El documento explica que los mitos surgieron como una forma primitiva de entender el mundo cuando no existía la ciencia, y que a pesar del avance científico aún persisten porque satisfacen necesidades humanas como dar sentido a la vida y a la muerte.
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El documento explica que los mitos surgieron como una forma primitiva de entender el mundo cuando no existía la ciencia, y que a pesar del avance científico aún persisten porque satisfacen necesidades humanas como dar sentido a la vida y a la muerte.
El documento explica que los mitos surgieron como una forma primitiva de entender el mundo cuando no existía la ciencia, y que a pesar del avance científico aún persisten porque satisfacen necesidades humanas como dar sentido a la vida y a la muerte.
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Carla Durán 1B
El poder del mito
¿Por qué las respuestas mítico-religiosas siguen teniendo cabida en nuestra sociedad actual, basada en la razón y desarrollo tecnológico y científico? Para ello, primero, debemos saber que son los mitos y cómo surgieron. Los mitos son, según la RAE, narraciones maravillosas situadas fuera del tiempo histórico y protagonizadas por personajes de carácter divino o heroico. Desde que el ser humano ha tenido conciencia, es decir, desde hace mucho tiempo atrás, por su propia naturaleza, ha tenido la necesidad de explicar el mundo en el que está y todo lo que le rodea. Los dioses eran la explicación que podían dar a la naturaleza, el ser humano u otros acontecimientos y hacían uso de de historias para darle consistencia a estas ficciones. Por ello existían dioses de todo y para todo, para dar respuestas totales a los problemas planteados. Todo esto hasta que surgió la filosofía, y por consecuencia la ciencia, con la que pretendemos explicar el mundo a partir de fuentes comprobables y verificables. Desde la perspectiva científica los humanos somos capaces de entender los fenómenos del mundo a un nivel muy profundo y práctico, las creencias que carecen de fundamentos son remplazadas por un conocimiento tangible. Por ello muchos científicos afirman que ya no necesitamos religiones, pero, sin embargo, aun con toda la ciencia y tecnología del siglo XXI, estas, siguen existiendo. Decir que esto es debido a que vivimos una sociedad que se niega a evolucionar sería una respuesta muy sencilla, la verdad es que es mucho más profundo. Lo cierto es que existen en el ser humano distintas necesidades, muchas de ellas son materiales y racionales, y gracias a la ciencia podemos satisfacerlas cada vez mejor, pero también existen necesidades espirituales. La ciencia nos explica los ¿Qué? y los ¿Cómo? pero siempre queda el vacío del ¿Por qué?, ¿Cuál es el propósito de existir?, tener conciencia y voluntad, así como ¿Qué ocurre después de la muerte? y si ¿Existe algún ser superior creador del universo?, son algunas preguntas filosóficas que no podemos verificar de ninguna manera por Carla Durán 1B
ahora, ni de manera científica ni de manera filosófica. Por lo tanto, ya sea
mediante explicaciones racionales o mítico religiosas, construimos creencias que satisfacen estas necesidades. Además, está también el asunto de pertenencia e identidad, somos seres sociales y nos gusta relacionarnos con gente que comparte nuestros intereses y opiniones, esta interacción termina convirtiéndose en grupos e instituciones, lo que muchas veces, por la avaricia de poder y choque de creencias, acaba terminando en conflictos e imposiciones, en algunos casos, en violencia y muertes, como hemos visto a lo largo de la historia e incluso como hemos visto últimamente con los atentados terroristas. Muchas de estas instituciones abusan de estas necesidades espirituales y las convierten en métodos de manipulación. Todo esto unido al valor de la tradición, que hace que estos mitos pasen de generación en generación, por consecuencia, el arraigo que tienen en nuestra cultura y sociedad, junto a la mayor facilidad de asumir los conceptos, puesto que es cognitivamente natural, ( es más fácil dar una respuesta mítico-religiosa basada en la fe, que una respuesta basada en la evidencia científica), hace que gran parte de la población tienda a dar respuestas más simples que atiendan a las preguntas filosóficas que no podemos demostrar debido a las limitaciones del ser humano. En conclusión, las respuestas mítico-religiosas tienen vigencia hoy en día ya que la fe ofrece seguridad en un mundo incierto, en el que no tenemos respuestas a muchas de las cuestiones sobre la realidad en la que vivimos, y el ser humano tiene la necesidad,por naturaleza, de satisfacer estas preguntas.