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Describir y explicar esta visión del caso chileno y venezolano no incluye juicios de valor sobre
aspectos legales, técnicos o ético; en todo caso precisa indicar los hechos y relacionarlos en
la medida posible.
Las Obras Arquitectónicas (OA) constituyen un alto porcentaje del costo total de una
edificación tanto en lo constructivo, como en su conservación y mantenimiento. Es por ello
que la construcción de OA de calidad, redundan no sólo en la sostenibilidad del ambiente
construido, sino también permite incrementar la seguridad de las personas, satisfacer las
exigencias de los usuarios y proteger la economía social. Al incrementar la calidad de una
edificación, se aumentan los niveles de sostenibilidad de aquello que está construido, su
entorno urbano y otros tantos aspectos socioeconómicos propios de un hábitat sustentable
en el tiempo (IZAGUIRRE, 2005)
Este problema afecta directamente a los usuarios de los edificios (viviendas, oficinas,
industrias, instalaciones recreativas, educacionales y deportivas, entre otros), los cuales
deben realizar cuantiosas inversiones en la refacción, conservación y mantenimiento de sus
inmuebles.
Una síntesis de sendos estudios realizados para el caso chileno en 2006, en la Universidad de
Santiago de Chile (USACH), y para el caso venezolano en 2008 en la UCV. Ambos elaborados
en el marco de la investigación sobre la calidad de la construcción de las OA, y abordados
con la premisa investigar sobre las reglas y normas para la construcción para asegurar la
calidad de los edificios, sobre su aplicación, cumplimiento y propuestas para el futuro.
1
Obras Arquitectónicas: Construcción de tabiquerías y paredes; revestimientos y acabados en
tabiquerías, paredes, escalones, pisos, pavimentos y otros elementos; impermeabilizaciones;
carpintería, herrería, cerrajería, vidrios, entre otros. (COVENIN 2000/II.A-92, p.171). COVENIN:
Comisión Venezolana de Normas Industriales. (N. del A.)
Para indagar sobre la calidad de las edificaciones en los casos de estudio, nos planteamos
recopilar y revisar el marco normativo vigente teniendo en cuenta que éste parte de la
condición de satisfacer adecuadamente las expectativas de construir bajo los parámetros ya
mencionados: preservar e incrementar la seguridad de las personas, satisfacer las exigencias
de los usuarios y proteger la economía social, sin que esto determine indagar o hacer juicio
de valor sobre la pertinencia de los factores que permiten determinar los estándares de
calidad desarrollados en los países estudiados, a través de la implementación de las normas
chilenas o venezolanas, o cualesquiera otras reglas en dichos países.
Reconocer las reglas o normas para la construcción, tanto chilena como venezolana, y en
particular las relacionadas con la construcción de las partidas de: construcción de paredes y
tabiquerías; albañilería; terminaciones y acabados en paredes, tabiques o paramentos
(incluidas fachadas), escaleras, pisos y pavimentos; puertas; ventanas; e impermeabilización
de las cubiertas de techos.
Considerando que en este documento de trabajo se pretende dar razón del marco normativo
existente en dos países, y eventuales coincidencias o divergencias que no serán comparadas
sino mostradas, su desarrollo será a partir de la revisión detallada del marco legal
constitucional como el Código Civil y otras leyes generales, legislaciones particulares y
ordenanzas de construcción, y normas oficiales y reglamentos para la construcción de
edificios. Todo ello, teniendo en cuenta que el resultado de este estudio proporcionará una
información general de los distintos cuerpos normativos, así como la opinión de los actores
que intervienen en el que hacer constructivo, con base en la documentación publicada por la
academia, los constructores, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales,
entre otros. Sin que los comentarios aquí expresados representen juicio de valor sobre la
realidad del sector construcción o las políticas en la materia en Chile y Venezuela.
Tanto el contenido como las referencias están, de alguna manera, inmersos en el tema de la
vivienda social, por su importancia para la sociedad chilena y venezolana, así como para los
actores del sector construcción.
Con ello queda claro que los profesionales encargados de los proyectos y construcción de las
edificaciones no podrán alegar desconocimiento de las leyes, normas, ordenanzas o
cualesquiera otros instrumentos legales relacionados, entre otros, sobre los estándares de
calidad. Asimismo, tales profesionales son solidarios de las responsabilidades por defectos,
vicios o fallas en las construcciones según lo indicado en los artículos 2.003, aparte 3.a, y
2.004 del CCcl y lo dispuesto en el artículo 1.637 del CCve.
A mediados de los años ’70, tanto en Venezuela como en Chile, se inicia una fuerte inversión
en el sector construcción, con énfasis en la construcción de viviendas sociales con el objeto
de solventar el déficit habitacional en el caso chileno; mientras que en Venezuela el acento se
concentra en las grandes obras públicas, infraestructura básica e inversión en vivienda
subsidiada. Por diferentes motivos, político y económicos que no son tratados en esta
investigación, se impulsan en ambos países legislaciones y reglamentaciones que conducen a
normativas respecto a la calidad de la construcción.
3.1. En Chile
2
El CT-3 opera oficialmente bajo el nombre de Comisión de Normas Estructurales de MINFRA (antes
MINDUR) (N. del A.)
Dichos plazos delimitan las responsabilidades en caso de daños y perjuicios que provengan
de fallas o defectos de una construcción, tanto para el propietario primer vendedor, como
para los proyectistas en caso de errores si de éstos se han derivado en daños o perjuicios;
para los constructores por fallas, defectos o errores en la construcción y el uso de materiales
o insumos defectuosas; y para las personas jurídicas cuando el profesional competente actúe
por ellas –véase Circular Orden Nº 0366 DDU 164 del 06-09-05 “Responsabilidades. Calidad
de la Construcción” MINVU-.
Por otra parte, la ley de calidad delimita la responsabilidad del Director de Obras Municipales,
quien a partir de esta modificación de la L-GUC debe conceder el permiso o la autorización
requerida si los proyectos cumplen con las normas urbanísticas, dejando la responsabilidad
de revisión y cumplimiento de las demás disposiciones legales y reglamentarias vigentes al
arquitecto proyectista y profesionales que interviene en un permiso o una construcción.
Según lo indica el propio INN, las normas chilenas no son de obligatorio cumplimiento por
parte de las empresas, profesionales y particulares. Sin embargo, algunas han sido incluidas
en la Ordenanza General de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (OG), haciendo
que sean de obligatorio cumplimiento. Todo ello con el objeto de unificar los criterios
mínimos de calidad tanto de los materiales y construcción de la obra, como en la
habitabilidad de tales obras o edificios.
No obstante, en la actualidad algunos actores del sector construcción en Chile, han planteado
que una de las debilidades de la construcción en el país se centra en que la norma no es
revisada periódicamente de acuerdo a la incorporación de nuevos materiales, nuevas
tecnologías o técnicas constructivas adecuadas, ya que el sistema de formulación y
aprobación de normas del país requiere invertir mucho tiempo. En este sentido argumentan
que “en muchos casos no resulta fácil hacer una certificación de calidad ya que puede ser
que no exista la norma oficial chilena, que la existente esté obsoleta (ya sea porque no hay
laboratorios que hagan la medición o porque no hay demanda del ensayo o medición) o que
algunas de ellas sean tan antiguas, que no han considerado la innovación de la tecnología.”
3
ChileCalidad: Centro Nacional de Productividad y Calidad, creado por el Fondo de Desarrollo
Productivo en 1994, para apoyar el desarrollo bajo procesos de Gestión de Calidad. (N. del A.)
(IBAÑEZ, 2002)4. Por otro lado algunos centros de investigación relacionados con el tema de
la construcción señalan que las NCh son muy buenas, pero muy flexibles, y el cumplimiento
de éstas le corresponde a los profesionales competentes; en todo caso manifiestan que
muchas empresas son audaces en bajar las especificaciones técnicas y los estándares
mínimos de calidad establecidos por dichas NCh y consecuentemente la calidad de las
construcciones va mermando5.
Esta obsolescencia de las normas, no significa que aspectos considerados en ellas y que
datan de años anteriores no sigan teniendo vigencia en la actualidad, sino más bien, que se
requiere dar apertura a nuevas tecnologías y materiales, así como a nuevos métodos de
construcción.
Podemos concluir, qué los Municipios otorgan los permisos con base en el cumplimiento de
las normas urbanísticas; qué los arquitectos y demás profesionales competentes responden
por que el proyecto y la construcción de la obra estén ajustados a las normas técnicas; qué
las NCh establecen un estándar mínimo de calidad y qué sólo son obligatorias aquellas NCh
que han sido incluidas en la OG; aunque algunos profesionales argumentan que las NCh son
obsoletas o no aplicable; o qué son buenas pero flexibles lo cual puede originar una
tendencia decreciente de la calidad de las edificaciones.
3.2. En Venezuela
A partir del año 1987 la Ley de Ordenación Urbanística (LOOU) invierte la carga de la prueba
con relación a la responsabilidad de la calidad en los proyectos y construcciones, transfiriendo
4
Comentarios similares expresados por profesionales y empresas constructoras, según lo indicado
por Francisco Javier Vega Vega, Secretario Ejecutivo del Instituto de la Construcción – Chile, en
entrevista concedida el 13-02-2006.
5
Extraído de entrevista concedida el 26-01-2006, por los Académicos Prof. Rubén Sepúlveda O. y
Prof. Ricardo Tapia Z., Director y Ex - Director del Instituto de la Vivienda, Facultad de Arquitectura y
Urbanismo de la Universidad de Chile.
Respecto a la calidad de las construcciones la LOOU precisa que los profesionales que hayan
tenido como proyectistas o directores de la obra o certificantes de su calidad, responden en
los términos del artículo 1.637 del Código Civil (Art. 100). El plazo establecido en la CCve no
hace discriminación los daños y defectos que afecten a la estructura soportante, las
instalaciones o los acabados y terminaciones u OA. No obstante tanto los profesionales, como
las empresas constructoras, como el promotor o vendedor y, toda persona vinculada por
relación de servicio, que haya actuado en forma económica o técnicamente en forma
asimilable a un contratista de obra; es solidario de las responsabilidades civiles y penales que
se desprendan del referido artículo 1.637 del CCve (Art. 100: 1, 2 y 4)
Por otra parte la LOOU limita la actuación de los órganos del municipio a verificar o
“constatar únicamente que el proyecto presentado se ajusta a las variables urbanas
fundamentales previstas” (Art. 85)
Con relación a la elaboración de las normas técnicas relacionadas con el sector construcción,
es el Ministerio de Obras Públicas (MOP) el organismo del Ejecutivo Nacional encargado de
aprobar las normas para la construcción de edificaciones. En 1958 se crea la Comisión
Desde 1958 las normas relacionadas con la Industria de la Construcción fueron elaboradas
por el MOP (hasta 1975) y MINDUR (de 1975 a 1980) pero es a partir de 1980, mediante
convenio entre MINDUR y el Ministerio de Fomento, poco después de la publicación del
Boletín Técnico del Instituto de Materiales y Modelos Estructurales de la Facultad de
Ingeniería de la UCV (IMME) Nº 65 el cual recoge por primera vez una base de datos con
más de 315 normas del sector construcción (de las cuales unas 25 son de obligatorio
cumplimiento).
En el año 1980 el CT-3 conjuntamente con COVENIN aprueban la Norma 2000-80 “Sector
Construcción. Especificaciones, Codificación y Mediciones. Parte I: Carreteras; Parte II:
Edificios; Parte III: Obras Hidráulicas” con la cual se inicia un esfuerzo por sistematizar las
actividades relacionada con el sector construcción en el país.
Por otra parte, el Estado no ha publicado aquellas normas de vieja data, pero vigentes, y no
ha generado nuevas normas. Así mismo, los Municipios han basado la revisión y supervisión
de las obras únicamente al cumplimiento de las variables urbanas fundamentales para
expedir la Cédula de Habitabilidad, obviando que el todo y las partes se ajusten a las normas
técnicas.
Hemos establecido que la calidad de la construcción guarda una fuerte relación entre
cualidades apreciadas respecto al sujeto, pero en artículo, sobre Reglas técnicas, de Milena
Sosa y María Eugenia Sosa (1999) indican que las deficiencias en la calidad de la
construcción,
…“se explica por una deficiente formación de la mano de obra en el tajo6, por el
empleo de técnicas que a pesar de ser en su mayoría tradicionales no se
dominan correctamente, existiendo enormes lagunas por falta de formación
científica tanto de los profesionales relacionados, de los constructores, como de
los promotores, aunado a la inexistencia de organismos controladores y a la
6
Tajo: las autoras señalan como causa probable la poca capacitación de albañiles, ayudantes y
obreros de una cuadrilla. (N. del A.) “Tajo. Sitio hasta donde llega en su faena la cuadrilla de
operarios que trabaja avanzando sobre el terreno” (RAE, 2001)
En efecto la apreciación del sujeto común o usuario depende más de lo que percibe que de
una técnica de evaluación. En general la evaluación de la calidad de una edificación
corresponde a los profesionales que tienen la responsabilidad de proyectar y construir las
obras, y en particular al arquitecto como el profesional más calificado y a quien las
regulaciones nacionales sobre arquitectura y construcción le confieren tal responsabilidad.
No obstante para establecer una relación entre lo deóntico, o lo que debe ser, y aquello que
en la práctica hacemos (lo que es, o lo factual) basta con revisar algunos de los estudios
sobre lesiones en los edificios en los cuales, generalmente, los resultados suelen dar cuenta
de las posibles causas de dichas lesiones.
En 1998, MINVU realizó el “Estudio de fallas y deterioros en las viviendas básicas construidas
en 1990 y 1994”, ejecutadas por los Servicios de Vivienda y Urbanismo del MINVU (SERVIU)
con un universo de la muestra de 39.944 viviendas.
Las patologías indicadas en este estudio no incluyeron aquellas lesiones, que a juicio de los
investigadores, son causadas por acción de los ocupantes de las viviendas. El diagnóstico se
realizó sobre una base estadística del 0,6% del universo de las viviendas en estudio, lo cual
representa un número de viviendas de 200 unidades, que según el propio estudio constituye
una cifra similar al número de viviendas que tiene el conjunto habitacional medio del
universo.
Cuadro Nº 1 Cuadro Nº 2
En ambos estudios queda claro que todas las edificaciones evaluadas (viviendas sociales), el
estándar de construcción es el indicado como estándar mínimo de las NCh ó los indicados por
los pliegos de licitación de los SERVIU. Entendemos que estos pliegos de licitación establecen
estándares que pudieran diferir de los establecidos por las NCh, pero dichos pliegos forman
parte del compromiso legal o contrato, donde quien construye se compromete a cumplirlo, y
sobre el cual son evaluadas y valuadas las partidas ejecutadas. Así mismo el MINVU
establece su propia definición de calidad como la “medida de la idoneidad o aptitud del
conjunto de cualidades de una vivienda para satisfacer las necesidades, explícitas o
implícitas. Relacionadas con sus propiedades de estabilidad estructural, habitabilidad y
durabilidad”, como base para determinar las fallas o defectos en la calidad de los estándares
en la cual se enmarcan ambos estudios.
Cuando realizamos una comparación entre los estudios encontramos un incremento en las
2,05%
Alcantarillado
3,4%
6,77%
Agua Potable y Gas
8,8%
5,35%
Instalaciones Eléctricas
5,1%
1996 y 97
1990 y 94
16,46%
Tabiques y Terminaciones
12,2%
8,98%
Estructuras y Techumbres
5,1%
Pavimentos y 2,05%
Circulaciones 5,2%
observaciones manifiestas en las construcciones (ver Gráfico Nº 1), cuyas causas pueden ser
imputables a razones técnicas o desconocidas; veremos un ejemplo más adelante.
Gráfico Nº 1
Fuente: Estimaciones propias con base en estudios del MINVU de 1998 y 2004.
encontradas se deben en general a causas que corresponden a diferentes etapas del proceso
constructivo7; entre los cuales destacan:
En estos estudios no se cuantifican dichos efectos con relación a las cinco causas detectadas,
sin embargo, en el estudio MINVU de 1998, en las conclusiones del diagnostico se indica
“…encontramos, en una gran cantidad de casos, con que éstas se deben a un trabajo mal
hecho, es decir, la persona que tenía el encargo de realizar cierta parte del proceso no lo hizo
bien”, y concluye haciendo recomendaciones a la Cámara Chilena de la Construcción para la
formación y certificación de maestros de obra, albañiles y mano de obra calificada.
De dichas cifras se desprende que el 68,58% de las viviendas presenta problemas de entrada
de las aguas de lluvia por defectos de diseño o ubicación inadecuada de puertas y ventanas,
o pendientes de techos insuficientes; un 59,56% con defectos en la construcción de los
cerramientos; 50,98% de las viviendas presentan lesiones en los revestimientos y frisos;
28,33% presenta lesiones en la estructura (fundaciones, columnas y vigas); mientras que un
20,49% presenta problemas de filtraciones u obstrucción de la red sanitaria.
7
Comentarios e indicación de causas coincidentes en ambos estudios (N. del A.)
Cuadro Nº 3
Igualmente incluye los resultados de las encuestas realizadas a usuarios de dichos inmuebles,
donde el 78,12% de las familias manifiestan estar insatisfechas con la calidad de sus casas.
No cabe duda de que en las causas de las lesiones en los edificios, caso del estudio chileno, o
las lesiones y sintomatología que presentan las viviendas, caso venezolano, apuntan a que
los proyectistas y constructores, en la práctica, no están haciendo edificaciones de calidad.
Todo esto contribuye no sólo a acelerar el deterioro de las edificaciones, sino que a la vez
incrementa los costos de mantenimiento, los cuales se están viendo incrementados por la
necesidad, más que de mantener, de reparar o reconstruir partes de la construcción inicial.
A demás de tres áreas que consideran la condición de un recinto habitable para que las
personas se sientan confortables, como
9 seguridad estructural,
9 seguridad contra el fuego,
9 seguridad contra accidentes,
9 seguridad contra intrusiones, durabilidad y requerimientos de mantención de los
cerramientos y las instalaciones.
Como indicamos al inicio del trabajo, no intentamos en este momento revisar los estándares
de calidad de las normas, tanto venezolanas como chilenas, debido a lo complejo de un
instrumento que permita verificar la calidad en forma sistémica de una edificación. Abrimos la
discusión para que los arquitectos usemos todo nuestro ingenio para que el sistema
seguridad – durabilidad – habitabilidad – características socioeconómicas y culturales
converjan en una mejor calidad de vida.
Obviar que los edificios son bienes inmuebles de larga vida útil, más de 50 años, es
inconveniente, no deben ser considerados iguales de aquellos bienes muebles, como
automóviles, computadores, herramientas o equipos, entre otros, los cuales suelen ser
descartados por el usuario cuando ya no cubre sus necesidades. Los edificios son parte del
entorno urbano, por tanto afectan a otros al paso del tiempo en lo económico, social y
ambiental.
No cabe duda que la calidad de las Obras Arquitectónicas como expresión más visible de la
materialidad, denuncia sobre la calidad de la totalidad de las edificaciones y constituyen un
problema que debe inquietar a los actores y particulares que aspiran una mejor calidad de
vida.
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