Martin Lutero
Martin Lutero
Martin Lutero
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Para otros usos de este término, véase Lutero (desambiguación).
No debe confundirse con Martin Luther King.
Martín Lutero
Martin Luther by Cranach-restoration.tif
Lutero a los 46 años de edad
(Lucas Cranach el Viejo, 1529)
Teólogo
Información personal
Nombre Martín Lutero
Nacimiento 10 de noviembre de 1483
Eisleben, Electorado de Sajonia, Sacro Imperio Romano Germánico
Fallecimiento 18 de febrero de 1546 (62 años)
Eisleben, Sacro Imperio Romano Germánico
Cónyuge Catalina de Bora (1525-1546)
Padres Hans Luther y Margarethe Luther
Hijos Elisabeth Luther, Paul Luther, Magdalena Luther, Margarete von Kunheim,
Martin Luther, Johannes Luther y Margareta Luther
Alma máter Universidad de Erfurt
Firma Firma de Martín Lutero
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El Sello de Lutero.
Martín Lutero, nacido como Martin Luder,1 después cambiado a Martin Luther, como es
conocido en alemán (Eisleben, Alemania, 10 de noviembre de 1483-ibidem, 18 de
febrero de 1546), fue un teólogo y fraile católico agustino que comenzó e impulsó
la reforma religiosa en Alemania y en cuyas enseñanzas se inspiraron la Reforma
protestante y la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo.2
Índice
1 Biografía
1.1 Primeros años
1.2 Vida monástica y académica
1.3 Teología de la gracia de Lutero
1.4 La controversia por las indulgencias
1.5 Respuesta del papa
1.6 La brecha se ensancha
1.6.1 Lutero a través de los acontecimientos
1.6.2 Los tratados de 1520
1.6.2.1 La Nobleza Alemana
1.6.2.2 El Cautiverio Babilónico
1.6.2.3 La libertad cristiana
1.6.3 La excomunión de Lutero
1.7 Dieta de Worms
1.8 Exilio en el castillo de Wartburg
1.9 Matrimonio y familia de Martín Lutero
1.10 La guerra del Campesinado
1.11 La Biblia alemana de Lutero
1.12 Transformaciones en la liturgia y el gobierno de la iglesia
1.13 Visiones eucarísticas y controversias
1.14 Los Catecismos Menor y Mayor
1.15 La Dieta de Augsburgo y la cuestión de la resistencia civil
1.16 Lutero y los judíos
1.17 Lutero con respecto a la brujería y magia
2 Otros escritos de Lutero
3 Muerte
4 Su legado
5 Formación del luteranismo
6 Conmemoración
7 Véase también
7.1 Otros temas
7.2 Iglesias Luteranas afiliadas
7.3 Otras iglesias luteranas no afiliadas
8 Referencias
9 Bibliografía
10 Filmografía
11 Enlaces externos
Biografía
Primeros años
Retratos de Hans y Margarita Luder, padres de Martín, por Lucas Cranach el Viejo
(1527).
La casa de Lutero, donde vivió entre los 14 y 17 años mientras asistía a una
escuela privada en Eisenach.
Hijo de Hans y Margarethe Luder, Martín nació el 10 de noviembre de 1483 y fue
bautizado al día siguiente de la celebración de la festividad de san Martín de
Tours, por lo que le dieron el nombre de ese santo. En 1484 la familia se trasladó
a Mansfeld, donde su padre dirigía varias minas de cobre. Habiéndose criado en un
medio campesino, Hans Luder ansiaba que su hijo llegara a ser funcionario civil
para darle más honores a la familia. Con este fin, envió al joven Martín a varias
escuelas en Mansfeld, Magdeburgo y Eisenach.4
Johann von Staupitz, el superior de Lutero, concluyó que el joven necesitaba más
trabajo para distraerse de su excesiva reflexión, y ordenó al monje que comenzara
una carrera académica.
En 1507 Lutero fue ordenado sacerdote y en 1508 comenzó a enseñar Teología en la
Universidad de Wittenberg. Lutero recibió su grado de bachiller en Estudios
Bíblicos el 9 de marzo de 1508.
Pintura de Julius Hübner (Der Anschlag von Luthers 95 Thesen) hecha en el siglo XIX
que recrea de manera espectacular el clavado de las noventa y cinco tesis, por
medio de un muchacho, ante una multitud. En realidad, la práctica de publicar las
tesis antes de una disputatio era un requisito de la Universidad.
Además de sus deberes como profesor, Martín Lutero servía como predicador y
confesor en la iglesia de Santa María de la ciudad. Predicaba habitualmente en la
iglesia del palacio, llamada también "de todos los santos", debido a que tenía una
colección de reliquias proveniente de una fundación creada por Federico III de
Sajonia. Fue durante este periodo cuando el joven sacerdote se dio cuenta de los
efectos de ofrecer indulgencias a los feligreses.11
Una indulgencia es la remisión (parcial o total) del castigo temporal que aún se
mantiene por los pecados después de que la culpa ha sido eliminada por absolución.
En aquella época, cualquier persona podía comprar una indulgencia,12 ya fuera para
sí misma o para sus parientes muertos que permanecían en el Purgatorio. El fraile
dominico Johann Tetzel había sido reclutado para viajar por los territorios
episcopales de Alberto de Brandeburgo (arzobispo de Maguncia) vendiendo
indulgencias. Con el dinero obtenido por dicho medio, se esperaba financiar la
edificación de la basílica de San Pedro en Roma, Italia, y comprar un obispado para
Alberto de Hohenzollern.11
Lutero vio este tráfico de indulgencias no solo como un abuso de poder, sino como
una mentira, que, no teniendo base en las Escrituras, podría confundir a la gente y
llevarla a confiar solamente en la mentira de las indulgencias, dejando de lado el
sacramento de la confesión y el arrepentimiento verdadero. Lutero predicó tres
sermones contra las indulgencias en 1516 y 1517. Una noche leyó un pasaje de la
Carta a los Romanos 1:16 y 17 que le llevaría a hacer la Reforma: Porque no me
avergüenzo del mensaje del evangelio porque es poder de Dios para que todos los que
creen alcancen la salvación, los judíos en primer lugar y luego a los griegos. Pues
este mensaje nos muestra de que manera Dios nos libra de culpa: es por fe y
solamente por fe. Así lo dicen las Escrituras: El justo por la fe vivirá.1113 Pero
su enojo siguió creciendo y, según la tradición, el 31 de octubre de 1517 fueron
clavadas las noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia del Palacio de
Wittenberg como una invitación abierta a debatirlas.1415 Las tesis condenaban la
avaricia y el paganismo en la Iglesia como un abuso, y pedían una disputa teológica
en lo que las indulgencias podían dar. Sin embargo, en sus tesis no cuestionaba
directamente la autoridad del Papa para conceder indulgencias.16
La brecha se ensancha
Lutero a través de los acontecimientos
Lucas Cranach, Martín Lutero como monje agustino, 1520. Grabado calcográfico.
De esta forma, no había esperanzas de paz. Los escritos de Lutero circulaban
ampliamente por Francia, Inglaterra e Italia en 1519, y los estudiantes se dirigían
a Wittenberg para escuchar a Lutero, quien publicaba ahora sus comentarios sobre la
Epístola a los Gálatas y su Operationes in Psalmos (Trabajo en los Salmos).
Las controversias generadas por sus escritos llevaron a Lutero a desarrollar sus
doctrinas más a fondo, y su "Sermón en el Sacramento Bendecido del Verdadero y
Santo Cuerpo de Cristo, y sus Hermandades" extendió el significado de la eucaristía
para el perdón de los pecados y el fortalecimiento de la fe en aquellos quienes la
reciben, apoyando además a que se realizara un concilio para restituir la comunión.
El Cautiverio Babilónico
Lutero escribió polémicas doctrinales en el Preludio en el Cautiverio Babilónico de
la Iglesia, especialmente con respecto a los sacramentos.
La libertad cristiana
De manera análoga, el desarrollo completo de la doctrina de Lutero sobre la
salvación y la vida cristiana se expuso en su opúsculo La libertad cristiana
(publicado el 20 de noviembre de 1520), donde exigía una unión completa con Cristo
mediante la Palabra a través de la fe, la entera libertad de un cristiano como
sacerdote y rey sobre todas las cosas externas, y un amor para con el prójimo.
La excomunión de Lutero
La ejecución de la prohibición, sin embargo, fue evitada por la relación del papa
con Federico III de Sajonia y por el nuevo emperador Carlos V quien, viendo la
actitud papal hacia él y la posición de la Dieta, encontró contraindicado apoyar
las medidas contra Lutero. Este fue a Worms diciendo que "Iría allí aunque hubiese
tantos demonios como tejas en los tejados".16
Dieta de Worms
Artículo principal: Dieta de Worms
Retrato de Catalina de Bora, esposa de Martín Lutero, por Lucas Cranach el Viejo.
1526. Wartburg-Stiftung, Eisenach, Alemania.
El 8 de abril de 1523, Lutero le escribe a Wenceslaus: "Ayer recibí a nueve monjas
de su cautiverio en el convento de Nimbschen". Lutero había decidido ayudar a
escapar a doce monjas del monasterio cisterciense en Nimbschen, cerca de Grimma en
Sajonia, sacándolas del convento dentro de barriles. Tres de ellas se marcharon con
sus parientes, mientras que las otras nueve fueron llevadas a Wittenberg. En este
último grupo se encontraba Catalina de Bora. Entre mayo y junio de 1523 se pensó
que la mujer se casaría con un estudiante de la Universidad de Wittenberg, Jerome
Baumgartner, aunque probablemente su familia se lo negó. El Dr. Caspar Glatz era el
siguiente pretendiente, pero Catalina no sentía "ni deseo ni amor" por él. Se supo
que se quería casar con Lutero o con Nicolás von Amsdorf. Lutero sentía que no era
un buen marido, ya que había sido excomulgado por el papa y era perseguido por el
Emperador. En mayo o a principios de junio de 1525 se conoció en el círculo íntimo
de Lutero su intención de casarse con Catalina. Para evitar cualquier objeción por
parte de sus amigos, actuó rápidamente: en la mañana del martes 13 de junio de 1525
se casó legalmente con Catalina, a quien afectuosamente llamaba "Katy". Ella se
mudó a la casa de su marido, el antiguo monasterio agustino en Wittenberg, y
comenzaron a vivir en familia. Los Lutero tuvieron tres hijos y tres hijas:
Johannes, nacido el 7 de junio de 1526, quien posteriormente estudiaría leyes y
llegaría a ser funcionario de la corte, falleciendo en 1575.
Elizabeth, nacida el 10 de diciembre de 1527, murió prematuramente el 3 de agosto
de 1528.
Magdalena, nacida el 5 de mayo de 1529, murió en los brazos de su padre el 20 de
septiembre de 1542. Su muerte fue muy dura para Lutero y Catalina.
Martín, hijo, nacido el 9 de noviembre de 1531, estudió Teología pero nunca tuvo un
llamado pastoral regular antes de su muerte en 1565.
Paul, nacido el 28 de enero de 1533, fue médico, padre de seis hijos y murió el 8
de marzo de 1593, continuando la línea masculina de la familia de Lutero mediante
Juan Ernesto, que se extinguiría en 1759.
Margaretha, nacida el 17 de diciembre de 1534, casada con el noble prusiano George
von Kunheim, pero falleció en 1570 a la edad de 36 años; es el único linaje de
Lutero que se mantiene hasta la actualidad.
La guerra del Campesinado
La guerra o revuelta de los campesinos (1524-25) fue una respuesta a la doctrina
luterana, la cual influyó fuertemente en la clase baja trabajadora, compuesta
principalmente por campesinos. Esta clase trabajadora retó de manera implícita la
autoridad que los nobles tenían sobre estos. Las revueltas de los campesinos se
habían producido a pequeña escala desde el siglo XIV, pero ahora muchos campesinos
creían erróneamente que los ataques de Lutero a la Iglesia y la jerarquía de la
misma significaban que los reformadores les ayudarían en su ataque a las clases
dominantes. Dado que los sublevados percibían lazos profundos entre los príncipes
seculares y los príncipes de la Iglesia, interpretaban equivocadamente que Lutero,
al condenar a los segundos, condenaba también a los primeros. Las revueltas
comenzaron en Suabia, Franconia y Turingia en 1524, obteniendo apoyo entre los
campesinos y nobles afectados, muchos de los cuales poseían deudas en ese periodo.
Cuando Thomas Müntzer llegó a acaudillar el movimiento, las revueltas desembocaron
en una guerra, que jugó un papel importante en la fundación del movimiento
anabaptista. Inicialmente Lutero parecía apoyar a los campesinos, condenando las
prácticas opresivas de la nobleza que habían incitado a muchos campesinos a
rebelarse. Debido a la dependencia que Lutero tenía en el apoyo y la protección de
los príncipes y la nobleza, tenía miedo de disponerlos en su contra. En Contra los
campesinos asaltantes y asesinos (1525) incentivaba a la nobleza a que castigara
rápida y sangrientamente a los campesinos. Muchos de los revolucionarios
consideraron las palabras de Lutero como una traición. Otros desistieron al darse
cuenta de que no había apoyo ni de la Iglesia ni de su oponente principal. La
guerra en Alemania terminó en 1525, cuando las fuerzas rebeldes fueron masacradas
por los ejércitos de Felipe I de Hesse y de Jorge de Sajonia en la batalla de
Frankenhausen, en la que seis mil sublevados perdieron la vida. En total perecieron
durante todo el conflicto entre cien mil y ciento treinta mil sublevados, según
diferentes estimaciones.
Lutero tenía una mala percepción de los libros de Ester, Hebreos, Santiago, Judas y
del Apocalipsis. Llamaba a la epístola de Santiago una "epístola de paja",
encontrando que era muy poco lo que apuntaba a Cristo y su obra salvadora. También
tenía duras palabras para el Apocalipsis, del que decía que no podía "de ninguna
forma detectar que el Espíritu Santo lo haya producido".30 Creía tener razones al
cuestionar la apostolicidad de estos libros, debido a que la iglesia primitiva los
catalogaba como antilegomena, lo que significaba que no eran aceptados sin
reservas, al contrario que los canónicos. Aun así Lutero no los eliminó de su
edición de las Escrituras. Lutero incluyó como apócrifos aquellos pasajes que,
encontrándose en la Septuaginta griega, no lo estaban en los textos masoréticos
disponibles en aquel entonces.
Martín Lutero en su Comentario sobre San Juan reconoció que habían recibido la
Biblia por medio de la Iglesia católica: «Estamos obligados a reconocer a los
papistas que son ellos los que tienen la Palabra de Dios, que la hemos recibido de
ellos, y que sin ellos no tendríamos ningún conocimiento de esta».
Para suplir la falta de altas autoridades eclesiásticas debida a que muy pocos
obispos adoptaron la doctrina reformadora en tierras alemanas, Lutero sostuvo a
partir de 1525 que las autoridades seculares deberían tomar parte en la
administración de la iglesia. Estas tareas no eran necesariamente exclusivas de las
autoridades seculares, y Lutero hubiera preferido que recayeran en manos de un
episcopado evangélico. Declaró en 1542 que los príncipes evangélicos solo serían
"obispos de urgencia" y preconizó que los poderes eclesiásticos pudieran ser
ostentados por congregaciones cristianas,34 si bien decidió esperar el curso de los
acontecimientos y ver qué hacían los párrocos y estudiosos para que descubrieran
por sí mismos cuáles eran las personas apropiadas. Los resultados de su viaje a
Sajonia (1527-29) le hicieron ver que los párrocos y estudiosos no estaban
preparados para tal responsabilidad, siendo necesario que se mantuvieran las
estructuras eclesiásticas tal y como fueran diseñadas al principio de la Reforma.
Lutero tuvo especial interés por la educación. En sus diálogos con George Spalatin
en 1524 se planeó un sistema escolar, declarando que era deber de las autoridades
civiles el proveer escuelas y el velar por que los padres enviaran a sus hijos a
ellas. También apoyaba el establecimiento de escuelas primarias para la educación
femenina.
La disputa de Marburgo (cuadro de August Noack hecho en el siglo XIX), que muestra
el debate entre Lutero y Ulrico Zuinglio en 1529.
La naturaleza de la eucaristía se convirtió en un tema importante en la vida de
Lutero. Rechazaba la doctrina católica de la transubstanciación, pero mantenía la
presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo bajo el pan y vino de misa. Apoyaba
el significado literal de las palabras "Este es mi cuerpo", "Esta es mi sangre".
Sintetizó sus creencias sobre el tema en su Catecismo Menor al escribir: "¿Qué es
el Sacramento del Altar? Es el verdadero cuerpo y sangre de nuestro Señor
Jesucristo en el pan y el vino, entregado a nosotros cristianos para comer y beber,
instituido por Cristo mismo". Rehusando definir el misterio de la Eucaristía con
conceptos como la consubstanciación, Lutero utilizó la analogía patrística de la
doctrina de la Unión Personal de dos naturalezas en Jesucristo para ilustrar su
doctrina eucarística "por analogía del hierro puesto en el fuego donde ambos, fuego
y hierro, unidos en el hierro al rojo vivo, se mantienen a pesar de todo sin
cambio", un concepto que él llamó "Unión Sacramental".35
Debido a los peligros de las medidas que se toman de la Segunda Dieta de Espira en
1529 contra el protestantismo, y a la coalición del Emperador con Francia y el
papa, el Landgrave Felipe deseaba una unión de todos los reformistas, pero Lutero
se declaró opuesto a cualquier alianza que ayudara a la herejía, aunque aceptó la
invitación del Landgrave a asistir a un coloquio en Marburgo (1529) para resolver
las materias en controversia. En dicha dieta el 19 de abril de dicho año, 19
delegados, 5 príncipes y 14 ciudades protestaron contra la derogación de la tregua
de tolerancia acordada en la Dieta de Worms y por eso se les llamó protestantes a
los partidarios de Lutero. En Marburgo, Lutero se enfrentó a Ecolampadio, mientras
que Melanchthon fue antagonista de Zuinglio. Aunque establecieron una armonía no
esperada en otros aspectos, no se pudo alcanzar un acuerdo en la Eucaristía. Lutero
rehusó llamar a sus oponentes "hermanos", aunque les deseaba paz y amor. Lutero
estaba convencido de que Dios había cegado los ojos de Zuinglio, por lo que no
podía ver la doctrina verdadera de la Cena del Señor. Con su habitual estilo
polémico, Lutero denunció a Zuinglio y sus seguidores llamándolos "fanáticos" y
"demonios".
Los mismos príncipes habían suscrito los Artículos de Schwabach, respaldados por
Lutero como una condición para la alianza con él. Las bases de Lutero en materia de
doctrina eucarística partían del entendimiento simple y directo de las palabras de
Cristo, si bien daba importancia al sacrificio corporal de Cristo y al hecho de
ofrecer ese mismo cuerpo a los comulgantes en la Eucaristía. Cuando Zuinglio
excluyó la posibilidad de la presencia real por la incapacidad de la naturaleza
humana de Cristo para bilocarse o estar en otra parte que no fuera un lugar
concreto, Lutero reafirmó la integridad de la unión hipostática: Cristo no está
dividido y dondequiera que esté es Dios, incluso como hombre. Lutero citaba como
evidencia los tres modos de la presencia según Guillermo de Ockham: "local,
circunscrita" (estando en un lugar a la vez, ocupando espacio y teniendo peso),
"definitiva" (desligado del espacio pero estando donde se precise) y "repletiva"
(llenando todos los espacios a la vez) para introducir la probabilidad de que el
cuerpo y la sangre de Cristo estén realmente presentes en la Eucaristía.36
Lutero sostuvo que la sola recepción de la comunión es inútil sin fe. Insistió en
que los impíos e incluso las bestias que toman y beben los elementos consagrados,
comen y beben la sangre y el cuerpo de Cristo, pero el beber y comer "indignamente"
les sería juzgado (1.ª Corintios 11:29). Aunque no compartía la visión de que la
Eucaristía fuese solo una simple conmemoración, reconoció la existencia de una
dimensión conmemorativa. En cuanto al efecto del sacramento en los creyentes,
recordaba con fervor las palabras "fue entregado por todos vosotros", poniendo así
énfasis en la expiación y en el perdón mediante la muerte de Jesucristo.
Ello ha supuesto una reafirmación del poder estatal en la que la clave reside en
que la autoridad secular no se inmiscuya en los dominios del alma («al alma no debe
ni puede mandarla nadie»), del mismo modo que la autoridad religiosa no debe
inmiscuirse en las leyes civiles (las del «cuerpo y los bienes»).
Lutero y los judíos
Artículo principal: Antisemitismo de Martín Lutero
Portada del libro antisemita "Sobre los judíos y sus mentiras" escrito por Martín
Lutero (1543).
En los inicios de su carrera pensaba que los judíos no habían creído en Jesús a
causa de los errores de los cristianos y de la proclamación de lo que para él era
un evangelio impuro. Sugería que responderían favorablemente al mensaje evangélico
si se les presentaba de la forma adecuada. Cuando descubrió que no era así, atacó
con furia a los judíos.
En su Von den Juden und ihren Lügen (Sobre los judíos y sus mentiras), publicado en
1543, escribió que debían realizarse contra los judíos acciones como quemar las
sinagogas, destruir sus libros de oración, prohibir predicar a los rabinos,
«aplastar y destruir» sus casas, incautarse de sus propiedades, confiscar su dinero
y obligar a esos "gusanos venenosos" a realizar trabajos forzados o expulsarlos
«para siempre». Según la opinión del Dr. Robert Michael, parece que Lutero también
aprobaba el asesinato de judíos.42
Como sea el caso, lo cierto es que en ese libelo solicita a los estados alemanes
que actúen tomando como referencia estos puntos: "¿Qué debemos hacer, nosotros
cristianos, con los judíos, esta gente rechazada y condenada? Dado que viven con
nosotros, no osamos tolerar su conducta ahora que estamos al tanto de sus mentiras,
sus injurias y sus blasfemias… En primer lugar, debemos prender fuego a sus
sinagogas o escuelas y enterrar y tapar con suciedad todo lo que no prendamos
fuego, para que ningún hombre vuelva a ver de ellos piedra o ceniza. Esto ha de
hacerse en honor a nuestro Señor y a la cristiandad, de modo que Dios vea que
nosotros somos cristianos y que no aprobamos ni toleramos a sabiendas tales
mentiras, maldiciones y blasfemias a su Hijo y a sus cristianos… En segundo lugar,
también aconsejo que sus casas sean arrasadas y destruidas. Porque en ellas
persiguen los mismos fines que en sus sinagogas… En tercer lugar, aconsejo que sus
libros de plegarias (sidurim) y escritos talmúdicos, por medio de los cuales se
enseñan la idolatría, las mentiras, maldiciones y blasfemias, les sean quitados… En
cuarto lugar, aconsejo que de ahora en adelante se les prohíba a los rabinos
enseñar sobre el dolor de la pérdida de la vida o extremidad… En quinto lugar, que
la protección en los caminos sea abolida completamente para los judíos. No tienen
nada que hacer en las afueras de las ciudades dado que no son señores,
funcionarios, comerciantes, ni nada por el estilo… En sexto lugar, aconsejo que se
les prohíba la usura, y que se les quite todo el dinero y todas las riquezas en
plata y oro, y que luego todo esto sea guardado en lugar seguro... En séptimo
lugar, recomiendo poner o un mayal o un hacha o una azada o una pala o una rueca o
un huso en las manos de judíos y judías jóvenes y fuertes y dejar que coman el pan
con el sudor de su rostro, como se le impuso a los hijos de Adán."
Estas palabras duras como son, han hecho que muchos eruditos reconsideren la obra
de Lutero bajo una nueva perspectiva, por ejemplo, el historiador británico Paul
Johnson, declaró que el libelo "Sobre los judíos y sus mentiras" fue el «Primer
trabajo del antisemitismo moderno y un paso gigantesco en el camino hacia el
Holocausto». De igual manera, los historiadores del nazismo no pueden dejar de
señalar que cuatro siglos después de haber sido escritos tales ensayos, los nazis
los citaron para justificar la llamada Solución Final. Incluso, algunos estudiosos
como Simon y Schuster han atribuido el Shoa u Holocausto directamente al
antijudaísmo de Lutero.43 En cambio, otros investigadores, como Uwe Siemon-Netto
refutan ese punto de vista como una distorsión histórica.44
Ciertamente, el tema puede estar sujeto a debate; sobre todo, por el enorme peso
histórico y religioso que la obra de Lutero posee. Sin embargo, es innegable que
para los filósofos del nazismo las ideas del reformador allanaron el camino para la
creación de los campos de exterminio. La recomendación luterana de una “áspera
misericordia” o scharfe Barmherzigkeit, que en términos llanos significó
“intolerancia absoluta” como "medida profiláctica" contra el judío fue tomada por
los nazis como una apología para su visión del mundo. Durante el juicio de
Núremberg, el general de la SA, Gauleiter de Franconia y Editor del periódico Der
Stürmer, Julius Streicher defendió su causa cuando se le cuestionó por el
antisemitismo de sus artículos, diciendo: “Publicaciones antisemitas han existido
en Alemania durante siglos. Por ejemplo, un libro que yo tenía, y a la postre
confiscado, fue escrito por el Dr. Martín Lutero. Si este libro hubiera sido tomado
en consideración por la fiscalía, seguramente hoy el Dr. Martín Lutero estaría en
mi lugar en el banquillo de los acusados. En este libro, “Los judíos y Sus
Mentiras”, el Dr. Martín Lutero describe a los judíos como hijos de víbora y
recomienda prender fuego a sus sinagogas y destruirlos.”45 La fiscalía difícilmente
pudo rebatir tales pruebas.46
Muerte
El último viaje de Lutero a Mansfeld lo realizó debido a su preocupación por las
familias de sus hermanos y hermanas, quienes continuaban en la mina de cobre de
Hans Lutero, amenazada por las intenciones del Conde Albrecht de Mansfeld de
controlar esa industria para su beneficio personal.52 La controversia involucró a
los cuatro condes de Mansfeld: Albrecht, Philip, John George y Gerhard. Lutero
viajó dos veces hacia fines del 1545 con el objetivo de participar en las
negociaciones para llegar a un acuerdo.53 Fue necesaria una tercera visita a
principios de 1546 para completarlas. El 23 de enero, Lutero dejó Wittenberg
acompañado por sus tres hijos. Las negociaciones concluyeron con éxito el 17 de
febrero. Pasadas las 8 de la noche, Lutero sufrió dolores en el pecho. Al irse a la
cama oró diciendo: «En tus manos encomiendo mi espíritu; me has redimido, oh Señor,
fiel Dios». A la una de la madrugada despertó con un agudo dolor de pecho y fue
envuelto con toallas calientes.52
Sabiendo que su muerte era inminente, le agradeció a Dios por haberle revelado a su
Hijo, en quien él había creído. Sus compañeros Justus Jonás y Michael Coelius
gritaron: «Reverendo padre, ¿está listo para morir confiando en su Señor Jesucristo
y confesando la doctrina que enseñó en su nombre?». Un distintivo «sí» fue la
respuesta de Lutero. Murió a las 2:45 del 18 de febrero de 1546 en Eisleben, la
ciudad donde nació. Fue enterrado en la iglesia del Palacio de Wittenberg, cerca
del púlpito.5455
Su legado
"Ruego por que dejen mi nombre en paz. No se llamen a sí mismos 'luteranos', sino
Cristianos. ¿Quién es Lutero?, mi doctrina no es mía. Yo no he sido crucificado por
nadie. ¿Cómo podría, pues, beneficiarme a mí, una bolsa miserable de polvo y
cenizas, dar mi nombre a los hijos de Cristo?. Dejen, mis queridos amigos, de
aferrarse a estos nombres de partidos y distinciones; fuera a todos ellos, y dejen
que nos llamemos a nosotros mismos solamente cristianos, según aquel de quien
nuestra doctrina viene".575859606162
Por otro lado, se ha hablado de que "hasta tal punto fue un hombre contradictorio y
poco sistemático que cabría preguntarse si acaso Lutero habría sido «luterano»,
puesto que luteranismo implica sistematismo y esto es algo difícil de encontrar en
él".63 A pesar de ello, en la historicidad de la reforma protestante, se fue
designando el apelativo "luterano" y "luteranismo" para referirse a la doctrina
interpretativa y enseñanzas que Lutero hizo acerca del cristianismo. Este término
fue usado de igual forma por la Iglesia católica para referirse a los simpatizantes
de las interpretaciones que Lutero tenía respecto al cristianismo. No obstante,
fueron consolidándose diversas iglesias autodenominadas luteranas, y con ello se
fue formando esa denominación cristiana.
Conmemoración
El calendario litúrgico luterano conmemora a Martín Lutero el 18 de febrero,64 al
igual que la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos.65 En la Iglesia Anglicana se
lo recuerda el 31 de octubre.66
Véase también
Otros temas
Cristianismo
Castillo fuerte es nuestro Dios
Orden de San Agustín
Jesús
Ulrico Zuinglio
Juan Calvino
Sello de Lutero
Luteranismo
Reforma protestante
Protestantismo
Calvinismo
Anglicanismo
Enrique VIII
Judensau (refiere a la obra de Lutero Schem Hamphoras)
Concilio de Trento
Historia de Alemania en tiempos de la Reforma
Misa alemana (adoración)