Hora Santa
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Hora Santa
Saludo y alabanza
Amado Jesús, hemos venido con gran alegría a adorarte, a alabarte, a declararte una vez
más, que eres nuestro Dios. Sabemos que estás VIVO y que estás aquí, expuesto en esa
bellísima Custodia.
¡Oh! Dios Eucaristía, te bendecimos, por ser nuestro Redentor. Amamos Tu Sagrado
Corazón, porque ahí guardas el amor más infinito hacia nosotros...
Gloria a Ti Señor, que siendo el Creador, el Rey de cielo y tierra, estás aquí presente,
vivo, delante de nosotros. Señor, Tu inundas todo con Tú Gloria; por eso estamos
seguros, que en este lugar está Tu bendita Madre, porque ella es la primera adoradora.
Revélanos Tu amor y por medio de ese amor, transforma y cambia nuestra vida.
Jesús...... Salvador del mundo, te abrimos nuestro corazón para que lo visites y puedas
cambiar nuestro corazón de piedra por un corazón de carne. Oh! Padre... te presentamos
todo lo que está herido, lo que está deformado dentro de nosotros y nos abrimos a Tu
amor para ser sanados espiritualmente y físicamente. Creemos que esto es posible...
porque Tú eres Todopoderoso,... Señor y Dios nuestro. Todos: Amen
ALABANZA
Madre Señor nuestro y Dios amado, nos acogemos al ejemplo que nos dio Santa Mónica,
la mamá de San Agustín. Las lágrimas de Santa Mónica eran oraciones y terminaron por
obtener la conversión de sus hijos... comprendió que no podía buscar ningún remedio
humano, y decidió redoblar sus oraciones y ruegos al Señor, con muchas lágrimas, pero
eran lágrimas derramadas ante Dios, sumisas e implorantes. Sabemos y confiamos en
que las lágrimas de una madre no pueden ser desatendidas de Dios. Tú, amado
Jesucristo, tampoco desatendiste las peticiones de Tu Madre, en las Bodas de Cana, la
complaciste en lo que ella pidió. Por eso, Señor..., tomamos a María como nuestra mejor
aliada e intercesora y con la confianza de María-Madre suplicamos para que nuestras
peticiones sean atendidas
Todos: Amén
ALABANZA
Oración # 4. Oración de un Padre
Señor, aquí estamos los padres en representación de todos los padres del mundo,
alzando nuestra voz para rendirte alabanza ante Tu grandeza, Tu majestad y Tu gloria.
Señor, danos fe y aumenta nuestra fe para que nuestro corazón se convenza que Tu
estas vivo, Señor, que tú eres el Camino, la Verdad y la Vida para que te sigamos a Ti
Señor, solamente a Ti.
Tú sabes Señor, que hemos tratado como padres de hacer las cosas bien pero también tú
sabes cuantas veces hemos fallado..., por nuestro orgullo..., por nuestra “hombría”...,
muchas veces de no escuchar, por no hablar, por no actuar cuando es necesario que lo
hagamos.
Te pedimos Señor que a través de nuestro testimonio, nuestros hijos te vean y quieran
seguirte.
Danos Señor la capacidad de asombro, danos la humildad, la paciencia, la entrega y el
amor que tuvo San José con la Virgen María y el niño Jesús. Enséñanos Señor, el saber
oírte, como hizo José cuando enviaste al Ángel.
Por eso, hoy estamos aquí, para que nos enseñes a escucharte cuando Tu nos mandes a
ese Ángel, danos esa gracia de saber cuándo nuestros hijos nos necesitan, cuando
necesitan de nuestro abrazo, de nuestro apoyo, de nuestro amor, de nuestro consejo y
hasta de nuestro regaño.
Te pedimos la protección de nuestros hijos de la violencia. También por quienes la
provocan que a su vez son víctimas del tormento de esta cultura de la muerte. Ayúdanos
Señor por favor, solamente Tu puedes darnos esa fortaleza, esa seguridad, ese amor.....
Te lo pedimos en nombre de Tu Hijo, que contigo vive y reina, por los siglos de los siglos.
Todos: Amen
ALABANZA
Oración #5. Petición de los dones del Espíritu Santo
Amado Jesús, en Tu nombre pedimos al Espíritu Santo que derrame sobre nosotros en
este momento:
El don del amor, para poder amar a Dios sobre todas las cosas y a los demás como a
nosotros mismos.
El don de la sabiduría, para que siempre estemos dispuestos a actuar bajo la luz divina
El don del discernimiento, para saber escoger el camino de la verdad que nos lleve a
ganar el tesoro del Reino de los Cielos.
El don de consejo, para que podamos por medio del conocimiento y palabras de amor,
ser capaces de orientar a nuestros hijos y a todos los que pidan nuestro consejo, de
manera que cada palabra nuestra sea luz para otros.
El don de la fortaleza, para que podamos soportar todas las pruebas y hagamos siempre
la Divina Voluntad del Padre, especialmente en los momentos difíciles con nuestros hijos.
El don de gozo, para que podamos estar siempre con alegría y serenidad a pesar de los
problemas que puedan existir.
El espíritu de sanación, para que cure en nosotros todas las heridas y haga crecer el
amor entre los miembros de la familia, parroquias y comunidades.
El don de la aceptación, a los sufrimientos como una prueba de amor por Dios, dándole
al sufrimiento un sentido nuevo que produce gozo y libertad.
Don de entrega y abandono a Tú Divina Voluntad.
Todos: Amén
ALABANZA
Oración # 10. Intención de reparación