El Angel y El Librito

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EL ANGEL Y EL LIBRITO

INTRODUCCION: El estudio de este glorioso libro del apocalipsis ha estado despertando y desafiándonos
como cristianos a llevar el glorioso mensaje de salvación y compartirlo con todas las personas, y tomar en
serio la gran comisión, Hemos visto hasta el CAPITULO 9 que termina con la sexta trompeta, nos falta
aun la séptima, pero antes de que esto ocurra, Dios hace un segundo paréntesis () en el curso de los
juicios, el primer paréntesis fue en el sexto sello, y el propósito de este paréntesis, es Dios mostrando
Gracia en medio de tanto caos y catástrofes a nivel mundial, es Dios dando un respiro a una humanidad
abrumada por los juicios que descienden del cielo, por eso en este dia entraremos a estudiar este
interludio entre la sexta y séptima trompeta.

 En los capítulos anteriores hemos visto los de juicios de Dios que vendrán sobre este mundo
cuando el Cordero abra los sellos del libro y los ángeles toquen sus trompetas. Cada uno de estos
juicios aumentará de dureza en relación con el anterior, dejando al final del toque de la sexta
trompeta un escenario sobrecogedor sobre la tierra: el medio ambiente habrá sido destruido en
una tercera parte, el hombre habrá sufrido cruelmente bajo terribles poderes demoniacos y más de
la mitad de la población mundial será muerta. Pero a pesar de todo eso, los hombres no querrán
arrepentirse, sino que se entregarán con más pasión a sus pecados. El mundo estará en ruinas, y
el caos, la crueldad, los crímenes y la perversión moral se extenderá por todas partes sin control.
La violencia y la injusticia camparán a sus anchas. Podríamos decir que el mundo estará listo para
que Dios complete sus juicios y establezca en este mundo el reino glorioso de su Cristo.

Y esto debería llegar previsiblemente con el toque de la séptima trompeta, pero esto no va a ocurrir
inmediatamente. Al igual que pasó antes de que se abriera el séptimo sello, aquí también encontramos
que se interrumpe el curso de los acontecimientos para mostrarnos dos visiones intermedias que retrasan
el toque de la última trompeta, que no tendrá lugar hasta que lleguemos a (Ap 11:15).

Por lo tanto, este interludio sirve para presentar el toque de la séptima trompeta como particularmente
importante, además de mostrarnos ciertos preparativos necesarios antes de la consumación final del plan
de Dios. Así que, se nos mantiene en suspenso, intrigados mientras esperamos el clímax de este ciclo de
trompetas.

Pero como en ocasiones anteriores, esta demora de Dios en completar sus juicios proporcionará a los
hombres una de sus últimas oportunidades para arrepentirse. De hecho, tanto en el capítulo 10 como en
el 11 veremos que Juan tiene que profetizar a "muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes" (Ap
10:11), y que en esos últimos días también aparecerán dos testigos de Dios que profetizarán con total
inmunidad durante mil doscientos sesenta días (Ap 11:3).

UN LIBRITO ABIERTO

El capítulo 10 es un paréntesis o pausa explicadora. Estos “paréntesis” se dan varias veces a lo largo de
Apocalipsis, cuyo objetivo es dar información relevante  a lo que está sucediendo venir (aunque no
necesariamente en orden cronológico). El capítulo 10 es una explicación que debemos saber antes
que suene la séptima trompeta.

LO QUE JUAN VIO EN ESE MOMENTO FUE LO SIGUIENTE:


(Apoc. 10:1) Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su
cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

LA DESCRIPCIÓN ES MUY SIMILAR A LA DE JESÚS AL PRINCIPIO DE APOCALIPSIS, Y A LO LARGO DE LA


BIBLIA:

 “En una nube” (Apoc. 1:7; Sal. 97:1-2; Dan. 7:13);


 “rostro como el sol” (Apoc. 1:16);
 “pies como fuego” (Apoc. 1:15);
 “rodeado de un arco iris” (Apoc. 4:2-3; Eze. 1:28).

Esto nos lleva a preguntarnos ¿Quién es este Ángel? bueno, hay comentaristas que lo identifican con
Jesucristo, pero al traducir la palabra griega “otro” se refiere a otro de la misma clase, es decir, un ser
creado. No es uno de los siete ángeles responsable por hacer sonar las trompetas (8:2), sino uno de los
de más alto rango en el cielo, lleno de esplendor, grandeza y fuerza.
Pero hay una clave que nos revela que este ángel poderoso no era Jesús: el Señor está sentado en el
trono rodeado de un arco iris, mientras que el ángel tiene el arco iris sobre su cabeza (Apoc. 10:1).
Este “ángel fuerte” no es Jesús, pero está muy cerca de Él y por eso refleja Su Gloria. Es probable que
éste sea uno de los siete ángeles que están parados delante del trono de Dios. Su descripción concuerda
con la descripción del Trono de Dios (Eze. 1:26-28; Dan. 10:4-14).

La Biblia dice que quien contempla al Señor, se vuelve como Él…y esto nos pasará a nosotros cuando le
veamos y le conozcamos en persona.
(1 Juan 3:2) Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

En Apocalipsis ya había aparecido otro “ángel fuerte” en un momento crucial, el cual estaba cerca del
trono de Dios:
(Apoc. 5:2-3) Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar
sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.

Tal vez el ángel fuerte del cap. 10 es el mismo que se menciona en el cap. 5. O tal vez es uno similar,
pues en el Cielo hay un ejército de ángeles, aunque no todos están cerca del trono.

UN LIBRITO

También el ángel fuerte del cap. 10 aparece en relación con un libro:


(Apoc. 10:2) Tenía en su mano  un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el
izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete
truenos emitieron sus voces.

Sin lugar a dudas, este ángel era imponente. Es tan alto, que puede poner un pie sobre la tierra y otro
sobre el mar. Su voz era tan fuerte como el rugido de un león.  Cuando habló, siete truenos le
respondieron.
Estando en esta posición, el ángel fuerte "clamó a gran voz, como ruge un león". La potencia de su
voz estaba en consonancia con su enorme tamaño. Pero no sólo eso, el que rugiera como un león nos
transmite EL PODER, MAJESTAD Y AUTORIDAD DE SU MENSAJE.

Inmediatamente, "cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces"


 El número "siete" nos habla nuevamente de plenitud, de algo finalizado.
 Y los "truenos que emitieron sus voces" nos sugieren dos cosas.
1. Por un lado, podemos interpretarlo como la aprobación divina a la misión que este ángel
fuerte estaba llevando a cabo, tal como ocurrió con el mismo Señor Jesucristo durante su
ministerio terrenal (Jn 12:28-33).
2. Pero también podemos asociar estos truenos con el juicio de Dios, tal como aparece en otras
partes de la Escritura (Sal 18:14) (Sal 29:3-11) (Jer 25:30-31).

En su conjunto, toda la escena; con el gigantesco ángel descrito como un ser majestuoso, su posición
de pleno dominio y autoridad, su potente rugido de león, y las voces de los siete truenos, todos estos
detalles, tienen el propósito de transmitirnos una fuerte impresión de terror ante el mensaje de Dios
que está a punto de entregar. Por lo tanto, nadie tendrá escusa, porque sus advertencias son
anunciadas de una forma potente y clara, y nadie debería ignorarlas (Am 3:8).

¿QUÉ DIJERON ÉSTOS?


(Apoc. 10:4) Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una
voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.

Estos siete truenos "emitieron sus voces", lo que implica que pronunciaron palabras con significado y
que Juan las entendió. Sin embargo, rápidamente se le dio una orden: "Sella las cosas que los siete
truenos han dicho, y no las escribas".
Nosotros no conocemos la naturaleza de estos juicios porque Dios no ha querido revelárnosla, por lo
tanto, es inútil especular sobre lo que dijeron. Tampoco se nos explica la razón por que a Juan se le
prohibió escribir el mensaje de los siete truenos. Esto nos recuerda que hay verdades acerca del futuro
que Dios ha decido no revelar y que nosotros debemos aceptar que sea así:
"Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para
nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley."(Dt 29:29) 
En Apocalipsis se nos dan muchas revelaciones de los últimos tiempos, pero no todo.  Hay aún muchos
secretos que serán revelados cuando el tiempo llegue…
El Señor dará visiones, sueños y profecías de lo que vendrá (Joel 2:28-32). Una razón por la que Él no lo
revela todo de antemano es para que lo busquemos a Él para dirección y revelación.

Aunque no sepamos lo que los truenos dijeron, Juan sí nos comparte lo que el ángel habló:

(Apoc. 10:5-7) Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, y juró por
el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas
que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que en los días
de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se
consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.

 Aunque las cosas que los siete truenos habían dicho fueron selladas y no nos han sido reveladas,
ahora nos encontramos con un solemne juramento del ángel que nos comunica un mensaje de
gran importancia.
Para empezar, notemos el gesto del ángel al hacer el juramento: "Levantó su mano al cielo, y juró".
1. Este era el ademán común en la antigüedad para acompañar un juramento (Gn 14:22),
2. Dios mismo lo hacía así (Dt 32:40),
3. y también nos recuerda la postura del ángel mencionado por Daniel mientras hacía otro
juramento (Dn 12:7).

Luego vemos también que el juramento adquiere extrema solemnidad debido a la prolongada descripción
que en él se hace de Dios: "Juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las
cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en
él". Notemos que Dios es descrito como el creador del cielo, la tierra y el mar, exactamente los tres
elementos que él ángel fuerte estaba tocando con sus pies y su mano.

1. Por otro lado, hacer un juramento así implicaba que lo que se estaba a punto de decir era
de suma importancia, y que además se invocaba a Dios como garante de que lo que se
iba a decir era verdad.

Y llegamos por fin al contenido de su juramento: "Que el tiempo no sería más, sino que en los días
de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará,
como él lo anunció a sus siervos los profetas".

La frase: “el tiempo no sería más”, en la Biblia de las Américas se traduce: “Ya no habrá más dilación”.
Dilacion signifca: Retraso en un proceso o actividad. (Demora, tardanza o detención de algo por algún tiempo.)
El ángel está anunciando “la hora cero”. El tiempo de la Redención final está a punto de llegar, el
momento tan esperado desde el principio de la creación. El Plan perfecto de Dios va a ser revelado y
ejecutado con la séptima trompeta (y veremos pronto lo que eso implica, Apoc. 8-11).

Esto significa que los juicios de Dios sobre esta humanidad que él ya había anunciado previamente por
medio de sus profetas, se iban a cumplir sin más dilación desde el momento en que el séptimo ángel
comenzara a tocar su trompeta.

ESTA SERÁ LA ÚLTIMA SEÑAL DE AVISO antes de que Dios ponga fin al estado caótico en que este
mundo se encuentra.

1. En ese momento Dios derramará su ira sobre todos aquellos que no quisieron creer en el evangelio
de la gracia sino que vivieron en rebeldía contra él.
2. También se dará respuesta al clamor de los mártires cuyas almas reposaban bajo el altar y
preguntaban insistentemente: "¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y
vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?" (Ap 6:9-10).
3. Entonces tendrá lugar también el juicio de todo tipo de maldad cometida en este mundo y que por
el momento no ha sido castigada. Y por fin prevalecerá la justicia, porque el mismo Señor
Jesucristo volverá a este mundo a gobernarlo. Entonces el nombre y el carácter de Dios será
vindicado plenamente.

En esto consiste "el misterio de Dios que él anunció a sus siervos los profetas", y que el apóstol
Pablo resumió de esta manera:
 "Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí
mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las
que están en los cielos, como las que están en la tierra." (Ef 1:9-10)
En la consumación del plan de Dios que él había anunciado por sus profetas, su Cristo vendrá a castigar a
todos los malvados y a establecer su glorioso reino. Puede parecernos que son profecías muy antiguas,
pero Dios no ha olvidado ninguna de ellas.
JUAN DEBE COMER EL LIBRITO
  "La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano
del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y
él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. Entonces
tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube
comido, amargó mi vientre. Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos,
naciones, lenguas y reyes." (Ap 10:8-11)

Este librito iba a tener una gran importancia en el ministerio inmediato del apóstol. En obediencia a la voz
celestial, Juan fue "al ángel, diciéndole que le diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo"

El librito estaba abierto, pero a Juan no se ordenó que lo leyera, sino que se lo comiera. En otras
ocasiones la Palabra de Dios se presenta como el alimento para el alma, y es seguro que el ángel deseaba
que Juan se nutriera de ella. Pero aquí la idea tiene que ver mayormente con el hecho de que ese librito
contenía un mensaje que Juan tendría que transmitir a otros, y para hacerlo correctamente, primero
tendría que "comerlo", haciéndolo así completamente suyo, introduciéndolo en lo más íntimo de su ser.
Y dicho sea de paso, asimilar de ese modo el mensaje de la Palabra es un requisito imprescindible para
todo predicador. La Palabra debe afectar primero a la propia persona antes de comunicárselo a otros. En
este sentido es interesante considerar también el caso del profeta Ezequiel  (Ez 3:3-4).

El ángel le advirtió antes de que Juan lo comiera de que el contenido de ese librito tendría un doble efecto
sobre él: "Te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel".

EL SABOR AMARGO seguramente tenía que ver con el hecho de que el mensaje que contenía el librito
estaba relacionado con los juicios inminentes que se cernían sobre los impíos a causa de su rebeldía y
desobediencia. Pero al mismo tiempo le resultaría dulce, puesto que también trataba del amor de Dios
manifestado por su Hijo Jesucristo cuando murió en la cruz por los pecadores, y porque anuncia la
inminente victoria y el establecimiento definitivo del reino de Cristo en este mundo.
TAMBIÉN SERÍA DULCE para Juan porque el hecho de ser partícipe de los pensamientos e intenciones
divinas, y ser designado para ser un portavoz de su Palabra en este mundo, es el más alto honor que el
hombre puede tener, pero le resultaría amargo porque también tendría que experimentar en su propia
persona que muchos hombres desprecian y persiguen a los mensajeros de Dios.
 El profeta Jeremías tuvo una experiencia similar a la de Juan, y dice que después de haber comido
sus palabras, se sentó solo, porque Dios le llenó de indignación (Jer 15:16-17).
 Él también sufría la oposición de los hombres de su tiempo a quien fue encargado de llevar el
mensaje de Dios  (Jer 11:21)  (Jer 15:10)  (Jer 20:7-10).
Cada creyente siente esta mezcla de sensaciones dentro de su propio ser. Por un lado anhela la venida de
Cristo en gloria para la destrucción de Satanás y el establecimiento de su glorioso reino en la tierra, pero
se entristece pensando en el juicio y la condenación eterna de los que no han querido creer en él.

COMO CONSECUENCIA DE TODO ESTO:


1. el predicador de la Palabra de Dios proclamará fielmente los juicios contra la maldad humana
contenidos en ella, pero no lo hará con alegría.
2. Tampoco serán como los hombres vanos que sólo se acercan a la Palabra con el fin de satisfacer su
curiosidad acerca del futuro de este mundo.
3. Ni como muchos expositores bíblicos que sólo parecen interesados en poner en orden todos los
acontecimientos futuros para que cuadren con su sistema teológico.

No, el verdadero profeta de Dios sufre amargamente viendo las cosas terribles y espantosas que muchos
hombres van a sufrir cuando se desaten los juicios de Dios sobre este mundo. Es importante subrayar
esto porque muchos creyentes se sienten prácticamente insensibles cuando leen estos textos de
Apocalipsis creyendo que los últimos tiempos no tienen nada que ver con ellos, que como forman parte de
la iglesia, serán arrebatados antes de estos días. Pero una actitud así no refleja el corazón de Dios, ni
tampoco tiene en cuenta que "ya está en acción el misterio de la iniquidad" (2 Ts 2:7).

Cada creyente debe seguir el ejemplo de Juan y proclamar el mensaje de Dios, aunque nos resulte
amargo a nosotros y a los que nos escuchen. Porque es un hecho que a ellos tampoco les va a gustar. El
mundo está esperando oír cosas agradables, predicadores que les anuncien paz y prosperidad, pero como
estamos viendo, el mensaje de Dios contiene muchas advertencias serias y amargas.

Una vez que lo hubo hecho, el ángel le dijo: "Es necesario que profetices otra vez sobre muchos
pueblos, naciones, lenguas y reyes". Habiendo digerido la Palabra de Dios, debía profetizar
nuevamente a todas las naciones. SI HAS RECIBIDO ESTA PALABRA, TU DEBER ES ENTREGARLA

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