Celebración Penitencial JJ
Celebración Penitencial JJ
Celebración Penitencial JJ
El Señor rompe todo aquello que nos esclaviza. Dichoso nosotros porque sabemos que nos llama a
pararnos, a mirar nuestro corazón, a eliminar tantas y tantas caretas que hemos puesto en nuestro
rostros que nos impiden mostrarnos como hijos e hijas de un mismo Padre. Que ese gran don de
Dios, su amor, esté siempre con todos vosotros.
INTRODUCCIÓN
LECTOR 1:Queridos jóvenes Dios Padre espera que volvamos a sus brazos, que volvamos a
ser hijos en el Hijo, que descubramos un poco más su amor por cada uno de los que estamos acá,
para que nos miremos nosotros mismos y nos descubramos, nos pensemos y nos proyectemos
bajo la mirada amorosa que él nos ofrece. Como movimiento hemos esperado mucho tiempo para
encontrarnos nuevamente y con este modo covid de vivir, pero más aún al estilo salesiano siendo
jóvenes para otros jóvenes. Lo hacemos reconciliándonos con este Padre que nos ama tanto y nos
quiere ver felices y realizados. Dios quiere y necesita corazones abiertos, quiere corazones
abiertos. Corazones dispuestos, corazones que respondan a su amor. Pidamos la gracia de que
abra nuestros corazones para que podamos experimentar la ternura de Dios en esta celebración.
Invocamos con este canto la presencia del espíritu su gracia sea esa fuerza de lo alto que viene en
ayuda de nuestra debilidad…
LITURGIA DE LA PALABRA
Jesús dijo también: “Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la
parte de herencia que me corresponde’. Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después, el
hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una
vida licenciosa.
Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir
privaciones. Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su
campo para cuidar cerdos. Él hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los
cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó y dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen
pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! Ahora mismo iré a la casa de mi
padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo,
trátame como a uno de tus jornaleros’.
Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se
conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: ‘Padre,
pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo’. Pero el padre dijo a sus
servidores: Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias
en los pies.
Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y
ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado’. Y comenzó la fiesta.
PEDIMOS PERDÓN
LECTOR 1
…Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra Ti. Ya no merezco
ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus jornaleros…
(Peticiones de perdón para hacerla todos juntos y después se puede invitar a los que quieran
confesarse a que puedan hacerlo de manera concreta)
– Porque muchas veces preferimos hacer lo que nos gusta en vez de lo que realmente tenemos
que hacer. Respondemos: Padre, perdónanos.
– Porque muchas veces preferimos otras cosas antes que a Ti. R: Padre, perdónanos.
– Porque muchas veces no nos esforzamos en ayudar a los que tenemos a nuestro lado. R: Padre,
perdónanos
– Porque somos egoístas y nos movemos por nuestros intereses. R: Padre, perdónanos
“…Volveré a mi Padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme
hijo tuyo, trátame como a uno de tus siervos. Partió, pues, de vuelta a la casa de su padre.
¿Está mi corazón dirigido a Dios de tal manera que con verdad lo ame sobre todas las cosas? ¿Me
acuerdo de Él cada día para agradecerle y para ofrecerle mis trabajos, mi estudio, alegrías y
dolores? ¿Me comunico con Él en la oración y en la Misa de los domingos? ¿Tengo confianza en Él
tratando de descubrir qué es lo que quiere de mi vida? ¿Me he preocupado de que mi fe no se
apague, sino que crezca en el conocer a Cristo y su Palabra, tal como me la enseña la Iglesia?¿He
hablado irrespetuosamente de las cosas sagradas o he tomado en vano el nombre de Dios?
¿He sido para mis hermanos causa de alejamiento de Dios, con mis palabras o acciones? ¿Causé
daño a la vida, a la salud o a la buena fama de cualquier persona? ¿Hablé mal de alguien,
criticando o chusmeando? ¿Diciendo la verdad o con mentira? ¿Insulté o falté el respeto a
alguien? ¿Maté al indefenso con el aborto o aconsejé a otros que lo hicieran? ¿He hecho partícipes
de mis bienes (bienes materiales, ideas, tiempo, afecto,…) a los que tienen menos que yo o soy
egoísta y no sé compartir lo mío con otros? ¿He sido paciente con los demás miembros de mi
familia? ¿He sido fiel en mi noviazgo o matrimonio, con las obras, el pensamiento, el deseo?¿Trato
de vivir mi noviazgo con seriedad, dejándome guiar por Cristo y por la Iglesia? ¿He actuado con
sinceridad y he manifestado siempre la verdad? ¿Cumplo con la palabra empeñada, o miento
engañando y estafando a los demás para provecho propio? ¿He robado algo? ¿He sido buen
compañero en el trabajo y en el estudio?
¿Cómo uso mi tiempo y los dones que Dios me dio? ¿He tenido cuidado de mi salud? ¿He
cometido abusos o excesos en la alimentación o en la diversión? ¿He vivido ordenadamente mi
sexualidad, de acuerdo con mi estado de vida? ¿He sido responsable con mis obligaciones? ¿Trato
de mejorar o cambiar las cosas de mi carácter que no son buenas? ¿Me amo a mi mismo, me
quiero, me respeto o hay algo en mí que no me cierra y por eso me escapo y no me trato bien?
Oremos (Pausa)
LECTOR 2
Padre bondadoso, que te identificas con los necesitados, que estás lejano y cercano al mismo
tiempo y te manifiestas en Jesús; concédenos tu perdón, una vez más por medio de Jesús, que
vino a llamar a los pecadores, a buscar la oveja perdida, a salvar a los desposeídos, a defender a
los pobres y a perdonar a los arrepentidos.
-Bendito seas, Padre, por esta gracia y este tiempo; por concedernos un momento oportuno de
preparación a las fiestas pascuales.
-Bendito eres, Tú, Padre porque nos llamas a cada uno de los creyentes a emprender de manera
más personal y consciente el compromiso de seguir a Jesús tu Hijo, nuestro amigo y hermano.
-Bendito eres, Tú, Padre, por interpelarnos en lo profundo y radical de la vida y por querer
liberarnos de nuestras falsas seguridades y de los ídolos secretos que construimos sin cesar.
-Bendito eres, Tú, Padre, porque nos das el Espíritu, el único que puede convertirnos, el único que
puede atravesar nuestros pensamientos el único que puede darnos un corazón de hijos según el
corazón de tu Hijo Jesús.
PADRE NUESTRO
LECTOR 1: “Le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y lo besó efusivamente: El hijo
le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. (Con alegría
y entusiasmo) … ‘Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y
sandalias en los pies… y comenzó la fiesta”
(Con alegría) Ahora es el momento de la fiesta porque el hijo volvió…y en el cielo hoy también hay
fiesta, porque nosotros que somos sus hijos volvimos al Padre….
Juntos como hijos de un mismo padre rezamos la oración del Padre Nuestro.
MATERIALES
PROYECTOR, COMPUTADORA.