Sacramento Del Bautismo
Sacramento Del Bautismo
Sacramento Del Bautismo
Jesús les dijo a los Apóstoles: "Vayan a las gentes de todas las naciones y
háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que Yo les he
mandado" (Mt 28, 19-20). Para Jesús bautizarse -hundirse en el agua- era
señal de que la persona había aceptado su mensaje, se arrepentía de su
maldad y comenzaba una "nueva vida". Los Apóstoles siguieron
fielmente el mandato de Jesús; en el libro de los Hechos de los Apóstoles
consta que, el día de Pentecostés, Pedro salió a predicar la buena nueva;
las gentes, conmovidas, le preguntaron: "¿Qué debemos hacer?" Pedro les
contestó: "Arrepiéntanse у bautícense”. Ese día se bautizaron unas tres
mil de personas.
Parroquia San Lucas Evangelista, Vicaría “Santo Hermano Pedro”
Arquidiócesis de Santiago de Guatemala; San Lucas Sacatepéquez.
Hundirse en Jesús
Esa mancha de familia se traslada a todos los hijos, así como se hereda el
color de los ojos o del cabello de los papás. Este pecado se cometió en el
origen de la humanidad, por eso lo llamamos pecado "original". Podemos
servirnos de una comparación: Dios envía a los niños limpios, puros,
inocentes; pero esos niños ingresan, en un mundo que está contaminado
por el mal que les toca desde su ingreso en el mundo. El exorcismo,
durante la ceremonia del Bautismo, consiste en una oración en la que se
pide, en nombre de Jesús, que el niño sea liberado de cualquier fuerza mala
o mal espíritu que lo hubiera influenciado al ingresar al mundo.
Puerta de entrada
Templos vivos
En la Carta a los Efesios (1,13), se dice nosotros hemos sido "sellados por
que el Espíritu Santo". Nosotros ponemos nuestro sello a algo que
apreciamos y que no queremos que se nos pierda o que alguien se lo quiera
apropiar: el finquero le pone su sello a su ganado. En el Bautismo somos
"sellados por el Espíritu Santo..."; somos marcados como "hijos de
Dios". Esto quiere decir que el Espíritu Santo se compromete a cuidar de
nosotros hasta el último momento de nuestra existencia. Nosotros
podemos renegar de Dios; pero El nunca dejará de considerarnos sus hijos.
La ceremonia del Bautismo no se repite porque creemos que la Palabra de
Dios es para siempre; Él no se arrepiente de habernos adoptado como hijos
suyos.
Después de rociar con agua la cabeza del niño, se le unge con el Santo
Crisma -aceite consagrado el Jueves Santo-. El aceite, en la Biblia,
simboliza la fuerza del Espíritu Santo; el niño acaba de ser hecho cristiano
y por eso la Iglesia lo unge para que tenga la fuerza del Espíritu Santo y
pueda cumplir con su misión de cristiano.
Parroquia San Lucas Evangelista, Vicaría “Santo Hermano Pedro”
Arquidiócesis de Santiago de Guatemala; San Lucas Sacatepéquez.
Cumpleaños espiritual
La ceremonia del Bautismo concluye con una oración por el papá y por la
mamá; ellos son los primeros educadores cristianos en su hogar; nadie
puede quitarles este "primer lugar", ni la Iglesia, ni el colegio católico.
Los papás son los educadores natos para ayudar a su hijo a dar una
respuesta de fe a Jesús.
Dice la Biblia que cuando Jesús fue bautizado, se oyó una voz del cielo
que decía: "Este es mi Hijo muy amado". Esa es la misma voz que
resonó sobre nosotros el día en que nuestros papás nos llevaron a una pila
bautismal: "Este es mi hijo muy amado”. El don más grande que Dios
nos hizo fue el de nuestro Bautismo; ese día fuimos marcados como “hijos
de Dios" para siempre.
*Nota: Tomado del libro: “Los Siete Sacramentos”, del Padre Hugo Estrada.