¿Es Necesaria La Religión para Una Buena Vida Humana
¿Es Necesaria La Religión para Una Buena Vida Humana
¿Es Necesaria La Religión para Una Buena Vida Humana
Hablar de religión como condición natural del hombre es un hecho antropológico. El sujeto
consciente, pensante y actuante, sabe que él no fue creación de sí mismo, si no, creación de
un ser omnisciente, omnipresente y omnipotente. Además, este ser divino y supremo, es
creador de todas las cosas que le rodean al hombre. Por ende, que el individuo viva en
profundo agradecimiento, admiración y respeto por él.
Esa “fuerza” espiritual e inmortal no es parte del universo físico; pero es reconocida como
si lo fuese ¿por qué? Las diferentes formas de comunicación en las relaciones humanas que
se han generado a lo largo del devenir histórico no han dejado olvidar el legado creado en
siete días sobre la tierra por este ser divino, a tal punto de que se crearon diferentes sistemas
de normas, valores y creencias; para así, relacionar al hombre con dicha “fuerza” espiritual.
Al mismo tiempo, generando un sentimiento orientado hacia el confort ético-moral del
hombre en su manera de actuar consigo mismo, con los demás; y su entorno donde se
desarrolla la vida cotidiana. En consecuencia, encontramos en los individuos un anhelo de
inmortalidad, trascendencia, libertad, felicidad, entre otras aspiraciones.
Pero ¿cómo se ha hecho hincapié a todas estas creencias, prácticas, anhelos y deseos
personales, así como en los diferentes grupos humanos? Partiendo de la experiencia que se
obtiene a partir de la práctica religiosa. Esta práctica permite al ser humano orientar el
transcurso de su vida. Pero, debe ser una religión bien orientada que apunte hacia la
realización de los diferentes anhelos mencionados anteriormente. Por lo anterior que la
religión tenga una función efectiva en el plano material y racional del individuo, así como
del colectivo social.
Llegados a este punto, diferentes personas del colectivo social (intelectuales, políticos,
personas del común, entre otros) dan fe de que este sistema de creencias explica y logra
proporcionar seguridad. Además, los dispuso a generar ayudas sociales al prójimo o
hermano, en estas ayudas pudieron encontrar diferentes personas que alejados del “ser
divino” no encontraban sentido a su vida. De igual manera, proporciona algo que el ser
humano desea con fervor: la felicidad.
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Para no divagar con relación a lo anterior, podemos observar los diferentes desplazamientos
forzosos de víctimas del conflicto armado en Colombia y en Latinoamérica. Muchos de
nosotros somos ajenos a la realidad que habitan las zonas rurales. Y aún más su vínculo con
la religión; por eso, es debido señalar que estos individuos a pesar de todas las adversidades
que suceden en su vida diariamente, no pierden la idea de que en el acercamiento a la
religión al “ser divino” le proporcionará un mejor bienestar social inmediato y a futuro. Del
mismo modo, encontramos al sacerdote francés San Vicente de Paúl (1581-1660) donde su
vocación religiosa lo llevó a la ayuda de los sectores sociales más vulnerables en Francia,
llegando así a crear la asociación apostólica Hijas de la Caridad (1663-actualidad) que se
extendió por todo el mundo. Los anteriores ejemplos son dos de un sinfín que podríamos
anotar en este escrito.
Conforme a las razones anteriores, se verá cómo la religión ha influido a lo largo del
devenir histórico mostrando una mejor manera de vivir. Lejos de ella no se conocería el
“ser divino y supremo” que brinda una vida plena y eterna, llena de felicidad, amor y paz.
Continuando con el planteamiento del porqué la religión es necesaria para la vida humana,
tomaremos como referencia al historiador israelí Yuval Noah Harari y su obra “Sapiens:
De animales a dioses (2011)”. En la obra de Harari se evidencia elementos históricos,
antropológicos, filosóficos y, el que más nos atañe, religiosos; sobre la concepción del
hombre y la religión a lo largo de su devenir histórico.
Ahora bien, tomando en cuenta al hombre como actor principal del planteamiento, Harari
señala que, a partir de diferentes estudios historiográficos, el hombre llevaría habitando el
planeta Tierra hace aproximadamente 70.000 años. De lo anterior, que el autor plantee en
su obra tres grandes revoluciones: cognitiva, agrícola y científica.
Antes de entrar a definir los tres grandes momentos de la humanidad, conviene señalar el
porqué de tal proceso con base en la cooperación que culmina en el objetivo central del
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texto presente: la religión como móvil que define el desarrollo del hombre. Entonces, un
motivo inicial se da en que el hombre (Sapiens) siendo un animal ya integrado en una
civilización, debe distinguirse por su comportamiento individual y social, pues existe una
serie de códigos sociales y también morales impuestos dentro de la sociedad; esto deja
percibir su alejamiento del estado animal. Siendo innegable este último, Harari plantea que
ambos elementos son unidos por la habilidad propia del hombre, esta habilidad se basa en
que la cooperación es dada de manera flexible y proporcionalmente en masa. Por
consiguiente, es posible conocer los dos momentos del sapiens, a quien se le presenta
actualmente una sociedad post-industrial y moderna que define su concepción del mundo,
pero al mismo tiempo también habita en medio de un ambiente natural del cual nunca se ha
apartado completamente. Aún arraigado a su primer momento como sapiens, en la
naturaleza, se debe enfrentar a aceptar, primero, su evolución tanto histórica como
biológica; pues, es la manera correcta de representar sus acciones que se han sumado a la
construcción de todo lo humano. Un ejemplo cercano a ello está en su capacidad de
creación: se demuestra que tal destreza le facilitaría conseguir las herramientas necesarias
para valerse, podría ser, dentro de la comunidad registrada hace milenios donde se
necesitaban lanzas, ropaje adecuado o cualquier objeto necesario para su beneficio, frente a
la necesidad que posee el hombre actual en medio de grandes estructuras de consumo que
le ofrecen comerciales de lo que ‘’desea’’ sin realmente necesitarlo; es allí donde logra
darse un cambio factible al relacionarse distintamente con los objetos que son creación del
sapiens, según el momento histórico y social que vive. Siendo esto un momento previo a su
desarrollo cognitivo.
Por consiguiente, daré hincapié a una serie de relaciones que encuentro en cada una de
ellas. Partiendo de las primeras formas de religión y, por ende, del desarrollo de una buena
vida humana; hasta la consolidación de la religión en la revolución científica-actual.
En segundo lugar, con la revolución agrícola se comenzó a ver las primeras formas de
agricultura, escritura, jerarquización de los distintos poderes, entre otros factores sociales,
económicos y culturales. Por otro lado, cuando en antaño el hombre desarrolló su capacidad
para verter uno de los primeros dominios sobre la naturaleza, tiene como resultado dejar
atrás su limitada práctica de recolector-cazador nómada, hasta agricultores y pastores
especializados , pero se debe tener en cuenta que, este mismo salto de un modo de relación
a otro en la manera específica de recolectar no es necesariamente una razón que justifique
un mejoramiento, ya que la revolución agrícola se verá en sospecha cuando tengan que
enfrentar distintas actividades forzadas que distan de guardar alguna semejanza con su
pasado. También, desde un contexto antiguo y medieval, encontramos dos ejemplos claves
de la religión como necesidad de desarrollo de la vida humana: El teocentrismo y el cambio
Constantiniano. La primera, instalándose entre los siglos V y XV, donde Dios (fé) es el
centro del universo para el hombre, rigiendo incluso la forma de pensar, actuar y sentir del
individuo. Respecto a la segunda, se evidenció una fuerte colaboración económica a los
cristianos, para así llevar a cabo una vida mundana favorable.
la historia. Dicho de modo explícito: las relaciones sociales son el eje primordial donde el
flujo de este nuevo credo interviene a manifestar un empeño de credibilidad, tal como en
las religiones ya conocidas por un representante o fuente divina (entre estas pueden ser la
Biblia, el Corán o en el caso fiel de oriente encontramos la representación del Bhagavad-
gītā); es decir, que el capitalismo no del todo se erige con un carácter único y meramente
económico dentro de su definición como doctrina, lo cual tiene gran incidencia en la
tradición religiosa que cumple con una determinada función en la sociedad moderna. Cabe
retomar el objetivo inicial del texto desde esta perspectiva, donde logramos ver un
particular desarrollo de la vida humana, ahora mientras los individuos cumplen con el
propósito ajeno a identificarse en las posibilidades de obtener un valor que se mide por su
cumplimiento a nivel social, tanto más llega a acrecentarse el distanciamiento con las
normas morales de la religión concebida como camino o fundamento vital.
Finalmente, la religión hoy en día se considera como una institución social que tiene su
propia identidad. Su desarrollo se vio influenciado por los diferentes factores sociales que
se han visto a lo largo de la historia y en las etapas de las revoluciones mencionadas
anteriormente. En los estudios historiográficos religiosos dejan una base de relatos para las
distintas religiones: cristianismo, budismo, hinduismo, entre otras. Las cuales, se han
mantenido en la tradición oral de las generaciones. El ser humano gusta de todos estos
relatos para tomar como base en el desarrollo de su vida humana.
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Bibliografía:
Harari Yuval, N. (2014). De animales a dioses, Barcelona, Prenguin Random House
Grupo Editorial, S.A.U.