Discurso - Fiscal

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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO

ORATORIA FORENSE

CICLO

VII

DOCENTE TUTOR

Mgtr. JOSÉ JAIME MESTAS PONCE

ALUMNA

BANDA MONTENEGRO, YOVANA


LÓPEZ ALEJOS, MOISÉS MARTÍN
MEJÍA AGUILAR, JENIFFER
PASHANASI URIARTE, ANDRÉS
QUISPE ROJAS, GRACE ACKIRA

PUCALLPA – PERÚ

2020
INTRODUCCIÓN

Tras los últimos juicios mediáticos, son muchos los que en conversaciones se
preguntan: ¿qué es y qué función tiene un Fiscal? Un Fiscal, es un funcionario
público que defiende la Seguridad Pública. Lucha para investigar un delito y poder
calificarlo, pero también lucha para que se haga dentro de la legalidad máxima y
defendiendo los derechos y deberes de todas las partes (tanto defensa como
acusación).

¿Qué quiere decir esto? Que velará por el respeto de las garantías procesales de la
partes, tanto del imputado, como de la víctima y/o perjudicados por el delito. Así
pues, el Fiscal no se implica sólo en la búsqueda de los elementos de incriminación
del sospechoso

Sino que busca averiguar el hecho en toda su extensión.

Si de la investigación se desprenden motivos para inculpar, lo hará y calificará. Pero


si no, solicitará la absolución o el archivo de la causa. Además, el Fiscal, como parte
en el procedimiento, tiene la función de ejercitar la acción penal.

Un Fiscal debe actuar con conocimiento, con honestidad, objetividad, independencia,


transparencia y vocación de servicio a la justicia. Además, debe tener compromiso
con su propia institución.

El Fiscal ideal Es el que conoce de las leyes, la doctrina y la jurisprudencia y sabe


dirigir e intervenir en las diligencias fiscales y judiciales. Pero además, ofrece un
trato debido a los litigantes o personas sometidas a investigación. Asimismo, respeta
la jerarquía institucional, sabe actuar en equipo y se conduce sin infringir las normas
tanto dentro del ejercicio de la función como en su vida personal.
Antecedentes

Como antecedente más remoto del Ministerio Público se tiene al funcionario que
defendía la jurisdicción y los intereses de la Hacienda Real ante los Tribunales del
Consejo de Indias. Su función fue establecida en 1542 al instalarse la Real Audiencia
de Lima y después la del Cuzco.

La pertenencia de los miembros del Ministerio Público al aparato judicial se mantuvo


durante la Época Republicana. Desde la instalación de la Alta Cámara de Justicia
hasta la creación de la Corte Suprema en 1825, el Ministerio Público siempre estuvo
al lado de los jueces. Los reglamentos de Organización de los Tribunales no lo
mencionaban como un organismo.

En la evolución legislativa del Estado Peruano, la actividad del Ministerio Público no


fue regulada costitucionalmente de manera clara hasta la Constitución de 1979, según
un estudio realizado por el doctor Alejandro Espino Méndez.

Al llegar a la mitad de 1979, la historia del Ministerio Público cambió radicalmente.


La Constitución Política del Perú de 1979, aprobada por la Asamblea Constituyente
de 1978, le atribuyó personería propia, con independencia, autonomía, organización,
composición, funciones, atribuciones y prohibiciones; conforme a los artículos 250 y
251 del Capítulo XI.

Después la institución fue desarrollada en su Ley Orgánica, mediante el Decreto


Legislativo 052 del 19 de marzo de 1981, la cual sigue vigente aunque con las
modificaciones propias de la Constitución Política de 1993 y de las disposiciones
legales que dispusieron su reorganización desde el 18 de junio de 1996 hasta el 6 de
noviembre de 2000, día en que se promulgó la Ley N° 27367 que desactivó la
Comisión Ejecutiva del Ministerio Público.

La Constitución Política del Estado, vigente desde el 31 de diciembre de 1993, reguló


al Ministerio Público en sus artículos 158, 159 y 160; estableoiendo que esta
institución es el titular del ejercicio público de la acción penal, habiéndose derogado
los artículos pertinentes del Código de Procedimientos Penales de 1940.
El Nuevo Código Procesal Penal, vigente gradualmente desde 2006, mantiene este
principio, a la vez que establece tres etapas del proceso penal, salidas alternativas,
entre otras innovaciones.

El Rol Del Fiscal

“Los fiscales no deben ser de escritorio sino del campo y del pueblo”

Según la Constitución el Ministerio Público es un organismo autónomo que tiene


como función más importante la promoción de la acción penal en defensa de la
legalidad y de los intereses públicos tutelados por el derecho. Para la adecuada
realización de dicha función tiene autonomía funcional e imparcialidad suficientes
que le permitan solicitar la desinteresada aplicación del derecho objetivo. Esto
garantiza la no intervención de ningún poder Estatal en la persecución penal y que el
actuar del fiscal solo está sujeto a lo ordenado en la normatividad y en la
Constitución.

En los ámbitos propios de la función penal se ha puesto el mayor interés en la lucha


contra la corrupción, el crimen organizado y el lavado de activos, Ello debido a los
casos llamados emblemáticos, que son aquellos que siguen generando alarma social.
Hemos apoyado el trabajo de investigación fiscal en los casos denominados “La
centralita”, “Orellana” y de otros casos de corrupción en las distintas regiones del
país.

Afortunadamente, en la actualidad los Fiscales adscritos al NCPP tienen un rol más


activo en la investigación del delito, dependiendo, en gran parte, de sus capacidades
personales y profesionales, la adecuada reunión de los elementos de prueba que
acrediten la comisión de un delito; y por ende son portadores una mayor
responsabilidad funcional y/o social frente al correcto desenvolvimiento del proceso
penal. Cabe precisar que con este nuevo modelo procesal tanto el Ministerio Público
como el Poder Judicial cumplen con su respectivo papel en la administración de
justicia penal, pues mientras el primero investiga y persigue la punición de los
delitos, el segundo juzga y decide sobre la responsabilidad o inocencia de los
imputados, no generándose la duplicidad ni la sobrecarga de funciones en el Poder
Judicial, ni mayor gasto público para el Estado al mantener una Fiscalía casi inerte.

El fiscal deber ser consciente que participar en las diligencias preliminares le da


mayor convicción de lo que puede haber pasado y, por tanto, estará en mayores y
mejores posibilidades de determinar, primero, qué diligencias o actos de
investigación efectuar, luego, determinar cuándo concluir la investigación o cuándo
proponer una salida alternativa al caso, y lo que es más importante, puede determinar
en su oportunidad, si tiene realmente elementos de convicción que sustenten una
acusación o por el contrario, solicitar de inmediato el sobreseimiento del caso y
dedicar todo su esfuerzo y energías a casos que realmente considere, de acuerdo a su
criterio, que tendrán futuro de acusación. Sólo delegar la investigación a la Policía
Nacional o en el fiscal adjunto, ocasiona que aquella convicción llegue muy tarde, o
lo que es peor, que nunca llegue.

Nuevo perfil del Fiscal.

El MP asume la conducción de la investigación desde su inicio. Con la nueva


reforma procesal penal se le adjudica una importancia decisiva como órgano
encargado del ejercicio de la acción penal, con una incidencia relevante en la
coordinación de las labores de investigación con la Policía Nacional del Perú, con la
cual una vez más desde su creación, sigue compartiendo responsabilidades.

El fiscal de la reforma, protagonista principal en los sistemas acusatorios modernos,


es el profesional que debe utilizar un estilo de gestión que armonice con la política
integral del sistema de justicia, que estructure consistentemente una toma de
decisiones acertada, creativa e innovadora, que destierre el anticuado sistema de
administración basado en métodos folklóricos, burocráticos o de costumbre, sin
niveles óptimos de cientificidad, y que deje de lado la cultura del «aquí y ahora»
para dar paso a la cultura de la modernidad consistente en «vivir y pensar
estratégicamente en el futuro».
Así, cuando un fiscal toma una decisión desarrolla su propia filosofía acorde con su
forma de vida y su pasado histórico. Por eso el fiscal debe ser consciente de que ante
un conflicto de intereses no existe una única solución justa sino diversas soluciones
todas igualmente válidas.
  

CONCLUSIONES

En el nuevo proceso penal la función fiscal debe desenvolverse conforme a los


principios de autonomía, objetividad, imparcialidad, jerarquía y unidad, siendo
necesario asumir una actitud más flexible respecto del principio de legalidad, todo
esto con el fin de colaborar con una correcta y eficaz administración de justicia.

La nueva organización del Ministerio Público es sólo un paso más en la


implementación del NCPP, pues, adicionalmente, es necesario un cambio en la
manera de pensar de los Fiscales respecto de su participación en el modelo
acusatorio, adversarial y garantista.

El nuevo proceso penal exige que los representantes del Ministerio Público tomen
sus decisiones de manera corporativa, es decir que mediante una adecuada
coordinación interna y externa (interinstitucional) logren la unificación de criterios
sustantivos y procedimentales. El nuevo proceso penal exige que los Fiscales se
tracen metas y objetivos concretos tomando obligatoriamente como referencia la
misión y visión del Ministerio Público en nuestra sociedad.

El nuevo Fiscal Penal debe ser un funcionario capaz de liderar una eficaz y eficiente
investigación criminal mediante especiales cualidades profesionales (conocimientos
y experiencia) y personales (responsabilidad, sencillez, creatividad, proactividad,
honradez, etc.).

Es importante resaltar el trabajo que realizan diariamente los fiscales de todo el país
por el bien de la sociedad y a favor de la búsqueda incansable de la justicia.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Web:

https://www.aydesabogados.com/que-funcion-tiene-un-fiscal/

https://www.unir.net/derecho/revista/noticias/diferencias-entre-abogado-y-
fiscal/549204722378/

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