Martin Fierro
Martin Fierro
Martin Fierro
Es un poema en el que el protagonista homónimo cuenta sus desdichas, que representan las
de todos los gauchos en las últimas décadas del siglo XIX. En su canto, Fierro se presenta como
un payador que hace alardes de sus destrezas musicales y de su bravura para afrontar los
conflictos. También interpela a sus oyentes a través de sus lamentos, buscando a su modo una
forma de denunciar las injusticias que ha padecido.
Martín Fierro cuenta que antes vivía feliz junto con otros gauchos trabajando en el campo. Allí
nada les faltaba y todo era alegría. Hasta que un día llega el Juez de Paz y se lo lleva a servir en
la frontera, defendiendo las tierras de los ataques de los indios. Allí, Fierro sufre el maltrato de
la autoridad, que lo despoja de sus pertenencias, lo obliga a trabajar la tierra y no le paga por
sus servicios. Para luchar contra los indios también se ven en desventaja, ya que no cuentan
con el armamento necesario. Fierro aquí construye una imagen negativa del indio, a quien ve
como un ser desalmado que llega para arrasar y destruir todo.
En un día de paga, el mayor lo trata de animal y le dice que a él no le corresponde pago porque
no se encuentra en la lista. Martín Fierro, por ahora, no ve motivos suficientes para pelearse y
decide no entrar en conflicto. Igualmente es castigado por reclamar su sueldo, luego de que
los jefes lo mandan al estaqueadero por un malentendido con un gringo.
Como no tiene a dónde ir, lo tratan de vago y empiezan a perseguirlo. En esta condición se
encuentra cuando un día se acerca a una pulpería para ahogar sus penas en alcohol. Allí
provoca a una mujer y a un hombre negros, burlándose de ellos de forma despectiva. El
hombre va a su encuentro con el cuchillo y Fierro lo mata. En otra ocasión, se pelea con un
gaucho que es un protegido del comandante. Después de este duelo, que termina con la
muerte de su oponente, Fierro se escapa para que no lo agarre la policía.
En esta parte del poema, Cruz toma el canto para contar su historia. Él también ha padecido
los abusos de la autoridad: un jefe suyo le quitó a su mujer y su hacienda. Cruz empezó a vivir
como matrero, enfrentando con el cuchillo a quien lo provocara. En eso estaba cuando
consiguió que un amigo suyo lo compusiera con el juez. Cruz pasó a ser un sargento de policía,
pero desconfiaba de los comandantes, que tenían planes de llevar a los soldados a trabajar
tierras apropiadas en la frontera. Por eso decide volver a ser un gaucho matrero y le ofrece a
Fierro su compañía en la desgracia.
Fierro acepta esta compañía y le propone a Cruz abandonar la sociedad e irse con los indios.
Dice que allí podrán vivir bien, sin necesidad de trabajar. Será peligroso cruzar el desierto, pero
como buen gaucho no le teme a nada. Después de esta decisión, rompe la guitarra para dar fin
a su canto, y con la intención de no volver a cantar. También desafía a los presentes diciendo
que nadie va a cantar donde ha cantado este gaucho.
Entonces aparece una nueva voz en el canto que refiere en tercera persona la última parte de
esta historia. Cuenta que vio a Cruz y a Fierro cruzar la frontera y que no sabe si habrán
muerto en el desierto o si siguen vivos. Cierra el poema diciendo que ha contado, a su modo,
males que conocen todos, pero que nadie antes había contado.
2- La métrica: Utiliza el verso octosílabo. Esta métrica se debe también a su carácter musical,
pues se presta para los ritmos musicales de la guitarra.
3- El héroe recorre dos sendas paralelas: una exterior de aventuras y una interior de
amarguras.
4- Es una poesía popular, en la que el poeta, con toda deliberación, pone su canto al
servicio de la tradición oral.
7- Hernández demuestra que lo gaucho puede ser por sí solo base de una creación artística de
sentido trascendental.
9- No escribe en un dialecto gauchesco, sino en una lengua española común que él configura
con perspectiva de gaucho.