Taller de Competencia Desleal PDF

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Taller de Competencia Desleal

1. Analizar los casos planteados e indicar y explicar que actos de


competencia desleal se presentan él.
2. Subir a la plataforma dentro del plazo especificado, el taller
desarrollado, en formato PDF.
CASO 1:

D1 y Justo & Bueno: la guerra de las tiendas de bajo costo

Un nuevo round en el pleito que libran las cadenas D1 y Justo & Bueno comenzó en los
últimos días cuando esta última interpuso una denuncia penal. Este episodio hace parte de la
batalla comercial y judicial que libran desde hace un año estas empresas, que incursionaron
con éxito en el llamado sector del hard discount o descuento duro. Ese formato, novedoso en
Colombia, tiene muy buena aceptación de los consumidores, pues ofrece productos a precios
mucho más bajos que los de las grandes superficies.

La disputa ha ido creciendo al pasar de demandas por competencia desleal ante la


Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), al terreno penal con una denuncia ante la
Fiscalía General de la Nación por falsos testimonios.
Las dos exitosas tiendas que protagonizan la historia participan en un sector que moverá este
año más de 4 billones de pesos en ventas. La firma Koba, del Grupo Valorem de la familia
Santo Domingo, maneja las tiendas D1 tras comprar a un grupo de inversionistas nacionales
y extranjeros un porcentaje accionario que luego, con el crecimiento acelerado de D1,
aumentó hasta controlar la totalidad del negocio. Hoy cuenta con cerca de 500
establecimientos y ventas que superaron los 2,1 billones de pesos en 2016, tres veces más
que los ingresos de 2014.

Pero los antiguos dueños de D1 no se quedaron quietos y en febrero del año pasado le
montaron competencia con Mercadería Justo & Bueno. En solo un año tienen alrededor
de 240 tiendas y esperan cerrar 2017 con 450 locales y ventas cercanas al billón de pesos.

Estas dos cadenas, así como las tiendas Ara, de la portuguesa Jerónimo Martins, han agitado
el comercio minorista en el país por su rápida expansión y la oferta de productos a precios
más bajos, aunque con un surtido limitado porque trabajan con proveedores pequeños y
medianos que se están abriendo espacio en el mercado nacional.

Y esa es la razón de la disputa. Mercadería Justo & Bueno lanzó el primer golpe cuando puso
una queja ante la SIC por competencia desleal. Acusó a D1 de coaccionar a algunos de sus
proveedores para que no les vendieran sus productos. Como consecuencia, en junio del
año pasado la SIC decretó medidas cautelares contra Koba (D1) y ordenó a esta empresa
“abstenerse de presionar, exigir, persuadir o amenazar de cualquier forma, ya sea directa o
indirectamente a los proveedores, sociedades o empresas que actualmente abastecen a
Mercadería S.A.S.”.

Pero la disputa no terminó allí. Justo & Bueno acaba de lanzar un nuevo golpe con una
denuncia penal ante la Fiscalía contra dos proveedores de D1–Tecnologías Alimenticias
(Tecnoal) y Tostaditos Susanita–.Según la oficina del abogado Jaime Granados, su
apoderado en este proceso, esos proveedores rindieron falsos testimonios al negar presiones
de D1, con el fin de hacer creer a la entidad que no se justificaba imponer una medida
cautelar. Granados sostiene que lo hicieron puesto que D1 es el mayor comprador de los
productos que distribuyen estas dos compañías.

Sin embargo, Koba señaló en un comunicado que no entiende por qué Justo & Bueno está
denunciando penalmente a dos testigos a quienes llamó, por su propia iniciativa, en el proceso
que se adelanta en la SIC. “Koba D1 es absolutamente respetuoso de las autoridades
colombianas y acudirá a ellas para demostrarle al país con total transparencia que no ha
incurrido en ninguna falta”. La firma sostiene que el propósito es promover y desarrollar una
red de proveedores con relaciones gana-gana y afirma que el mercado colombiano es
suficientemente amplio para toda clase de competidores.
No se sabe hasta dónde va a llegar esta batalla comercial. Lo cierto es que los clientes
esperan una mayor competencia, buenos precios y buen servicio, independientemente
de quien se los brinde.

CASO 2:
Dental colombiana S.A. es una sociedad que desde hace más de 10 años se encuentra
dedicada a la prestación de servicio de salud, más concretamente a la atención odontológica
de pacientes. Para el cumplimiento de su actividad, Dental colombiana S.A. dispone de 11
consultorios odontológicos ubicados a lo largo y ancho de la ciudad de Cali. Los anteriores
consultorios se anuncian con el nombre comercial de “Clínica Sonrisa”, y así son
identificadas por los distintos usuarios del servicio. Su permanencia en el mercado durante
todo este tiempo, con excelentes niveles de calidad, le ha valido a las “Clínicas Sonrisa” una
gran reputación y recordación dentro del medio de servicios odontológicos.
Sin embargo, para sorpresa de la sociedad, recientemente se enteró que desde el mes de
diciembre de 2008 viene operando en la ciudad de Popayán un consultorio odontológico que
se denomina públicamente como “Clínica Sonrisa”, que pertenece a la sociedad Caicedo
Ltda.
A pesar de lo anterior, la sociedad Dental colombiana S.A. manifiesta que no ha autorizado
a la sociedad Caicedo Ltda. Para que utilice el nombre comercial “Clínica Sonrisa”.

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