Akathistos Pps

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HIMNO

AKÁTHISTOS
2
Canto de entrada

Entran en procesión los acólitos con el turibulo, cruz alta y ciriales, el sacerdote que preside que
preside la liturgia, revestido con capa pluvial.

El sacerdote llega al altar y lo inciensa, después se dirige a la imagen de la Virgen y la inciensa.


Terminando va hacia la Sede y se dirige a la comunidad.

Sacerdote: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Sacerdote: Bendito el reino del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y por siempre,
por los siglos de los siglos.

Todos: Amén.
VENI CREATOR

Veni, Creátor Spíritus,


mentes tuórum vísita, Hostem repéllas lóngius
imple supérna grátia, pacémque dones prótinus;
quæ tu creásti péctora. ductóre sic te prævio
vitémus omne nóxium.
Qui díceris Paráclitus,
altíssimi donum Dei, Per te sciámus da Patrem
fons vivus, ignis, cáritas, noscámus atque Fílium,
et spiritális únctio. teque utriúsque Spíritum
credámus omni témpore.
Tu septifórmis múnere,
dígitus patérnæ déxteræ,
tu rite promíssum Patris, Deo Patri sit glória,
sermóne ditans gúttura. et Fílio, qui a mórtuis
surréxit, ac Paráclito,
Accénde lumen sénsibus, in sæculórum sǽcula.
infúnde amórem córdibus, Amen.
infírma nostri córporis virtúte firmans
pérpeti.

Sacerdote: Rey celeste, Espíritu Consolador, Espíritu de Verdad, que estás presente en
todas partes y lo llenas todo, tesoro de todo bien y fuente de la vida, ven, habita en
nosotros, purifícanos y sálvanos, Tú que eres bueno y que viven y reina con él Padre y el
Hijo por los siglos de los siglos.

Todos: Amén.
3
Monitor: Nos podemos sentar.

El Akáthistos es un himno litúrgico de la antigua iglesia griega, una composición poética


estudiada orgánicamente para celebrar el misterio de la Madre de Dios.
El término Akáthistos quiere decir: no sentado, es decir, puesto de pie. Se trata, pues, de un
himno que, a diferencia de los demás de la liturgia bizantina, se debe cantar y escuchar por
completo estando de pie, como el evangelio, en señal externa de atención reverente. La
Iglesia de Oriente, unida todavía por aquellos tiempos a la de Occidente, quiso hacer suyo
este himno, considerándolo como expresión privilegiada de su propia doctrina y piedad
secular hacia la madre de Dios.

La vasta tradición manuscrita transmite el Akáthistos como anónimo; su composición debe


haberse efectuado entre la mitad del siglo V y a principios del siglo VI y desde el principio
tuvo revestimiento musical. Este himno nunca estuvo sepultado en las bibliotecas; lleva ya
quince siglos viviendo en el corazón de innumerables generaciones, que sacan de él alimento
y verdadera devoción a la Virgen. No cabe duda de que es el himno mariano más hermoso
de la antigüedad y de todos los tiempos, monumento literario de primerísima calidad, obra
maestra litúrgica de importancia eclesial.

El himno ha sido traducido a todas las lenguas del rito bizantino, tanto de la rama ortodoxa
como de la católica, antiguas y recientes. También se tradujo al latín por el año 800. Hoy es
cada vez más conocido y estimado en occidente; son muchas las traducciones a las lenguas
modernas, muchas las celebraciones comunitarias y eclesiales en que se utiliza
convenientemente. Merece una especial mención la solemne conmemoración del 1550
aniversario del concilio de Éfeso, que tuvo lugar por expreso deseo del papa san Juan Pablo
II en Santa María la Mayor el 7 de junio de 1981, con la presencia de muchos obispos
católicos de todo el mundo y representantes de las iglesias ortodoxas y de otras confesiones
cristianas; entonces fue cantado el himno entero por el coro y por la asamblea de fieles.

En su contenido, se trata de un himno que contempla los misterios de María, evocados cada
uno por una antífona y un eikos, es decir, una imagen o la contemplación de un misterio. Las
primeras doce estrofas son de carácter histórico, se fijan en el evangelio de la infancia; las
otras doce son de índole estrictamente teológica, comentan los temas marianos más
importantes.

La celebración de este día, toma la versión traducida al español por el Padre Jesús Castellano
Cervera y con la melodía compuesta por el Maestro italiano Don Luigi Lasagna, agregando
a la ceremonia la oración inicial, lecturas y preces.

Dispongamos el corazón para levantar himnos al Dios altísimo por las maravillas que ha
obrado por medio de la Virgen María.

4
Lector:

De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas: (Gál 4, 4-7)

Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una


mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin
de hacernos hijos suyos.

Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su
Hijo que clama “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino
hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios.

El Sacerdote se dirige frente al Altar lo inciensa junto al crucifijo, después se dirige a la imagen de
la Virgen y la inciensa. Al terminar el sacerdote regresa a la Sede.

Monitor: Nos ponemos de pie.

5
PARTE LITÚRGICA

1.
Lector:
Un arcángel excelso, fue enviado del cielo
a decir «Dios te salve» a María.
Contemplándote, oh Dios, hecho hombre
por virtud de su angélico anuncio,
extasiado quedó ante la Virgen,
y así le cantaba:

Coro:
Salve, por ti resplandece la dicha;
Salve, por ti se eclipsa la pena.
Salve, levantas a Adán, el caído;
Salve, rescatas el llanto de Eva.
Salve, oh cima encumbrada
a la mente del hombre;
Salve, abismo insondable
a los ojos del ángel.
Salve, tú eres de veras
el trono del Rey;
Salve, tú llevas en ti
al que todo sostiene.
Salve, lucero que el Sol nos anuncia;
Salve, regazo del Dios que se encarna.
Salve, por ti la creación se renueva;
Salve, por ti el Creador nace niño.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

2.
Lector:
Conociendo la Santa
que era a Dios consagrada,
al arcángel Gabriel le decía:
«Tu mensaje es arcano a mi oído
y difícil resulta a mi alma;
insinúas de Virgen el parto,
exclamando»:

Coro:
¡Aleluya!

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3.
Lector:
Deseaba la Virgen
comprender el misterio
y al heraldo divino pregunta:
«¿Podrá dar a la luz criatura
una Virgen? Responde, te ruego».
Reverente Gabriel contestaba,
y así le cantaba:

Coro:
Salve, tú guía al eterno consejo;
Salve, tú prenda de arcano misterio.
Salve, milagro primero de Cristo;
Salve, compendio de todos sus dogmas.
Salve, celeste escalera
que Dios ha bajado;
Salve, oh puente que llevas
los hombres al cielo.
Salve, de angélicos coros
solemne portento;
Salve, de turba infernal
lastimero flagelo.
Salve, inefable, la Luz alumbraste;
Salve, a ninguno dijiste el secreto.
Salve, del docto rebasas la ciencia;
Salve, del fiel iluminas la mente.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

4.
Lector:
La virtud de lo Alto
la cubrió con su sombra
e hizo Madre a la Esposa Inviolada.
Aquel seno por Dios fecundado
germinó como fértil arada
para todo el que busca la gracia
y aclama:

Coro:
¡Aleluya!

7
5.
Lector:
Con el Niño en su seno,
presurosa María,
a su prima Isabel visitaba.
El pequeño en el seno materno
exultó al oír el saludo,
y con saltos, cual cantos de gozo,
a la Madre aclamaba:

Coro:
Salve, oh tallo del verde Retoño;
Salve, oh rama del Fruto incorrupto.
Salve, al pío Arador tú cultivas;
Salve, tú plantas quien planta la vida.
Salve, oh campo fecundo
de gracias copiosas;
Salve, oh mesa repleta
de dones divinos.
Salve, un prado germinas
de toda delicia;
Salve, al alma preparas
asilo seguro.
Salve, incienso de grata plegaria;
Salve, ofrenda que el mundo concilia.
Salve, clemencia de Dios para el hombre;
Salve, del hombre con Dios confianza.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

6.
Lector:
Con la mente en tumulto,
inundado de dudas,
el prudente José se debate.
Te conoce cual Virgen intacta;
desposorios secretos sospecha.
Al saber que es acción del Espíritu,
exclama:

Coro:
¡Aleluya!

Monitor: Nos podemos sentar.

8
Lector:

Del libro del profeta Isaías: (Is 11, 1-4.10)

En aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su


raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría e
inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de
Dios.

No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al


desamparado. Y con equidad dará sentencia al pobre.

Herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al
impío.

Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos, la buscarán
los gentiles y será gloriosa su morada.

Palabra de Dios.

El Sacerdote se dirige frente al Altar lo inciensa junto al crucifijo, después se dirige a la imagen de
la Virgen y la inciensa. Al terminar el sacerdote regresa a la Sede.

Monitor: Nos ponemos de pie.

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7.
Lector:
Los pastores oyeron
los angélicos coros
que al Señor hecho hombre cantaban.
Para ver al Pastor van corriendo;
un Cordero inocente contemplan
que del pecho materno se nutre,
y a la Virgen le cantan:

Coro:
Salve, Nutriz del Pastor y Cordero;
Salve, aprisco de fieles rebaños.
Salve, barrera a las fieras hostiles;
Salve, ingreso que da al Paraíso.
Salve, por ti con la tierra
exultan los cielos;
Salve, por ti con los cielos
se alegra la tierra.
Salve, de Apóstoles boca
que nunca enmudece;
Salve, de Mártires fuerza
que nadie somete.
Salve, de fe inconcuso cimiento;
Salve, fulgente estandarte de gracia.
Salve, por ti es despojado el averno;
Salve, por ti revestimos la gloria.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

8.
Lector:
Observando la estrella
que hacia Dios los guiaba,
sus fulgores siguieron los magos.
Era antorcha segura en su ruta;
los condujo ante el Rey Poderoso.
Al llegar hasta el Inalcanzable,
le cantan:

Coro:
¡Aleluya!

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9.
Lector:
Contemplaron los magos
entre brazos maternos
al que al hombre plasmó con sus manos.
Comprendieron que era Él su Señor,
a pesar de su forma de esclavo;
presurosos le ofrecen sus dones
y a la Madre proclaman:

Coro:
Salve, oh Madre del Sol sin ocaso;
Salve, aurora del místico Día.
Salve, tu apagas hogueras de errores;
Salve, Dios Trino al creyente revelas.
Salve, derribas del trono
al tirano enemigo;
Salve, nos muestras a Cristo
el Señor y el Amigo.
Salve, nos has liberado
de bárbaros ritos;
Salve, nos has redimido
de acciones de barro.
Salve, destruyes el culto del fuego;
Salve, extingues las llamas del vicio.
Salve, camino a la santa templanza;
Salve, alegría de todas las gentes.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

10.
Lector:
Portadores y heraldos
de Dios eran los magos
de regreso, allá en Babilonia.
Se cumplía el oráculo antiguo
cuando a todos hablaban de Cristo,
sin pensar en el necio de Herodes
que no canta:

Coro:
¡Aleluya!

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11.
Lector:
El Egipto iluminas
con la luz verdadera
persiguiendo el error tenebroso.
A tu paso caían los dioses,
no pudiendo, Señor, soportarte;
y los hombres, salvados de engaño,
a la Virgen aclaman:

Coro:
Salve, levantas al género humano;
Salve, humillas a todo el infierno.
Salve, conculcas engaños y errores;
Salve, impugnas del ídolo el fraude.
Salve, oh mar que sumerge
al cruel enemigo;
Salve, oh roca do beben
sedientos de Vida.
Salve, columna de fuego
que guía en tinieblas;
Salve, amplísima nube
que cubres el mundo.
Salve, nos diste el Maná verdadero;
Salve, nos sirves Manjar de delicias.
Salve, oh tierra por Dios prometida;
Salve, en ti fluyen la miel y la leche.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

12.
Lector:
Simeón el anciano,
al final de sus días,
de este mundo dejaba la sombra.
Presentado le fuiste cual niño,
mas, al verte cual Dios poderoso,
admiró el arcano designio
y gritaba:

Coro:
¡Aleluya!

Monitor: Nos podemos sentar.

12
Lector:

Del libro del profeta Isaías: (Is 9, 1-2. 5-6)

El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en
tierra de sombras, una luz resplandeció.

Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se gozan en tu presencia


como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín.

Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus hombros
el signo del imperio y su nombre será:
“Consejero admirable”, “Dios poderoso”, “Padre sempiterno”, “Príncipe de la
paz”; para extender el principado con una paz sin límites sobre el trono de
David y sobre su reino; para establecerlo y consolidarlo con la justicia y el
derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor lo realizará.

Palabra de Dios.

El Sacerdote se dirige frente al Altar lo inciensa junto al crucifijo, después se dirige a la imagen de
la Virgen y la inciensa. Al terminar el sacerdote regresa a la Sede.

Monitor: Nos ponemos de pie.

13
PARTE DOGMÁTICA

13.
Lector:
Renovó el Excelso
de este mundo las leyes
cuando vino a habitar en la tierra.
Germinando en un seno incorrupto
lo conserva intacto cual era.
Asombrados por este prodigio
a la Santa cantamos:

Coro:
Salve, azucena de intacta belleza;
Salve, corona de noble firmeza.
Salve, la suerte futura revelas;
Salve, la angélica vida desvelas.
Salve, frutal exquisito
que nutre a los fieles;
Salve, ramaje frondoso
que a todos cobija.
Salve, llevaste en el seno
quien guía al errante;
Salve, al mundo entregaste
quien libra al esclavo.
Salve, plegaria ante el Juez verdadero;
Salve, perdón del que tuerce el sendero.
Salve, atavío que cubre al desnudo;
Salve, del hombre supremo deseo.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

14.
Lector:
Ante el Parto admirable,
alejados del mundo,
hacia el cielo elevamos la mente.
El Altísimo vino a la tierra
con la humilde semblanza de un pobre
y enaltece hasta cumbres de gloria
a quien canta:

Coro:
¡Aleluya!

14
15.
Lector:
Habitaba en la tierra
y llenaba los cielos
la Palabra de Dios infinita.
Su bajada amorosa hasta el hombre
no cambió su morada superna.
Era el parto divino de Virgen
que este canto escuchaba:

Coro:
Salve, mansión que contiene el Inmenso;
Salve, dintel del augusto Misterio.
Salve, de incrédulo equívoco anuncio;
Salve, del fiel inequívoco orgullo.
Salve, carroza del Santo
que portan querubes;
Salve, sitial del que adoran
sin fin serafines.
Salve, tú sola has unido
dos cosas opuestas;
Salve, tú sola a la vez
eres Virgen y Madre.
Salve, por ti fue borrada la culpa;
Salve, por ti Dios abrió el Paraíso.
Salve, tú llave del Reino de Cristo;
Salve, esperanza de bienes eternos.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

16.
Lector:
Todo el orden angélico
asombrado contempla
el misterio de Dios que se encarna.
Al Señor, al que nadie se acerca,
hecho hombre, accesible, admira
caminar por humanos senderos,
escuchando:

Coro:
¡Aleluya!

15
17.
Lector:
Oradores brillantes
como peces se callan
ante ti, Santa Madre del Verbo.
Cómo ha sido posible no entienden
ser tú Virgen después de ser Madre.
El prodigio admiramos tus fieles,
y con fe proclamamos:

Coro:
Salve, sagrario de arcana Sapiencia;
Salve, despensa de la Providencia.
Salve, por ti se confunden los sabios;
Salve, por ti el orador enmudece.
Salve, por ti se aturden
sutiles doctores;
Salve, por ti desfallecen
autores de mitos.
Salve, disuelves enredos
de agudos sofistas;
Salve, rellenas las redes
de los Pescadores.
Salve, levantas de honda ignorancia;
Salve, nos llenas de ciencia superna.
Salve, navío del que ama salvarse;
Salve, oh puerto en el mar de la vida.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

18.
Lector:
Por salvar todo el orbe,
el Divino Alfarero
hasta el mundo bajó, porque quiso.
Por ser Dios era Él Pastor nuestro;
se mostró por nosotros Cordero;
como igual sus iguales atrae;
cual Dios oye:

Coro:
¡Aleluya!

Monitor: Nos podemos sentar.

16
Lector:

Del libro del profeta Ezequiel: (Ez 36, 24-28)

Los sacaré de ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los países y
los llevaré a su tierra.

Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus
inmundicias e idolatrías.
Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de
ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne.

Les infundiré mi espíritu y los haré vivir según mis preceptos y guardar y
cumplir mis mandamientos. Habitarán en la tierra que di a sus padres; ustedes
serán mi pueblo y yo seré su Dios.

Palabra de Dios.

El Sacerdote se dirige frente al Altar lo inciensa junto al crucifijo, después se dirige a la


imagen de la Virgen y la inciensa. Al terminar el sacerdote regresa a la Sede.

Monitor: Nos ponemos de pie.

17
19.
Lector:
Virgen, Madre de Cristo,
baluarte de vírgenes
y de todo el que en ti se refugia
el divino Hacedor te dispuso,
al tomar de ti carne en tu seno;
y enseña a que todos cantemos
en tu honor, oh Inviolada:

Coro:
Salve, columna de sacra pureza;
Salve, umbral de la vida perfecta.
Salve, tú inicias la nueva progenie;
Salve, dispensas bondades divinas.
Salve, de nuevo engendraste
al nacido en deshonra;
Salve, talento infundiste
al hombre insensato.
Salve, anulaste a Satán
seductor de las almas;
Salve, nos diste al Señor
sembrador de los castos.
Salve, regazo de nupcias divinas;
Salve, unión de los fieles con Cristo.
Salve, de vírgenes Madre y Maestra;
Salve, al Esposo conduces las almas.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

20.
Lector:
Impotente es el canto
que alabar presumiera
de tu gracia el caudal infinito.
Como inmensa es la arena en la playa
pueden ser nuestros himnos, Rey Santo,
mas no igualan los dones que has dado
a quien canta:

Coro:
¡Aleluya!

18
21.

Lector:
Como antorcha luciente
del que yace en tinieblas
resplandece la Virgen María.
Ha encendido la Luz increada;
su fulgor ilumina las mentes
y conduce a la ciencia celeste
suscitando este canto:

Coro:
Salve,oh rayo del Sol verdadero;
Salve, destello de Luz sin ocaso.
Salve, fulgor que iluminas las mentes;
Salve, cual trueno enemigos aterras.
Salve, surgieron de ti
luminosos misterios;
Salve, brotaron en ti
caudalosos arroyos.
Salve, figura eres tú
de salubre piscina;
Salve, tú limpias las manchas
de nuestros pecados.
Salve, oh fuente que lavas las almas;
Salve, oh copa que vierte alegría.
Salve, fragancia del ungüento de Cristo;
Salve, oh Vida del sacro Banquete.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

22.
Lector:
Por querer perdonarnos
el pecado primero,
el que paga las deudas de todos,
de sus prófugos busca el asilo,
libremente del cielo exiliado.
Mas, rasgando el quirógrafo antiguo,
oye un canto:

Coro:
¡Aleluya!

19
23.
Lector:
Celebrando tu parto,
a una voz te alabamos
como templo viviente, Señora.
Ha querido encerrarse en tu seno
el que todo contiene en su mano,
el que santa y gloriosa te ha hecho,
el que enseña a cantarte:

Coro:
Salve, oh tienda del Verbo divino;
Salve, más grande que el gran Santuario.
Salve, oh Arca que Espíritu dora;
Salve, tesoro inexhausto de vida.
Salve, diadema preciosa
de reyes devotos;
Salve, orgullo glorioso
de sacros ministros.
Salve, firmísimo alcázar
de toda la Iglesia;
Salve, muralla invencible
de todo el Imperio.
Salve, por ti enarbolamos trofeos;
Salve, por ti sucumbió el adversario.
Salve, remedio eficaz de mi carne;
Salve, inmortal salvación de mi alma.
Salve, ¡Virgen y Esposa!

24.
Lector:
Digna de toda loa,
Madre santa del Verbo,
el más Santo entre todos los Santos.
Nuestra ofrenda recibe en el canto;
salva al mundo de todo peligro;
del castigo inminente libera
a quien canta:

Coro:
¡Aleluya!

Al terminar el himno todos permanecen de pie.

20
Sacerdote: Recemos en paz al Señor. A cada invocación responderemos diciendo:
Kyrie Eleison

- Por la paz, que descienda de lo alto y por nuestra salvación. Oremos al Señor.

- Por esta santa morada y por cuentos entran en ella con fe, piedad y amor de Dios.
Oremos al Señor.

- Por el Papa Francisco, por nuestro obispo Alonso, por todos los obispos,
presbíteros, diáconos y todo el pueblo santo de Dios. Oremos al Señor.

- Por los gobernantes y por los que trabajan por el bien y la seguridad común.
Oremos al Señor.

- Por nuestra ciudad y por todo el país y sus habitantes. Oremos al Señor.

- Por la sabiduría del aire, por la abundancia de los frutos de la tierra y para poder
gozar de días de paz. Oremos al Señor.

- Por los que viajan, los enfermos, los que sufren, los encarcelados y por su salvación.
Oremos al Señor.

- Para que nos veamos libres de toda aflicción, de la violencia, de los peligros, de la
angustia. Oremos al Señor.

- Socórrenos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos oh Dios con tu gracia.


Oremos al Señor.

Sacerdote: Recordando a la santísima y gloriosa, nuestra señora, la Madre de Dios y


siempre virgen María, con todos los santos encomendamos nosotros mismos unos a otros y
toda nuestra vida a Cristo Dios.

Porque a ti te corresponde toda gloria, honor y adoración, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Todos: Amén.

Sacerdote: Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda


sobre ustedes y permanezca para siempre.

Todos: Amén.

21
Sacerdote: En la alegría del Señor y de celebrar a nuestra Madre Santísima, nos podemos ir
en paz.

Todos: Demos gracias a Dios.

SALVE REGINA

Salve, Regina, Mater misericordiae,


Vita, dulcedo, et spes nostra, salve.
Ad te clamamus, exsules filii Hevae,
Ad te suspiramus, gementes et flentes
In hac lacrimarum valle.
Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos
Misericordes oculos ad nos converte;
Et Jesum, benedictum fructum ventris tui,
Nobis post hoc exilium ostende
O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

V.: Ora pro nobis sancta Dei Genetrix.


R.: Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

22

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