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Asignatura:

Enfermería en Cuidado del adulto

Tema:
Contusiones en Adultos Mayores

Catedrática:
Lic. Bessy

Alumnas:
Cindy Nuñez
Elda Clarissa Vásquez Arteaga
Yoseth Varela
Blanca Erazo

Tegucigalpa, M.D.C.,
27 de Junio del 2021
INTRODUCCIÓN

Las caídas son un evento frecuente entre los adultos mayores de 65 años. Aproximadamente 1 de
cada 3 adultos que viven en la comunidad tiene riesgo de presentar una caída en el último año. Ese
riesgo también aumenta con la edad, la presencia de comorbilidades, el antecedente de caídas
previas y los trastornos en la marcha, entre otros. Sus consecuencias son graves y pueden llevar a la
institucionalización e incluso a la muerte. Tienen implicancias sociales y de salud pública; por este
motivo se considera de fundamental relevancia que los médicos puedan adquirir conocimientos
básicos acerca de las caídas en los adultos mayores, para detectarlas e intervenir adecuadamente.

Sin bien las caídas no suelen tener mayores consecuencias en la vida cotidiana, en ocasiones estas
pueden ser graves e, incluso, fatales. De hecho, estos eventos son la segunda causa de muerte por
lesiones accidentales o no intencionales en el mundo, dado que cobran la vida de alrededor de 646
mil personas anualmente, principalmente mayores de 65 años, según la Organización Mundial de la
Salud (OMS).

De acuerdo al doctor Eric Blake, jefe de la Unidad de Geriatría de Clínica Alemana, el riesgo de
caídas crece a medida que se va envejeciendo. “Aproximadamente el 30% de los mayores de 65
años se cae una vez al año, porcentaje que aumenta a 50% en quienes superan los 80”, explica.

Agrega que, en el adulto mayor, este tipo de accidentes se produce tanto por razones fisiológicas
asociadas al envejecimiento y por enfermedades predisponentes, como también por motivos
ambientales (ver recuadro). “Las personas que son más activas tienden a caerse con más frecuencia
en la calle, y aquellas más frágiles suelen hacerlo al interior de su hogares, realizando tareas
cotidianas, como ir al baño, agacharse a recoger un objeto, intentar buscar algo en altura o al
tropezarse con una mascota”, afirma.
CONTUSIONES EN ADULTOS MAYORES

Las caídas en los ancianos representan un importante problema de salud, cada vez más
reconocido y estudiado. Las lesiones debidas a las caídas pueden significar una pérdida de la
calidad de vida, carga sobre los cuidadores y un impacto sobre la morbimortalidad en esta
población.

Las caídas representan uno de los problemas más importantes dentro de la patología
geriátrica, constituyendo uno de los llamados “grandes síndromes geriátricos”. A la afirmación de
que los ancianos se caen, cabe añadir que aquellas personas adultas que se caen son esencialmente
ancianos.
Así pues, las caídas, a la luz de la información de que disponemos, constituyen uno de los más
graves problemas epidemiológicos que afectan a las personas mayores, generador de una cascada de
consecuencias de todo tipo, físicas, mentales, funcionales y socio-económicas, que amenazan su
independencia y requiere, para su prevención y tratamiento, el abordaje por parte de los
profesionales del ámbito sanitario, social y de la familia, en un ejemplo de lo que debe constituir el
trabajo multi e interdisciplinar propio de la atención integral al mayor.

Aproximadamente el 30% de las personas mayores de 65 años se cae una vez al año y de
éstas un 50% se vuelve a caer durante ese año (1,2). Algunos estudios sugieren que un 20% de
todas las caídas requieren atención médica, un 10% con lesiones importantes (un 4-6% de los
ancianos sufre fracturas como consecuencia de una caída, siendo una cuarta parte de ellas fracturas
de fémur) y entre un 40 y un 50% padecen lesiones menores, como heridas, contusiones o
hematomas (2, 3). Con el envejecimiento progresivo de la población es previsible un aumento de la
magnitud de este problema de salud.

Estudios ponen de manifiesto que existe una relación entre la edad y la posibilidad de caer,
constituyéndose el envejecimiento en un factor de riesgo (6,9). También el hecho de haber caído
una vez, hace previsible nuevas caídas. De ello surge la necesidad absoluta de familiarizarse con las
causas que provocan una caída en esta población, debiendo interpretarse el hecho de caer como
sintomático.

Los ancianos también presentan alteraciones del equilibrio, cuyas causas son
multifactoriales, como la sarcopenia expresada por la pérdida de fuerza muscular, el aumento de
la masa grasa y el menor rendimiento físico.7-9 Los cambios musculares descriptos se ven
favorecidos por el efecto de la hipovitaminosis D muy frecuente en la población adulta mayor
urbana.10-12 Es posible que los valores elevados de la hormona paratiroidea asociados a
déficit de vitamina D impacten en la función muscular evidenciando una acción neuroendocrina de
la hormona.

¿QUÉ ES UNA CONTUSIÓN?


Una contusión es un moretón que aparece en la piel después de una lesión. Un moretón se forma
cuando se rompen los vasos sanguíneos pequeños, pero no se rompe la piel. La sangre se filtra a los
tejidos cercanos, como los tejidos blandos o los músculos.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICAN LAS CONTUSIONES?

Es posible que su médico le pregunte si ha tenido alguna lesión, infección o problemas de


hemorragia en el pasado. Su médico le revisará la piel del área lesionada. Es posible que le toque la
piel para comprobar dónde le duele. Es posible que también revise si tiene algún problema cuando
mueve el área lesionada. Es posible que usted necesite hacerse alguno de los siguientes estudios:
 Los análisis de sangre podrían usarse para revisar si usted tiene trastornos hemorrágicos o
para averiguar cuánto tarda su sangre en coagular.
 Ultrasonido podría mostrar qué tan profundo está el moretón y si alguno de sus órganos,
como el hígado están lesionados.
 Imágenes por resonancia magnética (IRM) podrían mostrar si se ha comenzado a formar
un hematoma (acumulación de sangre). Es posible que le administren un líquido de
contraste para que las imágenes se aprecien mejor. Dígale al médico si usted alguna vez ha
tenido una reacción alérgica al líquido de contraste. No entre a la sala donde se realiza la
resonancia magnética con algo de metal. El metal puede causar lesiones serias. Dígale al
médico si usted tiene algo de metal dentro de su cuerpo o por encima.

GRUPOS DE RIESGO

Los factores que aumentan el riesgo de caída son: la edad, historia de caídas previas, las
alteraciones de la estabilidad y/o la marcha y el número de fármacos usados; por lo que se deben
dividir en 3 grupos.
 Alto riesgo: Aquellas que reúnan varios de los factores anteriores, más de 75 años y que
posean patologías crónicas o permanezcan ingresados en hogares.
 Riesgo intermedio: Ancianos entre 70 y 80 años que se valen por sí solos, pero con un
factor de riesgo específico.
 Bajo riesgo: Menor de 75 años, buena movilidad, no enfermos, pero que han podido tener
alguna caída, generalmente por un descuido.

FACTORES DE RIESGO

Factores de riesgo biológicos


Los factores de riesgo biológicos son estrictamente intrínsecos y abarcan características de los
individuos, propias del cuerpo humano. Algunas de ellas no son modificables, como, por ejemplo,
el sexo, la edad y la raza. Estos factores están también asociados a las alteraciones fisiológicas y a
las condiciones propias de las personas mayores, como la disminución de la fuerza física, la merma
de las capacidades cognitivas y afectivas, las enfermedades crónicas, cardiovasculares,
neurológicas, pulmonares, psiquiátricas, endocrinas y metabólicas, además de las alteraciones en el
aparato locomotor y la degeneración articular.
Factores de riesgo socioeconómicos
Entre los factores extrínsecos, los factores de riesgo socioeconómicos son aquellos relacionados con
condiciones sociales y situaciones económicas de los individuos, y que están relacionados con la
capacidad de la comunidad para desafiarlas. Incluyen factores como renta baja, bajo nivel de
escolaridad, condiciones inadecuadas de vivienda, interacción social perjudicada y acceso limitado
a la salud y a la asistencia social.

Factores de riesgo comportamentales


Los factores de riesgo comportamentales también se consideran extrínsecos, y se relacionan con
acciones humanas, emociones o elecciones diarias y son potencialmente modificables, como el uso
de diversos medicamentos, el consumo de alcohol y tabaco, el comportamiento sedentario, el
sobrepeso, el miedo a caer, el uso de calzado inadecuado y, por último, el uso de aparatos para
movilidad asistida, como bastones y andador.

Factores de riesgo ambientales


Los factores de riesgo ambientales son estrictamente extrínsecos y engloban la interacción de las
condiciones físicas del individuo con el medio que le rodea, incluyendo los peligros domésticos y
ambientales, como las superficies resbaladizas, las alfombras, la iluminación deficiente, la ausencia
de barras de apoyo en los cuartos de baño y pasillos, y la vía pública con irregularidades y
conservación deficiente.

CAUSAS

Las caídas pueden ser causadas por discapacidades físicas que limitan la movilidad o el equilibrio,
riesgos del entorno o situaciones potencialmente peligrosas. La mayoría de las caídas ocurren
cuando interaccionan varias causas. Por ejemplo, las personas con enfermedad de Parkinson y
problemas de visión (discapacidades físicas) pueden tropezar con un cable eléctrico (riesgo del
entorno) cuando se apresuran a contestar al teléfono (situación potencialmente peligrosa).
La condición física de una persona se ve afectada por los cambios debidos al envejecimiento, la
buena forma física, los trastornos presentes y los fármacos utilizados. Probablemente, el estado
físico tiene un efecto más importante sobre el riesgo de caídas que el entorno y las situaciones
peligrosas. Las limitaciones en la condición física no solo aumentan el riesgo de caídas, sino que
también influyen en cómo responde la persona a los peligros y a las situaciones de riesgo.

Los impedimentos físicos que incrementan el riesgo de caídas son los que implican
 El equilibrio o el caminar
 La visión
 La sensibilidad, en especial en los pies
 La fuerza muscular
 Las capacidades cognitivas
 La tensión arterial o la frecuencia cardíaca

El uso de medicamentos que alteran la capacidad de atención (por ejemplo, analgésicos


opiáceos, ansiolíticos y algunos fármacos antidepresivos) o reducen la tensión arterial (por ejemplo,
antihipertensivos, diuréticos y algunos fármacos para el corazón) también puede aumentar el riesgo
de caídas.
Muchas caídas se deben a los riesgos del entorno, y pueden darse cuando una persona no percibe un
peligro o no responde con la rapidez necesaria después de haberlo percibido.

Los riesgos del entorno que aumentan el peligro de caídas comprenden


 La iluminación inadecuada
 Las alfombras que no están fijadas
 Los suelos resbaladizos
 Los cables eléctricos y alargadores u otros objetos que se encuentran en las zonas de paso
 Las aceras irregulares y los bordillos rotos
 La falta de familiaridad con el entorno

La mayoría de las caídas suceden en casa. Algunas se producen cuando la persona está quieta y
de pie, pero la mayoría se producen cuando la persona se está moviendo: al levantarse o meterse en
la cama, una silla o el asiento del inodoro, o bien al caminar, subir o bajar escaleras. Mientras la
persona está en movimiento, es posible que tropiece o dé un paso en falso, o puede perder el
equilibrio. Cualquier movimiento puede ser peligroso, pero el peligro aumenta si la persona se
mueve apresuradamente o está distraída. Por ejemplo, andar de prisa para ir al baño (en especial por
la noche cuando no se está completamente despierto o cuando la iluminación no es buena) o para
contestar al teléfono, o hablar por un teléfono móvil, hace más peligroso el movimiento.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTOS

TRATAMIENTO FISIOTERÁPICO
El tratamiento en este tipo de accidentes debe hacer especial hincapié en medidas
preventivas Después de haber realizado el diagnóstico en el cuál se ha obtenido las causas
desencadenantes del accidente, se puede establecer un plan de prevención concreto.

TRATAMIENTO
 Tratar las lesiones causadas por caídas
 Tratamiento de los trastornos subyacentes y enseñar a la persona cómo prevenir las caídas
La prioridad fundamental es el tratamiento de las lesiones, como las lesiones en la cabeza,
las fracturas, los esguinces y las heridas musculares.
La siguiente prioridad consiste en prevenir posteriores caídas tratando las enfermedades que
pueden haber contribuido a la caída. Por ejemplo, en personas con un ritmo cardíaco muy lento
acompañado de sensación de mareo, se podrá considerar la opción de instalar un marcapasos. Si es
posible, se interrumpe el tratamiento con cualquier fármaco potencialmente perjudicial, se reduce la
dosis o se sustituye por otros fármacos.

Los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales pueden ayudar a mejorar la marcha y el


equilibrio, así como la confianza en uno mismo después de una caída. Pueden dar consejos sobre
cómo evitar las caídas. Además, los terapeutas pueden animar a la persona para que siga activa. La
fisioterapia, los ejercicios supervisados de equilibrio y los estiramientos ayudan a reducir el riesgo
de caídas.
¿Cómo prevenir?
Considerando que en las caídas influyen factores físicos y externos, es importante tomar medidas en
ambos ámbitos. “En primer lugar, es necesario hacer ejercicio, fundamentalmente aquellos que
mejoran el equilibrio, como el taichí, y los que aumentan la fuerza muscular. De todas formas, la
marcha de 30 minutos diarios es siempre recomendable”.
También es clave corregir aquellos problemas físicos que aumentan el riesgo de caídas, por lo tanto,
cuando corresponda, se debe mejorar la agudeza visual con lentes o cirugía, si está indicada; reducir
al máximo posible los medicamentos, tratar la hipotensión ortostática, y normalizar los niveles de
vitamina B12 y vitamina D, ya que su carencia puede producir problemas de fatiga y pérdida de
equilibrio.
Asimismo, es importante modificar las condiciones del hogar, retirando alfombras, mejorando la
iluminación e instalando pasamanos en escaleras, en la tina de baño y al costado del excusado.

PREVENCIÓN DE CAUSAS INTRÍNSECAS


Es conveniente cuidar con regularidad el estado de los pies, para asegurar una correcta base de
sustentación.
En este sentido se realizarán ejercicios de reeducación del equilibrio estático y dinámico, también
de propiocepción y de desarrollo de los reflejos y las reacciones que rodean a las caídas.
Al mismo tiempo se reeducará la marcha si es preciso con ayuda, ya que la asociación de un
entrenamiento sistemático de la marcha con ejercicios de equilibrio reduce considerablemente el
riesgo y las consecuencias de las caídas.
Respecto al empleo de ayudas técnicas éstas deben de estar bien adaptadas y que no ocasionen
demasiada fatiga: andadores con ruedas o bastones adaptados a la patología, entre otros.

Respecto al andador o bastón los requisitos que éste debe tener son los siguientes:
 Procurar un bastón lo suficientemente alto para asegurar la posición erguida del paciente.
 Debe tener la suficiente robustez y grosor para soportar el peso que el paciente descarga en
él.
 La empuñadura debe tener forma de gancho para evitar que pueda resbalar y caérsele.
 Se debe aprender a llevarlo (con el miembro superior contralateral a la pierna afecta).
 Cabe subrayar la importancia de aumentar la actividad física general con un plan de
ejercicios que estimulen una mayor fuerza y coordinación corporales.

PREVENCIÓN DE CAUSAS EXTRÍNSECAS


Se trata de garantizar que todas las personas, independientemente de su condición física puedan
acceder y relacionarse con su entorno.
Para ello se regulan unos requisitos básicos de accesibilidad entre los que se pueden destacar:
 Espacios de paso lo suficientemente anchos para que un usuario de silla de ruedas pueda
desplazarse sin impedimentos.
 Espacios de giro de anchura suficiente para que un usuario de silla de ruedas pueda girar sin
impedimentos.
 Escaleras accesibles con al menos 1,10 m de amplitud de paso en tramos rectos, por si
hiciese falta una monta escaleras, peldaños con bandas antideslizantes en la huella, de
diferente color y textura, con pasamanos ergonómicos prolongados como mínimo 30 cm al
principio y al final de las escaleras.
 Rampas de suaves pendientes y cortas en su longitud para evitar grandes esfuerzos.
 Pavimentos duros, lisos y antideslizantes.
CONCLUSIONES

 Las caídas no siempre son eventos accidentales, pueden ser la manifestación de


una enfermedad subyacente.

 La caída suele conducir a la dependencia por temor de nuevas caídas.

 Además de las consecuencias físicas, la caída tiene importantes repercusiones


psicológicas, económicas y sociales.

 Las caídas son una causa importante de discapacidad y mortalidad en los


adultos mayores, por lo que es importante conocer y describir los factores de
riesgo, la prevalencia y los rasgos de esta condición que afecta a tan especial
población.
BIBLIOGRAFÍA

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Laura María Álvarez Rodríguez. SÍNDROME DE CAÍDAS EN EL ADULTO MAYOR.


REVISTA MEDICA DE COSTA RICA Y CENTROAMÉRICA LXXI (617) 807 - 810, 2015

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