Trabajo #1 Ingenieria de Drenaje 1
Trabajo #1 Ingenieria de Drenaje 1
Trabajo #1 Ingenieria de Drenaje 1
CURSO:
INGENIERÍA DE DRENAJE
DOCENTE:
DOCENTE: Dr. LUÍS A. TOLEDO CASANOVA
TEMA:
RELACIÓN DE LAS ENMIENDAS QUÍMICAS Y DRENAJE
INTEGRANTES:
0
INDICE
I
.INTRODUCCIÓN.........................................................................................................................3
II.OBJETIVOS:..............................................................................................................................4
Objetivo general:..........................................................................................................................4
Objetivos específicos:...................................................................................................................4
III.ANTECEDENTES....................................................................................................................4
IV.MARCO TEÓRICO.................................................................................................................5
SUELOS SALINOS.....................................................................................................................5
SUELOS SALINO-SÓDICOS.....................................................................................................5
SUELOS SÓDICOS.....................................................................................................................5
ESTRÉS SALINO EN LOS CULTIVOS.....................................................................................7
ESTRATEGIAS DE REMEDIACIÓN DE SUELOS AFECTADOS POR SALES Y SODIO.. 8
Lixiviado o lavado de sales.......................................................................................................8
Drenaje 8
Enmiendas en suelos salinos y suelos salinos sódicos..............................................................8
Enmiendas en suelos sódicos....................................................................................................8
PROPIEDADES FÍSICAS DE LOS SUELOS..........................................................................10
Conductividad hidráulica.....................................................................................................10
Velocidad de infiltración.........................................................................................................14
EL PROBLEMA DE DRENAJE Y SALINIDAD.....................................................................14
Origen del problema de drenaje..............................................................................................14
El problema de drenaje en la agricultura.................................................................................15
El problema de salinidad en la agricultura........................................................................16
V..CONCLUSIONES...................................................................................................................17
VI.RECOMENDACIONES.........................................................................................................17
VII.REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS................................................................................17
1
I. INTRODUCCIÓN
2
II. OBJETIVOS:
Objetivo general:
Definir información sobre las enmiendas químicas y el drenaje
Objetivos específicos:
Planteamiento de algunas soluciones o enmiendas a los suelos afectados por sales
y sodio.
III. ANTECEDENTES
Aunque el término de drenaje no fue utilizado sino hasta el siglo XIX, existían ya trabajos
importantes sobre evacuación de aguas en el Medio Oriente y Asia, muchos siglos antes.
Un ejemplo de ello es el control del agua en los ríos Éufrates (Mesopotamia) y Nilo
(Egipto), ríos Amarillo y Azul en China.
En Grecia, Diógenes Laerce (III a.C.), menciona en uno de sus libros sobre las epidemias
que azotaron la población de Celinonte causadas por el exceso de humedad del río que
circundaba la ciudad y sobre cómo fueron recuperadas las grandes llanuras a través del
empleo del drenaje: “Empédocles, hizo drenar la ciudad mediante zanjas eliminando los
excesos de humedad, canalizándolas fuera de los límites y evitando así las enfermedades
causadas por los mosquitos transmisores”.
En Roma, Columela (I d.C.), considerado como uno de los primeros agrónomos, en su
obra de re rústica” habla ya de zanjas de aproximadamente 90 cm. de profundidad ocultas
y superficiales para drenar tierras. 18 siglos más tarde la técnica descrita por Columela es
utilizada para evacuar excesos de humedad en Inglaterra.
Fue precisamente en Inglaterra donde se pusieron en práctica las técnicas de drenaje en
gran parte de su territorio. En los primeros años alrededor de 1833 fue utilizada la teja de
barro como un canal subterráneo con el fin de evacuar la humedad del suelo. En 1843
aparecen las primeras máquinas que fabricaban la teja primero plana y luego en forma
cilíndrica. El gobierno inglés fue uno de los promotores principales para que la técnica se
extienda en todo el país. En 1852 se habrían drenado cerca de 550,000 ha.
En los años 40´s de este siglo, aparece el empleo del drenaje con drenes de plástico, al
principio la técnica tiene un alto costo y no puede competir con el dren de barro. El uso del
PVC (cloruro de polivinilo) como material primario después de largas investigaciones
empieza a desplazar al barro, inicialmente como tubos lisos y posteriormente en forma
anillada como se le conoce hasta la fecha. Ahora los materiales han cambiado a otro tipo
de materiales plásticos más durables, resistentes y flexibles.
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IV. MARCO TEÓRICO
1. SUELOS SALINOS
Los suelos salinos son aquellos que poseen en el extracto de pasta de saturación una
conductividad eléctrica mayor a 4 dS m-1, el porcentaje de sodio intercambiable es menor
a 15 % y por lo general el pH es inferior a 8.5. Los principales aniones que se puede
encontrar en un suelo salino son cloruros, sulfatos y algunas veces nitratos.
Si bien es cierto que los suelos salinos poseen propiedades físicas favorables, cuando
estos son lavados con agua de bajo contenido salino, algunos suelos salinos podrían ser
propensos a dispersarse, lo que los llevaría a convertirse en suelos de baja permeabilidad
para el agua y el aire, dicha lixiviación incluso podría conllevar un aumento en los niveles
pH debido a la disminución en el contenido de sales solubles neutras, sin embargo, los
suelos salinos raramente se convierten sódicos si es que existe un adecuado drenaje.
En condiciones de campo la salinidad puede reconocerse por el crecimiento des uniforme
de los cultivos, usualmente existen en el área del terreno los denominados focos de
crecimiento y las costras salinas. Las plantas que crecen en los suelos afectados por
salinidad tienen síntomas similares a aquellas plantas que sufren estrés hídrico debido a
que el potencial osmótico del agua de suelo se hace muy negativo; comúnmente es la
marchitez el síntoma visual más evidente, y a diferencia de las plantas que sufren sólo de
estrés hídrico o sequía, la marchitez por salinidad es mucho menos prevalente debido a
que el potencial osmótico del agua del suelo puede cambiar constantemente y a que las
plantas usualmente tienen la capacidad de ajustar sus contenidos internos de sales lo
suficientemente como para mantenerse turgentes.
El contenido de las sales del suelo no es uniforme, varía en sentido vertical, horizontal y a
lo largo del tiempo. Las sales son favorecidas en su acumulación cuando las
precipitaciones son inferiores a 400 mm.
2. SUELOS SALINO-SÓDICOS
Los suelos salinos sódicos contienen grandes cantidades de sales solubles neutras y
suficiente sodio para afectar seriamente a las plantas. La conductividad eléctrica en el
extracto de pasta de saturación de estos suelos es mayor a 4 dS m-1 y el porcentaje de
sodio intercambiable es más grande que 15. El pH es comúnmente 8.5 o menos debido a
la presencia de sales solubles neutras. La relación de adsorción de sodio es al menos 13.
Si un suelo salino-sódico es lavado y las concentraciones de calcio y magnesio en el
suelo o en el agua utilizada para el riego son bajas, el pH del suelo podría ascender
marcadamente debido al hecho de que las sales neutras solubles fueron removidas.
3. SUELOS SÓDICOS
Los suelos sódicos son aquellos que contienen más de 15 % de sodio intercambiable, las
sales neutras solubles no son abundantes, pero sí contienen importantes cantidades de
sales de reacción alcalina como el carbonato de sodio (Na2CO3). La conductividad
eléctrica del extracto de pasta de saturación es menor a 4 dS m-1, el pH es mayor a 8.2 y
en casos extremos podría llegar a valores de hasta 10.5. El exceso de sodio desmedra las
propiedades físicas y nutricionales, lo que al final se traduce en una total o drástica
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reducción del crecimiento de las plantas. La materia orgánica dispersa y disuelta en la
solución suelo, podría llegar a ser depositada en la superficie debido a la acción capilar y
a la evaporación, lo que muchas veces origina suelos de superficie negra. La aparición de
grietas es común cuando estos suelos se encuentran secos o deshidratados.
Los suelos sódicos a veces se forman a partir de materiales no consolidados, sedimentos
de textura fina, a veces depósitos marinos o materiales aluviales salinos que han sido
drenados o se han secado de forma natural. Acostumbran a estar asociados a llanuras o
a terrenos suavemente ondulados, en climas con veranos cálidos y secos, en regiones
semiáridas, templadas o subtropicales.
Los suelos que contienen apreciables cantidades de carbonato de sodio (Na2CO3)
poseen niveles de pH por encima de 8.2, el pH se incrementa conforme las cantidades de
esta sal también lo hacen. La sal de carbonato de sodio a diferencia del carbonato de
calcio y magnesio que también se encuentran presentes a dichos pHs, posee una gran
solubilidad y por tanto, incrementa el potencial de hidrólisis del sodio.
El porcentaje de sodio intercambiable puede calcularse en base a la relación:
Los suelos en los cuales pasa agua de riego con abundantes niveles de sodio, adsorben
este catión gradualmente a pesar de su gran solubilidad. Para estimar este problema se
usa el valor de la relación de absorción de sodio (RAS):
Donde Na+, Ca2+ y Mg2+ son las concentraciones en mili equivalentes por litro (meq L-1)
en el agua de riego. También es posible expresar las concentraciones de los iones en mili
mol de carga por litro (mmol (+) L-1).
Frecuentemente, los suelos sódicos son el resultado de la exposición de suelos anteriores
a aguas con altos niveles de sodio y con una alta proporción de carbonato ácido. La
velocidad con que se presenten los problemas depende del RAS del agua, de la
precipitación de yeso en esas aguas y de la disolución de minerales en el suelo. No todos
los suelos sódicos tienen niveles altos de pH aunque los valores comunes se encuentren
entre 8.5 y 10. Cuando los iones sodio en la solución del suelo se presentan como sales
neutras (es decir como cloruros o sulfatos), el pH es cercano a la neutralidad. Las
reacciones fuertemente alcalinas de los suelos sódicos se deben a que el anión
acompañante sea el carbonato ácido o el carbonato, lo que resulta en un pH entre 8.5 y
11.
El uso del RAS no sólo se limita para el análisis de las aguas de riego, sino ha sido
extendido también al agua de la solución suelo obtenida a través de la elaboración de una
pasta saturada.
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La relación de sodio intercambiable (RSI o PSI) puede ser estimado a partir del RAS
mediante la siguiente relación:
El efecto de una cantidad excesiva de solutos en la solución suelo es muy similar al efecto
que produce el déficit hídrico y la mayoría de las plantas hacen frente a él de la misma
manera. Una diferencia importante entre el bajo potencial hídrico provocado por la
salinidad y por la desecación es la cantidad de agua, así, en un suelo seco la planta sólo
puede obtener una cantidad muy limitada de agua precisamente porque esta no está
presente, en cambio en la mayoría de los entornos salinos, existen considerables
cantidades de agua, aunque a un potencial hídrico muy reducido. Los cultivos que
crecen en suelos salinos se ven en la necesidad de desarrollar un potencial hídrico mucho
más negativo que el agua de suelo para mantenerse turgentes, esto lo logran ajustando
sus propios potenciales osmóticos.
Además de los potenciales hídricos muy negativos que podría presentar un suelo salino,
también existen los efectos tóxicos específicos de los iones que se presentan cuando
estos se acumulan en concentraciones peligrosas (por ejemplo sodio y cloruro). En
condiciones no salinas, el citoplasma de las células de las plantas superiores contiene
entre 100 y 200 mM de potasio y de 1 a 10 mM de sodio, lo que es un medio óptimo para
muchas enzimas, una relación anormalmente alta de sodio y potasio y altas
concentraciones de sales totales inactiva las enzimas e inhibe la síntesis de proteínas. A
altas concentraciones, el sodio puede desplazar al calcio en la membrana plasmática de
los pelos radiculares de algodón y provocan un cambio en la permeabilidad de la
membrana plasmática que puede ser detectado por la pérdida de potasio proveniente de
las células. Cuando se acumulan altas concentraciones de iones sodio y cloruro en los
cloroplastos, se inhibe la fotosíntesis, dado que el transporte fotosintético de electrones
parece ser relativamente insensible a las sales, bien el metabolismo del carbono o bien la
fosforilación debe verse afectada.
Una forma en la que las plantas que son sensibles a la sal hacen frente a dicho estrés es
que excluyen a las sales de los meristemos, sobre todo en los brotes de las hojas
fotosintéticamente activas.
Las plantas, como los manglares, que constantemente ajustan su potencial osmótico
interno para asegurar un continuo suministro de agua, acumulan y sintetizan solutos como
la glicina betaína, prolina, sorbitol y sacarosa en la vacuola y el citoplasma. El tipo de
soluto empleado depende de la especie de planta. La cantidad de carbono estimada para
la síntesis de estos solutos podría llegar hasta un 10 % del peso en planta; si bien es
cierto que toda esta cantidad de carbono utilizado para la síntesis de iones orgánicos que
se utilizan para hacer frente al muy negativo potencial osmótico del agua del suelo, no
afecta la supervivencia de plantas silvestres, para el caso de plantas cultivas significa
pérdidas considerables en los rendimientos.
El sulfato de calcio formado tras la reacción con el calcáreo puede realizar la acción de
desplazamiento del sodio descrita en la ecuación 2.9.
Sulfato de hierro y sulfato de aluminio: Las fórmulas químicas de estos compuestos
son respectivamente: FeSO4.7H2O y Al2(SO4)3.18H2O. Ambos compuestos son
bastante solubles en agua y la reacción de hidrólisis en la que se ven involucrados tiene
como producto al ácido sulfúrico más un hidróxido del metal correspondiente:
El ácido sulfúrico formado podrá reaccionar con el calcáreo del suelo o con el carbonato
de sodio así como se muestra en las reacciones 2.10 y 2.11.
Azufre elemental: (S), se comercializa en general con la formulación tipo polvo, posee un
color amarillo y no es soluble en agua. Para ejercer su papel de enmienda primero debe
sufrir una oxidación biológica que es la que conlleva a la formación de ácido sulfúrico. El
ácido, una vez formado, reacciona con el carbonato de sodio o con el calcáreo como ya
fue expuesto en los párrafos anteriores.
De todas las enmiendas de las que se hizo mención, el yeso es el compuesto de uso más
común; aunque no posee una gran solubilidad, sí posee otras ventajas frente a las demás
que lo hacen ser muchas veces el producto de utilización más práctica. El cloruro de
calcio es bastante soluble y de acción remediadora rápida, pero es bastante caro, lo que
limita su uso en grandes extensiones, lo mismo sucede con el sulfato de aluminio, sulfato
de hierro y ácido sulfúrico. Para el caso del Perú, habría que agregar que el ácido
sulfúrico es un producto de uso controlado. El azufre elemental, por su parte, requiere un
pH idóneo, condiciones de buena aireación, contenido apropiado de humedad,
temperaturas de suelo elevadas, y la presencia de microorganismos del tipo Thiobacillus
sp.; todo esto al parecer haría del azufre una enmienda de reacción demasiada lenta.
Enmiendas orgánicas
Las materias orgánicas aumentan la productividad de los suelos, mejoran la absorción de
nutrientes por las plantas, proporcionan nutrientes a los microorganismos, mejoran la
estructura, el aprovechamiento del agua, el coeficiente de infiltración, y en los suelos
afectados por sales, contrarrestan los efectos nocivos del sodio y cloruro sobre el suelo y
el cultivo.
La adición de materias orgánicas al suelo, como por ejemplo compost y estiércoles, tiene
numerosos efectos benéficos en la estructura del suelo a través de la formación de
complejos arcillo-húmicos. De manera similar, las aplicaciones de yeso conllevan al
mejoramiento de la agregación de los suelos alcalinos dispersados. Los microorganismos
del suelo utilizan los compuestos de carbono como fuente de energía, en dicho proceso,
una gran parte del carbono orgánico es transformado a CO2 (Paul y Clark, 1989), al CO2
liberado por descomposición de los compuestos carbonados o materia orgánica habría
que añadir el CO2 liberado por la respiración de las raíces, el incremento de la presión
parcial de CO2 origina que el CaCO3 se desdoble en calcio soluble e ión bicarbonato:
Así, el Ca2+ liberado a solución podría ahora efectuar el desplazamiento del Na+ del
complejo de cambio de los suelos sódicos.
Aunque muchos trabajos reconocen la importancia del uso de las materias orgánicas en el
proceso de remediación de los suelos salinos y sódicos, sus mecanismos de acción no
llegan a ser totalmente esclarecidos. Los efectos más notorios y de pronta aparición tras
el uso de las materias orgánicas parecen ser siempre la mejora de la estructura y el
aumento de la permeabilidad del suelo.
CONDUCTIVIDAD HIDRÁULICA
El exceso de sodio, como se ha señalado en las secciones anteriores, puede significar el
desmedro de las propiedades físicas del suelo, lo que se traduce en, por ejemplo:
obturación de los poros del suelo, empeoramiento de la estructura, disminución de la tasa
de infiltración, entre otras. Es lógico que los suelos así afectados posean entonces valores
muy pequeños de conductividad hidráulica.
La conductividad hidráulica es la propiedad que describe la facilidad con la que los poros
del suelo permiten el flujo del agua. Cuando el suelo se satura, todos los poros pueden
dirigir el agua y la conductividad está en su máxima expresión, generalmente se
representa como Ks; en condiciones insaturadas la conductividad puede representarse
como Kq.
En cualquier caso, esta propiedad depende del tamaño, número, orientación, y de la
distribución y continuidad de los poros, el tamaño de partículas del suelo y el tipo de fluido
son otros factores que también deben considerarse.
Los factores más importantes que influyen en la velocidad del flujo de agua en el suelo
son los siguientes:
El gradiente hidráulico o fuerza motriz, que es igual a la diferencia de potencial del
agua entre dos puntos del suelo, dividida por la distancia que separa a ambos
puntos.
El grado de facilidad con el que el suelo permite el flujo del agua (conductividad
hidráulica).
En una columna vertical de suelo saturado con longitud L, en la que el nivel de referencia
con respecto a la gravedad se elija en su base inferior (Z=0), y en cuya base superior se
ponga una carga constante de agua H1, la diferencia de presión hidráulica será igual a la
suma de la altura de la carga constante de agua más la longitud de la columna del suelo
(H1 + L). La Figura N° 2 resume de una manera más didáctica lo acabado de exponer:
*Muestras de suelo saturadas con una carga constante de agua de 1.27 cm.
VELOCIDAD DE INFILTRACIÓN
En los suelos es importante conocer la velocidad o rapidez con que el agua ingresa, este
fenómeno es comúnmente medido en términos de una profundidad de lámina de agua
que ingresa en el suelo en un determinado tiempo.
En los suelos secos el agua infiltra rápidamente, conforme el aire del suelo va siendo
reemplazado, la velocidad de infiltración disminuye hasta que finalmente alcanza un valor
constante (velocidad de infiltración básica o final). La infiltración en los suelos dependerá
principalmente de su textura y estructura. A continuación, se muestra algunos valores de
velocidad de infiltración final en los suelos según su clase textural otorgados por la FAO:
La mayoría de los problemas de drenaje de la Costa Peruana están relacionados con las
características geomorfológicas y geo genéticas. Las zonas problema normalmente están
localizadas en las partes bajas de los valles. El exceso de agua tiene su origen en la parte
alta y media del valle, llegando a la parte baja mayormente por vía subterránea.
La fuente principal de recarga de agua en la parte alta es la infiltración a lo largo del río.
Esto se puede observar en los contornos isopiezométricos. También la calidad del agua
subterránea puede ser una indicación de que existe alimentación desde río: en la franja
cercana al río la salinidad del agua freática es semejante al agua del rio aumentando su
concentración conforme se aleja del cauce.
Otras fuentes de recarga son las pérdidas de los canales y las pérdidas profundas en los
terrenos regados. En un estudio realizado en el Valle de Chancay-La Leche, TAHAL
(GILBOA, 1971) ha encontrado pérdidas de 1.25% por km de canal, mientras
SALZGITTER (1963) 1legÓ a valores de 3 a 4% por km en algunos sectores del canal
Taymi, siendo éste uno de los canales madres en el mismo valle. Con respecto a las
pérdidas de agua de riego en el campo, PETERSEN (1956) llego a valores de 10 a 30%
del volumen de agua aplicada.
En la Costa Peruana algunos ríos después de cruzar la Cordillera Occidental han formado
un cono de deyección, mientras que otros discurren por un valle encajonado. Para un
mejor entendimiento del origen del problema de drenaje se presenta una breve
descripción de las' condiciones hidrogeológicas de un cono de deyección y de un valle
encajonado. Además, se incluye un problema especial que se presenta en el Valle del rio
Pisco, donde el drenaje natural en la parte media del valle es muy reducido por la
presencia de una falla geológica.
EL PROBLEMA DE DRENAJE EN LA AGRICULTURA
Cuando hay un problema de drenaje en el perfil del suelo se encuentra por lo general una
tabla de agua a poca profundidad. Para determinar desde el punto de vista agrícola, si
existe un problema de drenaje se ha tenido en cuenta lo siguientes criterios:
- Para un desarrollo normal, la mayoría de los cultivos requieren de una zona
radicular más o menos profunda en donde el suelo retiene un volumen adecuado
de agua para el consumo de la planta y que además tenga un buen grado de
aeración. Bajo las condiciones de riego que se presentan en los valles de la costa
peruana, los cultivos requieren una profundidad del nivel freático entre 0.8 y 1.5 m.
Cultivos como la cebolla y camote, cuyo sistema radicular es poco profundo,
requieren de una profundidad mínima de 0.8 m, mientras los frutales o la alfalfa
requieren de una profundidad de 1.5 hay que agregar que bajo un régimen de riego
el nivel freático oscila constantemente entre riegos alcanzando SU máximo nivel
inmediatamente
Después del riego para luego bajar gradualmente, hasta el próximo riego. La caña
de azúcar tiene requerimientos especiales al momento de la maduración. El nivel
freático durante el agoste deberá estar tan profundo que el aporte de agua a partir
del nivel freático por ascenso capilar sea mínimo. En suelos de textura media será
recomendable en ésta época mantener el nivel freático a una profundidad de 1.8 m.
- El arroz es un cultivo especial. No requiere un nivel freático profundo, al contrario,
es un cultivo que se desarrolla en un régimen de inundación controlada. Sin
embargo, hay indicaciones que es necesario que una cierta cantidad de agua
percola a través del perfil de suelo para el lavado de componentes tóxicos que son
product0 del estado anaeróbico.
- El peligro de salinización del perfil del suelo a partir del nivel freático. En un clima
seco, el agua freática asciende por capilaridad a horizontes superiores donde se
evapora el agua y las sales se acumulan. Este proceso es más marcado en la
época de barbecho cunado no hay riego provocando un flujo de agua ascendente.
- En la época de riego las sales acumuladas en la capa superficial son lavadas hasta
mayor profundidad, o son redistribuidas dentro del perfil del suelo, más no
eliminadas del perfil. De salinización se repite y así año tras año, cada vez con
mayor rapidez. Cuando por alguna razón se deja de regar un campo durante dos o
más años consecutivos, el suelo queda completamente salinizado e inutilizado para
SU futuro uso agrícola. Es un aspecto muy común que se puede observar en zonas
con clima seco y nivel freático elevado; terreno completamente salinizado y sin uso,
junto con terrenos aún cultivados, pero con rendimientos reducidos.
Las sales, cuando se acumulan en el perfil del suelo, ejercen efectos sobre el desarrollo
de las plantas. Se puede diferenciar tres efectos: osmóticos, tóxicos y nutriciales
(RICHARDS, 1954; FAO/UNESCO, 1973; ALLISON, 1964).
- En condiciones normales cuando la concentración de sales en el suelo es baja, la
solución del suelo tiene una presión osmótica baja. Al contrario, en suelos salinos
la presión osmótica de la solución del suelo es elevada. La absorción de agua por
las plantas está regulada por la diferencia en presión osmótica entre las células
vegetales de las raíces y la solución del suelo. Entonces, en suelos salinos donde
la presión osmótica de la solución del suelo es elevada, la absorción de agua por
las raíces es menor que en suelos normales.
- En lo que a toxidad se refiere, tanto aniones como cationes podrían tener efectos
específicos sobre el metabolismo de la planta, cuando se presentan en una
concentración elevada. Sin embargo, aún no se puede definir bien a qué nivel de
concentración un elemento es tóxico. El boro y el litio son tóxicos en concentración
mínima, mientras que el sodio o el cloro pueden estar presentes en
concentraciones mayores sin hacer daño a las plantas. Además, existe marcada
diferencia entre una especie de planta y otra con respecto a SU tolerancia
específica a un ión. Por otro lado es difícil diferenciar entre el efecto específico de
Los iones y el efecto de la concentración total de sales.
- En lo referente al efecto de las sales sobre la nutrición de las plantas, es muy
variable. Existe cierta selectividad específica en la absorción de iones.
Generalmente existe relación entre el efecto de las sales y el antagonismo
entredos o mhs iones; absorción de un ión está inhibido por la presencia del otro.
Por ejemplo, altas concentraciones de sulfatos disminuyen la absorción de calcio y
promueven la absorción del sodio.
En el caso de la Costa Peruana el problema de salinidad se debe a:
- Un nivel freático elevado
- Insuficiente disponibilidad de agua de riego.
- Mala calidad del agua de riego.
En el caso que la disponibilidad de agua de riego sea limitada, el agricultor riega sus
cultivos en forma tal que humedecen el suelo hasta la profundidad de raíces Únicamente.
En consecuencia, la pérdida de agua por percolación por debajo de la zona radicular es
casi nula. En estas condiciones, al ser consumida, el agua por las plantas, quedan sales
que se acumulan gradualmente en el suelo aumentando la salinidad hasta niveles tan
altos que afectan a los cultivos en diferentes grados. Un efecto semejante tendría el uso
de agua de mala calidad con fines de riego. La salinidad en el suelo se mantendrá a un
nivel muy alto y aumentará aún más si el agua además de ser salina es escasa.
V. CONCLUSIONES
Conforme a las investigaciones que hemos estado realizando conocimos algunos de los
factores, físicos, químicos y geográficos que influyen tanto directamente e indirectamente
en los suelos salinos.
Dentro de estos factores encontramos el clima como un factor físico, este es uno de los que
tiene una mayor importancia, ya que esto va variando de acuerdo a la región, este tipo de
suelos abunda más en climas cálidos, secos donde la transpiración de agua no permite que
se filtre en los componentes salinos del suelo, los cuales se forman naturalmente cuando la
materia interna del suelo no se disuelve.
Cabe mencionar que el exceso y falta de minerales afectan al suelo dejándolo infértil o muy
difícil de cultivar
VI. RECOMENDACIONES
Bohn, H.; Mcneal B.; O’Connor, G. 1993. Química del Suelo. Editorial Limusa, S.A.
Primera edición. 363 p.
Quintanilla, J. 2019. “APLICACIÓN DE RESIDUOS DE LA INDUSTRIA
AZUCARERA PARA LA REMEDIACIÓN DE UN SUELO SALINO-SÓDICO DE
COSTA CENTRAL” Universidad Nacional Agraria La Molina. 15-46p.
https://es.scribd.com/document/245655578/Historia-Del-Drenaje