Origen de El Parabrisas
Origen de El Parabrisas
Origen de El Parabrisas
En retrospectiva, imaginar que una mujer de principios del siglo XX pudiera tener
injerencia sobre el funcionamiento de un prodcuto relacionado con los hombres
como eran los automóviles en esos tiempos, sería casi una imprudencia. Pero
dentro de ese pequeño grupo de mujeres que durante la primera década del 1900
lucharon por sus derechos y por la igualdad de condiciones para trabajar, estudiar
y participar de la política, hubo muchas de ellas que soñaron con mejorar la
calidad de vida de sus pares desde la inventiva.
En 1903, durante un viaje de su ciudad natal Alabama hacia Nueva York, Mary
Anderson vio cómo los conductores se bajaban constantemente a limpiar los
parabrisas durante una nevada, lo que le pareció ridículo entendiendo que el
concepto del automóvil de esos tiempos era el de brindar comodidad a quien
pudiera adquirirlo. Así es como comenzó a elaborar diseños caseros en papel de
un dispositivo que pudiera ser activado desde el interior del vehículo para despejar
el parabrisas.
Pero nada fue fácil para Kearns. Así como le pasó a Anderson, cuando decidió ir a
mostrar su invento a la empresa Ford (empresa que admiraba y en la que confiaba
profundamente, además de considerarla un ejemplo de la industria americana,
según comentó su hija en una entrevista), estos lo desestimaron por considerarlo
poco práctico. Bajo el argumento de que una patente que no se diferencia mucho
del invento original es considerada “poco práctica” para implementarse en un
vehículo, Ford robó la idea de Kearns y lanzó en 1969 su primer coche con
limpiaparabrisas intermitente.
Robert Kearns sintió un gran dolor por la traición y desde ese día dedicó todo el
resto de su vida a lograr que las compañías que robaron su invento (compuesto
por más de 30 patentes lo que hacía que el argumento de Ford sobre la “idea poco
original” no tuviera sustento) pagaran por el error cometido.