Las Centrales Termoelectricas A Vapor - Anaika
Las Centrales Termoelectricas A Vapor - Anaika
Las Centrales Termoelectricas A Vapor - Anaika
Los sistemas de alta tensión eléctrica son aquellos que emplean energía eléctrica con
una tensión eficaz nominal superior a algún límite preestablecido.
No existe ninguna transición física abrupta que marque el límite entre baja tensión y alta
tensión; el límite se establece por acuerdo. La Comisión Electrotécnica Internacional
(CEI) usa los siguientes límites en muchas de sus publicaciones (aunque no la denomina
explícitamente «alta tensión»): para CA hasta 1 000 V, para CC hasta 1 500 V.
Gracias a esta presión en los tubos de la caldera, el vapor de agua puede llegar a
alcanzar temperaturas de hasta 600°C (vapor recalentado). Este vapor entra a gran
presión en la turbina a través de un sistema de tuberías. La turbina consta de tres
cuerpos; de alta, media y baja presión respectivamente. El objetivo de esta triple
disposición es aprovechar al máximo la fuerza del vapor, ya que este va perdiendo
presión progresivamente. Así pues, el vapor de agua a presión hace girar la turbina,
generando energía mecánica. Hemos conseguido transformar la energía térmica en
energía mecánica de rotación. El vapor, con el calor residual no aprovechable, pasa de
la turbina al condensador. Aquí, a muy baja presión (vacío) y temperatura (40°C), el
vapor se convierte de nuevo en agua, la cual es conducida otra vez a la caldera a fin de
reiniciar el ciclo productivo. El calor latente de condensación del vapor de agua es
absorbido por el agua de refrigeración, que lo entrega al aire del exterior en las torres de
enfriamiento. La energía mecánica de rotación que lleva el eje de la turbina es
transformada a su vez en energía eléctrica por medio de un generador síncrono acoplado
a la turbina.
OBJETIVOS DE DISPONIBILIDAD:
La disponibilidad de una instalación se define como la proporción del tiempo que dicha
instalación ha estado en disposición de producir, con independencia de que finalmente
lo haya hecho o no por razones ajenas a su estado técnico.
-Nª de horas de indisponibilidad total para producir, que pueden ser debidas a diferentes
tipos de actuaciones de mantenimiento:
OBJETIVOS CONFIABILIDAD:
La confiabilidad es un indicador que mide a la capacidad de una planta para cumplir su
plan de producción previsto. En una instalación industrial se refiere habitualmente al
cumplimiento de la producción planificada, y comprometida en general con clientes
internos o externos. El incumplimiento de este programa de carga puede llegar a
acarrear penalizaciones económicas, y de ahí la importancia de medir este valor y
tenerlo en cuenta a la hora de diseñar la gestión del mantenimiento de una instalación.
Los factores para tener en cuenta para el cálculo de este indicador son dos:
Como puede verse, no se tiene en cuenta para el cálculo de este objetivo ni las horas
dedicadas a mantenimiento preventivo programado que supongan parada de planta ni
las dedicadas a mantenimiento correctivo programado. Para un cálculo correcto y
coherente de este factor debe definirse siempre cual es la distinción entre mantenimiento
correctivo programado y no programado. Así, en muchas instalaciones industriales es
habitual considerar que una avería detectada pero cuya reparación pueda posponerse 48
horas o más se considera mantenimiento correctivo programado, y por tanto no computa
para calcular la fiabilidad. Una intervención que suponga la parada inmediata de la
planta o una parada en un plazo inferior a 48 horas se considera mantenimiento
correctivo no programado, y, por tanto, su duración se tiene en cuenta a la hora de
calcular la fiabilidad.
El objetivo de mantenimiento persigue que este parámetro esté siempre por encima de
un valor establecido en el diseño técnico-económico de la planta, y su valor es
habitualmente muy alto (igual o superior incluso al 98%). Una instalación bien
gestionada no debería tener ningún problema para alcanzar este valor.
No hay nada más perjudicial para los intereses económicos de una instalación industrial
que una mentalidad cortoplacista de los mandos que dirigen la instalación. Los
resultados a corto plazo están a menudo reñidos con los resultados a largo plazo, y
decisiones que dan buenos resultados de forma inmediata pueden resultar muy dañinas
más adelante.
Las políticas cortoplacistas, en las que solo se analiza el resultado económico inmediato,
son pues enormemente inadecuadas para afrontar el mantenimiento de una instalación
tecnológicamente compleja como puede llegar a ser una instalación industrial actual.
La producción de electricidad a partir del gas es conocida por tener relativamente unos
bajos costes de operación y mantenimiento si se compara con otros métodos de
generación, y las estadísticas de la IEA lo demuestran. Las centrales eléctricas
equipadas con turbinas de combustión de ciclo simple, el más común (y menos
eficiente) en tecnología de gas, han llegado a un promedio anual de coste por operación
y mantenimiento de sólo 20$ por kilovatio (kW) producido, por lo que esta tecnología
resulta la opción más barata en términos O&M de la industria.
De acuerdo con cifras de la IEA, las plantas de gas más sofisticadas también se
benefician de un panorama económico favorable en este sentido. La tecnología de
turbinas de gas de ciclo combinado pueden aumentar la eficiencia en un 39% para
turbinas simples a un 60% en coste O&M promedio de 25$ por kW, mientras que las
plantas de cogeneración (CHP), empuja la eficiencia a más del 80% por un similarmente
modesto aumento del coste O&M.
Del inventariado de equipos de la planta, deben listarse aquellos que tienen una entidad
suficiente como para tener tareas de mantenimiento asociadas. Este listado puede incluir
motores, bombas, válvulas, determinados instrumentos, filtros, depósitos, etc.
Una vez listados, es conveniente agrupar estos equipos por tipos, de manera que
sepamos cuántos tipos de equipos significativos tenemos en el sistema que estemos
analizando.
Para cada uno de los tipos de equipos, debemos preparar un conjunto de tareas genéricas
que les serían de aplicación. Así, podemos preparar tareas genéricas de mantenimiento
para transformadores, motores, bombas, válvulas, etc.
Para cada motor, bomba, trafo, válvula, etc., aplicaremos las tareas genéricas preparadas
en el punto anterior, de manera que obtendremos un listado de tareas referidas a cada
equipo en concreto.
Es conveniente hacer una lista previa con todos los equipos significativos de la planta.
A continuación, y tras comprobar que la lista contiene todos los equipos, habrá que
asegurarse de que se dispone de los manuales de todos éstos. El último paso será
recopilar toda la información contenida en el apartado mantenimiento preventivo que
figura en esos manuales, y agruparla de forma operativa.
En otros casos el plan de mantenimiento que propone el fabricante es tan exhaustivo que
contempla la sustitución o revisión de un gran número de elementos que evidentemente
no han llegado al máximo de su vida útil, con el consiguiente exceso de gasto. Cuantas
más intervenciones de mantenimiento preventivo sean necesarias, más posibilidades de
facturación tiene el fabricante. Además, está el problema de la garantía, si un fabricante
propone multitud de tareas y éstas no se llevan a cabo, el fabricante puede alegar que el
mantenimiento preventivo propuesto por él no se ha realizado, y que ésa es la razón del
fallo, no haciéndose pues responsable de su solución en el periodo de garantía, con la
consiguiente facturación adicional.
Por último, no debe olvidarse que es necesario cumplir con las diversas normas
reglamentarias vigentes en cada momento. Por ello, el plan debe considerar todas las
obligaciones legales relacionadas con el mantenimiento de determinados equipos. Son
sobre todo tareas de mantenimiento relacionadas con la seguridad. Algunos de los
equipos sujetos a estas normas en una central de ciclo combinado son las siguientes:
ERM.
Sistema de alta tensión.
Torres de refrigeración.
Puentes grúa.
Vehículos.
Tuberías y equipos a presión.
Instalaciones de tratamiento y almacenamiento de aire comprimido.
Sistemas de control de emisiones y vertidos.
Sistemas contra incendios.
Sistemas de climatización de edificios.
Intercambiadores de placas.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
Cengel, Y., & Boles, M. (2009). Termodinámica (Sexta ed.). México: McGraw-
Hill / Interamericana Editores.
García Gomez, S. (2008). OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE
CENTRALES DE CICLO COMBINADO. Madrid: Diaz de Santos.
Moran, M., & Shapiro, H. (2004). Fundamentos de Termodinámica Técnica.
Barcelona: Editoria Reverte S.A.
Sabugal, S., & Gómez, F. (2006). CENTRALES TÉRMICAS DE CICLO
COMBINADO Teoría y proyecto. Madrid, España: Díaz de Santos.