Filias y Parafilias
Filias y Parafilias
Filias y Parafilias
Ha llegado el momento de dejar los prejuicios a un lado para conocer en profundidad en qué
consisten las filias o parafilias, cuáles son sus principales diferencias y cuáles son las más curiosas
de nuestro entorno. Todo ello, con la ayuda de una experta en la materia que nos va a hacer este
camino hacia la comprensión y conocimiento mucho más sencillo.
14/03/2020
En los últimos años, (¡por fortuna!), cada vez son más las personas que fomentan, practican y son
receptivas a un tipo de sexualidad que deja de girar en torno al coitocentrismo para dar la
bienvenida a un mundo de lo más amplio en el que todavía quedan muchísimas cosas por
explorar.
Es por ello que las conocidas como filias y parafilias, poco a poco están dejando de ser
consideradas un aspecto tabú del sexo siempre y cuando sean legales y no causen daños físicos o
mentales a otras personas.
Para conocer estos dos términos que siempre hemos escuchado pero que muy pocas veces no
hemos parado a profundizar sobre ellos, desde Harper's Bazaar nos hemos puesto en contacto con
la psicóloga y sexóloga Judith Viudes para conocer las diferencias entre ambos, en qué consisten y
cuáles son los más comunes de la sociedad. ¡Lee atentamente y aprende a disfrutar del sexo sin
prejuicio alguno!
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El problema radica sobre todo al referirnos al concepto de parafilia. Porque ¿qué es exactamente
la 'norma'? ¿Quién determina que es lo normal o cuándo deja de serlo? Tal y como indica Judith
"hasta hace muy poco el sexo oral era considerado una parafilia", y ahora es obvio que no lo
tratamos como tal y que lo hemos incorporado en la mayoría de ocasiones a nuestra rutina sexual.
"Por eso, cuando escuchamos la palabra parafilia, le damos una connotación enfermiza,
patológica. Y esto no es real. La erótica es diversa y única en cada persona, y todo aquello que se
salga del coito y cuatro prácticas más es considerado 'raro' o 'fuera de lo normal' y no, que no sea
normativo no significa que sea malo", continúa Judith.
Xenofilia: es la preferencia erótica por las personas que son percibidas como miembros de una
etnia exótica o distinta a la propia. Sería el antónimo de la xenofobia.
Gerontofilia: en este caso una persona joven siente más excitación sexual y preferencia erótica
hacia personas con una edad mucho mayor.
Fetichisimo: es una de las más escuchadas o comunes y consiste en la excitación erótica a través
de un objeto fetiche ya sea una cosa como una prenda en particular o una parte del cuerpo como
las manos de otras personas.
Podofilia: se trata de la pasión erótica o excitación por los pies, desarlos, acariciarlos, masajearlos,
chuparlos…¡Y esto lo podemos trasladar a cualquier otra parte del cuerpo!
Actirastia: es la excitación sexual producida por los rayos del sol. Algunas personas obtienen gran
placer y excitación a través de exponerse a la luz solar.
Dacrifilia: esta filia sexual se refiere a la excitación que siente una persona al ver a otra llorar. El
solo acontecimiento de producir lagrimas puede desencadenar sensaciones en las que el placer
sexual y el orgasmo se intensifican cuando se realiza algún tipo de humillación, donde la persona
expuesta (pasiva) a este tipo de estímulos termina llorando. Se da también mucho en los juegos de
roles (dominante-sumiso). ¿Recuerdas la película Kiki, el amor se hace y el papel interpretado por
la magnífica Candela Peña?
Agrexofilia: estamos ante la atracción por el hecho de que la actividad sexual sea oída por otras
personas.
Que nada ni nadie te diga como debes vivir tu propia sexualidad siempre y cuando todas las
personas que sea vean involucradas en estas prácticas sexuales la disfruten por igual, sin causar
daño alguno y siempre desde un punto de vista sano (y legal).
"Las filias sexuales mencionadas con anterioridad son totalmente sanas aunque no sean
normativas. La diversidad erótica en las personas es inmensa y todos tenemos
nuestras parafilias particulares, pero nos falta mucho autoconocimiento erótico y exploración. Y
sobre todo, información veraz y científica para romper tabúes y dejar de patologizar cosas que no
lo son", indica Judith Viudes.
Tal y como sentencia Judith Viudes: "esto es base para entender que las filias, del tipo que sean,
están para vivirlas de la forma más saludable, placentera y divertida. Mientras exista deseo,
consenso y consentimiento de todas las partes implicadas, estará bien. Rompamos con el malestar
que muchas personas tienen que sufrir a causa del estigma que rodea la propia palabra parafilia, y
todo el desconocimiento y miedo que esconde". ¿Nos ponemos a ello?