La Importancia Del Juego en El Desarrollo Del Niño
La Importancia Del Juego en El Desarrollo Del Niño
La Importancia Del Juego en El Desarrollo Del Niño
Los niños tienen necesitan hacer las cosas una y otra vez antes de aprenderlas
por lo que los juegos tienen carácter formativo al hacerlos enfrentar una y otra vez,
situaciones las cuales podrán dominarlas o adaptarse a ellas. Además,
los juegos pueden ser de todo tipo: de mesa, deportivos, etcétera. A través del
juego los niños buscan, exploran, prueban y descubren el mundo por sí mismos,
siendo un instrumento eficaz para la educación.
corazón, etc., por el ejercicio que realizan, además de permitirles dormir bien
durante la noche.
- El juego hace que los bebés y niños pequeños aprendan a conocer su
cuerpo, los límites de él y su entorno.
Los niños deben disfrutar de sus juegos y recreaciones y deben ser orientados
hacia fines educativos para así conseguir el máximo beneficio.
Por ejemplo, cuando el niño quiera hacer que su torre de bloques pueda ser más
alta, utilizará su pensamiento para descubrir que debe colocar los bloques más
EL JUEGO, DE CERO A SIEMPRE
grandes en la base, o hacer una base con varios bloques pequeños y conseguir
hacer una torre más alta que si lo hiciera apilando un bloque tras otro.
La etapa escolar significa otro escalón en el progreso de sus juegos, ahora juegan
en el colegio y al llegar a casa siguen jugando y poniendo en práctica lo que han
vivido y aprendido en el colegio, imitando la realidad, representando por medio del
juego simbólico todo lo que han vivido o quieren vivir, permitiéndoles exteriorizar
sus emociones: alegrías, sentimientos, momentos difíciles, frustraciones, etc.
A partir de los cuatro años, o cuatro años y medio, los juegos simbólicos sufren
una transformación. A medida que el niño va superando su egocentrismo y
adaptándose a las realidades del mundo físico y social y aprehendiendo el mismo,
comienzan a desaparecer las deformaciones y transposiciones simbólicas ya que,
en lugar de asimilar el mundo a su yo, somete éste a su realidad.
El niño encuentra cada vez más interés en la existencia real, y ésta le ofrece los
medios para satisfacer las necesidades afectivas e intelectuales de su "yo" para
"compensar", "liquidar", etc. situaciones insatisfactorias. Así, la asimilación
simbólica (la ficción) se vuelve cada vez menos útil. El símbolo se aproxima cada
vez más a lo real, y pierde su carácter de deformación, convirtiéndose en una
simple representación imitativa de la realidad o "representación adaptada".
Las notas distintivas que definen la actividad lúdica en esta etapa son las
siguientes:
El juego constituye en el niño su actividad central. Hace activo lo que muchas veces
sufre pasivamente. El niño juega no sólo para repetir situaciones placenteras, sino
también, para elaborar las que le resultaron dolorosas.
A medida que van creciendo comienzan a jugar con los juegos reglados donde se observa
cómo pueden competir, si aceptan o no las reglas, cómo reaccionan frente al ganar o
perder, etc.
Un niño que no juega nos hace pensar que algo le está sucediendo, y si esta situación se
repite frecuentemente se hace necesario un análisis de la situación.
Compartir el juego del niño es una manera de intercambiar con él, contenerlo, y volver
a conectarse con una parte de niños que conservamos los adultos a través del tiempo.
EL JUEGO, DE CERO A SIEMPRE
El juego provee a los niños la oportunidad de hacer sentir su universo. Esto los ayuda a
descubrir y desarrollar su propio cuerpo, descubrir a otros y desarrollar relaciones
interpersonales para imitar papeles de la familia y descubrir nuevos modos de operar.
El contenido del juego está influenciado por las experiencias de los niños y por el
contexto en el que ellos se encuentran. El contexto puede incluir ambiente físico,
tiempo, otros niños y adultos, culturas y expectativas. Jean Piaget propone que el juego
puede ser pura asimilación, pero su relación o predominio de su asimilación sobre la
acomodación es lo que define una actividad como juego. Dewey sugiere que el juego da
prominencia o énfasis a una actividad sin mucha referencia a sus resultados. Bruner,
Jolly & Silva, proponen que los niños usan invenciones en las reglas del juego en una
forma creativa y generativa. Brunner y Sherwood ven el juego como una oportunidad
EL JUEGO, DE CERO A SIEMPRE
para practicar su rutina de conducta. Los niños cuando juegan están continuamente
percibiendo, usando contrastes: un aspecto social, de aprendizaje. El juego tiene un
lugar particular en la Teoría de Piaget. Piaget escribió:
"El juego es una forma particularmente poderosa de actividad que tiene la vida social y
la actividad constructiva del niño. Las funciones del juego difieren con la variación de
edad cronológica. Muchas actividades del exterior e interior de los niños son
determinadas por el equipo, espacio y superficie."
El juego es una actividad propia del ser humano, se presenta en todos los niños, aunque su
contenido varíe de acuerdo a las influencias culturales que los distintos grupos sociales
ejercen. A esto se suma el hecho de que nuestra especie mantiene la capacidad de jugar más
allá de la infancia, un ejemplo de lo cual puede encontrarse en las actividades deportivas.
Debido a que el juego ha demostrado ser una valiosa experiencia de aprendizaje, en la
actualidad se ha superado en gran medida la tendencia a considerar el juego como una
inofensiva "pérdida de tiempo" propia de la infancia. Se valora en cambio, la importancia de
esta actividad para el sano desarrollo de la personalidad infantil. Este cambio de postura se
refleja tanto en la incorporación del juego dentro de las actividades curriculares de la escuela,
como en el interés manifestado por numerosos fabricantes de juguetes por dotar de valor
educativo a sus materiales, dándoles características didácticas que favorezcan el desarrollo.
Los padres, por su parte, buscan cada vez más estas características en los juguetes que
adquieren para sus hijos, procurando que se adecuen a las diferentes etapas de desarrollo y
estimulen la creatividad infantil.
¿Qué es el juego?
La respuesta a esta pregunta parece fácil, ya que habitualmente resulta sencillo para el
observador reconocer el carácter de juego de una acción, del mismo modo que quién está
jugando tiene conciencia de este carácter lúdico.
Así, cuando vemos a una niña acunando cariñosamente su muñeca, a otro modelando figuras
en plastilina, a un grupo atareado en torno a unas cuantas bolitas, o a un pequeño que salta
repetidas veces desde el mismo escalón, sabemos que están jugando, pese a que la conducta
es muy similar a la realidad "en serio". ¿Cómo sabemos que lo que el menor realiza es un
juego?
EL JUEGO, DE CERO A SIEMPRE
Es difícil limitar el juego a una definición, por lo que intentaremos resaltar los criterios que
permiten diferenciarlo de otras actividades.
El juego es divertido, y los niños tienden a recordar las lecciones aprendidas cuando se están
divirtiendo
El juego facilita el desarrollo de:
Habilidades físicas- agarrar, sujetar, correr, trepar, balancearse
Habla y lenguaje- desde el balbuceo, hasta contar cuentos y chistes
Destrezas sociales- cooperar, negociar, competir, seguir reglas, esperar turnos
Ofrecer reconocimiento y felicitación cuando sus niños hablan, comparten, ayudan, piden
ayuda, aceptan ayuda, tratan los juguetes con cuidado, usan su imaginación, demuestran
paciencia y persistencia, intentan algo nuevo, ponen esfuerzo, recogen los juguetes, usan
buenos modales, o demuestran destrezas artísticas, atléticas, mecánicas, o de razonamiento
Describir en voz alta el juego de sus niños, demostrando atención e interés, enseñando
conceptos, y dando ejemplo de cómo usar el lenguaje
Imitar el juego apropiado de sus niños, demostrando aprobación, implicación, y dando ejemplo
de cómo imitar y compartir con otros
Reflejar el habla apropiada de sus niños durante el juego, demostrando que escuchamos,
aceptamos, y comprendemos lo que dicen, y ayudándoles a desarrollar sus destrezas de
comunicación
Dar reconocimiento a las conductas apropiadas de sus niños durante el juego, dejándole saber
lo que nos gusta, ayudando a fomentar una buena relación con sus niños, y causando que se
repitan con más frecuencia
Ignorar las conductas inapropiadas de sus niños durante el juego (a menos que sean
peligrosas o destructivas), reduciendo la frecuencia de estas conductas.
Ofrecer estructura y orden durante el juego, facilitando una sensación de seguridad en sus
niños
Establecer límites, enseñándole a sus niños lo que es aceptable y lo que no lo es
Hacerle preguntas a sus niños durante el juego, sin convertirlo en un interrogatorio.
Observar el juego de sus niños, para notar indicadores de dificultades o necesidad de ayuda
profesional (por ejemplo, evaluación pediátrica o psicológica)
Notar si el juego de sus niños parece inmaduro para su edad
EL JUEGO, DE CERO A SIEMPRE
Notar si el juego de sus niños parece atascado, repitiendo lo mismo una y otra vez durante
mucho tiempo.
Notar si el juego de sus niños parece haber regresado a una etapa más atrasada
Notar si sus niños son capaces de mantener la atención y enfocar la concentración
Notar cómo sus niños expresan sus emociones durante el juego
Notar cómo el niño se conduce cuando juega con otras personas