La Generación Del 98 PDF
La Generación Del 98 PDF
La Generación Del 98 PDF
) Circunstcrncios ganarocionoles
ldeologío U tomos del 98
) Lo visión do €spoño
) Los praocupcrcionos existenciolos
€l lenguoje litErorio
!o novElo: Pío Borojo
€t Unomuno y ezorín
La mirada de los hombres dei 98 se dirige, más que hacia fuera, hacia
rcntro: en los paisajes del alma se reflejan un clesasosiego y Llna angustia
.'ital, que encuentran su mejor escenario en las r.iejas ciudades 1, en los
..aisajes yerrnos de Casrilla.
ArLtorretrato de El Greco.
colgado Frente al escritorio de,{zo¡ín
Los miembros de la generación del 98 poseen una acusada personali- Ved los grandes y acongojados ojos de
:ad, que se traduce en un estilo literario personal. Y esta variedad se enri- su retrato... Tormentoso dibujo que
ruece en cada uno, si renemos en cuenr¿l que cultivaron diversos géneros expresa el dolo¡ la fe ardiente, la rnge-
nuidad, la audacia, lafuerza avasallado-
:rerarios; ¡ además, al¡4unos de ellos experimentaron una transfbrmación
ra de un pueblo de aventureros locos y
.srilística progresiva, como ocurre con Valle-Incián, que evoluciona clel de locos místicos (Azorín).
L^:256
E
'tmino
de Pío Baroja; Amor
de ¡terfección, 1, pedagogía, de Unamuno; 1,
257
Unamuno (1864-1936) es autor de varias novelas en las que pred(
nan los planteamientos ideológicos, ya que a sus protagonistm 1., o.*- --
las cuestiones de tipo filosófico y exiitencial que pi.o.up"., al ¿*
Domina en ellas el tono reflexivo, expresado t."rér del- diálogo - ..
"
monólogo, sin apenas referencias espaciales ni temporales y con ause : - -
de descripciones. se rrara, pues, de una novela peculiar, a la que unanr--
llamará univolar, como negación de las fo.mas ,rovelescas t.ádi.io.rrl..
En Amor y pedagogía (1902) su proragonista piensa casarse y edu._.. -
su hijo de forma planificada y científica, pero frácasará, ya que se de;..--
a ia mujer que no había previsro y su pedagogía positivista no cond,,;. _
hijo a Ia genialidad sino al suicidio.
Itliebk (1,914), quizá su novela más original, tiene como proragon :,-
a Augusto Pérez, quien se enfrenta con su autor, negándose a acepra:
muerte que le tiene planeada.
san Manuel Bueno, mártir (1931) refleja las inquietudes religiosas
-,
Unamuno, por medio de un cura de pueblo que ha perdido la fe, p.,
guarda las apariencias, comportándose .omo ur-r santo,-de manera que r _
fieles no la pierdan, e incluso crean por é1, ayudándole a salvarse.
PíO BRNOJN
259
y toda clase de personajes estrafalarios, en los que priya un individu¿-
mo pesimista que les lleva a la incomprensión y al fracaso.
Sus novelas, la mavoría localizadas en el País Vasco o en Madrid. ,.
agrupan en trilogías, que guardan una mayor o menor unidad temátic=
La trilogía de la tierra yasca comp rende La casa de Aizgorri (19001. :
mqlorazgo de Labraz (1903) y Zalacain elauenturero (i909).
A la trilogía de La uida fantástica pertenecen Camino de petfecc,
(1902), Auenturas, inusn¡le y mixtiJicaciones de Siluestre Paradox (1901
Paradox, rey $906),las dos últimas protagonizadas por personajes atrar '
liarios, de vida e ideas disparatadas, qu€ revelan el gusto barojiano por
seres anárquicos, tocados de un inconformismo que choca con los pre:--
puestos de la sociedad regulada.
Duío de Regovos, Yurreta Las tres novelas de La lucha por la uida (1904) -La busca, Mala /,:;'
bay Aurora roja- rerratan el Madrid de la miseria y la marginación, er: .
que conviven Ia golfería bohemia, el proletariado que malvive del trab.:
y un inframundo de iluminados, charlatanes y estafadores, que compon.
un retrato muy crudo de la España de comienzos del siglo.
A la trilogía de La rdzlt pertenece El árbol de la ciencia ( I 9 1 1), una : :
Ias novelas más significativas de la narrativa barojiana, cuyo personaje :.
es un hombre de acción, sino un ser reflexivo, Io que le conduce a..
angustia y a la coma de conciencia del sinsentido de la vida.
un grupo importante de novelas son las de acción y aventuras en i
mar: Las inquietudes de Sbanti Andía (1911), El laberinto de las sir¿.
(1923), Los pilotos de abura (\923) y La estrella del capitáru Chimista (19 3
Modelo de novelas históricas son las 22 que componen las Mema,,-
de un ltombre de accién en las que, a partir de las aventuras deAvirane ..
un conspirador que existió en la realidad, se noveliza el mundo comp..
y revueito de la primera mitad del siglo xrx.
El propio Baroja da cuenta de su vida en su extenso libro Desde la ti.: -
ma uue/ta del caruino, que recoge un rico invenrario de sus ideas soci.:..
y políticas y de sus relaciones y peripecias vitales, con un tono entre esc.:,
tico, crítico y bienhumorado.
T€XTOS
l-260
Por aquella selección a la inversa resultaba que los más aptos allí eran precisamente
los más ineptos [...]
La política de Alcolea respondía perfectamenle al estado de inercia y desconfian-
za del pueblo. Era una política de caciquismo, una lucha entre dos bandos contrarios,
que se llamaban el de los Ratones y el de los Mochuelos; los Ratones eran liberales,
y los Mochuelos, conservadores.
En aquel momento dominaban los Mochuelos. El Mochuelo principal era el alcal-
de, un hombre delgado, vestido de negro, muy clerical, cacique de formas suaves, que
suavemente iba llevándose todo lo que podía del Municipio.
El cacique liberal del partido de los Ratones era don Juan, un tipo bárbaro y des-
pótico, corpulento y forzudo, con unas manos de gigante, hombre que cuando entra-
ba a mandar, trataba al pueblo en conquistador. Este gran Ratón no disimulaba como
el Mochuelo; se quedaba con todo lo que podía, sin tomarse el trabajo de ocultar deco-
rosamente sus robos.
Alcolea se había acostumbrado a los Mochuelos y a los Ratones, y los considera-
ba necesarios. Aquellos bandidos eran los sostenes de la sociedad; se repartían el
D¿río cle Regolts, Vitúo sur
botÍn: tenían un0s para otros un tabú1 especial, como el de los polinesios. Andrés podía
estudiar en Alcolea todas aquellas manifestaciones del árbol de la vida, y de la vida
áspera manchega: la expansión de egoísmo, de la envidia, de la crueldad, del orgullo. 1. tarr: condición de aquello que n0 es licito criticar
A veces pensaba que todo esto era necesario; pensaba también que se podía lle- o mencionar.
A los pocos dias de llegar a Madrid, Andrés se encontró con la sorpresa desagradable
de que se iba a declarar la guerra a los Estados Unidos Había alborotos, manifesta-
ciones en las calles, música patriótica a todo pasto.
Andrés no habÍa seguido en los periódicos aquella cuestión de las guerras colo-
s niales, no sabÍa a punto fijo de qué se trataba. Su único criterio era el de la criada vie¡a
de Dorotea, que solía cantar a voz en grito, mientras lavaba, esta canción:
LA NCVELA Y EL ENSAYO
a Cuba se llevan la flor de la España,
10 y aquí no se queda más que la morralla.
Tras haber leído los tres textos, analiza el papel de Andrés en la acción
novelesca.
Actúa como si fueras un amigo de Andrés que habla con él sobre lo que
le preocupa y trata de darle ánimos.
Andrés, tras ser nombrado médico de Higiene, nora que su instinto antisocial
; ibd aumentartdo, ¡e iba conairtiendo en odii coutra el riio, sin tener sirupatío por
,.' pobre.
Se vuelve a encontrar con Lulú, se cilsa con ella emprende uttt aida turcutt:
),
i: ocupa corno traductor de obras de terna médico t, vive fbliz con su mufer,
-.rsta qlie ella queda embarazada, ]. en el p"r,o -r.r.n la madre y el niáo.
-ldrés, desesperado, se suicida aquella misma noche.
n EL ENSAYO:
UNAMUNO Y AZORÍN
re
[o geoeroción del ensoyo
El intelectualismo y el esplritu crítico de los noyenrayochistas, su afán
de reflexionar sobre el mundo en que viven, la reivindicación del paisaje
como reflejo cle la esencja de los pueblos de España, encuentran r,, *.ját
expresión en el tono reflexivo y confidencial del ensayo.
Todos los aurores del 98, en mayor o menor medida
-y sobre todo
unamuno y Azorln- escribieron multitud de colaboraciones en periódi-
cos y revistas, luego recogidas en libros, que constituyen un reflá;o fide-
digno de Ia evolución de sus actitudes y pl"rrt."*ientos ideológicos.
Los datos para su labor ensayística los proporcionan tres fuentes de
-inspiración:
L3s viajes. por las derras y los pueblos de España, y sobre todo de
castilla, de los que retraran sus cosrumbres y tradiáiones, el atraso
:
-
y la miseria, la belleza de sus paisajes y la dignidad de sus gen:-
siempre desde un punro de vista subjerivo, que ramiza la realii.
descrita a través de la perspecriva neorromántica del observador : - ,
Cl ensogo
*-- 266
I
todo en las tierras de casrilla: En torno al tastit'ismo (1895), do.cle
reflexiona sobre la esencia de l' espaírol, enrre el casticismo tradi-
cio,alista 1' e1 modernismo .eg.r.iado., ar tiempo que plantea su
teoría sobre la inrrahistoria como moror d. l" .irilirr.ió.r;
v lo,
libros de via)es t,:_r:(t de Porntgal 1t. España ( 1 9 1 1 ) y And)nros y
.Por
uisiones espa.nolas (7912), en los que desaparece el espíritu
polémi-
co' sustituido por la contemplación imprisionisra d.i y.r..,t .rrt.-
llano, cuya austeridad ., ,Á ,.-"nso de paz para eí ,ler^sori.go
unamuniano.
Los que plantea, temas existenciales, en que aparece ei Unamuno
§ó1j.", que expresa la contradicción enire ei pragmatismo y el
idealismo, la realidad y el espíritu, romando .oáo Lodelo a don
Quijote -wda de don Q"ioi y sancho (1905)-, o se debare entre
la angustia de la inexist.rrti, áe Dios y la rmperiosa necesi<iad de
que exista, entre el an.sia de inmortalidad y la widencia de ia muer-
te: Del sentimiento trágico de la uida (rlra) y La agonia ¿lel
Cristianismo (1926).
T€XTOS
¡Ancha es Castilla! ¡Y qué hermosa la tristeza reposada de ese mar petrificado y lleno 1 . concupiscibles deseables, apetecibles.
de cielo! Es un paisaje uniforme y monótono en sus contrastes de luzy 2. gruso: f ér1il, productivo.
sombra, en sus
tintas disociadas y pobres en matices. Las tienas se presentan com0 en 3. panteistica. referido al panteÍsmo, docvjna que
inmensa plan_ identifica a Dios con el universo.
cha de mosaico de pobrísima variedad, sobre el que se extiende el azul
intensísimo 4. espingardas. armas de fuego muy largas.
: del cielo. Faltan suaves kansiciones, ni hay otra continuidad armónica que
Ia de la lla- 5. la v¡da es sueñ): referenc¡a al drama de Calderón
nura inmensa y el azul compacto que la cubre e ilumina. con este título.
6. que el s1l no se p1nga en nis rl1n¡n¡os.frase atri-
No despiefta este paisaje sentimientos voluptuosos de alegría de vivi¡
ni sugiere buida a Fe,ipe ll. para ponderar la enorme exten-
sensaciones de comodidad y holgura concupiscibles:r n0 es un camp0 sión de Ias posesiones españolas.
verde y graso2
en que den ganas de revolcarse, ni hay repliegues de tierra que llamen
como un nido.
, No evoca su contemplación al animal que duerme en nosotros todos, y que
medi0
despierto de su modorra se regodea en el dejo de satisfacciones
de apetitos amasa-
dos con su carne desrle los albores de su vida, a la presencia
de frondosos campgs de
vegetación opulenta. No es una naturaleza que recree al espíritu.
Nos desase más bien del pobre suelo, envolviéndonos en el
cielo puro, desnudo y
, uniforme. No hay aquícomunión con la naturaleza, ni nos absorbe
ésta en sus esplén_
didas exuberancias: es. si cabe decirlo, más que panteístico,3 un paisaje
monoteístico
este campo infinito en que, sin perderse, se achica er hombre, y en que
siente, en
medio de la sequÍa de los campos, sequedades del alma
[...]
Siempre que contemplo la llanura castellana recuerdo dos cuadros.
Es el uno un
camp0 escueto, seco y caliente, bajo un cielo intenso, en que llena largo
espacio
inmensa muchedumbre de moros arrodillados, con las espingardas4
en el suelo, hun-
didas las cabezas entre las manos apoyadas en tierra, y al fiente
de ellos, de pie, un
caudillo tostado, con los brazos tensos al azul infinito y la vista perdida
en él como
diciendo: n¡sólo Dios es Dios!, En el otro cuadro se presentan en
el inmenso páramo
: muerto, alaluz denetida del crepúsculo, un cardo quebrando la imponente
monoto-
nía, en el primer término, y en lontananza, las siluetas de Don
0uijote y sancho sobre
el cielo agonizante.
*sólo Dios es Dios, la vida es sueñ05 y que el sol no
se p0nga en mis dominios,,6
se recuerda contemplando estas llanuras.
José Segrelles, Don Qutjote 1, Sancbo
2fj7 -_
Añaliza cómo es el campo castellano y los sentimientos que produce :-
el espectador.
Trata de interpretar el simbolismo que tienen los dos cuadros y las tre-
expresiones que evoca Unamuno como reflejo de la tierra de Castilla.
oEn estos y otros razonamientos iban los andantes Caballero y escudero,, y ocupa:_
el corazón de Don 0uijote por los dejos de su esclavitud en casa de los Duquesr y .
recuerdo de su soledad y su pobreza, cuando se encontró con una docena de labi-¿-
dores que llevaban, cub¡ertas c0n unos lienzos, unas imágenes de relieve y entallac--
s ra para el retablo de su aldea. Pidió Don Quijote cortésmente que se las mostrasen .
le enseñaron las de San Jorge, San Martín, San Diego Matamoros y San Pablo, caba
lleros andantes del cristianismo los cuatro, y que pelearon a l0 divino. Y Don 0uijoie
al verlos dijo: uPor buen agüero he tenido, hermanos, haber visto lo que he visto, pc,-
que estos santos y caballeros profesaron lo que yo profeso, que es el ejercicio de las
10 armas; sino que la diferenc¡a que hay entre míy ellos es que ellos fueron santos.
pelearon a l0 divin0 y y0 soy pecador y peleo a l0 humano. Ellos conquistaron el ciei:
afuerzade brazos, porque el cielo padece fuerza,y yo hasta ahora, no sé lo que con-
quisto a fuerza de mis trabajos; pero si mi Dulcinea del Toboso saliese de los que
! ii' padece2 mejorándose miventura y adobándoseme eljuicio,3 podría ser que encamr-
:.li
.É., 1s nase mis pasos por mejor cam¡n0 del que llevo., [...]
':: ' uNo sé lo que conquisto atuerza de mis trabajo5,, digo con Don 0uijote. Y Dor
lgnacio Zuloaga, Don Quijote Quijote tuvo que decirlo en uno de esos momentos en que sacude el alma el soplo de,
aletazo del ángel del misterio; en un momento de angustia. Porque hay veces que, sin
saber cómo y de dónde, nos sobrecoje de pronto, y al menos esperarlo, atrapándonos
1. casa de los Duques don 0uij0te y Sancho habían z0 desprevenidos y en descuido, el sentimiento de nuestra moftalidad. Cuando más ento-
sido huéspedes de unos duques, en cuy0 palacio
nado me encuentro en el tráfago de los cuidados y menesteres de la v¡da, estando dis-
lueron objeto de numerosas burlas.
2. si mi Dulcinea sal¡ese de los [trabajos] que pade- traído en fiesta o en agradable charla, de repente parece c0m0 si la muefte aleteara
ce los duques han hecho creer a don ouilote que sobre mí, No la muerte, sino algo peor, una sensación de anonadamiento, una supre-
Dulcinea está encantada, y sus padecimientos no
ma angustia. Y esta angustia, arrancándonos del conocimiento aparencial, nos lleva de
tendrán remedio hasta que Sancho n0 se dé tres
mil iatigazos como penitencia. zs golpe y porrazo al conocimiento sustancial de las cosas.
3. ad1bándoseme el juicia arreglándoseme el juici0, La creación toda es algo que hemos de perder un día o que un día ha de perder-
recuperando la cordura.
nos, pues ¿qué otra cosa es desvanecernos del mundo sino desvanecerse el mundo
4. arrendajo: pájaro algo más pequeño que el cuer-
vo, de color gris morado. de nosotros? ¿Te puedes concebir com0 n0 existiendo? lnténtalo; concentra tu imagi-
5. ahoyar exca,'Jar, ahondat. nación en ello y figúrate a ti mismo sin ver, ni oí( ni toca¡ ni recordar nada; inténtalo,
30 y acaso llames y traigas a ti esa angustia que nos visita cuando menos la esperamos,
y sientes el nudo que te aprieta el gaznate del alma, por donde resuella tu espíritu.
Como el arrendajo4 al roble, así la cuita imperecedera os labra a picotazos el corazón
para ahoyaÉ en él su nido,
lnterpreta las dudas que asaltan a don Quijote al contemplar las figuras de
los santos.
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Analiza el campo semántico relacionado con el tema de la angustia. ffi
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res' cuyas ideas defendió varias veces como diputado, y a una vaioración :@
:criódicos y ".r-..rrar-,
(El Pais, E/ Imp)rcirtl, ABq con crónicas parlamen-
-G
_revistas
--rrias. artículos de viajes y de actualidad, que luego serán reágiclos en
.bros de carácrer ensar-ístico.
=:@
#
p"r:1r de aquí toda su vida discurre entregada a la actividad perio- :
,. 4
lística y literaria, que alcanza su plenitud en las"tres primeras décadias del
g1o y se adelgaza y se va agotandt a partir de los años treinta. Falleció en
--
.ladrid en 1967. --
--
--
Buena parte de ia obra ensar,ística de Azorín traduce un carácter apa-
,
--ble y contemplativo, en .1 qré los tonos críticos deja, paso a una visión
,:ntimental del paisaje, ias genres v la lite ratura d. Erpaá a y a la reflexión
rb,re el del riempo ¡ el senrido de la vida. d"id. ,rrr" perspectiva
.paso
:relancólica v dolienre.
En sus escriros domin¿r el tono evocador y la visión nostálgica, que a
:¡rtir de. la realidad presenre, elabor¿r un mundo imaginado a t*.a1,és ie la
:r'isión hisrórica y de la lectura de los clásico.s.
Fsta obra ensayisrica la podría,ros clasificar en rres bloques, a menu-
-¡ intercomunicados:
visiones de los pueblos y paisajes de España, v preferentemente de
castilla, desde .na perspectiva entre críiica v i.rrri-.rrr al-. Los pue-
blos y La Andalucia trágica (1905).
27O
-
1 0
m.s y salimos en el mesón -este mesón del Gallo, o del
Sor, o de las Ánimas_; cuan_
do pasamos rargas horas en er casino, contemprando
estas caras, opacas, inexpresi_
vas, cetrinas, merancóricas, anheradoras, de ros
viejos y extáticos hldargos; cuando,
por fin, cansados de ir y venír por la
ciudad, hacienoo que nuestros pasos solitarios
resuenen sonoramente en las aceras, nos asomamos
al campo y columbramos la lla_
15 nura infinita, rojiza, seca, monótona, desamparada,
una sora obsesión, abrumadora,
tenaz, pesa sobre-nuestro espíritu agobiado. n¿cómo
vive esta gentede España? _nos
preguntamos*, ¿De qué modo es posible
vivir en estas ciudajes muertas, tétricas, y
en estos campos sedientos, exhaustos?
¿0ué iniciativas, qué energías, qué fortaleza,
qué audacia, qué impulsos generosos y glanoes
pueden sugerir aláspiritu estos hori-
20 zontes irimitados, desesperadores, de ras tierras peradas,
rasas y porvorientas?, y
entonces nos percatamos de que hay dos cosas
fundamentales, eéencialísimas en la
vida de ras naciones -ros árbores y er agua-, y que
n0 será posibre ilegar a ra regene_
ración de un puebro sin comenzar por hacer
surgir en ér estas dos cosas.
Y aquí eskiba precisamente er probrema, por ro que Da¡Ío dc Rcgor.os. Sr4a./,2
respecta a nuestra pakia,
2s ¿creéis acaso que ésta es empresa que de súbito puede realizar
er Estado? ¿cómo se
podrá desarraigar de nuestro pueblo
este odio centenario, inconsciente, feroz, contra
el árbol y contra el agua, que es el lnri de España?
[...]
¿cómo redimir a este puebro? ¿cómo hacer que- tos montes, ras lranuras,
ros
valles, se puebren de frondas am.rosas y que ras
tieiras sean empapadas por er agua
30 fecunda? ¿lmagináis una tristeza más honda y descorazonadora que
esta de todo un
pueblo negándose a su propia renovación y
a su propia vida? [...1 vuestros pensa_
mientos van devaneando, tristemente, en este sentido,
aquí en éste vie¡o puebro que
habéis elegido para escapar a los tráfagos de la
corte; tai vez en estas horas lentas,
inacababres, vorvéis.a rec0rrer ras caile1as, ras prazas;
de nuevo entráis en er casino,
35 y veis las caras inmóvires, apagadas, petrificadas,
de ros viejos hidargos; acas. cuan-
do la tarde va cayendo, vosotros tornáis a sarir a
ras afueraé. y otra iez, en tanto que
la campana suena er Ángerus, contempráis ra
ilanura, inmensa, infinita, enrojecida por
los últimos resprandores -oro, nácar, escarrata-
de uno de estos targos, inacababres,
crepÚsculos castellanos, Y concluís entonces, como
síntesis de todas vuestras refle-
40 xiones, que sólo una labor educativa, paciente, tenaz, que
en las iniciatÍvas individua-
les dispersas por ra penínsura vayan despertando y.rrrná,,
en progresión creciente,
otras iniciativas, puede resorver ra actuar crisis de
España; qr, ,urá inú¡r pensar en
políticas hidráuricas o agrarias si antes
no se atiende a ra escuera; que a esta necesi-
dad de ra educación es a ra que en primer término,
de modo más perertorio, deben
45 ocurrir los gobernantes.
-
«viv¡r -escribe er poeta-r es ver pasar.»
sí; vivir es ver pasar: ver pasar ailá en ro
alto las nubes Mejor diríamos: vivir es ver volver.
Es ver volver todo un retorno perdu-
rable, eterno; ver volver todo _angustias,
son siempre distintas y siempre ras mismas,
alegrías, .rprrrn.ri_, ,áro ,r*
nubes que
c0m0 esas nubes fugaces e inmutabres,
5s Las nubes son ra imagen der tiempo.
¿Habrásensación ,á, táb., que aqueila de
quien sienta er tiempo, ra de quien
vra yá en er presente et pasaoó y en et pasado
porvenir? er
273- ,"a