Subsidio de Celebracion Penitencial para Realizar en Casa
Subsidio de Celebracion Penitencial para Realizar en Casa
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Inicio: Canción Zamba del perdón o buscar en la Biblia y leer salmo 138.
Oración inicial: Señor, Dios todopoderoso, tú eres Padre de todos. Tú creaste a los hombres
para que estuvieran siempre en tu casa, abre nuestros corazones para que escuchemos tu voz,
para que después de habernos alejado de ti por el pecado, volvamos ahora a ti de todo corazón,
y reconozcamos que tú eres nuestro Padre lleno de misericordia, que nos corriges y perdonas
todos nuestros pecados. Devuélvenos la alegría de tu salvación para que al mismo tiempo que
volvemos a ti, nos alegremos en el banquete de tu casa ahora y siempre por los siglos de los
siglos, Amén.
Lectura de la Palabra: Lc 15, 11 – 32.
Jesús dijo también: «Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame
la parte de herencia que me corresponde". Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después,
el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en
una vida licenciosa. Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y
comenzó a sufrir privaciones. Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa
región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. Él hubiera deseado calmar su hambre con
las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó y dijo: "¡Cuántos
jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!”.
Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no
merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros". Entonces partió y volvió
a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió
profundamente, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: "Padre, pequé contra
el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo". Pero el padre dijo a sus servidores:
"Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los
pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba
muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado". Y comenzó la fiesta. El hijo
mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que
acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso. Él
le respondió: "Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero y engordado, porque lo
ha recobrado sano y salvo”. Él se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que
entrara, pero él le respondió: "Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni
una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. ¡Y
ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar
para él el ternero engordado!". Pero el padre le dijo: "Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y
todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha
vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado"».
1
Vivir en el Amor gratuito de Dios me estimula a ser agradecido con Él.
2
- Querer Cumplir mi palabra empeñada.
- Respetar las cosas de los demás, cuidarlas, no quedarme con lo que no es
mío.
- Desear ser buen hermano y buen compañero, no sólo con las personas que
aprecio o que considero amigos.
En relación conmigo mismo
- Usar el tiempo y los dones que Dios me dio como talentos para
multiplicar y para servir.
- Cuidar mi salud. Ser equilibrado para evitar abusos o excesos en la
alimentación o en la diversión.
- Aprender a integrar ordenadamente mi sexualidad y mi genitalidad, de
acuerdo a mi estado de vida.
- Querer ser responsable con mis obligaciones y compromisos.
- Buscar de mejorar, templar y madurar mi carácter y querer cambiar las
cosas que no son buenas de él.
- Venciendo el egoísmo, aprender a amarme y quererme a mí mismo, a
respetarme y perdonarme, y no evadirme de mí por cosas en las que no me
acepto.
- Querer ser sincero conmigo mismo y de mí mismo ante los demás.
Vencer la hipocresía. No negar cuando me descubro vulnerable; no fingir.
Aprender a gloriarme de mis debilidades.
De cara a Dios volcá en su corazón todos aquellos pecados que hoy descubrís en vos…
Pidamos a Dios misericordioso que purifique los corazones de quienes nos confesamos
pecadores y pedimos el perdón de nuestras culpas y debilidades. (A cada oración respondemos,
Señor ten piedad)
Que nos concedas la gracia de una auténtica conversión… Oremos.
Que nos veamos libres de todo miedo al compromiso… Oremos.
Que tengas misericordia de nuestros pecados… Oremos.
Que nos sintamos enraizados en ti, que eres la Vid, Oremos.
Que actuemos movidos por la fuerza de tu gracia, Oremos.
Que tu perdón nos haga auténticos testigos de tu amor, Oremos.
Que perseveremos fieles hasta la vida eterna, Oremos.
Con las palabras que Cristo nos enseñó, pidamos al Padre que perdone nuestros pecados y nos
libre de todo mal: PADRE NUESTRO…
Oración final:
Dios y Padre nuestro, que nos has predestinado para que fuésemos tus hijos adoptivos y santos
en tu presencia, alegrándonos siempre en tu casa; recíbenos y consérvanos en tú amor, para que
vivamos en caridad y alegría en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor, Amen.
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