. Mofletes
g. Júbilo
h. Lerdo
i. Apoplejía
2.- Escribe una oración con cada una de las palabras buscadas en el Diccionario.
a.
b.
C.
d.
E.
F.
g-
H.
I.
a. Edad de Oro
b. Vaga la mirada
c. El mal de pensar
d. Hacerse eco
e. Niño prodigio
f. Voz del pueblo, voz del cielo
g. Traer a colación
7.-¿Era Juan Peña, en realidad, lo que la gente creía: juicioso, sabio, profundo? Justifica
la respuesta.
9. El cuento forma parte del modo de expresión narrativo. Es una narración, porque
relata, cuenta una historia.
Trayendo la historia de Juan Peña a la vida real, ¿Puede ocurrir este caso o algo
semejante, en la realidad? Justifica la respuesta.
b. Otra ley de la narración es la unidad que consiste en un centro de interés alrededor del
cual gira toda trama. ¿Cuál es el centro de interés en "El Diente Roto"?
c. Al cuento "El Diente Roto" se le puede aplicar el refrán "La apariencia engaña". ¿Por
qué?
d. ¿Cuál es el ambiente o lugar en el que se desarrolla la historia?
LA NARRACIÓN
Elementos de la Narración
ACCIÓN
PERSONAJE
AMBIENTE
Partes de la Narración
EXPOSICIÓN NUDO
DESENLACE
Leyes de la Narración
UNIDAD
VEROSIMILITUD INTERÉS
FUNCIONES DE LA LENGUA
SENSACIONES
EMOCIONES
DIÁLOGO
MONÓLOGO
OTROS
El Narrador en la Narración
La Novela
La novela es una obra literaria considerablemente extensa en la que se narra una acción
principal y una o más acciones secundarias, relacionadas con la principal.
Por razones de espacio, no se incluye una novela en esta unidad.
El Cuento
El tema del cuento debe ser humano, o, por lo menos, humanizante. El mejor tema para
un cuento será un hecho humano, que mueva al ser humano y debe tener categoría
universal.
La ley del interés debe cumplirse. El cuentista debe mantener el interés del lector
sosteniendo constante la tensión y la fuerza con que se va desarrollando el hecho.
El cuento debe iniciar interesando al lector, con el protagonista en acción física o
psicológica. El principio y el nudo del cuento deben estar cerca.
La brevedad es otra ley del cuento, pero un cuento puede ser largo, con tal que
mantenga la condición de ser un relato de un solo hecho.
La primera ley del cuento es la fluencia constante, es decir, la acción no puede detenerse
nunca, hasta llegar al final.
¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles.
Diles que lo hagan por caridad.
- No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti.
-Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile Que lo
haga por candad de Dios.
-No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a de veras. Y yo ya no quiero volver
allá.
-Anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues.
-No. No tengo ganas de ir. Según eso, yo soy tu hijo. Y, si voy mucho con ellos,
acabarán por saber quién soy y les dará por afusilarme a mí también. Es mejor dejar las
cosas de este tamaño.
-Anda, Justino. Diles que tengan tantita lástima de mí. No más eso diles.
Justino apretó los dientes y movió la cabeza diciendo:
-No.
Y siguió sacudiendo la cabeza durante mucho rato.
-Dile al sargento que te deje ver al coronel. Y cuéntale lo viejo que estoy. Lo poco que
valgo. ¿Qué ganancia sacará con matarme? Ninguna ganancia. Al fin y al cabo él debe
de tener un alma. Dile que lo haga por la bendita salvación de su alma.
Justino se levantó de la pila de piedras en qué estaba sentado y caminó hasta la puerta
del corral. Luego se dio vuelta para decir:
-Voy, pues. Pero si de perdida me afusilan a mí también, ¿Quién cuidará de mi mujer y;
de los hijos?
-La Providencia, Justino. Ella se encargará de ellos. Ocúpate de ir allá y ver ¡qué cosas
haces por mí. Eso es lo que urge.
Quién le iba a decir que volvería aquel asunto tan viejo, tan rancio, tan enterrado como
creía que estaba. Aquel asunto de cuando tuvo que matar a don Lupe. Nonada más por
nomás, como quisieron hacerle ver a los de Alima, sino porque tuvo sus razones. El se
acordaba:
Don Lupe Terreros, el dueño de la Puerta de Piedra, por más señas su compadre. Al que
él, Juvencio Nava, tuvo que matar por eso; por ser el dueño de la Puerta de Piedra | y
que, siendo también su compadre, le negó I el pasto para sus animales.
Primero se aguantó por puro compromiso. Pero después, cuando la sequía, en que vio
cómo se le morían uno tras otros sus animales hostigados por el hambre y que su
compadre don Lupe seguía negándole la hierba de sus potreros, entonces fue cuando se
puso a
Romper la cerca y a arrear la bola de animales flacos hasta las paraneras para que se
hartaran de comer. Y eso no le había gustado a don Lupe, que mandó tapar otra vez la
cerca, para que él, Juvencio Nava, le volviera a abrir otra vez el agujero. Así de día se
tapaba el agujero y de noche se volvía a abrir, mientras el ganado estaba allí, siempre
pegado a la cerca, siempre esperando; aquel ganado suyo que antes nomás se vivía
oliendo el pasto sin poder probarlo.
-Mira, Juvencio, otro animal más que metas al potrero y te lo mato. Y él le contestó:
-Mire, don Lupe, yo no tengo la culpa de que los animales busquen su acomodo. Ellos
son inocentes. Ahí si me los mata.
"Y me mató un novillo".
"Esto pasó hace treinta y cinco años, por marzo, porque ya en abril andaba yo en monte,
corriendo del exhorto. No me valieron ni las diez vacas que le di al juez, ni el embargo
de mi casa para pagarle la salida de la cárcel. Todavía después se pagaron con lo que
quedaba nomás por no perseguirme, aunque de todos modos me perseguían. Por eso me
vine a vivir junto con mi hijo a este otro terrenito que yo tenía y que se nombra Pado de
Venado. Y mi hijo creció y se casó con la nuera Ignacia y tuvo ya ocho hijos. Así que la
cosa ya va para viejo, y según eso debería estar olvidada. Pero, según eso, no lo está.
"Yo entonces calculé que con unos cien pesos quedaba arreglado todo. El difunto don
Lupe era solo, solamente con su mujer y los dos muchachitos todavía de a gatas. Y la
viuda pronto murió también dizque de pena. Y a los muchachitos se los llevaron lejos,
donde unos parientes. Así que, por parte de ellos, no había que tener miedo.
"Pero los demás se atuvieron a que yo andaba exhortado y enjuiciado para asustarme y
seguir robándome. Cada vez que llegaba alguien al pueblo me avisaban:
-"Por ahí andan unos fuereños, Juvencio.
"Y yo echaba pal monte, entreverándome entre los madroños y pasándome los días
comiendo sólo verdolagas. A veces tenía que salir a la medianoche, como si me fueran
correteando los perros. Eso duró toda la vida. No fue un año ni dos. Fue toda la vida".
Y ahora habían ido por él, cuando no esperaba ya a nadie confiado en el olvido en que
lo tenía la gente; creyendo que al menos sus últimos días los pasaría tranquilo. "Al
menos esto -pensó- conseguiré con estar viejo. Me dejarán en paz."
Se había dado a esta esperanza por entero. Por eso costaba trabajo imaginar morir así,
de repente, a estas alturas de su vida, después de tanto pelear para librarse de la muerte;
de haberse pasado su mejor tiempo tirando de un lado para otro arrastrado por los
sobresaltos y cuando su cuerpo había acabado por ser un puro pellejo correoso curtido
por los malos días en que tuvo que andar escondiéndose de todos.
Por si acaso, ¿no había dejado hasta que se le fuera su mujer? Aquel día en que
amaneció con la nueva de que su mujer se la había ido, ni siquiera le pasó por la cabeza
la intención de salir a buscarla. Dejó que se fuera sin indagar para nada ni con quién ni
para dónde, con tal de no bajar al pueblo. Dejó que se fuera como se le había ido todo lo
demás, sin meter las manos. Ya lo único que le quedaba para cuidar era la vida, y ésta la
conservaría a como diera lugar. No podía Mucho dejar que lo mataran. No podía, menos
ahora.
Pero para eso lo habían traído de allá, de Palo de Venado. No necesitaron amarrarlo
para que los siguiera. El anduvo solo, únicamente maniatado por el miedo. Ellos se
dieron cuenta de que no podía correr con aquel cuerpo viejo, con aquellas piernas flacas
como secas, acalambradas por el miedo de morir. Porque a eso iba. A morir, se lo
dijeron.
Desde entonces lo supo. Comenzó a sentir esa comezón en el estómago, que le llegaba
de pronto siempre que veía de cerca la muerte y que le sacaba el ansia por los ojos, y
que le hinchaba la boca con aquellos buches de agua agria que tenía que trabarse sin
querer. Y esa cosa que le hacía los pies pesados mientras su cabeza se le ablandaba y el
corazón le pegaba con todas sus fuerzas en las costillas. No, no podía acostumbrarse a la
idea de que lo mataran.
Tenía que haber alguna esperanza. En algún lugar podría aún quedar alguna esperanza.
Tal vez ellos se hubieran equivocado. Quizás buscaban a otro Juvencio Nava y no al
Juvencio Nava que era él.
Caminó entre aquellos hombres en silencio, con los brazos caídos. La madrugada era
oscura, sin-¡Ey, tú! ¿Qué si has habitado en estrellas. El viento soplaba despacio, se
llevaba la tierra seca y traía más, llena de ese olor como de orines que tiene el polvo de
los caminos.
Sus ojos, que se habían apeñuscado con los años, venían viendo la tierra aquí, debajo de
sus pies, a pesar de la oscuridad. Allí en la tierra estaba toda su vida. Sesenta años de
vivir sobre de ella, de encerrarla entre sus manos, de haberla probado como se prueba el
sabor de la carne. Se vino largo rato desmenuzándola con los ojos, saboreando cada
pedazo como si fuera el último, sabiendo casi sería el último.
Luego, como queriendo decir algo, miraba a los hombres. Que iban junto a él. Iba a
decirles que lo soltaran, que lo dejaran que se fuera: "Yo no le he hecho daño a nadie,
muchachos", iba a decirles, pero se quedaba callado. "Mas adelantito se los diré",
pensaba. Y sólo los veía. Podía hasta imaginar que eran sus amigos; pero no quería
hacerlo. No lo eran. No sabía quiénes eran. Los veía a su lado ladeándose y
agachándose de vez en cuando para ver por donde seguía el camino.
Los había visto por primera vez al pardear de la tarde, en esa hora desteñida en que todo
parece chamuscado. Habían atravesado los surcos pisando la milpa tierna. Y él había
bajado a eso: a decirles que allí estaba comenzando a crecer la milpa. Pero ellos no se
detuvieron.
Los había visto con tiempo. Siempre tuvo la suerte de ver con tiempo todo. Pudo
haberse escondido, caminar unas cuantas horas por el cerro mientras ellos se iban y
después volver a bajar. Al fin y al cabo la milpa no se lograría de ningún modo. Ya era
tiempo de que hubieran venido las aguas y las aguas no aparecían y la milpa comenzaba
a marchitarse. No tardaría en estar seca del todo.
Así que ni valía la pena de haber bajado; haberse metido entre aquellos hombres como
en un agujero, para ya no volver a salir.
Y ahora seguía junto a ellos, aguantándose las ganas de decirles que lo soltaran. No les
veía la cara: sólo veía los bultos que se repegaban o se separaban de él. De manera que
cuando se puso a hablar, no supo si lo habían oído. Dijo:
-Yo nunca le he hecho daño a nadie- eso dijo. Pero nada cambió. Ninguno de los bultos
pareció darse cuenta. Las caras no se volvieron a verlo. Siguieron igual, como si
hubieran venido dormidos.
Entonces pensó que no tenía nada más que decir, que tendría que buscar la esperanza en
algún otro lado. Dejó caer otra vez los brazos y entró en las primeras casas del pueblo
en medio de aquellos cuatro hombres oscurecidos por el color negro de la noche.
-Mi coronel, aquí está el hombre.
Se habían detenido delante del boquete de la puerta. Él, con el sombrero en la mano, por
respeto, esperando ver salir a alguien. Pero sólo salió la voz:
-Sí. Dile al coronel que de allá mismo soy. Y que allí he vivido hasta hace poco.
-Pregúntale que si conoció a Guadalupe Terreros.
-Qué dizque si conociste a Guadalupe Terreros.
-¿A don Lupe? Sí. Dile que sí lo conocí. Ya murió.
Entonces la voz de allá adentro cambió de tono:
-Ya sé que murió -dijo-. Y siguió hablando como si platicara con alguien allá, al otro
lado de la pared de carrizos.
-Guadalupe Terreros era mi padre. Cuando crecí y lo busqué me dijeron que estaba
muerto. Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para
enraizar está muerta. Con nosotros, eso pasó.
"Luego supe que lo habían matado a '-machetazos, clavándole después una pica de buey
en el estómago. Me contaron que duró más de dos días perdido y que, cuando lo
encontraron, tirado en un arroyo, todavía estaba agonizando y pidiendo el encargo de
que le cuidaran a su familia.
"Esto, con el tiempo, parece olvidarse. Uno trata de olvidarlo. Lo que no se olvida es
llegar a saber que el que hizo aquello está aún vivo, alimentando su alma podrida con la
ilusión de la vida eterna. No podría perdonara ése, aunque no lo conozco; pero el hecho
de que se haya puesto en el lugar donde yo sé que está, me da ánimos para acabar con
él. No puedo perdonarle que siga viviendo. No debía haber nacido nunca."
Desde acá, desde afuera, se oyó bien claro cuanto dijo. Después ordenó:
-¡Llévenselo y amárrenlo un rato, para que padezca, y luego fusílenlo!
-¡Mírame, coronel! - pidió él-. Ya no valgo nada. No tardaré en morirme sólito,
derrengado de viejo. ¡No me mates...!
-Amárrenlo y denle algo de beber hasta que se emborrache para que no le duelan los
tiros.
Ahora, por fin, se había apaciguado. Estaba allí arrinconado al pie del horcón.
Había venido su hijo Justino y su hijo Justino se había ido y había vuelto y ahora otra
vez venía.
Lo echó encima del burro. Apretaló bien apretado al aparejo para que no se fuese a caer
por el camino. Le metió su cabeza dentro de un costal para que no diera mala impresión.
Y luego le hizo pelos al burro y se fueron, arrebatados, de prisa, para llegar a Palo de
Venado todavía con tiempo para -arreglar el velorio del difunto.
-Tu nuera y los nietos te extrañarán -iba diciéndole- te mirarán a la cara y creerán que
no eres tú. Se le figurará que te ha comido el coyote, cuando te vean con esa cara tan
llena de boquete por tanto tiro de gracia como te dieron.
Ejercicio No. 2.
Después de leer el cuento "Diles que no me Maten" realiza las siguientes actividades.
3.- Escribe una oración con cada una de las palabras que buscaste en el diccionario.
11.-¿Se cumple la ley del interés desde el principio hasta el fin?. Justifica tu respuesta
15.-De los siguientes sentimientos: odio, tristeza, alegría, dolor, miedo, ¿Cuál prevalecía
en el hijo de don Lupe?
16.-Pon en juego tu creatividad y cámbiale el final al cuento. Para ello, elimina los
últimos cuatro párrafos, desde donde dice: ENSEGUIDA LA VOZ DE ALLA
ADENTRO DIJO:
LA ANÉCDOTA
La anécdota es una narración breve, real -no ficticia- acerca de un suceso particular y
curioso.
Ejercicio No. 3
Lee atentamente la siguiente anécdota y luego realiza las actividades que aparecen a
continuación.
ANÉCDOTA SOBRE TRUJILLO
El Generalísimo Trujillo (que tal fue el título militar que ostentó a consecuencia de los
desenfrenos adulatorios) se percató de que cada vez que consultaba a cierto colaborador
suyo (no se trata del Dr. Balaguer), el personaje se excusaba "para pensar" un instante;
se dirigía a una habitación contigua al despacho del jefe y poco después retornaba con la
respuesta perfecta, documentada con citas y apabullantes testimonios de una
sobrecogedora cultura.
Cerca del despacho del dictador estaba colocada, en una pulcra estantería con puertas
de vidrio, una formidable enciclopedia.
Trujillo entró en sospechas e hizo cerrar con llaves la puerta de los estantes. Entonces,
con ese aire inocente que sabía Hacer lucir cuando lo deseaba, le hizo una pregunta al
colaborador. Como de costumbre, este pidió permiso para retirarse un instante "a
pensar". Pero pasó el tiempo y el hombre, no regresaba. Mandado a buscar, el
colaborador regresó cabizbajo y dijo:
Trujillo, con malignidad, repuso: -Aquí la tengo- haciendo tintinear las llaves de la
estantería de libros.
NOTA: Lo que no comprendió Trujillo fue que poseer una gran cultura no equivale a
ser una enciclopedia viviente, a quien puede preguntársele cualquier cosa y obtener una
respuesta correcta. Se ha dicho, y dicho bien, que la persona culta es la que sabe dónde
buscar, que conoce la ruta que ha de transitarse para lograr la información que se
requiere.
a. Personaje (s)
b. Acción
c. Ambiente
2.-Resume en un párrafo de no más de tres oraciones el contenido de la anécdota.
3.- Relata alguna anécdota que te haya ocurrido
EL DIALOGO
El diálogo es un intercambio de ideas, opiniones, etc. sobre algún tema, entre dos o más
personas. Las personas que intervienen en el diálogo sé denominan interlocutores.
Puede ser formal, o informal o espontáneo.
El diálogo formal es, generalmente, algo previsto, coordinado, con el fin de lograr un
propósito específico. Esto se cumple, por ejemplo, cuando se realiza una entrevista para
evaluar el candidato a un empleo.
Ejercicio No. 4
Vuelve a leer el final del cuento "Diles que no me maten", en la parte en que Juvencio
suplica al coronel que no lo maten.
1.- ¿Cómo se puede catalogar a Juvencio? (valiente, cobarde, temeroso, piadoso, cruel,
insensible).
2.- ¿Cuáles características posee el coronel, según se deduce de este diálogo? (valiente,
cobarde, temeroso, piadoso, cruel, insensible)
4.- Sostén una conversación con un personaje notable de tu pueblo o sector, y luego,
transcríbela.
ORTOGRAFÍA
ABREVIATURAS
La palabra abreviatura se define como la representación gráfica reducida de una
palabra! mediante la supresión de letras finales o centrales y que suele cerrarse con
punto.
Sr. Señor
Sra. Señora
Estructura o Formas
Las abreviaturas, algunas veces, sufren accidente de género, agregando (a) a la forma
masculina.
S. M. =
Sr. = Señor Sra. = Señora
Su Majestad
Dr. Sr. D.
A = A. M. =
Área
N =
Ante Meridiano
Norte
Sr.
Señor
Algunas están formadas por las primeras letras. Estas primeras letras no deben formar
sílaba. En el caso-de que así sea, se tomará la primera letra de la segunda sílaba.
También sustituyendo la o del masculino por una "a".
Licdo = Licda.
Número
Cuando una abreviatura está formada por más de una letra, el plural se forma agregando
"s" o "es".
Dr. = Dres.
Sr. = Sres.
Sra. = Sras.
Cuando la abreviatura está formada una sola letra, el plural se hace duplican: dicha letra.
Estados Unidos = E. E. U. U.
Fuerzas Armadas = F. F. A. A.
Convencionales: Son las que forma parte de la lengua escrita por su uso generalizado.
Ejm = Ejemplo
c/u = Cada uno
Etc - = Etcétera
Personales: Son las que cada persona inventa, para agilizar la escritura.
q' = Que x = Por
Abreviatura es una palabra reducida a una o más letras de la totalidad que la forman.
Sr. = Señor
Sigla: Palabra formada por las letras iniciales del nombre compuesto de una institución
u otra. Se escribe con mayúscula y sin puntos ni preposiciones.
Acrónimo es una sigla ampliada. Es decir, además de las letras iniciales, incluye otras
letras.
Los acrónimos se forman con letras o sílabas de las diferentes palabras que forman un
término. Esas letras o sílabas pueden estar al principio, en medio o al final de las
palabras.
Instituto Tecnológico
Ejercicio No. 5
Doctor =
Familia =
Etcétera =
Licenciado =
Señorita =
Señora =
Ejemplo =
Presidente =
Don =
Estados Unidos =
República Dominicana =
Autor dominicano nacido en Santiago de los Caballeros el 1ro. De Mayo de 1926. Hijo
de Virgilio Díaz Ordóñez, poeta y abogado.
Estudió Derecho en la Universidad de Santo Domingo y se graduó en 1946.
Desde joven se inclinó por la literatura, colaborando en periódicos y revistas nacionales.
Varios de sus cuentos han sido traducidos al inglés, francés y portugués e incluidos en
antologías publicadas en el extranjero
En 1958 ganó el Premio Nacional de Literatura por su obra "Un Día Cualquiera" que es
un libro de cuentos y de nuevo en 1997 con la obra "Antología de la Era de Trujillo".
Falleció en 2001.
Obra literaria:
Matar un Ratón
El niño recogió una pesada piedra de las | que abundaban en el pequeño patio trasero: de
la casa, calculó cuidadosamente la puntería y la arrojó con fuerza contra el ratón; que
parecía observarlo atentamente a pocos pasos de distancia.
Dando media vuelta, el niño corrió velozmente hacia la casa. Abrió de un empujón la
puerta y cruzó como una ráfaga de viento fresco la habitación semioscura \ donde la
anciana dormitaba. Ésta despertó sobresaltada y al comprobar la causa que la había
sustraído de su sueño, cambió ligeramente de posición y cerró de nuevo los ojos.
-¡Qué muchacho éste!-, murmuró... Ahora le sería difícil conciliar otra vez el sueño. Y
el médico le había advertido que necesitaba dormir mucho y no preocuparse demasiado.
Se lo había dicho en aquella forma especial que tenía de hablarle; con suavidad, pero
con firmeza... Le gustaba mucho aquel doctor. Le complacía verle ' sentado a su lado,
con el maletín lleno de instrumento extraños abierto junto a él, y oírle hablar mientras
manipulaba la jeringuilla, el termómetro o el aparato aquél de medir la presión arterial...
Era sin duda una persona que inspiraba confianza; y ella se la tuvo desde el primer
momento. Siempre estaba pendiente de cuanto le decía y cumplía sus instrucciones al
pie de la letra ... La verdad era que había mejorado mucho. Ya respiraba casi sin
dificultad y las articulaciones apenas le dolían;,sólo aquel dolor del costado seguía
molestándola... Pero el dolor se iría también y ella volvería a sentirse fuerte y saludable
como antes... Cuando estuviese un poco | mejor volvería a trabajar en el jardín. Si no: lo
hacía ella, nadie en la casa se ocupaba de las flores. Daba pena asomarse a la ventana y
comprobar lo descuidado que estaba todo. El rosal estaba casi seco, los hierbajos
crecían por todas partes y las dalias se habían marchitado por completo... Pero j cuando
ella sanara, el jardín, que también | estaba enfermo, sanaría con ella y volvería a ser
como antes... Después de todo, cultivar con amor el jardín era la única forma en que
¡podía devolver a su hijo todo cuanto hacía | por ella. La sola manera de pagarle sus \
bondades, sus sacrificios... Sí, era sin duda j un sacrificio alojarla en su casa y pagar al
médico y comprarle medicinas caras, cuando ¡él ganaba tan poco y había vivido siempre
\ tan estrechamente... Y a pesar de todo, su hijo la mantenía allí desde hacía meses, y la
rodeaba de atenciones y de cariño, no obstante las insinuaciones de su mujer... Porque
ella sabía que la mujer no la quería... Aunque no se lo decía abiertamente, lo adivinaba
en el tono de su voz, en el modo de mirarla... Daba gracias a Dios porque su hijo fuera
tan bueno... Y siempre lo había sido; desde niño fue obediente, dócil. Pocas madres
habían tenido la suerte de ella.
El sueño al fin nubló la mente de la anciana y la poseyó total y dulcemente.
Al llegar a la mitad del pasillo que dividía en dos la casa, el niño detuvo su carrera, giró
a la izquierda y entró en su habitación cerrando con fuerza la puerta tras de sí. Se arrojó
de bruces sobre la cama y escondió la cabeza bajo la almohada... Pero aún allí, el vientre
blancuzco del ratón resplandecía en la oscuridad.
-¿Por qué no dices nada? ¿Es qué estás tratando acaso de echarte atrás? - La voz aguda
de la mujer le restalló con violencia en los oídos.
El hombre giró sobre sí mismo y se colocó de costado. Era necesario responder, decir
algo. Pero se estaba tan bien así, tendido, con los ojos cerrados, sin hablar...
Cuando la mano de la mujer se prendió como un garfio de su hombro y lo sacudió con
furia, abrió los ojos, sobresaltado.
-¿Qué pasa?-
-¡Estabas despierto desde hace rato! ...
¡A mí no me engañas! ¿Crees que fingiendo dormir y escondiendo la cabeza bajo la
almohada es como se resuelven las cosas? ... Levántate ahora mismo y avísale a la Vieja
de una vez!...
-Espera un poco, mujer. Hoy es domingo. Hoy es día de descansar un rato. Más tarde le
hablaré...
-¡De ninguna manera! ... ¡Tiene que ser ahora mismo! ... Anoche me prometiste que
sería la primera cosa que harías por la mañana... ¡No toleraré ni un solo retraso más!
¿Me oyes? ... ¡Conozco demasiado bien tu sistema de ir dejándolo todo para después y
luego no hacer nada!... ¡Puede ser queje engañes a ti mismo, pero a mí no me engañas!-
Su boca abriéndose y cerrándose... Cada vez más aprisa... Más aprisa... Más... ¿Desde
cuándo vienes soportando esto? ¿Desde el día en que te casaste? ... No. Desde antes
aún... ¿Recuerdas las felicitaciones de tus amigos el día de la boda?: "Congratulaciones.
Te casas con una mujer de carácter"... "Ella siempre ha logrado lo que se ha propuesto.
Será de gran ayuda para ti”... "Magnifica sí”... Claro que has llegado lejos. Mucho más
lejos de lo que jamás soñaste; pero no en la dirección que suponían ellos. No hacia
arriba, sino hacia abajo... Comenzaste a descender lentamente al principio, sin que
apenas te dieses cuenta de lo que sucedía... Primero fueron pequeñas concesiones, para
evitar escenas en público. Después esas concesiones se multiplicaron en cada hora y en
todas partes hasta constituir la esencia misma de la vida en común... Aprendiste a
tolerar, a callar y así fuiste hundiéndote poco a poco en este abismo en que estás en el
presente. La senda que te condujo a él se iniciaba en una suave pendiente. Cuando
empezaste a descender por ella creías poder detenerte cuando quisieras... ¡Qué lejos
estabas entonces de Sospechar que cuando la pendiente se tornará en precipicio, el
impulso inicial te sumergía cada vez más aprisa hasta el fondo de la oscura sima!...
La puerta de la habitación se abrió con violencia y la cabeza del niño asomó por el
hueco preguntando:
-Vas a ir ahora a donde tu madre y le dirás que no puede seguir en esta casa. Que debe
irse sin falta hoy mismo... ¡Te doy exactamente cinco minutos para hacerlo!...
-Sí, mujer, como quieras...Ahora mismo voy - La voz del hombre sonó como la de un
niño que recitara una lección aprendida de memoria y mil veces repetida.
Con gestos maquinales y rostro inexpresivo, se levantó de la cama, se calzó las
pantuflas y salió en silencio de la habitación.
-No, mi hijo, matar un ratón no es un pecado: los ratones están mejor muerto que
vivos...
Ejercicio No. 6
2.- A partir del pensamiento de la abuela cuando el niño la despierta, ¿Qué puede saber?
3.- A partir del diálogo entre el padre del niño y su esposa, se pueden conocer
características de ambos?
a. Características de él
b. Características de ella
Las respuestas marcadas con asterisco orientan sobre lo que contestaste, pero no
necesariamente tienes que haberlo dicho con esas palabras.
Ejercicio No. 1
1.-Búscalas en el diccionario
2.-Libre
3.-a. La mejor época de su vida
b. mirada distraída
c. filosofar
d. acoger
e. niño que está intelectualmente muy avanzado para su edad
f. cuando todo el pueblo acepta algo, no está equivocado.
g. se refería a (su ejemplo)
4.- Demóstenes Político ateniense de antes de Cristo.
Shakespeare Famoso escritor inglés del siglo XVI. "Romeo y Julieta" es una de sus
obras más famosas.
Edison Físico norteamericano. Inventó la lámpara incandescente, el fonógrafo.
5.-Muy travieso y torpe, alborotador, pendenciero.
6.-Siempre estaba distraído tocándose el diente roto con la lengua. Callado, tranquilo.
7.-No, Juan no tenía ninguna de estas cualidades, pero la gente creía que las tenía, pues
siempre estaba distraído y parecía que meditaba.
8.-Que estaba siempre distraído pasando la lengua por su diente roto en forma de sierra.
9.-a. Quizá no exactamente igual, pero sí hay personas que aparentan ser una cosa
totalmente distinta de lo que son.
b. La actitud de distraimiento de Juan Peña.
c. Porque Juan estaba siempre distraído, pero la gente, sin embargo, creía que estaba
meditando y que era un genio.
d. No está bien definido, pero por algunos detalles parece "una pequeña ciudad".
e. Libre
f. Juan Peña muere g. Observador hr Libre h2. Libre
Ejercicio No. 2
Ejercicio No. 3
Ejercicio No. 4
1.-temeroso / cobarde
2.-Insensible
3.-Que no lo mataran
4.- Libre
Ejercicio No. 5
1.-Dr.- /flia. / etc. / Lic.-Licdo. / Srta. / Sra. / Ej. / D. / EE.UU. / Rep. Dom.
2.- a. OEA
b. CEA
c. PN
d. PRD
e. ONU
f. OIT
g. OMS
h. OTAN
3.-a. ACROARTE
b. UNA CHOSIN
c. PUCAMAIMA
d. INESPRE
Ejercicio No. 6
4. Las características o leyes que hacen posible que la narración pueda ser considerada
como un modo o forma de expresión son:
a. Acción, ambiente.
b. Exposición, desenlace.
c. Observador, personaje.
d. Sensaciones, emociones.
e. Unidad, interés.
7. Toda narración debe parecer real, o referirse a una situación que pueda ser real. Esta
es una ley de la narración denominada:
a. Verosimilitud
b. Acción
c. Nudo
d. Observador
e. Emociones
10. Las impresiones anímicas que pueden sentir los personajes de la narración es.
a. Verosimilitud
b. Acción
c. Nudo
d. Observador
e. Emociones
2. Relato extenso que cuenta con una acción principal y varias secundarias.
a. Novela
b. Cuento
c. Anécdota
d. Diálogo
3. Relato más o menos breve, acerca de un hecho (uno sólo) importante, humano,
convincente.
a. Novela
b. Cuento
c. Anécdota
d. Diálogo
5. Ley de la narración que reclama que el relato resulte atractivo al lector desde el
principio hasta el fin.
a. Fluencia
b. Interés
c. Brevedad
d. Expresiva
7. Ley relativa al cuento que demanda que la acción del relato no debe distraerse ni
detenerse, desde el principio hasta el final.
a. Fluencia
b. Interés
c. Brevedad
d. Expresiva
10. El conjunto que se forma con las letras iniciales de un nombre compuesto por varias
palabras se llama:
a. Acrónimo
b. Sigla
c. Abreviaturas
d. Sinónimo
a. Un acrónimo se forma con la letra inicial de cada palabra del nombre más una o más
letras de cada palabra del nombre.
b. Las abreviaturas siempre se escriben con mayúscula inicial.
c. Juan Rulfo es el autor del libro de cuentos "Un Día Cualquiera"
d. Juan Rulfo es el autor del libro de cuentos "El Llano en Llamas"
e. Virgilio Díaz Grullón fue el autor dominicano que escribió "Un Día Cualquiera" y
"Más Allá del Espejo".
f. D - don; Sr. = señor; Dra. = Doctora.
g. ONU es una sigla. INDESUR es un acrónimo
h. El cuento y la anécdota son relatos breves. El cuento es, generalmente, una historia
inventada. La anécdota es una historia real.
i. La conversación es formal. El diálogo es espontáneo.
j. La bibliografía es uno de los elementos del cuento.
Punto uno I.
1. d
2. b
3. a
4. e
5. c
6. b
7. a
8. d
9. c
10. e
Horcón
Milpa
Carrizo
Costal
Desenfreno
Contiguo
3arábola
GLOSARIO
Horcón: Madero fijo en el suelo y en cuya cabeza van sentadas las vigas.
BIBLIOGRAFIA
Díaz Grullón Virgilio Un Día Cualquiera (Libro de Cuentos). Santo Domingo, 1958.
Periódico HOY Suplemento Isla Abierta. Enero, 1990.