Análisis Del Derecho Penitenciario Dominicano Actual
Análisis Del Derecho Penitenciario Dominicano Actual
Análisis Del Derecho Penitenciario Dominicano Actual
INTRODUCCION.
El siguiente trabajo tiene como objetivo principal estudiar, analizar y valorar la Importancia de
Conocer sobre los Distintos Conceptos de Derecho Penitenciario.
Hablar sobre el Sistema Penitenciario en República Dominicana, es un tema que ha sido muy
cuestionado, criticado y penoso durante el transcurrir de la historia del país, por el tratamiento que
reciben los reclusos que ingresan a los recintos carcelarios, y por la carencia de condiciones físicas
y falta de control de condiciones sanitarias.
A nivel supranacional, unos de los retos actuales en materia de seguridad pública es lograr un
sistema penitenciario y carcelario que permitan la plena rehabilitación y la reinserción social de
aquellas personas en conflicto con la ley.
El Régimen legal Penitenciario en nuestro país a través de la Constitución y la ley 224 del 26 junio de
1984, crea el régimen penitenciario. Un régimen que armoniza las penas privativas de libertad y los
derechos fundamentales.
Propósitos de la Investigación.
Cada uno de nosotros requiere para desenvolvernos en nuestra profesión, adquirir conocimientos los
cuales nos ofrezcan herramientas para realizar determinadas labor. Es por tanto, que nuestro
propósito está basado, en una investigación de carácter documental, por lo cual utilizamos varios
libros citados en la bibliografía.
Objetivo General.
Conocer todo lo referente a los Distintos Conceptos de Derecho Penitenciario.
Objetivos Específicos.
o Establecer los daños ocasionados por los contaminantes atmosféricos primarios y
secundarios
o Determinar los efectos de los gases en la atmósfera
o Enunciar los efectos nocivos para la salud que producen los contaminantes atmosféricos.
LA CIENCIA PENITENCIARIA.
Para el autor Luis Garrido Guzmán considera que la ciencia penitenciaria es una parte de la
penología que se ocupa del estudio de las penas privativas de la libertad de su organización y
aplicación, con la finalidad de reintegrar profesional y socialmente a los condenados, y le atribute a la
penología la responsabilidad de estudiar las restantes penas como son las restrictivas de libertad o de
derecho, pecuniarias, capital o así como las de asistencia pos carcelaria, en la actualidad se habla de
la ciencia penitenciaria como un conjunto de normas que auxilian la readaptación del delincuente
allegándose de otras ciencias como: es la medicina, la psicología la educación física etc.
El autor Sánchez Galindo define al penitenciarista como un profesional que reúne conocimientos
teóricos y experiencia para alcanzar en forma congruente los fines de la ejecución penal, dentro de
los establecimientos penales en cualquiera de sus niveles sea máxima o mínima de seguridad.
DERECHO PENITENCIARIO O EJECUTIVO PENAL
Así como el derecho penal sustantivo esta dividido en parte especial y en parte general, la teoría del
derecho penitenciario o derecho ejecutivo penal a su vez debe estar dividido en dos aspectos el
estudio de la pena como tal y la sanción que deberá sufrir el delincuente durante el cumplimiento de
dicha pena asimismo el derecho penitenciario debe determinarse a la normatividad y doctrinas
relativas a la ejecución de prisión así como a su interpretación dejando el aspecto de las demás
sanciones que no sean privativas de la libertad, aspectos filosóficos y análisis que no sean científicos.
Es así que deben establecerse estos horizontes antes del derecho penitenciario dice Zaffaroni que las
sanciones penales tienen un carácter reeducador y que dicho carácter debe desarrollarse en
el tiempo establecido en las penas privativas de la libertad por que la ciencia penitenciaria debe ser
considerada como tal y no como una rama accesoria de la ciencia penal ya que su ente es la
re educación y readaptación y ejecución de la pena impuesta a un criminal.
Para el Dr. Gustavo Malo, el objeto de estudio del derecho penitenciario lo debemos entender como el
conjunto de normas relativas a la aplicación de las penas y de las medidas de seguridad que serán
los entes legales en esta materia y además agregan que el fin de la ciencia penitenciaria en nuestro
país es expresamente limitada a lo establecido en el art. 18 de la constitución política mexicana y que
su ente primordial es la readaptación social del individuo, que deberá alcanzarse por medio de la
educación y el trabajo así como la capacitación para el mismo.
Así mismo el Dr. Gustavo Malo Camacho considera al derecho penitenciario se le deben incorporar
las propuestas y estudios realizados por la organización de la ONU respecto al tratado de los presos,
así como su readaptación e instrucción y formación sin prescindir de su carácter correctivo.
MEZGER.- Afirma que toda acción humana tiene un fin y que la pena como acción humana y estatal
en el ámbito del derecho tiene como fin la prevención del delito, asimismo dicha prevención del delito
se puede realizar en el mundo jurídico por dos caminos actuando sobre la colectividad, estos es,
la comunidad jurídica o actuando sobre el individuo que tiende a delinquir o ha cometido un delito.
En el primer caso se habla se prevención general que intenta actuar sobre la colectividad y en el
segundo caso se dice que es prevención especial que intenta actuar sobre el individuo que a
cometido un delito y es sujeto de una pena respecto a la cual señala que abarca tres momentos; la
conminación. La imposición, y la ejecución de la pena.
Es preciso que esto último sea visto no como un objetivo del régimen penitenciario, sino que sea un
resultado de este. El régimen Penitenciario y los derechos de los detenidos. La constitución de la
República establece en su artículo 8 que la finalidad principal del estado es la protección efectiva de
los derechos de la persona humana y el mantenimiento de los medios que le permitan al individuo
perfeccionarse progresivamente.
En este fundamental articulo y en todos los pactos internacionales de derechos humanos suscritos
con la República Dominicana es que el legislador se inspira para establecer en el régimen
penitenciario toda un catalogo de derechos que permitan como ya dice el citado articulo 8 proteger los
derechos de las personas, y mantener los medios que le permitan perfeccionarse progresivamente,
en este caso, para ser devuelto a la sociedad en capacidad de respeto a la ley.
Para un estudio más detallado de los principales derechos de los reclusos es imprescindible
comenzar con un análisis del artículo 8 de la constitución, en el que se establece como derechos
individuales y sociales: Inviolabilidad de la vida. En el cual el estado deja garantizado que no se
castigara a nadie con torturas, ni con la pena de muerte.
El Principio de igualdad, principio por el cual, toda persona tiene derecho a un trato igualitario,
prohibiéndose diferencias en el tratamiento o discriminación fundadas en perjuicio de raza, religión,
color, nacionalidad, clase social u opinión política.
Pero antes de entrar de lleno en enumerar un catalogo de principios y garantías que protegen a
nuestros reclusos consagrados por nuestro sistema penitenciario, quiero hacer hincapié en lo que
debe ser su trato que es fundamental para garantizar la ejecución de estos derechos.
Lo primero que quiero decir es que lo fundamental en el trato no es solo que sea igualitario sino que
sea un trato correcto. El trato correcto no es más que el conjunto de actividades desarrollas en los
recintos penitenciarios en respeto de los derechos del recluso, mediante el cual se busca como fin
último del proceso la preparación de la persona para su reinmersión social cuando salga en libertad.
El art.8 de nuestra Constitución reconoce los derechos de las personas humanas. En su acápite 1,
nos habla sobre la inviolabilidad de la vida, mejor dicho sección 1; De Los Derechos Individuales y
sociales son muy claros y precisos.
Principio 1.-
Toda persona sometida a cualquier forma de detención o prisión será tratada humanamente y con el
respeto debida a la dignidad inherente al ser humano.
Principio 3.-
No se restringirá o menoscabara ninguno de los derechos humanos de las personas sometidas a
cualquier forma de detención o prisión reconocido o vigente en un Estado en virtud de leyes,
convenciones, reglamentos o costumbres so pretexto de que presente conjunto de principios no
reconoce esos derechos los reconoce en menor grado.
Principio 6.-
Ninguna persona sometida a cualquier forma de prisión o detención será sometida a tortura o a trato o
penas crueles, inhumanas o degradantes. No podrá invocar circunstancia alguna como justificación
de tortura o dentro trato o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Principio 12.-
1.- se harán constar debidamente:
A).- Las razones del arresto.
B).- La hora del arresto de la persona y la hora de su traslado al lugar de custodia, así como la hora
de su primera comparecencia ante el juez u otra autoridad;
C).- La identidad de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que hayan intervenido;
D).- Información precisa acerca del lugar de custodia.
Principio 28.-
La persona detenida opresa tendrá derecho a obtener, dentro de los límites de los recursos
disponibles si se trata de fuentes públicas, cantidades razonables de materiales educacionales,
culturales y de información con sujeción a condiciones razonables que garantizan la seguridad y el
orden en el lugar de detención o prisión.
Ya en su recinto carcelario el interno, tiene derecho a un trato digno, ropa, educación, recreación,
visitas, alimentos, asistencia médica etc.
1.3. Indicar el régimen jurídico y las normativas del trabajo penitenciario en la Rep. Dom.
El régimen jurídico fue adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1988, y
nuestra ley no.224, que tiene todos los reglamentos y normas.
Pero hay que destacar, que presenta concepto que no son aplicables en dicha ley, nos presenta
además tres clases de recintos para cumplir la pena que son:
Penitenciaria.- para cumplir condena no mayor de dos (2) años
Presidio.-para cumplir condena mayor de dos (2) dos años.
Cárceles.-para personas preventivas.
Pero a acontece que nuestros presidios, cárceles y penitenciario están llenas de hombres y mujeres
sin ser juzgados, el estado tiene que proveer a estas personas de defensores, para un mayor
desenvolvimiento de las autoridades y del preventivo y de esta formas el régimen penitenciario sea
más efectivo.
Sistema Penitenciario
1.4 Conceptos Se entiende por Sistema a un conjunto de actividades o funciones entrelazadas que
cumplen un objetivo determinado. Partiendo de ese concepto se puede decir que Sistema
Penitenciario no es más que un conjunto de normas, principios, preceptos, pautas de
comportamientos, instituciones, practicas, entidades dirigidas o encaminadas a la humanización de
los recintos carcelarios de un país cualquiera, dentro del cual trata de rehabilitar al violador de la
norma penal establecida.
El profesor Leoncio Ramos en su obra Nota del Derecho Penal Dominicano nos dice que: “El
Régimen Penitenciario es el modo de cómo se deben ejecutar las penas privativas de libertad”.
Para el Criminólogo y Catedrático Universitario, Dr. José A. Silie Gatón “El sistema penitenciario,
tiene más bien un sentido doctrinal, refiriéndose a las directrices y elementos esenciales de ejecución
de las penas privativas de libertad y el Régimen Penitenciario se refiere al conjunto de normas que
regulan la vida de los reclusos en el establecimiento penal”.
El Sistema Penitenciario supone toda una serie de mecanismos, métodos, técnicas, las cuales fueron
concebidas para remover en el recluso las inclinaciones que le llevaron a delinquir. Sin embargo,
hay que recordar que un sistema carcelario es un centro en donde se manifiesta la ideología de la
clase dominante sobre su criterio respecto de la rehabilitación de los condenados a penas privativas
de libertad.
Concepto de Pena. Es la privación o restricción de bienes jurídicos, impuesta conforme a la ley por
los órganos jurisdiccionales competentes, al culpable de una infracción penal. La pena es
considerada como una acción retributiva al sujeto por la comisión de un delito.
En cuanto al castigo ha sido considerado tradicionalmente como una forma de control de la conducta
de niños, delincuentes o animales. El castigo ha sido la técnica de control mas usada, se remonta a
las primeras civilizaciones conocidas y “los primitivos contemporáneos” la siguen usando para
socializar niños o para readaptar a los delincuentes. El castigo aparece ligado a la educación y se
aplica, aparentemente, para evitar la repetición de un acto.
La pena no debe considerarse como una revancha social, sino como una oportunidad que se le
brinda al individuo infractor para que reoriente su comportamiento y se convierta en una persona de
bien, productiva y que respete las normas sociales.
Las cárceles surgieron a consecuencia de la necesidad del hombre de aislar a sus enemigos. Las
Primeras cárceles fueron cuevas, tumbas, cavernas y lugares inhóspitos donde se enviaban
desterrados a los enemigos del Estado.
En el año 640 DC, Grecia y Roma, construyeron las primeras cárceles, destinadas a encerrar a los
enemigos de la patria. En Roma existían dos cárceles la Carcere Mamertino, construidas por Anco
Marcio y el Ergastulum, término griego que significa labores forzadas destinadas a todos los esclavos
que debían trabajar. En Grecia: Existían dos cárceles, una destinada a los jóvenes que delinquían y
otra llamada el Pritanio, para los que atentaban contra el Estado.
En la Edad Media no se encuentran cárceles, ya que en esta época se concebía la pena como una
venganza privada. En la época feudal se construyen cárceles para aquellos que no podían pagar la
multa como pago al daño por el delito cometido.
En Francia hacia el año 1300, la Casa de los Conserjes es transformada en cárcel y la Bastilla
albergaba a los delincuentes políticos. En el Siglo XVI, es la llamada Edad de la Razón donde nace
una verdadera historia penitenciaria, la de los institutos o cárceles para custodia permanente de los
reos. En Inglaterra se construyó la cárcel llamada Casas de Corrección, para mendigos,
vagabundos y prostitutas.
En el Siglo XVII, en Holanda se implementaron los Institutos para hombres y mujeres, los cuales
aplicaban a los presos trabajo forzado, implacable disciplina, castigos corporales, y mucha
promiscuidad.
En el año 1703, el Papa Clemente XI, creó en Roma, el Hospicio de San Miguel, este centro
albergaba a los jóvenes delincuentes, con tratamiento esencialmente educativo, con instrucción
religiosa y enseñanza de cualquier oficio. Fue el primero en hacer una clasificación entre jóvenes y
adultos. Así mismo separó a los jóvenes condenados de los de conducta irregular.
A partir del Siglo XVIII, surge en Europa la primera ideología moderna penitenciaria. Las teorías de
los científicos de ese Siglo, discernían respecto a la forma de la penalidad por los delitos cometidos.
Voltaire expresaba que el Código Penal Francés parecía planeado para arruinar a los ciudadanos.
Montesquieu en 1721 hizo una fuerte crítica de la naturaleza y eficacia de las penas.
Cesare Bonnessana, Marqués de Beccaria en 1764 escribe su inmortal obra de los delitos y las
penas, donde grita que las penas eran arbitrarias, bárbaras, crueles y exageradamente severas,
como eran el ser quemados vivos, la tortura de la rueda, de la condena de las galeras, las
mutilaciones y las marcas con fuego.
En 1777 surge la obra de John Howard “El estado de las prisiones en Inglaterra y el país de Gales”,
con el objeto de iluminar las conciencias y acercar la política criminal a consideraciones útiles y
sensibles. De simples e improductivas tentativas de prevenir el contagio criminal y el deterioro de los
delincuentes se ha pasado actualmente a la institucionalización de las penas con la búsqueda de
métodos funcionales de disciplina y tratamiento reeducativo.
2.1 Antecedentes históricos. La llegada de los españoles a nuestra Isla en 1492, marca el inicio de
los acontecimientos sociales, económicos y jurídicos. En este caso se puede afirmar que lo referente
a los establecimientos carcelarios también tuvo su iniciación a partir de la llegada de los españoles.
Las Capitulaciones de Santa Fe, fue el contrato firmado por los monarcas españoles y el navegante
Cristóbal Colón, en el cual se establecían las ventajas de ambas partes, en ese documento se le
concedía al conquistador la autorización de “impartir justicia tanto en el mar durante la travesía como
en tierra, con la facultad de delegar esos derechos”.
Un primer antecede, lo constituye la construcción del Fuerte o Fortaleza La Navidad, construido por
Cristóbal Colon, con los restos de la nave naufragada llamada Santa Maria. En dicho fuerte, había
destinada un área para alojar los detenidos y a los sentenciados o condenados. Luego se
construyeron otros recintos para la guarnición de los soldados, de los armamentos y las municiones,
así como pabellones para alojar a los que eran arrestados.
La Real Cédula, que encomendaba a los funcionarios para vigilar el cumplimiento de las condenas
privativas de libertad y la ejecución plena de las disposiciones de los tribunales, sobre todo cuando
tenían sanciones, así como la creación de la Real Audiencia de Santo Domingo, considerado el
Primer Tribunal Colegiado formado en las nuevas tierras.
En la misma se le encomendaba a los jueces que integraban el referido tribunal, que a los menos
dos de ellos visiten el sábado de cada semana, la cárcel o cárceles de la ciudad o villa o lugar donde
residan y sepan cómo se hace y se administra la justicia a las personas que estuvieren presas en
ellas y provean y remedien como la justicia se administra a los dichos brevemente y no se les haga
agravio alguno.
A partir del reinado del Rey Felipe II, comienzan a tomarse en cuenta factores humanos con respecto
a la situación de los presos. En Real Cédula dada en el Prado el 2 de diciembre del 1582, se ordena
que en todos pueblos de Indias, sean construidas cárceles para custodiar a los delincuentes, con
habitaciones divididas para hombres y mujeres.
En 1563, fue dictada la Ordenanza 292, rec. Ley 3, establecía que en las cárceles debían existir una
capilla y un Capellán para que oficiara una misa a los presos.
En el año 1596, se dicta la Ordenanza 317, donde se le instruye a los Alcaides y carcelarios para que
no injurien ni ofendan a los presos; otra Ordenanza prohibía que éstos recibieran ¨Dones en dinero
ni en especie de los presos”.
La Ordenanza 309 Rec., Ley 11, ordenaba la obligatoriedad para los alcaides y carceleros de visitar
los presos todas las noches, revisar las prisiones, las puertas y cerraduras de toda la prisión.
En la época de la Colonia, además de los lugares destinados para la reclusión de aquellos que
violaran a las normas y reglas existentes, también se implementó la multa, la confiscación, el cepo,
los azotes, argolla, las marcas de hierro candente, la mutilación, el descuartizamiento y la muerte por
ahorcamiento, sanciones y castigos que dependían, no tanto del acto cometido, sino de la persona,
pues solo se aplicaba la multa cuando se trataba de un Caballero. La esclavitud fue abolida en la
República Dominicana el 1ro. de marzo de 1844.
Para el año 1936 en la República Dominicana, había una cárcel Pública en el Distrito Nacional, una
Penitenciaria ubicada en el poblado de Nigua y once cárceles ubicadas en San Cristóbal, Santiago,
La Vega, San Francisco de Macorís, Puerto Plata, San Pedro de Macorís, Montecristi, Azua, Moca,
Barahona, El Seibo y Samaná.
El 6 de abril de 1943, se promulgó un reglamento para los alcaides de las cárceles provinciales cuyas
funciones eran las siguientes:
a) Velar por el estricto cumplimiento de las disposiciones encomendadas de la Procuraduría General
de la República;
b) Responder por la cantidad de presos entregada a la ciudad;
c) Llevar un registro de los presos que ingresen en las cárceles y asentar con cuidado y corrección los
datos que se requieren en los formularios que les sean suministrados por la Procuraduría General de
la República.
En la década de los años 50, las cárceles inauguradas funcionaban en fortalezas militares y cuarteles
levantadas en diferentes partes del país. Las edificaciones en principio eran limpias, pero con el paso
del tiempo se convirtieron en lugares inhabitables para humanos y cuartos de torturas, tales fueron la
fortalezas de Azua, Bani y Neiba. En 1952, fue inaugurado el Penal de la Victoria, construido para
alojar a 1,200 reclusos, pero, apenas podía albergar a unos 800.
El régimen de Trujillo se caracterizó por la forma despiadada y las barbaries cometidas contra los
reclusos. A las personas acusadas de crímenes o robos, se les torturaba, propinándoles golpizas de
ablandamiento para que fueran condicionándose a las normas carcelarias. Además, se le impuso el
uso de ropa a rayas, como en otros países con mayor desarrollo al nuestro.
Algunos reclusos se les utilizaba en labores agrícolas en colonias propiedad de Trujillo, tal como era
“El Pozo” en Nagua, un lugar territorial cenagoso y extenso, donde los prisioneros eran transportados
en camiones, trabajaban a pleno sol, en la siembra, limpieza y corte de arroz, y por las noches
dormían en el suelo, en galpones (almacenes) hambrientos y sin ninguna condición higiénica.
Los que eran llevados al Sisal de Azua, padecían situaciones críticas, ya que este era un sembradío
de sisal, planta con parentesco a la cabuya, donde aparecían alimañas como los alacranes,
guazábaras y otros. También se utilizaban los presos comunes para trabajar en caminos vecinales,
estos eran tratados como cosas o bestias salvajes por los oficiales de las Fuerzas Armadas o la
Policía Nacional.
En cuanto a los presos políticos que eran opositores al régimen, se les mantenía aislados en la
prisión para evitar que hablaran sobre tratamiento que se les daba en las cárceles. Se les torturaba
en la cárcel “La 40”, “El 9” y “El 6 ½” de la Autopista Duarte, esos lugares se les llamaron así por
las calles o kilómetros donde estaban ubicados.
El 28 de septiembre de 1961, entró en vigencia la Ley 5635, donde se concede la libertad condicional
a todo condenado a pena privativa de libertad, de carácter criminal o correccional, después de tener
cumplida la mitad de la pena impuesta y otros requisitos como demostrar hábitos de trabajo, buena
conducta dentro del recinto, que estuviera física y psíquicamente apto para reintegrarse a la vida en
sociedad.
En el año 1961, se emitió el Reglamento No. 7083, cuyo objetivo era la organización y
funcionamiento de los recintos carcelarios en nuestro país. Es a partir de la implementación de la
Ley 224 del 26 de junio del año 1984, que el sistema penitenciario dominicano, entra en otra etapa
donde se adoptan una serie de derechos para los reclusos.
Igualmente, establece una separación tanto entre los reclusos mayores y menores de 21 años, así
como aquellos que hayan cometido delitos de sangre, y contra el sexo. También serán tomados en
cuenta factores como la personalidad del recluso, naturaleza del delito, duración de la pena.
En cuanto al ingreso de los reclusos a los establecimientos carcelarios, esta solo será posible en
virtud de una orden emanada de autoridad judicial competente.
En lo referente a los egresos o salidas de la prisión, son varias las causas que la determinan:
a) Cumplimiento de la condena.
b) Libertad Condicional.
c) Indulto o Amnistía.
d) Salidas temporales.
e) Orden de la autoridad competente.
Igualmente, se establece el trabajo en sus dos vertientes, o sea, como parte del proceso de
rehabilitación y como medio para que el recluso pueda disponer de ingresos que le sirvan para
mejorar las condiciones personales y las de su familia. En todos los casos, el trabajo será obligatorio,
al igual que la asistencia a los centros de instrucción que existirán en las cárceles.
En cuanto a la comisión de Vigilancia, Evaluación y Sanción, está formada por el Director del Penal,
el Secretario, un Psiquiatra y un Visitador Social, así como cuantas demás personas se requieran.
Esta comisión tendrá a su cargo las labores de tratamiento, adaptación, permisos, y sanciones de los
reclusos a su cargo. También resolverá sobre el avance o retroceso de los reclusos sometidos al
tratamiento.
A partir de la puesta en vigencia de la referida ley, nuestro país, ha iniciado la implementación del
nuevo sistema penitenciario, basado en la filosofía de respeto a la condición humana de las personas
privadas de libertad, el cual descansa sobre tres pilares fundamentales:
a) Construcción de nuevas plantas físicas o adecuación de las mismas,
b) Talento humano;
c) Aplicación del nuevo sistema de gestión penitenciaria.
Estos factores van íntimamente relacionados, en el sentido de que es insostenible una Gestión
Penitenciaria eficiente en las viejas edificaciones donde el hacinamiento, la insalubridad y la
deshumanización se han convertido en la realidad imperante.
Del mismo modo que es inútil una nueva edificación si no se implementa una gestión penitenciaria
con talento humano capacitado en el manejo de la administración penitenciaria, profesionales de la
salud que comprendan la condición del privado de libertad y Agentes entrenados en Vigilancia y
Tratamiento Penitenciario (VTP), formados por la Escuela Nacional de Administración Penitenciaria
(ENAP).
CAPITULO III:
Órganos Administrativos y Judicial Del Sistema Penitenciario.
3.1 La Dirección General de Prisiones, es un organismo creado mediante la Ley 224 del 26 de
junio de 1984, dependiente de la Procuraduría General de la República, bajo cuya dirección y
control están todos los establecimientos penales del país.
La administración penitenciaria es ejercida por la Dirección General de Prisiones, cuya función
principal es la de materializar lo que debe ser el tratamiento penitenciario, el cual define como el
conjunto de actividades que la Dirección General de Prisiones desarrollará en los establecimiento
penales y tiene por objeto tanto la custodia del recluso como la preparación para su reinserción social
cuando salga en libertad.
Esta Institución es dirigida por el Director General de Prisiones y está integrada por los siguientes
Departamentos: Departamento de Secretaria y Administración Jurídica, de inspección, de personal,
vigilancia y tratamiento penitenciario, Contabilidad y Control Industrial, Educacional; Criminología,
Sanitario, Bienestar y Asistencia Social, Menores, Mujeres, De Control para los condenados que
gocen del beneficio del Perdón Condicional, Libertad Condicional y de asistencia post penitenciaria.
3.2 Personal Penitenciario. Los integrantes del personal deben poseer un nivel intelectual
suficiente y antes de entrar en el servicio, debe recibir la debida capacitación en materia de
formación penitenciaria y aprobar satisfactoriamente las pruebas teóricas y prácticas. Este personal
está integrado por especialistas, entre los que se encuentran psiquiatras, psicólogos, trabajadores
sociales, maestros e instructores técnicos.
Dicho personal debe conducirse y cumplir sus funciones en toda circunstancia, de modo tal que su
conducta inspire respecto y ejerza una influencia beneficiosa para el recluso.
En los establecimientos mixtos, la sección de mujeres está bajo la Dirección de una funcionaria
femenina responsable, de modo que, ningún funcionario masculino penetre a la sección de reclusas
femenina, sino va acompañado de un miembro femenino del personal.
Respecto a la seguridad, la misma está a cargo de Agentes entrenados en Vigilancia y Tratamiento
Penitenciario (VTP), formados por la Escuela Nacional de Administración Penitenciaria (ENAP).
El personal penitenciario no puede exigir, cobrar, ni recibir de los reclusos, de sus familiares o
amigos, ningún tipo de gratificación, dadivas o regalos de ninguna especie, so pena de ser
sancionados con la pérdida inmediata del empleo.
3.3 La Ejecución De La Pena. De conformidad con el Código Procesal Penal, el control de los
condenados y todo lo que tiene que ver con las condiciones del cumplimiento de la pena está a cargo
del Juez de la Ejecución de la Pena, quien deberá velar porque las penas se cumplan en
condiciones lo menos perjudiciales para el interno, acorde con su personalidad, lo que constituye un
avance en materia penitenciaria.
El referido texto legal pone especial interés en la situación del condenado luego de recaer sobre el
mismo sentencia condenatoria firme, para lo cual ha creado la jurisdicción de Ejecución de la
Pena, sobre la cual se colocó un papel muy interesante, el cual se desprende de la lectura de los
artículos 28, 74, y 436 del Código Procesal Penal.
Ha sido tanto el interés puesto por el legislador en la jurisdicción de aplicación de la pena que,
precisamente el principio No. 28 del Código Procesal Penal, está dedicado a la ejecución de la Pena,
el cual establece: “La ejecución de la pena se realiza bajo control judicial y el condenado puede
ejercer siempre todos los derechos y facultades que le reconocen las leyes. El Estado garantiza
condiciones mínimas de habitabilidad en los centros penitenciarios y provee los medios que permiten,
mediante la aplicación de un sistema progresivo de ejecución penal, la reinserción social del
condenado”.
De igual manera, el Código Procesal Penal pasa a manos del Juez de la Ejecución de la Pena el
control cabal de todo lo relativo a la ejecución y cumplimiento de la sentencia, lo cual se colige de la
lectura del artículo 74, el cual consigna lo siguiente: Los jueces de ejecución penal tienen a su cargo
el control de la ejecución de las sentencias, de la suspensión condicional del procedimiento, de la
sustanciación y resolución de todas las cuestiones que se planteen sobre la ejecución de la condena.
Asimismo la Resolución No. 296-05 del 6 de abril del 2005, emitida por la Suprema Corte de Justicia,
estatuye el Reglamento del Juez de la Ejecución de la Pena para el Código Procesal Penal.
Corresponde al Juez de la Ejecución de la Pena, velar por todas aquellas cuestiones que puedan
beneficiar al condenado. De modo tal, que para los casos en que luego de condenado, el imputado
se favorezca de una posible eliminación o reducción de la condena por la causa de revisión penal,
dado que se ha eliminado el carácter delictuoso de la ley que se le aplicó o se ha dulcificado la
pena, el juez de la ejecución penal puede interponer este recurso de oficio a favor del condenado.
CAPITULO IV:
Derechos de Reclusos en los Recintos Penitenciarios.
4.1 Aspectos Normativos. En la sociedad moderna los derechos fundamentales son una gama de
prerrogativas que universalmente le corresponden a los seres dotados de la calidad de persona y que
se encuentran reconocidos y garantizados por la Constitución, las Leyes y el derecho supranacional.
Las prisiones han sido escenarios de las más reiteradas, graves y notorias violaciones de los
derechos humanos, pues han constituido un espacio desastroso para su vigencia. En dichos recintos,
han quedado esos derechos expuestos al más grave riesgo, y han sufrido la más severa afectación,
con intensa frecuencia.
A partir de 1945, los países europeos proyectan un proceso de reforma de sus sistemas carcelarios,
proceso fundado en dejar progresivamente de visualizar como un ente eminentemente peligroso al
reo que debe ser disgregado del seno social y pasa a ser reconocido como un ser humano titular por
ello de derechos y obligaciones1.
Las políticas penales tradicionales estaban generalmente estructuradas con relación a la protección
de la sociedad. En nuestros días, el impacto de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
proclamada por las Naciones Unidas en 1948, fue asociando la ciencia penitenciaria a un conjunto
creciente de legislación sobre derechos humanos.
En la República Dominicana, nuestra Constitución actual, así como la Ley 224-84 y el Código
Procesal Penal, recogen ciertos principios básicos contenidos en los instrumentos y cuerpos
internacionales en materia penitenciara, estableciendo disposiciones que estatuyen las prerrogativas
dirigidas a los sujetos pasivos de la coerción penal.
En el art. 436 del Código Procesal Penal, se plasma un trasfondo proteccionista sobre los derechos
de los condenados, pues éste reza: “El condenado goza de todos los derechos que le reconocen la
Constitución, los tratados internacionales, las leyes y este Código, y no puede aplicarse mayores
restricciones que las que expresamente dispone la sentencia irrevocablemente y la Ley”.
Asimismo cabe destacar que el citado Código, en su artículo 10, estipula como principio fundamental
del proceso penal, a la dignidad de la persona de la forma siguiente: “Toda persona tiene derecho a
que se respete su dignidad personal y su integridad física, psíquica y moral. Nadie puede ser
sometido a torturas ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
Para la Ley 224-84, recluso es toda persona que se encuentra privada de su libertad en virtud de una
orden de autoridad judicial competente y mientras se encuentra interna en un establecimiento penal,
sea una penitenciara, un presidio, una cárcel o en un recinto especializado. Dicha legislación estipula
un conjunto de derechos a favor de todo recluso, a saber:
A un trato igualitario, sin importar su nacionalidad, raza, color, religión, clase social y opinión
política.
A su integridad física, quedando prohibido ejercer contra ellos torturas, maltratos, vejaciones
o humillaciones.
A su seguridad individual quedando, en consecuencia, prohibido al personal de vigilancia el
uso de la fuerza o de la violencia, salvo en los casos en que circunstancias específicas en la ley lo
permitan.
Todo recluso tiene derecho de interponer sus quejas ante el alcalde o quien haga sus veces
cada vez que se considere que ha habido víctima de una arbitrariedad y de no ser atendía a
presentarla ante la Dirección General de Prisiones.
Derecho a salida luego del cumplimiento de un tercio de la pena y sujeto a las condiciones en
la ley. Derecho a que en el establecimiento penitenciario haya un ambiente de higiene que le permita
conservar y mejorar la salud física y mental.
Al aseo personal, para lo que deberán existir instalaciones adecuadas para tales fines.
A un alojamiento o dormitorio dentro del establecimiento penitenciario.
1
Derechos Fundamentales de los condenados a penas privativas de libertad. Pag. 1, Licda. Dorka Tatis.
A vestimenta uniforme sin que en ningún caso sea degradante o humillante. Fuera del
establecimiento el recluso usara sus ropas personales y en caso de no tener, deberá
proporcionárseles.
A cama individual con ropa adecuada y limpia.
A recibir alimentación adecuada en cantidad y calidad para el mantenimiento de la salud.
A salir diariamente al patio o dependencias al aire libre por un plazo no inferior de una hora.
A que se le sean devueltos a su egreso, el dinero, objetos de valor, ropas, y otras
pertenencias que quedaron en el depósito a su ingreso al establecimiento.
A que se le mantenga debidamente informado de los acontecimientos más importantes de la
vida nacional e internacional, permitiendo la circulación de periódicos, libros, revistas, así como a
través de charlas, conferencias, programas de radio y televisión.
A formular y dirigir peticiones y quejas a la dirección del establecimiento, autoridades
administrativas y judiciales.
A recibir visitas de sus parientes, abogado, amigos con la frecuencia que dispongan los
reglamentos.
A despachar y recibir correspondencia.
A que se dé aviso a sus familiares o a la persona que indique, de su ingreso, traslado o
egreso de un establecimiento penitenciario.
A ser escuchado previo a la aplicación de una medida disciplinaria en su contra.
A comunicarse y mantener contactos con representantes de su religión, pudiendo
preemitírseles participar en los servicios religiosos organizados en el establecimiento, y tener libros
piadosos y de instrucción religiosa.
Derecho de asistir al lecho de enfermedad grave o funerales de algún pariente del recluso,
siempre que fuese autorizado por el director del establecimiento.
Derecho de toda reclusa de conservar su hijo en el establecimiento penitenciario por el
tiempo estrictamente necesario, debiendo a tal efecto habilitarse dependencias apropiadas en el
penal.
Derecho de todo recluso encausado (o preventivo) a que se le presuma inocente debiendo
ser tratado en consecuencia.
Derecho del recluso preventivo, a usar, si es su deseo, sus propias prendas de vestir y ropa
de cama, así como también a ser atendido por su propio medico y su dentista.
Derecho de todo recluso egresado a recibir asistencia y protección moral y material a fin de
poder desarrollar normalmente su vida en libertad.
Hoy se entiende que el tratamiento penitenciario es, la forma en que el sistema trata al interno, su
relación con él, la forma en que lo maneja. En otras palabras, es el conjunto de actividades que se
desarrollan en el interior de una cárcel.
4.2 La Libertad Condicional. Está reglamentada por la Ley No. 164 del 14 de octubre de 1980, los
artículos 444 y 445 del Código Procesal Penal, y el articulo 14 numeral 4 de la Ley No. 278-04, sobre
Implementación del Proceso Penal, que modifica el artículo 3 de la Ley No. 164 de 1980,
previamente citada.
Es un medio de prueba de que el condenado a una pena privativa de libertad superior a un año, y a
quien se le concede dicho beneficio, se encuentra en condiciones para vivir en un estado natural de
libertad.
La Libertad Condicional no tiene carácter liberatorio, sino más bien es una manera de cumplir la
sentencia en libertad, bajo ciertas condiciones, que de no cumplirse éstas, es susceptible de
revocación y el beneficiario puede ser encarcelado.
Constituye uno de los medios más eficaces para lograr que las penas privativas de libertad cumplan
debidamente sus finalidades y, constituye, conjuntamente con las llamadas “salidas temporales” el
mejor sistema de prueba de la efectiva rehabilitación del recluso.-
Para que el Juez de la Ejecución de la Pena pueda otorgar la libertad condicional, además de los
requisitos enunciados, exige que el condenado haya cumplido con las multas, la indemnización
impuesta mediante la sentencia a favor de la víctima o se haya puesto de acuerdo con la parte
agraviada.
La libertad condicional, como su nombre lo indica, es una libertad condicionada, de modo pues, que
si se observare una conducta inadecuada de parte del recluso una vez se encuentre en libertad, este
puede ser llamado nuevamente por la justicia y en consecuencia ordenar su reclusión.-
En caso de que el recluso no cuente con los recursos suficientes para pagar la indemnización, no
procede la prisión compensatoria, que la indemnización es un asunto de interés privado, razón por la
cual el Estado no puede negociar esa acción. En el caso de que se trate de una multa, si no cuenta
con los recursos para pagar la misma, el Juez de la Ejecución de la Pena puede ordenar que sea
compensada con trabajos comunitarios, en centros públicos, como son en las escuelas, hospitales,
etc.
CAPITULO V:
Las Edificaciones Carcelarias.
5.1 Los recintos carcelarios. Una gran parte de las cárceles existentes responden al diseño propio
de la cultura de castigo y tortura ya que, en su mayoría, datan de la época de la dictadura de Trujillo.
No es sino hasta la construcción de las cárceles de Monte Plata, Rafey Santiago, Mao y las cárceles
modelo de Najayo que se edificó una estructura diferente a las antiguas edificaciones, tomando en
cuenta la diferencia cronológica y de género de los internos, creando pabellones diferentes para
hombres, mujeres y menores. No significando ello que su funcionamiento fuera acorde con los
requerimientos mínimos aceptados por Organismos Internacionales.
Actualmente, el país está a la vanguardia en la construcción de recintos cuya infraestructura cumpla
con los requisitos exigidos por el nuevo Modelo de Sistema Penitenciario.
Los establecimientos deberán contar con las celdas, dormitorios, servicios higiénicos, patios,
comedores. Talleres, lavanderías, bibliotecas, cocina, enfermerías, capillas, bodegas, instalaciones
de oficina y demás dependencias necesarias, a fin de que los reclusos puedan llevar una vida digna y
recibir un tratamiento acorde con su rehabilitación.
En la Actualidad, el Sistema Penitenciario Dominicano, cuenta con los siguientes recintos:
Recinto Año Construcción
Azua 1940
Baní 1981
Barahona 155
Cotuí 1932-1989
Dajabón 1943
El Seybo 1958
Elías Piña 1945
Higuey 1986
Jimaní 1944
Km 15 de Azua 1996
La Romana 1955
La Vega 1951
La Victoria 1952-1998
Mao, Valverde 1990
Moca
1952
Centro de Corrección y Rehabilitación de Moca
Modelo Najayo 1994
Modelo de Najayo Adolescentes 1994
Centro de Corrección y Rehabilitación - Najayo
1994-2005
Mujeres
Montecristi 1935
Monte Plata 1988
Nagua 1952
Neyba 1949
Pedernales 1932
Puerto Plata 1976
Salcedo 1937
San Cristóbal 1947
Samaná 1982
San Francisco de Macorís
1994
CCR Vista al Valle
San Pedro de Macorís 1978
San Juan de la Maguana 1950
CCR Masculino Rafey Santiago
1986
CCR Femenino Rafey Santiago
Santiago Rodríguez 1951
Departamental Este 1998
Departamental Nordeste 1998
CCR - San Felipe Puerto Plata 2004
En los nuevos modelos de sistema penitenciarios, se busca mejorar la calidad de vida de los internas
e internas, bajo un régimen de atenciones que se requieren en su proceso de rehabilitación.
Actualmente acordes con los propósitos del nuevo Modelo Sistema Penitenciario, de las cárceles
existen en el país, trece (13) han sido convertidas en Centros de Corrección y Rehabilitación, de las
cuales nombres y fechas de apertura se describen a continuación:
CCR Año
San Felipe de Puerto Plata 04-Abril-2004
Najayo Mujeres 21-Marzo-2005
Haras Nacionales 11- Dic.- 2005
Dajabón 19- Dic.-2005
Rafey Femenino 06-Feb.-2006
Elías Piña 08-Feb.-2006
Mao 06-Junio-2006
Rafey Masculino 31-Junio-2006
Monte Plata 08-Agosto-2006
Vista al Valle, San Fco. Macorís 17-Junio-2008
San Pedro Macorís 25-Junio -2009
Moca 05-Nov.- 2009
Bani Femenino Diciembre-2009
5.1.2 Población Carcelaria. Según el informe estadístico de la Dirección General de Prisiones hasta
enero del presente año 2010, la población de los recintos carcelarios de país era de 19,555 internos.
De dicha población clasificados de la siguiente manera:
1) Población por sexo:
19,006 sexo masculino para un porcentaje de 97.2 % ,
549 sexo femenino para un porcentaje de 2.08 %.
2) Población por condición jurídica:
12,458 Preventivos para un porcentaje de 63.7%
7,097 Condenados para un 36.3%
3) Población Dominicana y Extrajera
18,154 Dominicanos para un 92.8%
1,401 Extranjeros para un 7.2%
CONCLUSION
Este estudio ha logrado plasmar conocimientos claros y precisos con relación al sistema carcelario en
el país, en el entendido de su normativa, las instituciones que tienen la responsabilidad de dirigir y
velar por el cumplimiento de la Ley que rige el sistema, y la transformación que se está suscitando en
relación a la estructura física de los recintos, la dirección a cargo de civiles y sobre todo el objetivo
principal que es la educación y rehabilitación del recluso.
Con el desarrollo de los temas capitulados se lograron los objetivos propuestos y se entiende que lo
propio fue hecho con claridad y objetividad. Se espera que la presente llene las expectativas de los
que participen de ella como lo hizo con participantes encargados de la elaboración del mismo.
Indudablemente después de conocer de manera específica, cuales son los Distintos Conceptos de
Derecho Penitenciario.
BIBLIOGRAFIA
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República Dominicana, Ley 224 del 26 de junio de 1984
República Dominicana, Código Procesal Penal y Normas Complementarias, Edición
preparada por Guillermo Moreno Santo Domingo, Noviembre 2004.
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Editora Tavarez, Santo Domingo, 2004.
Mateo Calderón, FR, El Nuevo Proceso Penal, Guía para la correcta aplicación, Ediciones
Jurídicas Trajano Potentini, Santo Domingo, 2004.
Hernández, PP, Fundamentos de Penologia y Derecho Penitenciario, Ediciones Jurídicas
Trajano Potentini, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 2007.
Camacho Hidalgo, IP, Introducción al Derecho Penitenciario, Editora Manatí, Santo Domingo,
Rep. Dominicana, 2004.
Tatis Ramos, D, Derechos Fundamentales de los Condenados a Penas Privativas de
Libertad, Editora Nani, Santiago, Rep. Dominicana, 2009.
Cabral O, HA, Reflexiones Penitenciarias
SANTOS, P, La Cárcel en República Dominicana, Impresora Editora Teófilo, Santiago, Rep.
Dominicana, 2006.
Moreno, G, La Crisis Carcelaria Dominicana, Ediciones Gaceta Judicial, 1997
Capitant. Diccionario Vocabulario Jurídico.
Ministerio Público, Revista Instructiva, Año 2- No. 6,
Ministerio Público, Revista Instructiva, Año 2- No. 14
Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
Página Web: yuniorandrescastillo.galeon.com
Correo: yuniorcastillo@yahoo.com
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Twitter: @yuniorcastillos
Celular: 1-829-725-8571
Santiago de los Caballeros,
República Dominicana,
2014.