Confusion de Derecho

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CONFUSION DE DERECHO

La confusión, en Derecho, es un modo de extinguir obligaciones que se produce


cuando por algún motivo concurren, es decir, se confunden en una misma persona
las dos posiciones contrapuestas de una obligación (obligación
y derecho correlativo) , pues nadie puede ser acreedor y deudor de sí mismo.
Sería irrisorio que alguien entablara una demanda, contra su propio patrimonio. Es
un medio ipso iure de extinción de las obligaciones, o sea de pleno derecho.

La confusión puede darse por muchos motivos, entre otros:

Por subrogación en un contrato, de un derecho o una obligación, etc.

Por sucesión, tras la muerte de una persona que lleva a una herencia, y a la


adquisición de derechos y obligaciones por terceras personas que podían ser la
contraparte de los mismos.

Por donación, o cualquier otro contrato que genere obligaciones y derechos


inversos a los existentes.

Casos en que la confusión tiene lugar

La confusión puede darse en los derechos reales como en los personales. Entre


los primeros figuran los que se originan en limitaciones o desmembraciones
del dominio, que pueden extinguirse por confusión porque, como dice Alessandri,
"toda limitación del dominio supone la existencia de dos derechos en manos de
distintas personas y desde el momento en que desparece esta circunstancia,
desde el momento en que estos derechos pasan a reunirse en una sola persona,
deja de haber limitación del dominio, porque nadie puede, por sí mismo, limitarse
sus propios derechos.

Así se extinguen por confusión, entre otros derechos reales, el fideicomiso,


cuando se confunden las calidades de único fideicomisario y de único fiduciario en
la misma persona; el usufructo, cuando se consolida con la propiedad, es decir,
por la confusión de las calidades de propietario y de nudo propietario; o la
servidumbre, por la reunión del título de ambos predios en manos de un mismo
dueño.

Sin embrago, la confusión encuentra su principal aplicación en los derechos


personales, en que aparece como modo de extinguirlos.
La confusión puede tener origen en la sucesión por causa de muerte cuando una
persona debe a otra o espera de otra que muere, una prestación, y aquella es su
heredera o legataria. Esta persona se convierte en deudora o acreedora de sí
misma, porque por ser sucesora queda investida también de la
recíproca calidad de acreedora o deudora que tenía su causante.

Lo mismo ocurre cuando una tercera persona llega a ser sucesora tanto del
acreedor como del deudor. Será la continuadora tanto de la parte activa como de
la pasiva de la obligación, verificándose por tanto la confusión.

Desde luego esta regla tiene aplicación solamente para el heredero que acepta
la herencia pura y simplemente, o sea cuando su patrimonio se confunde con el
patrimonio del causante. Si el heredero ha aceptado la herencia con beneficio
de inventario, lo que significa que ni se conformará un solo y único patrimonio sino
por el contrario habrá separación de éstos, no ocurre la confusión porque no
puede reunirse en el heredero las calidades de deudor y de acreedor. Y esto lo
estipula el artículo 1078 del código civil panameño en su segundo párrafo.

La confusión también puede provenir de un acto entre vivos. Se da en


los eventos de trasmisión del crédito del acreedor a su deudor. Concurriendo por
tanto en éste ambas calidades. Dichos eventos de trasmisión son la subrogación y
la cesión voluntaria de créditos.

Naturaleza jurídica.

La obligación es, por definición, un vínculo jurídico en el cual una persona llamada
deudor tiene que realizar una prestación en provecho de una que se llama
acreedor. Es, pues, esencial al vinculo obligatorio la diversidad de sus sujetos. En
general, toda relación jurídica es, por esencia bilateral, en el sentido de que
necesariamente debe existir entre dos o más personas, pues el derecho no regula
la conducta del individuoaislado (consigo mismo).

Insubstanciales y superficiales son, por tanto, las divagaciones de los civilistas,


que se remontan a los jurisconsultos romanos, para averiguar si la confusión
extingue las obligaciones o si solamente paraliza la acción ejecutiva inherente a
ellas, al no poderla ejercer el acreedor por si mismo.

Al desaparecer la bilateralidad de la relación jurídica, esta deja de existir con todos


sus accesorios, entre ellos los derechos auxiliares o accesorios de quien ha
dejado de ser acreedor. Igualmente son triviales, frente a la filosofía jurídica,
las investigaciones en que se han empeñado los doctrinantes acerca de que si la
confusión opera o no de derecho. Si la relación jurídica obligatoria se destruye de
facto al desaparecerla necesaria dualidad de sujetos que la sustentan, esta se
extingue por la ley así lo declare, sino porque la ley nada tiene que ver con las
situaciones individuales de las personas.

Efectos de la confusión[editar]
La confusión lleva invariablemente a la desaparición de los derechos y obligaciones que se
hayan visto afectados por la misma.

Puede ser un solo derecho u obligación, o un conjunto completo. Por ejemplo, en el caso de
que se confundan la posición de usufructuario con la del nudo propietario, desaparece el
usufructo por completo, quedando la plena propiedad.

Normalmente la confusión extinguirá por completo la obligación principal, pero es posible que
la extinción sea parcial cuando la confusión se produzca únicamente sobre parte de la
obligación, tal es el caso en una mancomunidad solidaria en donde uno de los deudores paga
la deuda, subrogandose los derechos del acreedor, por consiguiente se convierte en el nuevo
acreedor, confundiéndose una parte de la obligación.

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