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de los recursos energéticos renovables (RER), con énfasis en los de origen hidráulico y solar.
En el Perú, la producción de electricidad creció a una tasa anual de 7.04% en los últimos 21
años: pasó de 12 170 GWh a 50 817 GWh entre 1997 y 2018.
El Perú tiene un gran potencial para la energía solar ya que el Perú está ubicado en una zona
privilegiada para el desarrollo de la energía solar debido a su proximidad a la línea ecuatorial,
lo que permite contar con más horas de sol durante la mayor parte del año con respecto, por
ejemplo, a los países nórdicos. Especialmente los departamentos de Arequipa, Moquegua y
Tacna son los que presentan mejores condiciones para desarrollo de tecnologías fotovoltaicas
y solar térmica. En estas tres regiones al sur del país, la irradiación horizontal global
(fotovoltaica) pertenece al intervalo 6.8 kWh/ m2 y 7 kWh/ m2 , y para la irradiación directa
normal (solar térmica) se encuentra en el intervalo 7.5 kWh/ m2 y 8.5 kWh/ m2.
El Perú cuenta actualmente con siete centrales solares con tecnología fotovoltaica en las
regiones de Arequipa (2), Moquegua (4) y Tacna (1). La central solar más grande del país es
Rubí de Enel Green Power Peru, con una potencia instalada de 144.5 MW, e ingresó en
operación comercial en enero de 2018. Además, registró una producción anual de 424.2 GWh
en 2018, la cual representó el 57% de nuestra producción solar total. Según Enel 1, la central
es capaz de generar 440 GWh anuales, equivalentes al consumo de 350 000 hogares peruanos,
evitando así la emisión anual de más de 209 mil toneladas de CO 2 . La producción de
electricidad de las centrales solares disminuyó en junio y julio debido a condiciones climáticas
de la zona con el incremento de la presencia de nubosidad a lo largo del litoral peruano y, en
consecuencia, reduciéndose la radiación solar
Las plantas de energía termosolar de concentración (CSP, por sus siglas en inglés), también
llamadas centrales solares térmicas, son un conjunto de tecnologías que, luego de recibir la
radiación solar, calientan un fluido y mediante un ciclo termodinámico convencional son
capaces de producir el vapor necesario para mover una turbina conectada a un generador, y
así obtener energía eléctrica. Existen cuatro tipos de centrales solares térmicas: disco Stirling,
torre central, sistemas de concentración lineal de Fresnel y los canales cilindro parabólicos
La energía eléctrica generada por un sistema fotovoltaico depende del número de horas que el sol
esté brillando sobre un panel solar, así como también depende de los módulos que han sido
instalados, la orientación, inclinación, la radiación solar que llegue, la calidad de la instalación.
Cuando los fotones emitidos por la luz del sol entran en contacto con los átomos ubicados en las
celdas, se produce un flujo de electrones. Estos electrones liberados empiezan a circular por medio
del material semiconductor y se genera energía eléctrica.
El material semiconductor se encuentra dopado. Al estar expuesto a la radiación electromagnética
del sol, un fotón se desprende y golpea contra un electrón y los “arranca”, formando un hoyo en el
átomo. En condiciones normales, el electrón vuelve a encontrar un espacio para llenarlo y la
energía del fotón se disipa en forma de calor.
Pero las celdas cumplen con el efecto fotovoltaico, la cual obliga a los electrones y a los hoyos a ir
avanzando hacia el lado opuesto del semiconductor, en lugar de recombinarse en él. Esto produce
un potencial diferencial y genera tensión entre ambas partes del material, como sucede en las pilas
o baterías. En resumen, una célula fotovoltaica equivale a un generador de energía al que se le
añade un diodo.
Es una modalidad que permite a los usuarios conectados a la red utilizar los paneles como
fuente complementaria; es decir, autoabastecerse de energía eléctrica y reducir así la energía
demandada de la red. Dependiendo de la regulación existente, esto se puede traducir en una
disminución de la facturación o en la venta de energía si se permite la reinyección de
excedentes en la red.
Se utiliza en zonas remotas o geográficamente aisladas donde no existe red eléctrica pública. A
pesar de que, al depender de la energía solar, solo provee energía por unas pocas horas y
requiere baterías para asegurar un suministro continuo de electricidad, se ha convertido en la
principal forma de llevar energía eléctrica a zonas donde existe alto potencial solar. En Perú,
este tipo de sistemas corresponde a aquellos usuarios que no se encuentran conectados al
Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN). Los sistemas fotovoltaicos sin conexión a una
red eléctrica se dividen en:
a) Minired solar fotovoltaica. Red pequeña de instalaciones fotovoltaicas (en serie, paralelo o
mixtas) que permite dar suministro eléctrico a una cantidad determinada de usuarios que se
encuentran en un lugar aislado de la red eléctrica convencional.
Cambio climático. La energía solar fotovoltaica es una de las principales medidas de mitigación
del cambio climático, ya que su uso reduce la cantidad de gases de efecto invernadero en el
ambiente.
Fácil instalación. Los SFA pueden implementarse de manera fácil y rápida, pues solo requieren
la instalación de equipos.
Las centrales que están siendo supervisadas con esta tecnología son las plantas hidráulicas
Huinco, Matucana, Callahuanca, Moyopampa, Huampaní, Chimay y 27
Yanango, así como las térmicas Santa Rosa, Ventanilla, Malacas y la segunda etapa que es
conformada por la Central Solar Rubí, la Central Eólica Wayra I y la Central Hidroeléctrica
Ayanunga. Asimismo, atiende en tiempo real a casi 200 clientes libres de Enel Generación
Perú.