JURISPRUDENCIA Procesal Constitucional

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

ANEXO

EXP. N.° 0959-2004-HD/TC


LIMA
WILO RODRÍGUEZ GUTIÉRREZ
 
 
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
 
En Lima, a los 19 días del mes de noviembre de 2004, la Sala Primera
del Tribunal Constitucional, con asistencia de los señores magistrados Alva
Orlandini, Bardelli Lartirigoyen y García Toma, pronuncia la siguiente sentencia
 
ASUNTO
 
Recurso extraordinario interpuesto por don Wilo Rodríguez Gutiérrez
contra la sentencia de la Quinta Sala Civil de la Corte Superior de Lima, fojas
136, su fecha 9 de octubre de 2003, que declara improcedente la demanda de
autos.
 
ANTECEDENTES
 
Con fecha 8 de abril de 2002, el recurrente interpone acción de hábeas
data contra el señor presidente de la República, doctor Alejandro Toledo
Manrique, solicitando que se le otorgue acceso a la información no
proporcionada a la fecha y requerida mediante carta notarial de 18 de febrero
del 2002, respecto a los gastos, relaciones de comitivas, itinerarios y agendas
de trabajo de los viajes que ha realizado al exterior como Presidente de la
República desde el 28 de julio de 2001 hasta fines de marzo de 2002. Así
mismo, solicita que la información requerida se especifique como sigue: a)
monto asignado al Presidente como viáticos o su similar en cada uno de sus
viajes; b) monto asignado al Presidente como gastos de representación o su
similar en cada viaje; c) gastos de combustible y de operación del avión
presidencial en cada viaje; d) costos de sus pasajes aéreos en cada uno de sus
viajes, según sea el caso, e) monto asignado para gasto de la Comitiva
Presidencial en cada viaje; f) relación de la Comitiva Presidencial en cada uno
de sus viajes presidenciales; g) itinerario de cada uno de los viajes
presidenciales; h) la agenda de trabajo de cada viaje presidencial, y 9) otras
informaciones relacionadas con cada uno de los viajes presidenciales.
Aduce que, al denegársele su pedido, se vulnera el artículo 2º, inciso 5),
de la Constitución, toda vez que la información solicitada no atenta contra la
seguridad nacional, ni afecta la intimidad personal, ni está exceptuada por ley.
El Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales de la Presidencia
del Consejo de Ministros contesta la demanda manifestando que no es posible
emplazar válidamente al Presidente de la República, pues el mandatario no se
encarga del procesamiento, archivo y custodia de la información. Además,
precisa que la información que se solicita se encuentra en el tenor de los
correspondientes dispositivos legales que han sido publicados en el diario
oficial “El Peruano”, y que, en consecuencia, lo peticionado resulta irrelevante.
El Vigésimo Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima, con fecha 3 de marzo del 2003, declara
improcedente la demanda considerando que no se ha actuado ningún medio
probatorio que acredite que el señor Presidente sea quien tenga dicha
información, máxime cuando es la Dirección General de Administración del
Despacho Presidencial la entidad pública encargada de procesar tal tipo de
información.
 La recurrida confirma la apelada por los mismos fundamentos,
argumentando que no es al Presidente de la República a quien corresponde el
acopio y archivo de la información, sino, en todo caso, al órgano autónomo.
 
FUNDAMENTOS
Petitorio
 
1.      El objeto de la presente demanda es que el Poder Ejecutivo, a través de
la entidad u oficina encargada, cumpla con informar al recurrente respecto a
los gastos, relaciones de comitivas, itinerarios y agendas de trabajo de los
viajes que ha realizado al exterior el señor Presidente de la República,
Alejandro Toledo Manrique, desde el 28 de julio del 2001 hasta fines de
marzo del 2002.
 
Consideraciones preliminares
 
2.      En el presente proceso, la recurrida consideró que la acción de garantía
debió ser desestimada por accionarse contra el Presidente de la República,
a quien no le corresponde el acopio de la información solicitada. Al
respecto, conviene recordar que en la STC 1797-2002-HD/TC, don Wilo
Rodríguez Gutiérrez interpuso acción de hábeas data contra el ex
presidente de la República Valentín Paniagua Corazao, solicitando que se
le proporcionara información sobre los gastos efectuados por el ex
presidente Alberto Fujimori Fujimori y su comitiva durante los más de 515
días en que estuvo fuera del país. En dicho caso, este Tribunal declaró
fundada la demanda. Por tanto, sobre la base de nuestra jurisprudencia,
este Colegiado ha establecido con carácter general que, en este tipo de
procesos, no hay obstáculo para demandar al Presidente de la República.
 
3.      Por otro lado, debe considerarse que, ante esta instancia, mediante
escrito del 8 de setiembre de 2004, el Procurador Público encargado de los
asuntos judiciales de la Presidencia del Consejo de Ministros presenta el
informe del gerente legal del despacho presidencial, mediante el cual
comunica que con fecha 9 de mayo de 2003 se cumplió con entregar toda la
información solicitada. Sobre este punto, de la revisión de los actuados se
advierte que no se ha proporcionado la información del período
comprendido entre agosto del 2001 y mayo del 2002. En consecuencia, la
información proporcionada por el gerente legal del despacho presidencial no
es suficiente para demostrar que se ha cumplido con entregar la totalidad
de la información solicitada.
 
Marco constitucional y jurisprudencia vinculante sobre el derecho de
acceso a la información pública aplicable al caso de autos
 
4.      La Constitución Política del Perú, en su artículo 2°, inciso 5, reconoce el
derecho de toda persona de solicitar, sin expresión de causa, la información
que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en un plazo
razonable, y con el costo que suponga dicho pedido, con la única excepción
de aquella que afecte a la intimidad personal y la que expresamente se
excluya por ley o por razones de seguridad nacional. Lo establecido en el
referido artículo representa una realidad de doble perspectiva, pues no solo
constituye el reconocimiento de un derecho fundamental, sino el deber del
Estado de dar a conocer a la ciudadanía sus decisiones y acciones de
manera completa y transparente. En esa medida, el secreto o lo oculto
frente a la información de interés público resulta una medida de carácter
extraordinario y excepcional para casos concretos derivados del mandato
constitucional.
 
5.      El Tribunal Constitucional ha establecido en su jurisprudencia, como regla
general, que todo órgano del Estado o entidad con personería jurídica de
derecho público se encuentra obligada a proveer la información peticionada,
siendo excepcional la negación de acceso a la misma por razones de
seguridad nacional, afectación a la intimidad personal o supuestos
establecidos por ley (STC 0666-1996-HD/TC, 1071-98-HD/TC, 214-2000-
HD/TC, 315-2000-HD/TC y 1797-2002-HD/TC).
 
6.      En la sentencia 1797-2002-HD/TC, hemos dicho que el contenido
constitucionalmente garantizado por el derecho de acceso a la información
pública no solo comprende la mera posibilidad de acceder a la información
solicitada y la obligación de dispensarla por parte de los organismos
públicos, sino que la misma debe ser completa, precisa, correcta,
actualizada, oportuna y veraz.
 
7.      En ese sentido, el referido derecho a la información pública implica
también el derecho de toda persona a la verdad, traducido en la obtención
de una información fidedigna e indiscutible de parte de la Administración. Al
respecto, este Tribunal, en la sentencia 2488-2002-HC/TC, reconoció el
derecho a la verdad como un nuevo derecho fundamental –no mencionado
expresamente en la Constitución de 1993, pero incorporado en nuestro
ordenamiento jurídico a partir de la “enumeración abierta” de derechos
fundamentales prevista en el artículo 3.° del texto constitucional, por cuanto
es un derecho que se deriva del principio de la dignidad de la persona, del
Estado democrático y social de derecho, y de la forma republicana de
gobierno– que tiene una dimensión colectiva, que consiste en el derecho de
la nación de conocer los hechos o acontecimientos provocados por las
múltiples formas de violencia estatal y no estatal; y una individual, que
consiste en el conocimiento de las circunstancias en que se cometieron las
violaciones a los derechos humanos, y cuya titularidad recae en las
víctimas, sus familiares y allegados; circunstancias que, a su vez, el Estado
tiene la obligación específica de  investigar y de informar.
 
8.      En este orden de ideas, este Colegiado considera que el derecho a la
verdad, como parte del catálogo de derechos humanos reconocidos
universalmente, guarda plena conexión con el derecho a la información y
transparencia en el manejo de la cosa pública, en razón de que la sociedad
tiene el atributo jurídico de acceder al conocimiento de los hechos de
relevancia pública; y, por ende, de que goce de certeza y exactitud. Por ello,
el conocimiento de la verdad entronca con los postulados del Estado
democrático y los derechos ciudadanos. En tal sentido, la conducta
opuesta a la verdad es la falsedad. De ahí que en la esfera pública el
ocultar la verdad puede dar lugar a diferentes grados de responsabilidad
política y administrativa, penal o civil.
 
9.      Es innegable que el concepto de verdad tiene, desde sus orígenes de la
reflexión pública, una correspondencia con aquel apotegma que señala que
“verdadero es el discurso que dice las cosas como son, falso el que las dice
como no son”. Este principio es asumido plenamente en el derecho de
acceso a la información pública, pues la Administración se encuentra en la
obligación de brindar información veraz, sin alterar ni ocultar la realidad de
los hechos.
      
10.  Del mismo modo, el acceso a la información desde su perspectiva de
derecho individual se presenta como un presupuesto o medio para el
ejercicio de otras libertades fundamentales, como puede ser la libertad de
investigación, de opinión o de expresión, entre otras. Tal condición
instrumental de este derecho se puede apreciar en el caso de autos. En
efecto, conforme se expresa en la carta notarial de fecha 8 de febrero del
2002 –no encontrándose obligado a dar las razones de la información
requerida–, el recurrente alega que la información solicitada es importante
para poder ejercer su libertad de investigación sobre la diplomacia
presidencial en el Perú.
 
11.  En su perspectiva colectiva, este derecho representa una garantía para
todas las personas de recibir la información necesaria y oportuna, a fin de
que pueda formarse una opinión pública, libre e informada. Por ello,
conforme a nuestra jurisprudencia, hemos subrayado que el reconocimiento
al acceso a la información pública es consustancial a un régimen
democrático.
 
12.  En el caso de autos, la información solicitada no se encuentra entre las
causales de excepción establecidas en la Constitución ni en nuestra
jurisprudencia, motivo por el cual resulta un derecho del recurrente el
acceso oportuno a la misma, más aún cuando, por tratarse de información
que involucra parte del manejo presupuestal en cuanto a gastos del Estado,
esta debe respetar principios tales como el de publicidad y transparencia.
 
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le
confiere la Constitución Política del Perú
 
HA RESUELTO
 
1.      Declarar FUNDADA la demanda de hábeas data.
 
2.      Ordena que el Poder Ejecutivo cumpla con proporcionar la información
completa solicitada, previo pago de las tasas o derechos correspondientes
para su expedición. 
 
Publíquese y notifíquese
 
SS.
 
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GARCÍA TOMA
ANÁLISIS RELEVANTE E ILUSTRATIVO
La jurisprudencia constitucional, entendida como la doctrina que desarrolla el
Tribunal Constitucional en cada caso que va resolviendo, resulta una
importante fuente del derecho1 y por lo tanto resultará ilustrativo conocer
algunos pronunciamientos vinculados a la materia sub examen.

- INFORMACIÓN SOBRE LOS VIAJES DEL PRESIDENTE DE LA


REPÚBLICA (EXPEDIENTES 00959-2004-HD Y 01797-2002-HD)

El demandante solicita al despacho presidencial que informe el monto asignado


por concepto de viáticos para los desplazamientos del Presidente de la
República2, el monto asignado por concepto de gastos de representación, los
costos de los pasajes aéreos (por cada uno de los viajes realizados), en su
caso los gastos de combustible y operación del avión presidencial, el monto
asignado para gastos de la comitiva presidencial, entre otros. El Poder
Ejecutivo respondió que el órgano demandado no tenía entre sus funciones la
de brindar información y que la misma se encontraba publicada en el Diario
Oficial El Peruano. El Tribunal Constitucional sostuvo que la información
publicada no era completa en relación con el pedido y que, en consecuencia,
debía ser brindada al solicitante. En el mismo pronunciamiento agregó que “…

1
Esta afirmación es muy discutible, pero en todo caso reproducimos lo señalado por el propio órgano de control de la
Constitución en el conocido caso Salazar Yarlenque (Expediente 03741-2004-AA, Fundamento Jurídico 42).
2
En el expediente 00959-2004-HD se solicitó información respecto de los viajes del ex Presidente Alberto Fujimori y
en el expediente 01797-2002-HD sobre los viajes del ex Presidente Alejandro Toledo. El trabajo más completo sobre
la materia puede encontrarse en DELGADO – GUEMBES, César y RODRÍGUEZ GUTIÉRREZ, Wilo, Los Viajes
del Presidente 1822 – 1998, Ed. Servicio de Investigaciones Parlamentarias, Lima 1998
el derecho a la verdad, como parte del catálogo de derechos humanos
reconocidos universalmente, guarda plena conexión con el derecho a la
información y transparencia en el manejo de la cosa pública, en razón de que la
sociedad tiene el atributo jurídico de acceder al conocimiento de los hechos de
relevancia pública; y, por ende, de que goce de certeza y exactitud. Por ello, el
conocimiento de la verdad entronca con los postulados del Estado democrático
y los derechos ciudadanos. En tal sentido, la conducta opuesta a la verdad es
la falsedad. De ahí que en la esfera pública el ocultar la verdad puede dar lugar
a diferentes grados de responsabilidad política y administrativa, penal o civil”
(Fundamento Jurídico 7).
 

También podría gustarte