Historia de La Iglesia Apostólica

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UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN

FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES


ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACIÓN Y NEGOCIOS
INTERNACIONALES

“HISTORIA DE LA IGLESIA APOSTÓLICA Y EL IMPACTO EN EL DESARROLLO DE LA

IGLESIA”

Alumno : De la cruz Ramos, Jimmy Edonson

Curso : Formación Integral IX

Docente : Miguel G. Bernui Contreras

Iquitos – Perú

2021
Contenido

1. La Iglesia Apostólica (30d.C-100d.C)............................................................................................3

Sus Orígenes.................................................................................................................................3

Líderes que Ayudaron a la Propagación del Evangelio 35d.C......................................................3

El Conflicto con los Gentiles.........................................................................................................4

El Concilio de Jerusalén 50d.C......................................................................................................4

La Persecución de Nerón 64d.C....................................................................................................5

La Edad Oscura 68d.C – 100d.C....................................................................................................5

2. Influencia de la Iglesia Apostólica en la Historia..........................................................................7

3. Influencia de la Iglesia en la Actualidad.......................................................................................8


1. La Iglesia Apostólica (30d.C-100d.C)
Sus Orígenes
Este periodo abarca desde pentecostés a la muerte del apóstol Juan. La iglesia emerge en pentecostés
con un tema central a comunicar, la persona de Jesucristo, es decir, su ministerio, su muerte, su
resurrección, su ascensión, y su regreso. Los discípulos fueron comisionados a ir y ser testigos de la
persona de Jesús (su ministerio y obra) desde Jerusalén hasta lo último de la tierra. Entendiendo dicha
comisión como algo de suma importancia y prioritario, la idea es la siguiente: “El Señor nos encargó una
tarea, y además regresará y pedirá cuentas, por lo que es mejor ponerse a trabajar y cumplir con lo que
nos encomendó”. Quizás la actitud de ellos debiese ser exactamente nuestra misma actitud, y bajo
ninguna circunstancia haremos la obra que el Señor nos encomendó por imposición o carga, sino por
gratitud en respuesta a su enorme obra de amor en nuestro favor. El fervor y gozo fueron características
de la iglesia primitiva.

Como ya hemos dicho, la iglesia emerge en un ambiente cristo-céntrico expectante de la venida del
Señor, y que entiende que esta vida es pasajera, y que hay algo en el porvenir que será glorioso. En este
contexto había enseñanza del Antiguo Testamento, había enseñanza sobre Jesucristo, y también había
líderes emergentes. En medio de este ambiente casi perfecto, la iglesia en Jerusalén tuvo que enfrentar
el desafío de mirar hacia el exterior para llevar a otros el mensaje de salvación. El deseo del Señor era la
propagación y difusión del evangelio e intervendría con “estímulos” para hacer que el evangelio se
expandiese. Los estímulos llegarían por medio de la persecución de los judíos, y luego aparecería con
fuerza desde la vereda de las autoridades romanas 1, esto con el propósito de que fueran probados y
dispersados, llevando las buenas nuevas de salvación por gran parte del mundo conocido.

Líderes que Ayudaron a la Propagación del Evangelio 35d.C


Si tuviésemos que hablar en primera instancia de algún personaje que fue víctima de la persecución
liderada por los judíos, sin duda hablaríamos de Esteban. Esteban quien se dice habría muerto cerca del
35 d.C, fue acusado falsamente por integrantes de la sinagoga de los Libertos, luego llevado al sumo
sacerdote, sacado de la ciudad, y lapidado.
Esteban es mencionado como uno de los siete servidores escogidos en Hechos 6, quienes se encargarían
de resolver la atención de las viudas de los griegos, por lo que se puede decir que Esteban fue uno de los
primeros en ministrar a integrantes de la iglesia relacionados con el mundo gentil. Algunos piensan que
esto fue un punto de inflexión para comenzar a cumplir la comisión del Señor de llevar el evangelio a
personas fuera de Jerusalén, en Judea, Samaria, y hasta lo último de la tierra. No lo sabemos, pero muy
probablemente Felipe (también unos de los siete escogidos en Hechos 6) debió haberse visto
influenciado por la labor y muerte de Esteban, y aparecerá en escena en Samaria, lugar que debía ser
alcanzado según la instrucción del Señor. Teniendo un ministerio que muchos llamarían “exitoso” en
Samaria, Felipe es llevado por Dios a un lugar desierto para predicarle el evangelio a un eunuco (muy
probablemente un prosélito judío). La muerte de Esteban, con toda seguridad, tuvo un impacto directo
en Saulo como testigo de su lapidación, y beneficiario de su oración (Hechos 7:60: No les tomes en
cuenta este pecado). Puede ser que el más grande apóstol a los gentiles recordaría dicho evento en un
futuro sin quedar indiferente.

El Conflicto con los Gentiles


La inclusión de gentiles a la iglesia sería un tema en progresión, y llegaría a ser de tal preocupación para
algunos que generaría el primer concilio del cual tenemos registro, el concilio de Jerusalén. La situación
se tornó tensa, particularmente porque el grupo de los prosélitos (gentiles conversos que ahora guardan
la ley escrita y la tradición) decían que un gentil, si primero no se unía al judaísmo, no podía creer en
Jesús como salvador, ya que éste, es mesías de los judíos, por lo que la declaración que circulaba
diciendo: un gentil sólo creyendo en Jesús es salvo era algo que no les agradaba en lo más mínimo. Sin
compartir la manera de pensar de lo prosélitos, la reacción la podemos entender si consideramos que
algunos tuvieron que cumplir pesadas ordenanzas e incluso circuncidarse para poder ser parte de la
comunidad y creer en Jesús, y de la noche a la mañana alguien comienza  a decir que todo eso no sirve y
que sólo debes creer simplemente. Pablo se vería envuelto en esta discusión ya que muchos enseñaban,
como dice Hechos 15, que si no te circuncidabas no puedes ser salvo. Para cuando el concilio se efectúa
el ministerio hacia los gentiles había tomado tal importancia y envergadura en manos de Pablo y
Bernabé, que incluso, es durante su ministerio en Antioquía donde por primera vez a los seguidores de
Cristo se les empezó a llamar cristianos.

El Concilio de Jerusalén 50d.C


El ingreso del evangelio al mundo gentil fue un tema de discusión por la arraigada manera de pensar que
tenían algunos judíos quienes creían que no hay salvación fuera de Israel, pensando lo siguiente: “La
única manera de que Jesús sea tu mesías es que te unas al judaísmo y comiences a guardar la Ley”.
Después de una gran discusión entre los líderes de la iglesia, entre ellos Pablo y Bernabé, con algunos
conversos de los fariseos, el acuerdo tomado quedó registrado en Hechos 15:20 (que los gentiles se
aparten de los ídolos, de fornicación, de ahogado y sangre). El acuerdo sería formalmente comunicado a
la iglesia en Antioquía y marcaría un precedente histórico de suma importancia, quitando de delante de
Pablo y Bernabé cualquier obstáculo en relación a este tema. De aquí en más, cualquiera que quisiese
predicar a los gentiles sobre Jesús como Señor y Salvador, tenía plena libertad para hacerlo, y el pleno
respaldo de toda la iglesia y sus líderes. El concilio tuvo tal importancia que allanó el camino para que el
evangelio se expandiese por Asia, gran parte de Europa, e incluso el norte de África. El principal
instrumento usado por el Señor para la expansión del evangelio fue, sin lugar a dudas, el apóstol Pablo.

La Persecución de Nerón 64d.C


Nerón lideró unas de las persecuciones más atroces al mundo cristiano. Relaciones conflictivas llevaron a
algunos opositores de Nerón a confabularse y acusarle de incendiar Roma, al no saber qué hacer, y en
base a la resistencia que algunos grupos tenían al cristianismo, Nerón decidió culpar a los cristianos y
comenzó a perseguirlos y matarlos. Fue tan despiadada la persecución de Nerón que incluso, la historia
atestigua, hizo antorchas humanas con cientos de cristianos en el patio de su casa, les torturó, los
entregó a las fieras, y los crucificó. Esta persecución habría durado hasta el 68 d.C cuando Nerón muere.
El apóstol Pedro y el apóstol Pablo habrían muerto durante esta persecución en el 67 y 68 d.C
respectivamente.

La Edad Oscura 68d.C – 100d.C


No tenemos mucho registro histórico de qué es lo que ocurrió durante este periodo, salvo todo lo
descrito en cuanto a uno de los eventos históricos más importantes de la época, la caída de Jerusalén en
el año 70 d.C. Cerca del 100 d.C habría muerto el apóstol Juan, el último apóstol viviente. En estos
primeros 70 años la iglesia se esforzó por cumplir la comisión asignada por el Señor ( Hechos 1:8), siendo
fiel a la tarea encomendada, y viendo en todo momento la provisión, sustento, fortaleza, y fidelidad que
sólo Dios puede dar.

1 El Judaísmo era religión permitida en el imperio romano, y como tal, gozaba de
protección y ciertos privilegios. En los orígenes de la iglesia, el cristianismo se vio como
una secta dentro del judaísmo por lo que gozaban de los mismos privilegios y protección,
pero no pasó mucho tiempo hasta que el judaísmo decidió emprender guerra en contra
del cristianismo y aclarar al imperio romano de que nada tenían que ver los cristianos
con ellos. Esto tomó más fuerza en la medida que más y más gentiles se unían a la
iglesia.
2 Tres tipos de personas participaban de la religión judía: Los judíos nativos, o de
ascendencia judía. Los prosélitos, quienes eran gentiles que por medio de un rito de
iniciación (bautismo y circuncisión entre las actividades del rito) ingresaban al
judaísmo, y por último los Temerosos de Dios o Temerosos de la puerta, quienes
participaban en la “puerta” de las sinagogas de las enseñanzas de la ley de Dios. Es muy
probable que Cornelio, descrito como temeroso de Dios, haya sido un integrante de este
grupo.
2. Influencia de la Iglesia Apostólica en la Historia
La Iglesia Católica Apostólica Romana, como se conoce oficialmente, fue fundada por el apóstol San
Pedro poco después de la muerte de Jesucristo, según la Biblia, con el fin de difundir la filosofía cristiana.
Jesús era un carpintero que vivió en Galilea. Él predicó un mensaje de amor, sin violencia y la compasión
entre los individuos. Al ser un judío, fue perseguido por los fariseos y condenado a muerte por
crucifixión, después de una intensa tortura.

El Imperio Romano mismo que persiguió a los judíos, adoptó el cristianismo como religión oficial en el
año 380 d.C. Pero fue en la Edad Media cuando la Iglesia se fortaleció y se convirtió en una gran
potencia. Desde el siglo V d.C., la iglesia extendió sus territorios. Como estaba escrito en las Escrituras, la
salvación sucede en la simplicidad. Y debido a estas palabras, la tierra de fieles nobles y sus riquezas
fueron entregadas a la Iglesia concediendo un gran poder a la institución. Ocurrió también en la misma
Edad Media su propio declive.

Incrédulos con las promesas de salvación a cambio de votos de pobreza, muchos clérigos fieles y algunos
miembros cuestionaron la Sagrada Escritura. Con esto, la Iglesia comenzó una serie de persecuciones
contra los llamados herejes a través de la denominada Santa Inquisición. Millones de personas fueron
procesadas y condenadas a muerte, siendo quemadas vivas en la hoguera.

Otro factor importante para la comprensión de la expansión fueron las cruzadas cristianas. Financiado
por la Iglesia, el ejército se aventuró por todo el mundo con el objetivo de predicar la catequesis y la
conversión de los no católicos. En la mayoría de los casos, con una violencia excesiva. Algunos sacerdotes
no estaban de acuerdo con estas y otras prácticas de la Iglesia como el conjunto de las indulgencias, por
ejemplo, que consistía en el pago por los fieles de una salvación completa. Estos sacerdotes, como
Martín Lutero y Juan Calvino, construyeron sus propias iglesias. Este hecho fue conocido como la
Reforma Protestante. Otros, no contentos con la adoración de los santos y las imágenes, fundaron la
Iglesia Ortodoxa.

En 1929, después de la firma del Tratado de Letrán, se fundó el Estado del Vaticano, una ciudad-estado
de 44 hectáreas habitada entonces por poco más de 800 personas. El Vaticano, el centro de la Iglesia
Católica, es considerado el estado más pequeño del mundo. En 2000, el Vaticano, representado por el
Papa Juan Pablo II, pidió oficialmente perdón por los errores cometidos por la Iglesia en el pasado.

3. Influencia de la Iglesia en la Actualidad


La historia de las grandes religiones tiene importantes elementos en común, incluyendo el hecho que los
profetas, los iniciadores o los visionarios de los cuales han surgido muchos movimientos religiosos, en su
casi totalidad pertenecen a un género dominante – el masculino. Este hecho explica el origen de
ideologías patriarcales que favorecen el rol del hombre en todo lo que se refiere a la participación, las
decisiones y acciones que determinan la orientación de estos movimientos. Por extensión, esto se
transfiere en otorgar al hombre un papel dominante como protector de su familia y hogar. Al analizar el
desarrollo, las disposiciones, los cambios, e interpretaciones incorporadas en los textos sagrados de las
grandes religiones, se concluye que los temas que desde un principio han sido de mayor interés para los
teólogos, filósofos, compiladores y líderes religiosos comprenden la sexualidad, la virginidad y el aborto.
Las disposiciones contenidas en estos textos sagrados, incluyendo las leyes canónicas, han guiado la
conducta de feligreses a través de la historia. Universalmente las religiones ven a la sexualidad como algo
que debe ser controlado y que presenta un desafío por su doble naturaleza. La sexualidad contiene
elementos de lo sagrado – al crear nuevas vidas – y de lo profano, al ser utilizada para otros fines que
conducen a la caída del hombre en el pecado. La preocupación con estos temas, ha continuado hasta los
tiempos modernos.

Mientras que las religiones otorgan al hombre un papel de superioridad moral y espiritual, a la mujer se
le asigna un rol secundario, a menudo sumiso, dependiente o reducido a su capacidad reproductiva.
También la mujer es vista como una fuente de tentación de la cual el hombre debe protegerse. El
hombre, como partícipe en la reproducción, no asume mayor responsabilidad por la regulación de la
fecundidad, un aspecto de la vida matrimonial que es más bien una preocupación femenina. Esta forma
de pensar fue dejando un campo abierto para que la mujer expresara sus necesidades y una vez que la
sexualidad y la reproducción fueron separadas por el advenimiento de la píldora, el argumento feminista
por los derechos reproductivos adquirió su propia dinámica y fuerza. Pero, para alcanzar esta nueva
etapa libertadora, hubo un espacio que cubre muchos siglos donde la mujer no tenía esos derechos. “El
matrimonio hoy en día depende más en la satisfacción de un sentimiento íntimo que en un lazo
dependiente del valor de propiedades o del número de hijos”.
Las controversias del siglo XXI también se centran sobre dos importantes derechos: el derecho a la vida,
y el derecho sexual y reproductivo. Líderes de casi todas las religiones han discutido ampliamente el
derecho a la vida, especialmente cuando comienza la vida humana, o sea el momento cuando el feto y su
alma se unen para crear un ser humano viable, y cuáles son sus derechos como tal. Incluso la Iglesia
Católica hoy en día reconoce el problema del comienzo de la vida humana cuando explica que “es
recomendable darle al feto el mayor respeto como persona desde el momento de la fecundación ya que
es imposible determinar el momento en que una nueva persona existe”. Sin embargo, la Iglesia Católica,
hasta hace poco más de cien años atrás, tomaba la posición de que el feto era un ser humano sólo
cuando este era animado, o sea se podía constatar su movimiento (generalmente a los cuarenta días de
gestación). En contraste, la religión judía reconoce que sólo el ser ya recién nacido tiene los derechos
completos de una persona humana. Muchas otras religiones caen entre estos dos extremos. El desarrollo
fetal y la hominización (la unión del feto con su alma), incluyendo los derechos de un ser humano viable,
han sido una preocupación de todas las religiones y ha tenido gran importancia en determinar cuándo un
aborto es permitido o no. Casi todas las religiones aceptan la necesidad de un aborto para salvar la vida
de la madre en caso de peligro – lo que la Iglesia Católica reduce a los llamados abortos indirectos (sólo
en casos de embarazo ectópico o cáncer de los órganos genitales).

La segunda categoría de derechos - los derechos sexuales y reproductivos - forman en nuestros tiempos
un importante aspecto del debate que continúa desafiando las posiciones teológicas de las grandes
religiones, especialmente en lo que se refiere al aborto y también, en algunos casos, a la anticoncepción.
Incluso al discutir las Metas del Milenio, organismos internacionales y países se ven sometidos a la
presión de posiciones religiosas que continúan actuando para impedir el progreso de los derechos
sexuales y reproductivos con argumentos que niegan a la mujer su capacidad de decisión, a menudo
obligándola a sufrir embarazos no deseados, con sus riesgos de salud y consecuencias emocionales. A
muchas mujeres, en sus esfuerzos para no caer bajo la línea que las definiría como situadas en la
pobreza, se las condena a obtener un aborto inseguro – lo que puede resultar en graves riesgos para sus
vidas y en un descalabro económico para sus familias al confrontar las complicaciones y tratamientos
después de una intervención en condiciones insalubres. En vez de ayudar a las familias a superar sus
condiciones y niveles de vida, las políticas públicas que niegan derechos sexuales y reproductivos,
incluyendo el acceso a servicios de salud reproductiva - a menudo actuando bajo influencias religiosas -
obstruyen los caminos de muchas personas que intentan salir de la pobreza.

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