Guia para Guion Programa Radio
Guia para Guion Programa Radio
Guia para Guion Programa Radio
Consideraciones iniciales
En primer lugar debemos mencionar que no existe una sola manera correcta de
hacer radio, ni un solo tipo de programa, ni una única e infalible manera de
producir programas. Por lo tanto, los consejos y sugerencias vertidas en
este texto deben ser tomados como tales, sugerencias, que lo orientarán hacia
la producción de programas de radio. De ningún modo pretenden ser inequívocas, y
pueden ser adaptadas a la realidad y circunstancias de cada momento y lugar.
Antes de empezar:
Es muy orientador poder responder a las siguientes preguntas:
1. ¿Qué tengo para decir?, o sea, ¿de qué tema voy a hablar en mi programa?
2. ¿A quienes se lo quiero comunicar, quienes quiero que me escuchen?, o sea, pienso
en mi audiencia.
3. ¿Cómo lo diré?
Sobre estas tres preguntas cimentaremos el resto de esta guía
¿Cómo lo diré?
Una vez resueltas las cuestiones concernientes al tema de nuestro programa y nuestra
audiencia modelo, nos queda responder a esta última pregunta, cuya respuesta
terminará por darle una forma o formato a nuestro programa.
Para empezar a responder esta pregunta es vital decidir el factor tiempo, ¿de cuánto
tiempo dispongo para decirlo?
La clasificación en este sentido nos orienta hacia:
-microprogramas de 3 a 5 minutos de duración, también llamados "capsulas".
-microprogramas de 10 a 15 minutos de duración.
-programa corto: 30 minutos.
-programa medio: 60 minutos.
-programa largo: 120 minutos.
-programa especial: 3, 4, 5 o más horas.
Si bien la producción de cada programa puede variar de acuerdo a la duración del
mismo, vamos a brindar un tipo de estructura que bien puede ser común a todos. La
llamaremos la "estructura del bloque modelo"
Esta estructura de programa nos dice que, más allá de cuánto dure el programa de
principio a fin, siguiendo un patrón modelo para cada bloque, sólo tendremos que
sumar o quitar "bloques" de acuerdo a la duración del programa.
Para un mejor aprovechamiento del medio, y en especial en programas que son
transmitidos por la mañana especialmente, cuando nuestro oyente puede
estar realizando más de una actividad a la vez y prestarnos
una atención muy dispersa, lo más conveniente será utilizar bloques
cortos y dinámicos donde podamos presentar las ideas de forma clara, con un
lenguaje familiar, repitiendo conceptos cuando es necesario hacerlo (para lograr el
efecto del énfasis, por ejemplo) y presentando una conclusión o enganche (hook) para
lo que sigue antes de finalizar el bloque. Una vez finalizado el bloque, se puede separar
entre uno y otro con música o jingles. Se recomienda en la mañana bloques con
invitados y abriendo la posibilidad de la participación de la audiencia a través de
llamadas telefónicas, mensajes en redes o vía whatsapp.
La música, que además de servir como separador, si está bien seleccionada, puede
reforzar la idea de la cual se viene hablando.
Utilizando esta estructura de bloques como base, podremos completar el guión u hoja
guía del programa y de atenernos a él, la realización de la emisión nos resultará mucho
más organizada y sencilla.
Cuando el programa es emitido en horas de la siesta o noche, donde consideramos
que nuestro oyente está más tranquilo y posiblemente escuchando el programa con
dedicación exclusiva, la duración de los bloques puede ser mayor y el locutor puede ser
más pausado, y reflexivo.
Ahora bien, ¿cómo hablaremos, qué lenguaje utilizaremos para hablar en
radio?
Respecto a este punto, los catedráticos del tema afirman por unanimidad que la
manera de hablar en radio, llamado el "lenguaje radial" debe ser un lenguaje familiar,
agradable de ser escuchado, de fácil comprensión y por sobre todo, objetivo.
Ahora bien, debido a que estas afirmaciones muchas veces se han interpretado en
términos de que la manera de hablar en radio debe ser similar al lenguaje de la calle, y
en virtud de la generalizada pérdida de calidad y riqueza del lenguaje hablado actual,
hemos de afirmar en estas líneas que de ningún modo estamos sugiriendo que el
lenguaje radial deba ser vulgar, bajo o empobrecido, con el pretexto de estar así
alcanzando a las masas. Todo lo contrario, hemos de hablar en radio de una manera
familiar y agradable, pero haciendo un correcto y vasto uso del vocabulario de
nuestra lengua.
Agregaremos además que lo ideal es saber redactar para radio, y ¿cómo se
hace esto? No es algo difícil o complicado como pueda parecer.
En primer lugar recordaremos la diferencia entre la "lengua" y el "habla". La "lengua"
es nuestro idioma, un sistema de signos que aprendemos y retenemos en
nuestra memoria, es de uso social.
El "habla" en cambio, es de uso individual, es el uso particular que cada persona hace
de la lengua. En lingüística, se conoce como "habla" a la selección asociativa
entre imágenes acústicas y conceptos que tiene acuñados un hablante en su cerebro y
el acto voluntario de fono-articulación que se llevará a cabo para iniciar el recorrido de
la lengua.
Vemos, entonces, que la "lengua" es por decirlo de algún modo, la misma para todos,
en cambio el "habla" puede variar de un individuo a otro, como así también de
una comunidad a otra.
Para redactar un texto de radio, entonces, haremos uso de nuestro "habla". En radio
escribimos como hablamos, afirman los especialistas, y tienen razón. O al menos
deberían tenerla.
Un buen ejercicio para poner en práctica lo que venimos diciendo es el poder "adaptar"
un texto literario a lenguaje radial. Unos buenos consejos para hacerlo de una manera
eficaz son estos:
-Lea todo el texto, compréndalo, y conozca bien cuál es el mensaje a transmitir.
-Lea las oraciones e intente decirlas con sus propias palabras.
-Si hay palabras difíciles o poco usuales en su habla, reemplázalas por
otras que le sean familiares.
-Al reescribir el texto para ser leído en radio, use frases cortas (son más fáciles de leer
en radio que largas oraciones y le darán las pausas necesarias para la respiración), no
separe en silabas, utilice palabras que usted conozca y sean de fácil pronunciación.
-Dependiendo del texto que estemos adaptando y la información que se esté
difundiendo, no olvide citar las fuentes de información.
-Repita las palabras o frases claves del texto (así se enfatiza el mensaje, no hay que
temerle a la repetición en radio, siempre que no sea redundante o demasiado
abundante. Recuerde que el oyente no tiene la posibilidad de "volver a leer" o
retroceder y volver a escucharlo. Repita lo esencial sin miedo y con claridad).
Consideraciones finales
Como mencionamos al iniciar este texto, no existe una única manera correcta de hacer
radio. Pero sí existen lineamientos o consejos, que surgen tanto del estudio de
los libros que se han escrito al respecto como de la experiencia acumulada por quienes
hacen programas de radio, que le serán útiles al momento de adaptarlos a sus
circunstancias específicas y su manera personal de abordar la radio.
Cortesía Telefónica
El teléfono, nuestro aliado
La radio tiene la particularidad de enviar mensajes al aire y no saber quien o quienes
son los receptores del mismo. Nuestra única manera de saberlo es motivar al oyente
para que al escuchar el mensaje se comunique son nosotros.
Cada vez que un oyente se comunica –por cualquier motivo que lo haga- debe recibir
una imagen que impacte positivamente. Aún ni ha llamado por algo que escuchó y no
le ha gustado, debemos aprovechar la oportunidad que se nos da para revertir esa
situación.
El teléfono es un instrumento fundamental para la radio. Nos permite entablar
una comunicación diferente con nuestros oyentes:
a) permite crear vínculos
b) permite saber quién nos escucha
c) permite revertir situaciones no gratas
d) permite dialogar e informar en forma personalizada
Esta poderosa herramienta, no está carente de riesgos, por lo que se hace necesario
contar con personal preparado y no descuidar detalles para proporcionar una
adecuada prestación. Recuerde: "No hay una segunda oportunidad para causar una
buena primera impresión".
Algunos consejos prácticos y el conocimiento de ciertas técnicas para los casos de
llamadas por situaciones críticas permitirán mejorar considerablemente el
rendimiento y la calidad de nuestra relación con la audiencia.
Mientras nuestros oyentes se sientan bien atendidos seguirán llamándonos. Por eso
debemos ser cordiales y estar siempre dispuestos a escuchar al oyente.
Por tal motivo, brindamos 5 prácticos consejos para utilizar este valioso elemento: el
teléfono:
1. Toda llamada entrante no debería repicar más de 3 veces.
2. Si se utiliza un mensaje grabado para las llamadas entrantes, éste debe ser
claro, cordial y breve.
3. Si el llamado es atendido por un telefonista u operador en turno, la recepción debe
ser cordial y agradable al oído (es bueno sonreír al hablar) y establecer con
objetividad y claridad el nombre de quien recibe la llamada (quien atiende).
Identificarse es la primera regla de cortesía y es el primer paso para establecer
vínculos perdurables. Y antes de hablar, es sumamente importante ESCUCHAR!
Debemos recordar siempre el nombre de la persona que nos llama. Anotarlo para no
olvidarlo si es necesario, y llamarlo siempre por su nombre.
4. Al término de cada llamada, el oyente debe quedar satisfecho por las respuestas o
trato recibido, más allá de cuáles eran sus expectativas iniciales. Esto genera que se
grabe en su mente una imagen de calidad y eficiencia. Cada llamada es una prueba a
superar, máximo si es una llamada de alguien que se ha enojado por alguna cosa. Y
otro buen consejo más: al despedirse, quien recibe la llamada debe ser el último en
cortar.
5. Cada llamada atendida, debe quedar registrada. De esta forma, podemos llevar
la estadística de quienes llamaron, cuándo, por qué motivos y qué respuesta se le dio.