Grafoterapia y Transformación Personal

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 5

La Grafoterapia como herramienta

de autoconocimiento y crecimiento interior.

Reflexiones basadas en mi vivencia personal

Alejandra V. Capriglione
Grafoanalista

Los avances de la genética nos han llevado a aceptar que lo que somos como seres humanos
está predeterminado en nuestros genes. Es cierto. Sin embargo, no hay nada escrito respecto
de en qué podemos convertirnos. A cualquier edad nuestro cerebro está transformándose, lo
que nos permite escapar de las cadenas de la biología.

Este órgano -que no alcanza el kilo y medio de peso en un


hombre adulto- aún maravilla a los científicos ante cada
descubrimiento que realizan acerca de su naturaleza. Guarda
aún tantos misterios que hay quienes, por ejemplo, han optado
por llamar “milagro” a algunas sorprendentes y aún
inexplicables recuperaciones de pacientes con ACV (accidente
cerebro vascular). Desde ya, para aquellos que no hemos
dedicado nuestra vida a la ciencia o a la experimentación y
utilización de escáneres cerebrales, tomografías computadas u
otra tecnología de vanguardia, esa sorpresa se potencia mucho más frente a todo lo que
sucede dentro de nuestro cerebro.

Hacia mediados del siglo pasado el neuropsicólogo canadiense Donald Hebb y su colega J.
Kornoski postularon que aún cuando los circuitos interneuronales
se establecen genéticamente, la fuerza o eficiencia de ciertas
conexiones no está determinada totalmente, por lo que dichos
enlaces son capaces de modificarse como resultado de cambios en
su actividad. Para que estas modificaciones cobren fuerza es
necesaria la repetición de lo aprendido.

Este fenómeno es denominado plasticidad neuronal o sinapsis


hebbiana, y por su intermedio, en el transcurso de nuestras vidas
la experiencia nos remodela poco a poco haciendo que en nuestro
cerebro esas conexiones se hagan y se rompan. Por eso, hay
muchas cosas que olvidamos con el correr del tiempo y otras que
mantenemos muy presentes.

1
Cuando hace algunos años llegaron a mis manos libros como “Inteligencia Emocional”, por
Daniel Goleman y “Modelar tu mente”, por el especialista en rehabilitación cerebral Ian
Robertson, comencé a pensar que sus contenidos podrían dar una importante base científica
y fisiológica a la denominada Ley de Reversibilidad que fundamenta la labor de reeducación
gráfica, según la cual las vibraciones de las células cerebrales de acuerdo con una conducta
se reflejan en el papel conducidas por el brazo y la mano, y que modificar los trazos a través
de una ejercitación gráfica repetida favorecería, entonces, la transformación de la conducta,
dado que ese recorrido vibratorio del cerebro al papel es reversible.

Robertson describe de modo claro y comprensible lo que sucede en nuestro cerebro cuando
la sinapsis hebbiana entra en acción: explica que frente a un estímulo, una neurona envía
“una cascada de impulsos de miles de dendritas dentro de la célula. En respuesta, la neurona
lanza una pulsación por su axón, el cual a su vez contribuye a poner en movimiento otra
célula.
Mientras todo esto sucede, células que no
tienen mucho que ver entre sí acaban
activándose casi al mismo tiempo. Esto no se
debe a que sean íntimas amigas, sino
simplemente a que todas han sido activadas
por la misma cascada, o sea, la oleada de
actividad eléctrica generada por (el estímulo).
Es como quedar atrapado al lado de alguien en un avión con la salida retrasada. Al principio
no tienes nada que ver con la persona a tu lado; al cabo de una hora de espera, los dos
estarán gruñendo y quejándose juntos. Algo parecido les sucede a las células. Tras unas
pocas repeticiones de descargarse juntas, tienden a formar equipo. Cuando dos neuronas
conectadas se descargan al mismo tiempo en varias ocasiones, las sinapsis entre ellas
cambian químicamente, de modo que cuando ahora una de ellas se descarga, la otra se
activará aún más. En otras palabras, se han asociado y en el futuro se descargarán en
tándem con mayor facilidad que antes”.

Pero también sabemos que la sola reiteración no es la


generadora de transformaciones:

Los científicos han descubierto, además, que los


circuitos emocionales del cerebro son más difíciles de
disolver que las conexiones entre otros grupos de
neuronas. Esta fue una clave que me llevó a
comprender mi experiencia personal: la verdadera
modificación en mi escritura surgió frente al placer y
la libertad que me otorgaron los bucles de colores, el
juego con las formas y sonidos de las letras, el

2
coloreado y la creación de mandalas, los cuales -entre
otras tantas experiencias gráficas- iban acompañados de
música o alternados entre ejercicios de relajación, juegos y
risas, algo a veces olvidado en el mundo adulto…

La repetición automática de letras o frases sugestivas


propuestas por el sistema tradicional no me habían dado
resultado, pero cuando mis emociones estuvieron
involucradas, surgieron los verdaderos cambios.

Para que esto suceda, el especialista que acompaña estos


procesos, debe tener en claro que su misión es guiar,
proponer, estimular, sin obligar ni sugestionar,
promoviendo una motivación que permita el trabajo
integral del ser y la expresión de la creatividad.

Para ello es necesario utilizar recursos y elementos que nos conecten más profundamente
con nuestras emociones, con nuestra infancia, con aquellos momentos de nuestra historia
personal en los que además de instalarse los traumas, jugábamos y reíamos, éramos
curiosos del mundo y experimentábamos libres de prejuicios, abriéndonos a descubrir y
disfrutar lo bueno que la vida nos podía brindar. Entre tales recursos es posible mencionar:

- la música
- el trabajo con el cuerpo (habilidades
espaciales)
- el juego
- los ejercicios de relajación,
visualización e imaginería
- la utilización de trazos preescriturales
y escriturales
- la experimentación con materiales
diversos: lápices de cera, fibras,
témperas, etc.
- y todo aquello que nos acerca a nuestro hemisferio cerebral derecho, en el cual residen
nuestra sensibilidad artística, imaginación, creatividad, habilidades espaciales, etc.

Este contacto nos ayuda a acercarnos de un modo más profundo a nosotros mismos, a
descubrir, a re-conocernos y re-encontrarnos con aspectos que como adultos hemos dejado
a un lado para enfrentar un mundo que exige de nosotros el uso de la razón, la lógica, la
habilidad numérica.

3
Para que esto sea posible, la Prof. Beatriz Villamarín en su libro “Grafoterapia y creatividad”,
propone sólo tres consignas:

1.- Cierto respeto por el margen superior, lo cual implica dejar el espacio al otro.

2.- No utilizar goma de borrar en ningún momento: un modo de permitirse la equivocación y


aprender de ella.

3.- Dejar un espacio –horario y gráfico- para evaluar el trabajo realizado, a fin de promover
la reflexión, la observación de sí mismo y la síntesis de la tarea.

EL TRABAJO CON MANDALAS:

Considerando la importancia de la autobservación como primer paso en el camino de


aquellos que desean mejorar su vida, comencé la búsqueda de recursos gráficos que
facilitaran el encuentro con nosotros mismos, hallando, a través del trabajo con mandalas,
una herramienta sumamente valiosa y recomendable debido a los prontos e importantes
beneficios que brinda.

El mandala (del sánscrito “manda”, recipiente y “la” esencia) es un pensamiento contenido


dentro de un círculo y expresado por medio de imágenes organizadas alrededor de un punto
central. Está presente en la naturaleza y, desde tiempos inmemoriales, en las culturas de
todos los tiempos. Fue Carl G.
Jung quien introdujo la idea del
mandala a la psicología
moderna, asociándolo con el
Self o Sí mismo, y sugirió que
evidencia la necesidad natural
de vivir a fondo nuestro
potencial.
Se ha comprobado que la
forma circular y radial del
mandala –también denominado
esquema centrado- permite
dar una imagen general y
concreta de una situación
propuesta, ya que se dirige a
ambos hemisferios cerebrales a la vez: por medio del hemisferio derecho recibe la
información globalmente, mientras que por el izquierdo analiza punto por punto.

4
Esa podría ser una de las razones por las que se han observado importantes beneficios con
su utilización, tanto en niños como en adultos. Entre los beneficios del trabajo con mandalas
es posible mencionar:

- Estimulan el aprendizaje: los mandalas presentan estímulos que motivan cualquier


aprendizaje de las distintas áreas curriculares de educación.
- Incentivan el desarrollo de la imaginación, la atención y la concentración y la
producción de ideas.
- Son un medio de expresión: Permiten expresar pensamientos, estados de ánimo,
modo de relacionarse, etc., por medio del dibujo y del color
- Favorecen la comunicación y refuerzan los lazos dentro de un grupo: Al expresar a
sus interlocutores su pensar y sentir acerca del trabajo realizado, beneficiando a los
niños más introvertidos o aislados.
- Mejoran la psicomotricidad y benefician el desarrollo integral del niño
- Promueven la liberación de tensiones y la relajación: Mientras se pinta, en el
subconsciente desaparecen los problemas porque surge un estado de total relajación
y concentración que disminuyen los estados emocionales negativos y los
transforman.
- Ayudan a la superación de situaciones emocionales negativas: Considerando lo
mencionado en el ítem anterior, pintar o crear mandalas puede ser una autoterapia
ante experiencias traumáticas, fobias, ansiedad, acosos escolares, temores
nocturnos, etc.
- Benefician la paciencia y continuidad del trabajo emprendido
- Favorecen la promoción de valores: los mandalas permiten el descubrimiento del
propio mundo interior y una canalización positiva de las energías.

Su valioso aporte al bienestar, el autoconocimiento y la creatividad han hecho que sea


incluido tanto en el ámbito terapéutico –por médicos, psicólogos, psicopedagogos,
coaches,etc- como en la escuela, observándose que el dibujo centrado genera un bienestar
real y permite una libertad que favorece el desarrollo integral del ser.

Bibliografía

‑ Robertson, Ian, Modelar tu mente, Ed. Plaza Janés


‑ Goleman, Daniel, Inteligencia Emocional, Ed. Kairos
‑ Villamarín, Beatriz. Grafoterapia y Creatividad, Ed. Lasra, Argentina
‑ Dahlke, Ruediger, Terapia con Mandalas, Edic. Robin Book, España
‑ Dahlke, Ruediger, Mandalas, cómo encontrar lo divino en ti, Edic. Robin Book, Argentina
‑ Susanne F Fincher, Creando mandalas, Edit. Mirach, España
‑ Pre, Marie, Mandalas y pedagogía, mtm editores, España
‑ Paymal, Noemí, Pedagooogía 3000: guía práctica para docentes, padres y uno mismo. Edit. Brujas

También podría gustarte