Tema - La Edad Dogmática de La Estética.
Tema - La Edad Dogmática de La Estética.
Tema - La Edad Dogmática de La Estética.
¿Por qué se lo
define desde el dogmatismo?
En el arte clásico griego, como en toda expresión artística, las formas se asocian a la
manera de entender el mundo y la vida. Este se trasladó a formas artísticas con los principios
de armonía, perfección y belleza. Justamente, uno de los rasgos que define esta época es la
exploración de un mayor conocimiento de la anatomía humana en su máxima expresión. A
través de esta búsqueda, se manifestaron cánones de belleza determinados que comprenden
proporciones ideales para la representación perfecta del ser humano dentro del imaginario del
arte griego.
Policleto fue un escultor del siglo V a.C., en pleno período clásico griego, quien se
dedicó a elaborar un tratado sobre la proporción debida entre las partes del cuerpo humano.
Aunque su tratado no nos ha llegado de manera directa, fue referido en la obra del físico
Galeno (siglo 1 d.C) y, además, es reconocible en su legado artístico. De acuerdo con
Policleto, el canon debe corresponderse con las siguientes medidas:
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4. de la rodilla al abdomen, otros seis palmos.
Praxíteles fue otro escultor griego de finales del período clásico (siglo IV a.C.) que se
abocó al estudio matemático de las proporciones del cuerpo humano. Definió el llamado
“canon de Praxíteles”, en el que introdujo algunas diferencias respecto al de Policleto. Para
Praxíteles, la altura total de la figura humana debe estar estructurada en ocho cabezas y no
siete, como planteaba Policleto, lo que da como resultado un cuerpo más estilizado. De esta
manera, Praxíteles se orientaba a la representación de un canon de belleza ideal en el arte,
más que a la representación exacta de las proporciones humanas.
Marco Vitruvio Polión vivió en el siglo I a.C. Fue un arquitecto, ingeniero y tratadista
que trabajaba al servicio del emperador Julio César. Durante ese tiempo, Vitruvio escribió un
tratado llamado Sobre la arquitectura, dividido en diez capítulos. El tercero de estos
capítulos abordaba las proporciones del cuerpo humano.
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en el cuerpo humano, del codo, del pie, del palmo, del dedo y demás partes, así se define la
Euritmia en las obras ya concluidas.”
Con esta justificación, Vitruvio define las relaciones proporcionales del cuerpo
humano. De todas las proporciones que aporta, podemos referir las siguientes: “El cuerpo
humano lo formó la naturaleza de tal manera que el rostro, desde la barbilla hasta la parte más
alta de la frente, donde están las raíces del pelo, mida una décima parte de su altura total. La
palma de la mano, desde la muñeca hasta el extremo del dedo medio, mide exactamente lo
mismo; la cabeza, desde la barbilla hasta su coronilla, mide una octava parte de todo el
cuerpo; una sexta parte mide desde el esternón hasta las raíces del pelo y desde la parte media
del pecho hasta la coronilla, una cuarta parte.Desde el mentón hasta la base de la nariz, mide
una tercera parte y desde las cejas hasta las raíces del pelo, la frente mide igualmente otra
tercera parte. Si nos referimos al pie, equivale a una sexta parte de la altura del cuerpo; el
codo, una cuarta parte, y el pecho equivale igualmente a una cuarta parte. Los restantes
miembros guardan también una proporción de simetría (…) El ombligo es el punto central
natural del cuerpo humano (...)”
En definitiva, el arte griego esboza una búsqueda por la belleza ideal a partir de la
simetría y las proporciones. Aquellas se resaltan en la figura masculina a partir del canon de
belleza atlético e imitando a una naturaleza idealizada. Por otro lado, aunque algo supeditada
a la figura masculina, la imagen de belleza femenina en la antigua Grecia esboza su propia
proporcionalidad particular a partir de una evolución entre los períodos clásico y helenístico:
De cuerpos robustos, gruesos y formas poco sensuales, a la exaltación de la figura femenina a
través de curvas, piernas firmes y bustos naturales remitentes a la idea de deidades femeninas.
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En el Hombre de Vitruvio leonardo da Vinci nos muestra una proporción de 8
cabezas en su tratado de las proporciones .La figura humana está enmarcada en un círculo y
un cuadrado. Esta representación corresponde a una descripción geométrica. Hemos de
recordar que en el Renacimiento, al menos entre la élite, circulaba la idea del
antropocentrismo, es decir, la idea de que el hombre era el centro del universo. En la
ilustración de Leonardo, el círculo que enmarca a la figura humana se traza a partir del
ombligo, y dentro de él se circunscribe toda la figura que toca sus bordes con manos y pies.
Así, el hombre se vuelve el centro a partir del cual se traza la proporción. El cuadrado, en
cambio, simbolizaba la estabilidad y el contacto con el orden terrestre. El cuadrado se traza,
así, contemplando la proporción equidistante de los pies a la cabeza (vertical) respecto de los
brazos plenamente extendidos (horizontal).
El Hombre de Vitruvio que Leonardo logró, por un lado, refleja la máxima belleza y
perfección, es decir la belleza divina. Para Leonardo, el hombre era el modelo del universo y
lo más importante era vincular lo que descubre en el interior del cuerpo humano con lo que
observaba en la naturaleza. Así pues, esta imagen por un lado representa el cuerpo en tensión
dinámica y por el otro, logró resolver la cuestión de la cuadratura del círculo, cuyo enunciado
se basaba en el siguiente problema: A partir de un círculo construir un cuadrado que tenga la
misma superficie, sólo con el empleo de un compás y una regla sin graduar. Probablemente,
la excelencia de la empresa leonardesca hallaría su justificación en el interés del pintor por la
anatomía humana y su aplicación en la pintura, a la que entendía como una ciencia. Para
Leonardo la pintura gozaba de un carácter científico porque implicaba la observación de la
naturaleza, el análisis geométrico y el análisis matemático. Por ello no es de extrañar la
hipótesis de varios investigadores, según la cual Leonardo habría desarrollado en esta
ilustración el número áureo o la divina proporción.
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4.- Compare características del canon en ambas producciones artísticas.
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La serenidad y seriedad del rostro delata las intenciones del escultor Mirón:
representar no un sentimiento, sino un ideal de belleza perfecta, que se expresa en la
simetría, la proporción y el equilibrio del cuerpo humano en su conjunto, tal como
corresponde a los valores plásticos del período clásico griego.La pieza revela el
interés principal de los artistas griegos: la imitación (observación) de la naturaleza por
un lado, y la admiración y estudio del cuerpo humano por el otro. En el arte griego
prima la construcción de una belleza ideal, un modelo de perfección, sobre el
principio de memoria histórica de un individuo en particular. Los griegos imitan las
formas de la naturaleza y las perfeccionan. Es por ello que en este período, a pesar de
que las esculturas puedan aludir a alguna personalidad, no son retratos sino alegorías.
El discóbolo no representaría a un atleta sino al ideal atlético. Tal era la importancia
social y cultural de los juegos olímpicos y de las competiciones atléticas en general
para aquella generación. El discóbolo, palabra que significa 'lanzador de discos',
confirma por partida doble la valoración del cuerpo humano para los griegos, tanto
por el tema de representación (atletismo) como por la composición plástica.
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El Discóbolo es obra de Mirón de Eleuteras, un escultor griego que vivió en el siglo V antes de Cristo. Fue famoso en
vida por su talento y admirado sobre todo por sus esculturas de atletas. Mirón esculpió el Discóbolo en el año 450 a.C. y lo
hizo en bronce.
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2.
Este cuadro es un fragmento del decorado de la Capilla Sixtina del Vaticano, que se
encuentra en Roma. Es una pintura al fresco ya que está representada sobre una fina
lámina de yeso en forma rectangular. Es una de las escenas bíblicas que Miguel Ángel
representó. Esta pintura es figurativa porque se puede reconocer fácilmente todos los
elementos que la componen. La obra consta de dos elementos principales, Adán y
Dios. En la izquierda del cuadro está Adán, representado como un atleta en reposo,
cuya belleza parece confirmar las palabras del Antiguo Testamento, según las cuales
el Hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios.
Miguel Ángel representa no a un hombre, sino a una gran escultura, de tamaño mayor
que el natural, fuerte, musculoso, bello, que encarna la grandeza de Dios en el género
humano, que es obra del Creador. Él está recostado, totalmente desnudo, sobre una
superficie que al parecer es la tierra. A la derecha del cuadro, aparece Dios, él está
representado como un hombre anciano con barba envuelto en una túnica color
púrpura, su brazo izquierdo está alrededor de una figura femenina interpretada como
Eva, quien no ha sido creada aún y espera que se le de vida. Otros elementos pero
menos destacados son los ángeles que rodean a Dios, estos ángeles están
desnudos.Esta obra tiene como punto central el contacto entre los dedos del Creador y
los de Adán, a través del cual se transmite el soplo de la vida. Dios desciende volando
a gran velocidad y se dispone a tocar la mano de Adán para insuflarle vida, lo acaba
de formar a partir de barro y con su toque prodigioso lo va a transformar en un ser
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Michelangelo Buonarroti (1475-1564) conocido en español como Miguel Ángel, fue un arquitecto, escultor y pintor
italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas
y obra arquitectónica.
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vivo. Las manos de Dios y de Adán son las manos más expresivas de toda la historia
de la pintura, ambos dedos están separados por una mínima distancia, lo cual
constituye un hecho famoso. La aplicación de tonos claros y oscuros le atribuyen un
gran efecto plástico a la obra, con un diseño perfectamente delineado de los
volúmenes.Las líneas compositivas son diagonales dando a la escena un gran
dinamismo. La gama de colores fríos (azules, verdes, violetas) actúa como elemento
sedante y apacible, ya que interfiere en la luz distanciando los objetos. La perspectiva
es una de las grandes conquistas de esta secuencia, ya que hay una perfecta captación
tridimensional que logra con intrincados y complicados puntos de fuga y con una
perfección nunca antes realizados en la historia de la pintura. Algunos consideran que
las figuras y sombras representadas tras la figura de Dios aparecían como una
acertada representación del cerebro humano y otros creen que el manto rojo alrededor
de Dios tiene la forma del útero humano y que la bufanda verde que cuelga de él,
podría ser un cordón umbilical recién cortado.
Es la dualidad, ya presente en la naturaleza, que expresa los dos impulsos básicos del
espíritu (Triebe) y del arte griego (Kunsttriebe) . Lo apolíneo, que nace de un impulso hacia la
forma y de una actitud de huida frente al devenir, se manifiesta en las formas limpias y
armónicas de la escultura y de la poesía épica. Lo dionisíaco, que tiene su origen en la fuerza
vital y participación en el devenir, se expresa en la exaltación creadora de la música. Lo
apolíneo es a lo dionisíaco como la forma es al caos, la parálisis al devenir, lo finito al
infinito, la razón al instinto, la luz a la oscuridad, la serenidad a la inquietud, el sueño a la
embriaguez, la representación a la voluntad, etc.
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Sin embargo, mientras que en la Grecia presocrática, lo apolíneo y lo dionisíaco
conviven enfrentados, en un segundo momento, en la tragedia ática. se armonizan. Ya es en
un tercer momento, tal equilibrio es disuelto por el prevalecer de lo apolíneo, que triunfa
sobre lo dionisíaco hasta casi sofocarlo. Esto sucede con la tragedia de Eurípides y con el
racionalismo de Sócrates. Contra tal proceso de decadencia, que ha terminado arrastrando a
todo Occidente, Nietzsche propone una convencida recuperación de Dioniso.
Dionisíaco y Apolíneo