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CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD

REPÚBLICA DE GUATEMALA, C.A.


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Expediente 328-2016

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 328-2016

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veintinueve de noviembre de

dos mil dieciséis.

En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de veinte

de agosto de dos mil quince, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara

de Amparo y Antejuicio, en la acción constitucional de amparo promovida por

Jaime Francisco De León Coyoy, contra la Sala Segunda de la Corte de

Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. La postulante actuó con el patrocinio

del abogado Pedro Armando Ortiz Quintanilla. Es ponente en el presente caso el

Magistrado Vocal I, José Francisco De Mata Vela, quien expresa el parecer de

este Tribunal.

ANTECEDENTES

I. EL AMPARO

A) Interposición y autoridad: presentado el tres de diciembre de dos mil catorce

en la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto

reclamado: auto de veinticinco de agosto de dos mil catorce, emitido por la

autoridad reprochada que revocó el proferido por el Juzgado Primero de Trabajo

y Previsión Social el veintidós de marzo de dos mil trece –de conformidad con lo

señalado por el amparista en el escrito de interposición de amparo-, que declaró

con lugar las diligencias de reinstalación promovidas por el postulante, contra el

Estado de Guatemala entidad nominadora Ministerio de Trabajo y Previsión

Social. C) Violaciones que se denuncian: a los derechos de defensa e

igualdad. D) Hechos que motivan el amparo: de lo expuesto por el postulante y


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del estudio de los antecedentes, se resume: D.1) Producción del acto

reclamado: a) ante el Juez Décimo de Trabajo y Previsión Social del

departamento de Guatemala -folio uno del antecedente-, el accionante promovió

diligencias de reinstalación contra el Estado de Guatemala, entidad nominadora

Ministerio de Trabajo y Previsión Social, dentro del Conflicto Colectivo de

Carácter Económico Social 01173-2013-03707, por haber sido despedido del

puesto que ocupaba como Director Técnico I, especialidad administración con

funciones en la Dirección Departamental de Quetzaltenango, en el referido

Ministerio; b) el Juez de primer grado, al conocer, declaró con lugar el incidente

mencionado, ordenando la inmediata reincorporación del interesado al puesto de

trabajo que ocupaba al momento del despido y el pago de los salarios y demás

prestaciones dejadas de percibir por parte del trabajador, desde el momento de

su despido hasta su efectiva reinstalación (el veintisiete de mayo de dos mil

catorce, folio 5 del antecedente); c) inconforme con lo decidido el Estado de

Guatemala apeló, elevándose las actuaciones a la Sala cuestionada quien, al

emitir el auto de veinticinco de agosto de dos mil catorce -acto denunciado-,

revocó lo dispuesto por el Juez de Primera Instancia relacionado. D.2) Agravios

que se reprochan al acto reclamado: el postulante argumentó que: a) la

autoridad denunciada le provocó agravio al revocar la decisión del Juez de

Trabajo, sin tomar en consideración que de conformidad con el artículo 380 del

Código de Trabajo no puede darse por terminada ninguna relación de trabajo sin

autorización judicial ya que, de lo contrario se le estaría discriminando lo cual

está prohibido de conformidad con el Convenio 111 de la Organización

Internacional del Trabajo, ratificado por Guatemala, y b) en los artículos 32 y 33

de la Ley de Servicio Civil se encuentran establecidas las clases de Directores y


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qué puestos son catalogados como exentos y sin oposición, por lo que el cargo

que ocupó de Director Técnico I, Especialidad Administración, no se encuentra

comprendido dentro de las categorías de directores que son de libre

nombramiento y remoción, existiendo doctrina de esta Corte referente a que debe

de existir regulación expresa que establezca la categoría de los cargos que sean

catalogados como de confianza. D.3) Pretensión: solicitó que se otorgue el

amparo y, como consecuencia, se deje sin efecto el acto denunciado. E) Uso de

recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: invocó los contenidos en las

literales a), d) f) y h) del artículo 10 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y

de Constitucionalidad. G) Leyes que se consideraron violadas: citó los

artículos 4º, 12, 102 literal c), 106 y 203 de la Constitución Política de la

República de Guatemala, y 380 del Código de Trabajo.

II. TRÁMITE DEL AMPARO

A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) Estado de

Guatemala, y b) Ministerio de Trabajo y Previsión Social. C) Antecedentes

remitidos: copia certificada de las partes conducentes de: i) incidente de

reinstalación 17, dentro del conflicto colectivo 01173-2013-03707 del Juzgado

Décimo de Primera Instancia de Trabajo y Previsión del departamento de

Guatemala, y ii) parte conducente del recurso de apelación 12, dentro del

conflicto colectivo relacionado de la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de

Trabajo y Previsión Social. D) Medios de comprobación: a) los antecedentes

remitidos; b) documentos incorporados al expediente de amparo, y c)

presunciones legales y humanas. E) Sentencia de primer grado: la Corte

Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, consideró: “…se

establece que el acto que se señala de agravio, es decir, el de fecha veinticinco


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de agosto de dos mi catorce, dictado por la autoridad impugnada que revocó el

auto de veintidós de marzo de dos mil trece (sic), proferido por el Juzgado

Décimo de Trabajo y Previsión Social del departamento de Guatemala, y que en

consecuencia, declaró sin lugar las diligencias de reinstalación promovidas por el

postulante, ha dejado de existir, en virtud de haber emitido a petición del

postulante, como acto posterior del acto reclamado, la resolución de fecha nueve

de enero de dos mil quince, a través de la cual se tuvo por renunciada la

pretensión de reinstalación solicitada por Jaime Francisco de León Coyoy, cuya

finalidad es hacer cesar definitivamente las diligencias de reinstalación. Por lo

antes expuesto, al haberse emitido un acto posterior del agravio señalado, a

través del cual se hace cesar en definitiva el proceso, no puede subsistir el acto

reclamado como un posible agravio susceptible de ser reparado por esta vía,

(requisito sine qua non para la viabilidad del amparo), lo cual conlleva que este

carezca de materia sobre la cual resolver y, en consecuencia, debe denegarse,

haciendo las demás declaraciones que en derecho corresponden. No obstante,

de la notoria improcedencia del amparo, no se condena al pago de costas

procesales al accionante por no haber sujeto legitimado para cobrarlas,

únicamente se impone multa al abogado patrocinante conforme la ley de la

materia…”. Y resolvió: “…I) DENIEGA por falta de materia el amparo planteado

por JAIME FRANCISCO DE LEÓN COYOY contra la SALA SEGUNDA DE LA

CORTE DE APELACIONES DE TRABAJO Y PREVISIÓN SOCIAL. II) En

consecuencia, impone la multa de mil quetzales al abogado patrocinante, Pedro

Armando Ortiz Quintanilla, quien deberá hacerla efectiva en la Tesorería de la

Corte de Constitucionalidad, dentro de los cinco días siguientes a partir de estar

firme este fallo, cuyo cobro en caso de incumplimiento, se hará por la vía legal
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correspondiente. III) No condena en costas al solicitante…”.

III. APELACIÓN

El postulante apeló indicando que se encuentra en desacuerdo con la sentencia

emitida por el Tribunal de Amparo de primer grado, que denegó el amparo

instado, al considerar que al haberse emitido un acto posterior del agravio

señalado, siendo la renuncia autenticada, este carecía de materia de la cual

resolver, lo cual no es válido porque los derechos laborales son irrenunciables y

el Estado de Guatemala le solicitó como requisito su renuncia para una futura

reinstalación, la cual deja de ser voluntaria y espontánea, manipulándose su

voluntad.

IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA

A) El accionante reiteró los argumentos sostenidos en el recurso de apelación y

señaló que si la renuncia estaba autenticada es porque existió presión por parte

del patrono, ofreciéndole reinstalarlo en su mismo puesto de trabajo si renunciaba

a la acción intentada, extremo que no se cumplió por las autoridades del

Ministerio de Trabajo. Solicitó que se declare con lugar el amparo. B) El Estado

de Guatemala por medio de la Procuraduría General de la Nación - tercero

interesado- arguyó que los agravios que manifestó el trabajador al apelar

resultan absurdos, deduciendo que es el abogado auxiliante el único que tiene

interés en el caso concreto y no el incidentante, quien fue el que desistió del

proceso en su oportunidad con firma legalizada, no pudiendo alegar ignorancia,

desuso, costumbre o práctica en contrario contra la observancia de la ley, de

conformidad con lo establecido en el artículo 3 de la Ley del Organismo Judicial.

Solicitó que se declare sin lugar la apelación y se confirme la sentencia conocida

en grado. C) El Ministerio Público señaló que comparte el criterio sustentado en


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la sentencia impugnada dictada por el Tribunal de Amparo de primer grado al

haber denegado la protección constitucional instada, ya que la pretensión del

amparista es invadir la esfera de las atribuciones de la jurisdicción ordinaria, lo

que no es posible toda vez que no se evidencia violación constitucional alguna,

dado que el despido del trabajador no constituyó represalia, ni estaba obligado el

patrono a pedir autorización judicial para despedirlo, ya que de acuerdo a la

prueba documental aportada se determinó que el trabajador fue objeto de un

procedimiento administrativo de sanciones, por lo que se concluye que existió

despido justificado. Solicitó que se declare sin lugar el recurso de apelación y,

como consecuencia, se confirme el fallo, denegando el amparo.

CONSIDERANDO

-I-

Las prevenciones decretadas con motivo de un conflicto colectivo de

carácter económico social, no protegen a los empleados de confianza, calificados

como tales en forma expresa en la ley o en los pactos colectivos de condiciones

de trabajo.

-II-

Jaime Francisco De León Coyoy acude en amparo contra la Sala

Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, señalando

como lesivo el auto de veinticinco de agosto de dos mil catorce, emitido por la

autoridad reprochada que revocó el proferido por el Juez Décimo de Trabajo y

Previsión Social del departamento de Guatemala, que declaró con lugar las

diligencias de reinstalación promovidas por el postulante, contra el Estado de

Guatemala (entidad nominadora Ministerio de Trabajo y Previsión Social).

La Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, denegó la


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tutela con sustento en que la acción había quedado sin materia sobre la cual

resolver en virtud del desistimiento presentado por el amparista dentro de las

diligencias de reinstalación.

-III-

Esta Corte determina que los alegatos del amparista, fundamentalmente,

consisten en que la autoridad denunciada le provocó agravio al revocar la

decisión del Juez de Trabajo, sin tomar en consideración que de conformidad con

el artículo 380 del Código de Trabajo no puede darse por terminada ninguna

relación de trabajo sin autorización judicial y siendo que el cargo que ocupó fue

de Director Técnico I, Especialidad Administración, no estaba comprendido

dentro de las categorías de directores que son de libre nombramiento y remoción,

existiendo doctrina de esta Corte referente a que debe de existir regulación

expresa que establezca la categoría de los cargos que sean catalogados como

de confianza. Manifestó que los derechos laborales son irrenunciables y el

Estado de Guatemala le solicitó su abdicación al incidente de reinstalación.

Agregó que si la renuncia estaba autenticada es porque le fue solicitado por parte

del patrono, ofreciéndole reinstalarlo en su mismo puesto de trabajo si renunciaba

a la reinstalación.

Como punto inicial se estima conveniente analizar si el asunto “ha

quedado sin materia” sobre la cual resolver, como se consideró en primera

instancia, o es posible pronunciarse sobre el fondo del asunto.

Si bien expone el amparista, en sus alegatos de día y hora para la vista,

que renunció a su petición de reinstalación, porque el patrono se lo solicitó,

condicionándolo para su futura reinstalación. Argumento, que refuta el Estado de

Guatemala, indicando, que fue el amparista quien desistió del proceso en su


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oportunidad con firma legalizada, no pudiendo alegar ignorancia, desuso,

costumbre o práctica en contrario contra la observancia de la ley, de conformidad

con lo establecido en el artículo 3 de la Ley del Organismo Judicial. Este Tribunal

estima que analizándose, en el caso concreto, la pertinencia o no de solicitar

autorización judicial para la terminación de un contrato de trabajo, podría haberse

producido lesión constitucional, de finalizarlo sin pedirla, de haber sido aquello

necesario, de esa cuenta, de haberse incumplido con la normativa respectiva,

podría existir agravio constitucional, por lo que es necesario realizar el estudio del

caso concreto.

-IV-

Ahora bien, del estudio del caso concreto, esta Corte ha sostenido

respecto de que el trabajador de dirección y representación es aquel que, por su

cargo y por las funciones que desempeña, tiene gran responsabilidad dentro de

la estructura administrativa de la empresa o de la institución de trabajo, en cuanto

posee mando y jerarquía frente a los demás empleados. La calidad de trabajador

de dirección y representación puede ser expresamente preceptuada en una ley

de carácter general, ley profesional o en el respectivo contrato de trabajo; aunado

a lo manifestado, también cobra particular relevancia la naturaleza de las

funciones que desarrollan los referidos empleados, a quienes se les asigna

atribuciones y representación ante los demás trabajadores.

La Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social

al dictar la decisión que constituye el acto reclamado estimó: “…las funciones del

puesto de confianza alegado por el Estado de Guatemala, del que desempeñaba

el trabajador, Jaime Francisco de León Coyoy, deben ser objeto de clasificación

previa por el titular, como lo dispone el artículo 32 numeral 14) de la Ley de


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Servicio Civil, o en el Pacto Colectivo, que obligue a las partes que lo suscriben; a

cuyo respecto debemos expresar que el Pacto entre el Ministerio de Trabajo y

Previsión Social y sindicato de trabajadores del Ministerio de Trabajo y Previsión

Social, el cual establece en su artículo 12 literal d), que dentro de los cargos de

confianza y exclusión sindical están las personas que ejercen el cargo de

Directores, en consecuencia, el despido del trabajador nombrado no constituye

represalia, porque el patrono no estaba obligado a obtener previamente la

autorización judicial requerida por la Ley de la materia para despedirlo, asimismo,

de acuerdo a la prueba documental aportada, y que obra en autos, se establece

que el Trabajador fue objeto de un procedimiento administrativo de sanciones y

como consecuencia fue despedido…”

En el presente caso, esta Corte determinó que lo relativo a los

representantes del patrono fue regulado en el artículo 12° del Pacto Colectivo de

Condiciones de Trabajo vigente en el Ministerio de Trabajo y Previsión Social, el

cual preceptúa: “Los cargos de confianza son los ocupados por funcionarios o

empleados públicos designados para cumplir funciones de dirección y

representación, en razón de méritos, calidades y funciones especiales, por ello no

pueden afiliarse a los Sindicatos (…); asimismo, el artículo ibídem preceptúa

específicamente los cargos considerados de confianza, dentro de los cuales se

encuentran: (…) d) Directores…”.

A tenor de la norma precitada el puesto que ocupaba Jaime Francisco De

León Coyoy en el citado Ministerio como Director Técnico I, especialidad

administración, con funciones en la Dirección Departamental de Quetzaltenango,

es considerado de confianza, por consiguiente, de libre nombramiento y

remoción; además, como quedó evidenciado, el servicio que prestaba denota


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responsabilidad y representación del patrono que conlleva tal puesto, de

conformidad con la normativa ibídem, razón por la que no le era aplicable lo

dispuesto en los artículos 379 y 380 del Código de Trabajo, porque como ha

sostenido esta Corte en sentencias de veintinueve de julio y veintiocho de

noviembre, ambas de dos mil catorce y cuatro de mayo de dos mil quince,

dictadas dentro de los expedientes 1339-2014, 751-2014 y 2437-2014,

respectivamente, no es necesario que se solicite autorización judicial para

despedir a un trabajador catalogado de confianza, debido a que no tiene razón de

ser que el órgano jurisdiccional determine si la actuación del patrono configura o

no represalia contra una persona que, por su alta posición jerárquica en la

empresa, debía defender los intereses del empleador y, por ende, no estaba en

condiciones de apoyar las peticiones económico-sociales de los otros

trabajadores, a quienes sí se les debe proteger de cualquier despido arbitrario

derivado del ejercicio del derecho de negociación colectiva o de la condición

preferente en que se encuentren para respaldar aquellos intereses (aunque no

hayan suscrito el pliego de peticiones o no se hubieren adherido al conflicto). En

conclusión, resulta inviable que los trabajadores que desempeñen cargos de

confianza pretendan obtener su reinstalación, fundando su pretensión en la

norma precitada y con base en la vigencia de las prevenciones decretadas por el

juez respectivo, con lo cual se desvanece el agravio que resintió en este sentido.

-V-

Cabe destacar que la inviabilidad de la reinstalación pretendida no

prejuzga sobre los derechos que pudieran asistir al trabajador para reclamar el

pago de prestaciones derivadas de la finalización de la relación laboral, por lo que

se estima que, para tal efecto, el proceso de amparo promovido interrumpe el


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plazo de prescripción que corre en contra del trabajador, respecto de aquellos

posibles derechos que pudiera pretender ejercer, sin que los pronunciamientos

hechos en amparo prejuzguen sobre la procedencia o improcedencia de aquellas

pretensiones por justicia o injusticia del despido, ni respecto del posible proceso

que con tal objetivo hubiere promovido ya el interesado.

Todo lo considerado evidencia que la autoridad cuestionada actuó en uso

de sus facultades basándose en la normativa constitucional y legal citada, razón

por la cual, el amparo planteado deviene improcedente. En virtud de lo anterior,

no es procedente acoger el recurso de apelación intentado debiendo, como

consecuencia, confirmar la denegatoria del amparo decidida en primera instancia,

pero por las razones aquí consideradas.

LEYES APLICABLES

Artículos citados y 265, 268 y 272, inciso c), de la Constitución Política de

la República de Guatemala; 1º, 5º, 6º, 8º, 60, 61, 62, 63, 64, 67, 149, 163, inciso

c), 179 y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad;

35, 36 y 46 del Acuerdo 1-2013 de la Corte de Constitucionalidad; y el artículo 1

del Acuerdo 3-89 de la Corte de Constitucionalidad.

POR TANTO

La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes

citadas, resuelve: I) Por haber cesado a la presente fecha en sus cargos los

Licenciados Carmen María Gutiérrez de Colmenares y Ricardo Alvarado

Sandoval, y por ausencia temporal de los Magistrados Neftaly Aldana Herrera,

Bonerge Amilcar Mejía Orellana y Gloria Patricia Porras Escobar, se integra este

Tribunal con los Magistrados María Consuelo Porras Argueta, María Cristina

Fernández García, José Mynor Par Usen, Henry Philip Comte Velásquez y María
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de los Angeles Araujo Bohr, respectivamente, para conocer y resolver el presente

asunto; asimismo, por la ausencia del Magistrado Neftaly Aldana Herrera, asume

la Presidencia, en forma interina, el Magistrado José Francisco de Mata Vela,

conforme lo establecido en el artículo 1 del Acuerdo 3-89 de la Corte de

Constitucionalidad. II) Sin lugar el recurso de apelación interpuesto por Jaime

Francisco De León Coyoy, postulante; como consecuencia, se confirma la

sentencia venida en grado. III) Notifíquese y, con certificación de lo resuelto,

devuélvanse los antecedentes.

JOSE FRANCISCO DE MATA VELA


PRESIDENTE A.I.

MARIA DEL CONSUELO PORRAS ARGUETA DINA JOSEFINA OCHOA ESCRIBÁ


MAGISTRADA MAGISTRADA

MARIA CRISTINA FERNANDEZ JOSE MAYNOR PAR USEN


MAGISTRADA MAGISTRADO

MARIA DE LOS ANGELES ARAUJO BORH HENRY PHILIP COMTE VELASQUEZ


MAGISTRADA MAGISTRADO

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

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