Trabajo Ciencias de La Tierra 4 Actividad
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ANÁLISIS ENERGÉTICO.
PROFESORA: ALUMNO:
JOHANA, APONTE BELLO, ANGELO.
5- CONSUMO DE ENERGÍA.
El consumo energético es TODA la energía empleada para realizar una acción, fabricar algo
o, simplemente, habitar un edificio. Veamos algunos ejemplos:
En una fábrica, se puede medir su consumo energético total mirando qué energía
consume un proceso productivo, por ejemplo, fabricar un lote de peluches. Esto
incluirá el agua, la luz, el gas… cualquier fuente energética necesaria para que los
peluches se fabriquen.
En un hogar el consumo energético incluirá las facturas de agua, electricidad, gas…
y cualquier otra energía que se emplee para vivir en él.
El consumo energético de un autobús incluye cuánto gasoil o gasolina emplea para
funcionar.
Es decir: consumo energético no es solo aquel que procede de una única fuente energética. Es
una confusión común pensar que para ahorrar energía hay que ahorrar en electricidad. Quizá
sea otra fuente energética la que más está impactando en cierto proceso.
Otra derivada de la definición de consumo energético es que hay que evaluar los procesos
productivos en su totalidad. Si fabricas componentes de coches en una fábrica
(como TACSA, por ejemplo) el proceso no termina al fabricar las piezas. Si tu flota de reparto
las lleva al cliente, la gasolina de dicha flota también es parte de tu consumo energético.
6-BALANCE ENERGÉTICO
El balance energético o equilibrio energético se refiere “simplemente” a que debemos ingerir
la misma cantidad de energía que gastamos. Energía ingerida en la dieta = energía gastada
en funciones vitales y en actividades. Conocer el concepto de balance energético y aplicarlo
a nuestras vidas es quizá el factor más importante para mantener una buena salud y tratar de
prevenir la obesidad. Sin embargo, la teoría no es sencilla aplicarla ya que, por un lado, en
este siglo XXI desconocemos todavía en gran medida lo que comemos, en definitiva, nuestra
dieta.
Y es que hoy la evidencia científica nos dice que el ajustar la ingesta energética a un nivel
elevado de gasto por actividad física, parece ser lo más adecuado. Recordemos que nuestro
entorno en la actualidad es claramente sedentario, por lo que en el pasado era plausible, no
lo es en la actualidad. Pensemos además que si optamos por ir restringiendo nuestra ingesta
de energía progresivamente sin modificar nuestro gasto por actividad física, corremos el
riesgo de situarnos ante un patrón de dieta con baja densidad nutricional, afectándose
fundamentalmente los micronutrientes, con ingestas insuficientes o subóptimas.
La propuesta tiene en sus tres fases un alcance de corto, mediano y largo plazo,
respectivamente. En este sentido, en la Fase 1 se atiende la urgencia de recuperación de la
capacidad de generación eléctrica nacional, en la Fase 2 se avanza hacia la consolidación de
un sistema eléctrico sostenible y en la Fase 3 se pretende la transformación integral del
sistema eléctrico nacional hacia otro mucho más distribuido y democratizado, basado en
fuentes renovables y no contaminantes de energía.