El Avión de Avianca-La Verdad Que Aún No Aparece PDF
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«Ah, el famoso avión», dijo Maya. «Ahí sí que se acabó de joder todo.»
Muerto el candidato Galán, sus banderas políticas, y entre ellas la lucha contra el nar-
cotráfico, fueron heredadas por un jovencísimo político de provincias: César Gaviria.
En su intento por sacar del cuadro a Gaviria, Pablo Escobar hizo poner una bomba en
un vuelo civil que cubriría –que hubiera cubierto– la ruta Bogotá - Cali. Gaviria, sin em-
bargo, ni siquiera llegó a subir.
La bomba estalló poco después del despegue, y los restos del avión desintegrado —
incluidos tres pasajeros que al parecer no mató la bomba, sino el impacto— cayeron
sobre Soacha, el mismo lugar donde había caído, abaleado en su tarima de madera, el
candidato Galán. Pero no creo que esta casualidad signifique nada.
«Ahí supimos», dijo Maya, «que la guerra también era contra nosotros. O lo
confirmamos, por lo menos, más allá de toda duda.
Capítulo I
Contexto y antecedentes
del narcotráfico en Colombia
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
gen de la ley y algunos agentes del Estado; en esta transición, como asevera
Duncan (2015), el narcotráfico se convirtió en la principal fuente de financiación
de la guerra, tanto para la insurgencia como para la contrainsurgencia privada.
El principal y más directo impacto del narcotráfico ha tenido lugar en las zonas
rurales de buena parte del territorio nacional, ya que es allí donde se cultiva y
se procesa lo que, después, en los escenarios de la economía mundial, serán
las sustancias psicoactivas que mueven este sector de la economía criminal.
En este sentido, las zonas rurales han estado bajo el yugo de las diferentes
estructuras y actividades ilegales que, en cabeza de las mafias, ha dejado a
su paso los cimientos de una economía ilegal basada en tres grandes cultivos
de uso ilícito como la producción de marihuana, de hoja de coca y de ama-
pola, y, aunque cada uno ha experimentado momentos de bonanza y auge
económico, solo el cultivo de hoja de coca persiste activamente hasta hoy.
Algunos de los factores que han contribuido a que el fenómeno del narcotrá-
fico se haya consolidado en suelo colombiano, se relacionan con las condi-
ciones que debe afrontar la ruralidad del país; los campesinos, por ejemplo,
se encuentran sujetos a situaciones de pobreza extrema y multidimensional,
las tierras baldías en las márgenes del sector rural permanecen en el olvido
institucional y grupos empresariales emergentes incursionan en la ilegalidad,
lo que en palabras de Molano (2015) significa “la quiebra permanente de los
colonos y la débil y corrupta presencia del Estado” (p. 44).
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Para entonces, como señala Pardo (2008), los grupos de traficantes de ma-
rihuana habían constituido “una estructura típica del crimen organizado, es
decir, contaban con acuerdos de comercialización, sistemas de embarque
especializado, métodos de transporte, redes de corrupción de autoridades y
también grupos armados a su servicio” (p. 668). Asimismo, la consolidación
de estas mafias en regiones como Barranquilla, Santa Marta y la Guajira, en
donde se producía la mayor parte de este cultivo, conllevó un escalonamien-
to de la violencia entre las bandas, sin que llegara a adquirir el “carácter de
violencia contra el Estado y sus instituciones. Fue más bien un caso de alta
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Es así que durante los primeros años de la década de los ochenta disminuyeron
los cultivos de marihuana, al tiempo que surgían estructuras de narcotraficantes
que iban abriendo nuevas rutas y acumulando gran capital para prolongar sus ac-
tividades ilícitas. En palabras de Medina (2012), “es el periodo en el que se sientan
las bases de la mafia nacional y las redes de producción y comercialización de
droga en el país” (p. 147), y en el que se abrió el espacio para la acción prohibicio-
nista y combativa por parte del Estado, al punto de promulgar leyes y medidas de
fuerza para regular o anular el auge del narcotráfico, que hasta entonces no había
sido un asunto privilegiado en la agenda de Gobierno. De esta manera, quedaba
atrás una época en la que, de acuerdo con García (2013):
Pese a que la bonanza de la marihuana duró menos de una década, sus efectos
sobre la sociedad colombiana y sobre la relación de esta con el narcotráfico fue-
ron duraderos. La bonanza determinó el marco dentro del cual se ha movilizado la
discusión colombiana sobre la penalización y la legalización de las drogas. (p. 11)
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
2. “Estas élites contrabandistas alentaron los cultivos en nuevas zonas, distantes de la acción del Estado; usaron la infraestructura
del contrabando para los primeros cargamentos de cocaína refinada que salieron del país” (García, 2013, p. 12). “El vacío dejado
por la ‘marimba’ fue de inmediato llenado con el tráfico de pasta básica de cocaína desde Perú y Bolivia para ser transformada en
Colombia” (Molano, 2015, p. 44).
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Cabe decir que sin una demanda global de sustancias alucinógenas no serían
posibles las dinámicas locales de avance del narcotráfico. Justamente, la ex-
plosión ascendente del consumo de cocaína en los países industrializados
a partir de la década del setenta jalonó estrepitosamente su producción en
países como Colombia; un lazo crucial se generó así entre las zonas de cul-
tivo y los mercados mundiales en torno a un producto suntuario, vinculado
con el ocio y con los espacios recreativos de los países del norte. Esta nueva
situación convirtió a la hoja de coca en una de las principales materias primas
producidas en Colombia, con obvias repercusiones en la economía nacional.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
En 1987, la Policía Nacional estimaba que para entonces los cultivos de coca
del país alcanzaban unas 15.000 hectáreas y que las condiciones climáticas
de las zonas cultivadas producían un arbusto bajo en alcaloides, poco apete-
cido por los fabricantes de cocaína, de ahí que:
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
na estaba más presente en la zona norte del país y en la frontera con Panamá;
y para la metacualona se recibían insumos desde Europa que llegaban a Bo-
gotá y a la costa norte, donde era procesada en pastillas.
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vos de coca para la época eran Tumaco, Puerto Asís, Tibú, Valle del Guamuez
y El Tambo (ver figura 3).
Los cultivos ilícitos representaron para los colonos la encarnación de sus sueños
y de las demandas que le hacían al Estado: comercialización; crédito; vías; acce-
so a salud, educación, diversión. En muy corto tiempo salieron de su bancarrota
y se integraron al mundo del consumo. Los comerciantes de precursores hicie-
ron parte del negocio, y grandes capitales nacidos del narcotráfico se legalizaron.
(Molano, 2015, p. 44)
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Las bonanzas son efímeras en casi todos los casos, pero en este negocio sus
efectos impactan en varias dimensiones. Cuando las regiones aún no han logra-
do que se asiente el cultivo de manera permanente, con la persecución oficial
comienzan a experimentar la crisis que se sobrepone a la bonanza; es un ciclo
que se repite de manera continua: se instala el cultivo de hoja de coca, se reubica
por presiones externas, y la población local —que ya se ha hecho dependiente
de este tipo de economía— queda en vilo. Es así como “en el desarrollo de la
guerra contra las drogas, los cultivos se expandieron a la región del Magdalena
Medio y luego por todo el país. El cultivo se hizo itinerante” (Medina, 2012, p.
154) y del mismo modo sucedió en el Vichada, en el Catatumbo y en una parte
importante de la región Andina. Posteriormente, en esos lugares se neutralizó o
se debilitó la producción y, recientemente, el cultivo se ha afianzado con fuer-
za en la región Pacífica. De esta forma, desde la década de los ochenta y los
noventa, y a pesar de las adversidades, los campesinos han continuado con la
actividad a causa de las bajas condiciones económicas que ofrecen otros culti-
vos presentes en el país, lo que ha llevado a la inserción continua del colono en
la cadena de producción.
Al auge de los cultivos de marihuana y de coca, le siguió una tercera fase que
consistió en la irrupción de los cultivos de amapola en la década de los noventa.
Este tipo de sembradío requería de otras condiciones climáticas, por lo que fue
implantado en regiones montañosas frías, difundiéndose principalmente al sur
de la cordillera Central, incidiendo también en la ampliación de la frontera agríco-
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Capítulo I
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Es así como los capos del narcotráfico llevaron a las zonas cocaleras sus
propios grupos armados privados, como una forma de saldar conflictos, es-
tablecer control territorial y salvaguardar las rutas y los capitales invertidos,
que contribuían, según Díaz y Sánchez (2003) al “dominio o control por parte
de los grupos irregulares de los territorios donde se producen la coca y la
amapola [conllevando] la utilización de la violencia y la intimidación, sobre
las comunidades donde se quiere ejercer el control territorial” (p. 4).
Los brazos armados insertados de esta forma en las zonas cocaleras cobra-
ban suma importancia al tratar de operar en torno a un cultivo proscrito, sus-
ceptible de persecución por parte de las autoridades:
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De tal manera que, según Díaz y Sánchez (2003), “la expansión de la coca
en Colombia es el resultado del conflicto en la medida en que hace viable su
financiación” (p. 65).
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Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Por otra parte, en las zonas urbanas del país se elevó el consumo de sus-
tancias como la marihuana o la cocaína por parte de la población escolar, tal
como lo muestra el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas
en Población Escolar Colombiana - 2016, del Observatorio de Drogas de Co-
lombia (ver tablas 1 y 2):
Estimaciones e intervalos de confianza (I. de C.) de 95% para prevalencia último año de uso de
marihuana, según zona
Zona Prevalencia último año Intervalo de confianza
Urbana 8,46 7,85 – 9,06
Rural 5,22 3,31 – 7,13
Total 7,97 7,36 – 8,57
Tabla 1. Prevalencia de uso de marihuana, según la zona.
Fuente: Observatorio de Drogas de Colombia (2016, p. 58)
Estimaciones e intervalos de confianza (I. de C.) de 95% para prevalencia último año de uso de
cocaína, según zona
Zona Prevalencia último año Intervalo de confianza
Urbana 2,74 2,51 – 2,97
Rural 2,14 1,41 – 2,87
Total 2,65 2,42 – 2,87
Tabla 2. Prevalencia de uso de cocaína, según la zona.
Fuente: Observatorio de Drogas de Colombia (2016, p. 64)
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Esta situación explica el papel de los grandes capos en los rápidos procesos
de conformación de grandes capitales y concentración de poder. A finales
de la década de los setenta se desarrolló una estructura de contrabandistas
basada en la figura del capo, quien dominaba sobre una estructura delictiva,
como la liderada por Pablo Escobar, a partir de la cual se forjaron las siguien-
tes generaciones de narcotraficantes.
la estructura criminal se pone por encima del negocio, el narcotráfico, los jefes
militares controlan el negocio, en este caso fueron los grupos paramilitares, como
alias “Don Berna”, quien se desmovilizó con el Bloque Cacique Nutibara o Macaco
[…] la [siguiente] generación son ruedas de bicicletas donde en el centro hay una
junta directiva y unos mandos en el resto del país y cada mando tiene autonomía
para tener grupos de sicarios, y hay una segunda rueda que tiene conexión para
contratar grupos pequeños juveniles violentos.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Entre 1980 y 1995 Colombia entra en la etapa de ser un país productor, cuan-
do los carteles de la droga, además de controlar la cadena de producción,
generaron una serie de reformas legales e institucionales en el país:
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Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
[…] una compleja estructura armada que le facilitó su consolidación como jefe máxi-
mo del cartel. Ello fue posible gracias a una división del trabajo entre bandas y las
“oficinas” a las cuales se podía acudir para arreglar disputas, desde la pérdida de
algún cargamento hasta una venganza, o coordinar actividades criminales. (Centro
Nacional de Memoria Histórica (2017, p. 133)
5 . Al respecto, la Defensoría del Pueblo (2018) agrega que “en términos del crimen organizado, originalmente hubo dos vertientes, la
primera relacionada con el cartel de Medellín y la segunda con el de Cali y el del Norte del Valle; aún hoy estas vertientes se expresan
de alguna manera en diferentes regiones a partir de agrupaciones que han sufrido sucesivas mutaciones” (p. 62).
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Por otra parte, respecto al cartel del Norte del Valle, aunque hizo su aparición
de manera tardía, no podía ignorarse su poder regional en el departamento ya
que, como argumenta Medina (2012):
[…] reúne grupos pequeños y medianos coordinados inicialmente por Henry Loai-
za. Con el tiempo, familias prestantes de clase media y alta, como los Henao y los
Urdinola, controlan el poder regional en el Norte del Valle, constituyendo una mafia
de extracción social alta. Al comienzo no poseía un perfil muy alto, pero eso vino a
cambiar cuando el cartel de Cali se fue disminuyendo. Con el derrumbe del cartel
de Cali la mafia del Norte se independiza. El clan de los Henao comienza a tener
fuerza. (p. 162)
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
La acumulación de capital por la vía ilegal convirtió a las estructuras del narcotrá-
fico en las organizaciones más pudientes del país. La producción de hoja de coca
a bajo costo en las zonas de colonización, en comparación con el alto precio de
venta final de la mercancía en los centros económicos globales, dejaba enormes
réditos para los intermediarios; en esa cadena internacional se encontraban an-
clados los narcotraficantes colombianos. Siguiendo a Medina (2012), “de 1978
a 1988 el cartel de Medellín tuvo su máxima expansión en los aspectos econó-
micos, político y militar: las fortunas de los principales jefes crecieron de manera
desproporcionada por la rentabilidad del negocio del narcotráfico” (p. 154)6.
6. Duncan (2012) refiere que el narcotráfico ha tenido hondas repercusiones en el conflicto colombiano por un atributo básico de su
proceso productivo: el valor agregado se origina, más que en la producción de la droga como mercancía, en la producción de poder
como un medio para reducir los riesgos implícitos en el negocio (p. 26).
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Pero ¿cuál era la dimensión de este fenómeno nacional? Ante todo, Colombia
no solo se convertiría en el primer productor de coca en el mundo, sino que, a
través de los capos, manejaría el grueso del mercado en su fase inicial, el 86
% del mercado mundial. Medina (2012) describe que “entre el 70% y el 80%
del negocio de la coca lo controlaban los carteles de Colombia. Se considera
que para mediados de la década del ochenta el 10% del PIB provenía de re-
cursos del narcotráfico” (p. 154).
Con su famosa frase “plata o plomo” les ponía en la disyuntiva a los colombianos:
acepte mi dinero o tema por su vida. De esta manera, las autoridades hicieron la
7. Gama (2014), citando a Bustamante (2009), recapitula que “el embajador de Estados Unidos en Colombia en ese momento, Diego
Ascencio (1978), afirmó de manera pública que los narcotraficantes eran tan poderosos en términos de poder financiero que podrían
tener su propio partido y comprar y pagar diez miembros del cuerpo legislativo” (p. 26).
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vista gorda, lo cual hizo posible que “Don Pablo” y su cartel de Medellín llega-
ran a controlar en cierto momento el 80% del tráfico internacional de la cocaína.
(Bowley, 2013 citado por van Den Assem, 2017, p. 2)
El aumento de liquidez por parte de los capos permitió que la estructura ma-
fiosa incrementara su capacidad de comprar armamento (pasando a manejar
armas de guerra) y de mejorar sus sistemas de comunicaciones (llegaron a
innovar en la tecnología satelital, cuando las instituciones del Estado ni si-
guiera habían adquirido esa tecnología), logrando así una ventaja táctica en
terreno que les facilitó su evolución a grupo que aplicaba el terrorismo (Entre-
vista a Carlos Patiño, 2020).
El mismo autor resalta más adelante que, por ejemplo, “la economía del cartel
de Medellín infiltró gran parte de las actividades económicas convencionales
comprometiendo la banca, la industria textil, de la confección, alimentos y
bebidas, el transporte, el turismo y el comercio, entre otras” (p. 155). Adicio-
nalmente, sostiene que, en Cali, la mafia también hizo lo propio, dado que:
8. “Para muchos, sus gustos extravagantes y su particular personalidad, lo hacían aparecer como un nuevo rico y un ‘Robin Hood’
Paisa, como lo catalogó en su momento la Revista Semana en un artículo en 1983” (Gama, 2014, p. 28).
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[…] fue otro hecho el que llevó a otro nivel la criminalidad en el conflicto: la orga-
nización por narcotraficantes de enormes ejércitos privados para convertirse en
autoridades de facto en extensas regiones y territorios. El objetivo ya no era solo
proteger el capital de las aspiraciones expropiativas de la guerrilla sino también
producir capital desde la acumulación de poder, en concreto, el poder que signi-
ficaba ser el Gobierno de una importante porción de la periferia del país. (p. 26)
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su red de oficinas de cobro; con las bandas duras del norte de la ciudad, en las comunas nororiental, noroccidental y en el municipio
Bello, subcontratando al mismo tiempo con las bandas sicariales de los barrios más altos y marginales” (p. 134).
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
La estela de violencia que dejó la confrontación urbana por tan largos años
continúa situando a Medellín como uno de los epicentros más álgidos del
conflicto. Si bien los niveles de homicidio ya no son tan escandalosos como
en la época dorada del narcotráfico y su imagen ha venido mejorando, el peso
histórico de la acción de las mafias y de los grupos que les prestaron colabo-
ración durante los ochenta y parte de los noventa, hace que aún exista una
fuerte estigmatización de la ciudad y de algunas de sus comunas.
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Otra de sus características fue una fuerte lógica territorial que identificaba a
cada grupo o banda, y que implicaba determinado manejo económico, políti-
co, social y hasta pseudo moral de la vida, de las poblaciones, de los territo-
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¿Enemigos o amigos?
“Muchas veces, entre más graves son las cosas, más difíciles son de obser-
varlas”. Con esta referencia a las palabras de Stanley Cohen, sociólogo y cri-
minalista sudafricano, el académico e investigador Camilo Eduardo Umaña
contextualiza el involucramiento de agentes del Estado en algunos de los
más graves crímenes cometidos en la Colombia de finales de los ochenta e
inicios de los noventa. Esta circunstancia bien podría enmarcarse concep-
tualmente bajo la lógica de la sociología de la negación, representada en un
cierto aval o “permiso” sociocultural frente a escenarios de ilegalidad y de
violencia (entrevista realizada en 2020).
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entonces requieren también de gente que pueda ver, y esto es en lo que consiste
por ejemplo el tema de los líderes sociales, los defensores de derechos humanos,
también los académicos, etcétera. Entonces, estas lógicas, al mellar a esta gen-
te, implican quitar la visión a la sociedad, hacer a una sociedad progresivamente
miope y quitarle de paso los lentes. Implica que la sociedad esté desprovista de
la capacidad de ver. Entonces, claro, mucha gente está ideológicamente alineada
con formas represivas del Estado, por supuesto, pero hay otra gente a la que, sen-
cillamente, no le es dada esa opción, porque no puede ver, así que estos marcos
culturales son mucho más complejos y no funcionan sencillamente por un marco
de consciencia plena y efectiva y una visión política activa. (Entrevista a Camilo
Eduardo Umaña, 2020)
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Los señores muy dignos, y muy honorables, todos aliados a los narcotraficantes
y a los paramilitares, y comprometidos con sus negocios. Los cargamentos de
cocaína salían por Urabá en los grandes barcos, no fue en mulas nadando por ahí
en las costas. (Entrevista a Camilo González Posso, 2020)
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Para Duncan (2015), los acuerdos entre la clase política y los poderosos del
narcotráfico son de tipo económico y residen en un universo de ilegalidad ba-
sado en intereses particulares, perseguidos y manejados al margen de la ley.
Pero esto, a su vez, como ya se ha mencionado en este informe, conlleva el
surgimiento de otros acuerdos, más relacionados con la forma de ver, entender
o “desear” el entramado social; es decir, este universo de relacionamientos en
la ilegalidad implica también encuentros ideológicos y políticos que han deri-
vado en la persecución del poder político a través de caciquismos regionales
apalancados por el narcotráfico.
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Sin embargo, aunque esta forma de comparación resulta práctica para seña-
lar lo más visible del fenómeno del narcotráfico y su cooptación generalizada
del Estado por aquellos tiempos, debe señalarse que no es determinante para
describir de forma técnica o exacta la estructura de fenómenos desencade-
nados a partir en este contexto. Si bien los crímenes de finales de los ochenta
dieron una preponderante visibilidad a esta forma de relacionamientos en-
tre cabezas del narcotráfico, determinantes o poderosos agentes del Estado
y otros grandes poderes (señores de la tierra y grandes empresarios, entre
otros), esto no implicó que las dinámicas regionales de interacción con la ile-
galidad entre los mismos actores y sus derivadas representaciones, cesaran,
sino que más bien se volvieron menos visibles a partir del mismo juicio socio-
cultural que ya se endurecía frente al narcotráfico.
Para Duncan (2015), si bien la clase política cede porciones de su poder para
participar de los dividendos del narcotráfico —y esto se da tanto por deseo
como por amenaza—, esta misma relación comienza a generar una dinámica
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bían, o tenían razones para saber, sobre crímenes que se estuvieran fraguan-
do y no tomasen las medidas necesarias para evitar que estos actos fueran
cometidos (Libreros, 2018, p. 122).
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Para Camilo González Posso (2020), un aspecto crucial en las relaciones del
poder político con el narcotráfico en la Colombia de los ochenta fue la presión
de Estados Unidos por la extradición y la subsecuente guerra entre los car-
teles y el Estado. Se trataba de una guerra entre el negocio del narcotráfico
y la extradición y, en tanto defensa de un negocio, facilitó el surgimiento de
nuevas, soterradas y cada vez más complejas cercanías entre el narcotráfico
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Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
María José Pizarro, en entrevista para este informe (2020), señala que es
probable que el asesinato de su padre, Carlos Pizarro, se debiera, más que
a una venganza por haber sido guerrillero del M-19 durante veinte años, al
hecho de que, en ese justo momento (1990), representaba un riesgo para el
statu quo operante, cuyo proyecto político pretendía la consolidación del país
tras el acuerdo de paz con varios grupos guerrilleros y su ingreso a la vida po-
lítica, pero con el telón de fondo del poder del narcotráfico, que complejizaba
el contexto político de la época.
Señala, también, que la persecución que sufrieron por aquellos finales de los
ochentas y comienzos de los noventas varios de los protagonistas políticos que
se apartaban de las prácticas políticas de la época, trastocadas por las alianzas
non sanctas que se han venido mencionando, fueron también los blancos de
los magnicidios ocurridos, con o sin involucramiento de agentes del Estado en
el narcoterrorismo, pero sí con una clara intención y mensaje que bien pudo
derivarse del poder político asociado con los intereses de los narcotraficantes.
Pizarro señala que, en este contexto, habrían sido los mismos agentes del Es-
tado los involucrados en la provisión de información, en la omisión de esta o
en la participación directa en los magnicidios de la época; sin embargo, aclara
que, no obstante lo anterior, el factor diferenciador con la primera época de un
narcotráfico más personalizado, fue el hecho de no encontrarse fácilmente
relaciones evidentes entre estos agentes estatales con personajes del nar-
cotráfico en el proceso de materialización de los crímenes, lo que se debería,
específicamente, a la labor realizada por el poder político involucrado.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Narcotráfico y guerrillas
Dos de los casos más importantes en los que las FARC fueron reconocidas se
dieron alrededor del gran laboratorio de Tranquilandia (detectado y desman-
telado en 1984), ubicado en los llanos del Yarí, entre los departamentos del
Meta y Caquetá, así como los laboratorios ubicados en el sitio conocido como
“El Azul” (1987) en el departamento del Putumayo. Estos acuerdos se cons-
tituyeron en expresiones de arreglos inestables que terminaron en enfrenta-
mientos por parte de los narcotraficantes y las guerrillas, como en el caso de
“El Azul”. Mackenzie (2008) explica que, en 1982,
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
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La mayor parte de los análisis que dan cuenta de los vínculos entre drogas e
insurgencia coinciden en mencionar la presencia reiterativa de algunas gue-
rrillas en el contexto de las drogas, y su pretensión de legitimar su accionar a
partir de supuestos acuerdos entre productores y grupos armados, con tres
funciones:
Pese a que los negocios del narcotráfico han dependido de una estrecha re-
lación con empresarios en Estados Unidos, fue el embajador Lewis Tambbs
quien acuñó, en 1983, el término “narcoguerrilla” para señalar la relación
guerrilla-narcotráfico en Colombia. Esta expresión hizo carrera por muchos
años entre funcionarios del Gobierno colombiano, voceros de la Casa Blanca
y agencias internacionales de prensa, señalando solamente a una parte de
los actores comprometidos con esta actividad ilícita e invisibilizando a otros
actores, como políticos, gobiernos y empresarios. De esta forma, a las FARC,
al ELN y al EPL se les tiñó con los colores sombríos del narcotráfico, desdi-
bujando su carácter político, a diferencia de la estrategia que se siguió con las
guerrillas centroamericanas, a quienes se les resaltaban sus lazos con Cuba;
por demás, porque las guerrillas colombianas tuvieron vínculos internaciona-
les tenues o irrelevantes para su acción política.
Múltiples fueron las denuncias sobre las relaciones entre el comunismo ar-
mado y las mafias del narcotráfico, a propósito de operaciones conjuntas para
embarcar cocaína, a cambio de desembarcar armamento, sin embargo, poco
se ahondaba en la relación entre la CIA y los carteles centroamericanos para
financiar la estrategia antisandinista en Nicaragua, por ejemplo.
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[…] han basado su negocio, en el negocio sistemático del tráfico de drogas bajo to-
das las modalidades y con ello se han enriquecido. Sobrevivieron a la guerra de los
carteles sobre los carteles, a la del Estado contra los carteles y ahora son práctica-
mente el único y más poderoso de todos. Para lograrlo, le apostaron a la mentira y
al parecer apostaron muy bien.
16. Según sus cálculos, los ingresos de las FARC para el año de 1994 ascendieron a 295 mil millones, de los cuales 154 mil millones
corresponderían al narcotráfico, lo que equivale al 53% de sus ingresos. Si los gastos en sostenimiento y compra de armas suman
tan solo 34 mil millones, las ganancias ascenderían a 261 mil millones, es decir al 88% de las entradas totales.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
En las zonas de influencia del ELN se impusieron ciertas normas: primero, la obliga-
ción de sembrar un número determinado de hectáreas de pan coger por cada hec-
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
En el libro Guerras Recicladas (2014), María Teresa Ronderos señala las dos
posiciones que asumieron las FARC frente al narcotráfico. Para 1983, las gue-
rrillas les cobraban a los narcotraficantes un impuesto de salida de la hoja de
coca de sus territorios, llamado “gramaje” (tanto dinero por tantos gramos de
coca) y, Rodríguez Gacha, que no debía ser la excepción, interpretó la medida
como una traición o un desafío a su poder (pp. 39-40). La decisión segura-
mente provenía de Jacobo Arenas, el legendario ideólogo de las FARC, quien
se había opuesto siempre a que las guerrillas se involucraran directamente en
el negocio. Su posición había quedado plasmada durante la VII conferencia de
las FARC, en mayo de 1982, cuando condenaron el narcotráfico y decidieron
tomar “drásticas medidas destinadas a cortarlo de tajo en los lugares donde
se presentara, porque amenazaba con relajar la disciplina y la moral militar”.
Por aquel entonces, “El Mexicano”, junto a varios aliados, contaba con un
gran complejo de seis laboratorios para la producción de cocaína en los llanos
del Yarí, en Caquetá, zona de dominio guerrillero. En 1983, relata Ronderos,
“las FARC atacaron uno de los laboratorios, se llevaron a 18 rehenes, robaron
cuatro pequeñas aeronaves y exigieron un pago de 425.000 dólares para de-
volverles los aviones y las personas” (p. 39). Poco después, soldados de la VII
Brigada del Ejército Nacional rescataron a los rehenes y dos de las aeronaves,
por lo cual, Rodríguez Gacha no tuvo que pagar rescate, pero desde entonces
juró venganza contra las FARC y selló su alianza con el Ejército Nacional para
apoyar su objetivo de perseguir a las guerrillas y al comunismo donde quiera
que se los topara.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
[Esta fue] la posición histórica y clásica en el ELN en aquellos tiempos, […] ha-
blando desde cuando se comenzó a hablar del narcotráfico hasta el año 1992,
y aún más, porque yo seguía conociendo de la política del ELN, y en los años en
que yo estuve en la cárcel nunca supe que hubieran cambiado de políticas en los
congresos subsiguientes. (Francisco Galán, 2020)
El mayor acercamiento que tuvo el ELN con los carteles del narcotráfico se
comenzó a dar en Medellín, cuando la base organizativa, es decir, los jóvenes
de la comuna uno, comenzaron a recibir la influencia de los carteles, y de
manera particular del cartel de Medellín de Pablo Escobar, quien reclutó gran
parte de los jóvenes ya entrenados por la organización guerrillera.
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Pese a la negativa del ELN de tener alguna relación con las bandas de Pablo
Escobar en Medellín, Francisco Galán señala que:
[…] desde la Dirección Nacional intentaron reunirse en La Catedral con Pablo Es-
cobar para discutir el proyecto “Antioquia Rebelde” —“por la liberación o federali-
zación de Antioquia”—, proyecto que se instalaría en el oriente antioqueño y sería
liderado por el propio Pablo Escobar para emprender una lucha armada y organi-
zada para la construcción y la liberación de Antioquia, no desde una perspectiva
de izquierda, sino más bien como un proyecto de oposición al Estado. (2020)
[…] Alguna vez estaba yo en la cárcel y los mismos narcotraficantes nos criticaban
a nosotros, los de la izquierda, diciendo que nosotros nos proponíamos cambiar
al Estado por la vía de la confrontación militar y la oposición, que ellos no querían
hacer eso, ellos si tenían una confrontación militar pero no pretendían acabar con
el Estado por la vía militar, por la vía de la corrupción.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
presencia allí grupos de milicias guerrilleras del ELN (Milicias América Libre),
de las FARC (Milicias Bolivarianas), los Comandos Armados del Pueblo CAP
(Aricapa Ricardo) y, más adelante:
Según lo reseñó la Dinac, los “Elenos” tenían fuertes vínculos con las Mili-
cias Metropolitanas, mientras que las FARC fueron más cercanas a las MPPP
(Milicias Populares del Pueblo y para el Pueblo). Sin embargo, las milicias
comenzaron a perder legitimidad progresivamente ante sus comunidades por
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
A esto se suma que no fueron pocos los milicianos que retomaron las armas
como respuesta a la arremetida violenta de la que fueron víctimas. De hecho,
durante la fase de negociación fueron asesinados más de cien integrantes de
las milicias, y tan solo un mes después de firmados los acuerdos, fue asesi-
nado Pablo García, ideólogo de las Milicias Populares del Pueblo y para el
Pueblo, uno de los signatarios de aquel histórico acuerdo.
Movía todo, a través de sus bandas y de todos los combos de bandas que mane-
jaba, en donde era el dueño y señor y en algunos municipios del Valle de Abu-
rrá, concretamente Envigado, donde él llegó a tener alcalde, en otros municipios
cercanos como Bello, donde llegó a tener una gran influencia. Contaba con un
combo de sicarios, entre ellos: “Popeye”, “La Quica”, “Icopor”, etc. Su punto focal
de actividades eran las comunas de Medellín y allí se enfrentaba con las milicias
de diferentes organizaciones guerrilleras.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Entre los grupos que se le “voltearon a las milicias” está el grupo Estrella
Roja, muy reconocido: “fueron unos milicianos del EPL que terminaron traba-
jando para Diego Fernando Murillo alias “Don Berna”, quien procedía del EPL
(Aponte 2020)”. Esto sucedió poco después de la desmovilización del EPL,
cuando había perdido su carácter Político.
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Como se venía exponiendo, fue por la aparición del negocio de las drogas ilí-
citas que las autodefensas se fueron convirtiendo en grupos de justicia priva-
da, pues, a medida que el negocio se estructuraba en cadenas de producción
organizadas, diversos actores del conflicto fueron vinculándose a diferentes
etapas del proceso, con lo cual los grupos de autodefensa adquirieron un pa-
pel protagónico. En tal organización, los carteles de la droga se encargaban
del transporte local y del tráfico internacional; las autodefensas, de la seguri-
dad de los laboratorios; y las insurgencias, de la protección de los cultivos de
la planta de coca (James Núñez, 2020). Sin embargo, los grupos de justicia
privada o autodefensas empezaron a desarrollar un discurso contrainsurgen-
te, ante el crecimiento de las insurgencias de izquierda, y tras evidenciar que
las FARC querían abarcar mayor cuota de la producción de cocaína, especial-
mente a partir de la creación de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar y
posteriormente, con la VII Conferencia Nacional Guerrillera (ESICI, 2010).
Para Ronderos (2019), a pesar de que “desde 1965, la Ley permitía al Estado
reforzar a grupos de civiles que se estuvieran defendiendo del comunismo
armado, vendiéndoles armas y con entrenamiento y coordinación” (p. 34),
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
El grupo de los Pérez, ya comandado por Henry Pérez, se sumó al grupo que
Ramón Isaza había creado en el Magdalena Medio, y que se encontraba in-
tegrado por Delio Monsalve, Ignacio López, Alberto Villegas, John Yépez y
Carlos Salazar. Este grupo sí recibió apoyo de la IV Brigada del Ejército Na-
cional, que lo aprovisionó con ocho escopetas calibre 12 mm y sus permisos
correspondientes. Este grupo se llamó “Los escopeteros” y, con el tiempo, fue
apareciendo en otras regiones: “en La Danta, Sonsón, nacieron “Los Escope-
teros” del “Mono Celín”; en San Juan Bosco, del municipio de Santa Helena del
Opón, en Santander, y en Yacopí, Cundinamarca, estaban “Los Escopeteros”
de Rigoberto Quintero, conocido como “Braulio”” (Ronderos, 2019, p. 36).
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
A partir de la creación del MAS se dio inicio a “una primera manifestación del
nivel de organización y del poder armado de los grupos traficantes” (Pardo,
2008, p. 675) y a su vez abriría el espacio para el surgimiento del paramili-
tarismo moderno. A partir del MAS, los capos impulsaron la creación de una
fórmula para reaccionar y combatir las presiones de la guerrilla, posibilitando
un fenómeno armado de larga duración:
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Cabe mencionar que, hacia la mitad de la década, los costos de las opera-
ciones contrainsurgentes de las autodefensas se habían incrementado os-
tensiblemente pero, por otro lado, los jefes de los carteles estaban hastiados
del abuso de los grupos subversivos, quienes les exigían cada vez mayor im-
puesto al gramaje; esta situación estrechó los vínculos entre el narcotráfico
y las autodefensas, lo que llevó a algunos de estos grupos a involucrarse en
la actividad del narcotráfico, desviándose de la concepción inicial para la cual
habían sido creados (ESICI, 2010). Fue así como, con la creación de las Au-
todefensas del Magdalena Medio, más la aparición temporal del MAS y el
afianzamiento de los vínculos entre narcotráfico y autodefensas, tuvo lugar el
fenómeno que, con el paso de los años, se convirtió en lo que se conoce hoy
como el paramilitarismo moderno.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
las armas, los uniformes y los equipos del grupo armado y que, con sus obras
sociales y la abierta postura antiguerrilla de sus integrantes, llegó a contar
con el respaldo de la población. Vale la pena anotar que Iván Roberto Duque,
alias “Ernesto Báez” fue secretario y asesor de esta organización y que, des-
de allí, posteriormente, extendió su poder (Ronderos, 2019). En este contexto
surgieron las primeras escuelas de adiestramiento, promovidas por el Gene-
ral Farouk Yanine Díaz en Puerto Boyacá, que se encargarían de entrenar a
alumnos de todo el país y de las cuales hizo parte, como instructor, “El Negro
Vladimir” (Ronderos, 2019).
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Más allá de la motivación contrainsurgente que los identificó en los inicios, los
paramilitares sirvieron también como instrumento de poder para las mafias
en sus intereses para la acumulación de propiedades mediante la violencia,
el exterminio de contradictores políticos y el uso del sicariato como forma ex-
tendida de amedrentamiento, como menciona Medina (2012): “la expansión
del cartel de Medellín acompañó la financiación de grupos paramilitares, la
lucha contrainsurgente, el desarrollo de la violencia sicarial y el terrorismo,
fenómenos todos que puso a su servicio” (p. 155). No obstante, el paramilita-
rismo sobrepasó la lógica del narcotráfico, y adquirió una funcionalidad que
representaba grandes ventajas a diversos sectores de la sociedad. Tanto así
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
En definitiva:
Los paramilitares fueron mucho más que estructuras al servicio del narcotráfico,
pero indudablemente esta economía ilegal fue determinante en su fortalecimiento
y expansión y está en el trasfondo de los elevados niveles de violencia que oca-
sionaron, especialmente a mediados de los noventa, al final de esa década y a
principios del nuevo milenio. (Defensoría del Pueblo, 2018, p. 32)
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
Sin embargo, otro punto de inflexión llegaría para cambiar el rumbo de las
agrupaciones lideradas por los hermanos Castaño. En la primera mitad de la
década de los noventa, los bloques paramilitares decidieron incursionar masi-
vamente, y por sí mismos, en la actividad del narcotráfico, adquiriendo cierta
independencia de sus antiguos financiadores de la mafia. Dados los enormes
capitales económicos en juego, los paramilitares encontraron en la actividad
directa del narcotráfico una forma de autofinanciación y se convirtieron en
narcotraficantes (por ejemplo, en el Valle del Cauca y Norte de Santander).
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
En 1991, la familia Castaño Gil creó la Fundación para la Paz de Córdoba Fun-
pazcor, organismo fachada de las Autodefensas en Montería, que sirvió como
medio para la recolección de dineros destinados al sostenimiento de las Auto-
defensas Campesinas de Córdoba y Urabá—ACCU (ESICI, 2010).
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Capítulo I
Contexto y antecedentes del narcotráfico en Colombia
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Cabe concluir aquí que los grupos de autodefensa se fortalecieron una vez
fue neutralizada la capacidad del cartel de Medellín y a partir de la captura
de los jefes de los carteles de la droga, hacia mediados de los noventa, pero,
además, que gracias al pragmatismo de la guerra estos grupos compilaron
la construcción político-organizativa de las FARC y el ELN y que ese mismo
pragmatismo terminó legitimando la vinculación entre diversos actores del
conflicto. En esta sucesión de acontecimientos, responsabilidades y alian-
zas, el negocio del narcotráfico ha sido desmesuradamente rentable para
cualquier tipo de lucha y de causa en un país tan complejo como Colombia
(Entrevista a Camilo Parada, 2020), y parece ser el único ganador.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Capítulo II
La violencia desencadenada
por el narcotráfico
La guerra desatada por parte del narcotráfico contra el Estado colombiano
durante la década de los ochenta se expresó a través de una serie de ata-
ques sistemáticos y violentos por los carteles de la droga contra diferentes
sectores sociales del país; ataques que, además de estar dirigidos contra la
institucionalidad, tuvieron como blanco a funcionarios públicos, candidatos
presidenciales, políticos, prensa nacional y población civil, entre otros.
El papel del narcotráfico en la historia del conflicto armado no solo fue de-
terminante en la comisión de delitos, sino que logró consolidar una red de
colaboración con otros actores armados del país, como paramilitares y agen-
tes del Estado, que fueron parte esencial de un plan criminal orquestado por
los carteles de la droga y bajo cuya sombra se cometieron crímenes de lesa
humanidad, que la Corte Suprema de Justicia define así:
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Para autores como Rafael Pardo (2008), el asesinato del ministro Rodrigo
Lara Bonilla, no solamente motivó la decisión del presidente Betancur de ex-
traditar nacionales, sino que provocó el surgimiento del narcoterrorismo en
Colombia (p. 677). Es así como la figura de la extradición se convirtió en el
detonante para que las estructuras narcotraficantes comenzaran a librar una
guerra contra el Estado, en la que se crearon alianzas político-militares, que
a su vez desencadenaron en el exterminio de grupos políticos, miembros de
la fuerza pública, de la rama judicial, legislativa, ejecutiva, e incluso llegó a
tocar a los sectores económicos, deportivos, periodísticos y sociales, al punto
de llegar desestabilizar a todo un país.
La década de los ochenta e inicios de los noventa fue una época en la cual in-
vestigar o denunciar las irregularidades de este mundo mafioso, significaba fir-
mar la sentencia de muerte. Este fue el escenario en el que Colombia vivió uno
de los periodos más violentos de su historia; el narcoterrorismo llevó el conflicto
armado a una dimensión que contribuyó fortalecer el paramilitarismo moderno
y, en esa relación orgánica, se desató una oleada de violencia en la que emer-
gieron las figuras de grandes verdugos y capos y a la recurrencia de acciones
violentas como bombas, secuestros, amenazas, atentados y homicidios.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por he-
chos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985, como consecuencia de infraccio-
nes al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas
a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del
conflicto armado interno.
Esta situación invita a establecer una primera discusión sobre lo que repre-
sentó el narcotráfico y el narcoterrorismo en el marco del conflicto armado
colombiano, y si este cumple con las características para ser reconocido
como un actor del conflicto, o no.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
El conflicto interno en Colombia tiene una larga historia de varias décadas que
antecede y tiene causas ajenas a la aparición de los cultivos de uso ilícito de gran
escala, y a la producción y comercialización de drogas ilícitas en el territorio.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
De esta manera, una de las primeras reflexiones a las que invita la compren-
sión sobre el fenómeno del narcotráfico y del narcoterrorismo en el marco del
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
fuerza civil que es la Policía; sin embargo, ante tan apabullante poder militar
de los carteles, el Estado debió atacar militarmente y el enemigo respondió
recíprocamente, cumpliendo así con las condiciones mencionadas del DIH.
[…] de una organización armada clandestina, [que] hizo conocer su propósito defi-
nitivo e indiscutible de que se pusiera fin a la extradición de colombianos. Producto
de dos años de pugna contra lo que para ellos era una real amenaza, un grupo de
narcotraficantes liderados por la gente del cartel de Medellín, Escobar y sus socios,
por el de Cali y por Gonzalo Rodríguez Gacha, “El Mexicano”, lograron montar un
aparato de terror dispuesto a enfrentar al Estado colombiano. (Pardo, 2008, p. 678)
Esta situación invita a entablar una discusión sobre el papel del cartel de Me-
dellín como actor del conflicto armado, en la medida en que emergió en una
época en la que el conflicto armado aún tenía una baja intensidad. Su apari-
ción intensificó el conflicto gracias al dinero del narcotráfico, pero también a
los vínculos que se establecieron entre todos los actores y el cartel de Me-
dellín. La sentencia C-253A/12 de la Corte Constitucional, señala que en la
condición de víctima, definida por la Ley 1448 de 2011:
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Existen elementos objetivos que permiten encuadrar ciertas conductas dentro del
conflicto, y hay extremos en los que, por el contrario, también resulta claro que
se está frente a actos de delincuencia común no cubiertos por las previsiones de
la ley. En el medio existen zonas grises, que no es posible predeterminar de an-
temano, pero en relación con las cuales, si es posible señalar que no cabe una
exclusión a priori, con base en una calificación meramente formal, y que en el
análisis de cada caso debe procederse, a tono con el objetivo mismo de la ley,
con un criterio que tienda a proteger a las víctimas. Esto es, probada la existencia
de una afectación grave de derechos humanos o de una infracción de las normas
del derecho humanitario, en caso de duda sobre la inserción de la conducta lesiva
en el marco del conflicto, debe darse prevalencia a la interpretación en favor de la
víctima. (Corte Constitucional, 2012)
Resulta acertado precisar en qué consiste el narcotráfico y por lo que [sic] los
carteles de la droga, a pesar de que no sean catalogados como Grupos Armados
al Margen de la Ley, su actuar delictivo sí se encuentra íntimamente ligado a la
capacidad operativa con las que cuentan los Grupos Armados al Margen de la
Ley, por tanto tal y como lo afirma el deponente, quien financió el ataque al avión
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
de Avianca fue uno de los integrantes de grupos irregulares, de acuerdo con la re-
visión de todos los datos informativos de la época, resulta claro que quien comete
el ilícito es el denominado “cartel de Medellín”, cartel dirigido por el extinto capo de
la droga Pablo Emilio Escobar Gaviria, en asocio con grupos paramilitares quienes
en efecto realizaban todo tipo de acciones de violencia con el único propósito de
ejercer control e iniciar una guerra en contra del Gobierno Nacional, a fin de lograr
la no extradición de narcotraficantes colombianos a los Estados Unidos de Amé-
rica y dos [sic] con propósitos ilegales por el control de las rutas por las cuales se
enviaban y distribuían narcóticos que contribuían y financiaban a dichos Grupos
Armados al Margen de la Ley […] sin embargo esto no significa pues, que el terro-
rismo no sea una conducta proscrita por el Derecho Internacional Humanitario y
mucho menos se desconoce que para lograr los fines de desestabilización al país,
dicho ataque terrorista no se hiciese con el apoyo, financiación y la asistencia
técnica en estrategias terroristas por parte de Grupos de Autodefensas existentes
para la época.
Marco teórico
Para comprender el fenómeno del narcotráfico en el marco del conflicto
armado, históricamente se han abordado diferentes argumentos teóricos
desde los que se intenta explicar el papel de este en el contexto nacional.
En 1988, la revista Criminalidad de la Policía Nacional de Colombia expuso
la teoría de la anomia, propuesta inicialmente por Émile Durkheim para ha-
cer referencia a “un Estado sin normas que hace inestables las relaciones
del grupo, impidiendo así su cordial integración”, y que posteriormente fue
abordada y complementada por teóricos como Robert King Merton y Frie-
drich August Von Hayek. De acuerdo con la publicación:
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Yo amo a Pablo Escobar, yo voy a morir y voy a matar para Pablo Escobar. Él me
sacó de la ruina, mi familia, mi mamá ahora tiene una casa, tiene dinero, tiene una
estufa. Mi vida es de Pablo Escobar. Yo tengo 15 años y para los 22 o 23, voy a
estar muerto. Yo voy a vivir y voy a matar para Pablo Escobar.
Otro de los campos en los que lograron concentrar poder es en el ámbito po-
lítico, con el manejo desde “los caciques tradicionales que dominan las elec-
ciones regionales hasta cuadros de base que tramitan votos de las comuni-
dades”. De este modo lograron controlar a la clase política, y a través de ella
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
los votos: Medellín (37%), Bello (49%), Envigado (49%), Itagüí (42%),
La Estrella (57%), Puerto Triunfo (16%) y Yolombó (46%). Se observa
una variación considerable con relación a 1982 en Medellín (-15%),
votación que pudo haberse desplazado hacia el Nuevo Liberalismo
que concentró el 17% del total de los votos; y en Puerto Triunfo (-70%),
cuyo capital electoral se pudo haber desplazado hacia el partido Con-
servador, que concentró el 84% de la votación, lo que significó un cre-
cimiento de 114% con relación a las elecciones de 1986.
• En estas mismas elecciones, el partido Liberal obtuvo mayorías atípi-
cas en los municipios de Puerto Berrío (84%), Caldas (73%) y Puer-
to Nare (61%). Vale la pena resaltar que para 1986, el partido Liberal
prácticamente duplicó su votación en este último municipio, al pasar
de 985 votos en 1982 a 1964 en 1986.
El poder de Escobar para concentrar poder político en el ámbito local, regio-
nal y nacional, prácticamente no tuvo límites, por ejemplo, como publicaba
la revista Semana en 1991, de las elecciones de 1982 se encontraron veinte
fotografías de varios dirigentes políticos liberales, unos en compañía de Esco-
bar y otros descendiendo de un avión vinculado a su organización delictiva,
que con el paso del tiempo, habrían sido reveladas por el noticiero QAP y
en las que aparecían Alberto Santofimio, Bernardo Guerra Serna, Federico
Estrada Vélez, Ernesto Lucena Quevedo, David Turbay Turbay y William Ja-
ramillo Gómez. Todos líderes políticos liberales que para entonces integraron,
en su mayoría, las listas del partido Liberal en Antioquia y Tolima, obteniendo
votaciones muy superiores a las de sus rivales, como fue el caso de Bernar-
do Guerra (178.208 votos), Federico Estrada Vélez (33.261), William Gómez
Jaramillo (26.300), y Alberto Santofimio (103.285). Este grupo de políticos
repetirían en las elecciones de 1986 con las siguientes votaciones: Bernardo
Guerra (182.418), Federico Estrada Vélez (35.673), William Gómez Jaramillo
(51.845), y Alberto Santofimio (108.905).
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Por un lado, está el tema de la distribución de dominio social entre la clase política
y las organizaciones criminales, entendiendo este dominio como la imposición
de instituciones de regulación sobre una serie de espacios y transacciones en la
sociedad […] por otro lado está el tema de los pulsos de fuerza entre el centro y la
periferia por la nueva serie de intereses estructurales que surgen del narcotráfico.
Estos intereses involucran tanto a los actores que ejercen la dominación social
-políticos y criminales- como a las sociedades dominadas. Para los sectores do-
minantes la cuestión gira en torno a la preservación de un orden social que ga-
rantiza una posición en las jerarquías superiores de la sociedad. Para los sectores
dominados la cuestión gira en torno a las dos demandas básicas que surgen del
narcotráfico: el acceso al mercado como forma de inclusión económica, y la provi-
sión de orden y seguridad en espacios donde las instituciones del Estado no operan a
plenitud por la criminalización de los flujos de capital que sostienen el mercado. (pp.
92-93)
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
partir de 1984 cuando decidieron responder a las medidas del Gobierno Na-
cional para combatirlos, y que se caracterizó por conformar una agrupación
de tipo gremial para hacer frente a las políticas que les incomodaban, como la
extradición. Por otra parte, en la misma publicación también se expone el uso
que hicieron de la intimidación:
Si se revisan las causas estructurales que dieron origen al conflicto armado co-
lombiano, se puede encontrar que, según Miguel Barreto (2016), este “tiene en
su base, fundamentalmente, en estructuras de exclusión políticas, sociales y
económicas, y en particular, un panorama de exclusión del campesinado, agra-
vado históricamente por un problema agrario no resuelto” (pp. 87-88), situación
que se yuxtapone a la del fenómeno del narcotráfico, y que unidas potencializa-
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
ron las condiciones para que Pablo Escobar pudiera posicionarse y capitalizar
sus esfuerzos por concentrar poder político, económico, social y militar.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Tras las elecciones presidenciales de 1986, Virgilio Barco Vargas logra im-
ponerse ante los otros candidatos tras obtener el 58,7% del total de los votos,
seguido por Álvaro Gómez Hurtado (36,1%), Jaime Pardo Leal (4,6%), Regina
Betancourt (0,7%) y Juan David Pérez Gaviria (0%), el enfrentamiento del
narcotráfico contra el Estado, desembocaría en la declaración de una guerra
por ambas partes, lo cual se puede evidenciar a partir del registro que hace la
revista Semana (2013) sobre las cifras que deja la lucha contra el narcotráfico
en Colombia, como lo fueron:
623 atentados que dejaron como resultado aproximadamente 402 civiles muer-
tos y 1710 lesionados; 550 policías asesinados por Pablo Escobar y el cartel de
Medellín. Escobar pagaba en promedio 2 millones de pesos por cada homicidio;
100 bombas hizo estallar el cartel de Medellín tan solo entre los meses de sep-
tiembre y diciembre de 1989. Los afectados fueron supermercados, entidades ban-
carias, colegios, instalaciones eléctricas y telefónicas; 85 bombas detonó el cartel
de Medellín entre enero y mayo de 1990 contra las sedes de Drogas La Rebaja, pro-
piedad del cartel de Cali, en Pereira, Cali, Bogotá y Medellín; 10 bombas hizo estallar
el cartel de Medellín solo en diciembre de 1992; en 1993 fueron activadas aproxi-
madamente otras 20 en Bogotá y Medellín; 700 heridos dejó el atentado contra la
sede del DAS en Bogotá, en 1989, setenta personas murieron; 111 pasajeros murie-
ron en la bomba que detonó el cartel de Medellín en el avión de Avianca en 1989;
15.000 personas murieron, según los estimativos de las autoridades, en los últimos
20 años relacionadas con la guerra contra el narcotráfico. Cinco mil quinientas de
ellas entre 1989 y 1993 durante el auge del cartel de Medellín.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
De acuerdo con los autores del estudio Mortalidad por homicidio en Mede-
llín, 1980-2007, la capital antioqueña registró una de las más altas tasas de
homicidios en la historia del país y en el conjunto de los países con conflictos
armados en el mundo, cifras solo comparables con las de países en guerra
civil. Las causas de la violencia en Colombia, según el artículo, son atribuibles
a “ciertos aspectos coyunturales, tales como el problema del narcotráfico, la
persistencia del conflicto armado interno, la debilidad del Estado, la corrup-
ción y la inmadurez en el ejercicio de la ciudadanía” (Franco et al, 2012, p.
321). Adicionalmente se registra que la tasa de homicidios en Medellín siem-
pre ha sido superior a la nacional, con excepción de los años posteriores al
2005 (ver Gráfico 2).
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Figura 2.3. Tasa de homicidios en Medellín en los grupos de edad más afectados 1980-2007.
Fuente: Franco et al (2012)
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Figura 2.4. Hechos de desaparición forzada entre el 1 de enero de 1989 y el 31 de diciembre de 1992
Fuente: Reporte de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas – UBPD,
publicado mediante oficio en 2020
Sin duda, un fenómeno que además de marcar una época violenta en la ciu-
dad y el país, generó un impacto en la conformación de la pirámide poblacio-
nal de la ciudad. Si se comparan las pirámides poblacionales del año 2020
de Medellín con la de Colombia, se puede observar cómo existe un vacío en
los grupos etarios de los hombres entre los 35 y los 49 años, hay una mayor
diferencia porcentual con la pirámide poblacional nacional, lo cual puede su-
poner que son todas aquellas personas que perdieron la vida durante los años
1980 y 1993, a los que se hizo referencia anteriormente, y que hoy ya repre-
senta una pérdida de capital humano y productivo muy grande para la ciudad.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Es así como durante casi una década el cartel de Medellín cometió delitos de
lesa humanidad —principalmente entre 1989 y 1993—, es decir, aquellos en
los que se materializa un ataque contra la población civil, suceden de manera
generalidad y tienen sistematicidad (GTZ, 2010, p. 47), y que, según la Corte
Suprema de Justicia, pueden “ser cometidos en tiempos de paz o durante
conflictos armados y como nota característica implican un ataque sistemá-
tico o generalizado contra la población civil; el primero en términos del en-
cuadramiento de la conducta en un plan criminal y el segundo a propósito del
carácter masivo de la conducta” (GTZ, 2010, p. 20).
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
El país se acostumbró a decir una frase cada vez que mataban a alguien, cada que
explotaba una bomba, cada vez que había quince civiles muertos por un atentado,
cada vez que morían diez policías: “El país toco fondo” y el país nunca tocó fondo.
(Caracol Televisión, 2012, 25 de junio)
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Para otros autores como Petrit Baquero (2012) quien, a partir de la tesis de
investigadores como Iván Orozco Abad, retoma el modelo de juego de Jo-
han Huizinga para entender las posiciones que tuvieron en los procesos de
negociación del Estado con los carteles de la droga y los actores del conflicto
armado, desde la óptica del juego sociopolítico. De acuerdo con este modelo,
interactúan dos actores marginales, el falso jugador y el enemigo del juego,
donde “el primero se mete al juego, pero hace trampa para mejorar su posi-
ción, mientras que el segundo simplemente no tiene interés en jugar” (p. 187).
A nuestro modo de ver, existe en realidad una contradicción profunda entre los
criterios políticos y los criterios jurídicos de valoración de la negociabilidad de las
conductas de falsos jugadores y de enemigos del juego en las sociedades demo-
liberales de corte clásico. En un sentido político, el proyecto del falso jugador, en
cuanto fundado en la aceptación y aún en la afirmación de las reglas del juego del
universo sociopolítico es, en principio, infinitamente más fácil de negociar que el
proyecto del enemigo del juego. (p. 31)
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
del narcotráfico y del conflicto armado, estuvo caracterizado por “el manejo
indiferenciado de la rebelión y el terrorismo, y la amalgama tácita de la vio-
lencia guerrillera y la narco-violencia” (p. 40), para lo cual pone como punto
de referencia al Decreto 1038 de 1984, con el cual el Gobierno declaró el es-
tado de sitio motivado por las diferentes acciones de los grupos armados que
atentaban contra el orden constitucional, pero que al final se convirtió en la
herramienta jurídica para combatir al narcotráfico, de tal manera que el nar-
cotráfico pasó de ser un problema de delincuencia común a un problema de
seguridad nacional (delincuente político).
A partir de esta situación, los Gobiernos han estado abiertos a establecer diá-
logos bilaterales con los capos de la droga, con el fin de lograr acuerdos que
logren su entrega, y con ella, el fin a la violencia y la entrega de capitales de
origen ilícito. Desde el gobierno de Betancur se optó por una política de diálo-
go y negociación con los diferentes actores armados, incluidos los narcotrafi-
cantes, con quienes se adelantaron diálogos en Panamá cuando:
En 1984 Alfonso López Michelsen había sido invitado en compañía de Jaime Castro,
Felio Andrade y Gustavo Balcázar por el Gobierno de Panamá para servir como ob-
servador del proceso electoral de ese país. Estando allá recibió una llamada de su ex
coordinador de campaña en Antioquia, Santiago Londoño White. Este manifestó que
Pablo Escobar estaba dispuesto a desmontar el negocio del narcotráfico y a que su
situación personal fuera definida por la ley colombiana. Le preguntó al expresidente
si estaría dispuesto a transmitirle esta propuesta al gobierno de Belisario Betancur.
López aceptó y Santiago Londoño se trasladó inmediatamente a Panamá. A las cua-
tro de la tarde del día siguiente se reunieron en el Hotel Marriott López y Londoño con
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Pablo Escobar y Jorge Luis Ochoa. Escobar manifestó que los narcotraficantes esta-
rían dispuestos a entregar sus laboratorios, sus flotas aéreas, sus rutas y sus conexio-
nes de distribución en Estados Unidos y a someterse a la justicia colombiana para que
fueran juzgados y sancionados con base en las pruebas que existieran en su contra.
Agregó también que estarían dispuestos a regresar sus capitales a Colombia. La única
solicitud que hacían a cambio de todo esto era que la extradición no fuera aplicada
con retroactividad sino a partir del momento de esa entrega. En otras palabras, que
narcotraficante que exportara un gramo de ahí en adelante podía ser extraditado au-
tomáticamente. López le comunicó la propuesta a Betancur, y pocos días después el
procurador Carlos Jiménez Gómez voló a Panamá para entrevistarse con Escobar y
Ochoa y puntualizar la oferta. En ese momento el episodio se filtró a la prensa y murió
cualquier posibilidad de progreso. (Semana, 1997)
A pesar de que esta reunión fue negada por el presidente Belisario Betancur,
el exprocurador Carlos Jiménez Gómez ha afirmado que él asistió a esa cita tras
la solicitud del entonces presidente (Semana, 2010), momento que Pablo Esco-
bar reseñó en una entrevista con Yolanda Ruíz (2019), de la siguiente manera:
Es así como, con o sin diálogos con los narcotraficantes, uno de sus principales
logros fue haber logrado “una gran amnistía tributaria (Leyes 9 y 13 de 1983),
destinada a favorecer el reintegro de los dineros calientes de la economía sub-
terránea al torrente de la economía legal” (Orozco, 1990, p. 36), Así mismo:
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Capítulo II
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escalada de violencia sin igual. Tras la muerte del ministro Lara Bonilla, “Los
Extraditables” emitieron un comunicado en el cual rechazaban este crimen
y aseguraban que “La intervención política de algunos miembros de nues-
tras organizaciones, se originó exclusivamente en el afán de luchar contra el
tratado de extradición, suscrito con los Estados Unidos de América” (Orozco,
1990, p. 41).
Sin embargo, esto no fue impedimento para que se cerraran de manera defini-
tiva los acercamientos entre el Gobierno Nacional y los narcotraficantes que,
incluso cuando el Gobierno se vio obligado a presentar su famosa iniciativa
del 1 de septiembre de 1988, mediante la cual se cristalizó el retorno oficial
a una política de diálogo y negociación con las guerrillas —y acaso también
con otros actores armados confrontados con el Estado—, ya que en el texto
de la misma advertía que la iniciativa de paz estaba “dirigida a solucionar las
diferentes formas y manifestaciones de violencia, no solo las generadas por los
grupos guerrilleros” (Orozco, 1990, pp. 43-44), con la cual se establecieron ne-
gociaciones abiertas con el M-19 y secretas con el narcotráfico, y se dio pie para
que estos presentaran una propuesta de ley de indulto, que nunca prosperó.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Para Javier Peña (2020), Pablo Escobar fue el “inventor del narcoterrorismo,
porque nunca habíamos visto narcoterrorismo”. El narcoterrorismo, se puede
entender como “la cooperación y alianza estratégica entre mafias del nar-
cotráfico y grupos armados extremistas, así como otros grupos insurgentes
o terroristas”, o también conocido como terrorismo político entendido como:
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Figura 2.7. Movimiento de Renovación Liberal por el cual fue electa la fórmula
Ortega – Escobar
Fuente: Infobae (2020)
Un año más tarde de haberse posicionado como congresista, Pablo Escobar reci-
bió su primera denuncia pública que lo vinculaba con el narcotráfico. El entonces
director de El Espectador, Guillermo Cano reprodujo, en la edición del 25 de agos-
to de 1983, una publicación de 1976 con la cual “documentó que el congresista
Pablo Escobar sí tenía un pasado ligado al narcotráfico” (El Espectador, 2016).
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Pablo Escobar Gaviria, dos meses después de salir del Congreso, fue despo-
jado de su inmunidad parlamentaria y el juez Gustavo Zuluaga Serna libró
orden de captura en su contra, sindicándolo del asesinato de los dos agentes
del DAS Luis Fernando Vasco Urquijo y Gilberto de Jesús Hernández Patiño,
que años antes lo había capturado. Cuando se buscó el expediente de 1976,
este había desaparecido misteriosamente.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el cartel de Medellín, en su mo-
mento histórico, no logró esa capacidad real de negociación con los gobiernos
de la época (Camilo Parada, 2020). Por tal motivo, el cartel decidió invertir en
tecnología táctica para mejorar su capacidad bélica, gracias al poder financie-
ro generado por el tráfico de drogas ilícitas (Carlos Patiño, 2020) e iniciar la
transición de “grupo de crimen organizado” a “organización terrorista”; el ob-
jetivo del terrorismo del cartel de Medellín consistía en disuadir a la sociedad
civil como poder constituyente, para que esta presionara al Estado y poder
lograr las transformaciones en el ordenamiento jurídico, beneficiosas para la
no extradición. Por tal razón, la capacidad de negociación del cartel fue la del
uso del terrorismo como instrumento altamente disuasivo y no como acción
política, como sucede en otras organizaciones terroristas a nivel mundial. El
terrorismo de la década de los ochenta se puede entender como una acción
para causar terror y pánico en la sociedad civil para que, vía elecciones, el
Estado no negociara, sino que claudicara en esas pretensiones e intenciones
de los extraditables (Camilo Parada, 2020).
Narcoterrorismo y convergencia
Si bien el término convergencia fue acuñado en ámbitos académicos después
del 11 de septiembre, tiene bastante utilidad para explicar la conjunción estra-
tégica de los actores del conflicto armado como insurgencia, contrainsurgen-
cia y agentes del Estado alrededor del fenómeno del narcotráfico.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Sumado a lo anterior, cabe destacar las debilidades del Estado colombiano para
controlar áreas geográficamente estratégicas que son útiles para la ejecución
del delito. Este parece ser un hecho históricamente permanente. En el texto
Los Estados del país: instituciones municipales y realidades locales (García et
al, 2011) se desarrolla un marco conceptual que explica la ausencia de control
territorial por parte del Estado colombiano, incluso desde la época de la Colonia
y que trascendió en la vida republicana. Así mismo, que la herencia hispánica
ha sido fundamental en el privilegio de estructuras feudales en lo político y en
lo económico que han permitido el surgimiento de grupos armados organizados
impidiendo la consolidación estatal en el sentido weberiano.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Para dar paso a la respuesta de esta pregunta, habría que comenzar por com-
prender dos aspectos importantes. El primero está relacionado con el contex-
to y con los hechos que motivaron el atentado al avión, y el segundo, con la
manera en que estaba estructurado el DAS y como operaba para entonces,
así como sus relaciones con el cartel de Medellín.
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Tras la muerte de Galán, el candidato César Gaviria asumió las banderas del
Nuevo Liberalismo y con ellas, recayeron sobre él los principales riesgos a su
seguridad. Rafael Pardo Rueda, en su libro De primera mano. Colombia 1986-
1994 entre conflictos y esperanza (1996), asegura que para entonces “los
candidatos se movían acompañados por nubes de escoltas, compuestas por
miembros del DAS, el Ejército y la Policía”, situación que fue confirmada por
el coronel Homero Rodríguez (2019), quien para entonces se desempeñaba
como jefe de la División de Seguridad de Instalaciones y Avanzadas del DAS:
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Durante la reorganización se recomendó que los protegidos del DAS tuvieran una
escolta similar de acuerdo con el cargo y nivel de amenaza, para los candidatos pre-
sidenciales se recomendó una escolta tipo “F”: tres conductores, 11 escoltas, tres mo-
tociclistas, tres vehículos, uno de ellos blindado para el personaje, tomando como guía
los protocolos de Escoltas Militares.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Es así como el candidato César Gaviria adelantaba una campaña de alto ries-
go y amenaza, por ser quien encarnaba los principios del candidato asesi-
nado, Luis Carlos Galán, lo que le representaría heredar a los enemigos en
cabeza de Pablo Escobar y el cartel de Medellín. De esta manera, Gaviria y
el general Miguel Alfredo Maza Márquez, se convertirían en los principales
blancos de los capos antioqueños.
Le voy a hacer un breve repaso de cinco situaciones que demostrarían que yo era
el enemigo número uno de Pablo Escobar. El primer atentado que le hicieron a mi
familia fue contra un hermano médico, en Santa Marta, cuya casa fue atacada a
tiros. El segundo fue a través de un libro que me enviaron al DAS. Los encargados
de explosivos detectaron que era una bomba, pero no tomaron las medidas y pe-
recieron. Si me estalla a mí vuela todo el noveno piso del DAS, conmigo también.
El tercero fue el ataque con el carro bomba en la calle 56 con carrera séptima en
Bogotá que dejó ocho muertos y del cual me salvé de milagro ese 30 de mayo. El
cuarto contra el edificio del DAS, que todo el mundo conoce, con más de 60 muer-
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tos. El quinto hubiera sido el peor del mundo porque a las siete pasadas de la ma-
ñana colocaron un camión lleno de papel higiénico, casi enfrente de mi casa. Un
escolta observó la situación y alcanzó a ver una mecha que prendía; a esa misma
hora entraban centenares de niños al Liceo Francés. El vehículo estaba cargado
de explosivos. Se pudo abortar el atentado. Bueno, el hijo de Pablo Escobar en su
libro escribe que es imposible que el general Maza fuera amigo de su padre pues
este lo odiaba tanto hasta el punto de que estuvo buscando a la enfermera que lo
atendía, cuando estuvo enfermo, para envenenarlo. (Las 2 Orillas, 2017)
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El “Testigo No. 45” aseguraba que “las tres tendencias buscaban desestabi-
lizar, mostrar poder, intimidar al Gobierno, hacer que el Gobierno tuviese que
negociar con una fuerza que merecía temor” (Ronderos, 2019, p. 194) y que
cualquiera de “Los Extraditables” que deseara llevar a cabo un ataque dentro
de su tendencia, buscaba el apoyo de uno o dos más, pero:
El método de matar, dijo 45, era siempre el “patentado por Fidel”, aunque las in-
tenciones y planeación correspondieran a otro jefe. Ese método incluía a Carlos,
su hermano menor, como “coordinador ejecutivo”, orquestador de todos los gol-
pes. “Carlitos, el hermano de Fidel, era el ejecutor práctico de los actos, no nece-
sariamente el que disparaba… Pero el que coordinaba con la persona del DAS o
con los escoltas del lugar el modo y momento de la acción”. (pp. 193-194)
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
De esta manera, Darío Usma Cano, alias “Memín”, siguiendo las órdenes de
“El Arete”, se había dedicado a la verificación de itinerarios de vuelo, correrías
y manifestaciones públicas de César Gaviria, para lo cual no solamente visi-
tó la sede del candidato en Bogotá, sino que viajó el 2 de noviembre a la de
Cali, ciudad en la cual consideraba que Gaviria sería más vulnerable al contar
con menos protección (Torres, 1995, pp. 268-269). Ante la orden de volar el
avión, “Memín” le sugirió al “Arete”:
A partir de este balance, “El Arete” comenzó a coordinar los aspectos relacio-
nados con el diseño y fabricación de la bomba:
Luego se dirigió a la poceta, haló el cordón de acero y vio abrirse la media puerta
de concreto y baldosa que ocultaba la dinamita obtenida por “Carro Chocao” con
los proveedores ecuatorianos.
Retiró cinco kilos de dinamita amoniacal y salió rumbo al apartamento. Una vez
dentro, colocó el maletín sobre la mesa del comedor y alistó cuanto requería: el
estopín, cuatro cables eléctricos y una batería de larga duración.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
“El Arete” abrió el maletín, levantó la tapa de nylon negro que ocultaba un com-
partimiento secreto en el fondo del maletín y empezó a amasar y a colocar la
dinamita. Se detuvo cuando terminó de formar una película que ocupaba casi la
cuarta parte del maletín de 40 centímetros de alto por 60 de ancho.
Después colocó nuevamente la tapa del fondo del maletín, instaló sobre ella la ba-
tería de quince centímetros de largo por cinco de ancho y dispuso los dos cables,
uno conectado al polo de carga positivo y el otro al negativo. Entonces utilizó el
interruptor y un bombillo para verificar el sistema. Más tarde, comprobó el estado
del estopín y terminó de diseñar el sistema completo.
Tomó los cables que salían de la batería y los conectó al estopín. Luego atornilló
estas dos extensiones y con extrema habilidad las pegó, en sentidos opuestos,
a las paredes laterales del maletín. Finalmente se aseguró de que ambas partes
culminaban exactamente en el centro y que conectaban sin dificultad en las patas
del interruptor. Solo dejó instalado uno de los cables y después entregó el maletín
a “Memín”. (Torres, 1995, pp. 270-271)
Figura 2.10. Ubicación de la bodega de donde salieron los explosivos para la bomba del avión
Fuente: Google Maps
[…] fue quien coordinó a los responsables, siempre en combinación con su contacto
de alto nivel en el DAS del que habló el “Testigo No. 45”. Hoy, por las confesiones de
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
los desmovilizados, se sabe que el contacto era el director de inteligencia del DAS,
Alberto Romero. (Ronderos, 2019, p. 195)
Esa facilidad para cometer estos actos era en complicidad con los escoltas del
DAS, ya que él se los presentaba al “Suizo” antes de cometerse el acto y le decía
que después de que hiciera el trabajo estos señores lo sacarían y lo protegerían.
Luego de que él cometía el crimen los escoltas actuaban inmediatamente dándo-
le de baja y así quedaba todo en la impunidad. (El Tiempo, 2018)
Los ponían primero a trasladar simples encomiendas: -Mirá, llevá esta caja hasta
la Loma del Chocho y las dejás ahí, pero que no se te vaya a ocurrir abrirla.
17. El Decreto 1662 de 1988 fijó el salario mínimo legal diario en $1.085,32, lo cual representaba al mes $32.560.
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Capítulo II
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Según Torres, una vez “Memín” tuvo en su poder los dos tiquetes, regresó a la
bodega en donde se encontraba “El Suizo” y le entregó el tiquete a nombre de
Alberto Prieto, mientras que él conservo el de Julio Santo Domingo. Aquel fin
de semana sería recordado por la funcionaria de Avianca que atendió a Prieto
y Santo Domingo, cuyo testimonio fue reconstruido por El Tiempo (1989) el
6 de diciembre:
Entre la multitud de pasajeros que estaban en el Puente Aéreo, dos hombres jóve-
nes, con apariencia diferente de los demás pasajeros, le causó un poco de curiosi-
dad a la operaria de la pantalla del computador. Pero la funcionaria se sorprendió
cuando Alberto Prieto, quien extendió su brazo para pagar el tiquete mencionó el
nombre de su acompañante: Julio Santo Domingo. Al escuchar ese nombre, la ti-
queteadora levantó la mirada por un corto instante de la pantalla para conocer al
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
dueño de la empresa en la que labora desde hace varios años: Julio Mario Santo
Domingo.
De igual manera, Shaun Attwood (2019), autor de una serie de libros sobre
Pablo Escobar y el Cartel de Cali, y quien nos compartió el contenido del ca-
pítulo 20 “Avianca Airlines Flight 203” de su libro Pablo Escobar’s Story 2:
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Capítulo II
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Narcos at War para la elaboración del presente informe, incluye una trans-
cripción de una entrevista al entonces candidato César Gaviria, en la cual tie-
ne lugar la siguiente conversación:
Después de que se supo que Gaviria debería haber estado en el avión, la gente
comenzó a sospechar que el accidente no fue un accidente.
Sin la presencia de César Gaviria en el vuelo, pero con “El Suizo” a bordo, el
joven Alberto Prieto instruido en acatar órdenes, la suerte de las 107 personas
que viajarían a Cali estaba echada y el avión a punto de despegar. Esta situa-
ción fue confirmada por Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias “Popeye”, quien
aseguró en una entrevista que:
¿El avión de Avianca? Ese atentado fue muy fácil. Cuando el hijo de Galán le entre-
ga las banderas del nuevo liberalismo a César Gaviria, Pablo empieza a planear su
muerte y mueve toda la maquinaria de inteligencia. Así se entera de que Gaviria va
a viajar en ese vuelo de Avianca ¿Cómo se salva? Por el coronel Homero Rodríguez,
que después fue director de la cárcel de La Catedral, quien le dijo que no viajara. (El
Tiempo, 2009)
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Para nosotros, los de la aerolínea, es que el tipo embarcó y se bajó. Sí, porque
si estaba contado el pasabordo, se bajó. Realmente yo tengo la convicción que
el tipo se subió y desembarcó del avión […] con alguna disculpa. Eso pasaba en
algunas oportunidades, pero no había como la cultura preventiva a pesar de que
sabíamos que nos iba a pasar algo porque se presentía y los sistemas de seguri-
dad eran muy pobres. Yo no tengo la menor duda que el tipo embarcó y se bajó.
(Entrevista a Diego Bermúdez, 2019)
De esta manera, la carga explosiva fue activada al interior del avión comercial de
la aerolínea Avianca, pocos minutos después de que la aeronave hubiese despe-
gado de la capital. Se trataba del vuelo que cubriría la ruta Bogotá-Cali, con 107
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—S.: Haciendo las averiguaciones, el avión salió de Bogotá para Cali y no ha he-
cho contacto hasta el momento con Cali ni con el centro de control en Bogotá.
—Y. A.: Es decir, ustedes han tratado de buscar comunicación con el avión. ¿Qué
avión es? HK…
—S.: Creemos que es el 1803.
—Y. A.: 1803 de la compañía Avianca que partió de Bogotá con destino a Cali.
—S.: Exactamente.
—Y. A.: ¿A qué horas?
—S.: Despegó a las 07:13.
—Y. A.: ¿Y es normal que ustedes traten de obtener comunicación con un avión a
esta hora estando 30 minutos en vuelo y no lo logren?
—S.: Pues precisamente cuando no hay comunicación con la aeronave y se lla-
ma para tener los reportes del caso, pues se comienzan a tomar las medidas del
caso y hasta el momento con Cali no ha hecho ningún contacto.
—Y. A.: ¿Y no responde con Bogotá?
—S.: No señor.
—Y. A.: Pero ¿no podría afirmarse que es ni que no es?
—S.: Hasta que no haya la verificación no podemos decir si es exactamente ese
avión.
—Y. A.: ¿Y ustedes tienen alguna otra información de otra nave que haya partido
de Bogotá y no tenga comunicación con El Dorado?
—S.: No, es la única aeronave hasta el momento.
—Y. A.: ¿Cuántas personas viajaban a bordo?
—S.: No sabría decirle, la compañera que tiene la lista, pero no sabría decirle
cuantas personas están a bordo.
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Medicina Legal tenía muy poquitos funcionarios. En Colombia, digamos, tenía 340
funcionarios. En Bogotá 170 entre todos. Y en patología éramos como ocho perso-
nas, cuatro trabajaban en el día y cuatro trabajábamos por la noche, y teníamos
una gran cantidad de casos por día. Entonces, se entendía un evento en que haya
20 personas, pues un patólogo no puede solucionar, porque era muy expedito, el
trabajo muy rápido. En esa época, escribíamos los protocolos a mano, había unas
transcriptoras que nos ayudaban, había un fotógrafo, no había equipos de rayos
X en la morgue, no había ayudas de genética. Existía toxicología, que siempre ha
existido, histología, existía una oficina de identificación, que básicamente era de
dactiloscopia. Es decir, podías trabajar con dactiloscopia, ¡y no más! No existía el
departamento de antropología. (Morales, 2020)
“Fueron los expertos de la Aeronáutica Civil quienes dieron el primer paso ha-
cia la verdad, al confirmar que una explosión generada por un artefacto ajeno
al aparato causó el accidente del avión HK-1803” (González, 2010, p. 78). Se
estimó que se produjo una segunda explosión luego de la primera detonación,
ya que los tanques de combustible estaban llenos, desintegrando el avión
y precipitándolo bruscamente hacia el suelo. Los testigos oculares en tierra
también dieron cuenta de dos explosiones en el aire, tal como ha documenta-
do la investigación con base en los restos del aparato18.
18. “Hay una evidencia inconfundible de un artefacto explosivo en la cabina de pasajeros, cerca del área del piso a la altura de la silla
15-F” (González, 2010 p. 77). Las investigaciones posteriores, que implicaron un análisis de los restos del avión, demostraron que se
trató de un artefacto introducido por un pasajero a la aeronave. Los fragmentos del fuselaje revelaron que la carga explosiva estuvo
alojada cerca al asiento 15 F.
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De otro lado, algunos miembros del comité presentaron una hipótesis de acciden-
te por falla técnica o humana y esto, por procedimiento debía comprobarse o des-
cartarse. De hecho, se descartó pues había certeza absoluta que fue una acción
terrorista. (Entrevista con el coronel Homero Rodríguez 2019)
Una tragedia sin dimensiones que rápidamente fue confirmada como el resul-
tado de un atentado terrorista. El entonces director de la Aeronáutica Civil, Yezid
Castaño, explicó el desconcierto nacional ante esta tragedia aérea al afirmar:
“Yo entendía que este tipo de actos solo ocurrían en países donde existen fuer-
tes odios por cuestiones religiosas o étnicas, pero ocurrió en Colombia y fue un
atentado terrorista” (Cardona, 2009, p. 382).
Según el periodista Juan Carlos Giraldo, al cabo de seis horas de haber ocu-
rrido la tragedia aérea, el Cuerpo Especial de Investigaciones de la Unidad
de Instrucción Criminal envió a Carrillo, un investigador judicial experto en
explosivos, quien al llegar al lugar donde reposaban los restos del avión y los
cuerpos, no dudó en dar su dictamen “fue un atentado terrorista”. Así que se
acercó a un periodista y le preguntó: “¿No le huele a raro, como a dulce?”, a lo
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
que el reportero le respondió “Sí, huele como a dulce, como a gasolina dulce”,
y este enseguida le replicó “No, guevón, es el olor del explosivo plástico, del
C4” (Giraldo, 2007, pp. 75-77).
Llegamos allá y con esa inexperiencia total. Nadie, ¡nadie sabía que hacer! Había
Policía, DAS, en esa época no existía el CTI... y lo que pasó fue que empezamos
a trabajar ahí, en medio de ese caos, porque todo el mundo daba órdenes y al-
canzamos a describir y tratar de hacer, aunque fuera un reconocimiento externo,
como de unos 20 cadáveres, y anocheció. Ya era la noche, y alguien con un me-
gáfono, de la Policía o del Ejército dio la orden de recoger todos los cadáveres,
y echarlos todos en una volqueta para Medicina Legal, y nosotras no pudimos
hacer nada. Eso fue muy triste, porque habíamos hablado con varias de las per-
sonas. Me acuerdo mucho de una joven que era hija de un señor estadounidense,
blanquita, yo no me acuerdo ya del nombre. Pero ella nos había dicho: “ese es mi
papá”. Ya habíamos embalado el cadáver, y se perdió todo ese trabajo. Y, sobre
todo, el trabajo perdido no era lo grave, sino que las familias no podían entender
por qué todo lo que ya nos habían dicho iba a tener que ser repetido, y los cadá-
veres quedaron sin marcar, todo revuelto dentro de la misma volqueta. Entonces
para ellos, claro, era incompresible qué era lo que estaba pasando. Para nosotros
también. Porque simplemente no teníamos el menor control de la escena ni de lo
que estaba pasando ahí.
Ese día, a la Hacienda Canoas llegaron funcionarios de varios juzgados para realizar
el levantamiento de los cuerpos, pero el proceso de identificación fue muy difícil en
algunos casos porque no se pudo elaborar un plano de la escena, y las actas se ela-
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Como consecuencia de esto, hubo casos en los que se elaboraron hasta dos
actas del mismo cuerpo, y como cada juez llevaba su propia numeración para
las actas, hubo casos en los que estas se repetían y generaron confusión al
momento de la identificación; dice el doctor Morales:
Fueron tres grupos de policías judiciales y tres jueces. Cada uno fue haciendo una
inspección de cadáveres con el número de su juzgado, y le ponían un número
diferente al que el cadáver ya tenía. Y empezaron a salir las noticias del hecho, y
después resuelven por la noche ya no asumir el caso en Soacha, porque, obvia-
mente, las dimensiones eran muy grandes, y traerse los cadáveres para Bogotá.
Y le llegan al receptor de cadáveres en tres volquetas, un poco de bolsas llenas de
cadáveres, y cada uno con una marca encima de papel y marcador. Ahí estaban
los cadáveres y unas actas que coincidían, había 3 actas número 10, 3 actas nú-
mero 11... Era un desorden muy grande.
Después, viendo las fotos que habían tomado del helicóptero cuando aparecie-
ron los periódicos, y la localización de tres o cuatro puntos de bloques de restos,
entonces dijimos: ahí están los restos de cada uno de los cadáveres. Entonces
dijimos: esto no fue un accidente común y corriente, porque no pueden quedar
desperdigados. El avión se desintegró. No hubo una bomba, hubo una explosión.
Pero el avión, hay un grupo de restos en una parte, otro en otra, y así. Pero de
una manera empírica, solamente por una lógica elemental. Ahí debió haber una
explosión en el aire, y quedaron las víctimas así.
El mismo día del atentado, en el cual perdieron la vida dos ciudadanos nortea-
mericanos, el FBI delegó a Richard Hahn, experto en bombas y explosivos,
para que viajara a Colombia y recolectara evidencia en la escena del crimen.
141
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Richard Hahn, quien se desempeñó en el FBI entre 1973 y 1999, tiempo du-
rante el cual estuvo a cargo de atender e investigar los casos relacionados con
bombas y durante el cual atendió más de 40 casos, este asegura que:
Para entonces, recuerda Hahn, le fue delegado este caso, y viajó a Colombia
al día siguiente de la tragedia aérea en compañía de dos expertos de la Fede-
ral Aviation Administration (FAA) y de la National Transportation Safety Board
(NTSB), con quienes ya había trabajado anteriormente. Al día siguiente de su
llegada, fueron trasladados en helicóptero a la Hacienda Canoas, junto a un
miembro de la Oficina de Aviación de Colombia, y con quienes recorrió duran-
te cinco días el lugar recogiendo piezas de la aeronave y realizando exáme-
nes de campo, lo que les permitió sacar las siguientes conclusiones:
142
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
La gente de NTSB quedó perpleja por un aspecto de donde cayeron partes del
avión. Un avión tiene una quilla, muy parecida a un barco, que es la parte más
pesada de la nave. Es compatible con toda la estructura. Su experiencia les dijo
que la parte central del avión debería haber descendido en más o menos el mismo
campo de escombros. Esto incluiría el tanque de combustible principal, ubicado
entre las alas, y la unidad de potencia auxiliar (APU), un motor a reacción que ge-
nera la energía para la nave. La APU está montada lateralmente en la nave, justo
detrás del tanque de combustible principal.
Por lo general, esperan encontrar las piezas de la aeronave delante del tanque de
combustible principal en un área, la quilla, el tanque de combustible principal y el
APU juntos en otra área, y la sección de cola en otra área, ya que es probable que
sea la primera parte de la aeronave para despegar y aterrizar. Las alas pueden o
no ir a áreas separadas de escombros, pero típicamente o dentro o cerca del campo
de escombros donde cae la quilla. Los diversos campos de escombros generalmen-
te se extienden a lo largo de un camino en la dirección en que volaba el avión.
Lo que sorprendió a la gente de NTSB fue que la APU bajó con la sección de la
cola, muy lejos de donde estaba en el avión, y muy lejos de donde se esperaba
que cayera. Además, la carcasa de acero inoxidable de la APU había sido pre-
sionada contra el motor como una envoltura de plástico, en un lado del motor. El
examen de esta carcasa demostró que había sido sometido a una onda explosiva.
143
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
De acuerdo con el exagente Richard Hahn todas estas pruebas les permitie-
ron concluir la forma en la que habrían ocurrido los hechos, y que él relata de
la siguiente manera:
Una bomba altamente explosiva fue llevada a bordo del avión (la carga explosiva
pudo haber sido Semtex). Se colocó en el piso de la cabina debajo de un asiento
junto a la ventana directamente sobre el tanque de combustible principal. Cuando
el dispositivo funcionó, rompió el lado derecho del fuselaje y el tanque de com-
bustible principal, y comenzó a quemar combustible. También cortó el cableado
que transmite la comunicación de voz y datos entre la cabina y la caja negra que
144
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
se encuentra en la cola del avión. Por consiguiente, no tenemos datos ni voz des-
de la cabina desde el momento en que explotó la bomba.
El daño en el lado izquierdo del avión presenta evidencia de una gran acumula-
ción de calor en el avión. El depósito de material de carbono y combustible no
quemado son consistentes con una explosión de combustible de aire que ocurre
varios segundos después de la explosión de la bomba.
Hubo un médico forense presente en algunas de las reuniones que tuvimos con
funcionarios colombianos. Fue enviado a recuperar cuerpos de víctimas en el
campo. Dijo que algunas de las víctimas habían sido quemadas por el intenso ca-
lor. Quemado, como él lo describió, como un pollo asado en el que al tratar de
levantar algunos de los cuerpos en camillas, la piel de sus brazos o piernas se
desprendería del músculo, la piel se endurecería.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
cuperamos las piezas del avión que tenían ese daño, y era de un explosivo mucho
más poderoso que la dinamita. Además, el análisis químico de los residuos donde
explotó la bomba encontró residuos explosivos de PETN y RDX. Estos indican el
uso de Semtex y no son residuos producidos por la dinamita. Como experto en
explosivos, descarto completamente cualquier declaración en el sentido de que
la bomba era dinamita.
Sabiendo algunos de los detalles de la investigación del FBI y FAA y/o NTSB,
según el tipo de explosivo y colocación del artefacto, le pregunté cuál fue su par-
ticipación en la preparación y colocación del artefacto en el avión. Contestó mis
preguntas con detalle, las cuales fueron anotadas por la fiscal Cruz Elena Aguilar
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
De acuerdo con Ballesteros, las respuestas aportadas por “El Arete” le de-
mostraron que:
Sus respuestas me dieron la opinión que él no fue el que hizo o colocó el artefac-
to en el avión. No es decir que no estaba involucrado, pero dudo que fue la per-
sona responsable de la fabricación y colocación del artefacto. Sí me impresionó
que es alguien con conocimiento técnico para montar un atentado explosivo,
pero no como el actual autor en este caso.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Eran ellos quienes se preciaban de “manejar el DAS” y los que se habían com-
prometido a reconfirmar la información que obtuviese Darío Usma, alias “Me-
mín”, sobre los desplazamientos del candidato a la presidencia, César Gaviria
Trujillo […] Con todo, había resultado falsa la información que él tenía, según la
cual Gaviria y diez de sus escoltas debían viajar en el vuelo 203, rumbo a Cali,
en la mañana del 27 de noviembre de 1989. (Torres, 1995, p. 292)
Una vez ejecutado el atentado, Darío Usma Cano se dispuso a cobrar el millón
de dólares siguiendo las instrucciones que Pablo Escobar le había indicado,
para lo cual se dirigió a la caleta en donde le darían el dinero, pero solo le en-
tregaron cien mil dólares, con la promesa que en unas semanas se le daría el
resto del dinero. A pesar de esto, pasó el tiempo y Usma no recibió el resto del
dinero, así que optó por enviarle un mensaje a Escobar recordándole el pago
del millón de dólares (Giraldo, 2007, pp. 89-91).
Por su parte Usma, confiado en que haría valer la promesa del pago del millón
de dólares, acudió a una discoteca en el sector de Xochimilco con su me-
jor amigo del cartel, a quien le comentó sobre sus intenciones de cobrar ese
dinero, sin contar que su amigo se levantaría de la mesa y lo delataría con
quienes se habían negado a pagarle la recompensa. Es así como en minutos
llegó un grupo de sicarios, en cabeza de “El Panadero”, y atentaron contra él,
dejándolo herido e inválido. Con el paso del tiempo, Usma fue asesinado en su
casa en el barrio Fátima de Medellín (Giraldo, 2007, pp. 91-93). Según Torres
(1995), en su libro Mercaderes de la muerte, Darío Usma Cano era:
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
A los Castaño no los conocí, por eso no puedo decirle nada de ellos, al igual que
a “Cuco Zabala”. A Carlos Mario Alzate sí lo conocí, aunque no me relacioné con
él. A Darío Usma sí lo conocí bien por el nombre de “Memín” en el año 88 cuan-
do comencé a trabajar con “Chiruza”. Él ya era trabajador de él y luego vino a ser
de Escobar. Cuando me fugué de La Modelo, a principios del año 91, me dijeron
que “Arete” lo habían matado, pero no supe la razón. En el Magdalena Medio no
estuve, siempre estuve en Medellín. (Dandenys Muñoz, 2019)
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
El 17 de febrero de 1993, Carlos Mario Alzate Urquijo, alias “El Arete”, se en-
trega a las autoridades de manera sorpresiva y sin consentimiento de Pablo
Escobar Gaviria. Su sometimiento a la justicia se le atribuye a una gran ofensiva
por parte de “Los Pepes” y el Bloque de Búsqueda, que días antes (5 de febrero
de 1993) había dado de baja a uno de sus hombres más cercanos, Leonardo
Rivera Rincón, alias “Leo”, quien a su vez era jefe de una banda de 20 sicarios
del barrio Buenos Aires en Medellín, junto a “El Zarco”, lugarteniente de Carlos
Mario Alzate Urquijo. A Alzate, lo recuerda Javier Peña como:
Alguien que tenía que ver mucho con la dinamita, porque hubo varios allana-
mientos en donde yo estuve ahí, y la dinamita la tenían tapada en la tierra, en
canecas azules, eran como dos canecas llenas de dinamita y Alzate tenía que
ver algo con eso, y cuando hicimos la investigación la dinamita venía de Ecua-
dor, y la transportaban en bloques de madera. (Entrevista a Javier Peña, 2020)
Ese día “El Arete” no confiesa ningún delito, solo se limita a responderle al
fiscal regional, Fernando Mancilla Silva: “yo vengo a someterme y a respon-
derle a la justicia” (El Tiempo; 1993, p. 1A). Según Jorge Cardona, en su libro
Días de memoria, Carlos Mario Alzate Urquijo aceptó ante la Fiscalía de Me-
dellín que:
El 27 de junio de 1994, por primera vez Carlos Castaño concedió una en-
trevista a la revista Semana haciéndose pasar por su hermano Fidel, en ella
hablaba sobre el caso del avión:
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Sin duda, la cercanía entre el DAS y los grupos paramilitares del Magdale-
na Medio era clara, pues no solamente Alberto Romero Otero sostenía una
comunicación directa con Carlos Castaño, sino que, de acuerdo con el ma-
gistrado Fernando Alberto Castro Caballero en la Sentencia 44321 del 23
de noviembre de 2016, el general Miguel Alfredo Maza Márquez tenía una
relación cercana con el entonces paramilitar Henry de Jesús Pérez Durán,
aliado de los entonces narcotraficantes Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez
Gacha, con quienes coordinaron el homicidio del precandidato liberal Luis
Carlos Galán. De acuerdo con la sentencia en mención:
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Por ahora no se han despejado todas las dudas frente los detalles del he-
cho y la justicia no ha avanzado a fondo en el caso para dar con la verdad y
todos los actores involucrados. En esta vía y a pesar de las reclamaciones,
los familiares de las víctimas han venido denunciando por muchos años la
falta de una reparación estatal por la ocurrencia de este atentado. Los fami-
liares argumentan que el Estado debió ser garante de la protección de los
ciudadanos, más teniendo en cuenta los protocolos establecidos en materia
de seguridad aérea y por eso debe responder ante los afectados. Incluso,
se ha denunciado un proceso de revictimización cuando algún sector de la
prensa insinúa que la explosión no tenía fines políticos, sino que obedeció a
fallas mecánicas de la aeronave, lo que impide esclarecer la verdad de los
hechos. A pesar de esta situación, la Fundación Colombia con Memoria ha
aglutinado a las víctimas, luchando porque el caso siga vigente y se lleve a
la justicia.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Discrepancias, digámoslo así, entre Fidel y Pablo, por el vínculo de Pablo con
la guerrilla, específicamente con el ELN. Es que muchísimos de los “trabajos”
de Medellín fueron realizados por las milicias del ELN para Pablo: hablemos de
bombas. No hablemos tanto de los carrobombas, sino de petardos a bancos, a
drogas La Rebaja de Cali, cuando la guerra entre los carteles de Cali y Mede-
llín... fueron muchos, puestos por miembros del ELN que son los expertos para
manejar esa situación.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Para esa época hubo un terrorista de Pablo que recibió capacitación por un in-
glés, Mc Lee, que finalmente apareció muerto en la maleta de un carro en el
aeropuerto de Miami. Él les dio una capacitación militar a varios terroristas de
Pablo y Pablo le prestó un terrorista de estos (la Fiscalía tiene bastante infor-
mación sobre él, está vivo, está libre), se lo prestó al ELN para darle unos cursos
de capacitación en terrorismo que efectuaron por el suroeste de Antioquia, en
Ciudad Bolívar... Ese contacto se hizo a través de un médico, dado de baja en
Medellín hace siete meses. Ese médico era del ELN, propietario de algunos al-
macenes en esa ciudad. Él fue quien sirvió de enlace entre el ELN y estos terro-
ristas. (Castro Caycedo, 1996, p. 207)
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Carlos Mario Alzate Urquijo, alias “El Arete”, en armar la bomba; y en el se-
gundo caso, habría sido quien coordinó el secuestro de Diana Turbay bajo el
argumento que el Cura Pérez, entonces jefe del ELN, le daría una entrevista.
Para inicios de los años noventa, según el diario El Tiempo, las autoridades le
seguían la pista a “Cuco Zabala” de quien se conocían detalles relacionados
con la participación en capacitaciones de explosivos y acciones terroristas,
junto a otras seis personas; para ese momento “Cuco Zabala” era el único de
las seis personas capacitadas en explosivos que aún seguía con vida y, según
el diario El Espectador, se habría enlistado en las filas del ELN:
Tras el asesinato de personajes como Rodrigo Lara Bonilla y Luis Carlos Galán,
los organismos de seguridad lo declararon (a Pablo Escobar) objetivo militar y él
acudió al terrorismo indiscriminado para defenderse y sostener su guerra con-
tra la extradición, así hubiera que “acabar con medio país”. Don Pablo ordenó
contratar al precio que fuera a esa gente. Tras el primer acercamiento, la ETA se
mostró prevenida y reacia. Sin embargo, una vez Escobar les ofreció millones de
dólares el pacto tardó una semana en concretarse.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
[…] De golpe aparece un señor, que no aparece de nadie. Nadie lo reclama, nadie lo
busca, un cuerpo se queda ahí. Porque en los eventos, como de un avión, siempre
hay fragmentos corporales sobrantes. Un brazo, un pie, mano, o algo que sobra.
Ahora se puede identificar. Pero, en ese momento, decíamos, bueno, ¿y qué hace-
mos? No se puede hacer nada, porque se queda sin identificar. No se puede asignar
a cada cuerpo. No se sabe de cuál cuerpo es, es muy difícil con tantos cuerpos,
irlos armando. Pero quedó un cuerpo, más o menos, homogéneo, individualizable,
y nadie apareció. Entonces, como nadie aparece, nadie lo reclama, nadie se pre-
senta a decir este es mi familiar, y hay un evento exclusivo del promedio, el cual
puede haber habido alguien que cargara el explosivo, entonces, esa fue la conclu-
sión. Esta persona no la busca nadie. Pero, es probablemente una de las personas
involucradas en los hechos. Esa no es una conclusión de pensamiento sesgado, es
de la investigación judicial y forense. ¿Por qué no aparece el familiar? (Pedro Emilio
Morales, 2020)
Era hombre. Me acuerdo de que había una parte de la pelvis, una pierna. Un
hombre joven. También es fácil establecer si es un hombre maduro o joven. Talla
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
[…] Duró más de seis meses para mandarlo. Lo guardamos ahí durante mucho
tiempo. Yo creo que, entre seis meses, un año, esperando que alguien aparecie-
ra para poderse enviar a inhumación estatal. Yo creo que ese cuerpo lo guarda-
mos ahí en una nevera, esperanzados de que alguien apareciera diciendo: yo
tengo un familiar que de golpe es una víctima.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
La “Quica” ¿culpable?
Dandenys nació el 10 de julio de 1965 en Medellín, en el seno de una familia
del barrio Castilla, conformada por 15 hermanos, 11 hombres y 4 mujeres, hi-
jos de un policía, quien al jubilarse se fue a estudiar en un seminario bíblico a
las afueras de la ciudad para luego dedicarse al trabajo social, y la mamá era
trabajadora social en la cárcel de Bellavista. Para entonces, toda la familia
habitaba en una casa de tres pisos que había construido el papá.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
“La Quica” se fue para Los Ángeles, lo seguimos y lo seguimos hasta Los Ánge-
les. Esta información de inteligencia salió de la Policía de Medellín. Teníamos un
teléfono de un hotel en Los Ángeles en donde estaba “La Quica”, pero al princi-
pio nadie creía que él estuviera en los Estados Unidos. Cuando los organismos
fueron al hotel con la foto, el tipo del hotel dijo que sí, que él estaba ahí pero ya
se había ido. Se puso mucha presión y modelos de inteligencia, con la suerte
que “La Quica” llama a su mamá en Medellín, y ella no estaba, así que el deja
la razón, que lo llame mañana (al otro día) a las 8, y deja un teléfono público de
Nueva York. Se puso vigilancia y a las 8 suena el teléfono, “La Quica” contesta y
se da la orden que lo arresten y lo arrestan. En ese momento él da otro nombre,
y en Estados Unidos hay una ley que casi no se usa, es la Ley 1001 y dice que
es en contra de la ley mentir a un agente federal, y le dieron cinco años a “La
Quica”. En ese tiempo comenzó la investigación de Avianca y ahí es donde se
confirmó que él estaba metido en el atentado al avión de Avianca.
161
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Sin embargo, desde la misma entrega de “El Arete” a las autoridades, este
confesó haber sido uno de los responsables de este atentado, lo cual reafirmó
posteriormente en una entrevista en que asegura:
—Carlos Mario Alzate Urquijo: Bueno, lo del avión de Avianca, muy buena la
oportunidad para aclarar eso. Yo sé que, y tengo el conocimiento de que Dan-
denys es un delincuente con un récord delictivo bastante grande, pero él no
estuvo en ese acto terrorista.
—Periodista: ¿Usted cómo sabe?
—C. M. A. U.: Porque yo fui uno de los coordinadores de esa vuelta.
—P.: ¿Uno de los coordinadores?
—C. M. A. U.: Sí... Y entonces yo creo en esta justicia, creo en esta justicia, en la
justicia de la Fiscalía.
—P.: La gente cree que de pronto es que usted lo está favoreciendo a él, porque
al fin y al cabo él está en manos de los norteamericanos.
—C. M. A. U.: Bueno, yo te voy a hacer una aclaración sobre eso. Yo no creo que
voy a aclarar un negocio, me voy a autoincriminar en él y me voy a montar en el
problema con los americanos para salvar a un delincuente con un récord delictivo.
Lo que pasa es que en este momento estamos hablando es con la verdad, con la
verdad y yo creo que eso es justo.
—P.: Yo quisiera hacer un poco más de claridad sobre Dandenys Muñoz Mosque-
ra. O sea, la gente se le ha venido al fiscal encima, en el sentido de que él estaba
defendiendo a “la Quica”, ¿sí? ¿Usted le hizo bastante claridad sobre lo del aten-
tado de Avianca como para que el fiscal tuviera que enviar al juez de la causa, una
carta, una comunicación?
—C. M. A. U.: Gloria, el fiscal nos visitó a nosotros en la cárcel de Itagüí a media-
19. Luis Hernando Gómez Bustamante, alias “Rasguño”, antiguo miembro del Cartel del Norte del Valle. Actualmente se encuentra
pagando su condena en los Estados Unidos de Norteamérica.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
En una conversación con Carlos Ramón Zapata, quien habría integrado la or-
ganización de Los Pepes, y a quien se conocía con el alias de “el Médico”, este
asegura que conoció muy de cerca a Carlos Castaño y que tuvo varias opor-
tunidades para conversar con él. De esas conversaciones recuerda una muy en
especial, y fue la noche en la que Carlos Castaño le hizo una confesión bastante
particular sobre el caso del atentado al avión de Avianca. Al respecto, él recuer-
da que quien había coordinado y ordenado el atentado al avión de Avianca no
había sido Pablo Escobar, sino él mismo, en el que contó con el apoyo de una
gente del DAS, quienes le habrían pasado el maletín con los explosivos a “El
Suizo”, una vez este atravesó los puestos de control del aeropuerto.
Ante esta revelación, se le preguntó por qué Carlos Mario Alzate Urquijo se
habría autoincriminado por este hecho. Carlos Ramón Zapata respondió:
Porque nosotros (Los Pepes) en ese momento íbamos ganando la guerra, y “El
Arete” se entregó prácticamente para buscar protección de las autoridades. Pero
como su familia seguía por fuera, Carlos lo presionó para que se autoincriminara
y asumiera esa responsabilidad, y así Carlos le respetaba la vida de su familia.
[…] tenían como 300 o 400 pruebas de que sí había existido esa explosión, y
estaban pegadas al juicio de “La Quica”. Aparecían como evidencias codificadas
por ellos. Unas fotografías muy minuciosas, muy ampliadas. En ese momento
se ampliaba la fotografía. Tenían un álbum, que era como carpetas de planos,
fotos de dos metros por un metro de detalles del avión y del sitio. Es decir, yo
me acuerdo de que para el juicio llevé mi álbum fotográfico de las que habíamos
tomado. Cuando llego, me dicen: “No, nosotros tenemos fotos, absolutamente
de todo”. ¿Quién las tomó? No sé quién las tomaría. Pero, sí es evidente que las
autoridades estadounidenses sí se habían dado cuenta de que era un evento
terrorista. (Entrevista a Pedro Morales, 2020)
A pesar de esto, en el primer juicio, según Javier Peña, “no se pudo establecer
si había sido “la Quica” o no, el responsable de este atentado, así que hicieron
163
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
A pesar de que Dandenys fue condenado por el crimen del atentado al avión
de Avianca, en Colombia no existe un proceso en su contra por este hecho,
tal y como consta en una carta entregada por sus familiares con fecha del 7
de diciembre de 1999, en donde la Fiscalía General de la Nación, afirma que:
164
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Con el fin de abordar los impactos que este crimen generó en el país, se en-
trevistó a los autores de ambos trabajos periodísticos para que compartieran
aspectos generales de sus investigaciones:
El trabajo en realidad surge por Tomás, que fue el tercer autor aparte de Pablo y
yo, él tenía las primeras pistas y los primeros indicios. Él hizo un primer acerca-
miento con Pablo hace muchos años con unos informes porque él tenía cierta cer-
canía con temas aeronáuticos y surge así. Después Pablo me invita a participar al
cabo de unos años y empezamos a leer con mucho detenimiento los documentos
que teníamos y vimos que parecían muy inconsistentes y le dedicamos muchos
meses a explorar con mucho más detalle, a hacer entrevistas, a revisitar docu-
mentos, a sacar informes que habían hecho otras entidades estatales y bueno,
poco a poco así fuimos construyendo la historia. Al cabo de un año ya teníamos
algo consistente y nos sentamos a escribir después que teníamos todos los ele-
mentos y todas las entrevistas pertinentes.
2. ¿Cuáles fueron esos elementos que los llevaron a concluir que esto no era
un atentado sino un accidente?
165
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
anteriores; y como digo, los testimonios de las personas que construyeron, los
testimonios de los narcotraficantes, los testimonios de quienes estaban al frente
de la entidades gubernamentales en ese momento eran completamente incon-
sistentes. Empezando, claro, por el de “Popeye”, que siempre le han dado un gran
peso, pero es un testimonio y es un personaje que no tiene ningún respaldo, y
parece atribuirse muchas más cosas de las que participó. Entonces todo eso, en
términos generales, muestra que ahí lo que se construyó en realidad, a pesar de
todo y de todas las víctimas es un relato súper inconsistente.
3. ¿Qué repercusiones crees que tuvo este artículo para el país y para las
familias de las víctimas del atentado al avión de Avianca?
Es una pregunta difícil de contestar porque digamos que, en su momento, pues
claro, el reportaje fue replicado en varios medios de comunicación y tuvo un buen
impacto. Yo, en ese momento no estaba en el país, pero tuvo un gran impacto y
digamos hubo varias réplicas cuando se publicó. Frente a lo que se publicó, generó
varios disgustos en las asociaciones de familias de las víctimas del accidente del
avión, porque claro, era cambiar completamente una versión y era cambiar total-
mente un hecho histórico que ha marcado de alguna manera, la historia reciente del
país, entonces sin duda, pienso que tuvo una repercusión en ellas.
Yo recuerdo que hubo varios disgustos, varias réplicas, pero nada, los elementos
que encontramos pienso que son suficientemente consistentes para soportar la
versión que teníamos y no sé si en la memoria del país haya tenido realmente una
repercusión porque igual, año tras año, seguimos viendo que medios de comuni-
cación igual siguen conmemorando esa fecha y siguen repitiendo los hechos tal
cual como los han reconstruido en las últimas dos décadas todas las figuras, las
asociaciones de víctimas, las figuras que estaban al frente de la entidades estata-
les. Entonces no sé si tuvo una repercusión en la memoria histórica, pero al me-
nos, creo que siembra al menos una incertidumbre sobre la necesidad de inves-
tigar con mucha más profundidad estos temas. Lo que nos muestra es que esas
historias han sido construidas con voces que tal vez no son las más apropiadas
y hay investigaciones que tienen muchos vacíos como lo muestra esta, entonces
creo que más bien es un indicio que muestra la poca rigurosidad que hay de las
instituciones encargadas de hacer las investigaciones sobre esta década.
1. ¿Cómo surge la idea de escribir un libro sobre el caso del atentado al avión
de Avianca?
Esta idea surge exactamente en el año 2018 cuando mi hermano, Juan Camilo
Romero, quien es psicólogo y trabaja para la Unidad de Víctimas, me contó que
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
entre las personas a las que estaba asistiendo, estaban algunas de las víctimas
del vuelo 203 de Avianca. Una de esas historias en particular me llamó la aten-
ción. Mi hermano me contó que, de ese grupo, él estaba atendiendo al hijo de uno
de los pasajeros del avión que por cosas de la vida había terminado ocupando el
asiento donde se supone iba a viajar el entonces candidato a la presidencia César
Gaviria. Me dio todos los detalles de cómo este señor había terminado en el vuelo
203 y me pareció tan impactante como inverosímil, toda vez que por mi oficio
como periodista siempre había tenido dudas sobre esa hipótesis de que Gaviria
fuera a viajar en ese avión ya que años atrás había tenido acceso a declaraciones
de varios sicarios y lugartenientes de Pablo Escobar. Le dije a mi hermano que la
historia era muy impactante, pero que tenía mis dudas sobre César Gaviria y el
capo del cartel de Medellín. El tema quedó ahí, muerto por varios meses, hasta
que a comienzos de 2019 me enteré de que María Elvira Samper estaba por lan-
zar un libro llamado 1989, que recopilaba los hechos más escabrosos y violentos
de la época del narcoterrorismo y a mi mente regresó el tema del avión de Avianca
ya que justo ese año en noviembre se cumplirían 30 años. Así que comencé una
primera fase de recopilación de información tanto documental como testimonial,
en primera instancia gracias a los contactos que tenía mi hermano con algunas de
las víctimas que él se encontraba tratando.
2. ¿Cómo llega la hipótesis del misil y qué elementos encontraste que ayu-
daran a reafirmar esta versión?
Durante la investigación del libro, para mediados de 2019, me encontré casi que
por suerte con el abogado Edgar Arango, quien una tarde al son de varios cafés me
contó su historia en relación con el vuelo 203 lo cual a todas luces parecía total-
mente descabellada de no ser porque no solo me la contó, sino que me mostró toda
la documentación del caso. Sin embargo, la historia seguía siendo tan inverosímil
como lo que yo pensaba de la bomba de Escobar para asesinar a César Gaviria.
Arango dos semanas después volvió a contactarse conmigo y me entregó varios
documentos de Fiscalía y las declaraciones que se habían practicado a los presun-
tos testigos que conectaban la hipótesis de que un misil, accionado por error desde
las instalaciones de Indumil entre Soacha y límites con Sibaté, habría impactado
al vuelo 203 la mañana del 27 de noviembre de 1989. El hecho de que la Fiscalía
hubiera aceptado la práctica de estas pruebas por orden del Tribunal de Bogotá ofi-
cialmente ponía al organismo judicial a contemplar esta nueva hipótesis y a seguir
avanzando en la investigación para descubrir lo que realmente sucedió con el avión.
La versión entregada a la fiscal por el principal testigo, Juan Geovanni Bello Chur-
que, quien presuntamente vio lo sucedido estando en Indumil la mañana de los
hechos, pero cuyas contradicciones durante la audiencia lo dejaban como un po-
sible testigo mentiroso para su conveniencia, sumado a la versión entregada por
su abuela, Esla Quintero, que contradecía todo lo dicho por Juan Bello Churque y
además afirmaba que el muchacho para la época de los hechos le había contado
167
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
3. ¿Qué impactos crees que tuvo esta versión para el país y para las familias
de las víctimas de este hecho?
Respecto al impacto para el país, como todo hecho noticioso en Colombia se ago-
ta rápidamente en la agenda mediática, porque llegan nuevas noticias y al final
esta versión queda como un registro más de lo posiblemente ocurrido hasta que
la justicia esclarezca oficialmente los hechos, pues el caso sigue en etapa prelimi-
nar. Para los familiares espero que esta versión y todo el libro en general sea esa
memoria (no ficción) de lo ocurrido con el vuelo 203. Seguramente para muchos
es una versión inverosímil que se cae de su propio peso, pero probablemente para
otros es una hipótesis más que puede ayudar por lo menos a acelerar la investi-
gación por parte de la Fiscalía, ya que lleva más de 30 años en un letargo y olvido
total, amparada en que el caso no prescribe.
El libro no solo plantea la hipótesis del misil, también reconstruye los hechos y
expone contradicciones y testimonios inéditos que ponen en duda otras hipótesis
como la de la bomba de Pablo Escobar o que se hubiera tratado de una falla me-
cánica. Al final es un texto que arroja herramientas para que el lector pueda hacer
su propio juicio.
168
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
169
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Desarrollo de los acontecimientos. Lara Bonilla fue abordado por una moto-
cicleta al norte de Bogotá cuando manejaba su automóvil y desde allí, dos
sujetos procedieron a acribillarlo. El sicario que participó en el suceso fue Iván
Darío Guisado, integrante del grupo de los Priscos, un colectivo de sicarios
que a su vez fue parte del Cartel de Medellín. Lo acompañó Byron de Jesús
Velásquez (alias Quesito), quien conducía la motocicleta desde donde se lle-
vó a cabo el crimen:
Ese día, a la altura de la calle 127, una motocicleta roja apareció de la nada y
dos muchachos de la escuela de sicarios (…) alcanzaron el Mercedes blanco de
Rodrigo Lara, y le descargaron las 25 balas calibre 45 de la subametralladora
Ingram, que terminaron con la vida del ministro (Bustamante, 2009, p. 36).
170
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
“titulares y artículos acerca del homicidio del ministro coparon los tirajes de
los diferentes periódicos del país” (Morales, 2006). Se inauguraba un nuevo
periodo de la historia de Colombia, donde grandes personalidades de la vida
pública nacional sufrirían la violencia del narcotráfico.
Detonantes del suceso. Lara Bonilla dedicó sus últimos años de vida en ade-
lantar una lucha contra el narcotráfico, empleando los mecanismos de la
institucionalidad para tal fin. En su momento, cuestionó la posición de Pa-
blo Escobar dentro de la política colombiana actuando dentro de la Cámara
de Representantes. Bonilla había tratado de denunciar el vínculo de Escobar
con la mafia. Dada la incomodidad que ello significaba para Escobar y otros
sectores sociales, el capo trató de vincular al ministro con el Cartel del Ama-
zonas (intentando demostrar un nexo con el capo Evaristo Porras). El pre-
sidente mantuvo al ministro en el cargo y Lara demostró que se trataba de
una trampa; él no solo defendió su inocencia, sino puso sobre la mesa los
lazos de Escobar con el narcotráfico mediante varios debates adelantados en
el Congreso. Esto produjo que Escobar fuera expulsado del Congreso y se le
cancelara la visa a los Estados Unidos.
Además, Lara abrió varios procesos jurídicos contra Escobar y otros gran-
des capos. Igualmente, ordenó la incautación de bienes asociados a las
mafias y denunció los dineros ilegales del narcotráfico infiltrando el fútbol
colombiano. Una de las medidas más trascendentales que tomó el ministro,
junto al coronel Jaime Ramírez Gómez, comandante de la Dirección Anti-
narcóticos de la Policía Nacional, fue ordenar el desmantelamiento de labo-
ratorios insignia como Tranquilandia, Villa Coca y Coquilandia, situados a
orillas del río Yarí, entre los departamentos del Meta, Guaviare y el Caquetá
(Pardo, 2008, p. 673), uno de los más grandes centros de procesamiento
de coca del país. En el operativo se incautaron equipos, información clave,
aeronaves, se quemaron laboratorios y se destruyeron pistas:
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Lara Bonilla conocía de las amenazas contra su propia vida; de hecho, ese día
recibió una llamada del director de la Policía sugiriéndole que se “cuidara” por-
que al parecer se estaba fraguando un atentado. Sin embargo, el ministro igno-
raba el día, la hora y el lugar del siniestro. Más aún, no tenía la certeza de que se
llevara a cabo. (Morales, 2006)
172
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
“Dos años después de ser fundada la Unión Patriótica, y tras sufrir una cadena
de atentados contra sus cuadros y activistas que diezmó sus filas, caía Pardo
asesinado en un operativo sicarial” (Romero, 2012, p. 183). Al conocerse el he-
cho se presentaron disturbios en Bogotá, lo que trajo consigo tres muertos, fruto
de los enfrentamientos de los civiles con la fuerza pública. También quedaron
bloqueadas vías, afectados edificios y se realizaron saqueos debido a las pro-
testas. En Barrancabermeja también se generaron situaciones similares.
20. “El 4 de febrero de 1986 se acordó nombrar presidente de la UP y candidato presidencial a Jaime Pardo Leal (CNMH, 2018, p.
45), abogado, exmagistrado del Tribunal Superior de Bogotá, integrante de la Juventud Comunista en sus años de estudiante, líder
sindical fundador de Asonal Judicial (Asociación Nacional de funcionarios y empleados de la Rama Jurisdiccional), cofundador de la
CUT (Central Unitaria de Trabajadores de Colombia) y miembro del Comité Central del PCC“ (CNMH, 2018, p. 57).
173
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Pardo Leal era consciente de la situación y las amenazas que recibía, le daba
una sensación de tensión permanente a su movimiento político. Al respecto,
Pardo señaló que: “Si la muerte me sorprende, no le tengo miedo; soy un hom-
bre dialéctico. El día que me muera vendrán otros mejores a reemplazarme”.
Por otro lado, este crimen hacia parte de una secuencia de hechos que dieron
continuidad al exterminio de la UP. Para el momento de la muerte de Pardo
ya se contabilizaban más de 300 víctimas letales de este movimiento político
(entre 1985 y 1987), cifra que ascendería a más de 3.000 a comienzos de los
años noventa. Muchas de las víctimas venían ganando cada vez más espacio
en la ocupación de cargos públicos (como alcaldías y consejos municipales).
Recién creada la UP comenzó el fenómeno de persecución, hasta que el mo-
vimiento quedo prácticamente borrado del escenario político a mediados de
174
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
los 90. Este grupo político denunció como se adelantó la “Operación Exter-
minio”, dirigida a la eliminación de sus integrantes. Todo esto en el marco de
una política oficial de seguridad dominada por el anticomunismo y la estrate-
gia contrainsurgente, tal como lo señala el CNMH (2018).
El caso de Pardo Leal se sumaba a una cadena de hechos violentos que se pre-
sentaban en diferentes regiones del país. Luego continuarían los asesinatos
hacia quienes venían ocupando lugares de liderazgo del partido: Se llevaron
a cabo crímenes políticos contra Bernardo Jaramillo Ossa, José Antequera,
Manuel Cepeda y Aida Abello, esta última sobreviviente de un atentado en su
contra. Este fenómeno llevo a que la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) catalogara todo el proceso como un genocidio político. “La
violencia contra la UP ocurrió en medio del escalamiento del conflicto armado
y la irrupción del narcotráfico” (CNMH, 2018, p. 168).
175
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Los activistas cercanos a este movimiento han alertado sobre el peligro que
representa esta sindicación exclusiva hacia el narcotráfico, ya que se trataba
de bloques y alianzas, de las cuales solo se resalta una cara de la moneda.
“El asesinato de Pardo Leal por Rodríguez Gacha es un buen ejemplo. Los
resultados públicos de las investigaciones dejaron de lado la relación entre
Fuerzas Armadas y los paramilitares para hacer énfasis en la participación
del narcotraficante” (CNHM, 2018, p. 222). Lo anterior ha reforzado la impu-
nidad sobre casos como el asesinato de Pardo Leal22.
Para entonces, quien se sometería a una consulta liberal junto a otros pre-
candidatos como Hernando Durán Dussán, Ernesto Samper Pizano, Alberto
Santofimio Botero, William Jaramillo Gómez y Jaime Castro Castro; cargo al
que también aspiraban Álvaro Gómez Hurtado, Bernardo Jaramillo Ossa, Ro-
22. “Pese a ello, la investigación no se dirigió a establecer qué miembros de la fuerza pública dieron apoyo a los paramilitares con-
denados. Con respecto a la adecuada estrategia de investigación, ha existido falta de claridad para asumir los hechos victimizantes
contra la UP como crímenes sistemáticos parte de un mismo proceso, así como deficiencias en la identificación y responsabilización
de los determinadores, en la mayoría de los casos. Esto ha generado vacíos de justicia, incluso frente a magnicidios fallados por tri-
bunales nacionales, así como internacionales, como en los casos de Jaime Pardo Leal y de Manuel Cepeda Vargas, respectivamente.
En estos solo identificaron a los autores materiales de los hechos” (CNMH, 2018 p. 452).
176
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Luis Carlos Galán fue uno de los políticos más influyentes en década de los
ochenta y todavía se le recuerda como una de las figuras más relevantes de
la historia reciente de Colombia. Antes de morir lideraba la intención de voto,
particularmente por las siguientes elecciones a realizar en 1990. Una vez
ocurre su trágica muerte, el país queda conmocionado y es César Gaviria, su
fórmula vicepresidencial, quien relevaría la carrera hacia la presidencia bajo
las banderas del liberalismo. Una vez más los carteles estarían directamente
involucrados, dando vida a uno de los magnicidios más sentidos del país.
177
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Hubo varios hechos irregulares que hoy son más visibles, luego de decan-
tarse con posterioridad el desarrollo de los sucesos. Antes de llegar a la
plaza, contra todas las recomendaciones, Galán es cambiado de vehículo
y pasado a una camioneta que no contaba con mínimas medidas de segu-
ridad. Por otro lado, parte de los asistentes se encontraban bajo los efectos
del alicoramiento y se permitió el uso indiscriminado de juegos artificiales.
Además, se le condujo a una tarima de madera improvisada donde se ha-
bían escondido los autores directos del crimen y cuando su chaleco se le-
vantaba de la cintura al saludar con sus manos en alto a la multitud, queda-
ba expuesto su abdomen ante el ataque que se luego se sobrevino23.
“Tras las ráfagas, uno de los escoltas se le tiró encima, mientras otros lo ba-
jaron en medio de la gritería. Corrieron hacia el carro blindado que le había
conseguido su jefe de debate, César Gaviria Trujillo” (El Tiempo, 2019)24.
23. “Tampoco se le vio angustiado cuando lo bajaron y se fue caminando hacia la tarima. A pesar de que en la plaza hay una tarima
de cemento, a alguien se le ocurrió hacer una de madera para que Galán pronunciara su discurso. Fue una decisión determinante
porque varios de los asesinos se emplazaron debajo de la improvisada estructura de tubos y tablas de madera, entre varios niños que
no podían creer que el hombre que iba a hablar sería el presidente de Colombia” (El Tiempo, 2019).
24. “Nadie sabe por qué en esos instantes no se fueron para el Hospital de Soacha, a la vuelta de la esquina, a 200 metros del sitio
del atentado, sino que se abrieron paso por el caótico tráfico en dirección a Bosa, por una vía atestada, polvorienta y mal señalizada”
(El Tiempo, 2019).
178
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Detonantes del suceso. Es muy importante mencionar que Galán era quizás
la figura política de mayor aceptación entre los colombianos al finalizar la
década de los ochenta. “Una encuesta de El Tiempo y Reportajes Caracol
confirmaba el carisma del aspirante presidencial: su imagen positiva era del
81,1 por ciento” (El Tiempo, 2019). Su posición frente a la extradición era con-
tundente y se sabía que Galán la haría efectiva si llegaba a lograr posicionarse
dentro del poder ejecutivo nacional. A comienzos de los ochenta, Galán había
expulsado a Escobar del Nuevo Liberalismo cuando el capo incursionaba en
la política. Desde ese momento Galán se venía oponiendo a la cercanía de las
mafias con los sectores políticos del país.
25. “Galán había estado unos días atrás en Medellín, el 4 de agosto, cuando se descubrió un lanzamisiles en la ruta que pensaba
tomar para dictar una conferencia de la Universidad de Antioquia. El coronel Franklin Quintero hizo el hallazgo y él mismo lo llevó
hasta el aeropuerto Olaya Herrera para sacarlo de allí” (El Tiempo, 2019).
26. “Había conversado con Luis Carlos pocos días antes en su apartamento de Residencias Tequendama, adonde se había trasla-
dado temporalmente, acosado por la cantidad de amenazas que recibía. Lo vi contento con la creciente popularidad de su campaña
presidencial, pero a la vez muy tenso y preocupado por las amenazas. Me dijo que tenía información de que El ‘Mexicano’ lo quería
matar, pero que él no iba a dejar de denunciar la injerencia de la mafia en la política”, escribió Santos Calderón en su libro de memorias
‘El país que me tocó’ (El Tiempo, 2019).
179
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
nadie se le pasó por la cabeza que ese hombre era no solo el más amenaza-
do del país sino también el más seguro presidente?” (El Tiempo, 2019). De
hecho, Sánchez Cristo, compañero de militancia política, contaría que le su-
plicó cancelar la manifestación: “Lo tenía decidido, su cita con el destino no
era negociable. Había un compromiso con la gente de ese municipio”, contó
apesadumbrado. En prevención, agregó, “al menos aceptó ponerse un chaleco
antibalas”, argumentaba (El Tiempo, 2019).
Responsabilidades del crimen y desarrollo del caso. Uno de los primeros sin-
dicados y condenados del homicidio fue Alberto Júbiz Hazbún, pero él recu-
peraría su libertad y quedaría clara su inocencia, lo que deja entrever que fue
usado como chivo expiatorio dentro del caso. No obstante, pagó 42 meses de
cárcel saliendo absuelto en 1993. El murió en 1998 antes de que el Estado
indemnizara a su familia (dinero que todavía no ha sido desembolsado). Este
fue un eslabón que conducía a la impunidad, ya que con su condena se tendía
a desviar las investigaciones, ganar tiempo y dar por terminado el proceso.
“En el curso de las investigaciones han sido vinculadas 37 personas, de las
cuales 25 fueron dejadas en libertad porque no se les comprobó su partici-
pación. Algunos de los presuntos responsables están desaparecidos y otros
fueron asesinados” (CNMH, 2018).
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Criado en una cuna marcadamente política, Pizarro fue cercano a los ideales
comunistas desde la adolescencia y desde su paso por las universidades Ja-
veriana y Nacional en Bogotá. Tras los hechos ocurridos el 19 de abril de 1970,
enmarcados en un malestar social generalizado por la presunta manipulación
de los resultados de la elección presidencial, Pizarro inicia su camino guerri-
llero con la decisión de vincularse a las Fuerzas Armadas Revolucionarias
del Común – FARC, hecho que no tendría mayor duración puesto que, a raíz
de diferencias ideológicas y otros choques, se retira tras apenas unos meses,
dando así origen a la conformación y primera acción pública del M-19: el robo
de la espada de Simón Bolívar (El Espectador, 2020).
182
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Ahí se ve una relación estrecha entre los Castaño y estas estructuras paracas y
el DAS, porque obviamente son quienes facilitan la información, quienes entre-
naron a la gente. Uno no lo puede afirmar judicialmente, porque es precisamen-
te la justicia quien tiene que darnos esa verdad a todos.
Ahora, ¿por qué no sabemos la verdad?, pues yo creo, porque los determina-
dores de este tipo de asesinatos no creo que hayan sido solamente estructuras
armadas ilegales. Yo soy de las personas que piensa que esas estructuras eran
mandadas por, había escenarios de toma de decisiones, donde estratégicamen-
te, no sé si políticos, empresarios, sectores poderosos de este país, determina-
ron que ciertas cosas tenían que pasar. Esos son los nombres que estamos en
mora de conocer, porque ahí es donde está la relación de si efectivamente había
una intención más allá de liquidar a una o a otra persona, o en el caso del avión
de Avianca, era precisamente liquidar a una persona donde existía un efecto
colateral gravísimo, pero la intención era atacar a una persona o a un grupo de
personas. Y en el caso de Carlos Pizarro sucede lo mismo, con Luis Carlos Galán
sucede lo mismo, y eso es lo que nos permitiría saber cuáles eran las intencio-
nes políticas y sociales del acto criminal, de querer asesinar.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Masacre de La Rochela
Alias “Ernesto” pidió que entregaran los revólveres que portaban. Se trataba
de una “sugerencia” por seguridad, aunque en realidad, dada la desigualdad
numérica y la evidente diferencia en el armamento, era más de una orden [...].
Hacíamos burlas y chanzas entre la diferencia del armamento de nosotros y
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
el que tenían ellos. Ellos se reían. La tensión era evidente, pero los supuestos
guerrilleros hacían todo lo que podían para generar confianza […] Después los
amarraron y los llevaron, en los mismos carros en los que habían llegado al
lugar, al paraje La Laguna, en la carretera que conduce a Barrancabermeja.
Allí, unos 15 hombres armados se habían formado a 10 metros de donde se
encontraban los camperos, y dispararon. (El Tiempo, 12 de octubre de 2010)
Para los ochenta, en lo que respecta al Magdalena Medio, varias de las brigadas y bata-
llones del Ejército que actuaban en la zona lo hacían de la mano del grupo de paramilita-
res comandados por Henry Pérez (uno de los asesinos de Luis Carlos Galán) y apoyados
por Acdegam (ganaderos) y capos del narcotráfico. (El Tiempo, 12 de octubre de 2010).
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Uno de los principales actores detrás de esta acción fue Gonzalo Rodríguez
Gacha, alias “El Mexicano”. “A los jueces hay que matarlos por la autopista, y
mire a ver usted cómo va a organizar para que hagan el trabajo”, fue la orden
que, según relató el exparamilitar “Vladimir”, dio “El Mexicano” (El Tiempo, 12
octubre de 2010). Justamente, las Autodefensas de Puerto Boyacá, sindicadas
en esta masacre, fueron formadas a comienzos de la década de los ochenta,
recibiendo en el camino financiación de narcotraficantes como Gonzalo Ro-
dríguez Gacha. Su motivación original era combatir a la guerrilla, pero terminó
persiguiendo y hostigando a la población civil. Esta agrupación había trabajado
de cerca con la fuerza pública desde su fundación y tenido una gran influencia
territorial sobre el Magdalena Medio.
En ese sentido, hay figuras del sector oficial y de alto perfil implicadas en la
masacre:
189
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
190
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Luego del asesinato de Guillermo Cano, todos los medios de comunicación del
país se solidarizaron y se manifestaron contra el asesinato de periodistas en
manos de los narcotraficantes. Se denominó “El día del silencio”, día en el cual
ningún periodista ejerció su trabajo, lo que significaba que ningún medio de co-
municación de prensa, radio y televisión en 24 horas podían publicar informa-
ción alguna. En la misma edición se escribió una columna de opinión referente
al asesinato del director del periódico, Guillermo Cano. Fue titulado “Su lucha
frente al narcotráfico” (Castillo, 1986; Gama, 2014, p. 5)
191
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Detonantes del suceso. Guillermo Cano fue reconocido por denunciar las
acciones e intereses del narcotráfico. Particularmente, cuando reveló que el
prontuario de Pablo Escobar y los Ochoa había sido borrado de los estrados
judiciales y de la prensa, y se dedicó a luchar para que los organismos de
control, la sociedad y las autoridades hicieran algo al respecto.
De tal forma que varios individuos de la mafia consideraban como una seria
amenaza la postura de Cano para el desarrollo de sus actividades ilegales
y apelarían a la fórmula de la violencia para silenciarlo. Desde su columna
“Libreta de Apuntes” hizo todas las denuncias y luchó incansablemente para
que Colombia tuviera una prensa libre e independiente. Todos los domingos
los colombianos se acostumbraron a encontrar en el periódico El Espectador
sus apreciaciones, a través de las cuales ejercía una verdadera procuraduría
de opinión contra el narcotráfico o los funcionarios y particulares que esta-
ban constantemente en torno a ellos para obtener alguna clase de beneficios
económicos.
192
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Posteriormente, el 2 de julio del año 2010, la Fiscalía declaró el caso como de-
lito de lesa humanidad, lo que significa que este crimen jamás prescribirá ante
la justicia. El fiscal de derechos humanos que tuvo el caso cargo consideró
que este homicidio hizo parte de “un plan sistemático y generalizado” que los
narcotraficantes colombianos desarrollaron en aquel momento contra perio-
distas, líderes y dirigentes políticos que defendían la extradición29. De manera
paralela Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias “Popeye”, quien proporcionaba
el dinero a Los Priscos, haría más revelaciones del caso y los detalles de la
ejecución del crimen, donde quedaba clara la participación de los capos. Con-
fesó que el operativo en contra de Cano lo llevó a cabo personalmente Jorge
Pabón, alias “El Negro Pabón”, jefe del sicariato en Bogotá para Pablo Escobar.
Atentado a El Espectador
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
El Espectador se convirtió en un enemigo del narcotráfico, por tal razón, los narco-
traficantes querían vengarse y tomaron la decisión de centrar su ofensiva criminal
contra el periódico al asesinar a sus periodistas y poniendo un carro bomba a las
afueras del periódico, método recurrente del Cartel de Medellín para cometer sus
crímenes (Gama, 2014, p. 72).
30. “Según Popeye, el camión bomba fue detonado con un sistema de mecha lenta, debido a que la carga explosiva era muy grande
y el método de control remoto era inseguro. Dentro de la cabina del vehículo fueron ubicadas tres mechas lentas que se activaron al
mismo tiempo” (Montoya, 2014).
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias “Popeye”, parece ser una pieza clave
del proceso. En 1994, durante una diligencia judicial, relató que fue Pablo
Escobar quien le dio la orden a John Jairo Arias Tascón, alias “Pinina”, de
organizar el atentado (Osorio y Navarrete, 2014). Finalmente, “admitió que
los autores intelectuales fueron Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, alias
“El Mexicano” (Osorio y Navarrete, 2014). Por otro lado, “aunque el gestor del
ataque fue el jefe de sicarios del Cartel de Medellín, el encargado de ejecutar
su plan fue un hombre conocido con el alias de “Don Germán”, quien había
trabajado como camionero 20 años y sabía cómo transportar los explosivos
sin ser detectado por las autoridades; a la fecha aún no se conoce su verda-
dera identidad” (Osorio y Navarrete, 2014).
“Las primeras semanas fueron una pesadilla. Ante una mínima sospecha
teníamos que evacuar el periódico. Debíamos sobrevivir y al mismo tiempo
proteger a quienes trabajaban con nosotros”, recalca Alfonso Cano citado
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
por Osorio y Navarrete (2014). Pronto, en ese mismo año (1989), Fernando
Cano y su hermano Juan Guillermo se vieron obligados a salir del país, uti-
lizando el exilio para salvaguardar sus vidas.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Hubo un seguimiento, un trabajo muy minucioso que hicieron los del Cartel de
Medellín porque vieron el interés de Diana Turbay en un acercamiento con el
ELN para todo el tema de un proceso de paz, que hoy en día no se ha dado. Ella
había hecho ese mismo ejercicio con el M-19 y había logrado una cosa impor-
tante y fue la dejación de las armas y su reincorporación a la vida civil. Quería
hacer ese ejercicio nuevamente con el ELN, y el Cartel de Medellín aprovechó
eso para perpetuar el secuestro en una época muy complicada porque era todo
el tema del narcoterrorismo, y Pablo Escobar pretendía secuestrar personali-
dades para doblegar al Gobierno de ese entonces, el gobierno de César Gaviria.
Pues ese día a través de ella hicieron un contacto para hacer una entrevista al
cura Manuel Pérez, ella organizó un equipo, me preguntaron si yo quería ir y
por supuesto, uno con su visión periodística era muy interesante. Así que nos
fuimos con un equipo de camarógrafos y salimos normalmente en una misión
que uno veía normal porque pues es como se mueve la guerrilla, como se movía
la guerrilla, sin tener uno fijo para donde iba, y entonces así salimos de Bogotá,
y tal vez al segundo o tercer día, en medio del sitio donde estábamos, nos infor-
man que estábamos secuestrados por “Los Extraditables”, y todos saben que
era Pablo Escobar.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Físicamente era gente joven, más citadina que otra cosa, entonces básicamente
por eso vimos que podría ser porque tenían como una formación guerrillera, tal
vez, salimos con ellos, y pues no hubo conversación, no quisieran entablar nin-
guna conversación.
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Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Las personas que nos tenían retenidas nos dijeron que teníamos que salir co-
rriendo de donde nos tenían retenidos porque había llegado la Policía, eso fue
por la mañana, la señora Diana y yo salimos corriendo de esa casa. De un mo-
mento a otro empezamos a escuchar el sonido de los helicópteros, gente que
se movía por un sitio por otro lado (..) escuchamos disparos y en el cruce de
disparos resultó gravemente herida, eso fue lo más terrible. (Medellín Abraza
su Historia, 1990)
199
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Sin duda una muestra de lo que, para entonces, el grupo de “Los Extradita-
bles” había logrado en la sociedad colombiana, un profundo terror y un sen-
timiento generalizado que aclamaba para que fueran aprobadas las reformas
que exigía este grupo, para así cesar la violencia en el país.
200
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Ataque al Centro 93
El 15 de abril de 1993 un carro bomba cargado con 150 kilos de dinamita ex-
plotó frente al Centro Comercial de la 93, ubicado en la calle 93 con carrera
15, en la ciudad de Bogotá. El atentado dejó un saldo de ocho personas muer-
201
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
tas y 242 heridas, entre ellas, la de la pequeña Martha Liliana Téllez Sánchez,
de tan solo siete años y tres meses de edad. Era la tercera vez durante ese
año que el narcoterrorismo se hacía sentir en la capital colombiana, ese día
recuerda Ana Lilia, mamá de Martha Liliana, que:
Ese día era jueves, 15 de abril del 93, y llegamos a terapia. Yo estaba recibiendo
terapias de lenguaje, a raíz de un problema de salud. Llegamos, preparamos el
almuerzo, mi esposo sale a comprar las boletas del Circo Ruso, en el Centro 93.
Hicimos varias llamadas a ver dónde las estaban vendiendo, y el único señor
que las estaba vendiendo era allá. Él se dirigió con ella, en la camioneta hacia el
Centro 93, parqueó la camioneta, y se fue para la oficina de El Tiempo. Desafor-
tunadamente, la niña quedó en la camioneta. Y, por coincidencias de la vida, ella
quedó junto al carro bomba. Y cuando él se dio cuenta, cuando sonó el estallido,
salió a buscarla, y ya no estaba. Son cosas dolorosas, cosas fuertes. Yo llegué
en ese momento de retirar a Manuel Felipe, allí del jardín Santiago Alberione.
Yo me quedé en la casa para retirarlo del jardín. Llegué al conjunto, dijeron lo
del atentado. Realmente, una de madre, siempre cuando las cosas suceden... Yo
sentí algo raro. Cogí el niño, con un taxi, y me dirigí allá a la 170, a una oficina de
un banco, saqué dinero, pero el señor del taxi me miraba, y me miraba, y me decía
que tranquila, pero yo no sabía que él ya sabía quién era yo. Saqué dinero, incluso
la gerente del banco, que ya estaba cerrado, también me dijo: tranquila, ¿cuánto
necesita? Retiré y me fui, y dijeron que nunca cobraron en la cuenta. Pero ella
también ya sabía. Vine a saberlo después, mucho después. Llegué al Centro 93,
con mi niño, salió un oficial del Ejército, me dijo quién era, le pregunté, me cogió,
cogió al niño, llegó mi esposo, estaba desolado, ya habían confirmado la muerte
de ella. Yo me desmayé, obviamente, el impacto fue muy fuerte. Desperté en la
ambulancia en la Cruz Roja, y ya después, salí de la ambulancia, no me dejé hacer
nada, y empecé a buscar y encontré restos de ella. Una como madre dice, ¿por
qué? ¿por qué le ocurren a uno esas cosas? De todas maneras, Dios, no venía a
este mundo con una misión. No ha sido fácil desde esa época hacia acá. (Entrevis-
ta a Ana Lilia Sánchez, 2020)
Sobre el caso, se sabe que fue ordenado por el Cartel de Medellín en el marco
de la guerra que, desatado contra el Estado, con el fin de imponer sus condi-
ciones frente a lo que sería una segunda entrega por parte de Pablo Escobar,
y que se lograron capturar algunas personas responsables de este hecho,
quienes habrían sido condenadas, según Ana Lilia:
En esos días cogieron, del único atentado que han cogido todos los terroristas;
fueron 19. Los cogieron y dijeron que iban a condenarlos a 60 años. Según un
reporte del viernes 16 de abril del 93, “prisión hasta 60 años por terrorismo.
Drástica respuesta del Gobierno al atentado terrorista de ayer’”. Entonces, ve-
rificaron quién había sido el autor, quiénes habían sido los autores... y hasta la
202
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
203
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Al finalizar el partido, ellos le pidieron a la patrulla que los dejaran cerca del
hotel para cenar. Era un poco antes de las 11 de la noche. Sin embargo, en el
restaurante la señora que preparaba la comida en Dino se había ido y solo
pudieron tomaron una gaseosa cada uno. Al finalizar decidieron caminar los
pocos metros que los separaba de otro establecimiento de comida sobre la
misma calle, entonces Jesús Díaz aprovechó y le volvió a preguntar sobre la
llamada:
204
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Díaz se levanta y carga a Álvaro. Nadie lo quiere llevar, hasta que se atraviesa
en la mitad de la calle y con la ayuda de un habitante de calle, que luego le robó
la cartera de Ortega, lo sube al vehículo y lo lleva a la Clínica Soma a pocas
cuadras. Unos minutos más tarde, el médico le comunica que su amigo murió.
205
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
206
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Ese día, recuerda Rosalba, mientras que ella salía como apoyo al operativo
antisecuestro con el fin de lograr la liberación del senador, se ubicaron en una
zona e instalaron un puesto de control, que se cruzó con el recorrido que ha-
cía uno de los sicarios del Cartel de Medellín, lo que inmediatamente generó
un enfrentamiento:
207
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
quien sea. Ya había ganado unos buenos segundos, no sé, unos 7 segundos. Y
cuando la logré alzar para desalojarla, después de que había logrado ver dónde
tirarla por encima de todo el mundo, sino tirarla lo más alto posible encima de
todo el mundo, la granada me explota a mí en la mano, a la altura donde la traía.
(Rosalba Montes, 2020)
Los policías teníamos miedo de salir a la puerta de la casa y que los estuvieran
esperando ahí para matarlos. En mi caso, no, porque yo estaba en la Escuela,
como digo, uno vivía en las guarniciones de Policía. Pero los policías casados,
que sí tenían hogares, ¿cómo iban a dejar de ver a sus esposas y sus hijos?
Entonces, en esa salida, de su casa al servicio y del servicio a la casa, cuando
no estaban acuartelados, era cuando aprovechaban. Llegaban a sus casas y ahí
los asesinaban. Tenían las direcciones de las casas. Allí los mataban. Entrando
o saliendo. (Rosalba Montes, 2020)
Dentro de la guerra lanzada por parte del Cartel de Medellín mediante su bra-
zo político-militar de “Los Extraditables”, estos propusieron una tregua con el
fin de que la Cámara de Representares estudiara la propuesta de eliminar la
extradición del ordenamiento jurídico colombiano. Sin embargo, la proactivi-
dad de la Cámara de Representantes desató un choque con la rama ejecutiva
que fue fácilmente capitalizado por los líderes de los carteles.
208
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Nadie se imaginaba hasta qué punto podía llegar Pablo Escobar en su enfrenta-
miento contra el Estado para que pusiera fin a la extradición tras un año entero
de atentados en Medellín y Bogotá, que ya habían dejado más de medio millar
de muertos y centenares de heridos en ese aciago 1989. (Romero, 3 de diciem-
bre de 2014)
En horas de la mañana del 9 de diciembre, justo al frente del edificio del DAS,
se parqueó un bus (modelo 1986 / placas SB6765) de marca Chevrolet que
contenía una poderosa carga explosiva. El objetivo de los atacantes era el
General Masa Márquez (director del DAS) quien, a pesar del incidente, sobre-
vive sin mayores inconvenientes, ya que su oficina estaba protegida contra
este tipo de acciones. Cuando estalla el artefacto, se generó una explosión
de considerables dimensiones, cuya onda afectó varias cuadras alrededor del
epicentro explosivo.
209
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Todo fue confusión y traumatismo en el lugar de los hechos. “La tragedia fue de
tales proporciones que fue necesario que varios jueces de instrucción criminal se
encargaran de realizar los levantamientos de cadáveres” (González, 2010, p. 81).
Entre los responsables, además de los dos líderes del cartel, se encontró
como autor material el sicario John Jairo Arias Tascón, alias “Pinina”, quien
planeó y lideró el atentado terrorista (Las 2 Orillas, 2019).
32. “La tragedia de María del Carmen Prado aún persiste. Secretaria del DAS, recuerda que la explosión la atrapó en el sexto piso
cuando apenas se disponía a organizar la oficina. “La onda nos mandó contra las paredes y algunos compañeros se les incrustaron
los vidrios en sus cuerpos. A mí un pedazo de madera de una cornisa me atravesó la quijada”, señala mostrando las profundas y
largas cicatrices en su lado izquierdo de la cabeza” (Romero, 3 de diciembre de 2014).
210
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
Por otra parte, ya se había tratado de cometer el homicidio del director del
DAS, pero el primer intento fue fallido. El del edificio del DAS consistió en el
segundo atentado directo contra la vida del general Miguel Maza Márquez:
211
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
El atentado al DAS logró nivelar las cargas “políticas” del Cartel de Medellín
para tratar de relacionarse en el mismo nivel que con el Gobierno. La sumato-
ria de los atentados del avión de Avianca más el del DAS, lograron convertir al
grupo criminal en un actor político para después negociar la entrega de Pablo
Escobar y tener capacidad de influir en la toma de decisiones del Estado en
todos los ámbitos de poder público.
Retaliaciones
En 1988 inició la guerra entre los carteles de Cali y Medellín, entre otras co-
sas, motivada por el control de las redes y rutas de distribución y exporta-
ción de cocaína a Estados Unidos. Los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez
Orejuela, cabecillas del Cartel de Cali, dieron el primer paso a una serie de
atentados sangrientos entre carteles:
Después, el propio Escobar en una carta escrita en 1993 atribuiría este aten-
tado al grupo de “Los Pepes” (Perseguidos por Pablo Escobar):
Los Pepes aparecieron por primera vez el 13 de enero de 1988 colocando una
bomba en el edificio Mónaco. Han colocado carros bomba en El Poblado y han
arrojado centenares de cadáveres al río Cauca (…) El Gobierno sabe que el grupo
de la Dijín es el brazo militar de Los Pepes. (Salazar, 2001)
212
Capítulo II
La violencia desencadenada por el narcotráfico
2001. La pena fue de 13 años y medio de celda y una multa de 3.000 salarios
mínimos legales vigentes” (Matta, Colorado, 2013).
213
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Capítulo III
Impactos del narcoterrorismo en Colombia
Se podría decir que los impactos del narcotráfico y del narcoterrorismo en
Colombia son de diferente índole, que van desde lo institucional, normativo,
económico, social, cultural hasta el más importante, los impactos en las vidas
de las víctimas que tuvieron que padecer las inclemencias de esta violencia,
y han permanecido al margen de los beneficios de las políticas públicas en
materia de atención y reparación como víctimas del conflicto armado. En este
sentido, se presentan en este capítulo algunos de los testimonios de las fami-
lias que fueron víctimas de la violencia desencadenada por el narcotráfico y
el narcoterrorismo en el marco del conflicto armado:
214
Capítulo III
Impactos del narcoterrorismo en Colombia
Condi- Lista
No. Silla Nombre completo Sexo Edad Caracol FCCM Ocupación
ción oficial33
Alba Cecilia
1 2E Pasajero F 19 Sí Sí Sí Estudiante
Gómez Osorio
Ingeniero - Viajaba a
Alberto Palencia
2 14A Pasajero M 29 Sí Sí Sí vincularse con una
Bulding
empresa en Cali
Persona que habría
3 15F Pasajero Alberto Prieto M Sí accionado el
explosivo
Alejandro Visitador
4 3F Pasajero M 56 Sí Sí
Franco Osorio Termoquímicas
Economista - Ger-
Alfredo
5 3A Pasajero M 30 Sí Sí Sí ente de mercadeo de
Azuero Echeverry
Colgate
Contador - Vicepres-
Álvaro Bermúdez idente de Auditoría y
6 16A Pasajero M 43 Sí Sí Sí
Cortéz Crédito del Banco de
Colombia
Tecnólogo de siste-
Álvaro Pedraza
7 11A Pasajero M 24 Sí Sí Sí mas - Empleado
Rodríguez
D&D Software Ltda.
Álvaro Roberto Abogado - Seguros
8 21D Pasajero M 38 Sí Sí Sí
Ortiz Legarda del Comercio
Ana Isabel Abogada - Aduana
9 12A Pasajero F 49 Sí Sí
Guzmán de Caicedo de Buenaventura
Asesor externo del
10 Pasajero Andrés Escabí M Sí
Banco de Colombia
Andrés Felipe
11 17D Pasajero M 23 Sí Sí Sí Ingeniero
Calero Ruíz
33. La lista oficial con la que cuenta la Fundación Colombia con Memoria corresponde a la que se encuentra en la Fiscalía General
de la Nación, sin embargo, esta se encuentra recortada y no aparecen los nombres de los pasajeros numerados entre el 36 y el 41, y
el 89 y el 95, lo cual corresponde muy seguramente a que esta es una fotocopia y muy posiblemente, al momento de copiarla, por
el tamaño del original (oficio), no tomó la lista completa.
215
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Condi- Lista
No. Silla Nombre completo Sexo Edad Caracol FCCM Ocupación
ción oficial
Ángel Alberto
12 8C Pasajero M 46 Sí Sí Abogado
Cantillo Munive
Ángela María Ingeniero industrial -
13 22C Pasajero F 26 Sí Sí
Aristizabal Páez Banco de Bogotá
Ejecutivo - Superin-
Aníbal
14 18D Pasajero M 34 Sí Sí tendencia de Indu-
Ramírez Calderón
stria y Comercio
216
Capítulo III
Impactos del narcoterrorismo en Colombia
Condi- Lista
No. Silla Nombre completo Sexo Edad Caracol FCCM Ocupación
ción oficial
Ingeniero mecánico -
32 7C Pasajero Eliécer Cohen Daza M 42 Sí Sí Sí Universidad Nacional
y Amado Cohen
Emilio José
33 Pasajero M Sí
Díaz Campuzano
Eugenia
34 5C Pasajero Fernández Blanco F 44 Sí Sí Hogar
de Ayala
Fernando
35 5B Pasajero M 40 Sí Sí Comerciante
Ayala Camacho
Fernando Barreto
36 17F Pasajero M 41 Sí Sí Sí Vendedor – Grasco
Aguirre
Fernando
37 CP Copiloto M 22 Sí Sí Copiloto
Pizarro Esguerra
Fernando Empleado - Almace-
38 21B Pasajero Enrique Lara Gá- M 35 Sí Sí Sí nista del Ministerio
mez de Hacienda
Gerardo María
39 1A Pasajero M 43 Sí Sí Cantante
Arellano Becerra
Germán
40 15D Pasajero M 29 Sí Sí Empleado – Autoreto
Díaz Espitia
Auxiliar Germán
41 AX M 25 Sí Auxiliar de vuelo
de vuelo Pereira Torres
Gonzalo Hernán Ingeniero mecánico –
42 15C Pasajero M 38 Sí Sí Sí
Rojas Castro Colmotores
Gustavo
43 18A Pasajero M 50 Sí Sí Servicios médicos
Aristizábal Escobar
Gustavo
44 17C Pasajero M 48 Sí Sí Economista
Liévano Villarraga
Héctor Empleado - Banco
45 18F Pasajero M 42 Sí Sí
Betancourt Garcés de Occidente
Hernando
46 2C Pasajero M 45 Sí Sí Aduanas Nacionales
González Luna
Abogado, Mayor(R)
de la Policía Nacional
Horacio
47 8A Pasajero M 48 Sí Si Si - Instituto Colom-
Mayor
biano de Energía
Eléctrica
Hugo Alfredo Administrador de
48 12F Pasajero M 33 Sí Sí Sí
Lara Romero empresas
Irma Elisa
Banco de Occidente
49 12C Pasajero Mejía Morales de F 31 Sí Sí
– Área de mercadeo
Guasca
Iván Ospina Administrador –
50 1D Pasajero M 29 Ok Sí Sí
Carvajal Nilsen
217
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Condi- Lista
No. Silla Nombre completo Sexo Edad Caracol FCCM Ocupación
ción oficial
Jaime
51 3B Pasajero M 40 Sí Sí Sí Inextra
Arias Rojas
Jaime Alejandro Gerente mercadeo
52 20D Pasajero M 29 Sí Sí Sí
Vanegas Sánchez Gillete
Profesional en
Jaime Arturo Comercio Interna-
53 4F Pasajero M 35 Sí Sí Sí
Vélez Martelo cional - Laboratorio
Echs Colombia
Jairo
54 Pasajero M Sí Ejército Nacional
Rincón Serrano
Economista - Pla-
Janeth Vicenta
55 18B Pasajero F 36 Sí Sí Sí neación departa-
Oliveros Suárez
mental
Jean Maurice
56 6A Pasajero M 49 Sí Sí
Gerard de Vries
John Gregory
57 15A Pasajero M 44 Sí Sí Empleado
Flórez
Economista - Ge-
John Jaime
58 9A Pasajero M 28 Sí Sí rente de marca de
Espinosa Jaramillo
Inextra
Técnico comunica-
José Agustín
59 5D Pasajero M 50 Sí Sí ciones Avianca - Em-
Moreno Rodríguez
presa de buses
José del Carmen Visitador médico de
60 22F Pasajero M 42 Sí Sí
Gaita Rada Odontomédica
José Ignacio
61 PL Piloto M 40 Sí Capitán
Ossa Aristizábal
José Ignacio
62 22E Pasajero M 50 Sí Sí Sí Abogado Sena
Vargas Mendoza
218
Capítulo III
Impactos del narcoterrorismo en Colombia
Condi- Lista
No. Silla Nombre completo Sexo Edad Caracol FCCM Ocupación
ción oficial
Luis Carlos
71 Pasajero M Sí Sí
Díaz Labrador
Luis Eduardo
72 Pasajero M
Orozco
Luis Ernesto
73 5E Pasajero M 43 Sí Sí Empleado Avianca
Urrego Barrera
Luis Gonzalo
74 4A Pasajero M 31 Sí Sí Técnico industrial
Cuatis Burbano
Inge-
Luis Jairo
75 IG niero de M 36 Sí Sí Ingeniero de vuelo
Castiblanco Vargas
vuelo
Luis Miguel
76 6D Pasajero M 40 Sí Sí Ingeniero - Merlan
Giraldo Lalinde
Luis Roberto Empleado - Empresa
77 16C Pasajero M 32 Sí Sí Sí
Toquica Villay Firmenish
Luz Marina
78 12E Pasajero Narváez de Mo- F 35 Sí Sí Sí Hogar
lineros
Luz Mery Ingeniera Química –
79 19D Pasajero F 31 Sí Sí
Suárez Rodríguez Incomex
Estudiante de con-
María Amparo taduría de la Univer-
80 19C Pasajero F 38 Sí Sí Sí
Ortega de Charry sidad Jorge Tadeo
Lozano - Colpatria
María Bernarda Davivienda –
81 Pasajero F Sí
Salazar Pérez Psicóloga
María Mercedes
82 24B Pasajero F 28 Sí Sí Indulampa
Holguín Sardí
María Neyla
83 24C Pasajero F 51 Sí Sí Ejecutiva - Colpatria
Páez Velandia
Maribel
84 Pasajero F
Arévalo Vargas
Martha Lía
85 11F Pasajero F 36 Sí Sí Abogado
Correa Arango
Martha Lucía Estudiante del Sa-
86 Pasajero F Sí
Echeverry grado Corazón
Martha Lyda
87 5A Pasajero Navarrete de Ve- F 54 Sí Sí Sí Abogado
lasco
Mauricio Jimeno Administrador –
88 19A Pasajero M 28 Sí Sí Sí
Gómez Nilsen
Miguel Ángel
89 24A Pasajero M 31 Sí Sí Sí Vendedor - Optisor
Bejarano Guarín
Miguel Ángel Ingeniero, consultor
90 14F Pasajero M Sí Sí
Díaz Fiallos Banco Mundial
219
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Condi- Lista
No. Silla Nombre completo Sexo Edad Caracol FCCM Ocupación
ción oficial
Milena María
Economista - Banco
91 16B Pasajero Josefina Jiménez F 35 Sí Sí Sí
de Colombia
Olaciregui
Miriam
92 25A Pasajero F 39 Sí Sí Contador
Copete Cartagena
Norma Gladys
93 14E Pasajero Ogliastri Restrepo F 43 Sí Sí Sí Administrador - ISA
de Triana
Oscar Francisco Fedecafé - Agróno-
94 Pasajero M 39 Sí Sí
Rivera Mantilla mo
Capitán de Corbeta
Pedro Fernando
95 22B Pasajero M 35 Sí Sí de la Armada Na-
Reyes Moncada
cional
Rafael Ingeniero mecánico -
96 23F Pasajero M 46 Sí Sí Sí
Mesa Barbosa Anditech Ltda.
Rafael Ingeniero mecánico –
97 3C Pasajero M 39 Sí Sí
Ospina Machado Colcaribe
Rafael Antonio
98 Pasajero M Sí
Ruíz Navarro
Rafael Humberto
99 20A Pasajero M 32 Sí Sí Empleado
Corredor Sánchez
Ingeniero de siste-
Ramiro
100 21A Pasajero M 26 Sí Sí Sí mas - Seguros La
Ortiz Cardona
Previsora
Economista - Presi-
Raúl Andrés Felipe
101 20B Pasajero M 38 Sí Sí dencia de la Repúbli-
Alameda Rubiano
ca
Ricardo José
Ministerio de Comu-
102 20C Pasajero Ponce de León M 32 Sí Sí Sí
nicaciones
Fandiño
Ricardo
103 10A Pasajero M 38 Sí Sí Vendedor
León Ávila Gaviria
Auxiliar Rita Elisa
104 AX F 42 Sí Auxiliar de vuelo
de vuelo Galvis Becerra
Roberto
105 11D Pasajero M 31 Sí Sí Sí Ingeniero
Rodríguez Henao
William Arcila Propietario empresa
106 16F Pasajero M 48 Sí
Cardona químicos
Yesid
107 8D Pasajero M 40 Sí Economista
Aranda Silva
220
Testimonios
Testimonios
221
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
me dijo nada de lo que pasaba. No supe la verdad de inmediato, pero sentí una
carga grande llena de tristeza en mi corazón como presintiendo que algo malo
había pasado, pues nunca me imaginé que mi hermano estaba muerto. En
el vuelo sentí que se me iba… sentí que él ya no estaba entre nosotros. Y lloré
inconsolable y desafortunadamente tampoco pude llegar al velorio y funeral.
Quedamos mi madre y yo, como decíamos, tal vez las más fuertes de la fami-
lia, obviamente ellos siempre entendieron que yo continuaría con mi vida, yo
continué, me quedé con ellos tres meses, pero fue terrible volver a Suiza, tuve
un duelo terrible, lloraba todos los días, tenía pesadillas de mi hermano ca-
yendo del avión, todo fue un proceso. Admiro la fortaleza de mi mamá, es una
persona que me enseñó mucho, ella ha podido seguir su vida, obviamente na-
die nunca remplazará el vacío que dejó mi hermano, yo siempre pensé que yo
podría remplazarlo y ayudarles a cubrir ese dolor, pero eso no es verdad, vine a
entender y aceptar que somos personas diferentes con el trascurrir de los años.
222
Testimonios
223
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
a Cali, pero a última hora decidió apoyar a una compañera suya de trabajo
para realizar una presentación corporativa el siguiente lunes en la ciudad de
Cali; después de una búsqueda complicada logramos conseguir el tiquete el
sábado anterior.
Era una persona que irradiaba siempre alegría, con un gran compromiso y
ética profesional, amante del montañismo y pertenecía a los grupos de danza
de su Universidad. ¡Tenía un gran futuro!
224
Testimonios
¿Quién era? Beatriz Henao Peláez era una mujer espectacular, her-
mosa, por cierto, murió de 30 años en la plenitud de su juventud, una eje-
cutiva de alto nivel, ella era directora de medios de publicidad TORO, una
reconocidísima agencia de publicidad, iba a una reunión con los ejecutivos de
jabonería Varela de esa época y los ejecutivos de Enilse, por eso, en el avión
murieron personas de Enilse, los de Varela las estaban esperando en Cali.
Básicamente esa fue la razón de por qué tomó ese vuelo. Beatriz, además,
era muy dormilona y había en ese momento un vuelo de 7:00 y 7:15 a.m. si
no estoy mal, y ella, por 15 minutos tomó el vuelo de las 7:15 a.m.
Yo estaba en una reunión a las 8:00 a.m. o algo así en la compañía que se
llama la Alianza Team y me pasaron un vaso con agua y me dijeron que ha-
bía ocurrido un hecho muy violento contra un avión, yo pensé, no sé, que le
había fallado al tren de aterrizaje, no me imaginé lo que había pasado.
225
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Beatriz era una mujer, repito, espectacular. No hay muerto malo, pero éramos
muy jóvenes, nos habíamos casado hacía siete años y con ella teníamos una
particular relación. Con ella, en siete años de matrimonio, solo tuvimos una
discusión, nos entendimos muy bien, hicimos nuestra luna de miel en Eu-
ropa; es otra historia, porque yo ahorré y lo logramos, tenía un maestro en
pintura que me fascinaba, el tema a mí me fascina. Soy muy conocedor del
arte y nos fuimos a Europa.
Beatriz era una mujer nacida en Cali, pero de familia paisa, tenía su acento,
por eso se llama Beatriz Henao Peláez, sus apellidos eran Henao Peláez de
Pacorá, de Caldas, su familia era caldense. Nos conocimos en la universidad
de tercer semestre o algo así, nos conocimos, nos enamoramos y después
nos casamos. Beatriz, como yo, era publicista egresada de la Universidad
Central de Bogotá, hicimos una carrera muy linda, ella era experta en el área
de medios de comunicación, era negociadora de medios; bueno, le fue supre-
mamente bien, hizo una carrera vertiginosa. Para los 30 años, ella era direc-
tora de las áreas más importantes de la agencia de publicidad, justamente
esto fue lo que la llevó a la muerte, iba a esa reunión.
226
Testimonios
Fue muy duro, terriblemente doloroso, porque empezó este drama del reco-
nocimiento. Gente que va, gente que entra y ella no entendía. Una parte difi-
cilísima fue cuando me preguntó ¿y mamá? y yo le dije: mamá murió.
Resulta que eso fue un tema muy difícil y la gente, en el afán de hacer bien,
de pronto se equivocaron. Mamá está en el cielo. Ella hizo una serie de reac-
ciones para esquivar la realidad, me costó mucho y muchos años de mi vida
hacerle entender que era una realidad. Fue un tema de más o menos veinte
años, y bueno, nos tocó rehacer la vida. Mi primera reacción, cuando ya me
enteré hacia las 11 de la mañana, como ya dije: empiezan a leer el informe de
las personas que iban en el avión, de los pasajeros, entonces, cuando llegaron
a la H (Henao Peláez Beatriz), mi primera reacción y mi primer pensamiento. Mi
vida cambió por el resto de la vida, no estaba equivocado, pero bueno, se sor-
teó, se ha podido manejar extraordinariamente bien. Camila quedó de 4 años,
me tocó, o no me tocó, sino que asumí el rol de papá y mamá, me ha encanta-
do toda la vida el tema de la casa, sabía perfectamente las labores de la casa;
hacer el mercado, todo. Agarré a mi hija, como decimos normalmente porque
es una expresión muy paisa, agarré a mi “culicagada” y me la eché a tuta y a
hacer mercado, a hacer las cosas y continuar mi vida. Pero con las enormes
dificultades que eso implica, sobre todo en el primer año de duelo, sí, en térmi-
nos generales, lo que le puedo decir sobre la base que me están preguntando.
227
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Con referente al Estado, pues hay dos factores que son muy complejos: uno,
hace treinta años realmente los sistemas de seguridad y todo lo que existía
era muy incipiente, el tema de la aeronáutica civil era más o menos un chiste.
Con referencia a Avianca creo que fue justo como aerolínea, como el derecho
aeronáutico cumplieron con absolutamente todos los compromisos, fue una
compañía que se portó bien, hay que reconocerlo, pero el Estado desafortu-
nadamente para lo que uno recibe se quedó corto absolutamente.
En el tema de reparación se me ocurrió donar una biblioteca que pudiera ser mó-
vil, para que la gente no perdiera el tiempo cuando iba a la Unidad Nacional de
Víctimas, eso me generó una nominación al programa de los fines de semana
“Los Informantes”, me entrevistaron, tuvieron a bien hacerme una nota para la TV.
228
Testimonios
229
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
A nosotros, como se dice coloquialmente, no nos dieron como muy suave la noti-
cia. Un amigo de mi papáen ese entonces se acercó al colegio, me llamó a la rec-
toría y simplemente me preguntaron: –¿dónde está su papá? Me indagaron sobre
él. Yo inocentemente respondí que él estaba por llegar, porque tenía que hacer una
cirugía. Ese día lo único que me dijeron [fue]: –Su papá y su mamá no van a llegar,
porque su papá y su mamá están muertos en el avión que venía de Bogotá. “Tuvo
un accidente”. Me lo dijeron tan crudamente que el dolor fue muy grande.
Las hermanas de mi mamá y las primas que vivían en Cali se trasladaron a Tu-
luá, donde estaba nuestra residencia para acompañarnos, pues prácticamente
en Tuluá no teníamos familia. El resto vivía en Bogotá, Cali, Tumaco y Popayán.
230
Testimonios
que había estallado el avión; otros, que se había estrellado. Pero básicamente
eran comentarios sin fundamento. Nosotros vivíamos solos en Tuluá.
Solo esos dos únicos eventos. La aseguradora en 1990 hizo el pago y de ahí
hasta hace ocho años, si no estoy mal, apenas el Estado creó ambiguamente
la suma ilusoriamente de la Unidad de Víctimas.
Era muy doloroso recordarlos, pero hay que recordarlos con cariño y con
amor. Bueno, se perdió muchas partes de la adolescencia para quienes per-
dieron a los padres tan jovencitos, yo perdí a mis padres hace pocos años,
pero siempre los llevamos en el corazón hasta que uno se muera.
231
Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Sí, he escuchado y estado muy ajeno a lo que está pasando debido a la limitante
nuestra, que es la lejanía y las ocupaciones que uno tiene. Sé que la persona
que está actualmente llevando el caso está investigando los hechos para saber
realmente qué fue lo que pasó. Graciasa la Fundación pudieron declarar el hecho
como un delito de lesa humanidad para que prescriba, pero de ahí no más.
Frente al tema de los tutores, fue una guerra en la familia por cuidarnos, fue
muy desgastante y triste. Algunas veces las relaciones se dañaron por el
tema de la custodia, por los sobrinos o los nietos. Eso nadie lo cuenta, yo te-
nía 15 años y me acuerdo recibir tantas emociones de dolor y de lucha que se
agigantaban por el hecho de que estuviéramos prácticamente solos, en una
ciudad donde no teníamos más familia; era duro.
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Testimonios
Importancia del informe. Ojalá se haga eso, ojalá se logre que la ver-
dad del país, la juventud de ahora entienda qué se vive en este momento y
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Vivimos 27 años, tuvimos tres hijos varones, el mayor se murió de 4 años. Sobre-
viven Édgar, que es un ingeniero de sistemas y Eliécer que es un médico, ambos
de la Nacional. Eliécer armó su empresita, su firma era: Amado Cohen y compa-
ñía Ltda. Ingenieros. Ese día, por circunstancias de la vida, el socio de mi esposo,
Rafael, estaba de cumpleaños y este optó por no ir con Eliécer a Cali. A Eliécer no
le tocaba ir en ese avión, a él le tocaba el avión subsiguiente; sin embargo, como
quedó el cupo desocupado, porque se bajó el político que sabemos que se bajó
¡sin avisar! Si a él le avisan de una bomba, pues… César Gaviria, yo lo señalo, de-
bió bajarse del avión, pero avisar que revisen el avión; pero no le importaba sino
cuidarse él solo. Eso él a Dios le rendirá cuenta, pero en su espalda lo tiene.
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Testimonios
En esa época yo te digo lo que hice, todavía tengo el apartamento, yo pedí ce-
santías que tenía guardadas en Ecopetrol, auxilios por muerte de mi esposo que
me dio Ecopetrol, fue para mí una empresa que no me dejó caer gracias a Dios,
pero muy bueno para la empresa o muy bueno para mí, yo completé un dinero
suficiente, y quizás, no fue de hecho mi plan, pero alimenté a la gente a quien le
desperté envidia, porque me compré un apartamento de contado, me fui a vivir a
mi apartamento tan pronto hice el negocio y lo puse a nombre de mis dos niños.
Pasé por muchas dificultades, pero no le debía un peso a nadie nunca. Asistí
a la liquidación de la empresa de mi esposo, donde también noté corrupción,
pero yo cuidaba que mis hijos no afectaran la imagen del papá, era lo que les
quedaba, la imagen, y la cuidé.
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No fue una vida de reina, fue una vida que trabajé, la viví. Yo soy mamá, pero mi
apellido es “Leona Brava”, para enfrentar a quien atente contra mis hijos, así sea
mi familia o la familia paterna de mis hijos. Yo sé que estoy sola para defender
a mi par de hijos, que ya son unos mayores adultos, pero obvio me dan ganas,
siento energía siempre para defenderme, y así defiendo la verdad de Colombia.
Hay mucha más gente, yo sé, por unas llamadas de una persona de Cali, que
en el avión perdió tres miembros de su familia. Yo a ella le dije que se contac-
tara con Gonzalo Enrique, y ella a su manera está buscando un abogado que
haga algo, pero a mí me parece, a mí, mi personal concepto, me parece que
esas ramificaciones dispersan la verdad fragmentada, ¿entiendes?
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Testimonios
Emilio José maduró antes de tiempo por ver la situación del hogar, porque
sus hermanos estaban más pequeños y todo eso, entonces él era pensando
en cómo nos iba a ayudar económicamente. Después de que estaba en las
prácticas de EAFIT, él terminó administración de empresas en EAFIT, aunque
estábamos económicamente muy apretados, él me dijo: –mami, yo te pido
un favor muy grande, ayúdame el primer semestre a pagar la universidad que
yo me encargo de pagar los otros porque yo voy a conseguir un trabajo, pero
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
yo quiero en EAFIT porque es una universidad muy buena y yo, como quie-
ro ser administrador de empresas, para mi es maravilloso. Yo le dije: –¡listo!
tranquilo mi amor. Y así fue. Él empezó a buscar trabajo y consiguió trabajo,
lo querían mucho, hizo prácticas y luego se le presentó la oportunidad de Jo-
hnson & Johnson. En Johnson & Johnson lo llamaron y empezó a trabajar
acá en Medellín, a él le gustó mucho y luego le propusieron que se fuera a
Bogotá. Él dudó, porque él decía: –¡ay! ¿Cómo te dejo, mamá? Con todos es-
tos muchachos acá. Porque eran en ese momento cinco hijos. Entonces, yo
le dije: –tranquilo, tranquilo, váyase, mi amor, que yo me hago cargo de sus
hermanos. Yo tengo que responder por eso.
Él muy hermoso, él se fue para Bogotá y estaba trabajando, era muy cum-
plidor, aunque yo le decía que gracias a Dios no necesitaba que él me diera
económicamente, él económicamente me mandaba la platica para ayudar-
me económicamente, porque él me decía: –no, mis hermanos todavía están
estudiando todos, mamá. Bueno, en fin, él era muy preocupado. ¡Todos los
días me llamaba, todos los días me llamaba! La víspera me llamó, era domin-
go, y bueno, hablamos como siempre preguntando por sus hermanos, cómo
estaban, cómo estaba yo, muy preocupado por la situación de Medellín por
lo de las bombas, porque estaba en todo su auge Pablo Escobar y él muy
preocupado me decía: –mami, cómo vas a exponerte, no salgas, mamá, yo
sé que, por tu trabajo, pero mamá, ¡cuídate!
Es más, me propuso mandarme para Europa, porque allá vivía una hija mía
en Francia, y entonces, pues, yo le dije que ni de riesgos, cómo iba a dejar
todo, por Dios Santísimo, que estuviera tranquilito. Y entonces, ese domingo
hablamos un rato, no me dijo que iba a viajar, no me dijo, solamente me contó
que había ido a Cúcuta y que había visto ya el regalo para su sobrino mayor
que tenía cuatro añitos, que lo amaba, lo amaba. Entonces dijo: –ya le ten-
go el regalo a Santi; que cumplía años el 27 de noviembre, cumplía cuatro
añitos. Entonces él me dijo: –mami, en la próxima oportunidad que viaje a
Colombia, […] ya le voy a llevar el regalito a Santi.
Bueno, en fin, me dijo: –mami, ya me voy, (eso fue por la tardecita) porque me
está esperando Vicky. La novia que vivía también en Bogotá, y que también
era compañera de Johnson & Johnson. Pero después, en Johnson & John-
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Testimonios
son le dijeron que no era bueno que estuvieran los dos trabajando en la misma
empresa, entonces él se preocupó por conseguirle otro puesto en otra empresa,
y se lo consiguió en Industrias Extra. Entonces ya Vicky estaba trabajando en
esta empresa y él se quedó con Johnson & Johnson, porque le pidieron, el
presidente le pidió: –quédate tú, Emilio y búscamele a Vicky. Entonces, bueno,
así fue la situación. Se despidió porque se iban para la misa, era domingo, se
iban para la misa, dijo: –listo, mami. mañana volvemos a hablar. Y yo: –listo, mi
amor. Que estés muy bien. La bendición y ya, listo, no supe más.
Al lunes siguiente, pues yo tenía los lunes Suramericana, era una de las com-
pañías que yo trabajaba, porque yo tenía una agencia que tenía oportuni-
dad de trabajar con varias compañías, entonces Suramericana era una de
las compañías con las que yo trabajaba y me gustaba mucho […] porque al
fin y al cabo la principal estaba acá en Medellín y todo se resolvía más fácil.
Entonces teníamos una reunión los lunes, yo me fui tranquila para la reunión,
la reunión se demoró bastantico. A mí nadie me llamó, a mí nadie me dijo, yo
creo que en esa época ni celular teníamos. En todo caso, cuando terminó la
reunión yo me fui para la oficina y encontré allá que me estaba esperando
una hermana para darme una noticia. Yo me extrañé, yo le dije: –¿tú por qué
estás aquí?, ¿qué pasó? y yo lo primero que pensé era en mi mamá. Como mi
mamá ya estaba de edad y tenía enfermedad y todo eso. Me dijo: –no, no fue
mi mamá, fue Emilio José. Yo: –¿qué? ¡Dios mío! ¿Qué le pasó a Emilio José?
Me dijo: –un accidente en un avión. No me dijeron más nada. La novia había
estado desesperada llamándome, pero yo no tenía oportunidad de comunicar-
me, pero se comunicó con mis hijos, con mis hermanos, con todo el mundo, ya
todo el mundo sabía menos yo. Cuando yo llegué y recibí esa triste [noticia],
para mí fue un golpe muy duro, muy duro, pero bueno, le entregué ese dolor tan
grande que estaba sintiendo al Señor, se lo entregué al Señor y ya.
Hago un paréntesis aquí y te sigo contando de Emilio José. Él era una per-
sona muy inquieta para los negocios. El hermano de los hombres menores
había tenido al bebé, él no se había casado, estaban de novios y bueno em-
barazó a la muchacha, y quedó el niño, nació el niño que era la adoración de
todos nosotros, Santiago. Él (Emilio) se preocupó mucho por ello, porque tenía
20 años el muchacho, y la novia tenía 18 años. Estaba en el bachillerato, los
dos estaban terminando el bachillerato. Entonces él dijo: –No, pues ya le tocó
responder por ese muchachito. Y le organizó una microempresa de obleas,
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Entonces sí, este muchacho se preocupaba mucho, y sacó esa carrera brillante,
porque también de la universidad me mandaron unas cartas. Él toda la carrera
la hizo estudiando y trabajando, un muchacho que se esforzaba demasiado,
demasiado; muy sano, muy deportista. Y Él me decía: –mami, yo quiero durar
muchos años, yo quiero tener un hogar, tener varios hijos, porque me encantó
tener hermanos, […] yo quiero que mis hijos también tengan hermanos, enton-
ces yo no voy a tener uno o dos, yo voy a tener siquiera tres o cuatro. Bueno, y
eso era lo que le decía a la novia, porque era “muy novierito”. Era físicamente
muy bonito, y no es porque yo sea la mamá, como mamá los ve a todos los
hijos muy hermosos, pero uno sí ve cuáles son más bonitos que otros, cierto.
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Testimonios
Ese era este muchacho, más o menos ahí te lo estoy contando, muy lucha-
dor, muy para adelante y juicioso, porque mira, me quedé sorprendida cuan-
do empezaron a decirme de Johnson & Johnson: –mire, señora Clara, aquí
hay un seguro de vida, aquí hay una cuenta de ahorros, aquí hay… Bueno,
todas las preocupaciones que él tuvo para dejarme a mi bien organizada si él
faltaba. Como que el Señor le había dicho que él se iba a ir muy ligero, porque
te digo que me sorprendió […] que él se preocupara tanto por la mamá. En
Johnson & Johnson les dio mucha tristeza porque como el papá ya no vivía
con nosotros, el papá se hizo presente en Johnson & Johnson para reclamar
las prestaciones sociales, las prestaciones legales, y de Johnson & Johnson
me llamaron. Yo te digo que a mí me dio tan duro, tan duro, tan duro, que yo
ni me preocupé por reclamarle a Avianca, ni por reclamar nada.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
La Casa de la Memoria, creo que esa sí queda, es una casa muy bonita, don-
de uno va y no ve sino tristezas de lo que ha sido el sufrimiento de Colombia,
sobre todo de nuestros campesinos, cómo han sufrido, cómo han de todo.
Entonces, la Casa de la Memoria, esa sí queda pues, porque ahí está todo,
una historia de lo que ha sido la violencia en Colombia. Bueno, ahí estamos.
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Testimonios
mos un defecto muy grande: somos de muy mala memoria para todos estos
acontecimientos, se nos olvidan muy fácil, volvemos a caer, a caer y a caer,
por eso estamos viendo tantas situaciones. La barrera es que los Gobiernos
no se han preocupado por darnos a nosotros las víctimas el reconocimiento
que es, porque esto es cosa de los Gobiernos. A los campesinos que les han
desaparecido a sus seres queridos, se les está dando un reconocimiento y
se les está encontrando en las fosas comunes y todo eso; están haciendo
una lucha, eso vienen haciéndolo desde hace días. Pero de resto, para las
otras personas, no somos visibles para el Gobierno y, como te digo, esto se
lo debemos a Gonzalo, pero de resto nosotros ya no. Mira que en los treinta
años El Espectador sacó que no era un accidente de narcotráfico, después de
que había sido reconocido como de lesa humanidad, entonces son cosas que
uno se pone a pensar, y dice: –pero ¡Dios mío, la gente qué ve! ¡qué escucha!
Si hasta los mismos que armaron las bombas, que fue “La Quica” y fue este
muchacho, “Popeye”, que armaron las bombas, que dijeron que las habían
armado aquí en Medellín, que se las habían llevado en un carro para Bogotá,
y ya en Bogotá fue que cuadraron todo, porque lo que querían era matar a
César Gaviria, que era el candidato que había dicho que iba a extraditar a
todos los narcotraficantes, y entonces, por eso lo querían matar. Lo mismo
creo yo que pasó con Galán, porque ellos estaban decididos a atacar el nar-
cotráfico, entonces esta gente con su poder del dinero ha hecho la cantidad
de cosas más horribles, ¿cierto?
Este es el concepto que yo tengo, que esto no tiene un fin, que los gobiernos
no se han preocupado en realidad por repararme, porque también lo digo:
son tantas y tantas las víctimas, que ahora mucho menos con esta deuda tan
tremenda que está haciendo el gobierno de Duque, que se está teniendo que
endeudar de una manera impresionante para atender esta pandemia, menos
tenemos esperanzas de que nos vayan a pagar, pero por lo menos, que se
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
preocupen por hacer más campañas y todo en contra del narcotráfico, coger
desde los niños y decirles que eso no está bien, que por ahí no es, darles
oportunidades a los jóvenes que están en estratos muy bajos que son muy
vulnerables de llamarlos al narcotráfico, para que esos muchachos piensen
en, como decía hace muchos años Uribe, que “era mejor cambiar un arma,
por un instrumento musical”, y se hicieron las bandas musicales juveniles.
Hay que darles oportunidades para tratar de que el narcotráfico no siga pro-
gresando, el dinero es mucho y ahí es donde está el problema.
Aunque era muy pequeño, poco a poco fui entendiendo qué fue lo que suce-
dió en aquella época, y se va haciendo una imagen de un país atravesado por
el conflicto. Creo que hemos vivido épocas muy parecidas, con muchos aten-
tados como el avión de Avianca, la bomba del DAS y otros hechos parecidos.
Poco a poco me fui enterando y fui haciendo conciencia de aquellos hechos.
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Testimonios
hecho fue declarado un delito de lesa humanidad. Las personas que estamos
participando nos hemos venido formando en el tema a partir de las activida-
des de la Fundación.
Fernando Pizarro
“Era mi compañero de aventuras”
Testimonio de Eduardo Pizarro
¿Quién era? Era un amigo. De una familia normal, el mayor de todos era
mi compañero de aventuras, tenía 22 años, fue compañero de escalada de alta
montaña, hicimos varias cimas, inclusive viajamos hasta Ecuador, era buen pi-
loto. Tenía dos años de experiencia, fue mi copiloto, él fue buen hermano, en ese
momento cuatro hermanos, Fernando, María Claudia, Carlos Alberto y Felipe.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Nos han exigido papeles, los hemos llevado, nos hemos notificado, hemos
ido, hemos venido, y hasta el momento pues no ha pasado absolutamente
nada, el señor Gobierno no ha hecho nada. No creo que le hayan pagado a
alguien dentro del conocimiento que tenga, le han pagado alguna vez a una,
dos o tres personas; de resto, las han olvidado.
A nosotros nunca nos han dado ni razón buena, ni mala. Lo que lee uno en
los periódicos u oye en la radio, nos enteramos de ciertas cosas, pero de ahí
para adelante absolutamente cero. Cada año en la misma fecha las mismas
tochadas que dicen, pero no han sacado nada, a excepción de los informes
de la comisión de investigación de accidentes aéreos que ha sido muy seria
en este caso, pero de resto […] judicialmente hablando, no se ha sabido nada,
nadie sabe nada, todo el mundo es un silencio.
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Testimonios
Si le creen, ojalá le crean, yo charlé ayer con él, estuvimos unos diez minuti-
cos “echando cháchara” y me contó más o menos las investigaciones que ha
hecho. Se ha metido en la boca del lobo, se ha metido en sitios donde no se
atrevería nadie armado. Se fue con su ideal y con su entereza a ciertos lugares
que, ¡por Dios!, es encomiable la labor que él ha hecho, felicitaciones a Gonzalo,
y tiene un valor increíble. Yo no sabía que se había metido tan adentro de las
entrevistas y eso, realmente eso ni un periodista muy avezado lo haría.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Nadie lo supo manejar, ni las autoridades, ni nosotros mismos. Eso fue ho-
rrible, el caos desorganizado que hubo, la misma identificación de los ca-
dáveres, nadie sabía ni qué estaba haciendo, ni por qué lo estaba haciendo.
Finalmente, alguien puso orden al final del día y salieron las hojas. Pero sí
desaparecieron muchas cosas en ese sitio, afortunadamente yo fui.
Quedó en una duda de lo que están haciendo los demás, que no sabe uno,
pero sí fue desastroso eso. El Gobierno no se imagina lo que lloré como perso-
na, como profesional, como padre y familiar de muchos, eso fue gigantesco.
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Testimonios
Hablando de Fernando, era buen piloto, era excelente hermano, más que her-
mano era un compinche de los hermanos, era amigo de sus amigos, se iba
con nosotros a escalar a las rocas de Suesca, fuimos al Tolima, al Santa Isa-
bel, al Cucuy, al Cotopaxi, a muchos sitios y generalmente íbamos Fernando
y un hermano. Carlos Alberto, que era muy pequeño, no lo llevábamos. Esa
era la rutina con él, era muy unido a su familia, y compartimos los mismos
gustos en deportes afortunadamente, buena gente el hombre, era suprema-
mente estricto, muy ordenado, muy puesto en su sitio, por eso pudo entrar a
Avianca, porque esos requisitos eran muy importantes.
Hay un nieto que está en Alemania estudiando algo suave, algo liviano, inge-
niería aeroespacial, ja, ja, ja. Hemos tenido tres hijos, mi señora los ha criado
muy bien, tengo un diseñador industrial, una agrónoma y un médico, enton-
ces pues esta es nuestra familia. Hemos sido muy unidos, sin presiones ni
nada, hemos logrado sobrevivir después de ese suceso. Inclusive, guarda-
mos el carro de él, hace treinta años lo tenemos, entonces eso nos une, si no
hubiera sido por todo esto de la unión de la familia, yo hubiera terminado loco,
quien sabe haciendo qué cosa. Pero bueno, hablemos más de Fernando, hay
unos reportes de un periodista en El Espectador, si he leído algo estúpido en mi
vida han sido los artículos de ese señor. No sé con qué propósito de desinfor-
mación, porque no es información, hizo eso, o haciéndole un favor a alguien. Si
estoy pensando mal, me retracto, pero ese señor les hizo un daño a todas las
investigaciones, pues no sé si le habrán creído primero, pero solo estupideces.
Yo tuve acceso el día del accidente al libro de vuelo del avión, donde se re-
portan todas las cosas del avión. Yo lo leí, pasé páginas rápidamente y lo
entregué al delegado de Avianca, y después vienen a decir que el accidente
fue por fallas mecánicas. Lo más sagrado es un libro de vuelo de un avión,
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
y en ninguna parte decía falla, ni en ninguna parte se vio falla del avión. De
un momento a otro se interrumpió todo, entonces para qué viene este señor
a decir mentiras.
¿Quién era? Gonzalo Hernán Rojas Castro era el mayor de cinco hijos
y papá de dos niños, uno es Mauricio y el otro soy yo, Gonzalo Enrique. Gran
papá, gran ser humano, gran hijo. Mi papá trabajaba en Colmotores y ese día
viajaba a Cali junto a su compañero de trabajo José Vicente Villate. Nació en
Bogotá, y para entonces tenía 38 años, era de profesión ingeniero mecánico.
Frente a la sociedad sí siento que tuvo un impacto muy duro, pues cuando
uno habla con personas de más de cuarenta y cinco años, por lo general
recuerdan ese día, pueden decir qué estaban haciendo, dónde estaban, cómo
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Testimonios
se enteraron de la noticia, en fin. Siento que ese día fue el inicio de muchas
cosas que cambiaron en el país.
A pesar de que fuimos reconocidos como víctimas del conflicto armado, mu-
chas víctimas del mismo victimario siguen en el olvido. La Fundación es la
que ha tenido y ha sacado a la luz, y ha recordado este hecho tan infame
que sucedió para tratar de encontrar la verdad y mantener vivo el recuerdo.
La Fundación ha sido fundamental, si no hubiera sido por ella no se hubiera
podido hacer nada.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Testimonios
¿Quién era? Hugo Alfredo Lara Romero era mi tío, teníamos un vínculo
bastante fuerte, porque cuando yo era pequeña mis padres se distanciaron
un poco, y yo, finalmente, me crie en la casa de mi abuela, donde eran siete
hermanos, entonces, yo a él nunca lo vi como un tío sino por el contrario, lo vi
como un hermano, yo era la consentida de todos. Fue más el tiempo que yo
convivía con ellos que con mis padres. Él era hermano de mi papá, y apar-
te de eso, cuando yo llegué a la adolescencia, por cosas del destino quedé
embarazada, y él fue todo en uno, el hermano, el tío, el papá. Siempre estuvo
presente para apoyarme en ese momento, y cuando tú sientes que el mundo
se te viene encima porque eres muy joven, sientes que no estás preparado para
tener un hijo, él estuvo ahí tanto moral como económicamente, y cuando pasó
lo de la tragedia, fue tan duro que sentí como si hubiera perdido a mi padre.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Finalmente tuve a mi hija, ella nació en mayo del 89, el atentado fue en no-
viembre del mismo año, él alcanzó a conocerla y también alcanzó a darme
muchos consejos. En pocas palabras, de mis tíos, siempre él. Él tuvo que ir
a Cali porque era un ejecutivo de una empresa de cueros, un ejecutivo co-
mercial e iba a exponer el mercado y las ventas a esa ciudad. Ese día no nos
pudimos ver, nos vimos días antes, pero por cuestiones de la vida, que es un
abrir y cerrar de ojos, uno nunca sabe si cuando salga vuelva a entrar. En
esa época como no teníamos celulares ni nada de tecnología, recuerdo que
íbamos en un carro o estábamos en el carro y se acercó un tío a contarle esa
fatal noticia mi papá, en ese momento me desmoroné, se me cayó el mundo,
quedé sin palabras, empecé a llorar, básicamente me dio de todo. En esos
tiempos quería asistir y estar con la familia, pero yo no pude porque en ese
momento mi niña estaba muy pequeña y yo aún seguía lactando. Entonces,
fueron varias situaciones, pero no era tanto por eso, yo ciertamente quería era
estar en las exequias, en donde fueran, pero lo que venía fue lo más duro para
nosotros como familia, y era saber qué iba a pasar con esos cuerpos, con
esas personas, si lo íbamos a encontrar, si realmente íbamos a saber de él, si
lo íbamos a reconocer. Fueron muchas cosas que pasaron por nuestra cabe-
za y es algo que no se lo deseo a nadie, y de corazón te digo que era el mejor
hermano, el mejor hijo, el mejor tío. No te puedo describir con palabras lo que
era mi tío Hugo para mí, y lo que era para todos. Él tenía dos hijos, uno de mis
primos tenía la misma edad que mi hija, seis meses, y la otra niña tenía tres
años. También era un apoyo bastante fuerte para mi abuela, que inclusive,
ellos vivían con ella. Entonces, el impacto para ella fue supremamente fuerte,
saber que su hijo tuvo que partir y que murió en un avión, que no alcanzó a
despegar, cuando ya no existía; eso es una cosa de la cual no tenemos expli-
cación hasta el momento, y debo confesar que en mi corazón hubo rencor por
mucho tiempo contra quienes realizaron este acto criminal, pero con el pasar
del tiempo hace que todos perdonemos, de igual forma el perdonar no quiere
decir que vaya a olvidar, y como familiar quiero que esto nunca se olvide.
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Testimonios
nes en los nervios, por mi parte soñé con él muchos días, el hecho de saber
que ya no lo podríamos volver a ver, ni siquiera en ese féretro, porque todo
salió sellado, y claramente entendimos que era mucho mejor así, entonces
es el hecho de que esa persona deja un vacío inmenso en los corazones de
todos los familiares. Dentro de las afectaciones, también dejó dos niños con
los cuales tenía muchos sueños, a los cuales no pudo ver crecer, deja una
madre viuda. Todo esto básicamente se resume en una palabra que es: dolor.
A largo plazo, ya tomar la aceptación de que ese ser ya no está, pero el perjui-
cio que se causó por eso, unos niños que crecen sin su papá, una esposa que
pierde la cabeza de su hogar, su esposo, unos sobrinos sin su tío, una madre
sin su hijo, unos hermanos sin su hermano, fechas especiales donde ya no
contamos con ese ser especial, siempre faltaba alguien en la mesa, y tiene
que ser un recuerdo que siempre está ahí. Fue tanto el daño que es para toda
una vida y eso no se puede olvidar. Y en cuestiones legales creo que no se ha
hecho una justicia completa, porque lo tomaron como un hecho que sucedió
por terrorismo, por narcotráfico, por lo que hubiera sido, pero ya, no fue más,
no se tomaron en serio esta situación, no tuvieron el gesto de preguntar ¿qué
pasó con las familias?, ¿quién iba a reponer ese dolor? Claramente ninguna
reposición económica va a devolver a nuestros seres queridos, y creo que ha
sido uno de los casos más olvidados aquí en Colombia.
Sólo los que vivimos en esa época podemos tener presente estos hechos,
claro que yo trato de inculcarle a mi hija, de contarle que fue lo que pasó,
cómo fue que tuvimos que vivir, y ella les cuenta a sus amigos, porque es
importante que los jóvenes sepan qué sucedió, y qué aún sucede.
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¿Quién era? Jaime Arturo Vélez Martelo tenía 35 años, nació en 1954,
era profesional en comercio internacional de la Universidad Jorge Tadeo Lo-
zano de la ciudad de Bogotá, y en su momento fue uno de los nominados al
premio Jorge Tadeo Lozano el cual ganó y, por ende, no tuvo que presentar
trabajo de tesis en su facultad. Era una persona súper pila, realmente era
una persona bastante inteligente. Trabajó en varias compañías en el área de
exportaciones y cuando murió estaba trabajando en una multinacional que
se llamaba Echs Colombia, es una multinacional alemana y él manejaba el
área de comercio internacional, llevaba en la compañía alrededor de un año
y como había sucursales de esta en Cali, entonces ellos iban una vez al mes
a las reuniones que se establecían allá. Viajaban en el primer vuelo de la ma-
ñana y regresaban en el vuelo en la tarde, normalmente iban varios ejecu-
tivos, lo curioso del tema es que en la reunión del mes anterior él se quedó
dormido y perdió el vuelo, entonces para este vuelo me acuerdo de que el día
anterior estábamos visitando a su mamá que se encontraba de cumpleaños,
y él me dijo: –no nos vamos a quedar hasta tarde porque no quiero que me
coja la tarde otra vez. Entonces, yo le respondí: –listo, nos vamos temprano.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Fue un hombre con una ética muy alta, intachable, de carácter fuerte que in-
clusive, todos nuestros amigos decían que no entendían cómo nos llevamos
bien nosotros dos con ese carácter de cada uno, y no nos habíamos matado.
Y así completamos cuatro años y medio de relación, hasta que él murió. Lo
que pasa es que teníamos una relación bastante acogedora y sabíamos en-
tendernos, también fue muy buen amigo, era un hombre bastante generoso,
muy estudioso, le encantaban los idiomas, hablaba inglés, francés y estaba
estudiando alemán porque había un proyecto de la empresa para trabajar e
irnos a vivir a Alemania. Nos habíamos comprometido para casarnos el año
siguiente a mediados de marzo de 1990, no era conflictivo con temas del
Gobierno o de política, nada de eso. Recuerdo algo muy particular y de hecho
me causaba algo de gracia en esa época y es que siempre que había cambio
de Gobierno, me preguntaba que si ya me sabía los nombres de los ministros.
Yo le respondía: –no friegues, yo qué voy a saber de eso, no tengo ni idea.
Entonces, me respondía: –yo ya me lo sé, son tal y tal y tal. Tenía algo que
era absolutamente fantástico y era un humor inteligente que no lo encontré
en nadie más, hasta el momento. Todas esas características reunidas hacían
que fuera un tipo que llamara la atención, porque de verdad que era increí-
ble, no decía una mala palabra, no sé si era la forma en que lo decía, pero
los chistes que comentaba realmente eran graciosos y eso era parte de su
naturalidad. Yo recuerdo una vez que mi mamá me decía: –me preocupa una
cosa de Jaime y es que me hace reír mucho. Mi mamá tiene asma, entonces
ella veía eso como un “problema”. Cuando viajábamos al Valle, yo le decía:
–cuidado con tus chistes, de a uno, porque mi mamá se ahoga de tanto reír.
Él me respondía que se iba a portar muy bien.
También te lo puedo resumir en que era un excelente ser humano y un muy buen
hijo, era el mayor de sus hermanos, eran alrededor de siete, tres mujeres y cuatro
hombres, y de hecho el hermano, el menor, se parece mucho a él. En ese momen-
to cuando Jaime murió, su hermano era pequeño porque tenía alrededor de unos
diez años y de hecho toda su familia dice que se parece a él, inclusive físicamente,
también tienen una similitud en sus actitudes. Por otro lado, desafortunadamente el
padre de él murió dos años después de la muerte de Jaime y su madre murió hace
dos años y quedan sus hermanos con sus respectivas familias.
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Testimonios
mal no recuerdo, y él estaba como un roble. Don Jaime no era de los hombres
que expresaban muchos sentimientos, […] creo que eso le ayudó bastante, por-
que te cuento que se murió en un mes desde que le detectaron el cáncer.
La gente pensaba que eso nos daba [felicidad], supongo yo, lo hacían con
muy buena intención. Y te voy a comentar a ti algo que creo que es la primera
vez que lo hago público, porque realmente nunca se lo divulgué absoluta-
mente a nadie, y es que la única que no estaba feliz era yo. Hasta mi familia,
mi mamá, mis hermanos, mis tíos me llamaron, yo súper normal les seguía
la corriente de la conversación. Pero si te soy sincera, para mí eso fue lo peor
que pudo haber hecho el Gobierno.
Morirse es fácil, eso es una maravilla, es lo único cierto que tienes en toda la
vida. Es más, ni siquiera necesitas trabajar para que llegue ese momento, no
necesitas nada, eso te va a llegar en el tiempo que es y en el momento que es,
o sea ni siquiera tienes velas en ese entierro, ¿me entiendes?
Ahí se generó una impunidad porque a lo que más le tenía terror Pablo Escobar
era a estar en prisión en los Estados Unidos. Si él hubiera ido a Estados Unidos
a pagar, eso hubiera sido justicia. Eso sí habría sido pagar por todos los daños
que causó él y el cartel al que pertenecía, junto con los demás criminales. Pero
eso no pasó, entonces para mí hasta el día en que yo muera eso está impune.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Es una forma de ver que la responsabilidad también va del otro lado, para
mí desde el día del atentado siempre ha sido lo mismo, la muerte de más de
cien personas que iban en ese avión y que quedaron totalmente impunes. No
estoy hablando de a quién le cobra a uno eso, porque no se puede cobrar, ni
en dinero, ni al Gobierno, ni a los mismos asesinos, sino que me refiero a que
se debe pagar el delito con justicia y el solo hecho de estar enterrado cinco
metros bajo tierra en cuatro paredes por el resto de su vida en una cárcel de
máxima seguridad, me hubiera parecido muchísimo más gratificante.
Yo digo que, así como se actúa en la vida, es la misma forma en que se gana.
Las actuaciones de cada persona, y eso habla por sí solo. Yo no creo en la
venganza, nunca la he creído, ni en mi vida personal, ni tampoco en este
tema, porque es que la vida se encarga de equilibrar las cargas y para mí
siempre ha sido así. Pero esta vez sí creo que a la vida se le fue la mano y
no cobró lo que debía cobrar, porque básicamente él hizo lo que quiso hacer
siempre y también quiso morirse.
Te comento que alguna vez me dio pena con Gonzalo porque él me invitó a una
reunión en el Centro de Memoria, yo fui, participé y compartí con ellos durante
la mañana, ya después se empezaron a contactar conmigo, y una señora me
llamó para que les colaborara con una donación para unas camisetas. Efecti-
vamente les ayudé y con otro tipo de cosas, y en este momento no recuerdo el
nombre de la señora, pero ella después me llamó y me dijo que iban a hacer
una marcha, no tengo memoria ahora sobre la actividad, porque ya fue hace
un par de años, entonces yo hablé con ella y le dije: –mira, cuenta conmigo
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Testimonios
Lo recuerdo por lo alegre, por lo que era y no sólo por un momento. Así debe
ser, de hecho. Hay una frase que me parece supremamente cierta, que dice:
–el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Entonces yo lo recuerdo por
lo que ya te comenté, además de que éramos colegas y también me ense-
ñó muchísimo en mi profesión. Cuando yo estaba recién graduada también
discutía conmigo porque soy mala para el inglés y los idiomas y él hablaba
perfecto e intentaba enseñarme. De hecho, dentro de los recuerdos que tengo
hay un par de casete donde él me está enseñando un par de clases y demás,
hasta que un día se resignó y me dijo: –yo te amo, pero realmente no eres
buena para el inglés y no puedo hacer nada más. Entonces básicamente él
era muy divertido, cuando me acuerdo de él siempre sonrío.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
mo a sus hermanos, a unos más que a otros, de los seis a dos de ellos fue a
quien más duro les dio definitivamente, y los demás lograron salir adelante.
Ahora, su madre también cambió mucho. Su padre era antioqueño y ella era
costeña, entonces era bastante gracioso verlos hablar, especialmente con la
mamá, porque él como que cambiaba el chip y empezaba a hablar costeño
y cuando habla con el papá hablaba puro paisa, era bastante curioso. La
mamá era muy simpática y perdió toda esa felicidad cuando murió Jaime,
porque era el hijo de sus ojos.
La cuestión es que, antes estaba muy bien tapado y hace treinta años no
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Testimonios
Sin duda alguna, es muy bueno el trabajo que hacen, me parece que es algo a
lo que le han metido la ficha durante treinta años, y considero que es increíble y
duró la cantidad de tiempo. Dado los obstáculos que se han presentado durante
todo este trabajo, se nota que son personas con una voluntad de hierro que no se
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
dejan manipular, ni enredar, ni decaer. Entonces yo creo que todo ese esfuerzo
de treinta años que ha hecho este grupo merece muy buenos resultados para
mostrarle al país, que cuando la gente se une para hacer esto puede encontrar
verdades terribles, pero sí seguramente tranquilizará en el alma de muchas per-
sonas. Yo te puedo decir, Germán, que yo sinceramente estoy en paz conmigo
misma, estoy en paz con Dios y estoy en paz con el país y obviamente me cam-
bió la vida totalmente, pero aprendí a ser feliz con lo que tengo.
Quería comentar que existe una cosa que a mí me marcó muchísimo cuando
él murió y es que ya no soy muy creyente de muchas cosas, soy espiritual,
pero no predico religión alguna. Sí creo en la reencarnación y en muchas
cosas. A mí me pasó algo cuando él murió, él murió un lunes, mi mamá me
llamó porque mi familia vive en Tuluá y mi mamá me dijo: –voy para Bogo-
tá–, yo le respondí y le dije: –mami, los vuelos están suspendidos por dos
días si mal no recuerdo. Luego me llamó mi hermano y me dijo: –¿quieres
que vaya? – y yo le dije: –quiero que te vengas ya–, y él se vino en bus,
llegó y mi mente recuerda que la noche del martes yo tuve un sueño lo más de
extraño. Él estaba en el ataúd, estaba una de sus hermanas al lado del ataúd, yo
me acerqué y él se levantó, me miró, y me dijo: –¿sabes que tengo mucho frío? –,
entonces yo lo abracé y le dije: –¿te sientes bien? –, y me dijo: –sí, mejor, pero yo
te extraño mucho– y yo le respondí: –yo también–, luego me dijo: –¿puedes ha-
cerme un favor? – y yo: –¡claro!, –arregla todas mis cosas– me dijo, y le contesté:
–vale–, y se fue quedando dormido. Obviamente me desperté y lloré a gritos.
Fue bastante duro en su momento y me dediqué realmente a arreglar sus cosas,
todo el papeleo y demás cosas que me tocó hacer con Avianca para entregarle el
dinero y los objetos a la familia […] básicamente esa fue una despedida.
Janeth Oliveros
“Haz de cuenta que se cayó un puente de un lado a otro”
Testimonio de Gustavo Vivas Oliveros
¿Quién era? Bueno, somos dos hijos de la persona que falleció. ¿Quién
fue nuestra mamá? Se llamaba Janeth Oliveros, y en ese entonces nosotros
estábamos muy pequeños. En la actualidad tengo aquí en mi casa un pe-
queño altar donde tengo recuerdos y fotos de antes de que ella falleciera.
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Testimonios
Te comento que mi mamá era alguien que tenía bastante claro los temas de
responsabilidad sabiendo que era madre cabeza de familia y demás. Era la
columna vertebral de la familia. Haz de cuenta que se cayó un puente de un
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
lado a otro y todo el mundo piensa, ¿ahora qué vamos a hacer?, y a nosotros
nos tocó volver a construir esa base y no ha sido igual, entonces ha sido un
vacío muy grande que se dejó. A nivel económico, pues claro, mamá tenía dos
trabajos, entonces nosotros teníamos las comodidades de tener una mamá
profesional y profesora, y mi papá de un momento a otro tiene que llegar al res-
cate, pero desde ese momento nosotros empezamos un proceso psicológico
para saber dónde nos íbamos a quedar, si con las abuelas, con los tíos o con
mi papá. Nos tocaba decidir y fue una posición muy difícil, porque la verdad, el
nivel de conciencia de la muerte en ese momento no es tan grande como la que
tenemos ahora, entonces ha sido una situación difícil desde el momento en que
pasó hasta el sol de hoy. Ya que podemos hablar de esto normalmente, pero
no deja de sentirse como lo peor que pudo pasarle a un niño, de igual forma
seguimos trabajando en esa recuperación y aceptación y, de hecho, la Fun-
dación y el hacer este tipo de actividades me ayudan un poco para lograr esa
transformación de lo que pasó, del impacto que tuvo en nuestras vidas para mi
hermana, el resto de la familia y yo, y como te comento, el trauma de mi tío que
fue quien reconoció el cuerpo, de no poderse volver a montar en un avión. Mi
papá es un caso aparte, ya que él tenía su familia construida ya hace un tiem-
po, sinceramente cada una de nuestras vidas se volvió un libro después de eso.
Digamos que ese momento en el que todo sucede, tal vez mis tíos o mi papá
tendrían una perspectiva de lo que pasó hace treinta años, mientras que yo
obviamente desde la niñez y la adolescencia empiezo a darme cuenta de lo
que sucedió. Y ya luego, en mi adultez, en este momento ya tengo cuaren-
ta años, ya logro entender muchísimo más lo que pasó, pero estudiando la
historia y lo que viví en ese momento. Yo decido irme de Colombia, ya llevo
nueve años viviendo con mi hermana en Canadá, de los treinta que estuve
después de que mi mamá fallece, y cuestionaba a mi papá […] ¿por qué mi
papá no nos sacaba del país?, porque a mí me parecía que vivir en Cali en
ese momento era muy peligroso, caminábamos por cualquier calle donde
estuviera un negocio de Drogas La Rebaja, y eso era una bomba que po-
día explotar en cualquier momento, de hecho pasó muchas veces, era como
que íbamos caminando y ¡bum!, una bomba ahí en Drogas La Rebaja de la
esquina. Entonces uno sentía que la vida estaba comprometida a toda hora,
aunque de hecho mi papá insiste en seguir viviendo en Colombia, de hecho,
él vive allá en Cali. Yo sí quería salir, pero el impacto a nivel del país, a nivel so-
cial, no se distingue tanto, dado que pasan tantas cosas en Colombia, donde
existen distintos niveles de conflicto, que de hecho esto hace parte de la his-
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Testimonios
toria sangrienta de nuestro país, a los que a algunos nos tocó la puerta, como
en mi caso. Pero que realmente haya existido un cambio, yo considero que
no, porque yo creo que la gente pensó que después de que mataran a Pablo
Escobar, la droga o el narcotráfico se iban acabar, pero no fue así, y ciudades
como Cali o Medellín, yo considero, que siguen teniendo ese ideal, de que la
persona que tiene mucha plata o el hombre que derrocha dinero, e incluso al-
gunas mujeres que están esperando que algún hombre les gaste todo; dentro
de esa cultura del narcotráfico. Ahora que yo estuve cuatro meses allá, siento
que todavía se siente ese ambiente. De igual forma extraño mucho mi país,
pero a nivel político por la plata baila el perro.
El narco lo que generó fue un cambio cultural, pero negativo, en los valores
y en las relaciones sociales. La sociedad caleña está muy mal acostumbra-
da en todos los niveles, yo creo que en la actualidad todo el mundo sigue
pensando que el que tiene un carro polarizado con tres tipos escoltándolo es
un berraco e incluso dentro de mi familia existen personas que piensan así.
Nosotros ya no compartimos eso, eso fue uno de los problemas que dejó esas
sumas de dinero tan grandes: de llegar a Cali, hacer edificios, comprar carro;
y en general, ha sido un problema y una cruz para todos nosotros los que
hemos salido de Colombia e incluso, tú lo sabes, ya que hace poco estuviste
en Londres. Uno sale con el pasaporte y lo ven con malos ojos, entonces en
cierta manera estamos estigmatizados, donde por fuera del país piensan que
todos llevamos drogas o somos narcos, y claramente no es así. Y ahora con
todo lo que está pasando yo soy muy neutral en todo el tema de la política,
pero sí procuro enterarme de todo lo que está sucediendo en el país, todo
el tiempo ando pendiente de las noticias, cosa que a veces es favorable o a
veces no. Pero sucede que yo ahora me doy cuenta de que este señor Álvaro
Uribe Vélez, cuando era jefe de la aeronáutica de Medellín, autorizó todas las
pistas para uno de los jefes del Cartel de Medellín, Pablo Escobar. Ya con ese
tema de la serie Matarife, me doy cuenta de que se siguen destapando ollas
después de tanto tiempo, y vuelve a salir el nombre de Pablo Escobar. Enton-
ces me parece increíble que estamos ahí y nos damos cuenta de que todo
esto todavía existe, pero con otras caras. Entonces obviamente sé que fue un
impacto muy negativo para el país y que las personas todavía no asimilen o
no despierten, y crean que el dinero fácil todavía sigue siendo lo mejor, y que
mucha gente piense: –yo quisiera tener todo lo que tuvo Pablo, la Hacienda
Nápoles, los hipopótamos, los aviones y demás. Considero que es un anhelo
materialista.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
El mismo Gobierno nos dio solamente una carta diciendo, esto aquí no se les
va a reparar nada, vayan donde Avianca que allá les solucionan. Mira […] lo
único que yo sentí fue ahora con la 1448 de Santos, en algún momento re-
cibí llamadas preguntándome por lo que se hizo en la reparación de víctimas
ahora, pero digamos que es el único Gobierno donde yo vi una manifestación,
y llamaban y demás a consultar un par de cosas, más de lo que se hizo en su
momento, con otros gobiernos, pues realmente ya no es tanto el tema del dine-
ro, claramente sirve, pero no es la prioridad, en cuanto a términos de la pérdida
de un familiar podrán dar todo el dinero que quieran, pero no suple esa pérdida.
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Testimonios
También pasa esto con los videos que ha hecho, aclara el panorama de mu-
cha gente que no sabía o que se imaginaba otras cosas, porque igual Gonzalo
y muchos de nosotros estábamos muy pequeños cuando nuestros familiares
murieron, entonces en este momento estamos descubriendo lo que sucedió
en el pasado y completando el rompecabezas de lo que fue la historia, más
o menos lo veo así. Pero a su vez también pienso que en cualquier momento
se le pueden agregar piezas a pesar de que le entreguemos a la Comisión de
la Verdad, pienso que, si no se puede modificar allá, aunque ojalá, si tenemos
una actualización nos dejen agregarla al informe final, pero se cumple el re-
quisito. Sin embargo, de aquí en adelante cualquier actualización o investiga-
ción futura se puede agregar sin ningún inconveniente.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
en una semana, mientras que en una vida rutinaria puede ganarse un salario
mínimo, siendo profesional puede ganarse un millón y medio, es ahí cuando
nos damos cuenta que el narcotráfico sigue siendo una fuente muy tenta-
dora de ingresos para muchas personas en estas ciudades y todo lo que se
desprende de allí, y jóvenes que no tienen o no se ven con ningún futuro, y el
deporte como que no se apoya tanto, hace que ellos prefieran una moto e irse
a trabajar donde le disparan a una persona y se ganan diez millones de pesos
en un segundo; dicen “de una” y bueno. Básicamente esa es la situación por
la cual se logrará trabajar con la juventud o desde la niñez en comunida-
des vulnerables, ya que es ahí donde los delincuentes aprovechan todo eso
para desarrollar todos sus planes maquiavélicos. Dentro de la fundación me
gustaría trabajar esa parte, darle un impulso a este tema de la niñez en esos
barrios para que se salven estas personas, no tener una mala noticia de que
murió otro niño de quince años porque lo cogieron trabajando como sicario,
entonces claramente lograr trabajar en estos asuntos…Ahora que se toca un
tema, de que no la dejemos perder (la Fundación), yo sí quisiera hablar y
emprender sobre este tema, la cuestión es que Gonzalo siempre habla súper
rápido cosas muy cortas y se despide, tener por lo menos el chance de por
ejemplo decir: –mira Gustavo, a la persona que me recomendaste para la
entrevista pasó tal y tal y tal, la última vez que estuve en Bogotá. No tengo
el problema en regresar a Canadá y también trabajar desde acá, de hecho él
alguna vez me presentó una persona acá de una organización porque nos
asociamos con distintas víctimas de otros sucesos lamentables, y si mal no
recuerdo aquí en el ochenta y cinco estallaron un avión de una empresa lo-
cal y esa persona también estuvo involucrada, entonces también creo que
Gonzalo lo distingue, […] nos puso en contacto con dicho personaje, él iba a ir
a Colombia, finalmente no pudo, y yo tampoco pude viajar en ese momento.
Pero, así como ese, también existen otras víctimas como, por ejemplo, las de
las Torres Gemelas y diferentes zonas o regiones del mundo. Por ende, consi-
dero que existen cosas que se pueden hacer o que hay mucho para trabajar
y que pueden ser bastante chéveres en cuanto al tema del narcotráfico para
demostrarle a las personas y que no decidan irse por ese camino, sino pues
claramente tomar otras vías y evitar que hayan tantos sucesos lamentables
como la que nos han pasado.
Todos somos víctimas y éramos muy chicos cuando nuestros familiares murie-
ron, como también existen casos de personas adultas que sufrieron este flagelo,
pero que son más cerradas e incluso critican mucho y se basan en una crítica
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Testimonios
y, en ocasiones, durante las reuniones son los que más discuten y no permi-
ten que todos logremos participar. También hay historias de mucha gente a las
cuales tú los puedes entrevistar o son entrevistados y se ponen a llorar, clara-
mente el dolor está ahí o te van a responder: –eso, ¿de qué me va a servir? Eso
no me va a devolver a mi familiar. Sinceramente hay que valorar lo que Gonzalo
y ustedes están haciendo, que es trabajando por cada uno de nosotros.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
do para lograr obtener un informe en el cual nos toca ver quién nos ayuda,
quién nos brinda una mano, es ahí donde pienso, no se me ocurre nada en el
momento, pero sí tener la visibilidad sobre ese tipo de organizaciones de en-
tretenimiento por lo menos generan alianzas así sea en la parte social. Pero al
igual que muchos otros también es un proyecto, no digo que necesariamente
nos tienen que lucrar a nosotros como víctimas, sino directamente a la Fun-
dación quienes son los que en este momento se enfocan y también son res-
ponsables de ese trabajo. Y bueno, entonces eso es lo que te cuento porque
me prestas hoy el micrófono para darnos a conocer y lograr expresar todas
estas opiniones sobre la Fundación y todo lo que ha sucedido, y bueno, como
te comenté al principio, mi mamá fue profesora y después del accidente lo-
gramos estudiar mi hermana y yo, pero no fue directamente el Estado quien
nos brindó ese apoyo en temas de educación ni nada, fue un por parte de la
universidad para la cual ella trabajaba, la que nos brindó esa oportunidad.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
¿Cómo han construido memoria? Yo creo que cada uno trata de en-
contrar su lugar de como puede apoyar esto y para unos es difícil recordar y
aportar a eso. En mi caso, pertenecer a la Fundación Colombia con Memoria,
es mi forma de ayudar, participar de los eventos que se hacen de memoria,
pero yo soy una persona que trata de mirar hacia adelante y no hacer memo-
ria porque me produce dolor. Pero creo que es la Fundación quien ha tratado
de traer este evento a todos y de tratar de llamar la atención a la sociedad y
al Gobierno que este es un evento importante, una época sufrida que merece
atención y una resolución, y una verdad, una sensación de saber qué fue lo
que pasó, creo que es algo que ayuda a reparar en algo a las personas.
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Testimonios
trece años fueron bendecidos con cuatro hijos, quienes el día del atentado te-
nían doce, once, ocho y dos años y él cincuenta años muy bien vividos hasta
el día del atentado. Era una persona muy sabia y carismática por su forma-
ción inicial en el sacerdocio, donde tuvo la oportunidad de viajar por todo el
mundo y emprender caminos de fe y estudios, sin embargo, el amor hizo que
su formación cambiara a ser el mejor esposo, padre de familia y trabajador
incansable. El viernes anterior al atentado, [los niños] habían terminado su
año escolar con excelencia, por lo que “Nacho” como lo llamaban todos con
mucho cariño, cambió su vuelo del domingo en la tarde, para el primer vuelo
del lunes, solo con el fin de compartir en familia unas horas más ese domingo
ya que viajaba mucho por trabajo.
Los niños, sin la figura de su padre, frente a la sociedad hizo que vivieran
situaciones de ansiedad y depresión, trastornos en sus estudios, al sentir que
sus compañeros compartían con su padre y ellos no lo podían hacer. Ade-
más, la forma tan abrupta como se dieron los hechos hizo que su duelo fuera
más prolongado, creo que esto generó un rechazo a la sociedad, al sentir que
le arrebataron a su padre por situaciones que, a su corta edad, no entendían.
El país, frente al resto del mundo, se sintió muy afectado, estuvimos catalo-
gados como uno de los países más violentos, por hechos protagonizados por
el narcotráfico, una minoría de los colombianos, fue una época de terrorismo
a todo nivel, se vieron afectadas las instituciones y también los ciudadanos,
se desmembró la sociedad, que todavía hoy, después de tres décadas, no se
ha repuesto en muchos sentidos, a pesar que la mayoría de los ciudadanos
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Importancia del informe. Remover de nuevo, todas las cosas aquí ex-
puestas, y sentirlas tan presentes como hace treinta años, esperando que
esta pueda ser una ayuda en la búsqueda de la verdad.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Lo que sí recuerdo es que hubo una compensación también por parte de Avian-
ca, por el tema de los seguros que tienen los pasajeros, pero no existió esa clase
de apoyo, de acompañamiento mental. Si bien, Avianca en los últimos años se
ha mostrado muy solidaria, pero de nuevo, en esos temas de acceder a la ver-
dad y suministrar toda la información realmente pues han faltado
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
representa esa oportunidad de que sean reconocidos estos sucesos y que las
víctimas de estos sucesos sean reconocidas, también representa la exigencia
que hemos tenido como familias durante más de treinta años, tratando de
conocer la verdad, de luchar para saber la verdad, también saber los vínculos
que existieron detrás del atentado para que sucediera, reconocer todos los
nexos que hayan tenido las bandas guerrilleras y los demás actores, pero
a los que más reconozco en sí, son las autodefensas, y creo que también
representa un documento de memoria para el país, para dejar precedentes,
desde la perspectiva de nosotros los familiares de las víctimas, de lo que pasó
y que no quede duda de que nuestros familiares murieron en el marco de un
conflicto, y de que seguimos con nuestra dignidad, nuestra lucha, nuestro
empoderamiento y nuestras vidas a pesar de los hecho. El informe puede ser
una oportunidad para contar todo eso.
Gracias por permitirnos compartir toda esta experiencia que hemos vivido y
por la cual hemos atravesado mi familia y yo, todo esto con el fin de agregar
o redondear un poco lo que decía al final, y es que, esperamos que el informe
sea un documento que alza un poco la voz de nosotros, los familiares, porqué
existen momentos que quedan en el hecho y los actores, pero lo realmente
importante, es lo que ha sido el impacto en las vidas de nosotros, y también
demostrar cómo hemos podido seguir adelante, enviar un mensaje a pesar de
que vivimos esto, seguimos en la lucha.
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Yo creo que fue en el primer país del mundo donde el narcotráfico arremetió
contra un vuelo comercial sin importar a quien se llevaba por delante.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Era una persona muy alegre y lo conocía todo el mundo por su alegría, fue
rumbero y muy responsable, estaba a cargo de la casa y de su hermana. Tan
responsable era, que uno de los actos que tuvo como muchacho de veintio-
cho años cuando estaba trabajando en la compañía, es que dejó firmado un
seguro de vida, […]dejó un porcentaje para la mamá y un porcentaje para su
hermana, pero quién iba a pensar que algo le pasaría a alguien tan joven.
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Testimonios
Pero después entendí, mi Diosito sabe cómo hace las cosas, porque éramos
tan apegados, yo creo que mi Diosito me estaba preparando para poder ma-
nejar un poco más las cosas.
Mi mamá llevaba tres años sin verlo, no habían visto a mi hermano mayor, yo
había viajado el año anterior, había podido ver a mi mamá, pero faltaba que él
viajara a verla. En la época de septiembre-octubre estábamos en la casa no-
sotros vivíamos en el barrio Los Andes muy cerca de Río Negro y Pasadena,
sonó una bomba y yo salí corriendo para el cuarto de él, me dijo: –¡uy! tenaz
chinita, mientras no nos pase nada a nosotros… y eso siempre me quedó so-
nando porque al mes o dos meses él vino siendo víctima de una de estas, no
sé qué más te cuento.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Mira, ese día, fue un día de locura, primero porque fui, de las familiares, la
última que lo vi, porque me asomé a la ventana cuando él se subió al taxi,
pude ver la maleta que llevaba y la ropa, en esa época yo tenía unos veintidós
años, yo tenía un examen en la universidad y me acuerdo que empezaron a
llamarme y a preguntarme por el apodo que él me tenía, me decían ínfero […]
Sé que salió muy temprano ese día.
Los amigos de mi hermano que eran tan allegados nos ayudaron a organi-
zarnos [para] ir a medicina legal, etcétera. Como yo era la última que lo había
visto, pues supuestamente por la ropa que llevaba podía reconocerlo, pero la
familia me protegió y decidió que la persona que podía entrar era mi tía, que
era odontóloga y otra tía que era abogada.
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Testimonios
gracias a Dios eso no nos pasó, pero nosotros estábamos viviendo el drama
de avisarle a mi mamá y traerla a Colombia.
Ella nunca vio el cuerpo de mi hermano, por eso, ella […] nunca pudo cerrar
esa página, bueno, pero nadie pudo mirar el cuerpo, simplemente las perso-
nas que lo recuperaron.
De todo ese episodio, mi mamá es la más afectada, ella nunca pudo olvidar.
Ahorita los problemas de alzhéimer, nosotros le hemos tratado de borrar ese
episodio para que no entre más en depresión, porque llora mucho, y nosotros
le decimos que ella solo tiene dos hijos Álvaro y yo.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Álvaro tuvo tres hijos, son tres nietos para mi mamá y le decimos: –esos son
sus nietos, pero ella se levanta angustiada por la noche buscando sus chini-
tos, ¿dónde están mis chinitos? Cuando ella vivía conmigo, me tocaba decir-
le: –sus chinitos ya están acostados. Hay días en que le da angustia y dice:
–¿dónde están mis… Mis chinitos? Y en ese momento ya la podemos mani-
pular, jugar con esa parte mental, pero antes ella era muy consciente de la
situación y era muy difícil. Más de una vez me tocó decirle: –qué vaina, Juan
Carlos se fue, pero aquí quedamos sus otros dos hijos.
Cuando vinieron a trabajar [de] la parte internacional, estuve con las dos visi-
tantes internacionales ayudando con mi inglés, pero te dijo algo, se me difi-
culta la terminología de la comisión y de los acuerdos de paz, he vivido tanto
tiempo acá y las leyes son distintas.
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Testimonios
hasta este año. Yo estoy con la Fundación ya hace cinco o seis años, se del
trabajo que han hecho, veo todos los videos que él me manda y creo que están
haciendo un trabajo excelente, pero vuelve y juega, me cuesta expresarme,
pues no conozco las leyes muy bien ni la terminología. Por ejemplo, cuando
vivía en San Antonio, Texas, le hicieron una entrevista al hijo de Pablo Esco-
bar, no me preguntes, yo me alboroté y les escribí a los de Univisión. ¿Cómo
es posible que le esté haciendo una entrevista al hijo de Pablo Escobar y no
piensen en las víctimas que realmente estamos? Entonces me hicieron una
entrevista y también la pasaron por televisión, expresé lo que pensaba y sentí
que quedaba un vacío por los términos legales, también corrí con la suerte,
cuando entré en la Fundación creí mucho en Federico, pero fui estafada por
ese señor Federico. Pero con Gonzalo ha sido totalmente diferente porque es
una persona totalmente íntegra.
¿Quién era? Juan Diego Brilla Machado tenía treinta y tres años al
momento del accidente. Era una persona espectacular con sus hermanos,
increíble como papá, como esposo, como hijo, era un ser humano increíble. Él
era gerente de Bombril, en ese entonces, viajaba por negocios a Cali. Estaba
casado, tenía dos niños: Juan Esteban tenía siete años y la niña tres años. Su
esposa Emma, ama de casa.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Impactos en la familia. Eso fue un golpe muy duro, una cosa ines-
perada para todos, el esposo de mi tía vivía en Bogotá y todo el resto de la
familia vivíamos en Medellín, fue un duelo muy duro, su cuerpo lo entregaron
cuatro días después del accidente, para hacerles las exequias.
El tío fue a reconocerlo, porque él tenía la planta del pie similar a la de Juan
Diego, y debió medirse los pies en las mesas de reconocimiento.
¿Quién era? Juan Guillermo Ramírez era mi papá, era abogado, tra-
bajaba con el Incora, el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria, entidad
que hoy en día ya no existe, él trabajó toda su vida en el Incora, y era un
experto en derecho agrario, su viaje a Cali tenía por objeto… primero, tenía
que hacer unas escala en Cali, posteriormente, ir a Buga para presentar una
conferencia sobre la ley que recientemente estaba expedida sobre reforma
agraria, y en esa época su trabajo hacía que viajara por todo el país para dic-
tar distintas conferencias o capacitaciones sobre el contenido de esa nueva
reforma agraria. Recuerdo que él era un profesional brillante, un hombre muy
culto, de mucho mundo, realmente un gran ser humano, cuando falleció fue
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Testimonios
un golpe muy duro para la familia, pero también para su entorno laboral, sus
compañeros de INCORA le tenían mucho aprecio y mucha admiración, no
solamente por la persona tan inteligente que era, sino también por las cuali-
dades humanas que él tenía, entonces el aprecio que le tenían sus compa-
ñeros era tan grande, que cuando se enteraron de este hecho, ellos hicieron
todas las gestiones para que les permitieran no tenerlo en la funeraria, sino
llevarlo allá a la empresa, y fue en el INCORA donde se hizo toda la misa y
las exequias, un homenaje muy sentido y emotivo, realmente fue una mani-
festación de afecto muy importante por parte de ellos, de toda la gente que lo
rodeaba, y eso no pasa todos los días, que la gente quiera llevarlo y despe-
dirse de uno en su entorno laboral.
Era una persona muy querida, y como te digo fue muy doloroso, y las demos-
traciones de afecto de todos sus compañeros y todo su entorno laboral fueron
muy fuertes, digamos que en medio de lo doloroso que resultó ser y que sigue
siendo, ese fue un gesto muy importante y muy reconfortante en medio de
la tragedia, y la gente lo recuerda todavía con mucho aprecio, sinceramente
era un hombre brillante, fue un padre maravilloso, mi conexión con él fue tan
profunda, que yo también soy abogada, yo estaba comenzando mi carrera
cuando sucedió esa tragedia, me alcanzó a ver dando ese paso, subiendo ese
escalón de ingresar a la universidad. Yo estaba en primer semestre cuándo
ocurrió esto, básicamente ese era mi padre, una persona muy recordada en
la familia, también fue un pilar dentro de nosotros porque tengo una tía que
tiene tres hijos, y el papá de mis primos murió cuando ellos eran pequeños, y
mi papá era como el “papá” para ellos, era la fuente de consejos, de soporte
emocional, realmente, donde estaba mi papá, era eso, el pilar.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Por mi parte admiro mucho a las personas que han tomado una posición
más de confrontación desde diferentes ámbitos, admiro mucho lo que hace
Gonzalo porque yo he tratado de participar con él en este ejercicio, pero dos
razones me lo han impedido: una, tiempo personal, de familia y la otra es
emocional, la verdad no tengo esa fortaleza para estar pensando todos los
días, pues realmente pienso en mi papá todos los días, pero en el sentido de la
tragedia, no mucho, porque yo creo que lo he llevado también como sea po-
sible, con la fortaleza y el ánimo que mi papá me inculcó. Entonces, este tipo
de actos no son fáciles para mí, tener que sentarse a pensar en esto, recordar
aquello y demás, es bastante duro, el impacto del narcotráfico en este país
simplemente todo lo que ha tocado, no digo que lo dañaron, porque es que
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Importancia del informe. Por supuesto que tiene un valor, el cual creo
que después de tanto tiempo y de acuerdo con todo lo que hemos hablado,
es la mejor forma y la más real de establecer a una víctima. Yo como vícti-
ma de un conflicto, considero que sabiendo que lo más preciado que hemos
perdido no se puede reparar, si es que hay alguna forma de repararlo, y hay
dos cosas que se han manejado en todos los procesos de paz recientes, y es
la verdad, el conocer la verdad ¿qué fue lo que sucedió? ¿cuáles fueron los
hechos y los intereses que habían para que termináramos perdiendo a nues-
tros familiares?, y un hecho muy importante que yo veo más difícil, pero que
puede ser un escalón para construir, es la no repetición, por lo menos que la
sociedad sea consciente de que esto ha sido nefasto, de que no podemos se-
guir transitando por el mismo camino, que debemos replantear los intereses y
los principios que nos impulsan, y que esto tiene que cambiar, es por eso que
tenemos que escarbar y encontrar la realidad de todo lo que pasó, hacer un
análisis sobre ello, sacar de ahí una reflexión de la cual tenemos que construir
una sociedad mejor.
Lo que buscamos es que quede muy claro que el narcotráfico, como lo hemos
hablado a lo largo de toda esta charla, ha sido el elemento que ha contribuido o
que ha influido directamente en los males de esta sociedad actual en Colombia,
la visión degradada de la sociedad, la corrupción tan profunda que tenemos, la
búsqueda del dinero fácil en la cual caen muchas personas, y hay una o más
generaciones de jóvenes perdidos por todos estos hechos, dedicados al delito
en varias manifestaciones, todas provenientes del narcotráfico, el conflicto ar-
mado que en algún momento, no lo sé con seguridad, puede que sea para un
análisis más profundo, hayan relaciones y unas raíces sociales más profundas,
terminó degradando una rama más de ese negocio nefasto que se llama nar-
cotráfico. El conflicto paramilitar, que algunos pueden defender, yo no, que se
trató siempre de defenderse de alguna forma ante la ausencia del Estado, sim-
plemente terminó en otra manifestación del negocio del narcotráfico, la defensa
fue básicamente los intereses del narcotráfico, las instituciones más queridas
han sido permeadas por la justicia, los militares, claramente no todos, pero se
ha logrado penetrar en todos las instituciones y escalas. Entonces vale la pena
mirarlo, y me gustaría mucho que la gente de la calle, el ciudadano de a pie con
camiseta de Pablo Escobar, el vecino que piensa que el narcotráfico o la econo-
mía funcionó por este tipo de manifestaciones, que algún día casi como política
pública, hubiese una formación, que yo se la puedo dar a mis hijos, pero que a
nivel general influya fuertemente en la mentalidad y que la gente entienda que
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
esto no tiene ningún lado positivo, es una vergüenza, que el estigma que carga-
mos internacionalmente duele, pero no es gratis, como sociedad lo tenemos y
hay razones para tenerlos, y si nosotros no nos apartamos de eso de manera
vehemente, pues vamos a seguir cargándolo.
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Testimonios
AOC: Yo quiero agregar que este impacto, cuando pasó el atentado, cuando
pasó toda esta situación tan lamentable para toda nuestra familia, quedamos
solos, realmente solos, en el aspecto en que, nunca hubo un apoyo por parte
del Estado, una preocupación por parte de ellos, nunca, hasta el día de hoy,
puedo decir, que nunca hemos recibido una llamada, un gesto para con no-
sotros como colombianos que perdimos nuestros seres queridos en algo que
no tenía nada que ver con nosotros. No estábamos en ninguna pelea con na-
die, éramos personas inocentes y seguimos siendo personas inocentes, que
nos robaron nuestra vida, nos la arrebataron, así de sencillo, nos anularon
todo por un momento de la vida que fue bastante fuerte.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
trabajo tan grande que ha hecho, porque gracias a él, en primer lugar, logró
unirnos a todas las familias, encontrarnos en cada reunión que es dolorosa,
porque recordamos todos estos momentos tan horribles que hemos vivido
como familias, que vivimos en su momento, pero a la vez nos han hecho
más fuertes como grupo, y hemos sentido que por lo menos ya agremiados
y bajo el liderazgo de Gonzalo, esperamos que nos escuchen, por lo menos
que nos escuchen, y eso se lo reconocemos a Gonzalo Rojas, él ha sido un
héroe en nuestras familias, de nuestras 107 víctimas, él ha luchado solo, y
gracias a todo eso, de verdad que hemos tenido por lo menos la oportunidad
de ser escuchados. Cada 27 de noviembre hacemos un evento conmemora-
tivo, donde logramos, a través de Gonzalo, llamar a medios de comunicación,
golpear las puertas y decirles: “hombre aquí hay 107 familias que estamos
vivas y que sufrimos una pérdida muy grande”, y nos han acompañado, en-
tonces por lo menos no hemos dejado que estos treinta años hayan pasado
sin pena ni gloria, por lo menos cada año nos recuerdan tristemente, pero nos
recuerdan y cada año nos escuchan.
La acción colectiva no ha servido para que nos tengan en cuenta, tal vez en
algún momento la dependencia de víctimas que en esa época era dirigida por
una señora Paula, de la cual no recuerdo el apellido, puede que en esa época
haya hecho algunos reconocimientos a algunas familias, un reconocimiento
económico, pero irrisorio porque lo que te digo, aún hay familias luchando para
que les paguen cinco o tres millones por la muerte de su familiar, entonces son
cifras que de verdad son irrisorias, pero realmente nadie nos ha escuchado.
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Testimonios
AOC: Yo estoy completamente de acuerdo con lo que dice mi madre, las ba-
rreras son todas, porque es una lucha de nosotros como Fundación contra la
justicia, […] hemos solicitado y pedido ayuda, pero nadie nos escucha, nadie
nos da una razón o respuesta a este hecho tan grande, nadie le hace un
seguimiento ni existe una preocupación por parte del Estado por descubrir la
verdad y saber qué fue lo que pasó y no sabemos si hay muchas personas
involucradas importantes o no, qué tipo de personas están, porque son tan-
tas conspiraciones y teorías. Pero realmente, así como se han hablado, no
sabemos la verdad, entonces sería decir algo que todavía no es cierto. Pero sí
queremos lograrlo y no nos vamos a quedar quietos, vamos a seguir luchan-
do, acompañando a Gonzalo, a todas las personas y a todos los familiares,
porque necesitamos saber la verdad, necesitamos saber por qué mataron a
107 personas inocentes en un avión. Es importante que Colombia y el mundo
sepan por qué atraparon a 107 inocentes en el aire y los mataron.
Nosotros lo único que pedimos es saber ¿quién fue?, ¿por qué pasó?, ¿si era
que querían matar a una persona y a esa persona le avisaron y no se mu-
rió?, ¿si se bajó del avión o se subió en un vuelo privado?, ¿por qué dejaron
a 107 personas, 107 seres humanos para matarlos en el aire?, ¿por qué no
reaccionaron?, ¿por qué todos los protocolos de seguridad fueron evadidos?
y ¿por qué cada vez que nosotros investigamos sobre algún protocolo de se-
guridad cambian absolutamente todas las versiones? Entonces primero que
fue “Popeye”, luego que fue otro personaje, y son cantidades de nombres que
circulan en esta investigación, pero al día de hoy estamos igual, en cero.
AOC: Claro, para nosotros es muy importante que nos aclaren, y con este tra-
bajo esperamos que se logre, que nos oigan, que nos digan: –oigan familias,
por primera vez les vamos a poner cuidado, por primera vez en esta comisión
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
de la verdad, nos vamos a preocupar por esclarecer qué fue lo que sucedió
con sus familiares, qué pasó con estos criminales, por qué los estamos es-
condiendo. Al menos saber eso, de verdad que nosotras eso es lo que espe-
ramos, y estamos muy tranquilas de que se haya llegado a este punto con
ustedes, donde podamos contarlo a la gente al pueblo colombiano, vuelvo
y repito, al mundo, hacerles ver que en este país no nos escuchan, por favor
ayúdennos a esclarecer por qué mataron a todos nuestros familiares.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
desplazados por la violencia política, que tuvieron que migrar hacia la ciudad
donde tuvieron que empezar una nueva vida habitando uno de los barrios peri-
féricos del sur de la ciudad de Bogotá, ubicado a poca distancia del lugar donde
cayeron los restos del avión con su hijo destrozado por el infame atentado.
¿Quién era? Mira, nosotros somos una familia antioqueña, padre, ma-
dre y todos los hijos nacimos en Medellín, estudiamos en Medellín, posterior-
mente, cuando ya todos habíamos terminado de estudiar, nuestros padres
se vinieron a vivir a Bogotá, y Martha Lía, que era la hermana menor, cinco
mujeres y un hombre, el mayor, se vinieron a vivir a Bogotá.
Martha Lía vivió con mis papás hasta el momento de su muerte y en ese en-
tonces tenía treinta y seis años.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Entonces sí, pero no. Fue una cosa muy impresionante, pero pasó, y pasó rápi-
do. Bueno, judicialmente no pasó nada y que aún hoy seguimos especulando
con quien fue, y por qué fue, y si iba o no iba contra César Gaviria, no pasó nada.
¿Qué reacción hay por la tonelada de gente que están matando?, ¿qué reacción
hay contra las violaciones que hemos visto en estos tres días de niñas indígenas?,
no pasa nada. Somos muy indolentes, muy pasivos, muy pacatos, muy dóciles,
muy poca cosa diría yo en cuanto a las masacres de esa época, las masacres de
los paramilitares eso era un chiste, que la gente la cortaran con motosierra.
Barreras para acceder a la verdad. Alguna vez, por algún motivo, por
pura casualidad, yo me enteré de la Fundación de Colombia con Memoria,
y traté de vincularme, y lo logré, empecé a asistir, a querer participar, a pesar
de que sentía que ya había un grupo que llevaba muchos más años adelante
trabajando y que no… es mi impresión, no permitían en un ciento por cien-
to, o así lo percibí yo, nunca sentí que era bien recibida a pesar de que, por
ejemplo, en la última reunión a la que asistí en el Centro de Memoria, Paz y
Reconciliación del Distrito, ahí hubo una asamblea, e incluso yo quedé ahí
como suplente en la junta directiva, a partir de ese momento se rompió la
comunicación y en ese mismo momento yo recuerdo que estaba pensando
en una reparación moral, en que pensáramos en algún tipo de monumento o
contra monumento, como dice Doris Salcedo, para perpetuar la memoria de
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este atentado y de estas víctimas, pero yo nunca sentí que fui bien acogida,
a pesar de eso, de que incluso… algo pasa ahí con esa Fundación. Y yo de-
sistí de la vinculación porque le bregué y le bregué, como cuando uno… ¡Ay
lléveme, lléveme!, pero es una percepción, nunca fue una cosa desagradable
ni explícita, sino que fue una percepción mía, pero claro que yo pienso en
este momento, lo sigo pensando, que si debería haber una reparación en ese
sentido porque sigue siendo un hito, en este país de violencia, sigue siendo un
hito de violencia y de horror, esa gente que iba en ese verraco avión no tenía
nada que ver, con nada, ni nada que ver entre sí, ni nada de nada. Entonces
sí debería haber una cosa de ese estilo, yo pienso que sí, pienso que también
tiene que ser una cosa como con mucho contenido.
No me importa la realización material del hecho, sino qué era lo que había detrás
y qué era lo que pretendían, porque es perfectamente posible que fueran los ex-
traditables para matar a César Gaviria, pero es muy posible que hubiera mucha
otra cosa detrás que desconocemos, y que desconocemos de toda la historia de
nuestro país desde siempre. Porque a ver, ¿quiénes han pagado de esa larguísima
historia del terrorismo vinculado con el narcotráfico, con el paramilitarismo?, enton-
ces, si el informe ayuda a que no haya impunidad, eso por supuesto significa que
probablemente la repetición de esos hechos no va a ser tan obvia, ni tan fácil.
Entonces para mí, si sabemos la verdad y los que la gestaron, sería maravi-
lloso. Que nos cuenten alguna historia completa y verdadera, por fin, no sa-
bes la ilusión que yo tengo con estas tres entidades que mencionas, ahí está
parado el cambio de este país.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Primero fue mi hermano Guillermo León, que ella se lo había llevado hace
cuarenta años, y a mi hermano Carlos también se lo llevó y ambos se nacio-
nalizaron en Estados Unidos. Pero en el año de 1987 mi mamá viajó como re-
sidente. Estuvo un año allá y en el ochenta y nueve, el 26 de noviembre, viajó
de New Jersey a Bogotá y el lunes madrugó para Cali, la residencia siempre
fue en Cali. Estaba casada en ese momento y tenía tres hijos.
Para la sociedad fue un golpe muy fuerte, pues algo tan terrorífico como volar
un avión con 107 pasajeros tiene que ser muy macabro, la sociedad todavía
lo recuerda y nunca se va a olvidar.
En el caso del avión fueron 107 víctimas, pero miles de víctimas les toca con de-
mandas. Como familia hicimos una demanda, pero el Estado respondió que él
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Testimonios
Con el tiempo ha habido muchos hechos y se han aclarado muchas cosas. Por
ejemplo, la omisión, o que algunos funcionarios fueron cómplices de la forma
como se introdujo la bomba en el avión, y eso es responsabilidad del Estado.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
que represente el hecho. Pero él vive en Estados Unidos y eso hace que no
haya tenido eco. Un monumento que recuerde que ahí murieron 107 perso-
nas por unos sádicos.
Con la ley de víctimas fuimos reconocidos como tal, pero han reparado a muy
pocos, y a los demás nos tienen pidiendo documentos, certificaciones y nun-
ca nos han reparado. Eso de no repetición está en duda porque cada vez se
ve que la violencia se repite, el Estado está muy cuestionado. Y desde enton-
ces ha habido muchas víctimas más y no ha pasado nada.
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Testimonios
Mi papá tenía que viajar a la ciudad de Cali para mostrar unos informes y
documentos que hacían parte obviamente del tema del proyecto, y entregar
toda la ejecución del proyecto; tal y como se había planeado. Recuerdo un
domingo, 26 de noviembre de 1989, yo tenía ocho años, estábamos en la
cámara de oficiales, en ese momento con mi papá pasamos un día familiar,
supremamente agradable, estuvimos todo el día unidos como familia,
desayunamos juntos, almorzamos juntos, compartimos bastante ese día, y
es el mayor recuerdo y de los más valiosos que tengo de la memoria de mi
padre, que es un hombre muy familiar, y con el que compartíamos de manera
sana y de una manera supremamente agradable. Ya al día siguiente a mi
papá lo pasa a buscar un compañero para llevarlo al aeropuerto, porque tenía
que viajar a Cali a entregar los documentos, como ya te mencioné. Pasan por
él a eso de las seis de la mañana, lo dejan en el aeropuerto, toma su avión, mi
madre y yo en la cámara de oficiales, cuando de pronto el oficial de guardia
se acerca a la habitación donde nos encontrábamos nosotros dos, toca la
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
vimos tres meses, y fue un proceso duro también, porque a pesar de que
teníamos todo el apoyo de ellos, nosotros estábamos acostumbrados a tener
independencia, y el hecho de que mi mamá tenga que volver a la casa y pedir
alojamiento, porque realmente no teníamos dónde vivir en ese momento, tam-
bién fue un tema supremamente duro. Y, sumado a eso, tienes que acoplarte y
acogerte a la misericordia de un hogar, con unas reglas ya establecidas, pero
nosotros nos sentíamos extraños porque mi mamá desde que se había casa-
do con mi papá, ellos vivieron independientes y ya llevábamos cinco o seis
años de estar viviendo en Cali. Entonces, la transición para nosotros, que fue
acoplarnos, fue muy complicado, sumado a la carga emocional de la pérdida,
tener que ajustarnos a un nuevo hogar, sentirnos devastados, sin un rumbo
fijo. Era lo que realmente más angustiada [la tenía], porque mi mamá no sabía
cómo acomodarse, ella era ama de casa, y en esa época los oficiales se dedi-
caban a trabajar y las mujeres se dedicaban a su hogar. Entonces imagínate,
mi mamá después tener que cumplir el rol de papá y mamá al mismo tiempo,
y con la responsabilidad de tener que criarme, de tener que alimentarme, de
tener que educarme, de tener que responder financieramente por el hogar y se-
guir inculcando buenos valores y buenos principios. Para mí ella es la heroína
de toda esta situación, porque ella desbocó todo su ser para mí crianza.
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Testimonios
Ahí también comienza nuestra nueva vida. Confieso que tuve una adolescencia
difícil, en el sentido de que el hecho de ser hijo único y no tener un papá, viendo
que mi mamá era la persona que me consentía, entonces yo me sentía el favo-
rito siempre, el dueño de la casa, y a mi mamá le tocó amarrarse los pantalones
durísimo, porque yo fui medio rebelde, y ella a componerme, a enderezarme.
Ahí fue cuando empezó a utilizar mano fuerte, a enseñarme lo que era la dis-
ciplina de un adolescente rebelde; […] es otro de los temas que admiro de mi
mamá, porque la vivencia de ella, haber estado compartiendo con mi papá,
pues, equilibraba las cargas y después de este atentado le quitó a ella la posibi-
lidad de poder equilibrar todas las cargas, puesto que él ya no estaba, entonces
a ella le tocaba completamente sola. Y bueno, posterior a todo esto, terminé el
colegio, ingresé a la universidad, y creo que los dos siendo hijos de militares te-
nemos una pasión y un amor por las fuerzas militares, entonces imagínate que
yo de niño sufría sobrepeso, y yo siempre quise ingresar a la Armada.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Creo que una de las cosas más duras, y sobre todo con los medios de co-
municación de este país, es que cuando a mí me preguntaban ¿qué pensaba
de Pablo Escobar?, para mí es una de las preguntas más difíciles, porque
tú también sabes que una decisión de este personaje fue la que ocasionó la
muerte de tantas personas inocentes, y dentro de mí hago una gran reflexión,
y es la falta de Dios en los corazones y en los hogares de las personas. Es que
muchas veces nosotros nos preguntamos ¿por qué pasan ese tipo de cosas
malas en la vida de uno?, ¿por qué hay tanta dificultad, tantas desgracias en
la vida de las personas?, y yo estoy convencido que es la falta de Dios en los
corazones de todas estas personas, porque lo digo, porque cuando uno abre
su puerta para tratar de ser mejor persona, y cuando él entre en tu vida, real-
mente uno comienza a ver todos los cambios positivos, todos los problemas co-
mienzan a verse de manera diferente, a darle solución. Es que todos tenemos
problemas en distintos niveles de dificultad, pero esos problemas se comienzan
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Testimonios
a convertir en soluciones, en saber cómo subimos ese peldaño qué nos ayuda
a construir una mejor vida. Tenemos problemas económicos, familiares, labo-
rales con proveedores y clientes, pero uno puede comenzar a sortear todo ese
tipo de dificultades para que de una manera noble, amorosa y con humildad,
se pueda realmente ver que arriba hay una persona que te va a pedir cuentas,
y cuando tú sabes que te van a pedir cuentas, tienes que portarte bien, porque
es que para rendir esas cuentas no te las piden ningún ser querido aquí en la
tierra, te la pide directamente Dios quien te está mirando. Entonces es cuando
uno tiene que sentar cabeza, porque cuando llegue el ajuste de cuentas, ahí es
donde se ve perfectamente cómo me estoy desenvolviendo.
Pertinencia de las medidas de reparación. Nosotros hemos estado en
un país con ausencia de Estado, y a mí me duele decirlo, porque yo quiero y
amo mi país con mi corazón, pero esto ya se vuelve un tema continuo, con la
ausencia del mismo Estado y la ausencia del Estado para con las personas,
a nosotros nos pasó. Este atentado en un avión, que fue un acto internacional,
y aun así permitimos que los bandidos ingresaran a un aeropuerto y pasara
lo que pasó, pero este mismo hecho se ha visto en Bojayá, en los Montes de
María y en muchas otras poblaciones de este país, donde las personas han
estado completamente abandonadas y les ha tocado desplazarse a las ciuda-
des para buscar sobrevivir, porque están totalmente desamparados en el lugar
donde están. En mi caso, si me siento o nos sentimos reparados, mi respuesta
es obviamente no, y lo que más dolor me da es que aparte de que no fuimos
reparados, es que este tipo de hechos sigan sucediendo. No nos sirve como
escarmiento, es que realmente, esto no puede seguir sucediendo, nosotros he-
mos evidenciado en poblaciones cercanas a las principales capitales del país,
a grupos al margen de la ley que son retirados de las guerrillas, y estos forman
sus grupos para empezar a delinquir, y comienza uno a escuchar el tema, pero
no tenemos la fortaleza para pararlo enseguida, sino que, por el contrario, deja-
mos que aumente y ahí es cuando tenemos grandes problemas. Todo este re-
zago de autodefensas que vivimos como, por ejemplo, el Clan del Golfo, cuando
vimos las Bacrim, son el resultado de la división de los grandes grupos al mar-
gen de la ley, que donde tuviéramos un plan consciente para lograr identificar a
cada uno de estos criminales y atraparlos… Mi apreciación personal es que eso
pasa porque esas mismas personas no sabían hacer otra cosa, no sabían, no
tenían otra oportunidad. Entonces una persona al haber delinquido toda la vida,
ella intenta reincorporarse a la vida civil, y saber que no tiene la forma de llevar
el alimento para sobrevivir prefiere seguir delinquiendo. Otro ejemplo, el cam-
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
pesino que vive de la yuca, pero con la yuca no puede darle un mejor estudio a
su familia, ni puede alimentar y le dicen que si siembra coca le puede ir mejor,
pues este personaje se pasa a sembrar coca. No es lo bueno ni es lo que quere-
mos, pero es la realidad de este país, por la misma ausencia del Estado. Yo creo
que es fácil señalar y difícil ponerse en los zapatos de nuestro presidente para
trabajar, pero sí toca, nosotros como seres humanos ponernos y hacer las ta-
reas bien, no hacer las cosas malas, no diciendo mentiras, no dando sobornos,
no siendo corrupto, hacer las cosas correctas es más difícil, pero al final es lo
que debe ser. Yo creo que todos tenemos en nuestra conciencia de nuestro co-
razón un cambio de pensamiento. Y sí, hacer lo correcto es más difícil, es cierto,
pero lo que me va a llevar a tener una mejor vida, eso realmente debe calar en
nuestros hijos, para poder construir un mejor país.
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Testimonios
que todas estas personas hayan crecido con temas de corrupción o de más
hechos que han sucedido en el país, obviamente afecta de manera esencial.
El desarrollo de nosotros como personas, y nosotros como sociedad, hechos
que seguramente marcaron mi vida. Tengo el recuerdo de adolescente, el he-
cho de que me gusta una niña y que seguramente era de esos temas que se
debían compartir con mi papá, y mi mamá tal vez no era la persona indicada
con quien yo quería compartirlo, era con mi papá, el hecho de la primera vez
que uno se afeita, ese tipo de vivencias hubieran sido espectaculares vivirlas
con mi papá. Recuerdo que él era un hombre de números, entonces cuando
yo tomé la decisión de independizarme y poner la empresa a funcionar, yo
creo que el consejo de mi papá hubiese sido esencial y fundamental en el de-
sarrollo de todo esto. Entonces yo creo que esa pérdida es irreparable y hace
que nosotros lo recordemos con amor, pero también con mucha nostalgia,
con mucha tristeza. El solo hecho del nombre de la Fundación Colombia con
Memoria, porque desafortunadamente vivimos en un país sin memoria, y se
nos olvida todos estos hechos que han pasado.
El avión de Avianca fue un hecho, 107 personas, pero también está el atenta-
do del DAS, también estuvo la masacre de Bojayá, los secuestros en los mon-
tes de María, y en tantos sitios de nuestra población colombiana. El Gobierno
le abrió las puertas al narcotráfico, le abrió la puerta a la guerrilla, le abrió la
puerta a las autodefensas, y por eso murieron muchas personas inocentes y
lo seguimos viendo. El tema es que es irreparable, no nos tuvieron en cuenta
y eso da tristeza y da dolor, hay que seguir en la lucha, pero realmente, sí es
bastante frustrante que el país en el que nosotros vivimos no tenga memoria
y se olvide de tantas víctimas que han sufrido el flagelo de este país por no
tener, tal vez, los pantalones para acabar de una buena vez todas estas difi-
cultades que hemos tenido con el narcoterrorismo.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Existen temores que siempre llegan y pasados que uno debe mantener guar-
dados. A mi papá lo entregaron en un cofre cerrado, donde nosotros obvia-
mente, por todo el tema de investigación, no se podía abrir, porque nosotros
hubiéramos querido cremar a mi papá, y hoy es un miedo que de pronto, mi
mamá me lo trasladó, porque ella me dice: –cuando yo muera, quiero que
me cremes a mí y a tu papá, esa va a ser tu responsabilidad y lo tienes que
hacer–. Pero el gran miedo que tengo yo, es que cuando yo vaya a abrir ese
ataúd, uno no sabe qué se va a encontrar, uno no sabe qué hay ahí realmen-
te, porque es que las acciones realmente fueron desastrosas. Físicamente,
quedó en condiciones horribles, entonces, uno le deja todo a Dios, pero sí hay
un sin sabor en el corazón de que lo físico y lo material, y la tumba a la que
hemos ido nosotros todos los años a velar a mi padre, da miedo que esté va-
cía. Sí nos dijeron: –ahí hay algo, ahí está enterrado, sí lo vimos–, pero nada
te lo asegura, porque las condiciones fueron muy difíciles.
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Testimonios
Ahí mismo él me dijo: –Gloria, lo que necesites, puedes irte, deja a una per-
sona encargada, a otra profesora encargada de los cursos que tú tienes en la
mañana, y ve a realizar lo que tengas que hacer. Y así fue, me vine para don-
de mi hermana Martha, ahí al lado de donde vivía mi hermana Consuelo, que
estaba embarazada también. […] Fue un impacto bastante fuerte, y nos tocó,
como se dice, enfrentar esta situación bastante dura. Y mi esposo Franklin,
él fue el que se dirigió con mis hermanas a la población de Soacha a mirar
[…] toda la situación del accidente, esa fue la parte dura. Yo no fui porque yo
me considero muy débil y cobarde para estos actos y lamentablemente mis
hermanas fueron las que estuvieron allí, mi hermana Consuelo, mi hermana
Piedad y mi hermana Martha. Mi hermana Consuelo, a pesar de que estaba
embarazada, ella estuvo con mi esposo, y ya llegaron otros familiares y allí
fue donde estuvieron prácticamente todo el día, hasta que les entregaron un
talego negro con los restos de mi hermano, y pues vieron todo ese paisaje tan
terrible de todos los muertos y todos los escombros que había allí.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Ese mismo día, y pues obviamente yo estando aquí en Bogotá, estaba ha-
ciendo todas las diligencias para la funeraria, para el sepelio, para todo. Aun-
que ya todo el mundo sabía por medio de las noticias, por el periódico, por
la radio, por todos los medios de comunicación, mis otros familiares ya se
habían enterado. Fue una situación totalmente triste, muy dolorosa porque
pues era un muchacho muy joven, tenía su novia, tenía 30 años, él era uno
de los menores de nosotros, se dedicó simplemente siempre a trabajar, a es-
tudiar, a prepararse. Mi esposo le había conseguido ese puesto en el DANE,
precisamente porque mi esposo trabajó en el DANE y él le había ayudado
allá cuando se presentó a la convocatoria para estos puestos. Él lo presentó,
le hizo llevar su hoja de vida, pasó sus exámenes, sus entrevistas y allí estaba
trabajando. Fuera de eso, también él trabajaba por la noche en un sitio que
se llamaba Grabación de Datos, él trabajaba mucho porque somos una fa-
milia bastante numerosa y la mayoría eran solteros. Nosotros en total somos
diez hermanos, pero ya ahorita somos siete nada más. En esa época éramos
nueve, porque ya se había muerto el mayor. Pero él ayudaba mucho a mi
mamá y a mi papá para sostener, por ejemplo, con lo del arriendo, con lo de
los alimentos, con los de los uniformes de los pequeños, él era una persona
muy especial para nosotros.
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Testimonios
después de tantos años, pero el impacto fue bastante duro. Nosotros con mi
esposo lo llevamos para mi casa y allí el terminó sus estudios, lo pusimos
en la parte de tratamiento psicológico, y ya él después prácticamente me
dijo con esas palabras: –yo soy un varón, yo tengo que enfrentar esta situa-
ción y me voy a meter a estudiar en la universidad, ya me siento como más
fuerte. Y fue cuando empezó su carrera de ingeniero, siguió la misma línea
de mi hermano. Yo en ese momento tenía 39 años y tenía tres hijos, enton-
ces fue un impacto súper grave porque yo pensaba: –no, Dios mío, con mis
hijos tan pequeños y toda la cuestión. No, eso fue para todos, mejor dicho.
Mi hermana Consuelo que fue la que tuvo el bebé también le tocó asistir a
terapia después del parto. Mi hermana Martha fue más fuerte en ese mo-
mento, pero ahorita después de tantos años, te cuento que está sufriendo
los problemas, las consecuencias de toda esta situación de nuestra familia.
Lamentablemente, pues a través de todos estos años y con todo lo que nos
ha sucedido a nosotros con nuestra familia y especialmente con mi herma-
no Rafael, ha sido muy triste, porque toda mi familia por ejemplo vive fuera
de Colombia, a raíz de lo que pasó con mis padres y con mis hermanos. No-
sotros teníamos un hermano que vive en Estados Unidos desde hace más
de 45, 48 años, y él nos pidió a todos, a todos. Salieron las visas, salió todo,
pero yo he sido la única con mi esposo aquí, pues los dos estamos aquí
solitos, porque mis hijos también se fueron para allá, y todos ellos viven allá
en Estados Unidos.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
A mí me parece muy triste que esto se haya enfocado a nivel político y a nivel
de las fuerzas de la guerrilla, que hayan hecho este acto tan atroz, esto es un
acto homicida y que no pensaron en las familias precisamente, de todas y cada
una de las personas que iban allí en aquel avión, porque si tú ves, fueron más
de 100, 107 personas. Pero si se pone uno a sumar el enorme grupo compuesto
por cada familia, son muchísimas, más de 100, que nos dieron un gran daño a
la sociedad colombiana increíble, fue un impacto totalmente emocional y nos
destruyeron totalmente, nuestras mentes, nuestros corazones, porque ustedes
saben cómo ama uno a sus seres queridos. Y a las personas que iban en el
avión, así no hubieran sido nada de nosotros, pero eso es terrible que comentan
esos actos tan desastrosos en este país, y que a pesar de que ya pasaron tan-
tos años, cada año que se conmemora un año más de muerto, sinceramente
es como si hubiese sido ayer, terrible.
Tenaz, le da a uno más tristeza todavía que en pleno siglo XXI, todavía no nos
hayamos adelantado ni a nivel político, ni social, ni cultural, ni de civilización,
porque los indígenas eran más dignos que los políticos y las personas corrup-
tas que tenemos hoy en día al frente de nosotros.
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Testimonios
Entonces da tristeza que dentro de la misma Fundación haya habido una de las
personas, que fue el hijo de uno de los que murió, nos engatusó, nos engañó y
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
nos quitó la plata para poder dizque demandar, y lamentablemente no había que
darle ni un peso, y así lo hizo con más de veinticinco víctimas. Y yo tengo la lista
completica con nombres, apellidos y cédulas, y cuánto le dieron a este señor.
¿Quién era? Rafael Mesa Barbosa era una persona muy responsable,
muy de su casa, amaba mucho a mi mamá, y ella lo admiraba tremenda-
mente. Yo también lo admiro mucho, pues hizo grandes cosas con nosotros,
eran tiempos diferentes. Pero igual, sacó una familia adelante, mi recuerdo de
papá era alguien muy responsable.
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Testimonios
Papá fue muy empírico, a pesar de que no recuerdo su título o de donde era,
si terminó o no la universidad, si era una persona que, a pesar de eso, tenía su
respeto como tal, era un profesional en todo sentido de la palabra. Por ejemplo,
él ensambló la máquina que hizo papas Margarita, cuando trajo por primera
vez las rapipapas, también ensambló la máquina que hacía maíz pira de sa-
bores que vendían en los cines, trabajó en el Ecuador un buen tiempo, inclusive
mi infancia fue en Quito. Viajaba mucho, iba a los Estados Unidos, España,
Alemania, era una persona muy conocedora de su profesión, hablaba inglés.
De los tantos trabajos que he pasado, ahora estoy en una empresa de reci-
claje de tecnología, empecé hace poco, a pesar de la pandemia he tenido la
buena fortuna que Dios me ha bendecido con trabajo, y prácticamente yo he
hecho de todo un poco.
En aquella época nos faltó mucho apoyo por parte del Gobierno, quizás hu-
biese ayudado la asistencia médica y psicológica de alguien, […] no hubo
nada y todo se desbarató. Yo dejé de estudiar, perdí dos años consecutivos
octavo, me dediqué a trabajar desde los 16 años, en lo único que podía traba-
jar, encontré una empresa recreativa y dejé de estudiar, posteriormente, me
gradué de bachillerato en el año 2008 en un Colegio Distrital Nocturno con
honores, fui el mejor ICFES del colegio.
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Una mirada del atentado al avión de Avianca
Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
La vida que hemos tenido nosotros, entre el colectivo de víctimas del avión,
no muchos la han tenido. Porque mi papá era el eje de todo, mamá quedó
desamparada, mis hermanos no supieron qué hacer y la familia por parte de
mi papá, en vez de ser muy unida se fue alejando. En la actualidad, yo tengo
dos niñas, viven conmigo, soy papá soltero, esa es mi familia, ellas dos y mi
mamá, a pesar de que mis hermanos existen, muy poco me hablo con ellos,
por eso siento que ese atentado me quitó mi familia.
La vida sigue pase lo que pase, estamos bien, muy bien, aunque yo no pude
seguir estudiando, no tuve la oportunidad de mis otros dos hermanos, ellos sí
pudieron hacerlo, los dos mayores estaban casi terminando, cuando pasó lo
de papá, pero el resto de nosotros no pudimos estudiar, no pudimos hacer un
montón de cosas que queríamos hacer. Entonces, decir que estamos bien se-
ría una mentira, a pesar de que ya van 30 años hay cosas que uno extraña, y
si tuviera el apoyo de mi padre, si estuviese aquí estaría todo mejor. Mi mamá
se quedó solita, no sabes cómo me duele esa situación, en la actualidad ella
tiene 71 años y está sola, vive conmigo, pero no era el ideal de mi mamá, pasó
por muchas cosas malas, enfermó muchas veces y aguantó mucho, mucho,
pero la vida sigue, ¿qué podemos hacer?
Uno con los años empieza a investigar. Yo creo que las personas o niños de los
que quedaron huérfanos, con el tiempo hicieron todo lo posible por saber lo que
había pasado, algunas personas como Gonzalo y Federico han emprendido
acciones políticas y jurídicas para que este hecho no pase desapercibido.
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Testimonios
Esas acciones han permitido que el caso no se archive y que en el proceso fue-
ra declarado como un crimen de Lesa Humanidad, eso me pareció maravilloso.
Lo que sí hemos tenido son cartas de abogados, mi madre escogió un abogado,
era muy mayor y murió, por eso no continuó el proceso como tal, posteriormen-
te fuimos al Palacio de Justicia a revisar los archivos pero no encontramos mu-
cho, no encontramos el de mi papá por ejemplo, pero sí encontramos uno que
otro, y en los pocos que encontramos, había un fallo que decía: “Que estaban
en un estado de guerra, por ende, el Gobierno no podía resarcir las pretensiones
de las víctimas de ese avión”, pues nada, con el tiempo hemos sabido que han
salido algunas cosas a la luz pública, por ejemplo, que Pablo Escobar les pagó
a los jueces para que quemaran los archivos que lo relacionaban, me imagino
que pasó así porque de 107 personas, digamos que solamente sean 60 de Bo-
gotá, encontramos solamente diez o doce demandas, vuelvo y te digo, la vida
sigue… nunca nos quedamos quietos, pero nunca pasó nada.
Desde en mi punto vista, he destacado a las personas que han logrado sa-
car una novela o serie, que tenga que ver con el narcotráfico y tenga que
ver con el señor Pablo Escobar, a algunas personas les parece maravilloso,
pero, se les olvidan las bombas que hubo, la cantidad de muertos, las víc-
timas que esos hechos dejaron y esas historias te tocan, cuando tienes a
una persona cercana, así las cosas cambian, la memoria ser vuelve basura.
Además, cuando me preguntan por la historia de mi papá y yo narro los
hechos dolorosos, la gente enseguida pregunta ¿y cuánto le dieron?
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Las barreras que yo he visto: en primer lugar, podría señalar que no nos han dado
el apoyo necesario, el apoyo psicológico y acompañamiento de oportunidades,
yo no estoy pidiendo que me den mil mil millones de pesos ni nada de eso, sim-
plemente digo que el Estado tuvo la culpa de no proveer, de no haber vigilado
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Testimonios
más, para que no hubiera entrado la bomba a un avión, dicen que el señor César
Gaviria iba a ir en ese avión, pero tampoco avisó que no iba a ir en ese avión.
Por eso creo que el Estado tiene la obligación de resarcir a los familiares de
las víctimas, pues era obligación del Estado hacerlo, sobre todo en esa época
de tanta violencia y tanto terrorismo que hubo. No hemos tenido ese acom-
pañamiento, ni nada de esas cosas.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Para el país, no solo este hecho, sino todo lo ocurrido en aquella época fue
muy difícil y es una cicatriz que creo no se borrará nunca. Pero este hecho
en especial, y a raíz de tantas investigaciones que ha hecho Gonzalo Rojas,
enterarnos después de tantos años de la participación de actores del Estado,
como era funcionarios del DAS; confirmar que él, en ese entonces, candidato
a la presidencia César Gaviria iba a viajar en ese avión y que contra él era el
atentado, y que no viajó porque alguien le avisó, y esa información no llegó de
ninguna manera ni a Avianca ni a nuestros seres queridos, hace que se sienta
más indignación y dolor. Nos preguntamos entonces, ¿se pudo haber evitado
ese atentado? ¿Qué sentido tenía matar tanta gente inocente que nada tenía
que ver con el conflicto que se vivía en el país? ¿Se justificaba dejar tantas
viudas (os), huérfanos, padres madres sin sus hijos? Fuimos 113 familias que
perdimos seres queridos y ¿para qué?
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Testimonios
¿Quién era? Ramiro Ortiz nació en Bogotá el 3 de mayo de 1964, era in-
geniero de sistemas y trabajaba en la Previsora de Seguros como Jefe Nacional
de Redes. Es día viajaba a Cali porque se presentó un problema en los equipos
relacionados con la programación y planificación del SOAT, y era quien estaba
en su planificación y en la implementación, y por eso se presentó dicho viaje.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
¿Quién era? Ricardo León Ávila, casado con Olga Cecilia Forero Bece-
rra y padre de Adriana y Andrés, amaba la música, coleccionaba música, y la
lectura. Un hombre responsable, serio, trabajador y muy humano. Un padre
amoroso, excelente hijo, hermano, esposo y abuelo.
Los últimos recuerdos. Nos despedimos con un hasta luego, una des-
pedida para volver a ver a su familia el mismo día.
Lunes 27 de noviembre de 1989. Él viajaba por negocios. Tenía que dar
una conferencia en el trabajo. Ese día mi hijo de quince años fue quien me dio
la noticia.
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Testimonios
año 89, el mayor tenía diecisiete y el otro catorce, ambos estudiando. Él era
un motor para toda la familia, inclusive para la familia de su mamá, de sus
hermanas, sus tíos, él era el motor, la vida de toda la familia de él, por ese
aspecto, giraba a su alrededor, y pues también en la mía, nosotros duramos
catorce años casados, nos separamos, más nunca nos divorciamos, y se-
guimos siendo muy amigos, por los hijos, él iba todas las noches a la casa
a visitar sus hijos y realmente fue un excelente padre y un buen esposo; por
circunstancias de la vida pues el matrimonio se acabó, pero seguíamos real-
mente, inclusive yo sabía que ese día él iba a coger ese avión para Cali, y
que regresaba por la noche, todo. Él regresaba ese mismo día porque iba por
negocios, quería montar en Cali una oficina del mismo negocio que tenía acá
en Bogotá, y estaba en eso, estaba en todas esas vueltas de local, de quien lo
manejara en Cali, entonces él viajaba era por eso, por supuesto él se iba en el
primer vuelo y se regresaba en el último.
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Testimonios
soy muy escéptica de que se llegue a saber algún día, porque la verdad es que
sí está como muy obstruida esa verdad.
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Narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano
Referencias
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Referencias
• Entrevista a Olga Behar, autora del libro “El caso Klein: El origen del
paramilitarismo en Colombia”. Entrevista realizada por Gonzalo Enrique
Rojas Peña, grabada en formato de video y audio, y transcrita. Publica-
da en el canal de YouTube de la Fundación Colombia con Memoria en:
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