Antropología Cultural Cap 2 Kottak-1
Antropología Cultural Cap 2 Kottak-1
Antropología Cultural Cap 2 Kottak-1
de investigación
ANTROPOLOGÍA Y CÓDIGOS ÉTICOS
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN
TÉCNICAS ETNOGRÁFICAS
Observación y observación participante • Conversación, entrevistas y la entrevista dirigida
• El método genealógico • Informantes privilegiados • Historias de vida • Las creencias y
percepciones locales y las del etnógrafo • La evolución de la etnografía • Etnografía centrada •
en el estudio de problemas concretos • Investigación longitudinal • Investigación en equipo
• Cultura, espacio y escala.
, , ,
ANTROPOLOGIA Y CODIGOS ETICOS
Los antropólogos son cada vez más conscientes del hecho de que la ciencia es insepa-
rable de la sociedad y del contexto del derecho y de la ética. Los antropólogos no pue-
den estudiar ·cosas sólo porque resultan interesantes O de valor para la ciencia. A me-
21
22 Capítulo 2. Códigos éticos y métodos de investigación
~ordial es para con la gente a la que se estudia. Su bienestar y su interés van por de-
lante de todo lo demás.
Al escribir solicitudes de becas, realizar investigación y trabajar en otros contextos
profesionales, suelen surgir de manera inevitable cuestiones éticas. En Est:a._dos Uni-
dos, antes de aceptar una propuesta de investigación, todas las agencias fede~es exi-
gen una evaluación ética del proyecto. En las universidades suele haber comisiones
cuyo trabajo consiste en hacer tales evaluaciones antes de que se envíe cualquier soli-
citud. Su finalidad es asegurarse de que la investigación no causará daños a las perso-
nas que van a ser estudiadas.
En su Código Ético, la denominada AAA señala que los antropólogos tienen obli-
gaciones para con su academia, para con la sociedad y la cultura más amplias, y para
con la especie humana, las restantes especies y con el medio ambiente. La finalidad de
este código es ofrecer referentes y fomentar la discusión y la educación.
El Código hace referencia a diversos contextos en los que trabajan los antropólo-
gos. Sus puntos principales sobre las dimensiones éticas de la investigación, la ense-
ñanza y la aplicación, podrían resumirse de la siguiente manera: Al proponer y reali-
zar una investigación, según el Código, los profesionales de la antropología deben ser
transparentes acerca de sus propósitos, impactos potenciales y fuentes de apoyo.
2. Quienes realizan investigación tienen que ser respetuosos con la seguridad, la dig-
nidad y la privacidad de la gente que estudian. También han de evitar dañar la se-
guridad, el bienestar psicológico y la supervivencia de los animales y de las espe-
cies que estudian.
3. Deben enterarse con antelación si sus anfitriones desean permanecer en el anoni-
mato o ser reconocidos, y han de realizar todos los esfuerzos posibles para cum-
plir con estos deseos.
. .
:s:=:~:~i~~:J::re
1. Quienes ~vestigan deben poner sus resultados a disposición de los atro .
deben tomar decisiones acerca del enfornoc;::aq:e
e campo, y otras personas Debe t
implicaciones sociales y políticas de su trab . . . n ener en cuenta las
d -
MÉTODOS~
Uf; INVESTIGACIÓN
La antropología cultural y la sociolooí
. '6n y eI comportamiento social "'"'ª co parten su mterés
.
gamzac1 es. S n embargo a . las re1ac1ones,
por . la or-
, partir de los tipos d e soc1e-
.
Introducción a la Antropología 25
dades que cada una de ellas tradicionalmente ha estudiado es donde surgen impor-
tantes diferencias entre estas disciplinas. Inicialmente los sociólogos se centraron en
el estudio de las sociedades occidentales industrializadas, mientras que los antropólo-
gos lo hacían en las sociedades no industriales. Para enfrentarse a estos dos tipos de
sociedades se desarrollaron diferentes métodos de recogida y análisis de datos. Para
los estudios a gran escala de sociedades complejas, los sociólogos se apoyaron en el
uso de cuestionarios y otros medios de recogida masiva de datos cuantificables. Du-
rante muchos años, las técnicas estadísticas y de muestreo han sido fundamentales en
sociología, mientras que los antropólogos se han preocupado menos por una forma-
ción estadística (aunque esto está cambiando a medida que los antropólogos trabajan
cada vez más en sociedades modernas).
Los etnógrafos tradicionales estudiaban poblaciones pequeñas, ágrafas (sin escri-
tura) y hacían uso de métodos etnográficos apropiados a tal contexto. "La etnografía
es un proceso de investigación en el que el antropólogo realiza un estrecho segui-
miento observando, registrando y participando de la vida cotidiana de otra cultura
-una experiencia etiquetada como el método de trabajo de campo-, y luego escribe
informes sobre esa cultura, poniendo énfasis en la descripción detallada" (Marcus &
Fischer, 1986, pág. 18). Un método clave descrito en esta cita es laa observación parti-
cipante -tomar parte en los hechos que uno observa, describe y analiza.
La antropología comenzó a separarse de la sociología a principios del siglo XX. Los
primeros estudiosos de la sociedad, como el académico francés Emile Durkheim,
están entre los fundadores tanto de la antropología como de la sociología. Compa-
rando la organización de las sociedades simples y las complejas, Durkheim estudió las
religiones de los, aborígenes australianos (Durkheim, 1912/2001), así como fenómenos
.,
Capítulo 2. Códigos éticos y métodos de investigación
26
, ,
TECNICAS ETNOGRAFICAS
Las técnicas de campo cara t , . d·
c ensticas e1 etnógrafo son las siguientes:
1. Observación directa de ri
yendo la obseroació"' ?. mera mano, del comportamiento cotidiano, inclu-
,z partzczpante.
3. El método genealógi,co.
Introducción a la Antropología
27
4. Trabajo detallado con informantes privi/ern,,A05 b
vida comunitaria. 0 '"" so re aspectos determinados de la
::~t; ~~e~:eo
lueg~::t::e;:;¡:_d~s y populosos países industriales. Esa encuesta, de la que
y manejable de ;ntr:
0
(la elecci~n de un grupo de estudio pequeño
datos. Por el contrario nos t a~i n más ampha) y una recogida impersonal de
res de la comunidad q~e es~~os mtenta~os hacer la entrevista en todos los hoga-
Utilizamos -una guía para . amos estudiando (es decir, tener una muestra total)
onentar O dº · · I . ·
Con la entrevista dirimda I ingir a entrevista más que un cuestionario
e• ' e etnógrafo habla ·
h ace preguntas y anota las resp · cara a cara con sus informantes
á . d' . uestas Los proced· . t d l ,
a ser m s m irectos e impersonales; ~o i_m1en os e cuestionario tienden
rellena el formulario. n frecuencia es el propio encuestado el que
Nuestra meta de obtener una mu t
es ra total nos p · •,
Ias personas del pueblo y nos ayudó a bl enmtio contactar con cas· todas
. esta ecer un
arem beperros todavía hablan con cariño sob re como , ªn re1•acion.
., l
Décadas despué s, los
ellos como para visitar sus hogares y hac 1 os mteresamos lo su.fi · t
er es preguntas. Esto n . cien e por
os situaba en una po-
Jntroducción a la Antropología 29
sición marcadamente opuesta a la de otros foráneos que los arembepeiros habían co-
nocido y que los habían considerado demasiado pobres y atrasados como para to-
marles en serio.
Sin embargo, como en otras encuestas, nuestras entrevistas dirigidas recogieron
una información cuantificable comparable. Esto nos proporcionó una base para eva-
luar patrones y excepciones de la vida del pueblo. Nuestra guía incluía un núcleo de
preguntas que se hacían a todos por igual. No obstante, durante las entrevistas sur-
gieron con frecuencia algunas cuestiones secundarias interesantes a las que dedica-
mos atención en aquel mismo momento o más adelante.
Luego, seguiríamos estos cabos sueltos en muchos sentidos de la vida comunitaria.
Por ejemplo, una mujer, una comadrona, se convirtió en la "informante privilegiada"
a la que más tarde consultábamos cuando queríamos obtener información detallada
sobre nacimientos locales. Otra mujer había hecho un noviciado en una casa de culto
afro brasileño (candomblé) en la ciudad. Todavía iba allí con regularidad para estudiar,
bailar y ser poseída. Fue nuestra experta en candomblé.
De este modo, nuestra entrevista dirigida nos proporcionó una estructura marco
que nos orientaba pero no nos confinaba en nuestra investigación. Ello permitió el que
nuestra etnografía fuese tanto cuantitativa como cualitativa. La parte cuantitativa era
la información básica obtenida y que luego analizamos estadísticamente. La dimen-
sión cualitativa vino de nuestras preguntas en profundidad, discusiones abiertas, pau-
sas para el cotilleo y trabajo con informantes privilegiados.
El método genealógico
En tanto que gente común, muchos de nosotros conocemos a nuestros antepasados
y parientes trazando nuestras genealogías. Algunos programas informáticos nos per-
miten trazar nuestro "árbol genealógico" y grados de parentesco. El método genea-
lógico es una técnica etnográfica bien establecida. Los primeros etnógrafos desarro-
llaron la anotación genealógica para tratar los principios de parentesco, filiación y
matrimonio. La genealogía es una pieza básica en la organización social de las socie-
dades no industriales, donde la gente vive y trabaja todos los días con sus parientes
próximos. Los antropólogos tienen que recoger datos genealógicos para reconstruir
la historia y entender las relaciones actuales. En muchas de las sociedades no indus-
triales los vínculos de parentesco son la clave de la vida social. Los antropólogos cla-
sifican estas sociedades como "basadas en el parentesco". Todos están emparentados
y pasan la mayor parte de su tiempo entre sí, y las normas de comportamiento pro-
pias de cada relación de parentesco en particular son fundamentales en la vida coti-
diana. El matrimonio es también crucial en la organización de las sociedades no
industriales porque los casamientos estratégicos entre pueblos, tribus y clanes gene-
ran alianzas políticas.
Informantes privUegiados
En todas las comunidades hay personas que por accidente, experiencia, talento o pre-
paración pueden proporciOJ::!~r la información más completa O útil sobre aspectos par-
ticulares de la vida; se trata de los informantes privilegiados. En Ivato, el poblado
30
Capítulo 2. Códigos éticos y métodos de investfa.. ...:
CM'-IÓO
betsileo en el
sultó un .nf que pasé la mayor parte de mi tiempo, un hombre llamado Rakoto re.
1
cuando l onnante Pat:icularmente bueno sobre _la historia local. Sin embargo,
e pedí que trabajara conmigo en la elaboración de una genealogía de las cin
cuenta o sesenta personas enterradas en el sepulcro del poblado, llamó a su Prirn~
Tuesdayfather, quien sabía más sobre este tema. Éste había sobrevivido a una epide-
mia de gripe española que asoló Madagascar, y prácticamente casi todo el mundo, allá
por 1919. Inmune a la enfermedad, a Tuesdayfather le correspondió la macabra tarea
de enterrar a sus parientes a medida que morían. De este modo, guardó el recuerdo de
todos los enterrados en el cememterio local. Él me ayudó con la genealogía, núentras
que Rakoto añadía detalles personales sobre los vecinos fallecidos.
Historias de vida
Tanto en las sociedades no industriales como en la nuestra, las personalidades indivi-
duales, los intereses y las habilidades de sus miembros son muy variadas. Algunas per-
sonas muestran más interés por el trabajo del etnógrafo y resultan de más ayuda, más
interesantes y de trato más agradable que otras. Los antropólogos, al igual que cuando
están en su propio entorno, también tienen sus preferencias, gustos y rechazos en el
campo. Con frecuencia, cuando se encuentra a alguien que nos·parece inusualmente
interesante, se·recoge su historia de vida. Esta recogida de las experiencias de toda
una vida proporciona un retrato cultural más íntimo y personal de lo que sería posible
obtener por otros medios. Las historias de vida nos revelan cómo perciben, reaccionan
y contribuyen a cambios que afectan a sus vidas, determinadas personas concretas.
Estos informes pueden ilustrar la diversidad existente dentro de una comunidad,
puesto que el enfoque consiste en cómo diferentes personas interpretan y se enfrentan
a algunos problemas comunes.
Una _de las metas de la etnografía es descubrir los puntos de vista, creencias y per-
cepciones locales (nativas), que podrían comparase luego con las propias observacio-
n~s Yconclusiones del etnógrafo. En su trabajo de campo, los antropólogos han com-
bm~do no~almente ~os estrategias de investigación, emic .(perspectiva local 0
nativ~) Y eti~ (perspectiva del científico). _Estos términos derivan de la lingüí~tica y
han sid~ aplicad?s ~ la etn?grafía por diversos antropólogos. Marvin Harris (1968)
~pular:izó l~s siguientes significados de los términos. Un enfoque emic investiga
c mo piednsa ª gente lo~al. ¿Cómo perciben y categorizan el mundo? ¿Cuáles son sus
normas e comportamiento"> ·Q é . .
.,. · <. u tiene sentido para ellos? ¿Cómo se imao-inan y
explican 1as cosasr Con la pe · • e,---
,, rspectiva em1c el antropólogo busca el "punto de vista
1ocal y se apoya en 1a gente local ara . li . .
.
t1vo El té . . ~ p exp car cosas y para decir s1 algo es significa-
o no. rmmo m,onnante se refi . d' 'd
. '
ª ª
conocer en el trabajo de campo la gent:re ml ivi ~os los que el etnógrafo llega a
. que e ensena cosas sobre s ultura l
proporc10na la perspectiva emic. uc , que e
El enfoque etic (perspectiva del científico) c b' 1e d
am iae 1oco elain · . d
categorías, expresiones e interpretaciones locales 1 d vestigac1ón e las
· au e1an~& R
los actores suelen estar demasiado implicados en 1 h.,. ogo. econoce que
o que acen como para interpretar
Introducción a la Antropología
31
sus culturas de modo imparcial. El etnógrafo etic le otorga más peso a lo que él 11
(el ob~ervador) percibe y considera U:Uportante. En tanto que científico, el antro~l~g:
debe intentar aportar un punto de vista objetivo y global al estudio de otras culturas.
Por supuesto, el antropólogo, como cualquier otro científico, es también un ser hu-
mano con sus filtros culturales que impiden la objetividad completa. Como en otras
ciencias, una preparación adecuada puede reducir, aunque no eliminar totalmente, el
sesgo del obs~rvador. No ob_stante, los antropólogos son instruidos para comparar
el comportamiento entre sociedades diferentes.
¿Cuáles serían algunos ejemplos de perspectivas emic frente a etic? Tomemos, por
ejemplo, las fiestas de los norteamericanos. El Día de Acción de Gracias tiene para
ellos una significación especial. Desde su punto de vista (emic), se trata de una cele-
bración cultural única que conmemora aspectos históricos particulares. Pero desde
una perspectiva más amplia, etic, esta fiesta se ve coip.o un ejemplo más de las cele-
braciones que se realizan en muchas culturas después de la recolección de las cose-
chas. Otro ejemplo: muchas personas pueden creer que los escalofrios y las corrientes
de aire son la causa de los resfriados, mientras que los científicos saben que los pro-
vocan gérmenes. En aquellas culturas que carecen de la teoría de la enfermedad por
gérmenes, las dolencias se explican de forma emic mediante varias causas que van
desde los antepasados, pasando por los espíritus y hasta por la brujería. La dolencia se
refiere a la percepción y explicación propia de una cultura (emic) de la mala salud,
mientras que enfermedad ser refiere a la explicación científica -etic-'- que implica
agentes patógenos conocidos.
En la práctica, la mayoría de los etnógrafos combinan las estrategias emic y etic en
su trabajo de campo. Las afirmaciones, percepciones y opiniones locales ayudan a los
etnógrafos a entender cómo funcionan las culturas. Las creencias locales son.también
interesantes y valiosas por sí mismas y ensanchan la visión que el antropólogo tiene
del mundo. Sin embargo, con frecuencia la gente local no admite, o.incluso no reco-
noce, ciertas causas y consecuencias de su comportamiento. Esto es tan verdad acerca
d~ los europeos, los latinoamericanos o los norteamericanos como de otras gentes de
cualquier otra sociedad
La evolu<;ión de la etnografía
P
unto de entrada Y otra~ grafías contemporáneas, comparadas con las d
rc10 Las etno , d e
parentesco y e1 come · . lusivas y holísticas, centran ose en temas Parr _
Malinowski, tienden a ser menos ~c- I
1 ntesco o la rehg1ón. "
culares, como e pare_ tido fundamental del etnógrafo es captar el punto de
, Malinowski, un come . ., d
Segun . .6 con la vida, comprender su vis10n e su mundo"
. ta del nativo su re1ac1 n d l
VIS ' • as de Malinowski) . Desde la década e 1970, a antropolooía
25
(1922/1961 , p. -cursrn · ll · (>
. . h asumi·do la tarea de describir e interpretar ague o que tiene sentido
mterpretattva a .
ara los nativos. Los interpretativistas como Chfford Geertz (1973) ven las culturas
~mo textos, con significados que los nativos "leen" constantemente y que los etnógra-
fos tienen que descifrar. Según Geertz, los antropólogos pueden elegir cualquier as-
pecto de la cultura que les interese, hacerse con los detalles, y elaborarlo para infor-
mar a sus lectores sobre los significados en aquella cultura. Las formas simbólicas
públicas portan los significados, incluidos las palabras, los rituales y las costumbres .
.Una ten?~ncia ac~al e~ la escritura etnográfica es cuestionar los fines, métodos y
es~os trad1c1onales, mclmda la etnografía de los salvajes y el realismo etnográfico
(Chfford, 1982, 1988; Marcus y Cushman, 1982). Marcus y Fischer argumentan qu I
antropología ha alcanzado "un momento experimental". La experimentación es ne:e~
sana porque todos los pueblos y culturas ya han sido "descubiertos" y ahora tienen
que ser "redescubiertos... en circunstancias históricas cambiantes" (1986, p. 24).
En general, estos antropólogos experimentales consideran que las etnografías son
trabajos artísticos al mismo tiempo que científicos. Los textos etnográficos pueden
verse como creaciones literarias en las que el etnógrafo, como mediador, comunica in-
fonnación de los "nativos" a los lectores. Algunas etnografías experimentales recientes
son "dialogísticas", presentando la información como un diálogo entre el antropólogo
y uno o más informantes nativos (por ejemplo, Behar, 1993; Dwyer, 1982). Estos tra-
bajos atraen la atención sobre las formas en las que los etnógrafos, y por extensión sus
lectores, se comunican con otras culturas. No obstante, algunas etnografías dia-
logísticas han sido criticadas por ser demasiado confesionales, dedicando demasiado
tiempo al antropólogo y demasiado poco a la descripción de los nativos y su cultura.
La etnografía dialogística es un género dentro de una categoría experimental' más
amplia -la etnografía reflexiva-. Aquí, el etnógrafo-escritor pone sus sentimientos y
reacciones personales de su situación en el campo directamente en el texto. En los
informes reflexivos hay una estrategia prominente de escritura experimental. El etnó-
grafo debe adoptar algunas de las convenciones de la novela, incluida la narración en
primera persona, las conversaciones, los diálogos y el humor. Las etnografías experi-
mentales, haciendo uso de nuevas formas de mostrar lo que significa ser samoano o
brasileño, pueden transmitir al lector una comprensión más rica y compleja de la ex-
periencia humana.
Los escritores etnográficos recientes han intentado también corregir la deficiencia de
atemporalidad romántica que resulta obvia en los clásicos. La idea del presente etnográ-
fico estaba vinculada a la etnografía de salvamento o preservación -el periodo anterior
a la occidentalización, cuando florecía la "verdadera" cultura nativa-. Esta noción da a
las etnografías clásicas una calidad de eternidad atemporal. Las culturas que se descri-
ben parecen congeladas en el presente etnográfico. La única nota chirriante en este cua-
dro idealizado la ponen los ocasionales comentarios del autor sobre comerciantes o mi-
sioneros, sugiriendo que en realidad los nativos eran ya parte del sistema mundial .
. Ahora los antropólogos reconocen que el presente etnográfico es más bien una
construcción irreal. Las culturas han estado en contacto -y han estado cambiando-
. a lo largo de la-historia. La mayoría de las culturas nativas habían tenido, al menos, un
gran encuentro con extranjeros antes de que apareciera un antropólogo en su camino.
Igualmente, la mayoría de ellas ya había sido incorporada de algún modo en naciones-
estado o sistemas coloniales.
Las etnografías contemporáneas suelen reconocer que las culturas cambian cons-
tantemente y que un informe etnográfico hace referencia a un momento concreto.
Una tendencia actual en la etnografía consiste en prestar atención a las formas en las
que las ideas culturales siIVen a intereses políticos y económicos. Otra tendencia es
describir cómo ciertos "nativos" concretos participan en procesos históricos, políticos
y económicos más amplios (Shostak, 1981).
Percibimos, por tanto, una tendencia a desplazarse desde las descripciones holísticas
hacia etnografías más centradas en problemas concretos y más experimentales. Aun-
que los antropólogos están interesados en el contexto global del comportamiento hu-
Capitulo 2. Cuulgu., \.: l!C;u.; i u,.:~uú<.Js uc mve t'
34 s tgación
Investigación longitudinal
centraba en el ~mpacto de una ~an presa hidroeléctrica que inundaba gran parte de
la llanura del no Zambeze y obligaba a las gentes de Gwembe a un realojamiento f _
zoso. La presa también impulsó la construcción de carreteras y otras actividades :e
hicier~n que. la ge~te ~e Gwembe estuviera en contacto más estrecho con el rest;de
Zambia. En mvestigac1ones ulteriores, Scudder y Colson (1980) diseñaron una inves-
tigación para analizar el papel de la educación en la provisión de acceso a nuevas
0 portunidad~s Y e~ el incremento de la diferenciación social dentro del distrito y en
el país. Al rmsmo tiempo, resultaba evidente que el consumo de alcohol era un pro-
blema creciente. Un tercer gran estudio analizó el papel de los cambios en mercados,
transportes Yla exposición a los valores urbanos en la transformación de la produc-
ción doméstica de bebidas y un cambio radical en los patrones del beber (Colson y
Scudder, 1988).
Investigación en equipo
(para ver los eventos locales) como e mirada centra a en o lejano para ver las imá-
genes de lo lejano). Dada su ''bifocalidad", sus interp~nes de lo local están siem-
~ j ofluida or informac_iónprocedente del ext~ P~r tanto~actitud ante un
cielo azul
, . en casa está matizada por su conocimiento, a traves' de la · · , me-
ac10n
teorolog1ra,
d de
. que puede estar acercándose un . uraca'n · Las noti' · ·
c1as nac10n es pue- al
en no enc~J~ en abso~u~o en las opiniones que se dan en las conversaciones locales,
pero las op~ones nacionales encuentran la forma de penetrar en el di local
Los medios d · · d · scurso •
e comurucación e masas, cada vez más estudiados por los antropó-
1ogos, son rarezas en términos de cultura . .
opiniones? ¿A qué cultura y 'd d Y espacm. ¿De qwén son estas imágenes y
comuru a representan'.> Ciertam t local
imágenes y mensajes de los medios de . : en e, no son es. Las
mente. La televisión nos las po d comumcación de masas fluyen electrónica-
bil'dad
1 es culturales mediante ne e1ante
un clic de · Internet nos pernu·te d escub nr . nuevas posi-
1
que en realidad los medios ele tr6 . . ratón, llevándonos a lugares virtuales aun-
_c · e rucos son fenóm · '
en su emoque y con un papel imp enos sm espacio, transnacionales
tidades culturales. ortante en la formación Y el mantenimiento de iden-
Los antropólogos estudian cada v ,
. l . l ez mas a gente en . .
eJemp os se me uyen a quienes viven e d movmuento. Entre los posibles
erca e las front .
grantes temporales, gente sin hogar y des 1 d . ~ras nacionales, nómadas emi-
. ., I'. al paza a mm1gra t fu ,
t1gac1on antropo og1ca actu puede llevarn '. . n es Y re giados. La inves-
d' os a VIaJar con 1 .
1amos a medida que se mueven del campo 1 . as personas a las que estu-
a a CIUdad, cmzan I fro
ª ntera, o hacer
Introducción a la Antropología 37
A medida que los antropólogos han ido trabajando cada vez más en sociedades de
gran escala, han desarrollado formas innovadoras de aunar la etnografía y la encuesta
(Fricke, 1994 ). Antes de tratar sobre tales combinaciones de métodos de campo, tengo
que describir la encuesta y las principales diferencias entre ésta y la etnografía tal
como se ha practicado tradicionalmente. Habiendo trabajado principalmente en paí-
ses populosos y grandes, los sociólogos, psicólogos sociales, politólogos y economistas
han refinado el diseño de la encuesta, lo que incluye el muestreo, la recogida imper-
sonal de datos y el análisis estadístico. La encuesta suele tomar una muestra (un
grupo de estudio manejable) de entre una población mucho más amplia. Mediante el
estudio de una muestra representativa y adecuadamente seleccionada, los científicos
sociales pueden hacer inferencias precisas sobre el conjunto de la población.
En las sociedades de más pequeña escala, los etnógrafos llegan a conocer a la ma-
yoría de las personas, pero dado el mayor tamaño y complejidad de un país, no puede
evitarse el que la encuesta sea más impersonal. Los investigadores que utilizan la en-
cuesta llaman encuestados a las personas que estudian. Los encuestados son las per-
sonas que contestan a las preguntas de una encuesta y a las que sólo a veces entrevis-
tan personalmente los propios investigadores. En ocasiones, tras una reunión inicial,
se les pide a los encuestados que rellenen un cuestionario. En otros casos, los investi-
gadores envían por correo cuestionarios impresos a los miembros de una muestra ele-
gida al azar o cuentan con estudiantes graduados para entrevistarles o telefonearles.
En una muestra aleatoria o al azar, todos los miembros de la población tienen la
misma probabilidad estadística de ser elegidos por inclusión. Una muestra al azar se
elige mediante procedimientos aleatorios, como tablas de números aleatorios que
pueden encontrarse en muchos textos de estadística.
Cualquier persona criada en la Unión Europea o en Estados Unidos o Canadá ha
oído alguna vez hablar del muestreo. Probablemente, el ejemplo más familiar es el uti-
lizado para predecir los resultados de las campañas políticas. Los medios de comuni-
cación de masas contratan agencias para que hagan e~timaciones de resultados y éstas
realizan sondeos a la salida de las mesas electorales para saber qué tipo de personas
votaron a qué candidatos. Durante el muestreo, los investigadores recogen informa-
c~ón sobre la edad, sex?, :eligión, _ocupación, ingreso} y preferencias políticas. E~ sa-
bido que estas caractensticas (vanables, es decir, awíbutos que varían entre los rmem-
bros de una muestra o población) influyen en las decisiones políticas.
38 Capítulo 2. Códigos éticos y métodos de in .
Vest1gaCi6t¡
Son muchas más las variables que afectan a la identidad, las experiencias y las ac-
tividades sociales en un país moderno que en el caso de las pequeñas comunidades Y
los entornos locales en los que se desarrolló la etnografía. En los Estados Unidos de
hoy y en la Europa contemporánea se contarían por cientos los factores que influyen
en el comportamiento y las actitudes sociales. Estas variables independientes incluyen
· nuestra religión, la región del país donde crecimos; si procedemos de un pueblo, de un
suburbio o del centro de una ciudad; y las profesiones de nuestros padres, orígenes ét-
nicos y nivel de ingresos.
La etnografía puede usarse para complementar y afinar la investigación con en-
cuestas. Los antropólogos pueden aplicar prácticamente a cualquier entorno humano
las técnicas personales Y de primera mano propias de la etnografía La combinación
de la encuesta y la etnografía puede proporcionar nuevas perspectivas sobre la vida en
Introducción a la Antropología
39
La primera vez que viví en Arembepe (Brasil) rimentan el choque cultural, en especial en su
fue durante el verano (norteamericano) de primer viaje para hacer trabajo de campo. El
1962. Era la época de mis afias en el New York chogue cuhural_no es otra cosa que e~ on-
City's Columbia College, donde estaba estu- lli.nto de sentimientos experimentados por
diando antropología. Fui a Arembepe como hallarse en un entorno ajeno, y las cons1-
participante del ahora extinto programa dise- ~ reacciónes. Se_trata de u~
ñado para que los futuros licenciados adqui- ·ante s~ón de alienación que no~ a
rieran experiencia en la práctica de la etno- · . · 5 oner e algunas de
grafía -el estudio de primera mano de una .las. p istas_ má. tidianas, triviales Y -o r
cultura y una vida social ajenas. tanto básicas), d nuestra prop~ cultura de
Habiendo crecido en una cultura púo sin- ,..orí en. . . B
tiendo una intensa curiosidad por las otras, Cuando planificaba mi primer v1aJe a :41-
los antropólogos, sin embargo, también expe- ·maginar lo desnudo que me iba
sil , no podía 1
Cap tulo 2. Códigos étl o Ymétod
a sentir sin la cobertura de mi propia lengua y era fuerte y el azúcar basto, y sobre todas las
cultura. Mi estancia en Arembepe sería mi mesas ·había contenedores para palillos y
primer viaje fuera de Estados Unidos. Yo era para harina de mandioca para espolvorear,
un muchacho urbano que había crecido en como si fuera queso parmesano, sobre cual-
Atlanta, Georgia, y en Nueva York. Tenía poca quier cosa que se fuera a comer. Recuerdo la
experiencia sobre la vida rural en mi propio sopa de harina de avena y un fangoso guiso de
país, ninguna sobre la de América Latina, y lengua de ternera y tomates. En una comida,
sólo había recibido una mínima preparación la cabeza desintegrada de un pescado, con los
en lengua portuguesa. ojos todavía apenas en sus órbitas, me miraba
Volamos directamente desde Nueva York a mientras el resto de su cuerpo flotaba en un
Salvador de Bahía, en Brasil, con una breve cuenco de aceite de palma de un brillante
escala en Río de Janeiro; como recompensa al color naranja ...
final del trabajo de campo haríamos una pa- Apenas recuerdo vagamente mi primer día
rada más prolongada en esta ciudad. Mien- en Arembepe. Al contrario que los antropólo-
tras nuestro avión hacía su aproximación a la gos que han estudiado tribus remotas de los
tropical ciudad de Salvador, no podía creer la bosques tropicales del interior de Sudamérica
blancura de la arena. "¿Eso no es nieve ver- o de las Tierras Altas de Papúa Nueva Guinea,
. , 1e comenté a un compañero de expedi-
da d?" '
ción de campo. yo no tuve que hacer largas caminatas o viajes
en canoa durante días enteros para llegar a
Mis primeras impresiones de Bahía eran
mi lugar de trabajo de campo. Arembepe no
los olores -olores extraflos de mangos madu-
estaba aislado comparado con esos lugares,
ros y pasado , de plátanos y de frutos de lapa-
sión- y de espantar las ubicuas moscas de la aunque sí estaba en relación con el resto de
fruta que nunca antes había visto, aunqu e los lugares en los que yo había estado ...
había lefdo extensamente sobre su comporta- Recuerdo lo que sucedió cuando llegamos.
No había un cam mo · como tal que en trase en
mien1 0 reproductor en las clases de genéti ca.
el. pueblo. Para entrar por e1sur; los vehículos
Había extrañas calderetas de arroz, frijoles
simplemente s01teaban los SJ·-
negros y gelatinosos trozos de carnes iniden- guiendo las roda cocoteros
tiíicablcs y pedazos de piel flotantes. El café hab[an pasad das de otros vehículo que
o antes. Una c,•u
on,po d e nt.ñ que
41
Introducción a la Antropología
. fu I .
rentemente sin es erzo, as muJeres
llevaban
d
había oído nuestra llegada persiguió nuestro
coche por las calles del pueblo hasta que esta- latas de queroseno de 18 litros, llenas e
cionamos delante de nuestra vivienda, ju nto a agua, sobre sus cabezas; donde los chicos ha-
la plaza central. Nuestros primeros días en cían volar cometas y competían cazando
Arembepe transcurrieron con niños siguién- moscas con sus manos; donde las mujeres
donos a todas partes. Durante semanas, tuvi- mayores fumaban en pipa, los tenderos te
mos pocos momentos de privacidad. Los ofrecían cacha.fa (aguardiente de caña) a las
niños vigilaban cada uno de nuestros movi- nueve de la mañana, y los hombres jugaban al
mientos a través de la ventana de nuestro dominó en las tardes tranquilas en las que no
salón. A veces, alguno hacía un comentario se iba a pescar. Visitaba un mundo en el que
incomprensible. Generalmente se limitaba a la vida humana estaba orientada hacia el
estar allí... agua -el mar, donde las mujeres lavaban co-
Los sonidos, sensaciones, visiones, olores y munalmente la ropa, los platos y su s p ropios
sabores de la vida del noreste de Brasil, y de cuerpos.
Arembepe, se nos fueron haciendo familiares
poco a poco ... Me fui acostumbrando a este Fuente: Esta descripción es una adpatación de mi
mundo sin pañuelos de papel, en el que cada estudio etnográfico Assault on Paradise: The
vez que pasaba un resfriado por el pueblo las Globaliz.ation of a Little Community in Brasil, 4ª ed.
narices de los niños solían a parecer con los (Nueva York, McGraw-Hill, 2006).
mocos colgando. Un mundo en el que, apa-
Palabras clave