Encuentros C Jesus - Parte2
Encuentros C Jesus - Parte2
Encuentros C Jesus - Parte2
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN A LOS ENCUENTROS CON JESÚS.... 4
J U A N E L B A U T I S T A . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
MATEO 3
UN POSESO ......................................... 17
MARCOS 1:21-27; LUCAS 4:31- 37
U N L E P R O S O.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
MATEO 8:1-4; MARCOS 1:40-45; LUCAS 5:12-16
U N P A R A L Í T I C O Y S U S A M I G O S . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
MATEO 9:1-8; MARCOS 2:2-12
U N A M U J E R E N F E R M A D E H E M O R R A G I A S . . . . . . . . . . . . 35
LUCAS 8:40-56; MARCOS 5:21-42
D O S C I E G O S . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
MATEO 9:27-30
U N H O M B R E C O N L A M A N O A T R O F I A D A . . . . . . . . . . . . . . 45
LUCAS 6:6-11
U N H O M B R E C I E G O Y M U D O . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
LUCAS 11:14-23
Z A Q U E O.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
LUCAS 19: 1-10
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U N O S N I Ñ O S.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
MARCOS 10:13-16
G E N T E A L A Q U E J E S Ú S A L I M E N T Ó . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
JUAN 6
L A G E N T E D E N A Z A R E T . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
MATEO 13:53-58; LUCAS 4:16-30
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Introducción a los
Encuentros con Jesús
Jesús nunca deja indiferente. Todas las personas que tuvieron
un encuentro con Él en las páginas de los evangelios fueron
impactadas, bien en sentido positivo o negativo. Lo mismo ha
sucedido con todos aquellos que, a lo largo de la historia, han
sido confrontados con el Maestro y su pregunta: ¿Quién dices
que soy?
Jesús nos demanda una respuesta, una definición un posicio-
namiento con respecto a Él y los planteamientos que hace para
la vida. No definirnos ya es en sí mismo una definición. Ahora
bien, hay que reconocer que no es nada fácil un encuentro cara
a cara con Jesús de Nazaret. Juan, el evangelista, nos indica que
muchas veces huimos de Él porque es luz y la luz pone de mani-
fiesto, evidencia, lo que hacemos; y esto no siempre nos gusta, a
menudo, nos avergüenza.
En este libro he tratado de recoger la mayoría de los encuentros
que diferentes personas tuvieron con Jesús. Sigo para cada uno
de ellos el mismo esquema:
TEXTO BASE
Para facilitar el estudio he incluido en cada encuentro el texto
bíblico que lo describe. Salvo que se indique lo contrario todas
las citas bíblicas reproducidas se basan en la versión: La Pala-
bra, editada por las Sociedades Bíblicas Unidas, en su versión de
castellano de España.
IDEA PRINCIPAL
Es una simple frase que trata de sintetizar el principio clave que
se desarrolla o puede extraerse de ese encuentro.
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Introducción a los Encuentros con Jesús
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Introducción a los Encuentros con Jesús
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
La palabra reflexión es de origen latino y significa: inclinarse
hacia atrás para poder ganar distancia, perspectiva y com-
prensión. He incluido al final de cada encuentro una serie de
preguntas que tienen como finalidad ayudar a generar esa re-
flexión que permita una aplicación de los principios estudiados
en nuestra vida personal.
MI ORACIÓN
El estudio de cada encuentro motivó en mí una oración de res-
puesta al Señor. Este apartado del libro puede ser usado –si uno
se siente identificado con lo escrito- para verbalizarle al Señor
nuestras emociones y pensamientos respecto al tema. También
puede servir, simplemente, como inspiración para la oración
personal.
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Introducción a los Encuentros con Jesús
EN GRUPO
Hay dos sugerencias que me gustaría darte:
La primera está inspirada en lo que varias veces hemos hecho
en la iglesia local que pastoreo. Todas las personas usamos el li-
bro como base para nuestro tiempo devocional personal, de este
modo toda la congregación se está acercando al mismo texto
de las Escrituras. Posteriormente, los domingos, articulamos
un tiempo durante el culto para que todo aquel que lo desee
pueda compartir qué ha aprendido del Señor durante su estudio
de los encuentros con Jesús ¡El resultado puede ser increíble!
Soy consciente de que tal vez la liturgia de tu iglesia o el orden
del culto, no esté preparado para ello. Pero ¿qué sucedería si
abrieras un espacio de este tipo en el orden habitual de tu
culto? ¿Has pensado toda la riqueza que la congregación podría
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Introducción a los Encuentros con Jesús
1 . C O M I E N Z A E N O R A C I Ó N .
Invita al Espíritu Santo a unirse a la reunión. Pidan que se
cumpla en ustedes lo que prometió Jesús: “el Espíritu os
guiará a toda la verdad y os enseñará todas las cosas”.
2 . C O M P A R T I R L O S A P R E N D I Z A J E S .
Es un tiempo abierto en que cada participante pueda
compartir aquello que ha aprendido durante el tiempo
de lectura y reflexión personal a lo largo de la semana (o
el tiempo que haya pasado desde que se encontraron por
última vez). Vale la pena hacer énfasis en las aplicacio-
nes prácticas, en los compromisos tomados; evitar que se
convierta en meramente compartir información; se trata
de compartir vida.
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Introducción a los Encuentros con Jesús
3 . H A C E R P Ú B L I C O S L O S C O M P R O M I S O S .
Creo que es importante que el grupo actúe como una
estructura de rendición de cuentas. Si los participantes
verbalizan cuáles son los compromisos que han decidido
tomar, el resto de las personas puede orar por ello y, tal y
como dice el libro de Hebreos, “estimularse mutuamente
al amor y a la práctica del bien”.
4 . T E N E R U N T I E M P O P A R A C O M P A R T I R M O T I V O S D E
ORACIÓN Y ORAR POR ELLOS.
Los participantes pueden, libremente, compartir motivos
de oración y posteriormente todo el grupo orar por los
mismos.
5 . C O M E N T A R A S P E C T O S L O G Í S T I C O S .
Recordar lugar, fecha y hora del próximo encuentro y
cualquier otra información que pueda ser importante,
necesaria o significativa para los participantes.
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Introducción a los Encuentros con Jesús
6 . T I E M P O I N F O R M A L .
Siempre cae bien acabar con un tiempo informal ¡Perfecto
si hay café!
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Juan el Bautista
MATEO 3
Texto base
Por aquel tiempo comenzó Juan el Bautista a predicar en el
desierto de Judea. Decía:— Convertíos, porque ya está cerca el
reino de los cielos. A este Juan se había referido el profeta Isaías
cuando dijo:
«Se oye una voz;
alguien clama en el desierto:
«¡Preparad el camino del Señor;
abrid sendas rectas para él!».
Juan iba vestido de pelo de camello, llevaba un cinturón de
cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Acudían
a él gentes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la ribera del
Jordán. Confesaban sus pecados, y Juan los bautizaba en las
aguas del Jordán. Pero al ver que muchos fariseos y saduceos
acudían a recibir el bautismo, Juan les decía: — ¡Hijos de víbo-
ra! ¿Quién os ha avisado para que huyáis del inminente casti-
go? Demostrad con hechos vuestra conversión y no os hagáis
ilusiones pensando que sois descendientes de Abrahán. Porque
os digo que Dios puede sacar de estas piedras descendientes
de Abrahán. Ya está el hacha preparada para cortar de raíz
los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y
arrojado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convir-
táis; pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y
yo ni siquiera soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará
con Espíritu Santo y fuego. Llega, bieldo en mano, dispuesto a
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Juan el Bautista
Idea principal
EL ENCUENTRO CON JESÚS PONE DE MANIFIESTO NUESTRA
MISIÓN Y PROPÓSITO.
Quién era
Juan era hijo de Zacarías, un sacerdote de la familia de Aarón, e
Isabel, prima de María, la madre de Jesús. El nacimiento de Juan,
al igual que el de Jesús, fue milagroso ya que Isabel era estéril
y, además, en el momento del nacimiento de su hijo, demasiado
anciana para poder tener descendencia. Un ángel se apareció a
Zacarías un día que estaba ministrando en el templo y le anunció
que el Señor había escuchado su oración y, por tanto, su esposa
tendría un niño.
Aquel niño sería muy especial por varias razones. En primer
lugar, porque era primo carnal de Jesús; en segundo, porque su
concepción y nacimiento fueron milagrosos y, en tercero y últi-
mo, porque fue un niño que nació para el cumplimiento de una
misión: Juan debía ser el precursor, el anunciador, aquel que
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Juan el Bautista
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Juan el Bautista
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Juan el Bautista
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Juan el Bautista
Preguntas de aplicación
• ¿Te has parado a pensar en cuál es la misión única y
singular que Dios desea que hagas?
• ¿En qué entornos, esferas, áreas de la sociedad a las que
nadie más puede llegar te ha colocado Dios para ser
testigo?
• ¿De qué modo te ha capacitado el Señor para esa singu-
lar tarea?
• ¿Has descubierto los dones que Él ha derramado sobre ti
para capacitarte para la misión?
• En caso negativo, ¿Cómo puedes descubrirlos? ¿Quién
puede ayudarte?
• ¿Cómo tus talentos y habilidades naturales se relacionan
con tu misión?
Mi oración
Señor, me preocupa caer en la trampa social y creerme que úni-
camente soy un ser destinado a consumir productos y experien-
cias. No quiero ni puedo perder mi sentido de misión, la certeza
y convicción de que me has llamado para colaborar contigo
en la tarea de de restaurar y reconciliar todas las cosas con el
Padre. Gracias por darme ese privilegio y oportunidad. Ayúdame
a llevar a cabo esa misión de ser sal y luz en cualquiera que sea
el ámbito en el que me ubiques.
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Un poseso
MARCOS 1:21-27; LUCAS 4:31- 37
Texto base
Desde allí se dirigió a Capernaum, ciudad de
Galilea, y pasaba los sábados enseñando. Todos
quedaban impresionados por sus enseñanzas,
porque les hablaba con autoridad. Estaba allí, en
la sinagoga, un hombre poseído por un demonio
impuro que gritaba a grandes voces: — ¡Jesús de
Nazaret, déjanos en paz! ¿Has venido a destruir-
nos? ¡Te conozco bien: tú eres el Santo de Dios!
Jesús lo increpó, diciéndole: — ¡Cállate y sal de él!
Y el demonio, tirándolo al suelo delante de todos,
salió de él sin hacerle ningún daño. Todos queda-
ron asombrados y se decían unos a otros:— ¡Qué
poderosa es la palabra de este hombre! ¡Con qué
autoridad da órdenes a los espíritus impuros y es-
tos salen! Y la fama de Jesús se extendía por toda
la comarca. (Lucas 4:31-37)
Idea principal
EL ENCUENTRO CON JESÚS PRODUCE LIBERACIÓN.
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Un poseso
Quién era
Los dos textos nos indican que se trataba de una persona que
estaba dominada por un espíritu inmundo. Como consecuencia
de esa posesión, el individuo, además de los efectos que pudiera
padecer, se convertía moral y ceremonialmente en impuro.
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Un poseso
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Un poseso
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Un poseso
Preguntas de aplicación
• ¿De qué te sientes esclavo?
• ¿Qué áreas hay en tu vida en las que no estás experi-
mentando libertad?
• ¿Cómo resuenan en tu vida las palabras de Pablo: todo
me es lícito pero no me dejaré esclavizar por nada?
Mi oración
Señor, dame libertad en aquellas áreas en las cuales, a pesar
de que Tú compraste para mí la libertad, continuo viviendo en
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Un poseso
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Un leproso
MATEO 8:1-4; MARCOS 1:40-45; LUCAS 5:12-16
Texto base
Jesús, conmovido, extendió la mano, lo tocó y le dijo:— Quiero.
Queda limpio. Al instante le desapareció la lepra y quedó limpio.
Acto seguido Jesús lo despidió con tono severo y le encargó:—
Mira, no le cuentes esto a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote
y presenta la ofrenda prescrita al efecto por Moisés. Así todos
tendrán evidencia de tu curación. Pero él, en cuanto se fue,
comenzó a proclamar sin reservas lo ocurrido; y como la noticia
se extendió con rapidez, Jesús ya no podía entrar libremente en
ninguna población, sino que debía permanecer fuera, en lugares
apartados. Sin embargo, la gente acudía a él de todas partes.
(Marcos 1:40-45)
Idea principal
JESÚS NO SÓLO SE ENCUENTRA Y NO RECHAZA A LOS MARGI-
NADOS DE LA SOCIEDAD, SINO QUE LES DEVUELVE SU DIGNI-
DAD Y LOS RESTAURA.
Quién era
En el mundo antiguo, la lepra era una auténtica maldición. Las
personas que padecían esta terrible enfermedad eran consideradas
parias dentro de la sociedad. Estaban condenadas a vivir fuera de
su entorno social habitual, no podían convivir con su familia ni en
sus comunidades, sino lejos de todo trato con el resto de los seres
humanos, a excepción de aquellos que padecían también la lepra.
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Un leproso
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Un leproso
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Un leproso
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Un leproso
Preguntas de aplicación
• ¿Existen en tu vida cosas, del tipo que sea, que te hacen
sentir que es indigno que trates de acercarte a Jesús? Si
es así ¿Cuáles son?
• ¿Qué te enseña el encuentro del leproso con Jesús acer-
ca de la actitud que puedes esperar del Maestro hacia
ti?
• ¿Quiénes son los «leprosos» en tu entorno?
• ¿Estás favoreciendo que se puedan acercar al Maestro?
¿Estás obligándoles activa o pasivamente a que vivan en
la marginalidad?
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Un leproso
Mi oración
Señor, quiero pedirte perdón porque si soy sincero reconozco
que yo también tengo «mis leprosos»; personas a las que juzgo,
condeno y desprecio porque las considero impuras, indignas y
yo mismo me veo como superior a todos ellos. Y al hacer esto
no estoy proyectando tu amor y aceptación incondicional hacia
ellos, amor y aceptación que yo mismo recibí cuando como ellos
eran un leproso. Señor, no permitas que mi vida y mis actitudes
impidan que se puedan acercar a ti para ser curados.
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Texto base
Se reunió tanta gente, que no quedaba sitio ni siquiera ante la
puerta. Y Jesús les anunciaba su mensaje. Le trajeron entonces,
entre cuatro, un paralítico. Como a causa de la multitud no
podían llegar hasta Jesús, levantaron un trozo del techo por
encima de donde él estaba y, a través de la abertura, bajaron la
camilla con el paralítico. Jesús, viendo la fe de quienes lo lleva-
ban, dijo al paralítico: — Hijo, tus pecados quedan perdonados.
Estaban allí sentados unos maestros de la ley, que pensaban para
sí mismos: «¿Cómo habla así este? ¡Está blasfemando! ¡Solamen-
te Dios puede perdonar pecados!». Jesús, que al instante se dio
cuenta de lo que estaban pensando en su interior, les preguntó:
— ¿Por qué estáis pensando eso? ¿Qué es más fácil? ¿Decir al pa-
ralítico: «Tus pecados quedan perdonados», o decirle: «Levántate,
recoge tu camilla y anda»? Pues voy a demostraros que el Hijo del
hombre tiene autoridad para perdonar pecados en este mundo.
Se volvió al paralítico y le dijo: — A ti te hablo: Levántate, reco-
ge tu camilla y vete a tu casa. Y él se levantó, recogió al punto
su camilla y se fue en presencia de todos. Todos los presentes
quedaron asombrados y alabaron a Dios diciendo: — Nunca
habíamos visto cosa semejante. (Marcos 2:2-12)
Idea principal
JESÚS HONRA LA FE DE AQUELLOS QUE AYUDAN A OTROS A
ACERCARSE A ÉL PARA SER RESTAURADOS.
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Un paralítico y sus amigos
Quiénes eran
Después de un exitoso viaje de ministerio, Jesús regresa a la ciu-
dad donde vivía, Capernaum.
En esta nueva historia tenemos, por un lado, al paralítico, una
persona necesitada de curación e incapaz por sus propios me-
dios de acercarse a Jesús.
Es importante reflexionar acerca del significado de ser un
impedido físico en la antigüedad. Al contrario de lo que suce-
de en muchos de nuestros países, no existía ningún sistema de
seguridad social que ofreciera beneficios a este tipo de gente. Si
la persona era paralítica desde su nacimiento, es probable que
dependiera de la caridad de sus vecinos, amigos y el resto de la
familia para poder sobrevivir. Si la parálisis se debía a un acci-
dente o una enfermedad, a su sufrimiento físico se le sumaba
además la carga emocional de no poder sostener económica-
mente a sus seres queridos. En cualquier caso, estamos ante una
persona dependiente.
Por otro lado, nos encontramos con los amigos de este hombre.
Sin duda, se trata de buenos compañeros, personas que mues-
tran una preocupación genuina por la situación de su amigo.
Gente que está dispuesta a superar todos los obstáculos que
se encuentran frente a ellos en su deseo de que aquel hombre
pueda ser bendecido y ministrado por Jesús. Además, y lo re-
saltamos porque el mismo Maestro así lo reconoció, se trata de
hombres que tienen una gran fe, personas que confían en que
Jesús puede, por medio de aquel encuentro, producir un cambio
radical en la vida de su amigo.
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Un paralítico y sus amigos
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Un paralítico y sus amigos
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Un paralítico y sus amigos
Preguntas de aplicación
• Aunque ya te hemos invitado a pensar anteriormente
acerca de este punto ¿existen a tu alrededor personas
que necesitan ser acercadas a Jesús?
• ¿Quiénes son? ¿Cómo puedes ayudarlas?
• ¿Necesitas ser llevado a Jesús para que Él restaure áreas
de tu vida y te otorgue sanidad?
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Un paralítico y sus amigos
Mi oración
Señor, ya he orado con relación a este punto pero deseo volver
a hacerlo. Es fácil para mí perderme en la rutina del día a día y
olvidarme de aquellos que están necesitados a mi lado. Por fa-
vor, no permitas que me vuelva insensible, que esté tan centra-
do en mí y mis necesidades que se vuelvan invisibles a mis ojos.
Señor, dame también la humildad para reconocer mi necesidad
y dejarme ayudar por otros. No permitas que mi orgullo me
prive del privilegio de ser bendecido por ellos.
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ENCUENTRO 10
ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Texto base
Cuando Jesús regresó, la gente lo recibió con alegría, pues todo
el mundo estaba esperándolo. En esto llegó un hombre llamado
Jairo, jefe de la sinagoga, el cual se postró a los pies de Jesús
rogándole que fuera a su casa porque su única hija, de unos
doce años de edad, estaba muriéndose. Mientras Jesús se dirigía
allá, la gente se apiñaba a su alrededor. Entonces, una mujer
que padecía hemorragias desde hacía doce años y que había
gastado toda su fortuna en médicos, sin lograr que ninguno
la curase, se acercó a Jesús por detrás y le tocó el borde del
manto. En aquel mismo instante se detuvo su hemorragia. Je-
sús preguntó: — ¿Quién me ha tocado? Todos negaban haberlo
hecho, y Pedro le dijo: — Maestro, es la gente que te rodea y
casi te a plasta. Pero Jesús insistió: — Alguien me ha tocado,
porque he sentido que un poder [curativo] salía de mí. Al ver la
mujer que no podía ocultarse, fue temblando a arrodillarse a los
pies de Jesús y, en presencia de todos, declaró por qué lo había
tocado y cómo había quedado curada instantáneamente. Jesús
le dijo: — Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz. (Lucas 8:40-48)
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Una mujer enferma de hemorragias
Idea principal
LA CONFIANZA EN JESÚS MARCA LA DIFERENCIA CUANDO NOS
ENCONTRAMOS CON ÉL.
Quién era
Aquí nos hallamos con un encuentro que sucede en el contex-
to de otro encuentro, el de Jesús y Jairo. De esta mujer se nos
concede cierta información que es importante. En primer lugar,
sabemos que era una persona que sufría una enfermedad que le
llevaba a padecer constantes hemorragias. En el contexto judío,
esta dolencia no únicamente tenía implicaciones y consecuen-
cias sanitarias, sino también sociales y, por cierto, muy graves.
La hemorragia convertía a una mujer en impura desde el punto
de vista ritual. Tenía que esperar el tiempo prescrito por la Ley
antes de poder volver a participar en la vida religiosa de Israel.
Pero no debemos olvidar que en el pueblo judío la vida social
y la religiosa estaban íntimamente relacionadas, y una persona
excluida de la vida religiosa lo era también de la vida social del
país. Si, además, esta mujer padecía de hemorragias de forma
permanente o frecuente, nos encontramos ante una persona
marginada religiosa y socialmente, alguien que ni siquiera de-
bería de osar acercarse a Jesús, ya que al tocarlo lo convertía en
ritualmente impuro también a Él.
En segundo lugar, se nos dice que esta mujer había gastado to-
dos sus recursos económicos en médicos que no habían podido
curarla de su enfermedad. Estamos frente a una persona que
tiene una doble exclusión: la económica, debida a su pobreza, y
la socio-religiosa, debida a su enfermedad.
Finalmente, se dice de ella que era una persona que tenía
confianza en la capacidad de Jesús para sanarla. Hete aquí una
persona de fe. Además, de una gran fe ya que, en su mente, el
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Una mujer enferma de hemorragias
simple toque del manto del Maestro era suficiente para devol-
verle la salud perdida. ¿De dónde provenía esa confianza? El
relato evangélico indica que ella había oído hablar acerca de
Jesús. Sin duda, sus prodigios y curaciones habían llegado hasta
sus oídos, y se había formado una clara idea de lo que Él podía
hacer en su vida.
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Una mujer enferma de hemorragias
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Una mujer enferma de hemorragias
Preguntas de aplicación
• ¿Cómo te acercas a Jesús? Parece una pregunta fácil
pero no lo es, piénsalo.
• ¿Te acercas al Maestro con confianza?
• Si tu respuesta ha sido negativa, ¿Qué te impide
hacerlo?
• Habla con Él al respecto. Sé honesto, dile qué sientes y
qué barreras te impiden confiar en Él.
Mi oración
Señor, al leer la historia de esta mujer me doy cuenta que lo
que marca una total diferencia es la actitud hacia Ti. A diferen-
cia de aquellos que te rodeaban, ella se aproximó a tu persona
con confianza, segura que de Ti recibiría la sanidad que tanto
tiempo había en vano perseguido. Señor, ayúdame a desarrollar
en mi vida y en mis peticiones esa confianza segura de aquella
mujer. Confianza y seguridad que me permitan acercarme a Ti
de una forma diferente y transformadora.
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Dos ciegos
MATEO 9:27-30
Texto base
Al salir Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que suplicaban a
voces: — ¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David! Cuando
entró en casa, los ciegos se le acercaron y Jesús les pregun-
tó: — ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le contestaron: — Sí,
Señor. Entonces les tocó los ojos y dijo: — Que se haga en vo-
sotros conforme a la fe que tenéis. Se les abrieron al punto los
ojos y Jesús les ordenó: — Procurad que nadie lo sepa. (Mateo
9:27-30)
Idea principal
JESÚS NOS CONFRONTA CON UNA PREGUNTA DIFÍCIL ¿CREES
QUE PUEDO HACER ESTO?
Quiénes eran
Este encuentro es únicamente narrado por Mateo y además de
una forma muy breve. Se trataba de dos personas ciegas (igno-
ramos si de nacimiento o bien a causa de alguna enfermedad)
que al enterarse de que Jesús iba a pasar por allí decidieron
seguirlo. La vida de un ciego, otro tipo de impedido físico como
el paralítico del que antes hemos hablado, era tremendamente
dura. Debido a su condición de invidentes, estaban condenados
casi irremediablemente a la mendicidad y a vivir de la caridad
de las personas.
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Dos ciegos
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Dos ciegos
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Dos ciegos
Preguntas de aplicación
• ¿Cuáles son las peticiones de tu corazón para Jesús?
• ¿Crees que Él puede hacerlo?
• ¿Cómo puedes expresarle tu confianza en medio de la
espera y/o la dificultad?
Mi oración
Señor, al leer esta historia han venido rápidamente a mi mente
las palabras de aquel hombre que te dijo que creía pero que
necesitaba ayuda con su incredulidad. ¡Cuántas veces me su-
cede lo mismo! Intelectualmente estoy convencido que puedes
hacerlo, que tienes todo el poder pero, miro las circunstancias,
observo la realidad, me dejo llevar por la razón, la lógica y el
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Dos ciegos
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Un hombre con
la mano atrofiada
LUCAS 6:6-11
Texto base
Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la
sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca
la mano derecha. Y le acechaban los escribas y los fariseos,
para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué
acusarle. Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al
hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y
él, levantándose, se puso en pie. Entonces Jesús les dijo: Os pre-
guntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer
mal? ¿salvar la vida, o quitarla? Y mirándolos a todos alrededor,
dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano
fue restaurada. Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí
qué podrían hacer contra Jesús. (Lucas 6:6-11)
Idea principal
JESÚS NUNCA PIERDE OCASIÓN PARA MINISTRAR AL
NECESITADO.
Quién era
Como en otras ocasiones, nos hallamos ante un personaje anó-
nimo encontrándose con Jesús. Tan sólo sabemos de él que era
miembro de la sinagoga local y que se encontraba en ella para
la celebración del sábado judío.
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Un hombre con la mano atrofiada
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Un hombre con la mano atrofiada
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Un hombre con la mano atrofiada
Preguntas de aplicación
• ¿Tenemos hacia las necesidades de la gente la misma
actitud y acción que tuvo Jesús?
• ¿Es mi religiosidad más importante que la práctica del
bien?
• ¿Me lleva mi religiosidad a la práctica del bien? En caso
contrario ¿Qué valor tiene la misma?
• ¿Puede convertirse la religiosidad en un obstáculo para
la práctica del bien? ¿Qué hacer en tal caso?
Mi oración
Señor, parece mentira, pero lo cierto es que mi religiosidad me
puede impedir hacer el bien e incluso sentirme orgulloso de ello
y moralmente superior a aquellos que me rodean. Tú afirmas
que deseas de mí más misericordia y menos sacrificios. Más
ponerme en el lugar del otro y menos juicio y condena hacia el
necesitado y el pecador. Padre, ayúdame. Soy consciente de que
hay en mí una vena legalista que, en ocasiones, me aparta de
reflejar tu carácter en el necesitado.
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Texto base
Un día, estaba Jesús expulsando un demonio que se había apo-
derado de un hombre dejándolo mudo. En cuanto el demonio
salió de él, el mudo recobró el habla y los que lo presenciaron se
quedaron asombrados. Pero algunos dijeron: — Belcebú, el pro-
pio jefe de los demonios, le da a este el poder para expulsarlos.
Otros, para tenderle una trampa, le pedían que hiciera alguna
señal milagrosa de parte de Dios. Pero Jesús, que conocía sus in-
tenciones, les dijo: — Si una nación se divide en bandos, se des-
truye a sí misma y sus casas se derrumban. Por tanto, si Satanás
actúa contra sí mismo, ¿cómo podrá mantener su poder? Pues
eso es lo que vosotros decís: que yo expulso los demonios por el
poder de Belcebú. Pero si Belcebú me da a mí el poder para ex-
pulsar demonios, ¿quién se lo da a vuestros propios seguidores?
¡Ellos mismos serán vuestros jueces! Ahora bien, si yo expulso
los demonios por el poder de Dios, es que el reino de Dios ya
ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado
guarda su mansión, su propiedad está segura; pero si otro más
fuerte que él llega y lo vence, entonces le quita las armas en
las que confiaba y reparte como botín todos sus bienes. El que
no está a favor mío, está contra mí; el que conmigo no recoge,
desparrama. (Lucas 11:14-23)
Idea principal
ALGUNAS PERSONAS SIEMPRE QUIEREN MÁS SEÑALES DE
PARTE DE JESÚS.
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Un hombre ciego y mudo
Quién era
Poca información se nos da acerca de esta persona, únicamente
sabemos de él que era ciego y mudo, y que estaba poseído por
un demonio. Del texto de Lucas podemos deducir que la mudez
era una consecuencia directa de la posesión demoniaca.
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Un hombre ciego y mudo
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Un hombre ciego y mudo
Preguntas de aplicación
• ¿En cuál de estos cuatro grupos estás?
• ¿Eres consciente de la intervención de Dios en la historia
y en tu propia y única historia personal?
• ¿Atribuyes lo que sucede a Dios o, contrariamente, bus-
cas otro tipo de explicaciones?
Mi oración
Señor, ¡Cuántas veces he atribuido tu intervención a otras
causas! He pensado que era producto de la casualidad, el azar,
la suerte o mi propia capacidad. Sé que Tú no te sientes mo-
lesto por ello sino triste porque me privo de experimentarte y
del gozo de ver cómo día tras día, año tras año, eres fiel con-
migo y los míos. Señor, ten compasión de mí y no permitas que
siga perdiéndome el privilegio de experimentarte en mi vida
cotidiana.
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Zaqueo
LUCAS 19: 1-10
Texto base
Jesús entró en Jericó e iba recorriendo la ciudad. Vivía allí un
hombre rico llamado Zaqueo, que era jefe de recaudadores de
impuestos y que deseaba conocer a Jesús. Pero era pequeño
de estatura, y la gente le impedía verlo. Así que echó a correr
y, adelantándose a todos, fue a encaramarse a un sicómoro
para poder verlo cuando pasara por allí. Al llegar Jesús a aquel
lugar, miró hacia arriba, vio a Zaqueo y le dijo: — Zaqueo, baja
en seguida, porque es preciso que hoy me hospede en tu casa.
Zaqueo bajó a toda prisa, y lleno de alegría recibió en su casa
a Jesús. Al ver esto, todos se pusieron a murmurar diciendo: —
Este se aloja en casa de un hombre de mala reputación. Zaqueo,
por su parte, se puso en pie y, dirigiéndose al Señor, dijo: — Se-
ñor, estoy decidido a dar a los pobres la mitad de mis bienes y a
devolver cuatro veces más a los que haya defraudado en algo.
Entonces Jesús le dijo: — Hoy ha llegado la salvación a esta
casa, pues también este es descendiente de Abrahán. En efecto,
el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba
perdido. (Lucas 19: 1-10)
Idea principal
EL ENCUENTRO CON JESÚS TRAE SALVACIÓN A NUESTRAS
VIDAS, Y ESTO AFECTA A TODAS LAS ÁREAS DE LA MISMA Y NO
ÚNICAMENTE A LA ESPIRITUAL.
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Zaqueo
Quién era
Zaqueo era un jefe de los publicanos. Estos eran recaudadores
de impuestos que trabajaban directamente al servicio de la
autoridad romana. Habitualmente, el Imperio Romano recauda-
ba los impuestos por medio de concesiones: se estimaba lo que
una determinada zona debía contribuir y ciertos particulares
pagaban de su bolsillo esa cantidad al Imperio, para luego ellos
cobrársela a su vez a la población. Su ganancia consistía en la
diferencia entre lo que habían pagado y lo que pudieran cobrar
después al pueblo. Para esto último contaban con las tropas de
ocupación romanas. Esto generaba todo tipo de injusticias y ex-
torsiones por parte de los publicanos que, con toda razón, eran
odiados por su doble condición de colaboradores del ocupante
romano y gente que extorsionaba y abusaba de su estatus.
El hecho de que Zaqueo fuera jefe de los publicanos nos indica
que su percepción social debía de ser aún más negativa, y su
capacidad de generar riqueza aún mayor. De hecho, el texto
dice que era muy rico y que era considerado una persona de
mala reputación. Nuestro protagonista vivía en la ciudad de
Jericó, no excesivamente lejos de Jerusalén y parece ser que
tenía muchas ganas de ver a Jesús. Además, sabemos que era de
baja estatura y una persona hospitalaria, pues recibió a Jesús en
su hogar.
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Zaqueo
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Zaqueo
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Zaqueo
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Zaqueo
Preguntas de aplicación
• Piensa en tu entorno ¿Cuáles son los equivalentes a los
publicanos en tu contexto social? ¿Quiénes son aquellos
que son considerados gente de mala reputación, despre-
ciables, moral o socialmente reprobables?
• ¿Cuál es tu actitud hacia ellos, la de Jesús –es preciso
que hoy me hospede tu casa– o la de la multitud –todos
se pusieron a murmurar–?
• ¿Qué significaría en la práctica actuar como Jesús actuó
con relación a los grupos que has identificado en la
primera pregunta?
• ¿Qué áreas de tu vida han quedado inalteradas después
de haber conocido a Jesús?
• Para que la afirmación del Maestro –Hoy ha llegado la
salvación a esta casa- adquiera en tu vida su total senti-
do ¿Qué cambios han de producirse?
Mi oración
Señor, al leer esta historia de tu encuentro con Zaqueo vienen
varias peticiones a mi mente. Quiero ser como él en el sentido
de ser intencional en buscarte y salvar cualquier obstáculo que
me impida hacerlo. Quiero experimentar la salvación, es decir,
tu intervención, en todas y cada una de las áreas de mi vida.
Señor no quiero una salvación «espiritual», deseo una integral
que afecte mis prioridades, mis valores, mi cosmovisión, mis
acciones y mis omisiones. Quiero ser como Tú y romper las ba-
rreras de clase, raza, género, cultura, economía y cualquier otra
que me impida acercarme a las personas como Tú lo hiciste.
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Unos niños
MARCOS 10:13-16
Texto base
Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos
reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indig-
nó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis;
porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el
que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los
bendecía. (Marcos 10:13-16)
Idea principal
NO DEBEMOS SER IMPEDIMENTO PARA QUE NADIE SE ACER-
QUE A JESÚS.
Quiénes eran
Los textos de los diferentes evangelios simplemente cuentan
que se trataba de unos niños. Bajo esta denominación tan
amplia cabrían todos aquellos pequeños comprendidos entre las
edades de 0 y 12 años. Sin embargo, el hecho de que Jesús los
tomara entre sus brazos nos sugiere que tal vez se trataba de
niños de corta edad. También es importante para nosotros en-
tender la poca estima que se tenía hacia la infancia en aquellos
tiempos. Los niños eran considerados personas sin importancia,
sin opinión y, por tanto, no dignas de molestar con su presencia
o sus reclamos a los adultos. Aquí podemos observar, de nue-
vo, cómo Jesús tenía una especial preocupación y mostraba un
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Unos niños
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Unos niños
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Unos niños
Preguntas de aplicación
• ¿Quiénes son las personas rechazadas, las que nadie
tiene en cuenta, que hay a tu alrededor? ¿Puedes ser de
bendición para ellas? ¿Cómo?
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Unos niños
Mi oración
Señor, la lectura de este encuentro tuyo con los niños me ha
llevado a reflexionar sobre mi actitud hacia aquellos que la
sociedad desprecia y margina. Me ha hecho pensar sobre si
participo de los mismos prejuicios que tiene la gente que hay a
mi alrededor en vez de percibir a las personas, todas sin excep-
ción, con la mirada de gracia y amor que Tú tienes. Tus palabras
de advertencia resuenan en mi corazón y me pregunto si soy un
obstáculo para que otros puedan acercarse a Ti. Si este último
fuera el caso, ruego Señor me ayudes a ser consciente y apar-
tarme para que mi vida no entorpezca el acceso de las personas
hacia tu presencia y tu conocimiento.
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ELLOS SE ENCONTRARON CON JESÚS...
Texto base
Juan capítulo 6
Idea principal
JESÚS NOS CONFRONTA CON NUESTRAS NECESIDADES Y
MOTIVACIONES.
Quiénes eran
Se trata de una parte de las personas que habían sido alimenta-
das por Jesús en la orilla del mar de Galilea, opuesta a la ubica-
ción de la ciudad de Capernaum. El episodio de la alimentación
es recogido por los cuatro evangelistas, y se produjo a causa
de la gran multitud de personas que le habían seguido hasta
aquel lugar para oír sus enseñanzas. Jesús, al ver la situación de
necesidad de las mismas, decidió actuar y las alimentó. El texto
de Juan nos dice que, a raíz de esta intervención milagrosa del
Maestro, un buen número de ellos le siguieron y al encontrarlo
se produjo un interesante diálogo entre ellos.
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Gente a la que Jesús alimentó
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Gente a la que Jesús alimentó
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Gente a la que Jesús alimentó
Preguntas de aplicación
• ¿Qué te motiva para acercarte a Jesús? ¿Únicamente
que satisfaga tus necesidades o también el deseo de
seguirle?
• ¿Qué te pide Jesús? ¿Qué desea hacer contigo y en tu
vida?
• ¿Quieres irte tú también?
Mi oración
Señor, me reconozco a mí mismo en aquellas personas. ¡Cuántas
veces he acudido a Ti preocupado por necesidades inmediatas
y superficiales! ¡Cuántas veces he sido insensible a tu deseo de
satisfacer aquellas que son más profundas! Señor, Tú sabes lo
que necesito, lo superficial e incluso banal y lo más íntimo y
profundo, ayúdame a acercarme a Ti y saberte escuchar y dejar
que ministres mis necesidades.
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La gente de Nazaret
La gente de Nazaret
MATEO 13:53-58; LUCAS 4:16-30
Texto base
Cuando Jesús terminó de contar estas parábolas, marchó de
allí y se fue a su pueblo donde se puso a enseñar en su sina-
goga, de tal manera que la gente no salía de su asombro y se
preguntaba: — ¿De dónde le vienen a este los conocimien-
tos que tiene y los milagros que hace? ¿No es este el hijo del
carpintero? ¿No es María su madre, y sus hermanos Santiago,
José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no viven todas ellas
entre nosotros? ¿De dónde ha sacado todo eso? Así que estaban
desconcertados a causa de Jesús. Por eso les dijo: — Sólo en su
propia tierra y en su propia casa menosprecian a un profeta. Y
a causa de su falta de fe, no hizo allí muchos milagros. (Mateo
13:53-58)
Idea principal
LA INCREDULIDAD ES UN OBSTÁCULO PARA ACEPTAR A JESÚS.
Quiénes eran
Jesús llega a la ciudad en la que se había criado, Nazaret, y se
encuentra allí con sus conciudadanos, personas que le conocían
muy bien desde que era un niño. Allí estaban sus vecinos, sus
amigos e incluso parte de su familia. Por los comentarios que
las personas hacen con respecto al Maestro, podemos deducir
que conocían muchos detalles de la vida de Jesús, de su familia,
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La gente de Nazaret
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La gente de Nazaret
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La gente de Nazaret
Preguntas de aplicación
• ¿Por qué una persona puede desarrollar una actitud de
incredulidad hacia Jesús? ¿Crees que puede haber una
relación con el estilo de vida? ¿De qué modo ambas
cosas pueden estar relacionadas?
• ¿Cuál es el peligro de permitir la incredulidad en nues-
tras vidas? ¿De qué modo puede ayudarte a contestar
esta pregunta el pasaje de Hebreos 3:12-19?
• ¿Cómo podemos ayudar a una persona incrédula?
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La gente de Nazaret
Mi oración
Señor, en ocasiones tengo dudas. Hay cosas que no veo claras,
que no entiendo, que me cuesta procesar, pero sé que puedo
presentarme ante Ti con esas dudas, hablarlas contigo con un
corazón abierto y nunca me he sentido rechazado. Pero quiero
pedirte que me protejas de la incredulidad. No permitas que
esta crezca en mi corazón y haga que este se endurezca y se
vuelva refractario e impermeable y, consecuentemente, Tú no
puedas hacer tu trabajo en mi vida.
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Félix Ortiz
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