Frutos Del Espiritu Santo
Frutos Del Espiritu Santo
Frutos Del Espiritu Santo
La palabra Ágape a diferencia de otras que también son traducidas como amor en español
es una atributo comunicable de Dios por lo tanto es una característica que nos hace
esencialmente participantes de la naturaleza divina, es decir hijos de Dios, es de este amor
divino que derivan todos los demás frutos.
2. El Gozo
Luego la Biblia habla del “Gozo”, que más que un sentimiento denota una actitud de
confianza suprema y alegría intrínseca basada en la fidelidad de Dios, en lo que Él es, y en
su benevolencia, el meditar en su persona ofrece al creyente la seguridad de que Dios
siempre está en control.
Dios sigue allí en medio de cualquier adversidad, y de que sin importar las circunstancias
siempre tiene suficientes motivos para estar agradecido y mantenerse gozoso.
Cuando una persona siente una satisfacción interna, la cual está presente aun en los
momentos de grandes penas, se puede decir que está gozosa. Pero el gozo no aparece en el
nacimiento, sino que es uno de los frutos otorgados por el Espíritu Santo para quienes
le han abierto las puertas de sus corazones aceptando a Cristo.
Es por ello que, el gozo de los frutos significa aquel sentimiento de plenitud, llenura y
gracia por servirle a Dios, por estar bien con él y por sentirse honrado de seguirle sin
condiciones, inclusive cuando tenemos razones para sufrir o estar mal.
Sin embargo, el Gozo no puede estar atado a nuestros deseos carnales. Este es más bien
una sensación interna, espiritual, mental y emocional de estar repletos del Espíritu
Santo. Cuando estamos gozosos esperamos lo bueno del Altísimo y esta es una sensación
permanente, siempre y cuando conserves el fruto del Espíritu Santo.
¿Cómo se manifiesta la alegría en el ser humano?
Una persona puede manifestar su alegría a través de sus facciones, con una sonrisa y con
sentimiento de plenitud. Pero también mediante buenas obras, pues cuando estamos alegres
nos atrevemos a olvidarnos de lo malo, por más fuerte que parezca.
3. La paz
La siguiente consecuencia de la presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente es la
“Paz”, ahora bien, esta es una cualidad que tampoco está sujeta a las circunstancias, es una
paz diferente a la que da el mundo, tal como lo señalase Jesús mientras anduvo entre
nosotros.
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón, ni tenga miedo” Juan 14:27.
Es una paz únicamente dada por Dios a través del Espíritu Santo, una paz que está basada
en la fidelidad de su amor y cuidado tal como lo expresase también el apóstol Pablo
Filipenses 4:7, es una paz que sobrepasa todo entendimiento capaz de guardar fielmente
nuestros corazones y pensamientos en Dios.
Una paz que es producto de una contemplación constante de nuestras circunstancias desde
la perspectiva de Dios y no de la perspectiva humana.
4. La Paciencia
La siguiente virtud es la “Paciencia”, la cual implica la capacidad de sufrir circunstancias
adversas esperando con tranquilidad, de una manera voluntaria, y no por mera necesidad,
sin murmurar ni quejarse, sino con plena confianza de que Dios está obrando en medio de
las circunstancias, y de que él sabe lo que está haciendo y lo que es mejor para cada uno de
sus hijos según su propósito.
“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él
ha llamado de acuerdo con su propósito”. Juan 8:28
Es lograr ser benigno y buscar el bien en especial de quienes al parecer no merecen tal
benevolencia.
Este fruto está dentro de quienes son mansos y aprenden a perdonar, incluso a aquellos
que han hecho acciones que podemos considerar como “imperdonables”. La carga se la
dejamos a Dios y será él quien decida, mientras nosotros debemos olvidar otorgando el
perdón con benignidad.
6. La Bondad
La sexta cualidad especial fruto del Espíritu Santo es la “Bondad”, el diccionario
describe la bondad como la cualidad de ser bueno, la inclinación a hacer el bien y a un
comportamiento virtuoso, está estrechamente ligada a la benignidad, puesto que es en
términos sencillos su aplicación constante.
Efesios 5:9 nos dice además que el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad.
la bondad es pues una cualidad indispensable de los cristianos que caminan en el espíritu de
Dios y son guiados por él.
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6
La palabra galardonador significa que Dios premia, bendice, ayuda y prospera a quienes
le buscan sinceramente y creen en él, no se puede lograr nada sin fe, sin tenerla y
mantenerla, puesto que es la capacidad de creer en que nuestras acciones producirán un
resultado y que ese mismo resultado será beneficioso y positivo.
8. La Mansedumbre
La penúltima virtud mencionada en Gálatas es la “Mansedumbre”. la biblia habla de
que la mansedumbre hace cesar grandes ofensas en Eclesiastés 10:4, la mansedumbre, es
pues la capacidad especial que tiene una persona para modelar la ira y sus efectos
desordenados en si mismo y en el entorno.
Dicho de otra manera es una forma inteligente de evitar todo resentimiento o acción
violenta por el comportamiento de otros, o por cualquier circunstancia desagradable,
dejando de lado la irritabilidad y la venganza, para dar lugar a una actitud más asertiva, y
acorde con el momento vivido, en el sermón del monte Jesús habla de que los mansos son
bienaventurados, porque ellos recibirán la tierra como heredad (Mateo 5:5).
También en Mateo 11:29 el Señor Jesús nos amonesta a que imitemos su mansedumbre.
Dice:
“Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas”.
En este contexto la palabra yugo implica una carga, y Jesús lo que nos está diciendo es que
imitemos su mansedumbre y recibamos de buena gana sus estatutos, órdenes y
mandamientos de esa manera literalmente “Él” dará descanso a nuestra alma.
9. La Templanza
Última virtud y no por eso menos importante es la “Templanza”, que consiste en la
moderación de los apetitos y placeres para procurar un equilibrio, que permita el más
óptimo aprovechamiento de los bienes disponibles para la persona.
Las personas con templanza no ceden ante las presiones externas, en especial si estas van
en contra de sus valores y creencias, las personas con templanza mantienen la rectitud en
sus actos y conducta a pesar de lo que esto pueda significar para su reputación.
La templanza es vital para el cumplimiento de objetivos y metas ya que asegura el dominio
de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad, lo
cual evita distracciones innecesarias y mejora el desempeño en todos los sentidos.
Cada una de estas virtudes fruto del Espíritu Santo esta relacionada entre sí de modo tal que
quien vive en comunión con el Espíritu Santo de Dios ha de manifestar estas cualidades
notoria y constantemente de una u otra manera. Recordemos que la escritura dice:
Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de
las zarzas se vendimian uvas. Lucas 6:44.
Antes de la templanza, en Gálatas se menciona la mansedumbre como parte del fruto del
Espíritu Santo. Y esta es la abstención y la supresión de los sentimientos de ira, rabia,
venganza, resentimiento y todo lo que pueda provocar como consecuencia.
Por eso, una persona con templanza es capaz de dominar los impulsos de la ira debido
a que su corazón es manso, bondadoso y ha aprendido a perdonar, pues Dios es quién tiene
el poder de juzgar y no nosotros.
Mateo 11:29 y 30 nos explica un poco de la mansedumbre cuando Jesús dice “llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil; y ligera mi carga”.
La Templanza es una virtud, que forma parte de los frutos del Espíritu Santo, y se entiende
como aquella capacidad espiritual, física y mental de abstenerse a realizar ciertas cosas o
tomar decisiones rápidas, poniendo de primer lugar la razón.
Todas las virtudes están interconectadas con las demás, y requieres de amor para tener
gozo, alcanzar la paz, ganar paciencia, ser benigno y bondadoso, poseer la fe, ser manso y
actuar con templanza ante cualquier tentación.
Frutos del Espíritu Santo explicado para jóvenes
Cuando somos jóvenes creemos amar, aunque muchas veces no tenemos paciencia, ni
tampoco fe. Es por ello que al recibir los frutos que el Espíritu Santo nos otorga, lo primero
que debemos aprender a hacer es sentir amor a Dios, quién nos dará el gozo y la paz a
nuestras vidas.
Al sentir paz, la paciencia vendrá y aprenderemos a ser benignos para perdonar a quienes
nos ofenden. La bondad nos mostrará la fe, con la que aprenderemos a ser mansos debido a
la templanza del espíritu.