Universidad Complutense de Madrid
Universidad Complutense de Madrid
Universidad Complutense de Madrid
FACULTAD DE FILOLOGÍA
TESIS DOCTORAL
PRESENTADA POR
Directores
Madrid, 2014
FACULTAD DE FILOLOGÍA
Departamento de Lengua Española y Teoría de la Literatura
y Literatura Comparada
Madrid, 2013
A mi madre.
AGRADECIMIENTOS
Mis agradecimientos más sinceros son para mis directores, la profesora Pilar
García Mouton y el profesor Eugenio Bustos Gisbert, por haber creído en este proyecto
desde que no era más que una idea vaga en la mente de una estudiante de Filología. De
Pilar, espero haber aprendido algo de su capacidad de trabajo, de su minuciosidad, tanto
en el fondo como en la forma, y de la serenidad con la que lleva a cabo una cantidad de
proyectos que abrumaría a la mayoría. Su confianza en mi autonomía me ha permitido
aprender desde mi propia experiencia, a la par que sus consejos y correcciones han
conseguido que no me equivoque demasiado. A Eugenio nunca podré agradecerle lo
suficiente que me motivara para implicarme en el mundo académico. Además de esa
mezcla de desparpajo y seriedad en sus clases, posee la magnífica y rara cualidad de
dejar ver a la persona tras el profesor, por lo que le agradezco que no solo me haya
enseñado, sino que se haya preocupado siempre por mí.
Quiero dar las gracias también a los profesores que me acogieron en mi primera
estancia de investigación, el profesor David Britain y la profesora Enam Al-Wer, de la
Universidad de Essex. Además, por sus valiosos comentarios y por su simpatía en una
Inglaterra algo fría, guardo un recuerdo entrañable de la profesora Rebeca Clift. Así
mismo, quiero agradecer a mis compañeros y amigos de Essex, ochti Aiesha, Wael,
Badria y Najla, los deliciosos cafés, los cuscús, los baklawas y sus clases de árabe.
Muchas personas han contribuido a esta tesis con su ayuda, su interés y sus
recomendaciones, que agradezco sinceramente: Isabel Molina Martos, Silvia Iglesias
Recuero, Juan Manuel Hernández Campoy, Phil Scholfield, Gitte Kristiansen, Eli-Marie
Danbolt Drange, Matilde Fernández Montes, Bert Cornilie, Isolda Carranza, Pedro
Gras, Antonio Fábregas, Isabel Larriba y Pedro Chamizo Domínguez. Gracias, además,
a los profesores Nicole Delbecque y Augusto Soares da Silva por informar mi tesis,
dándome tantos ánimos en la etapa final.
En el colegio me enseñaron que lo mejor se debe dejar para el final, para que
resuene en la memoria del lector. Y lo mejor, en este caso, son mis amigos y mi familia.
A todos mis compañeros del CSIC, con los que he descargado la tensión durante las
pausas de la comida, especialmente a Carmen, por los buenos ratos en el despacho, y a
César, por imprimir esta tesis, por los yogures y los Tureganitos. A Juan, por haber
estado codo con codo estos cuatro años. Gracias por todos los cafés, los restaurantes
japoneses, los dibujitos, las bienvenidas y las despedidas; la última, la del 1D21, ya sin
nosotros. A mi querida Clara, por ser mi cómplice en la autoindulgencia (porque no
todo iban a ser sacrificios), pero también la primera en acudir a mis llamadas en estos
años, no siempre fáciles, y por saber, mejor que yo misma, cuando me hacía falta parar.
iii
A Saúl, por animarme a dejar mi trabajo y perseguir este sueño, en aquel verano de
2008, por venir conmigo a Essex, por escucharme ensayar mis presentaciones y por
haber creído siempre en mí. A mis amigos, Leo, Raúl, Wanda, Nike, Alba, Anabel,
Karine, Cristina y Laura, porque su presencia por cualquier vía me ha dado fuerzas en
muchas ocasiones. A Dirk, mi hogar en Leuven, por haber sido paciente en este año de
vaivenes, por conseguir que los días de trabajo parezcan vacaciones y por estar siempre
tan cerca, desde tan lejos, haciendo conmigo esta parte del camino. A Elisa y a Juan
Marcos, mis personas favoritas, les debo el mayor de los agradecimientos, por ser mi
soporte en toda circunstancia, por las muchas noches en que los he torturado con mis
monólogos de tesis y porque, aun con eso, siguen siendo mis incondicionales.
Madrid, 2013.
Cuando era joven solía escribir los errores cometidos cada día
en un “diario de las lamentaciones”, pero no había día en el que
no hubiera veinte o treinta errores. Viendo que aquello no tenía
fin, terminé por dejarlo. Aún hoy en día reflexiono sobre los
actos de cada día en mi cama antes de dormir y no hay día en
que no haya alguna palabra equívoca o algún acto errado. Es
realmente difícil no cometer errores. Seguramente esto es algo
en lo que los que viven guiándose por su inteligencia innata no
se detienen siquiera a pensar.
Agradecimientos i
Índice de contenidos v
Lista de figuras xii
Lista de tablas xiv
INTRODUCCIÓN
Origen de la investigación 1
Problemas y preguntas de investigación 2
Objetivos 4
Estructura de la tesis 6
Metodología 8
CONCLUSIONES FINALES
Resumen de los objetivos 305
Objetivo 1: Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 305
Objetivo 2: El estudio del tabú lingüístico en perspectiva sociolingüístico-
cognitiva de la Tercera Ola 309
Objetivo 3: El corpus madrileño de la sexualidad 313
Resultado de los estudios de caso 315
Contribución y limitaciones de la tesis 320
Líneas de investigación para el futuro 324
Apéndices 329
Apéndice 1 Cuestionario 331
Apéndice 2 Documentos de trabajo de campo 335
Formulario de consentimiento firmado y compromiso de protección de datos 335
Modelo de ficha de informante 336
Apéndice 3 Tabla de informantes 337
Apéndice 4 Normas de transcripción 339
Apéndice 5 Summary and Conclusions of the Thesis 343
Figura 24 Representación de los resultados del test de Anova para los factores incluidos
en el modelo de regresión logística (gráfico de Anova). 283
Figura 25 Distribución de las ocurrencias en el subcorpus de estructuraciones indirectas
según la tres variables independientes. 287
Figura 26 Gráfico de barras. Distribución de los conceptos origen según la posición
ideológica (en porcentajes). 292
Figura 27 Gráfico de barras. Distribución de los conceptos origen usados por
proabortistas y antiabortistas al citarse mutuamente (en cifras). 295
Figura 28 Representación gráfica (wordcloud) proporcional de los conceptos presentes
en el discurso de los antiabortistas. 297
Figura 29 Representación gráfica (wordcloud) proporcional de los conceptos presentes
en el discurso de los proabortistas. 299
LISTA DE TABLAS
Tabla 29 Número de ocurrencias por cada estrategia semántica según el grupo de edad,
porcentajes y valor p. 246
Tabla 30 Número de ocurrencias por cada estrategia semántica según el nivel educativo,
porcentajes y valor p. 247
Tabla 31 Resumen de la variación de las estrategias según las variables independientes,
en porcentajes (efectos significativos en gris). 249
Tabla 32 Ocurrencias de cada estrategia semántica según las subcategorías resultantes
del cruce de las variables ‘sexo’, ‘grupo de edad’ y ‘nivel educativo’ (en número y
en porcentajes calculados sobre el total de cada subgrupo). 250
Tabla 33 Ocurrencias por sexo al que se refiere el concepto según el sexo del
informante en el subcorpus de expresiones no específicamente sexuales (en número
y porcentaje). 255
Tabla 34 Ocurrencias por sexo al que se refiere el concepto según el sexo del
informante y las estrategias semánticas, en el subcorpus de expresiones no
específicamente sexuales (en número y porcentaje). 256
Tabla 35 Distribución de las ocurrencias de estructuración indirecta (n=319) según el
concepto meta. 274
Tabla 36 Número de ocurrencias directas e indirectas en el corpus oral, según cada una
de las variables independientes, valor p para cada una y magnitud de asociación.
278
Tabla 37 Ocurrencias según su estructuración, en función del sexo y la edad del
informante (valor p < 2.2e-16). 279
Tabla 38 Ocurrencias según su estructuración, en función del grupo de edad y el nivel
educativo del informante (valor p < 2.2e-16). 279
Tabla 39 Ocurrencias directas e indirectas en el corpus escrito, según cada una de las
variables independientes y valor p de cada una. 280
Tabla 40 Lista de variables incluidas en el análisis. 282
Tabla 41 Resultados de los valores AIC, C, Dxy y R2 para los modelos de regresión
logística con efectos principales y con la interacción de 'corpus' y 'posición
ideológica'. 283
Tabla 42 Resultados del análisis de regresión logística con efectos fijos (principales y
una interacción). Extraído de R. 284
Tabla 43 Distribución de ocurrencias según el concepto origen en el corpus global (sin
citas). 286
Tabla 44 Resultados del test V de Cramer para el cruce de cada variable independiente.
287
Tabla 45 Significación (valor p) y magnitud de los efectos de las variables
independientes sobre la variable dependiente 'concepto origen’ (coeficiente V de
Cramer). 288
Tabla 46 Distribución de los conceptos origen según el sexo (cifras y porcentajes). 289
Tabla 47 Distribución de los conceptos origen en cada subcorpus (cifras y porcentajes)
y valor p para cada nivel. 290
Tabla 48 Distribución de los conceptos origen según la ideología (en cifras y
porcentajes) y valor p para cada nivel. 291
Tabla 49 Distribución de las ocurrencias incluidas en fragmentos de discurso referido,
según la estructuración (directa o indirecta) y la ideología del hablante/participante
(en cifras). 294
Tabla 50 Distribución de las ocurrencias incluidas en fragmentos de discurso referido,
según el concepto origen y la ideología del hablante/participante (en cifras). 294
INTRODUCCIÓN
Origen de la investigación
Debo explicar en primer lugar el origen de esta investigación, porque en muchas
ocasiones me han preguntado “¿Por qué empezaste a estudiar el tabú de la sexualidad?
¿Cómo se te ocurrió la idea?”. Creo que uno se puede considerar afortunado si su
historia científica tiene una historia personal detrás; y en mi caso es así. Durante
muchos años, mi madre trabajó en una consulta de Planificación Familiar y, a la hora de
la cena, nos contaba las formas pintorescas con que las mujeres se referían a sus
genitales. Es obvio que nos ahorraba las denominaciones estándares más tediosas y que
lo que llegaba a casa era una muestra ya filtrada de las variantes más coloristas. De
haber recogido todas aquellas expresiones, mi familia podría haberse adelantado a
Dueso (1995) en su recopilación de Los mil y un nombres del coño. Muchas veces, la
anécdota lingüística venía acompañada de información sociocultural de las pacientes,
como el origen geográfico o la edad, lo que acabó creando en mí una vigilancia
inconsciente sobre cómo las personas a mi alrededor hablaban de sexualidad y qué
indicaban sus expresiones acerca de ellas, que era mucho.
La teoría del tabú se ha visto afectada también por la falta de cohesión entre
estudios de Semántica Léxica y estudios sociolingüísticos, lo que ha derivado en
algunos problemas específicos. En primer lugar, se ha confundido el ámbito de
actuación del tabú, como si estuviera en el plano léxico, cuando se trata en realidad de
un fenómeno de interdicción verbal que recae sobre determinados conceptos
considerados problemáticos, ofensivos, indecentes, etc. Más que sobre las propias
palabras el tabú se sitúa en el plano semántico (Uría Varela, 1997). En segundo lugar, la
1
La Tercera Ola de los estudios de variación es el nombre que le ha dado Penélope Eckert
(2005, 2009) a la corriente sociolingüística que entiende la variación no como reflejo de las
categorías macrosociológicas a las que pertenezcan los hablantes (sexo, edad, etnia, etc.), sino
como un recurso del que disponen, en tanto que agentes sociales, para la práctica estilística, a la
que contribuye todo acto lingüístico.
3
Objetivos
Objetivos específicos:
Objetivos específicos:
Estructura de la tesis
Para cumplir los objetivos planteados, la estructura de este trabajo está dividida
en dos partes. La primera parte es principalmente teórica y revisa de forma crítica la
bibliografía anterior sobre tres aspectos.
Los tres últimos capítulos son analíticos y están planteados como estudios de
caso. No se trata tanto de describir el corpus como de problematizar determinados
aspectos de la variación semántica, formularlos a modo de hipótesis y resolverlos con el
corpus recogido.
Metodología
En la primera parte del trabajo, llevo a cabo la revisión crítica de la bibliografía
existente en dos disciplinas principales: Sociolingüística y Lingüística Cognitiva, y en
varias subdisciplinas: Sociolingüística Cognitiva, Semántica Léxica, Tabú Lingüístico,
Eufemismo y Disfemismo, y Lengua y Sexualidad. Además, aunque de forma
documental y sin propósito crítico por estar fuera de mis competencias, he consultado
referencias de Antropología, Sociología e Historia de la Sexualidad. El resultado ha sido
la creación de una base bibliográfica en EndNote con más de 300 referencias resumidas
y comentadas. Puesto que la mayor parte de la bibliografía está en inglés, he tomado
además algunas decisiones terminológicas y contrastado su validez con otras
traducciones. Más que una perspectiva meramente descriptiva, en esta fase he
problematizado las carencias de la bibliografía y localizado el interés del objeto de
estudio.
1.1. Introducción
A pesar de que esta última línea abre el camino a perspectivas más acordes con
los desarrollos recientes de la Sociolingüística, en particular, en lo que a la
interpretación del significado de la variación se refiere; la incidencia de los postulados
sociolingüísticos de la Tercera Ola (Eckert, 2005, 2009) es aún minoritaria dentro de la
Sociolingüística Cognitiva (Kristiansen, 2008; Zenner, 2013: cap. 5). Sin embargo, los
2
Disponible en Web: http://wwwling.arts.kuleuven.be/qlvl/prints/iclc_cogsoc.pdf.
(Consulta: 10/09/2013).
14 Capítulo I
3
DRAE (22ª. Ed.)
16 Capítulo I
Por otra parte, no es menos fascinante que algunos conceptos puedan expresarse
por medio de muchas o muchísimas palabras distintas, según testimonian algunas obras
lexicográficas que mencionaré más adelante, como Las mil y una palabras de casa de
putas (Esteban, 2005).
referenciales. Geeraerts (2002b: 9) resume las diferencias entre las corrientes según las
dimensiones ‘nivel semántico’ (semasiología, onomasiología) y ‘perspectiva de estudio’
(calidad, cantidad) y sitúa las corrientes semánticas según su posición al respecto, como
en la Tabla 1:
Tabla 1 Mapa conceptual de la Semántica Léxica y las corrientes teóricas dominantes según el ámbito
a los hombres, los canguros y los arcoíris; la categoría ‘balam’ la fruta comestible, el
vino y los cigarros; y la categoría ‘bala’, las partes del cuerpo, el barro, los ruidos y el
lenguaje, entre otros.
Pero la semántica también tiene otro tipo de vínculo, indirecto, con el contexto.
El uso de un término como pesetas no solo revela categorización, sino pertenencia a un
grupo, geográfico al menos, pero seguramente también social (ciertos madrileños), lo
que convierte las palabras en una herramienta productiva para indicar lazos y
solidaridad dentro de un grupo: entender que alguien “habla como nosotros” equivale a
decir que “es uno de los nuestros” (Sapir, 1949 [1933]: 16). Sapir ilustra su
razonamiento con el uso de los apodos. Nombrar a alguien por su apodo es tan
indicativo de pertenencia a un grupo que, normalmente, está vetado a las personas
ajenas a él. Así mismo, las jergas crean un código para significar, por un lado,
contenidos semánticos de manera velada y, a la vez, para indicar que se forma parte de
los que conocen el código. Estos ejemplos parecen demostrar que el nivel semántico
está cargado de información contextual y social.
4
Como me contó el profesor Chamizo Domínguez, en Málaga, a los policías municipales se
les llama perrillas (diminutivo de perras, referido a ‘dinero’), donde la connotación es la de
corruptos, más que de tacaños.
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 19
disciplina admite la variabilidad5 como una característica presente en todos los niveles
de la lengua (segmentales y suprasegmentales) y de que reclama que todo estudio
lingüístico debe ser sociolingüístico (Labov, 1972c: 183), la realidad es que la variación
semántica ha sido desatendida en todos los niveles, y especialmente en el
onomasiológico. Su tratamiento se considera extremadamente problemático en los
estudios de variación sociolingüística por un motivo esencial: la metodología
variacionista original para la selección de las variables, a la que subyace una visión de
la lengua que separa langue y parole y que ha provocado un vacío semántico profundo
en Sociolingüística.
5
“variabilidad (variability): en tanto que calidad de variable, el término alude a aquella
situación de heterogeneidad presente en el lenguaje […]. Esta variabilidad se manifiesta con la
convivencia provisional de, al menos, dos formas lingüísticas (variantes) diferentes para una
misma variable lingüística, siendo una la antigua a extinguir y la otra la innovación. […] Con
todo, esta variación existente entre el uso de las formas antiguas y las nuevas no siempre forma
parte de un cambio en curso, dado que, si bien todo cambio conlleva variabilidad, no toda la
variabilidad conlleva cambio.” (Trudgill y Hernández Campoy, 2007: 340).
6
Normalmente, la variable se anotaba entre paréntesis y sus variantes entre corchetes, lo
cual refleja claramente el origen fonético de la disciplina. En otro tipo de análisis, como el de la
Metáfora Conceptual de Lakoff, a esta se le da un formato de versalita, mientras que las
variantes específicas se transcriben entre comillas.
20 Capítulo I
como instrumento de análisis, Beatriz Lavandera (1978) criticaba los problemas que se
derivarían de acatar estas limitaciones metodológicas. La equivalencia funcional,
argumentaba, funciona en fonología, porque la variable fonológica no tiene significado
referencial; pero en otros niveles en los que las variables sí poseen este tipo de
significado, hablar de equivalencia plantea problemas.
Sin embargo, incluso de forma intuitiva, todos los hablantes sabemos que la
variabilidad se da en todos los niveles de la lengua. Ello ha motivado esfuerzos notables
por parte de los sociolingüistas para estudiar la variación en todos los niveles, también
para el léxico, procurando solventar los problemas mencionados7.
7
En el plano morfológico es donde se encuentran menores trabas metodológicas (Moreno
Fernández, 2009: 28), ya que cumple casi siempre con los criterios labovianos de frecuencia, de
inserción en la estructura de la lengua, y de variación según factores sociales o estilísticos.
Además, para muchos fenómenos no se aprecia diferencia de significado. En español, alternan
por ejemplo las terminaciones –ste/-stes de la segunda persona de singular del pretérito perfecto
simple; las terminaciones del imperfecto de subjuntivo en –ra/-se. Por su parte, la variable
sintáctica, como la léxica, se enfrenta claramente a problemas de falta de equivalencia, de
dificultad en la identificación del contexto de la variable, y a escasez de ocurrencias (Silva-
Corvalán, 2001:129-132).
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 21
8
Este criterio de la falta de consciencia que enunció Labov para la selección de variables se
ha empezado a discutir recientemente y ha recibido una atención moderada, como se verá en
1.5.1.2.
22 Capítulo I
9
Estos autores expresaban explícitamente que no creían en un sistema invariable: la
estructura no puede ser estable puesto que está sujeta a cambios diacrónicos.
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 23
10
Para una visión general de las críticas, ver la introducción a (Cuyckens, Dirven, y Taylor,
2009).
24 Capítulo I
Semántica Histórica Filológica, que sienta las bases para un comprensión psicológica
del significado, vinculándolo con otros ámbitos de la realidad11.
11
Para un recorrido completo de la historia de la Semántica Léxica, ver Geeraerts (2010b).
12
Se puede encontrar una visión general de estos principios en Geeraerts (2006a).
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 25
cuerpo, pero también lo que nos llega por estar insertos en culturas y sociedades
específicas. Esto se deriva de que el lenguaje no está separado del resto de las
capacidades cognitivas. El aparato cognitivo en general no se compone de conceptos
aislados, sino de bloques más amplios de significado a modo de escenas (Fillmore,
1982)13. Así, la estructuración del significado depende de todas las experiencias que
tenemos como personas, tanto desde el punto de vista sensorial como identitario
(Geeraerts, 2006a: 5).
1.4.1.1. Prototipicidad
13
En la teoría de escenas y marcos de Fillmore (1982) la escena es un conjunto de
significados compuesto por creencias, imaginaciones, acciones, etc. Los marcos son los
mecanismos lingüísticos para referirse a aspectos de la escena.
14
Acerca de la evolución teórica de la teoría de los prototipos de Wittgenstein a Rosch, ver
el capítulo 2 de Lakoff (1987).
26 Capítulo I
miembros pueden ser más o menos representativos de ella. La categoría ‘ave’, por
ejemplo, parece estar bien definida (Rosch, 1978), pero algunos de sus miembros
pueden ser más ‘ave’ que otros, como apunta Lakoff (1987).
En el eje “vertical”, la teoría del nivel básico (Berlin, Breedlove, y Raven, 1973)
demostró la prominencia conceptual de este nivel frente a los demás en las taxonomías.
Basándose en la clasificación popular de los dominios biológicos en seis niveles (reino,
forma de vida, intermedio, genérico, específico, varietal), los autores postulan que el
nivel genérico es el nivel básico, lo que significa que, de tener que nombrar un
referente, el término más comúnmente usado estará en el nivel genérico, y será el más
accesible para los hablantes. Las categorías de nivel básico son, lingüísticamente,
elementos morfológicamente simples; y desde el punto de vista conceptual, se trata del
nivel en el que se encuentran los elementos prototípicos (Rosch, Mervis, Gray, Johnson,
y Boyes-Braem, 1976, en Geeraerts et al. 1994: 135).
15
Se han dado dos tendencias dentro de la Semántica Léxica: una hacia a la abstracción, que
opta por aportar definiciones extremadamente vagas, para evitar que algunos usos de un término
caigan fuera de ellas, y otra que tiende a la consideración de distintos usos como distintos
significados, lo que ha derivado en una polisemia descontrolada, llegando incluso a aportar
hasta 60 definiciones para un mismo término, como en el caso de nature (Allwood, 2009: 31-
32).
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 27
La inclusión de estos principios sin duda ha supuesto una ruptura teórica, ya que
pone en tela de juicio conceptos tan arraigados como la polisemia (Geeraerts, 2006b:
cap. 5); pero también ha abierto la puerta a métodos de estudio distintos: en particular,
al análisis cuantitativo de la semasiología. La consecuencia es el desarrollo de un interés
por el estudio empírico de estos efectos de prototipicidad en la estructura semántica de
un concepto, que se manifiesta en concreto en la medición del peso estructural de los
distintos significados de una palabra, la denominada prominencia semasiológica
(Geeraerts, et al., 1994: 89).
Este debe entenderse como el nivel de concreción según el que se organizan las
categorías internamente, por lo que está relacionado con el concepto de taxonomía y
con la teoría del nivel básico explicada más arriba (ver 1.4.1.1).
16
Adopto la traducción habitual, como en Ibarretxe-Antuñano y Valenzuela (2012).
17
La concepción de este tipo de relación como ejes horizontal y vertical es obviamente
ficticia y solo se utiliza aquí con el fin de poder representar esquemáticamente las direcciones
potenciales de selección onomasiológica.
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 29
sino que revelan patrones de uso relacionados con aspectos no siempre lingüísticos, sino
contextuales, sociales y culturales (Geeraerts et al., 1994: 146).
La conclusión natural a la que llevan los puntos anteriores es que, en las teorías
mencionadas, cada una tiene algo que le falta a la otra. La Sociolingüística carece de un
aparato teórico para estudiar la variación semántica que sea compatible con la
disciplina, sus teorías y sus métodos, y la Lingüística Cognitiva no ha incluido lo
bastante en sus análisis factores externos al lenguaje. La complementariedad teórica de
estas disciplinas queda patente y puede ser formulada mediante una hipótesis
integradora: al incluir en la naturaleza social del ser humano un aparato cognitivo que
medie entre el mundo y la categorización, la comprensión del fenómeno de la variación
será integral, ya que contemplará el círculo que forman contexto y cognición (Moreno
Fernández, 2012: 18-19).
18
Una vez reconocida la estratificación en la producción de determinadas variables, como la
clásica [-ing] en inglés, se ha empezado a observar el polo contrario, el de la percepción de estas
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 31
variables. En concreto, se han desarrollado experimentos en los que los informantes deben
escuchar discursos con distintas frecuencias de aparición de las variantes estándar y vernácula, y
juzgar su adecuación para un puesto de trabajo como locutor de radio.
32 Capítulo I
Estos casos se denominan “metáforas primarias” (Grady 1997): “that are directly
19
grounded in the everyday experience that links our sensory-motor experience to the domain of
our subjective judgments” (Lakoff y Johnson, 2003 [1980]: 255).
34 Capítulo I
Este tipo de objetivo requiere de un análisis que pueda incluir todos los factores
internos y externos al fenómeno lingüístico estudiado. Está generalizado el uso de
métodos de análisis multivariante, en particular de estadística inferencial como la
regresión logística, que permiten contemplar a la vez el peso de diversos factores
(conceptuales, sociales) sobre el fenómeno de variación en cuestión. En un modelo
teórico como este en el que todos los conocimientos del ser humano entran en juego en
su uso de la lengua (Glynn, 2010: 6), son necesarios métodos que desentrañen
eficazmente qué parte de la variación responde a cada factor.
general de estudios que no incluyen trabajo de campo, ni recogida de datos por parte del
investigador (a excepción de Robinson, 2010, ver más abajo). Sin embargo, la
diversidad de corpus es, cada vez más, uno de sus objetivos metodológicos, puesto que
la información que se encuentra en cada tipo de medio es limitada (Heylen, Tummers, y
Geeraerts, 2008).
20
Calculado en términos de la ratio entre la frecuencia de los hiperónimos (términos
genéricos y vagos) y la frecuencia total del concepto.
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 37
[…] sociolinguistics is a unitary subject in its own right and that much of the work
described and discussed in what follows is, whatever the objectives of their practitioners
may be, genuinely sociolinguistic in that it cannot be reduced to either the mainly
sociological or the mainly linguistic in the sense that our subject matter can be
illuminatingly studied only in terms of the combination language-and-society/ society-
and-language. In the end, in any case, all of us who work in sociolinguistics share a
common preoccupation with human beings as speaking, thinking, communicating,
social animals. (ibíd., p. 5).
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 39
21
Estos tres verbos revelan distintas maneras de ver el significado social de la variación,
como se explicará más tarde. Mi interpretación se adhiere a lo implicado por el tercero.
22
No se debe olvidar que el origen de la Sociolingüística está en la voluntad de aplicar a
contextos urbanos el estudio de variación geográfica según se hacía en Dialectología. El propio
Labov ha seguido utilizando métodos relacionados como los mapas cuyos resultados motivan la
publicación de Labov (2010). También se ha mantenido este interés en líneas de investigación
que se valen de métodos más modernos: dialectometría, geolingüística, etc. (Ver Auer y
Schmidt, 2010: capítulo VI).
23
Uno de los objetivos primordiales que se ha mantenido desde el principio de la
Sociolingüística es la explicación del cambio lingüístico, pero la perspectiva temporal necesaria
para observar la evolución de determinados fenómenos y así poder explicarlos ralentizaría
enormemente el avance de las investigaciones. Ante los inconvenientes de los estudios en
“tiempo real”, la Sociolingüística variacionista encontró un método para estudiar estos cambios
en marcha a través de su observación en distintas franjas de edad; a este método se le denomina
estudios “de tiempo aparente”. (Trudgill y Hernández Campoy, 2007: 313-315).
24
Estos tres últimos factores sociales han derivado en corrientes de análisis crítico. Por
ejemplo, la explicación lingüística no es la prioridad en el reconocimiento de las diferencias en
las hablas de hombres y mujeres, sino la crítica de la posición de la mujer en la sociedad. Así
mismo, el estudio de las variedades de diversos grupos étnicos ha servido para denunciar
situaciones de racismo o exclusión. La clase social, por su parte, cimentaba la idea de que
existen variantes de prestigio, pertenecientes a las clases acomodadas, que son adoptadas por las
clases trabajadoras ya que están bien consideradas. (Trudgill y Hernández Campoy, 2007: 254-
255).
25
El modelo de atención prestada al habla ha sido criticado en muchas ocasiones por
motivos diversos. Para una visión resumida de este debate, que no podemos tratar aquí por su
amplitud, véase la entrada correspondiente a “modelo de atención prestada al habla” (Trudgill y
Hernández Campoy, 2007: 218-19); y también Coupland (2007: 37 y ss.).
40 Capítulo I
La Primera Ola
26
Esta situación daba lugar a la paradoja del observador (ver cap. IV, 4.4).
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 41
La Segunda Ola
27
“se refiere al respeto (o más bien al estatus) que adquieren algunas variedades dialectales,
acentos o incluso rasgos lingüísticos determinados como consecuencia de una reputación que es
totalmente subjetiva, y a menudo ocasional” (Trudgill y Hernández Campoy, 2007: 254).
28
“evaluación negativa de las formas lingüísticas” (Trudgill y Hernández Campoy, 2007:
138).
29
Los Jocks pertenecen a la clase media, que vive en las urbanizaciones del extrarradio, y
participan en actividades deportivas donde se establecen y reproducen los valores de
competitividad. Dependen económicamente de sus padres, y conocen a sus amigos a través de
citas organizadas por su familia, o en el instituto. Los Burnouts, por su lado, pertenecen a la
clase trabajadora, que vive en barrios donde las redes sociales y familiares son estrechas, ya que
muchas veces los niños quedan al cuidado de otros adultos en ausencia de sus padres. Sus
amigos están por tanto fuera de clase y participan poco en las actividades del instituto, que
consideran como una fuerza que oprime los valores de lealtad e igualdad que establecen en sus
barrios. (Eckert, 2000).
42 Capítulo I
La autora cita algunos ejemplos representativos de esta ola, como son los
estudios de redes sociales de Belfast de Lesley Milroy (1980) o las observaciones de
Peter Trudgill (1972) acerca del prestigio encubierto30 de las variantes vernáculas por
parte de hombres de clase media en Norwich como marcadores de masculinidad.
La Tercera Ola es un avance hacia una visión más flexible del fenómeno de la
variación lingüística, cuyo foco había estado hasta entonces en la estructura social. El
cambio fundamental en los planteamientos, tanto teóricos como metodológicos, está en
la relevancia que adquiere el concepto de ‘práctica’; en particular, en la inclusión de la
agentividad de los hablantes dentro de la estructura social. Eckert (2009: 14) incluye la
evolución de la Sociolingüística dentro de un cambio de rumbo general de las ciencias
sociales, debido principalmente a la repercusión de “la teoría de la práctica” de Pierre
Bourdieu (1972), en particular la noción de habitus como centro de los procesos de
reproducción social.
La Tercera Ola
30
“[S]e refiere a las connotaciones desfavorables que tienen para muchos hablantes las
formas no estándares o aparentemente de estatus bajo o simplemente ‘incorrectas’.” (Trudgill y
Hernández Campoy, 2007: 254).
31
Según explica la autora, la raíz de esta evolución teórica estaba de hecho en el primer
estudio de Labov en Martha’s Vineyard (Labov, 1963), que considera el primer análisis
cuantitativo etnográfico de estudio de la variación lingüística, sentando las bases de lo que
serán, años después, los aportes de la Segunda y la Tercera Olas.
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 43
El vínculo que existe entre la variación y los significados sociales es, por tanto,
indirecto. Para entender cómo las prácticas estilísticas vinculan los significados sociales
locales con los macrosociológicos, se introdujo el concepto de ‘indexicalidad indirecta’
(Ochs, 1992; Silverstein, 1992, 2003). Se trata de un elemento teórico original de la
Antropología, pero de enorme repercusión en Sociolingüística. El principio de la
indexicalidad indirecta es que las formas lingüísticas no remiten a las categorías
sociales directamente, sino indirectamente, a través de otros elementos realizados
discursivamente, como la toma de posiciones específicas.
32
Traduzco stance como posición, porque resulta coherente con la definición del DRAE
(22ª ed.): “posición. (Del lat. positĭo, -ōnis).3. f. Categoría o condición social de cada persona
respecto de las demás.6. f. Actitud o manera de pensar, obrar o conducirse respecto de algo.” En
particular, la acepción 3 remite evidentemente a la naturaleza indexical del fenómeno, mientras
que la acepción 6 remite a su carácter interaccional, además de reflejar un contenido de
agentividad que es muy coherente tanto con la teoría de la stance, como con la Tercera Ola de
los estudios de variación.
33
En opinión de Englebretson, los estudios sobre las posiciones pueden clasificarse en
cuatro grupos: en primer lugar, los que, desde una perspectiva estrictamente lingüística, se
centran en la relación forma/contenido, y estudian los distintos elementos lingüísticos que
codifican distintas posiciones, como adverbios, verbos modales, adjetivos y nombres
evaluadores, etc. La segunda tendencia en los estudios de la posición reconoce su dimensión
sociocultural. Así, se analizan las formas de tomar posición que construyen identidades y que
tienen lugar en la práctica social. La tercera tendencia se dedica a la posición en su dimensión
histórica, intercultural e interlingüística, con el fin de estudiar la variación en la toma de
posiciones y en los elementos que intervienen en ello. Finalmente, contempla una cuarta
tendencia que corresponde a una visión sobre la posición centrada en su perspectiva
interaccional que ha sido adoptada por lingüistas cognitivos, además de por los analistas de la
conversación (Englebretson, 2007: 17).
44 Capítulo I
(ibíd., p. 8), las posiciones ‘elitistas’ (ibíd., p. 9), etc. Estas posiciones, a su vez, sirven
de índice de identidades distintas, a través de la práctica y la repetición (Ochs, 1992).
“In fact, I want to test the more extreme hypothesis that stancetaking is where indexicality
34
in variation begins; stance is, in Silverstein’s (2003) terms, where the “baptismal
essentializations” of indexicality occur, and is the original first- (or, possibly, zero-)order
indexicality […]” (Kiesling, 2009: 172).
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 45
Categorías macro-
sociológicas: sexo/género,
clase social, etnia, etc.
Posiciones (discursivas)
Estrategias lingüísticas: a
todos los niveles
lingüísticos.
35
“La monitorización por parte de un hablante consiste en prestar atención a su propio
discurso y en tener la capacidad de modificar conscientemente sus manifestaciones
comunicativas” (Moreno Fernández, 2012: 29).
46 Capítulo I
representaciones estereotipadas son muy reveladoras del orden social y son parte de la
actividad estilística tanto como las actividades más automáticas (Eckert, 2009: 21).
dentro de su contexto social y cultural. En este sentido, ambas teorías son pragmáticas y
experienciales en esencia.
36
Este término es traducción mía de semantic value en Geeraerts et al. (1994).
50 Capítulo I
37
El componente afectivo, junto con el descriptivo o referencial y el social, es parte del
significado lingüístico (Lyons, 1977) y está presente en todos los niveles de la lengua. Para una
vision sintética pero exhaustiva de la ubicuidad del afecto en diversos fenómenos, ver Besnier
(1990).
38
Entre otros, la realización oclusiva de la /t/ intervocálica en inglés se vincula con la
pronunciación británica (opuesta a la americana) e indirectamente con la educación y con la
inteligencia. También, en tanto que relacionado con la enseñanza, implica meticulosidad y
Hacia una Sociolingüística Cognitiva de la Tercera Ola 51
claridad; y al ser entendido como estándar, se asocia con la propiedad, la buena educación y, por
tanto, con el estatus social. Aparte de estas vinculaciones culturales, al ser la tensión una de sus
características, también se utiliza para indicar énfasis o contundencia, y estados de ánimo
marcados por esa fuerza articulatoria, como el enfado. Dependiendo del contexto concreto de
uso, cualquiera de estas interpretaciones puede actualizarse, como lo demuestran los ejemplos
citados por Eckert: el caso de estilo verbal “intelectual” de las geeks de Bucholtz (1996); el uso
de /t/ por parte de los judíos de California para marcar ortodoxia, por influencia del yiddish
(Benor, 2001); o el caso de la adopción de un estilo de “diva Gay”, a través de un cierto carácter
remilgado (marcado por la /t/ y otras variables), por parte de informantes homosexuales
(Podesva, 2004).
39
En el caso de las dos preadolescentes de su estudio, Rachel y Colette, Eckert (2010)
analiza la productividad de la realización posterior de estos grupos vocálicos como una marca
de afecto negativo, mientras que la pronunciación anterior se relaciona con la dulzura o la
infantilización.
52 Capítulo I
‘mujer’ (W. Zhang, 2013), o como los nombres de ‘religión’ (Peirsman, Heylen, y
Geeraerts, 2010).
Sin duda, una de las diferencias más claras con la Sociolingüística es que la
metodología de recogida de datos mayoritaria de la Sociolingüística Cognitiva es la
utilización de corpus disponibles en línea.
1.6. Conclusiones
que propone una teoría y un método para estudiar la variación de la lengua en uso,
especialmente en el nivel del significado.
CAPÍTULO II
TABÚ LINGÜÍSTICO Y VARIACIÓN
2.1. Introducción
Uno de los ámbitos culturales más interesantes es el del tabú: las prohibiciones,
restricciones e interdicciones de comportamiento (también lingüístico) son piezas
centrales de las sociedades concretas en las que surgen (Andersson y Trudgill, 1992;
Douglas, 1966; Frazer, 1932; Guiraud, 1975; Trudgill y Hernández Campoy, 2007: 310,
entre otros) en la medida en que reflejan los regímenes de verdad en los que se
enmarcan sus discursos de origen (Irvine, 2011).
En las páginas que siguen presentaré los múltiples puntos de interés que muestra
el tabú lingüístico para el estudio de la conceptualización en contexto social. Para ello, a
modo de revisión bibliográfica sintética, expondré la historia del término tabú y su
evolución, con lo que su relevancia desde el punto de vista cultural quedará justificada.
Seguidamente, la exposición se centrará en el tabú lingüístico en particular y en sus
características fundamentales según la bibliografía existente. En este punto, trataré
algunos fenómenos relacionados, especialmente el eufemismo, el ortofemismo y el
disfemismo, y los recursos lingüísticos vinculados a su expresión. La última parte del
capítulo estará dedicada a la propuesta teórica para el tabú lingüístico según los
parámetros de la Sociolingüística Cognitiva, en términos del modelo de variación
semántica presentado en el capítulo anterior.
When dinner came on table not one of my guests would sit down or eat a bit of any
thing that was there. Every one was Tabu, a word of very comprehensive meaning but
in general signifies forbidden. (Cook, 1967: 129, en Allan y Burridge 2006: 3)
40
Según CORDE, en España, la primera aparición escrita publicada que se hace eco del
término tabú es la obra de Baroja, El árbol de la ciencia, de 1911 (más de un siglo después de
su llegada a Europa). En ella se encuentra con el significado de prohibición ritual sobre el
comportamiento, como extranjerismo referido a una realidad ajena y, en este caso, usado por
Baroja como una crítica a los gobernantes de Alcolea: “Alcolea se había acostumbrado a los
Mochuelos y a los Ratones, y los consideraba necesarios. Aquellos bandidos eran los sostenes
de la sociedad; se repartían el botín; tenían unos para otros un tabú especial, como el de los
polinesios” (Baroja, 1911: 205).
62 Capítulo II
41
En cuanto a su tipología, ya Frazer (1875) adelantó que existía una diferencia notable
entre el comportamiento lingüístico y las demás categorías, al dividir los tabúes en dos clases:
los objetos tabú (la sangre, el pelo, la saliva, ciertos alimentos…) y las palabras tabú (el
nombre propio, el nombre de reyes o dioses, el nombre del tótem…).
42
A día de hoy, el DRAE (22ª. ed.) reconoce la faceta comunicativa como la primera
acepción de tabú, aunque reconoce su origen etimológico de prohibición de comportamiento en
la segunda: “1. m. Condición de las personas, instituciones y cosas a las que no es lícito
censurar o mencionar. 2. m. Prohibición de comer o tocar algún objeto, impuesta a sus adeptos
por algunas religiones de la Polinesia.”
Tabú lingüístico y variación 63
A taboo was either common or strict. During a common taboo the men were only
required to abstain from their ordinary occupations and to attend morning and evening
prayers. But during a strict taboo every fire and light on the island or in the district was
extinguished; no canoe was launched; no person bathed; no one, except those who had
to attend at the temple, was allowed to be seen out of doors; no dog might bark, no pig
grunt, no cock crow. Hence at these seasons they tied up the mouths of dogs and pigs,
and put fowls under a calabash or bandaged their eyes. (Frazer 1875)
43
La teoría de Leach desarrolla ideas que, aunque no eran centrales, ya estaban en la obra
de Freud (ver apartado siguiente). Basándose en la teoría del relativismo lingüístico de Sapir-
Whorf, Leach considera que mediante el aprendizaje lingüístico se categoriza el mundo que, en
principio, es como un continuo para los niños. Los tabúes son, en su opinión, realidades
ambiguas que participan de dos categorías a la vez. Leach aplica su teoría sobre el tabú de lo
cercano a las categorías animales para explicar por qué los animales cercanos a los seres
humanos no se comen, porque pesa sobre ellos un tabú muy fuerte, similar al del incesto. Esto
es lo que permite que sus nombres se utilicen para insultar, tal que hijo de perra. La teoría causó
bastante interés en el ámbito lingüístico, aunque tiene algunas críticas: por ejemplo, Martínez
Valdueza (1998) considera que esta teoría no explica por qué no se puede llamar a alguien hijo
de gata.
64 Capítulo II
Otro de los elementos comunes en los sistemas del tabú es que la violación de
las interdicciones tiene consecuencias sobre el transgresor en forma de castigos de
diverso tipo, lo que se ha explicado en algunos casos con la idea metafórica del tabú
como condición contagiosa. Los castigos de impureza (uncleanliness, en Allan y
Burridge, 2006) implican que la persona afectada por el tabú está sucia o impura solo
durante determinado espacio de tiempo. Estos pueden mitigarse mediante ciertas
ceremonias de curación o cuando el transgresor está en posiciones de autoridad. Sin
embargo, otros castigos son permanentes, puesto que son debidos a la transgresión de
un tabú fatal.
aquello sobre lo que recae (objeto, persona, etc.), ya que sienten temor pero también un
impulso hacia ello, motivado por el placer de violar el tabú, que subsiste
inconscientemente. El poder de lo prohibido, según Freud, está justamente en su
capacidad de promover esta ambivalencia entre el peligro y la tentación.
For we shall scarcely err in believing that even in advanced societies the moral
sentiments, in so far as they are merely sentiments and are not based on an induction
from experience, derive much of their force from an original system of taboo. Thus on
the taboo were grafted the golden fruits of law and morality, while the parent stem
dwindled slowly into the sour crabs and empty husks of popular superstition on which
the swine of modern society are still content to feed. (Frazer 1875)
Los estudios anteriores coinciden en la idea de que el tabú tiene un origen social
cuya función es, a través de un sistema de símbolos, impedir franquear determinados
límites. El concepto original de tabú pasa, pues, de denominar los sistemas de
prohibiciones y rituales tribales a aplicarse a los sistemas reguladores de lo prohibido,
en todas las sociedades (Frazer, 1932; Freud, 1950 [1909-1913]; Thomas, 1911).
Freud expone que el tabú es el sistema legal no escrito más antiguo del ser
humano, incluso anterior al concepto de dios. En el caso del incesto, la tabuización tiene
su origen en el hecho de que los descendientes fruto de relaciones incestuosas, al
presentar a menudo malformaciones o deficiencias, resultaban un problema para la
45
Desde el prólogo de Tótem y Tabú, Freud menciona explícitamente la noción kantiana del
“imperativo categórico” en varias ocasiones, para relacionarlo con el tabú.
66 Capítulo II
Según Steiner (1967), todo análisis del tabú es, en definitiva, un análisis de la
sociología del peligro, porque el tabú es fundamento de toda situación donde las
actitudes ante los valores se expresan en términos del comportamiento social
engendrado por el peligro. Tanto en su dimensión negativa como en su dimensión
positiva, la función del tabú sigue siendo la de mantener el orden social. Incluso en la
transgresión ritual, la finalidad es reforzar el orden establecido por contraste con el caos
(García Martínez, 2005) y sirve como mecanismo de control, también político (Rivière,
1977).
Los tabúes, en tanto que hechos culturales, dependen de los contextos en los que
surgen y, por tanto, varían de una sociedad a otra; incluso dentro de una misma
sociedad, cambian de un grupo a otro y según las circunstancias. Esta variabilidad y la
dependencia cultural del tabú hacen que el fenómeno sea vulnerable también al paso del
tiempo.
En opinión de García Martínez (2005: 149) los tabúes que presenta la sociedad
occidental actual son distintos a los que se podían encontrar en las sociedades rurales,
fundamentalmente por los cambios en el modelo de familia. Concretamente, al crearse
etapas de la vida distintas de las anteriores, los momentos intermedios entre ellas se han
resituado, con lo que los tabúes también son otros. El modelo de familia tradicional,
como base de las sociedades primitivas, pero también de las rurales occidentales,
presentaba unas etapas vitales fijas cuyos periodos de transición estaban acompañados
de ritos de paso. Por ejemplo, el final de la pubertad estaba marcado por la entrada al
mundo sexual en tanto que hombre o mujer. En esta etapa operaban los tabúes de la
menstruación, que aúna los tabúes de la sangre (Douglas, 1966) y de la muerte,
implicada por la ausencia de embarazo (Webster, 1952: 96, en García Martínez 2005:
153); y el del incesto, motivado por una cuestión estratégica de unión entre familias, de
protección de las tierras y de evitar los problemas derivados de la endogamia. En
Tabú lingüístico y variación 67
general, en esta etapa también estaba activo el tabú del sexo, ya que al prohibir las
relaciones sexuales prematrimoniales, se protegían las alianzas establecidas por el
matrimonio. Así mismo, operaban tabúes relacionados con el embarazo, el parto y el
nacimiento, debidos a la vulnerabilidad de la madre y el hijo. Hoy en día, en la sociedad
occidental actual, los tabúes mencionados se han perdido en su gran mayoría: los
avances científicos han reducido los riesgos de la maternidad, los nuevos modelos de
familia, que no implican consanguineidad (padrastros, madrastras, hermanastros)
reducen considerablemente el tabú del incesto y en opinión de algunos autores (Wats,
1977: 9), la destabuización del sexo es evidente a la luz de su práctica desde la
adolescencia.
Según Buxo I Rey (2001: 1; en García Martínez, 2005: 164), el único tabú
antiguo que sigue plenamente vigente en las sociedades modernas es el de la muerte. La
vejez, que en las sociedades rurales estaba relacionada con la transmisión de la cultura,
se ha ido asociando cada vez más a la muerte y convirtiéndose en un tabú en sí misma.
A su vez, a esto se le opone la sublimación de la etapa de la juventud, etapa vital propia
de la sociedad occidental actual (García Martínez, 2005: 16).
Hasta ahora, he procurado demostrar el interés del tabú como fenómeno cultural
desde varias perspectivas extralingüísticas. En este sentido, su centralidad en los
sistemas de regulación social, su variabilidad según las culturas y su ambivalencia
psicológica hacen del tabú un hecho lo suficientemente complejo como para suponer su
interés como objeto de estudio. Además de lo anterior, la relación del tabú con la lengua
ha sido subrayada desde los primeros estudios, lo que añade motivaciones para la
investigación de los fenómenos relacionados con el tabú lingüístico.
68 Capítulo II
Varios fenómenos lingüísticos vinculados con el tabú desvelan cuáles son las
realidades que no están bien aceptadas. En la sociedad occidental actual a través del
lenguaje políticamente correcto, por ejemplo, y en particular a partir de algunos de sus
excesos 46 , se localizan las áreas de la realidad que se quieren esconder, como el
machismo, el racismo, pero también la vejez, como ya se ha mencionado. El tabú
lingüístico proporciona un acceso privilegiado a los sistemas de pensamiento de una
sociedad. Los silencios, las atenuaciones, los insultos… permiten localizar las
realidades problemáticas o sobre las que recaen prohibiciones sociales (Irvine, 2011),
aunque estas estén, en ocasiones, fosilizadas (García Mouton, 1987a: 71)47.
La tradición de estudios del tabú descubrió pronto que las prohibiciones sociales
tenían un reflejo comunicativo en el fenómeno del tabú lingüístico, lo que Frazer (1932)
definió como la subcategoría de las palabras tabú. El autor subraya que los objetos, o
las personas, y las palabras que los nombran son partes de la misma realidad para las
tribus, de tal manera que pronunciar el nombre es como adquirir poder sobre la cosa o la
persona en sí. Por ello, se acostumbraba a mantener el nombre verdadero en secreto,
para evitar que se pudiese tener control sobre ellos o enviarles desgracias o maleficios,
como se ejemplifica en el relato de esta costumbre papuana ya muy citada: “The
Korowai of west Papua (Stasch, 2008) have a register composed of hidden names,
46
Véase la ultracorrección del género gramatical, en ciertas ocasiones, o juicios anacrónicos
acerca de textos literarios como el Milagro XVI de Gonzalo de Berceo, titulado ‘El niño judío’,
considerado antisemita, según relata Chamizo Domínguez (2009: 431).
47
Varios autores han mencionado que los tabúes lingüísticos tienden a perpetuarse, incluso
más allá de la existencia de prohibiciones relacionadas con las realidades a las que se refieren
(Grimes, 1978, en Casas Gómez, 1986: 28, y Martínez Valdueza, 1998).
Tabú lingüístico y variación 69
which are also the true names. It shall not be used because it causes harm” (Irvine,
2011: 28). La teoría de la magia verbal de Malinowski (1962) explica que estas palabras
que se identifican totalmente con la cosa nombrada pertenecen al “lenguaje mágico”,
que se aprende en la niñez y no desaparece al llegar a la edad adulta48.
Pero el tabú está por todas partes y también mucho más cerca. En las sociedades
rurales españolas se dan muestras pintorescas de esta identificación de las palabras y las
cosas, como sucede profusamente en el campo de los animales. La variación
onomasiológica de ‘comadreja’, por ejemplo, incluye expresiones positivas como bonita
o bonuca, orientadas a la captatio benevolentiae de este animal carnívoro y nocivo
(García Mouton, 1987b: 190).
48
Para una revisión del fenómeno, ver Montero Cartelle (1981: 15-19).
49
La bibliografía sobre tabú lingüístico es particularmente metafórica (magia, toxicidad,
contagio, daño, arma…) lo que parece revelar una cierta complejidad a la hora de explicar el
fenómeno desde un marco terminológico exclusivamente lingüístico.
50
Esto sitúa el tabú en la reflexión sobre el vínculo entre “las palabras y las cosas”,
relevante en varias etapas de la historia de la Lingüística desde el Cratilo, de Platón hasta la
corriente Wörter und Sachen, con repercusión en la Dialectología de inspiración etnolingüística
(García Mouton, 1987a: 49).
51
En 2008, en el IX Curso de Variación Sociolingüística de la Universidad de Murcia, tuve
ocasión de preguntarle a Peter Trudgill por qué no había incluido el término ‘interdicción
70 Capítulo II
que estos nombres se refieren en realidad a dos momentos del mismo fenómeno: la
interdicción es la coacción social ejercida sobre los hablantes para “non parlare di una
data cosa o ad accennarvi con termini che ne suggeriscano l’idea pur senza indicarla
direttamente” (íbid.), y el tabú es la interdicción que opera solo en la esfera religiosa
primitiva52. El origen de esta división está en Mansur (1956:12, en Uría Varela, 1997:
3), aunque la formalización terminológica de mayor repercusión es la de Galli, seguida
por Montero Cartelle (1981), Casas Gómez (1986, 2009a), Senabre (1971) o Coseriu
(1977). Otros autores, como Crespo Fernández (2007: 31) y Alonso Moya (1978)
también manejan ambos conceptos, aunque establecen una división distinta: si bien
coinciden con los anteriores en que el fenómeno global de presión social es la
interdicción lingüística, para ellos el tabú lingüístico tiene el sentido léxico de ‘palabra
tabuizada’. Para otros autores no existe esta división e incluyen bajo uno de estos
conceptos, bien interdicción, bien tabú, todos los ámbitos en los que se aplican
restricciones en la comunicación, ya sean más cercanos a los originarios (mágico-
religiosos) o no (sexuales, escatológicos, etc.). Kany (1960), por ejemplo, opta por
interdicción, y propone varios grupos: interdicción mágico-religiosa, sexual y de
decencia, social, política, y de vicios y defectos. El Diccionario de Sociolingüística
(Trudgill y Hernández Campoy, 2007) se decanta por tabú y considera que “[en] las
sociedades occidentales, también hay tabúes relacionados con el sexo, la religión, las
funciones corporales, los grupos étnicos, la comida, la suciedad y la muerte” (ibíd., p.
311).
las categorías sobre las que se centre la ofensa, forman parte del lenguaje prohibido. En
muchos casos, aunque se intentan justificar diferencias entre ‘interdicción’ y ‘tabú’, los
autores se refieren a facetas de un mismo sistema de prohibiciones que afectan a la
comunicación.
Technically speaking, cursing is wishing harm on a person (e.g., eat shit and die). But the term
cursing is used comprehensively here to include categories such as: swearing, obscenity,
profanity, blasphemy, name calling, insulting, verbal aggression, taboo speech, ethnic-racial
slurs, vulgarity, slang, and scatology.” (Jay 2000: 9).
54
Es importante matizar que los conceptos de ‘restricción, prohibición, interdicción, etc.’
utilizados aquí se refieren a fenómenos cuya fuerza de aplicación varía considerablemente. Se
debe tener presente esta variabilidad como característica fundamental del tabú lingüístico y no
concebirlo como una limitación extrema, a pesar de la contundencia que los términos
mencionados parezcan transmitir.
72 Capítulo II
del tipo ‘escatología’, ‘sexo’, ‘muerte’, etc. lo que apunta a niveles más profundos que
los de las meras formas. Explícita o implícitamente, se asume la idea de que el tabú
supone “non parlare di una data cosa” (Galli de Paratesi, 1964: 16) y no solo no usar
ciertas formas léxicas.
55
Algunos ejemplos muy citados, por lo exóticos, son los casos de los Tiwi (habitantes de
islas al norte de Australia) que tienen prohibido pronunciar los nombres de los muertos, pero
también cualquier palabra que suene parecida (Andersson y Trudgill, 1992: 57).
Tabú lingüístico y variación 73
verá a continuación, la propia clasificación de los tabúes que hacen los autores
mencionados apunta en esa dirección, ya que las divisiones son temáticas, no formales.
Tanto los trabajos que distinguen entre tabú e interdicción como los que los
agrupan han tratado de subdividir internamente la categoría de lo prohibido, con el fin
de poner orden en los distintos dominios de la realidad que se consideran interdictos,
que son muy variados. La tendencia dominante es dividir los tipos de tabú según las
causas psicológicas que los motivan, como el miedo, el pudor o el respeto; aunque los
autores tampoco coinciden en este punto (Calvo Shadid, 2011: 127)56. Es necesario, sin
embargo, distinguir entre las causas que subyacen a cada tabú y las categorías mismas
del tabú (o dominios, en Widlak, 1970), aunque casi siempre van unidos en la
bibliografía.
Para los autores que establecen diferencias entre tabú e interdicción, las causas
que motivan un fenómeno y otro no son las mismas desde el punto de vista psicológico,
ya que las emociones que subyacen difieren: tras el tabú lingüístico se encuentra el
temor ancestral, mientras que tras las interdicciones sexuales, escatológicas, etc., se
encuentran la vergüenza, el asco o la repugnancia moral. Estas pueden haberse
interiorizado o no, pero poseen, en todos los casos, un origen social externo (Galli de
Paratesi, 1964: 19-20)57. También Montero Cartelle (1981) considera que los tabúes
tienen dos orígenes posibles: el temor a la palabra en sí, en el caso de los mágico-
religiosos; o bien el pudor o la prudencia, orígenes de tipo social según los cuáles no se
teme la palabra, sino las connotaciones y asociaciones de suciedad, obscenidad o
molestia que despierta el referente.
Crespo Fernández (2007: 28) considera que existen tres causas para el tabú: el
miedo, el pudor y el respeto, que motivan el tabú que recae sobre las distintas
categorías, como se muestra en el esquema que propone:
56
Dos posturas extremas serían la de Grimes, para quien la fuerza motivadora primaria del
tabú es siempre el miedo (1978:11), y la de Casas, que considera que las causas son más bien
externas, determinadas por normas sociales (1986:30).
57
Galli de Paratesi (1964: 21) considera que las interdicciones más interiorizadas son las
religiosas y las sexuales, mientras que las más externas son las interdicciones ligadas a la
política o la delicadeza social, como el nombre de ciertos oficios considerados bajos.
74 Capítulo II
Figura 3 Causas (gris) y categorías (blanco) del tabú según Crespo Fernández (2007).
SOBRENATURAL RELIGIÓN
LO DESCONOCIDO
MIEDO MUERTE
ENFERMEDAD GRAVE
ENFERMEDAD
EFECTOS DE LA
ENFERMEDAD
ACTO
SEXO CUERPO
TABÚ
CONDUCTAS
PUDOR
ESCATOLÓGICAS
FUNCIONES CORPORALES
NO ESCATOLÓGICAS
DIFERENCIAS PERSONALES
REALIDADES INDESEABLES
58
Aunque Crespo Fernández (2007: 28) matiza, con el ejemplo del sida, que determinadas
realidades pueden pertenecer a varias categorías (muerte, desviaciones sexuales, enfermedad), el
vínculo que existe entre estas y sus causas parece invariable en su texto (la muerte y el miedo, el
pudor y las desviaciones sexuales, etc.). De forma explícita el autor termina el desarrollo de su
idea como sigue: “en nuestra clasificación precisamos las causas principales del tabú como
generadoras de unos efectos, que son las distintas categorías y subcategorías que hemos
señalado” (íbid., p. 29).
Tabú lingüístico y variación 75
Figura 4 Causas (gris) y categorías (blanco) del tabú (basado en Crespo Fernández 2007).
RELIGIÓN
SOBRENATURAL
LO DESCONOCIDO
MUERTE
ENFERMEDAD GRAVE
ENFERMEDAD
EFECTOS DE LA
ENFERMEDAD
ACTO
MIEDO
SEXO CUERPO
TABÚ
PUDOR
CONDUCTAS
RESPETO
ESCATOLÓGICAS
FUNCIONES CORPORALES
NO ESCATOLÓGICAS
DIFERENCIAS PERSONALES
REALIDADES INDESEABLES
La relatividad no es solo una característica de las causas del tabú, sino también
de las propias categorías. Si bien es cierto que se han encontrado similitudes en ciertos
ámbitos prohibidos en muchas culturas del mundo 59 , el tabú está sujeto a múltiples
factores externos, lo que sugiere la dificultad de hacer generalizaciones válidas. En la
bibliografía, esta característica esencial del tabú se denomina ‘variabilidad’.
2.3.5. Variabilidad
59
Allan y Burridge también establecen una nómina de las áreas de la realidad sobre las que,
en términos generales, suele pesar una interdicción lingüística, y varias coinciden con lo
expuesto por Crespo Fernández: “bodies and their effluvia (sweat, snot, faeces, menstrual fluid,
etc.); the organs and acts of sex, micturition and defecation; diseases, death and killing
(including hunting and fishing); naming, addressing, touching and viewing persons and sacred
beings, objects and places; food gathering, preparation and consumption.” (Allan y Burridge,
2006: 1).
76 Capítulo II
Sin embargo, esta afirmación debe ser probada empíricamente ya que, si bien
algunos parecen sobrevivir al tiempo y en el espacio, otros no son tabúes fuera de su
contexto, como se comprueba en ejemplos como los tabúes de los animales. El lobo, el
zorro, la comadreja, la serpiente, la mariposa son tabúes en Galicia (Montero Cartelle,
1981) y en otros ámbitos de la Península Ibérica (García Mouton, 1987b); y en latín,
provenientes del indoeuropeo, lo son el oso, el lobo, el zorro, la serpiente, la comadreja,
el ciervo, el jabalí y la liebre (Uría Varela, 1997). Sin embargo, estos tabúes no operan
en los espacios urbanos, donde la relación con los animales y sus efectos sobre la vida
cotidiana es prácticamente nula.
Además de los factores externos, también afectan al nivel de uso de los tabúes
algunos componentes de la personalidad, de entre los que destacan la hostilidad, la
ansiedad sexual y la religiosidad (Jay, 2000), así como la afabilidad y la meticulosidad
(agreeableness and conscientiousness), o la tendencia a la extroversión, la dominación
o una personalidad social negativa (Jay, 2009: 156).
Tabú lingüístico y variación 77
2.3.6. Adquisición
Esta interiorización de las interdicciones produce una asociación pars pro toto
entre la cosa concreta y su nombre (Cassirer, 1959; en Montero Cartelle, 1981: 16). Este
proceso se da por una identificación de la expresión de cierta realidad con la realidad
misma, de tal manera que la expresión de determinados conceptos produce una
invocación de la entidad, como en el caso de la religión (cf. Segundo mandamiento) y
de las supersticiones sobre animales peligrosos o personas, o una evocación vívida de la
60
Varios autores que se han interesado por el tema del síndrome de Tourette reconocen que
aún se sabe muy poco acerca del fenómeno (Allan y Burridge 1991; Martínez Valdueza 1998;
Jay 2000). Para algunos autores, el fenómeno de la coprolalia justificaría que las palabras tabú
no son verdaderos elementos lingüísticos, idea que Jay (2000: 254) considera un mito.
78 Capítulo II
En las sociedades donde las autoridades ejercen más su poder de control social,
la interdicción lingüística (que llega hasta la forma de censura) es mayor que en las
sociedades donde el control es menos estricto y donde los individuos tienen mayor
libertad de expresión (Allan y Burridge, 2006: 105, 239). La crítica al lenguaje
políticamente correcto subraya la manipulación ejercida a través de la presentación
“correcta” de determinadas realidades problemáticas que no por eso dejan de serlo.
61
Para una completa revisión bibliográfica al respecto, ver Casas Gómez (1986: 20-25).
Tabú lingüístico y variación 79
Aunque es cierto que las expresiones tabuizadas pueden utilizarse a veces como
“arma” (Allan y Burridge, 1991), motivo por el que son censuradas, su fuerte carga
emocional les permite cumplir diversas funciones en el discurso, incluso muy distintas
de la agresión, lo que las hace merecedoras de mayor atención. Entre otras cosas, la
acomodación o no a las normas de esas ideologías revela los regímenes de verdad y de
conocimiento en los que se sitúan los hablantes, a través del lenguaje en general, y del
tabú en particular (Irvine, 2011).
62
La revista Maledicta, presidida por Reinhold Aman, es un ejemplo de publicación con
una línea editorial explícitamente orientada a favor del estudio y la visibilidad del lenguaje tabú,
desde varias disciplinas, activamente al margen de juicios morales. Disponible en Web:
http://www.sonic.net/~aman. (Consulta: 2/10/2013).
63
Puede leerse un caso de confrontación entre académicos por tratar el tema del tabú
lingüístico en Estados Unidos entorno a 1950 en Jay (2000:14).
80 Capítulo II
Los tabúes son las áreas de la lengua con mayor rendimiento en funciones
comunicativas no referenciales64 (Martínez Valdueza, 1998: 123). De hecho, gran parte
de los estudios del uso del tabú lingüístico se centran en ello: en particular, en su uso
como insulto (función apelativa) o como expletivo (función expresiva), ya que es
característico de los tabúes que puedan ser usados para expresar emociones intensas
(Andersson y Trudgill, 1992: 53; Jay, 2000: 16; ver también 2.3.8). Su uso puntual se ha
visto también como una estrategia de intensificación, por ejemplo en la argumentación
(Briz Gómez, 1996). Este tipo de usos, cuando se da con frecuencias muy altas en el
discurso de un hablante, tiene una función estilística (Andersson y Trudgill, 1992: 54),
como en el caso del lazy swearing (ibíd., p. 61).
64
Sería el caso de la subcategoría de las palabrotas, caracterizada especialmente porque su
significado no debe ser interpretado literalmente (Andersson y Trudgill 1992: 53).
Tabú lingüístico y variación 81
65
Los autores que lo acuñan no están dedicados a la diferenciación terminológica tanto
como otros, y por tanto no tratan esta cuestión, que desarrollo aquí solo de forma teórica.
66
Según una definición estricta de ‘sinonimia’ (como fenómeno estructural), los sustitutos
eufemísticos y disfemísticos serían en muchas ocasiones equivalentes designativos en el plano
del discurso, pero no sinónimos (Casas Gómez, 1993: 84). Senabre (1971: 74) especifica que el
eufemismo solo es una parte del fenómeno de la sinonimia y propone definirlo como un
“sincretismo léxico”.
82 Capítulo II
2.4.1. El eufemismo
67
En la Retórica, el objeto inicial fueron los diversos mecanismos lingüísticos que sirven a
la expresión eufemística y su clasificación por lo que gran parte de las aportaciones eran de
corte descriptivo. Estos orígenes hacían que se estudiaran principalmente textos escritos, sobre
todo literarios, lo cual promovió algunas teorías que se fueron complementando con la
expansión del fenómeno al ámbito oral, en el que está presente de forma constante. Los
primeros estudios orales provienen de la Dialectología, que observó las variaciones geográficas
en el nombramiento de realidades problemáticas. Los métodos de elicitación onomasiológica de
la dialectología tradicional y el interés lexicográfico por recopilar diccionarios de eufemismos
que dieran cuenta de la inmensa variación para nombrar ciertas realidades prohibidas, hizo que
el estudio tuviese, sobre todo, una vertiente léxica. Aunque a la consideración del eufemismo
como un fenómeno de sustitución en los primeros momentos siguió su reconocimiento como
fenómeno presente en todos los tipos de discurso, lo que amplió su presencia a múltiples
campos dentro de la Lingüística. Ver Crespo Fernández (2007: 55 y ss.).
Tabú lingüístico y variación 83
68
“Actualización discursiva por parte del hablante de unos sustitutos léxicos que a través de
un conjunto de recursos lingüísticos y paralingüísticos, permiten en un contexto y situación
pragmática determinada, neutralizar léxicamente el término interdicto” (Casas Gómez, 1986).
69
Aquí, como Allan y Burridge (2006), utilizo el término inglés habitual para referirme a la
teoría pragmática de la face positiva y negativa.
84 Capítulo II
expresión eufemística.
Cognición Discurso
di
contenidos lingüísticos interdictos” (ibíd., p. 6), con lo que se da cabida a las fórmulas
de disculpa o a las variaciones en el tono de voz; puesto que todos los recursos de la
lengua pueden estar al servicio del eufemismo (Galli de Paratesi, 1964) y del
disfemismo (Uría Varela, 1997: 10).
2.4.1.2. Desgaste
2.4.2. El disfemismo
70
El autor remite a la explicación de Rodríguez Adrados (1969) acerca de los usos
metafóricos para compararla con el eufemismo: los usos metafóricos surgen por la posibilidad
de neutralizar uno o varios aspectos de una oposición, en ciertos contextos o, con el tiempo, en
todos los contextos; con lo que la metáfora se presta a una pronta identificación total con la
realidad metaforizada. Según Rodríguez Adrados (1969: 539), “la metáfora no hace más que
llevar al extremos el procedimiento usual de las combinaciones de palabras: prescindir de los
rasgos semánticos de las mismas que son incompatibles”.
86 Capítulo II
Puesto que subraya los vínculos con el tabú, el disfemismo responde a las
funciones de componente emocional mencionadas en 2.3.8. y se relaciona, pues, con el
insulto, las palabras malsonantes, las injurias, etc. y otros fenómenos de agresión verbal.
Al contrario que el eufemismo, responde a una voluntad de “romper con el
convencionalismo social” (Casas Gómez, 1986: 85) o de demostrar agresividad. Sin
embargo, también tiene funciones distintas, como la catarsis o el humor (Jay, 2000)71.
2.4.2.1. Estabilidad
2.4.3. Relatividad
Uno de los aspectos más mencionados del eufemismo (aunque se aplica también
al disfemismo) es su relatividad, es decir, su dependencia de factores “culturales,
sociales y situacionales” (Uría Varela, 1997: 8), como el sexo, la edad, la relación entre
los hablantes, el estrato socioeconómico, etc. Algunos de ellos, o todos en conjunto,
pueden determinar el uso y la interpretación de determinada expresión como
En este sentido, puede relacionarse con las transgresiones “permitidas” del tabú de
71
comportamiento y con su función positiva, como en el caso del Carnaval, ver 2.2.2.1.
Tabú lingüístico y variación 87
Todos los recursos de la lengua pueden estar al servicio del eufemismo y del
disfemismo; en este sentido, no tienen recursos propios, sino que se sirven de las
herramientas lingüísticas disponibles (Galli de Paratesi, 1964; Uría Varela, 1997: 10).
Casas (1986: 90) plantea que, ya que no existen recursos lingüísticos propios de uno u
otro fenómeno, aunque haya tendencias más frecuentes, la polaridad de determinada
expresión solo puede deducirse de sus “rasgos sémicos dominantes” y del contexto
discursivo; y, aun así, la interpretación no es siempre certera, ya que depende de la
intención del hablante.
72
Ver cap. I, nota 30.
73
Según la teoría semántica asociativa de Pierre Guiraud, las palabras se organizan en
campos morfosemánticos superpuestos, a través de relaciones semánticas y formales. En el
plano semántico, esto es posible gracias a que cada palabra posee un núcleo sémico, a partir del
cual se relaciona con otras palabras en un mismo campo. A su vez, también posee una serie de
semas secundarios, que pueden ser sociales e incluso contextuales, que lo relacionan también
con términos pertenecientes a otros sistemas léxicos. De ellos depende la connotación de los
términos en cuestión. En el plano formal, el término interdicto se relaciona con sus sustitutos
eufemísticos por contigüidad o parecido formal. Según esta teoría, el hablante conmuta un
término interdicto por un sustituto eufemístico (formal o semántico) que neutraliza las
connotaciones desagradables.
Tabú lingüístico y variación 89
ese plano y no siempre de un caso de sinonimia (Uría Varela, 1997: 20)74, como se ha
discutido en varias ocasiones: se ha hablado de sincretismo (Senabre, 1971), de
neutralización en el discurso o de parasinónimos (Casas Gómez, 1993) con
connotaciones diversas no reemplazables (Chamizo Domínguez, 2004: 45), de
“sinónimos parciales estilísticos” (Crespo, 2007: 53; siguiendo a Duchácek), etc.
74
En opinión de Uría Varela, solo existen casos de sinonimia cuando la equivalencia se da
en el plano de la significación, aunque presente variación lectal.
90 Capítulo II
Tabla 2 Clasificación de los recursos lingüísticos del eufemismo citados por Uría Varela (1997: 10-15).
Nivel paralingüístico
No vocal (modificación, sustitución, modulación):
gestos
Vocal (modificación):
intensidad
entonación
Nivel lingüístico
Plano formal:
Modificación fonética:
palabra nueva
paronimia
Modificación morfológica:
derivación
composición
flexión
Modificación sintáctica:
omisión (sustitución por el signo 0)
elipsis (reducción sintagmática, previa agrupación)
fórmulas eufemísticas, atenuaciones por inserción o formas de excusa
permutación
Plano semántico (sustitución):
Repercusión léxica:
préstamos
calcos semánticos
cultismos
arcaísmos
jergalismos
designaciones expresivas
Repercusión semántica:
metáfora
metonimia
sinécdoque
antífrasis
lítote
perífrasis
término genérico o pronominal
circunlocución alusiva
Tabú lingüístico y variación 91
Los recursos basados en el plano semántico han recibido una atención especial
por parte de los especialistas, ya que son “los más numerosos y los más complejos”
(Uría Varela, 1997: 14). Estos recursos se basan “en su propio significado para efectuar
la sustitución del vocablo vitando” (ibíd.), bien mediante palabras nuevas, con
repercusión léxica, bien mediante nuevos significados de palabras existentes, con
repercusión semántica. (Ver Tabla 2).
Las clasificaciones de los recursos son, sin duda, fundamentales para el estudio
del tabú en uso, pero no son suficientes, ni siquiera aplicadas al estudio cualitativo de
Tabú lingüístico y variación 93
los corpus. Hasta ahora, tenemos a nuestra disposición una gran cantidad de ejemplos y
de análisis muy pertinentes sobre la naturaleza de estos recursos, pero no sabemos cuál
es su productividad real. Dentro de esta perspectiva descriptiva y teórica, se ha
discutido, concretamente, cuál es el papel de ciertos recursos en la creación eufemística,
como se verá a continuación. No obstante, sin una perspectiva empírica y, más
concretamente, cuantitativa, el debate se queda en la teoría, sin conexiones con el uso de
los hablantes.
75
Como explica Montero (1981: 72), algunos autores, como Werner y Ortega y Gasset van
más allá: la metáfora y el tabú estarían relacionados desde su origen. Según una concepción
mágica del mundo, el origen del tabú estaría en la necesidad de las sociedades sedentarias de
luchar contras los miedos, puesto que no podían huir de ellos, a diferencia de los nómadas. Para
protegerse de ellos crean los tabúes y, a la par, la forma segura de hablar de ellos sin violarlos:
la metáfora. Esta permite comunicar fácilmente significados prohibidos de forma traslaticia.
76
En algún caso, se encuentran ejemplos clasificados como metáforas que serían discutibles
como girls por prostitutes, donde, en mi opinión, se da un proceso de hiperonimia, más que de
metáfora, como se interpreta en Crespo (2007: 97).
94 Capítulo II
Hasta ahora, he presentado las características del fenómeno del tabú lingüístico y
sus posibilidades expresivas en los términos en los que se encuentra en la bibliografía
desde varias perspectivas lingüísticas que dan muestras suficientes de la potencialidad
del significado de este fenómeno. Sin embargo, el tratamiento del tabú necesita aún de
una visión unificada que permita observar cómo interactúan los factores externos sobre
el uso real en el nivel semántico. Posiblemente, la falta de un marco de reflexión es lo
que ha motivado que se haya revisado el estado de la cuestión en varias ocasiones
(Calvo Shadid, 2011; Casas Gómez, 2009a, 2009b; Chamizo Domínguez, 2009; Edeso
Natalias, 2009). Las páginas siguientes pretenden demostrar que esto es justamente lo
que la Sociolingüística Cognitiva puede ofrecerle a la teoría del tabú lingüístico: una
propuesta integradora para estudiar el efecto de los aspectos cognitivos, contextuales y
sociales presentes en los trabajos mencionados sobre la frecuencia real de las
expresiones concretas, a través de la cual se podrá conocer la prominencia de los
recursos semánticos mencionados.
77
Ya en Guiraud (1955:59). A este respecto Casas (1986: 86, nota 14) cita a Guiraud (1960:
57), Lamíquiz (1975:415). Y ver nota 15 en Casas (1986: 86).
Tabú lingüístico y variación 95
páginas anteriores, tanto desde el punto de vista de los niveles de variación semántica
como del significado de esta variación en tanto que elemento de creación de identidades
en el discurso.
Las coincidencias teóricas entre los estudios del tabú y los postulados de la
Sociolingüística Cognitiva son muchas, por lo que se puede afirmar que todos los
aportaciones anteriores contribuyen de una forma u otra a una formulación en los
términos de la propuesta mencionada, y especialmente los que ya han adoptado un
enfoque cognitivo (Casas Gómez, 2005, 2009a, 2009b; Crespo Fernández, 2008;
Chamizo Domínguez, 2004).
que el hablante sea consciente, cuando utiliza un ‘eufemismo’, de que lo hace por no
usar el ‘término de base’, no es lo fundamental, pues a veces ni siquiera sabemos qué
palabra (o palabras) estamos evitando; en ocasiones, ese conocimiento, o viene a
posteriori, o lo determina el lingüista. De lo que se trata es de actualizar una referencia
de un modo indirecto, solapado, genérico, no ofensivo: que exista una relación in
absentia con el signo o signos ‘habituales’ en esa referencia es posible y es frecuente,
pero lo inmediatamente presente en el pensamiento del hablante es la cosa, la
referencia. (1997: 18)
Las variantes de una variable tabú son todas las expresiones que se refieran a ese
concepto en un corpus determinado, normalmente con un alto grado de variación.
Existen varios estudios desde el punto de vista onomasiológico formal en perspectiva
sociolingüística (Calvo Shadid, 2008; Danbolt Drange, 1997; López Morales, 1990,
2001, 2005; Martínez Valdueza, 1995), basados en demostrar qué palabras están
prohibidas según determinadas variables independientes (ver cap. III). El tabú, sin
embargo, no se restringe solo al nivel formal. Una visión de este tipo se queda en la
superficie de un fenómeno más complejo y no da cuenta de la variedad de relaciones
entre significados y formas de expresión. Los fenómenos semánticos utilizados en la
expresión del tabú (ver 2.4.4) implican variación conceptual en los dos ejes de
estructuración (ver cap. I): en el horizontal, el tabú puede expresarse mediante otras
categorías (metonimia, metáfora), y en el vertical, el tabú puede presentarse en varios
98 Capítulo II
La mayoría de los estudios del tabú se basan en lengua escrita, por lo que
sabemos más sobre este medio que sobre el oral. El problema no es que los
descubrimientos en el medio escrito no sean de interés, sino que no se deberían
extrapolar sus afirmaciones al tabú en la lengua oral hasta que no se tenga constancia
empírica de ello; como se ha hecho por ejemplo con la supuesta baja frecuencia de uso
de las expresiones tabuizadas en el discurso (Jay, 2000: 15; 2009: 157). La
extrapolación es especialmente problemática cuando se trata de análisis de textos
literarios, ya que se basan en un tipo de expresiones probablemente muy idiosincrásicas.
Por lo tanto, el estudio del tabú en la lengua oral es una prioridad, ya que no sabemos
prácticamente nada sobre las preferencias de los hablantes en estos contextos, ni sobre
Tabú lingüístico y variación 99
el propio grado de tabuización de ciertos concepto; además de que se trata del medio en
el que los hablantes se enfrentan a la comunicación del tabú de forma inmediata.
No obstante, existen varios motivos por los que los trabajos sobre el tabú no se
han basado en la lengua oral. En primer lugar, las propias características del tabú
restringen la cantidad de datos que se pueden obtener de los corpus orales: la muerte, la
sexualidad, la escatología o la enfermedad son temas que no se encuentran en
abundancia, especialmente para un estudio cuantitativo. Aunque ello debería motivar la
recogida de materiales propios que elicitaran esos temas, la ya mencionada abstención
pudoris causa (Alonso, 1964) ha provocado un vacío casi total de corpus ad hoc78.
Como se verá en el capítulo IV, la situación de entrevista con personas desconocidas
para tratar de temas tabú es incómoda tanto para los informantes como para los
entrevistadores. Sin embargo, esta metodología garantiza una gran cantidad de
información social y cierto control sobre las condiciones del corpus, difícil de conseguir
en corpus escritos en línea, donde la información social disponible no es muy
abundante.
78
Una excepción notable es Danbolt Drange (1997).
100 Capítulo II
2.6. Conclusiones
3.1. Introducción
¿Qué es la sexualidad?
¿Cuáles son los temas sexuales dominantes en España hoy y cuáles son sus
raíces históricas?
Sexuality is a central aspect of being human throughout life and encompasses sex,
gender identities and roles, sexual orientation, eroticism, pleasure, intimacy and
reproduction. Sexuality is experienced and expressed in thoughts, fantasies, desires,
beliefs, attitudes, values, behaviors, practices, roles and relationships. While sexuality
79
Como apunta Chamizo Domínguez (comunicación personal), este tipo de discurso es
propio de otras religiones, pero me refiero a la cristiana y, en particular, a la Iglesia católica,
debido a que son las más influyentes en la cultura española.
Los conceptos sexuales y su contexto 105
can include all of these dimensions, not all of them are always experienced or
expressed. Sexuality is influenced by the interaction of biological, psychological, social,
economic, political, cultural, ethical, legal, historical, religious and spiritual factors.
(OMS, 2006: 4)
80
Ver cap. I de este trabajo (1.4.1.1).
81
La confusión se refleja en el uso común, pero también en diccionarios como el DRAE (22ª
ed.) que equipara sexualidad, en su primera acepción, con sexo, y que lo limita al impulso
instintivo en la segunda. Tampoco se mencionan los aspectos relacionados con conceptos más
abstractos como los contemplados por la OMS (identidades, roles, etc.): “sexualidad.
(De sexual). 1. f. Conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada
sexo. 2. f. Apetito sexual, propensión al placer carnal.” http://lema.rae.es/drae/?val=sexo
106 Capítulo III
82
La obra de Foucault, Histoire de la sexualité, sostiene en realidad una idea más compleja,
acerca de la relación entre sexualidad y poder. “La nueva forma de control social descrita por
Foucault en su Historia de la sexualidad afecta a toda la sociedad y se basa en el expolio de los
saberes de las clases subalternas, que son transferidos al Estado y a los expertos. […] Esta
transformación en las estrategias del control social también afectan a la sexualidad y suponen
transitar del ars erotica a la scientia sexualis (Foucault, 1978)” (Osborne y Guasch, 2003: 9).
83
Puesto que, al fin y al cabo, se trata de un juicio en el que se deben conocer los detalles
para poder aplicar el castigo adecuado, como puntualiza Chamizo Domínguez (comunicación
personal).
Los conceptos sexuales y su contexto 109
Los tipos de datos accesibles han tenido consecuencias sobre los estudios que se
han realizado hasta ahora y sobre los resultados obtenidos de sus análisis. En los
apartados siguientes se presentan los trabajos cuyo objeto de estudio es,
específicamente, la sexualidad en su dimensión social y cultural, ya sea como campo
semántico o como identidad de los hablantes86.
Hoy se puede decir que el estudio de la sexualidad tiene cierta tradición en las
áreas de la Lexicografía, la Semántica (histórica, principalmente) y la Sociolingüística
variacionista. Aunque las corrientes mencionadas tengan aproximaciones distintas al
campo de estudio, todas se sitúan en el nivel de la Semántica Léxica (principalmente en
el nivel onomasiológico), ya que estudian las maneras de nombrar los múltiples
conceptos del campo, tanto en perspectiva sincrónica como diacrónica.
3.4.2.1. Lexicografía
84
El trabajo de Danbolt Drange (1997) sobre varios conceptos tabú (no solo sexuales) es
una muestra aislada de esta metodología, aunque lamentablemente su corpus no está disponible.
85
Ver también cap. IV, 4.3.
86
Los trabajos que dan solo una visión parcial o anecdótica del léxico sexual no se incluyen
aquí, puesto que no parten de una reflexión sobre la sexualidad y su manifestación en la práctica
lingüística; por ejemplo, los estudios sobre palabras malsonantes o los diccionarios argóticos no
tienen una reflexión teórica sobre la dimensión cultural de la sexualidad; pero se pueden
consultar en Rodríguez González (2011: 19).
87
Hasta donde sé, existen pocas aproximaciones lexicográficas a la muerte. (Lope Blanch,
1963; Pérez Bowie, 1983).
Los conceptos sexuales y su contexto 111
La presencia del léxico sexual en los diccionarios generales merece una mención
especial ya que reflejan las conceptualizaciones de la época de elaboración y en muchos
casos sus prejuicios. Conceptos como ‘homosexualidad’ son buenos ejemplos de esta
problemática: en el Diccionario de uso del español, de María Moliner, de 1966 se
definía como “vicios o prácticas de los homosexuales”, mientras que en la edición 2007
se refiere a “las personas que satisfacen su sensualidad sexual con las de su mismo sexo,
y a su orientación sexual”. Frente a esta definición, el DRAE (22ª ed.) centra la
definición en “la inclinación hacia la relación erótica” más que en la faceta puramente
sexual, adecuándose más a las conceptualizaciones actuales (Rodríguez González, 2011:
24)89. No obstante, esta tendencia es muy reciente en el diccionario académico, que no
incluyó lesbianismo hasta 1984 y no enmendó su definición hasta 2001, pasando de
“amor lesbiano” a “homosexualidad femenina” (Calero Fernández, 2002). Tampoco ha
incluido hasta ahora expresiones como perder aceite (aunque sí en la 23ª ed.), que
aparece recogida en el Diccionario del español actual (Seco, Olimpia, y Ramos, 1999)
o en el CLAVE (2012).
88
Para una revisión completa de la tradición lexicográfica española sobre sexualidad, ver
Rodríguez González (2011:18-20).
89
Avanzando un paso más allá, en el DRAE (23ª ed.) el artículo aparece enmendado y
define la homosexualidad como “inclinación erótica”.
90
Las autoras pertenecen al grupo NOMBRA (Comisión Asesora del lenguaje del Instituto
de la Mujer), que se ha dedicado desde hace años a señalar el sesgo machista en el DRAE.
112 Capítulo III
tradición lexicográfica ha sido obra de hombres, lo que trasluce una perspectiva sexista
marcada (veánse conceptos como ‘ninfomanía’ o ‘furor uterino’). Esta no solo está
presente en definiciones de términos sexuales, pero resalta especialmente en estos casos.
Se pueden observar ejemplos ya famosos en las definiciones de vagina (“Conducto
membranoso y fibroso que en las hembras de los mamíferos se extiende desde la vulva
hasta la matriz”) y pene (“Órgano masculino del hombre y de algunos animales que
sirve para miccionar y copular”), en los que se demuestra la tendencia del DRAE a
animalizar a la mujer, pero no al hombre. Este sesgo se ha corregido para la 23ª edición,
donde ‘vagina’ se define como el “conducto muscular y membranoso que en la mujer,
así como en las hembras de los mamíferos, se extiende desde la vulva hasta la matriz”
(DRAE, 23ª ed.). La visión de la prostitución se ha criticado también en varias
ocasiones. Aunque la 22ª edición introdujo mejoras orientadas a reducir el machismo
imperante en este ámbito (y algunas más que se han enmendado para la 23ª ed.), aún se
perciben muchas rémoras (Calero Fernández, 2004: 403): el caso de mujer pública con
el sentido de ‘prostituta’ es uno de los que llaman más la atención a día de hoy, por su
falta de correspondencia con hombre público (García Mouton, 2003).
El desgaste característico del eufemismo (ver cap. II, 2.4.1.2) ha motivado una
serie de estudios acerca de los cambios en el campo semántico de la sexualidad. La
Los conceptos sexuales y su contexto 113
Dentro del vocabulario de significación sexual, el campo léxico que mayor relieve
sociológico ha debido tener a lo largo de los siglos parece ser el de la prostitución, entre
otras razones por el hecho de haber merecido dicha actividad la atención de numerosas
legislaciones [… ]. (ibíd., p. 260)92
91
Aunque la organización de sus estudios es onomasiológica, en el sentido de que parte
siempre del concepto para explicar sus distintas expresiones, el autor aporta abundantes
reflexiones semasiológicas sobre palabras concretas o grupos palabras con el mismo núcleo
sémico, perspectiva que le permite deducir qué áreas de la realidad son más susceptibles de
relacionarse con los distintos conceptos, como es el caso de los conceptos bélicos para referirse
al acto sexual (Montero Cartelle, 1995: 440).
92
En mi opinión, el razonamiento es discutible: la abundancia de textos legislativos sobre la
prostitución demuestra su necesidad de regulación, pero no es la causa de que la prostitución sea
más importante que otras cuestiones sociológicamente.
114 Capítulo III
Los términos estudiados por López Morales son culo, cojones, puñeta, bicho
(‘pene’), crica (‘vagina’) y chichar (‘fornicar’); Martínez Valdueza trabaja con culo,
tetas, cojones, polla, picha, chocho, conejo, follar, estar salido, semen, bragas, condón,
93
Algo más de sesenta expresiones para los conceptos estudiados, cifra escasa que
seguramente se deba a la dificultad de trabajar con fuentes antiguas en perspectiva
onomasiológica. Compárese esta cifra con las 1230, solo para prostituta, del Glosario de la
mala palabra, de Hernández Castaneda (1994) o con Las mil y una palabras de la casa de
putas, de José Esteban (2005).
Los conceptos sexuales y su contexto 115
cabrón, puta y maricón; y Calvo Shadid94 con picha, huevos, mico (‘vagina’), tetas,
culo, culear (‘fornicar’), regarse (‘eyacular’), puta, playo (‘hombre homosexual’),
tortillera.
94
Las precisiones conceptuales entre paréntesis para el estudio de Calvo Shadid son mías,
ya que la autora no las aporta. Utilizo la terminología de López Morales y añado, en su defecto,
una denominación estándar.
116 Capítulo III
los años 2000 95 . La investigación sobre lengua y sexualidad (la línea denominada
Language and Sexuality) basa sus reflexiones en conceptos como las prácticas sociales,
la agentividad y la performatividad, la construcción discursiva de la identidad, el uso
creativo de los recursos lingüísticos disponibles para la creación de estilos, etc., por lo
que está en la línea de la Sociolingüística de la Tercera Ola (ver cap. I, 1.5.1.2). Estudia
cómo se manifiestan, o cómo se construyen (perform), las identidades sexuales en el
discurso, a través de los elementos lingüísticos que indican indirectamente
homosexualidad (gay o lesbiana), bisexualidad, heterosexualidad o transexualidad. Sus
marcos teóricos se basan en las aportaciones filosóficas de Michel Foucault (1976) o en
la teoría queer96 (Butler, 1990, 1993), que sitúan la reflexión sobre la sexualidad en la
construcción discursiva.
Existen dos corrientes divergentes según la posición que tomen con respecto al
concepto de identidad: una, la compuesta por autores que critican una tendencia
exagerada a centrar los estudios de lengua y sexualidad en torno al tema de la identidad
sexual, propone centrar la reflexión en el concepto de ‘deseo’ (Cameron y Kulick,
2003); otra considera que ‘deseo’ e ‘identidad’ son inseparables y advierte de los
peligros de abandonar el concepto de identidad, ya que conllevaría dejar de visibilizar a
las minorías sexuales e ir en contra de los estudios lingüísticos de base sociocultural,
donde se ha demostrado ampliamente su importancia (Bucholtz y Hall, 2004).
95
En marzo de 2012 se crea la primera revista dedicada específicamente al tema, Language
and Sexuality, en la editorial John Benjamins.
96
"Queer linguistics puts at the forefront of linguistic analysis the regulation of sexuality by
hegemonic heterosexuality and the ways in which nonnormative sexualities are negotiated in
relation to these regulatory structures. […] one of the most compelling features of queer
linguistics, from a theoretical standpoint,is that it allows us to talk about sexual ideologies,
practices, and identities as interconnected issues without losing sight of power relations"
(Bucholtz y Hall, 2004: 471).
Los conceptos sexuales y su contexto 117
insultos sexuales; las etiquetas y los lexicones sexuales; la construcción lingüística del
romance y el erotismo; la relación entre sexualidad y política económica; los discursos
sobre la reproducción y la salud sexual; los índices de subjetividades sexuales
normativas y no normativas, etc. (Bucholtz y Hall, 2004: 470-1)
Los estudios que se dedican a los primeros años del siglo XX aportan datos en
dos direcciones: por un lado, los provenientes de los discursos oficiales de la Iglesia
católica, los textos legales o los tratados médicos o psiquiátricos, y, por otro, los
extraídos de otras fuentes, como las editoriales, las estadísticas y diversos documentos
de archivo. Gracias a los primeros se sabe que la vida sexual estaba regulada por unos
esquemas articulados entorno a la definición de los comportamientos “normales”, en el
seno de la familia “legítima”, frente a las “perversiones”, como la masturbación, la
sodomía o la prostitución (Guereña, 2004: 830). Pero gracias a los documentos no
oficiales, al menos para una lectora no experta, parece que debajo del discurso
conservador oficial, la vida sexual de algunos españoles debía ser más variada (aunque
tal vez de forma marginal, y en el ámbito urbano97), como testimonia la cultura erótica
popular de los primeros lustros del siglo. Tanto los relatos y fotografías de las
publicaciones sicalípticas, que gozaban de muy buena salud en la época (López Ruiz,
2001), como el cuplé, reflejaban entre otras cosas la imagen de la “mujer moderna”
frente a la figura tradicional del “ángel del hogar” que promovía la Iglesia (Sentamans,
2012: 54)98.
97
Sobre este matiz, Blasco Herranz (1999: 169) reclama más atención para la realidad de
las mujeres rurales durante la guerra y el franquismo.
98
Como señala la autora, aunque la mujer retratada en estas publicaciones fuese, en
realidad, el reflejo del deseo de sus autores (hombres), su existencia en esas páginas implica de
hecho un cambio en las mentalidades (ibíd., p. 66).
99
Iglesias de Ussel (1981: 109-115) enumera varias etapas de la historia española que
considera fundamentales para la configuración de la sexualidad actual, aunque han recibido
poca atención por parte de los especialistas. Se trata de “el influjo de la cultura árabe, el papel
de la Inquisición, las posturas del movimiento anarquista y los cambios durante la Segunda
República” (ibíd., p. 115).
Los conceptos sexuales y su contexto 119
No se sabe bien a día de hoy qué grado de aceptación tenían estas normas en la
vida cotidiana ya que, por otra parte, esta tendencia convivía con posturas defensoras de
una moral tradicional promovidas esencialmente por la Iglesia católica. Las reformas
republicanas, orientadas a restringir el influjo eclesiástico tanto sobre las instituciones
como sobre las conductas (Regueillet, 2004: 1029) fueron truncadas poco después por la
llegada del régimen de Franco (1939-75). Entre otros, gran parte de los documentos
considerados pecaminosos (de las revistas sicalípticas, por ejemplo) fueron destruidos y
algunos de sus autores fusilados (Sentamans, 2012: 66). Empezaba entonces un largo
periodo de represión sexual.
120 Capítulo III
Cada uno de aquellos discursos pertenecía a un esquema piramidal: la Iglesia poseía los
fundamentos del saber sobre el sexo y distinguía las prácticas ilícitas de las normales; el
discurso científico apoyaba y demostraba científicamente la veracidad de esas
definiciones; la Justicia y la Moral se encargaban de castigar las transgresiones.
(Regueillet, 2004: 132)
Los roles de cada cual con respecto a la sexualidad estaban establecidos, aunque
en muchos casos no de manera explícita. A diferencia de la censura de la
homosexualidad, prohibida por ley, los roles de hombres y mujeres se enunciaban de
formas más sutiles y en algunos casos contradictorias. La castidad imponía la virginidad
hasta el matrimonio, pero especialmente para las mujeres, ya que los hombres “podían”
recurrir a la prostitución. Ya dentro del matrimonio, el Código Penal de 1944 condenaba
la infidelidad como adulterio en el caso de las mujeres y como amancebamiento en el
caso de los hombres. Se incluía además el “uxoricidio por causa de honor”, esto es, el
derecho del hombre a matar o lesionar a su mujer, en caso de que esta le fuera infiel
(Moraga García, 2008: 241). Estas diferencias marcaban una división esencial entre los
derechos y deberes de cada cual según su sexo.
Marcada por este modelo, la sexualidad solo tenía cabida dentro del matrimonio
cristiano con el fin único de la procreación. Las políticas pronatalistas “incentivadoras
(seguros de maternidad, subsidios a la nupcialidad, y premios a las familias
numerosas)” (Blasco Herranz, 1999: 171) se complementaban con otras represivas,
como la condena legal del aborto como “crimen contra el Estado” (íbid.). En su estudio
sobre el aborto en Zaragoza en los años 40, a pesar de que las fuentes son escasas y
confusas (por no distinguirse siempre del aborto natural), Blasco Herranz deduce de las
sentencias judiciales analizadas que la práctica del aborto clandestino era corriente y sus
métodos más comunes eran “agujas de punto, tallos de perejil, irrigaciones de agua
jabonada, golpes o caídas, baños de mostaza, purgantes de sal o higuera, bolsas de
alcanfor en la matriz o sondas”, lo que suponía en muchos casos la muerte de las
mujeres que se sometían a ello (ibíd., p. 177). Paralelamente se dio otro fenómeno bien
conocido: las mujeres que podían permitírselo viajaban al extranjero, especialmente a
Londres102 para someterse a la operación (Alberdi, 1983). Estos viajes se produjeron
hasta después de la caída del Régimen (cf. “Abortar en Londres”, El País, 3-10-
1976103), puesto que el aborto no se despenalizó hasta 1985.
101
Con todo, la existencia de este espacio propio de la Sección Femenina, permitió,
irónicamente, cierta libertad en los intersticios del sistema. En espacios donde la mujer tenía
más capacidad de acción, como en los eventos de la Sección Femenina, el lesbianismo, por
ejemplo, podía pasar desapercibido (Osborne, 2012).
102
Inglaterra legaliza el aborto en 1968, por lo que recibe a mujeres de toda Europa.
Alemania lo legaliza en 1974. En Francia el aborto no se legalizó hasta 1975 (con la Ley
Simone Veil), promovido entre otros por el movimiento Choisir (elegir) que contaba con la
militancia de Gisele Halimi y Simone de Beauvoir. La ley sin embargo requería que la
solicitante hubiese residido en Francia al menos tres meses, lo que dificultaba el aborto para las
extranjeras (Alberdi, 1983).
103
Con este artículo abre el primer número de El País Semanal, lo que refleja la importancia
del fenómeno para la sociedad. Además, en 1977, aparece el largometraje de Gil Carretero
titulado también Abortar en Londres.
122 Capítulo III
104
“El primer estudio riguroso sobre sexualidad es el publicado por Alfred Kinsey en 1948:
El comportamiento sexual del hombre (Kinsey, 1967). Es una investigación que la Sociología
debería incluir entre sus clásicos. Hasta Kinsey el sexo cae bajo el dominio médico y
psicoanalítico. Se trataba de investigar para intervenir sobre el individuo. Kinsey marca un
breve paréntesis en el que la sexualidad es explicada principalmente a través del contexto social
en que acontece.” (Guasch, 1993: 105).
105
El relato de este episodio se encuentra en Tierno Galván (1980), citado en Iglesias de
Ussel (1981: 107).
106
Iglesias de Ussel (1981) aporta una amplísima revisión bibliográfica que clasifica en
cinco grupos: impresionistas o costumbristas, jurídicas, médico-psicológicas, sociológicas y
críticas.
Los conceptos sexuales y su contexto 123
conocido como el destape. Se trata de películas con guiones humorísticos que empiezan
a mostrar a personajes masculinos representando a un tipo de hombre español, entre
cómico y viril, seducido por los encantos de mujeres sensuales, con las consiguientes
escenas de desnudo parcial mayoritariamente femenino. Según algunos autores, este
cine, producido desde los círculos de poder, estaba destinado a “calmar la condición
nacional de escasez sexual, que empieza a ser crítica tras el ‘boom’ turístico y la presión
social y política del mundo exterior en los años 60 […] para, en el fondo, seguir
manteniendo y perpetuando los principios morales del franquismo” (Ballesteros, 2001:
175).
A la luz de los datos disponibles, en 1973, “tres de cada cuatro españoles eran
partidarios de la libertad de prensa y de cultos, el 58% estaba a favor de la libertad de
sindicación y el 37% era partidario de la libre creación de partidos políticos” (Tusell,
2004: 136). Aunque el estudio no trata la libertad sexual, los datos pueden servir de
ilustración de la nueva mentalidad que iba ganando terreno. Rodeada por un mundo en
ebullición cada vez más cercano, en los últimos años de la dictadura, la sociedad estaba
lista para el cambio en todos los aspectos.
siendo una realidad problemática que demuestra que no toda la sociedad comparte los
mismos valores.
107
Las once de Bilbao fueron mujeres condenadas por abortar. Su caso inició unas serie de
protestas que impulsarían el movimiento proabortista en España. Disponible en Web:
http://www.elpais.com/especiales/2001/25aniversario/especial/03/repor5/p1.html. (Consulta:
12/08/2013).
108
Real Decreto de libertad de expresión y de reforma política de 1 de abril de 1977.
Los conceptos sexuales y su contexto 125
Los años noventa y los primeros años del siglo XXI son herederos de la historia
anterior en todos los aspectos. Ante la persistencia de la naturaleza problemática de
muchos temas mencionados hasta ahora (aborto, homosexualidad, violencia contra las
mujeres), se intenta conseguir una mayor concienciación, una mayor libertad de
expresión y una progresiva apertura hacia la igualdad de todos con respecto a la vida
sexual, no siempre con éxito.
109
La última ha sido “Yo pongo condón”, en 2008 que intentaba calar en la población más
joven a ritmo de rap y que, a la luz de las reacciones, despertó más simpatías en las
generaciones más mayores; al menos desde mi propia percepción, que en aquel momento estaba
dando clase en un instituto. Más tarde, en mis entrevistas, la única informante que mencionó
esta campaña fue una mujer del tercer grupo de edad (mayor de 54 años).
126 Capítulo III
Las leyes mencionadas no han conseguido acuerdo político ni social, por lo que
se siguen debatiendo posibles modificaciones desde el cambio de gobierno y la llegada
del Partido Popular al poder en 2011. Concretamente, se están tomando medidas contra
la adopción de niños por parte de familias homosexuales y se sigue preparando una
modificación radical de la ley del aborto que podría ser más restrictiva que la de 1985,
en el sentido de que la malformación del feto dejaría de ser un supuesto para la
interrupción del embarazo.
insistencia publicitaria en la alusión sexual (INJUVE, 2008; Rubio Gil, Martín Pérez,
Mesa Olea, y Mesa Olea, 2008). Por otra parte, la persistencia de ciertos problemas es
un síntoma de los desequilibrios que existen en torno a la igualdad y las costumbres
sexuales en la sociedad española. Esto se manifiesta en casos de abuso, de malos tratos
a las mujeres, de prostitución forzada o de acciones contra la identidad sexual:
En nuestro país, el Instituto de la Mujer aporta datos del año 2007 recogiendo 6.845
casos declarados de abusos, acosos y agresiones sexuales, de los cuales el 55,9% de
ellos son agresiones con o sin penetración. En el mismo año se denunciaron 6.904 casos
contra la libertad e identidad sexual, y por otra parte, la demarcación de la Guardia Civil
ha declarado a 15.537 mujeres víctimas de prostitución en 2007, donde el 98.24% de
ellas eran extranjeras. (Ministerio de Sanidad, 2011)
3.6. Conclusiones
Como para todos los tabúes, los estudios lingüísticos sobre el campo de la
sexualidad en español han tenido que superar las limitaciones impuestas por el pudor y
la censura social, primero como campo semántico y después como parte de la identidad
de los individuos, ya que visibiliza realidades incómodas para algunos sectores de la
sociedad, como las identidades sexuales minoritarias y la crítica a la
heteronormatividad.
Para resolver esta cuestión es necesario valorar las posibilidades analíticas, tanto
cualitativas como cuantitativas. En el capítulo I he abogado por una metodología mixta
que permita clasificar las expresiones según los fenómenos semánticos de forma que
puedan ser operativos para su posterior estudio estadístico. Así, se podrá medir la
prominencia de los distintos fenómenos de significado estudiados en la expresión oral
de los conceptos sexuales.
4.1. Introducción
En los capítulos anteriores he abordado los problemas teóricos con los que se
enfrenta esta investigación: por un lado, el estudio de la variación semántica en
Sociolingüística y la consideración de variables microsociológicas; por otro, el
tratamiento del tabú como fenómeno social y cognitivo; y, concretamente, la centralidad
del tabú sexual para la observación de la conceptualización, corporeizada y social a la
vez. He revisado de forma crítica la bibliografía y he propuesto un tratamiento nuevo
desde el ámbito de la Sociolingüística Cognitiva. En este capítulo explico las opciones
metodológicas tomadas para testar empíricamente el marco teórico expuesto.
datos, etc., son algunos de los problemas habitualmente enfrentados. Sin embargo, este
trabajo presenta un problema específico de relevancia: el propio tabú de la sexualidad,
que pesa sobre los investigadores y, tal vez de forma más clara, sobre los informantes.
El tabú sobre este tema tiene efectos directos sobre las fases de trabajo de campo y de
recogida de datos, y aumenta considerablemente los problemas mencionados, ya de por
sí numerosos. Este capítulo está dedicado a la justificación de las opciones
metodológicas sobre las que se ha basado la primera fase de este estudio, la recogida de
un corpus adecuado a los objetivos de investigación. Aquí se recorren las dificultades
del diseño metodológico, tanto en la fase preparatoria como en su desarrollo.
cara. Dentro de los distintos niveles de variación (cap. I), me centraré en los
mecanismos específicamente semánticos por su abundancia e interés teórico, y por su
novedad metodológica dentro de la Sociolingüística.
En los apartados siguientes expongo los problemas de los corpus existentes para
el desarrollo de un estudio de este tipo, que han motivado la creación de un corpus ad
hoc.
Uno de los criterios que Labov estableció para que una variable lingüística fuese
adecuada (cap. I) fue el de los datos suficientes; esto es, que la variable estudiada
apareciese abundantemente en el discurso. Hasta la fecha, no existen corpus sobre
sexualidad exclusivamente, y su presencia en los corpus disponibles no es abundante,
notablemente en su función referencial. La presencia de palabras tabú de base sexual
(coño, joder, puta, maricón, etc.) en los corpus conversacionales (COLA, Val.Es.Co) da
una sensación ficticia de que los conceptos sexuales son abundantes, pero la mayoría de
las expresiones son insultos o interjecciones (Stenström, 2006), no verdaderas variantes
conceptuales, y por tanto no coinciden con mi objeto de estudio.
111
Los corpus mencionados se componen de muestras de lengua española hablada en
España y han sido cedidos a CREA oral, que los ha adaptado a sus normas de transcripción. Se
trata específicamente de los corpus: “ACUAH: Análisis de la conversación de la Universidad de
Alcalá de Henares. Cedido por la Universidad de Alcalá de Henares, Madrid.
ALFAL: Macrocorpus de la norma lingüística culta de las principales ciudades del mundo
hispánico. Cedido por la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina. […]
COVJA: Corpus oral de la variedad juvenil universitaria del español hablado en Alicante.
Cedido por el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert de la Diputación Provincial de Alicante.
CSC: Corpus para el estudio del español hablado en Santiago de Compostela. Cedido por la
Universidad de Santiago de Compostela. UAM: Corpus oral de referencia del español
contemporáneo. Cedido por la Universidad Autónoma de Madrid.” En
http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000019.nsf/voTodosporId/F651954693D3AC5EC125716
400426004?OpenDocument. (Consulta: 19/07/2013) El CREA oral está compuesto además por
otros corpus de lengua española hablada fuera de España y por grabaciones transcritas de radio
y televisión.
112
Val.Es.Co está preparando una actualización de su corpus, publicado en formato papel
(Briz Gómez, 2002), a un entorno virtual. En Web: http://www.uv.es/corpusvalesco/index.html.
(Consulta: 19/07/2013).
113
El COLA (Corpus Oral de Lenguaje Adolescente) está disponible en línea, bajo petición.
Disponible en Web: http://www.colam.org/. (Consulta: 19/07/2013).
114
El portal de PRESEEA permite el acceso a sus materiales bajo registro previo.
Disponible en Web: http://www.linguas.net/Inicio/tabid/441/language/es-ES/Default.aspx. Los
materiales de Valencia están disponibles sin registro (http://www.uv.es/preseval/ppal.htm).
(Consulta: 19/07/2013).
El corpus madrileño oral de la sexualidad 139
Ante estas limitaciones (la escasa presencia de conceptos tabú en corpus orales,
la heterogeneidad e imprevisibilidad de las formas, la confidencialidad de las consultas
relacionadas con la sexualidad y la falta de información social en medios
audiovisuales), consideré necesario recoger materiales propios para poder estudiar el
fenómeno del tabú. A pesar de las dificultades que expondré a continuación, la
elaboración de un corpus propio tiene una ventaja fundamental: el trabajo de campo y la
115
A estos contextos se accede a través de grabaciones secretas, con o sin autorización
posterior, lo que plantea problemas de ética científica. Aunque sociolingüistas como Milroy las
utilizaron (Milroy, 1987: 87 y ss.), hoy en día no se recomienda hacerlo. En las universidades en
las que los proyectos de tesis deben pasar un comité de ética, no se admiten este tipo de
métodos.
140 Capítulo IV
experiencia directa con los datos proporcionan una visión más profunda y personal que,
finalmente, redunda en una comprensión más completa del significado de la variación.
Tabla 4 Resumen del método para la recogida de datos adecuado a los objetivos de investigación.
vernáculo (Labov, 1972d: 112), es decir a la lengua de los hablantes cuando no son
observados (Hernández Campoy y Almeida, 2005: 115). No obstante, la presencia del
investigador en la situación comunicativa incluye un elemento que no estaría presente
en circunstancias normales, dando lugar a la conocida como “paradoja del observador”
(Labov, 1972d: 113)116. La Sociolingüística le ha dedicado una atención especial a este
problema, refinando los métodos experimentales de obtención de datos en entrevista. En
esta se suelen utilizar preguntas que puedan suscitar que el hablante narre hechos de su
vida con los que se sienta implicado, lo cual permite supuestamente una mayor
naturalidad en el habla, más cercana a su lengua vernácula. Aunque algunas preguntas
tipo han pasado a la historia de la Sociolingüística por elicitar narrativas especialmente
intensas, como la del peligro de muerte de Labov (Labov, 1972b: 354), estas no
funcionan en todas las comunidades (Milroy y Milroy, 1978). En general, se
recomienda que los temas sean flexibles y adaptados a los intereses de los informantes
(Tagliamonte, 2006: 38-9), por lo que algunos investigadores prefieren hacer entrevistas
abiertas sin preguntas predefinidas (Briggs, 1986; Hazen, 2000).
116
“To obtain the data most important for linguistic theory, we have to observe how people
speak when they are not being observed” (Labov, 1972d: 113).
117
Las narrativas no proporcionan el nivel esperado de características vernáculas, como ha
reconocido Labov (2001: 107): “the narrative category, which we have relied on as the most
substantial and the most objective is doing less work in this analysis than any other. This is
contrary to my own initial expectation”.
142 Capítulo IV
Esta observación tiene una relevancia notable para el tabú lingüístico, que opera
más intensamente en unas situaciones que en otras: menos, en las de mayor
familiaridad, y más, en las de mayor distancia social (López Morales, 2001). No cabe
duda de que hablar acerca de la sexualidad es un problema per se para muchas personas,
que se acentúa cuando se le añaden los siguientes elementos: entrevista cara a cara,
grabada, con una persona desconocida que, además, tiene el control sobre las preguntas
que se formulan. A la vista de lo anterior, el diseño de un método que afronte
justificadamente todos los escollos es una tarea delicada; no puede extrañar que los
investigadores hayan optado por otras soluciones y que el estudio sociolingüístico del
tabú en lengua oral haya sido constantemente reclamado, pero no encarado.
4.4.1. El cuestionario
118
La lista final de conceptos elicitados es mucho más amplia.
144 Capítulo IV
Tabla 5 Conceptos del apéndice temático al Diccionario del sexo y el erotismo (Rodríguez González, 2011).
En primer lugar, agrupé los conceptos meta por bloques relacionados como las
partes del cuerpo y la fisiología, las identidades sexuales, la prostitución y otros oficios
vinculados con la sexualidad, las prácticas sexuales, el placer y el deseo, los métodos
anticonceptivos, el embarazo y el aborto. A partir de ahí, formulé preguntas que
pudiesen elicitar estos conceptos en bloques cohesionados internamente, con un orden
coherente que aportase fluidez a la entrevista y que avanzase de lo general a lo
particular.
La ficha del informante recoge los datos personales del informante, como el
sexo, la edad, el nivel de estudios, la profesión, etc. (ver Documento 1), que sirven
posteriormente para clasificarlo según una serie de parámetros sociales. Además, se
recoge información sobre su historia lingüística, como su procedencia y la de los
miembros de su familia, para explicar una posible variación diatópica. A este bloque le
El corpus madrileño oral de la sexualidad 147
siguen las preguntas introductorias, cuya finalidad es tener una idea resumida del modo
de vida del informante. Esta parte sirve, además, de transición, para que el hablante se
introduzca en la dinámica de la entrevista.
DATOS PERSONALES
Nombre
Edad
Situación familiar. ¿Cuántos sois en casa?
Origen geográfico del padre /de la madre/ del cónyuge
Estudios terminados
Colegio en que estudiaste: ¿Religioso? ¿Eres practicante?
Estudios de los padres, Trabajo de los padres
Trabajo actual, Principales trabajos desempeñados
¿En qué nivel de ingresos mensuales clasificarías a tu familia?
(Sin ingresos / Menos de 1000 € / 1000 - 1500 € / 1500 – 2000 / 2000 – 2500 / + 2500)
PREGUNTAS INTRODUCTORIAS
Cuéntame cómo es un día normal en tu vida.
¿A qué dedicas el tiempo libre?
¿Lees revistas o periódicos? ¿Cuáles?
¿Ves la televisión? ¿Qué sueles ver?
Las últimas preguntas de esta parte enlazan con el primer bloque del
cuestionario, acerca de las opiniones sobre la sexualidad en los medios de
comunicación. La selección de este tema para iniciar el cuestionario está basada en la
recomendación metodológica de avanzar de lo general a lo particular, y de lo más ajeno
a lo más personal (Tagliamonte, 2006: 38). Así los bloques de preguntas se adentran en
la experiencia del hablante con esta sucesión temática: medios de comunicación,
cambios en la sociedad, vida cotidiana, educación sexual y leyes. Este último, aunque es
menos personal, elicita conceptos presentes en todo el cuestionario a través de una
perspectiva más formal y permite comparar la incidencia del tema sobre la variación
conceptual. La formulación concreta de las preguntas es una clave esencial de este
método, ya que se redactaron con el fin de evitar el primado léxico sobre las respuestas.
La estrategia se basa en mantener cierto nivel de vaguedad en la entrevista y compensar
con preguntas complementarias al hilo de las respuestas. Como se puede comprobar a
148 Capítulo IV
1. Hace poco se publicó un estudio que decía que el 70% de los programas de televisión
que vemos contienen escenas de sexo; hay gente a quien le parece que se abusa de estas
escenas. ¿A ti qué te parece? ¿Y en los programas que tú sueles ver? ¿Puedes dar algún
ejemplo?
3. ¿Cómo crees que afecta eso a la gente? ¿A los adolescentes, por ejemplo?
5. Cuando estás viendo una película con tu familia, ¿hay algún tipo de escenas que te
parezcan incómodas? ¿Te ha pasado recientemente?
6. ¿Qué crees que es mejor hacer en esos casos? ¿Y si hay niños delante y hacen
preguntas?
El corpus madrileño oral de la sexualidad 149
La última pregunta del bloque anterior enlaza con el siguiente, dedicado a los
cambios sociales. La pregunta 7 remite también desde una perspectiva impersonal
(Alguna gente mayor dice…) a la opinión popular acerca de los cambios en la conducta
sexual de las generaciones más jóvenes. La pregunta 8 incide sobre el mismo tema
desde la experiencia del hablante: dependiendo de su edad, se le propone que se
compare con las generaciones mayores o menores. Dado el cambio drástico que supuso
el fin de la dictadura franquista sobre las costumbres sexuales, se espera que los
hablantes puedan comparar fácilmente su experiencia con la de otras personas de su
entorno (en época franquista, en la transición, en la época actual). Estas dos preguntas
están enfocadas a los conceptos de ‘virginidad’, ‘realizar el acto sexual’ y
‘promiscuidad’. Uno de los cambios sociales más relevantes en materia de sexualidad es
la aceptación y visibilidad de la homosexualidad en la sociedad madrileña. Con el fin de
extraer conceptos sobre identidades sexuales, la pregunta 9 se refiere a las famosas
fiestas del Orgullo Gay.
7. Hace años la información que se daba era muy escasa, pero también las relaciones
eran distintas. Alguna gente mayor dice que los jóvenes son más “liberales”, ¿qué crees
que quieren decir con esto?
8. En tu caso particular, ¿ves diferencias con amigos o familiares más jóvenes? ¿Y con
los mayores? ¿Qué opinas de los cambios?
9. Otra de las cosas que más ha cambiado es que ahora no es raro ver parejas de
hombres119, ¿Conoces las fiestas del Orgullo Gay? ¿Has estado alguna vez? ¿Puedes
decirme en qué consisten? ¿Qué opinas de que Madrid sea la capital donde se celebran?
119
La formulación “parejas de hombres” evita el uso del adjetivo homosexual, puesto que se
intenta elicitar ese concepto. Podría haberse utilizado también “parejas de mujeres”, pero a la
luz de los estudios sociológicos, la homosexualidad masculina está más visibilizada (ver cap
III).
150 Capítulo IV
10. ¿Has pasado alguna vez por la Casa de Campo o por Montera de noche? ¿Qué has
visto? ¿Qué te parece?
11. ¿En tu barrio hay algún local o algún bar donde haya prostitutas?
12. Se dice que uno de cada tres hombres españoles ha pagado en algún momento de su
vida por sexo, ¿te lo crees?
14. ¿Has oído de alguna mujer que haya ido con “prostitutos”?
17. ¿Crees que hay diferencias entre los hombres y las mujeres en su manera de ver el
sexo? ¿Por qué?
18. ¿Quién crees que habla más acerca de sexo en general, los hombres o las mujeres?
19. ¿Has estado alguna vez en una despedida de soltera? ¿Cómo fue?
20. Se ha estudiado que la pasión no dura para siempre en las parejas, sino más bien al
contrario, ¿qué opinas?
20. Vamos a hablar ahora de otra cosa. Antes hemos hablado de cuando con las escenas
de sexo en la televisión los niños hacen preguntas. Un poco más tarde van a empezar a
desarrollarse, cambia su cuerpo y pasan a ser adolescentes. ¿Cuándo crees que se les
debe empezar a explicar estos temas a los hijos?
21. ¿Has tenido que explicarle esto a tus hijos/hermanos pequeños…? Si es así, ¿cómo
fue?
22. El desarrollo de un niño y de una niña no es igual. ¿Crees que se les debe explicar
de forma distinta? ¿Hay algo que se le explique más a una niña? ¿Y a un niño?
23. ¿Cuáles son las cosas más importantes que crees que deben saber? ¿Un niño? ¿una
niña?
25. ¿Te has encontrado en tu vida con alguna situación para la que te habría gustado
tener más información? Por ejemplo ¿con los cambios del cuerpo en la adolescencia?
Vamos a hablar ahora de algunos cambios sociales que ha habido en nuestro país. En
los últimos años, en España se han cambiado las leyes sobre temas relacionados con la
vida sexual.
26. Por ejemplo, el caso de la legalización del matrimonio entre personas del mismo
sexo que provocó mucha polémica, ¿qué te parece? ¿te parece que se ve igual entre
hombres y entre mujeres?
27. Otro de los temas de los que se ha hablado mucho ha sido de la píldora del día
después, que ahora se puede comprar sin receta en la farmacia. ¿Conoces cómo
funciona esta píldora? ¿Crees que esta medida es positiva o negativa? ¿Por qué?
¿Cuáles crees que pueden ser los problemas?
28. Una de las razones que dio el gobierno para comercializar la píldora del día después
era reducir el número de embarazos no deseados, principalmente en adolescentes. ¿Te
parece una buena medida?
29. La nueva Ley del Aborto ha desatado críticas, ¿sabes en qué consiste la nueva ley?
¿sabes de dónde viene la polémica?
30. Se ha propuesto en algún caso que la Seguridad Social pague las operaciones de
cambio de sexo a las personas que lo necesiten. ¿Qué te parece? ¿Sabes o te imaginas
en qué consisten estas operaciones en sí? ¿Podrías intentar explicar la operación de
convertir a un hombre en una mujer? ¿Y de una mujer en un hombre?
31. Como sabes, en muchos barrios de España hay prostitución, y mucha gente se queja.
¿En tu barrio hay por la calle? ¿Dónde?
32. ¿Cuáles crees que son los problemas relacionados con que haya prostitución en la
calle? ¿Cuál crees que sería la solución?
35. De todos los temas que hemos hablado hasta ahora, ¿cuál es en tu opinión el más
importante para la sociedad?
Como se habrá podido observar, en cada bloque hay varias preguntas enfocadas
a elicitar los mismos conceptos; esto es así para cubrir las posibles ausencias de datos en
algún punto, ya que no todas las preguntas suscitan el mismo interés entre los
participantes. Estas se alternan con preguntas más abiertas, que proporcionan al
informante un margen bastante amplio para expresar conceptos variados. En la Tabla 6
se muestra la lista de conceptos meta y las preguntas concretas elaboradas para su
elicitación. (La versión completa del cuestionario puede verse en el Apéndice 1).
154 Capítulo IV
120
Las técnicas de selección de informantes o muestreo pueden ser aleatorias, selectivas o
mixtas. Las aleatorias se basan en que todos los miembros del universo tengan las mismas
posibilidades de ser escogidos. Se suelen utilizar en estudios sociológicos a gran escala. En
Sociolingüística, sin embargo, se prefiere trabajar con muestreos selectivos, ya que, al tratarse
de muestras relativamente pequeñas, aseguran una mayor representatividad del universo
(PRESEEA, 2003).
156 Capítulo IV
121
Según el Anuario estadístico de 2012 [en línea], publicado por el Área de Información
Estadística del Ayuntamiento de Madrid. Disponible en Web:
http://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Ayuntamiento/Estadistica/Publicaciones/A
nuario-Estadistico-2012?vgnextfmt=detNavegacionyvgnextoid=3a83f5f6c549b310VgnVCM
1000000b205a0aRCRDyvgnextchannel=86cfe3e2be73a210VgnVCM1000000b205a0aRCRD.
(Consulta: 30/04/2013).
122
Los especialistas no están de acuerdo al respecto, aunque se sigue en muchos casos el
porcentaje establecido por Labov (1966), 0,025% del universo de estudio. Para Madrid, la
muestra representativa sería de 809 informantes, cifra imposible de alcanzar sin un equipo.
123
Algunas de estas variables son controvertidas, como, por ejemplo, la división por grupos
de edad (con límites aleatorios); la división entre hombres y mujeres, considerada simplista a la
luz de las identidades sexuales reconocidas hoy; etc. (Eckert, 2009: 5).
El corpus madrileño oral de la sexualidad 157
124
La ciudad de Madrid pertenece a la Comunidad Autónoma de Madrid y es la capital de
España. Está dividida administrativamente en veintiún distritos, a su vez subdivididos en
barrios. Ver información del Ayuntamiento, disponible en Web:
http://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Ayuntamiento/Estadistica/Datos-basicos-
de-la-ciudad-de-Madrid/. (Consulta: 1/05/2013).
158 Capítulo IV
La edad es, según Moreno Fernández (2009: 47), el aspecto más relevante para
la variación. Habitualmente se trabaja con grupos de edad, lo que implica convertir un
continuum en unidades discretas según criterios diversos. En Sociolingüística se suele
optar por una división según los momentos experienciales (o émica) (Eckert, 1997;
Hernández Campoy y Almeida, 2005: 45); concretamente, por ciclos de vida
(ontogenética), a partir de Eckert (1997). Se parte de la idea de que el ciclo en el que se
encuentre un hablante corresponde a un modo de vida distinto o a una experiencia del
mundo similar, lo que conlleva un comportamiento diferente y por tanto una conducta
lingüística potencialmente distinta. En cualquier caso, la edad numérica también está
disponible para el análisis, si se considera oportuno.
4.4.2.2. El sexo/género
Hay una serie de cuestiones vinculadas con el tabú que se han relacionado con
cada uno de los sexos por separado, como es el caso de los fenómenos derivados de la
inseguridad lingüística, como la hipercorrección, para las mujeres, que lideran en el uso
de formas de prestigio (Trudgill, 1974) o el prestigio encubierto (Trudgill, 1972), para
los hombres, que hoy se relacionan con otras variables.
1 Analfabetos, sin estudios. Enseñanza Primaria (hasta 10-11 años de edad aprox.), 5
años aproximadamente de escolarización;
Chamberí
Villa de Vallecas
162 Capítulo IV
Chamberí
Tabla 7 Porcentaje de habitantes de Chamberí por grupo de edad y nivel educativo (sobre el total de
población, a 1 de enero de 2013)127.
126
Las proporciones están calculadas sobre los datos del Padrón Municipal de habitantes de
Madrid, disponibles en la Web: http://www-2.munimadrid.es/CSE6/control/menuCSE.
(Consulta: 19/05/2013)
127
Ibíd. Calculado sobre los datos de población a 1 de enero de 2013. Elaboración propia.
164 Capítulo IV
Figura 8 Gráfico de barras. Hombres y mujeres de Chamberí por nivel de estudios y grupo de edad (en % con
13,87
20,72
22,72
11,00 18,26
7,00 20,96
10,89
10,44 8,39
7,10 6,42
10,51
10,60
5,42 6,43 3,78 4,61
Chamberí es uno de los distritos más ricos y más caros de Madrid. La renta per
cápita bruta es de 25.799 € (datos del avance de 2009 en el Anuario estadístico de
2013). El precio de la vivienda nueva, según datos de 2012, es el segundo más caro de
Madrid: 4.467 euros por metro cuadrado128.
Finalmente, los datos electorales de Chamberí aportan datos acerca del perfil
ideológico del distrito. El partido más votado tanto para el Ayuntamiento como para el
Congreso es el Partido Popular (41,49% y 48,71% del censo, respectivamente), de
ideología conservadora (antiabortista, anti-unión de personas del mismo sexo), seguido
del PSOE (11,39% y 13,97% respectivamente), de ideología socialista moderada, y de
lejos por la unión de partidos de izquierdas IU-LV (5,33% y 4,20%); finalmente por
UPyD (6,05% y 6,77%), partido relativamente nuevo con una ideología mixta con
128
Datos de la Sociedad de Tasación, disponibles en Web en www.st-tasacion.es, a través
del Área de información estadística del Ayuntamiento de Madrid, http://www.madrid.es.
(Consulta: 19/05/2013).
El corpus madrileño oral de la sexualidad 165
Villa de Vallecas
Figura 9 Mapa de Villa de Vallecas tomado de la base de datos del Ayuntamiento de Madrid.
166 Capítulo IV
Es un distrito mucho más extenso que Chamberí (5142,15 hectáreas) para una
población total de 95.076 habitantes, por tanto, con una densidad de población muy baja
(18 hab./Ha.) y notablemente inferior a la media de Madrid. No obstante, el distrito está
en crecimiento (incremento de la población: 2,9%). Su crecimiento vegetativo es de
1.097, el segundo más alto de Madrid. Del total de población, 46.576 son hombres
(49%) y 48.500 mujeres (51%). Villa de Vallecas un tiene perfil por edades distinto de
Chamberí, ya que su proporción de envejecimiento es superior (22,81%), pero también
lo es su proporción de juventud (12,29%).
Tabla 8 Porcentaje de habitantes de Villa de Vallecas por grupo de edad y nivel educativo (sobre el total
En este caso, al cruzar la variable ‘grupo de edad’ con el ‘sexo’ para observar su
distribución respecto al nivel educativo, las diferencias entre hombres y mujeres no son
tan acusadas como en Chamberí: ambos sexos siguen patrones similares, como se puede
ver en los gráficos de barras.
El corpus madrileño oral de la sexualidad 167
Figura 10 Gráfico de barras. Hombres y mujeres de Villa de Vallecas por nivel de estudios y grupo de edad (en
17,84
25,04
4,57
2,75
20,51
1,53
17,14 2,46 17,72
15,14 10,88
9,62
12,68 9,85
8,80 6,32 8,08 8,95
Villa de Vallecas está entre los barrios con menor renta per cápita bruta de
Madrid (20.928 €), según el avance de datos de 2009 ( Área de Información estadística,
2012). El precio del metro cuadrado en viviendas nuevas es de 2.377 euros/m2, el
tercero más barato de Madrid.
129
Por ejemplo, Cortés Rodríguez (1990-1991) en su metodología para el estudio del habla
de Almería, de unos 100.000 habitantes, propone 48 informantes (0,048%) y menciona a
Almeida (1983) que, en su estudio del habla de Las Palmas, recoge muestras de 50 informantes
para un universo de 400.000 habitantes (0,0125%); y a Martínez Martín (1983), quien para un
universo similar, el de Burgos, se basó en 50 informantes (0,050%). En los estudios que nos
sirven de precedente, López Morales (1995) utiliza el 0,041% del universo estudiado, la zona
metropolitana de San Juan, en Puerto Rico, 171 informantes; y Martínez Valdueza (1995) en
Las Palmas de Gran Canaria, para un universo relativo de 260.000 habitantes, selecciona a 120
informantes (0,046%).
El corpus madrileño oral de la sexualidad 169
130
En mi caso, en tanto que becaria del programa JAE-predoctoral del CSIC.
170 Capítulo IV
Una de las desventajas de este medio es que su alcance es más incontrolable, por
lo tanto, implica una inversión de tiempo mayor en la selección de los posibles
participantes que finalmente contactan con el investigador. El filtro en este caso se hace
de forma individual una vez se manifiesta el interés por participar. Solo entonces se
puede valorar la adecuación de los candidatos, cuando responden a las preguntas para su
clasificación en la muestra prestratificada. De nuevo, sin la ayuda de mi red de
contactos, este estudio no habría sido llevado a cabo con éxito.
131
Este contacto, en Villa de Vallecas, fue facilitado por la investigadora Matilde Fernández
Montes, especialista en antropología vallecana.
El corpus madrileño oral de la sexualidad 171
remunerada, puesto que entienden que hay una financiación. Algunos proyectos cuentan
de hecho con fondos de gratificación a los participantes, en torno a los diez euros. Los
proyectos de tesis como este, sin embargo, financian al investigador en tanto que
becario, pero no los gastos derivados del estudio. La situación económica de algunas
personas contactadas no les permitía dedicar el tiempo necesario para la entrevista, de
no ser a cambio de una remuneración. Aunque la escasez de estos casos podría haberme
permitido remunerarles personalmente, estas personas no fueron incluidas en el estudio,
para evitar un agravio comparativo con quienes participaron desinteresadamente.
La carga de trabajo que les suponían las entrevistas me llevó a contar con dos
personas en lugar de una, lo que habría sido la opción más homogénea. Para igualar al
máximo sus entrevistas con las mías en el corpus de mujeres, establecí un protocolo de
trabajo para el contacto con los informantes, las citas, las entrevistas y el
almacenamiento de los datos y los documentos adjuntos. Formé a mis colaboradores en
los objetivos de la investigación y en la justificación del cuestionario, los conceptos que
debían obtener y el seguimiento de la metodología. Ambos realizaron entrevistas piloto
y recibieron comentarios acerca de ellas, hasta que los resultados fueron homogéneos.
La colaboración de estos dos entrevistadores es un pilar fundamental del éxito del
método desarrollado.
172 Capítulo IV
132
Garage Band es el programa instalado por defecto en los ordenadores Mac. Aunque su
función básica es editar música permite trabajar con pistas de voz.
El corpus madrileño oral de la sexualidad 173
La empatía
133
La selección de mis dos colaboradores se basó en gran medida en sus cualidades
personales a este respecto.
174 Capítulo IV
pareja, el amor, el placer o la familia, pero también a las relaciones perdidas, las
frustraciones o los miedos 134 . En ocasiones, los temas tratados pueden llevar a
anécdotas personales sobre las que se puede incidir, pero también pueden remitir a
momentos personales dolorosos para los informantes. El compromiso ético en la
investigación es respetar al informante que está dando acceso a una parte de su
intimidad, evitándole pasar un momento desagradable.
4.6. Transcripción
134
Varios de mis informantes habían pasado por separaciones o muertes de sus parejas.
Otros, sobre todo algunas mujeres mayores, sienten frustración por las limitaciones que les
impuso la represión sexual del Franquismo en su juventud.
135
Las herramientas relacionadas con la transcripción han evolucionado considerablemente
en los últimos años con el desarrollo de programas informáticos diseñados para facilitar tanto la
tarea de transcribir como la de anotar. Si bien hay cierta multiplicación, lo que en ocasiones
puede dificultar la elección, los más conocidos trabajan con formatos que son compatibles entre
sí y que a su vez son exportables a programas de cálculo estadístico, lo cual facilita la fase de
procesamiento de los datos. Para una comparación detallada, ver Schmidt, Elenius, y Trilsbeek
(2010).
El corpus madrileño oral de la sexualidad 175
136
Agradezco su ayuda a la empresa Avanza Traducciones.
El corpus madrileño oral de la sexualidad 177
suficientemente robustos como para trabajar con bases de datos desequilibradas lo que,
por otra parte, es común en Sociolingüística (Tagliamonte y Baayen, 2012).
Si se observa el nivel de estudios, las ausencias del corpus son paralelas a las
distribuciones por distritos y por sexos. En Chamberí no encontré informantes hombres
con nivel de estudios primarios para ninguna de las generaciones, mientras que sí
encontré mujeres para el segundo y el tercer grupo de edad. El número de informantes
hombres aumenta con el nivel de estudios, lo que responde al patrón de la población de
Chamberí según estas variables (ver Figura 8, en 4.4.2.3). En las casillas de las mujeres,
sin embargo, se observa que hay un hueco en el grupo de estudios secundarios, mientras
que tanto el nivel de estudios universitarios y el de primarios están completos, (a
excepción de la casilla de las más jóvenes), paralelamente a los datos del distrito (ver
Figura 10, en 4.4.2.3). A efectos del trabajo de campo en este distrito, el nivel de
estudios que se completó antes fue el de los universitarios.
137
Según el Anuario Estadístico de 2012, entorno al 10,5% de la población madrileña de 25
a 34 años no ha acabado la ESO.
178 Capítulo IV
Las entrevistas grabadas duran una media de 1 hora y 5 minutos, con un mínimo
de 46 minutos y un máximo de 1 hora y 27 minutos (total= 60 horas de audio). La única
incidencia se dio en la entrevista de la informante CO06, que se cortó entorno a la hora
de grabación, en el bloque de educación, pero decidí mantenerla por la abundancia de
ejemplos que presenta hasta ese momento.
El corpus madrileño oral de la sexualidad 179
4.8. Conclusiones
180 Capítulo IV
En los capítulos siguientes presento tres estudios de caso realizados sobre este
corpus. Los resultados muestran la riqueza en variación semántica de los conceptos
sexuales, con variables independientes en varios niveles, y ejemplifican la importancia
de este nivel en la construcción de las identidades de los informantes. En definitiva, se
puede afirmar que la planificación del método de recogida y su desarrollo fueron
adecuados.
CAPÍTULO V
ESTRUCTURACIÓN DE LOS
CONCEPTOS SEXUADOS
5.1. Introducción
138
Traducción mía. Ver cap. II, 2.2.1.
182 Capítulo V
139
Partes del cuerpo y procesos fisiológicos de la sexualidad femenina y de la masculina.
Estructuración de los conceptos sexuados 183
Los conceptos a los que me refiero aquí como sexuados son los que atañen a las
diferencias propias entre los sexos, manifestadas en características sexuales primarias
(aparato genital) y secundarias (mamas, vello, etc.) y procesos fisiológicos
(menstruación, eyaculación, etc.).
Las mujeres tienen un aparato genital interno compuesto por la vagina (con o sin
himen), el útero, las trompas de Falopio y los ovarios; y externo o vulva, compuesto por
el monte de Venus, los labios mayores y menores, y el clítoris. El aparato genital
masculino es principalmente externo; está compuesto por los testículos, cubiertos por el
escroto, y el pene, cuya parte superior, el glande, está cubierta por el prepucio. Los
órganos internos masculinos son las vesículas seminales, la próstata, el epidídimo, y las
glándulas de Cowper. Otro elemento secundario, pero muy relevante, propio de la mujer
es el desarrollo de las mamas. Estas características morfológicas se relacionan con otras
fisiológicas específicas de cada sexo, como la eyaculación masculina o la menstruación
femenina. El desarrollo pleno de estas características se da tras la pubertad, marcada por
la primera menstruación o menarquía en las mujeres y las primeras eyaculaciones en los
hombres (Barrero García, Burgos González, y Caballero Pérez, 2006). En ese momento
se alcanza la madurez reproductiva: la capacidad de gestar es probablemente la mayor
diferencia biológica de las mujeres con respecto a los hombres con múltiples
implicaciones culturales.
Se ha demostrado que, por la construcción cultural del cuerpo, este está marcado
en cuanto al género; tanto en los elementos primariamente sexuales (Braun y Kitzinger,
2001a, 2001b), como en otras partes del cuerpo (Motschenbacher, 2009). Los estudios
184 Capítulo V
referidos parten de la filosofía queer (ver cap. III, nota 96) y en concreto de las teorías
de Judith Butler (Butler, 1990, 1993), cuya tesis central es que la diferencia sexual
dicotómica (normalmente entendida como natural) es una construcción discursiva de
algo que es más bien un continuo.
5.3. Metodología
5.3.1. Subcorpus
El subcorpus que afecta a los conceptos que me interesan se encuentra entre las
preguntas 12 y 32 140 ; en los dos últimos tercios de la entrevista 141 . A su vez, estas
preguntas pertenecen a tres bloques: diferencias entre hombres y mujeres con respecto a
la sexualidad, educación sexual y leyes españolas relativas a la sexualidad (ver
Documento 7). Aunque en otras partes del corpus se alude a conceptos sexuados, su
presencia está más concentrada en estos segmentos, lo que hace que su interpretación
resulte más coherente, ya que los contextos son idénticos. La diferencia temática entre
las primeras preguntas de este subcorpus, centradas en opiniones sobre la vida personal,
y las últimas, enfocadas a la valoración de cuestiones legales, introduce un factor de
variación relacionado con la perspectiva y la implicación de los informantes con sus
respuestas. Potencialmente, esto se verá reflejado en la expresión de los conceptos
sexuados, puesto que las preguntas elicitan distintos tipos de discurso (Tagliamonte,
2006).
Documento 7 Preguntas del cuestionario que componen el subcorpus del estudio de caso sobre conceptos
sexuados.
140
En principio pensé no incluir las preguntas 28 y 29, que se refieren a la ley de la unión de
personas del mismo sexo. Esta elicita conceptos del campo de la identidad sexual, que no son el
objeto de este estudio. Sin embargo, algunos hablantes relacionan la homosexualidad con las
posibilidades de reproducción de las parejas homosexuales y, por tanto, aparece el concepto
sexuado de ‘embarazo’; por lo que finalmente decidí incluirlos.
141
Como explico en el capítulo IV (4.7), la entrevista de la informante CO06 está
incompleta, por lo que en lugar de 54 informantes, recojo 53 en este subcorpus.
186 Capítulo V
23. ¿Has tenido que explicarle esto a tus hijos/hermanos pequeños…? Si es así, ¿cómo
fue?
24. El desarrollo de un niño y de una niña no es igual. ¿Crees que se les debe explicar
de forma distinta? ¿Hay algo que se le explique más a una niña? ¿Y a un niño?
25. ¿Cuáles son las cosas más importantes que crees que deben saber? ¿un niño?, ¿una
niña?
26. En tu caso ¿te explicaron algo? ¿Quién fue? ¿Lo recuerdas?
27. ¿Te has encontrado en tu vida con alguna situación para la que le habría gustado
tener más información? Por ejemplo ¿con los cambios del cuerpo en la adolescencia?
Leyes relativas a la sexualidad
30. Una de las razones que dio el gobierno para comercializar la píldora del día después
era reducir el número de embarazos no deseados, principalmente en adolescentes. ¿Te
parece una buena medida?
31. La nueva Ley del Aborto ha desatado críticas, ¿sabes en qué consiste la nueva ley?
¿sabes de dónde viene la polémica?
32. Se ha propuesto en algún caso que la Seguridad Social pague las operaciones de
cambio de sexo a las personas que lo necesiten. ¿Qué te parece? ¿Sabes o te imaginas
en qué consisten estas operaciones en sí? ¿Podrías intentar explicar la operación de
convertir a un hombre en una mujer? ¿Y a una mujer en un hombre?
(1) ¿por el periodo? / pero es que el periodo... bueno / sí / está relacionado con el sexo /
pero… yo no lo veo como algo sexual [IM01]
(3) la des- sobre la descripción somera de los cambios que le esperan / y que le crecerán
pelos / y que… eh… eh… y le crecerán las tetas / y le crecerán las cosas / ¿no? / [FR07]
(4) desde luego a mí no me invitan / ¿no? / eh… hay una imagen tópica / ¿no? / de… las
chicas yéndose al- a… a ver a unos boys / y con la… la diadema de- [#: pene] pero yo
creo que eso también lo han sacado de televisión / [FR07]
(5) entonces pues no burruteé dentro ni nada / no es- no hubo problema / pero bueno /
pues un poco por precaución ¿no? / y estábamos… en- por donde playa / y nos vimos…
negros / negros / ¿no? / y encima no nos lo querían dar / la pastilla / [JM08]
(6) claro / otra cosa también es un poco el rollo de que a lo mejor te quedes / después de
follar / ¿sabes? / te quedes ahí un rato / ¿sabes? / y luego ya se te… baje- se te quede
morcillona y se te quede el condón dentro / ¿sabes? / [RL07]
Elaboro una matriz con 1259 ocurrencias, de las cuales el 83,5% son conceptos
de la sexualidad femenina, el 16,5% de la sexualidad masculina (ver Tabla 13). El
conjunto de datos está desequilibrado, ya que hay una presencia dominante de los
conceptos femeninos. Algunas preguntas están orientadas hacia el mundo de la
sexualidad de la mujer: las preguntas 29, 30 y 31 se refieren a la anticoncepción de
emergencia y al aborto, cuestiones vinculadas con el embarazo y, por tanto, con la
fisiología femenina. Si cruzamos los datos del sexo al que remite el concepto con el
142
Adapto aquí “concepto meta” (target) de la teoría de la Metáfora Conceptual, también
aplicado a la Metonimia Conceptual, que puede servir aquí para denotar el concepto al que se
refiere el hablante, independientemente del recurso semántico que medie (ver también cap. I,
1.4.1.2).
188 Capítulo V
número de la pregunta (ver Figura 12), vemos que la curva de estos conceptos,
efectivamente, presenta los picos más altos en las preguntas 29 y 31, pero especialmente
en esta última, que se refiere a la ley del aborto.
Tabla 13 Distribución total de las ocurrencias según el concepto al que remiten (concepto meta).
143
He dividido algunos conceptos muy cercanos en dos o más conceptos meta: es el caso de
‘menstruación’ y ‘tener menstruación’, y el caso de ‘embarazo/embarazarse’, ‘embarazo no
deseado’ y ‘dejar embarazada’. He dividido los dos primeros para observar por separado los
verbos que se refieren a ‘menstruar’, que serán útiles en el próximo capítulo para estudiar la
variación de los conceptos origen. En el caso de ‘embarazo no deseado’, he querido mantener
aparte la expresión con alto grado de fijación de las demás. Para ‘dejar embarazada’, la división
viene de que, aunque es un proceso femenino, el concepto está expresado desde una perspectiva
masculina.
Estructuración de los conceptos sexuados 189
Figura 12 Gráfico de la distribución de las ocurrencias por pregunta, según el sexo al que remite el concepto.
350
300
250
Número de ocurrencias
200
150
100
50
0
13 14 15 16 17 19 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 36
Pregunta
fem masc
Tabla 14 Distribución de las ocurrencias del corpus por grupo de conceptos, según el sexo del concepto, tras
eliminar ‘aborto’.
Como se puede observar, no son las partes del cuerpo sino los procesos
fisiológicos los que se encuentran distribuidos de forma más irregular, debido a la
presencia dominante de los conceptos femeninos, en concreto ‘embarazo’ y
‘menstruación’, con respecto a los masculinos ‘erección’ y ‘eyaculación’. La
prominencia de ‘embarazo’ está relacionada con la orientación de las preguntas
mencionadas, pero en el caso de ‘menstruación’, no hay ninguna pregunta que
favorezca su aparición frente a ‘eyaculación’, por lo que se puede pensar que el
concepto es más recurrente al tratar ciertos temas, como el desarrollo físico en la
pubertad.
ocurrencias idiosincrásicas (que aparecen una o dos veces en todo el subcorpus), solo
están formuladas con estructuración específicamente sexual.
(8) ‘clítoris’: en el caso de los hombres / pues… les- les harán una vagina / o… un
clítoris / no sé exactamente lo que… ni sé cómo… cómo se los a- pero bueno / más o
menos puedo… [CC01]
(9) ‘pecho’: desde pequeños / desde chiquitines / yo creo que hay cosas que se le
pueden ir… trasmitiendo / “mira tu primo cómo está / cuánto pelo le ha salido / es que
ya se está haciendo un hombre / o… o… mira fulanita / joé / el año pasado no tenía
tetas y este sí” / [CO06]
(10) ‘vagina’: el sexo consiste en... tampoco nada muy científico / sino… más… más
natural / no… “pues tú tienes pene / y tu chica o tu chico tiene o pene o vagina / y
entonces / tú para reproducirte tienes que meter el pene en la vagina / [IM01]
(11) ‘embarazo/embarazarse’: pues eh… si- si crees / si has tenido una relación
sexual / y crees que has podido quedarte embarazada / eh… te tomas la píldora /
[AA02]
(13) ‘dejar embarazada’: luego en frío pensé / y dije / “joder / es que no sólo esta niña
se puede quedar embarazada / es que mi hijo puede dejar embarazada a alguien” /
entonces / se me vino… como… como todo el mundo encima / y dije / “Dios” / [PB14]
(17) ‘trompas de Falopio’: si me viera mal por supuesto abortaría / pero… para mí
sería terrible abortar / yo me ligué las trompas / de hecho / [CM05]
(19) ‘pene’: le dieron un flyer / que… además lo tengo guardado / porque… si quieres
te lo puedo dejar / que ponía… [risa] pero en Banco de España / ¿eh? / salía / “fóllate a
un negro / con pollón” / y un número de teléfono / [EP04]
(20) ‘erección’: he visto alguna por la tele / en algún programa / pero no sé…
científicamente decir pues cómo puede llegar a tener una erección / o… no lo sé /
[GP02]
(21) ‘eyaculación’: es que no sé de- decirte / pues explicarles a los niños / pues
cuando… eh pueden eyacular / pues no sé / cosas así / [MR13]
(22) ‘semen’: pero se lo tomaban de cachondeo / un amigo mío le preguntaba que qué
pasaba si se te caía lefa en el ojo o algo así / [risas] / [JB03]
(23) ‘escroto’: sí / me parece que para el… para crear la vagina / yo sé que… hacen un
falso… clítoris / le fabrican… un falso… eh… vamos / una… una vagina / sí / con el…
escroto / con… y con eso le… le hacen el… hacen la vagina / [RR06]
(24) ‘glande’: no sé cómo lo harán / que te hacen una especie de vagina / hacia dentro /
incluso usan parte del glande / creo / para… para terminaciones nerviosas y que seas
capaz de sentir placer / [AC17]
144
El concepto de ‘eyaculación’ está muy vinculado al concepto de ‘orgasmo’ en el caso de
los hombres: en este caso se seleccionan solo los conceptos que se refieren explícitamente a la
expulsión de semen, y no al placer. El caso de correrse, concretamente, se considera un ejemplo
de ‘eyaculación’ más que de ‘orgasmo’ por los ejemplos en los que aparece.
Estructuración de los conceptos sexuados 193
(25) ‘órgano sexual femenino’: ahora mismo no te puedo yo decir lo que les explicaría
pero me imagino que les diría lo que ((se dicho)) / pues como hacía su abuela a ella /
que… ahí ni tocarlo / ni verlo / que el que fu- que… quisiera tocar ahí que se fuera a su
sitio / [RB09]
(26) ‘clítoris’: o sea si es un chico…que quiere ser chica por ejemplo / pues eh… le
cortan el… el… el pene y con… eh… pues… eh… ciertas partes que son más sensibles
del hombre ((lo que)) le hacen ponerle las partes más sensibles de la mujer / [GP02]
(27) ‘pecho’: y tenía una muchacha / claro / las de los pueblos / que saben más que…
pues / me pegaba pellizcos / y entonces yo cuando me vi el pecho145 / mm así que eso /
digo / “esto es por los pellizcos que me está pegando" / claro / o sea / [no sabes nada] /
[MAD12]
(28) ‘vagina’: tú te encuentras con una mujer / te encuentras solo / y… y no hace falta
que te digan por dónde tienes que meter el pito / para saber que es en el agujero /
[RB09]
145
Considero la formulación en singular ‘pecho’ por ‘pechos’ como una metonimia con el
patrón ‘todo por la parte’ referida a la parte del torso más que a las mamas y, por tanto, no
específicamente sexual.
194 Capítulo V
(34) ‘himen’: me habían contado / que a los 15 años… te llevaban al médico / y que el
médico te metía no sé qué por no sé dónde / y que- bueno / era un poco… era un poco…
el tema… realmente era… era el tema… [del virgo] / pero… bueno contado de una
manera horrible / horrible / [MCM16]
(35) ‘órgano sexual masculino’: sí / en… pues aparte de hormonarse / ¿no? / en…
ponerle cosas de hombre a… una mujer / [CR10]
(36) ‘pene’: es… yo no tengo hijos / pero tengo amigos que tienen hijos y… y desde…
pequeños pues… yo qué sé / hay veces que a lo mejor el… el niño pues… va todo
empalmado y… empieza a meterla por cualquier agujero / [GP02]
(37) ‘erección’: le desnudó / y le echaba un espray para que se… empitonase / [risas] /
[CC06]
(39) ‘semen’: después de follar / ¿sabes? / te quedes ahí un rato / ¿sabes? / y luego ya se
te… baje- se te quede morcillona y se te quede el condón dentro / ¿sabes? / o que- que
hagas así / tronco / le hagas el número y hagas… se te haga- se te salga el flash /
¿sabes? / [RL07]
(40) ‘frenillo’: claro/ sí / que... tal / que... cuando se rompe el no sé qué / [PR05]
Estructuración de los conceptos sexuados 195
146
Esta técnica es la que se utiliza en los programas sociolingüísticos como Varbrul.
(Tagliamonte y Baayen, 2012)
147
R, aparte de ser un programa de código abierto, está ganando popularidad porque incluye
métodos que no están desarrollados en marcas comerciales como SPSS, o en programas libres
como Varbrul. En concreto, este último no permite la inclusión de variables aleatorias, como las
que utilizo en este estudio de caso. El programa R se puede descargar gratuitamente en
http://www.r-project.org/. Para su uso, es recomendable consultar los manuales existentes,
como Baayen (2008), específicamente orientado al lingüístico.
196 Capítulo V
Variable ‘sexo’
Variable ‘grupo_edad’
148
Tanto la variable ‘grupo de edad’ como la variable ‘nivel de instrucción’ se subdivieron
siguiendo la metodología de PRESEEA (ver cap. IV, 4.4.2.1).
Estructuración de los conceptos sexuados 197
Variable ‘nivel_educativo’
Variable ‘distrito’
Cartelle, 1981), por ejemplo, o entre distintas áreas del español (Calvo Shadid, 2008;
Danbolt Drange, 1997; López Morales, 2001; Martínez Valdueza, 1995). En este
estudio, se trató más bien de una opción metodológica orientada a reducir el universo
inabarcable de Madrid y a encontrar mayor variedad personal, ideológica y social entre
los entrevistados provenientes de Chamberí y de Villa de Vallecas. Al tratarse de dos
distritos con grandes diferencias sociológicas y demográficas, la variable se solapa con
otros factores, como el nivel de educación, especialmente en interacción con el sexo y la
edad (ver cap. IV). La variable ‘distrito’ se divide en dos niveles: Chamberí (n=419) y
Villa de Vallecas (n=489). Aunque, en principio, no espero una diferencia especial entre
distritos, al menos no por motivos geográficos, sino sociales, la variable se incluye en el
análisis para investigar empíricamente este aspecto.
Variable ‘sexo_concepto’
Variable ‘tema’
concepto a otro (21 conceptos meta). Es muy probable que un concepto meta como
‘embarazo/embarazarse’, con 281 ocurrencias (Tabla 13), contribuya más a los
resultados que otro menos abundante; así como los informantes que aporten mayor
cantidad de datos.
Variable ‘concepto_meta’
149
Las funciones de regresión logística con efectos mixtos en R se encuentran en el paquete
lme4.
Estructuración de los conceptos sexuados 201
Variable ‘participante’
202 Capítulo V
150
Puesto que la codificación es una elección del investigador, las variables y sus niveles
pueden ser codificados de formas alternativas. La edad, por ejemplo, suele ser clasificada en
grupos, pero podría ser utilizada como variable numérica. Un ejemplo práctico de posible
recodificación en mis datos es la variable nivel_edu, que tiene tres niveles. En un estadio
intermedio del análisis probé a dividirla en dos, agrupando a los informantes no universitarios
(con estudios primarios o secundarios) frente a los universitarios. Sin embargo, la variable
explicaba menos variación que en su forma original, por lo que mantuve tres niveles.
Estructuración de los conceptos sexuados 203
colinealidad151, puesto que, de estar relacionadas, sería imposible diferenciar qué parte
de la variación explica cada una. Una vez comprobado esto, en el modelo inicial
introduje todas las variables principales y todas sus posibles interacciones152 y lo sometí
a un procedimiento de selección automática por pasos hacia atrás, basada en el criterio
de información de Akaike (AIC). Este procedimiento es una herramienta muy útil que
elimina las variables menos explicativas, paso por paso, hasta obtener un modelo
parsimonioso (el que tenga el menor valor AIC). Tras seleccionar el mejor modelo, este
fue testado para descartar sobreajuste, problema típico de estudios con pocos datos para
muchas variables, y verifiqué que no hubiese ocurrencias demasiado influyentes
estadísticamente.
151
Se refiere a que las variables independientes estén correlacionadas entre sí y el efecto de
cada una sobre la variable dependiente, por tanto, no se pueda saber de forma individual.
152
La lista completa de las variables y sus interacciones es la siguiente: distrito, sexo,
grupo_edad, nivel_edu, sexo_concepto, tema, distrito*sexo, distrito*grupo_edad,
distrito*nivel_edu , distrito*sexo_concepto, distrito*tema, sexo*grupo_edad, sexo*nivel_edu,
sexo*sexo_concepto, sexo*tema, grupo_edad*sexo_concepto, grupo_edad*tema,
nivel_edu*sexo_concepto, nivel_edu*tema, sexo_concepto*tema.
153
La importancia de las variables se puede conocer sometiéndolas a un test de Anova que
determina el poder predictivo de las variables. El test las ordena según su importancia en la
explicación de la variación.
204 Capítulo V
Tabla 17 Comparación de modelos de regresión logística con efectos principales, con interacciones y con
El modelo final conserva todas las variables principales, excepto ‘distrito’, que
no alcanza significación. Esto corrobora la hipótesis sobre esta variable y su posible
solapamiento con otras que resultan finalmente más importantes, como ‘nivel
educativo’ o ‘grupo de edad’, según confirma su conservación en el modelo154. Además,
estas intervienen en tres interacciones que se incluyen en el modelo: el sexo
interacciona con el nivel educativo y con el grupo de edad, y el grupo de edad
interacciona a su vez con el sexo al que remite el concepto. La importancia relativa de
los predictores, incluidas las interacciones, se puede observar en la Figura 13 (ver nota
153).
154
Aunque otros niveles de lengua presentan variación dentro de Madrid en distritos
limítrofes con los de mi corpus (fonético, pragmático), en este estudio de caso, la variación
semántica no tiene motivación diatópica significativa. La posibilidad de que la variación
diatópica se solape con otras variables que remitan a cuestiones culturales, más que meramente
espaciales, en el nivel semántico es una posibilidad que merece ser profundizada en
investigaciones futuras.
Estructuración de los conceptos sexuados 205
Figura 13 Importancia de los predictores fijos incluidos en el modelo final (Gráfico de Anova ajustado a
lmer).
están omitidos (que son la base del intercepto 155 ), mientras se controlan las demás
variables. Los valores positivos indican que el predictor favorece su aparición
(positivo= + no específico), y el negativo la reduce (negativo= + específico).
Finalmente, en la última columna se puede comprobar si el resultado es
estadísticamente significativo o no (la significación por defecto se establece en un valor
p < 0.05 y se marca gráficamente en la tabla con asteriscos). Por ejemplo, si se quiere
saber cuál es el efecto del ‘tema’ (la variable más explicativa según el test de Anova)
sobre la preferencia por una estructuración no específicamente sexual, se consulta la
tabla y se observa que, cuando el tema de la pregunta es sobre la vida cotidiana (‘tema
vida cotidiana’), hay una tendencia positiva de 0.691 (según la columna de
estimaciones) que es, además, significativa, como se observa por su valor p (4.55e-05)
en la última columna. Siguiendo este ejemplo, se pueden entender los resultados del
análisis listados en la Tabla 18.
155
El intercepto es el valor asignado por R a las ocurrencias que tengan los niveles de las
variables no listados en la tabla de resultados. El intercepto de este modelo está calculado por
tanto para las ocurrencias de: hombre, grupo_edad 1, estudios primarios, sexo_concepto
femenino y tema vida cotidiana. Sobre la base del intercepto se calculan los efectos de los
demás niveles de las variables, cuya estimación se encuentra en la tabla.
Estructuración de los conceptos sexuados 207
Tabla 18 Resultados del análisis de regresión logística de efectos mixtos (aleatorios, principales e
interacciones). Extraído de R.
sexual. Aunque el valor del logit no es elevado (0.691), también en este caso, la
hipótesis de partida resulta cierta.
Por otra parte, las mujeres universitarias también presentan este cambio de
tendencia. Si se contrasta con el nivel de educación, se observa que hay una tendencia
hacia una mayor especificidad en términos sexuales según se avanza en el nivel de
estudios, aunque no sea significativa. Las mujeres universitarias reflejan también esta
situación.
5.4.2.1. Participante
Ajustes
Ajustes
Participante (pro=no Participante
(pro=específico)
específico)
MAD12 0.3512833805 IM01 -0.3007925009
BM09 0.2686623683 MR13 -0.2829510845
CR10 0.2209051013 PJ07 -0.2503305304
CC06 0.2207491451 PR05 -0.2150713008
MVG10 0.2021139519 RT01 -0.1848495129
RB09 0.1933479596 JC11 -0.1826699338
FC11 0.1924987652 RS15 -0.1811293403
JS10 0.1829355624 PM02 -0.1687645608
CO06 0.1761649716 ES03 -0.1660895565
GR04 0.1593849516 MR10 -0.1582784737
JB03 0.1474018265 JH11 -0.1378019019
EP04 0.1454969009 EL14 -0.1361651933
AA13 0.1374487043 JM08 -0.1019066491
JL08 0.1266265838 AA02 -0.0894306884
IP08 0.1239285228 AC17 -0.0886690578
IC08 0.1233455560 JIC04 -0.0865284897
AA09 0.1201591992 PB14 -0.0833167933
MF12 0.0826818119 AS05 -0.0821994942
PL18 0.0756980878 BG03 -0.0798154001
RL07 0.0454260222 MCM16 -0.0791192691
CC01 0.0206368107 GR03 -0.0724924096
AD05 0.0199909306 DS09 -0.0648481321
CM05 0.0068915388 PT02 -0.0569510416
MLG12 -0.0277746830
GP02 -0.0198831908
IA13 -0.0186337896
RR06 -0.0179093651
MLG07 -0.0117646936
FE01 -0.0035580844
FR07 -0.0006919937
210 Capítulo V
La variable aleatoria ‘concepto meta’ tiene 21 niveles, con una varianza de 0.656
para una desviación estándar de 0.81 (ver Tabla 18): su efecto es, por tanto, más
importante que el de los participantes. Los efectos presentados en la Tabla 20 deben
leerse con cautela en ciertos aspectos. Algunos de estos conceptos son idiosincrásicos
(‘himen, escroto, glande, frenillo, menopausia y trompas’), es decir, aparecen una o dos
veces en el corpus, y solo en forma específica (como ‘clítoris’) o no específicamente
sexual (como ‘himen’). Su interpretación se hará a partir de este matiz.
Existe una relación de las tendencias de los conceptos meta con su distribución
temática. Todos los conceptos que favorecen la especificidad tienen más ocurrencias en
las preguntas de leyes: esto es coherente con el efecto principal de la variable ‘tema’ en
el modelo de regresión. Las excepciones a esta situación son ‘menopausia’ y ‘pechos’.
La primera no puede ser valorada en profundidad, puesto que solo aparece una vez. La
segunda, sin embargo, tiene 48 ocurrencias en total, divididas casi a partes iguales entre
los dos bloques temáticos. Su tendencia a la especificidad es muy baja, lo que parece
sorprendente teniendo en cuenta que su grado de tabuización no debería ser muy alto, al
ser una parte del cuerpo femenino sobre la que pesa poca interdicción. La explicación se
encuentra en la abundancia de la expresión metonímica no específicamente sexual
‘pecho’ (con el patrón ‘todo por la parte’), que decanta la balanza en esa dirección.
Hay que destacar también las tendencias de los conceptos referentes a los
genitales femeninos frente a los masculinos. El hiperónimo ‘órgano genital masculino’
y su parte más representada en el corpus, ‘pene’, tiende hacia la expresión
específicamente sexual. En el caso del órgano sexual femenino, el hiperónimo se
expresa de forma más directa, mientras que la parte, ‘vagina’, tiende a la expresión no
sexual. Por su parte, ‘clítoris’ sí es expresado con mayor especificidad. Además, todos
estos conceptos expresados indirectamente están mayoritariamente presentes en las
preguntas de leyes, que favorecen la expresión directa, por lo que deben presentar
características que escapan al efecto del tema. Como se puede observar, los conceptos
meta influyen de formas muy distintas sobre la preferencia o no por una expresión
específicamente sexual, algunos con logits elevados. Gracias a la introducción de esta
variable, el modelo separa los efectos individuales de cada uno de estos conceptos (y de
los participantes) de la estimación de los efectos fijos.
Queda por responder la última pregunta (¿Son las mujeres más eufemísticas
también cuando se refieren a su propia naturaleza?). En la selección del modelo, la
interacción entre sexo del informante y sexo del concepto se elimina, por no ser
suficientemente explicativa con respecto a las demás. Por lo tanto, no tengo elementos
suficientes para su resolución. En el epígrafe siguiente, indago en esta cuestión con unos
cálculos adicionales.
Sin embargo, al cruzar el sexo del concepto con el sexo del informante (ver
Tabla 21), se observa que para los conceptos femeninos, los hombres usan más
Estructuración de los conceptos sexuados 213
Tabla 21 Ocurrencias específica y no específicamente sexuales por sexo del concepto y sexo del
informante.
Conceptos
específico no específico
femeninos
hombre 164 114
mujer 187 233
Conceptos
específico no específico
masculinos
hombre 62 77
mujer 35 34
A través del gráfico de mosaico (ver Figura 14), se reflejan estos datos de forma
proporcional, con lo que las tendencias emergen de forma más interpretable. Tanto los
hombres como las mujeres son menos específicos al hablar de conceptos que remiten a
realidades de su propia sexualidad. Este dato, poco esperable y difícilmente
interpretable, permite contestar a la pregunta inicial, pero no llegar de momento a una
explicación satisfactoria.
214 Capítulo V
Figura 14 Gráfico de mosaico de las ocurrencias específica y no específicamente sexuales por sexo
Tanto las mujeres como los hombres expresan más conceptos de sus propias
partes del cuerpo y de sus procesos fisiológicos, pero no lo hacen a través de más
conceptos específicamente sexuales. En el apartado siguiente, daré una explicación
tentativa a este resultado aparentemente contradictorio.
5.5. Interpretación
Este estudio de caso parte de unos datos que se recogieron mediante entrevista,
en la que se controlaron varios aspectos: la comunicación era cara a cara, entre dos
personas del mismo sexo, con unas preguntas ordenadas y obligatorias para todos los
informantes. Los límites de la entrevista sociolingüística se han destacado en muchas
ocasiones, especialmente por la contradicción interna de pretender elicitar lengua
vernácula a través de una situación artificial. En este estudio, introduje esta limitación
en el diseño del experimento para usarla a favor de los datos (ver cap. IV). Puesto que el
objetivo era observar el comportamiento de los informantes frente a los conceptos
sexuales en una situación forzada, la artificialidad de la entrevista resultaba un medio
Estructuración de los conceptos sexuados 215
que el otro. Una de las razones podría estar en que las preguntas sobre las leyes elicitan
conceptos distintos que podrían motivar de forma independiente una expresión más
directa. Sin embargo, la técnica de regresión logística de efectos mixtos permite
controlar esa posibilidad: introduciendo el concepto meta como variable aleatoria se
impide que la heterogeneidad conceptual influya sobre el cálculo de los efectos fijos.
Por tanto, la significación del efecto es fiable. En Sociolingüística se es consciente de
que los temas políticos, como los de las preguntas de leyes, suelen vincularse a una
mayor formalidad (Tagliamonte, 2006: 43), que en los estudios de tabú se relaciona con
expresiones ortofemísticas, en este caso, específicamente sexuales. Cognitivamente,
esto se ha explicado como una cuestión de primado semántico que hace que, en
determinados contextos, los hablantes consideren ciertos x-femismos como más o
menos adecuados (Pfaff, Gibbs, y Johnson, 1997): en el caso del bloque de leyes, el
primado semántico del tema inducido por las preguntas motivaría una estructuración
más directa. El tema actúa, de alguna forma, de marco al que se adaptan las identidades
sociales, pero no las determina, puesto que encontramos efectos significativos de otras
variables sociales, independientemente.
más técnico (López Morales, 2001), que homogeiniza el resto de las variables, como en
los ejemplos (41 y 42):
(41) y… y bueno/ supongo que el tejido… que sirva para… vamos / para dar placer / no
sé cómo… se llama / el tejido nervioso pues se intentará también… reubicar / para
que… las relaciones sexuales todavía sigan siendo placenteras / y en el caso de mujeres
a hombres / pues… será algo parecido / no sé muy bien… a partir de qué… de qué
partes de… de los órganos genitales femeninos se usan para reconstruir un pene /
pero… [DS09, hombre]
(42) ¿de hombre a mujer? / bueno / de hombre a mujer pasa por… tomar muchísimas
hormonas / para cambiarte un poco el metabolismo / que te crezca el pecho / eh… que
te… que no te salga tanto pelo / y además que te extirpen tus… órganos genitales y te
fabriquen una… vagina / [CO06, mujer]
(43) [a mí me parece] una buena medida / es que me parece tremendo / como la ley
del… del embarazo interrumpido- la ley del aborto / es que… claro / se dice “(())” / es
que no concibo que una mujer se vaya “ah” sin consecuencia- “ah / mira / me embarazo
y aborto” / es que no lo creo / como la ley del divorcio / “venga / me caso / porque si me
sale mal / me divorcio” / es que no- no creo en eso / entonces / a mí me parece bien /
para evitar un embarazo no deseado / puede tener consecuencias muy serias / [MLG07]
218 Capítulo V
(44) pues yo creo que… desde niños / o sea / yo cuando les eh empiezo a explicar el
cuerpo humano / yo ya les empiezo a decir que nuestro cuerpo / el cuerpo del niño y de
la niña / son distintos / porque el niño tiene un pene / y la niña tiene una vulva / y que
luego de mayor / a la niña… o sea / los niños poquito a poco yo creo que- y además
ellos / ahora que que están viendo a sus mamás / a sus papás / que te dicen / “pues mi
papá la tiene así de larga” / [risas] / [MVG10]
Por diversos motivos, una buena parte de este grupo de las mujeres de más edad
tiene una posición ideológica, ya sea en política social o en educación, que favorece la
claridad en la expresión de la sexualidad. Sea por visibilización, o por voluntad de
enseñar, estas mujeres tienden a usar más expresiones específicamente sexuales que
otras mujeres y que los hombres de su edad. La interpretación en términos de las
posiciones que toman en el discurso, a través de las prácticas semánticas vinculadas a
sus identidades, explican adecuadamente la interacción de dos variables que resultan
oscuras en el nivel macrosociológico. En respuesta a la primera pregunta del capítulo,
los patrones sociales y contextuales de variación existen sin duda, pero su explicación
no se encuentra únicamente en las macrocategorías. Las estrategias semánticas de
mayor o menor especificidad sexual están vinculadas también a niveles intermedios de
variación, como la toma de posiciones hacia una mayor claridad y visibilidad.
Madrid actualmente 156 , y también con la fijeza de algunas expresiones para ciertos
conceptos, como embarazo no deseado, que contribuyen al efecto general.
Lo que sí parece obvio es que todos los conceptos que remiten a fluidos o a su
expulsión (‘menstruación’, ‘tener menstruación’, ‘eyaculación’, ‘semen’) se expresan
más en términos indirectos. Allan y Burridge (2006), y antes Leach (1964), ya
mencionaron el alto grado de tabuización de los fluidos corporales, y en particular de la
menstruación: en nuestros datos, los dos conceptos meta acerca de ello están entre los
tres más inespecíficos. De los conceptos referidos a partes del cuerpo, las partes internas
del cuerpo de la mujer (vagina e himen) son expresadas más indirectamente que las
externas (‘pechos’, ‘clítoris’) y el hiperónimo. La excepción es ‘trompas’, que es
interna, pero siempre se expresa directamente, debido a la fijeza de la expresión
ligadura de trompas con lo que no se puede presuponer un conocimiento real del
concepto, sino de la expresión fijada a nivel léxico. Todas las denominaciones del
aparato genital masculino y sus partes son expresadas de forma directamente sexual,
excepto el frenillo y los testículos. En definitiva, más que un comportamiento
lingüístico compacto hacia la sexualidad femenina, los datos reflejan mayor
consistencia hacia los procesos fisiológicos frente a las partes del cuerpo. Tanto la
eyaculación como la menstruación (y conceptos asociados) se expresan menos mediante
términos directos, pero de ambos, la menstruación ocupa dos de los tres primeros
puestos. Dentro de las partes del cuerpo, los conceptos sexuales masculinos tienden
todos a la especificidad, excepto el frenillo y los testículos, mientras que las partes del
aparato sexual femenino se dividen, grosso modo, entre internas (menos específicas) y
externas (más específicas) y el hiperónimo (también más específico).
156
No así en otras culturas, donde pesa una gran interdicción sobre el embarazo. En algunos
países las mujeres embarazadas no salen a la calle cuando ya es muy visible, como en algunos
países africanos. En España, el cambio en el tabú, en particular en la ciudad, se demuestra por
ejemplo en la moda llamada ‘premamá’ que, a día de hoy, realza la tripa, en lugar de esconderla.
220 Capítulo V
157
Ver también nota 19, cap. 1 sobre las metáforas primarias.
Estructuración de los conceptos sexuados 221
5.6. Conclusiones
Los resultados de los análisis demuestran que varios factores favorecen el uso de
expresiones no específicamente sexuales: las mujeres, los hablantes de más edad, las
preguntas de la vida cotidiana. El primero se ve contrarrestado en el caso de las mujeres
universitarias y las mujeres de más edad, que son más directas. El comportamiento de
estas últimas, contrario tanto al general de las mujeres en el corpus como al de los
informantes mayores, se explica por la voluntad de claridad de estas mujeres, derivada
de su compromiso ideológico en política o en educación. Para entender este resultado
las variables macrosociológicas no son, pues, suficientes. En cuanto a la segunda
pregunta, se puede observar por los índices de la variable aleatoria ‘concepto_meta’ que
no hay un tabú mayor en general sobre la sexualidad femenina, sino más bien sobre los
conceptos fisiológicos frente a las partes del cuerpo, de entre los que destaca la
‘menstruación’ como tabú predominante. Para responder a la tercera pregunta, llevo a
cabo unos cálculos independientes que demuestran que tanto hombres como mujeres se
comportan igual frente a los conceptos de su propio sexo: ambos presentan más
abundancia de ocurrencias y más variedad de conceptos meta, pero no más tendencia a
la especificidad, lo que he interpretado como un posible efecto de especialista.
222 Capítulo V
.
CAPÍTULO VI
PRODUCTIVIDAD Y VARIACIÓN DE
LAS ESTRATEGIAS SEMÁNTICAS
6.1. Introducción
fenómenos simultáneos sobre algunos ejemplos. Aquí he optado por una clasificación
según cuatro tipos de estrategia semántica: metáfora, metonimia, especialización y
expresiones genéricas; como justificaré teóricamente en este apartado y, de forma
práctica más adelante, mediante el análisis de los ejemplos del corpus. Se trata de una
opción voluntaria de reducir el número de clasificaciones que, por otra parte, es la
tendencia de algunos autores:
As pointed out by Nerlich (ms:4), the dozen or so tropes in classical rhetoric gradually
whittled down first to four (metaphor, metonymy, synecdoche, irony), then to three
(metaphor, metonymy and synecdoche) and finally to two (metaphor and metonymy).
(Warren, 2006: 12)
indiferente (…): o que come as ovellas ‘zorro’” (ibíd., p. 77). Crespo (2007) agrupa las
figuras de contigüidad (metonimia y sinécdoque) en un solo bloque. Dentro de este, es
problemática su definición de hiposemia, que compara con el understatement de
Warren158 (1992), y que define como “una suspensión de los rasgos menos apropiados
de un concepto interdicto” (Crespo Fernández, 2007: 115). Esto lleva a confusión, ya
que la “suspensión de los rasgos menos apropiados de un concepto” tabú es la
definición misma del funcionamiento semántico del eufemismo, y cualquiera de los
fenómenos semánticos (incluso en otros niveles de lengua) está al servicio de ese fin
atenuador. Sus ejemplos también son discutibles, ya que en un caso propone disease
(enfermedad) para venereal disease (enfermedad venérea) como ejemplo de hiposemia
(p115), cuando se trata de un cambio en la taxonomía, por tanto, una sinécdoque o un
ejemplo no prototípico de metonimia (Peirsman y Geeraerts, 2006). El segundo ejemplo
que propone es intimacy (intimidad) para copulation (cópula), cuya relación es de
característica (abstracta) por hecho concreto, del tipo burló la vigilancia (Lázaro
Carreter, 1953; Montero Cartelle, 1981: 66), y por tanto un caso transparente de
metonimia.
Por mi parte, agrupo aquí los fenómenos de contigüidad en una misma categoría
sujeta a efectos de prototipicidad, que llamaré “metonimia”, como Peirsman y Geeraerts
(2006): dentro de los patrones existentes, el patrón metonímico más central es ‘la parte
por el todo’ en el plano espacial y material, y todos los demás patrones (metonímicos,
sinecdóticos y antonomásicos) forman parte en mayor o menor medida de la misma
categoría. En el sentido en que los hiperónimos son un tipo de conjunto compuesto por
partes (los hipónimos), el uso del todo por la parte (píldora para píldora anticonceptiva)
o de la parte por el todo (un támpax por un tampón) puede ser considerado como una
manifestación periférica de figura de contigüidad. Esta clasificación puede ser
problemática, sin duda, y solo se sostiene al entender los hiperónimos como conjuntos
de miembros hipónimos, que pueden representar el patrón metonímico ‘individuo y
grupo’, lo que es discutible, como matizan los autores (Peirsman y Geeraerts, 2006:
308).
158
Warren en realidad lo equipara a la lítote (Warren ,1992: 132).
Productividad y variación de las estrategias semánticas 227
Por otra parte, agrupo en un mismo bloque los fenómenos semánticos basados
en la alusión al término interdicto por categorías semánticas genéricas, como las
expresiones pronominales (se la vi), adverbiales (por ahí) o vagas, como verbos
omnibus (cosas, hacer). Estas formas no son anafóricas o deícticas, sino propiamente
sustitutivas de un elemento prohibido que se deja en suspenso. Por eso también incluyo
aquí la elipsis, solo cuando es del término interdicto (Uría Varela, 1997: 348).
159
Para dar cuenta de la concomitancia de varios fenómenos simultáneos en la expresión de
un concepto, Geeraerts (2002a). Propone una herramienta analítica en forma de prisma que
permite explicar la combinación de mecanismos, por ejemplo, metáfora y metonimia, para una
misma expresión compuesta. El modelo prismático analiza los mecanismos en el nivel
sintagmático (isomorfismo) y paradigmático (motivación), lo que permite analizar el nivel de
cada parte y de la expresión completa a la vez.
Productividad y variación de las estrategias semánticas 229
6.3. Metodología
160
Quedan excluidos los conceptos meta que solo se formulan mediante expresiones
específicamente sexuales: ‘escroto’, ‘trompas de Falopio’ y ‘menopausia’.
230 Capítulo VI
Tabla 22 Distribución de las expresiones no específicamente sexuales según el concepto meta (n y %).
La primera fase consiste en el análisis semántico manual de cada una de las 458
instancias para determinar las estrategias semánticas que subyacen a las expresiones no
específicamente sexuales. Como expliqué en 6.2, las relaciones de significado que
median entre los conceptos meta y los conceptos origen pueden ser de varios tipos y las
clasificaciones son múltiples. En este estudio, he decidido agruparlas en cuatro tipos,
según si se basan en estructuraciones metafóricas, metonímicas, en deslizamientos
taxonómicos o en expresiones genéricas.
161
He optado por diferenciar ‘menstruación’ y ‘tener_menstruación, ya que las formas
nominales se utilizan en ocasiones de forma más general, en expresiones del tipo el tema de la
regla. Ver también nota 143, en cap. V.
162
La metodología de Pragglejaz (2007) sigue los pasos que expongo numerados, aunque
solo para la detección de metáforas, y la de Zhang (2013) solo para metonimias. En este caso, la
adapto para los recursos analizados en este estudio (punto 5).
Productividad y variación de las estrategias semánticas 231
de Zhang (2013: 195-6) para la identificación de metonimias. En ambos casos, los pasos
son similares:
Como apunto más arriba, las formas perifrásticas no son clasificadas como un
fenómeno independiente en este estudio, ya que, en última instancia, siempre
contribuyen a otras estrategias en la estructuración de los conceptos sexuales. Por
ejemplo, en las expresiones para el concepto de ‘menstruación’ (ejemplos 1 y 2), las
formas perifrásticas se combinan con otros fenómenos: en el primer caso, con un
deslizamiento taxonómico hacia la especialización (“un proceso que toda mujer...
tenemos” [‘cualquier proceso para el proceso concreto’]); y en el segundo, con una
metonimia con el patrón ‘causa por efecto’ [‘la causa de la menstruación por la
menstruación’]. En el tercer ejemplo, la perífrasis contribuye a la estructuración del
concepto meta ‘órgano sexual femenino’ mediante una expresión genérica. En el cuarto
232 Capítulo VI
(1) es muy normal / esto es un proceso que toda mujer... tenemos / y... y ya está / y
no... no pasa nada / [MLG07]
(2) lo que era el desarrollo hormonal / o sea de las... de las mujeres y todo / todas
estas... yo creo que es útil / enseñárselo / pues eso / cuando tienen diez años / que es...
cuando les va a servir / [GR04]
(3) extirpar los genitales... eh... masculinos / y convertir aquello en algo que se parezca
a / o que funcione de... alguna manera / evidentemente sin ninguna función
reproductiva / [MLG12]
(4) eh... los chicos tienen sus... poluciones nocturnas / las chicas... en fin / todas esas
cosas... [MCM16]
6.3.1.1. Metonimias
(5) embarazo (parte por el todo): no sé cómo funcionará exactamente / pero vamos /
que al tomarla te produce un sangrado o algo así / que en el supuesto de que... se haya
producido un embrión / o pequeño embrión / o como sea / y… [AC17]
(6) embarazo (resultado por evento): entonces la mujer es la que... es la que tiene que
estar produciendo niños / porque / como esos niños / muchos van a morir / y esos niños
te están garantizando... el bienestar / futuro / [GR04]
Productividad y variación de las estrategias semánticas 233
(7) menstruación (‘causa por efecto’): lo que era el desarrollo hormonal / o sea de
las... de las mujeres y todo / todas estas... yo creo que es útil / enseñárselo / pues eso /
cuando tienen diez años / que es... cuando les va a servir / [GR04]
(8) menstruación (‘todo por la parte’): está bien / para que no les pille desprevenidos
/ como... nos pasaba antes a nosotros / que yo le tenía que preguntar a mi madre todas
las cosas / porque en el colegio no explicaban nada / hasta cuando fui mujer / [AD05]
(9) pechos (‘todo por la parte’): mira / mi hija está muy preocupada por el pecho /
tiene muy poquito / tiene una talla 80 / poco / a mí me parece monísimo / muy mona / el
pecho grande... envejece / te hace más gorda / [IP08]
(10) pene (‘parte por el todo’): no sé / implantándole... tejido o tendones o... algo / no
sé/ implantándole... no sé / [JS10]
(11) pene (‘lugar por el todo’): pues... porque el hombre tiene ahí el... cerebro / [risas]
/ [EL14]
(12) órgano sexual femenino (‘lugar por el todo’): pues como hacía su abuela a ella /
que... ahí ni tocarlo / ni verlo / que el que fu- que... quisiera tocar ahí que se fuera a su
sitio / [RB09]
En este grupo se engloban las expresiones del tabú mediante palabras vagas (ej.
13), pronombres (ej. 14) y adverbios (ej. 15). También incluyo aquí los casos de elipsis
(ej. 16), que se situaría en el extremo de la categoría, ya que es la manifestación con
menor contenido semántico.
234 Capítulo VI
(13) órgano sexual masculino: supongo que será algo parecido / es este caso
eliminando / eh... construyendo- reconstruyendo zonas determinadas para que sean
parecidas / [FE01]
(14) órgano sexual femenino: ellos tienen un pito / pues t tienes... lo tuyo / [IP08]
(15) tener menstruación: habría que explicárselo en condiciones / para que sepa lo que
es / y que sepa que no tiene mayor importancia / y que bueno / pues que va a estar así
hasta que cumpla... [risas] los años que tenga que- los años que sea / depende de cómo...
y al- y y no sé / [PM02]
(16) semen: por lo menos / es como yo lo... como yo lo recuerdo / ¿no? / con ocho o
nueve años o tal / ya empiezas que si tal / que si la pajilla / que si tal / que si me sale [0]
/ que si tal / que si no sé qué / [PR05]
6.3.1.3. Metáforas
(18) órgano sexual femenino: y a la vulva le llaman "madalenita” / eh... mm... "chirli
chirli” / y tì te quedas diciendo / "pero ¿qué me estás contando?” / mm "bollito” /
[MR13]
6.3.1.4. Especializaciones
(20) órgano sexual masculino: eh... en el caso de ser mujer se implantan / algo que
hace de órganos... o una extensión incluso / porque creo que sienten algo... cuando se lo
implantan y tal / eh... vamos / sí / cambiarse de sexo / o ponerse o quitarse / [risas] /
[CC06]
(21) semen: le expliqué el- pues eso / que había un agujerito / había un... pinganillo /
se... igual que en un enchufe... se introduce / y... el pinganillo / suelta un... un... líquido
que... provoca en la mujer / poder tener un niño / con lo cual / con eso viene... la barriga
/ y al final nace un niño / [RR06]
163
Es importante puntualizar que esta estrategia es la única de las cuatro que puede darse
también en estructuraciones específicamente sexuales (‘vagina’ es un tipo de ‘órgano sexual
femenino’), por lo que su productividad podría ser mayor en el conjunto de los datos.
236 Capítulo VI
(22) órgano sexual femenino: y entonces quieren efectivamente los atributos de... de
la mujer / y te... y... y sentirse deseada como mujer y no como hombre / ¿no? / [MR10]
(23) ‘embarazo/ embarazar(se)’: y... los chicos también beben y... entonces en ese
caso / pues lo veo... en casos así / lo veo... bien / porque el hombre se queda tan fresco /
y la chica... tiene que correr con las consecuencias / [IP08]
(24) ‘tener menstruación’: [es que...] realmente / eh... cuando- mm a ver / la la mayor
desarrolló prontísimo / prontísimo / me parece que tenía diez añitos / [MVG10]
en 6.2, no hay acuerdo en los estudios de tabú sobre qué estrategias son más habituales
en la expresión de los conceptos prohibidos, aunque se suele subrayar el papel de la
metáfora y de la tendencia a la vaguedad ya sea mediante la especialización de
conceptos más amplios, o mediante el recurso a expresiones genéricas. Además, a la luz
de los estudios sobre Metonimia Cognitiva, es necesario verificar la importancia de esta
estrategia en la estructuración de los conceptos sexuales.
Tras esta visión general, comprobaré si las estrategias varían según factores
sociales, contextuales y conceptuales, mediante el test de Ji cuadrado, que permite
comprobar si la proporción de cada una de estas estrategias es significativamente más
alta o más baja de lo esperado para cada nivel de la variable independiente. Por ejemplo,
si al cruzar los datos de una estrategia x con la variable ‘sexo’ el valor p es inferior a
0.05, ello indica que la variación de x entre hombres y mujeres es significativa. Se
aplicará el análisis para cada estrategia por separado, en relación con las variables
tratadas en el capítulo anterior: ‘tema’, ‘sexo del concepto’, ‘sexo’, ‘grupo de edad’ y
‘nivel educativo’. Así como para el nivel de variación superior, espero encontrar
variación según el tema, ya que las preguntas de leyes elicitan estructuraciones más
específicas; según el sexo al que remita el concepto; y, finalmente, según los factores
sociales de forma independiente y en interacción. Concretamente, espero encontrar
tendencias paralelas de las mujeres, los informantes de más edad y los de menor nivel
de estudios, hacia los mismos tipos de estrategias, en línea con estudios anteriores y con
lo expuesto en el capítulo V.
Estrategia n %
metonimia 135 29,5
expresión genérica 131 28,6
metáfora 116 25,3
especialización 76 16,6
Total 458 100
Tabla 24 Distribución de las ocurrencias por estrategia semántica según el concepto meta (n y %).
(25) ella no iba desnuda / iba... bueno / igual por la parte sup- sí / [FC11]
El ejemplo de ‘himen’, que solo aparece una vez y lo hace a través de una
metonimia, es interesante para observar la confluencia de dos mecanismos a la vez en la
construcción del significado, puesto que primero hay un sentido metafórico ‘virgo’
combinado con la metonimia ‘característica por el todo’:
240 Capítulo VI
(26) te llevaban al médico / y que el médico te metía no sé qué por no sé dónde / y que-
bueno / era un poco... era un poco... el tema... realmente era... era el tema... 164 [del
virgo] / pero... bueno contado de una manera horrible / horrible / [MC16]
164
En este punto exacto de la intervención de la informante hay una breve intervención mía
en la entrevista, que no reproduzco, puesto que no interrumpe su turno.
Productividad y variación de las estrategias semánticas 241
Tabla 25 Resultados de los tests de independencia de las variables independientes (valor p obtenido
mediante Ji cuadrado).
165
Nótese que las variables ‘grupo de edad’ y ‘nivel educativo’ tienen tres niveles cada una,
por lo que tienden más a presenta resultados significantes cuando se cruzan con otra variable, ya
que a mayor número de celdas en las tablas de contingencia resultantes del cruce de variables,
mayor tendencia a la significación en el test de Ji cuadrado y resultados más próximos a 1 en el
test V de Cramer. Esta nota es especialmente relevante para el cruce entre sí de las dos variables
242 Capítulo VI
interacción del sexo al que se refiere el concepto y el sexo del informante, que discutiré
más adelante.
Tabla 26 Número de ocurrencias por cada estrategia semántica según el tema, porcentajes y valor p.
mencionadas, ya que crean una tabla con nueve celdas, de las cuales dos están vacías (mujeres y
hombres de grupo de edad 1 con estudios primarios). La validez de este resultado es, pues, muy
relativa.
Productividad y variación de las estrategias semánticas 243
Figura 15 Gráfico de mosaico de las ocurrencias por estrategia semántica según el tema.
leyes_sex vida_cotid
especialización
metonimia metáfora exp.genérica
Tabla 27 Número de ocurrencias por cada estrategia semántica según el sexo al que se refiere el concepto,
porcentajes y valor p.
Figura 16 Gráfico de mosaico de las ocurrencias por cada estrategia semántica según el sexo
fem masc
especialización
metonimia metáfora exp.genérica
6.4.2.3. Sexo
Tabla 28 Número de ocurrencias por cada estrategia semántica según el sexo del informante, porcentajes
y valor p.
Figura 17 Gráfico de mosaico de las ocurrencias por cada estrategia semántica según el sexo del
informante.
hombre mujer
especialización
metonimia metáfora exp.genérica
Tabla 29 Número de ocurrencias por cada estrategia semántica según el grupo de edad, porcentajes y
valor p.
Figura 18 Gráfico de mosaico de las ocurrencias por cada estrategia semántica según el grupo de edad.
1 2 3
especialización
metáfora exp.genérica
metonimia
El segundo grupo de edad sigue las tendencias globales del corpus en cuanto a
las estrategias: metonimia, expresiones genéricas, metáforas y especializaciones
Productividad y variación de las estrategias semánticas 247
aparecen en sus datos en este orden de frecuencia. Los informantes jóvenes, por su
parte, muestran unas preferencias distintas en el uso de las metáforas y de las
metonimias. La metáfora es el recurso que más usan. Le siguen las expresiones
genéricas, de por sí muy abundantes en el corpus; las metonimias, que, siendo el recurso
líder del corpus, no son favorecidas por los jóvenes; y finalmente, las especializaciones.
El grupo de más edad muestra particularidades en su preferencia por todas las
estrategias: en primer lugar, favorecen las expresiones genéricas, seguidas de las
metonimias, invirtiendo posiciones, aunque por poca diferencia. Su tercer recurso más
usado es la especialización, para el que son líderes de uso. Finalmente, los hablantes de
más edad muestran una proporción de metáforas significativamente más baja de lo
esperado, muy por debajo de los otros dos grupos. Dos de los recursos son sensibles a
los niveles de esta variable: según se avanza en edad, el uso de especializaciones
aumenta, mientras que decrece el de metáforas.
Tabla 30 Número de ocurrencias por cada estrategia semántica según el nivel educativo, porcentajes y
valor p.
Figura 19 Gráfico de mosaico de las ocurrencias por cada estrategia semántica según el nivel educativo
especialización
exp.genérica
metáfora
metonimia
La Tabla 31 resume los porcentajes de uso de cada estrategia para cada nivel de
los factores. Los resultados significativos de los tests de Ji cuadrado están marcados en
gris. Antes de continuar, comentaré algunos fenómenos emergentes en este punto.
Nótese, en primer lugar, que el fenómeno más variable es la metáfora, que muestra
tendencias significativamente distintas a lo esperado en seis niveles; le siguen la
especialización (variación significativa en tres niveles) y las metonimias (variación con
significación en dos niveles). Las expresiones genéricas, por su parte, se mantienen
dentro de los niveles esperados para todas las variables.
Productividad y variación de las estrategias semánticas 249
Tabla 31 Resumen de la variación de las estrategias según las variables independientes, en porcentajes
Los efectos de estas variables deben ser interpretados con cierta cautela, ya que
algunas de ellas no son independientes entre sí. No obstante, teniendo en cuenta que la
magnitud de las asociaciones es débil, existe cierto margen de confianza para la
interpretación. Si se observa la distribución de la tabla, parece que el comportamiento
de la metáfora está vinculado al de otros fenómenos. Por ejemplo: un menor uso de
metáforas favorece notablemente las expresiones genéricas (grupo de edad 3 y
preguntas acerca de leyes) y viceversa (preguntas de vida cotidiana). El uso de
metonimias también se ve afectado: una preferencia significativa por las expresiones
metafóricas está relacionada con un menor uso de las metonímicas, como se comprueba
en cuatro niveles (hombres, grupo de edad 1, nivel educativo 3, conceptos masculinos;
el primero y último con significación).
Tabla 32 Ocurrencias de cada estrategia semántica según las subcategorías resultantes del cruce de las
variables ‘sexo’, ‘grupo de edad’ y ‘nivel educativo’ (en número y en porcentajes calculados sobre el total de
cada subgrupo).
interpreta cada fila (cada estrategia) y cada columna (cada nivel de variable
independiente) como vectores compuestos por ‘distancias’ y calcula la cercanía 166 de
estos vectores entre sí. Finalmente, proyecta los resultados en un plano con dos
dimensiones. Cuanto más difieran los perfiles de las estrategias entre sí y, por otro lado,
de las subcategorías sociales entre sí, más lejos estarán en el mapa 167, que representa
grados de correlación entre las distintas filas y columnas, en este caso, las estrategias y
las variables sociales. Las dos dimensiones (factor 1 y factor 2) dividen el espacio según
dos ejes. Estos representan algún tipo de característica que acerca o separa los perfiles
compuestos por las filas entre sí y por las columnas entre sí; el análisis de las
distribuciones en el gráfico permite interpretar a qué corresponden esos factores.
166
La medida en que se basa este método es la distancia Ji cuadrado, que garantiza que la
representación de las distancias en el gráfico es la mejor aproximación posible a la correlación
entre filas y columnas (Baayen 2008: 139).
167
Las distancias entre columnas tienen significado, así como entre filas, pero las distancias
entre una fila y una columna no puede ser establecida por este tipo de gráfico.
Figura 20 Gráfico del análisis de correspondencias de los porcentajes de uso de cada estrategia semántica según
0.6
especializacion
H_2_univ
0.4
H_3_prim
H_1_sec
0.2
H_3_univ M_3_prim
metaforaH_1_univ H_3_sec
Factor 2 (28.7 %)
las subcategorías sociales.
H_2_sec
H_2_prim
M_3_univ
0.0
M_1_univ
M_2_prim
expresion.generica
M_1_sec
-0.2
M_2_univ
metonimia
M_3_sec
-0.4
M_2_sec
-0.6
-0.8
Capítulo VI
El grupo de edad se distingue según los dos ejes. Concretamente, tres de los
grupos de jóvenes se encuentran en el extremo izquierdo del gráfico, en el área de la
metáfora (solo quedan a la derecha los jóvenes con estudios secundarios, H_1_sec);
aunque el eje horizontal divide los sexos, las mujeres quedan en el cuadrante inferior.
La ausencia de datos para informantes jóvenes con estudios primarios limita la
comprensión completa de este grupo de edad. Los grupos de edad 2 y 3 están más
mezclados, pero se puede observar mayor presencia del segundo grupo hacia el centro
del gráfico, mientras que varios niveles del grupo 3 se alejan hacia la derecha,
específicamente en el cuadrante superior, en la zona de la especialización.
Los patrones mostrados por los tests de Ji cuadrado se pueden matizar ahora con
el análisis de correspondencias. El sexo y la edad, que obtuvieron resultados
significativos, interaccionan entre sí, por lo que las diferencias entre los sexos se ven
subdivididas a su vez por diferencias según la edad en su uso de las estrategias
semánticas.
Estas dos variables están significativamente relacionadas (ver tabla 25), lo que
implica que no son independientes y, por tanto, sus efectos sobre la variable de
respuesta deben observarse con más detenimiento. En el capítulo anterior se comprobó
que tanto hombres como mujeres muestran patrones similares al expresar conceptos de
su propia sexualidad: más abundantes, más variados, aunque menos específicamente
sexuales. Centrando la atención justamente en este subcorpus de expresiones más
indirectas (ver Tabla 33), se puede comprobar que de nuevo los hombres son
responsables de más ocurrencias de conceptos masculinos (69%), y las mujeres, de
femeninos (67%), con porcentajes muy similares. En este caso, mientras que tanto
hombres como mujeres expresan todos los conceptos femeninos, solo los hombres
expresan todos los conceptos masculinos, mostrando mayor variedad. Las mujeres solo
presentan 34 ocurrencias de conceptos masculinos, frente a 233 de conceptos
femeninos. Como expliqué en el capítulo V, esta abundancia de conceptos femeninos
puede estar relacionada con el cuestionario, pero no únicamente.
Productividad y variación de las estrategias semánticas 255
Tabla 33 Ocurrencias por sexo al que se refiere el concepto según el sexo del informante en el subcorpus
Es difícil discernir si los patrones de los conceptos marcan las tendencias de los
sexos (es decir, si los hombres utilizan más metáfora porque utilizan más conceptos
masculinos) o si las preferencias son efectivamente según los sexos, y el mayor uso de
sus propios conceptos hace parecer que están relacionados con una estrategia. Una
forma de comprobar el orden de estos efectos es dividir el corpus en dos, el de
conceptos femeninos y el de conceptos masculinos, según las cuatro estrategias, para
observar los comportamientos de hombres y mujeres por separado (ver Tabla 34). Si al
tratar los conceptos del sexo contrario, hombres y mujeres mantienen sus propias
estrategias, entonces se podrá afirmar que el sexo de los informantes es lo que motiva la
variación de las estrategias. Si no, se podrá afirmar que las estrategias asociadas al sexo
del concepto son las que marcan la variación, lo que se refleja en el uso de hombres y
mujeres solo indirectamente, por su mayor uso de conceptos propios de su sexualidad.
256 Capítulo VI
Tabla 34 Ocurrencias por sexo al que se refiere el concepto según el sexo del informante y las estrategias
Conceptos Conceptos
femeninos masculinos
Hombres n % n %
especialización 28 25 13 17
expresión genérica 24 21 22 29
metáfora 29 25 31 40
metonimia 33 29 11 14
Total 114 100 77 100
Mujeres n % n %
especialización 33 14 4 12
expresión genérica 71 30 14 41
metáfora 43 18 13 38
metonimia 86 37 3 9
Total 233 100 34 100
Sobre los datos de la tabla, elaboro un gráfico de mosaico que permite visualizar
los subcorpus de conceptos femeninos y masculinos en dos bloques (Figura 21). Cada
subcorpus está dividido proporcionalmente según el uso de los informantes de cada
sexo, con lo que se ve claramente que tanto hombres como mujeres producen más
conceptos de su propio sexo. A su vez, el total de ocurrencias de cada corpus por cada
sexo se subdivide según la proporción de estrategias.
168
Test de independencia apto para tablas de contingencia con tres variables, a diferencia
del test de Ji cuadrado que se aplica a tablas con dos variables.
Productividad y variación de las estrategias semánticas 257
Figura 21 Gráfico de mosaico de las ocurrencias de cada estrategia semántica por sexo del concepto
Parece ser que ciertas estrategias están más asociadas a los conceptos de cada
sexo (conceptos femeninos metonímicos, conceptos masculinos metafóricos). De nuevo,
hombres y mujeres parecen actuar de forma similar frente a los conceptos de su propia
sexualidad, ya que en ambos casos lideran el uso de las estrategias semánticas más
asociadas a los conceptos de su propio sexo.
6.5. Interpretación
conceptos
sexuados
estructuración estructuración
directa indirecta
expresiones
metonimias metáforas especializaciones
genéricas
A partir del cruce de los datos lingüísticos con las variables independientes
(‘tema’, ‘sexo del concepto’, ‘sexo’, ‘grupo de edad’ y ‘nivel educativo’), emergen
algunos patrones en el uso de tres de las estrategias. La excepción son las expresiones
genéricas, ya que, a pesar de su abundancia (29%), su variación de un nivel a otro de las
variables independientes no alcanza significación en ningún caso. Por su frecuencia y
homogeneidad, este fenómeno parece ser considerado adecuado por todos los
informantes, para todos los temas y todos los conceptos. Se trata, pues, de una estrategia
generalizada para la expresión del tabú en el discurso oral y la situación de entrevista,
cuya interpretación solo es posible en contexto (ejs. 27-29):
(28) ‘órgano sexual femenino’: pues es que se lo ponen al... o sea / le quitan el p- pero
vamos / y dicen que queda bien y tal / y si para ellas / pues se realizan mejor / ¿por qué
no? / [MAD12]
(29) ‘pene’: pues en... en lo- ¿la operación de cambio de sexo? / sí / me imagino que es
eh... bueno / pues lo del tema de las hormonas / para que le salga el pecho / mm... si es
eh... chica / bueno / pues la tendrán que operar / la tendrán que quitar y... y ponerle eso /
¿no? / [PT02]
Los demás fenómenos están sujetos a variaciones en relación con las variables
independientes incluidas en el análisis. La metonimia varía con el sexo del concepto y el
sexo del informante; la especialización, con el tema y el sexo; y la metáfora, con el
tema, el sexo del concepto, el sexo del informante y el grupo de edad. Los efectos de
estas variables en la expresión indirecta de los conceptos sexuados hacen emerger
patrones de complementariedad (ver Tabla 31) entre algunas de estas estrategias, que
ayudan a entender mejor el papel de cada una de ellas. En primer lugar, la metáfora y la
metonimia son complementarias en cuanto a su variación con el factor conceptual ‘sexo
del concepto’ que apunta a conceptualizaciones distintas de las realidades de uno y otro
sexo. Además, estas dos estrategias son sensibles a las variables de forma opuesta: los
hablantes que prefieren las expresiones metafóricas (los hombres, los jóvenes y los
universitarios, estos últimos sin alcanzar significación) no favorecen el uso de la
metonimia. En segundo lugar, la metáfora y la especialización muestran tendencias
opuestas con respecto al tema, de forma que, con las preguntas de leyes, las metáforas
disminuyen y las especializaciones aumentan, y viceversa; lo que parece un indicio
claro de un afianzamiento distinto de ambas estrategias en contextos temáticos distintos.
La comparación con los resultados del capítulo anterior, el tercer objetivo de este
estudio, aclara el significado de estas variaciones.
(30) la- los valores cambian / ¿no? / pero nosotros desde pequeños / siempre se ha...
hemos hablado de este tipo de cosas / típico que... [chasquido] que le quitas la revista
porno al hermano mayor / que está jarto de castigarse el láser / y a ti a lo mejor ni se te
empalma todavía / [RL07]
262 Capítulo VI
(32) órgano sexual masculino: claro / a espectáculos / y entonces claro / “que qué
señores más impresionantes / que qué paquetes / que si tal / que si me ha puesto la
mano / que si- nos-” y a mí es que eso me horroriza / vamos / me horroriza / [EL14]
construidos” en los que representan voces masculinas. De forma muy similar, las
expresiones metafóricas también cumplen la función de índice indirecto en mi corpus
(de masculinidades o posiciones asociadas), cuya importancia sociolingüística se ha
demostrado en otros niveles de lengua169.
(33) ‘estar embarazada’: hay que tenerlo- hay que tenerlo dentro / ¿no? / (()) para
saberlo / pero... creo que viene más que nada también por eso / ¿no? / por el tema de
eh... el ir a abortar / [CR10]
(35) ‘tener menstruación’: porque casi nun- casi ninguna sabe lo que le está pasando
cuando le pasa / ¿sabes? / imagínate qué susto de repente que te pones a sangrar / yo
me imagino que me pongo a sangrar del pito / [GR04]
Las metonimias para ‘vagina’ mediante el adverbio de lugar dentro también son
recurrentes, especialmente en hablantes masculinos (5 de 6), lo que indica la
importancia de la concavidad como característica que los hombres heterosexuales
169
Con los datos disponibles en este subcorpus no es posible discernir en realidad si el
índice traspasa el nivel léxico y es productivo en el nivel semántico. Para ello habría que tener
más ejemplos de diálogos construidos o de discurso referido y comprobar si las expresiones
metafóricas están siempre lexicalizadas (como en huevos o paquete) o si pueden crearse otras
variantes situadas plenamente en el nivel semántico.
264 Capítulo VI
6.6. Conclusiones
En relación con los factores externos introducidos en los análisis (‘tema’, ‘sexo
del concepto’, ‘sexo’, ‘grupo de edad’ y ‘nivel educativo’) también se sacan
conclusiones relevantes para el conocimiento de las preferencias semánticas en
contexto. Las expresiones genéricas no varían: las utilizan todos los informantes para
todos los conceptos y todas las preguntas, por lo que se puede afirmar que se trata de
una estrategia considerada adecuada en general, como ya se había apuntado en análisis
cualitativos sobre su poder eufemístico.
según su sexo, ya que ambos expresan más conceptos de su propia sexualidad, lo que
explica la mayor cantidad de metonimias en el habla femenina y de metáforas en la
masculina.
En cuanto a las variables sociales, los resultados son comparables con los del
capítulo anterior, los informantes que tienden a la expresión específicamente sexual
también actúan de forma similar frente a las estrategias concretas del subcorpus de
expresiones no específicamente sexuales: los hombres, los jóvenes y los universitarios
favorecen el uso de la metáfora. No obstante, en el capítulo anterior se vio que estos
grupos coincidían con el efecto del tema, de tal forma que las preguntas de leyes
también motivaban una expresión más específicamente sexual, por lo que lo vinculé con
una tendencia general hacia una mayor claridad, mediante el ortofemismo. En este
análisis, el comportamiento de los hombres, los jóvenes y los universitarios respecto a
la metáfora no coincide con las peguntas de leyes, que no la favorecen y motivan más
bien las especializaciones. Ello puede introducir ciertas dudas en cuanto a la capacidad
ortofemística u eufemística de la metáfora, no apta para tratar temas más formales.
7.1. Introducción
170
Las cargas ideológicas que pesan sobre el concepto estudiado hacen que, probablemente,
la definición adoptada no pueda ser considerada imparcial por algunos hablantes.
270 Capítulo VII
Como sucede con otros temas políticos, el nombre institucional dado al aborto,
interrupción voluntaria del embarazo, es objeto de debate público, puesto que en él se
ve una forma técnica de ocultar la realidad concreta. Como en otros casos en los que se
debate el lenguaje políticamente correcto, el problema no es la etiqueta en sí, sino las
conceptualizaciones subyacentes.
7.3. Metodología
En ambos corpus, los hablantes y los lectores expresan sus opiniones sobre el
aborto y sobre la ley de 2010. Esta compatibilidad temática permite un marco
interesante para contrastar la variación semántica en dos medios distintos, cuyas
características difieren considerablemente, como se verá a continuación.
El subcorpus oral está compuesto por las respuestas de los informantes a las
preguntas 29, 30 y, especialmente, 31, del Cuestionario para el estudio sociolingüístico
de los conceptos sexuales, creado y recogido para este estudio (Documento 8)171.
171
Para una información más detallada sobre la metodología de recogida del corpus, ver
capítulo IV.
Variación contrastiva del concepto ‘aborto’ 271
Documento 8 Preguntas del cuestionario sobre las que se basa el estudio de caso.
29. Otro de los temas que de los que se ha hablado mucho ha sido la píldora del día
después, que ahora se puede comprar sin receta en la Farmacia. ¿Conoces cómo
funciona esta píldora? ¿Crees que esta medida es positiva o negativa? ¿Por qué?
¿Cuáles crees que pueden ser los problemas?
30. Una de las razones que dio el gobierno para comercializar la píldora del día después
era reducir el número de embarazos no deseados, principalmente en adolescentes. ¿Te
parece una buena medida?
31. La nueva Ley del Aborto ha desatado críticas, ¿sabes en qué consiste la nueva ley?
¿sabes de dónde viene la polémica?
El subcorpus escrito está compuesto por 258 comentarios (unas 22.380 palabras)
de lectores de las versiones digitales de El País y El Mundo a dos artículos sobre la ley
del aborto, respectivamente: el día de la aprobación de la ley, el 24 de febrero de 2010
(108 comentarios) y el día antes de su entrada en vigor, el 4 de julio (150
comentarios)172. Se trata de los dos periódicos de información general más leídos en
España (según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación, 2010).
Tienen orientaciones políticas distintas, lo que presumiblemente permitirá acceder a
ambas posiciones con respecto al aborto.
Los datos recogidos en ambos corpus son todas las variantes de ‘aborto/abortar’,
aunque con ciertas restricciones: las repeticiones inmediatas de un término en el mismo
turno de palabra o comentario, las reformulaciones, las anáforas o las catáforas no se
incluyen en el análisis, ya que su presencia se debe a motivos enfáticos o a
requerimientos sintácticos, más que a diferencias en la conceptualización. Después de
172
El corpus fue recogido en 2010, por lo que los comentarios de los lectores ya no están
disponibles en línea. Los artículos se pueden consultar en: http://www.elpais.com/
articulo/sociedad/Aprobada/forma/definitiva/cambios/ley/aborto/elpepusoc/20100224elpepusoc
_5/Tes; en http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/24/espana/12670 16517.html en
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/05/espana/1278308458.html y en
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Frenar/aborto/reto/nueva/ley/elpepusoc/201
00705elpepisoc_2/Tes.
272 Capítulo VII
aplicar estos criterios, hay 742 ocurrencias de ‘aborto/abortar’, 353 provenientes del
subcorpus oral y 389 del escrito, por lo que sus contribuciones están equilibradas.
7.3.2.1. Directa
(1) ‘aborto involuntario’ (no incluido en el análisis): entonces… creo que también /
en parte… el decir… hombre / yo tuve- una… la hermana de una cuñada mía / abortó-
abortó porque se la estropeó con siete meses / y ella decía “¡joder!” / si es que hay
niños con siete meses que ya … nacen / tienen problemas / pero- pero son una personita
/ [corpus oral, CR10]
(2) ‘aborto/abortar’: [chasquido] es que el tema del aborto / me imagino que depende
de… de muchas cosas / porque / yo ahora mismo / si yo tuviera que abortar / sería una
decisión que tomaría con mi pareja / [corpus oral, CC01]
7.3.2.2. Indirecta
(5) ‘operación’: echamos un polvete sin protección […] y en el peor de los casos,
pastillita u operación tan sencilla como un dolor de muelas […] [Anónimo, El País,
febrero]
(7) ‘problema/solución’: Si algo sale mal... O se soluciona y no se habla más del tema,
o se tiene. [Anónimo, El Mundo, febrero]
(8) ‘hacerse algo’: porque oye / no es justo que una niña de quince o dieciséis años o
diecisiete o dieciocho o hasta… veinte años / que le pueda pasar eso / pues no / ponerse
en manos de cualquiera a hacerse un cosa así [corpus oral, AD05]
(10) ‘experiencia_traumática’: una mujer que decide abortar […] ha pasado por el
infierno y seguramente el infierno nunca la abandonará del todo. [mujer, El Mundo,
julio]
(13) ‘derecho’: Negar este derecho es imponer a una persona unos problemas a favor
de algo que aun no lo es. [Anónimo, El Mundo, julio]
173
Los datos recogidos del corpus en línea se reproducen sin modificaciones ni
correcciones.
274 Capítulo VII
Todos los demás conceptos son fácilmente interpretables dentro del contexto del
aborto; algunos ponen el foco en la faceta médica, en la psicológica o en la moral,
mediante metonimias (‘decidir/decisión’, ‘no_nacer’, ‘no_tener_hijo’) y
especializaciones (‘muerte/matar’, ‘operación’, ‘interrumpir_embarazo’,
‘problema/solución’, ‘experiencia_traumática’ y ‘derecho’) y una expresión genérica
(‘hacerse algo’). La distribución de los conceptos meta es muy desigual a lo largo del
corpus (ver Tabla 35).
Tabla 35 Distribución de las ocurrencias de estructuración indirecta (n=319) según el concepto meta.
7.3.3. Análisis
la variable lingüística con respecto a los factores disponibles en cada uno. Los datos del
corpus oral, más rico en información de los hablantes, me permitirán comprobar la
influencia de las variables sociales (‘sexo’, ‘grupo de edad’, ‘nivel educativo’). La
hipótesis es que los datos de ‘aborto/abortar’ muestran patrones similares a los
encontrados para el resto de los conceptos sexuados (cap. V). Incluyo además una
variable construida discursivamente: la ‘posición ideológica’ de los hablantes,
codificada manualmente como ‘antiabortista’ o ‘proabortista’.
En segundo lugar, estudiaré la variación del corpus escrito en línea con respecto
a sus variables independientes. Al tratarse de un corpus anónimo, las variables que se
pueden incluir en el análisis son solo las deducibles del corpus: la ‘fuente’ (el periódico
en el que escriben sus comentarios los participantes), la ‘fecha’ (de aprobación de la ley
y de entrada en vigor), el ‘sexo’ del participante (hombre, mujer, desconocido) y su
‘posición ideológica’174. Excepto para la variable ‘sexo’, probablemente acorde con los
resultados del corpus oral, no tengo hipótesis claras. Aunque intuyo que las variables
incluidas pueden afectar a la variación semántica –la proximidad con la fecha de entrada
en vigor de la ley, por la inminencia del cambio, y el periódico en el que se comente,
por su posición política– desconozco en qué sentido se darán estos efectos. La
estadística exploratoria permitirá observar estas posibles relaciones.
Una vez estudiados estos dos corpus por separado, uniré todos los datos en un
único modelo de regresión logística de efectos fijos para la variable de respuesta binaria
‘estructuración directa/indirecta’, con las variables disponibles ‘corpus’, ‘posición
ideológica’ y ‘sexo’; para medir su contribución específica a este nivel de variación. El
primer objetivo de este estudio es comprobar cómo influyen dos situaciones
comunicativas opuestas en la estructuración conceptual. Para ello, la variable ‘corpus’
incluye los niveles ‘oral’ y ‘online’.
En una segunda fase del análisis, estudiaré la variación dentro de las expresiones
indirectas para observar las preferencias por unas estructuraciones conceptuales u otras.
Observaré primero la distribución general, para tener una primera idea de la centralidad
de los conceptos origen. Posteriormente, cruzaré estos datos con los factores disponibles
174
La codificación de las variables ‘fuente’ y ‘fecha’ es automática, la de ‘sexo’ y ‘posición
ideológica’ es manual.
276 Capítulo VII
(15) pues… en parte por… por la iglesia / de… como tiene mucho poder ahora mismo
y… influye muchas veces en… ciertos partidos políticos / y… todo eso se le da mucho
bombo a… a la gente / sale en la tele / sale en todos los lados y… y ((como se le))
empieza que si es un asesinato / que… es como si tú matas a una persona / y…
prácticamente por eso / [GP02]
175
El discurso referido es “the reproduction of prior talk in a current interaction” (Clift y
Holt, 2006: 1).
176
No incluyo aquí los fragmentos de diálogos, reales o hipotéticos, en los que la voz
representada es asumida como propia: “y dije / ‘pues yo mira / yo te digo una cosa / yo estaría
rezando todo el día / para que mi hija quisiera abortar’ / o sea que depende de los casos /”
[CM05].
Variación contrastiva del concepto ‘aborto’ 277
Figura 23 Esquema de los corpus utilizados en el capítulo, junto con la variable dependiente estudiada,
Corpus global
Expresiones indirectas
Conceptos origen
Test de Ji cuad. y Fisher
- Corpus
Conceptos origen
- Sexo
Frecuencias
- Posición ideol.
-Posición ideol.
7.4. Resultados
Tabla 36 Número de ocurrencias directas e indirectas en el corpus oral, según cada una de las variables
177
En este subcorpus, las variables incurren en cierta colinealidad, lo que suele pasar al
reducir la cantidad de datos. No obstante la magnitud de los efectos es baja. Por lo tanto, se
puede confiar en el efecto de las variables, aunque teniendo en cuenta que existen ciertas
dependencias, como se puede ver en los resultados del test de V de Cramer:
los conceptos sexuados: los hombres no favorecen las expresiones indirectas; sin
embargo, los hablantes con estudios primarios muestran un uso significativamente
mayor del esperado. Se trata, por tanto, de tendencias que ya aparecieron en el capítulo
V, en el nivel de la estructuración específica o no específicamente sexual de los
conceptos sexuados.
Tabla 37 Ocurrencias según su estructuración, en función del sexo y la edad del informante (valor p <
2.2e-16).
Hombre Mujer
Gr. 1 Gr. 2 Gr. 3 Gr. 1 Gr. 2 Gr. 3
Directa 45 20 33 29 38 70
Indirecta 8 4 8 22 33 25
Total 53 24 41 51 71 95
Tabla 38 Ocurrencias según su estructuración, en función del grupo de edad y el nivel educativo del
178
Indicado para tablas de contingencia de tres variables.
280 Capítulo VII
Tabla 39 Ocurrencias directas e indirectas en el corpus escrito, según cada una de las variables
Para contrastar los dos corpus los combino en una base de datos única cuyo total
de ocurrencias es de 695 (406 directas, 289 indirectas). Es importante recordar que aquí
tampoco incluyo las ocurrencias de discurso referido ya que, al representar posiciones
ajenas, pueden aportar resultados inexactos.
El análisis de estos efectos se realiza mediante regresión logística, que mide qué
factores motivan la preferencia por uno de los dos niveles de una variable de respuesta
binaria, en este caso, las estructuraciones directas de ‘aborto/abortar’ frente a las
indirectas. A diferencia de los resultados que se obtienen individualmente mediante los
tests de independencia, variable por variable, este método permite incluir todos los
efectos simultáneamente en un mismo modelo. Así, calcula cuál de ellos es responsable
de la variación, y en qué medida, teniendo en cuenta todos los factores intervinientes.
Para este caso concreto, incluyo los datos en un modelo con los efectos principales
‘corpus’, ‘posición ideológica’ y ‘sexo’, que no incurren en colinealidades
significativas; y, seguidamente, le añado a este modelo la interacción del ‘corpus’ y la
‘posición ideológica’ (ver Tabla 40). Tras someter a este último a un proceso de
selección automática mediante el criterio AIC (ver detalles en el capítulo V), el modelo
seleccionado conserva los tres factores y la interacción. Esto indica que todos son
necesarios para explicar una mayor cantidad de variación.
Variable Niveles
corpus oral, escrito
posición ideológica antiaborto, proaborto
sexo mujer, hombre
+ Interacción: corpus*posición ideológica
Tabla 41 Resultados de los valores AIC, C, Dxy y R2 para los modelos de regresión logística con efectos
El test de Anova evalúa cuál de los factores incluidos explica una proporción
mayor de la variación en los datos. La Figura 24 representa los resultados del test: la
variable que más contribuye a la variación de estos datos es el corpus, seguido de la
posición, el sexo y la interacción del corpus con la posición ideológica.
Figura 24 Representación de los resultados del test de Anova para los factores incluidos en el modelo de
CORPUS
POSICION
SEXO
CORPUS * POSICION
10 15 20 25
c2 - df
284 Capítulo VII
Los resultados del análisis de regresión pueden observarse en la Tabla 42, que
muestra el efecto de los factores sobre la probabilidad de que la estructuración de
‘aborto/abortar’ sea indirecta. La primera línea de la tabla muestra el intercepto, que
agrupa todos los niveles de base de las variables que no están recogidos en la tabla, es
decir: ‘corpus online’, ‘posición antiabortista’ y ‘sexo desconocido’. Para cada nivel, el
análisis proporciona unos valores, entre los que se encuentran la estimación y el valor p.
La estimación es el efecto concreto que tiene un determinado nivel de un factor sobre la
expresión de ‘aborto/abortar’ mediante una estructuración indirecta: un signo positivo
indica que el nivel motiva su aparición y un signo negativo, que no la favorece. Un
valor p inferior a 0.05 señala que el efecto es significativo, marcado además con
asteriscos para facilitar su localización.
Tabla 42 Resultados del análisis de regresión logística con efectos fijos (principales y una interacción).
Extraído de R.
De los tres niveles de la variable ‘sexo’, las mujeres muestran una tendencia
positiva significativa (0.63) hacia las expresiones indirectas, lo que también es
coherente con los resultados de los análisis para los conceptos sexuados.
El total de 289 expresiones indirectas está repartido entre once conceptos origen
(Tabla 43). En este caso, al tratarse de un solo concepto, trabajaré con la variable
independiente ‘concepto origen’, puesto que todos forman parte de un mismo perfil
onomasiológico conceptual de ‘aborto/abortar’ en estos datos y son, por tanto, variantes
comparables179.
Tabla 43 Distribución de ocurrencias según el concepto origen en el corpus global (sin citas).
179
En el capítulo VI, al trabajar con 21 conceptos meta distintos, la comparabilidad de los
conceptos origen habría sido imposible; por lo que analicé la variación en el nivel más abstracto
de las estrategias semánticas concretas, que permite estudiarlos todos en conjunto.
Variación contrastiva del concepto ‘aborto’ 287
Tabla 44 Resultados del test V de Cramer para el cruce de cada variable independiente.
corpus sexo
sexo 0.681 -
posición ideológica 0.482 0.474
escrito oral
antiaborto escrito proaborto
proaborto antiaborto oralproaborto
antiaborto
desconocido
desconocido
hombre
hombre
mujer
mujer
distribución es distinta de lo esperado según los niveles de las variables. Todas están
significativamente asociadas con la distribución de los conceptos origen (ver valores de
p, abajo), pero la variable que tiene un coeficiente de asociación mayor con la variación
del concepto meta es la ‘posición ideológica’, seguida del ‘corpus’ y del ‘sexo’, cuya
asociación es débil (Tabla 45).
Tabla 45 Significación (valor p) y magnitud de los efectos de las variables independientes sobre la variable
Tabla 46 Distribución de los conceptos origen según el sexo (en cifras y prcentajes) y valor p.
Tabla 47 Distribución de los conceptos origen en cada subcorpus (en cifras y porcentajes) y valor p para
cada nivel.
Hasta ahora se ha visto que el corpus oral no favorece las expresiones indirectas,
pero en este nivel de análisis se comprueba, además, que esta tendencia se intensifica en
el caso de ‘muerte/matar’ y ‘no_nacer’, que son muy escasas. En contraste, dos
conceptos son más abundantes en el corpus oral, ‘interrumpir_embarazo’ y
‘problema/solución’, aunque las diferencias son algo inferiores. Por otra parte, algunos
conceptos solo están presentes en uno de los dos corpus. El más notable es el caso de la
expresión genérica ‘hacerse_algo’, que aparece 16 veces en el corpus oral y ninguna en
el escrito. Como ya observamos en el capítulo anterior, las expresiones genéricas para
los conceptos tabú son muy abundantes en el discurso oral, lo que se demuestra de
nuevo en este caso. Dos casos menos marcados son ‘no_tener_hijo’ y ‘derecho’, que
solo están presentes en el corpus escrito. Estos, a diferencia de la expresión vaga
‘hacerse_algo’, tienen mayor carga semántica y contribuyen a la variedad de conceptos
origen del corpus del foro.
Tabla 48 Distribución de los conceptos origen según la ideología (en cifras y porcentajes) y valor p para
cada nivel.
Figura 26 Gráfico de barras. Distribución de los conceptos origen según la posición ideológica (en
porcentajes).
100%
90%
80%
derecho
70% no_tener_hijo
experiencia_traumática
60% no_nacer
Londres/inglés
50%
hacerse_algo
problema/solución
40%
interrumpir_embarazo
operación
30%
decidir/decisión
20% muerte/matar
10%
0%
proaborto antiaborto
En primer lugar, cabe destacar que los proabortistas muestran una mayor
variedad conceptual, puesto que utilizan diez de los once conceptos origen, frente a los
antiabortistas, que se centran en ocho. De los conceptos presentes en ambas posiciones,
varios niveles son significativos, indicando su vinculación a una posición u otra. Los
antiabortistas favorecen el concepto origen ‘muerte/matar’, que supone el 74% de sus
ocurrencias. También utilizan más ‘no_nacer’, aunque sin significación. Por su parte,
los proabortistas muestran preferencias significativas por ‘decidir/decisión’ (35%),
‘operación’ (15%), ‘interrumpir_embarazo’ (13%) y ‘hacerse_algo’ (8%). También
presentan porcentajes de uso más altos para las especializaciones ‘problema/solución’ y
‘experiencia_traumática’, aunque no significativos. Además, son los únicos que utilizan
Variación contrastiva del concepto ‘aborto’ 293
Esta distribución indica que existen dos perfiles conceptuales muy distintos
según la ideología: los antiabortistas conceptualizan el aborto como ‘muerte/matar’, que
es responsable de su tendencia a la estructuración indirecta casi por sí solo, según
resultó del análisis de regresión logística. Los proabortistas, por su parte, cuando
expresan el concepto de ‘aborto/abortar’ a través de otras categorías lo hacen de forma
más dispersa, repartiendo sus ocurrencias entre varios conceptos; aunque dominan los
conceptos ‘decidir/decisión’, ‘operación’ e ‘interrumpir_embarazo’ y el uso exclusivo
de ‘Londres/inglés’, ‘no_tener_hijo’ y ‘derecho’.
Estos conceptos parecen ser propios de dos discursos distintos, pero por ahora es
difícil afirmar si han adquirido un grado de afianzamiento suficiente para servir de
índices ideológicos. Una forma de comprobarlo es analizar si los hablantes de cierta
ideología reconocen la relación de esos conceptos con la opuesta. Por ejemplo, si un
proabortista reconoce la vinculación de ‘muerte/matar’ con el discurso antiabortista, se
podría afirmar que ese concepto origen ha adquirido el grado de índice. A continuación
analizo las ocurrencias que he dejado aparte hasta ahora, las incluidas en discurso
referido, para observar qué conceptos utilizan los hablantes de cada posición ideológica
cuando reproducen el discurso de los contrarios.
proabortistas antiabortistas
Estructuración (citando a (citando a Total
antiabortistas) proabortistas)
directa 9 8 17
indirecta 22 8 30
Total 31 16 47
Tabla 50 Distribución de las ocurrencias incluidas en fragmentos de discurso referido, según el concepto
Figura 27 Gráfico de barras. Distribución de los conceptos origen usados por proabortistas y
25
20
15
10 proaborto
antiaborto
7.5. Interpretación
los antiabortistas.
180
Las representaciones gráficas wordclouds provienen del programa en línea Wordle
(http://www.wordle.net/). Este permite representar proporcionalmente la frecuencia de las
palabras en el corpus que se le proporcione; en este caso, la lista total de codificaciones según el
concepto meta para cada ideología.
298 Capítulo VII
(16) Bajo valores de ‘ética’ la sociedad no puede decir por la mujer. Tener o no tener
hijos tiene que ser sólo responsabilidad del individuo... Basta ya de valores e ideas del
siglo XIX! [Anónimo, El Mundo, julio]
181
Nótense los paralelismos con los marcos de política moral analizados por Lakoff en
Estados Unidos como el del Padre Protector (modelo de izquierdas) y el del Padre Estricto
(modelo conservador) (Lakoff, 1996).
Variación contrastiva del concepto ‘aborto’ 299
Figura 29 Representación gráfica (wordcloud) proporcional de los conceptos presentes en el discurso de los
proabortistas
182
En la Web: www.derechoavivir.org. (Consulta: 20/09/2013).
300 Capítulo VII
Las funciones del discurso referido en este corpus son similares a las
reconocidas en la bibliografía. Primariamente, sirve para identificar los discursos de
otros a partir de una recreación sin intenciones de veracidad, sino de prototipicidad, para
que las palabras de un hablante individual sirvan de epítome del grupo (Buttny, 2004).
Simultáneamente, el discurso referido de este tipo sirve también para cuestionar las
Variación contrastiva del concepto ‘aborto’ 301
posiciones representadas (Kiesling, 2004); en este caso, muy claramente, a través de sus
conceptualizaciones.
(19) El aborto es lo peor que le puede pasar a una sociedad y especialmente a las
madres que matan al hijo que llevan dentro. Luego pasan el resto de su vida como si
fuese una pesadilla pensando cómo sería su hijo, cuantos años tendría y a qué se
dedicaría. Ayudemos a las madres, fomentemos la natalidad y acabemos con la lacra del
aborto. Nadie nos puede negar el derecho a vivir. [Anónimo, El Mundo, febrero].
Es importante tener en cuenta, además, que los comentarios del corpus escrito
están enfocados exclusivamente hacia el tema del aborto y que la participación en el
foro es voluntaria. En consecuencia, es lógico suponer que las personas que escriben
302 Capítulo VII
tienen, de por sí, una implicación considerable, moral o política, con el tema en
cuestión. Bien sea por celebrar la ley, o por el agravio que les supone, los participantes
en el foro se han tomado su tiempo para participar en un debate abierto, mientras que
los informantes del corpus deben improvisar en sus respuestas. En definitiva, las
estrategias semánticas en la comunicación oral y en la comunicación escrita son
distintas frente al concepto de ‘aborto’, porque tanto el grado de implicación como el
medio y las circunstancias en que se expongan las opiniones influyen en el tipo de
recursos lingüísticos y, por consiguiente, en la contundencia de las posiciones tomadas.
7.6. Conclusiones
Localmente, los resultados del corpus oral me han permitido confirmar dos
observaciones previas: primero, existe una tendencia ortofemística de conjunto en las
respuestas al bloque de preguntas de leyes que contribuye a la creación de estilos más
formales. Ello se materializa no solo por la preferencia por la expresión directa, sino
también por el concepto institucional, ‘interrumpir_embarazo’. En segundo lugar, se
comprueba de nuevo que los patrones de variación son coherentes con los observados
en los capítulos V y VI, tanto en las variables macro como en las microsociales.
posteriori, para dar cuenta de la variación en medios como el oral donde el alto grado de
variabilidad y de vaguedad no son aptos para métodos automatizados. La propuesta se
basa en métodos de recogida de datos que permitan tener un conocimiento directo de los
discursos estudiados: trabajo de campo y entrevistas, como en Sociolingüística. Así,
además, se pueden controlar las variables externas que se quiere introducir en el análisis
y no dejarlas al azar de los corpus disponibles en línea (Heylen et al., 2008: 101). En
cuanto al análisis, la propuesta se basa en una metodología mixta que incluya
herramientas cualitativas, para el análisis y la clasificación, y cuantitativas, que
permitan estudiar la prominencia de las estrategias semánticas en relación con aspectos
conceptuales y contextuales (Geeraerts et al., 2010: 11). Para ello, las técnicas
multivariantes analizan el peso específico de los distintos factores. La interpretación de
los resultados tiene como fin explicar el significado de la variación semántica en
términos de su poder indexical (Eckert, 2009: 27), por lo que se debe suavizar el papel
de las grandes categorías sociales. Situar los fenómenos lingüísticos dentro de su
utilidad para la práctica estilística conlleva aplicar un enfoque cualitativo sobre los
resultados estadísticos. Se debe interpretar la indexilidad indirecta de las variantes
semánticas, es decir, cómo contribuyen a la toma de posiciones discursivas, vinculadas
con ciertos tipos sociales que a su vez se relacionan con las categorías
macrosociológicas.
OE2: Desde el inicio del estudio del tabú se percibió que una parte esencial de
las prohibiciones era el componente lingüístico, ya que existía un tabú de palabra
(Frazer, 1932; Malinowski, 1962). El tabú lingüístico es un fenómeno por el cual
algunos conceptos se categorizan como interdictos o problemáticos en ciertas
circunstancias (Casas Gómez, 2009). A pesar de la confusión en la bibliografía acerca
de la naturaleza del tabú, en ocasiones considerado como léxico, varias de sus
características no dejan lugar a duda de su naturaleza semántica (Uría Varela, 1997): en
primer lugar, las prohibiciones recaen sobre conceptos que remiten a realidades
marcadas, constitutivas de su cultura en cuestión (Andersson y Trudgill, 1992), y se
sitúan por lo tanto en un plano más profundo que el de las formas. En segundo lugar, los
tabúes que parecen meramente léxicos en sincronía son, probablemente, fósiles de un
origen conceptual en diacronía (García Mouton, 1987). En tercer lugar, la
multiplicación de formas de expresión típica del tabú indica que existe un concepto
problemático, más que una mera forma léxica problemática sustituible. El tabú puede
tener causas variadas (miedo, pudor, respeto) dependiendo de las situación
comunicativa. Además, es variable de una sociedad a otra, e incluso en una misma
sociedad no todos los tabúes tienen el mismo grado de prohibición; lo que viene
marcado por ideologías lingüísticas (Andersson y Trudgill, 1992: 49). Las normas que
rodean al tabú se adquieren desde la infancia, incluyendo las circunstancias en que su
uso está permitido y donde cumple diversas funciones (humor, rebeldía, agresión,
Conclusiones finales 311
intensificación, etc.), debido a su alta carga afectiva (Jay, 2009:154). En el discurso, las
connotaciones negativas del concepto tabú pueden atenuarse mediante el eufemismo,
subrayarse, mediante el disfemismo, o comunicarse de forma neutra, mediante el
ortofemismo; situando la expresión en algún punto del continuo x-femístico (Allan y
Burridge, 2006: 29). Mientras que las expresiones disfemísticas y ortofemísticas son
más estables (Casas Gómez, 1986: 91), el eufemismo se caracteriza por su desgaste
(Uría Varela, 1997: 9), aunque, debido a su naturaleza pragmática, la interpretación de
cualquiera de ellos depende absolutamente del contexto (Galli de Paratesi, 1964). Esto
da lugar a fenómenos mixtos como eufemismos disfemísticos o disfemismos
eufemísticos (Casas Gómez, 1986; Crespo Fernández, 2007; Uría Varela, 1997). Los
recursos lingüísticos al servicio de estos fenómenos se sitúan en todos los niveles de la
lengua (Casas Gómez, 1986: 91; Galli de Paratesi, 1964). En el plano semántico
destacan la metáfora, la metonimia, la expresión genérica, la perífrasis, etc., aunque con
cierta variación de unos autores a otros. La escasez de estudios empíricos, y
especialmente cuantitativos, hace que no se tenga una idea clara de la productividad de
estos fenómenos en el uso real.
OE3: Los problemas del estudio del tabú están muy vinculados al vacío
semántico en Sociolingüística (confusión entre naturaleza léxica y semántica, falta de
cohesión en el estudio de las facetas pragmática y semántica, y tratamiento disgregado
de las distintas formas de expresión, que deriva en carencia de datos sobre su
productividad). La coherencia de la teoría del tabú con la Sociolingüística Cognitiva de
la Tercera Ola permite una reformulación en términos de esta propuesta, sin necesidad
de crear una ad hoc. El tabú es obviamente un fenómeno social pero también cognitivo,
que se manifiesta en una categorización de ciertos conceptos como problemáticos (casa
Gómez, 2009). Estos, además, presentan efectos de prototipicidad, puesto que no todos
son igualmente tabú para todos los hablantes, ni en todas las culturas ni épocas (Jay,
2009: 154). Por tanto, el tabú es flexible y dinámico. Su expresión se estructura a lo
largo de un continuo x-femístico, aunque la infraespecificación de su significado
(semántico, social) requiere de una interpretación en contexto, donde se manifiesta
plenamente. El estudio del tabú en términos de su variación onomasiológica conceptual
permite reunir todas sus posibilidades de expresión en un mismo modelo
(independientemente de su polaridad y de los recursos concretos). La aplicación de una
metodología basada en corpus reales con información extralingüística como la de la
312
El tercer objetivo de esta tesis era crear un corpus oral centrado en el campo de
la sexualidad con hablantes madrileños. El corpus debía solventar algunos problemas
generales propios de las variables semánticas, como la baja frecuencia de aparición
típica de los conceptos, sobre todo en comparación con las variables fonéticas, y
conseguir un cierto grado de inconsciencia, incompatible con métodos de elicitación
directa. A estos se les suma un problema específico de los conceptos sexuales que, por
soportar el peso del tabú, son parte de temas incómodos tanto para los entrevistadores
como para los informantes, que algunos manuales recomiendan no tratar. La situación
cara a cara, no obstante, es un medio en el que los hablantes deben resolver
espontáneamente cómo referirse al tabú, por lo que su investigación merecía ser tratada.
OE1: Los materiales disponibles de corpus orales son escasos, ya que recogen
habitualmente temas generales. La escasez de datos hace necesaria la combinación de
materiales muy diversos para poder obtener un corpus suficiente. El problema principal
que se deriva de esto es que la información social necesaria no siempre está presente, lo
que afecta directamente a la inclusión de variables independientes en el diseño del
estudio sociolingüístico.
educativas muestran una voluntad explícita de claridad frente al tabú. En segundo lugar,
además de las tendencias sociales y contextuales que de hecho existen en cuanto a la
variación semántica, el estudio permite matizar la afirmación de que la sexualidad
femenina está más tabuizada que la masculina (Allan y burridge, 2006). En estos datos,
no se puede confirmar ese resultado. Más bien, si atendemos a la preferencia por la
expresión indirecta, los conceptos sexuados más interdictos son los que se refieren a
procesos fisiológicos frente a partes del cuerpo (debido al tabú que pesa sobre los
fluidos) (Leach, 1964: 38). A su vez, dentro de las partes del cuerpo, son los conceptos
referentes a las partes internas frente a las externas los que tienden a expresarse
indirectamente, hecho que explico tentativamente por una mayor abstracción de estas
realidades, por ser menos visibles, que puede llevar a una menor especificidad.
Finalmente, he observado en estos datos que tanto mujeres como hombres tienen un
comportamiento similar frente a los conceptos de su propia sexualidad: ambos expresan
los conceptos propios más frecuentemente, con una mayor variedad de conceptos meta,
pero ambos son más indirectos. A pesar de que este resultado pueda parecer
sorprendente, lo he relacionado con el “efecto de especialista” (Cruse, 1977: 163),
según el cual el grado de conocimiento y familiaridad con estos conceptos haría
innecesaria una mayor inversión semántica.
La interacción del sexo del concepto y el sexo del informante permite observar
que las preferencias de hombres por metáforas y de mujeres por metonimias está ligada
a la abundancia de conceptos de su propia sexualidad en sus discursos, siendo los
conceptos masculinos más metafóricos y los femeninos más metonímicos en el corpus.
Estas tendencias parecen estar afianzadas, ya que en los fragmentos de discurso
referido, las mujeres utilizan la metáfora para representar las voces de hombres y
viceversa.
M_1_univ: mujeres del primer grupo de edad con estudios universitarios, etc.) cuyo
comportamiento semántico investigo mediante un análisis de correspondencias. El mapa
resultante muestra una división clara según el sexo y algo menos marcada según la
edad. Todos los hombres se sitúan en los dos mismos cuadrantes, en el área de la
metáfora y la especialización; y todas las mujeres en el área de la expresión genérica y
la metonimia, excepto dos grupos de mujeres mayores que están en el área de los
hombres que tienden a la especialización. Además de este grupo, que ya destacó en el
capítulo anterior, en este nivel del análisis emerge otro bloque muy compacto de
hombres, esta vez, en torno al área de la metáfora. Debido a la naturaleza coloquial de
sus estilos comunicativos, a cuya creación contribuyen metáforas casi disfemísticas, he
interpretado su comportamiento lingüístico como un código masculino, relacionado con
cierto prestigio encubierto (Kiesling, 2004; Trudgill, 1972).
automática, sino que aspira a obtener todas las posibles ocurrencias en un corpus.
Además, el lado positivo de esta dedicación a cada ocurrencia es que permite un
conocimiento profundo de los datos. La segunda crítica que se le puede hacer a este
proceso de selección de ocurrencias es que depende de la interpretación del
investigador, ya que no cuenta con un criterio objetivo para determinar que las
ocurrencias sean de hecho variantes de la misma variable (como imágenes u otra
información independiente) (Geeraerts et al. 1994). Aunque no hay ninguna solución
objetiva para un corpus oral de este tipo, en mi trabajo he propuesto la aplicación de un
cuestionario fijo que permita usar cada pregunta como contexto de la variable, que he
introducido en el análisis como información independiente. Reconozco las críticas que
se le pueden hacer a este tipo de entrevistas desde posiciones lingüísticas de corte
etnográfico o antropológico (por ser demasiado cerradas, por ser demasiado abruptas,
por no recoger el habla real…), pero este estudio no ha pretendido nunca ser un análisis
de cualquier tipo de situación comunicativa distinta de la que se recoge en el corpus.
Los estudios de caso confirman que, tanto la propuesta teórica global como la
metodología mixta diseñada para el análisis onomasiológico conceptual, son
funcionales para el análisis de datos tradicionales de la Sociolingüística, como los
obtenidos en entrevista, con resultados reveladores en términos de las variables
utilizadas. La introducción de variables microsociológicas (posiciones, ideologías), que
necesitan de por sí un análisis previo para su codificación, también requieren más
tiempo que variables codificadas automáticamente. No obstante, como se ha podido
comprobar, explican una parte importante de la variación, por lo que la inversión
merece la pena. En definitiva, una teoría no esencialista e interdisciplinar y la
combinación de metodologías cualitativas y cuantitativas consigue abordar con éxito
fenómenos de significado que no entran bien en marcos menos flexibles.
conceptos tabú, sino que se vincula más con la creación de discursos más coloquiales.
Se confirma, por otra parte, la importancia de la expresión genérica como mecanismo
muy adecuado a la situación de entrevista, por su capacidad de eliminar una gran
cantidad de contenido semántico (Teso Martín, 1988: 199). Los estudios han permitido
comprobar también la productividad de la metonimia, a pesar de su relativa fuerza
eufemística, ya que en ocasiones la expresión concreta subraya relaciones de
contigüidad basadas en aspectos físicos tabuizados. Finalmente, los datos sobre la
productividad más escasa de la especialización no pueden considerarse completos hasta
que se analice también su repercusión en las expresiones específicamente sexuales,
donde también se pueden encontrar deslizamientos taxonómicos (Grondelaers y
Geeraerts,1998), aunque más difícilmente determinables a falta de un medio externo de
asignación de la referencia.
Por otra parte, este problema del tiempo en la recogida del corpus no es tal si se
tiene en cuenta que nunca he entendido la tesis como un trabajo estanco, sino como el
comienzo de un proyecto mayor que incluye esta tesis, pero que no acaba en ella. En los
últimos años he desarrollado estudios de caso que he presentado en varios congresos;
los que se recogen aquí son solo algunas muestras de las posibilidades que el corpus
ofrece. A la vista del trabajo ya realizado, y parcialmente presentado aquí, y de la
cantidad de ideas para el futuro que he ido anotando a lo largo de estos años, considero
que la inversión de tiempo en el corpus compensa con creces el esfuerzo, ya que abre el
camino para estudios posteriores como los esbozados en el apartado siguiente.
324
con los resultados de análisis automáticos basados en las frecuencias léxicas; lo que
permitiría comprobar si existe una correspondencia entre los usos léxicos y las
estrategias en el nivel semántico, en relación con factores sociales, contextuales y
conceptuales.
En cuanto al estudio del tabú en uso, uno de los objetivos más inmediatos sería
contrastar la variación en el corpus oral con la presente en otro tipo de textos para
observar las diferencias, como he hecho en el último capítulo a través de datos de foros.
Sería especialmente importante comparar los resultados con textos literarios, en los que
se han centrado algunos estudios de tabú, para comprobar hasta qué punto la variación
del tabú difiere. Teniendo en cuenta la renovación constante propia de los campos
semánticos tabuizados, y en particular del campo sexual, esta comparación podría
arrojar luz sobre los mecanismos al servicio de la creatividad lingüística en el lenguaje
cotidiano y su comparación con la creatividad en textos literarios.
En definitiva, aún queda mucho por hacer en el análisis empírico del tabú
lingüístico y también en el estudio de la variación semántica desde una perspectiva
sociolingüística. A través de los siete capítulos de esta tesis, he intentado resolver varias
dificultades teóricas y metodológicas encontradas en el camino, aunque lo cierto es que
solo es el comienzo dentro de un campo de estudio todavía por desarrollar.
326
Aunque me resulta paradójico aportar una conclusión final para este trabajo, que
considero en curso, quisiera terminar destacando que la variación semántica es un
espacio privilegiado para observar el significado social de distintas conceptualizaciones
del mundo, especialmente en el ámbito de la sexualidad, tan ligada a emociones, deseos,
frustraciones e ideologías profundamente arraigadas en nuestra historia personal y en la
de nuestras culturas. Indudablemente, también, por la generosidad con la que todos mis
informantes me abrieron la puerta a ese espacio íntimo y vulnerable, no puedo concluir
esta tesis sin agradecer otra vez su participación y sin defender de nuevo el trabajo de
campo en el estudio lingüístico. Uno de los aprendizajes más rotundos es, finalmente,
que solo se empieza a ser sociolingüista haciendo Sociolingüística, es decir, saliendo del
despacho a la calle. Por mucho que se lea sobre ello, por muchos consejos que se
reciban, la Lingüística de campo tiene mucho de oficio y, como tal, requiere práctica, y
no solo teoría. En este sentido, confío en que mi contribución pueda ser útil y
estimulante para otros sociolingüistas, y que despierte en ellos la curiosidad de
acercarse a la mirilla caleidoscópica del significado, para echar un vistazo a la intensa
vida social de los conceptos.
APÉNDICES
APÉNDICE 1
CUESTIONARIO
DATOS PERSONALES
Nombre
Edad
Situación familiar. ¿Cuántos sois en casa?
Origen geográfico del padre /de la madre/ del cónyuge
Estudios terminados
Colegio en que estudiaste: ¿Religioso? ¿Eres practicante?
Estudios de los padres, Trabajo de los padres
Trabajo actual, Principales trabajos desempeñados
¿En qué nivel de ingresos mensuales clasificarías a tu familia?
(Sin ingresos / Menos de 1000 € / 1000 - 1500 € / 1500 – 2000 / 2000 – 2500 / + 2500)
PREGUNTAS INTRODUCTORIAS
Cuéntame cómo es un día normal en tu vida.
¿A qué dedicas el tiempo libre?
¿Lees revistas o periódicos? ¿Cuáles?
¿Ves la televisión? ¿Qué sueles ver?
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
1. Hace poco se publicó un estudio que decía que el 70% de los programas de televisión
que vemos contienen escenas de sexo; hay gente a quien le parece que se abusa de estas
escenas. ¿A ti qué te parece? ¿Y en los programas que tú sueles ver? ¿Puedes dar algún
ejemplo?
3. ¿Cómo crees que afecta eso a la gente? ¿A los adolescentes, por ejemplo?
5. Cuando estás viendo una película con tu familia, ¿hay algún tipo de escenas
que te parezcan incómodas? ¿Te ha pasado recientemente?
332
6. ¿Qué crees que es mejor hacer en esos casos? ¿Y si hay niños delante y hacen
preguntas?
CAMBIOS SOCIALES
7. Hace años la información que se daba era muy escasa, pero también las relaciones
eran distintas. Alguna gente mayor dice que los jóvenes son más “liberales”, ¿qué crees
que quieren decir con esto?
8. En tu caso particular, ¿ves diferencias con amigos o familiares más jóvenes? ¿Y con
los mayores? ¿Qué opinas de los cambios?
9. Otra de las cosas que más ha cambiado es que ahora no es raro ver parejas de
hombres, ¿Conoces las fiestas del Orgullo Gay? ¿Has estado alguna vez? ¿Puedes
decirme en qué consisten? ¿Qué opinas de que Madrid sea la capital donde se celebran?
10. ¿Has pasado alguna vez por la Casa de Campo o por Montera de noche? ¿Qué has
visto? ¿Qué te parece?
11. ¿En tu barrio hay algún local o algún bar donde haya prostitutas?
12. Se dice que uno de cada tres hombres españoles ha pagado en algún momento de su
vida por sexo, ¿te lo crees?
14. ¿Has oído de alguna mujer que haya ido con “prostitutos”?
17. ¿Crees que hay diferencias entre los hombres y las mujeres en su manera de ver el
sexo? ¿Por qué?
18. ¿Quién crees que habla más acerca de sexo en general, los hombres o las mujeres?
19. ¿Has estado alguna vez en una despedida de soltera? ¿Cómo fue?
20. Se ha estudiado que la pasión no dura para siempre en las parejas, sino más bien al
contrario, ¿qué opinas?
EDUCACIÓN SEXUAL
20. Vamos a hablar ahora de otra cosa. Antes hemos hablado de cuando con las escenas
de sexo en la televisión los niños hacen preguntas. Un poco más tarde van a empezar a
desarrollarse, cambia su cuerpo y pasan a ser adolescentes. ¿Cuándo crees que se les
debe empezar a explicar estos temas a los hijos?
21. ¿Has tenido que explicarle esto a tus hijos/hermanos pequeños…? Si es así, ¿cómo
fue?
333
22. El desarrollo de un niño y de una niña no es igual. ¿Crees que se les debe explicar
de forma distinta? ¿Hay algo que se le explique más a una niña? ¿Y a un niño?
23. ¿Cuáles son las cosas más importantes que crees que deben saber? ¿Un niño? ¿una
niña?
25. ¿Te has encontrado en tu vida con alguna situación para la que te habría gustado
tener más información? Por ejemplo ¿con los cambios del cuerpo en la adolescencia?
LEYES
Vamos a hablar ahora de algunos cambios sociales que ha habido en nuestro país. En
los últimos años, en España se han cambiado las leyes sobre temas relacionados con la
vida sexual.
26. Por ejemplo, el caso de la legalización del matrimonio entre personas del mismo
sexo que provocó mucha polémica, ¿qué te parece? ¿te parece que se ve igual entre
hombres y entre mujeres?
27. Otro de los temas de los que se ha hablado mucho ha sido de la píldora del día
después, que ahora se puede comprar sin receta en la farmacia. ¿Conoces cómo
funciona esta píldora? ¿Crees que esta medida es positiva o negativa? ¿Por qué?
¿Cuáles crees que pueden ser los problemas?
28. Una de las razones que dio el gobierno para comercializar la píldora del día después
era reducir el número de embarazos no deseados, principalmente en adolescentes. ¿Te
parece una buena medida?
29. La nueva Ley del Aborto ha desatado críticas, ¿sabes en qué consiste la nueva ley?
¿sabes de dónde viene la polémica?
30. Se ha propuesto en algún caso que la Seguridad Social pague las operaciones de
cambio de sexo a las personas que lo necesiten. ¿Qué te parece? ¿Sabes o te imaginas en
qué consisten estas operaciones en sí? ¿Podrías intentar explicar la operación de
convertir a un hombre en una mujer? ¿Y de una mujer en un hombre?
31. Como sabes, en muchos barrios de España hay prostitución, y mucha gente se queja.
¿En tu barrio hay por la calle? ¿Dónde?
32. ¿Cuáles crees que son los problemas relacionados con que haya prostitución en la
calle? ¿Cuál crees que sería la solución?
35. De todos los temas que hemos hablado hasta ahora, ¿cuál es en tu opinión el más
importante para la sociedad
APÉNDICE 2
DOCUMENTOS DE
TRABAJO DE CAMPO
Firmado:
DATOS PERSONALES
1. Nombre:
2. Edad:
3. Dirección:
4. Teléfono:
5. ¿Cuántos sois en casa ?
6. Origen geográfico:
-del padre:
-de la madre:
-del cónyuge/ parej a:
5. Estudios de los padres:
6. Estudios ter minados:
7. Colegio en que
estudiaste:
8. ¿Reli gioso?
- ¿Eres practicante?
9. Trabaj o actual:
10.Principales trabaj os
desempeñados:
11. Trabaj o de los padres:
12. Trabaj o de la pareja:
Informe de entrevista:
APÉNDICE 3
TABLA DE INFORMANTES
Ortografía
Mayúsculas
Turnos de palabra
Todo cambio de turno de palabra va encabezado por las iniciales del interlocutor
y dos puntos.
AP: vale / eh hace poco se publicó un estudio que decía que el setenta por ciento de los
programas que suele haber en televisión / el setenta por ciento / contienen escenas de
sexo / ¿a ti qué te parece? / ¿te parece que puede ser… una cifra tan alta? /
Puntuación
Pausas: cuando la persona hace una pausa en la entonación (aunque sea muy
breve), cuando normalmente podríamos uno de estos signos: puntos, comas y puntos y
comas, en la transcripción ponemos barra lateral: /
AP: vale / eh hace poco se publicó un estudio que decía que el setenta por ciento de los
programas que suele haber en televisión / el setenta por ciento / contienen escenas de
sexo / ¿a ti qué te parece? / ¿te parece que puede ser… una cifra tan alta? /
340
Nota: Es diferente de las pausas, porque la frase no es una unidad, no tiene todo
su sentido, y se nota porque la persona baja un poco la voz, o alarga un poco la última
palabra porque está pensando.
AP: vale / eh hace poco se publicó un estudio que decía que el setenta por ciento de los
programas que suele haber en televisión / el setenta por ciento / contienen escenas de
sexo / ¿a ti qué te parece? / ¿te parece que puede ser… una cifra tan alta? /
PT02: claro / mi madre era- en cuanto ve algo ya que están que se están besando y tal /
se va /
PT02: pues entonces bueno pues / pero bueno a mí no me parece mal / [lo que pasa es
que]…
Citas: Cuando citan las palabras de otra persona directamente, se pone entre
comillas: “”
PT02: “ah se me ha roto el condón” / vale / pues ya está / ¿vale? / pero no no ponerse
nada y luego “voy a por la píldora” /
341
Otros sonidos
Para pensar: em y mm
AP: hum /
Palabras incomprensibles
1. Introduction
When I was a kid, my mother was a nurse at a Family Planning Centre and very
often she would come back home and tell us how women named their genitalia. The
information was usually enriched by sociocultural background, like their age or their
geographic origin, which in time awakened in me an unconscious awareness on how
people around me spoke about sexuality and what their expressions told about them,
which was a lot. In time, it evolved into an interest for taboo in general and its
sociolinguistic study in particular. At an early stage, I started formulating questions
about linguistic taboo and encountering several theoretical and methodological
problems that I have tried to solve during these last years. The results are collected in
this paper.
The most central and complex problem to solve is at a disciplinary level. The
research on taboo requires a sociolinguistic perspective that includes external factors in
the linguistic study. It is well-known however that Sociolinguistics left voluntarily aside
the study of the semantic level to focus on phenomena that didn’t imply variation in
meaning (Labov, 1972c). The consequence is a lack of a theory of meaning and of a
methodology to study variation in the expression of concepts (Geeraerts & Kristiansen,
forthcoming; Lavandera, 1978). At the same time, Cognitive Semantics has broadly
344
studied the experiential nature of meaning and has empirically established the links
between semantic variation and several external factors (Geeraerts, 2006a: 26-27). In
order to systematically include the sociolinguistic information into the study of
semantic variation, a theoretical and methodological proposal called Cognitive
Sociolinguistics has recently been defined (Croft, 2009; Geeraerts & Kristiansen,
forthcoming; Geeraerts, et al., 2010; Janicki, 2006; Kristiansen & Dirven, 2008). One of
its aims is to demonstrate empirically the social basis of categorization, in order to
reveal the complex relationships between cognition and the social factors. Despite the
possibilities of such a proposal, a “more sociolinguistic” perspective could be added to
the model, in particular in what regards the inclusion of a microsocial view on variation
(Geeraerts & Kristiansen, forthcoming). This implies understanding variation as
stylistic practice, as in the Third Wave of variation studies (Eckert, 2005, 2009).
The theory of Linguistic Taboo has also been affected by the lack of cohesion
between Lexical Semantics and Pragmatics studies, deriving in some specific problems.
Firstly, the scope of taboo has been somewhat misguided. It is usually considered to be
lexical (Casas Gómez, 1986: 20; Crespo Fernández, 2007: 29; Montero Cartelle, 1981:
15), when it is primarily a phenomenon of linguistic interdiction affecting concepts
considered to be problematic, offensive, indecent, etc. Rather than at the level of words
themselves, the taboo is situated at the semantic level (Uría Varela, 1997: 18). A second
problem is the lack of cohesion in the study of the specific expressions for taboo
concepts in context as variants of the same variable. These expressions may mitigate the
forbidden connotations through euphemism, express it neutrally though orthophemistic
or standardised denominations, or boost the interdicted meanings through the use of
dysphemism. Regardless of their polarity all these options happen along an x-phemistic
continuum (Allan & Burridge, 2006: 29) which is why they should be studied together.
Moreover, the analysis has to take into account the particular pragmatic conditions of
the utterances because their actual meaning is only specified in context (Casas Gómez,
1986, 2009a; Montero Cartelle, 1981; Uría Varela, 1997). Finally, most of the studies
on taboo have worked with written language, which introduces a bias in the results of
the analyses and limits the comparability with spoken language. There are few works on
referential taboo in speech (Danbolt Drange, 1997) and there aren’t available corpora.
At this point little is known about the productivity of its different expressive resources
in oral communication. However this is the medium where the speakers have to deal
345
spontaneously with taboos and decide fast how to utter them. An empirical study is
needed to understand the behaviours towards interdictions.
In this study I deal specifically with sexuality, which inherits all the problems of
taboo studies. But to solve them in this particular case is probably more urgent in this
field that is so central to culture and personality. According to Foucault (1976) sexuality
has experienced a process of “mise en discours”: paradoxically, it is a taboo we
constantly talk about and through which everyone has always the need to tell the truth
about themselves. In this sense, it has an enormous potential for building identities in
discourse. Sexuality is context dependent (Osborne & Guasch, 2003), thus in order to
fully understand its conceptualizations in topics such as abortion, homosexuality,
transexuality or women’s sexual freedom its cultural background needs to be
investigated. In a country like Spain it implies contextualizing sexual discourses
through republics, dictatorships and democracy in its recent history.
1.2. Goals
346
Specific goals:
Second goal:: Apply the previous proposal to Taboo theory and especially to the
study of the semantic resources used to express sexual concepts in oral Spanish.
Specific goals:
347
Third goal: Create a corpus representing the semantic field of sexuality with
Madrilenian speakers.
Specific goals:
In order to achieve the aims set out above, the thesis is divided in two parts. The
first part is mainly theoretical and it revises critically the existing literature on three
subjects. Chapter I sets out the global theoretical framework for the study of semantic
variation in context. For that purpose, I establish a dialog with the most recent cognitive
sociolinguistic research (Geeraerts & Kristiansen, forthcoming). Adapting their research
questions to a sociolinguistic perspective, I defend that Third Wave Sociolinguistics can
contribute to their interdisciplinary model, in particular by focusing more on the
interpretative concepts of ‘stylistic practice’ (Eckert, 2000, 2005, 2009) and ‘indirect
indexicality’ (Ochs, 1992; Silverstein, 2003) that allow revealing the agentive nature of
speakers in discourse. Along these lines, I adopt ‘potential meaning’ (Eckert, 2009: 28)
as a criterion for linguistic variable selection, understood in terms of cultural relevance
348
for the community under study. In Chapter II I justify that linguistic taboo is a very
adequate object of study in terms of that criterion, as it reveals central information about
what societies understand as forbidden (Andersson & Trudgill, 1992; Douglas, 1966;
Frazer, 1932; Trudgill & Hernández Campoy, 2007: 310). After going through the
existing works and their shortcomings, I explain how Third Wave Cognitive
Sociolinguistics could deal with problems such as the reconciliation of the semantic and
the pragmatic facets of taboo and the empirical study of its actual use. In Chapter III, I
go deeper into specific aspects of the semantic field of sexuality, whose contingent
nature and indexical power are recognised in many disciplines, including Linguistics
(Bucholtz & Hall, 2004). Given these features, I focus on the contextualization of
sexuality in Spain in 20th and 21st centuries, in order to understand where the current
discourses come from. Finally I formulate the specific questions for the study of sexual
concepts according to the theoretical proposal of this paper.
The second part is composed of four chapters where the previous theoretical
developments are empirically applied. Chapter IV is an essential part of this study
because it explains the methodology of data collection. There are no specific corpora
about sexuality, as facing the taboo is very challenging both for researchers and
informants. Therefore, I explain the sociolinguistic interview design and the fieldwork
details, assessing critically the problems I encountered and the proposed solutions.
Acknowledging that almost no researchers reveal their secrets in this respect, this
chapter can be an informative contribution to other students. The last three chapters are
analytical and are outlined as case studies. The purpose is not so much to describe the
corpus but to problematize certain aspects of semantic variation, formulate them
through specific hypotheses and address them in the collected corpus. In Chapter V, I
set out a case study based on a subcorpus of sexed concepts (namely, those referring to
biologically masculine or feminine body parts and physiological processes). I
investigate quantitatively whether the choice for a sexual vs. a non-sexual construal
depends on contextual or social factors, by including them in a mixed effects logistic
regression model with two random variables (‘target concept’ and ‘informant’). In
Chapter VI I delve into the non-sexual construals in the previous subcorpus in order to
study the variation of particular semantic mechanisms at play. Through descriptive
statistics (chi-square test, correspondence analysis) I measure their relation to the
independent variables. The results of these case studies show differences with respect to
349
the literature based on written texts. Taking that into account, in Chapter VII I further
study the differences in the expression of the concept of ‘abortion’ among the speakers
in my corpus and those of a written corpus a written corpus of readers comments on the
spanish law of abortion extracted from two online national newspapers. The logistic
regression model allows investigating the influence of the speakers’ ideologies towards
abortion and its interaction with the type of corpus, as well as some other available
factors.
1.4. Methods
In the first part of this thesis, the methodology consists of a critical review of the
bibliography in two main disciplines: Sociolinguistics and Cognitive Linguistics, and
various subdisciplines: Cognitive Sociolinguistics, Lexical Semantics, Linguistic
Taboo, Euphemism and Dysphemism, and Language and Sexuality. Moreover, I have
consulted references on Anthropology, Sociology and History of Sexuality, although
only with a documentary purpose and without critical intentions, as they are out of my
area of expertise. The result has been the creation of an EndNote database with more
than 300 summarised and annotated references. As the majority of the papers are
written in English I have also taken some terminological decisions and contrasted their
validity with other translations. More than a mere descriptive perspective, I have
problematized the gaps in the literature and underlined the relevance of the subject
matter.
In the second part I have used two types of methodological apparatus for the
empirical work: one for the corpus collection and another one for the analysis.
Regarding the corpus I elaborated a fieldwork strategy and an interview collection
method. I developed a fine-grained protocol because I counted on the collaboration of
two interviewers (apart from myself) that I trained regarding aspects such as the
application of the questionnaire and ethical norms for the fieldwork. Finally I
transcribed and edited the 54 interviews that form a corpus of more than a million
words.
After that I apply a quantitative methodology based on logistic regression with fixed
and mixed effects and on descriptive statistics (Fisher test, Chi-square test,
correspondence analysis). The interpretation of the results is enriched with a qualitative
perspective in order to understand the variation in its social and cultural context.
PART 1
On the other hand, Cognitive Linguistics proves that meanings follow the
principle of prototypicality: within categories some are more central and others more
peripheral, located towards the boundaries of the category where they overlap with
adjacent ones (Lakoff, 1987; Rosch, 1978). Opposite to Sociolinguistics, this vision is
framed within a maximalist perspective that defends the omnipresence of meaning at
every linguistic level (Geeraerts, 2006a). In cognitive theory, meaning is flexible and
dynamic, encyclopaedic and linked to every other type of knowledge (embodied and
351
In this proposal, the variable is the concept and the variants are all the formal
and conceptual expressions in a certain corpus. These are usually undeterminable a
priori, especially in contexts that trigger a high degree of variability and vagueness like
spoken language. The model recommends using methods like fieldwork and interviews,
because they give direct access to the studied discourses. They also allow having
control over the external variables included later in the analysis, as opposed to the
random availability typical of other types of corpora (Heylen, Tummers, et al., 2008:
353
101). For the analysis, the proposal relies on mixed methodology combining qualitative
(semantic analysis, classification of observations) and quantitative methods that reveal
the prominence of certain strategies and their relation to conceptual and external factors
(multivariate techniques) (Geeraerts, et al., 2010: 11). The interpretation of the results is
intended to explain the meaning of semantic variation in terms of its indexical power
(Eckert, 2009: 27); therefore the role of macrosocial variables is softened, by shifting
the focus to stylistic practices. More specifically, the goal is to elucidate how semantic
variants contribute to performing certain stances, which in turn index social types,
eventually related to macrosocial structure.
The study of forbidden concepts has suffered the semantic gap typical of
Sociolinguistics, and this has resulted in a lack of cohesion between the pragmatic and
the semantic facets of the taboo phenomenon. In Chapter II, I define the problems of the
Linguistic Taboo theory and propose to solve them by applying a Third Wave Cognitive
Sociolinguistic perspective.
From its origins it was perceived that an essential part of the interdictions system
was the linguistic component, in the shape of word taboos (Frazer, 1932; Malinowski,
1962). Linguistic taboo implies that certain concepts are categorized as forbidden or
354
Taboo may have varied causes (fear, shyness, respect) depending on the specific
communicative situation. Moreover it is variable from one society to the other. Even
within a single society, not every taboo has the same degree of interdiction, depending
on the specific linguistic ideologies at play (Andersson & Trudgill, 1992: 49). The
norms surrounding taboo are acquired in childhood, including the circumstances when
their offensive use is allowed for different functions (humor, rebelliousness, aggression,
intensification, etc.) related to its strong affective load (Jay, 2009: 154). In discourse,
the negative connotations of the taboo concept may be attenuated though euphemism,
underlined though dysphemism, o communicated neutrally through orthophemism,
along an x-phemistic continuum (Allan & Burridge, 2006: 29). While dysphemistic and
orthophemistic expressions are more stable (Casas Gómez, 1986: 91), euphemism is
characterized by strong variability (Uría Varela, 1997: 9). Nonetheless, their actual
interpretation is always dependent on the context, due to their pragmatic nature (Galli
de Paratesi, 1964). This even gives rise to mixed phenomena like euphemistic
dysphemism and dysphemistic euphemism (Casas Gómez, 1986; Crespo Fernández,
2007; Uría Varela, 1997). The linguistic resources used for these phenomena are located
at every level of language (segmental and suprasegmental) (Casas Gómez, 1986: 90;
Galli de Paratesi, 1964). Semantically, the importance of metaphor, metonymy, generic
expressions, periphrasis etc. is usually stressed out. However, due to the scarcity of
empirical studies, especially from a quantitative perspective, there isn’t a clear idea of
the productivity of these strategies in use.
productivity of the different variants) call for a change of perspective. The coherence
with the Third Wave Cognitive Sociolinguistics model (explained in Chapter I) allows
for a reformulation in terms of this proposal, without having to create one ad hoc.
Taboo is obviously a social but also a cognitive phenomenon manifested through the
categorization of certain concepts as problematic (Casas Gómez, 2009b). Interestingly
taboos show prototypicality effects, as not all of them are equally taboo for every
speaker, culture or period of time (Jay, 2009: 154). Therefore, taboo is apparently
flexible and dynamic. The tabooed concepts are construed along an x-phemistic
continuum. Studying taboo in terms of conceptual onomasiological variation allows
gathering all the expressive possibilities in a single model (independently of their
polarity or specific strategies). The application of a usage-based methodology (through
real data and with extralinguistic information) make it possible to deal with the actual
productivity of taboo and its means of expression in discourse, as well as its links to
social, contextual and conceptual factors. In sum, its social meaning and its use for
stylistic practices may be interpreted.
In Chapter III, I introduce sexuality, the specific taboo field I focus on and
which is a central part of life. I discuss the concept from several points of view: its links
to identity, culture, beliefs and many other facets of human existence (OMS, 2006)
make it interdisciplinary by nature. Linguistically, the study of the field of sexuality
inherits the main difficulties of taboo subjects. On the one hand, adequate and available
data are scarce. This has limited the study of sexual taboo or has restricted it to written
language, imposing a bias on the theory (Montero Cartelle, 1995: 431). On the other
hand, there is a division between the studies that focus on sexuality as a semantic field
(Cela, 1989; Dueso, 1995; López Morales, 2005; Montero Cartelle, 1981, 1995, 2010;
Rodríguez González, 2011) and those who study it as a central part of speakers’ identity
(Bucholtz & Hall, 2004; Cameron & Kulick, 2003). Considering the importance of the
discursive component for contemporary sexuality (Butler, 1993; Foucault, 1976), an
integrated linguistic inquiry would be needed so as to observe how the variation in the
semantic field might contribute to discursive identity construction.
356
sexuality in Spain today, we need to trace back its recent history. From the beginning of
the 20th century there’s been an ideological breach in what concerns sexuality between
conservative discourses, linked to Catholic Church, and liberalizing ones. The changes
inaugurated by the Second Republic government (1931-39) on contraception, abortion,
divorce, woman’s sexual freedom, etc. were abruptly cut short by Franco’s dictatorship
(1939-75) (López Sánchez, 2010). The regulation of sexuality, in particular feminine
sexuality (Osborne, 2012b), was a priority for the Francoist regime. There was an
explicit condemnation of extramarital sexual activities and also of those practices not
aimed at procreation; therefore homosexuality, adultery, cohabitation o birth control
were illegal (Blasco Herranz, 1999). In the last years of the Franco period, the regime’s
evolution softened censorship and pressure over social habits: tourism, migration and
sexual liberation ideas coming from the hippy movement and the May 1968 events
made their way (Iglesias de Ussel, 1981: 115). Some social groups were asking for
changes, which eventually arrived during the democratic transition after Franco’s death
in 1975 (abolition of censorship, legalization of divorce, of contraception, and later of
abortion under some circumstances) and afterwards. In the beginning of the 21st, the
Socialist Party in the government (2004-2011) approved a number of strongly
ideological measures, such as homosexual marriage or a time-limit abortion law. The
lack of consensus shows in the opposition from other political groups, but moreover, at
a deeper level, society itself still exhibits disagreements on the understanding of
sexuality. Violence against women, homophobia, prostitution consumption, etc., reflect
that sexuality is still problematic.
PART 2
The second part of this thesis deals with the practical application of the theory to
specific data, starting with Chapter IV, where I explain the details of the corpus. The
collection of taboo concepts poses two types of problems: those derived from semantic
variables in general (low frequency of appearance, utterance at a conscious level) and
those derived from its tabooed nature (uncomfortable topic both for interviewers and
interviewees). However it is in face-to-face situations when speakers have to deal
spontaneously with the expression of taboo, providing an interesting context for the
analysis of linguistic behaviors towards interdiction.
357
Available spoken corpora usually cover very general topics. The scarcity of data
forces the researcher to combine very diverse materials in order to obtain a sufficiently
extended corpus. The main problem about this method is that social information is not
always available, which directly affects the number of independent variables that may
be included in the design of the sociolinguistic study. After considering other
possibilities, the creation of an ad hoc corpus seemed necessary for studying the
variation of sexual concepts.
The target population was the city of Madrid, particularly two socially and
politically opposed districts: Chamberí and Villa de Vallecas. Following the criteria of
PRESEEA (2003), I applied a selective sampling frame, which was stratified by age
groups (20-34, 35-54, 54 and more), sex (women, men), and level of education
(primary, secondary and university studies), with two informants per cell per district (72
informants in total).
358
oneself to the speaker, prevent her/him from digressions or change the topic when it is
needed. The fieldwork ethics is basic in a subject such as sexuality that is extremely
linked to the speakers’ emotional life. This phase of the work was the most gratifying,
without any doubt.
Once the corpus was collected, I analysed the data in three case studies. Due to
the complexity of the corpus, I worked with subsets. In chapters V and VI I focus on a
subcorpus of sexed concepts, namely those that refer to body parts (‘feminine/masculine
sexual organ’, ‘breasts’, etc.) and physiological processes typical of one sex or the other
(‘menstruation’, ‘ejaculation’, ‘pregnancy’, etc.). These concepts meet the criterion of
potential meaning as they allow investigating the experiential nature of semantics both
in its embodied and social facets, because the experience of the body is socially
constructed (Douglas, 1978: 89).
Chapter V investigates the speakers’ preferences for a sexual (direct, ex. vagina)
or a non-sexual construal (indirect, ex. agujero ‘hole’) in relation with social (sex, age
group, level of education), conceptual (sex referred to by the concept) and contextual
factors (topic of the question in the corpus). These fixed variables and their interactions
are analysed with two random variables: the target concept referred to by each
observation (n=21) and the speaker (n=53), so as to account for the individual variation
as well as for possible isolated behaviours of certain concepts. Through a mixed effects
logistic regression model, the results of the analysis allow answering three questions:
Are there social or conceptual patterns in the variation of sexed concept? Is there a
stronger taboo upon feminine sexuality? And in that case, are women also more
euphemistic even when referring to their own sexuality?
First, besides individual variation, some contextual and social patterns arise.
Among the other variables ‘topic’ is statistically the most important: daily life questions
motivate more indirect expressions than law questions, where there is a stronger
359
Second, the study also adds some nuance to the repeated statement that feminine
sexuality is more tabooed than masculine (Allan & Burridge, 2006). In this data, it
cannot be confirmed as such: feminine sexual concepts are not significantly more
indirectly expressed than masculine concepts. Rather, observing the frequency of
indirect expressions, the more tabooed sexed concepts are those referring to
physiological processes vs. those referring to body parts, which is logical considering
the strong interdiction that lies upon bodily fluids (Leach, 1964: 38). In turn, among the
body parts, the concepts referred to internal parts tend more to be expressed indirectly
than external ones. I tentatively explain this by relating it to a more abstract nature of
internal parts, because they are not visible, which may lead to less specificity.
Finally, we may not say that women are more euphemistic when speaking about
their own sexuality. I have observed in this data that both women and men behave
similarly towards their own sexual concepts: they both utter them more frequently and
with a broader variety of target concepts, which would point to a lesser degree of taboo
about one’s own bodily parts and physiology. Surprisingly, though, both men and
women express those concepts more indirectly. In spite of this apparently paradoxical
360
result, I propose to link it with a “specialist effect” (Cruse, 1977: 163): the degree of
knowledge and familiarity towards these concepts of their own sexuality would make it
unnecessary to make a bigger semantic investment.
This first case study develops cohesively a semantic and pragmatic perspective
about linguistic taboo. It shows that the cognitive sociolinguistic methodology achieves
to elucidate patterns of onomasiological variation related to conceptual factors
(physiology vs. body parts) and social and contextual information (topic, sex, age,
education). Importantly, the results show that macrosocial variables are not sufficient to
explain some levels of social meaning, such as the stance taken by older women
towards clarity.
First, I determine the semantic relations that mediate between the target concepts
and the source concepts and I calculate their productivity. Unlike previous studies, I
propose to classify the semantic phenomena under study in four categories: metaphor
(similarity relation), metonymy (contiguity relation, including synecdoche),
specialization (taxonomic relations, broadly speaking, including also relations of
inclusion in more abstract domains) and generic expression (deletion of semantic
content, as in pronominal or adverbial expressions, vague words or ellipsis). In order of
frequency, the most productive are metonymies, generic expressions, metaphors and
specializations. Although the differences are small, it is clear that the importance of
metaphors stated in the literature (Galli de Paratesi, 1964: 41; Grimes, 1978: 19) should
be nuanced.
361
Secondly, I investigate whether the preferences for one strategy or the other are
motivated by the external factors included in the analysis (sex, age group, level of
education, sex of the concept, topic of the question). Their effects upon the dependent
variable reach significance for all phenomena except for generic expressions, despite
being very frequent. Accordingly, this phenomenon seems to be considered adequate by
all speakers in all contexts, which points to a very euphemistic nature. For the rest, men,
university informants and younger speakers (though these don’t reach significance)
favour the use of metaphor instead of other strategies. Women prefer metonymies,
among which the pattern ‘part for whole’ is particularly abundant (where the ‘part’ is a
physical feature, sometimes a tabooed one, as in ‘blood for menstruation’). This
suggests that the bodily experience of certain facts thwarts the power of taboo. The
conceptual variable ‘sex of the concept’ also has an influence upon the strategies, so
that masculine concepts tend to be expressed through metaphors whereas feminine
concepts are rather expressed by metonymies. The influence of the topic shows in a
bigger presence of specializations in the questions about law, and metaphors on those
about daily life, which may indicate the inadequacy of this phenomenon to formal
topics. Some of the variables are slightly collinear, so I investigate the joint effects of
some of them on the semantic strategies. The interaction of sex of the concept and sex
(of the informant) indicates that men’s preference for metaphor is linked to the
abundance of masculine concepts (more metaphoric) in their discourse.
362
male communication code related to covert prestige (Kiesling, 2004; Trudgill, 1972).
Interestingly, when women quote men discourses they tend to include these colloquial
metaphors in the reported speech, showing a degree of awareness about the
entrenchment of this semantic strategy in certain masculine styles.
Finally, the third research question inquired about the comparability of these
results with those of the previous chapter at the level of sexual vs. non-sexual
construals. Some of the patterns found in Chapter V also emerge in this one: speakers
who showed a tendency towards specificity also prefer metaphors (men, young
speakers, and informants with university studies). In the previous chapter I interpreted
the result as a tendency towards orthophemism, confirmed by the fact that these
preferences coincided with the effect of the questions about laws, where informants
usually tend to formality and clarity. However, at this level of semantic variation, the
questions about laws disfavour notably the use of metaphors, which allows thinking that
this strategy is associated with more informal types of communication, not adequate for
this block of questions. Apart from this, the results for older women are also
comparable. Again, they behave differently from the rest of the women, but in this case,
not differently from their age group, as older men share their preference for
specialization.
In short, through these two case studies two conclusions might be drawn: first, in
what respects the theory of linguistic taboo, it may be stated that not all semantic
strategies are equally productive nor meaningful from a sociolinguistic point of view. In
particular through this analysis the euphemistic capacity of metaphors seems doubtful,
whereas that of generic expressions shows clearly. Secondly, it is evident that, at least at
these two levels, semantic variation is rich on social and contextual information. At the
level of sexual vs. non-sexual construals as well as at that of particular semantic
strategies, speakers take stances linked to their ideologies and identities in the
interactive context of the interview. Certain strategies are so entrenched that they may
be used as indexes. This may be observed in the fragments of reported speech, when
speakers use them consciously in their representation of voices (like metaphors in men’s
discourses enacted by women).
363
The first research question focuses on how the concept varies with social factors
within each corpus. In the spoken corpus, the tendencies are similar to those of chapter
V: men and informants with university studies prefer direct expressions, as also do the
groups of older women (while women in general tend to indirectness). The ideological
position doesn’t reach significance in this corpus. On the other hand, in the written
corpus out of the few available social factors (‘source’, ‘date’, ‘sex’, ‘ideological
position’) only the latter affects significantly the variation: people who are pro-abortion
tend to use direct expressions and those who are anti-abortion favor indirect
expressions. When putting together all the data in a global model for a logistic
regression analysis, ‘corpus’ arises as the most important variable, specifically in the
sense that spoken corpus favors direct expressions, pointing to the fact that
communication varies considerably depending on the medium. The tendencies of anti-
abortion supporters (as in the written corpus) and women (as in the spoken corpus)
towards indirectness also show in the global model.
364
Finally, the comparison of the two different corpora proves that semantic
strategies vary from one to the other. As for the rest of the previously studied concepts,
the spoken corpus favors the orthophemism ‘aborto’ (abortion) and the institutional
expression ‘interrupt pregnancy’ (from the legal text), which proves that the interview
elicits more formal styles when talking about the law. Furthermore, the generic
expression ‘do something to one self’ only happens in the interviews corpus, which is
coherent with the findings in chapter VI, where it was proved that generic expressions
are very productive in spontaneous communication. On the other hand, the comments in
the written corpus are more rhetorical and emotionally loaded, as shows in the high
frequency of the taboo concept ‘kill/death’, very scarce in the spoken corpus. The
situation of anonymity and the possibility of elaborating the written comments favor a
different type of communication. In short, the results of the analyses prove the existence
of differences in the semantic strategies (at both levels of variation) depending on the
corpus. This finding is extremely important for Linguistic Taboo, which has usually
been studied in written texts. According to the data, it is impossible to generalize the
findings of one medium to the other: more empirical studies are needed in order to
know more about the strategies in oral discourse.
365
3. Conclusions
This thesis contributes to the study of the semantic variation of sexual concepts,
from a cognitive sociolinguistic perspective enriched with the findings of the Third
Wave of variation studies. For that purpose I have carried out a four-year project
divided in very different phases, which has required very heterogeneous tasks. The
result is marked by interdisciplinarity, which is a typical characteristic of taboo studies.
In the introduction I set out four initial research questions: How to study
semantic variation from a sociolinguistic perspective taking into account the theoretical
advances of the Third Wave? How to integrate semantic and pragmatic perspectives
about linguistic taboo? How to obtain data from the field of sexuality? And What is the
indexical power of the semantic variation of sexual concepts? In order to answer them I
sketched three main goals for this research, which would fill some theoretical and
practical gaps in the field of semantic variation and in particular in what concerns
linguistic taboo.
The first goal was to propose a Third Wave Cognitive Sociolinguistics model
that would allow understanding semantic variation, particularly at the level of
conceptual onomasiology, in terms of its indexical power and its use for stylistic
practices. The main goal (and each of the specific aims) is accomplished in Chapter I,
where I make a proposal based on the Cognitive Sociolinguistics program (Geeraerts, et
al., 2010; Janicki, 2006; Kristiansen & Dirven, 2008) and particularly on the pragmatic
model of cognitive onomasiology (Grondelaers & Geeraerts, 2003). The main
difference of my proposal is that I claim for a “more sociolinguistic” perspective with
respect to the meaning of variation, following the Third Wave of variation studies
(Eckert, 2009).
The second was to apply the previous model to the theory of linguistic taboo in
order to know more about the productivity of the semantic strategies in expressing
sexual concepts, especially in spoken language. For that purpose, in Chapter II I
reformulate the theoretical and methodological aspects of Linguistic Taboo in terms of
the Third Wave Cognitive Sociolinguistic model, underlining their coherence: I stress
the semantic nature of taboo and the need for studying together all the possible forms of
expression (along the x-phemistic continuum) in a multivariate model including
contextual and conceptual factors, in order to know more about the onomasiological
366
preferences and their role in stylistic practices. The application of the model achieves to
integrate the pragmatic and semantic perspectives about linguistic taboo and thus to
answer the second general research question. In Chapter III, I focus on the field of
sexuality. Its discursive nature, its centrality in the construction of identities and its
cultural contingency (with the Spanish background, in this thesis) make it a very
adequate object of study.
The third goal was to create an spoken corpus focused specifically on the field of
sexuality. With the explanation of the data collection methodology, chapter IV achieves
to answer the third general research question. During a year and a half of fieldwork, 54
interviews were collected, with a sample that was prestratified by age, sex and level of
education in two districts of Madrid. After transcription, the result is a corpus of more
than a million words. Considering that the weight of taboo topics has slowed or
prevented the work on forbidden subjects, the achievement of this goal is particularly
important: it is a unique source for the study of the field of sexuality, enriched with
social information. Furthermore, the details of the design and the protocols are
explained and all the materials are provided in the thesis: the techniques, the
questionnaire, the forms, and a sample of five transcribed interviews.
The results of the case studies, (as explained in chapters V, VI and VII) show
that the semantic variation of sexual concepts follows social and contextual patterns,
which answers the fourth main research question. The variables sex, age and level of
education and more importantly their interactions prove that speakers have stylistic
preferences at the conceptual level. The entrenchment of certain semantic strategies (at
two levels of abstraction) in specific discourses is also recognised by other speakers.
When representing others’ voices, the informants are accurate in the use of semantic
variants that index their social categories and their related stances.
With some perspective, I can evaluate what are the main contributions of this
thesis, but also acknowledge some limitations and difficulties that may be dealt with in
future research.
At the more general theoretical level, this thesis contributes to the formulation of
Cognitive Sociolinguistics not from its cognitive origins but from a sociolinguistic
367
perspective. Following the Third Wave, I put to the front the indexical power of
semantic variation and its productivity in stylistic practices, with several methodological
implications. Though I have focused on the conceptual onomasiological level,
theoretically it could be applied to any level of semantic variation. The relevance of this
contribution may be nuanced in two aspects. First, in a recent discipline such as this
one, it is logical that contributions arise rapidly. Also, the proposal is not radically new,
because there are some works in this discipline that focus on interaction and identity
(Geeraerts & Kristiansen, forthcoming: 8; Kristiansen, 2008), though they are not a
majority and they usually come from a cognitive origin. In this sense, what
differentiates this work from others is its orientation towards a deep reflection on the
meaning of microsocial variation and stylistic practice.
The case studies confirm that both the global theoretical proposal and the mixed
methodology designed for the analysis of conceptual onomasiological variation are
functional and revealing for traditional sociolinguistic data, like those collected through
368
369
The natural continuation of this work would be to find informants for the empty
cells of the sampling table and include them in the analysis. Young informants without
any studies would be a priority as they are totally absent in the corpus. Despite the
difficulties of finding them, with enough time I could probably get them to participate.
Due to the kind of corpus, kinetic information is unfortunately not available, but
the transcriptions may still be annotated with prosody. It would be enriching to study
this level in order to analyse how it combines with linguistic strategies at the segmental
level. Considering the sobriety of the transcription, it wouldn’t be complicated to
complete the corpus with other kinds of information, through Praat or other software
that automatically extract intonation patterns, silences, pitch, volume, etc.
In what respects the empirical study one of the most immediate goals would be
to contrast the variation in the spoken corpus with other corpora, as in Chapter VII. It
would particularly important to compare the results with literary texts, which have been
the focus of some works on taboo, in order to evaluate their differences.
370
In sum, there is still much to do in the empirical study of linguistic taboo and
also in the study of semantic variation from a sociolinguistic perspective. Through its
seven chapters, this thesis has tried to deal with several theoretical and methodological
difficulties encountered along the way. Admittedly, it is just a starting point in a field of
study. Nevertheless I hope my contribution might be useful and inspiring for other
sociolinguists so that they might approach the thrilling peephole of meanings and cast a
glance over the social life of concepts.
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