Patrimonio Histórico

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Patrimonio histórico (España)

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La Catedral de León se convirtió en 1844 en el primer monumento protegido con la figura de Monumento
Nacional.

Se denomina patrimonio histórico al conjunto de bienes, tanto materiales


como inmateriales, acumulados a lo largo del tiempo, que se consideran valiosos para
las personas o la sociedad, y por lo tanto merecedores de su conservación y
transmisión a las generaciones futuras. Estos bienes pueden ser de tipo histórico de
diversa índole, artístico (arquitectónico, escultórico,
etc.) paleontológico, arqueológico, etnográfico, documental, bibliográfico, científico o té
cnico, así como sitios naturales o parques, que por su ecosistema o valor histórico
deban ser protegidos.
Esta diversidad del tipo de bienes que comprende, explica que últimamente el término
tienda a sustituirse por el de «bienes culturales» (Patrimonio cultural) acepción más
reciente y de uso internacional.
A escala mundial, se utiliza la figura de Patrimonio de la Humanidad (World Heritage)
para proteger aquellos bienes de interés internacional.
En España, la competencia para la tutela del patrimonio histórico está descentralizada
en las comunidades autónomas, por lo que muchas de ellas han desarrollado su propia
legislación.

Patrimonio cultural
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Bandera de la Unesco.

El patrimonio cultural es la herencia cultural propia del pasado de una comunidad,


mantenida hasta la actualidad y transmitida a las generaciones presentes. 1
Las entidades que identifican y clasifican determinados bienes como relevantes para la
cultura de un pueblo, de una región o de toda la humanidad, velan también por la
salvaguarda y la protección de esos bienes, de forma tal que sean preservados
debidamente para las generaciones futuras y que puedan ser objeto de estudio y fuente
de experiencias emocionales para todos aquellos que los usen, disfruten o visiten.
La Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural 2 fue
adoptada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) el 16 de noviembre de 1972, cuyo
objetivo era promover la identificación, protección y preservación del patrimonio cultural
y natural considerado especialmente valioso para la humanidad. 3
Como complemento de ese tratado, la Unesco aprobó, el 7 de octubre de 2003,
la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial,4 que definió que:
Se entiende por patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones,
expresiones, conocimientos y técnicas —junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales
que les son inherentes— que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan
como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de
generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su
entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y
continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.

Algunos patrimonialistas y museólogos que estudian los vínculos culturales con la


naturaleza o el patrimonio natural han alertado sobre las consecuencias concretas de
las alteraciones ambientales tanto en la música folklórica 5 como en la producción de
artesanías tradicionales6 y en la supervivencia de las deidades, mitos y leyendas
populares.7 Sostienen que la destrucción de la naturaleza desdibuja la identidad de los
pueblos. En particular, los de aquellos que mejor han conservado sus tradiciones o
cosmovisiones, como suele ser el caso de los indígenas u aborígenes.

Patrimonio natural
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Lago Moraine.
El patrimonio natural está constituido por monumentos naturales construidos por
formaciones físicas y biológicas, es decir, estas fueron creadas poco a poco a lo largo
del tiempo por la naturaleza, teniendo un valor universal excepcional desde el punto de
vista estético y científico además de cultural. El patrimonio natural lo constituyen
las reservas de la biosfera, los monumentos naturales, las reservas y parques
nacionales, y los santuarios de la naturaleza, que nos ha legado el pasado.
Las formaciones geológicas o fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas
constituyendo el hábitat de especies de animales y vegetales amenazados de
desaparición tienen un valor desde el punto de vista de la ciencia o de
la conservación de las mismas y conservación del ambiente.
Teniendo como resumen todos los animales, plantas, territorios y conjuntos de estos
tres grupos hacen que signifiquen valores universales en cuanto a la protección y
conservación de especies animales y vegetales en peligro de desaparición o paisajes
integrales en peligro de destrucción o transformación son en términos generales un
patrimonio natural cuya custodia en la conservación o en su caso multiplicación es
responsabilidad de una nación ya que dicho patrimonio debe de permanecer igual en
su raíz biológica donde se encuentre como un pueblo o una ciudad y por lo tanto debe
seguir perteneciéndole evitando su desaparición de manera que se mantenga para
las generaciones futuras. Incluye obras arquitectónicas y ambientes naturales
excepcionales. Las construcciones humanas deben ser representativas de una cultura
para considerarse patrimonio, sea cual sea el momento de su creación.
Algunos patrimonialistas y museólogos que estudian los vínculos del patrimonio
cultural con la naturaleza han alertado sobre las consecuencias concretas de las
alteraciones ambientales tanto en la música folklórica 1 como en la producción de
artesanías tradicionales y en la supervivencia de las creencias, mitos y leyendas de los
pueblos originarios.2 Sostienen que la destrucción del patrimonio natural, en definitiva,
atenta contra la identidad de los pueblos. 3

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