Tarea Unefa Hombre, Sociedad, Ciencia y Tecnologia

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UNIDAD 1: GÉNESIS Y EVOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD HUMANA.

1.1 origen del hombre:


El origen del hombre se puede definir o identificar en dos teorías:
Teoría Creacionista o espiritualista: esta teoría se inspira sobre todo en la
dogma en lo religioso que dicta que la tierra y cada ser humano que existe,
proviene de un acto de creación por un ser divino siendo creados ellos de
acuerdo con un propósito divino.
Por ende la teoría espiritualista se ha empezado a aplicar a cualquier opinión o
doctrina filosófica o religiosa que defienda la creación y origen del hombre
basada en actos de creación por un dios.
Teoría evolucionista: esta teoría consiste en un estudio que establece que la
vida evoluciono de la materia inerte en algún momento hace miles de años
atrás cuando el vapor de agua pudo condensarse por primera vez.
1.2 Evolución de la Sociedad Humana:
La evolución de la sociedad humana a estado en constante desarrollo
desarrollando técnicas y modificando los tipos de vida transformando las
necesidades económicas se suceden las formas culturales sin embargo frente
a ese fluir interrumpido el problema que ha surgido siempre en los constantes
cambios de la sociedad humana es cuando una estructura a dejado de ser para
las necesidades de la comunidad que la adopto y ha empezado a ser un
obstáculo para su nueva situación. Estos cambios pueden ser de los ámbitos
políticos, culturales, económicos, y sociales.
La evolución de la sociedad actual es como la evolución de la personalidad de
cada ser humano tanto de su independencia como su intimidad. Los efectos
culturales son los mas característicos cuando se habla de evolución en la
sociedad humana cada cultura tiene una red de patrones muy diferentes que
ayudan en el desarrollo socio cultural y en su desenvolvimiento familiar.
Modo de producción primitivo: Este modo de producción coincide con los
orígenes de la especie humana. Su estructura económica es el primer modo de
producción o la forma como trabajan los hombres para satisfacer una
necesidad. La mayor parte de este periodo corresponde a la época del régimen
de la comunidad primitiva. En esta época se sobrevivió con la recolección de
frutos, hortalizas silvestres, la pesca, el descubrimiento del fuego y el inicio de
la casería. En esta época primitiva el hombre comienza a fabricar instrumentos
de trabajo, que va perfeccionando paulatinamente; aparecen las fuerzas
productivas y entre los hombres se establecen relaciones de producción. Los
primeros instrumentos de trabajo eran simples palos y piedras de bordes
afilados que se recogían tal como los ofrecía la naturaleza. En lo sucesivo, el
hombre primitivo pasa gradualmente a ka modificación de esos objetos
naturales y comienza a fabricar instrumentos de una forma definida.
Los primeros aspectos fundamentales de las actividades productivas de los
hombres primitivos, o sea las primeras formas de economía, constituían en la
búsqueda conjunta de alimentos, en la caza colectiva y en la pesca. El mayor
progreso del hombre primitivo, en el esfuerzo por dominar las fuerzas de la
naturaleza, fue el descubrimiento de ka nabera de hacer fuego, con lo cual el
hombre inicio la utilización de los enormes recursos energéticos de la tierra.
Entre los hombres primitivos, la primera forma de organización del trabajo fue
la cooperación simple, la cual creaba una fuerza productiva mayor que la
simple sima de las unidades individuales que la integraban. Con este trabajo
común, se crearon relaciones de producción, las primeras de la historia
humana, no tuvieron como base la propiedad social de los medios de
producción lo que permitía que todos los hombres tuvieran una idéntica
posición en el proceso de producción. La propiedad de la tierra, revestía
especial importancia para el desarrollo de la producción de la comunidad
primitiva, ya que era el medio fundamental de producción, ya como lugar de
caza, ya como terreno cultivado pro los agricultores, o ya como pastizal al
servicio de los ganaderos.
Modo de producción esclavista: Su vigencia se da entre el siglo VII a.C. y el IX
a.C., en las culturas hindú, china. Egipcia, mesopotámica, fenicia, la griega y la
romana. La esclavitud fue la primera forma de sociedad clasista, nacida como
resultado de la desintegración del régimen esclavista. Fue el incremento de la
producción de bienes materiales el que motivo la transición de la sociedad
primitiva a la esclavitud, la cual implicaba la división de la sociedad en clases y
la existencia de la explotación de los hombres, lo cual establecía un tipo de
relaciones sociales en que los poseedores de los medios de producción se
apropiaban del fruto de otros hombres que no eran dueños de los medios de
producción.
þ En ese momento la esclavitud representaba un avance extraordinario en el
desarrollo de la humanidad
þ Durante la época de esclavitud, los instrumentos metálicos de trabajo se
emplearon en una escala cada vez mayor
þ En la agricultura se perfeccionaron los métodos de cultivo y la cría de
ganado. Acrecentándose la productividad.
La aparición del dinero impulso el desarrollo de una rama económica: el
comercio Surgió la necesidad de un intermediario entre los productores de
mercancías, que hasta entonces intervenían en el intercambio como
vendedores, y los compradores. Y este papel intermediario comenzó a
desempeñar hombres dedicados exclusivamente a ello los mercaderes. En la
sociedad esclavista, las ramas fundamentales de bienes materiales eran la
agricultura a, la ganadería y las industrias estrechamente vinculadas a la
agricultura. Los diversos numerosos instrumentos de trabajo empleados en la
época de la esclavitud testifican el considerable auge y perfeccionamiento de la
producción material, respecto a la época precedente. La aplicación del trabajo
del esclavo en gran escala creo premisas materiales para el desarrollo de
algunas ciencias naturales y humanísticas como por ejemplo: las matemáticas,
la física, la astronomía, la mecánica, la medicina y la filosofía, floreciendo así
mismo la literatura, el teatro, la escultura y la arquitectura.
El desarrollo de la producción esclavista permitió la aparición de un nuevo e
importante fenómeno de la vida económica: las colonias Estas eran
poblaciones en territorios conquistado recién descubiertos como resultado de
las expediciones bélico – mercantiles. Como las colonias pasaron a ser fuentes
permanentes de adquisición de esclavos, su papel en la vida de la sociedad
esclavista fue extraordinario.
Modo de producción Asiático: En este modo de producción, el florecimiento de
la agricultura dependía del uso del agua. Por ello este sistema económico se
desarrolla cerca de ríos y lagos. Pero a la vez la irrigación y distribución del
agua exigía canales y obras hidráulicas que solo una administración central, el
estado, podía lograr acopiando tributos y trabajos de las comunidades.
En este modo de producción, las conciernas sociales en la vida diaria entre los
hombres eran igualitarias no solo en el habito del trabajo, sino también en las
relaciones entre el hombre y la mujer. El trabajo de la mujer, la función que
desempeñaba como productora de la especie, la crianza y el cuidado, eran
actividades fundamentales por encima de cualquier otra.
Algunas características que pueden definir este modo de producción pueden
ser:
À El control del uso de las obras hidráulicas por parte del estado, es la base de
la dominación de una elite o casta sobre las comunidades.
À El estado obtenía a tributos y trabajos de las comunidades: Y así una
extracción de excedentes en beneficio del primero, que sería una forma de
explotación no entre dos hombres en un proceso de trabajo, sino entre dos
organizaciones sociales: El estado y la comunidad, en un trabajo territorial y
colectivo.
À El poder se ejercía despóticamente: Al arbitrio y gusto del Rey, quien no
tenía ningún límite legal o moral. La voluntad del Rey y su familia era norma y
ley, se fincaba en el uso de la fuerza y en el terror.
Modo de producción feudal: La esclavitud da inicio a lo que es el feudalismo,
surge esta como una rebelión al establecer que un trabajo les da la oportunidad
de obtener un bien y la acumulación de estos una propiedad por lo tanto la
característica central del modo de producción feudal es que las relaciones de
producción y explotación se sustentan en la propiedad privada por parte del
señor feudal, sobre los medios de producción (tierra) en la propiedad limitada
sobre el trabajador o siervo y los productos de su trabajo.
En este modo de producción, las clases sociales principales se polarizan entre
el señor feudal o terrateniente y los trabajadores agrícolas, a sus servicios por
siervos, que junto con los artesanos y campesinos con propiedad sobre sus
instrumentos de trabajo constituían la gran masa del pueblo.
Es decir que en este modo de producción los ciervos (trabajadores) tenían
derecho de recibir algún tipo de remuneración por su trabajo.
El socialismo: El socialismo es una ideología política que designa aquellas
teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político,
basado en la administración de los sistemas de producción y en el control
social, por parte de un Estado obrero organizado de abajo hacia arriba (en
oposición al Estado de clase, organizado de arriba hacia abajo), de los sectores
económicos y políticos para evitar (parcial o completamente) que una minoría
de los ciudadanos poseedora de los medios de producción (burguesía) pueda
ejercer la explotación a la mayoría de los ciudadanos obreros de la producción.
El socialismo fue un ideal de sociedad justa e igualitaria que debía importarse
en un mundo que sustituyera al capitalismo, comunidad libre, trabajo común, el
producto se debe repartir equitativamente en relación de armonía y no de
dominación. No debe existir clase social, cooperativas en la educación y fuerza
moral el principal moderador de esta comunidad socialista es Carlos Marx y
Federico Engels. Los primeros socialistas soñaban con la fundación de
comunidades libres en las cuales se desarrollara el trabajo común. Esta fue la
primera forma de socialismo, un ideal que debía implantarse en la realidad y
que cobraría vida entre los hombres con base en su fuerza moral. Carlos Marx
pensaba que el socialismo moderno no podía seguirse fundando en ideales,
sino en realidades: se trataba entonces de repensarlo auxiliándose en hechos
proporcionados por la ciencia social, por el conocimiento profundo de cómo
funcionan las sociedades, que tipos de organizaciones sociales han existido en
la historia de la humanidad, cuáles son sus leyes de funcionamiento y como se
pasa de una a otra. El socialismo moderno era entonces una teoría materialista
y ya no idealista, porque se sustentaba en los hechos históricos científicamente
interpretados. El socialismo de Carlos Marx y Federico Engels era un
socialismo científico. Es decir un socialismo que estudia cuando una sociedad
ha madurado según sus propias leyes y ha empezado a dejar de satisfacer a la
mayoría de sus habitantes.
El socialismo era pensado por Marx y Engels como una etapa histórica de la
humanidad en la cual se iniciaba la liberación de las fuerzas productivas, el
establecimiento de las relaciones de producción sin propiedad privada, con un
Estado de los trabajadores y con el poder hermanos del pueblo, como medidas
para liberar el desarrollo tecnológico que pueda resolver los problemas de
bienestar social de la mayoría. Es decir que este tipo de socialismo Marxista
era como una etapa entre el capitalismo y el comunismo.
El socialismo se implanta también en las naciones subdesarrolladas. Aquí
juegan otros factores: la oportunidad política, las condiciones extremas de
miseria que las hacen posible, un grupo revolucionario eficaz, coyunturas
internacionales favorables, etc. Sin embargo, en otros casos, la aplicación del
socialismo, pese al apoyo mayoritario de la sociedad, costará esfuerzos
mayores.
Marx llamo socialismo a la fase inferior de la sociedad comunista. En
consecuencia es comprensible por qué muchos partidos que se llaman
comunistas como el PCUS actúan en una república denominada socialistas
hacen referencia a líderes como Lenin, conocido como comunista, o se refieren
al comunismo como objetivo final. Del marxismo, o socialismo científico, se han
derivado distintas corrientes que se denominan socialistas o comunistas, o en
otros casos adoptan el nombre de su teórico principal. A la mayoría se las
puede incluir en el socialismo científico o marxismo.
Modo de producción capitalista: El modo de producción capitalista es aquel
modo de producción en el que los medios de producción (capital) no
pertenecen al trabajador.
Durante los albores de la revolución industrial, el industrial no fue sino una
extensión de la figura del terrateniente, ya que era éste el único con medios
económicos suficientes para costear las infraestructuras necesarias para la
producción industrializada. De hecho, las primeras factorías se construyen con
frecuencia junto a la casa del señor feudal, incluyendo barracones para los
trabajadores que se acogen a la protección del señor.
Con el avance de la industrialización y, sobre todo, la invención de la máquina
de vapor, se consigue la libertad de establecimiento, es decir, independizar la
localización de la industria de los cursos de agua junto a los cuales hasta
entonces tuvo que asentarse para obtener la energía necesaria para el proceso
productivo.
Así llega la industria a asentarse en el entorno de las ciudades, provocando
con su oferta de trabajo oleadas de emigrantes del campo que ya no tienen
medios de subsistencia, al haber introducido el cacique maquinaria para el
trabajo de sus campos. Allí termina nutriéndose también de los miembros de
las castas de artesanos incapaces de competir con la factoría, consolidándose
el modelo industrial que ha subsistido hasta nuestros días. Debido a ello se le
conoce como tal y es de suma importancia recalcar esto ya que sin el sistema
económico que tienen la mayoría de los países no tendría control alguno.
A este modelo se ha opuesto históricamente el comunismo mediante la
sustitución del modo de producción capitalista por el denominado socialismo
realmente existente que niega la propiedad particular de los medios de
producción, recayendo ésta en un Estado que ejerce la dictadura del
proletariado (teóricamente como fase transitoria hacia una sociedad
comunista). El anarquismo considera que los medios productivos deben estar
intrínsecamente en las manos de aquellos que los hacen funcionar, es decir de
los obreros, y no caer en ningún centralismo de autoridad. En la actualidad, la
oposición más visible son los denominados movimientos antiglobalización,
conglomerado heterogéneo de tendencias que propugnan un modelo
económico basado en el desarrollo sostenible.
1.3 la sociedad Actual:
Tomando en cuenta que la Sociedad actual se en cuenta siempre en un
constante cambien en un constante paradigma emergente nos con lleve
siempre a nuevas "culturas", que conlleva nuevos conocimientos, nuevas
maneras de ver el mundo, nuevas técnicas y pautas de comportamiento, el uso
de nuevos instrumentos y lenguajes..., va remodelando todos los rincones de
nuestra sociedad e incide en todos los ámbitos en los que desarrollamos
nuestra vida, exigiendo de todos nosotros grandes esfuerzos de adaptación.
La sociedad actual ha dado un brusco cambio en los últimos 15 años. Muchos
autores han propuesto diversas denominaciones para calificar la nueva época
en la que vivimos algunos de esos términos son: “sociedad del conocimiento”,
“sociedad postindustrial”, “hipercapitalismo”, “sociedad informacional”, “era
digital” etc. Independientemente de los nombres que le pongamos a la era
actual, existe consenso en afirmar que se ha producido una importante y
profunda transformación de las estructuras y de los patrones de vida y cultura
de los ciudadanos, así como de las relaciones sociales.
Al adulto que hoy no use ni comprenda las tecnologías y cultura digitales se le
puede calificar como ANALFABETO TECNOLÓGICO. Hasta ahora uno de los
papeles claves asignados al sistema escolar, ha sido el de la alfabetización del
alumnado en el dominio de la cultura impresa en sus dos dimensiones: la
lectura y la escritura. A lo largo de los siglos XIX y XX hemos definido como
persona alfabetizada a aquellas que dominaban los códigos de acceso a la
cultura escrita y que a la vez poseía las habilidades para expresarse a través
del lenguaje oral. Hoy en día, en un mundo donde la comunicación se produce
no sólo a través del lenguaje escrito, sino también a través de otros lenguajes
como son el audiovisual y a través de soportes físicos que no son impresos
(televisión, radio, computador etc.) el concepto de alfabetización cambia
radicalmente. En la actualidad el dominio de la lectoescritura es insuficiente ya
que sólo permite acceder a una parte de la información que es transmitida en
nuestra sociedad: a aquella que está accesible a través de los libros. Una
persona analfabeta tecnológicamente queda al margen de la red comunicativa
que ofertan las nuevas tecnologías. En un futuro inmediato aquellos
ciudadanos que no sepan desenvolverse en la cultura y tecnología digital de un
modo inteligente (saber conectarse y navegar por la red, buscar información
útil, analizarla y reconstruirla.) no podrán acceder a la cultura y al mercado de
la sociedad de la información y tendrán altas probabilidades de ser marginados
culturales en la sociedad del este siglo. Quien no esté formado, cualificado para
el uso laboral de las nuevas tecnologías evidentemente tendrá más dificultades
para el acceso a un puesto de trabajo digno. Este analfabetismo tecnológico
provocará indefensión y vulnerabilidad ante la manipulación informativa. El
sistema escolar y las universidades deben articular medidas que favorezcan el
aprendizaje y uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación
(TICs) a los grupos menos favorecidos culturalmente.
Unidad II
Corrientes filosoficas sociales.
2.1 Pensamiento Social Clasico Griego:
Los primeros filósofos políticos propiamente dichos fueron los sofistas, en el
siglo V aC. Fueron los intelectuales de su tiempo, altaneros y engreídos, que se
enorgullecían de su emancipación respecto de la religión tradicional y de la
moral convencional. Rechazaban el patriotismo y los deberes de la ciudadanía,
y planteaban una libertad individual sin trabas y un libre pensamiento. Mucho
antes que Maquiavelo, plantearon una completa separación de la conducta
pública y la moral privada.
Aristóteles y Platón. Los sofistas enseñaban que el Estado es de origen
convencional y contractual; que las leyes expresan una relación de fuerzas
desprovista de toda sacralidad, y que el derecho se identifica con el poder. Su
imagen individual, de intelectuales desencantados, ciertamente lúcidos en
muchas observaciones y hasta simpáticos en su individualismo anárquico y un
tánto cínico, se eclipsaba ante las consecuencias prácticas graves que podía
tener la generalización de sus teorías, que cuestionaban las bases implícitas de
la ciudad misma y el conformismo social de la mayoría de sus habitantes.
Sus ideas, potencialmente subversivas, convocaron al campo de la
controversia a un pensador incomparablemente más valioso y profundo que
ellos: Sócrates (469-399 aC) quien, con su inimitable dialéctica mostró la
falsedad de sus argumentos y enseñó el carácter natural y necesario del
Estado, el fundamento inmutable y sagrado de la Ley, la necesaria sujeción del
Poder al Derecho, la primacía de la Sociedad sobre el Individuo y el derecho
social a exigir los servicios del hombre más sabio y mejor para su gobierno.
Aristóteles (384-322 aC) fue un discípulo rebelde y cuestionador (y el más
capaz) de Platón, y tras la muerte de su maestro y muchos viajes, fundó en
Atenas su propia escuela, el Liceo.
Su principal obra de pensamiento político, "La Política", no tiene el encanto
literario de los diálogos platónicos, y al parecer proviene de apuntes de
conferencias recopilados por discípulos. Esta obra continúa y acentúa
decididamente la tendencia, que ya se insinuaba en el último Platón, de
abandonar la vía puramente especulativa y fortalecer la participación del
material empírico en la reflexión política, al punto de que Aristóteles puede ser
considerado "el padre fundador de la Ciencia Política clásica".
Es difícil sintetizar la obra política de Aristóteles, pero en principio podemos
decir que sus ideas básicas son: que las verdaderas bases del Estado son la
Familia y la Propiedad privada; que el Estado es producto de una evolución
desde la Familia, a través de la Comunidad tribal, hasta culminar en la Ciudad
autónoma, de la que Atenas es el ejemplo supremo. Luego expone los rasgos
más característicos de esa Ciudad-estado, y de los otros tipos de Estado
existentes en su tiempo, de los que ofrece varias clasificaciones, de las cuales
la más conocida es la basada en la pregunta: quién gobierna? Monarquías,
aristocracias, repúblicas, cada una de las cuales tiene una forma corrupta (que
se da cuando el gobernante atiende su interés particular en lugar del interés
general): tiranías, oligarquías, democracias (nosotros hoy diríamos
demagogias). Trata también muchos detalles de la actividad del Estado y de
sus funciones. "Como Platón -dice Hearnshaw- Aristóteles ve en la educación
el principal preventivo contra las revoluciones".
2.2 Corrientes sociológicas de los siglos XVIII al XX.
El liberalismo: es una corriente de pensamiento filosófico, social, económico y
de acción política, que promueve las libertades civiles y el máximo límite al
poder coactivo de los gobiernos sobre las personas; se opone a cualquier
forma de despotismo y es la doctrina en la que se fundamentan el gobierno
representativo y la democracia parlamentaria.
Sus características principales son:
þ El individualismo, que considera a la persona humana individual como
primordial, por encima de todo aspecto social o colectivo.
þ La libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos:
libertad de pensamiento, de expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo
único límite consiste en la libertad de los demás, y que debe constituir una
garantía frente a la intromisión del gobierno en la vida de los individuos.
þ La igualdad entre los hombres, entendida únicamente en lo que se refiere a
diversos campos jurídico y político. Es decir, para el liberalismo, todos los
ciudadanos son iguales ante la ley y para el Estado, pero esto no significa que
exista igualdad de clase social o de posición económica entre los seres
humanos.
þ El respeto a la propiedad privada ilimitada como fuente de desarrollo
individual, y como derecho inobjetable que debe ser salvaguardado por la ley y
protegido por el Estado
Aboga principalmente por:
À El desarrollo de las libertades individuales y, a partir de ésta, el progreso de
la sociedad.
À El establecimiento de un Estado de Derecho, en el que todas las personas,
incluyendo aquellos que formen parte del Gobierno, estén sometidos al mismo
marco mínimo de leyes.
El liberalismo social defiende la no intromisión del Estado o de los colectivos en
la conducta privada de los ciudadanos y en sus relaciones sociales no-
mercantiles, admitiendo grandes cotas de libertad de expresión y religiosa, los
diferentes tipos de relaciones sociales consentidas, morales, etc. Sin embargo,
considera valores más allá de la propia voluntad, como los valores religiosos o
tradicionales.
El liberalismo económico defiende la no intromisión del Estado en las
relaciones mercantiles entre los ciudadanos (reduciendo los impuestos a su
mínima expresión y eliminando cualquier regulación sobre comercio,
producción, etc.), sin dejar de lado la protección a «débiles» (subsidios de
desempleo, pensiones públicas, beneficencia pública) o «fuertes» (aranceles,
subsidios a la producción, etc.). La impopularidad de reducir a veces la
protección de los más desfavorecidos lleva a los liberales a alegar que resulta
perjudicial también para ellos, porque entorpece el crecimiento, y reduce las
oportunidades de ascenso y el estímulo a los emprendedores. Los críticos, por
el contrario, consideran que el Estado puede intervenir precisamente
fomentando estos ámbitos en el seno de los grupos más desfavorecidos. El
liberalismo económico tiende a ser identificado con el capitalismo, aunque este
no tiene por qué ser necesariamente liberal, ni el liberalismo tiene por qué
llevar a un sistema capitalista. Por ello muchas críticas al capitalismo son
trasladadas falazmente al liberalismo.
El liberalismo político: inspiró la organización del Estado durante el siglo XIX.
Pero para conseguir cambiar y consolidar un nuevo sistema de gobierno, era
precisa una profunda crítica y transformación social y económica, de modo que
todos los individuos tuvieran los mismos privilegios, y una mayor libertad de
actuación.
Positivismo: El término “positivismo” fue utilizado por primera vez por el filósofo
francés Auguste Comte, autor de la obra que inauguró esta corriente de
pensamiento, Curso de filosofía positiva (6 vols., 1830-1842). No obstante,
algunos conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al
francés Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon, y al alemán
Immanuel Kant.
Comte eligió la palabra “positivismo” para señalar la realidad y tendencia
constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de su doctrina. En general,
se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la humanidad
a través del conocimiento científico y, por esta vía, del control de las fuerzas
naturales. Los dos componentes principales del positivismo, la filosofía y el
gobierno (o programa de conducta individual y social), fueron más tarde
unificados por Comte en un todo bajo la concepción de una religión en la cual
la humanidad era el objeto de culto. A pesar de ello, numerosos discípulos de
Comte no aceptaron este desarrollo religioso de su pensamiento, porque
parecía contradecir la filosofía positivista original. Muchas de las doctrinas de
Comte fueron más tarde adaptadas y desarrolladas por los filósofos sociales
británicos John Stuart Mill y Herbert Spencer, así como por el filósofo y físico
austriaco Ernst Mach.
Estructuralismo: El estructuralismo es un enfoque de las ciencias humanas que
creció hasta convertirse en uno de los métodos más utilizados para analizar el
lenguaje, la cultura y la sociedad en la segunda mitad del siglo XX. El término,
sin embargo, no se refiere a una escuela de pensamiento filosófico claramente
definida (como la antropología cultural, la lingüística, la historia, etc., sin
embargo, el método tiene derivaciones filosóficas de consideración). La obra de
Ferdinand de Saussure (Curso de lingüística General, 1916) es considerada
habitualmente como el punto de origen.
En términos amplios y básicos el estructuralismo busca las interrelaciones (las
estructuras) a través de las cuales se produce el significado dentro de una
cultura. De acuerdo con esta teoría, dentro de una cultura el significado es
producido y reproducido a través de varias prácticas, fenómenos y actividades
que sirven como sistemas de significación (se estudian cosas tan diversas
como la preparación de la comida y rituales para servirla, ritos religiosos,
juegos, textos literarios y no literarios, formas de entretenimiento...). El iniciador
y más prominente representante de la corriente fue el antropólogo y etnógrafo
Claude Levi-Strauss (década de 1960), que analizó fenómenos culturales como
la mitología. los sistemas de parentesco y la preparación de la comida.
Durante las décadas del '40 y el '50, la escena filosófica francesa se caracterizó
por el existencialismo, fundamentalmente a través de Sartre, apareciendo
también la fenomenología, el retorno a Hegel y la filosofía de la ciencia, con
Gastón Bachelard. Pero algo cambia en la década del 60 cuando Sartre se
orienta hacia el marxismo, surge una nueva moda, el estructuralismo. Levi-
Strauss inicia este nuevo movimiento, basándose en las ideas de la etnología,
al que luego le seguirán Lacan, en el psicoanálisis, Louis Althusser en el
estudio del marxismo y finalmente, Michel Foucault.
Cabe ser destacado que Althusser y Foucault rechazaron la clasificación de su
pensamiento dentro del estructuralismo, y en rigor, únicamente Levi Strauss
realizó una reflexión explícita sobre el estructuralismo como método. En
cualquier caso, se trata de un alejamiento de perspectivas historicistas o
subjetivistas bajo el intento de hallar una nueva orientación para la
investigación.
Marxismo: El Marxismo es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas
derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo, economista, periodista y
revolucionario del siglo XIX y de su amigo Friedrich Engels quien lo ayudo en
mucho de sus avances en sus teorías. Marx y Engels se basaron en la filosofía
de Hegel y de Feuerbach, ambos alemanes, la economía política de Adam
Smith, la economía ricardiana y el socialismo utópico francés del siglo XIX para
desarrollar una crítica de la sociedad que es tanto científica como
revolucionaria.
Marx tuvo dos grandes influencias filosóficas: la de Feuerbach, que le aportó y
afirmó su visión materialista de la historia, e indudablemente la de Hegel que
inspiró a Marx acerca de la aplicación de la dialéctica al materialismo. Aunque
para su trabajo de disertación doctoral eligió la comparación de dos grandes
filósofos materialistas de la antigua Grecia, Demócrito y Epicuro, Marx ya había
hecho suyo el método hegeliano, su dialéctica. Ya en 1842 había elaborado su
Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel desde un punto de vista
materialista. Pero a principios de la década del 40, otra gran influencia filosófica
hizo efecto en Marx: Feuerbach. Especialmente con su obra La esencia del
cristianismo. Tanto Marx como Engels abrazaron la crítica materialista de
Feuerbach al sistema hegeliano, aunque con algunas reservas. Según Marx, el
materialismo feuerbachiano era inconsecuente en algunos aspectos, idealista.
Fue en las Tesis sobre Feuerbach (Marx, 1845) y La ideología alemana (Marx y
Engels, 1846) donde Marx y Engels ajustan cuentas con sus influencias
filosóficas y establecen las premisas para la concepción materialista de la
historia.
En su labor política y periodística Marx y Engels comprendieron que el estudio
de la economía era vital para conocer a fondo el devenir social. Fue Marx quien
se dedicó principalmente al estudio de la economía política una vez que se
mudó a Londres. Marx se basó en los economistas más conocidos de su
época, los británicos, para recuperar de ellos lo que servía para explicar la
realidad económica y para superar críticamente sus errores.
Vale aclarar que la economía política de entonces trataba las relaciones
sociales y las relaciones económicas considerándolas entrelazadas. En el siglo
XX esta disciplina se dividió en dos.
Marx siguió principalmente a Adam Smith y a David Ricardo al afirmar que el
origen de la riqueza era el trabajo y el origen de la ganancia capitalista era el
plustrabajo no retribuido a los trabajadores en sus salarios. Aunque ya había
escrito algunos textos sobre economía política (Trabajo asalariado y capital de
1849, Contribución a la Crítica de la Economía Política de 1859, Salario, precio
y gananciade 1865) su obra cumbre al respecto es El Capital.
Para Marx, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases
habría terminado y la estructura económica sería producto de «la asociación de
los productores libres», y el producto social se distribuiría según el criterio «de
cada cual de acuerdo a su capacidad; para cada cual según sus necesidades».
Algunos pensadores socialistas opinaban que la clase trabajadora debía
apropiarse del Estado capitalista existente y convertirlo en un Estado
revolucionario obrero que implantaría las estructuras democráticas necesarias
para luego marchitarse. Cabe mencionar que Lenin en su obra El Estado y la
Revolución explica que el estado burgués debe ser destruído para luego
instaurar un Estado revolucionario y que sería este estado quien se extinguiría
conforme desaparezcan las contradicciones de clase (El Estado y la
Revolución). Por otro lado, otros pensadores socialistas como Mijaíl Bakunin y
Piotr Kropotkin, compartiendo la idea de la lucha de clases, afirmaron que el
Estado o cualquier forma de autoridad y centralización de poder, per se, era el
problema (político-económico), y que destruirlo debía ser el objetivo de toda
actividad revolucionaria. Esta dicotomía frente al Estado marcó la división
definitiva entre marxistas y anarquistas.
Muchos gobiernos, partidos políticos, movimientos sociales y teóricos
académicos han afirmado fundamentarse en principios marxistas. Ejemplos
particularmente importantes son los movimientos socialdemócratas de la
Europa del siglo XX, el bolchevismo ruso, la Unión Soviética y otros países del
bloque oriental, Mao, Fidel Castro, Ernesto "Che" Guevara, Santucho y otros
revolucionarios en países agrarios en desarrollo. Estas luchas han agregado
nuevas ideas a Marx y, por lo demás, han transmutado tanto el marxismo que
resulta difícil especificar el núcleo de éste. Actualmente las transformaciones
socio-económicas han obligado a repensar al marxismo en una línea llamada
posmarxismo en la cual se encuentran autores como Ernesto Laclau y Chantal
Mouffe.
Se acostumbra hablar de teoría marxista cuando se hace referencia a la
aplicación de planteamientos marxistas a diversas cuestiones no estrictamente
económicas o políticas, como la religión, el arte, la relación entre sexos o razas,
etcétera, sin necesidad de asumir la totalidad de las ideas marxistas.
Teoria keynesiana: teoría económica basada en las ideas de John Maynard
Keynes, tal y como plasmó en su libro Teoría general sobre el empleo, el
interés y el dinero, publicado en 1936 como respuesta a la Gran Depresión en
los años 1930. El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones
nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las
épocas de crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del
Estado, política que se llamó política fiscal. El motivo económico para actuar de
esta manera parte, sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un
incremento en la Demanda Agregada.
Keynes refutaba la teoría clásica en la que la economía automáticamente
tiende al pleno empleo, se regula por sí sola. Keynes postuló que el equilibrio al
que tiende la libre interacción entre los diversos factores económicos no
conlleva al pleno empleo de los medios de producción. Una baja del empleo o
de los salarios puede llevar a una baja en la demanda, y por lo tanto en una
baja en la producción, llevando a su vez a más desempleo, por lo que la
economía establece un punto de equilibrio nuevo donde convive perfectamente
con una alta tasa de paro.
Para contrarrestar esta espiral negativa, Keynes proponía que en momentos de
estancamiento económico, el estado tiene la obligación de estimular la
demanda con mayores expensas económicas. Muchos Estados europeos
basaban sus políticas económicas en su teoría en el periodo postguerra, hasta
que en los años 70 la crisis del petróleo hizo que se volviese insostenible para
los Estados.
Dentro de la coyuntura histórica, económica y política, el keynesianismo -y sus
proyectos consecuentes como el Estado de Bienestar y el desarrollismo- dio a
los dirigentes mundiales la oportunidad de salvar el capitalismo que se hallaba
sin base ideológica que lo justificara luego del fracaso del liberalismo y el libre
comercio capitalista en las crisis de los años veinte, razón por la cual, fue
aplicado de una u otra manera en gran parte de los Estados occidentales
desde el final de la segunda guerra mundial hasta el resurgimiento del
liberalismo en los años 70.
Si bien las influencias económicas de Keynes y varios de sus partidarios son
variadas, la idea del keynesianismo es salvar al capitalismo o mantenerlo
estable, limitándolo y compensando sus carencias mediante la inversión social.
2.3 El socialismo: tendencias en siglo XXI
El socialismo del siglo XXI es un concepto ideado por A.V. Buzgalin en una
publicación originalmente en ruso en 1996 y en español en el año 2000. En
efecto el primer texto sobre el tema no es el de Heinz Dieterich, sino uno del
autor ruso titulado "El Socialismo del siglo XXI" (160 pp., Guanabo, Cuba,
Enero 20, 2000, Costo 9 euros). El de Heinz Dieterich Steffan, es posterior, a
partir de 1996,[1] y muy difundido desde el 30 de enero de 2005, por el
Presidente de Venezuela, Hugo Chávez en ese entonces desde el V Foro
Social Mundial.
El modelo de Estado socialista del socialismo del siglo XXI es un socialismo
revolucionario que bebe directamente de la filosofía y la economía marxista, y
que se sustenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la
economía de equivalencias, la democracia participativa y las organizaciones de
base. Dieterich, en su obra Socialismo del Siglo XXI se funda en la visión de
Karl Marx sobre la dinámica social y la lucha de clases. Dieterich profundiza la
teoría marxista y la actualiza en el mundo de hoy, incorporando los avances del
conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas, develando sus
limitaciones, entregando propuestas concretas tanto en la economía política
como en la participación democrática de la ciudadanía para construir una
sociedad libre de explotación. Resumiendo, el socialismo del siglo XXI supone
que es necesario un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente
controlado por la sociedad para avanzar el desarrollo.
En el marco de la Revolución Bolivariana, Chávez ha señalado que para llegar
a este socialismo habrá una etapa de transición que denomina como
Democracia Revolucionaria. Hugo Chávez expresó “Hemos asumido el
compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir
a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la
solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad” en un
discurso a mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido.
Más bien, dijo Chávez “debemos transformar el modo de capital y avanzar
hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día”.
En un Aló Presidente en el 2003, Hugo Chávez también presentó la propuesta
de Giulio Santosuosso para el Socialismo del Siglo XXI, Socialismo en un
paradigma liberal en el cual el autor opina que en el mundo está en curso una
extensa realineación ideológica, consecuencia del cambio de paradigma en
curso en la economía; el viejo modelo ha muerto, pero todavía no han
aparecido los nuevos criterios que permitirán la realineación conceptual.
Para contribuir a la búsqueda de dichos criterios, propone releer la historia de
la economía política, porque en su opinión algunos de ellos no logran hacerse
manifiestos por confusiones conceptuales en esa disciplina: la primera, ocurrida
a lo largo de los doscientos últimos años, identificó al capitalismo con el
liberalismo; la segunda, ocurrida en este siglo, identificó al socialismo con el
estatismo. Su tesis es que el camino más espedito para alcanzar la sociedad
más justa a la que todos anhelamos, se consigue con una alianza entre el
socialismo y el liberalismo, una vez que el socialismo haya dejado a un lado al
estatismo y el liberalismo haya dejado a un lado al capitalismo.
2.4 Nuevo orden mundial;
Tras la finalización de la Guerra Fría, se abogó a través de diversas formas por
un nuevo orden. Por nuevo orden mundial, entendemos al sistema de
relaciones internacionales aparecidos tras la caída de la Unión Soviética. Noam
Chomsky ha estudiado el tema con detenimiento y ha llegado a la conclusión
de que el nuevo orden mundial, al igual que el viejo, se encuentra asentado
sobre la desigualdad, la hipocresía, el racismo y el colonialismo. “Por ello tiene
su mérito describir el orden mundial, viejo o nuevo, como “la reglamentación de
la piratería internacional””.
El nuevo orden se diferencia fundamentalmente del antiguo por no existir ya
dos superpotencias líderes de los dos grandes bloques de poder, pues ahora el
capitalismo parece alcanzar indiscutiblemente la primacía mundial. Es la era de
la globalización neoliberal, de la occidentalización intensificada, del discurso
único. Y esta era resulta muy interesante para estudiar, pues en ella,
aparentemente tendiente a la unificación mundial sobre la democracia
burguesa-occidental y el libre mercado, se observan antagonismos y
contradicciones inherentes a la propia naturaleza del fenómeno. Justamente,
en febrero de 1990, el Comité Internacional de la IV Internacional explicó que la
desaparición de la URSS significaba el fin de la época postguerras, pues, en
ésta, los antagonismos fundamentales se habían mantenido aplacados bajo el
peso de varias estructuras político-estatales, pero a partir de dicho
acontecimiento había surgido una época que sería testigo del choque abierto
de fuerzas clasistas antagónicas.

Hoy en día, podemos considerar como virtualmente acabada la discusión que


se dio en la última década del siglo XX, donde se debatía, desde la izquierda,
sobre la realidad –o no- de la globalización en el nuevo orden mundial como un
salto en la evolución histórica del sistema de producción capitalista. No
debemos olvidar que, en los ’90, había quiénes la consideraban desde “un
mito”, hasta “nada más que imperialismo”. Marta Harnecker, Hirst y Thompson
son algunos de los autores englobados en esta línea. Pero, quiénes opinaban
en este sentido, lo que lograban demostrar en su teorización no era la
inexistencia de la globalización como etapa del sistema capitalista, sino los
antagonismos y contradicciones inherentes a aquella. También hubo quienes,
como James Petras, consideraban a la globalización únicamente como el
resultado perverso de las políticas neoliberales de ciertos gobiernos de
derecha.
Pero ¿Qué es la globalización?
Definir a la globalización resulta una tarea ardua, puesto que existe una amplia
variedad de significados del fenómeno, con variaciones no únicamente
formales entre sí.
“La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran
escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los
distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a
través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que
les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un
proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo
el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus
puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de
liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento
jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales”.
No obstante, hoy prácticamente nadie deja de aceptar y considerar a la
globalización, en el marco del nuevo orden mundial, como una etapa particular
de la historia del capitalismo, verdadero salto en la concentración mundial del
capital, resultando un proceso cargado de antagonismos y contradicciones.
Las aspiraciones del presente siglo parecen muy claras para algunos países,
pero, para otros, tan ambiguas como en el siglo pasado. Países como China,
Brasil, España, por mencionar algunos, han definido un proyecto de nación
sólido que se ha visto reflejado en su desarrollo exterior, y tal pareciera ser el
camino para enfrentar un siglo XXI que inicia con incertidumbre y paradigmas
en ruptura. Rusia, como observamos, retoma el liderazgo, al menos en la
región euroasiática, que antaño había perdido tras la conclusión de la Guerra
Fría; regiones como Latinoamérica, caracterizadas por el arribo gobiernos de
izquierda en la última década, creyentes en la necesidad de un Estado más
fuerte, obligan a replantearnos qué tanto pueden variar las políticas públicas de
estos países para cambiar retos históricos como la desigualdad y el
subdesarrollo. La fortaleza de China y su avasallante expectativa como
potencia para el siglo XXI, sólo vino a ser confirmada por los especialistas que
ofrecieron su opinión en dicha área. Por otra parte, independientemente de las
diversas posturas acerca de la configuración del orden, la trayectoria de
muchos países de políticas globales hacia modelos regionales de desarrollo es
un elemento que, para muchos, ha marcado la diferencia del desarrollo de las
naciones. Sin lugar a dudas, la información que aportaron los diferentes
especialistas abre el abanico de posibilidades a más cuestionamientos e
inquietudes acerca del futuro del sistema internacional. No obstante, en un
aspecto se puede concordar, y es el hecho de que vivimos en un orden mundial
cambiante.
La globalización imprimió en las democracias la concepción de los intereses
privados como beneficiarios a la sociedad. En las democracias el principio de
ciudadanía implica soberanía popular y ésta supone participación ampliada y
variada. Fenómenos como la desesperanza política en los partidos políticos, el
absentismo electoral, la corrupción, el fraude fiscal, la falta de debate público
ciudadano son síntomas de la inexistencia de la praxis ciudadana, relacionadas
a las carencias de identidades y de ausencia de estado. Las democracias
actuales se corresponden al modelo de Schumpeter, son democracias del
mercado.
Ahora, más que nunca, es fundamental la vigencia de una democracia basada
en valores éticos, que la convierta en una forma de vida y no solamente en una
forma de gobierno. La necesidad de la transparencia está implícita en el
concepto de vida honesta y de democracia y debe estar vigente en todos los
actos de la globalización.
Para el analista internacional, Ernst Ultrich la democracia debe de ser
reinventada, mediante tres pilares principales. Primero, la forma estatal
democrática nacional existente debe de cambiar. Las diferentes naciones
cooperan en muchas entidades que los diferentes Estados han
acordado(Tribunales de Justicia Intl, Convenios sobre Derechos Humanos y
Medio ambiente etc.) necesitamos la democracia estatal, puesto que
únicamente ella otorga la necesaria legitimidad para las negociaciones
internacionales.

El segundo pilar es la industria privada, que es la que, en gran parte, produce


riqueza. Sin embargo hay grandes industrias que contaminan y violan los
derechos de sus trabajadores, esto devalúa la democracia, por lo tanto la
opinión pública mundial debe de castigar a estas empresas, haciendo valer
más la democracia y la justicia, que lo económico.
El tercer pilar es la sociedad civil. La sociedad civil somos todos nosotros, en
particular cuando colaboramos con las diferentes organizaciones e instituciones
especificas. Estos organismos pueden contribuir a la democratización y
concientización de los pueblos.
La cuestión energética ha dramatizado las relaciones mundiales. Y las ha
dramatizado hasta el punto más álgido: no es simplemente una cuestión de
precios; se trata de la escasez, del agotamiento de un recurso energético, el
petróleo, que durante un siglo fue disfrutado a precios impresionantemente
bajos por las potencias industriales. El petróleo, no cabe duda, hizo posible el
florecimiento de la sociedad industrial, el petróleo hizo posible el progreso, el
avance y el bienestar de los países del Norte. El petróleo, a precios tan bajos,
movió durante un siglo la maquinaria industrial de los países desarrollados.
Este progreso ilimitado y vasto fue subsidiado por los países productores y
exportadores de petróleo sin que éstos a cambio utilizaran recurso de tanta
significación en su propio progreso y en su propio desarrollo. Un análisis de los
países petroleros y de su economía, después de haber producido petróleo
durante más de cincuenta años, es posiblemente la mejor ilustración de lo que
aseveramos. Evidentemente es un resultado incompatible este de haber
producido tanta riqueza y permanecer aún en etapas preliminares de
desarrollo.
Son países que no han conquistado ni el bienestar a que tendrían derecho, ni
la estabilidad económica que debería ser consecuencia lógica de tanta riqueza.
En el petróleo se concreta o se sintetiza el tenebroso drama de la explotación
de que hemos sido víctimas los países del Tercer Mundo, obligados a vender a
precios viles nuestro trabajo y las materias primas.
Ha pasado la era del petróleo, proclaman los expertos. Es cierto. Pero es cierto
también que el mundo desarrollado, que los países capitalistas que disfrutaron
de ese recurso y que conocían perfectamente bien que se trataba de un
recurso no renovable, hicieron muy poco por presentarle al mundo alternativas
energéticas diferentes a los hidrocarburos.
Lo grave de la situación energética, ahora y en el futuro, radica en las
implicaciones que tendrá para el Tercer Mundo la escasez de energía y los
precios del petróleo. Las sociedades industrializadas están en capacidad de
absorber los altos precios del petróleo, pero para los países en desarrollo los
costos de la energía amenazan con detener toda posibilidad de progreso.
"Energía difícil de financiar, explosión demográfica, desempleo, inflación
desatada en los centros de poder económico, que va afectando uno tras otro a
todos los pueblos en desarrollo, crisis e inestabilidad en los precios de las
materias primas, constituyen ahora los factores más característicos del mundo
en desarrollo. Si a ellos añadimos las tensiones políticas, la pugna por zonas
de influencia, el renacer de la guerra fría, la carrera armamentista de muchos
países del Tercer Mundo, los conflictos regionales que este armamentismo
aviva y exalta, como en el trágico enfrentamiento entre Irán e Irak. Dos países
de la OPEP, dos países donde predomina la misma religión. Conflicto que en
lugar de detenerse ha ido complicándose al extremo que parece existir un
alineamiento inverosímil entre los países de la sub-región de este Golfo tan
vital para el mundo y no sólo para Occidente, debemos concluir en que
atravesamos un momento difícil a escala mundial, un momento de tantas
tensiones regionales y mundiales que amenaza, si no la paz mundial,
enfrentamiento de las súper-potencias, sí amenaza y pone en serio peligro el
avance de los países en desarrollo".
Unidad lll. Convivencia en el Planeta y Necesidades Mundiales.
LA POBLACIÓN MUNDIAL
Población
Total de habitantes de un área específica (ciudad, país o continente) en un
determinado momento. La disciplina que estudia la población se conoce como
demografía y analiza el tamaño, composición y distribución de la población, sus
patrones de cambio a lo largo de los años en función de nacimientos,
defunciones y migración, y los determinantes y consecuencias de estos
cambios. El estudio de la población proporciona una información de interés
para las tareas de planificación (especialmente administrativas) en sectores
como sanidad, educación, vivienda, seguridad social, empleo y conservación
del medio ambiente. Estos estudios también nos dan los datos necesarios para
formular políticas gubernamentales de población, para modificar tendencias
demográficas, y para conseguir objetivos económicos y sociales.
Datos y medidas demográficos
Para poder describir la población actual y predecir la del futuro con exactitud
razonable se requieren datos fiables. Las principales fuentes de datos
demográficos son los censos nacionales, el registro civil y, a partir de la década
de 1960, los muestreos a nivel nacional. Estas fuentes proporcionan el material
de base para investigar las causas y las consecuencias de los cambios de
población. La fuente más habitual es el censo de población, que contabiliza en
un cierto momento todas las personas de un área dada, con sus datos
personales y características sociales y económicas específicas. Un registro civil
es la contabilización continua, por parte de las administraciones locales, de los
nacimientos, fallecimientos, migraciones, matrimonios y divorcios.
Los datos sobre la población mundial son publicados de forma sistemática por
la Oficina de Estadística de las Naciones Unidas en su Libro anual de
Demografía, por la División Demográfica de las Naciones Unidas en sus
estudios y estimaciones bianuales sobre la población mundial, y por el Banco
Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo.
Índices de población
La variación en el tamaño de la población viene determinada por el número de
nacimientos, fallecimientos, inmigrantes y emigrantes habidos a lo largo de un
periodo de tiempo dado. Estos factores de cambio se expresan como
porcentajes de la población total para calcular por comparación el índice de
natalidad, de mortalidad, de migración y de crecimiento de la población; los
índices de natalidad y mortalidad se suelen expresar como tantos por mil (‰)
anual.
El índice total de fertilidad es el número de hijos que una mujer podría tener
durante su vida fértil si se cumplieran los índices vigentes de fertilidad cada
año. Los países de fertilidad alta pueden alcanzar índices de natalidad de 40-
50‰ (por año), e índices de fertilidad total de 5-7 hijos por mujer. Los países de
fertilidad baja presentan índices de natalidad del 15-20‰, e índices de fertilidad
de 2 hijos por mujer.
La esperanza de vida al nacimiento es la vida media de una población en la
que los riesgos de mortalidad en ese momento a cada edad se mantuviesen de
forma indefinida. Las poblaciones preindustriales se caracterizaban por
grandes fluctuaciones en la mortalidad. Sin embargo, a largo plazo, los índices
medios de mortalidad podrían haber sido del 30-40‰ y las esperanzas de vida
media de 25-35 años. En las condiciones actuales de sanidad, resulta normal
un índice de mortalidad inferior al 10‰ y una esperanza de vida superior a 70
años.
Un índice importante de mortalidad es el de mortalidad infantil, la probabilidad
de fallecimiento durante el primer año de vida; suele calcularse como el número
de fallecimientos por cada 1.000 nacimientos. Muchos países poco
desarrollados presentan índices de mortalidad infantil superiores al 100‰, es
decir, más del 10% de los niños mueren durante su primer año. Los países con
eficaces sistemas de sanidad y de educación tienen índices de mortalidad
infantil del 15‰ o incluso inferiores.
Crecimiento y distribución de la población mundial
Las estimaciones de la población mundial antes de 1900 se basaban en datos
parciales, pero los investigadores coinciden en que, en general, el crecimiento
medio de la población se acercó al 0,02‰ anual. El crecimiento no era
constante y variaba en función del clima, producción de alimentos,
enfermedades y guerras.
A partir del siglo XVII, los grandes avances del conocimiento científico, la
agricultura, la industria, la medicina y la organización social hicieron posible
que la población creciera de forma considerable. Las maquinarias fueron
sustituyendo poco a poco la mano de obra humana y animal, aumentando
lentamente el conocimiento y los medios para controlar las enfermedades. La
población mundial se quintuplicó en 300 años (pasando de 500 millones en
1650 a 2.500 millones en 1950) y el crecimiento fue más espectacular en las
regiones donde se inventaron y aplicaron nuevas tecnologías.
Hacia 1950 se inicia una nueva fase en el crecimiento de población. Se logra
controlar el hambre y las enfermedades incluso en zonas que no habían
alcanzado todavía un alto nivel de escolarización o que no estaban
tecnológicamente desarrolladas. Las causas de este cambio fueron el bajo
coste de importación de vacunas, antibióticos, insecticidas y variedades de
semillas de alto rendimiento. Al mejorar la red de abastecimiento de agua, las
instalaciones de alcantarillado y las redes de transporte, aumentaron las
cosechas y disminuyó mucho el número de fallecimientos por enfermedades
infecciosas y parasitarias. En la mayor parte de los países desarrollados, la
esperanza de vida al nacimiento pasó de 35-40 años en 1950 a 61 años en
1990. La rápida disminución de fallecimientos en una población con altos
índices de fertilidad hizo que muchos países en vías de desarrollo alcanzaran
un índice de crecimiento anual superior al 3,1%, índice que duplicaría la
población en veintitrés años.
Según las estimaciones de las Naciones Unidas, la población mundial alcanzó
los 5.300 millones en 1990 y aumenta cada año en más de 90 millones de
personas. El índice de crecimiento (1,7% anual) se encuentra por debajo del
máximo de 2% anual alcanzado en 1970. Sin embargo, no se espera que el
incremento anual absoluto comience a decrecer hasta después del año 2000.
Distribución regional
En 1990 había una población de 1.200 millones de personas en los países
desarrollados y de 4.100 millones en los países menos desarrollados del
mundo. Más de la mitad de la población mundial habita en el este y en el sur de
Asia, destacando China con más de 1.200 millones de habitantes e India con
880 millones. Europa y los países de la antigua URSS representaban el 15%,
América el 14% y Africa el 12% de la población mundial.
Los diferentes índices de crecimiento regional alteran sin cesar estos
porcentajes. La población de Africa se duplicará para el 2025, mientras que la
población del Sureste asiático permanece casi constante y la de Latinoamérica
crece a un ritmo fuerte aunque desigual; y las demás regiones, incluida Asia
oriental, disminuyen de forma considerable. Para el 2025 se estima que el
porcentaje relativo a los países desarrollados actuales (23% en 1990)
descenderá al 17%. El 90% de los nacimientos actuales tiene lugar en los
países menos desarrollados.
Concentración urbana
A medida que un país pasa de una economía agrícola a una economía
industrial, se produce una migración en gran escala de los residente rurales
hacia las ciudades. En este proceso, el índice de crecimiento de las áreas
urbanas duplica el índice de crecimiento global de la población. En 1950, el
29% de la población mundial vivía en áreas urbanas, en 1990 esta cifra era del
43% y para el año 2000 se estima que aumentará a más del 50 por ciento.
Esa migración a las ciudades conlleva una importante disminución del número
de personas que vive en el campo, y en consecuencia índices de crecimiento
negativos en las áreas rurales. En los países menos desarrollados, el rápido
crecimiento de la población mundial ha diferido este fenómeno aplazándolo
hasta las primeras décadas del siglo XXI. La previsión para América Latina es
que en el año 2020 más de 300 millones de niños vivan en las ciudades.
Estimaciones de población
La mayor parte de los padres potenciales de las próximas dos décadas ya han
nacido. Esto permite realizar estimaciones de población para este periodo con
fiabilidad razonable. Por otro lado, a lo largo de dos décadas, el grado de
incertidumbre, tanto de los índices demográficos como de otras características
de la sociedad, crece a un ritmo vertiginoso, haciendo que cualquier estimación
resulte especulativa
Las Naciones Unidas estiman que los países menos desarrollados tendrán
unos índices de crecimiento de población en continuo descenso. Para el
conjunto de países menos desarrollados, el índice de crecimiento, que en el
1990 era del 2% anual, en el 2025 se reducirá a la mitad. África seguirá siendo
la zona con el índice de crecimiento más alto (en 1990 este índice era del 3,1%
y para el 2025 se estima que se reducirá al 2,2%). La población africana se
triplicará pasando de 682 millones de personas en 1990 a 1.580 millones de
personas en el 2025 y se estima que seguirá creciendo hasta duplicar su
volumen de población en otros 35 años.
Políticas de población
Las políticas gubernamentales de población pretenden alcanzar objetivos de
desarrollo y bienestar aplicando medidas que, directa o indirectamente, inciden
sobre procesos demográficos como la fertilidad y la migración. Como ejemplos
cabe citar el establecimiento de la edad mínima reglamentaria para contraer
matrimonio, los programas de divulgación de uso de anticonceptivos y los
controles de migración. Cuando estas políticas se adoptan por razones
distintas a las demográficas reciben el nombre de políticas implícitas.
Los países europeos no tuvieron políticas de población hasta el siglo XX. Se
concedían ayudas a las familias numerosas en países tan dispares como Gran
Bretaña, Suecia, España y la Unión Soviética. Los fascistas italianos en la
década de 1920 y los nacionalsocialistas alemanes en la década de 1930
incluyeron el crecimiento de la población como parte importante de sus
doctrinas. Japón, con una economía comparable a la de los países europeos,
fue el primer país desarrollado en la era moderna que inició un programa de
control de natalidad. En 1948 el gobierno japonés instituyó una política que
incluía la anticoncepción y el aborto para limitar el tamaño de las familias.
Las políticas europeas a favor de la natalidad no tuvieron mucho éxito en la
década de 1930 y sus ligeras variantes de las dos últimas décadas no parece
que hayan logrado detener la continua y preocupante disminución de la
natalidad. El control gubernamental de la migración parece que resulta más
eficaz. La migración a corto plazo por demanda de trabajo ha sido una práctica
común en Europa occidental y ha dado a los diferentes países la flexibilidad
para reducir la migración durante las recesiones económicas.
Los países hispanoamericanos se plantearon los problemas de población
derivados del mestizaje y la existencia de amplias zonas de escasa presencia
humana. "Gobernar es poblar", fue una consigna generalizada, mientras se
planteaban programas de atracción de colonos, preferentemente europeos,que
no siempre llegaban con facilidad. El vertiginoso crecimiento de los índices de
natalidad, las tradiciones y prejuicios religiosos y familiares, las costumbres de
fuerte arraigo, contrarias a la contracepción, han obligado a todos los gobiernos
a desarrollar campañas de información y educación, a promover el control de la
natalidad y los programas de planificación familiar.
La India fue el primero de los países en vías de desarrollo que adoptó una
política oficial para ralentizar el crecimiento de su población. El objetivo era
facilitar el desarrollo social y económico reduciendo la carga de una población
joven y en constante crecimiento. Estudios para investigar los conocimientos,
actitudes y prácticas sobre anticonceptivos de la población pusieron de relieve
que un alto porcentaje de parejas no deseaban tener más hijos, aunque
algunos ya practicaban una anticoncepción eficaz. Los programas de
planificación familiar fueron considerados como una forma de satisfacer el
deseo de un amplio sector de la población de limitar y controlar la natalidad.
La reducción del índice de crecimiento en Asia puede atribuirse sobre todo a
las estrictas políticas de control de la población en China. A pesar de su
inmensa población, China ha reducido con éxito los índices de natalidad y
mortalidad. Recientemente, el gobierno está apoyando una política de familias
con un solo hijo con el fin de reducir el índice actual de crecimiento anual del
país del 14‰ al 0‰ en el año 2000.
En 1979, más del 90% de la población de los países en vías de desarrollo vivía
bajo gobiernos que, al menos en principio, permitían el acceso a
anticonceptivos por razones de sanidad y garantizaba el derecho a elegir el
número de hijos y controlar los intervalos entre nacimientos. Estudios recientes
muestran que en muchos países se están reduciendo los índices de natalidad y
de crecimiento de la población nacional, en parte gracias a los programas de
planificación familiar propiciados por los gobiernos.
Las estimaciones de las Naciones Unidas publicadas en 1990 indican que la
población mundial pasará de 5.300 millones de personas en 1990 a 6.200
millones en el año 2000 y a 8.500 millones en el 2025. Las estimaciones
máxima y mínima para el año 2025 son de 9.100 millones y 7.900 millones
respectivamente. El índice medio de natalidad mundial, que en 1990 era del
26‰, se reducirá al 22‰ para finales del siglo, y al 17‰ en el año 2025. El
mayor porcentaje de población con edades de alta mortalidad hará que el
índice de mortalidad media mundial se reduzca sólo un poco, pasando del 9‰
en 1990 al 8‰ en el 2025. La esperanza de vida media mundial, sin embargo,
pasará de 65 años en 1990 a 73 años en el 2025.
En el mundo desarrollado, el crecimiento de la población seguirá siendo muy
lento y en algunos países incluso disminuirá. Se estima que la población de
Europa occidental decrecerá a partir del año 2000. En 1996 en las ciudades de
Madrid y Londres había más habitantes de 65 años que menores de 15. En
España el índice de fecundidad es de 1,4 hijos por mujer, siendo uno de los
países, junto con Italia, con menor natalidad del mundo. En el caso
estadounidense, las previsiones hablan de un crecimiento hasta el año 2050,
debido a la inmigración. A partir de este momento el índice de crecimiento será
prácticamente nulo. En cambio, para el año 2000, América Latina tendrá la
mayor tasa media anual de crecimiento del mundo.

TEMA: 3.2 BALANCE DE LAS NECESIDADES:


Desarrollo y equidad: culturales, educativas, alimentarías, salud, vivienda,
empleo, ecológicas, entre otras.
Desarrollo
Se entiende como desarrollo, la condición de vida de una sociedad en la cual
las necesidades auténticas de los grupos y/o individuos se satisfacen mediante
la utilización racional, es decir sostenida, de los recursos y los sistemas
naturales. Para ello se utilizarían tecnologías que no se encuentran en
contradicción con los elementos culturales de los grupos involucrados. Este
concepto integra elementos económicos, tecnológicos, de conservación y
utilización ecológica, así como lo social y político. La esfera de poder, dentro
del contexto social se hace necesaria como forma organizativa y de cohesión
legítima, legal y funcional dentro de grupos sociales y como instancia de toma
de decisiones entre individuos.
Un sentido con mayor aplicabilidad y concreción en la definición de desarrollo
establecería que el mismo está caracterizado por condiciones en las cuales los
bienes y servicios se encuentran crecientemente al alcance de los grupos
sociales que conforman
la sociedad. Esta característica implicaría una mayor integración social y
económica dentro de las sociedades, y por ello se disminuiría la existencia de
grupos viviendo en condiciones de marginalidad.
Por otra parte, el desarrollo establecería una condición de acceso a los
servicios sociales y a la participación social activa. En el primero de los casos
se hace referencia a los sistemas de educación, y a la satisfacción de las
necesidades de sobrevivencia en términos de alimento, vivienda, vestido, salud
y
seguridad. En el caso de la participación social activa se refiere a la capacidad
del individuo y de las instituciones sociales a garantizar que las agrupaciones
de poder sean instancias de intermediación entre los sujetos y actores en la
toma de decisiones.
Equidad
La equidad viene del latín aequitas, de aequus, igual. Tienen una connotación
de justicia e igualdad social con responsabilidad y valoración de la
individualidad, llegando a un equilibrio entre las dos cosas, la equidad es lo
justo en plenitud. Dentro de un contexto similar puede significar también:
• Propiedad por la que la prosperidad económica se distribuye equitativamente
entre los miembros de la sociedad.
• (Del lat. aéquitas, atis.) f. Ecuanimidad. Propensión a juzgar con imparcialidad
y de acuerdo con la razón. Moderación en los contratos o en el precio de las
cosas.
La equidad debe darse en los siguientes ambitos: laboral, étnico, social, y de
género.
• En palabras de Aristóteles, la equidad es la Justicia aplicada al caso concreto.
En función de los términos, equidad y desarrollo es que vamos a desarrollar las
políticas orientadas hacia la educación, la salud, la alimentación, la cultura, el
empleo, la ecología etc.
Nunca como en los últimos años, hemos discutido con tanta fuerza la
propuesta teórica del desarrollo sustentable, que como bien lo hemos discutido
en clase está orientada hacia el logro de un equilibrio equologíco y humano que
busque desarrollar el medio ambiente desde la equidad, es decir sin que
ninguna de las parte ( humana y ambiental) resulte afectada.
De conformidad con los conceptos dados a conocer como fundacionales en
términos del desarrollo por la Organización de Unidas -ONU-, en su Informe
Anual de Desarrollo Humano de 1990, se tiene que el desarrollo en general es
básicamente un proceso de vida que permite contar con alternativas u opciones
de selección para las personas. Las aspiraciones de las personas pueden ser
muchas, pero fundamentalmente se refieren a tres: (a) la búsqueda de
conocimientos; (b) la posibilidad de tener una vida prolongada y saludable; y (c)
tener acceso a los recursos que permitan un aceptable nivel de vida. Es a partir
de estas tres finalidades que se derivan muchas otras.
Uno de las principales características de los conceptos de la ONU es la
reafirmación que las medidas macroeconómicas centradas en aspectos de
producción y su relación con las poblaciones -caso de ingreso per capita-,
tienen limitaciones. Entre estas limitantes se encuentra la evidencia de que el
desarrollo si bien es cierto implica la posesión económica hasta cierto nivel, no
se reduce sólo al aspecto de riqueza. Se hace énfasis en que el desarrollo
humano incluye dos facetas complementarias. Una de ellas es la formación de
las capacidades humanas. La otra, que esas capacidades puedan ser ejercidas
en las diferentes esferas de la vida: económica, social, cultural o política.
A partir de esta premisa podemos comenzar a discutir hacia donde se orienta el
DESARROLLO Y LA EQUIDAD ECONOMICA
En términos económicos implica que para la población hay oportunidades de
empleo y satisfacción de al menos las necesidades básicas. Esto indica cierta
distribución de la riqueza para lograr el acceso de toda la población a servicios
básicos, pero una vez satisfecho esta condición, pueden existir numerosas
distribuciones de la riqueza que la satisfagan.
Este concepto de desarrollo también choca con ciertos tipos de crecimiento
económico, específicamente contra aquel que no utilice de modo sustentable
los recursos naturales, o que no respete las tradiciones o las culturas. En este
sentido se puede mencionar por ejemplo la tala de bosques, que en términos
contables genera crecimiento económico corto plazo pero va en contra del
desarrollo sustentable al eliminar recursos naturales y no respetar los derechos
humanos, tradiciones y cultura de los habitantes de la zona.
En este punto quisiera señalar que los términos, educación y cultura tienen una
estrecha relación, dicha relación a su vez, tienen estrecha relación con el
aspecto alimenticio, de salud, vivienda, y el aspecto ecológico, ya que la cultura
y la educación encabezan el primer eslabón de la cadena de desarrollo.
Si entendemos por educación al “ proceso bidireccional mediante el cual se
transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La
educación no sólo se produce a través de la palabra: está presente en todas
nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
• El proceso de vinculación y concientización cultural, moral y conductual. Así, a
través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los
conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo
de generaciones anteriores, creando además otros nuevos.
• Proceso de socialización formal de los individuos de una sociedad.
• La Educación se comparte entre las personas por medio de nuestras ideas,
cultura, conocimientos, etc.”
Como podemos darnos cuenta este concepto presenta una estrecha relación
con el noción de cultura en país; las comunidades que logren fortalecer estos
dos aspectos de vinculación social, lograran establecer políticas económicas,
de salud, ecológicas, alimentarías y de vivienda que produzcan un verdadero
desarrollo equitativo en los deferentes estratos de la población, ya que como
todos sabemos todo comunidad tiene necesidades básicas que satisfacer,
estas necesidades se cubrirán más fácilmente si el desarrollo y la equidad se
sostienen bajo los términos de educación, respeto y cultura.

3.3: LA FAMILIA COMO EJE DE EQUILIBRIO SOCIAL:


Una visión innovadora hacia el siglo XXI.
Sociedad responsable y crítica de su propio crecimiento.
Planificación familiar (sexualidad responsable).
Familia
Según expone Claude Lévi-Strauss, la familia encuentra su origen en el
matrimonio, consta de esposo, esposa e hijos nacidos de su unión y sus
miembros se mantienen unidos por lazos legales, económicos y religiosos.
Además, establece una red de prohibiciones y privilegios sexuales y a una
cantidad variable y diversificada de sentimientos psicológicos como amor,
afecto, respeto, temor, etc. En oposición a este enfoque, Radhika
Coomaraswamy defiende que "no se debería definir la familia mediante una
construcción formalista, nuclear, la de marido, mujer e hijos. La familia es el
lugar donde las personas aprenden a cuidar y a ser cuidadas, a confiar y a que
se confíe en ellas, a nutrir a otras personas y a nutrirse de ellas
Para la sociología, una familia es un conjunto de personas unidas por lazos de
parentesco. Los lazos principales son de dos tipos: vínculos de afinidad
derivados del establecimiento de un vínculo reconocido socialmente, como el
matrimonio[2] —que, en algunas sociedades, sólo permite la unión entre dos
personas mientras que en otras es posible la poligamia—, y vínculos de
consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se
establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre. También
puede diferenciarse la familia según el grado de parentesco entre sus
miembros:
• Familia nuclear, padres e hijos (si los hay); también se conoce como «círculo
familiar».
• Familia extensa, además de la familia nuclear, incluye a los abuelos, tíos,
primos y otros parientes, sean consanguíneos o afines.
• Familia compuesta, es sólo padre o madre y los hijos, principalmente si son
adoptados o tienen vínculo consanguíneo con alguno de los dos padres.
Existen sociedades donde al decir «familia» se hace referencia a la familia
nuclear, y otras en las que se hace referencia a la familia extensa. Este
significado es de origen cultural y depende en gran parte el grado de
convivencia que tengan los individuos con sus parientes.
En muchas sociedades, principalmente en Estados Unidos y Europa occidental,
también se presentan familias unidas por lazos puramente afectivos, más que
sanguíneos o legales. Entre este tipo de unidades familiares se encuentran las
familias encabezadas por miembros que mantienen relaciones conyugales
estables no matrimoniales, con o sin hijos. El Día Internacional de la Familia se
celebra el 15 de mayo.
Etimología
Para algunos autores, el origen etimológico de la palabra familia es muy
incierto. Unos sostienen que proviene de la voz latina fames ("hambre"); otros
afirman que proviene de la raíz latina famulus ("sirviente" o "esclavo
doméstico") que se utilizaba para designar el conjunto de esclavos de un
romano. En un principio, la familia agrupaba al conjunto de esclavos y criados
propiedad de un solo hombre. En la estructura original romana la familia era
regida por el pater familias, quien detentaba todos los poderes, incluidos el de
la vida y la muerte, no sólo sobre sus esclavos sino también sobre sus hijos.
La razón de la existencia de la familia no puede abordarse únicamente como la
respuesta a la necesidad de reproducción biológica de las sociedades. La
reproducción de una sociedad, esto es, la incorporación de nuevos miembros
en el tejido de relaciones sociales, no se realiza únicamente por medios
biológicos. Si se concediera que la familia debe reproducirse biológicamente,
esta conceptuación de la institución que se aborda en el artículo no serviría
para calificar como «familias» a aquellos grupos donde Ego o su consorte (o
ambos) están incapacitados de reproducirse biológicamente.
En estos casos, la función reproductiva se traslada a los mecanismos de
reclutamiento socialmente aceptables —como la adopción—. El reclutamiento
de nuevos miembros de una familia garantiza su trascendencia en el tiempo,
pero no explica el por qué existen las familias. Por otra parte, la reproducción
social no es la única potestad de las familias. Estas sirven como el marco
donde se realiza la primera socialización de los nuevos individuos de una
sociedad, por medio de lo que se llama educación. La educación de los
infantes se realiza de acuerdo con el código cultural de cada sociedad.
Por otra parte, la mera consanguinidad no garantiza el establecimiento
automático de los lazos solidarios con los que se suele caracterizar a las
familias. Si los lazos familiares fueran equivalentes a los lazos consanguíneos,
un niño adoptado nunca podría establecer una relación cordial con sus padres
adoptivos, puesto que sus "instintos familiares" le llevarían a rechazarlos y a
buscar la protección de los padre biológicos. Los lazos familiares, por tanto,
son resultado de un proceso de interacción entre una persona y su familia —lo
que quiera que cada sociedad haya definido por familia: familia nuclear o
extensa; familia monoparental o adoptiva, etc. En este proceso se mezclan
cuestiones de orden psicológico y social, del que deriva una identificación más
o menos fuerte con el primer núcleo de socialización de la persona. De aquí
que, como ocurre en otros dominios del parentesco, sea necesario hacer
énfasis en el hecho de que la existencia de la familia no es un fenómeno
puramente biológico: es también y, sobre todo, una construcción cultural, en la
medida en que cada sociedad define de acuerdo con sus necesidades y su
visión del mundo lo que constituye una «familia».

Historia
Antropólogos y sociólogos han desarrollado diferentes teorías sobre la
evolución de las estructuras familiares y sus funciones. Según éstas, en las
sociedades más primitivas existían dos o tres núcleos familiares, a menudo
unidos por vínculos de parentesco, que se desplazaban juntos parte del año
pero que se dispersaban en las estaciones con escasez de alimentos. La
familia era una unidad económica: los hombres cazaban mientras que las
mujeres recogían y preparaban los alimentos y cuidaban de los niños. En este
tipo de sociedad era normal el infanticidio (muerte dada violentamente a un
niño de corta edad) y la expulsión del núcleo familiar de los enfermos que no
podían trabajar.
Después de la Reforma protestante en el siglo XVI, el carácter religioso de los
lazos familiares fue sustituido en parte por el carácter civil. La mayor parte de
los países occidentales actuales reconocen la relación de familia
fundamentalmente en el ámbito del derecho civil, y no es sino hasta el siglo
XVIII que incorporan el concepto de infancia actual:
Desde una perspectiva biológica, niñez y adultez son distintas. Sin embargo,
estas diferencias estarán socialmente dadas por las concepciones que existan
respecto de ellos, por los desafíos que se les planteen, por las tareas que se
espera que cumplan o por los comportamientos que se supone deben tener,
entre otros aspectos. Además, estas concepciones tendrán diferencias,
muchas veces sustantivas, de sociedad en sociedad, en determinados
momentos históricos y según sea el grupo cultural. (...) Desde una perspectiva
sociológica y antropológica [la niñez] cambia sustantivamente de una sociedad
a otra y de una cultura a otra y, más aún, dentro de la misma sociedad o
cultura, dependiendo de variables históricas. La distinción entre infancia y
adultez existe en todas las sociedades, generándose incluso momentos
especiales, “ritos de pasaje” que hacen explícito, a través de un acto social, el
paso de una etapa a otra, sin embargo, su caracterización y exigencias
tampoco son homogéneas. En la cultura occidental, la niñez como construcción
cultural sólo surge alrededor del siglo XVIII, consolidándose posteriormente.
Estos cambios se producen en el contexto de la Revolución Industrial. Por un
lado, las nuevas tecnologías hacen posible el trabajo de niños y jóvenes y, por
otro, los cambios en la esperanza de vida hacen que los menores adquieran un
mayor valor en términos de protección a los adultos mayores. De esta forma la
familia, que era entendida como una sociedad que aseguraba la supervivencia
de sus miembros y no como un espacio de afecto, comienza a tomar el
concepto actual, principalmente por la acción de educadores cristianos:
(...) La familia entendida como espacio de cuidado de los niños y niñas, de
preocupación por su bienestar, y el infante como un ser distinto del adulto, con
características propias. Como señala Ochoa, en esta misma época surge "el
amor maternal" como construcción social, previo a ello, en general, las madres
no manifestaban dicho amor como un instinto, tal es así por ejemplo que en
1780 sólo 1.000 de los 21.000 bebés nacidos cada año en París eran
amamantados por sus madres. Otros mil recién nacidos, los niños de las
familias privilegiadas, eran amamantados por nodrizas fuera de París. Muchos
morían ante lo que hoy consideraríamos indiferencia de los padres, quienes
frecuentemente ignoraban el paradero de sus hijos.
UNESCO: Participación de las familias en la educación infantil latinoamericana
Por su parte, otros autores contemporáneos sostienen que el esquema de
familia predominante en las sociedades industrializadas tiene también una base
utilitaria, al permitir la trasmisión de capitales económicos, simbólicos y
sociales. Según estos autores, la familia que se tiende a considerar como
"natural" es un constructo de invención reciente y que puede desaparecer en
forma más o menos rápida. El fenómeno subyacente en este razonamiento es
que las palabras no sólo hablan de la "realidad" sino que le otorgan significado
y, por tanto, el definir algo como "normal" es un proceso no neutral que fomenta
lo que se define como tal:
Lo que distingue a nuestras sociedades industrializadas de las sociedades
exóticas [es] el hecho de que nuestros grupos sociales se reclutan menos
sobre la base del parentesco que sobre las clases de edad, la clase social, la
afinidad amical, el lugar de trabajo, el ejercicio del ocio, etcétera", apunta por
ejemplo la etnóloga francesa, Martine Segalen. (...) Segalen afirma que el
grupo doméstico antiguo, del cual no existe un único tipo sino varios, "es tan
inestable como la célula conyugal contemporánea". Y que, en este sentido,
"nuestra sociedad no ha inventado ni la movilidad geográfica ni la inestabilidad
de los matrimonios sometidos". (...) Para esta autora, la estructura familiar
predominante en las sociedades industriales es una figura "efímera" y
"transitoria" entre los modelos clásicos y los que están apareciendo
actualmente.
Revista Teína: Detrás de la palabra "familia".
Una hipótesis similar había sido realizada por Engels, quien sostuvo que lo que
la sociedad llama "civilización" es un proceso centrado en la organización de
las familias, la que evolucionó desde los primitivos gens hasta la forma
moderna como manera de acumular riquezas, pero no por parte de la sociedad
sino en forma individual. En su concepto, el fenómeno obedece a la lucha de
clases, genera injusticias y es insostenible :
La disolución de la sociedad se yergue amenazadora ante nosotros, como el
término de una carrera histórica cuya única meta es la riqueza, porque
semejante carrera encierra los elementos de su propia ruina. La democracia en
la administración, la fraternidad en la sociedad, la igualdad de derechos y la
instrucción general, inaugurarán la próxima etapa superior de la sociedad, para
la cual laboran constantemente la experiencia, la razón y la ciencia. "Será un
renacimiento de la libertad, la igualdad y la fraternidad de las antiguas gens,
pero bajo una forma superior".
F. Engels: El origen de la familia, la propiedad privada y el estado
En contraposición a los puntos de vista anteriores, la doctrina católica sostiene
que la familia es un don natural, querido por Dios y fundado en el matrimonio
de un hombre y una mujer. Por tanto, resulta ajeno a la voluntad cambiante de
los humanos y es preciso apartarse de los consensos sucesivos. De manera
similar, sostiene que en las culturas no cristianas el niño tiene una posición
marginal por ser un estadio que precede al adulto, sin que esto implique una
verdad, la que reposa en el nacimiento de Cristo como forma de que el hombre
pueda ver la importancia antropológica, teológica y eterna del nace.
La familia occidental moderna
Familia nuclear.
Los estudios históricos muestran que la estructura familiar ha sufrido pocos
cambios a causa de la emigración a las ciudades y de la industrialización. El
núcleo familiar era la unidad más común en la época preindustrial y aún sigue
siendo la unidad básica de organización social en la mayor parte de las
sociedades industrializadas modernas. Sin embargo, la familia moderna ha
variado con respecto a su forma más tradicional en cuanto a funciones,
composición, ciclo de vida y rol de los padres. El Instituto de Política Familiar
(IPF) expresa en su informe Evolución de la familia en Europa (2006) que:
Las crisis y dificultades sociales, económicas y demográficas de las últimas
décadas han hecho redescubrir que la familia representa un valiosísimo
potencial para el amortiguamiento de los efectos dramáticos de problemas
como el paro, las enfermedades, la vivienda, las drogodependencias o la
marginalidad. La familia es considerada hoy como el primer núcleo de
solidaridad dentro de la sociedad, siendo mucho más que una unidad jurídica,
social y económica. La familia es, ante todo, una comunidad de amor y de
solidaridad.
Otras funciones que antes desempeñaba la familia rural, tales como el trabajo,
la educación, la formación religiosa, las actividades de recreo y la socialización
de los hijos, en la familia occidental moderna son realizadas, en gran parte, por
instituciones especializadas. El trabajo se realiza normalmente fuera del grupo
familiar y sus miembros suelen trabajar en ocupaciones diferentes lejos del
hogar. La educación, por lo general, la proporcionan el Estado o grupos
privados. Finalmente, la familia todavía es la responsable de la socialización de
los hijos, aunque en esta actividad los amigos y los medios de comunicación
han asumido un papel muy importante.
Algunos de estos cambios están relacionados con la modificación actual del rol
de la mujer. En las sociedades más desarrolladas la mujer ya puede ingresar (o
reingresar después de haber tenido hijos) en el mercado laboral en cualquier
etapa de la vida familiar, por lo que se enfrenta a unas expectativas mayores
de satisfacción personal respecto de hacerlo sólo a través del matrimonio y de
la familia. En los últimos tiempos se ha desarrollado un considerable aumento
de la tasa de divorcios que, en parte, se ha producido por las facilidades
legales y la creciente incorporación de la mujer al trabajo, que le ha dotado de
mayor autonomía y de recursos económicos. También han contribuido al
incremento la aceptación cotidiana del divorcio y, más aún, los problemas
complejos no resueltos dentro del matrimonio.
Durante el siglo XX ha disminuido en Occidente el número de familias
numerosas. Este cambio está particularmente asociado a una mayor movilidad
residencial y a una menor responsabilidad económica de los hijos para con los
padres mayores, al irse consolidando los subsidios de trabajo y otros beneficios
por parte del Estado que permiten mejorar el nivel de vida de los jubilados.
Familia extensa.
En los años 1970 el prototipo familiar evolucionó en parte hacia unas
estructuras modificadas que englobaban a las familias monoparentales,
familias del padre o madre casado en segundas nupcias y familias sin hijos. En
el pasado, las familias monoparentales eran a menudo consecuencia del
fallecimiento de uno de los padres; actualmente, la mayor parte de las familias
monoparentales son consecuencia de un divorcio, aunque muchas están
formadas por mujeres solteras con hijos. En 1991 uno de cada cuatro hijos
vivía sólo con uno de los padres, por lo general, la madre. Sin embargo,
muchas de las familias monoparentales se convierten en familias con padre y
madre a través de un nuevo matrimonio o de la constitución de una pareja de
hecho.
La familia de padres casados en segundas nupcias es la que se crea a raíz de
un nuevo matrimonio de uno de los padres. Este tipo de familia puede estar
formada por un padre con hijos y una madre sin hijos, un padre con hijos y una
madre con hijos pero que viven en otro lugar, o dos familias monoparentales
que se unen. En estos tipos de familia los problemas de relación entre padres
no biológicos e hijos suelen ser un foco de tensiones, especialmente en el
tercer caso.
Las familias sin hijos son cada vez más el resultado de una libre elección de los
padres, elección más fácil gracias al control de natalidad (anticoncepción).
Durante muchos años, el número de parejas sin hijos se había ido reduciendo
de forma constante gracias a la gradual desaparición de enfermedades que,
como las venéreas, causaban infertilidad. Sin embargo, en la década de 1970
los cambios en la situación de la mujer modificaron esta tendencia. Hoy las
parejas, especialmente en los países más desarrollados, a menudo eligen no
tener hijos o posponer su nacimiento hasta gozar de una óptima situación
económica.
A partir de los años 1960 se han producido diversos cambios en la unidad
familiar. Un mayor número de parejas viven juntas antes de, o sin, contraer
matrimonio. De forma similar, algunas parejas de personas mayores, a menudo
viudos o viudas, encuentran que es más práctico desde el punto de vista
económico cohabitar sin contraer matrimonio.
Las parejas de homosexuales también viven juntas formando familias sin hijos,
con los hijos de una de las partes o con niños adoptados. Estas unidades
familiares aparecieron en Occidente en las décadas de 1960 y 1970. En los
años 1990 se comenzó a promulgar leyes en diferentes países, la mayoría
europeos, que ofrecen protección a estas familias.
Desarrollo y panorama de la familia nuclear
Señora de 95 años y bebe de 5 meses.
En la conformación y desarrollo de la familia nuclear intervienen aspectos
psicológicos, sociales, sexuales y afectivos, entre otros. Para estudiar este
fenómeno resulta útil ver a la familia como un sistema vivo, teoría que postulan
autores de corte sistémico, sin olvidar que no es el único punto de vista desde
el que se puede analizar, pues existen otros modelos que se pueden tomar
para ello.
El ciclo vital de la familia nuclear
La familia, según Lauro Estrada (2003), como todo organismo vivo tiene una
historia, un nacimiento y un desarrollo. Se reproduce, declina y llega a morir.
En cada uno de estos pasos se enfrenta con diferentes tareas: la unión de dos
seres distintos con una misma meta, la posible llegada de los hijos, la ecuación
en todas sus funciones para, a su tiempo, soltarlos para que estos formen
nuevas familias. A partir de esto, la familia puede ser estudiada como un ciclo
de seis etapas. En cada una de ellas hay dos objetivos principales, resolver las
tareas o crisis propias de cada etapa de desarrollo y aportar todo lo necesario a
sus miembros para que estos puedan tener una satisfacción. Las etapas que
Lauro Estrada propone son[15] :
1. Desprendimiento
2. Encuentro
3. Llegada de los hijos
4. Adolescencia de los hijos
5. Reencuentro
6. Vejez
No es necesario que toda familia pase por cada una de las etapas. Estas,
únicamente, sirven como mapa para su estudio y análisis.
Desprendimiento
La familia tiene su inicio en la constitución de la pareja, la cual se da en el
noviazgo. En esta fase se desarrolla el desprendimiento de ambos miembros
de la pareja respecto de la familia de origen. Este proceso será fácil o difícil de
acuerdo al apego familiar que hayan desarrollado durante su juventud.
Para poder lograr un pleno encuentro dentro de la relación de pareja es
necesario un desprendimiento previo y paulatino de los hijos hacia los padres;
estos tratarán de detener a sus hijos para que permanezcan con ellos, evitando
así el doloroso “abandono del nido”; los hijos, en cambio, se esforzarán por
lograr su independencia y autonomía.
Este proceso no es sencillo para ninguno de los integrantes de la pareja por el
dolor y la nostalgia que provoca toda despedida, y por la incertidumbre que
depara lo desconocido y la falta de confianza en que la decisión respecto a la
elección de una pareja haya sido la correcta. Incluso muchos jóvenes eternizan
sus noviazgos, o no encuentran la estabilidad con ninguna persona, razón por
la que constantemente cambian de pareja. Hay muchos matrimonios que aún
con muchos años de unión no se han podido desprender en forma genuina de
sus respectivas familias de origen.
Es por ello importante considerar al noviazgo como una etapa clave en la
constitución de la pareja, ya que las vivencias que se tengan en el mismo, al
dar el paso al matrimonio, serán la base para comenzar a construir la nueva
familia.
Noviazgo
Definición
Una definición sencilla de noviazgo es: periodo en que se mantienen relaciones
amorosas con la finalidad de un conocimiento mutuo y cada vez más profundo,
con expectativa de un futuro matrimonio. El noviazgo debiera ser, ante todo, un
tiempo de preparación para el matrimonio. La finalidad del noviazgo es la
elección de la persona con la cual se pretende conformar una familia, y el
conocimiento mutuo. A partir de esto la pareja decidirá si la relación se
prolonga hasta el matrimonio o bien, llega a su fin. El noviazgo es disoluble por
su propia naturaleza y, por eso, su ruptura no exige más trámite que la decisión
de cualquiera de los dos miembros de la pareja.
Características del noviazgo
Son características que hacen ser al noviazgo lo que es, y las cuales son
importantes resaltar por qué de aquí se desprenden varias acepciones que
serán remarcadas en el matrimonio.
• Exclusividad: esta característica implica fidelidad y compromiso más íntimo
con la pareja, que cualquier otra persona; permite una reciprocidad y
correspondencia de amor que implica el compartir sentimientos.
• Temporalidad: es el tiempo de convivencia que se dan como pareja antes de
formalizar su relación o bien darla por terminada. El noviazgo debe tener cierto
tiempo de duración, pues un periodo demasiado corto de convivencia y
conocimiento puede traer problemas en la relación conyugal, que pudieron ser
evitados o solucionados en el noviazgo; por otro lado, si la relación es
demasiado larga corre el riesgo de caer en a la costumbre, terminando en
fracaso matrimonial.
• Entrega mutua gradual: es un desprendimiento progresivo de sí mismo, para
que libres de las exigencias de bienestar, comodidad y búsqueda de
satisfacción personal, puedan darse poco a poco a la búsqueda de la felicidad
del otro; que al final resulta ser una gratificación y felicidad propia, sin buscarla
intencionalmente. Este nivel de confianza debe ir profundizando de manera
progresiva la confianza, el cariño, la comunicación y la intimidad, cimientos que
llegan a dar firmeza y solidez a la relación; fortaleciendo de éste modo un
futuro matrimonio.
• Transitorio: los novios no deben permanecer en un eterno noviazgo, sino
paulatinamente es ir integrándose como pareja con miras a un compromiso
formal y total.
• Boda.
Después del proceso de independización o desprendimiento del sostén
emocional y socioeconómico de la familia de origen, los adultos jóvenes se
encuentran en posición de formalizar una relación de noviazgo para contraer
matrimonio. La Carta de los Derechos de la Familia de la Santa Sede (1983),
establece que “Todas las personas tienen el derecho de elegir libremente su
estado de vida y por lo tanto derecho a contraer matrimonio y establecer una
familia o a permanecer célibes.”
El hecho de que un hombre y una mujer decidan contraer matrimonio
constituye el punto de partida para la formación de una familia. Actualmente, en
la mayoría de los países esta decisión es libre y nadie está obligado a elegir
dicho estado de vida, a diferencia de otras épocas, en las que el matrimonio
era impuesto. Esto se debe a que se considera el matrimonio como una unión
íntima de vida, un vínculo indisoluble, libremente contraído y públicamente
afirmado, en el cual un hombre y una mujer se complementan y están abiertos
a la transmisión de la vida.
Es esta la etapa del surgimiento de una nueva familia: cuando un hombre y una
mujer “se encuentran” para consolidar un vínculo sólido para la ayuda mutua y
la procreación, los dos fines fundamentales del matrimonio dictados en primer
lugar por la naturaleza, y sucesivamente por la experiencia, la sociedad y el
Estado de diferentes culturas a través de la historia, estableciéndolos en los
órganos legislativos; por ejemplo en los códigos civiles, como el del Estado de
México: “El matrimonio es una institución de carácter público e interés social,
por medio de la cual un hombre y una mujer voluntariamente deciden compartir
un estado de vida para la búsqueda de su realización personal y la fundación
de una familia”.
La elección de una pareja para formar un matrimonio y una familia debe estar
movida por un auténtico y profundo amor y no sólo por “enamoramiento”. Es
natural que se dé el enamoramiento al principio de una relación de pareja, es
decir que las pasiones y emociones sean fuertes, pero la pasión y el
sentimiento tienen una corta duración. El amor en cambio puede durar tanto
como cada persona esté dispuesta a cultivarlo. Sin embargo, así como el
enamoramiento llega y se va fácilmente, el amor requiere tiempo y dedicación
tanto para nacer como para perdurar, por lo cual es necesario también haber
alcanzado cierto grado de madurez personal.
Cuando el amor entre un hombre y una mujer es tal que ambos tienen la
certeza de que es lo suficientemente fuerte para poder generar y acoger la
vida, tanto la de cada uno de ellos como la de nuevas personas, están listos
para formar un matrimonio y una familia: una comunidad de vida y amor.
Una vez que formalmente la pareja ha decidido compartir su vida, se da
necesariamente un proceso de adaptación: se trata de dos personas con ideas,
sentimientos, historias y educación diferentes que han de aprender a convivir e
integrar una sola dinámica familiar y una nueva historia en común.
El proceso requiere tiempo, disposición, entrega y mucha humildad para
respetar las diferencias, ceder en ciertas cosas para llegar a acuerdos y
perdonar errores. Deberán acordar, a través del diálogo y la misma
convivencia, nuevas reglas y pautas de comportamiento, así como las
funciones que cada uno desempeñará en el funcionamiento del hogar. Cada
uno debe decir abierta y claramente lo que espera del otro para que ambos
puedan comprometerse con un proyecto de vida en común.
Relación entre amor y procreación [editar]
Las otras consecuencias que derivan de la conyugalidad son la dimensión
unitiva y procreativa. El acto físico de unión sexual implica simultáneamente la
capacidad de actuar la unión de dos sexos (dimensión unitiva) y la aptitud o
capacidad objetiva para procrear (dimensión procreativa). Que los actos
aislados no siempre resulten procreadores de hecho o psicológicamente
unitivos debido a un obstáculo, querido o no, no quita nada a la finalidad a que
está destinado el gesto.
En la actualidad, se insiste continuamente en separar las dos dimensiones,
poniendo énfasis en el placer del acto sexual, quitándole parte de su esencia;
esto es principalmente por un principio utilitarista que considera al placer como
la base y fin, tanto de la acción como de la reglamentación de toda actividad
humana. Así, el utilitarismo trata a la persona como medio que sirve para
alcanzar un fin, en este caso, el máximo placer posible. En oposición al
principio utilitarista se encuentra la norma personalista, la cual considera en su
contenido negativo, que la persona es un bien que no va de acuerdo con la
utilización y que no puede ser tratada como objeto; y al mismo tiempo, en su
contenido positivo, considera que la persona es un bien tal que sólo el amor
puede dictar la actitud apropiada y valedera respecto de ella. La dimensión
unitiva y procreativa se entienden y aceptan únicamente en el contexto de la
norma personalista, que acepta y se da a la otra persona en su totalidad, es
decir, sin excluir nada de su persona, ni siquiera su fertilidad.
Procreación responsable
La procreación humana es una de las elecciones más importantes de la pareja,
uno de los fines principales del matrimonio, pues tiene como resultado el
nacimiento de una nueva persona. Por esto, la procreación inscrita entre las
finalidades de la sexualidad y complementariedad de los sexos es lícita, y quien
ha hecho la opción conyugal no puede excluirla permanentemente. Excluir la
fecundidad de una unión que está orientada precisamente a ella, supone
contradecir la finalidad del acto conyugal. Sin embargo, no se puede hablar de
“derecho al hijo”; el derecho que emana del matrimonio es poder hacer actos
en sí fecundos, pero la fecundidad efectiva puede depender de otras causas. El
derecho al hijo es una expresión impropia porque nadie tiene “derecho” a
poseer a una persona como si fuera una cosa.
Hay quienes, por ser creyentes, ven el acto de procrear un significado aún
mayor, porque implica una intervención especial de Dios creador. Sin embargo,
aún sin ser creyente, la grandeza de una nueva persona humana es reconocida
por todos.
• La llegada de los hijos
Un hijo influye tanto en lo personal como en lo familiar. La llegada de un niño
requiere de espacio físico y emocional. La pareja debe adquirir un nuevo
anclaje de relación emocional con el niño, y entre ellos, la capacidad de ayudar
al compañero para que lo haga. Tener un niño favorece la intimidad de la
pareja, estimulando la diferenciación y elaboración de diversas facetas de la
personalidad de cada uno.
Uno factor importante en esta fase es poder identificar adecuadamente el área
económica afectada para poder definir cuáles son las labores tanto del trabajo
como del hogar, y ayudarle a cada quien a cumplir con lo suyo y no confundir la
problemática real con falta de cariño, desinterés o con la pérdida del deseo y el
propósito de formar una familia.
La ideología sobre la paternidad y la decisión de tener hijos ha cambiado
significativamente en los últimos años. La decisión de tener hijos ya no va de la
mano con la decisión de casarse, ni la decisión de tener sexo va de la mano
con la idea de que debe ser dentro del matrimonio.
En ésta etapa, el área de la sexualidad establece la importancia de la
realización de la pareja a través de la reproducción. Aquí la planificación
familiar juega un papel fundamental, cada pareja debe ser responsable y saber
cuántos hijos realmente podrían entrar en su núcleo familiar.
La adolescencia de los hijos
La adolescencia es una época de crisis y de cambios, de experimentación y de
definición, tanto para los hijos adolescentes como para los padres; período que
en la sociedad occidental e industrializada se ha ido poco a poco alargando, y
que hace algún tiempo se podía considerar comprendido entre los 12 y los 17 o
18 años. En ésta fase se combinan varios factores:
• Mayor frecuencia en problemas emocionales.
• Los padres, a pesar que se encuentran en la madurez, se ven obligados
nuevamente a revivir su propia adolescencia.
• Los abuelos se acercan al no poder mantenerse por sí mismos, y la soledad y
la muerte se avecinan.
El adolescente normal presenta crisis de identidad, pero no difusión de
identidad. Las crisis obedecen a que el sentimiento interno de identidad, de
pronto y con los cambios físicos del adolescente, no corresponde a la
confirmación del medio ambiente, que ya lo empieza a tratar como joven
adulto. En cambio, la difusión de identidad habla de síndromes
psicopatológicos severos.
La adolescencia es la etapa en la que se presentan con mayor frecuencia los
problemas emocionales serios. Para que un padre pueda dar el apoyo
adecuado a su hijo es necesario que él haya resuelto lo mejor posible su
adolescencia, para que no reviva su propia adolescencia y no trate de
sobreproteger a su hijo.
En el área de la intimidad, el padre puede sentir rivalidad al ver que su hijo
crece más fuerte que él, o el hijo puede sentirse menos validado, al darse
cuenta que no cumple con las expectativas de sus padres.
Según Estrada, en su libro El Ciclo Vital de la Familia, ambos padres tratan de
pasar pruebas fuertes como la de ver que su status social no es igual que el de
los padres de los amigos de sus hijos, e incluso se llegan a encontrar con las
sorpresas de que hay otras personas que ofrecen mayor atractivo y estímulo
para sus hijos que ellos mismos.
Los hijos se van, se separan de la familia y es necesario renovar el contrato
matrimonial. A algunos padres les cuesta soltar a sus hijos adolescentes, sin
embargo deben saber soltarlos a tiempo para que vaya en búsqueda de una
persona extraña con la cual seguir el ciclo vital de la familia. Cuando los hijos
se van la pareja adquiere otra dimensión en el área social y tiene que aprender
a adaptarse a ella.
El reencuentro de la pareja
Pareja madura.
Conocida como la etapa del «nido vacío», es una de las etapas más
demandantes para el sistema familiar, en la cual la pareja enfrenta los
problemas de una biología que decrece pues se pasa de la edad madura a la
vejez, la aceptación de los nietos y del papel de abuelos, la muerte de algunos
familiares de generaciones anteriores, la jubilación, las diferencias con las
nuevas generaciones (brecha generacional), etc. Esto se debe a que para
estas fechas casi siempre los hijos ya se han ido a formar sus propias familias,
lo cual propone algunos cambios. Los padres se encuentran cercanos a los 50
años de edad o más. Si las cosas han marchado bien en las etapas
precedentes, les será más fácil aceptar los cambios de una biología que tiende
a declinar; igualmente como pareja podrán enfrentar los cambios familiares y
sociales que se presentan.
Los padres deben independizarse de los hijos y de los nietos para volver a
formar una pareja. Se reencuentran con ellos mismos y con el compañero. En
estos momentos se vuelve muy necesario el apoyo mutuo entre los esposos.
Este apoyo mutuo servirá para continuar en la búsqueda de nuevos estímulos y
nuevas metas para el matrimonio.
En ocasiones, aparecen sentimientos de culpa como fantasmas del pasado por
los errores cometidos con los demás, especialmente con los hijos, y por los
deseos de la propia muerte.
La vejez
Es una de las etapas menos conocidas. En ésta, las personas ancianas deben
adaptarse a la pérdida y retos que la edad presenta: la búsqueda de una nueva
identidad, de una compañía que produzca placer, así como de una experiencia
significativa y genuina. Esta etapa, como todas, presenta obstáculos como los
siguientes:
• la tristeza que genera el sentir el rechazo de los demás
• con la llegada de su esposo que se ha jubilado, la mujer siente invasión del
espacio que antes controlaba: es necesario definir límites de los espacios
donde cada uno pueda actuar independientemente; de lo contrario, existe el
peligro de que se lleguen a perder la estima y el respeto, y aparezcan la
ansiedad, la tensión y los estados depresivos
• la sobreprotección de hijos a padres, en donde no se les permite vivir en
libertad.
Ser abuelo ofrece un nuevo horizonte en la vida:
• Enciende el deseo de sobrevivir, al aceptarse la propia mortalidad.
En presencia del nieto y el abuelo, pasado y futuro se funden en el presente.
Se da la oportunidad de experimentar una nueva relación, diferente a la del
padre, con los nietos.

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