Nuestro - Libro Neuroticos Anonimos 2011
Nuestro - Libro Neuroticos Anonimos 2011
Nuestro - Libro Neuroticos Anonimos 2011
1Este
es el Enunciado original que se leyó en la primera junta del grupo
Buena Voluntad.
N uestro
Libro
Movimiento
Buena Voluntad
24 horas
Neuróticos Anónimos
Primera Edición
N uestro
Libro
Movimiento
Buena Voluntad
24 horas
Neuróticos Anónimos
© 2008, Movimiento Buena Voluntad 24 Horas
de Neuróticos Anónimos ®
Bienvenido 9
Agradecimiento 23
Prólogo / Bienvenido 7
Apéndice 1. Nuestros amigos
Bienvenido 9
tener la autoestima en su punto más alto, todo se vino
abajo a causa de una depresión cuyo origen nunca supo
determinar. Tal vez había vivido en la irrealidad, en el
autoengaño. Como quiera que fuese, de pronto se sintió
fracasado, pensando que cuanto había hecho en la vida
no servía para nada, que se había fallado a sí mismo y a
todos. Todos sus logros le parecían baratijas. El dinero, el
prestigio y la fama ya no lo llenaban como antes; era como
haber vivido inútilmente. En algún momento de su vida se
había producido una desconexión con los seres humanos.
Había pasado por encima de todos, persiguiendo su
interés personal, presa de un egoísmo criminal que todo lo
destruyó y que ahora parecía a punto de destruirlo a él.
Ese alguien soy yo. Me llamo Manuel y soy
neurótico. En otros tiempos esa palabra me hubiera
ofendido. Descubrí lo que soy casi sin querer, cuando,
llevado por la curiosidad que muchas veces me hizo
meterme en problemas, decidí averiguar qué había detrás
de un misterioso anuncio en el periódico El Universal:
“¿Vives angustiado? ¡Ayúdate y ayúdanos!”. Acudí sin
saber que tenía una cita: una cita con el destino, con
quienes llegarían serían mis mayores amigos; en fin... una
cita con Dios.
En aquella casa de la calle de Teocelo, en la
colonia Roma de la ciudad de México, sesionaba en forma
casi clandestina un grupo de Neuróticos Anónimos.
Ningún letrero lo anunciaba, su único vínculo con el
exterior era aquel aviso, que por cierto terminaba con la
frase ¡no se dan aportaciones!. Cuando descubrí dónde
estaba quise huir, pero no tuve valor para ponerme de pie
y marcharme. ¡Me dio tanta rabia! Y sin embargo, sin
saber por qué, volví a ese lugar. Mis planes ya no contarían
jamás; hoy sé que era mi destino, desde el hecho mismo
de ese aviso en el periódico, porque, aunque parezca
Bienvenido 11
nos dijo que sólo podría quedarse 15 minutos...! Pero hoy
la acepto con humildad y gratitud hacia quienes, aunque
llegaron después que yo, hoy me marcan el rumbo a
seguir con su ejemplo de desprendimiento y servicio.
Este día tú eres la persona más importante para
nosotros. Tal vez no lo creas, pero estamos seguros de que
pronto dirás esas mismas palabras, con la misma
convicción, a alguien que se sienta como tú te sientes hoy.
En este libro hemos querido reunir algunas de nuestras
experiencias sobre esta enfermedad del alma, sutilmente
intensa y cruel, que conocemos como neurosis. Pero
también, y sobre todo, queremos hablarte de la
maravillosa respuesta que recibimos de gracia para hacerle
frente, y que hoy de gracia te ofrecemos si tú la quieres.
Este libro también es para ti, amigo o amiga,
que con tu participación en la Recuperación, la Unidad
y el Servicio, cualquiera que sea la sala donde asistes,
das vida y significado a nuestro gran Movimiento. O,
mejor dicho, es tuyo, porque está hecho con tus
experiencias, tus logros y tus anhelos como neurótico
anónimo. Por largo o breve que haya sido tu recorrido
con nosotros, algo hallarás aquí que sea de utilidad para
crecer y fortalecerte.
Sigamos en el camino. Que Dios los bendiga.
Manuel M.
Agosto, 2008.
M
e gustaría hablar del momento que el Movimiento
Buena Voluntad está viviendo; este libro es una
manera de recapitular y valorar todas las
experiencias que hemos vivido hasta ahora, cada quien en el
lugar donde su enfermedad y un Poder Superior lo puso. La
intención es, por un lado, plasmar en este libro la mayor
parte de esas experiencias para que todos sepan qué es el
Movimiento; por otro lado, que tanto las personas que
conforman el Movimiento como las que aún está por llegar,
o cualquier persona que un día tome este libro en sus manos
y tal vez no esté con nosotros, al leerlo pueda enterarse de
qué es el Movimiento Buena Voluntad y cuántas cosas se
han vivido dentro de él en estos 31 años de existencia.
E
ste libro no tiene un autor o, más bien, su autor
es la conciencia del Movimiento Buena Voluntad
24 Horas de Neuróticos Anónimos, a través de
sus experiencias. Y, si la Segunda Tradición dice que es
Dios que se manifiesta en la conciencia del grupo,
entonces es Él quien, al cincelar la vida de cada uno de
nosotros y la del Movimiento como un todo, inspiró lo
que aquí queda escrito.
Sin embargo, es importante expresar un
agradecimiento a quien nos encargó el servicio y a quienes
confiaron en nosotros; a todos aquellos que en persona, por
Internet o de alguna otra manera aportaron sus vivencias de
Unidad, Recuperación y Servicio; a quienes proporcionaron
documentos, fotografías y otros materiales; a quienes nos
orientaron con sus ideas y sugerencias, y en particular a los
compañeros que colaboraron directamente en la prepara-
ción, redacción, diseño e impresión.
El principal agradecimiento, como siempre, es a
Dios, como cada quien lo conciba.
23
24 Nuestro Libro Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos
… hay dos o tres cosas que me vinieron a la mente en las
que sería apropiado poner un poco de énfasis: una es la
sencillez de nuestro Programa. No lo echemos a perder con
complejos freudianos y cosas que son interesantes para la
mente científica, pero que tienen poco que ver con nuestro
trabajo real en AA. Nuestros Doce Pasos, cuando se
depuran hasta lo último, se resumen en las palabras amor y
servicio. Entendemos lo que es el amor y lo que es el
servicio. Así que tengamos estas cosas en mente.
Dr. Bob S.
Mensaje de despedida.
Cleveland, 30 de julio de 1950
25
26 Nuestro Libro Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos
Algo sobre
1
la Neurosis
N
osotros, los neuróticos anónimos, somos hombres
y mujeres de todas las edades y condiciones
sociales, económicas y culturales, que nos reunimos
con el único objetivo de alcanzar la estabilidad emocional.
Todos, en algún momento de nuestra vida, perdimos la
capacidad de controlar nuestras emociones. En muchos
casos, nuestra llegada a un grupo del Movimiento Buena
Voluntad 24 Horas fue la última opción después de probar
muchas otras: la medicina, la religión, el psicoanálisis, la
psiquiatría, terapias alternativas como la acupuntura, la
homeopatía, la meditación... incluso la brujería. A veces
veíamos algún resultado, pero era temporal.
Descubrimos que con el paso del tiempo las
emociones negativas nos invadían de nuevo, sin previo
aviso. Algunos llegamos después de haber perdido familia,
trabajo, amistades, dinero o salud; otros, más jóvenes y
quizás aún dueños de alguna parte de su salud emocional,
se han acercado al Movimiento porque sus síntomas ya les
hacían muy difícil la vida cotidiana.
C
ualquiera que haya sido nuestra experiencia
personal, la mayoría de quienes hoy pertenecemos
al Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de
Neuróticos Anónimos tocamos lo que hemos llamado
un fondo emocional: ese momento terrible en que
nuestras emociones acabaron con nuestras últimas
reservas de fortaleza y tuvimos que decir “no puedo
más”. Dominados por la angustia, el miedo, los celos,
la agresividad o la compulsión de consumir drogas o de
alguna otra conducta que no podíamos evitar aunque
nos causara atroces remordimientos, llegamos a sentir
un miedo incontenible de morir o de perder la razón.
Un Programa de Vida 45
Y ese miedo hizo que se derrumbaran nuestras
últimas defensas.
Pero ésa, que parecería la peor tragedia,
acabó por convertirse en la mayor ventura, porque
fue entonces cuando nos vimos impulsados a pedir
ayuda en el Movimiento Buena Voluntad. Con el
tiempo supimos que, de hecho, al tocar el fondo
emocional comenzamos a dar el primero de los Doce
Pasos del programa de recuperación de Neuróticos
Anónimos: “admitimos que éramos impotentes
ante nuestras emociones y que nuestras vidas se
habían vuelto ingobernables”.
Las maneras en que las personas se acercan
al Movimiento Buena Voluntad son muy variadas.
Algunos acudimos a una junta de información
pública de las muchas que organizan las distintas
salas del Movimiento; otros vimos en un cartel el
domicilio de una sala, otros escuchamos a personas
que hablaban de NA por radio o televisión, unos más
buscamos en el directorio telefónico. A algunos nos
“pasó el mensaje” un familiar, un amigo, un
compañero de trabajo o el médico; otros incluso
acudimos al grupo para llevar a nuestra pareja, a un
hijo o hija o algún conocido a quien veíamos “muy
mal”, y acabamos quedándonos en la terapia,
independientemente de que la persona a la que
llevábamos lo hiciera también o no. Y a últimas
fechas son cada vez más las personas que conocen el
Movimiento a través de nuestra página web y de las
juntas virtuales por Internet.
Un Programa de Vida 47
nosotros. Durante largo tiempo, muchos confiamos ciegamente
en personas o cosas que nos hacían sentir seguridad y comodidad:
una pareja, el dinero, un empleo, el alcohol, el tabaco o alguna
droga más potente, etc. Sin embargo, llegó un momento en
que esas dependencias (así las llamamos ahora) nos causaban
más sufrimiento que bienestar. Cuando comenzamos a
frecuentar el grupo sentimos también un bienestar, pero no
nos causa sufrimiento porque nos damos cuenta de que allí
no nos piden nada a cambio del apoyo que nos ofrecen. Así
empezamos a cambiar nuestras dependencias enfermizas por
una dependencia más sana, que en un principio es el grupo
mismo; es decir, hacemos del grupo nuestro Poder Superior.
Pasados algunos días de asistir a las sesiones de
recuperación de Neuróticos Anónimos, comenzamos a animarnos
a participar en ellas. Las primeras veces pasamos a tribuna con
timidez, pero al sentir alivio vamos tomando confianza para
hablar de todas nuestras emociones. Luego los compañeros
nos invitan a hacer algún pequeño servicio en la sala, como
servir el café o ayudar al aseo, y empezamos a sentir que
también nosotros somos ahora anfitriones del recién llegado,
es decir, que ya formamos parte del grupo. Al terminar las
juntas se acercan a platicar con nosotros, a preguntarnos cómo
nos sentimos, y sin darnos cuenta comenzamos a pedirles
opinión sobre algún problema que nos atosiga. Ellos nos
escuchan con atención y luego nos comentan alguna
experiencia (en el grupo se dice “regalar” experiencias), y de
pronto empezamos a amoldar nuestra conducta a lo que nos
dicen, pese a no estar muy convencidos de que vaya a
funcionar. Y así es como, en forma sutil y casi natural,
comenzamos a practicar el Tercer Paso, que dice: “Pusimos
nuestra vida y nuestra voluntad en manos de un Poder
Superior, tal como lo concebimos”. En un principio, ese
Poder Superior es el grupo mismo, pero poco a poco
empezamos a vislumbrar que esa fuerza está más allá de la sala
Un Programa de Vida 49
para practicarlos es el apadrinamiento. Después de unas
semanas en el grupo, los compañeros nos invitan a escoger
alguna persona de más tiempo en el programa para que sea
nuestra madrina o padrino. Algunos escogen a alguien con
experiencias semejantes a las suyas; para otros es una persona
semejante en edad, género, condición social, nivel de estudios o
algún otro signo exterior, o sencillamente alguien que les inspira
confianza. Lo importante es que sea una persona a la que
veamos con frecuencia en la sala en el horario en que asistimos,
porque probablemente sentiremos la necesidad de hablar a
menudo con ella.
El padrino o madrina es nuestro guía en la práctica
del programa, a quien acudimos siempre que tenemos una
duda o inquietud, ya sea dentro de la recuperación misma o en
nuestra vida cotidiana. No nos da consejos, sino sugerencias
basadas en su experiencia vivida y superada, y cuando no tiene
la experiencia que necesitamos nos canaliza con su propio
apadrinamiento o con alguna persona que la tenga.
Así es como la asistencia al grupo (la militancia, como
la llamamos) y la práctica de los tres primeros Pasos se
convierten poco a poco en un nuevo hábito. En las paredes de
la sala de recuperación vemos unas frases conocidas como los
Axiomas: el que dice “Primero es lo primero” nos invita a
preocuparnos por estar bien antes que por tratar de resolver
otras situaciones de nuestra vida para las que quizás aún no
estamos preparados; el que dice “Poco a poco se va lejos”
nos induce a tener paciencia y confianza en que la tranquilidad
que buscamos llegará en su momento, y el que dice “Vive y
deja vivir” nos aconseja dejar de “cargar” (emocionalmente)
a las personas de fuera del grupo para ocuparnos en nuestras
propias cosas, que en principio fundamentalmente son las
referentes a la recuperación. A menudo en estos primeros días
los padrinos nos dan tres sugerencias básicas: “pégate a tus
juntas”, “sésgale a lo que te ponga mal” (es decir, evita lo más
Un Programa de Vida 51
pláticas entre compañeros, oímos decir que alguien está
“escribiendo”, y suponemos que es algo así como escribir
nuestra autobiografía, pero al regalarnos experiencias nos
aclaran que es más bien profundizar lo que comentamos
en tribuna y de un modo semejante, es decir, sacando la
emoción, sin fijarnos en decirlo bien o bonito, y haciendo
hincapié en el historial y en los actos de mal juicio.
¿Por qué esa insistencia en los actos de mal
juicio? Porque la experiencia de
¿Por qué esa insistencia Neuróticos Anónimos muestra que
en los actos de mal juicio? son precisamente esos actos, esas
Porque la experiencia de decisiones erróneas y basadas en
Neuróticos Anónimos la emoción, lo que nos llevó poco
muestra que son a poco al precipicio. Y al escribir
precisamente esos actos, nuestro Cuarto Paso y comentar en
esas decisiones erróneas y tribuna lo que vamos recordando
basadas en la emoción, lo de nuestra vida nos damos cuenta
que nos llevó poco a poco de que la enfermedad se fue
al precipicio. apoderando de nosotros desde
mucho antes de que estuviéramos
conscientes de que nos sentíamos mal, pero
culpábamos a la suerte o a quienes nos rodeaban de
nuestros cada vez más frecuentes conflictos y
fracasos. En el fondo, siempre que actuábamos en
forma incorrecta lo sabíamos, y aunque usábamos
mil argucias para justificarnos, el sentimiento de
culpa nos atosigaba privándonos del sueño,
ocasionándonos pesadillas cuando conseguíamos
dormir o provocándonos toda clase de síntomas
físicos —dolores de cabeza y de estómago, mareos,
calambres e incluso enfermedades más serias—, y
muchas veces nos impulsaba a buscar un escape de
la realidad a través del alcohol, el tabaco u otras
drogas, las compras compulsivas, el sexo, etc. Por lo
Un Programa de Vida 53
el autoengaño de creer que éramos víctimas de otras personas o
de las circunstancias, y a estar en disposición de enfrentarnos a
nuestra verdadera forma de ser. Esa persona no está allí para
juzgarnos o criticarnos: es un hermano de sufrimiento que nos
comprende porque ha sentido emociones y cometido actos
parecidos a los nuestros, y ahora atestigua nuestro genuino
deseo de reconocer nuestras faltas. Al mismo tiempo, su
experiencia le permite servir como conducto de Dios para darnos
a conocer cuáles son los defectos de carácter que provocaron
gran parte de nuestras actitudes y conductas dañinas.
Los defectos de carácter son un desarrollo enfermizo de
los instintos básicos con que la naturaleza nos dotó a todos los
seres humanos para realizar nuestra función en la vida. De
acuerdo con la experiencia que nos legaron los Alcohólicos
Anónimos, estos defectos, también llamados primarios, equivalen
a los siete pecados capitales, que son conceptos ampliamente
reconocidos, dentro y fuera de las creencias religiosas
Una breve descripción de los defectos de carácter
empezaría por el orgullo, el cual es la distorsión del instinto
natural que nos impulsa a afirmar nuestra individualidad. Este
defecto está detrás de las actitudes de soberbia y arrogancia,
pero también de la falsa humildad que nos hace adoptar
actitudes serviles ante personas que consideramos superiores a
nosotros, así como de la lástima de nosotros mismos
(conmiseración) que sentimos cuando no se cumplen nuestros
caprichos. En la envidia, el instinto de asociarnos con otros seres
humanos se pervierte por un afán enfermizo de competencia y
por el dolor de no poseer los bienes materiales o las cualidades
reales o supuestas que tienen otros. La lujuria es el instinto sexual
descoyuntado o desbordado, que impulsa a obtener satisfacción
sexual a cualquier costo y pasando por encima de quien sea,
aunque también, en neuróticos más inhibidos, inspira sueños
románticos o conductas compulsivas como la masturbación
constante y el voyeurismo. La avaricia es una distorsión del instinto
Un Programa de Vida 55
se acostumbra decir la oración colocada en un lugar
predominante de la sala:
Un Programa de Vida 57
Gracias al Sexto y el Séptimo Pasos, muchos
neuróticos anónimos hemos logrado cosas que
parecían inalcanzables: superar la drogadicción u otros
hábitos igualmente perniciosos; salir de la depresión
que nos tenía encadenados a una cama o encerrados
en nuestra habitación; dejar de ser los
Gracias al Sexto y el eternos quejumbrosos y buscapleitos
Séptimo Pasos, en la familia, el trabajo o la escuela;
muchos neuróticos trascender los celos y el ansia de
anónimos hemos dominio que tanto daño hicieron a
logrado cosas que nuestras relaciones de pareja; no
parecían inalcanzables. volver a golpear a nuestros hijos; no
andar a las carreras empujando a
todo el mundo, poseídos por una prisa inexplicable;
cumplir con nuestro trabajo a tiempo, con eficiencia
y buena disposición; dejar de endeudarnos y de
gastar sin medida... la lista sería interminable.
Por supuesto, el Séptimo Paso no se da de
una buena vez para todos los defectos, y ni siquiera
para uno solo. Para empezar, el proceso de irnos
conociendo es lento, y hay muchas manifestaciones de
los defectos de las que ni siquiera estamos conscientes;
por eso es tan importante no descuidar nuestra
asistencia a las juntas, porque sólo al escuchar con
mente alerta las catarsis de los compañeros podemos
vernos reflejados y descubrir actitudes que también
nosotros tenemos. Además, hay actitudes que nos
cuesta más trabajo dejar, ya sea porque nos producen un
placer malsano o porque tenemos miedo de lo que pueda
suceder: por ejemplo, alguien que está acostumbrado a
comprar el afecto de los demás con regalos o
atenciones excesivas puede sentir temor a perder
amistades o compañías, o incluso a su pareja, si deja de
hacerlo. En estos casos conviene recordar que este
Un Programa de Vida 59
pormenorizada de las personas a quienes dañamos,
especificando el tipo de daño causado: físico (golpes,
castigos), emocional (insultos, maltrato, humillación),
sexual (abuso, rechazo, degradación, manipulación),
económico (abandono, incumplimiento de obligaciones,
abuso de confianza, préstamos no pagados, robos), etc.
Por supuesto, habrá personas a las que les causamos
daños de diversos tipos, e incluso de todos.
El Octavo Paso no es un ejercicio morboso
para revolcarnos en el lodo, aunque con frecuencia nos
despierta sentimientos de culpa o bien ganas de
justificar nuestros excesos con aquello de que “también
a mí me hacían esto y lo otro”. Antes de llegar al grupo,
cuando nos sentíamos culpables pedíamos perdón y
prometíamos enmendarnos; a veces
El Octavo Paso no es buscábamos compensar el daño
sólo hacer la lista, haciendo regalos extravagantes o
sino sobre todo “estar tratando de ser graciosos, lo cual
dispuestos a reparar por lo común sólo creaba falsas
el daño a quienes lo expectativas y, con el tiempo, más
causamos”. resentimientos. En cambio, al terminar
la lista y sanear en tribuna los rencores
y sentimientos de culpa quedamos convencidos de la
necesidad de reparar de manera honesta y efectiva el
daño causado. Así pues, el Octavo Paso no es sólo hacer
la lista, sino sobre todo “estar dispuestos a reparar el
daño a quienes lo causamos”.
Pero, ¿cómo reparar los daños causados? El
Noveno Paso nos señala: “Reparamos directamente
a cuantos nos fue posible el daño que les
habíamos causado, excepto en aquellos casos en
que el hacerlo perjudicaría a ellos mismos o a
otros”. En realidad, no es algo que se realice de una
sola vez ni de la misma manera con todas las
Un Programa de Vida 61
la sugerencia más apropiada a nuestro caso y todo el apoyo
para sostenernos emocionalmente si la prueba resulta difícil.
Lo esencial es tener en cuenta que reparar los daños
causados es una necesidad de nuestra recuperación, y que
las recompensas serán mucho mayores que el sufrimiento
que lleguemos a sentir.
Otro aspecto importante del Noveno Paso es el
referente al daño que nos hemos causado a nosotros mismos:
cuántas veces quisimos “castigar” a la familia encerrándonos en
nuestra habitación sin salir a comer ni bañarnos en varios días, o
llevados por las eternas prisas salíamos por las mañanas sin
desayunar y luego mal comíamos algún antojo callejero, o
fumábamos una o dos cajetillas diarias de cigarrillos al día, o
sufrimos lesiones de importancia por meternos en riñas, o los
resentimientos acumulados a lo largo de los años nos provocaron
enfermedades físicas reales, porque además no nos gustaba ir al
médico y si íbamos no seguíamos sus indicaciones, o
dilapidábamos buena parte de nuestros ingresos en agasajar a
los amigos temporales o a las posibles conquistas, pero éramos
incapaces de comprarnos ropa abrigadora o zapatos cómodos, o
nos infligíamos un tremendo daño emocional al estar espiando a
una pareja o revisando sus intimidades, llevados por los celos. En
fin, también de estos daños a uno mismo existen miles de
experiencias distintas, así como de la forma en que, de la
mano del apadrinamiento, podemos ir haciendo reparaciones,
que en esencia equivalen a un cambio radical de vida: atender
nuestra salud y bienestar, cumplir nuestros compromisos para
no seguir generándonos angustias innecesarias, curar nuestros
resentimientos añejos y recientes, abandonar hábitos perniciosos
con ayuda de la tribuna y el apadrinamiento, etc.
Ahora bien, tan importante como reparar los daños
del pasado es no seguir causándolos en el presente, y para
esto es esencial la práctica de los dos Pasos siguientes. No es
exagerado decir que el neurótico es el peor enemigo de sí
Un Programa de Vida 63
lograr que dejemos de obrar a nuestro capricho —es decir, al
impulso de nuestras emociones enfermas— y tratemos de
acercarnos a la voluntad de Dios para con nosotros, que es
la ruta segura hacia la serenidad auténtica y duradera.
Desde luego, Dios no va a venir a susurrarnos al oído
cuál es su voluntad hacia nosotros; son sus conductos quienes
nos permiten visualizarla. Estos conductos son, en un sentido
amplio, todas las personas con las que nos cruzamos en nuestra
vida cotidiana y cuyas decisiones y acciones tienen alguna
influencia en nosotros: jefes, maestros, amigos, familiares,
compañeros de escuela o de trabajo, conocidos o incluso alguien
con quien tenemos un encuentro fortuito o aparentemente
casual y, más allá de ellos, muchas personas que ni siquiera
conocemos: autoridades, directivos de empresas, consejeros
religiosos o espirituales, artistas, científicos, etc. Pero en un
sentido estricto lo son los compañeros que nos ayudan a
entrever cómo debemos adaptarnos a esa realidad, y muy en
especial nuestro padrino o madrina, que nos sugiere un curso
concreto de acción a seguir en cada situación que se nos
presente.
Sin embargo, rebeldes por naturaleza, muchas veces
estaremos en desacuerdo con esa realidad y con lo que se nos
sugiere para adecuarnos a ella. Es entonces cuando, aparte de
la curación en tribuna y de las experiencias, la meditación y la
oración vienen en nuestro auxilio. Al mejorar nuestro contacto
consciente con Dios vamos dándonos cuenta de que Él sólo
quiere nuestro bien, y cuando parece que nos niega algo que
deseamos ardientemente es para que no sigamos dañándonos
con caprichos inalcanzables, generalmente influidos por nuestros
defectos de carácter: Él tiene algo mejor para nosotros. Y así,
gradualmente nuestras oraciones van cambiando de objetivo:
dejamos de exigir a Dios que cumpla nuestros deseos, y sólo le
pedimos que nos dé la fortaleza para cumplir su voluntad para
con nosotros o nuestros seres queridos.
Un Programa de Vida 65
práctica del programa llegará a experimentarlo, y que ese será
probablemente el momento más importante de su vida. Y para
muchos de nosotros fue precisamente la transmisión del
mensaje la que nos permitió llegar a ese momento crucial.
¿Por qué es importante para nuestra recuperación llevar
el mensaje a otro neurótico? Bill W., el cofundador de los grupos
de Alcohólicos Anónimos, tuvo la intuición, cuando convalecía de
una desintoxicación en una cama de hospital, de que si no se
acercaba a otros alcohólicos para hablarles del programa de
recuperación, caería irremediablemente en la tentación de volver
a beber, y para él beber una copa más era su sentencia de muerte.
Este descubrimiento de Bill fue la piedra sobre la cual se fundó el
impresionante edificio de Alcohólicos Anónimos y el de todos los
grupos que han recibido el legado de los principios de esa
agrupación, como es el caso del Movimiento Buena Voluntad. Y
sigue siendo válido y vigente no sólo para los alcohólicos, sino
también para todos los que padecemos trastornos emocionales
tan intensos que pueden llevarnos a la locura o a la muerte.
Muchos hemos experimentado en carne propia esta
verdad, por ejemplo cuando al llegar a la sala de recuperación,
presas de disturbios terribles, descubrimos que hay una
persona de poco tiempo en la tribuna y al escuchar su catarsis
con mente receptiva nuestro malestar va cediendo sin que nos
demos cuenta. Y si luego, al terminar la junta, nos acercamos
a preguntarle cómo se siente y le describimos con sencillez las
bondades del programa, con genuino interés de que
encuentre un poco de tranquilidad y esperanza, llega un
momento en que olvidamos por completo nuestros disturbios
y acabamos sonrientes y tranquilos.
Y es que con el tiempo descubrimos que la
transmisión del mensaje no es sólo la medicina contra la
neurosis, es decir, contra el egoísmo, sino también nuestra
principal razón de ser y nuestra mayor fuente de satisfacción.
Nada nos causa mayor alegría que ver cómo una persona que
Un Programa de Vida 67
emocional para practicar una visita del Duodécimo
Paso (“doceavo”, le llamamos informalmente), o
cuando recibimos a una persona por primera vez y le
damos información, o le servimos un café o un té, o
sencillamente le tenemos la sala limpia y dispuesta para
que escuche su primera junta. Y lo mejor de todo es
que vamos aprendiendo a dar sin esperar nada a
cambio, porque el mensaje de NA es “dádiva que no
entraña recompensa”.
Sin embargo, toda esta alegría de vivir sería
muy limitada si no la compartiéramos con quienes nos
rodean. Aquellos que fueron víctimas inocentes de
nuestra neurosis merecen ser también beneficiarios de los
frutos del programa. Aquí es donde entra esa parte del
Duodécimo Paso que habla de practicar estos principios
en todos nuestros actos. Porque muy pobre será la
recuperación de aquel o aquella que en el grupo se ufana
de ser el más fiel servidor o servidora, el más cortés y
afable, el que más aporta o más servicios realiza, el que
más ahijados o ahijadas tiene o el que escucha a más
personas de poco tiempo, si en su casa sigue vociferando
y maltratando, si siembra o alienta la discordia en su
centro de trabajo o estudio, si cela constantemente a su
pareja o riñe constantemente con ella, si es indolente en
la procura o resguardo del bienestar económico para los
suyos o, en suma, sigue incurriendo constantemente en
toda clase de actos de mal juicio.
El programa no apunta a la
El programa no apunta perfección, pero sí a una búsqueda
a la perfección, pero sí consciente y constante del mejoramiento
a una búsqueda del carácter y la conducta. Por eso la
consciente y constante recuperación es nuestra primera
del mejoramiento del prioridad y en muchos casos ocupa
carácter y la conducta. con justa razón la mayor parte de
Un Programa de Vida 69
70 Nuestro Libro Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos
Un Movimiento
3
en movimiento
Un Movimiento en movimiento 71
La catarsis en tribuna y el apadrinamiento,
como se vio en el capítulo anterior, son sus primeros
apoyos para acercarse a la solución de su problema.
Pero a medida que su asistencia al grupo se le vuelve
habitual, se va dando cuenta de que los miembros
comparten distintas actividades: preparar la sala para
la siguiente junta, atender a las personas que
solicitan información, contestar el teléfono, etc., y
pronto ellos lo invitan a participar. Y cuando
comienza a hacerlo descubre dos cosas: una, la
sensación de pertenecer, que para muchos neuróticos
estaba casi olvidada, si es que alguna vez la habían
conocido realmente; y dos, la satisfacción de ser útil
al hacer algo por otro sin esperar nada a cambio.
De esta forma, los primeros servicios nos
ayudan a recuperar una ilusión perdida por vivir; al
pertenecer a una agrupación de personas que
piensan, sienten y actúan igual que nosotros, va
naciendo ese agradecimiento que nos impulsa a dar
a otros lo que se nos dio de forma desinteresada.
Un Movimiento en movimiento 73
menos una junta pública
de información al año, por
lo regular coincidente con el
aniversario de su fundación.
En estas ocasiones el Legado
de la Unidad luce en todo su esplendor: miembros
procedentes de ciudades tanto cercanas como lejanas
—a veces viajando cientos y aun miles de kilómetros—
se congregan para participar en la organización de
los servicios y recibir a quienes asisten por primera
vez. Al mismo tiempo que es
Al mismo tiempo que es esencial para el fortalecimiento del
esencial para el grupo, la Unidad contribuye mucho
fortalecimiento del a la recuperación individual. Por dar
grupo, la Unidad un ejemplo, existen personas que
contribuye mucho a la antes de llegar al grupo viajaron con
recuperación individual. frecuencia, incluso al extranjero, se
hospedaron en buenos hoteles,
conocieron lugares muy interesantes, pero al hacer
estos otros viajes, quizá más modestos pero llenos de
compañerismo y buena voluntad, descubren que
muchos de aquellos otros estuvieron teñidos de
sufrimiento, quizá porque no podían integrarse con
otras personas y eso las inducía a buscar en el
alcohol o alguna otra droga un estímulo para sentir
Un Movimiento en movimiento 75
servir té, café o agua al recién llegado o a un compañero,
subir a la tribuna a regalar nuestro historial, coordinar la
junta, abrir la puerta, contestar el teléfono, etc., aun el más
pequeño de los servicios es una forma de agradecer
todo el cuidado y atención que recibimos y darlos a
nuestra vez al recién llegado o incluso al que está
por llegar y que no conocemos, como se ve, por
ejemplo, al pegar un cartel, colgar una manta o
participar en una entrevista de radio o televisión.
De esta manera, estar en la agrupación se
convierte en una maravillosa experiencia donde hay la
oportunidad de crecer a cada instante, poniendo un
granito de arena para que se mantenga abierta una
fuente de vida. Y precisamente porque sabemos cuán
importante es servir para sentirnos bien, decimos que
los servicios son, en realidad, regalos que recibimos
para fortalecer nuestra recuperación.
Un compañero comenta: “En mis primeros
días en el grupo comencé a hacer servicios por la gran
necesidad de sentirme bien y salir de mis disturbios
emocionales; después, porque sentía gratitud hacia el
Movimiento. Luego los compañeros me regalaron la
responsabilidad de llevar la tesorería del grupo, y
también comencé a apadrinar a compañeros;
confieso que entonces se me elevó el ego, porque
ahora veo que servir con humildad es un proceso
lento; en aquel tiempo no sabía por qué ni para qué
hacía el servicio, no tenía una conciencia real del
porqué se hacían los trabajos en la sala; mi padrino
sólo me decía: ‘haz lo que puedas
Haz lo que puedas para para que otros se sientan bien y
que otros se sientan bien verás que te sentirás muy bien’.
y verás que te sentirás Pero como había oído que un ego
muy bien. inflamado es muy peligroso para
Un Movimiento en movimiento 77
el servicio es un regalo que me ayuda a enfrentar cualquier
situación que se presente en la vida.”
Uno de los servicios donde se viven experiencias muy
satisfactorias es contestar el teléfono, porque entre sus
objetivos está atender las llamadas de auxilio de personas
nuevas o de militantes que en ese momento sufren una crisis
emocional o se encuentran en una situación difícil. La persona
que llama puede desahogarse con alguien que no la va a
juzgar ni a criticar, sino la va a ayudar a desprenderse de esa
emoción dañina y evitar que se descargue en los hijos, la
pareja, los jefes, etc. Hay personas que al vivir una crisis
estuvieron a punto de suicidarse, pero al llamar y recibir ayuda
oportuna salvaron la vida.
Un compañero narra: “Cuando tenía unos meses en
la agrupación mi relación con mi padre estaba muy dañada.
No sabíamos comunicarnos sin gritar y agredirnos. Me sentía
muy solo, lastimado en mi amor propio, no podía
comprender por qué era tan difícil que él me pudiera
escuchar. Un día tuvimos una pelea muy fuerte; yo sólo
pensaba en desquitarme, en gritarle todo lo que pensaba.
Corrí a mi habitación y me encerré, llamé a una de las salas
de recuperación, y un compañero me escuchó. Tuve
oportunidad de decir todo lo que pensaba y el compañero
me regaló sus experiencias. Me hizo ver que no estaba solo,
que había mucha gente que podía apoyarme con tan sólo
pedirlo. Fue la primera vez que sentí la presencia de un Poder
Superior y pude ver que todo iba a cambiar. Desde ese día
han pasado ya varios años. Mi relación con mi padre ha
mejorado notablemente, y yo me siento agradecido con un
Poder Superior, porque creo que tengo al mejor padre del
mundo y lo disfruto cada día, gracias a la terapia...”
Otro servicio que tiene gran demanda es el de
doceavos, abreviatura informal de “visita del Duodécimo Paso”.
Tiene origen en las visitas que a finales de la década de 1930
Un Movimiento en movimiento 79
La llevamos a la sala de recuperación, por el camino fue
desahogándose, y al escucharla vi que sufría por algo que yo
ya había vivido. Ese día entendí lo que alguna vez me dijeron
en la agrupación: ‘esto que tanto te hace sufrir hoy, mañana lo
vas a poder regalar como experiencia vivida y superada a otro
que esté sufriendo’”.
Las visitas del Duodécimo Paso también se realizan a
personas que, aunque lleven ya tiempo de asistir al grupo, estén
pasando por una situación difícil o que les produce angustia, ya
sea por enfermedad de ellas o de algún ser querido, por la
pérdida de un familiar, por un examen profesional, etc.
Aunque todos los servicios son importantes, algunos
implican una responsabilidad mayor porque quien los
desempeña representa al Movimiento como un todo. Dentro
de la sala de recuperación estos servicios son, por ejemplo, dar
información a alguien que la solicita directamente en el grupo
o por teléfono, hacer recepción al recién llegado o coordinar
una junta de recuperación. Fuera de la sala existen servicios
como difusión, que se refiere a los contactos entre el
Movimiento y los medios de comunicación; juntas de información
a instituciones, mediante el cual se organizan juntas informativas
en escuelas, hospitales, prisiones, etc.; literatura, que se encarga
de producir y distribuir los libros, folletos y boletines que
complementan la terapia; mantenimiento, que se ocupa de tener
en buen estado las instalaciones de cada grupo; Neur-A-Teen,
en el cual se da apoyo a niños y adolescentes que sin ser
neuróticos viven problemas derivados de su convivencia con
personas que sí lo son, y muchos más. Muchos de estos
servicios funcionan tanto en cada sala individual, para
relacionarse con su entorno inmediato, como a nivel del
Movimiento como un todo*.
Un Movimiento en movimiento 81
cada quien lo concibe, tiene el don y el poder de la
recuperación personal, nadie más”.
Los servicios son como un gran salvavidas que se
lanza al enfermo para rescatarlo de los estragos de la enfermedad.
Sin embargo, como todo en el grupo, son voluntarios. Por
mucho que la persona los necesite, y aunque esa necesidad sea
evidente para todos los demás integrantes, no se le pueden
imponer; todo lo que se puede hacer es invitarla, y no hay
mejor invitación que el ejemplo. Las personas que se apegan a
los servicios reflejan en el rostro y en sus actos la alegría de
vivir, sin necesidad de predicar ni terapear (que es como
llamamos al mal hábito de señalar a otros sus presuntas fallas
en vez de ver las propias). O, como dice un letrero que cuelga
en muchas salas: “No decaigas porque otros no sirven, sirve
para que otros no decaigan”.
Tampoco es apropiado irse al otro extremo y rogar a
las personas que hagan servicios. Los servicios son importantes;
suplicar a alguien que realice alguno es abaratarlo. Si, por
ejemplo, hay pocas personas en la sala y ninguna quiere
coordinar una junta de recuperación (aunque parezca increíble,
todavía existen en el Movimiento quienes creen que si
coordinan sin antes haber pasado a tribuna se van a “poner
mal”), es mejor no hacer la junta. Algo que nos revela la
experiencia del Movimiento es que siempre habrá personas
dispuestas a hacer servicio; por eso se dice que no son los
servicios los que necesitan al enfermo, sino al revés.
Con base en la Duodécima Tradición, que nos invita a
poner los principios por encima de las personalidades, se
puede decir que en Neuróticos Anónimos ningún servicio se
gana por “méritos” ajenos a la terapia, o sólo porque la persona
tenga determinada profesión o conocimientos. La experiencia
en una habilidad u oficio puede ser importante, pero no
indispensable, para realizar determinada tarea en el
Movimiento; en cambio, lo que sí es esencial es que la persona
El Congreso:
la fiesta de la Unidad y el Servicio
Un Movimiento en movimiento 83
y mi voluntad, y a creer también en los congresos como
la oportunidad de trascender mis miedos y mis disturbios
emocionales y de aprender a convivir y compartir
experiencias con otros seres humanos igual de
enfermos que yo. Eso es lo que viví
Eso es lo que viví en el en Cocoyoc: el milagro de dejar de
Congreso: el milagro sentir los miedos, las angustias,
de dejar de sentir los ansiedades y disturbios emocionales.
miedos, las angustias, Fue un motor emocional y espiritual
ansiedades y disturbios que encendió en mí el deseo de
emocionales. participar activamente en la
organización de los congresos. La
oportunidad llegó en el cuarto Congreso, que se
realizó en Acapulco, dentro del Comité de Hotelería.
En ese entonces hacíamos un plano con los números
de habitaciones y las asignábamos a los compañeros
según su tiempo de militancia, tendencias sexuales, si
fumaban o no, si tenían miedo a la altura, si tenían
pareja en el Movimiento... todo se hacía en forma
manual. Era muy laborioso.
“En ese tiempo recuerdo que en nuestra sala
había mucha lucha de egos entre los compañeros
que coordinaban los diferentes comités de Congreso,
mucho deseo de prestigio y de brillar con luz propia. El
precio emocional que pagamos fue muy alto; muchos
regresábamos del Congreso con resentimientos
originados por nuestros defectos de carácter, y
algunos se dejaban llevar por ellos hasta el grado de
irse del Movimiento. Esto hizo que se creara un comité
llamado ‘oreja’, que continúa vigente hasta hoy, el
cual se encarga de escuchar en curación a todos los
compañeros. Con el curso de los años hemos aprendido
a dar más importancia a los comités del Congreso que
a nuestras personalidades neuróticas.
Un Movimiento en movimiento 85
“En este proyecto he ido descubriendo mis debilidades
como neurótico, pero también mis cualidades, y así, junto con
mis compañeros, hemos tratado de ir mejorando la
organización de este evento. También ha sido importante ir
incorporando al Congreso, debido a su gran tamaño, la
tecnología más reciente en materia de informática, ya que en el
Congreso de 2008 se llegó a la cifra de 2000 congresistas, y
con el uso y la aplicación de equipos de cómputo se ha facilitado
la planeación y organización en beneficio de los congresistas.
Otro factor que ha contribuido al éxito de este servicio ha sido
la perseverancia, esto es; dar seguimiento a todos y cada uno de los
comités del Congreso semana a semana, durante casi un año de
servicio, todo con un sólo objetivo: hacer las cosas para que nuestros
compañeros congresistas disfruten de nuestro gran evento.
“Parte fundamental al inicio del Congreso es empezar
los servicios año con año con un corazón agradecido y una
oración hacia Dios, hacia la conciencia y hacia nuestros líderes
por tener el privilegio y la bendición de apoyar a todos nuestros
compañeros y tratar de hacerlo con humildad y con
responsabilidad; hemos aprendido que la felicidad existe
porque la sentimos y la hemos vivido a través del abrazo, del
llanto de gozo y la sonrisa fraternal de nuestros compañeros.”
El Retiro:
búsqueda consciente de uno mismo y de Dios
Un Movimiento en movimiento 87
“He descubierto que no “He descubierto que no
soy un cero a la soy un cero a la izquierda como
izquierda como siempre siempre creí, sino que soy un hijo
creí, sino que soy un hijo de Dios y que Él camina a mi lado.
de Dios y que Él camina Ha sido como dejar un enorme
a mi lado...” costal que toda la vida llevé a
cuestas. Hoy sé que la vida sigue,
que hay nuevos retos y que puedo enfrentarlos de la
mano de Dios para crecer y madurar. Como alguna
vez escuché, una cosa es la tranquilidad y otra es la
serenidad, y es ésta la que creo haber encontrado en
cada Retiro del Movimiento.
Un Movimiento en movimiento 89
90 Nuestro Libro Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos
El Movimiento
4
Buena Voluntad y las
Doce Tradiciones
A
sí como los Doce Pasos son el camino hacia la
recuperación individual, las Doce Tradiciones son
la salvaguarda del funcionamiento de los
grupos anónimos en general, y del Movimiento Buena
Voluntad en particular. La forma en que se forjaron a lo
largo de los años pertenece a la historia de Alcohólicos
Anónimos y se relata en su literatura; en lo individual, y
durante algunas de nuestras juntas, los neuróticos
anónimos solemos repasar esa historia con respeto y
gratitud, a la vez que intercambiamos experiencias que
hemos vivido al aplicarlas, con las cuales hemos ido
llenando algunas de esas páginas en blanco a las que se
refería Bill W., el fundador de AA, cuando hablaba del
porvenir. En este capítulo recordamos algunas de esas
experiencias, que constituyen la manera en que el
Movimiento Buena Voluntad vive las Doce Tradiciones.
Conviene recordar que las Tradiciones de AA
se forjaron y escribieron en una época en que aún no se
había dado la diversificación de grupos anónimos que se
Primera Tradición:
“Nuestro bienestar común debe tener la
preferencia; la recuperación personal
depende de la unidad de AA.”
Segunda Tradición:
“Para el propósito de nuestro grupo sólo
existe una autoridad fundamental: un Dios
amoroso que puede manifestarse en la
conciencia de nuestro grupo. Nuestros
líderes no son más que servidores de
confianza, no gobiernan.”
Tercera Tradición:
“El único requisito para ser miembro de AA
es querer dejar de beber.”
Cuarta Tradición:
“Cada grupo debe ser autónomo, excepto en
asuntos que afecten a otros grupos o a Alcohólicos
Anónimos considerado como un todo.”
Sexta Tradición:
“Un grupo de AA nunca debe respaldar, financiar
o prestar el nombre de AA a ninguna entidad
allegada o empresa ajena, para evitar que los
problemas de dinero, propiedad y prestigio nos
desvíen de nuestro objetivo primordial.”
Séptima Tradición:
“Todo grupo de AA debe mantenerse
completamente a sí mismo, negándose
a recibir contribuciones de fuera.”
*Es costumbre en los grupos que, cuando un recién llegado no tiene dinero para
transportarse a la sala al día siguiente, se le invita a tomar unas monedas de la
cestita de la “séptima” para que no deje de asistir si lo desea. En una ocasión un
señor tomó un billete de cierta denominación, y cuando se le preguntó por qué,
respondió: “Es que yo viajo en taxi”.
Décima Tradición:
“AA no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a
sus actividades; por consiguiente su nombre nunca
debe mezclarse en polémicas públicas.”
Undécima Tradición:
“Nuestra política de relaciones públicas se
basa más bien en la atracción que en la
promoción; necesitamos mantener siempre
nuestro anonimato personal ante la
prensa, la radio, la televisión y el cine.”
A
lo largo de su existencia, el Movimiento
Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos
Anónimos ha vivido experiencias, algunas
dolorosas, que han fructificado en la adopción de
prácticas y principios que le han dado personalidad
propia, pero, sobre todo, le han permitido florecer y
alcanzar la madurez, así como obtener el reconocimiento
de autoridades, especialistas e instituciones. Estas
prácticas y principios constituyen la Tónica del
Movimiento Buena Voluntad. Gracias a ella, nuestro
Movimiento es, dentro del espíritu de la Cuarta
Tradición, un solo grupo autónomo, integrado por un
Tónica
Tónica de de la Recup
la Recuperación
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accidentadas y remotas, así como la segunda Villa de
la Buena Voluntad. Pero en varios otros lugares se
han vivido experiencias semejantes, de personas que
desde ciudades lejanas llamaron o acudieron al
Movimiento en busca de ayuda, y hoy cuentan con
una o varias salas en su localidad. Tal fue, por
ejemplo, el caso del grupo de Ciudad Juárez o el de
la pequeña localidad de El Naranjo, en el estado de
San Luis Potosí.
Voces de alerta
Abriendo brecha
U
na de las preguntas que con más frecuencia
nos hacen los periodistas que nos entrevistan
se refiere a por qué seguimos en el grupo si
nos sentimos tan bien como decimos. Las respuestas
varían, pero dos elementos constantes son: la
responsabilidad de saber que tenemos una
alternativa contra la neurosis y que existen miles de
personas a quienes podemos ayudar a encontrarla, y
la satisfacción de ver cómo los recién llegados dejan
atrás el infierno de los trastornos emocionales y
recuperan la alegría de vivir. Además, claro, de un
hecho que no podemos darnos el lujo de olvidar: que
trabajar con otros enfermos es la medicina para
mantener la estabilidad emocional.
Gracias a haber llegado al Movimiento y a
darnos la oportunidad de practicar los principios del
Ahijados y padrinos
NA y la familia
Frente a la adversidad
A
lo largo de nuestra historia como Movimiento,
hemos tenido el privilegio de tratar con muchas
personas destacadas en sus distintos ámbitos de
actividad, que con generosidad se han convertido en
nuestros mayores aliados para la transmisión del mensaje.
En particular, los religiosos, médicos e intelectuales que han
sido ponentes en nuestro Simposium nos han ofrecido
valiosos elementos, con base en sus conocimientos y
experiencia, para reflexionar acerca de nuestra enfermedad
y de la alternativa que ofrecemos para atenderla.
En estas páginas presentamos, por orden
alfabético de sus autores, un panorama de sus puntos de
vista, expresados en sus participaciones en nuestros
eventos o en artículos escritos expresamente para este
libro. En su conjunto constituyen una amplia e iluminadora
gama de perspectivas sobre un padecimiento que la
Organización Mundial de la Salud considera el problema
número uno de salud pública en el planeta, así como sobre
nuestro Movimiento y su labor. Sirva también su inclusión
como un testimonio de gratitud de todos nosotros por su
invaluable apoyo.
U
na persona decide integrarse a un grupo de
Neuróticos Anónimos (NA) cuando constata una y
otra vez, hasta la exasperación, que por sí misma
no puede cambiar, que no dejará de sufrir ni de estar en
conflicto con los otros. En esta época de alto
individualismo las personas pretenden ser autónomas y
libres, pero no logran desligarse de la incesante y
desalmada competencia. Aferrados a su arrogancia en su
lucha contra todos, no valoran a los otros, ni tampoco
reciben un convincente reconocimiento. En la continua
competencia, el individuo se angustia por los vaivenes de
su autoestima; pierde la confianza en sí mismo, al mismo
tiempo que no se atreve a confiar en los otros, ya que
percibe a cualquier otro como un inevitable competidor,
Voces de alerta
Abriendo brecha
U
na de las preguntas que con más frecuencia
nos hacen los periodistas que nos entrevistan
se refiere a por qué seguimos en el grupo si
nos sentimos tan bien como decimos. Las respuestas
varían, pero dos elementos constantes son: la
responsabilidad de saber que tenemos una
alternativa contra la neurosis y que existen miles de
personas a quienes podemos ayudar a encontrarla, y
la satisfacción de ver cómo los recién llegados dejan
atrás el infierno de los trastornos emocionales y
recuperan la alegría de vivir. Además, claro, de un
hecho que no podemos darnos el lujo de olvidar: que
trabajar con otros enfermos es la medicina para
mantener la estabilidad emocional.
Gracias a haber llegado al Movimiento y a
darnos la oportunidad de practicar los principios del
Ahijados y padrinos
NA y la familia
Frente a la adversidad
A
lo largo de nuestra historia como Movimiento,
hemos tenido el privilegio de tratar con muchas
personas destacadas en sus distintos ámbitos de
actividad, que con generosidad se han convertido en
nuestros mayores aliados para la transmisión del mensaje.
En particular, los religiosos, médicos e intelectuales que han
sido ponentes en nuestro Simposium nos han ofrecido
valiosos elementos, con base en sus conocimientos y
experiencia, para reflexionar acerca de nuestra enfermedad
y de la alternativa que ofrecemos para atenderla.
En estas páginas presentamos, por orden
alfabético de sus autores, un panorama de sus puntos de
vista, expresados en sus participaciones en nuestros
eventos o en artículos escritos expresamente para este
libro. En su conjunto constituyen una amplia e iluminadora
gama de perspectivas sobre un padecimiento que la
Organización Mundial de la Salud considera el problema
número uno de salud pública en el planeta, así como sobre
nuestro Movimiento y su labor. Sirva también su inclusión
como un testimonio de gratitud de todos nosotros por su
invaluable apoyo.
U
na persona decide integrarse a un grupo de
Neuróticos Anónimos (NA) cuando constata una y
otra vez, hasta la exasperación, que por sí misma
no puede cambiar, que no dejará de sufrir ni de estar en
conflicto con los otros. En esta época de alto
individualismo las personas pretenden ser autónomas y
libres, pero no logran desligarse de la incesante y
desalmada competencia. Aferrados a su arrogancia en su
lucha contra todos, no valoran a los otros, ni tampoco
reciben un convincente reconocimiento. En la continua
competencia, el individuo se angustia por los vaivenes de
su autoestima; pierde la confianza en sí mismo, al mismo
tiempo que no se atreve a confiar en los otros, ya que
percibe a cualquier otro como un inevitable competidor,
E
l humor y el sketch en la televisión reflejan lo que
ocurre en la sociedad. Esta experiencia la pude
recopilar en el programa Qué nos pasa,
escribiendo. Curiosamente, todos los personajes
de Qué nos pasa son neuróticos. El Destroyer es un
neurótico. No atendimos a las causas por las que es
neurótico. Yo no creo que ningún chavo banda raye carros
por gusto. Para que llegue a ese punto o a meterse
cemento es porque detrás hay muchas causas. No se nos
permite decirlas en los medios de comunicación, pero se
logró un avance al poner en pantalla a neuróticos.
Flanagan es otro neurótico, que está transculturizado. El
personaje que mejor puede ejemplificar los rasgos
patológicos de un neurótico, que vuelven su vida insufrible
Tónica de la Recup
Y
o he estado involucrado en los medios de
comunicación por más de 16 años. Este país está
enfermo de salvadores, de redentores, los que ya
encontraron la fórmula económica, los que van a salvar a la
patria, etc. Verdaderamente a este país lo han hundido sus
salvadores. Yo no quisiera ser uno más de ellos. Yo quisiera
compartir con ustedes mi inquietud: ¿qué vamos a hacer
con este maravilloso país en el que nos ha tocado vivir?
Hay una relación muy viciada, muy neurótica
entre el mexicano y los famosos medios de comunicación.
La televisión, la prensa, la radio, el correo... todos ellos son
modos de invadir nuestra privacía. Invasión que nosotros
permitimos, que nosotros toleramos. Yo quisiera ponerles
el ejemplo de alguien que, como cualquier persona,
acumula basura a lo largo del día. ¿Cómo reaccionarían
ustedes si de pronto el vecino de al lado decide solucionar
L
os felicito por esta reunión en la que hacemos del
reconocimiento de la propia neurosis una fiesta.
Felicidades a todos los neuróticos por haber
reconocido el tener un problema, que es el principio de la
recuperación. Estoy convencido de que una de las cosas
más grandes del siglo XX fue este Movimiento, al igual
que el de AA. Cada quien piensa en Dios como lo imagina,
eso es parte del programa. Esto ha sido la salvación para
muchas personas. Esto nos da la conciencia de que no
somos seguidores de un libro escrito hace veinte siglos o
más. Somos seguidores de un Dios que habló de muchas
y diversas maneras. Hoy sigue hablando y escribiendo por
medio de los profetas, recordando que profeta es aquel
hombre que le presta a Dios su mente, su voluntad y su
corazón para comunicar buenas noticias. Tenemos que
B
uenas tardes a los compañeros del Movimiento
Buena Voluntad. Es para mí muy grato estar aquí
después de 30 años en que tuve la oportunidad
por primera vez de compartir la tribuna en un aniversario
de Neuróticos Anónimos. Entonces no era el Buena
Voluntad. Estaba iniciando apenas esta maravillosa fuente
de vida. Era un pequeño grupito ahí en la colonia Roma,
ahí en la calle de Teocelo. Y yo sin darme cuenta, sin saber
qué estaba haciendo ahí, sin estar muy bien enterado,
puesto que apenas se me había dado la oportunidad de
ser custodio médico en el inicio del grupo AA 24 Horas
Condesa. Teniendo una aparentemente vasta información
sobre lo que era la neurosis, pero en realidad sin saber qué decir.
Perdonar y amar
N
o sé si saben la historia de un paisano mío (yo soy
gachupa). A un paisano se le quedó el carro
cerrado y dice a su esposa: “¡Oye, Manuela, que
me has dejado el carro cerrado con las llaves dentro!” Ella
contesta: “Pues, mira, esto es muy fácil, con un alambre
haces un gancho y lo metes por la ventanilla tratando de
levantar el seguro”. Él no lo logra y dice a la mujer: “Claro,
para ti es muy fácil porque estás adentro del coche”... Así
es con la neurosis... El gran problema está dentro del
carro, y la solución también está dentro del carro... el gran
problema está dentro de uno mismo.
Uno de los problemas de la neurosis es la
sensación que tiene uno a veces de que la vida le ha
tratado mal; se siente uno derrotado, engañado, cree que
H
e tenido el privilegio de ser invitada en cuatro
ocasiones a los Simposios de los grupos Buena
Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos. Me
llena de alegría observar con cuánto amor los preparan.
He tenido también la oportunidad de asistir a muchas juntas.
Creo en los grupos de autoayuda porque
infunden esperanza y eso es de un gran valor terapéutico.
Los testimonios de la gente que ha vivido en la
desesperación y ha podido salir adelante constituyen
inspiraciones vivas para los demás. Además, los problemas
que se tratan en las reuniones son universales.
Quien es miembro de Neuróticos Anónimos
sabe que no está solo en su desdicha; el grupo constituye,
muchas veces, una recapitulación correctiva del grupo
familiar primario. NA llega a ser esa familia anhelada en la
L
a neurosis es dolor en el alma. A lo largo de
muchos años como médico he tenido la
oportunidad de conocer el miedo, tanto el de mis
pacientes como el mío. Conozco la angustia, la he
compartido con amigos, con mis pacientes y con gente
conocida. El miedo y la angustia me han llevado a la
desesperación, a la pérdida de la esperanza. No solamente
el miedo, la angustia y la desesperanza son los agobios del
alma. Existen otros: me refiero al grado mayor de la
tristeza, que es la depresión, y a sus peores
complicaciones, es decir, a la pérdida de las ganas de vivir,
al deseo de morir. Cuando esto ocurre, desgraciadamente
aparecen ideas de matarse. Algunos lo intentan y lo
Y
o soy neurótica desde el nacimiento. He lidiado
con eso a través de la religión, del trabajo, de mis
amigos. Si, yo estaba convencida de que era
neurótica, no alcohólica; y digo era, porque 95% de la
población lo es. Me da gusto pertenecer a ese 95%. No
estoy capacitada para sugerirles nada. Estoy convencida
de que uno en la vida sólo puede cambiar a una sola
persona, y esa persona es uno mismo. No hay modo de
cambiar a nadie. Sea quien sea. No estamos en el cuerpo
de esa persona. Somos muy dados a dar consejos. Cada
persona es un cúmulo de cultura, de sentimientos, etc.
Podemos preguntarnos: “¿por qué yo sufro más que el
resto, si tengo a los mismos padres que mi hermano?”
Yo quiero compartir con ustedes una experiencia
personal, de familia, de trabajo. Los medios de comunica-
A
gradezco a la agrupación que se me invite. ¿Cómo
justificar mi presencia aquí? ¿Cómo explicar mi
incapacidad para decir que no? La inalterable falta
de freno que me impide rehusar invitaciones, no porque
crea importantes mis palabras ni porque tema ofender
con mi negativa (aunque algo hay de eso). No soy experto
en salvar almas ni en estudiar las posibilidades ni las
variedades del cerebro. Tal vez, y esta es la explicación que
me doy con más frecuencia, acepto por ir en busca de los
estímulos del diálogo, y esta es la versión más radical, o
acepto porque creo que si sabemos oír y ver, ponentes y
conferenciantes seremos quienes más se beneficien con
tal actividad. Creo que los aparentes maestros son los
verdaderos alumnos.
E
n el documento final de la Quinta Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano y del
Caribe realizada en la ciudad de Aparecida, Brasil,
en mayo de 2007, mirando la realidad que interpela a los
discípulos de Jesucristo, los obispos afirman que vivimos
un momento histórico de cambios profundos, acelerados,
complejos y globales, que traen de la mano una crisis de
sentido de la vida. Sin un sentido de la vida el ser humano
experimenta vacío en su existencia.
En efecto, en el ministerio sacerdotal he podido
constatar diariamente que muchos hombres y mujeres
experimentan este vacío en su existencia: soledad,
depresión, angustia, miedo, tristeza, deseos de morir o