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FICHA DE LECTURA
Cassany, D. (2003) “Enseñar a leer y escribir hoy en la universidad”. Conferencia
brindada el 23 de octubre de 2003, Tecnológica de Monterrey, Monterrey, México. Subido a You Tube el 26 de julio de 2014, por Catedra Alfonso Reyes. Cassany (2003) señala en su conferencia que leer y escribir son tareas psico-socio- lingüísticas, en tal sentido, los tres enfoques: lingüístico, cognitivo y sociocultural resultan “necesarios” al momento de realizar prácticas de lectura y escritura. El enfoque lingüístico le atribuye mucho énfasis al código, es decir, las reglas que constituyen la escritura y sus diferentes aplicaciones; dentro de sus objetos de estudio se destacan los ‘recursos lingüísticos’ y el ‘código escrito’ puesto que el significado de aquello que transferimos se halla en el mismo documento, o en las mismas palabras. Posee dos orientaciones, una normativa: referida a los recursos lingüísticos correctos, es decir, se debe enseñar a leer y a escribir de manera correcta, y una descriptiva: donde el objeto de la enseñanza son los aspectos de la adecuación del discurso. Ahora bien, dicho enfoque parte de una serie de fundamentos y antecedentes para constituirse como tal, el fundamento más importante parte de que leer y escribir requiere de dominar las reglas que constituyen la oración, la lengua, el texto, etc. En base a esto, los antecedentes de los que parte este enfoque son las diferentes corrientes lingüísticas, como la gramática tradicional, la gramática estructural, la gramática generativa, la lingüística del texto, entre otras; es por esto que el ámbito de trabajo de dicho enfoque será la oración, el texto y el discurso en contexto. Cassany (2003) expone los contenidos más relevantes en un programa de este enfoque, entre ellos se encuentran la coherencia, las practicas didácticas, los ejercicios como talleres, la cohesión, la construcción de la oración, etc. En segundo lugar, Cassany (2003) refiere al enfoque psicolingüístico como aquel que entiende que el objetivo de enseñanza no es solo el código sino también las estrategias cognitivas que utilizamos para procesar dicho código escrito, por ende, sugiere que las palabras no siempre significan lo que se dice, sino que su significado está en la cabeza de las personas, por ende, el objeto de aprendizaje de dicho enfoque serán los procesos cognitivos, Cassany (2003) explica que al abordar la composición escrita toma en consideración tres procesos centrales que se vinculan con la planificación, la textualización o la ejecución, puesta en marcha, junto con el monitoreo de la actividad (procesos metacognitivos), y –finalmente- la revisión. Este enfoque se fundamenta en la idea de entender a la comunicación humana como un fenómeno sumamente complejo y que las palabras utilizadas en determinados contextos pueden poseer múltiples significados, y estos significados se basan, sobre todo, en el conocimiento de los hablantes. Para poner en práctica este enfoque se utilizan diferentes métodos de trabajo, entre ellos podemos encontrar: la modelación, ejercitación y apropiación de técnicas aisladas; tareas de composición con pautas y el autoanálisis de secuencias de comprensión, entre otros. Por último, el enfoque sociocultural plantea que detrás de cada discurso hay siempre una persona en un lugar, momento y con una visión del mundo particular, por ende, de esto dependerá su interpretación, más que leer entre líneas se debe ver como se lee en diferentes planos y con diferentes puntos de vista; así entiende que las estrategias psicológicas no son suficientes para manejar con desempeño la lectura y la escritura, y así se vuelve necesario tener conocimientos socioculturales, siendo estos el objeto de aprendizaje de este enfoque. Cassany (2003) señala que este enfoque se fundamenta en que la lectura como la escritura son tareas socioculturales en cada texto y de esta forma cada contexto (incluyendo época y comunidad) generan sus propios practicas discursivas. Por ultimo cabe rescatar de lo mencionado por Cassany (2003), que dicho enfoque posee tres orientaciones, por un lado, está dirigida a los géneros, es decir que trata de enseñar a escribir y leer bien acorde a determinados géneros, ya sean profesionales o académicos, a su vez está orientada a la alfabetización crítica, esta refiere a que el manejo de lectura y escritura en el siglo xxi requiere una dimensión crítica, es decir, personas que no solo sepan leer y escribir, y por último, se dirige hacia una alfabetización electrónica, la misma refiere a aquellos centros de redacción de lectura y escritura en la red puesto que la tecnología ha cobrado una vital importancia.