Cap 9 MARKETING DE SERVICIOS
Cap 9 MARKETING DE SERVICIOS
Cap 9 MARKETING DE SERVICIOS
Si a una persona al azar (la cual no sea experta en cuestiones del marketing), se le pregunta
que imagina por la comercialización, es muy probable que en el 100% de los casos
comience a hablar instintivamente de productos. Los productos llenan nuestra vida, nos
rodean y están a nuestro lado todo el tiempo, y esto sucede por una mágica razón: los
vemos, los sentimos, los tocamos. Si no pudiéramos hacerlo no serían productos, no serían
objetos. Claro está que cualquiera puede comprar o vender con mayor o menor facilidad
algo que se puede ver, tocar, oler; algo con lo que se puede interactuar, y eso es justamente
un producto. ¿Pero qué hay de la distribución de dicho producto, que hace que no llegue en
tiempo y forma y sea puesto a nuestra disposición? O, en otro orden, si el producto es una
golosina, ¿podríamos disfrutarla si nuestra salud no es óptima, o nuestra boca no está en
condiciones de sanidad como para hacerlo? Los productos son de fácil referencia, y eso
quedó en evidencia, pero también es evidente que sin los servicios el consumo de los
mismos no sería posible.
Los servicios nos rodean sin que los veamos, porque no tiene entidad física; los servicios
que usamos a diario y en los cuales muchas veces no reparamos, pueden ser los puntales de
nuestra sociedad, o nuestra vida urbana. El servicio es contacto, pero no de persona a
objeto, sino de persona a persona, y también se vende, se transa, es susceptible de tener un
precio y un valor, de ser promocionado. En síntesis, el servicio también requiere ser
comercializado.
Estudiamos una carrera universitaria para saber cómo hacer mejores bienes, mejores
sistemas productivos e innovar en tecnología para evolucionar como consumidores, aunque
no nos damos cuenta, en algunas oportunidades, que también estudiamos mucho más
frecuentemente de qué manera convertirnos en prestadores de servicios: servicios médicos,
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servicios estéticos, servicios legales, contables, etc. Amalgamamos nuestras vidas con
servicios, y es por ello que no es menor su análisis.
La definición clásica dice que un servicio es el producto final de aplicar esfuerzo mecánico
o humano a personas u objetos. Esto refiere a un hecho o actividad, un desempeño que no
posee entidad física. El servicio es básicamente una acción humana aplicada, que como tal
no posee cuerpo: es una acción; un verbo, y no un sustantivo. Incluso etimológicamente la
acepción misma de “servicio” proviene del latín servitĭu, alocución que hace referencia a la
acción servir. El servicio visto del lado del demandante, es una promesa de cambio de
estado, que se le pide a un prestador; se le requiere que algo cambio, que producto una
variante o variación sobre una realidad actual y vigente, operada en un plazo de tiempo
determinado, de forma de modificarla, en los parámetros acordados y contratados. Esa
promesa es lo que podríamos considerar un contrato, o incluso un parámetro de control de
calidad: si se cumple con lo prometido el servicio es bueno; si se cumple con lo prometido
el servicio es lo pactado. A mayor cantidad de promesas cumplidas, mayor es la
“trayectoria” comprobable del prestador, y esto asociado a la criticidad natural de su
prestación, que también depende de la “Pirámide de jerarquía de las necesidades de
Maslow” da como resultado el valor intrínseco del servicio para el demandante.
El cambio de estado referido tiene que ver con la modificación de una realidad hacia otra.
No queremos decir que un servicio puede convertir a una persona en otra, sino que puede
ayudarlo a cambiar una parte de su realidad: de la enfermedad a la sanidad hay un cambio
radical, mucho más importante y fundamental que pasar de tener ropa sucia y arrugada a
tener ropa limpia, perfumada y planchada, pero la realidad es que ambas situaciones
dependen de una acción humana directa, ordenada y enfocada, que nos asista en un tiempo
determinado, a pasar de un estado a otro. El médico que cura y la asistente doméstica que
lava y plancha brindan sendos servicios, cada uno con foco en distintas áreas de nuestra
vida.
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Las personas compran servicios El sector de servicios tiene una clara influencia en la
economía mundial que es demandante de mano de obra.
La elasticidad ingreso de demanda para los servicios es alta, lo que implica que
determinado aumento en los ingresos lleva a un aumento más que proporcional en la
demanda de servicios (lo que constituye un efecto multiplicador dentro de la
economía).
La evolución demográfica, o cambios en la composición de la población, empuja la
demanda de más servicios. Si, por ejemplo, la tendencia en composición etaria es el
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envejecimiento de la población por la mejora en la calidad de vida de los adultos
mayores, esto implicará a su vez mayor demanda de servicios de salud, turísticos e
incluso de esparcimiento.
El mayor crecimiento del sector público impacta positivamente sobre el aumento
de algunos servicios, como salud, educación o limpieza de espacios públicos. A su
vez, éstos servicios públicos traccionan más servicios hacia ellos.
La globalización ha llevado a que puedan ser demandados y ofrecidos los servicios
en forma más abarcativa, extendiendo sus fronteras, y los avances tecnológicos
dieron los medios necesarios para que esto suceda. A su vez, la creciente
importancia del comercio internacional de bienes ha hecho crecer la demanda de
servicios de transporte, seguros, legales, informáticos, turismo, etc.
La tercerización de servicios en las industrias de todo tipo también ha intervenido
en la oferta y demanda de todo tipo de actividades de soporte, y han permitido el
crecimiento.
Según estudios publicados por la Cámara Argentina de Comercio, entre 1993 y 2010 el
valor agregado generado por el sector Comercio y Servicios dentro de la economía
argentina se incrementó un 82%, lo que implica una tasa de crecimiento promedio anual de
3,6 por ciento. Asimismo, desde 2002 el sector crece al 6,9% promedio anual y en los
últimos años el sector Comercio y Servicios, en forma conjunta, incrementó su
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participación en el PIB argentino, alcanzando en 2010 el 67,3 por ciento. Es decir,
Comercio y Servicios genera más de dos tercios del PIB del país. También en dicho estudio
se asegura que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el sitio con más participación de
los servicios en el PIB, con un 78,2 por ciento, seguida por la provincia de Río Negro, con
un 70,1 por ciento.
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común denominador de las personas, como normal. Si dicha variabilidad sale de los
estándares aceptados, el servicio se reconoce como “no conforme”. Esta
característica puede ser minimizada utilizando capacitación o mecanización en el
proceso, pero nunca puede ser eliminada, y de allí que los servicios son todos
distintos, aunque sean prestados por la misma persona; básicamente heterogéneos.
Perecederos: Los servicios no se pueden almacenar, ni guardar en inventarios; se
produce y se consume al mismo tiempo. Siempre cuando un servicio se cumple,
automáticamente se extingue. Cada vez que un servicio se termina de prestar,
muere, finaliza, se acaba. El servicio de transporte urbano de pasajeros finaliza
cuando el pasajero llega al sitio de destino, por ejemplo.
¿Cómo hacer una especificación de servicio? Tratar de responder esta pregunta sin pensar
en qué lado de la ecuación se encuentra, si del de la oferta o el de la demanda, no es
posible. A su vez, sería mucho más eficiente y adecuado determinar el nivel de Calidad del
lado de la demanda, ya que la evaluación del mismo será hecha, en parte, en forma
subjetiva. Suele decirse que la calidad de una servicio depende fundamentalmente de lo
bien que funcionen de forma integrada todos los elementos que intervienen en el proceso de
prestación del servicio, y de la capacidad que tengan estos elementos de satisfacer las
expectativas de los clientes, aunque en resumen la satisfacción del cliente y sus
expectativas “determine” la calidad del servicio, partiendo del hecho de que las necesidades
que originaron su demanda quedan cubiertas.
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Existen algunos componentes que sirven para medir la calidad del servicio:
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variables del servicio por parte del prestador. Esta herramienta no solo se basa en el hecho
de que será el cliente quien defina la calidad del servicio en base a sus experiencias, sino
también en que la comunicación de especificaciones de servicio por parte del prestador, y el
nivel de comunicación formal e informal que éste pueda mantener con el demandante
durante el proceso de prestación será crítico al momento de “moldear” o incluir en su
percepción. No se trata de entender que la influencia puede ser total y determinante, ya que
esto se opone peligrosamente a los postulados básicos del marketing, sino que se trata de
modelar los estímulos antes, durante y al final del servicio, de modo que el cliente pueda
inferir la satisfacción de sus expectativas, o bien no las magnifique al momento de
contratar, situación que tornaría insatisfactoria la prestación.
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solucionarla el prestador debe diseñar los servicios en forma eficiente, evitando la
simplificación de tareas y efectos, y haciéndolo rigurosamente.
3. Brecha del Cliente: Totalmente subjetiva, ésta brecha depende de la evaluación de
la experiencia del servicio, por parte del cliente. Es lo éste realmente vive con el
servicio, determinada por los requerimientos de lo que reciben contra lo que desean.
Todos los servicios son potencialmente susceptibles de variabilidad, y nunca llegan
al 100% de satisfacción del cliente, o rara vez lo hacen. La tolerancia del cliente a
una insatisfacción parcial es lo que termina determinando el nivel de percepción
general respecto del servicio. Poco es lo que se puede hacer para salvar esta brecha,
ya que la misma depende enteramente del cliente, de sus necesidades y percepción.
4. Brecha del desempeño del servicio: Resulta cuando existen diferencias entre las
especificaciones de calidad que se comunican al cliente y el servicio que realmente
se brinda. Dado que el servicio es una actividad humana, es menester considerar si
los recursos humanos con los que se brinda el servicio son adecuados a los efectos
de cumplir con la satisfacción del cliente y el nivel de Calidad ofrecido. Los
estándares de prestación y relación con el cliente se tornan fundamentales para
cubrir esta brecha, así como la seguridad de contar con los mejores recursos,
alineaos con una política firme de Calidad en la prestación, correctamente
respaldada por la Dirección de la compañía prestadora.
5. Brecha de la comunicación: Consiste en la diferencia entre las especificaciones de
calidad que comunican al cliente y el servicio que brinda realmente. Esto puede
deberse a una exageración en las especificaciones comunicadas al cliente, que
generarán en el mismo más altas expectativas, que difícilmente puedan ser
satisfechas. También puede darse por una mala comunicación entre las áreas
comercial y operativa, donde quienes venden prometen especificaciones y
estándares de servicios que no son comunicados a los prestadores efectivos. La
solución para esta brecha consiste en articular los mecanismos de comunicación
interna en el prestado que permita conocer todo sobre el servicio ofrecido, al tiempo
que se elimina la oferta de un servicio ampliado, superior al posible de brindar.
Asimismo debe asegurarse una fluida comunicación con el cliente durante la
prestación, a fin de administrar tiempos, información y requerimientos.
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En cualquiera de las 3 opciones descriptas, cuanto más amplia sea la brecha mayor será la
disconformidad del cliente.
9.4.1. Producto
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- Por último, la mezcla se servicios, ej. jardinería, cuidado del césped, iluminación
del jardín, pintura, etc. Representan una serie de oportunidades, riesgos y desafíos
para la empresa.
9.4.2. Plaza
Estrategia de Distribución: Son los puntos de ventas, distribución directa, que sirva para
darle conveniencia al cliente. Hay que definir si se le venderá al consumidor final o a un
intermediario, para ello la ubicación cumple un punto estratégico y clave a la hora de
ofrecer el servicio.
9.4.3. Promoción
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9.4.4. Precio
Estrategia de Precios: hay que definir es la unidad de consumo del servicio. Ej. Si el
precio debe basarse por la tarea específica, ejemplo: corte de pelo o el tiempo que este
consume. En segundo lugar para los servicios que están compuestos de múltiples
elementos, hay que definir si los precios deben basarse en un manojo de elementos o si
debe fijarse en forma separada.
La mayoría de las ONG “venden” servicios, y esa es la razón principal por la que deben ser
analizadas en este capítulo. Desde luego, el esfuerzo comercial y de servicios de estas
organizaciones persigue un rédito social, y la satisfacción de aquellos que los consumen es
en parte derivada de la satisfacción misma de contribuir a lograr un mundo mejor, una
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realidad más amigable. Aún así, las ONG deben usar el marketing para conseguir sus
objetivos.
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Particularidades y restricciones
La marca como tal es un atributo principal que los productos poseen, que actúa como factor
diferenciador ante la competencia. Dicha marca suele operar como receptora y guardián de
la percepción de Calidad sobre los productos en los que se aplica, de forma de completar el
famoso “efecto de halo” sobre la oferta.
Claro que un producto no se vende igual que un servicio, razón por la cual puede tenderse a
pensar que el efecto de halo no se aplicará a los mismos en igual cuantía o proceso. Esto es
verdad: en los servicios el efecto de halo de una marca se potencia, para bien o para mal.
Cuando un consumidor compra un servicio normalmente excelente desde su percepción, y
el servicio no es del todo bien prestado, éste tiende a considerar que el desvío debe ser
anormal, y lo justifica; pero cuando un consumidor se halla frente a un servicio cuya marca
no es sinónimo de excelencia muy probablemente se abstenga de contratarlo. No hay
segunda oportunidad para brindar un buen servicio, salvo que la una marca muy bien
posicionada lo defienda.
Cada vez que se piensa en la cadena más famosa de comida rápida del mundo (la de los
arcos) muchos consumidores pueden pensar en comida chatarra, vincularla con la velocidad
de la vida urbana que no nos gusta o incluso rememorar cuestiones de inocuidad
alimentaria que en la mayoría de los casos desconocen absolutamente. Más allá de lo que se
crea, esa empresa no provee alimentos, sino que brinda un servicio, y lo más importante del
mismo es la sensación que se obtiene al disfrutar de sus comidas, la vivencia. Es por ello
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que las campañas que se hicieron siempre sobre la calidad de su producto no impactan con
la violencia que podrían tener.
Para mantener clientes se pueden utilizar diferentes alternativas, entre las que
mencionamos:
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De algunos consejos de los expertos en marketing de servicios surgen estos 10 “tips” para
no olvidar para que nuestro marketing de servicios sea óptimo, sabiendo que si nadie elige
al prestador éste nunca tendrá la opción de dar el mejor servicio:
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9.6. Bibliografía
Molteni, G.; De Leon, G.; Giúdice, L. & Pellegrini, P. (2011) El sector de comercio y
servicios genera dos tercios del PIB de la República Argentina. Cámara Argentina de
Comercio.
http://concepto.de/concepto-de-servicio/
http://www.teleworkspain.com/Art012.htm
http://www.gestionsocial.org/archivos/00000835/GaleraVasquet.pdf
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