100 15a8a4d9
100 15a8a4d9
100 15a8a4d9
Con la ayuda de la gracia crecen en la virtud, evitan el pecado y, si lo han cometido recurren como el hijo pródigo (Lc 15,
11 – 31) a la misericordia de nuestro Padre del cielo. Así acceden a perfección de la caridad. La persona humana
participa de la luz y la fuerza del Espíritu divino. Por la razón es capaz de comprender el orden de las cosas establecido
por el creador. Por su voluntad es capaz de dirigirse por sí misma a su bien verdadero. Encuentra su perfección es la
búsqueda y el amor de la verdad y del bien. 1
2. Ya que leíste el texto, Con el segundo párrafo elabora un dibujo que exprese la búsqueda del
amor y la verdad desde las cosas que Dios creó, adórnalo o recréalo con una excelente frase que
recoja el contenido del texto.
3. Lee el texto bíblico Lucas 15: 11-32 y responde:
a. ¿En qué se semejan los hechos del texto bíblico con la situación que afrontamos en la
actualidad a causa del covid-19?
b. Según tu forma de pensar a que nos invita el texto bíblico y esta invitación la podemos
relacionar con la situación que vive el hombre en la actualidad con la Pandemia del covid
-19.
ACTIVIDAD.
REFLEXIONO Y COMPREHENDO
La justicia social sólo puede ser conseguida sobre la base del respeto y de la dignidad trascendente del
hombre. La persona representa el fin último de la sociedad, que está ordenada a él.
El respeto de la persona humana implica el de los derechos que se derivan de su dignidad de criatura. Estos
derechos son anteriores a la sociedad y se imponen a ella. Fundan la legitimidad moral de toda autoridad:
menospreciándolos o negándose a reconocerlos en su legislación positiva, una sociedad mina su propia
legitimidad moral. Sin este respeto, una autoridad sólo puede apoyarse en la fuerza o en l violencia para
obtener la obediencia de sus súbditos. Corresponde a la iglesia recordar estos derechos a los hombres de
buena voluntad y distinguirlos de reivindicaciones abusivas o falsas.
El respeto por la persona humana pasa por el respeto del principio: “Que cada uno, sin ninguna excepción,
debe considerar al prójimo como “otro yo”, cuidando, en primer lugar, de su vida y de los medios
necesarios para vivirla dignamente2.
Ninguna legislación podría por sí misma hacer desaparecer los temores, los prejuicios, las actitudes de
soberbia y de egoísmo que obstaculizan el establecimiento de sociedades verdaderamente fraternas. Estos
comportamientos sólo cesan con la caridad que ve en cada hombre un “prójimo”, un hermano.
El deber de hacerse prójimo de los demás y de servirlos activamente se hace más acuciante todavía cuando
estos están más necesitados en cualquier sector de la vida humana. “Cuando hicisteis a uno de estos
hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40). Este mismo deber se extiende a los que
piensan y actúan diversamente de nosotros, La enseñanza de Cristo exige incluso el perdón de las ofensas.
Extiende el mandamiento del amor que es el de la nueva ley a todos los enemigos (Mt 5,43-44). La liberación
en el espíritu del Evangelio es incompatible con el odio al enemigo en cuanto persona, pero no con el odio al
mal que hace en a cuanto enemigo.
ESCRIBE TUS IDEAS
LA HORA DE INDAGAR