Tesis 2019 Posgrado Derecho More Gonzáles

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE
HUANCAVELICA
(Creada por Ley N° 25265)

ESCUELA DE POSGRADO FACULTAD


DE DERECHO Y CIENCIAS
POLÍTICAS
UNIDAD DE POSGRADO

TESIS:
“MOTIVACIÓN INADECUADA DEL PRINCIPIO DE
PROPORCIONALIDAD EN LOS REQUERIMIENTOS FISCALES
DE PRISIÓN PREVENTIVA – HUANCAVELICA 2018”

Línea de Investigación: Derecho Público

PRESENTADO POR:
Bach. Francys Javier More Gonzáles

PARA OPTAR EL GRADO ACADÉMICO DE MAESTRO EN:


Derecho y Ciencias Políticas
Mención: Derecho Penal

HUANCAVELICA – PERU

2019
2
3

ASESOR: DR. DENJIRO FELIX DEL CARMEN IPARRAGUIRRE


4

A Dios, por su infinito amor y bondad, por


haberme permitido llegar a este punto y por brindarme cada
día la oportunidad de ser mejor.

A mi madre Fidela Gonzáles, símbolo de lucha y


perseverancia, la persona más grandiosa y sensacional de
este mundo.

A mis hermanos, Rosario; Marco Antonio; Manuel


Orlando; Ángela y Carmen, a quienes respeto y admiro
mucho.
5

AGRADECIMIENTO

A la Escuela de Pos Grado de la Universidad Nacional de Huancavelica, por contribuir con mi


formación académico profesional y por permitirme sustentar la presente investigación.
6

RESUMEN
TÍTULO: “MOTIVACIÓN INADECUADA DEL PRINCIPIO DE
PROPORCIONALIDAD EN LOS REQUERIMIENTOS FISCALES DE PRISIÓN
PREVENTIVA – HUANCAVELICA 2018”
TESISTA: FRANCYS JAVIER MORE GONZÁLES

El propósito u objetivo de la presente investigación fue determinar si los requerimientos


fiscales de prisión preventiva desarrollan de forma adecuada el principio de proporcionalidad;
asimismo, se pretende una exigencia funcional a los magistrados del Ministerio Público en
cuanto al deber de motivación de la resolución fiscal a partir de la cual se requiere la referida
medida de coerción personal, en atención a los principios constitucionales de presunción de
inocencia y debido proceso. Para lo cual se utilizó la siguiente Metodología: fue de tipo
aplicada, nivel descriptivo-explicativo, diseño no experimental-transeccional, se usó la
encuesta como técnica y el cuestionario como instrumento, la población fue constituida por
Magistrados de la Sede Central de la Corte Superior de Justicia de Huancavelica, la muestra
fue compuesta por 10 Magistrados, y el muestreo fue no probabilístico; finalmente se tomó en
cuenta tanto la jurisprudencia nacional como la doctrina en general.

Se trabajó con paquetes estadísticos como el Software Sistemático SPSS v12., para los
cuadros estadísticos, se usó la estadística descriptiva, se realizó la confrontación de la
hipótesis, donde la gran mayoría de los encuestados consideran que los requerimientos fiscales
de prisión preventiva no desarrollan de forma adecuada el principio de proporcionalidad, lo
cual da lugar a la transgresión del derecho a la libertad y vulneración del principio de
inocencia. En consecuencia, existe consenso por parte de los magistrados en determinar que
existe responsabilidad funcional por parte de aquellos magistrados que no motivan
adecuadamente los requerimientos formulado ante el órgano jurisdiccional, y que dicho
requerimiento ha de ser desestimado en cuanto no satisfaga el deber de motivación del
principio de proporcionalidad.

Palabras Clave: Motivación, Principio de proporcionalidad, Requerimiento fiscal, Prisión


preventiva.
7

ABSTRACT
TITLE: "INAPPROPRIATE MOTIVATION OF THE PRINCIPLE OF
PROPORTIONALITY IN THE PREVENTIVE PRISON REQUIREMENTS -
HUANCAVELICA 2018"
TESISTA: FRANCYS JAVIER MORE GONZÁLES

The purpose or objective of the present investigation was to determine whether the fiscal
requirements of pretrial detention adequately develop the principle of proportionality;
Likewise, a functional requirement is sought from the magistrates of the Public Prosecutor's
Office regarding the duty to state the motivation of the tax resolution, from which the
aforementioned measure of personal coercion is required, in accordance with the constitutional
principles of presumption of innocence and due process. For which the following
Methodology was used: it was of applied type, descriptive-explanatory level, non-
experimental-transectional design, the survey was used as a technique and the questionnaire as
an instrument, the population was constituted by Magistrates of the Central Headquarters of
the Court Superior of Justice of Huancavelica, the sample was composed by 10 Magistrates,
and the sampling was not probabilistic; finally, both national jurisprudence and doctrine in
general were taken into account.

We worked with statistical packages such as the Systematic Software SPSS v12., for the
statistical tables, the descriptive statistics were used, the hypothesis was confronted, where the
vast majority of the respondents consider that the fiscal requirements of preventive detention
do not develop adequately the principle of proportionality, which gives rise to the
transgression of the right to freedom and violation of the principle of innocence.
Consequently, there is consensus on the part of the magistrates to determine that there is
functional responsibility on the part of those magistrates who do not adequately motivate the
requirements formulated before the jurisdictional body, and that said requirement must be
dismissed in as far as it does not satisfy the duty to state the principle of proportionality.

Keywords: Motivation, Principle of proportionality, Fiscal requirement, Pretrial detention.


8

INTRODUCCIÓN
Dentro del proceso penal, el juicio oral no es la única estación procesal en la que el Juez tiene
la facultad de tomar una decisión respecto la libertad personal del acusado; ya que, cuando el
Ministerio Público requiere una medida de coerción personal de prisión preventiva, el Juez de
Garantías debe tomar una decisión casi de igual magnitud, porque también implica el
―encarcelamiento preventivo‖ o ―privación de libertad‖.

Se debe entender a la prisión preventiva como aquella institución procesal por medio de la
cual se restringe la libertad personal de manera excepcional, con la finalidad de garantizar la
presencia del imputado en el desarrollo del proceso penal. En ese sentido, la prisión
preventiva es, sin duda, la más grave y polémica de las resoluciones que emite el órgano
jurisdiccional, a partir del requerimiento fiscal formulado por parte del Ministerio Público,
porque mediante la adopción de esta medida cautelar se priva al imputado de su derecho
fundamental a la libertad, en un prematuro estadio procesal en el que por no haber sido todavía
condenado se debería presumir su inocencia, lo cual obliga a que toda persona imputada de la
comisión de un hecho delictivo, sea considerada inocente por ende tratada como tal, mientras
no se demuestre lo contrario mediante una sentencia firme debidamente motivada1.

Resulta pertinente hacer referencia a los requisitos que se han de tener en cuenta, el fiscal al
solicitarla y el juez al decidir acerca de este instituto procesal. Para ello se debe tener en
consideración lo establecido por la Casación 626-2013 Moquegua2, concordante con el
artículo 268º del Código Procesal Penal. Así, pues, está en manos del juez decidir si
corresponde o no dictar esta medida cautelar personal, y para ello no solo tendrá que tener en
cuenta lo regulado por los datos mencionados anteriormente, sino que además tendrá que
decidir en base al principio de proporcionalidad, excepcionalidad, razonabilidad, legalidad;
ello a partir del requerimiento debidamente sustentado por la Fiscalía, debiendo resaltar que
existe además el deber fundamental de motivar el auto correspondiente. Por lo tanto, la prisión

1
Del RIO LABARTE, La prisión preventiva en el nuevo código procesal penal. Lima: Ara Editores, 2008, p. 21.
2
La Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de la República, a través de la Casación Nº 626-2013,
Moquegua, publicada el 27 de febrero de 2016 en el diario oficial El Peruano, estableció doctrina
jurisprudencial vinculante sobre audiencia, motivación y elementos (fumus delicti comisi, pena probable,
peligro procesal -peligro de fuga-) de la prisión preventiva.
9

preventiva tiene como finalidad instrumental la realización exitosa del proceso penal, siendo
su objeto asegurar la presencia del imputado y aplicar la sanción como resolución del conflicto
penal y la determinación de si es factible la pretensión punitiva; pues en ningún caso tendrá la
finalidad de garantizar la ejecución de una futura condena.

Si bien, cada uno de los presupuestos para dictar la medida de coerción de prisión preventiva,
desarrollados por la precitada sentencia de casación, son de vital importancia y han de ser
copulativos para ser declarada Fundada por el órgano jurisdiccional; no obstante, en el
presente trabajo el investigador pretende establecer si los requerimientos fiscales formulados
por el Ministerio Público para solicitar dicha medida coercitiva, desarrollan de forma
adecuada el principio de proporcionalidad, que se constituye como uno de los presupuestos
para adoptar la mencionada medida de coerción, teniendo en cuenta lo estipulado por el
artículo 203º del Código Procesal Penal, el cual en su inciso 1 establece que ―las medidas que
disponga la autoridad, (…), deben realizarse con arreglo al principio de proporcionalidad y en
la medida que existan suficientes elementos de convicción. La resolución que dicte el Juez de
la Investigación Preparatoria, debe ser motivada, al igual que el Requerimiento del Ministerio
Público; pues, el inciso 2 del citado artículo ratifica que ―Los requerimientos del Ministerio
Público serán motivados y debidamente sustentados‖. En consecuencia, siendo esta medida la
más requerida en cuanto a medidas de coerción personal se refiere, es de vital importancia
conocer y establecer si dicha medida de coerción procesal al momento de ser requerido por la
Fiscalía, cumple con los estándares de constitucionalidad (proporcionalidad y deber de
motivación), ya que de lo contrario se estarían vulnerando los derechos de aquellas personas
que están sometidas a un proceso penal.

Ahora bien, la presente investigación se ha estructurado bajo los parámetros del Reglamento
para optar por el grado académico de Maestro o Doctor de la Universidad Nacional de
Huancavelica, en cuatro capítulos; los cuales se exponen a continuación: Se da inicio con el
Capítulo Primero, en el cual se plasma la inquietud de la investigación en el planteamiento y la
formulación del problema, ¿Los requerimientos fiscales de prisión preventiva desarrollan de
forma adecuada el principio de proporcionalidad?, para posteriormente determinar lo que se
10

busca con la investigación en base a los objetivos generales y específicos, finalizando el


referido capítulo con la justificación e importancia del trabajo de investigación.

El desarrollo del Marco Teórico, como sustento de lo formulado en el párrafo anterior se


detalla en el Capítulo Segundo, explicando, describiendo, y conceptualizando los diversos
temas, todo ello referente al Principio de Proporcionalidad y el deber de motivación del
instituto de la Prisión Preventiva; además del desarrollo del Marco Jurídico nacional que
regula la figura procesal antes indicada, relacionándolo con el ámbito internacional,
jurisprudencia y doctrina; para así intentar dar posibles respuestas a través de la Hipótesis:
―Los requerimientos fiscales de prisión preventiva, NO desarrollan de forma adecuada el
principio de proporcionalidad‖.

En el Capítulo Tercero se da a conocer la Metodología de la Investigación; debiendo indicar


que para determinar el tipo de investigación se calificó el propósito del trabajo, naturaleza de
los problemas y objetivos formulados, reuniendo las condiciones suficientes para ser
denominado, Descriptivo y Explicativo. Con la presente investigación se buscó determinar si
los requerimientos fiscales de prisión preventiva, desarrollan de forma adecuada el principio
de proporcionalidad, dentro del Distrito Judicial de Huancavelica durante el año 2018.
Respecto al rubro de población, la misma fue tomada del Distrito Judicial de Huancavelica,
sede-central; en lo concerniente a la muestra, ésta fue aplicada en diez magistrados, todos
Jueces en materia penal.

Finalmente el Capítulo Cuarto, nos muestra los resultados de todo lo sustentado en el presente
trabajo, resultados que arriban al objetivo del trabajo y dilucidan las cuestiones que generaron
dudas en un inicio y sobre todo establecen si los requerimientos fiscales de prisión preventiva
desarrollan de forma adecuada el principio de proporcionalidad al momento de ser postulados
por el Ministerio Público. Como sustento de lo expuesto, se presentan los cuadros estadísticos
con su respectiva descripción, interpretación y análisis para mayor conocimiento.

―La libertad es el derecho más preciado de todo hombre después de la vida y toda restricción a la
libertad, atenta contra una vida libre”. Juan Pablo Duarte. El autor.
11

INDICE
CARÁTULA…………………………………………………………………………………….i
DEDICATORIA……………………………………………………………………………….iv
RESUMEN…………………………………………………………………………………….vi
ABSTRACT…………………………………………………………………………………..vii
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………viii
ÍNDICE………………………………………………………………………………………...xi
CAPITULO I
EL PROBLEMA
1.1 Planteamiento del problema………………………………………………….……………15
1.2 Formulación del problema………………………………………………………………...16
1.2.1. Problema General…………………………………………………………………...18
1.2.2. Problemas Específicos……………………………………………………………...18
1.3 Objetivos…………………………………………………………………………………..18
1.3.1. Objetivo general…………………………………………………………………….18
1.3.2. Objetivos específicos……………………………………………………………….18
1.4 Justificación……………………………………………………………………………….18

CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
2.1. Antecedentes de la investigación…………………………………………………………21
2.2. Bases teóricas……………………………………………………………………………..32
2.2.1. Marco Histórico…………………………………………………………………….32
2.2.2. Marco Conceptual…………………………………………………………………..44
2.2.3. Marco Jurídico…………………………………………………………………....108
2.3. Definición de términos…………………………………………………………………..112
2.4. Formulación de Hipótesis……………………………………………………………….112
2.4.1. Hipótesis General…………………………………………………………………112
2.4.2. Hipótesis específicas……………………………………………………………...112
2.5. Identificación de Variables……………………………………………………………...113
2.5.1. Variable Independiente…………………………………………………………...113
12

2.5.2. Variable Dependiente……………………………………………………………..113


2.6. Definición operativa de variables e indicadores………………………………………...113

CAPITULO III METODOLOGÍA DE LA


INVESTIGACIÓN
3.1. Tipo de Investigación……………………………………………………………………114
3.2. Nivel de investigación…………………………………………………………………...114
3.3. Método de investigación………………………………………………………………...115
3.4. Diseño de investigación…………………………………………………………………115
3.5. Población, Muestra y Muestreo…………………………………………………………115
3.6. Técnicas e instrumentos de recolección de datos……………………………………….116
3.7. Técnicas de procesamiento y análisis de datos………………………………………….117
3.8. Descripción de la prueba de hipótesis…………………………………………………...117

CAPITULO IV
PRESENTACIÓN DE RESULTADOS
4.1. Presentación e interpretación de datos…………………………………………………..118
4.2. Discusión de resultados………………………………………………………………….138
4.3. Proceso de prueba de hipótesis………………………………………………………….142

Conclusiones…………………………………………………………………………………147
Recomendaciones……………………………………………………………………………149
Aporte del investigador………………………………………………………………………150
Referencias bibliográficas……………………………………………………………………151
Jurisprudencia Nacional……………………………………………………………….……..152
Hemerografía………………………………………………………………………………...153
Biblio web……………………………………………………………………………………154
Anexos……………………………………………………………………………………….155
Matriz de consistencia………………………………………………………………………..156
Instrumento de recolección de datos…………………………………………………………157
Artículo científico……………………………………………………………………………159
13

INDICE DE TABLAS
Tabla 01. Operacionalización de variables………………………………………………….113
Tabla 02. Descripción de la Pregunta Nº 01………………………………………………...119
Tabla 03. Descripción de la Pregunta Nº 02………………………………………………...121
Tabla 04. Descripción de la Pregunta Nº 03………………………………………………...123
Tabla 05. Descripción de la Pregunta Nº 04………………………………………………...124
Tabla 06. Descripción de la Pregunta Nº 05………………………………………………...126
Tabla 07. Descripción de la Pregunta Nº 06………………………………………………...128
Tabla 08. Descripción de la Pregunta Nº 07………………………………………………...130
Tabla 09. Descripción de la Pregunta Nº 08………………………………………………...132
Tabla 10. Descripción de la Pregunta Nº 09………………………………………………...134
Tabla 11. Descripción de la Pregunta Nº 10………………………………………………...137
14

INDICE DE GRÁFICOS
Gráfico 01. Descripción de la Pregunta Nº 01………………………………………………120
Gráfico 02. Descripción de la Pregunta Nº 02………………………………………………121
Gráfico 03. Descripción de la Pregunta Nº 03………………………………………………123
Gráfico 04. Descripción de la Pregunta Nº 04………………………………………………125
Gráfico 05. Descripción de la Pregunta Nº 05………………………………………………127
Gráfico 06. Descripción de la Pregunta Nº 06………………………………………………129
Gráfico 07. Descripción de la Pregunta Nº 07………………………………………………131
Gráfico 08. Descripción de la Pregunta Nº 08………………………………………………133
Gráfico 09. Descripción de la Pregunta Nº 09………………………………………………135
Gráfico 10. Descripción de la Pregunta Nº 10………………………………………………137
15

CAPITULO I
EL PROBLEMA
1.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La reforma procesal penal que se viene implementando desde hace ya varios años, a
través del Código Procesal Penal, tuvo como uno de sus objetivos evitar que la prisión
preventiva sea utilizada como una pena anticipada, y hacer que recobre su verdadera
finalidad acorde a su naturaleza de medida cautelar.

Sin embargo, la efervescencia por tan loable objetivo se fue perdiendo de vista apenas
empezó la entrada en vigencia de dicho código, pues la prisión preventiva ha seguido
siendo la medida más requerida y utilizada en cuanto a medidas cautelares se refiere. Ello
en contraste con los principios de proporcionalidad y excepcionalidad que deben regir su
imposición; así, muchas veces se decreta mandato de prisión preventiva vulnerando
dichos principios, y sin acreditar los presupuestos materiales que justifican su imposición,
y en todo caso sin que exista una adecuada motivación de sus fundamentos. Todo ello
deslegitima a dicha medida al convertirla en una medida anticipada contra una persona
que no se ha demostrado que es culpable de los hechos materia de incriminación.

La mayoría de las veces, el problema es consecuencia de un inadecuado desarrollo de los


presupuestos de la prisión preventiva, en donde muchos de los puntos a los que se refiere
el Código Procesal Penal, no son sometidos a contradictorio y ni siquiera son
mencionados en las audiencias. Con ello, se pretende señalar que el problema no reside
16

tanto en su regulación, sino en la forma en que los operadores jurídicos –fiscales y jueces-
la entienden y aplican, bajo una mentalidad inquisitiva.

Sin embargo, la situación descrita debía cambiar a raíz de la emisión por parte de la Corte
Suprema, de la casación Nº 626-2013-Moquegua, donde se establecen como doctrina
jurisprudencial vinculante los principales aspectos que deben ser debatidos en una
audiencia de prisión preventiva -considerando además el desarrollo y motivación de los
mismos en el requerimiento fiscal postulatorio-; revalorando, entre otros aspectos, el
principio de proporcionalidad, tan maltratado e incluso olvidado cuando de imponer la
prisión preventiva se trata.

La importancia de la doctrina jurisprudencial vinculante expuesta en la referida casación


es materia de obligado análisis para su adecuado entendimiento, desarrollo y aplicación en
la praxis judicial. En razón de ello, en el presente trabajo se pretende resaltar los criterios
expuestos por la Corte Suprema referente a los temas a ser desarrollados, especialmente
respecto al Principio de Proporcionalidad, a partir del requerimiento de la prisión
preventiva formulado por parte de la Fiscalía. Ello con la finalidad de evitar -
parefraseando a Binder3- que la práctica de los operadores desarme los modelos
acusatorios que se van construyendo trabajosamente.

1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA


Un aspecto importante de la figura procesal in comento, es el referido a que el
Requerimiento Fiscal debe ser especialmente desarrollado y motivado, de modo que debe
realizarse ―de la forma más correcta posible, fundamentando cabalmente su solicitud, de
otra forma no tendrá eficacia‖4.

El Fiscal tiene la obligación de motivar el requerimiento de prisión preventiva, porque si


bien no tiene función decisoria -sino, más bien postulatoria- es fundamental, de cara a la

3
BINDER, Alberto. Derecho Procesal Penal. Hermeneútica del proceso penal. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2013, p.
9.
4
Corte Suprema de Justicia de la República, Sala Penal Permanente, Casación N° 626-2013-Moquegua,
considerando sexagésimo cuarto.
17

igualdad de armas y al ejercicio de la defensa eficaz, que fundamente cuáles son los
cargos, los elementos de convicción que los acreditan en grado de probabilidad, por qué la
pena a imponerse sería superior a cuatro años de pena privativa de libertad y qué tipo de
peligro procesal se presenta en el caso; asimismo, en atención a la doctrina jurisprudencial
vinculante de la precitada casación, se deberá fundamentar por qué dicha medida resulta
proporcional así como exponer los fundamentos de la duración de la medida.

Esta obligación dirigida a los fiscales es uno de los aspectos notables que desarrolla la
sentencia casatoria, porque en la práctica existe una tendencia generalizada de los fiscales
a requerir prisión preventiva en todos los casos, sin motivar suficientemente, bajo el
argumento de que en la audiencia se efectuará la motivación correspondiente; más con la
referida Casación se corrige tal grave problema de los fiscales que padecen –utilizando la
expresión de Binder- el síndrome del fabricante de guillotinas “que se enamora del brillo
de la madera, del perfecto ajuste de los mecanismos, del filo y peso exacto de la hoja, y se
le olvida que al final lo que existe es un ser humano al que se le corta la cabeza”.

Dentro del Distrito Fiscal de Huancavelica, el Ministerio Público al momento de postular


el Requerimiento de Prisión Preventiva, no cumpliría con el deber de motivación de los
presupuestos de dicha medida de coerción, contraviniendo de tal forma lo establecido por
la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema en la Casación antes mencionada; no
obstante, los Fiscales en muchas ocasiones sólo se interesan por los presupuestos o puntos
comunes, dejando de lado los dos puntos a desarrollar los cuales fueron añadidos por la
Corte Suprema; consecuentemente, ante el incumplimiento de uno de ellos, simplemente
el Juez de garantías debería desestimar el requerimiento y aplicar otra medida que resulte
más idónea para los fines del proceso penal.

La Casación 626-2013-Moquegua, ha establecido que los presupuestos para dictar la


medida de presión preventiva, son los que se encuentran descritos en el artículo 268° del
Código Procesal Penal además de la proporcionalidad y la duración de la medida –estos
dos últimos puntos adicionados en la mencionada casación-; por tanto, dichos
18

presupuestos deberían desarrollarse íntegramente y ser motivados en el Requerimiento de


Prisión Preventiva; lo cual ha sido materia de investigación en el presente trabajo.

1.2.1. Problema General


¿Los requerimientos fiscales de prisión preventiva desarrollan de forma adecuada el
principio de proporcionalidad?

1.2.2. Problemas Específicos


 ¿La falta de motivación del principio de proporcionalidad en los requerimientos
fiscales constituye una vulneración a los derechos del imputado?

 ¿La falta de motivación del principio de proporcionalidad es causal para declarar


infundado el requerimiento de prisión preventiva?

1.3. OBJETIVOS
1.3.1. Objetivo general
Determinar si, los requerimientos fiscales de prisión preventiva desarrollan de forma
adecuada el principio de proporcionalidad.

1.3.2. Objetivos específicos


 Explicar si, la falta de motivación del Principio de Proporcionalidad en los
requerimientos fiscales, constituye una vulneración a los derechos del imputado.
 Establecer si, la falta de motivación del principio de proporcionalidad, es causal
para declarar infundado el requerimiento de prisión preventiva.

1.4. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA


El Tribunal Constitucional, en sendas jurisprudencias ha dejado establecido que, el
principio de debida motivación de las resoluciones es una garantía del debido proceso,
cuya obligación alcanza no sólo al Poder Judicial, sino además entre otros, al Ministerio
Público, por lo mismo, éste se encuentra obligado a motivar y/o desarrollar de forma
adecuada las resoluciones que emita, dentro de las cuales se encuentra el requerimiento de
19

prisión preventiva. No obstante, la motivación de las resoluciones judiciales tiene un


doble fundamento: 1) Permitir el control de la actividad jurisdiccional y 2) Lograr
convencer a las partes y a los ciudadanos sobre su corrección y justicia, mostrando una
aplicación del derecho vigente libre de arbitrariedades. En la resolución judicial que
adopta la prisión preventiva, la exigencia constitucional de motivación debe ser
considerada desde una doble perspectiva: la del derecho a la tutela judicial efectiva y la
del respeto al derecho a la libertad personal. No obstante, si bien los requerimientos por
parte de la Fiscalía, en base a los cuales se solicita la imposición de la medida de prisión
preventiva, no tiene carácter decisorio, lo cierto es que se constituye como un acto
postulatorio dirigido a lograr la afectación de un derecho fundamental con una
subsecuente decisión judicial, motivo por el cual, el sexagésimo cuarto fundamento de la
casación hecha referencia de forma precedente, en concordancia con el artículo 122º del
CPP, ha establecido que, el requerimiento fiscal deberá ser fundamentado de la forma más
correcta posible, lo cual permitirá al imputado ejercer cabalmente su derecho de defensa
consagrado constitucionalmente.

 Justificación Teórica.- Resulta importante la presente investigación, pues a partir


de la presente se pretende determinar si los requerimientos de la Fiscalías son
motivados adecuadamente, atendiendo a los parámetros establecidos por la
Suprema Corte -especialmente el principio de proporcionalidad-; ya que, por
considerarse la prisión preventiva como la medida de coerción personal más
drástica dentro del Código Procesal Penal, su requerimiento e imposición,
deberían efectuarse con respeto de los principios consagrados en la norma
fundamental, y respetando los derechos de los procesados; asimismo, los
conocedores del derecho, Jueces, Fiscales, Abogados Defensores, comprendan el
problema que se viene generando dentro del Distrito Judicial de Huancavelica, en
cuanto a la falta de motivación de los presupuestos de la prisión preventiva,
cuando dicha medida coercitiva es solicitada por el Ministerio Público, lo cual
produce afectación a los derechos del imputado, así como la vulneración de
distintas garantías constitucionales.
20

 Justificación Práctica.- Se encuentra justificada la presente investigación, ya que,


la utilidad que se realizará en base a los resultados de la presente, respecto a la
determinación de si los requerimientos fiscales de prisión preventiva desarrollan
de forma adecuada el principio de proporcionalidad, dentro del Distrito Judicial de
Huancavelica durante el año 2018, se dará a conocer a los operadores de justicia,
principalmente a los funcionarios del Ministerio Público (Fiscales), de tal forma
que ello contribuya con el desempeño y calidad de sus funciones, y
subsecuentemente con la correcta administración de justicia.

 Justificación Metodológica.- El presente trabajo tiene una justificación


metodológica por cuanto en su ejecución se aplicará las diversas técnicas
existentes, como el análisis de fuente documental; encuesta a Magistrados
expertos (Jueces en Materia Penal); asimismo, servirá a estudiantes de pregrado y
posgrado como base para que puedan efectuar futuras investigaciones, ya que no
existen antecedentes confiables de trabajos de investigación como el presente. El
método descriptivo y explicativo que se utilizará permitirá llegar a determinar si
los requerimientos fiscales postulados por el Ministerio Público al momento de
solicitar la medida de coerción personal de prisión preventiva, desarrollan de
forma adecuada el principio de proporcionalidad el cual se constituye como uno de
los presupuestos para que el Juez de Investigación Preparatoria estime dicho
requerimiento, ello dentro del Distrito Fiscal de Huancavelica, durante el año
2018.
21

CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
2.1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
A nivel regional
De la indagación previa a la información científica sobre estudios realizados del tema
materia de investigación, a nivel regional no se ha encontrado ningún trabajo que se
constituyan como antecedente al presente.

A nivel nacional
 Autor: Claudia Milagros Fernández Rubina
Tesis: “La prisión preventiva y su vulneración al derecho a la presunción de
inocencia de los procesados por el delito de tráfico ilícito de drogas en el
Establecmiento Penitenciario de Huánuco, 2015”. (Tesis para optar el Título
Profesional de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de
Huánuco).
Objetivo: Analizar cuándo se produce la vulneración del derecho a la presunción
de inocencia en los mandatos de prisión preventiva dictados contra los procesados
por el delito de tráfico ilícito de drogas en el establecimiento penitenciario de
Huánuco, 2015.
Conclusiones:
1. Que, los mandatos de prisión preventiva que no tienen al momento de su
calificación un criterio uniforme de análisis de los presupuestos materiales por
22

parte de los jueces de investigación preparatoria de Huánuco vulneran el


derecho a la presunción de inocencia de los procesados por el delito de tráfico
ilícito de drogas en el establecimiento penitenciario de Huánuco, 2015.
2. Que, es bajo el nivel de los procesados por el delito de tráfico ilícito de drogas
que obtienen finalmente una sentencia absolutoria después de haber cumplido
mandato de prisión preventiva en el establecimiento penitenciario de
Huánuco, 2015.
3. Que, tanto los procesados con mandato de prisión preventiva y los
sentenciados por el delito de tráfico ilícito de drogas tienen las mismas
condiciones y tratamiento penitenciario en el establecimiento penitenciario de
Huánuco, 2015.
4. Que, la aplicación de la vigilancia electrónica a los procesados por tráfico
ilícito de drogas evita la prisión preventiva y con ella se reduce la vulneración
al derecho a la presunción de inocencia de los procesados en la zona judicial
de Huánuco.
5. Que, los jueces no realizan un exhaustivo análisis de los presupuestos
materiales en la zona judicial de Huánuco al momento de dictar un mandato
de prisión preventiva y simplemente optan por lo más fácil tomando en cuenta
más el factor mediático sin evaluar de manera objetiva los presupuestos y
mucho menos los acuerdos plenarios que indican que se debe tomar en cuenta
la razonabilidad y la proporcionalidad de la medida.
6. Que, la mayoría de los procesados con mandato de prisión preventiva por el
delito de tráfico ilícito de drogas en el establecimiento penitenciario de
Huánuco no conocen los presupuestos materiales ni formales requeridos para
la imposición de la prisión preventiva.
7. Que pese la mayoría de los procesados tiene arraigo domiciliario, familiar y
algunos, laboral, los jueces dan mayor relevancia al primer presupuesto
referido a los elementos de convicción al momento de establecer el mandato
de prisión preventiva, en los juzgados penales de investigación preparatoria de
la zona judicial de Huánuco, 2015.
23

8. Que, la mayoría de los procesados con mandato de prisión preventiva por el


delito de tráfico ilícito de drogas en el establecimiento penitenciario de
Huánuco ven disminuida su capacidad para demostrar su inocencia debido a
encontrarse en cumplimiento de la mencionada medida de coerción procesal.
9. Que, la estigmatización es uno de los más graves efectos perniciosos que tiene
la imposición de la prisión preventiva pues afecta el futuro laboral de la
persona la cual tiene dificultades en conseguir un empleo; asimismo, la
estigmatización ocasiona el alejamiento de los familiares y amigos
ocasionando comentarios ofensivos que atentan a la dignidad de la persona.

 Autor: Juana Poccomo Asto


Tesis: “Influencia del peligro procesal en la imposición de prisión preventiva
en los delitos de hurto y robo agravados, 2015”. (Tesis para optar el Título
Profesional Abogado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas en la
Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga).
Objetivo: Determinar en qué medida el peligro procesal influye en la imposición
de la prisión preventiva en los delitos de hurto y robo agravados en los Juzgados
Penales en el periodo agosto 2013 a agosto 2015.
Conclusiones:
1. El marco normativo sobre el peligro procesal influye negativamente en la
imposición de la prisión preventiva en los delitos de hurto y robo agravados
en los juzgados penales de Huamanga en el periodo de 20 de agosto de 2013 a
31 de junio de 2015. El legislador nacional atribuyó a las medidas cautelares
una finalidad propia de las penas, desnaturalizando la naturaleza jurídica,
razón por el cual al fundamentar en los autos de prisión preventiva la
reiteración delictiva durante el proceso deja ser una medida de aseguramiento
del proceso y de garantía de la ejecución de la pena, convirtiéndose en una
medida de internamiento preventivo o de seguridad basada en el principio de
culpabilidad.
2. El Código Procesal Penal de 2004 si bien es cierto, señala para imponer
prisión preventiva debe concurrir los tres presupuestos establecidos en los
24

literales del Artículo 268, no obstante incorporó la reiteración delictiva si bien


no como presupuesto material de la prisión preventiva, pero sí como finalidad
de las medidas cautelares establecido en el artículo 253. Numeral 3: "La
restricción de un derecho fundamental solo tendrá lugar cuando fuera
indispensable en la medida y por el tiempo estrictamente necesario, para
prevenir, según los casos, los riesgos de fuga, de ocultamiento de bienes o de
insolvencia sobrevenida, así como para impedir la obstaculización de la
averiguación de la verdad y evitar el peligro de reiteración delictiva".
3. El Circular de Prisión Preventiva 325 - 2011, emitida por el Consejo Ejecutivo
del Poder Judicial en fundamento sexto considera que fase inicial del proceso,
la necesidad de atender a los fines de la prisión preventiva y los escasos datos
de que en esos primeros momentos podría disponerse pueden justificar que
dicha medida coercitiva se acuerde apreciando únicamente el tipo penal y la
gravedad de la pena que conlleve, pues tales elementos pueden colegirse los
riesgos de fuga y/o entorpecimiento, el circular al apreciar únicamente el tipo
penal y la gravedad de la pena al evaluar el peligro procesal desnaturaliza la
naturaleza jurídica de la prisión preventiva.
4. Asimismo en el artículo 268 literal e del Código Procesal Penal de 2014,
referido al peligro procesal el legislador peruano insertó innecesariamente
"Que el Imputado en razón de sus antecedentes y otras circunstancias del caso
particular permita colegir razonablemente que tratará de eludir la acción de la
justicia (peligro de fuga) u obstaculizar la averiguación de la verdad (peligro
de obstaculización)‖; el juez al analizar el peligro procesal no debe limitarse a
señalar los antecedentes delictivos del imputado sino el comportamiento del
imputado con antecedentes penales cómo influye en el peligro de fuga u
obstaculiza la actividad probatoria, porque los antecedentes en sí debe
valorarse al momento determinar de la pena, en caso de haberse acreditado la
responsabilidad penal, conforme señala el artículo 46° del Código Penal,
incluso con la modificatoria de la Ley 30076 aparece expresamente como
circunstancia que agrava la sanción penal, resultando impertinente al inicio de
25

la redacción del presupuesto material del peligro procesal porque el legislador


consideró dentro del criterio 4 del artículo 269.
5. El marco doctrinario influye positivamente sobre el peligro procesal en la
imposición de la prisión preventiva en los delitos de hurto y robo agravados
en los juzgados penales de Huamanga en el periodo de 20 de agosto de 2013 a
31 de junio de 2015; la doctrina mayoritaria considera que la prisión
preventiva una medida de coerción personal de naturaleza cautelar y
excepcional que contiene los dos presupuestos básicos y comunes para
imponer la prisión preventiva siendo la apariencia del buen derecho y el
peligro procesal, ésta última siendo el más importante que legitima la
imposición, su mantenimiento y asimismo para toda la teoría cautelar dentro
del proceso penal.
6. El marco jurisprudencia! influye positivamente sobre el peligro procesal en la
imposición de la prisión preventiva en los delitos de hurto y robo agravados
en los juzgados penales de Huamanga en el periodo de 20 de agosto de 2013 a
31 de junio de 2015; la Corte lnteramericana de Derechos Humanos, máximo
intérprete de la Convención Americana de Derechos Humanos reconoce el
peligro procesal como el presupuesto más importante que legitima la
imposición de la prisión preventiva; no puede residir en fines preventivos
atribuibles a la pena, sino que sólo se puede fundamentar en un fin legítimo, el
peligro procesal en sus dos dimensiones: El peligro de fuga y peligro
obstaculización. Los antecedentes penales, las características personales del
supuesto autor y la gravedad del delito, tipo de delito que se le imputa no
siendo por sí mismos, justificación suficiente para acreditar el peligro procesal
y a la vez debe ser limitada por los principios de presunción de inocencia,
necesidad y proporcionalidad indispensables en una sociedad democrática.

 Autor: Daysi Yuliana Masco Aragón


Tesis: “Indebida motivación de las resoluciones de prisión preventiva en los
juzgados de Investigación Preparatoria del Distrito de San Román, 2013-
2014”. (Tesis para optar el Título Profesional de Abogado de la Facultad de
26

Ciencias Jurídicas y Políticas en la Universidad Nacional Andina ―Néstor Cáceres


Velásquez‖ - Juliaca).
Objetivo: Demostrar la existencia de una indebida motivación de las resoluciones
de prisión preventiva del distrito judicial de San Román.
Conclusiones:
1. En los juzgados de investigación preparatoria del distrito judicial de Puno, las
resoluciones de prisión preventiva no se encuentran debidamente motivadas
atentando así con el artículo 139 del inciso 5 de la constitución política así
como los tratados internacionales, siendo estas arbitrarias e inconstitucionales.
2. La motivación que efectúan los jueces en los juzgados de investigación
preparatoria son deficientes y no respetan los parámetros establecidos por el
TC. Los mismos que inciden negativamente a la administración de justicia, el
deber de motivación y la libertad.
3. En el distrito judicial de San Román, se realiza una utilización indiscriminada
de la prisión preventiva, por cuanto no realizan una adecuada motivación de
sus resoluciones judiciales, afectando así gravemente al estado de Libertad de
los justiciables.

 Autor: Francisco Tomás Almeyda Chumpitaz


Tesis: “La prisión preventiva y el principio de proporcionalidad en el distrito
judicial de Cañete, 2016”. (Tesis para optar el Grado de Maestro en Derecho
Penal y Procesal Penal de la Escuela de Posgrado de la Universidad César Vallejo
- Lima).
Objetivo: Analizar el principio de proporcionalidad aplicado en la prisión
preventiva en el distrito judicial de Cañete año 2016.
Conclusiones:
1. Que, no se aplica adecuadamente el principio de proporcionalidad por los
operadores jurídicos, en las audiencias de prisión preventiva en el distrito
judicial de Cañete año 2016. Por un lado el fiscal confunde la
proporcionalidad de medida con la proporcionalidad de la pena. Los abogados
de la defensa técnica ni conocen los subprincipios de la proporcionalidad, ni
27

lo desarrollan o aplican al caso concreto adecuadamente, ni conoce de técnicas


de litigación oral para desarrollar la proporcionalidad de la medida.
2. Existen otras medidas que pueden servir para lograr el fin de la medida de
tener al imputado en juicio oral. Es decir la prisión es la excepción y la
libertad la regla, es decir, que siempre debe primar en una audiencia de prisión
preventiva la libertad, y esa libertad está premunida de garantías como el
debido proceso y en ella la proporcionalidad de la medida. La comparecencia
con restricciones es una medida cautelar penal idónea. La caución en una
medida pecuniaria que también cumple la finalidad de las medidas cautelares.
3. La imposición de la prisión preventiva repercute en diversos ámbitos de la
vida del imputado. En su vida personal por cuanto lo limita en su libertad
ambulatoria. Impacta sobre la familia ya que se produce desintegración
familiar, en su situación laboral por cuanto pierde el trabajo y en su reputación
social.
4. La idoneidad significa que toda intervención en la libertad debe ser adecuada
para lograr el fin, en audiencia se aplica siempre por cuanto existe una norma
que faculta y siempre será idónea porque es constitucional. La necesidad
menos gravosa, se puede decir que entra a lo subsidiario, excepcional y de
ultima ratio; su aplicación es evaluando que tipo de medida es la más justa,
por ejemplo la comparecencia con restricciones. La proporcionalidad
propiamente dicha es la equivalencia entre la afectación y el derecho, tiene
relación con el bien jurídico.

A nivel internacional
 Autor: Ezequiel Kostenwein
Tesis: “La cuestión cautelar – El uso de la prisión preventiva en la provincia
de Buenos Aires a partir de la Ley Nº 11.992 (1998-2013)”. (Tesis para optar
por el Grado de Doctor en Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata – La Plata 2015).
Objetivo: El objetivo de esta tesis fue contribuir a la comprensión del uso de la
Prisión Preventiva en la Provincia de Buenos Aires para lo cual se llevó adelante
28

un estudio normativo de la misma junto con el análisis de las prácticas y los


discursos que ofrecen los actores judiciales al respecto.
Conclusiones:
1. La primer perspectiva que presentamos sobre la problemática de la Prisión
Preventiva fue la del enfoque dogmático, el cual se concentra en dar cuenta de
que no pasa aquello que debería pasar según lo demandan las normas
jurídicas, sin preocuparse centralmente por comprender por qué pasa lo que
pasa respecto a la Prisión Preventiva. Este enfoque presupone una coherencia
interna del derecho que hay que salvaguardar y considera a la presunción de
inocencia del imputado como el sostén del edificio jurídico que la Prisión
Preventiva debilita. La prioridad aquí es señalar aquello que no se hace como
se supone tendría que hacerse sin describir ni explicar por qué se hace lo que
se hace y no lo que debería hacerse.
2. La segunda propuesta que situamos dentro de la ―hipótesis represiva‖ del
encarcelamiento cautelar es la de los distintos documentos e informes
provenientes de diferentes contextos, los cuales revelan un conjunto de
regularidades al analizar el problema del encarcelamiento preventivo. Más allá
de sus variaciones en Europa, EE.UU., América Latina, Argentina, y en
particular la Provincia de Buenos Aires, se puede hablar de la Prisión
Preventiva como una medida cautelar poco peculiar. En este sentido, dichos
documentos e informes denuncian que el uso indiscriminado la Prisión
Preventiva es el corolario de decisiones políticas irresponsables y efectistas
con un objetivo electoral predominante, junto a una injerencia cada vez mayor
de los medios de comunicación en las decisiones que toman los operadores
jurídicos al respecto. Si bien esta segunda perspectiva se encarga de llevar
adelante un importante trabajo de denuncia y visibilidad de las consecuencias
del fenómeno, no tiene como objetivo distinguir el modo en que se configuran
las asociaciones a las que da lugar la Prisión Preventiva. O lo que es lo
mismo, prescinde de explicitar cómo se generan la serie de relaciones que el
uso del encierro preventivo produce a diario entre actores judiciales y
extrajudiciales.
29

3. Por último, mencionamos una tercera perspectiva que pretende estudiar la


Prisión Preventiva y su incremento en función de procesos más amplios. Esto
quiere decir que la medida cautelar es apreciada como un instrumento de
dinámicas sociales que se engendran en esferas alejadas de la institución
judicial. Tanto quienes perciben a la Prisión Preventiva como producto del
fortalecimiento de racionalidades actuariales destinadas a la represión del
delito o vinculada al ascenso de cierto populismo punitivo, como aquellos que
la consideran un instrumento para neutralizar grupos riesgosos que se
expanden a raíz de los cambios estructurales en el mercado laboral, terminan
por mostrar a la Prisión Preventiva y su incremento como un efecto de
procesos exteriores al ámbito judicial. En consecuencia, desde este enfoque la
Prisión Preventiva no es tenida en cuenta en tanto objeto de estudio en sí
mismo, sino como un fenómeno que emerge al calor de otros motivos
―reales‖, que son los motivos que le confieren su lugar en tanto herramienta de
control.
4. En conjunto, estas tres perspectivas sobre el encierro preventivo dieron como
resultado trabajos que pasan de las teorizaciones que no tienen en cuenta los
hechos a la presentación de hechos y datos sin recurrir a algún abordaje
teórico, olvidando las asociaciones a las que da lugar la Prisión Preventiva, es
decir, omitiendo aquello que cotidianamente se produce entre actores
judiciales y extrajudiciales a partir de su utilización. A raíz de nuestro interés
en definir y evaluar a la Prisión Preventiva principalmente por lo que genera,
por lo que está en condiciones de articular, decidimos rastrear las tareas y las
relaciones que esta medida cautelar motiva, por un lado, entre los mismos
actores judiciales, y por el otro, entre los actores judiciales y determinados
actores extrajudiciales. Una de las derivaciones más importantes del enfoque
que propusimos es admitir que para que el encarcelamiento preventivo exista
como existe se vuelve imprescindible que los actores hagan algo con él, que lo
utilicen para justificar sus demandas, sus objeciones, sus promesas, sus
resoluciones. Insinuamos entonces que la Prisión Preventiva no es tanto una
sustancia como un movimiento, puesto que sus cualidades son una
30

consecuencia de los acuerdos activos a los que arriban Jueces, Fiscales y


Defensores. En otras palabras, que la Prisión Preventiva es el resultado de la
acción colectiva dentro y fuera de la institución judicial.

 Autor: Mirian Teresa Bedón Moreno


Tesis: “Medidas Cautelares: Especial referencia a la prisión preventiva en la
legislación penal ecuatoriana”. (Tesis para optar el Título de Abogada de los
Tribunales y Juzgados de la República de la Unidad Académica de Ciencias
Administrativas Humanísticas de la Universidad Técnica de Cotopaxi – Latacunga
– Ecuador 2010).
Objetivo: Valorar los presupuestos teóricos-doctrinales que fundamentan la
aplicación de la Medida Cautelar de Prisión Preventiva desde la normativa del
Código Penal Ecuatoriano.
Conclusiones:
1. El debate en torno al tema, derecho a la libertad por un lado, prisión
preventiva por otro, subyace en torno a la contradicción en que históricamente
el derecho penal ha fluctuado: el del estado de castigar los delitos, y el del
justiciable en relación con los derechos y garantías que le son debidos.
2. La libertad individual garantizada constitucionalmente en el artículo 66,
numeral 29, literal a, encuentra su limitación en la figura de la prisión
preventiva cuya finalidad, no está en sancionar al procesado por la comisión
de un delito, pues está visto que tal responsabilidad sólo surge con la sentencia
condenatoria, sino en la necesidad de garantizar la comparecencia del
imputado al proceso o para asegurar el cumplimiento de la pena. Por lo que
sólo será legítima desde el punto de vista de la Constitución si es una medida
excepcional, si su aplicación es restrictiva, si es proporcionada a la violencia
propia de la condena, si respeta los requisitos sustanciales, es decir si hay una
mínima sospecha racionalmente fundada, si se demuestra su necesidad para
evitar la fuga del imputado, si está limitada temporalmente de un modo
absoluto y se ejecuta teniendo en cuenta su diferencia esencial respecto de una
pena.
31

3. El principio de presunción de inocencia consagra un estadio jurídico, y no una


presunción legal, el imputado es inocente hasta que sea declarado culpable por
sentencia firme, y aquello no obsta a que durante el proceso pueda existir una
presunción de culpabilidad por parte del juez capaz de justificar ello medidas
coercitivas de seguridad.
4. El principio de presunción de inocencia no es incompatible con la aplicación
de medidas cautelares adoptadas por el órgano competente y fundadas en
derecho, basadas en un juicio de razonabilidad acerca de la finalidad
perseguida y las circunstancias del caso concurrentes, como asimismo
aplicando los principios de adecuación y proporcionalidad de ellas.
5. La falta de regulación estricta en cuanto a los presupuestos por los que debería
proceder la prisión preventiva y la falta de conciencia en cuanto a su carácter
excepcional, ha conllevado a que la medida en cuestión en Ecuador sufra una
sistemática desnaturalización, pasando a convertirse de una medida cautelar
como es su estado óntico, a un instrumento de control social. Lo que se
explica a la aplicación con automatismo por parte de los Jueces una vez
solicitada como medida cautelar por parte de los Fiscales.
6. La fundamentación o motivación de las resoluciones es una garantía básica
del debido proceso comprendida en el derecho de defensa, recogida como un
derecho Constitucional, de esta manera la suficiencia y la racionabilidad de la
motivación derivarán de la ponderación de los intereses en juego (la libertad
de una persona cuya presunción se presume por un lado, la realización de la
administración de la justicia penal y la evitación de hechos delictivos, por
otro) a partir de la información disponible en el momento en que ha de
adoptarse la decisión, de las reglas del razonamiento lógico y del
entendimiento de la prisión provisional como una medida de aplicación
excepcional, subsidiaria, provisional y proporcionada a la consecución de los
fines, por ello, que deberían tomarse en consideración, además de las
características y la gravedad del delito imputado y de la pena con que se le
amenaza, las circunstancias concretas del caso y las personales del imputado.
32

7. Justamente por ser la prisión preventiva una medida que afecta un derecho
fundamental, el derecho a la libertad, debe constituir una medida de última
ratio, que sólo debe aplicarse ante circunstancias plenamente justificadas y
bajo los presupuestos estrictamente regulados en las leyes penales.

2.2. BASES TEÓRICAS


2.2.1. Marco Histórico
2.2.1.1. Edad Antigua
2.2.1.1.1. Grecia
En la historia jurídica del derecho antiguo griego no se registra el uso de
la prisión preventiva, esto puede deberse a que, en ese tiempo, la cultura
jurídica griega fundamentó su idea de dignidad humana en la identidad
del cuerpo físico con el concepto persona, lo cual estimuló una práctica
en el proceso penal de un respeto absoluto a la libertad del imputado.

Lo anterior se sustenta en la cita literal siguiente: “…en Grecia, donde


desde el punto de vista jurídico se identificaba a la persona con el
cuerpo, y la libertad era concebida esencialmente como la libertad
corporal, la justicia penal, aunque administrada de manera arbitraria
por los éforos, que fungían al mismo tiempo como acusadores y jueces
en todos los asuntos penales, nunca llego a imponer la pena de prisión
por considerar que afectaba a la libertad, sustituyendo aquélla por
penas pecuniarias. Por tanto, puede inferirse que en Grecia la
detención preventiva no tuvo ninguna aplicación.”5

2.2.1.1.2. Roma
En un primer momento el Derecho Romano de la república permitió a
los jueces penales acordar la prisión preventiva discrecionalmente, pero

5
RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ, Jesús. (1981). La Detención Preventiva y Derechos Humanos en Derecho
Comparado. Instituto de Investigaciones Jurídicas, Serie B, Estudios Comparativos, b) estudios especiales. Nº 19,
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 1ª edición, México D. F. Pág.18.
33

en vista de la degeneración en el uso abusivo de esta medida cautelar,


fueron dictadas regulaciones y sanciones para contrarrestar dicha
práctica, sin embargo, con la madures científica del derecho romano,
contenido en la Ley de las Doce Tablas, y en atención al principio de
igualdad de oportunidades, la libertad del acusado, en el transcurso de la
causa penal, comienza a recibir un notable respeto, que terminó
proscribiendo la prisión preventiva en la mayoría de casos, decretándose
ésta solamente contra delitos relacionados a la seguridad del Estado, a
las capturas en flagrancia, y a los reos confesos; estas afirmaciones son
apoyadas en el siguiente texto:

“Durante la República, siglo V hasta el año 134, a. de J.C. y más


precisamente bajo la vigencia de la Ley de las Doce Tablas, es decir, a
partir de mediados del siglo V (…) por lo general se prescindía del
encarcelamiento, (…) Ya a partir de las Leges Iulia de vi publica et
privata, año 17, a. de J.C., los ciudadanos romanos estaban exentos por
prescripción legal de tal medida, tratándose de ciertos delitos. Tal
situación se justificaba por el (…) principio de igualdad, (…) situación,
que, en el sistema de judicia publica, había desembocado en la
supresión de la detención preventiva. Esta medida, sin embargo, era de
rigor en los casos de crímenes contra la seguridad del Estado, de
flagrante delito o cuando mediaba confesión.”6

El Derecho Romano del Imperio tenía las siguientes tres formas de


prisión preventiva: in carcelum, donde el indiciado de delito grave se
enviaba a la cárcel pública; militi traditio, la libertad del indiciado era
responsabilidad de un militar, por lo general anciano; y custodia
libera, donde el indiciado estaba en custodia de un particular, quien
daba una fianza por él. Por tanto, durante el Imperio romano la libertad

6
Ibídem. Pág. 18
34

provisional era la regla general, usando la prisión preventiva sólo en


casos de reos ausentes; y prohibiendo su práctica como pena anticipada;
exigiendo para decretarla en delitos graves, evidencias concretas. Los
anteriores comentarios nacen de esta cita literal:

“En época del Imperio, (…) esta medida revistió las modalidades
siguientes: in carcelum (…) militi traditio (…) y custodia libera (…) La
conveniencia, oportunidad y elección de la medida a aplicar quedaba a
la discreción del magistrado, quien, para decretarla, tomaba en cuenta
la gravedad de la acusación y la personalidad del inculpado. Salvo en
los casos de crímenes graves y de flagrante delito, no podía detenerse al
inculpado sino en virtud de una orden emanada de un magistrado
superior o del defensor de la ciudad (…); ya admitidos los principios de
que la detención preventiva no debía significar una pena ni mucho
menos un suplicio, y de que nadie debía ser encarcelado sin estar
convicto, aún en el caso de los delitos graves (…) era imprescindible
contar con evidencias concretas; igualmente se procuró reducir la
duración de la detención preventiva; la libertad provisional era de
derecho (…)”7

2.2.1.1.3. Edad Media


En la Edad Media Alta (siglo XVI), adquirió carta de ciudadanía la
utilización de la prisión preventiva como regla general, lo cual puede
considerarse natural al tenerse en cuenta el funcionamiento de la lógica
objetiva del proceso penal inquisitivo, predominante en esta época, que
aplicó como método de interrogación la tortura, lo cual presuponía como
―necesidad técnica‖ mantener detenido al imputado, en aras de la
extracción efectiva de la verdad. Esto se contiene en el texto siguiente:

“A principio del siglo XVI, los fines del procedimiento inquisitorio se


reducían a dos; primero, establecer la naturaleza y gravedad del delito

7
Ibídem. Pág. 19 y 20.
35

y, segundo, descubrir y aprehender al sospechoso de haberlo cometido


(…) Así, durante el medioevo, la detención pierde su carácter
excepcional ya que, en consonancia con el sistema inquisitorio, la
captura se convierte en operación preliminar indispensable a fin de
someter a tortura al inculpado y arrancarle una confesión (…)”8

2.2.1.2. Edad Moderna


2.2.1.2.1. Prisión Preventiva en la Revolución Francesa de 1789
La revolución francesa de 1789 constituye el principal referente
histórico del derecho moderno eurocentrista, que marca la pauta del
origen de la mayoría de sistemas jurídicos latinoamericanos; dicha
revolución promulgó la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano en ese año, y en 1793 realizó una segunda versión de la
misma; luego, con los principios científicos del derecho romano, fue
creado en 1804 el célebre Código Civil, y en 1808 el célebre Código de
Instrucción Criminal.

La primera Declaración Francesa de 1789 estipuló en su artículo 7 la


obligación de decretar la detención conforme a la ley; esta primera
Declaración fue incorporada en la Constitución francesa de 1791, la cual
reguló en su artículo 10, unos mandatos para proceder a la detención del
presunto culpable de un delito. Por su lado, en el Código de Instrucción
Criminal de 1808 la detención preventiva se decretaba a discreción del
juzgador, permitiendo a los delincuentes primarios mantener la libertad
provisional bajo caución, siempre y cuando estuvieran acusados por
delitos castigados con pena correccional.9

8
Ibídem. Pág. 20 y 21
9
Lo expuesto se funda en lo siguiente: “En Francia,…la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789 preveía que la detención no tendría lugar sino en los casos determinados por la ley y según
las formas por ella prescritas (artículo 7); la Constitución de 1791, a la cual se integró la anterior Declaración,
precisaba además los mandamientos de detención (artículo 10)…no obstante las ideas plasmadas en
las Declaraciones de 1789 y 1793 respecto a la detención preventiva, el Código de Instrucción Penal de
1808…consagró…esta institución…como un estado de derecho cuya apreciación y oportunidad quedaban a
36

2.2.1.2.2. Prisión Preventiva por deudas durante la edad moderna


La prisión preventiva se adoptó en el pasado con la finalidad de la
ejecución forzada de las obligaciones civiles y mercantiles, la cual se
convertía en prisión por deudas. Su utilización para dichos fines se
remonta hasta el derecho romano, llegando incluso a períodos
comprendidos en la edad moderna, por lo que, a continuación se elabora
una sucinta historia jurídica de esta peculiaridad del uso de la prisión
preventiva, examinando su regulación en tres países europeos y tres
latinoamericanos.

2.2.1.2.3. Prisión Preventiva por deudas en Francia, Alemania y España


En Francia, fue cuestionada la prisión por deudas principalmente por el
movimiento humanista insertado en la revolución francesa de 1789,
calificando como afrenta contra la libertad y dignidad humana, el
encarcelamiento del deudor por motivos de deudas civiles o mercantiles.

En Alemania, el uso de la detención provisional y prisión por deudas


subsistió hasta muy entrada la edad moderna durante el siglo XIX, su
abolición formal en este país se decretó hasta el 29 de mayo de 1868;
decreto que tuvo efectos retroactivos beneficiando a las personas
detenidas con anterioridad a su promulgación; lo anterior estaba
expresado en los artículos 1º y 3º, respectivamente.10

En España, la prisión por deudas es regulada reiteradamente a lo largo


de los siglos XI, XII y XIII; estableciéndose condiciones específicas en

discreción del juez de instrucción. La libertad provisional no era posible sino en materia correccional reservada
a los delincuentes primarios e incluso al pago de una caución.” Ibídem Págs. 22-24.
10
Estos dos artículos decían lo siguiente: “Artículo 1º. La detención provisional no tendrá lugar, en lo sucesivo,
como medio ejecutivo en los asuntos civiles para obtener el pago de una suma de dinero, la entrega de una
cantidad de cosas litigiosas ó títulos (acciones, obligaciones, etc.). Artículo 3º. La disposición del artículo 1º se
aplica también á las obligaciones nacidas con anterioridad á la publicación de esta ley, aun cuando la
detención personal haya sido reconocida válida ó se haya empezado á ejecutar.” MIÑANA Y VILLA GRASA,
Emilio (traductor). (1903). ORDENANZA GENERAL ALEMANA. Sobre el Cambio; 1ª edición, Biblioteca de
Revista Jurídica, Volumen I; 1ª edición; Imprenta y Encuadernación de J. Rueda Huertas; Madrid, España. pág.
103.
37

las cuales debían mantenerse a las personas castigadas con este tipo de
prisión, decretándose hasta la muerte del deudor. La prisión provisional
por deudas subsiste en este país, hasta durante los siglos XVIII y XIX,
regulada en ordenanzas, en el Código de Comercio de 1829 y en la Ley
de Enjuiciamiento Civil. Sin embargo, en esta otra etapa la finalidad no
fue el aseguramiento de la deuda económica por la cual se procedía
contra el demandado en el proceso civil, sino la prisión preventiva se
aplicaba para asegurar a la persona del deudor en caso se procediera en
su contra en un proceso penal. Estos comentarios se deducen de la cita
transcrita a continuación:

“Posteriormente el Arresto del quebrado aparecería en las Ordenanzas


de Bilbao de 1737, pasando al Código de Comercio de 1829 y
finalmente a nuestra Ley de Enjuiciamiento Civil. No se trata, pues, de
asegurar el pago de deudas, para lo cual hay medidas preventivas de
otro carácter previstas en el procedimiento de quiebra que podrían ser
más eficaces (ver artículo 1.044, 3º, 4º y 6º del Código de Comercio de
1829); lo que con el arresto del quebrado, domiciliario o carcelario, se
persigue, es precisamente el aseguramiento de su persona por si a
resultas de la calificación de la quiebra –que precisamente realiza el
juez civil- tiene que responder criminalmente ante los órganos de la
jurisdicción penal. Puede concluirse, pues, que el arresto del quebrado
es una medida preventiva que asegura el futuro o el fin del proceso
penal en que se depuren las responsabilidades criminales imputables al
quebrado, es decir, una medida cautelar de carácter penal adoptada en
el proceso civil.”11

11
GONZÁLES MONTES, José L. (1974). Las Medidas Cautelares en nuestro Ordenamiento. IX reunión de
Profesores de Derecho Procesal de las Universidades Españolas. 1ª edición: Ediciones Universidad de Navarra,
S.A. Pamplona-España. pág. 159.
38

2.2.1.2.4. Prisión Preventiva por deudas en Chile, Argentina y Perú


En Chile, la prisión por deudas se decretó en 1837; luego, en 1868 se
restringió a cuatro casos, hasta después de la segunda década del siglo
XX.

Durante el anterior tiempo la prisión preventiva por deudas se basaba en


la simple declaratoria en quiebra del deudor, situación declarada
inconstitucional por la jurisprudencia chilena después de 1925, en el
sentido de exigirse en adelante como requisito para decretar dicha
medida precautoria haberse calificado la quiebra de culpable o
fraudulenta, adhiriéndose de esta manera al criterio de la jurisprudencia
española del siglo XIX sobre esta materia; lo antes expuesto se
documenta en seguida:

“(…) Por decreto-ley de 1837, firmado por Prieto y Portales, se


estableció (…) la prisión por deudas. Pero después, en una ley dictada
el 23 de junio de 1868, se la suprimió, dejándose a manera de pena sólo
en (…) 4 casos (…) Un decreto-ley 778 establecía que por la sola
circunstancia de ser declarada en quiebra una persona se le sometía a
prisión preventiva, por si la quiebra llegaba a ser culpable o
fraudulenta (…) La jurisprudencia declaró que era inconstitucional, por
dictarse después de 1925 (…) la situación existente hoy en cuanto a la
prisión es la siguiente: Declarada la quiebra, se inicia el procedimiento
de calificación de la quiebra, que tiene por objeto ver si la quiebra es
fortuita, culpable o fraudulenta; y sólo después que se comprueba que
es culpable o fraudulenta se la reduce a prisión.”12

En Argentina, la prisión por deudas fue derogada en 1872 por la Ley Nº


514, dejando en esa época su aplicación solamente en los casos donde se

12
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo y SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel. (1971) Curso de Derecho
Civil. De las Obligaciones en general. Redactado y puesta al día por Antonio Vodanovic H. Cuarta edición.
Santiago de Chile-Chile: Editorial Nacimiento. Pág. 171 y 172.
39

comprobará el dolo o fraude del deudor en lo mercantil, entonces podía


el juez acordar la prisión preventiva hasta por el plazo máximo de un
mes, mientras se determinaba la existencia del mérito para procesar
penalmente al deudor. Lo anterior se funda en lo siguiente:

“(…) la humanización del derecho en la Argentina (…) comienza en el


año 1872 al sancionarse la ley 514 cuyo art. 1º suprime “la prisión por
deudas en toda las causas civiles y mercantiles que se tramiten ante los
tribunales nacionales” (…) su art. 2º sólo exceptúa de tal abolición a
los casos de insolvencia en que, por información sumaria, se acredite
que no hubo dolo o fraude por parte del deudor (inc. 2º), aclarándose
en su art. 3º que en ambos supuestos de excepción la prisión preventiva
no podrá durar más de un mes pasado el cual el deudor será puesto en
libertad, si no hubiese mérito para proceder criminalmente contra él.”13

En el Perú el artículo 2.24, literal c) de la Constitución


Política14, establece que “no hay prisión por deudas”, lo cual implica
una declaración con evidentes repercusiones en el ámbito jurídico penal.
Es que la jerarquía normativa que tiene la Constitución como carta
fundamental, y la ubicación y trascendencia que dentro de ella tiene el
artículo 2, en virtud a su condición de derecho fundamental, plantea un
imperativo categórico dirigido tanto al legislador como a los operadores
de la justicia penal.

Este imperativo categórico al que se hace alusión y que da plasmación a


dos derechos fundamentales de primera generación como la libertad y
seguridad, contiene un mandato que imposibilita al legislador y al
13
NOVELLINO, Norberto José. (2006). LOS ALIMENTOS Y SU COBRO JUDICIAL. Procedimiento. Incidentes.
Medio para compeler al cumplimiento. Los concubinos y el deber alimentario Insolvencia fraudulenta para
eludir obligaciones alimentarías. La actualización de los alimentos en tiempos de crisis económicas. Modelos.
Apéndice legislativo; 2ª reimpresión de 1ª edición. Rosario, Santa Fe, Argentina: Editorial Jurídica Nova Tesis.
págs. 307 y 308.
14
Artículo 2 numeral 24 literal c) de la Const.: (…) ―toda persona tiene derecho: (…) a la libertad y a la
seguridad personales, en consecuencia:(…) no hay prisión por deudas. Este principio no limita el mandato
judicial por incumplimiento de deberes alimentarios.‖
40

operador de justicia penal recurrir al instrumento punitivo más intenso,


la prisión, para satisfacer intereses particulares de carácter meramente
patrimonial.

2.2.1.3. En el Siglo XVIII


En el siglo XVIII se lleva a cabo la separación nocturna de los presos,
creándose la casa de corrección. El modelo de corrección, fue establecido en
Roma, en el año de 1704, Clemente XI, allí los reclusos aprendían un oficio
para trabajar en el día y en la noche se suministraba instrucción elemental y
religiosa, bajo el silencio absoluto. Así inicia el gran modelo de regeneración
del individuo, puesto que nada se hace con apresar a una persona y no tratar de
que aprenda algún oficio para devolverlo a la sociedad como una persona de
bien arrepentida.

Para Von Henting, la prisión preventiva no se diferenció en cuanto a su


aplicación de la prisión como pena, ya que todos los presos fueron sufriendo
igual trato así en Europa como en los Estados Unidos de América, que durante
el siglo XVIII, la cárcel era prisión militar, manicomio y custodia de deudores,
etc. A finales del siglo, en Walnut Street Jail no había ninguna separación entre
presos, llegando hasta el aislamiento riguroso de principio del siglo XIX.

Los procesados estaban siempre junto con los condenados sufriendo las mismas
consecuencias. Más tarde surge la fase correccionalista y moralizadora de los
siglos XVIII y XIX, y por último el periodo reconciliador y readaptador del
sistema penitenciario.

2.2.1.4. En América Latina


Dejando la antigüedad remota y estando a la historia más reciente, la evolución
de la prisión preventiva en América Latina aparece en las dos últimas décadas y
ha tenido lugar un proceso muy vigoroso de reformas al sistema de justicia
penal.
41

La prisión preventiva ha evolucionado tanto, que casi en todos los países de


habla hispana se ha abandonado el sistema inquisitivo tradicional, que adoptaba
esta medida cautelar como un regla, y se ha remplazado por sistemas
acusatorios, que la acogen como una excepción.

La regulación de la prisión preventiva ha sido con probabilidad el tema


relevado por las reformas en la justicia penal, que ha tenido lugar en
prácticamente todos los países de la región.

Durante los últimos 20 años se inició en América Latina un proceso de reforma


a la justicia criminal que afectó con diversa intensidad y grado a los distintos
países del continente.

Las razones que motivaron el proceso de transformación a la ley procesal penal


fueron los abusos contra los derechos fundamentales en el contexto del proceso
penal inquisitivo y la poca eficiencia de éste sistema en la persecución penal,
siendo la prisión preventiva la institución que más motivó a dichos cambios,
entre otras.

2.2.1.5. Historia de la Prisión Preventiva en el Perú


2.2.1.5.1. Código de Enjuiciamiento en Materia Penal de 1863
Es el primer código en materia procesal penal, que rigió desde el 1 de
mayo de 1863; el cual regulaba el presente tema que es materia de
investigación, en el Titulo VI, denominado DE LA CAPTURA,
DETENCIÓN Y PRISIÓN DE LOS REOS, comprendiendo del art. 70º
al 76º; siendo el artículo 73º el que regulaba la Prisión de Formas, por el
cual ―se tenía efectuada la captura y puesto a disposición del Juez, si
éste, de las primeras diligencias lo consideraba inocente lo pondrá en
libertad, y si por el contrario del sumario resulta probada la existencia
del delito y la culpabilidad del enjuiciado se librará mandamiento de
prisión en forma. Librado mandamiento de prisión, no podía ponerse en
libertad al reo sin que el auto que así lo resuelva sea aprobado por el
Superior Tribunal‖.
42

2.2.1.5.2. Código de Enjuiciamiento en Materia Criminal de 1920


Esta normatividad se promulgó por Ley 4919 el 2 de enero de 1920, por
el ex presidente Augusto B. Leguía y entro en vigencia el 18 de marzo
de 1920 hasta el 17 de marzo de 1940; en el cual se regulaba, el tema
objeto del presente estudio, en el Título V del Libro Primero,
denominado PRINCIPIO DE LA INSTRUCCIÓN Y DETENCIÓN
DEL ACUSADO.

2.2.1.5.3. Código de Procedimientos Penales de 1940


Mediante Ley Nº 9024 promulgada el 23 de noviembre de 1939, y según
lo establecido en la propia Ley, entró en vigencia el 18 de marzo de
1940, el cual establecía la detención provisional del imputado, en el Art.
81 de la citada norma.

No obstante, con el transcurso del tiempo esta normatividad ha sufrido


una serie de modificaciones.

2.2.1.5.4. Código Procesal Penal de 1991


A fines del siglo XX se aprueba el Código Procesal de 1991, mediante
Decreto Legislativo Nº 638, el cual en su artículo 135 prescribe el
mandato de detención, en base a determinados parámetros que se tenían
que cumplir, para declarar fundada una prisión preventiva.

No obstante, dicha norma fue modificada por la Ley 27226 del 17 de


diciembre de 1999 y la Ley 27753 del 09 de junio del 2002, esta
modificatoria estableció el hecho que "no constituía elemento
probatorio suficiente la condición de miembro de directorio, gerente,
socio, accionista, directivo o asociado cuando el delito imputado se
haya cometido en el ejercicio de una actividad realizada por una
persona jurídica de derecho privado".

Lo que en realidad se buscó con esta norma era determinar la


responsabilidad penal personalísima, siendo que miembro de directorio,
43

gerente, socio, accionista, directivo o asociado, serán responsables en la


medida que tengan una participación criminal en el hecho delictivo, solo
si existen otros elementos que vinculen al imputado con la autoría del
hecho delictivo; así mismo cerró el marco de amplitud respecto al
peligro procesal, exigiendo en la determinación del peligro de fuga la
existencia de "suficientes elementos probatorios que lo determinen",
eliminando del texto originario "otras circunstancias".

Asimismo mediante Ley 28726, publicada el 09 de mayo del 2006


modificó el Inc.2 del Art.135 del Código Procesal de 1991, en el que
para ordenar una detención preventiva, la pena probable debe superar a
un año de pena privativa de libertad y ya no cuatro años; o que existan
elementos probatorios sobre la habitualidad del agente del delito.

Si bien la norma procesal penal anterior exigía la concurrencia de tres


elementos para que se dicte un mandato de detención: la existencia de
pruebas suficientes, que la pena a imponerse supere los 4 años y que
hubiera peligro de fuga, con la ley 28726 se modificó sustancialmente el
inciso 2 del artículo 135°, al establecer que se podía dictar detención
cuando “la sanción a imponerse o la suma de ellas sea superior a un
año de pena privativa de libertad o que existan elementos probatorios
sobre la habitualidad del agente al delito”.

Sin embargo mediante Ley 29499 (19 de enero de 2010) se modificó el


artículo 135 del Código Procesal Penal de 1991 (vigente en los distritos
judiciales donde no se aplicaba el NCPP) y se estableció como requisito
de la detención preventiva, que la sanción a imponerse sea superior a los
4 años de pena privativa de libertad (y ya no una pena probable superior
a un año, como lo establecía la Ley 28726), con lo que se equiparó el
marco de la prognosis de pena superior a cuatro años prevista para la
prisión preventiva en el art. 268 del NCPP, permitiendo que ambos
ordenamientos tengan exigencias similares.
44

2.2.1.5.5. Nuevo Código Procesal Penal del 2004


Finalmente, el NCPP en su Art. 268º, refiriéndose a los presupuestos
materiales de la prisión preventiva, se evidencian que se exige la
presencia de "fundados y graves elementos de convicción‖ para estimar
razonablemente la comisión de un delito que vincule al imputado como
autor o participe del mismo, y, vuelve a la redacción original del Art.135
del Código Procesal Penal de 1991; empero introduce en los Arts. 269 y
270, pasos para determinar claramente en cada caso la existencia del
peligro procesal de fuga o de perturbación de la actividad probatoria.

2.2.1.5.6. Ley Nº 30076


Ley que modifica el Código Penal, Código Procesal Penal, Código de
Ejecución Penal y el Código de los Niños y Adolescentes y crea
registros y protocolos con la finalidad de combatir la inseguridad
ciudadana, publicada el 19 de agosto de 2013; y entre otros artículos del
NCPP modificó los artículos 268 y 269 referentes a la prisión preventiva
y el peligro de fuga, respectivamente, suprimiendo el segundo párrafo
del artículo 268, referente a la pertenencia del imputado a una
organización criminal o su reintegración a las mismas, dejó de ser
considerado como un presupuesto material para dictar un mandato de
prisión preventiva, y se incorporó como un supuesto que el juez tendrá
en cuenta para evaluar el peligro de fuga.

2.2.2. Marco Conceptual


2.2.2.1. Prisión Preventiva
En la perspectiva de la lógica cautelar de la prisión preventiva, se puede afirmar
que es un ―instrumento del instrumento‖15, es decir, es un instrumento utilizado
para servir al proceso penal -asegurando su normal desarrollo-, para que este
cumpla con sus objetivos, que es el ser, a su vez, un instrumento que posibilita

15
CALAMANDREI, Piero. Introducción al estudio sistemático de las providencias cautelares. ARA Editores,
Lima, 2005, p. 44.
45

la realización del Derecho Penal material 16. Entonces, el proceso penal es el


instrumento para aplicar el Derecho Penal sustantivo y la prisión preventiva es
el medio para asegurar la eficacia de dicho proceso17.

La Corte IDH se ha pronunciado en el mismo sentido. Menciona al respecto:

“De lo expuesto en el artículo 8.2 de la Convención se deriva la obligación


estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de los límites
estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo eficiente
de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia, pues la prisión
preventiva es una medida cautelar, no punitiva”18.

El Tribunal Constitucional peruano también ha adoptado este criterio, cuando


señala que: ―La detención provisional -prisión preventiva- tiene como finalidad
asegurar el éxito del proceso. No se trata de una medida punitiva (…). Se trata
de una medida cautelar, cuyo objetivo es resguardar la eficacia plena de la labor
jurisdiccional‖19.

Esta condición es igualmente resaltada por la circular sobre prisión preventiva


emitida por la Presidencia del Poder Judicial, a través de la Resolución
Administrativa Nº 325-2011-P-PJ20; así, en dicha resolución se manifiesta, en el
considerando segundo, que: ―Ello es así porque la prisión preventiva no es otra
cosa que una medida coercitiva personal, que solo puede tener fines procesales,
cuyo propósito radica en asegurar el normal desarrollo y resultado del proceso
penal [consolidar, en suma, (i) el proceso de conocimiento (asegurando la

16
Cfr. SÁNCHEZ ROMERO, Cecilia. ―La prisión preventiva en un Estado de Derecho‖. En: Ciencias Penales.
Año 12, Nº 14, Asociación de Ciencias Penales de Costa Rica, San José, 1997, p.81.
17
DEL RÍO LABARTHE, Gonzalo. ―La prisión preventiva en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional‖. En:
Anuario de Derecho Penal 2008: Temas Penales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Fondo
Editorial de la PUCP – Universidad de Friburgo, Lima, 2009, p. 100.
18
Corte IDH. Caso Suárez Rosero vs. Ecuador. Sentencia del 12 de noviembre de 1997, párr. 77; en igual
sentido: Corte IDH. Caso Tibi vs. Ecuador sentencia del 7 de setiembre de 2004, párr.. 180; Corte IDH Caso
Acosta Calderón vs. Ecuador. Sentencia del 24 de junio de 2005, párr. 75.
19
STC Exp. Nº 0298-2003-HC/TC, f. j. 3; igualmente la STC Exp. Nº 1567-2002-HC/TC, f. j. 3.
20
Publicada en el diario oficial El Peruano el 14 de setiembre de 2011.
46

presencia del imputado en el procedimiento y garantizando una investigación


de los hechos, en debida forma por los órganos de la persecución penal) o (ii) la
ejecución de la pena]‖.

Como señala Reátegui Sánchez: ―La prisión preventiva no puede desaparecer


porque es muy importante que la ley penal pueda aplicarse y la prisión
preventiva lo que procura es lograrlo. Si no aplicamos la prisión preventiva
cuando se necesite aplicar, el poder punitivo estatal, expresado en la vigencia y
respeto de la ley penal como en la averiguación de la verdad, resultaría una
mera y simple utopía. Concebiríamos una sociedad en la que reinaría el caos y
la ausencia de ‗orden jurídico‘‖21.

2.2.2.2. El carácter excepcional de la prisión preventiva


Es importante remarcar –como lo hace el Tribunal Supremo- que el derecho a la
libertad personal no solo es un derecho constitucional subjetivo, sino también
una garantía objetiva básica del andamiaje democrático del Estado
Constitucional y Convencional de Derecho.

No obstante su importancia, la libertad personal -en sentido subjetivo-objetivo-


no es un derecho-valor-garantía que deba reconocerse como absoluto o
infranqueable, antes bien, se toleran injerencias en su contenido, siempre que
no se adentre a su núcleo duro o esencial22.

De tal suerte que la libertad personal se reconoce como un derecho-valor-


garantía relativo, limitable, que admite en su seno intervenciones, siendo la más
gravitante, por su incidencia, la prisión provisional, que supone privar de la
libertad locomotora o física a un procesado que el Estado reconoce como
inocente, pero que debe sacrificar -o, como dice el tribunal de Casación, ―hacer
retroceder‖- su libertad en pro de la buena marcha del proceso penal. Siendo la

21
REÁTEGUI SÁNCHEZ, James. En busca de la prisión preventiva. Jurista Editores, Lima, 2006, p. 84.
22
Por utilizar el concepto formulado positivamente en la Ley Fundamental de Bonn y por
primera vez usado en una ley procesal penal peruana con el Decreto Legislativo Nº 957.
47

intervención más grave, no cabe duda que el encarcelamiento preventivo debe


ser adoptado siempre como la excepción y nunca como la regla. Es decir, la
regla debe ser que el imputado espere el juicio en libertad.

2.2.2.3. Los presupuestos y puntos que deben ser desarrollados y motivados


En la Casación Nº 626-2013-Moquegua, la Corte Suprema establece los cinco
principales puntos que deben ser desarrollados y por ende debatidos en la
audiencia de prisión preventiva: i) Los fundados y graves elementos de
convicción. ii) La prognosis de pena mayor a cuatro años. iii) El peligro
procesal. iv) La proporcionalidad de la medida. v) La duración de la medida.

Asimismo, el representante del Ministerio Público debe comprender en su


requerimiento escrito los puntos que deberán ser debatidos en la audiencia de
prisión preventiva, fundamentado cada extremo con exhaustividad. Esto
posibilitara que la defensa lo examine antes de la audiencia, se prepare y pueda
pronunciarse sobre estos y que el juez analice y resuelva cada uno, dividiéndose
el debate en cada una de los cinco puntos indicados, ejerciéndose contradicción
uno a uno, de modo que agotado uno se pasará al otro.

2.2.2.3.1. Sobre los graves y fundados elementos de convicción


En la casación materia de comentario, se establece este aspecto como el
primero de los criterios a ser desarrollados, lo cual guarda concordancia
con la regulación de este presupuesto en el CPP de 2004. Esto se debe a
una cuestión lógica, pues en primer lugar se debe determinar la
existencia de algún hecho de relevancia penal que dé lugar a la
intervención del aparato punitivo del Estado.

Este presupuesto, conocido como fumus delicti comissi, equiparable al


fumus boni iuris exigible en el Derecho Civil, se halla establecido en el
artículo 268, literal a) del NCPP de 2004, e implica un juicio provisional
de imputación, esto es, la fundada sospecha de la intervención del
48

imputado -ya sea a título de autor o partícipe- en un determinado hecho


con apariencia delictiva. En el ámbito del proceso penal se traduce en la
razonable atribución a una persona determinada de la comisión de un
hecho punible.

Como se puede comprender el fumus delicti comissi consta de dos


reglas23: la primera, referida a la constancia en la causa de la existencia
de un hecho que presenta los caracteres del delito, referidos a sus
aspectos objetivos, la cual debe ser mostrada por los actos de
investigación, que en este caso deben ofrecer plena seguridad sobre su
acaecimiento; y la segunda, que está en función del juicio de imputación
contra el inculpado, juicio que debe de contener un elevadísimo índice
de certidumbre y verosimilitud -o alto grado de probabilidad (no
certeza)- acerca de su intervención en el delito.

Entonces, lo que se debe entender de la redacción de la norma, es que ya


exige la presencia de indicios, objetiva y racionalmente fundados, que
permitan imputar los hechos presuntamente delictivos al sujeto pasivo
de la medida. Es algo más que la existencia de simples conjeturas o
probabilidades, pues supone la concurrencia de datos objetivos
(indicios) que permitan sostener, a título de imputación provisional, que
el imputado es responsable del hecho delictivo24.

2.2.2.3.2. Sobre la prognosis de pena


El artículo 268, en su literal b), establece como requisito la prisión
preventiva, que sea posible determinar que la sanción a imponer en el
proceso sea superior a 4 años de pena privativa de libertad, criterio que
es analizado desde la perspectiva del riesgo de fuga. El legislador

23
ORTELLS RAMOS citado por SAN MARTÍN CASTRO, César. ―La privación de la libertad personal en el
proceso penal y el derecho internacional de los derechos humanos‖. En: Anuario de Derecho Constitucional
Latinoamericano-2004. Tomo II, Fundación Konrad-Adenauer, Montevideo, 2004, p. 627.
24
Cfr. MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. ―Medidas de coerción‖. En: Derecho Procesal penal. Escuela
Nacional de la Judicatura, República Dominicana, 2006, p. 192.
49

establece una pena tipo, a partir de la cual advierte la posibilidad de que


el imputado se sustraiga a la acción de justicia, en tanto resulta lógico
pensar que cuanto más grave sea la probable pena a imponer, mayor
será la tendencia a eludirla, es decir mayor es el riesgo de evasión a la
justicia por el imputado.

Al respecto, suscribimos lo dicho por el Río Labarthe, cuando afirma


que: ―La aplicación de un límite penológico de cuatro años para imponer
la prisión preventiva, es un requisito que, entendido en su real
dimensión, importa un presupuesto indispensable para dotar a la prisión
preventiva de una lógica proporcional. Es cierto que una utilización
automática y aislada de dicho requisito pervierte el sistema procesal y
convierte a la prisión preventiva en un anticipo de la pena, que es un
efecto no deseado con su regulación. Pero también es cierto que si los
cuatro años de pena privativa de libertad constituyen el límite para
aplicar una pena de ejecución suspendida condicionalmente (artículo
57.1 del Código Penal), entonces es necesario establecer un criterio que
más que permitir, impida aplicar la medida en los casos que la pena no
supere dicho límite. Este criterio no imprime otra lógica que no sea la de
considerar abiertamente desproporcionada la utilización de una medida
limitativa, que pueda infligir un daño mayor que el que pueda operarse
de la pena a imponer en la sentencia condenatoria‖25.

La prognosis de la sanción penal a imponer obliga a quien solicita la


adopción de la medida y a quien está legitimado a decretarla a que
evalúen aspectos referidos a la determinación de la pena en el caso en
concreto. Esto comprende que, en específico, no se limite a la pena
conminada, sino a otros elementos, como la imputabilidad restringida,

25
DEL RIO LABARTHE, Gonzalo. La prisión preventiva en el nuevo Código Procesal Penal. ARA Editores,
Lima, 2008, p.42.
50

tentativa, error de prohibición, el grado de intervención en el delito


(autor, participe), los móviles del hecho imputado.

2.2.2.3.3. Sobre el peligro procesal


Cuya existencia se constituye como un elemento trascendental a
considerar para la imposición de alguna medida cautelar de naturaleza
personal. De acuerdo al artículo 268 del CPP de 2004, la imposición de
la prisión preventiva pretende evitar los riesgos de peligro de fuga y
peligro de obstaculización, consideramos que su reconocimiento
positivo es correcto, pues –como afirma con razón Alberto Bovino-, ―el
reconocimiento de estos dos supuestos deriva de los fines asignados al
proceso penal: la averiguación de la verdad y la aplicación o realización
del Derecho Penal sustantivo. Si la coerción procesal se orienta a
alcanzar los fines del procedimiento, solo dos tipos de situaciones
justifican la privación de libertad anticipada: a) todo comportamiento
del imputado que afecte indebida y negativamente el proceso de
averiguación de la verdad, es decir, que representa una obstaculización
ilegítima de la investigación -por ejemplo, amenazar testigos, destruir
ilegalmente elementos de prueba, etc.-, y b) toda circunstancia que
ponga en peligro la eventual aplicación efectiva de la sanción punitiva
prevista en el Derecho Penal sustantivo .por ejemplo, la posibilidad de
una fuga- ‖26.

Sobre el particular, el Supremo Intérprete de nuestra Constitución ha


manifestado que: ―(…) la existencia o no del peligro procesal debe
determinarse a partir del análisis de una serie de circunstancias que
pueden tener lugar antes o durante el desarrollo del proceso y que están
ligadas, fundamentalmente, con las actitudes y valores morales del
procesado, su ocupación, sus bienes, sus vínculos familiares y todo otro
factor que permita concluir, con un alto grado de objetividad, que la

26
BOVINO, Alberto. ―El encarcelamiento preventivo en los tratados de derechos humanos‖. Ob. Cit., p. 140.
51

libertad del inculpado, previa a la determinación de su eventual


responsabilidad, pone en riesgo el correcto desenvolvimiento de la labor
de investigación y la eficacia del proceso. La ausencia de un criterio
razonable en torno a la perturbación de la investigación judicial o a la
evasión del procesado, termina convirtiendo el dictado de la detención
preventiva o, en su caso, su mantenimiento en arbitrarios, por no
encontrarse razonablemente justificados‖27.

El CPP de 2004 a efectos de reconocer la existencia de este peligro en


su artículo doscientos sesenta y nueve establece una serie de criterios
(no taxativos) que debe evaluar el juez de la investigación preparatoria
para determinar que existe la probabilidad que el imputado se sustraiga
el proceso: i) El arraigo. ii) La gravedad de la pena que se espera como
resultado del procedimiento. iii) La magnitud del daño causado y la
ausencia de una actitud voluntaria del imputado para repararlo. iv) El
comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro
procedimiento anterior, en la medida en que indique su voluntad de
someterse a la persecución penal.

2.2.2.3.4. Sobre la proporcionalidad de la adopción de la medida


En lo referente a la prisión preventiva, el principio de proporcionalidad
tiene la función de conseguir una solución del conflicto entre el derecho
a la libertad personal y el derecho a la seguridad del individuo,
garantizada por las necesidades ineludibles de persecución penal eficaz.
Así, los legisladores, jueces o aplicadores del Derecho deben respetarlo
para equilibrar y delimitar el punto medio entre estos derechos opuestos
que entran en conflicto, por cuanto no cabe hablar de aplicación
matemática de la normativa referente a este instituto. El principio de
proporcionalidad parte de la jerarquía de valores constitucionalmente

27
STC Exp. Nº 1567-2002-HC/TC, f. j. 6.
52

consagrada, que presupone como principio supremo el del favor


libertatis.

En lo concerniente al empleo de la prisión preventiva o de cualquier otra


medida coercitiva, solo estará legalmente justificado cuando existan
motivos razonables y proporcionales para ello. Se ha considerado
generalmente que los motivos para el dictado de prisión preventiva son
el peligro de fuga y el peligro de obstaculización de la verdad (que
analizaremos más adelante), sin embargo, aún puede no hallarse
justificada si su utilización es desproporcional por existir otras medidas
coercitivas menos aflictivas pero que contrarresten dichos peligros con
la misma eficacia.

Ahora bien, para que una medida que afecta un derecho fundamental sea
proporcional debe superar los tres juicios que componen dicho
principio: juicio de idoneidad, juicio de necesidad y juicio de
proporcionalidad en sentido estricto:

 Juicio de Idoneidad
Implica que toda intervención en los derechos fundamentales debe
ser adecuada para contribuir a la obtención de un fin
constitucionalmente legítimo. De la definición esbozada se puede
inferir que tiene dos exigencias: primera, que toda medida de
intervención en los derechos fundamentales tenga un fin
constitucional legítimo (identificación de un fin de relevancia
constitucional en la medida legislativa penal que limita un derecho
fundamental), y, segunda que sea idónea para favorecer la
obtención de dicha finalidad (―se trata de análisis de una relación
medio-fin‖, de constatar que la idoneidad de la medida tenga
relación con el objetivo, es decir, ―que contribuya de algún modo
53

con la protección de otro derecho o de otro bien jurídico


relevante‖).

 Juicio de Necesidad
Importa la obligación de imponer de entre la totalidad de las
medidas restrictivas que resulten idóneas la que signifique el menor
grado de limitación a los derechos de la persona, se deberá imponer
la medida menos lesiva o aflictiva de entre todas las igualmente
idóneas.

Se trata, entonces, de una comparación de la medida adoptada con


los medios alternativos disponibles, comparación en la cual se
analiza: i) la idoneidad equivalente o mayor del medio alternativo, y
ii) El menor grado en que este intervenga en el derecho
fundamental. Esto no implica que se deba adoptar siempre la
medida penal óptima, sino solo la prohibición de restringir
vanamente la libertad, es decir, la prohibición de utilizar una
medida restrictiva intensa en caso de que exista un medio
alternativo, por lo menos, igualmente, idóneo para lograr la
finalidad perseguida y que a la vez sea más benigno con el derecho
restringido.

Bajo esta consideración la restricción de un derecho fundamental


solo puede autorizarse cuando sea imprescindible, y por tanto, no
sustituible por ninguna otra medida de similar eficacia pero menos
gravosa. El criterio de necesidad influye tanto en la imposición
como en el mantenimiento de tales medidas. En cuanto aquella
desaparezca, por desvanecimiento de las razones que la
determinaron, medida restrictiva que se haya impuesto debe cesar o
ser sustituida por otra medida más leve.
54

 Juicio de Proporcionalidad en Strictu Sensu


De acuerdo con este juicio, para que una injerencia en los derechos
fundamentales sea legítima, el valor del objetivo pretendido debe
ser, por lo menos, equivalente o proporcional al grado de afectación
del derecho fundamental, comparándose dos intensidades o grados:
el de la realización del fin de la medida examinada y el de la
afectación del derecho fundamental, al representar una valoración
ponderativa de intereses contrapuestos, permitiendo la observación
de todas las circunstancias relevantes para el caso.

En la ponderación de la proporcionalidad, en su sentido estricto


debe incluirse no solo la restricción del derecho sobre el que, por
definición, la medida debe incidir, sino la totalidad de las
consecuencias nocivas que habrá de sufrir el ciudadano, incluso las
que no hayan sido previstas normativamente o no hayan sido
queridas por el órgano que decide la restricción. Dichas afecciones
deberán tomarse en cuenta siempre que el juzgador pueda sostener
un pronóstico bastante seguro sobre los efectos colaterales de las
injerencias.

2.2.1.3.5. Sobre la duración de la medida


Un aspecto muy importante mencionado en la casación Nº 626-2013-
Moquegua, es el referido al debate que debe existir sobre la duración de
la medida de prisión preventiva a imponer.

La duración de la medida, implica a hacer referencia a la razonabilidad


de dicha duración, por lo que el debate sobre este aspecto deberá
centrarse en los criterios que se encuentren establecidos en la ley o
hayan sido señalados por la jurisprudencia para verificar dicha
razonabilidad, tales como: a) la actuación de los órganos judiciales
55

tomando como parámetro la prioridad y la diligencia debida; b) la


complejidad del asunto; y c) la actividad procesal del detenido.

2.2.1.4. La prisión preventiva en la jurisprudencia del TC


2.2.2.4.1. Prisión Preventiva y Presunción de Inocencia
La prisión preventiva se constituye como una medida de coerción muy
grave, la cual puede ser adoptada por el órgano jurisdiccional en el
transcurso del proceso penal. Mediante su adopción se priva al imputado
de su derecho fundamental a la libertad, en un prematuro estadio
procesal en el que se debe presumir su inocencia28. El derecho de
presunción de inocencia [arts. 2.24.e) de la Constitución peruana29 y II.1
del TP NCPP30] es uno de los principales límites de la prisión
preventiva. Ese derecho implica que toda persona imputada de la
comisión de un hecho punible sea considerada inocente y tratada como
tal, mientras no se demuestre lo contrario mediante una sentencia firme
debidamente motivada. Es por esta razón que la legitimidad de toda
tutela preventiva en el orden penal depende del contenido que se asigne
a la presunción de inocencia.

En tal virtud, es necesario acudir a la triple acepción de la presunción de


inocencia: 1) principio informador de todo el proceso penal de corte
liberal, 2) regla de tratamiento del sujeto pasivo del proceso y 3) regla
de juicio fáctico de la sentencia con incidencia en el ámbito probatorio.

El derecho subjetivo a la presunción de inocencia del imputado, como


regla de tratamiento del proceso penal, comporta la prohibición de que
la prisión preventiva pueda ser utilizada como castigo. La contradicción

28
Gimeno Sendra, V. «Prólogo» a la obra de Asencio Mellado, J.M., La prisión provisional, Civitas, Madrid,
1987, p. 21.
29
Art. 2.24.e Constitución.- «Toda persona es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente
su responsabilidad».
30
Art. II.1 TP NCPP.- «Toda persona imputada de la comisión de un hecho punible es considerada inocente, y
debe ser tratada como tal, mientras no se demuestre lo contrario y se haya declarado su responsabilidad mediante
sentencia firme debidamente motivada [...]».
56

material, consistente en privar de libertad a un imputado antes de que se


le condene, solo puede salvarse si se le considera como una medida
cautelar y no como una pena. De ahí que el factor fundamental para que
la prisión preventiva respete el derecho a la presunción de inocencia
radica en los fines o funciones que se le atribuyen. La prisión preventiva
solo puede ser utilizada con objetivos estrictamente cautelares: asegurar
el desarrollo del proceso penal y la eventual ejecución de la pena.
Objetivos que solo pueden ser alcanzados evitando los riesgos de fuga y
de obstaculización de la averiguación de la verdad. Si se admite el uso
de la prisión preventiva para obtener fines distintos a los estrictamente
cautelares, como los que se asientan en razones de derecho penal
sustantivo u otros que versen sobre el fondo del hecho investigado, se
pervierte su finalidad y naturaleza. En un Estado democrático de
derecho, no se justifica que sea utilizada para satisfacer demandas
sociales de seguridad, mitigar la alarma social, evitar la reiteración
delictiva, anticipar los fines de la pena o impulsar el desarrollo de la
instrucción. Cualquier función que no sea estrictamente procesal
cautelar es ilegítima. Por esta razón, las funciones que pueden atribuirse
a la prisión preventiva guardan una estrecha relación con su concepción
como una medida instrumental. La prisión preventiva ha sido definida
como un instrumento del instrumento, porque su propósito consiste en
asegurar la eficacia del proceso, que constituye a su vez, un instrumento
de aplicación del derecho sustantivo. Entonces, el proceso principal es el
instrumento para aplicar el derecho penal y la prisión preventiva es el
medio para asegurar la eficacia de dicho proceso. Si a la prisión
preventiva se le atribuyen funciones propias del derecho penal, se afecta
el derecho a la presunción de inocencia. Así, se desconoce además su
índole instrumental, en tanto pierde toda naturaleza accesoria para
transformarse en un fin en sí misma. Al respecto, el TC peruano ha
señalado lo siguiente:
57

[…] En la medida en que la detención judicial preventiva


[prisión preventiva] se dicta con anterioridad a la sentencia
condenatoria, es una medida cautelar. No se trata de una
sanción punitiva, por lo que la validez de su establecimiento a
nivel judicial depende que existan motivos razonables y
proporcionales que lo justifiquen. Por ello, no solo puede
justificarse en la prognosis de pena que, en caso de expedirse
sentencia condenatoria, se aplicará a la persona que hasta ese
momento tiene la condición de procesado, pues ello supondría
invertir el principio de presunción de inocencia por el de
criminalidad […] [STC 0791- 2002 - HC, de 21 de junio: (Caso
«Riggs Brousseau»)].

En esta Sentencia, el TC vincula de manera clara la presunción de


inocencia y el carácter instrumental de la prisión preventiva. Es cierto
que el fumus boni iuris o apariencia de buen derecho configura un
presupuesto adicional de la prisión preventiva; pero si se considera
dicho presupuesto en forma aislada, entonces el único criterio en el que
se apoya la privación cautelar de libertad es en el de un alto grado de
probabilidad de sancionar luego al imputado como autor o partícipe del
hecho. Si eso sucede, es decir, si la medida no se aplica con el propósito
de neutralizar el peligro procesal, desaparece su función cautelar-
instrumental. Lo que ocurre es que cuando en un ordenamiento como el
peruano, que exige la aplicación concurrente de ambos presupuestos, se
justifica la medida solo en el fumus boni iuris, ello implica una ausencia
de motivación respecto al requisito del peligro procesal, indispensable
para aplicarla y, en consecuencia, se afecta su correlativo, el principio
de proporcionalidad. La prisión preventiva per se no afecta la
presunción de inocencia, pues ha sido introducida en el ordenamiento
jurídico para cumplir fines cautelares. Sin embargo, la indebida
motivación de la resolución que la estatuye impide ya -como veremos
58

más adelante- al analizar su proporcionalidad. En un sentido similar se


expresa la STC 1260 - 2002 - HC, de 9 de julio (Caso «Domínguez
Tello»):

[…] A juicio de este Colegiado, la satisfacción de tal exigencia


[el peligro procesal] es consustancial con la eficacia del
derecho a la presunción de inocencia y con el carácter de
medida cautelar, y no con la de una sanción punitiva que [no]
tiene la prisión preventiva. Por ello, habiéndose justificado la
detención judicial preventiva únicamente con el argumento de
que existirían elementos de prueba que incriminan a los
recurrentes y que la pena aplicable, de ser el caso, sería
superior a los cuatro años, el Tribunal Constitucional considera
que la emplazada ha violado el derecho a la presunción de
inocencia y, relacionalmente, la libertad individual de los
recurrentes. […].

Es cierto que la prisión preventiva deviene en ilegítima cuando no


existen motivos racionales que la justifiquen. No obstante, tal
razonamiento no debe ser considerado en el ámbito de la compatibilidad
de la medida con el derecho a la presunción de inocencia -como hace la
sentencia descrita-, sino en el ámbito de la proporcionalidad. Cualquier
limitación del derecho a la libertad personal exige que sea proporcional
al fin que se pretende y, por tanto, que se sustente en motivos racionales.
De hecho, la sanción punitiva -que configura una limitación de derechos
fundamentales- también debe ser proporcional al fin que se persigue
(vgr. resocialización del individuo), y la violación de dicha garantía
tampoco afecta la presunción de inocencia. Pueden existir medidas
cautelares que son legítimas porque sus objetivos son compatibles con la
presunción de inocencia, pero que deben ser consideradas ilegítimas por
ser desproporcionadas (exceso). Así mismo, medidas que afecten
59

mínimamente la libertad personal, pueden ser ilegítimas por afectar el


derecho a la presunción de inocencia (en el ámbito de sus funciones). De
esto se desprende que cuando un ordenamiento jurídico dispone la
necesidad de que la prisión preventiva solo sea aplicada para evitar el
peligro procesal (de fuga y obstaculización), la medida es compatible
con la presunción de inocencia. Los errores en su aplicación porque no
es necesaria en el caso concreto, porque el juez no motiva los objetivos
a cumplir, etc., afectan el principio de proporcionalidad. Resulta muy
ilustrativa la opinión de Llobet Rodríguez acerca de la necesidad de
diferenciar el ámbito de influencia de la presunción de inocencia y el
principio de proporcionalidad en la aplicación de la prisión preventiva.
En su opinión:

[…] La prohibición de que la prisión preventiva sea una pena


anticipada lleva a la diferenciación entre prisión preventiva y
pena de prisión. Sin embargo, no se puede distinguir entre
ambas de acuerdo con la intensidad de la privación de libertad,
sino solamente podría partirse de los fines que se persiguen con
una y otra. Por ello, como consecuencia de la presunción de
inocencia la prisión preventiva no puede perseguir fines de
naturaleza penal (prevención general y especial), sino solamente
de carácter procesal (el aseguramiento del proceso y de la
prueba) […]. Ello tiene importancia con respecto a las causales
para el dictado de la prisión preventiva, no así en lo relativo a la
sospecha de culpabilidad [fumus boni iuris] y al principio de
proporcionalidad, como requisitos para el dictado de la prisión
preventiva, los que nada tienen que ver con los fines de la
prisión preventiva, sino con la determinación de los supuestos en
los cuales una prisión preventiva compatible con la presunción
de inocencia acuerdo con los fines perseguidos por ella, no sería
de acuerdo con el principio de proporcionalidad razonable […].
60

2.2.2.4.2. Prisión Preventiva y Libertad Personal


La prisión preventiva, además de ser una medida cautelar, constituye
una limitación del derecho fundamental a la libertad personal. Las
resoluciones que la impongan deben, por tanto, respetar los requisitos
esenciales de legalidad, proporcionalidad, excepcionalidad,
jurisdiccionalidad y motivación de las resoluciones que la impongan.

Probablemente, el requisito más desarrollado por el TC ha sido el de


proporcionalidad. Este principio exige que cualquier limitación de
derechos fundamentales debe ser idónea para alcanzar o favorecer el fin
perseguido legítimamente por el Estado; necesaria en la medida en que
solo debe ser utilizada si su finalidad no puede ser alcanzada por otro
medio menos gravoso, pero igualmente eficaz; y, finalmente,
proporcional en sentido estricto, lo que supone apreciar de manera
ponderada, en el caso concreto, la gravedad o intensidad de la
intervención y el peso de las razones que la justifican. La necesidad de
la prisión preventiva requiere evaluar que se está ante un instrumento
que «convive» con otras medidas cautelares destinadas, también, a
proteger el desarrollo y resultado del proceso penal (comparecencia
simple y restringida, detención domiciliaria, impedimento de salida,
suspensión preventiva de derechos). Por lo que siendo la prisión
preventiva la medida limitativa más grave del ordenamiento procesal, el
principio de proporcionalidad exige una aplicación excepcional y
subsidiaria. Debe ser la última ratio o último recurso para salvaguardar
el resultado y desarrollo del proceso penal31. El TC señala respecto a la
prisión preventiva como último recurso lo siguiente:

31
Ello en ningún caso supone que cuando un determinado ordenamiento jurídico no regule auténticas
alternativas, la prisión preventiva se convierta en la «regla general». Un Estado de Derecho —que es el escenario
en el que se manifiesta el principio de proporcionalidad— está obligado a regular un catálogo de medidas
cautelares que permita satisfacer la necesidad de proteger el proceso.
61

[…] Si bien la detención judicial preventiva [prisión preventiva]


constituye una medida que limita la libertad física, por sí misma,
esta no es inconstitucional. Sin embargo, por el hecho de
tratarse de una medida que restringe la libertad locomotora,
dictada pese a que, mientras no exista sentencia condenatoria
firme, al procesado le asiste el derecho a que se presuma su
inocencia; cualquier restricción de ella siempre debe
considerarse la última ratio a la que el juzgador debe apelar,
esto es, susceptible de dictarse solo en circunstancias
verdaderamente excepcionales y no como regla general. Ese
pues es el propósito del art. 9.3 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, según el cual la prisión preventiva
de las personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla
general […] [STC 1091-2002-HC de 2 de agosto «Caso Vicente
Ignacio Silva Checa»].

En este razonamiento subyace, nuevamente, el mismo error que suscitó


la crítica de Llobet Rodríguez, citada anteriormente. Si existe consenso
en que la libertad personal puede restringirse con el propósito de
asegurar el desarrollo y resultado del proceso penal y que en este caso la
medida no afecta la presunción de inocencia, entonces es necesario un
segundo nivel de análisis para establecer cuál es la medida necesaria, en
el caso concreto, para neutralizar el peligro procesal que se presenta.
Aquí opera el principio de proporcionalidad y la necesaria aplicación
excepcional y subsidiaria de la privación cautelar de libertad. La
aplicación de una medida cautelar personal afecta el derecho a la
presunción de inocencia cuando persigue fines espurios, ajenos a su
carácter procesal, instrumental y cautelar (vgr. alarma social). Sin
embargo, puede suceder que la prisión preventiva persiga un fin
legítimo (vgr. evitar el peligro de fuga) pero su aplicación sea
desproporcionada, porque, por ejemplo, la función que persigue puede
62

lograrse mediante una medida menos grave (vgr. comparecencia


restringida). Esto supone a su vez que las medidas distintas a la prisión
preventiva también deben perseguir fines compatibles con la presunción
de inocencia (evitar el peligro de fuga o la obstaculización de la
averiguación de la verdad), pues en un Estado de derecho, a pesar de
que nos encontremos frente a medidas menos intensas, no se justifica
ninguna restricción de derechos fundamentales de orden penal, sin una
sentencia firme previa y debidamente motivada que acredite la
responsabilidad penal del sujeto pasivo de la medida. Si se admite que la
prisión preventiva solo respeta la presunción de inocencia cuando se
utiliza de manera excepcional y subsidiaria, no podríamos sostener lo
mismo respecto de las demás medidas cautelares personales que
constituyen también una limitación de derechos fundamentales y que sin
embargo son prioritarias frente a la prisión preventiva. La presunción de
inocencia no es más o menos afectada según la intensidad de la medida
que se elija, cuando el ordenamiento jurídico regula distintas medidas
cautelares que implican una limitación de la libertad personal, y todas
ellas respetan la presunción de inocencia (en razón a los fines que
persiguen). En consecuencia, la intensidad de la intervención del
derecho fundamental debe revisarse, en realidad, en el ámbito del
principio de proporcionalidad. Será desproporcionada la medida que
persiga fines que también pueden ser satisfechos a través de una medida
menos intensa pero igualmente eficaz. Así mismo, lo serán aquellas
medidas aplicadas sin una motivación suficiente. La sentencia del TC
que probablemente mejor ha desarrollado el criterio de necesidad
respecto a la prisión preventiva es la 1091-2002/HC, de 2 de agosto
(Caso «Silva Checa»). En ella, se dice:

[...] Su aplicación [se refiere a la prisión preventiva] no debe


ser la medida normal u ordinaria, sino que solo puede dictarse
en casos particularmente graves y siempre que sea estrictamente
63

necesaria para los fines que se persigue en el proceso penal.


[...]. El principio de favor libertatis impone que la detención
judicial [prisión preventiva] tenga que considerarse como una
medida subsidiaria, provisional y proporcional [...]. El carácter
subsidiario de la medida impone que antes de que se dicte, el
juez deba considerar si idéntico propósito al que se persigue con
el dictado de la detención judicial preventiva [prisión
preventiva] se puede conseguir aplicando otras medidas
cautelares no tan restrictivas de la libertad locomotora del
procesado [...]. La existencia e idoneidad de otras medidas
cautelares para conseguir un fin constitucionalmente valioso,
deslegitima e invalida que se dicte o mantenga la medida
cautelar [de prisión preventiva].

En esta sentencia se describe claramente cómo en nuestro ordenamiento


el principio de proporcionalidad, en consideración a su necesidad, obliga
a que la prisión preventiva sea considerada como una medida
excepcional y subsidiaria. Tales presupuestos se coligen con el
tratamiento de la prisión preventiva como una limitación de un derecho
fundamental, la libertad personal. Además, en ella se destaca un factor
fundamental vinculado a la noción instrumental de la prisión preventiva,
la provisionalidad. Esta exige que la privación cautelar de libertad [en
tanto accesoria al proceso penal] solo dure lo que dure el proceso
principal. El carácter provisional de la prisión preventiva también
encuentra su fundamento en la regla rebus sic stantibus, que significa
que no solo la adopción sino también el mantenimiento de la prisión
preventiva está supeditado a las circunstancias fácticas que constituyen
su presupuesto. Solo debe mantenerse la prisión preventiva mientras
permanezca inalterada la situación que dio lugar a su adopción. Si los
presupuestos varían o si se confirma en un determinado estadio procesal
que la información hasta el momento obtenida ha quedado desvirtuada,
64

es obligatorio que se disponga su cese inmediato o, en su caso, que se la


substituya por otra medida cautelar personal menos estricta.

De ahí que una lógica consecuencia de la provisionalidad de la prisión


preventiva es su variabilidad. El juez no solo debe elegir una medida
necesaria o indispensable para neutralizar el peligro procesal, también,
debe variar la prisión preventiva por otra menos intensa en el mismo
instante procesal en el que se verifique que los presupuestos que
justificaron la privación cautelar de libertad han variado o no eran lo que
se pensaba. Esto queda claramente establecido en la sentencia citada
cuando se menciona que: «[…] la existencia e idoneidad de otras
medidas cautelares para conseguir un fin constitucionalmente valioso,
deslegitima e invalida que se dicte o mantenga la medida cautelar […]».

2.2.2.4.3. Presupuestos
Como ya se adelantó en el análisis de la relación entre prisión
preventiva y libertad personal, para que la privación cautelar de libertad
constituya un instrumento legítimo, deben respetarse sus presupuestos,
los mismos que han sido desarrollados en la STC 0808-2002/HC, de 8
de julio (Caso «Tello Díaz»), conforme a la cual los requisitos para
aplicar la prisión preventiva son: «que exista prueba suficiente [fumus
boni iuris], peligro procesal [periculum in mora] y que la pena probable
a imponer sea superior a cuatro años de pena privativa de libertad […]».
En realidad se está ante dos presupuestos. Los conceptos de la prueba
suficiente y la pena probable configuran uno solo, el fumus boni iuris32.
Según esto, el juzgador no solo está obligado a determinar la existencia
de una alta probabilidad de que sancionará al imputado mediante una

32
La inclusión del límite penológico en el fumus boni iuris (art. 268.1.b NCPP) se deriva de su comprensión
como manifestación del principio de proporcionalidad y concuerda con el límite previsto para declarar la
suspensión condicional de la pena (art. 57 CP peruano): si no existen garantías de que se obtenga una pena
efectiva superior a los 4 años, la prisión preventiva devendría en desproporcional. Debe diferenciarse este
elemento que pertenece al análisis de la apariencia de buen derecho, con el criterio de gravedad de la pena (art.
269.2 NCPP) que puede sustentar (en algunos casos y junto con la presencia de otros criterios) el peligro concreto
de fuga del imputado en un proceso penal específico.
65

sentencia condenatoria, sino que además debe verificar que esa sanción
corresponderá por lo menos a una pena superior a cuatro años de
privación de libertad. De lo contrario, si uno de estos requisitos no se
cumple, ya no es necesario evaluar el peligro procesal en el ámbito de
aplicación de la prisión preventiva, sino que se acudirá a una medida
cautelar personal alternativa que regule un fumus boni iuris menos
exigente. Ahora bien, cuando en la aplicación de la prisión preventiva se
verifica la presencia del primer presupuesto (fumus boni iuris), este debe
estar acompañado de otro que es fundamental, la presencia de un peligro
procesal consistente en el riesgo sea de fuga, sea de obstaculización, o
por la presencia de ambos. Además, debe constituir un peligro que -
según las circunstancias del caso y del imputado- sólo puede ser evitado
mediante la prisión preventiva (subsidiariedad). Es por esta razón que el
análisis de la gravedad de la pena a imponerse cumple dos objetivos. En
cuanto al fumus boni iuris, es un requisito infranqueable. No existe
apariencia de buen derecho si no se verifica una alta probabilidad de
sancionar al imputado a una pena superior a los 4 años de pena privativa
de libertad. A su vez, la gravedad de la pena a imponerse puede
constituir un criterio -que ni es necesario ni puede ser el único- para
valorar el peligro procesal, concretamente, el riesgo de fuga. Esto en el
entendimiento que una pena mayor involucra una mayor carga
psicológica en el imputado que enfrenta un proceso penal, y por tanto,
una mayor influencia para evitar su desarrollo y resultado.

2.2.2.4.4. Aporte del Tribunal Constitucional


2.2.2.4.4.1. Fumus boni iuris
El fumus boni iuris o apariencia de buen derecho indica que para
decretar la prisión preventiva debe llevarse a cabo un juicio de
verosimilitud sobre el derecho cuya existencia se pretende declarar
en una sentencia definitiva. Juicio que debe estar asentado en
criterios objetivos que permitan identificar los elementos que
66

conducen a una razonada atribución del hecho punible. El Juez


debe valorar un alto grado de probabilidad de sancionar al
imputado como autor o partícipe del delito y esto se acredita
cuando se verifica que hay razones que justifican la imposición de
la condena y no existen razones que justifiquen una sentencia
absolutoria. La probabilidad se diferencia de la posibilidad en que
esta solo requiere una equivalencia entre las razones favorables o
contrarias a la hipótesis, y la certeza de que esta solo se alcanza
una vez que es posible rechazar, sin motivo de duda razonable, las
razones contrarias a la hipótesis. Sin duda, la STC más polémica
en el desarrollo del concepto de fumus boni iuris ha sido la 0139-
2002/HC de 29 de enero, (Caso «Bedoya de Vivanco»), en la que
se afirma:

[…] En el caso de autos, al peticionario se le acusa de


haber participado en el delito doloso de peculado, por lo
que, para que proceda la detención [prisión preventiva],
deben existir suficientes elementos probatorios de ese
delito, y de su participación en él. Sin embargo, durante la
actuación de las pruebas, apareció información que
disminuye el grado de certeza de las pruebas existentes en
un primer momento. En efecto, tanto el Fiscal Superior
[…], como el juez admiten que no se ha probado si el
dinero recibido por el peticionario provenía de fondos
públicos o eran de fuente privada. La duda nace, porque
parece que Vladimiro Montesinos recibía dinero de ambas
fuentes, que confluían en un pozo común. El delito de
peculado, para quedar tipificado, requiere
necesariamente, entre otros, el elemento de la calificación
de los fondos utilizados como públicos, no pudiendo
configurarse el tipo penal si se tratase de dinero de fuente
67

privada: al existir duda razonable en cuanto al origen del


dinero recibido por el peticionario, existe también duda en
cuanto a la tipificación del delito de peculado y por ende,
de la incursión del presente caso en los incisos 1) y 2) del
Artículo 135° del Código Procesal Penal, que exigen la
comisión de un delito doloso y una pena mayor de cuatro
años para que proceda el mandato de detención: debe
prevalecer, en consecuencia, el principio constitucional de
in dubio pro reo. […]. En consecuencia, se ha vulnerado el
principio del debido proceso, al no merituarse los hechos
a la luz de los alcances del artículo 135º del Código
Procesal Penal y del principio constitucional in dubio pro
reo […].

Evidentemente, en esta sentencia se confunde la triple acepción


del derecho a la presunción de inocencia, y sobre todo, el
momento en que cada una de ellas debe ser aplicada. Como se
señaló al inicio, la presunción de inocencia debe influir en la
sustanciación del proceso penal a través de tres manifestaciones
específicas: 1) como principio informador de todo el proceso
penal, 2) como regla de tratamiento del sujeto pasivo del proceso,
y 3) como regla de juicio fáctico de la sentencia, con incidencia en
el ámbito probatorio. Pues bien, es evidente que la tercera regla
involucra la aplicación del in dubio pro reo cuyo hábitat natural no
es otro -no puede ser otro- que la sentencia, en la fase final del
proceso penal. Se trata de una obligación constitucional impuesta
al juez de absolver al imputado cuando en la valoración probatoria
no exista certeza; es decir, si culminado el proceso no es posible
rechazar, sin motivo de duda razonable, las razones contrarias a la
hipótesis incriminatoria. La duda favorece al reo por la sencilla
razón que una sentencia condenatoria nunca puede construirse
68

sobre la base de un juicio de probabilidad, ni mucho menos, un


juicio de posibilidad. Ello es coherente con las distintas fases del
proceso y con la naturaleza progresiva de la propia imputación
penal. Si el proceso admite ciertas restricciones como la prisión
preventiva y la propia sustanciación del proceso, ello es porque se
acepta que la tutela judicial efectiva exige crear un escenario
donde se respete al imputado inocente, pero en el que también sea
posible realizar las acciones destinadas al esclarecimiento del
hecho. Lo que sucede es que declarar la ilegalidad de la
imposición de una prisión preventiva en aplicación del in dubio
pro reo desnaturaliza la propia esencia de la medida cautelar, que,
como ya se dijo, supone un juicio sobre la probabilidad de
sancionar al imputado a una pena superior a 4 años de pena
privativa de libertad. En este caso, si fuera aplicable la institución
del in dubio pro reo a cualquier utilización de la prisión
preventiva, esta sería sencillamente impracticable. La prisión
preventiva nunca puede justificarse en razones de certeza, por la
sencilla razón que la certeza es un estado que solo puede ser
alcanzado con la sentencia condenatoria. La STC realiza un
razonamiento circular sin sentido, alega la supuesta vulneración
del debido proceso (que no explica) y tampoco analiza de modo
riguroso la aplicación de la medida en relación con el principio de
proporcionalidad.

Ello no quiere decir que no pueda cuestionarse la aplicación de la


prisión preventiva en aquellos casos donde el fumus boni iuris no
adquiera la firmeza necesaria. Por ejemplo, la presencia de una
posible causa de justificación debe ser valorada en aras de
determinar la presencia del fumus boni iuris. Concretamente, debe
evaluarse si existe un predominio de las razones que pueden
justificar la imposición de la condena sobre las razones
69

divergentes o las justificativas de una sentencia absolutoria. Pero


ello jamás implica adquirir certeza, por la sencilla razón que esta
solo puede lograrse en la sentencia condenatoria, nunca en la
sustanciación del proceso penal. Por lo tanto, jamás en el
momento de aplicar una medida cautelar de carácter personal. Se
requiere una probabilidad alta de sancionar al individuo a una
pena superior a cuatro años de pena privativa de libertad, lo que
siempre acarrea un pronóstico.

2.2.2.4.4.2. Periculum in mora


La duración, imprescindible en un proceso penal, puede constituir
una ocasión propicia para que la parte pasiva en el proceso penal
realice actuaciones que puedan hacerlo inefectivo y, así mismo, a
la sentencia con la que debe terminar. Para evitar ese riesgo se
adoptan las medidas cautelares y, por esta razón, en la
configuración del periculum in mora se advierte con mayor
claridad cuáles son los objetivos que un ordenamiento procesal
persigue mediante la utilización de la prisión preventiva. Ya se ha
analizado cómo estos factores contribuyen a la compatibilidad de
la prisión preventiva con el derecho a la presunción de inocencia
[en tanto impiden que sea utilizada como castigo] y con el
principio de proporcionalidad, en la medida en que constituye una
medida con funciones estrictamente cautelares [lo que abona en su
carácter instrumental y provisional].

Sin embargo, ahora buscamos destacar las resoluciones del TC


que han contribuido a dotar de contenido a los conceptos de
peligro de fuga y peligro de obstaculización.
70

A. Peligro de fuga
El TC no ha dudado en sostener que el peligro procesal es el
elemento más importante para valorar la aplicación de la prisión
cautelar de libertad. Así afirma que:

[…] el principal elemento a considerarse en el dictado de


[una] medida cautelar debe ser el peligro procesal que
comporte que el procesado ejerza plenamente su libertad
locomotora, en relación con el interés general de la
sociedad para reprimir conductas consideradas como
reprochables jurídicamente. […] [SSTC N.° 1091-2002-
HC/TC, de 12 de agosto (Caso «Silva Checa»); 1565-
2002-HC/TC, de 5 de agosto (Caso «Chumpitaz
González»); y, 376-2003- HC/TC, de 7 de abril (Caso
«Bozzo Rotondo»)33].

En sentido idéntico se pronuncia la STC 0791-2002/ HC, de 21 de


junio: (Caso «Riggs Brousseau»). Además añade lo siguiente:

[…] La inexistencia de un indicio razonable en torno a la


perturbación de la investigación judicial o a la evasión de
la justicia por parte del procesado, terminan convirtiendo
el dictado o el mantenimiento de la detención judicial
preventiva [prisión preventiva] en arbitrario, por no
encontrarse razonablemente justificado […].

33
Si bien los Casos «Chumpitaz González» y «Bozzo Rotondo» evaluaron la aplicación o mantenimiento de la
detención domiciliaria, los argumentos expuestos son perfectamente aplicables a la prisión preventiva. El peligro
procesal en la detención domiciliaria también se verifica en la presencia del peligro de fuga o peligro de
obstaculización. La única diferencia radica en la intensidad de la medida, que supone —en los ordenamientos
donde la detención domiciliaria es una auténtica alternativa y no una medida subsidiaria— solo que una es
prioritaria frente a la otra para neutralizar el peligro procesal. Pero, se insiste, la función y presupuestos son los
mismos, solo existe una diferencia de intensidad.
71

En otras sentencias también intentan precisar el contenido del


concepto de peligro procesal. Así, sostienen:

[…] En particular, el peligro de que el procesado no


interferirá u obstaculizará la investigación judicial o
evadirá la acción de la justicia. Tales fines deben ser
evaluados en conexión con distintos elementos que, antes y
durante el desarrollo del proceso, puedan presentarse y,
en forma significativa, con los valores morales del
procesado, su ocupación, bienes que posee, vínculos
familiares y otros que, razonablemente, le impidan
ocultarse o salir del país o sustraerse a una posible
sentencia prolongada […]. [SSTC 1091-2002-HC/TC, de
12 de agosto (Caso «Silva Checa»); 1565-2002-HC/TC, de
5 de agosto (Caso «Chumpitaz González»); y, 376-2003-
HC/TC, de 7 de abril (Caso «Bozzo Rotondo»)].

En este sentido, el TC desarrolla los elementos que a su juicio


deben ser evaluados antes y durante el desarrollo del proceso para
determinar la existencia del peligro procesal. Concretamente,
menciona 1) los valores morales del procesado, 2) su ocupación,
3) los bienes que posee, 4) los vínculos familiares, y 5) otros
elementos que impidan ocultarse, salir del país o sustraerse de una
sentencia prolongada. Lo primero que debe apuntarse es que el TC
no los enuncia en una formula taxativa («en forma significativa»),
sino que insiste en que, siempre que sean racionales, existe un
ámbito de discrecionalidad del juzgador para elegir los elementos
que a su juicio confirman la existencia de un peligro de fuga u
obstaculización. En cuanto al primer elemento, los valores morales
del procesado, nada dice la sentencia que demuestre que estos
pueden afectar el desarrollo del proceso y constituir un criterio con
72

una pesada carga valorativa y, por tanto, de muy difícil


comprobación. Es una cuestión tan subjetiva con un componente
social marcado y sin una estrecha relación con la presencia del
peligro de procesal. Cualquier persona con valores morales
socialmente aceptados puede constituir un serio peligro para el
ejercicio de la administración de justicia (probablemente porque
existe la seria intención de, precisamente, no ver afectada su
reputación por la existencia de un proceso o una sentencia
condenatoria en su contra). Nada impide tampoco que una
persona, con valores morales que la sociedad juzgue
negativamente, no tenga la intención de sustraerse a la acción de la
justicia u obstaculizar la averiguación de la verdad. Es este un
criterio que ofrece muy pocas luces en la interpretación del peligro
procesal y puede afectar el principio de igualdad al que tienen
derecho todos los ciudadanos sometidos al ius puniendi del
Estado. La ocupación, los bienes que posee y los vínculos
familiares forman parte de una clara definición de los
componentes del concepto de arraigo, que es un criterio
universalmente reconocido para identificar la existencia o
inexistencia de peligro procesal. El arraigo debe ser entendido
como el establecimiento de una persona en un lugar por su
vinculación con otras personas o cosas. La falta de arraigo no
comporta en sí misma un peligro de sustracción del imputado a la
acción de la justicia, pero sí permite presumirlo cuando se
combina con la gravedad del delito y otros factores relevantes
(vgr. medios económicos). Son circunstancias que pueden
acreditar el establecimiento de una persona en un determinado
lugar, como acertadamente señala el TC: 1) La posesión -y con
mayor razón la titularidad- de un domicilio conocido o de bienes
(principalmente inmuebles) propios situados dentro del ámbito de
alcance de la justicia. 2) El arraigo familiar (vínculos familiares)
73

que no es otra cosa que el lugar de residencia de aquellas personas


que tienen lazos familiares con el imputado. Deben tenerse en
cuenta las circunstancias personales, no es indispensable que los
familiares vivan con el imputado, porque puede existir arraigo
familiar cuando el pariente, a pesar de no vivir en el mismo techo,
depende de él para su subsistencia. 3) El arraigo laboral o
profesional (ocupación) supone que el medio fundamental o único
de subsistencia del imputado provenga de un trabajo desarrollado
en el país; o en su caso, también deben evaluarse los casos en los
que el imputado necesita permanecer en el país para desempeñar
su actividad laboral34. Debe apreciarse que todas estas especies de
arraigo (familiar, laboral, posesión y titularidad de bienes) son
criterios que antes que justificar la prisión preventiva, en realidad
desincentivan la fuga del imputado; aunque evidentemente su
ausencia también permite valorar, con otros factores, el riesgo de
fuga. Los elementos que permiten aceptar que el imputado trate de
ocultarse, abandone el país o se sustraiga a la ejecución de la
sentencia condenatoria son la gravedad de la pena a imponerse, las
facilidades para abandonar el país o permanecer oculto y el
comportamiento procesal del imputado. Sin embargo, el TC no
desarrolla estos conceptos que son fundamentales en la valoración
del peligro de fuga. Otra STC importante en la que intenta dar un
contenido al concepto de peligro procesal es la STC 0791-
2002/HC, de 21 de junio: (Caso «Riggs Brousseau»). En la que se
dice:

[…] Es preciso observarse, juntamente con tales factores


[que existan suficientes elementos probatorios de la
comisión de un delito y que la sanción a imponerse sea

34
El art. 269.1 NCPP de 2004 establece que: «Para calificar el peligro de arraigo, el juez tendrá en cuenta: el
arraigo en el país del imputado, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento de la familia y de sus
negocios o trabajo y las facilidades para abandonar el país o permanecer oculto».
74

superior a cuatro años] fundamentalmente si el ejercicio


de la libertad locomotora por la procesada pondrá en
riesgo el éxito del proceso. Para ello es necesario
considerar, juntamente con el peligro procesal, la
magnitud de la pena […], el carácter de los hechos que se
le atribuyen y que estén basados en suficientes elementos
de prueba, las repercusiones sociales del hecho
considerado injusto y la complejidad de la investigación
judicial, cuando exista una pluralidad de individuos
comprendidos y se observe, de su comportamiento
procesal, la voluntad de evitar que la investigación
judicial pueda terminar óptimamente […].

Esta STC, en realidad, es bastante confusa. En principio, no


diferencia el peligro de fuga del peligro de obstaculización.
Además, acude a una serie de conceptos que no aportan mayor
valor a la definición del peligro procesal. En cuanto a la magnitud
de la pena, es cierto que se acepta como un criterio que puede
incidir en una mayor tentación de fuga en el imputado35, en la
medida en que se considera que cuanto más grave sea la pena
mayor es la posibilidad de que el imputado pueda eludir la justicia.
Más allá de las críticas que este instituto recibe por parte de la
doctrina, es de asumir que es un criterio utilizado en la mayoría de
ordenamientos. Sin embargo, es cierto también que lo que muchas
veces sucede, en realidad, es que el procesado teme apersonarse al
juicio por el riesgo que se le aplique la prisión preventiva.

Lo que no tienen ningún sustento es que el TC afirme que el


«carácter de los hechos» es un factor a considerar en la aplicación
de la prisión preventiva. Si los hechos son graves, ello acarrea una

35
STC español 128/1995, de 26 de julio.
75

pena mayor y esta es fundamental en la interpretación del peligro,


pero más allá de esto, el carácter de los hechos no descubre
nuevos factores, salvo que se vincule dicho «carácter», de nuevo,
con la «conducta moral» del procesado que es, como ya se dijo,
una definición con un marcado componente subjetivo. Además,
atribuir consecuencias jurídicas por el carácter del hecho y no por
la posible conducta del imputado durante la sustanciación del
proceso, se asemeja mucho a una pena anticipada, en la medida en
que los hechos se dan por ciertos y pareciera que se persigue una
«sanción provisional» por la gravedad del asunto. En relación con
los suficientes elementos de prueba, existe una clara confusión
entre el fumus boni iuris (analizado previamente en la sentencia) y
el periculum in mora. No se discute, como ya se advirtió, que la
apariencia de buen derecho es un presupuesto necesario en la
aplicación de la prisión preventiva, pero este no debe condicionar
la valoración del peligro procesal. Si se introduce este criterio en
la valoración del peligro procesal se corre el riesgo, que el propio
TC anuncia en las sentencias citadas anteriormente, de considerar
legítima la aplicación de la prisión preventiva solo valorando la
suficiencia probatoria y la alta posibilidad de sancionar al
imputado a una pena superior a 4 años (lo que a juicio del mismo
TC la convierte además, en una «pena anticipada»). Pero
probablemente el elemento más desafortunado en el planteamiento
del TC sea la exigencia de valorar las repercusiones sociales del
hecho como criterio informador del peligro procesal. La
repercusión social del hecho vincula la aplicación de la medida
cautelar al propósito de evitar la alarma social36. Cuando a través
de una medida cautelar se persigue la satisfacción de un
sentimiento colectivo de indignación, venganza o inseguridad,

36
Por alarma social se entiende la reacción que produce en la sociedad ante el delito, la repulsa ciudadana ante la
comisión de ciertos hechos. Asencio Mellado, J.M., La prisión…, cit., p. 37.
76

entonces la limitación del derecho fundamental se encuentra


dirigida a la consecución de un fin que se integra en el concepto
de prevención general y esto convierte a la prisión preventiva en
un instrumento absolutamente desproporcionado, en la medida en
que resulta dudosa la legitimación constitucional de una función
que limita la libertad de un imputado sobre la base de aspectos no
relacionados con su conducta. Además, como ya se afirmó, el fin
de prevención general es privativo de la pena y no de la prisión
preventiva u otra medida cautelar personal. Para calmar la alarma
social es necesaria una sentencia rápida sobre el fondo,
condenando o absolviendo al imputado. Solamente una resolución
judicial, dictada luego de la realización de un proceso, puede
determinar la culpabilidad y la sanción penal merecida. Ni la
prisión preventiva, ni ninguna limitación de derechos
fundamentales puede utilizarse, en sede cautelar, para cumplir una
función de ejemplaridad que es un fin propio y exclusivo de la
pena. No puede cumplir con dicho criterio, por la sencilla razón
que se impone a una persona de quien no se sabe aún si es
culpable o no. No existe posibilidad legítima de pena o sanción sin
un delito o infracción (nulla poena sine crimen), ni tampoco
pueden existir estos, sin una resolución condenatoria previa que
así lo establezca37.

Lo contrario significa ceder a la satisfacción inmediata de un


sentimiento social, real o manipulado, que no solo debe rechazarse
desde una perspectiva ética, sino que además, presupone la
37
En el mismo sentido se ha pronunciado el TC español en la STC que planteara la cuestión de
inconstitucionalidad de la anterior redacción de los artículos 503 y 504 de la LECr. Dicha sentencia descarta la
alarma social, y por consiguiente, la supuesta «necesidad» de satisfacer las demandas sociales de seguridad, como
funciones atribuibles a la prisión preventiva: «[…] La genérica alarma social presuntamente ocasionada por el
delito constituye el contenido de un fin exclusivo de la pena —la prevención general— y (so pena que su
apaciguamiento corra el riesgo de ser precisamente alarmante por la quiebra de principios y garantías jurídicas
fundamentales), presupone un juicio previo de antijuricidad y culpabilidad del correspondiente órgano judicial
tras un procedimiento rodeado de plenas garantías de imparcialidad y defensa». [STC español 47/2000, de 17 de
febrero].
77

imposición de una medida que en su contenido equivale a una


pena, y en la que se encuentra ausente cualquier necesidad
estrictamente procesal. Ello implica una pena anticipada que
conculca los principios de presunción de inocencia y de punición
fundada exclusivamente en una probada culpabilidad. Finalmente,
la complejidad de la investigación judicial no guarda relación con
el peligro de fuga sino con el plazo de duración de la prisión
preventiva. Si un proceso complejo tiene, por su propia naturaleza,
una mayor duración, entonces resulta coherente que se justifique
también una mayor prolongación de la medida cautelar que lo
asegura. Sin embargo, la intención de fuga del imputado o el
propósito de obstaculizar la averiguación de la verdad no tiene por
qué justificarse en la complejidad del proceso. No existe ninguna
razón que indique que un imputado sometido a una investigación
compleja tiene más interés en frustrar el desarrollo del proceso o
su ejecución que aquel que se encuentre sometido a un proceso
simple. Lo único que puede aportar esta circunstancia es la
confirmación de que el proceso en trámite exige una práctica
importante de diversos medios de prueba y, por tanto, que pueda
afectarse un mayor número de ellos en la sustanciación del
proceso (peligro de obstaculización). Pero más allá de esta
situación, es necesario valorar la conducta del imputado. El
peligro procesal debe partir necesariamente de conductas
atribuibles a este. Si el peligro procesal no se sustenta en aspectos
relacionados con su conducta, la medida cautelar es
desproporcionada. Por esto resulta relevante el comportamiento
procesal del imputado en la medida en que es uno de los factores
más certeros para determinar que este tiene la voluntad de evitar
que la investigación judicial pueda terminar óptimamente. Este es
el caso de aquellos imputados descubiertos fugando de prisión,
que no acuden a las citaciones procesales o realizan actos de
78

destrucción, ocultamiento o falseamiento de pruebas en la propia


sustanciación del proceso. Pero hay que repetir que nada indica
que la naturaleza del proceso —simple o complejo— pueda influir
en la conducta del imputado. Lo que influye son sus antecedentes,
características y las propias circunstancias del proceso penal.

B. Peligro de obstaculización
Como ha podido advertirse hasta aquí, las sentencias analizadas -
aun cuando se sostiene que dichos criterios dotan de contenido al
peligro procesal genéricamente entendido- intentan básicamente
desarrollar el peligro de fuga, sin brindar muchos datos para
valorar el peligro de obstaculización probatoria. Una sentencia que
sí se ocupa de este cometido es la STC 1091-2002/HC, de 12 de
agosto (Caso «Silva Checa»). En la que se afirma que:

[…] Sin perjuicio de todo lo expuesto, al analizar la


detención judicial preventiva [prisión preventiva]
decretada contra el actor, el Tribunal Constitucional ha
considerado, además, que conforme se corrobora del
último párrafo del fundamento tercero de la resolución
expedida por el Juez del Cuarto Juzgado Penal Especial, a
fecha cinco de setiembre de dos mil uno, se consideró
pertinente mantener en vigencia la detención judicial
preventiva [prisión preventiva] contra el actor, pues a lo
largo del proceso este no colaboró con el proceso de
investigación judicial, considerándose ello un peligro de
entorpecimiento de la actividad probatoria que atentaría
contra el objetivo del proceso penal [...]. Tal criterio se
deriva del hecho que el actor no expresó, pese a tener
«conocimiento pleno», que el dinero utilizado para la
compra de acciones de Canal 10 provenía del Tesoro
79

Público; que el actor concurría todos los días a las


instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional a fin de
prestar asesoramiento en materia de comunicaciones y
que, por ello, se le abonaba la suma de ocho mil dólares
americanos; que, asimismo, por concepto de
mantenimiento de su oficina, tal suma incrementaba
aproximadamente entre veinte a veinticinco mil dólares
americanos; que habría recibido adicionalmente cien mil
dólares para mejorar la situación de Canal 10 […] 38.

El Tribunal considera pertinente el «mantenimiento» de la prisión


preventiva porque del caso se advertía que el imputado no
colaboró con la investigación judicial. En estricto, califica como
supuestos de obstaculización de la actividad probatoria, contrarios
al objetivo del proceso penal, el hecho que el imputado no
colabore con la administración de justicia, por ejemplo, guarde
silencio en relación con información relevante para el proceso y
no admita ni confiese aspectos vinculados a la imputación.
Definitivamente, esta resolución viola el derecho a no ser obligado
a declarar contra sí mismo, o a declararse culpable (derecho de no
auto incriminación) reconocida por el art. 8.2.g) de la CADH,
aplicable al ordenamiento jurídico peruano en virtud de la Cuarta

38
El voto singular de la Magistrada Delia Revoredo Marsano (que en este extremo coincide con la mayoría) es si
cabe, más «contundente»: «[…] Es decir en vista de la interpretación de la mayoría que lo que se impugna es el
«mantenimiento» de la detención [prisión preventiva], habría en esta oportunidad que citar las consideraciones
que tuvo el juez del habeas corpus, basadas en hechos posteriores a la detención, que lo llevaron a declarar
improcedente la acción […] a saber: que el imputado conocía que el dinero recibido por el provenía del Tesoro
Público, extremo que no había admitido ni confesado; que guardó silencio respecto a sus numerosas visitas al
SIN en compañía de Daniel Borobio, y al hecho de que asesoraba al régimen en materia de comunicaciones por
una contraprestación de US$ 8.000 dólares americanos; que tampoco colaboró con la investigación judicial al
omitir declarar que recibía entre 20,000 y 25,000 dólares mensuales de Vladimiro Montesinos […] todo lo cual
hizo pensar a la autoridad judicial que existe un propósito de obstaculizar la investigación. En conclusión: […] en
esta caso las autoridades judiciales sí han motivado su convicción de la existencia de peligro procesal. Han
explicado por qué piensan que se configura el delito de peculado, y por qué merecería una pena mayor de 4 años.
Hay, pues, motivación suficiente y congruente en la autoridad judicial y, en consecuencia, no se ha producido la
vulneración del derecho constitucional invocado por el recurrente [libertad personal], que haría indebido al
proceso […]».
80

Disposición Final y Transitoria de la Constitución de 1993 39 y


regulados por el propio NCPP (art. IX.2). Porque es evidente que
si la declaración falsa o la negativa a declarar no pueden ser
utilizadas en contra del imputado en el proceso, ni como
fundamento para la persecución de un delito contra la función
jurisdiccional40, entonces tampoco puede aplicarse al imputado
una medida cautelar personal como consecuencia del ejercicio de
un derecho fundamental. El ordenamiento jurídico aplicaría así
bajo el «reflejo» de una medida estrictamente procesal la
consecuencia más grave que prevé el sistema jurídico cuando se
descubriere que un imputado no colabora o no dice la verdad, nada
menos que la privación del ejercicio de su libertad personal. Si no
existe posibilidad de imponer una pena privativa de libertad a un
imputado que no colabora o no declara la verdad en el proceso
seguido en su contra, el ordenamiento jurídico no puede justificar
la imposición de una privación cautelar de libertad sobre la base
de ese criterio. Es decir, si el imputado puede declarar lo que crea
conveniente (y ello involucra, no declarar, o mentir si lo considera
necesario) cómo puede existir una medida cautelar que procure la
prevención de tales eventos. La postura del TC en este caso es, sin
duda, el reflejo de un «pensamiento inquisitivo», que no estima al
imputado sujeto de derechos sino objeto del proceso y que no
considera a la declaración del imputado como un medio de
defensa, sino, un medio de investigación donde se persigue la

39
Derechos que han sido incluso desarrollados por la Corte Suprema de Justicia de la República del Perú: «Es
derecho del procesado mantener silencio sobre los hechos imputados y aun distorsionarlos si conviene a su
defensa, quién no está obligado a prestar juramento de decir la verdad, por lo que no puede ser inculpado de
delito contra la función jurisdiccional en razón de sus propias declaraciones». Ejecutoria Suprema de 12 de julio
de 1996, Exp. 791-96, Lima (Guía rápida de jurisprudencia penal y procesal penal, p. 193).
40
Acuerdo Plenario Nº 2-2005/ CJ-116, de las Salas Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de
la República del Perú: «[…] el coimputado no tiene obligación de decir la verdad, no se le toma juramento y
declara sin el riesgo de ser sancionado, sin la amenaza de las penas que incriminan el falso testimonio […]».
81

confesión del imputado41. El TC no puede incluir dentro del


concepto de obstaculización la mentira, la contradicción o el
silencio del imputado; porque de lo contrario, tal valoración en la
aplicación de la prisión preventiva obligaría al imputado a auto
incriminarse para evitar la prisión preventiva, lo que constituiría
una auténtica sanción que vacía de contenido al derecho a no auto
incriminarse y a guardar silencio42. Un presupuesto fundamental
de la confesión, para que surta efecto en el proceso, es que esta sea
libre. Y si el ordenamiento jurídico -o la interpretación que realiza
el TC- predica la privación cautelar de libertad de aquellos
imputados que «oculten» información relevante o «no declaren la
verdad», entonces, se coacciona su voluntad en tanto pueden ser
inducidos a autoincrimnarse para evitar la prisión preventiva43.

El TC insiste en esta postura en la STC 0376-2003/HC, de 7 de


abril (Caso «Bozzo Rotondo»), al decir:

[…] En efecto, en la denuncia fiscal aludida, además de


exponerse los motivos que a criterio del Ministerio Público
justifican la ampliación de los cargos, se revela que
existen profundas incoherencias en las sucesivas
declaraciones de la demandante, en torno a las supuestas
conversaciones que habría sostenido con Vladimiro
Montesinos, mientras ambos se encontraban en Panamá,

41
La LECr española en su art. 504.1.3º.b) menciona expresamente que «no procederá acordar la prisión
provisional por esta causa, cuando pretenda inferirse dicho peligro [de obstaculización] únicamente del ejercicio
del derecho de defensa o la falta de colaboración del imputado en el curso de la investigación».
42
«[…] la necesidad de impedir la alteración de pruebas no debe confundirse con la de interrogar al imputado y
acaso obtener la confesión en el secreto de la instrucción. El interrogatorio del imputado, en una visión no
inquisitiva del proceso, no es una necesidad de la acusación, sino un derecho de la defensa que debe servir, por
tanto, no para adquirir pruebas de culpabilidad, sino solo para oponerse a la imputación y para hacer posible al
acusado su propia defensa […]». (errajoli 2004: 557).
43
Quispe Farfán cuestiona también esta Sentencia, y señala que existe en ella una errada concepción de la
declaración del procesado como un deber, y advierte, que no tiene en cuenta que la información que se le exigía
al procesado era autoincriminatoria y que al valorar el peligro procesal de esta manera en realidad existe una
«sanción por su no declaración». Quispe Farfán 2005: 124.
82

incoherencias que el juez penal ha tenido a la vista al


determinar la subsistencia de la detención domiciliaria. Si
bien todo procesado goza del derecho fundamental a la no
autoincriminación, una de cuyas manifestaciones incluso
autoriza al inculpado a guardar un absoluto silencio y la
más imperturbable pasividad durante el proceso, en el
correcto supuesto de que debe ser la parte acusatoria la
encargada de desvanecer la inocencia presunta, ello no le
autoriza para que mediante actos positivos se desvíe el
camino del aparato estatal en la búsqueda de la verdad
dentro del proceso […].

En este caso, el TC también evalúa la declaración falsa (en


realidad las incoherencias) como un criterio que determina la
existencia de un peligro de obstaculización probatoria. Si bien
aquí intenta compatibilizar el derecho de no autoincriminación con
la postura que defiende -argumentando que dicho derecho autoriza
al imputado a «callar», no a mentir-, como ya se advirtió, tal
postura no tiene sentido. La no autoincriminación supone la
imposibilidad material de «obligar», «presionar» o «influir» de
cualquier forma en el imputado para obtener una confesión; y no
cabe duda de que la aplicación de una prisión preventiva como
consecuencia (sanción) de una declaración falsa es un factor muy
potente para condicionar la declaración del imputado. La
declaración es un medio de defensa, el imputado no debe ser
concebido como objeto del proceso y en este error, sin duda,
incurre el TC al exigir una declaración de verdad al imputado para
determinar la inexistencia del peligro de obstaculización.
83

2.2.2.4.5. Motivación
La motivación de las resoluciones judiciales tiene un doble fundamento:
1) Permitir el control de la actividad jurisdiccional y 2) Lograr
convencer a las partes y a los ciudadanos sobre su corrección y justicia,
mostrando una aplicación del derecho vigente libre de arbitrariedades.
En la resolución judicial que adopta la prisión preventiva, la exigencia
constitucional de motivación debe ser considerada desde una doble
perspectiva: la del derecho a la tutela judicial efectiva y la del respeto al
derecho a la libertad personal. Por esta razón, todo cuanto se ha dicho
hasta aquí sobre que la prisión preventiva, por ejemplo, debe perseguir
funciones estrictamente cautelares, sustentarse en presupuestos
específicos y legalmente previstos, respetar el principio de
proporcionalidad, aplicarse en forma excepcional y subsidiaria, solo
puede ser entendido si las resoluciones que la disponen respetan la
correcta motivación. Esta no tiene otra exigencia que dar a conocer cuál
es el sustento del juez para determinar que en un caso concreto es
necesaria la privación cautelar de libertad para un correcto
funcionamiento de la administración de justicia. La motivación se erige
en la piedra angular del fundamento procesal de la utilización de la
prisión preventiva, porque sin ella es imposible analizar su racionalidad.
Es por esta razón que el TC ha entendido que el auto que dispone o
mantiene la prisión preventiva debe contener una motivación reforzada:

[…] Tratándose de la detención judicial preventiva, la exigencia


de la motivación en la adopción o el mantenimiento de la medida
debe ser más estricta, pues solo de esa manera es posible
despejar la ausencia de arbitrariedad en la decisión judicial, a
la vez que con ello se permite evaluar si es que el juez penal ha
obrado de conformidad con la naturaleza excepcional,
subsidiaria y proporcional de la detención judicial preventiva.
84

[…] [STC 03784-2008/HC, de 06 de enero (Caso Rodríguez


Huamán)]

Como acertadamente señala el TC, la motivación del auto de prisión


preventiva condiciona la validez del principio de proporcionalidad,
porque solo puede verificarse su existencia cuando una adecuada
motivación de las razones que la justifican confirma la presencia de los
requisitos de idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido
estricto. No basta que la prisión preventiva se sustente en una causal
legal específica, es necesario evaluar la pertinencia de la causa que la
motiva y esa evaluación solo puede realizarse luego de la
exteriorización de las razones que la justifican por el sujeto que la lleva
a cabo. Las circunstancias objetivas que en cada caso permitan afirmar
el riesgo procesal que genera la necesidad de adoptar la prisión
preventiva no deben quedar en la íntima convicción del que la dispone,
sino que el juicio lógico de donde se deduce ese peligro debe
materializarse en la resolución que la ordena. La prisión preventiva
tampoco puede justificarse en decisiones «estereotipadas», ni
sustentarse en formulaciones puramente «generales» o «abstractas». Se
deben evitar las motivaciones tautológicas, apodícticas o aparentes,
incluso la repetición de fórmulas reiterativas de los textos normativos
que en ocasiones se reproducen mecánicamente y en términos tan
genéricos que se puede adaptar a cualquier situación.

Por ello, insiste la STC 03784-2008/HC, de 06 de enero (Caso


«Rodríguez Huamán)»:

[…] Dos son, en ese sentido, las características que debe tener
la motivación de la detención judicial preventiva: En primer
lugar, tiene que ser «suficiente», esto es, debe expresar, por sí
misma, las condiciones de hecho y de derecho que sirven para
85

dictarla o mantenerla. En segundo término, debe ser


«razonada», en el sentido de que en ella se observe la
ponderación judicial en torno a la concurrencia de todos los
aspectos que justifican la adopción de la medida cautelar, pues
de otra forma no podría evaluarse si es arbitraria por
injustificada […].

Sin embargo, no basta el simple encaje de los hechos en dichas normas,


porque las razones de la decisión pueden seguir ocultas, hay que
precisar por qué encajan. Motivación y fundamentación no son
conceptos sinónimos, una resolución puede estar fundada en derecho y
no ser motivada, puede citar muchas disposiciones pero no explicar el
enlace de esas normas con la realidad concreta que se está apreciando.
Viceversa, una resolución puede ser motivada, pero no estar fundada en
derecho, que es lo que ocurre cuando un juez justifica su resolución en
principios puramente filosóficos, ajenos al ordenamiento jurídico. La
motivación, entonces, es la explicación de la fundamentación jurídica de
la solución al caso concreto, no basta una mera exposición, debe existir
un razonamiento lógico.

2.2.2.5. El Principio de Proporcionalidad en la Jurisprudencia del TC


2.2.2.5.1. Razonabilidad y Proporcionalidad
Una de las primeras conclusiones que se obtiene de la lectura de la
jurisprudencia del TC sobre el principio de proporcionalidad o
razonabilidad es la falta de unidad en su línea jurisprudencial, cuando no
de claridad. Variadas –y no siempre uniformes– declaraciones sobre lo
que es este principio y sobre su lógica operativa pueden detectarse en la
jurisprudencia del TC. Un primer grupo de ellas definen la razonabilidad
como algo distinto a la proporcionalidad, según exista un criterio
objetivo en la relación entre el acto, la finalidad y el medio. Así, para el
TC, ―la razonabilidad comporta una adecuada relación lógico–
86

axiológica entre la circunstancia motivante, el objeto buscado y el medio


empleado‖44. Complementariamente tiene manifestado el TC que ―por
virtud del principio de razonabilidad se exige que la medida restrictiva
se justifique en la necesidad de preservar, proteger o promover un fin
constitucionalmente valioso. Es la protección de fines
constitucionalmente relevantes la que, en efecto, justifica una
intervención estatal en el seno de los derechos fundamentales. Desde
esta perspectiva, la restricción de un derecho fundamental satisface el
principio de razonablidad cada vez que esta persiga garantizar un fin
legítimo y, además, de rango constitucional‖45. Este principio de
razonabilidad vendría a significar algo distinto que el principio de
proporcionalidad. Este principio se definiría como aquel en cuya virtud
se ―exige, a su vez, que la medida limitativa satisfaga los subcriterios de
idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido estricto‖46. Pero el
TC no sólo ha hablado de razonabilidad, principio de razonabilidad, sino
que también ha hecho mención del test de razonabilidad. Ha dicho el TC
que ―mediante este test se controla, en primer lugar, si el tratamiento
diferenciado está provisto de una justificación; en segundo lugar, si
entre la medida adoptada y la finalidad perseguida existe relación y,
finalmente, se determina si se trata de una medida adecuada y necesaria,
esto es, si respeta el principio de proporcionalidad‖47. Este test de
razonabilidad, tal y como el TC lo ha definido vendría a equivaler al test
de proporcionalidad, que a su vez es algo distinto a la razonabilidad. En
efecto, tiene dicho el TC en referencia a la intervención del Estado en la
economía que ―además de que no se pueda ni se deba asumir que la sola
invocación de finalidades aparentemente compatibles con la norma
fundamental pueda por sí sola legitimar la puesta en marcha de todo tipo

44
EXP. N.º 0090–2004–AA/TC, de 05 de julio de 2004, f. j. 35.
45
EXP. N.º 2235–2004–AA/TC, de 18 de febrero de 2005, f. j. 6.
46
Ibidem.
47
EXP. N.º 1277–2003–HC/TC, de 17 de junio de 2003, f. j. 6. Igual justificación se encuentra en el EXP. N.º
0649–2002–AA/TC, de 20 de agosto de 2002, f. j. 3; y en EXP. N.º 2090–2003–HC/TC, de 16 de septiembre de
2003, f. j. 5.
87

de alternativas, es un hecho inobjetable que del examen minucioso de


las mismas (de tales alternativas) debe deducirse si, en efecto, ellas eran
las únicas posibles para lograr las finalidades propuestas, o si, por el
contrario, existían otras distintas que, sin resultar excepcionales o
urgentes, hubiesen podido servir a la consecución de los mismos
propósitos. En otros términos, se trata de practicar el consabido test de
proporcionalidad en la verificación de la constitucionalidad, o no, de la
decisión o decisiones adoptadas‖48. Como se puede apreciar, para el TC
no es suficiente la legitimidad de un fin para justificar una medida de
intervención, es decir, no es suficiente la razonabilidad de la medida.
Sino que además es necesario se apruebe el test de proporcionalidad,
que tal y como lo definió antes el TC, vendría a ser lo mismo que el test
de razonabilidad. Para mayor confusión y perplejidad, hay declaraciones
del TC en las que uno y otro test no son equivalentes. Así, tiene dicho
que ―los actos realizados por la emplazada, y las disposiciones sobre las
cuales ha sustentado su negativa de proporcionar los documentos (...),
habrán de evaluarse con el test de razonabilidad y, en su caso, el de
proporcionalidad‖49. Complementariamente, no es extraño encontrar en
la jurisprudencia del TC oscuridades como el intento de diferenciar
entre razonabilidad, proporcionalidad y racionalidad. Tiene dicho el TC
que una medida para que se ajuste al principio de igualdad debe
acreditar, entre otras cosas: ―A) La existencia de razonabilidad, es decir,
su admisibilidad desde la perspectiva de los preceptos, valores y
principios constitucionales; B) La existencia de proporcionalidad; es
decir, que la consecuencia jurídica diferenciadora sea armónica y
correspondiente con los supuestos de hecho y la finalidad, y C) La
existencia de racionalidad, es decir, la coherencia entre los supuestos de
hecho, el medio empleado y la finalidad que se persigue‖50. Como se

48
EXP. N.º 0708–2005–PA/TC, de 20 de abril de 2005, f. j. 9. La cursiva de la letra es añadida. Este criterio
jurisprudencial se repite en la sentencia al EXP. N.º 0017–2004– AI/TC, de 06 de junio de 2005, f. j. 6.
49
EXP. N.º 2579–2003–HD/TC, de 06 de abril de 2004, f. j. 7.
50
EXP. N.º 1875–2004–AA/TC, de 05 de octubre de 2004, f. j. 5.
88

puede comprobar, llama racionalidad a lo que antes llamó test de


propocionalidad, test de razonabilidad y proporcionalidad. Incluso, el
intento de diferenciar al interior de la razonabilidad misma una supuesta
significación cualitativa de otra cuantitativa puede dejar absorto incluso
al lector más avezado. Dijo el TC que la razonabilidad puede ser
analizada desde una doble perspectiva: cuantitativa y cualitativa. La
primera ―pondera el contenido del proceso discursivo o inferente que
concluye con una proposición lógica y axiológicamente válida. Su
fundamentación apuesta a la adecuación entre el hecho desencadenante
del acto estatal y el resultado de éste en cuanto a su magnitud numérica,
dineraria, aritmética, etc‖51. Mientras que la segunda, ―pondera el
proceso discursivo o inferente que concluye con una regla simétrica o
asimétrica de asignación de facultades, derechos, deberes o servicios,
según sean iguales o diferentes los hechos generados por las personas.
Así, busca la determinación de consecuencias jurídicas homólogas para
aquellos que se encuentren en idénticas circunstancias y distintas para
los que se hallen en disímiles circunstancias‖52. En ninguno de estos
intentos de diferenciación teórica, el TC obtuvo algún beneficio que le
ayudase a resolver el caso que tenía entre manos. Pero no sólo fue un
intento inútil, sino que generaba oscuridades. Sin embargo, de esta
doctrina jurisprudencial del TC que es más bien dispersa, es posible
realizar una conformación del verdadero significado y de la lógica
operativa de este principio, como se pasa a estudiar.

2.2.2.5.2. Dimensiones del Principio de Proporcionalidad


2.2.2.5.2.1. Triple Juicio
Afirmado esto, debe decirse que cuando se habla de
proporcionalidad o razonabilidad se habla fundamentalmente de
evitar la actuación arbitraria del poder, en particular, cuando se

51
EXP. N.º 0013–2003–CC/TC, de 29 de diciembre de 2003, f. j. 10.6.
52
Ibidem.
89

refiere de su actuación respecto de los derechos constitucionales o


fundamentales. En palabras del TC, ―el principio de razonabilidad
implica encontrar justificación lógica en los hechos, conductas y
circunstancias que motivan todo acto discrecional de los poderes
públicos. Este principio adquiere mayor relevancia en el caso de
aquellos supuestos referidos a restringir derechos‖53.

Se trata de determinar si existe una relación de equilibrio o de


adecuada correspondencia entre la afectación que llega a sufrir un
derecho constitucional, y la conservación de un bien o interés
público que aparece precisamente como causa de esa afectación.
Este principio de proporcionalidad tiene una lógica y mecánica
interna en la determinación de la existencia de esa adecuada
relación entre lo sacrificado y la finalidad del sacrificio, que exige
someter la medida o acto cuya proporcionalidad se pretende
evaluar a un triple juicio. Ese triple juicio está conformado por el
juicio de idoneidad, el juicio de necesidad y el juicio de
proporcionalidad sensu estricto. Para que una medida sea
calificada de proporcionada o razonable, debe necesariamente
superar cada uno de estos tres juicios. Es decir, debe ser idónea,
necesaria y proporcionada en sentido estricto. Estos tres juicios no
han sido ajenos, al menos no en su enunciación, a la
jurisprudencia del TC.

2.2.2.5.2.2. Juicio de Idoneidad


El juicio de idoneidad tiene una doble exigencia. En primer lugar
requiere que la medida o acto de limitación del derecho
constitucional tenga un fin constitucionalmente permitido y
socialmente relevante; y en segundo lugar exige que la medida en
sí misma sea adecuada para el logro de ese fin. Debe tenerse

53
EXP. N.º 0006–2003–AI/TC, de 01 de diciembre de 2003, f. j. 9.
90

siempre en cuenta que lo que exige este primer juicio o


subprincipio de idoneidad es que la medida elegida como medio
para alcanzar el fin no resulte desde todo punto de vista
absolutamente incapaz para conseguir la finalidad que se persigue.
De manera que, por ínfima que sea la afectación de un derecho
fundamental, si tal restricción es manifiestamente inútil, será una
medida desproporcionada por no idónea e irrazonable. En
cualquier caso, y dado que se presume la constitucionalidad o
legalidad de las actuaciones estatales, en caso de duda se ha de
estar por la idoneidad de la medida. El TC peruano en más de una
oportunidad ha aplicado el juicio de idoneidad para determinar la
proporcionalidad de una medida. Así, por ejemplo, en la acción de
inconstitucionalidad que presentó el colegio de Notarios de Junín
contra el artículo 7 de la ley 27755, disposición legal por la que se
permitía que aquellos inmuebles que tuviesen un valor no mayor
de 20 UIT puedan ser inscritas sin escritura pública, sino
simplemente mediante un formulario registral legalizado por
notario54. El TC sometió a un test de proporcionalidad la medida
legislativa impugnada, y como primer paso se formuló el juicio de
idoneidad antes expuesto. Siguiendo el iter propio del juicio de
idoneidad, el mencionado TC se preguntó en primer lugar por el
fin de la medida: ―es pertinente preguntarse si el propósito
legislativo de hacer del derecho de propiedad un derecho oponible
frente a terceros (registrarlo), a través de la reducción de los costos
que supone la obligatoria utilización de la escritura pública para la
inscripción del mismo, no termina por sacrificar en tal grado el
principio constitucional de la seguridad jurídica, que termina

54
El mencionado dispositivo legal establecía que ―[v]encido el plazo del proceso de integración de los registros
previsto en el artículo 2º de la presente Ley, todas las inscripciones se efectuarán por Escritura Pública o
mediante formulario registral legalizado por Notario, cuando en este último caso el valor del inmueble no sea
mayor de veinte (20) Unidades Impositivas Tributarias (UIT)‖.
91

resultando desproporcionado aun cuando el fin resulte legítimo‖55.


En segundo lugar se preguntó por la legitimidad del fin
encontrado: ―es reconocible la intención del legislador, quien, a
través de la utilización del formulario registral, procura crear para
los propietarios de escasos recursos una vía menos costosa para
inscribir su derecho. El fin perseguido, por lo pronto, aparece
como constitucionalmente legítimo, pues se pretende dotar al
derecho de propiedad de las garantías suficientes para su pleno
desarrollo, a través del registro del mismo‖56. Como último paso
del juicio de idoneidad, el TC se preguntó si la medida era en sí
misma capaz de alcanzar la finalidad que perseguía: ―se puede
concluir razonablemente que la reducción de los costos de
transacción en la búsqueda de inscribir el derecho de propiedad,
generará que un mayor número de personas puedan acceder a
dicha inscripción, razón por la cual se entiende que la medida
adoptada es idónea para alcanzar el objetivo que se busca‖57. Más
recientemente este juicio fue empleado igualmente por el TC en la
sentencia al Exp. 2235–2004–AA/TC, en el que se reitera el
criterio adoptado en la del Exp. 0050–2004– AI/TC. A la primera
dimensión del juicio de idoneidad hizo mención el TC cuando
manifestó que se ―exige que la medida restrictiva se justifique en
la necesidad de preservar, proteger o promover un fin
constitucionalmente valioso. Es la protección de fines
constitucionalmente relevantes la que, en efecto, justifica una
intervención estatal en el seno de los derechos fundamentales‖58.
A la segunda dimensión de este primer juicio refirió el TC cuando
declaró que ―El principio de idoneidad comporta que toda

55
EXP. N.º 0016–2002–AI/TC, de 30 de abril de 2003, f. j. 6.
56
Idem, f. j. 7.
57
Idem, f. j. 8.
58
EXP. N.º 2235–2004–AA/TC, f. j. 6. Esta sentencia aparece con fecha 18 de febrero de 2005, que fue la fecha
de vista de la causa. Pero esta no puede haber sido la fecha de expedición de la sentencia porque reitera conceptos
que sobre el principio de proporcionalidad vertió en la sentencia al EXP. N.º 0050–2004–AI/TC, de 03 de junio
de 2005.
92

injerencia en los derechos fundamentales debe ser idónea para


fomentar un objetivo constitucionalmente legítimo‖59.

2.2.2.5.2.3. Juicio de Necesidad


Si la medida que afecta un derecho fundamental ha superado el
juicio de idoneidad no por ello es necesariamente una medida que
se ajuste al principio de proporcionalidad, sino que ha de superar –
como siguiente paso– el juicio de necesidad. Este juicio, también
llamado juicio de indispensabilidad, consiste en examinar si la
medida que se evalúa es la menos restrictiva del derecho
fundamental que otras medidas igualmente eficaces. Definido así
el juicio de necesidad, es claro que presupone el juicio de eficacia,
en cuanto que el juicio de necesidad sólo se realiza entre medidas
igualmente eficaces para el logro de la finalidad que se persigue.
El TC también ha acudido al juicio de necesidad como elemento
del principio de proporcionalidad. Así, lo ha empleado como
elemento del test de proporcionalidad que aplicó al ya citado
artículo 7 de la Ley 27755 en su afán de determinar si se trataba o
no de una norma constitucional. Dijo el TC que ―para concluir la
proporcionalidad de la disposición cuestionada, no es suficiente la
legitimidad del propósito buscado, ni tampoco la adecuación de la
medida al fin perseguido. Es imprescindible valorar la necesidad
de que sea esa medida la utilizada y no otra la que pueda sacrificar
en menor grado el principio constitucional comprometido, en este
caso, la seguridad jurídica. A efectos de determinarse la necesidad
o no de la medida adoptada, es del caso preguntarse cuál es el
verdadero grado de afectación que sufre el principio de la
seguridad jurídica, cuando se propone como alternativa la
utilización del formulario registral legalizado por Notario Público,

59
Ibidem.
93

en lugar de la escritura pública‖60. En este último caso puede


concluirse que el TC considera superado el juicio de necesidad al
afirmar que ―si bien la alternativa de uso de formularios reduce los
alcances de la protección que dispensa la seguridad jurídica, ésta
no se ve desvirtuada desde que se exige que el formulario registral
sea ‗legalizado por Notario Público‘ ‖61.

Igualmente, en el Exp. 2235–2004–AA/TC, también citado,


mencionó el TC que ―el principio de necesidad impone al
legislador adoptar, entre las diversas alternativas existentes para
alcanzar el fin perseguido, aquella que resulte menos gravosa para
el derecho que se limita. Como tal, presupone la existencia de una
diversidad de alternativas, todas aptas para conseguir el mismo
fin, debiendo ser la escogida por el legislador aquella que genera
menos aflicción sobre el derecho fundamental‖62. De modo que
―como quiera que la elección entre diversas alternativas se
encuentra dentro la esfera de discrecionalidad que la Constitución
ha brindado al Poder Legislativo, este Tribunal ha declarado que
una medida será innecesaria o no satisfacerá este segundo
subprincipio cuando la adopción de un determinado medio
significa, o importa, un sacrificio desmesurado o manifiestamente
innecesario, del derecho limitado‖63. En otra oportunidad, y por
citar un ejemplo más acerca del reconocimiento del juicio de
necesidad, el TC peruano estableció que ―la existencia e idoneidad
de otras medidas cautelares para conseguir un fin
constitucionalmente valioso, deslegitima e invalida que se dicte o

60
EXP. N.º 0016–2002–AI/TC, citado, f. j. 9.
61
Ibidem.
62
EXP. N.º 2235–2004–AA/TC, citado, f. j. 6.
63
Ibidem.
94

mantenga la medida cautelar de la detención judicial


preventiva‖64.

2.2.2.5.2.4. Proporcionalidad en sentido estricto


a) Relación razonable
Si la medida que afecta el derecho fundamental supera el juicio de
idoneidad y el juicio de necesidad, no significa con ello que se
esté delante de una medida proporcional. Esa medida debe aprobar
un juicio más, el llamado juicio de proporcionalidad en sentido
estricto. Este juicio exige que la medida cuestionada guarde una
relación razonable con el fin que se pretende alcanzar.
Generalmente se admite que se está frente a una relación
razonable cuando existe un equilibrio entre las ventajas o
beneficios y entre las desventajas o los costos de adoptar la
medida enjuiciada. Para continuar con el caso referido al artículo 7
de la Ley 27755, y sobre el cual ya se estudiaron los juicios de
idoneidad y necesidad que hace el TC, se debe decir que este
también ha formulado el juicio de proporcionalidad en sentido
estricto. Así se puede concluir de haber afirmado que ―si bien el
formulario registral legalizado por Notario no goza de la
solemnidad de una escritura pública, se ha optado por una medida
que no termina por desvirtuar la seguridad jurídica, sino que,
respetándola dentro de términos todavía razonables, presenta una
opción legislativa proporcional frente al fin legítimo que se
pretende alcanzar‖65. Igualmente dijo el TC, invocando lo
declarado en la sentencia al Exp. 0050–2004–AI/TC, que según
―el principio de proporcionalidad, strictu sensu, para que una
injerencia en los derechos fundamentales sea legítima, el grado de
realización del objetivo de ésta debe ser, por lo menos, equivalente

64
EXP. N.º 1091–2002–HC/TC, de 12 de agosto de 2002, f. j. 12.
65
EXP. N.º 0016–2002–AI/TC, citado, f. j. 9.
95

o proporcional al grado de afectación del derecho fundamental,


comparándose dos intensidades o grados: el de la realización del
fin de la medida examinada y el de la afectación del derecho
fundamental‖66.

b) Juicio complementario: el contenido constitucional de los


derechos fundamentales
Definida como se ha hecho la relación razonable debe llegarse a
admitir que a mayor beneficio se permitirá un mayor costo. Es
decir, este juicio permite concluir que una medida es razonable si
se produce una afectación del derecho fundamental en un grado
similar al grado de beneficio que se obtiene con la consecución de
la finalidad. Pero la aplicación estricta de esta concepción costo–
beneficio corre el riesgo de que con su ejecución se termine
vulnerando derechos fundamentales. En efecto, si a mayor
importancia o trascendencia del fin se ha de permitir una mayor
restricción del derecho fundamental, entonces, no habría problema
para admitir que una finalidad especialmente relevante podría
terminar por aniquilar un derecho fundamental en un caso
concreto. Es decir, la aplicación del juicio de proporcionalidad en
sentido estricto, puede terminar desnaturalizando el contenido
constitucional de un derecho fundamental, y con ello, legitimando
una medida inconstitucional. Por este camino y en buena cuenta,
los derechos fundamentales no actuarían como verdaderos y
eficaces límites a la actuación del poder político, pues a éste nunca
le faltarán buenas razones (―razones de Estado‖) para decretar
verdaderas desnaturalizaciones y violaciones de los derechos
fundamentales. Este riesgo, sin embargo, puede ser controlado si
al principio de razonabilidad o proporcionalidad se le añade un
último juicio: el del contenido esencial de los derechos

66
EXP. N.º 2235–2004–AA/TC, citado, f. j. 6.
96

fundamentales. Este juicio afirma que todo derecho fundamental


cuenta con un contenido constitucional, el cual es único, limitado,
ilimitable y delimitable. En ningún caso, por tanto, podrá
justificarse un beneficio que afecte al derecho constitucional en su
contenido esencial, entendió como un único contenido que todo él
brota de la esencia del derecho. Esta lógica del juicio del
contenido constitucional del derecho fundamental, tampoco ha
sido extraña al TC, quien tiene mencionado que ―si bien las
restricciones a derechos son admitidas prima facie, el principio de
proporcionalidad – también conocido como prohibición del
exceso–, impide la injerencia desproporcionada sobre los mismos,
evaluación que debe medirse en conjunto con otro limite, cual es,
la prohibición de rebasar el contenido esencial del derecho‖67.

2.2.2.5.3. Aplicación del principio de proporcionalidad en la Jurisprudencia


2.2.2.5.3.1. El debido proceso material
Es criterio jurisprudencial consolidado que cuando se habla de la
defensa del derecho constitucional, se habla tanto de su dimensión
formal como de su dimensión material. Bien ha hecho el TC al
establecer que son ambas dimensiones las que entran en juego
cuando se trata del proceso debido. Ha mencionado el TC que ―la
noción de proceso regular está doctrinal y jurisprudencialmente
vinculada al debido proceso, tanto en su vertiente adjetiva como
en sus connotaciones materiales‖68, y es que la garantía del debido
proceso ―no sólo tiene una faceta o dimensión formal, sino
también una faceta o dimensión sustantiva‖69. Pues bien, el TC ha
acudido al principio de razonabilidad para dar contenido a la
dimensión material o sustantiva del debido proceso. Dijo el TC
que la violación del debido proceso ―no solo ocurre cuando se

67
EXP. N.º 0731–2004–HC/TC, de16 de abril de 2004, f. j. 11.
68
EXP. N.º 0808–2003–HC/TC, de 24 de abril de 2003, f. j. 1.
69
EXP. N.º 0439–1999–AA/TC, de 13 de abril de 2000, f. j. 3.
97

afectan algunas de sus garantías formales, sino también cuando no


se observa un mínimo criterio de justicia, es decir, un criterio
objetivable a través de los principios de razonabilidad y
proporcionalidad‖70. Se parte, entonces, del entendido que la
razonabilidad, ―en su sentido mínimo, es lo opuesto a la
arbitrariedad y a un elemental sentido de justicia‖71

Y la negación de arbitrariedad como manifestación del debido


proceso material la ha predicado igualmente de los procesos
judiciales, administrativos y privados. Para el TC, con razón, ―así
como el debido proceso es distorsionado formalmente cuando se
contravienen los derechos y principios de quien es procesado
judicial, administrativa o corporativamente, dicho atributo es
igualmente distorsionado, en términos materiales o sustantivos,
cuando, (...) no hay coherencia entre la infracción cometida y la
sanción adoptada‖72.

Si bien se ha predicado de los tres tipos de procesos, ha sido


respecto del derecho sancionador administrativo en el que más se
ha invocado y aplicado este principio. El TC ha acudido al
principio de proporcionalidad para rechazar una sanción
administrativa precisamente por irrazonable. De manera general
tiene declarado el TC que ―en el ejercicio de la potestad
sancionadora, los órganos de la administración pública están
obligados a respetar los derechos reconocidos en la Constitución.
Esta constricción se impone por las exigencias que se derivan del
derecho al debido proceso sustantivo, entre otras que el resultado
de una sanción en el plano administrativo no sólo debe ser
consecuencia de que se respeten las garantías formales propias de

70
EXP. N.º 2502–2004–AA/TC, de 08 de noviembre de 2004, f. j. 4.
71
EXP. N.º 0976–2001–AA/TC, de 13 de marzo de 2003, f. j. 17.
72
EXP. N.º 0061–2002–AA/TC, de 21 de octubre de 2002, f. j. 4.
98

un procedimiento disciplinario, sino, además, de que sea acorde


con los principios de razonabilidad y proporcionalidad‖73.

Así el caso en el que el demandante, servidor municipal, abandonó


el recinto edil sin autorización pero sí con visación de una
autoridad competente. En este caso la sanción impuesta fue
suspensión por 30 días sin goce de haberes en su centro de trabajo,
la misma que fue encontrada desproporcionada por el TC:
―aunque las disposiciones administrativas de la demandada no
establecen equivalencia entre ―autorización‖ y ―visación‖, en su
condición de trámites previos para ausentarse de la Municipalidad
Distrital de Chorrillos, la exigencia de contar con una
‗autorización‘ (y no sólo con la ―visación‖) no es motivo
suficiente para justificar una sanción tan drástica como la
impuesta, pues si bien se produjo una irregularidad administrativa,
a la luz de los hechos descritos la decisión administrativa deviene
en desproporcionada, mensurando la falta cometida y el contexto
en que ésta se produce‖74.

Otro fue el caso en el que el demandante en amparo –un agente


policial– fue sancionado con el pase de la situación de actividad a
la de disponibilidad por medida disciplinaria y, posteriormente a la
situación de retiro. Ello obedeció a supuestas faltas contra la moral
debido a que el demandante había convivido con una mujer que
había sido condenada a pena privativa de libertad en un proceso
penal, pena que había cumplido ya. Para el TC, esta sanción ―no
contiene ningún sustento de razonabilidad o sentido común, en
tanto que no puede considerarse una falta o infracción una
conducta propia del comportamiento humano, tan elemental como

73
EXP. N.º 0882–2002–AA/TC, de 05 de diciembre de 2002, f. j. 5.a.
74
Idem, f. j. 5.c.
99

las relaciones afectivas y las consecuencias derivadas de ellas.


Sostener que se desprestigia a la institución por el hecho de que un
efectivo policial convive con una persona que en algún momento
de su vida pudo tener problemas legales, supone no sólo negar la
capacidad de autodeterminación personal de cada individuo, con
la consiguiente negación de su dignidad humana, sino también la
transgresión del derecho de toda persona, en algún momento
condenada, a reeducarse, rehabilitarse y reincorporarse al seno de
la sociedad, como se propugna desde la propia Constitución‖75.

También fue el caso en el que un magistrado del Poder judicial,


fue sancionado con destitución por el Consejo Nacional de la
Magistratura, acusado de que había emitido una resolución
judicial para favorecer a un procesado penalmente. Sobre esta
sanción dijo el TC que ―no se aprecia esa razonabilidad y
proporcionalidad en la sanción impugnada considerando que los
motivos que dieron lugar ella no tienen un correlato con las
acciones realizadas por el demandante, en la medida en que, tal
como se ha expresado, de las dos opciones que la ley franqueaba
se optó por aquella menos favorable al imputado, por lo que el
argumento en que se funda la imputación no resulta
contundente‖76.

En estos casos el TC no examina la constitucionalidad de la


medida sancionadora a través de los juicios en los que se compone
el principio de proporcionalidad. Pero sin duda, aunque no los
manifieste expresamente, subyacen en su análisis. Y es que una
medida inidónea o innecesaria o desproporcionada en sentido
estricto, es una medida injusta e inconstitucional. De esta manera,

75
EXP. N.º 1184–2001–AA/TC, de 03 de junio de 2003, f. j. 4.
76
EXP. N.º 1411–2004–AA7TC, de 30 de junio de 2004, f. j. 7.d.
100

una sanción podrá cuestionarse por desproporcionada al no ser una


medida idónea para alcanzar la finalidad que se persigue con su
establecimiento; o siendo idónea se conseguía esa misma finalidad
a través de otra medida menos restrictiva del derecho
fundamental; o, en fin, por significar una afectación
desequilibrada en relación al fin perseguido. Eso sí, ha dejado
igualmente establecido el TC que él conocerá de cuestionamientos
de resoluciones, no porque se haya convertido en una
―suprainstancia de revisión de resoluciones‖77, sino sólo en
cumplimiento de su función de defensa de los derechos
constitucionales, en este caso, del debido proceso material. Y es
que, nos recuerda el TC que es ―el supremo órgano de control de
la constitucionalidad, capaz de asegurar, en las decisiones del
Poder Judicial, la vigencia efectiva de los derechos ciudadanos
garantizados por la Constitución y la ley‖78. Esta afirmación que la
formula expresamente de las resoluciones judiciales, puede
igualmente hacerse extensiva a las resoluciones administrativas,
arbitrales, militares y privadas.

En todo caso, y en referencia a las resoluciones judiciales,


recuerda igualmente el TC que esta labor de revisar la actuación
del juzgador por posible agresión de derechos constitucionales, la
realizará tomando en consideración que el juez no está vinculado
con una única solución, sino que tiene un marco de actuación
dentro del cual sus respuestas pueden ser igualmente razonables.
Dijo el TC que ―la función del juzgador supone un ejercicio de
apreciación que se manifiesta en que, en la interpretación y
aplicación de las leyes, dispondrá de varias opciones en las cuales,
mientras no se transgredan los márgenes inalienables de

77
EXP. N.º 2381–2004–HC/TC, de 12 de agosto de 2004, f. j. 5.
78
EXP. N.º 3380–2004–HC/TC, de 28 de diciembre de 2004, f. j. 9.
101

racionalidad o razonabilidad, no cabe, a través de la acción de


hábeas corpus, inmiscuirse en ellas‖79.

2.2.2.5.3.2. La razonabilidad de la duración de la detención preventiva


El principio de proporcionalidad o razonabilidad ha servido
igualmente para definir si la afectación del derecho a la libertad se
convertía en arbitraria por la duración del mandato de detención
judicial. Se trata de partir del hecho que en el caso concreto la
medida de detención judicial preventiva se ha ajustado a los
requerimientos del principio de proporcionalidad o razonabilidad.
Ha sido idónea en tanto tiene un fin constitucionalmente permitido
y socialmente relevante (el debido procesamiento de un supuesto
delincuente, de modo que sea posible el cumplimiento de una
eventual condena). Ha sido igualmente una medida necesaria
según el concreto peligro procesal que se quiso combatir; y ha
sido proporcionada en estricto sensu porque existe una relación de
equilibrio entre la afectación de la libertad y el fin pretendido.
Pues bien, de lo que se trata es de determinar si una medida que es
proporcionada y razonable en su origen, no puede devenir en
desproporcionada e irrazonable por el transcurso del tiempo. Es
decir, si la duración de la medida no termina por violar el
contenido constitucional del derecho a la libertad. Como se sabe,
la razonabilidad del plazo no viene definida por el plazo máximo
legal. Una duración es razonable cuando está debida y plenamente
justificada en una serie de circunstancias que singularizan el caso
concreto. La definición legal de un plazo máximo lo único que
determina es que la detención preventiva que vaya más allá de ese
plazo debe entenderse necesariamente como irrazonable. Una
detención preventiva puede convertirse en irrazonable antes del
vencimiento del plazo legal máximo porque se configura en

79
EXP. N.º 3184–2003–HC/TC, de 11 de mayo de 2004, f. j. 1.
102

función de las circunstancias concretas de cada caso, y porque la


única virtualidad que a estos efectos se ha de reconocer a la
previsión legislativa de un plazo máximo es que más allá de ese
plazo la detención es irrazonable. En este sentido se ha movido el
parecer del TC, quien ha sido claro al establecer que ―aunque no
haya transcurrido todavía el plazo máximo legal, puede lesionarse
el derecho a la libertad personal si el imputado permanece en
prisión provisional más del plazo que, atendiendo a las
circunstancias del caso, excede de lo razonable‖80. Para determinar
lo razonable hay que acudir a las circunstancias que definen el
caso concreto. En términos del TC, ―para determinar si dicha
razonabilidad ha sido rebasada, es preciso atenerse a las
específicas circunstancias de cada caso concreto‖81.

¿Por qué hay que acudir a estos elementos fácticos? Porque, como
bien ha dicho el TC, ―no es posible que en abstracto se establezca
un único plazo a partir del cual la prisión provisional pueda
reputarse como irrazonable. Ello implicaría asignar a los procesos
penales una uniformidad objetiva e incontrovertida, supuesto que
es precisamente ajeno a la grave y delicada tarea que conlleva
merituar la eventual responsabilidad penal de cada uno de los
individuos acusados de la comisión de un ilícito‖82.

Esto significa que debe hacerse referencia a una serie de criterios


y pautas que ayudarán a establecer en cada caso concreto la
duración razonable de una concreta detención preventiva83. Se
trata, en palabras del TC, de criterios o pautas que, ―aplicadas a
cada situación específica, permitan al juez constitucional

80
EXP. N.º 3771–2004–HC/TC, citado, f. j. 18.
81
EXP. N.º 2915–2004–HC/TC, citado, f. j. 16.
82
EXP. N.º 2798–2004–HC/TC, de 09 de diciembre de 2004, f. j. 28.
83
Estas pautas deben servir igualmente para determinar la razonabilidad –y por tanto, la justificación– de la
resolución en la que se dispone la prórroga del plazo máximo en la detención preventiva judicial.
103

determinar la afectación del derecho constitucional a no ser


privado de la libertad preventivamente más allá del tiempo
razonablemente necesario‖84 .

La primera pauta debe ser la consideración de la finalidad de la


medida de detención preventiva. No debe olvidarse la naturaleza
cautelar que tiene esta medida y, por tanto, la exigencia de que
sólo debe durar en tanto se verifique el cumplimiento de los
requisitos que dieron origen a la medida (con un máximo igual al
plazo legal), es decir, mientras sea necesaria para alcanzar la
finalidad como medida cautelar. En otras palabras, mientras
subsista el peligro procesal que se quiso neutralizar. Ha dicho el
TC que la duración de la prisión preventiva, ―debe ser tan solo la
que se considere indispensable para conseguir la finalidad con la
que se ha decretado la prisión preventiva; por lo tanto, si la
medida ya no cumple los fines que le son propios, es preciso
revocarla de inmediato‖85.

La segunda pauta que debe tomarse en consideraración es la


naturaleza y complejidad del asunto que se procesa y del proceso
en sí mismo. A decir del TC, ―[e]s menester tomar en
consideración factores tales como la naturaleza y gravedad del
delito (Caso Tomasi. Sentencia del TEDH, del 27 de agosto de
1992), los hechos investigados, los alcances de la actividad
probatoria para el esclarecimiento de los eventos delictivos, la
pluralidad de agraviados o inculpados, o algún otro elemento que
permita concluir, con un alto grado de objetividad, que la
dilucidación de una determinada causa resulta particularmente
complicada y difícil‖86.

84
EXP. N.º 2915–2004–HC/TC, citado, f. j. 17.
85
EXP. N.º 3771–2004–HC/TC, citado, f. j. 18.
86
Idem, f. j. 19.
104

La tercera pauta que debe tenerse en cuenta al momento de


determinar la razonabilidad de la duración de la detención
preventiva, es la actitud y comportamiento llevado a cabo por las
partes del proceso. Esto supone necesariamente mirar tanto hacia
el juez penal como hacia el procesado.

En lo que respecta al órgano judicial, se debe examinar si su


actuación ha sido dirigida por la diligencia debida. Se debe
examinar, entonces, ―la inactividad o, en su caso, la actividad
desplegada por el órgano judicial, esto es, analizar si el juez penal
ha procedido con diligencia especial y con la prioridad debida en
la tramitación del proceso en que el inculpado se encuentre en
condición de detenido‖87. Y es que, ―es deber del juez penal dotar
de la prioridad debida y actuar con una diligencia especial en la
tramitación de las causas en las que el inculpado se encuentre en
condición de detenido‖88. Si el órgano judicial que ha decido
llevar el proceso con la prisión del procesado, no ajusta su
comportamiento a un deber de diligencia, entonces, ―una medida
que debería ser concebida como cautelar y excepcional, se
convertiría en un instrumento de excesiva aflicción física y
psicológica para quien no tiene la condición de condenado,
resquebrajando su capacidad de respuesta en el proceso y
mellando el propio principio de dignidad‖89.

En lo que respecta al procesado se debe examinar si su actuación


ha sido manifiestamente obstruccionista al normal
desenvolvimiento del proceso penal. Como ha dicho el TC, se
debe examinar ―la propia actividad procesal del detenido, a efectos

87
Ibidem.
88
EXP. N.º 2915–2004–HC/TC, citado, f. j. 18.
89
Idem, f. j. 19.
105

de determinar la razonabilidad del plazo, distinguiendo el uso


regular de los medios procesales que la ley prevé y la falta de
cooperación mediante la pasividad absoluta del imputado
(muestras, ambas, del ejercicio legítimo de los derechos que el
Estado constitucional permite), de la denominada defensa
obstruccionista (signo inequívoco de la mala fe del procesado y,
consecuentemente, recurso repudiado por el orden
constitucional)‖90. Una conducta que normalmente es empleada
por el procesado con la intención de dilatar el proceso es ―la
interposición de recursos que desde su origen y de manera
manifiesta, se encontraban condenados a la desestimación, o las
constantes y premeditadas faltas a la verdad que desvíen el
adecuado curso de las investigaciones‖91.

Estas pautas son las que ayudarán a definir la idoneidad, necesidad


y proporcionalidad en sentido estricto de la duración de la
detención preventiva a fin de determinar si se trata de una
duración proporcionada o razonable. Así, la primera de las
mencionadas pautas define el juicio de idoneidad en el caso
concreto. Igualmente, las otras dos mencionadas pautas, ayudan a
definir la necesidad y la relación razonable que debe subyacer en
la duración concreta de una prisión judicial preventiva. De modo
que, por ejemplo, una determinada duración de esta medida puede

90
EXP. N.º 3771–2004–HC/TC, citado, f. j. 19.
91
EXP. N.º 2915–2004–HC/TC, citado, f. j. 28. En todo caso, debe insistirse en que el recurso debe ser
manifiestamente improcedente, es decir, sin ninguna probabilidad de ser amparado por el juez. Si se trata de
reiteración de recursos cuya manifiesta improcedencia no es clara, su interposición no debe ser considerada como
conducta obstruccionista. Y esto es especialmente importante resaltar porque, entre otras cosas, la subsistencia de
la detención preventiva viene subordinada a la subsistencia de sus presupuestos, de modo que es deber del juez
evaluar con cierta constancia la continuación o desaparición de los referidos presupuestos. Bien dice el TC
cuando afirma que ―en principio, no podría generar perjuicios para el procesado la repetida presentación de
recursos que tengan por objeto la reevaluación de la pertinencia y suficiencia de las razones que, prima facie,
legitimaron el dictado del mandato de detención en su contra. Y es que dicha evaluación constante constituye un
deber del juez penal, aun en circunstancias en las que no medie una solicitud de parte, de manera tal que, desde el
mismo instante en que se desvanece la pertinencia de la motivos que sirvieron de fundamento para el dictado de
la medida, ésta debe ser revocada‖. Idem, f. j. 30.
106

ser irrazonable por no ser apta para lograr el fin perseguido; o


siendo apta, hay medidas igualmente eficaces y menos restrictivas
del derecho; o, en fin, puede ser una duración que siendo idónea y
necesaria, ha generado un manifiesto desequilibrio entre la
afectación del derecho y la finalidad que se intenta conseguir.

2.2.2.6. La prisión preventiva en la Legislación comparada


2.2.2.6.1. La prisión preventiva en Colombia
Desde la perspectiva formal definida por el procedimiento penal
colombiano se considera una medida de aseguramiento (Código de
Procedimiento Penal, 2004, arts. 306 y ss.) y por lo tanto, como una
medida procesal cautelar.

El artículo 250 superior, traza la definición de las reglas del


procedimiento de privación de libertad actual. En el actual sistema, que
además se erige sobre la exigencia de una captura rogada, salvo el caso
de las capturas excepcional y en flagrancia, que a su vez tienen control
posterior, esta situación tiene como efecto que el fiscal debe, al
momento de solicitar la privación de la libertad, argumentar de forma
suficiente en lo que concierne a desarrollar el principio de
proporcionalidad demostrando la adecuación, idoneidad y
proporcionalidad concreta de la medida; para de allí derivar en concreto
alguno de los tres elementos exigidos por la Constitución y la ley, esto
es, la necesidad de comparecencia, el riesgo probatorio o la afectación a
la comunidad y la víctima. De no hacerse así, la orden puede ser
denegada por el juez con fundamento en que no están acreditados de
parte del ente acusador los requisitos mínimos para fundamentar una
injerencia en el derecho fundamental a la libertad.
107

2.2.2.6.2. La prisión preventiva en Chile


"La prisión preventiva se encuentra regulada en el artículo 19 Nº 7, letra
e) y en el artículo 5º, inciso segundo de la Constitución Política de la
República de Chile y especialmente en el Código Procesal Penal, al
regular en su Libro I, Título V, las medidas cautelares personales y en el
párrafo cuarto, que trata sobre la prisión preventiva.

Esta regulación exige que sea decretada por resolución judicial


"fundada", según lo dispuesto en su artículo 143, en audiencia pública,
la cual expresará claramente los antecedentes calificados que
justificaren la decisión, siempre y cuando esté justificada la existencia
del delito que se investigare, que se presuma fundadamente que el
imputado ha tenido participación en el delito y que existan antecedentes
calificados que permitan considerar que la prisión preventiva es
indispensable para el éxito de diligencias precisas y determinadas de la
investigación, o que la libertad del imputado sea peligrosa para la
seguridad de la sociedad o del ofendido.

2.2.2.6.3. La prisión preventiva en Argentina


El Código Procesal Penal de la Nación de Argentina, en sus artículos 16
y 17 establece que las facultades para restringir o limitar el goce de los
derechos reconocidos por la Constitucional Nacional o por los
instrumentos de Derechos Humanos deben ejercerse de conformidad
con los principios de idoneidad, razonabilidad, proporcionalidad y
necesariedad. Asimismo se establece que las medidas restrictivas de la
libertad solo podrán fundarse en la existencia real de peligro de fuga u
obstaculización de la investigación. Lo mismo sucede con el art. 176
que dispone que las medidas de coerción autorizadas se ajustarán a lo
que dispone los art. 15, 16 y 17, del mismo modo que aclara que
su carácter es excepcional.
108

El artículo 185 establece que ―[…] la gravedad de las circunstancias y


naturaleza del hecho y de las condiciones del imputado […]‖ sirven para
decidir los criterios de peligro de fuga u obstaculización de la justicia,
como presupuestos para el dictado de una prisión preventiva.

A mayor abundamiento y, respecto de estos riesgos procesales, el nuevo


CPPN detalla, de modo no taxativo, lo que debe tenerse en cuenta a la
hora de acreditarlos. En este sentido el artículo 188 menciona:
a. Arraigo, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento
de la familia y de sus negocios o trabajo, y las facilidades para
abandonar el país o permanecer oculto y demás cuestiones que
influyan en el arraigo del imputado;
b. Las circunstancias y naturaleza del hecho, la pena que se espera
como resultado del procedimiento, la constatación de detenciones
previas, y la posibilidad de declaración de reincidencia por delitos
dolosos; y,
c. El comportamiento del imputado durante el procedimiento en
cuestión, otro anterior o que se encuentre en trámite, en la medida
en que indique cuál es su voluntad de someterse a la persecución
penal y en particular, si incurrió en rebeldía o si ocultó o
proporcionó falsa información sobre su identidad o domicilio.

2.2.3. Marco Jurídico


2.2.3.1. Marco Jurídico Nacional
2.2.3.1.1. La Constitución
Nuestra norma fundamental, en el artículo 2 dispone: Toda persona
tiene derecho:

[…] 24. A la libertad y seguridad personales. En consecuencia:


109

[…] e. Toda persona es considerada inocente mientras no se haya


declarado judicialmente su responsabilidad.

f. Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado


del juez o por las autoridades policiales en flagrante delito. En todo
caso el detenido debe ser puesto, dentro de veinticuatro horas o en el
término de la distancia, a disposición del juzgado que corresponde.

Se exceptúan los casos del terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de


drogas en los que las autoridades policiales pueden efectuar la
detención preventiva de los presuntos implicados por un término no
mayor de quince días naturales, con cargo de dar cuenta al Ministerio
Público y al juez, quien puede asumir jurisdicción antes de vencido el
término […].

2.2.3.1.2. El Código Procesal Penal


El Capítulo I del Título III, Sección III –Medidas de Coerción Procesal-
, del Código Procesal Penal, establece los presupuestos de la prisión
preventiva; es así que el artículo 268º, señala: ―1. El Juez, a solicitud
del Ministerio Público, podrá dictar mandato de prisión preventiva, si
atendiendo a los primeros recaudos sea posible determinar la
concurrencia de los siguientes presupuestos: a) Que existen fundados y
graves elementos de convicción para estimar razonablemente la
comisión de un delito que vincule al imputado como autor o partícipe
del mismo. b) Que la sanción a imponerse sea superior a cuatro años de
pena privativa de libertad; y c) Que el imputado, en razón a sus
antecedentes y otras circunstancias del caso particular, permita colegir
razonablemente que tratará de eludir la acción de la justicia (peligro de
fuga) u obstaculizar la averiguación de la verdad (peligro de
obstaculización). 2. También será presupuesto material para dictar
mandato de prisión preventiva, sin perjuicio de la concurrencia de los
110

presupuestos establecidos en los literales a) y b) del numeral anterior, la


existencia de razonables elementos de convicción acerca de la
pertenencia del imputado a una organización delictiva o su
reintegración a la misma, y sea del caso advertir que podrá utilizar los
medios que ella le brinde para facilitar su fuga o la de otros imputados o
para obstaculizar la averiguación de la verdad‖.

De la misma forma, el artículo IV del Título Preliminar del Código


Procesal Penal prescribe: Legalidad de las medidas limitativas de
derechos – ―Las medidas que limitan derechos fundamentales, salvo las
excepciones previstas en la Constitución, podrán dictarse por la
autoridad judicial, en el modo, forma y con las garantías previstas por la
ley. Se impondrán mediante resolución motivada a instancia de la parte
procesal legitimada. La orden judicial debe sustentarse en suficientes
elementos de convicción, en atención a la naturaleza y finalidad de la
medida y al derecho fundamental objeto de limitación, así como
respetar el principio de proporcionalidad.

2.2.3.2. Marco Jurídico Internacional


El Artículo 55 de la Constitución, establece que los Tratados Internacionales
vigentes celebrados por el Estado forman parte del Derecho Nacional. Si bien,
a diferencia de la Constitución de 1979, los Tratados de Derechos Humanos
no tienen rango constitucional expresamente, se recoge los alcances de de la
Cuarta Disposición Final y Transitoria de dicho texto que dispone que la
interpretación de los derechos debe realizarse a la luz de los tratados
internacionales de derechos humanos. Lo cual, significa que se les otorga
supremacía constitucional frente a cualquier otra norma.

2.2.3.2.1. Declaración Universal de Los Derechos Humanos


La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es un
documento declarativo adoptado por la Asamblea General de las
111

Naciones Unidas en su Resolución 217 A (III), el 10 de diciembre de


1948 en París; en ésta se recogen en sus 30 artículos los derechos
humanos considerados básicos, a partir de la carta de San Francisco (26
de junio de 1945).

La Declaración Universal de los Derechos Humanos expresa en su


artículo 11 que:
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley
y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las
garantías necesarias para su defensa.

2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de


cometerse no fueron delictivos según el derecho nacional o
internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la
aplicable en el momento de la comisión del delito.

2.2.3.2.2. Corte Interamericana de Derechos Humanos


También llamada Pacto de San José de Costa Rica o CADH fue
suscrita, tras la Conferencia Especializada Interamericana de Derechos
Humanos, el 22 de noviembre de 1969 en la ciudad de San
José en Costa Rica y entró en vigencia el 18 de julio de 1978, es una de
las bases del sistema interamericano de promoción y protección de los
derechos humanos.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San


José, dispone en su artículo 8: ―Toda persona inculpada del delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad‖.
112

2.3. DEFINICIÓN DE TÉRMINOS


2.3.1. Inadecuado
Que no resulta adecuado u oportuno a las circunstancias del caso.

2.3.2. Principio de Motivación Jurídica


Consiste en las circunstancias especiales, razones particulares o causas inmediatas
que se hayan tenido en consideración para la emisión del acto, siendo necesario
además que exista adecuación entre los motivos aducidos y las normas aplicables, es
decir, que en el caso concreto se configure la hipótesis normativa.

2.3.3. Principio de Proporcionalidad


Según lo ha explicado el Tribunal Constitucional, se constituye en un mecanismo
jurídico de trascendental importancia en el Estado Constitucional y como tal tiene
por función controlar todo acto de los poderes públicos en los que puedan verse
lesionados los derechos fundamentales, entre otros bienes constitucionales.

2.3.4. Requerimiento fiscal


De acuerdo al artículo 122º del Código Procesal Penal, es una Resolución que emite
el Fiscal, se formula para dirigirse a la autoridad judicial solicitando la realización
de un acto procesal; asimismo, le es exigible ser motivado y de ser el caso, estar
acompañado de los elementos de convicción que lo justifiquen.

2.4. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS


2.4.1. Hipótesis General
Los requerimientos fiscales de prisión preventiva, NO desarrollan de forma
adecuada el principio de proporcionalidad.
2.4.2. Hipótesis específicas
 La falta de motivación del Principio de Proporcionalidad en los requerimientos
fiscales, SI constituye una vulneración a los derechos del imputado.
113

 La falta de motivación del principio de proporcionalidad, SI es causal para


declarar infundado el requerimiento de prisión preventiva.

2.5. IDENTIFICACIÓN DE VARIABLES


2.5.1. Variable Independiente (X)
Principio de Proporcionalidad.

2.5.2. Variable Dependiente (Y)


Motivación inadecuada.

2.6. DEFINICIÓN OPERATIVA DE VARIABLES E INDICADORES


Tabla Nº 01
Variables Categoría Indicadores
X Principio de Normativa Nacional El CPP y la Jurisprudencia Vinculante de la Corte
Proporcionalidad Suprema establecen que uno de los puntos a
tratarse en la Audiencia de Prisión Preventiva, es
el desarrollo del principio de proporcionalidad.
Normativa Internacional Las normas internacionales establecen que las
medidas que restrinjan derechos fundamentales
deberán dictarse respetando el principio de
proporcionalidad.
Como derecho La indebida motivación del Principio de
fundamental del imputado Proporcionalidad, viola el derecho fundamental a
la debida motivación de las resoluciones
Y judiciales, y por derivación, el derecho
Motivación fundamental a la libertad personal.
Inadecuada Según la Jurisprudencia El derecho a la motivación de las resoluciones, es
del Tribunal un principio básico que informa el ejercicio de la
Constitucional función jurisdiccional; a la vez que se constituye
como una garantía del debido proceso.
114

CAPITULO III
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

3.1. TIPO DE INVESTIGACIÓN


El tipo de investigación será:
 Descriptivo: La presente es una investigación correlacional, toda vez que se pretende
describir cómo es y cómo se manifiesta el problema de la inadecuada motivación del
principio de proporcionalidad en los requerimientos de prisión preventiva. Se
evaluarán los diversos aspectos del problema a fin de determinar si efectivamente se
cumple con el desarrollo adecuado del referido principio por parte de los operadores
jurídicos del Ministerio Público.

 Explicativo: La presente investigación busca explicar el fenómeno de la falta de


motivación de los requerimientos de prisión preventiva, en cuanto se refiere al
principio de proporcionalidad, a la vez que se explicará la relación existente entre las
dos variables.

3.2. NIVEL DE INVESTIGACIÓN


 Descriptivo: El tipo de análisis en la presente investigación es predominante
cualitativo, la misma que se da en base a fuentes documentales (requerimientos
fiscales).
115

 Explicativo: En la presente investigación, el investigador se pondrá en contacto


directo con la realidad a investigarse, y con las personas intervinientes (magistrados),
para los fines investigativos.

3.3. MÉTODO DE INVESTIGACIÓN


Método General:
 Método Científico: Se desarrollará un conjunto de pasos ordenados a fin explicar y
analizar el problema de la investigación.

Método Específico:
 Lógico – Inductivo: En la presente investigación se tomará una muestra
representativa (magistrados) que permitirá efectuar generalizaciones, referente al
fenómeno de la inadecuada motivación del principio de proporcionalidad.

3.4. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN


 No experimental: En la presente investigación no se manipularán variables sólo se
observarán los fenómenos tal y como se dan en su contexto natural, para después
analizarlos. La investigación no experimental es sistemática y empírica, la variable
independiente ya ha ocurrido y no puede ser manipulada porque ya ocurrió al igual
que sus efectos.

a) Diseño transeccional descriptivo: Tiene como objetivo indagar la incidencia y


los valores en que se manifiestan las variables; es decir, consiste en medir en un
grupo de personas (magistrados), una o más variables y proporcionar su
descripción. La presente investigación es netamente descriptiva,
subsecuentemente, las hipótesis también serán descriptivas.

3.5. POBLACIÓN, MUESTRA Y MUESTREO


 Población
La población estará constituida por Magistrados de la Sede Central de la Corte
Superior de Justicia de Huancavelica: Jueces de Investigación Preparatoria, Jueces
116

Unipersonales, Jueces que conforman los Órganos Colegiados y Jueces Superiores de


la Sala Penal.

 Muestra
La muestra será tomada de 10 Magistrados.

 Muestreo
Intencional, muestra intencionada o razonada (no probabilística) donde los integrantes
de la muestra se seleccionan de forma directa, consciente, a propósito, adrede; este tipo
de muestreo se caracteriza por un esfuerzo deliberado de obtener muestras
―representativas‖ mediante la inclusión en la muestra de grupos supuestamente típicos.

3.6. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS


El procedimiento que se seguirá para la recolección de datos en la presente investigación
es el siguiente:
 Se elaborará, valorará y validará el instrumento ―Encuesta‖, respecto a la adecuada
motivación del principio de proporcionalidad en los requerimientos de la prisión
preventiva.
 Identificación y toma de contacto con las personas que van a responder los
instrumentos Entrevista y/o Encuesta.
 Reclutamiento, selección y capacitación del personal que va a participar en el
trabajo de campo (encuestadores).
 Aplicación del instrumento (encuesta); previa definición, zonificación y
sectorialización del área y población – muestra bajo estudio.
 Supervisión, revisión y control de calidad de la información recolectada durante el
desarrollo del trabajo.
 Cronograma de tiempo especificando el periodo en que se va a desarrollar cada
una de las etapas de la administración de la técnica; fundamentalmente en lo
referente a las etapas del trabajo de campo.
 Presupuesto económico y otros recursos a utilizar en cada una de las etapas en la
administración de la técnica.
117

3.7. TÉCNICAS DE PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE DATOS


En esta etapa de la investigación se explicaran las diversas evaluaciones y valoraciones a
las que serán sometidas la información que se adquiera del procedimiento de recolección
de datos; teniendo así:
 Clasificación.
 Registro.
 Codificación de ser necesario.

3.8. DESCRIPCIÓN DE LA PRUEBA DE HIPÓTESIS


El proceso que permite realizar el contraste de hipótesis requiere ciertos procedimientos.
Después de haber verificado el planteamiento de diversos autores, cada uno con sus
respectivas características y singularidades; sin embargo, se ha de optar por el más
conveniente a atención a los fines de la presente investigación.

Cori, Et. (2008), señala que, el procedimiento de la Prueba de Hipótesis se resume a seis
pasos; no obstante, en la última fase se tiene la posibilidad de tomar la decisión de aceptar
o rechazar la hipótesis nula. Consecuentemente, sin descartar los demás planteamientos, y
por resultar más idóneo, se ha optado por seguir estos pasos para efectuar el contraste de
la hipótesis:
1. Formular la hipótesis nula y alterna de acuerdo al problema.
2. Escoger un nivel de significancia o riesgo.
3. Escoger el estadígrafo de prueba más apropiado.
4. Calcular los valores de la prueba estadística de una muestra aleatoria de tamaño ―n‖.
5. Rechazar la Ho (hipótesis nula) si el estadígrafo tiene un valor en la región crítica, y
no rechazar (aceptar) en el otro caso.
118

CAPITULO IV
PRESENTACIÓN DE RESULTADOS
4.1. PRESENTACIÓN E INTERPRETACIÓN DE DATOS:
Para la obtención de los resultados una vez finalizado el proceso de recolección de la
información con el respectivo instrumento de medición en los sujetos de la investigación,
que estuvo conformado por Jueces de la Corte Superior de Justicia de Huancavelica, se
procedió a la recodificación de los datos para la variable de estudio que estuvo referido al
principio de proporcionalidad desarrollado en los requerimientos fiscales de prisión
preventiva; para lo cual se ha creado el respectivo MODELO DE DATOS (distribución de
información en filas y columnas).

Así pues se desarrolló el análisis y descripción de los resultados recabados en la


investigación, dando así que en primera instancia se desarrolló la sistematización de los
datos, con el uso del Software Excel v.16., en esta etapa se depuró los datos para evitar
inconsistencias o datos atípicos en la matriz, seguido a ello se cargaron los datos a la
consola del Software Estadístico SPSS v.22, para finalmente desarrollar el procesamiento
estadístico en los que contempla gráficos y tablas de frecuencia.

4.1.2. Estadística descriptiva y explicativa respecto a la motivación inadecuada del


principio de proporcionalidad en los requerimientos fiscales de prisión
preventiva.
El instrumento utilizado por el investigador fue el denominado Cuestionario-
Encuesta. Dicho instrumento recoge las diversas opiniones de aquellos magistrados
119

(Jueces) en materia penal del Distrito Judicial de Huancavelica, sede-central. Las


preguntas contenidas en los instrumentos ya mencionados nos dan a conocer los
puntos de vista respecto a la motivación adecuada de los requerimientos fiscales de
prisión preventiva postuladas por el Ministerio Público ante el órgano jurisdiccional
(Juzgados de Investigación Preparatoria).

El instrumento de investigación cuestionario-encuesta está constituido por diez (10)


preguntas, el mismo que fue validado por Tres (3) expertos, especialistas en la
materia, por considerar que aquel está redactado de manera idónea y cumple los
requisitos predeterminados que sirven para arribar a los fines de la presente
investigación; consecuentemente, fue aprobado. De esta manera el instrumento
utilizado en la investigación ―MOTIVACIÓN INADECUADA DEL PRINCIPIO
DE PROPORCIONALIDAD EN LOS REQUERIMIENTOS FISCALES DE
PRISIÓN PREVENTIVA – HUANCAVELICA 2018‖ quedó conformado por Diez
(10) preguntas, las mismas que sirvieron para el análisis de los resultados finales. A
continuación se pasa a presentar los resultados de la aplicación del Cuestionario –
Encuesta aplicado a los Jueces en materia penal del Distrito Judicial de
Huancavelica sede-central:

ÍTEM Nº 01:
En el siguiente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 01:
Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.

 Considerando su experiencia como Magistrado, ¿Es la Prisión Preventiva la


medida coercitiva más requerida y utilizada en cuanto a medidas cautelares se
refiere?

TABLA Nº 02

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado
NO 2 20,0 20,0 20,0
SI 8 80,0 80,0 100,0
TOTAL 10 100,0 100,0
120

GRÁFICO Nº 01

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.

Descripción: Bajo lo observado en el Gráfico Nº 01, se evidencia que los


magistrados concuerdan en un 80%, respecto a que la Prisión Preventiva es la
medida coercitiva más requerida por parte de la Fiscalía, en cuanto a medidas
coercitivas de carácter personal se refiere.

Interpretación: Se aprecia que los Magistrados encuestados admiten que, entre las
medidas coercitivas personales que prevé el Código Procesal Penal, el Ministerio
Público requiere y utiliza con mayor frecuencia la medida de prisión preventiva.

Análisis: La posición de los Magistrados encuestados encuentra sustento en los


postulado por un gran sector de la doctrina nacional, cuando refieren que la prisión
preventiva sigue siendo la medida cautelar más solicitada por el Ministerio Público,
en cuanto a medidas cautelares se refiere; no obstante, se ha de tener en cuenta que,
si bien existen otras medidas alternativas a la mencionada (V.gr. la comparecencia
simple o con restricciones; la internación preventiva; el impedimento de salida;
121

entre otros), lo cierto es que, cuando el Ministerio Público se encuentra frente a


casos emblemáticos o delitos cuyas penas son considerables, al momento de optar
por una medida que sirva para garantiza la presencia de imputado en el desarrollo
del proceso, prioriza la prisión preventiva.

ÍTEM N° 02:
En el siguiente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 02:
Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.

 ¿Considera Usted que, para dictar la medida coercitiva de prisión preventiva,


sólo se ha de tomar en cuenta el desarrollo de los presupuestos previstos en el
artículo 268º del Código Procesal Penal?

TABLA Nº 03

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado
NO 10 100,0 100,0 100,0
SI 0 0 0 0
TOTAL 10 100,0 100,0 100,0

GRÁFICO Nº 02

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.


122

Descripción: Se aprecia que el 100% de los Magistrados encuestados, consideran


su total acuerdo respecto a que, no sólo se han de tomar en cuenta los presupuestos
previstos en el artículo 268º del Código Procesal Penal, para dictar la medida
coercitiva de prisión preventiva.

Interpretación: El artículo 268º del Código Procesal Penal, prevé como


presupuestos para dictar la prisión preventiva: a) Que existan fundados y graves
elementos de convicción para estimar razonablemente la comisión del delito que
vincule al imputado como autor o partícipe del mismo; b) Que la sanción a
imponerse sea superior a cuatro años de pena privativa de libertad; y, c) Que el
imputado, en razón a sus antecedentes y otras circunstancias del caso particular,
permita colegir razonablemente que tratará de eludir la acción de la justicia (peligro
de fuga) u obstaculizar la averiguación de la verdad (peligro de obstaculización); no
obstante, de acuerdo a la opinión de los magistrados, no sólo se han de tomar en
cuenta dichos presupuestos para dictar prisión preventiva.

Análisis: La posición de los Magistrados encuestados encuentra sustento en razón a


que, además de los requisitos prescritos en el artículo 268º del Código Procesal
Penal, la Casación 626-2013 Moquegua, en su considerando vigésimo segundo,
desarrolla dos requisitos materiales adicionales para requerir la imposición de una
medida coercitiva de esta naturaleza; esto es, motivar motivar en su requerimiento
escrito y también en sus sustentación oral en audiencia, la proporcionalidad de la
medida y el tiempo de duración de la misma. En ese sentido, el Ministerio Público
debe de fundamentar por qué la medida que pretende se le imponga al imputado es
idónea, necesaria y proporcional en el sentido estricto. Y debe de precisar además,
por qué las otras medidas coercitivas personales alternativas a la prisión preventiva
no lo son o por qué no pueden ser aplicadas.

ÍTEM N° 03:
En el siguiente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 03:
Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.
123

 ¿Considera correcto que el Fiscal se encuentra obligado a desarrollar de forma


adecuada todos los presupuestos de la Prisión Preventiva, en atención al
desarrollo jurisprudencial de la Casación 626-2013 Moquegua?

TABLA Nº 04

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado
NO 1 10,0 10,0 10,0
SI 9 90,0 90,0 100,0
TOTAL 10 100,0 100,0

GRÁFICO Nº 03

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.

Descripción: Se aprecia que el 90% de los Magistrados encuestados considera


correcto que el Fiscal se encuentra obligado a desarrollar de forma adecuada los
presupuestos de la prisión preventiva, en atención a los parámetros
jurisprudenciales de la Casación 626-2013 Moquegua.
124

Interpretación: El 90% de los magistrados encuestados, a diferencia del 10%,


asume que el Ministerio Público al momento de formular el requerimiento de
prisión preventiva, se encuentra obligado a desarrollar adecuadamente los
presupuestos que prevé la Casación Nº 626-2013 Moquegua, esto es, además de los
previstos en el ordenamiento procesal penal, la proporcionalidad y duración de la
medida.

Análisis: El 27 de febrero del año 2016, fue publicado en el Diario Oficial El


Peruano, la Casación Nª 626-103 Moquegua, que establece como Doctrina
Jurisprudencial Vinculante, criterios procesales sobre la audiencia, motivación y
elementos de la prisión preventiva. Así las cosas, al momento de celebrarse la
audiencia de prisión preventiva que se origina en virtud del requerimiento del
Fiscal, que por principio de oralidad es sustentado por el Representante del
Ministerio Público, se le exige a éste realizar una motivación sobre cada requisito o
presupuesto que sustenta su pedido, pero no sólo sobre los tres presupuestos
materiales que establece el artículo 268º del Código Procesal Penal, sino que
también se exige la fundamentación o motivación respecto de la proporcionalidad
de la medida que se solicita, y respecto de la duración o el aspecto temporal de esta
medida a imponerse, el cual también formaría parte de su pretensión.

ÍTEM N° 04:

En el siguiente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 04:


Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.

 ¿El inadecuado desarrollo de los presupuestos de la prisión preventiva, sería


consecuencia de que los mismos no son sometidos al contradictorio porque
muchas veces ni siquiera se mencionan en las audiencias?

TABLA Nº 05

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado
NO 2 20,0 20,0 20,0
SI 8 80,0 80,0 100,0
TOTAL 10 100,0 100,0
125

GRÁFICO Nº 04

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.

Descripción: Se aprecia que el 80% de los Magistrados encuestados, considera que


el inadecuado desarrollo de los presupuestos de la prisión preventiva sería
consecuencia de que los mismos no son sometidos al principio de contradicción por
que muchas veces ni quiera se mencionan en las audiencias.

Interpretación: Se tiene que, la gran mayoría de los Magistrados encuestados cree


que los Fiscales no desarrollan de forma adecuada los presupuestos de la prisión
preventiva, en razón de que, en muchas ocasiones, al llevarse a cabo la audiencia
126

para resolver el pedido de la prisión preventiva, no se hace mención de todos los


presupuestos, o al mencionarse éstos no se desarrollan de forma adecuada.

Análisis: El nuevo modelo procesal penal, ha instaurado además de nuevos


institutos, un sistema de audiencias, mediante los cuales se resuelven los incidentes
que se deriven en el desarrollo del proceso penal, además del juicio oral en strictu
sensu; es en atención a ello que, la admisión o rechazo por parte del Juez de
Investigación Preparatoria, de la medida de prisión preventiva también se decide en
base al resultado de la audiencia. Si bien, los jueces de garantías, en atención a la
jurisprudencia vinculante de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia,
desarrollan la audiencia de prisión preventiva, efectuándose el debate entre Fiscal y
Abogado Defensor sobre cada uno de los presupuestos de la misma, lo cierto es
que, muchas veces los presupuestos adicionales -proporcionalidad y duración de la
medida- no se mencionan, o de mencionarse no se desarrollan de forma adecuada,
por lo cual los Fiscales no consideran exigible según su criterio, que deba
efectuarse un desarrollo exhaustivo de los presupuestos adicionales, especialmente
del principio de proporcionalidad, basando su requerimiento postulatorio
únicamente en los presupuestos que exige el artículo 268º del NCPP.

ÍTEM N° 05:

En el siguiente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 05:


Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.

 ¿Los Requerimientos de Prisión Preventiva desarrollan de forma adecuada el


Principio de Proporcionalidad?

TABLA Nº 06

Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje


válido acumulado
NO 9 90,0 90,0 90,0
SI 1 10,0 10,0 100,0
TOTAL 10 100,0 100,0
127

GRÁFICO Nº 05

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.

Descripción: Se aprecia que el 90% de los Magistrados encuestados considera que


los requerimientos fiscales de prisión preventiva no desarrollan adecuadamente el
principio de proporcionalidad; en tanto que, el 10% considera que si lo hacen.

Interpretación: Los magistrados encuestados, coinciden en su mayoría que, el


Ministerio Público, al momento de formular el requerimiento fiscal de la medida de
coerción personal de prisión preventiva, no desarrolla de forma adecuada el
principio de proporcionalidad.
128

Análisis: Si bien, dicho principio no es un requisito formal establecido en el


ordenamiento procesal penal; sin embargo, es un parámetro o exigencia a partir de
lo establecido por la doctrina jurisprudencial vinculante de la Corte Suprema, de
obligatorio cumplimiento, consistente en realizar una debida motivación y
fundamentación -tanto en el requerimiento fiscal como el Auto que resuelve la
prisión preventiva-, respecto del porqué la medida que se está requiriendo es
proporcional. Aquí, lo que la Corte Suprema pretende establecer es no dejar de
observar lo establecido por el artículo 253º del Código Procesal Penal, el cual
estatuye en su inciso 2), que: ―La restricción de un derecho fundamental requiere
expresa autorización legal y se impondrá con respeto al principio de
proporcionalidad‖; por lo cual, se constituye como un precepto general que va a
regir a todas las medidas de coerción procesal. No obstante, conforme se tiene de la
posición de los Magistrados encuestados, los Requerimientos Fiscales postulados
por el Ministerio Público no cumplen con la motivación adecuada del principio de
proporcionalidad al momento de solicitar la medida coercitiva personal de prisión
preventiva.

ÍTEM N° 06:
En el siguiente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 06:
Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.

 ¿La inadecuada motivación del principio de proporcionalidad en el requerimiento de


prisión preventiva implica la vulneración del Derecho a la Libertad?

TABLA Nº 07
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

NO 1 10,0 10,0 10,0


SI 9 90,0 90,0 100,0
TOTAL 10 100,0 100,0
129

GRÁFICO Nº 06

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.

Descripción: Se tiene que el 90% de los Magistrados encuestados considera que la


inadecuada motivación del principio de proporcionalidad en el requerimiento de
prisión preventiva, vulnera el derecho a la libertad del imputado, en tanto que sólo
el 10% considera que no.

Interpretación: Se aprecia que los Magistrados encuestados en su mayoría


expresan que, si el Ministerio Público al momento de formular el requerimiento
fiscal de prisión preventiva no desarrolla adecuadamente el principio de
130

proporcionalidad, estaría vulnerando el derecho a la libertad, que se constituye


como un derecho fundamental de la persona.

Análisis: El derecho a la libertad está recogido en el artículo 2º, inciso 24), literal f,
de la Constitución con el siguiente texto: “Toda persona tiene derecho: (…) 24. A
la libertad (…) f. Nadie puede ser detenido sino por mandato escrito y motivado del
juez (…)”. Si bien, la libertad personal tiene una realidad limitada, ya que es
posible la afectación de la libertad locomotora a partir de los supuestos
contemplados en el artículo 2º. Inciso 24, literal f) de la Constitución; y, como
medida cautelar, la prisión preventiva tiene una finalidad futura de garantizar la
futura aplicación del ius puniendi, además de garantizar la presencia del imputado
en el desarrollo del proceso para que éste no se sustraiga de la acción de la justicia;
lo cierto es que, el admitir por parte del Juez de garantías, el pedido de la medida de
coerción en mención sin que se haya desarrollado adecuadamente el principio de
proporcionalidad por parte del Ministerio Público, implicaría la vulneración directa
del derecho a la libertad personal del imputado.

ÍTEM N° 07:
En el siguiente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 07:
Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.

 ¿La inadecuada motivación del Principio de Proporcionalidad de la prisión


preventiva implica la transgresión al Principio de Presunción de Inocencia?

TABLA Nº 08
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

NO 1 10,0 10,0 10,0


SI 9 90,0 90,0 100,0
TOTAL 10 100,0 100,0
131

GRÁFICO Nº 07

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.

Descripción: Se tiene que el 90% de los Magistrados encuestados considera que la


inadecuada motivación del principio de proporcionalidad en el requerimiento de
prisión preventiva, vulnera el principio de presunción de inocencia que le asiste al
imputado, en tanto que sólo el 10% considera que no.

Interpretación: Se aprecia que los Magistrados encuestados en su mayoría


consideran que, si el Ministerio Público al momento de formular el requerimiento
fiscal de prisión preventiva no desarrolla adecuadamente el principio de
132

proporcionalidad, estaría vulnerando el principio constitucional de presunción de


inocencia.

Análisis: La presunción de inocencia está contemplada en el artículo 2, inciso 24),


literal e, de la Constitución con el siguiente tenor: e. ―Toda persona es considerada
inocente mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad‖. Toda
persona sometida a un proceso penal por la presunta comisión de un hecho delictivo
es considerada inocente y debe ser tratada como tal mientras no se demuestre lo
contrario y haya sido declarada su responsabilidad mediante sentencia firme
debidamente motivada, por lo cual se requiere de una suficiente actividad
probatoria de cargo obtenida y actuada con las debidas garantías procesales.
Consecuentemente, analizando la posición de los magistrados encuestados, si el
Juez de Investigación Preparatoria admitiese el pedido de prisión preventiva sin que
se haya desarrollado adecuadamente el principio de proporcionalidad por parte del
Ministerio Público, implicaría la vulneración del principio de presunción de
inocencia que le asiste al imputado durante el todo el desarrollo del proceso.

ÍTEM N° 08:
En el siguiente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 08:
Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.

 ¿Si el Juez admite el pedido de Prisión Preventiva sin existir una debida
motivación del Principio de Proporcionalidad, se entendería aquella decisión
como una pena anticipada?

TABLA Nº 09
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

NO 1 10,0 10,0 10,0


SI 9 90,0 90,0 100,0
TOTAL 10 100,0 100,0
133

GRÁFICO Nº 08

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.

Descripción: El 90% de los magistrados encuestados considera que, si el Juez


admite el pedido de prisión preventiva sin que exista una debida motivación del
principio de proporcionalidad, se entendería aquella decisión como una pena
anticipada.

Interpretación: La gran mayoría de Magistrados encuestados asume que, si el Juez


de Investigación preparatoria admite el pedido de prisión preventiva formulado por
134

el Ministerio Público, sin que en el requerimiento respectivo se haya motivado


adecuadamente el principio de proporcionalidad, se entenderá la decisión adoptada
por aquél como pena anticipada impuesta al imputado.

Análisis: En nuestro país, así como dentro de este distrito fiscal de Huancavelica,
existe una mal praxis, por parte de la población, de la policía, y hasta de la Fiscalía,
de considerar culpable a una persona desde los primeros actos de investigación o
desde que es detenido frente una situación de flagrancia delictiva. Dicha situación
constituye un atentado directo contra el Principio de Inocencia; no obstante, si bien
la restricción de la libertad locomotora se encuentra permitida en nuestra
legislación, bajo el cumplimiento de ciertos presupuestos, dentro de los cuales se
encuentra el Principio de Proporcionalidad; si el Juez de garantías admitiese el
pedido de prisión preventiva, la misma se entendiera como pena anticipada, pues se
asumiría la culpabilidad del imputado sin siquiera haberse arribado a la etapa de
Juzgamiento.

ÍTEM N° 09:
En el siguiente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 09:
Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.

 ¿La falta de motivación del Principio de Proporcionalidad debe dar lugar a que
el Juez desestime el pedido de Prisión Preventiva por parte del Ministerio
Público?

TABLA Nº 10
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado

NO 1 10,0 10,0 10,0


SI 9 90,0 90,0 100,0
TOTAL 10 100,0 100,0
135

GRÁFICO Nº 09

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.

Descripción: El 90% de los Magistrados encuestados cree que, la falta de


motivación del principio de proporcionalidad debe dar lugar a que el juez de
Investigación Preparatoria desestime el pedido de prisión preventiva por parte del
Ministerio Público; mientras el 10% cree que la falta de motivación no debería dar
lugar al rechazo de la medida en referencia.

Interpretación: Los magistrados encuestados en su gran mayoría consideran que,


el Ministerio Público al momento de formular el requerimiento fiscal de prisión
136

preventiva ante el Juzgado de Investigación Preparatoria, debe motivar el principio


de proporcionalidad de la medida solicitada, ya que, de lo contrario, el Órgano
Jurisdiccional deberá desestimar la misma.

Análisis: El principio de motivación adecuada de las resoluciones y


requerimientos, y el principio de proporcionalidad se constituyen como los pilares
sobre los cuales se adoptará la medida de prisión preventiva; por lo cual dichos
principios han de materializarse tanto en el requerimiento escrito, como en el
sustento oral en el momento de la audiencia correspondiente. Este deber o
exigencia, tiene un amparo legal y sobre todo constitucional, pues, en el primer
caso, corresponde considerar lo previsto en el Artículo VI del Título Preliminar del
Código Procesal Penal, el cual confirma que ―Las medidas que limitan derechos
fundamentales (…), sólo podrán dictarse por la autoridad judicial, en el modo,
forma y con las garantías previstas por la Ley. Se impondrán mediante resolución
motivada a instancia de la parte procesal legitimada. La orden judicial debe
sustentarse en suficientes elementos de convicción, (…), así como respetar el
principio de proporcionalidad‖. En el segundo caso, el artículo 139°, inciso 5 de
la Constitución Política del Perú, consagra como principio de la función
jurisdiccional el deber de motivación, principio que como ya el Tribunal
Constitucional ha señalado en reiterada jurisprudencia, este deber de motivar
alcanza también a todo órgano que no necesariamente pertenezca al fuero judicial.
Consecuentemente, la falta de motivación del principio de proporcionalidad debería
dar lugar al rechazo de la medida de coerción de prisión preventiva por parte del
Juez de Investigación Preparatoria.

ÍTEM N° 10:
En el presente Gráfico se muestran los resultados con relación a la pregunta N° 07:
Total de encuestados, 10 Jueces en materia penal.

 ¿Existiría responsabilidad funcional por parte de aquellos Fiscales que no


motivan adecuadamente los requerimientos formulados ante el Órgano
Jurisdiccional?
137

TABLA Nº 11
Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje
válido acumulado
NO 1 10,0 10,0 10,0
SI 9 90,0 90,0 100,0
TOTAL 10 100,0 100,0

GRÁFICO Nº 10

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta efectuada por el investigador.

Descripción: Se aprecia que el 90% de los Magistrados encuestados considera que


si existiría responsabilidad funcional por parte de los Fiscales que no motivan
adecuadamente los requerimientos formulados ante el órgano jurisdiccional;
mientras sólo el 10% considera que no existiría responsabilidad funcional.
138

Interpretación: Los Magistrados encuestados en su mayoría asumen que los


Fiscales, recaen en responsabilidad funcional si éstos vulneran el principio de
debida motivación de las resoluciones al momento se formular sus requerimientos
fiscales ante el órgano jurisdiccional; ergo, se encuentran obligados a motivar
adecuadamente el requerimiento fiscal de prisión preventiva formulada ante el
Jugado de Investigación Preparatoria.

Análisis: El artículo 23, del Reglamento de Organización y Funciones de la


Fiscalía Suprema de Control Interno del Ministerio Público -Resolución Nº 071-
2005-MP-FN-JFS-, que comprende a todos los Fiscales de la República en todos sus
niveles, con excepción de los Fiscales Supremos, prevé: “Se consideran
infracciones sujetas a sanción disciplinaria las siguientes: k) Emitir dictámenes y
resoluciones con falta de adecuado estudio, motivación y fundamentos”. Por
tanto, aquellos Fiscales que incurran en la infracción detallada de forma precedente,
serían pasibles de ser procesados disciplinariamente, y subsecuentemente
sancionados; no obstante, siendo el requerimiento fiscal una resolución emitida por
el Ministerio Público, existe el deber por parte del Fiscal de cumplir con el deber de
motivación del principio de proporcionalidad al momento de efectuar el pedido de
prisión preventiva (tanto de forma escrita así como al momento de ser oralizado en
la audiencia); ya que, de no ser así, y conforme la posición de los Magistrados
encuestados, los Fiscales incurrirán en responsabilidad funcional.

4.2. DISCUSIÓN DE RESULTADOS


Que, habiéndose obtenido los resultados de investigación estos no pueden ser comparados
con los resultados de otras investigaciones, debido a que la presente es de carácter
exploratoria, y como se indicó de forma precedente, en torno al problema planteado no
existen investigaciones las cuales puedan ser tomadas como antecedentes a la presente.

No obstante, es preciso señalar que, luego de haber recabado información dogmática


penal así como haber efectuado el trabajo de campo, se advirtió que las conclusiones a las
que el investigador arribó en el presente trabajo, se asemejan a las conclusiones de
139

algunos Tesistas citados en el marco teórico, por lo cual se toma en cuenta lo concluido
por ellos, conforme se expone a continuación:

A NIVEL NACIONAL
 Autor: Claudia Milagros Fernández Rubina; Tesis: “La prisión preventiva y su
vulneración al derecho a la presunción de inocencia de los procesados por el
delito de tráfico ilícito de drogas en el Establecmiento Penitenciario de
Huánuco, 2015”. “Que, los mandatos de prisión preventiva que no tienen al
momento de su calificación un criterio uniforme de análisis de los presupuestos
materiales por parte de los jueces de investigación preparatoria de Huánuco
vulneran el derecho a la presunción de inocencia de los procesados (…)”; “Que,
los jueces no realizan un exhaustivo análisis de los presupuestos materiales en la
zona judicial de Huánuco al momento de dictar un mandato de prisión preventiva
y simplemente optan por lo más fácil tomando en cuenta más el factor mediático
sin evaluar de manera objetiva los presupuestos y mucho menos los acuerdos
plenarios que indican que se debe tomar en cuenta la razonabilidad y la
proporcionalidad de la medida”.

 Autor: Daysi Yuliana Masco Aragón; Tesis: “Indebida motivación de las


resoluciones de prisión preventiva en los juzgados de Investigación
Preparatoria del Distrito de San Román, 2013-2014”. “En los juzgados de
investigación preparatoria del distrito judicial de Puno, las resoluciones de
prisión preventiva no se encuentran debidamente motivadas atentando así con el
artículo 139 del inciso 5 de la constitución política así como los tratados
internacionales, siendo estas arbitrarias e inconstitucionales.”; “La motivación
que efectúan los jueces en los juzgados de investigación preparatoria son
deficientes y no respetan los parámetros establecidos por el TC, los mismos que
inciden negativamente a la administración de justicia, el deber de motivación y la
libertad.”; En el distrito judicial de San Román, se realiza una utilización
indiscriminada de la prisión preventiva, por cuanto no realizan una adecuada
140

motivación de sus resoluciones judiciales, afectando así gravemente al estado de


Libertad de los justiciables.”

 Autor: Francisco Tomás Almeyda Chumpitaz; Tesis: “La prisión preventiva y


el principio de proporcionalidad en el distrito judicial de Cañete, 2016”.
“Que, no se aplica adecuadamente el principio de proporcionalidad por los
operadores jurídicos, en las audiencias de prisión preventiva en el distrito judicial
de Cañete año 2016. Por un lado el fiscal confunde la proporcionalidad de
medida con la proporcionalidad de la pena. Los abogados de la defensa técnica ni
conocen los subprincipios de la proporcionalidad, ni lo desarrollan o aplican al
caso concreto adecuadamente, ni conoce de técnicas de litigación oral para
desarrollar la proporcionalidad de la medida. (…)”

A NIVEL INTERNACIONAL
 Autor: Mirian Teresa Bedón Moreno; Tesis: “Medidas Cautelares: Especial
referencia a la prisión preventiva en la legislación penal ecuatoriana”. La
fundamentación o motivación de las resoluciones es una garantía básica del
debido proceso comprendida en el derecho de defensa, recogida como un derecho
Constitucional, de esta manera la suficiencia y la racionabilidad de la motivación
derivarán de la ponderación de los intereses en juego (la libertad de una persona
cuya presunción se presume por un lado, la realización de la administración de la
justicia penal y la evitación de hechos delictivos, por otro) a partir de la
información disponible en el momento en que ha de adoptarse la decisión, de las
reglas del razonamiento lógico y del entendimiento de la prisión provisional como
una medida de aplicación excepcional, subsidiaria, provisional y proporcionada a
la consecución de los fines, por ello, que deberían tomarse en consideración,
además de las características y la gravedad del delito imputado y de la pena con
que se le amenaza, las circunstancias concretas del caso y las personales del
imputado.”; “Justamente por ser la prisión preventiva una medida que afecta un
derecho fundamental, el derecho a la libertad, debe constituir una medida de
141

última ratio, que sólo debe aplicarse ante circunstancias plenamente justificadas y
bajo los presupuestos estrictamente regulados en las leyes penales.”

Ahora bien, los resultados de la presente investigación nos muestran que dentro del
Distrito Judicial de Huancavelica, conforme se tiene de la posición de los Magistrados
encuestados (Jueces en Materia Penal), el 80% asume que, si de solicitar una medida
coercitiva de carácter personal se trata el Ministerio Público opta por la de prisión
preventiva, siendo dicha medida la más requerida en cuanto a medidas cautelares dentro
del proceso penal nos referimos; asimismo, el 100% considera que no sólo se han de
tomar en cuenta los presupuestos previstos en el artículo 268º del NCPP para dictarse la
medida de prisión preventiva, pues la Casación Nº 626-2103 Moquegua, estableció
doctrina jurisprudencial vinculante de obligatorio cumplimiento, cuyo considerando
vigésimo segundo desarrolla los requisitos -presupuestos- adicionales para requerir una
medida coercitiva de tal naturaleza, consistentes en el principio de proporcionalidad y el
tiempo que ha de durar la medida; consecuentemente, el 90% ha considerado que el Fiscal
se encuentra obligado a desarrollar de forma adecuada los presupuestos de la prisión
preventiva en atención a los parámetros jurisprudenciales de la referida casación. El 80%
de los Magistrados encuestados ha coincido en la posición referida a que la falta de
motivación de los presupuestos de la prisión preventiva por parte de los Fiscales, es
consecuencia de que dichos presupuestos en muchas ocasiones no se someten al
contradictorio, ya que no se desarrollan de forma adecuada (especialmente el principio de
proporcionalidad), lo cual ha generado en los Fiscales que éstos crean que no existe la
obligación de motivar o desarrollar de forma adecuada el mencionado requisito, ya que
muchas veces se habrían admitido requerimientos de medidas coercitivas sin un debido
desarrollo de sus presupuestos. En ese sentido, el 90% consideró que los requerimientos
fiscales de prisión preventiva postulados por el Ministerio Público, no desarrollan de
forma adecuada el principio de proporcionalidad, transgrediendo de tal forma el principio
constitucional de debida motivación de las resoluciones (artículo 139º, inciso 5, de la
Constitución Política del Estado); de igual forma, el 90% asume que dicha omisión por
parte de la Fiscalía vulnera el derecho a la libertad personal del imputado y no menos un
menoscabo del principio de presunción de inocencia que le asiste al imputado durante el
142

desarrollo del proceso penal. El 90% consideró que, si el Juez admitiese la medida de
prisión preventiva sin que exista un adecuado desarrollo del principio de
proporcionalidad, se entenderá aquella decisión como una pena anticipada impuesta al
imputado; pues, el 90% de los Magistrados encuestados considera que la omisión del
Fiscal de motivar el principio de proporcionalidad debe dar lugar a que el Juez de
Investigación Preparatorio desestime el pedido de prisión preventiva. Finalmente, el 90%
consideró que, aquellos Fiscales que no motivan adecuadamente el principio de
proporcionalidad en sus requerimientos fiscales de prisión preventiva, incurren en
responsabilidad funcional, pues dicha omisión es considerada como una infracción sujeta
a sanción disciplinaria conforme el ROF de la Fiscalía Suprema de Control Interno del
Ministerio Público. Consecuentemente, la prueba de bondad mediante el uso del Software
Excel v.16., en relación a la Consola del Software Estadístico SPSS v12., evidencia que la
prevalencia de la respuesta positiva es significativa, por lo cual se confirma la hipótesis de
investigación y representa los resultados más relevantes del estudio realizado.

4.3. PROCESO DE PRUEBA DE HIPÓTESIS


En este nivel del informe final de la presente investigación se desarrolló la prueba de
Hipótesis, la cual se desarrolló de manera descriptiva en continuidad con los resultados
expuestos en el apartado anterior, se inició la prueba de hipótesis general y finalmente se
desarrolló las pruebas de hipótesis específicas.

4.3.1. Prueba de hipótesis general


En esta prueba de hipótesis de planteó la siguiente interrogante: ¿Los
requerimientos fiscales de prisión preventiva desarrollan de forma adecuada el
principio de proporcionalidad?

a) Planteamiento de Hipótesis:

Hipótesis Nula (H0): Los requerimientos fiscales de prisión preventiva, SI


desarrollan de forma adecuada el principio de proporcionalidad.

Hipótesis Alterna (H1): Los requerimientos fiscales de prisión preventiva,


NO desarrollan de forma adecuada el principio de proporcionalidad
143

b) Decisión Estadística

En este extremo utilizamos el Gráfico Nº 05, que representa el resultado


general de la investigación. Los Magistrados encuestados -Jueces en materia
Penal-, en un 90%, han asumido la posición de que, los representantes del
Ministerio Público, al momento de formular sus requerimientos fiscales de
prisión preventiva, no desarrollan de forma adecuada el principio de
proporcionalidad; es decir, para efectos de que la medida requerida por la
Fiscalía resulte proporcional, se deberá fundamentar específicamente
referente a que ―cuanto mayor es el grado de afectación o no satisfacción
del derecho a la libertad personal, tanto mayor tiene que ser la satisfacción
respecto al fin del proceso‖; pues, se ha de tener en consideración lo
establecido por el artículo 203°, inciso 1 del NCPP, que prevé: ―Las medidas
que disponga la autoridad, (…) deben realizarse con arreglo al principio de
proporcionalidad y en la medida que existan suficientes elementos de
convicción. La resolución que dicte el Juez de la Investigación Preparatoria
debe ser motivada, al igual que el requerimiento del Ministerio Público‖.
Dicha norma es concordante con el artículo 253°, inciso 2 del NCPP, que
estipula que: ―La restricción de un derecho fundamental requiere expresa
autorización legal, y se impondrá con respeto al principio de
proporcionalidad‖. Siendo este un precepto general que rige a todas las
medidas de coerción procesal, teniendo en cuenta que la prisión preventiva
se encuentra catalogada en la Sección III del NCPP, que trata sobre las
medidas de esta naturaleza. Asimismo, el artículo VI del Título Preliminar
del NCPP, confirma que: ―Las medidas que limitan derechos fundamentales
(…), sólo podrán dictarse por la autoridad judicial, en el modo, forma y con
las garantías previstas por la Ley. Se impondrá mediante resolución
motivada a instancia de la parte procesal legitimada. La orden judicial debe
sustentarse en suficientes elementos de convicción, (…), así como respetar el
principio de proporcionalidad‖. Siendo ello así, se tiene establecido que, al
momento de formular el requerimiento de prisión preventiva, el Fiscal debe
fundamentar -motivar- el por qué dicha medida resulta proporcional, lo cual
144

no ocurre dentro el Distrito Judicial de Huancavelica, pues los Magistrados


encuestados en su mayoría dejaron marcada su posición al respecto.
Consecuentemente, los resultados descritos permiten aceptar la Hipótesis
alterna y con ello el rechazo de la hipótesis nula, ya que los resultados
concuerdan con lo planteado por el investigador en este presente estudio.

c) Conclusión Estadística

Se tiene la conclusión estadística con respecto a la hipótesis general que los


requerimientos fiscales de prisión preventiva, NO desarrollan de forma
adecuada el principio de proporcionalidad, lo cual desemboca en la
vulneración de los derechos fundamentales de los imputados en cuanto dicha
medida de coerción es admitida por el órgano jurisdiccional; cuando lo
correcto debería ser que dichos requerimientos resulten declarados
infundados por transgredir directamente el principio constitucional de debida
motivación de las resoluciones.

4.3.2. Prueba de hipótesis específicas


4.3.2.1. Hipótesis específica 01
En esta prueba de hipótesis de planteó la siguiente interrogante: ¿La falta de
motivación del principio de proporcionalidad en los requerimientos fiscales
constituye una vulneración a los derechos del imputado?

a) Planteamiento de Hipótesis:

Hipótesis Nula (H0): La falta de motivación del Principio de


Proporcionalidad en los requerimientos fiscales, NO constituye una
vulneración a los derechos del imputado.

Hipótesis Alterna (H1): La falta de motivación del Principio de


Proporcionalidad en los requerimientos fiscales, SI constituye una
vulneración a los derechos del imputado.
145

b) Decisión Estadística

De acuerdo con los resultados descritos en el Gráfico N° 06 y Gráfico


N° 07, se observa que la mayoría de los Magistrados encuestados con
90% del total manifiestan que la inadecuada motivación del principio
proporcionalidad en los requerimientos de prisión preventiva vulnera
el derecho a la libertad, además también se observó que el 90% de
encuestados considera que la inadecuada motivación del principio de
proporcionalidad en los requerimientos de prisión preventiva
transgrede el principio de presunción de inocencia del imputado, de
esta forma entonces una inadecuada motivación en estos
requerimientos fiscales vulneran de forma directa los derechos
fundamentales de los imputados, lo cual concuerda con la hipótesis
planteada por el investigador y permite rechazar la hipótesis nula.

c) Conclusión Estadística

Se concluye que la falta de motivación del Principio de


Proporcionalidad en los requerimientos fiscales, SI constituye una
vulneración a los derechos del imputado.

4.3.2.2. Hipótesis específica 02


En esta prueba de hipótesis de planteó la siguiente interrogante: ¿La falta de
motivación del principio de proporcionalidad es causal para declarar
infundado el requerimiento de prisión preventiva?

a) Planteamiento de Hipótesis:

Hipótesis Nula (H0): La falta de motivación del principio de


proporcionalidad, NO es causal para declarar infundado el
requerimiento de prisión preventiva.

Hipótesis Alterna (H1): La falta de motivación del principio de


proporcionalidad, SI es causal para declarar infundado el
requerimiento de prisión preventiva.
146

b) Decisión Estadística

Con respecto a este se tiene que el Gráfico N° 09 muestra que el 90%


de los Magistrados encuestados ha considerado que la falta de
motivación del principio de proporcionalidad en el requerimiento fiscal
de prisión preventiva, debe dar lugar a que el Juez de Investigación
Preparatoria desestime -rechace- el pedido de imposición de dicha
medida, pues, conforme se tiene como referencia el Gráfico N° 08, el
90% de los encuestados han considerado que, si el órgano
jurisdiccional admitiese dicha medida sin existir una debida
motivación del principio de proporcionalidad, se entendería aquella
decisión como una pena anticipada; no obstante, el Gráfico N° 10
muestra en un 90% que, los Fiscales incurren en responsabilidad
funcional por el hecho de omitir efectuar el desarrollo adecuado del
principio de proporcionalidad al momento de postular el requerimiento
de prisión preventiva. En consecuencia, estos resultados permiten
rechazar la hipótesis nula y aceptar la Hipótesis alterna, en cuanto a
que el Juez debe desestimar el pedido de prisión preventiva por falta de
motivación del principio de proporcionalidad.

c) Conclusión Estadística

Se concluye que la falta de motivación del principio de


proporcionalidad, SI es causal para declarar infundado el
requerimiento de prisión preventiva.
147

CONCLUSIONES:
El investigador concluye lo siguiente:

1. El Principio de Proporcionalidad es un principio constitucional, según el cual, para que


una injerencia en los derechos fundamentales sea legítima, el grado de realización del
objetivo de ésta debe ser, por lo menos, equivalente o proporcional al grado de
afectación del derecho fundamental, es decir, se comparan dos intensidades o grados:
en el presente caso, el de la realización del fin de la medida de prisión preventiva y el
de la afectación del derecho a la libertad.

2. Los Fiscales se encuentran obligados a desarrollar todos los presupuestos de la prisión


preventiva, en atención a los parámetros jurisprudenciales establecidos por la Sala
Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, a través de la
Casación 626-2013 Moquegua, mediante la cual, se añadieron a los presupuestos
previstos por el artículo 268º del NCPP, la proporcionalidad y duración de la medida;
ya que de existir una omisión al respecto, aquellos incurrirán en responsabilidad
funcional, conforme el reglamento de organización y Funciones de la Fiscalía Suprema
de Control Interno del Ministerio Público.

3. El Ministerio Público, al momento de postular sus requerimientos fiscales de prisión


preventiva, no desarrollan de forma adecuada el principio de proporcionalidad,
incumpliendo lo previsto por los artículos, 203º, inciso 1; 253º, inciso 2; y, artículo VI
del Título Preliminar del Nuevo Código Procesal Penal. En consecuencia, corresponde
al Juez de Investigación Preparatoria desestimar dichos requerimientos, por afectación
del principio de debida motivación de las resoluciones, la misma que también alcanza a
los Magistrados del Ministerio Público, en atención a lo establecido por el máximo
intérprete de la Constitución, (Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. 6149-06-
PA/TC).

4. La falta de motivación del principio de proporcionalidad por parte del Ministerio


Público, implica la vulneración del derecho a la libertad personal del imputado, así
como la vulneración del principio de presunción de inocencia que le asiste al imputado
148

durante todo el desarrollo del proceso; pues, de admitirse la medida de coerción de


prisión preventiva sin un adecuado desarrollo de dicho principio constitucional, se
entendería aquella medida como una pena anticipada; en atención a que, si bien la
restricción de la libertad locomotora se encuentra permitida por Ley, la misma sólo
puede ser dictada por autoridad competente, además que deberá sustentarse en
suficientes elementos de convicción y con respeto al principio de proporcionalidad,
(Art. VI, T.P. NCPP).
149

RECOMENDACIONES
En virtud a las conclusiones obtenidas en esta investigación jurídica, y a fin de contribuir a
una solución integral al problema investigado, se recomienda lo siguiente:

1. La Fiscalía de la Nación y la Presidencia del Poder Judicial del Perú, deben


comprender que la implementación del Nuevo Código Procesal Penal, ha producido
cambios severos en la praxis jurídica, al haberse implementado nuevas instituciones de
carácter procesal como es la prisión preventiva, la cual se constituye como la medida
de coerción más drástica dentro del proceso penal, que implica una afectación directa a
la libertad personal del imputado, por lo cual su aplicación e imposición deberá
establecerse con respeto de los estándares constitucionales, y sobre todo con respeto
del principio de proporcionalidad; por lo cual, corresponde a estos dos organismos
incidir en su correcta aplicación a partir del acto postulatorio por parte del Ministerio
Público.

2. El Presidente de la Junta de Fiscales Superiores del Ministerio Público – Distrito Fiscal


de Huancavelica, en coordinación con las instituciones cuyas funciones están ligadas a
la Administración de Justicia (Poder Judicial, Ministerio de Justicia, Colegio de
Abogados, etc.), organice Cursos de Capacitación, Seminarios, Diplomados, entre
otros eventos académicos, dirigidos a los Fiscales, Jueces, y toda la comunidad
jurídica, referente a las Medidas Coercitivas Personales, y principalmente referente a la
prisión preventiva, con la finalidad de afianzar sus conocimientos en cuanto a los
presupuestos, requerimientos, audiencia y demás para hacer efectiva la referida
medida.

3. Teniendo en cuenta la trascendencia de la medida coercitiva de prisión preventiva, se


debería efectuar una modificación legislativa, consistente en la instauración de un
control de admisibilidad (calificación previa) por parte del órgano jurisdiccional, del
requerimiento fiscal de prisión preventiva postulado por el Ministerio Público, de tal
forma que en caso no se desarrollen adecuadamente todos sus presupuestos, dicho
requerimiento sea rechazado liminarmente, sin necesidad de debatirse en Audiencia.
150

APORTE DEL INVESTIGADOR


A partir de la presente investigación, se propone realizar una modificación legislativa referente
a un control de admisibilidad del requerimiento fiscal de prisión preventiva, a efectos de
garantizar el adecuado desarrollo de todos sus presupuestos por parte del Ministerio Público.

CÓDIGO PROCESAL PENAL PERUANO DE 2004


LIBRO SEGUNDO
LA ACTIVIDAD PROCESAL
SECCIÓN III LAS MEDIDAS DE COERCIÓN PROCESAL
TÍTULO III LA PRISIÓN PREVENTIVA CAPÍTULO I
Artículo 271º. Admisión, Audiencia y Resolución
1. Presentado el Requerimiento Fiscal de Prisión Preventiva, el órgano jurisdiccional
podrá declarar su inadmisibilidad, cuando la misma no desarrolle de forma adecuada
todos los presupuestos necesarios para ser declarado procedente, en atención a lo
previsto por el artículo 268º del NCPP y los parámetros establecidos por la doctrina
jurisprudencial vinculante de la Corte Suprema. (Párrafo añadido)
2. El Juez de la Investigación Preparatoria, dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes
al requerimiento del Ministerio Público, realizará la audiencia para determinar la
procedencia de la prisión preventiva, siempre que la misma haya superado el control de
admisibilidad efectuada en la misma instancia. La audiencia se celebrará con la
concurrencia obligatoria del Fiscal, del imputado y su defensor. El defensor del
imputado que no asista será reemplazado por el defensor de oficio. (Párrafo modificado)
151

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. NEYRA FLORES, José Antonio. Tratado de Derecho Procesal Penal, Tomo II.
Primera Edición, Lima Junio 2015. Editorial Moreno S.A.
2. BINDER, Alberto. Derecho Procesal Penal. Hermeneútica del proceso penal. Ad-
Hoc, Buenos Aires, 2013.
3. GIMENO SENDRA, V., Prólogo a la obra se Asencio Mellado, J.M., La prisión
provisional, Civitas, Madrid, 1987.
4. CALAMANDREI, Piero. Introducción al estudio sistemático de las providencias
cautelares. ARA Editores, Lima, 2005.
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Ciencias Penales. Año 12, Nº 14, Asociación de Ciencias Penales de Costa Rica, San
José, 1997.
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Tribunal Constitucional‖. En: Anuario de Derecho Penal 2008: Temas Penales en la
Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Fondo Editorial de la PUCP – Universidad
de Friburgo, Lima, 2009.
7. REÁTEGUI SÁNCHEZ, James. En busca de la prisión preventiva. Jurista Editores,
Lima, 2006.
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derecho internacional de los derechos humanos‖. En: Anuario de Derecho
Constitucional Latinoamericano-2004. Fundación Konrad-Adenauer, Montevideo,
2004.
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penal. Escuela Nacional de la Judicatura, República Dominicana, 2006.
10. ANGULO MORALES, Marco Antonio. El derecho probatorio en el proceso penal
peruano. Gaceta Jurídica, Lima, 2012.
11. CASTILLO ALVA, José Luís. Prisión Preventiva. Instituto Pacífico SAC. Primera
Edición, Mayo 2015.
12. RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ, Jesús. La Detención Preventiva y Derechos Humanos
en Derecho Comparado. Instituto de Investigaciones Jurídicas, Serie B,
Estudios Comparativos, b) estudios especiales. México 1981.
152

13. GONZÁLES MONTES, José L. Las Medidas Cautelares en nuestro Ordenamiento. IX


reunión de Profesores de Derecho Procesal de las Universidades Españolas. 1ª edición:
Ediciones Universidad de Navarra, S.A. Pamplona-España 1974.
14. ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo y SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel.
(1971) Curso de Derecho Civil. De las Obligaciones en general. Redactado y puesta al
día por Antonio Vodanovic H. Cuarta edición. Editorial nacimiento. Santiago de Chile-
Chile 1971.
15. NOVELLINO, Norberto José. LOS ALIMENTOS Y SU COBRO JUDICIAL.
Procedimiento. Incidentes. Medio para compeler al cumplimiento; 2ª reimpresión de 1ª
edición. Rosario, Santa Fe, Argentina 2006.

JURISPRUDENCIA NACIONAL
16. Casación 626-2013 Moquegua.
17. Casación 631-2015 Arequipa.
18. Casación 147-2016 Lima.
19. Casación 1021-2016 San Martín.
20. Casación 391-2011 Piura.
21. Casación 216-2016 El Santa.
22. STC Exp. Nº 1567-2002-HC/TC.
23. STC 0791- 2002 - HC, (Caso «Riggs Brousseau»).
24. STC 1260 - 2002 - HC, (Caso «Domínguez Tello»).
25. STC 1091-2002-HC, (Caso «Vicente Ignacio Silva Checa»).
26. STC 0808-2002/HC, (Caso «Tello Díaz»).
27. STC 0139-2002/HC, (Caso «Bedoya de Vivanco»).
28. STC 1565-2002-HC/TC, (Caso «Chumpitaz González»).
29. STC 376-2003-HC/TC, (Caso «Bozzo Rotondo»).
30. STC 03784-2008/HC, (Caso «Rodríguez Huamán«).
31. EXP. N.º 2235-2004–AA/TC.
32. EXP. N.º 1277–2003–HC/TC.
33. EXP. N.º 0708–2005–PA/TC.
34. EXP. N.º 2579–2003–HD/TC.
153

35. EXP. N.º 1875–2004–AA/TC.


36. EXP. N.º 0013–2003–CC/TC.
37. EXP. N.º 0016–2002–AI/TC.
38. EXP. N.º 0731–2004–HC/TC.
39. EXP. N.º 0439-1999-AA/TC.
40. EXP. N.º 2502–2004–AA/TC.
41. EXP. N.º 0976–2001–AA/TC.
42. EXP. N.º 0882–2002–AA/TC.
43. EXP. N.º 1184–2001–AA/TC.
44. EXP. N.º 1411–2004–AA/TC.
45. EXP. N.º 2381–2004–HC/TC.
46. EXP. N.º 3380–2004–HC/TC.
47. EXP. N.º 3184–2003–HC/TC.
48. EXP. N.º 3771–2004–HC/TC.
49. EXP. N.º 2915–2004–HC/TC.
50. EXP. N.º 2798–2004–HC/TC.
51. EXP. N.º 2915–2004–HC/TC.
52. EXP. N.º 3771–2004–HC/TC.

HEMEROGRAFÍA
53. Revista Jurídica ―Actualidad Penal‖, Diciembre 2014, Volumen 06. Derecho procesal
Penal – Los presupuestos procesales de la prisión preventiva como problema
jurisdiccional.
54. Diario Oficial ―El Peruano‖, 27 de febrero del 2016. Corte Suprema de Justicia de la
República, Sala Penal Permanente, Casación N° 626-2013-Moquegua.
55. Revista Jurídica ―Actualidad Penal‖, Marzo 2016, Volumen 21. Jurisprudencia
Relevante – Prisión Preventiva.
56. Sentencia del Tribunal Constitucional. Expediente Nº 04780-2017-PHC/TC. 26 de
abril de 2018. Caso Ollanta Moisés Humala Taso y Nadine Heredia Alarcón.
154

BIBLIO WEB
57. https://legis.pe/otros-requisitos-prision-preventiva-casacion-626-2013-moquegua/
58. http://iaepenal.com/revista/index.php?option=com_content&view=article&id=1593%3
Aproporcionalidad-de-la-prision-preventiva&catid=301%3Anumero-7
59. https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/9ec805004636571989d5cdb4a967034d/PRIS
I%C3%93N+PREVENTIVA.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=9
155

ANEXO
156

MATRIZ DE CONSISTENCIA
TITULO: “MOTIVACIÓN INADECUADA DEL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD EN LOS REQUERIMIENTOS
FISCALES DE PRISIÓN PREVENTIVA – HUANCAVELICA 2018”

PROBLEMAS OBJETIVOS HIPOTESIS VARIABLES METODOLOGIA POBLACIÓN


Y
1. Problema General 1. Objetivo General 1. Hipótesis General 1. Variable 1. Tipo de Investigación MUESTRA
¿Los Determinar si, los Los requerimientos fiscales Independiente El tipo de investigación será: 1. Población
requerimien requerimientos fiscales de prisión (X)  Descriptivo, se pretende Población: La población
tos fiscales de de prisión preventiva preventiva, NO  Principio describir cómo es y cómo se estará constituida por
prisión desarrollan de forma desarrollan de forma manifiesta el problema de Magistrados de la Sede
preventiva adecuada el principio de de investigación. Central de la
adecuada el principio de
proporcionalidad. Proporcionalidad Corte Superior
desarro proporcionalidad.  Explicativo, La presente
. de Justicia de
llan de forma investigación busca explicar el
2. Hipótesis Específicas Huancavelica: Jueces de
adecuada el 2.Objetivos Específicos fenómeno de la falta de
Investigación
 Explicar si, la falta  La falta de motivación 2. Variable motivación, a la vez que se
principio de proporcionalidad? Preparatoria,
del Principio de Dependiente explicará la relación existente
de motivación del Jueces
Proporcionalidad en los (Y) entre las dos variables.
2.Problemas Específicos Principio de Unipersonales,
Proporcionalidad en los requerimientos fiscales, SI  Motivación 2. Nivel de Investigación
 ¿La falta de Jueces que
requerimientos fiscales, constituye una inadecuada.  Descriptivo: El tipo de
motivación del conforman
constituye una vulneración a los derechos análisis en la presente
principio de los Órganos Colegiados
vulneración a los del imputado. investigación es predominante
proporcionalidad en y Jueces Superiores de
derechos del imputado. cualitativo, la misma que se da
los requerimientos la Sala Penal.
 La falta de motivación en base a fuentes documentales
fiscales constituye
del principio de (requerimientos fiscales).
una vulneración a los  Establecer si, la falta de
motivación del proporcionalidad, SI es  Explicativo: En la presente 2. Muestra
derechos del Muestra: La muestra
principio de causal para declarar investigación, el investigador se
imputado? será tomada de 10
proporcionalidad, es infundado el pondrá en contacto directo con la
requerimiento de prisión realidad a investigarse, y Magistrados.
 ¿La falta de causal para declarar
infundado el preventiva. con las personas
motivación del intervinientes (magistrados), para 3. Muestreo
principio de requerimiento de
prisión preventiva. los fines investigativos.  Muestreo:
proporcionalidad es 3. Método de Investigación Intencional.
causal para declarar
 Método General -
infundado el
científico.
requerimiento de
prisión preventiva?  Método Específico -
Lógico Inductivo.
4. Diseño de Investigación
 No experimental.
 Transeccional descriptivo.
157
INSTRUMENTO DE RECOLECCIÓN DE DATOS

UNIVERSIDAD NACIONAL DE
HUANCAVELICA ESCUELA DE POSGRADO
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS
POLÍTICAS
Título de
Investigación:
“MOTIVACIÓN INADECUADA DEL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD EN LOS REQUERIMIENTOS
FISCALES DE PRISIÓN PREVENTIVA – HUANCAVELICA 2018”

ESCUESTA A MAGISTRADOS (Jueces)

Indicaciones: Marque con un aspa (X) la respuesta que considere correcta.

1. Considerando su experiencia como Magistrado, ¿Es la Prisión Preventiva la medida coercitiva más
requerida y utilizada en cuanto a medidas cautelares se refiere?

SI ( ) NO ( )

2. ¿Considera Usted que, para dictar la medida coercitiva de prisión preventiva, sólo se ha de tomar
en cuenta el desarrollo de los presupuestos previstos en el artículo 268º del Código Procesal Penal?

SI ( ) NO ( )

3. ¿Considera correcto que el Fiscal se encuentra obligado a desarrollar de forma adecuada todos
los presupuestos de la Prisión Preventiva, en atención al desarrollo jurisprudencial de la Casación
626-
2013 Moquegua?

SI ( ) NO ( )

4. ¿El inadecuado desarrollo de los presupuestos de la prisión preventiva, sería consecuencia de que
los mismos no son sometidos al contradictorio porque muchas veces ni siquiera se mencionan en
las audiencias?

SI ( ) NO ( )

5. ¿Los Requerimientos de Prisión Preventiva desarrollan de forma adecuada el Principio


de
Proporcionalidad?

SI ( ) NO ( )
158

6. ¿La inadecuada motivación del principio de proporcionalidad en el requerimiento de


prisión preventiva implica la vulneración del Derecho a la Libertad?

SI ( ) NO ( )

7. ¿La inadecuada motivación del Principio de Proporcionalidad de la prisión preventiva implica


la transgresión al Principio de Presunción de Inocencia?

SI ( ) NO ( )

8. ¿Si el Juez admite el pedido de Prisión Preventiva sin existir una debida motivación del Principio
de
Proporcionalidad, se entendería aquella decisión como una pena anticipada?

SI ( ) NO ( )

9. ¿La falta de motivación del Principio de Proporcionalidad debe dar lugar a que el Juez desestime
el pedido de Prisión Preventiva por parte del Ministerio Público?

SI ( ) NO ( )

10. ¿Existiría responsabilidad funcional por parte de aquellos Fiscales que no motivan
adecuadamente los requerimientos formulados ante el Órgano Jurisdiccional?

SI ( ) NO ( )

MUCHAS GRACIAS POR BRINDARME SU TIEMPO Y SU


APOYO!!!

INVESTIGADOR: BACH. FRANCYS JAVIER MORE


GONZÁLES
159

ARTÍCULO CIENTÍFICO

UNIVERSIDAD NACIONAL DE
HUANCAVELICA
(Creada por Ley N° 25265)

ESCUELA DE POSGRADO
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
UNIDAD DE POSGRADO

TÍTULO:
―MOTIVACIÓN INADECUADA DEL PRINCIPIO DE
PROPORCIONALIDAD EN LOS REQUERIMIENTOS FISCALES DE
PRISIÓN PREVENTIVA – HUANCAVELICA 2018‖

AUTOR:
Bach. Francys Javier More Gonzáles
160

RESUMEN
El propósito u objetivo de la presente investigación fue determinar si los requerimientos
fiscales de prisión preventiva desarrollan de forma adecuada el principio de proporcionalidad;
asimismo, se pretende una exigencia funcional a los magistrados del Ministerio Público en
cuanto al deber de motivación de la resolución fiscal a partir de la cual se requiere la referida
medida de coerción personal, en atención a los principios constitucionales de presunción de
inocencia y debido proceso. Para lo cual se utilizó la siguiente Metodología: fue de tipo
aplicada, nivel descriptivo-explicativo, diseño no experimental-transeccional, se usó
la encuesta como técnica y el cuestionario como instrumento, la población fue constituida
por Magistrados de la Sede Central de la Corte Superior de Justicia de Huancavelica, la
muestra fue compuesta por 10 Magistrados, y el muestreo fue no probabilístico; finalmente se
tomó en cuenta tanto la jurisprudencia nacional como la doctrina en general.

Se trabajó con paquetes estadísticos como el Software Sistemático SPSS v12., para los
cuadros estadísticos, se usó la estadística descriptiva, se realizó la confrontación de la
hipótesis, donde la gran mayoría de los encuestados consideran que los requerimientos
fiscales de prisión preventiva no desarrollan de forma adecuada el principio de
proporcionalidad, lo cual da lugar a la transgresión del derecho a la libertad y
vulneración del principio de inocencia. En consecuencia, existe consenso por parte de los
magistrados en determinar que existe responsabilidad funcional por parte de aquellos
magistrados que no motivan adecuadamente los requerimientos formulado ante el órgano
jurisdiccional, y que dicho requerimiento ha de ser desestimado en cuanto no satisfaga el
deber de motivación del principio de proporcionalidad.

Palabras Clave: Motivación, Principio de proporcionalidad, Requerimiento fiscal, Prisión


preventiva.
161

ABSTRACT
The purpose or objective of the present investigation was to determine whether the fiscal
requirements of pretrial detention adequately develop the principle of proportionality;
Likewise, a functional requirement is sought from the magistrates of the Public Prosecutor's
Office regarding the duty to state the motivation of the tax resolution, from which the
aforementioned measure of personal coercion is required, in accordance with the
constitutional principles of presumption of innocence and due process. For which
the following Methodology was used: it was of applied type, descriptive-explanatory level,
non- experimental-transectional design, the survey was used as a technique and the
questionnaire as an instrument, the population was constituted by Magistrates of the
Central Headquarters of the Court Superior of Justice of Huancavelica, the sample was
composed by 10 Magistrates, and the sampling was not probabilistic; finally, both national
jurisprudence and doctrine in general were taken into account.

We worked with statistical packages such as the Systematic Software SPSS v12., for the
statistical tables, the descriptive statistics were used, the hypothesis was confronted, where
the vast majority of the respondents consider that the fiscal requirements of preventive
detention do not develop adequately the principle of proportionality, which gives
rise to the transgression of the right to freedom and violation of the principle
of innocence. Consequently, there is consensus on the part of the magistrates to determine
that there is functional responsibility on the part of those magistrates who do not adequately
motivate the requirements formulated before the jurisdictional body, and that said
requirement must be dismissed in as far as it does not satisfy the duty to state the principle of
proportionality.

Keywords: Motivation, Principle of proportionality, Fiscal requirement, Pretrial


detention.
162

INTRODUCCIÓN
Se debe entender a la prisión preventiva como aquella institución procesal por medio de
la cual se restringe la libertad personal de manera excepcional, con la finalidad de garantizar
la presencia del imputado en el desarrollo del proceso penal. En ese sentido, la
prisión preventiva es, sin duda, la más grave y polémica de las resoluciones que emite el
órgano jurisdiccional, a partir del requerimiento fiscal formulado por parte del Ministerio
Público, porque mediante la adopción de esta medida cautelar se priva al imputado de su
derecho fundamental a la libertad, en un prematuro estadio procesal en el que por no haber
sido todavía condenado se debería presumir su inocencia, lo cual obliga a que toda persona
imputada de la comisión de un hecho delictivo, sea considerada inocente por ende tratada
como tal, mientras no se demuestre lo contrario mediante una sentencia firme debidamente
motivada92.

Resulta pertinente hacer referencia a los requisitos que se han de tener en cuenta, el fiscal al
solicitarla y el juez al decidir acerca de este instituto procesal. Para ello se debe tener
en consideración lo establecido por la Casación 626-2013 Moquegua93, concordante
con el artículo 268º del Código Procesal Penal. Así, pues, está en manos del juez
decidir si corresponde o no dictar esta medida cautelar personal, y para ello no solo tendrá
que tener en cuenta lo regulado por los datos mencionados anteriormente, sino que además
tendrá que decidir en base al principio de proporcionalidad, excepcionalidad,
razonabilidad, legalidad; ello a partir del requerimiento debidamente sustentado por la
Fiscalía, debiendo resaltar que existe además el deber fundamental de motivar el auto
correspondiente. Por lo tanto, la prisión preventiva tiene como finalidad instrumental la
realización exitosa del proceso penal, siendo su objeto asegurar la presencia del imputado y
aplicar la sanción como resolución del conflicto penal y la determinación de si es factible la
pretensión punitiva; pues en ningún caso tendrá la
finalidad de garantizar la ejecución de una futura
condena.

92
Del RIO LABARTE, La prisión preventiva en el nuevo código procesal penal. Lima: Ara Editores,
2008, p. 21.
93
La Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de la República, a través de la Casación Nº 626-
2013, Moquegua, publicada el 27 de febrero de 2016 en el diario oficial El Peruano, estableció
doctrina
jurisprudencial vinculante sobre audiencia, motivación y elementos (fumus delicti comisi, pena
probable, peligro procesal -peligro de fuga-) de la prisión preventiva.
163

Si bien, cada uno de los presupuestos para dictar la medida de coerción de prisión preventiva,
desarrollados por la precitada sentencia de casación, son de vital importancia y han de ser
copulativos para ser declarada Fundada por el órgano jurisdiccional; no obstante, en el
presente trabajo el investigador pretende establecer si los requerimientos fiscales formulados
por el Ministerio Público para solicitar dicha medida coercitiva, desarrollan de forma
adecuada el principio de proporcionalidad, que se constituye como uno de los
presupuestos para adoptar la mencionada medida de coerción, teniendo en cuenta lo
estipulado por el artículo 203º del Código Procesal Penal, el cual en su inciso 1 establece que
―las medidas que disponga la autoridad, (…), deben realizarse con arreglo al principio de
proporcionalidad y en la medida que existan suficientes elementos de convicción. La
resolución que dicte el Juez de la Investigación Preparatoria, debe ser motivada, al igual que
el Requerimiento del Ministerio Público; pues, el inciso 2 del citado artículo ratifica que ―Los
requerimientos del Ministerio Público serán motivados y debidamente sustentados‖. En
consecuencia, siendo esta medida la más requerida en cuanto a medidas de coerción personal
se refiere, es de vital importancia conocer y establecer si dicha medida de coerción procesal
al momento de ser requerido por la Fiscalía, cumple con los estándares de constitucionalidad
(proporcionalidad y deber de motivación), ya que de lo contrario se estarían vulnerando los
derechos de aquellas personas que están sometidas a un proceso penal.

―La libertad es el derecho más preciado de todo hombre después de la vida y toda restricción a la
libertad, atenta contra una vida libre”.
Juan Pablo Duarte.
164

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA


La reforma procesal penal que se viene implementando desde hace ya varios años, a
través del Código Procesal Penal, tuvo como uno de sus objetivos evitar que la prisión
preventiva sea utilizada como una pena anticipada, y hacer que recobre su verdadera
finalidad acorde a su naturaleza de medida cautelar.

Sin embargo, la efervescencia por tan loable objetivo se fue perdiendo de vista apenas
empezó la entrada en vigencia de dicho código, pues la prisión preventiva ha seguido
siendo la medida más requerida y utilizada en cuanto a medidas cautelares se refiere. Ello
en contraste con los principios de proporcionalidad y excepcionalidad que deben regir su
imposición; así, muchas veces se decreta mandato de prisión preventiva vulnerando
dichos principios, y sin acreditar los presupuestos materiales que justifican su imposición,
y en todo caso sin que exista una adecuada motivación de sus fundamentos. Todo ello
deslegitima a dicha medida al convertirla en una medida anticipada contra una persona
que no se ha demostrado que es culpable de los hechos materia de incriminación.

La mayoría de las veces, el problema es consecuencia de un inadecuado desarrollo de los


presupuestos de la prisión preventiva, en donde muchos de los puntos a los que se refiere
el Código Procesal Penal, no son sometidos a contradictorio y ni siquiera son
mencionados en las audiencias. Con ello, se pretende señalar que el problema no reside
tanto en su regulación, sino en la forma en que los operadores jurídicos –fiscales y jueces-
la entienden y aplican, bajo una mentalidad inquisitiva.

Sin embargo, la situación descrita debía cambiar a raíz de la emisión por parte de la Corte
Suprema, de la casación Nº 626-2013-Moquegua, donde se establecen como doctrina
jurisprudencial vinculante los principales aspectos que deben ser debatidos en una
audiencia de prisión preventiva -considerando además el desarrollo y motivación de los
mismos en el requerimiento fiscal postulatorio-; revalorando, entre otros aspectos, el
principio de proporcionalidad, tan maltratado e incluso olvidado cuando de imponer la
prisión preventiva se trata.
165

La importancia de la doctrina jurisprudencial vinculante expuesta en la referida


casación es materia de obligado análisis para su adecuado entendimiento, desarrollo y
aplicación en la praxis judicial. En razón de ello, en el presente trabajo se pretende
resaltar los criterios expuestos por la Corte Suprema referente a los temas a ser
desarrollados, especialmente respecto al Principio de Proporcionalidad, a partir del
requerimiento de la prisión preventiva formulado por parte de la Fiscalía. Ello con la
finalidad de evitar - parefraseando a Binder94- que la práctica de los operadores desarme
los modelos acusatorios que se van construyendo trabajosamente.

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA


Un aspecto importante de la figura procesal in comento, es el referido a que el
Requerimiento Fiscal debe ser especialmente desarrollado y motivado, de modo que
debe realizarse ―de la forma más correcta posible, fundamentando cabalmente su
solicitud, de otra forma no tendrá eficacia‖95.

El Fiscal tiene la obligación de motivar el requerimiento de prisión preventiva, porque si


bien no tiene función decisoria -sino, más bien postulatoria- es fundamental, de cara a la
igualdad de armas y al ejercicio de la defensa eficaz, que fundamente cuáles son
los cargos, los elementos de convicción que los acreditan en grado de probabilidad, por
qué la pena a imponerse sería superior a cuatro años de pena privativa de libertad y qué
tipo de peligro procesal se presenta en el caso; asimismo, en atención a la doctrina
jurisprudencial vinculante de la precitada casación, se deberá fundamentar por qué dicha
medida resulta proporcional así como exponer los fundamentos de la duración de la
medida.

Esta obligación dirigida a los fiscales es uno de los aspectos notables que desarrolla la
sentencia casatoria, porque en la práctica existe una tendencia generalizada de los
fiscales a requerir prisión preventiva en todos los casos, sin motivar
suficientemente, bajo el
argumento de que en la audiencia se efectuará la motivación correspondiente; más con
la

94
BINDER, Alberto. Derecho Procesal Penal. Hermeneútica del proceso penal. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2013, p.
9.
95
Corte Suprema de Justicia de la República, Sala Penal Permanente, Casación N° 626-2013-
Moquegua, considerando sexagésimo cuarto.
166

referida Casación se corrige tal grave problema de los fiscales que padecen –utilizando la
expresión de Binder- el síndrome del fabricante de guillotinas “que se enamora del brillo
de la madera, del perfecto ajuste de los mecanismos, del filo y peso exacto de la hoja, y se
le olvida que al final lo que existe es un ser humano al que se le corta la cabeza”.

Dentro del Distrito Fiscal de Huancavelica, el Ministerio Público al momento de postular


el Requerimiento de Prisión Preventiva, no cumpliría con el deber de motivación de los
presupuestos de dicha medida de coerción, contraviniendo de tal forma lo establecido por
la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema en la Casación antes mencionada; no
obstante, los Fiscales en muchas ocasiones sólo se interesan por los presupuestos o puntos
comunes, dejando de lado los dos puntos a desarrollar los cuales fueron añadidos por la
Corte Suprema; consecuentemente, ante el incumplimiento de uno de ellos, simplemente
el Juez de garantías debería desestimar el requerimiento y aplicar otra medida que resulte
más idónea para los fines del proceso penal.

La Casación 626-2013-Moquegua, ha establecido que los presupuestos para dictar la


medida de presión preventiva, son los que se encuentran descritos en el artículo 268° del
Código Procesal Penal además de la proporcionalidad y la duración de la medida –estos
dos últimos puntos adicionados en la mencionada casación-; por tanto, dichos
presupuestos deberían desarrollarse íntegramente y ser motivados en el Requerimiento de
Prisión Preventiva; lo cual ha sido materia de investigación en el presente trabajo.

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
Objetivo general
Determinar si, los requerimientos fiscales de prisión preventiva desarrollan de forma
adecuada el principio de proporcionalidad.

Objetivos específicos
 Explicar si, la falta de motivación del Principio de Proporcionalidad en los
requerimientos fiscales, constituye una vulneración a los derechos del imputado.
167

 Establecer si, la falta de motivación del principio de proporcionalidad, es causal para


declarar infundado el requerimiento de prisión preventiva.

JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA
El Tribunal Constitucional, en sendas jurisprudencias ha dejado establecido que, el
principio de debida motivación de las resoluciones es una garantía del debido proceso,
cuya obligación alcanza no sólo al Poder Judicial, sino además entre otros, al Ministerio
Público, por lo mismo, éste se encuentra obligado a motivar y/o desarrollar de forma
adecuada las resoluciones que emita, dentro de las cuales se encuentra el requerimiento de
prisión preventiva. No obstante, la motivación de las resoluciones judiciales tiene un
doble fundamento: 1) Permitir el control de la actividad jurisdiccional y 2) Lograr
convencer a las partes y a los ciudadanos sobre su corrección y justicia, mostrando una
aplicación del derecho vigente libre de arbitrariedades. En la resolución judicial que
adopta la prisión preventiva, la exigencia constitucional de motivación debe ser
considerada desde una doble perspectiva: la del derecho a la tutela judicial efectiva y la
del respeto al derecho a la libertad personal. No obstante, si bien los requerimientos por
parte de la Fiscalía, en base a los cuales se solicita la imposición de la medida de prisión
preventiva, no tiene carácter decisorio, lo cierto es que se constituye como un acto
postulatorio dirigido a lograr la afectación de un derecho fundamental con una
subsecuente decisión judicial, motivo por el cual, el sexagésimo cuarto fundamento de la
casación hecha referencia de forma precedente, en concordancia con el artículo 122º del
CPP, ha establecido que, el requerimiento fiscal deberá ser fundamentado de la forma más
correcta posible, lo cual permitirá al imputado ejercer cabalmente su derecho de defensa
consagrado constitucionalmente.
168

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
TIPO DE INVESTIGACIÓN
El tipo de investigación será: a) Descriptivo, en razón de que la presente es una
investigación correlacional, toda vez que se pretende describir cómo es y cómo se
manifiesta el problema de la inadecuada motivación del principio de proporcionalidad en
los requerimientos de prisión preventiva. Se evaluarán los diversos aspectos del problema
a fin de determinar si efectivamente se cumple con el desarrollo adecuado del referido
principio por parte de los operadores jurídicos del Ministerio Público; y, b) Explicativo:
La presente investigación busca explicar el fenómeno de la falta de motivación de los
requerimientos de prisión preventiva, en cuanto se refiere al principio de
proporcionalidad, a la vez que se explicará la relación existente entre las dos variables.

NIVEL DE INVESTIGACIÓN
El nivel de investigación es: a) Descriptivo: El tipo de análisis en la presente
investigación es predominante cualitativo, la misma que se da en base a fuentes
documentales (requerimientos fiscales); y, b) Explicativo: En la presente investigación, el
investigador se pondrá en contacto directo con la realidad a investigarse, y con las
personas intervinientes (magistrados), para los fines investigativos.

MÉTODO DE INVESTIGACIÓN
El método de investigación comprende: a) Método General: Método Científico: Se
desarrollará un conjunto de pasos ordenados a fin explicar y analizar el problema de la
investigación; y, b) Método Específico: Lógico – Inductivo: En la presente investigación
se tomará una muestra representativa (magistrados) que permitirá efectuar
generalizaciones, referente al fenómeno de la inadecuada motivación del principio de
proporcionalidad.

POBLACIÓN, MUESTRA Y MUESTREO


La población estará constituida por Magistrados de la Sede Central de la Corte Superior
de Justicia de Huancavelica: Jueces de Investigación Preparatoria, Jueces Unipersonales,
Jueces que conforman los Órganos Colegiados y Jueces Superiores de la Sala Penal. La
169

muestra será tomada de 10 Magistrados. Intencional, muestra intencionada o razonada (no


probabilística) donde los integrantes de la muestra se seleccionan de forma directa,
consciente, a propósito, adrede; este tipo de muestreo se caracteriza por un esfuerzo
deliberado de obtener muestras ―representativas‖ mediante la inclusión en la muestra de
grupos supuestamente típicos.

TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS


El procedimiento que se seguirá para la recolección de datos en la presente investigación
es el siguiente: a) Se elaborará, valorará y validará el instrumento ―Encuesta‖, respecto a
la adecuada motivación del principio de proporcionalidad en los requerimientos de la
prisión preventiva; b) Identificación y toma de contacto con las personas que van a
responder los instrumentos Entrevista y/o Encuesta; c) Reclutamiento, selección y
capacitación del personal que va a participar en el trabajo de campo (encuestadores); d)
Aplicación del instrumento (encuesta); previa definición, zonificación y sectorialización
del área y población – muestra bajo estudio; e) Supervisión, revisión y control de calidad
de la información recolectada durante el desarrollo del trabajo; f) Cronograma de tiempo
especificando el periodo en que se va a desarrollar cada una de las etapas de la
administración de la técnica; fundamentalmente en lo referente a las etapas del trabajo de
campo; y, g) Presupuesto económico y otros recursos a utilizar en cada una de las etapas
en la administración de la técnica.

TÉCNICAS DE PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE DATOS


En esta etapa de la investigación se explicaran las diversas evaluaciones y valoraciones a
las que serán sometidas la información que se adquiera del procedimiento de recolección
de datos; teniendo así: a) Clasificación; b) Registro; y, c) Codificación de ser necesario.
170

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Después de haber recabado información dogmática penal así como haber efectuado el
trabajo de campo, se advirtió que las conclusiones a las que el investigador arribó en el
presente trabajo, se asemejan a las conclusiones de algunos Tesistas quienes elaboraron
trabajos de investigación referentes al tema de la medida coercitiva de prisión preventiva,
por lo cual se toma en cuenta lo concluido por ellos, conforme se expone a continuación:

A nivel nacional se tiene los siguientes trabajos de investigación: a) Autor: Claudia


Milagros Fernández Rubina; Tesis: “La prisión preventiva y su vulneración al
derecho a la presunción de inocencia de los procesados por el delito de tráfico ilícito
de drogas en el Establecmiento Penitenciario de Huánuco, 2015”. “Que, los mandatos
de prisión preventiva que no tienen al momento de su calificación un criterio uniforme de
análisis de los presupuestos materiales por parte de los jueces de investigación
preparatoria de Huánuco vulneran el derecho a la presunción de inocencia de los
procesados (…)”; “Que, los jueces no realizan un exhaustivo análisis de los presupuestos
materiales en la zona judicial de Huánuco al momento de dictar un mandato de prisión
preventiva y simplemente optan por lo más fácil tomando en cuenta más el factor
mediático sin evaluar de manera objetiva los presupuestos y mucho menos los acuerdos
plenarios que indican que se debe tomar en cuenta la razonabilidad y la
proporcionalidad de la medida”; b) Autor: Daysi Yuliana Masco Aragón; Tesis:
“Indebida motivación de las resoluciones de prisión preventiva en los juzgados de
Investigación Preparatoria del Distrito de San Román, 2013-2014”. “En los juzgados
de investigación preparatoria del distrito judicial de Puno, las resoluciones de prisión
preventiva no se encuentran debidamente motivadas atentando así con el artículo 139 del
inciso 5 de la constitución política así como los tratados internacionales, siendo estas
arbitrarias e inconstitucionales.”; “La motivación que efectúan los jueces en los juzgados
de investigación preparatoria son deficientes y no respetan los parámetros establecidos
por el TC, los mismos que inciden negativamente a la administración de justicia, el deber
de motivación y la libertad.”; En el distrito judicial de San Román, se realiza una
utilización indiscriminada de la prisión preventiva, por cuanto no realizan una adecuada
motivación de sus resoluciones judiciales, afectando así gravemente al estado de Libertad
171

de los justiciables.”; y, c) Autor: Francisco Tomás Almeyda Chumpitaz; Tesis: “La


prisión preventiva y el principio de proporcionalidad en el distrito judicial de
Cañete, 2016”. “Que, no se aplica adecuadamente el principio de proporcionalidad por
los operadores jurídicos, en las audiencias de prisión preventiva en el distrito judicial de
Cañete año 2016. Por un lado el fiscal confunde la proporcionalidad de medida con la
proporcionalidad de la pena. Los abogados de la defensa técnica ni conocen los
subprincipios de la proporcionalidad, ni lo desarrollan o aplican al caso concreto
adecuadamente, ni conoce de técnicas de litigación oral para desarrollar la
proporcionalidad de la medida. (…)”

A nivel internacional se tiene el siguiente trabajo de investigación; Autor: Mirian Teresa


Bedón Moreno; Tesis: “Medidas Cautelares: Especial referencia a la prisión
preventiva en la legislación penal ecuatoriana”. La fundamentación o motivación de las
resoluciones es una garantía básica del debido proceso comprendida en el derecho de
defensa, recogida como un derecho Constitucional, de esta manera la suficiencia y la
racionabilidad de la motivación derivarán de la ponderación de los intereses en juego (la
libertad de una persona cuya presunción se presume por un lado, la realización de la
administración de la justicia penal y la evitación de hechos delictivos, por otro) a partir
de la información disponible en el momento en que ha de adoptarse la decisión, de las
reglas del razonamiento lógico y del entendimiento de la prisión provisional como una
medida de aplicación excepcional, subsidiaria, provisional y proporcionada a la
consecución de los fines, por ello, que deberían tomarse en consideración, además de las
características y la gravedad del delito imputado y de la pena con que se le amenaza, las
circunstancias concretas del caso y las personales del imputado.”; “Justamente por ser
la prisión preventiva una medida que afecta un derecho fundamental, el derecho a la
libertad, debe constituir una medida de última ratio, que sólo debe aplicarse ante
circunstancias plenamente justificadas y bajo los presupuestos estrictamente regulados
en las leyes penales.”

Ahora bien, los resultados de la presente investigación nos muestran que dentro del
Distrito Judicial de Huancavelica, conforme se tiene de la posición de los Magistrados
172

encuestados (Jueces en Materia Penal), el 80% asume que, si de solicitar una medida
coercitiva de carácter personal se trata el Ministerio Público opta por la de prisión
preventiva, siendo dicha medida la más requerida en cuanto a medidas cautelares dentro
del proceso penal nos referimos; asimismo, el 100% considera que no sólo se han de
tomar en cuenta los presupuestos previstos en el artículo 268º del NCPP para dictarse la
medida de prisión preventiva, pues la Casación Nº 626-2103 Moquegua, estableció
doctrina jurisprudencial vinculante de obligatorio cumplimiento, cuyo considerando
vigésimo segundo desarrolla los requisitos -presupuestos- adicionales para requerir una
medida coercitiva de tal naturaleza, consistentes en el principio de proporcionalidad y el
tiempo que ha de durar la medida; consecuentemente, el 90% ha considerado que el Fiscal
se encuentra obligado a desarrollar de forma adecuada los presupuestos de la prisión
preventiva en atención a los parámetros jurisprudenciales de la referida casación. El 80%
de los Magistrados encuestados ha coincido en la posición referida a que la falta de
motivación de los presupuestos de la prisión preventiva por parte de los Fiscales, es
consecuencia de que dichos presupuestos en muchas ocasiones no se someten al
contradictorio, ya que no se desarrollan de forma adecuada (especialmente el principio de
proporcionalidad), lo cual ha generado en los Fiscales que éstos crean que no existe la
obligación de motivar o desarrollar de forma adecuada el mencionado requisito, ya que
muchas veces se habrían admitido requerimientos de medidas coercitivas sin un debido
desarrollo de sus presupuestos. En ese sentido, el 90% consideró que los requerimientos
fiscales de prisión preventiva postulados por el Ministerio Público, no desarrollan de
forma adecuada el principio de proporcionalidad, transgrediendo de tal forma el principio
constitucional de debida motivación de las resoluciones (artículo 139º, inciso 5, de la
Constitución Política del Estado); de igual forma, el 90% asume que dicha omisión por
parte de la Fiscalía vulnera el derecho a la libertad personal del imputado y no menos un
menoscabo del principio de presunción de inocencia que le asiste al imputado durante el
desarrollo del proceso penal. El 90% consideró que, si el Juez admitiese la medida de
prisión preventiva sin que exista un adecuado desarrollo del principio de
proporcionalidad, se entenderá aquella decisión como una pena anticipada impuesta al
imputado; pues, el 90% de los Magistrados encuestados considera que la omisión del
Fiscal de motivar el principio de proporcionalidad debe dar lugar a que el Juez de
173

Investigación Preparatorio desestime el pedido de prisión preventiva. Finalmente, el 90%


consideró que, aquellos Fiscales que no motivan adecuadamente el principio de
proporcionalidad en sus requerimientos fiscales de prisión preventiva, incurren en
responsabilidad funcional, pues dicha omisión es considerada como una infracción sujeta
a sanción disciplinaria conforme el ROF de la Fiscalía Suprema de Control Interno del
Ministerio Público. Consecuentemente, la prueba de bondad mediante el uso del Software
Excel v.16., en relación a la Consola del Software Estadístico SPSS v12., evidencia que la
prevalencia de la respuesta positiva es significativa, por lo cual se confirma la hipótesis de
investigación y representa los resultados más relevantes del estudio realizado.
174

CONCLUSIONES:

1. Los Fiscales se encuentran obligados a desarrollar todos los presupuestos de la prisión


preventiva, en atención a los parámetros jurisprudenciales establecidos por la Sala
Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, a través de la
Casación 626-2013 Moquegua, mediante la cual, se añadieron a los presupuestos
previstos por el artículo 268º del NCPP, la proporcionalidad y duración de la medida;
ya que de existir una omisión al respecto, aquellos incurrirán en responsabilidad
funcional, conforme el reglamento de organización y Funciones de la Fiscalía Suprema
de Control Interno del Ministerio Público.

2. El Ministerio Público, al momento de postular sus requerimientos fiscales de prisión


preventiva, no desarrollan de forma adecuada el principio de proporcionalidad,
incumpliendo lo previsto por los artículos, 203º, inciso 1; 253º, inciso 2; y, artículo VI
del Título Preliminar del Nuevo Código Procesal Penal. En consecuencia, corresponde
al Juez de Investigación Preparatoria desestimar dichos requerimientos, por afectación
del principio de debida motivación de las resoluciones, la misma que también alcanza a
los Magistrados del Ministerio Público, en atención a lo establecido por el máximo
intérprete de la Constitución, (Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. 6149-06-
PA/TC).

3. La falta de motivación del principio de proporcionalidad por parte del Ministerio


Público, implica la vulneración del derecho a la libertad personal del imputado, así
como la vulneración del principio de presunción de inocencia que le asiste al imputado
durante todo el desarrollo del proceso; pues, de admitirse la medida de coerción de
prisión preventiva sin un adecuado desarrollo de dicho principio constitucional, se
entendería aquella medida como una pena anticipada; en atención a que, si bien la
restricción de la libertad locomotora se encuentra permitida por Ley, la misma sólo
puede ser dictada por autoridad competente, además que deberá sustentarse en
suficientes elementos de convicción y con respeto al principio de proporcionalidad,
(Art. VI, T.P. NCPP).
175

AGRADECIMIENTOS:

Agradezco a mi Alma Mather, la Universidad Nacional de Huancavelica, a la Escuela de


Posgrado de la Facultad de Derecho y Ciencias por permitirme la oportunidad de sustentar
el presente trabajo de investigación; a mi Asesor, Dr. Denjiro Félix Del Carmen
Iparraguirre, por haber contribuido académicamente el desarrollo de la presente
investigación; y, finalmente a los Magistrados del Poder Judicial por haber tenido en todo
momento la predisposición de apoyar al investigador, principalmente denotando su
posición al momento de efectuar la aplicación del instrumento de recolección de datos, lo
cual me permitió alcanzar el objetivo de presente trabajo.
176

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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178

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