Filosofía de La Ciencia

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Universidad de Baja California

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

ARTICULO TEÓRICO
Entre ciencia y pseudociencia: Definiciones, consecuencias y
relevancia.

ASIGNATURA
Filosofía de la ciencia
NOMBRE DEL ALUMNO
Diana del Pilar Ruiz pino
NOMBRE DEL CATEDRÁTICO
Dr. José Concepción Piña Álvarez
Bogotá, Colombia; enero 11 de 2019.
Entre ciencia y pseudociencia: Definiciones,
consecuencias y relevancia.

Magister. Diana del Pilar Ruiz Pino


Maestría en docencia, Universidad de la Salle (Colombia).
Docente de ciencias naturales- Química, Secretaría de educación de Bogotá- Colombia
Correo Electrónico: dianaruiz1927@hotmail.com

Resumen

Ciencia y pseudociencia son dos conceptos que se tratan a menudo pero que rara
vez se definen en campos más allá de los académicos en la comunidad científica y su
filosofía, en una sociedad en la que ciencia se asocia con procesos intelectuales para un
grupo académico de elite y no se diferencia un conocimiento verdadero de uno falso,
ciencia y pseudociencia luchan entre la necesidad de divulgación, la búsqueda de
popularidad y de patrocinadores -riquezas- para su crecimiento social, a la vez que se
encuentran como puntos de inflexión a la hora de delimitarlas. El presente artículo busca
hacer una descripción conceptual de lo que se entiende por ciencia y pseudociencia, las
características correspondientes a cada una, sus finalidades y consecuencias en la realidad
social; tal recorrido teórico lleva a mostrar un análisis de la realidad de la enseñanza de
las ciencias y de la importancia de la diferenciación entre conocimiento común,
conocimiento científico y conocimiento “pseudocientífico” desde los procesos educativos
para contribuir en la formación de sujetos sociales críticos y futuros científicos
responsables en la producción de conocimiento.

Palabras clave

Conocimiento, ciencia, investigación, método, pseudociencia, educación


científica.

Abstract

Science and pseudoscience are concepts that are often discussed but they are rarely
defined in fields beyond the academics of the scientific community and their philosophy,
in a society where the science is associated with intellectual process for an elite academic
group and there are not difference between true or false knowledge , science o
pseudoscience struggle between the need for disclosure, the popularity search an the
sponsors -riches- for their social growth, at the same time as they are points of inflection
when they are delimit . This article seeks to do a conceptual description about science and

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pseudoscience meaning, the characteristics corresponding to each one, its purposes and
consequences in the social reality , such theoretical journey shows an analysis of the
reality of the teaching of science and the importance of the differentiation between
common knowledge, scientific knowledge and "pseudoscientific" knowledge from
educational processes to contribute to the formation of critical social subjects and future
responsible scientists in the production of knowledge.

Key word

Knowledge, Science, investigation, method, pseudoscience, scientist education

Introducción

Es común cuando se inicia el proceso educativo en las escuelas decir que los
estudiantes dan los primeros pasos en su camino de obtención del conocimiento, sin
embargo, como seres sociales y culturales no se es una hoja en blanco que llega a ser
escrita en un centro educativo, por el contrario, se llevan conocimientos previos que
empiezan a determinar las condiciones de aprendizaje, conocimiento ordinario o común.
Aun así, es finalidad del proceso educativo que los sujetos también tengan manejo de
conocimiento científico, para así permitir el acercamiento, interés y formación de los
científicos de las futuras generaciones, es decir, fomentar la renovación de la comunidad
científica y aun, aunque no todo sujeto pretenda ser científico, se formen personas capaces
de distinguir conocimiento científico del conocimiento común que producen las
pseudociencias.

Ciertamente se hace necesaria la comprensión de lo que es el conocimiento, y


respecto a este punto Platón (citado en Vergne, 2013) ilustra que se entienda este como
una creencia verdadera y afianzada, haciendo claridad, que verdad y realidad son lo
mismo. Siglos después, Kant (citado en Vergne, 2013) hace énfasis en que para conocer
es necesario llegar a adaptar la realidad a las leyes de la mente y por lo tanto se puede
entender, que la verdad siempre será parcial en cuanto cada comunidad entiende como
conocimiento verdadero lo que su mente logra comprender del entorno que le rodea. En
este sentido Bacon, Locke y Hume (citados en Vergne, 2013) desde una postura empirista
permiten enriquecer el concepto pues entienden que el conocimiento depende de las ideas
e impresiones de la realidad obtenidas desde los sentidos.

Partiendo de estos supuestos ¿el conocimiento puede ser definido como las ideas
obtenidas de lo que se observa en la naturaleza? Al respecto, otras escuelas filosóficas
refutarían, pues a diferencia de lo anteriormente expresado, desde el racionalismo
Descartes (citados en Vergne, 2013) afirma que los sentidos generan prejuicios y por lo

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tanto no llevan al conocimiento verdadero, se hace necesaria entonces la razón y un
método para alcanzarlo. Por supuesto existe un sin número de posturas para la definición
de un concepto tan importante en la evolución de la humanidad y la participación de cada
sujeto en el manejo o no de este en la construcción de sociedades del conocimiento.

Es natural suponer que todo ser humano tiene acceso al conocimiento, pero ¿qué
tipo de conocimiento? ¿quién produce ese conocimiento? Al respecto Bunge (2004)
plantea que se puede hacer una distinción de dos tipos, un conocimiento común basado
en las creencias populares y sin fundamentos científicos producido por necesidades de
las poblaciones, pero no fundamentado, sin argumentos de peso o simplemente pasados
de generación en generación y el conocimiento científico, de carácter especializado
afianzado en la experimentación y la contrastación, y a su vez como expresa Olive ( 2013)
capaz de ser incorporado en la solución de enigmas que articulan las comunidades
científicas y otras dimensiones sociales. Es justo hacer la claridad que el conocimiento
científico se caracteriza según Bunge (1995) por ser claro y preciso en cuanto no permite
vaguedades que el conocimiento común sí, ser comunicable, pues todo producto científico
debe ser comunicado al mundo para generar crecimiento del constructo científico, ser
verificable a través de la experiencia, ser sistemático, es decir ordenado y coherente, ser
general, legal y predictivo pues plantea leyes que, aunque no son inmutables, si describen
el mundo de manera general, tendiendo a prever el futuro de fenómenos ya analizados.

Conviene advertir según la caracterización anterior, que el conocimiento científico


no surge de la mera contemplación y contrario a lo que formulan los empiristas en los
siglos XVII y XVIII se necesita más que los sentidos para llegar a cumplir esas
condiciones, siendo la ciencia la encargada de esta labor, Morles (2002) lo argumenta al
describir la ciencia como la actividad racional y sistemática la cual por medio del método
científico conduce a la construcción de conocimiento valido. Sin embargo, no es el
conocimiento científico lo que se acostumbra a manejar en las sociedades cotidianamente
a pesar de su característica de comunicabilidad, la falta de formación en ciencias y los
vacíos o puntos que no ha logrado desarrollar la ciencia ha llevado a que el conocimiento
común u ordinario sin ser negativo dependiendo del contexto, tome en algunos momentos
fuerza y lo definan como conocimiento científico desde lo que se conoce como
pseudociencias, pues como expone Sagan (2000) esta también genera sensación de
prodigio como la ciencia y al contario de la ciencia colma necesidades emocionales
poderosas, proporciona fantasías sobre poderes personales que le faltan y anhela el
hombre. En este punto surgen otros grandes interrogantes: ¿qué se enseña en las escuelas
realmente: ciencia o pseudociencia? ¿qué conocimiento realmente manejan los
estudiantes común o científico? ¿cómo distinguir una ciencia de una pseudociencia? Con
este artículo se pretende hacer una caracterización y distinción de lo que se puede entender
como ciencia y como pseudociencia, su participación en la construcción de conocimiento

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verdadero y que idea de ciencia – o pseudociencia- realmente se maneja en la formación
de ciudadanos en las escuelas.

Marco teórico

Lo que se debe entender por ciencia cuando no se es científico

En esta época post moderna donde la información y el conocimiento se producen


a cada segundo y como lo plantea Feyerabend (citado en Bunge, 1983) todo es válido, en
cada esquina un médico, un filósofo, un economista, un biólogo, solo por mencionar
algunas profesiones ligadas a la ciencia, puede llegar a producir conocimiento, sin
embargo, no todo puede considerarse científico, pues solo la ciencia puede construirlo.
Así que se hace necesario definir la ciencia y al respecto Asensi y parra (2002) la
entienden como un bien que describe la realidad a través del método científico yendo más
allá hasta el punto de pronosticar y explicar fenómenos; apoyando la definición
Azcárraga (2003) afirma que la ciencia es el reflejo de la naturaleza, alejada de
ideologías, el problema aquí radica en que la ciencia es un producto del hombre y el
hombre aun dentro de su comunidad científica y en su papel de investigador no se ve libre
de ideologías -en este caso llamado paradigmas- que en cierto sentido condicionan el
conocimiento que se produce, Kuhn (Citado en Garma,2005) afirma que el paradigma es
una matriz disciplinar y que para liberarse de ellos se necesita enriquecerse en literatura,
tener una excelente y rica formación académica y tener acceso a redes de comunicación
científicas, ese sería el ideal de comportamiento científico pero la realidad es otra al ver
que como sostiene Olive (2013) es propiamente el paradigma lo que se comparte en una
comunidad de científicos y no lo que se elimina realmente para la producción de
conocimiento.

Siguiendo adelante en la delimitación del concepto de ciencia, considérese que


la ciencia no surge del capricho del hombre y solo como gusto por predecir situaciones,
pues desde sus principios evolutivos ha sido la necesidad y la curiosidad lo que lo ha
llevado a sus descubrimientos, en este sentido Castro (2008) enriquece la definición de
ciencia desde su visión del punto de partida de esta, al explicar que surge de la pérdida
de confianza del hombre en lo observable, en su sentidos y por lo tanto se entiende cómo
el camino racional e inteligible – la lógica- empieza a hacer parte del escenario de la
ciencia para producir conocimiento; por lo tanto como sostienen Valero-Matas y Muñoz
(2017) la ciencia es una herramienta de la humanidad indispensable para ir modificando
y mudando la percepción del mundo y de la realidad a su vez que su finalidad, se entiende
como la construcción del conocimiento verificable y abierto, esa es la definición que en
mínima proporción debería manejar un sujeto que está por fuera de la comunidad
científica.

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Sin embargo, las personas del común tienden a ver la ciencia como un mundo
alterno donde solo los que pertenecen a las comunidades científicas poseen la habilidad
de entender el conocimiento científico que se produce, se entiende que solo aquellos que
producen y validan el conocimiento, es decir la comunidad científica (Olive, 2013)
pueden manejarlo, por lo tanto, se puede decir que hay un tipo de elitismo cognitivo.
Dicha situación afecta una de las características principales del conocimiento científico,
su comunicabilidad, pues no todos tienen acceso a ese conocimiento y al surgir en las
sociedades la creencia descrita, se rompe con ese ideal. Se plantearía que una de las
prioridades en la actualidad para la comunidad científica es hacer más comprensible el
conocimiento que se produce y divulga por medio de sus investigaciones pero no solo
para los especialistas, pues si se entiende la ciencia como una herramienta que permite
percibir y modificar el mundo; la divulgación científica tiene como objetivo principal
rebajar la brecha intelectual entre conocimiento especializado y conocimiento popular
(Alonso y Cortiñas, 2014) y todo miembro de la sociedad debería estar en la capacidad
por lo menos de conocerla; y si como dice Bunge (2004) la ciencia crece a partir del
conocimiento común y constituye un estilo de pensamiento y acción en la sociedad desde
las escuelas se hace necesaria la promoción de formación de personas que así no sean
científicos productores de conocimiento, si sean capaces de leerlo y aproximarse a la
realidad o percepción cambiante del universo.

Características de la ciencia a la hora de producir conocimiento

Al ser la ciencia entendida como una herramienta o un modo para conocer el


universo, analizarlo y comprender los fenómenos que deja a la disposición del hombre,
dicho bien de la humanidad tiene ciertas características y reglas a la hora de existir y
ejecutarse para alcanzar su fin, la producción de conocimiento.

La característica principal de la ciencia es como afirma Valero-Matas y Muñoz


(2017) que la mayoría de los científicos creen que mediante la ciencia se puede llegar a
la verdad, pero no están en posesión de la verdad absoluta, es decir no hay dogmatismo
en la labor científica, todo lo que esta planteado puede ser refutado y es a partir de este
punto que se desprenden las demás características. No existe la verdad absoluta, los
científicos solo tienen el dominio parcial de la verdad pues es a partir de la duda, de lo
que se conoce, que se da la producción de nuevo conocimiento, es esa parcialidad la que
permite el movimiento continuo de la ciencia, sin embargo hay quienes a pesar de esta
postura de la ciencia buscan criticarla argumentado como Mires (citado en Valero-Matas
y Muñoz, 2017) -exponente postmodernista- que la verdad así sea parcial no es más que
un proceso de construcción, es decir, la verdad se construye y la ciencia es una
construcción paradigmática, así que solo es verdad para el grupo de científicos que están

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dentro del mismo paradigma; aun teniendo en cuenta este argumento, la ciencia no
construye verdad desde el vacío, entonces en caso de ser una construcción paradigmática
el conocimiento producido tiene rigor y valor científico que lo definen como
conocimiento valido y a lo cual Bunge (Citado en silva, 1997 ) refuta sistemáticamente al
decir que lo que se propone la ciencia ciertamente son representaciones parciales de la
realidad, que la modelan de manera cada vez más adecuada sin perder el toque
impersonal, pues todo lo que tienda al subjetivismo es típico de lo que no es ciencia
(Bunge, 2012) y por ende ese entendimiento de verdad o de conocimiento verdadero no
se consideraría como producto de la ciencia.

Lo anterior, lleva a otra característica: “Nada sale de la nada” es un principio


filosófico planteado por Lucrecio y del cual Bunge (2012) extrae su esencia para exponer
que todo nuevo conocimiento surge de conocimientos previos que ya no satisfacen las
necesidades explicativas o predictivas de la naturaleza y por lo tanto la investigación
arranca cuando el conocimiento actual no es suficiente (Bunge, 2004). El principio
vertebrador de la ciencia es: todo tiene un principio teórico que lo guía o en caso de salirse
de su esquema, una base teórica principal no desechable; se volvería una ciencia
dogmática a partir de vacíos conceptuales y como expone Lakatos (Citado en Toledo,
1999) apoyando la tesis de necesidad de una base teórica:

“en toda investigación científica se encuentran anomalías que bajo el prisma


falsacionista ingenuo serían consideradas instancias refutadoras, pero, la actitud
del científico, normalmente, es pasarlas por alto concentrándose en las
posibilidades que le ofrece la heurística positiva de su investigación, confiando
que más adelante, a la luz de nuevos descubrimientos, las incongruencias se
aclararán”

Así mismo se observa cómo lo anterior refuta el planteamiento de Popper (Citado


en Toledo, 1999) quien postula una visión alterna de esta característica de la ciencia
cuando formula que una teoría científica ha de ser rechazada si es inconsistente con un
enunciado básico -"empírico"- unánimemente aceptado por la comunidad científica, y de
acuerdo con esto todo postulado anterior que ha servido de base para el crecimiento de la
ciencia debe ser abandonado, no reformulado. En resumen, no se construiría conocimiento
sino se demolería y plantearían con cada descubrimiento un único conocimiento basado
en creencias o afirmaciones que se alejan de la definición de ciencia y de conocimiento
científico hasta ahora planteados.

La última característica para analizar en este apartado es la forma de construcción


del conocimiento es decir el método del cual se fía para hacerlo valido: el método
científico, y a la vez cumplir con un criterio del conocimiento científico, su verificabilidad
(Bunge, 1995). Partiendo del hecho que la ciencia busca ser veraz en la información que

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maneja y produce, se hizo necesario por los científicos la formulación de reglas que
proveyeran al investigador una metodología entendida como una forma racional y optima
para resolver los problemas humanos (Morles, 2002) y a su vez ir más allá generando un
método científico a nivel lógico para la solución de problemas teóricos complejos y
nuevos (Morles, 2002). En este sentido el método constituye según Fernández (1998) el
camino para la búsqueda de la verdad, un camino exhaustivo que permite diferenciar lo
verdadero de lo falso. Dicho método, se caracteriza desde el positivismo según Morles
(2002) por ser hipotético deductivo y encierra un conjunto de técnicas que validan las
teorías científicas por medio de la contrastación de la hipótesis (Klimovsky,1971),
Toledo (1999) profundiza en el tema explicando el método en términos de la heurística
positiva – conjunto de sugerencias del tratamiento de teorías científicas- de Lakatos en
el cual desde el método científico se produce la formulación de nuevo conocimiento,
entonces primer momento después de la duda, se hace necesaria entender y transformar
los postulados teóricos en conjeturas susceptibles de falsación o corroboración es decir
hipótesis observables, a partir de aquí se encuentran las otras fases de documentación,
experimentación y comunicación (Asensi y Parra, 2002); agréguese que es en la
comunicación el punto de inflexión donde la crítica con fundamento da fuerza o hunde
ese nuevo conocimiento, generando la movilidad y evolución, tan importante en la
ciencia, se dará mayor sustento a la formulación de este convirtiéndolo en legal,
sistemático y predictivo.

Téngase en cuenta que para que la evaluación del conocimiento científico resulte
fructífera en términos de veracidad no solo se puede partir de la duda pues como expresa
Bunge (1983) en el método científico la duda es un punto de partida o una etapa de
tránsito, no de llegada. Y a su vez en el proceso se deben buscar pautas generales y
expresarlas con la mayor exactitud posible para poder realmente construir teorías audaces
que al ser sometidas a la experimentación rigurosa no se ven falseadas, pero a la vez no
volverse dogmático con la teoría sino abrirse a nuevas puertas e ideas, nuevas dudas que
posiblemente sean parte del conocimiento verdadero pero que hasta no demostrarlo la
ciencia no las acogerá como suyas.

Lo que se cree que es ciencia, pero no lo es: Las pseudociencias

Iníciese con una cita de Sagan (2000):

“La pseudociencia es más fácil de inventar que la ciencia, porque hay una mayor
disposición a evitar confrontaciones perturbadoras con la realidad que no
permiten controlar el resultado de la comparación. Los niveles de
argumentación, lo que pasa por pruebas, son mucho más relajados. En parte por
las mismas razones, es mucho más fácil presentar al público en general la
pseudociencia que la ciencia. Pero eso no basta para explicar su popularidad”

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En un mundo en el que la inmediatez esta a la orden del día, las normas no valen
mucho y la necesidad de crédito, riquezas y fama supera la ética de los científicos, una
ola de conocimiento que no se debería llamar científico surge con frenesí. Según el
diccionario de la real academia de la lengua española una definición para Pseudociencia
es simple Pseudo Falsa y ciencia, una falsa ciencia, definición básica ciertamente, sin
embargo, con las necesidades, el mundo, los academicos de las ciencias y la filosofía de
la ciencia se han visto en la necesidad de hacer una definición y demarcación para este
concepto, Bunge (2004) precisa esta como un cuerpo de creencias y practicas cuyos
cultivadores desean, ingenua o maliciosamente, dar como ciencia, aunque no comparte
con esta ni el planteamiento, ni las técnicas, ni un cuerpo de conocimiento. Gallo (s.f.)
también la define en este sentido al decir que son las hipótesis – a lo cual Bunge (2004)
contradeciría pues las pseudociencias no producen hipótesis- o conjunto de afirmaciones
que no pueden ser debidamente verificadas con el método científico, que han sido
refutadas, pero de las que no se habla como conocimiento no válido y a su vez que
necesitan de un conocimiento, una técnica o tecnología que aun la comunidad científica
no maneja. Mientras tanto, Alonso y Cortiñas (2014) van más allá al involucrarse en un
sentido social diciendo que la pseudociencia es también un elemento social, es una
construcción teórica que a modo de paraguas conceptual, engloba una gran serie de
prácticas, disciplinas, productos, fenómenos y poderes, en contra posición a todo lo
anterior se puede encontrar a Feyarabend (citado en Bunge, 1983) quien expone que no
hay razón para que la magia, la astrología y demás no sean ciencias, partiendo de su
principio de inconmensurabilidad argumenta que son igualmente respetables en cuanto
no son comparables y todo criterio de evaluación no es válido en las pseudociencias.

El problema en cuanto a definición de ciencia y pseudociencia es la demarcación.


¿Qué criterio permite diferenciarlas? Desde las comunidades científicas Bunge (2004)
expresa firmemente: no manejan un método científico, se basan en supuestos sin bases
teóricas, no se transforman, como diría Popper (Citado en Azcárraga, 2003) no caen en
la cuenta de sus errores y por ende no se someten a procesos evaluativos -de verificación
o falsación como quieran ser llamados-. Sin embargo el mundo no se mueve solo en
términos de ciencia y la demarcación desde el punto de vista social y económico tiene
consecuencias, la aprobación o separación real de las pseudociencia de la ciencia
modificaría las inversiones de las empresas y los estados en las investigaciones, la
creación de pensum en la escuelas y universidades, cambios en el ámbito jurídico y de
política científica, a la hora de evaluar pruebas, a la hora de prescribir tratamientos
médicos y educativos (Gallo, s.f.), entre muchas más. Es sintomático de este tipo de
situaciones, la dualidad entre lo académicamente -cognitivamente- correcto y lo
socialmente correcto, sin embargo, es necesario como mínimo la definición de los
conceptos, reconózcase también la importancia de la estabilidad económica y social pero
también es trascendental la trasformación y el crecimiento en torno a la verdad por lo

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tanto una demarcación concienzuda es el punto de quiebre para la construcción de
conocimiento científico verdadero.

En suma, todo sujeto en una sociedad tiene la necesidad de comprender que por
definición ciencia y pseudociencia no son lo mismo -sin haber analizado aun sus
características- pues la pseudociencia satisface necesidades emocionales y cura miedos
que la ciencia no (Alonso y Cortiñas, 2014), entonces entiéndase como pseudociencia a
una necesidad del humano, un intento de conocimiento que como Sagan (2000) expresa
ofrece una satisfacción del hambre espiritual, la curación de las enfermedades, la
promesa de que la muerte no es el fin o un punto medio entre lo que la religión promete
y la ciencia da respuestas incompletas que asustan al ser social.

Características de la pseudociencia: consecuencias sociales

La pseudociencia dista de las ciencias principalmente en cuanto a la falta de


contrastación y validez de los conocimientos que promulga, por lo tanto, deja de ser
científico y se convierte en un conocimiento común y dogmático, Bunge (2004) hace una
descripción de las características de la pseudociencia donde enlista lo siguiente:

a. No tiene fundamento teórico – leyes y teorías científicas- y se niega a


fundamentarse.
b. No produce hipótesis de la realidad.
c. No contrasta sus doctrinas mediante la experimentación lo que genera un vacío
practico y teórico.
d. Carece de mecanismo, método o técnica que la autocorrija pues no contempla
errores dentro de su “producción” cognitiva.
e. Es estática
f. Su fin es influir en las cosas – objetos naturales- y los seres humanos.

Adicional a estas características, se observa que la pseudociencia sale más del campo ético
y legal del que a veces la ciencia también tiende a escapar y desfigurar sus fines, por lo
tanto ciencia y pseudociencia deben estar sometidas a controles del saber humano, sean
de orden jurídico, filosófico, político, administrativo, etc (Valero-Matas y Muñoz, 2017),
si la ciencia con su método riguroso y además con la filosofía de la ciencia que contribuye
a estar en un espacio privilegiado en comprensión de la naturaleza, como diría Carrillo
(2016) posee la facultad de interrogarse a si misma cuestionarse, construirse desde la
lógica y fundamentarse a si misma y a la ciencia y aun así presenta vacíos y recurre a
autoevaluarse para autocorregirse entonces esa falta de control es otra cuestión desde la
que inicia el fallo de la pseudociencia, en la producción de conocimiento y reconocimiento
como ciencia.

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Prosiguiendo con el tema, expone Sagan (2000) que la pseudociencia aprovecha
los nichos ecológicos que deja la ciencia a causa de su popularización dispersa y
deficiencias, pero lo llena con información sin fundamento teórico o como Silva (1997)
afirma evidencias especulativas o anecdóticas que calman los miedos de la población que
necesita más que verdades, dogmas. Con esta caracterización en mente, conviene señalar
que las pseudociencias se convierten en un campo de difícil control, los medios de
comunicación la divulgan, las masas la prefieren porque suplen los argumentos
estructurales con ilustraciones de sus concepciones y las evidencias estadísticas con
anécdotas (Silva, 1997), es capaz de seducir con promesas vacías a algunos pacientes,
en mayor o menor grado desesperados, para que abandonen las terapias médicas
convencionales, causa un creciente embrutecimiento y retroceso cultural (Alonso y
Cortiñas, 2014) y aun sabiendo que no posee los fundamentos teóricos que dan respaldo
a lo que promueven como conocimiento es capaz de generar actividades conscientes con
fines de lucro sin importar los resultados en las personas que aceptan o se someten a
tratamientos basados en sentimientos de miedo y desesperación.

Cabe concluir en este punto que en todas las ciencias hay una bolsa de
pseudociencias, pues las obras de ficción venden más que los trabajos científicos (Bunge,
2012) esto significa que hay pseudociencia en todos los campos en que se mueve la
ciencia, desde las ciencias formales como las fácticas, las inter-ciencias y los campos de
aplicación como la medicina. Por ejemplo en la actualidad es común oír hablar de
homeopatía como ciencia o practica científica para la cura de enfermedades tales como el
cáncer, el análisis de la demarcación de la ciencias indica como explica Silva (1997) que
esta es una propuesta científica que no muestra fundamento teórico, ni experimental que
garantice su replicabilidad así mismo Bunge (2004) refuerza el argumento al dilucidar el
objetivo primeramente práctico y no cognitivo de la homeopatía que es presentada como
ciencia pero sin fundamento como si lo haría en su momento la tecnología, sin
autoproclamarse esta última como ciencia. En este sendero se pueden ver a vez la
astrología y la parapsicología utilizadas por las personas para la toma de decisiones
trascendentales en la vida o satisfacer vacíos emocionales a lo cual no encuentran
respuestas verificables, de estos ejemplos se puede enunciar que expresan tesis laxas y
vagas, simples especulaciones (Gutiérrez,2007), además utilizan técnicas que no tienen
rigor ni base física que den un carácter científico. Sin embargo su uso y movilidad en los
campos de la ciencia se reduce a una característica que explican Alonso y Cortiñas (2014)
pues un factor que comparten ciencia y pseudociencia es la comunicabilidad, donde la
pseudociencia negativamente toma fuerza ya que al contrario de la ciencia que no ha
permitido una divulgación en los sujetos de menos preparación científica, la
pseudociencia es capaz de extender sus brazos en cualquier área de la sociedad logrando

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de a poco quitarle terreno a la ciencia; el engaño y las falsas esperanzas son las peores
consecuencias de la pseudociencia en la sociedad.

La educación escolar: ir y venir de ciencia y pseudociencia

Esta descripción será incompleta si no se analiza la importancia de relevancia de


la ciencia y la pseudociencia en la educación pues las escuelas son el espacio en el que
idealmente se contribuye en la formación de sujetos sociales críticos y colaboradores en
la estructuración de sociedades del conocimiento, por ende, esta debe ser el medio del
primer acercamiento de todos los sujetos sociales a la ciencia, como base productora del
conocimiento científico que describe, analiza y reconstruye las dinámicas de los
fenómenos de la naturaleza en la que se desenvuelve el ser humano. La ciencia como
universal pero no dogmática sino por el contrario como expone Azcárraga (2003)
dominada por la razón que desencadena en la crítica y corrección sistemática de los
errores es una de las áreas del conocimiento que suele ser enseñada de forma obligatoria
en los currículos. Esta definición critica a la vez entra en conflicto con los métodos de
enseñanza tradicional que se esfuerzan en que se estudie con mayor rigidez y dogmatismo
pasando a ser incluso pseudociencia en el momento en que el docente limita a los futuros
científicos a cuestionar la realidad y los encierra en el seguimiento de instructivos para la
resolución de problemas que en lo mínimo entienden, acabando con todas esperanza de
formación de semilleros científicos que contribuyan en la construcción de conocimiento.

Un hecho a reconocer, es que el estudio de las ciencias trae consigo grandes


responsabilidades académicas, la formación de los sujetos que constituyen las
comunidades científicas como la de todos los seres humanos inicia con escuelas básicas
pero su diferencia radica en la importancia y disciplina que se le da a esa formación
formal, lo que acontece, es aun sabiendo lo importante de esa formación científica la
escuela entra en la dinámica de la inmediatez y como expresa Bunge (2015) en su
seminario ciencia Vs pseudociencia la pseudociencia es inmediata y de fácil divulgación
pues se escribe como una telenovela, fácil de leer, no como la ciencia compleja pero
fascinante, y a falta de formación científica de los estudiantes se promueve entonces el
consumo de creencias y de conocimiento subjetivo, sin prueba alguna, en lugar de
conocimiento científico claro y sistemático. A su vez Bunge (2015) explica desde el
pensamiento de Chomsky como la educación no se enfoca en la formación de personas
que produzcan ni en producir conocimiento sino solo pulir un conocimiento innato,
precisamente de donde nace la pseudociencia, por lo tanto, la educación lastimosamente
se ha convertido en un canal más de comunicación de esos conocimientos estáticos y
dogmáticos formados fuera de la ciencia.

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Ante el escenario expuesto y compartiendo la idea de la realidad educativa frente
a la enseñanza de las ciencias Gallo (s.f) hace énfasis en que:

“las sociedades tienen el derecho a conocer qué es lo cierto y qué es lo falso, ya


que una sociedad que no conoce la verdad no es plenamente libre para hacer
cumplir sus derechos, avanzar en cultura, ciencia y tecnología”.

Dicha premisa es sinónimo del objetivo educativo expuesto, pero difícilmente


alcanzable por el uso de conocimientos finalistas y antropocéntricos que son producto de
la pseudociencia, es significativa la importancia que tiene cambiar este escenario en
cuanto a que la lucha de la ciencia no debe darse en discusiones divulgativas solamente
sino en la comunicabilidad de ciencia y que no por hacerse comprensible a escalas sociales
no científicas pierda su sistematicidad. La ciencia debe aprovechar su fuerza de cambio,
su mutabilidad (Bunge, 2004) que por si sola la vuelve atractiva a los estudiosos, en la
escuela se debe enfocar hacia el gusto por la duda, el criticismo y la evolución lo que de
repente permitirá diferenciar en los ciudadanos conocimiento verdadero y falso, promover
como dice Gallo (s.f.) desde la infancia la aceptación de los hechos científicos y fomentar
la creación de sus propias hipótesis que en principio iniciaría el proceso transformador
del sistema hacia el gusto por la ciencia pues la pseudociencia es estática mientras que la
ciencia es dinámica.

Conclusiones

Siguiendo la línea de argumentación trabajada en el documento se puede


comprender que es significativa la demarcación y entendimiento de los sujetos sociales
de la ciencia y la pseudociencia, solo ese es el camino para la diferenciación entre un
conocimiento científico verdadero y falso o un conocimiento común.

Como solución a los interrogantes planteados al inicio del documento cabe


mencionar que en la escuela se presenta una dicotomía entre lo que quieren y pueden
enseñar en una sociedad dominada por los medios de comunicación e información y
movimientos económicos que favorecen el inmediatismo social. El postmodernismo se ha
encargado de desdibujar las ciencias en cuanto a que todo lo que se produzca
medianamente desde un método es “válido” como ciencia y la escuela no es ajena a ello.
Los sujetos formados en ellas aprenden o se ven inmersos en ambas, pero el éxito
educativo se debe enfocar en que cada persona sea capaz de hacer la diferenciación e
interrogarse por conocimientos científicos verdaderos para que en algún punto puedan
hacer parte de ese grupo productor de realidades.

Otro punto a tener en cuenta es la relevancia de los proceso de divulgación


científica desde cánones éticos, no se trata de la eliminación de las pseudociencias, ni

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ahondar en la rivalidad entre científicos por el contrario se hace la invitación a que así
como el conocimiento común ha sido fuente del conocimiento científico desde la
antigüedad las pseudociencias busquen el camino de la fundamentación, teórica, filosófica
y metodológica que por medio de la practica las lleve a hacer parte del cuerpo de la
ciencia, ese es finalmente el principio de la ciencia su capacidad de adaptación,
trasformación, su esfuerzo inagotable; entonces la pseudociencia debe entrar en un punto
de inflexión en el que el cambio se transforme en su esencia.

Las anteriores consideraciones fundamentan la idea de que la ciencia sea un eje


vertebrador de las comunidades educativas en cuanto el criticismo y evolución
fundamentan su producción de conocimiento , la vida en sociedad debe buscar lo mismo,
transformaciones y evoluciones, reconocimiento real de lo que le rodea, en tanto, un
principio educativo seria que todo estudiante sea consciente de que no existe una verdad
absoluta y cada uno está en capacidad de buscarla desde la legalidad, sistematicidad y
dinamismo de un método científico.

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