Enfermedades Del Sistema Osteomuscular Melo
Enfermedades Del Sistema Osteomuscular Melo
Enfermedades Del Sistema Osteomuscular Melo
LA ARTRITIS REUMATOIDES
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica y degenerativa que se caracteriza por
provocar la inflamación de la membrana sinovial (membrana que alimenta, protege y
cubre los cartílagos) de las articulaciones y en los tejidos circundantes. En algunas
ocasiones la artritis puede tener un comportamiento extraarticular y dañar órganos y
sistemas como el corazón, el riñón y el pulmón. Por este motivo es una enfermedad
sistémica.
La inflamación de esta membrana es la responsable del dolor, de la hinchazón claramente
visible, de la sensación de rigidez que los pacientes pueden sentir por las mañanas y de
la pérdida de la movilidad articular.
Afecta con más intensidad a unas articulaciones que a otras, principalmente a las más
móviles como las manos y los pies, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas y los
tobillos. Hay algunas que nunca se ven afectadas.
Si la inflamación permanece de forma mantenida y no se controla puede acabar dañando
los huesos, los ligamentos y los tendones que hay alrededor de la articulación. Esto
puede provocar una deformidad progresiva de las articulaciones y la pérdida de la
capacidad para realizar movimientos y tareas cotidianas. Todo esto repercute en la
calidad de vida de los pacientes.
Síntomas
Tal y como indican desde la Sociedad Española de Reumatología, la enfermedad
comienza de forma lenta e insidiosa con manifestaciones generales que presentan otras
enfermedades, como la fiebre o la astenia.
Sin embargo, el síntoma principal de esta enfermedad es la afectación de las
articulaciones diartrodiales. Inicialmente se produce una inflamación que resulta
apreciable a simple vista y causa dolor en el individuo que la padece. Junto con la
inflamación, pueden aparecer otras manifestaciones como son el aumento de volumen,
rigidez tras el descanso nocturno que va desapareciendo progresivamente a medida que
el paciente ejerce su actividad diaria, debilidad muscular y limitación de la movilidad.
Asimismo, pueden aparecer abultamientos duros (nódulos reumatoides) en las zonas de
roce de la piel como los codos, el dorso de los dedos de las manos y de los pies, que
también pueden localizarse en el interior del organismo.
Si la enfermedad está en un estadio avanzado, el paciente puede tener alguna
deformidad debido al deterioro progresivo de las articulaciones afectadas. Además, puede
evolucionar y afectar a órganos vitales como el riñón o el pulmón.
A menudo causa sequedad de la piel y las mucosas. Esto ocasiona una inflamación y
posterior atrofia de las glándulas que generan las lágrimas, la saliva, los jugos digestivos
o el flujo vaginal (síndrome de Sjögren).
También puede producir algo de fiebre y, en ocasiones, inflamación de los vasos
sanguíneos (vasculitis), que provoca lesiones de los nervios o llagas en las piernas
(úlceras). Otros Síntomas son la inflamación de las membranas que recubren los
pulmones (pleuritis) o de la envoltura del corazón (pericarditis), o bien la inflamación y las
cicatrices de los pulmones pueden producir dolor torácico, dificultad para respirar y una
función cardíaca anormal.
“A largo plazo, las consecuencias de la enfermedad dejada a su evolución son la
limitación e incapacidad para la realización, inicialmente, de las actividades laborales y,
posteriormente, de la vida diaria del sujeto que la padece.
Tratamientos
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que en la actualidad no tiene ningún
tratamiento que permita curar la patología. Sin embargo, las terapias farmacológicas y
estrategias de tratamiento son muy eficaces y permiten un buen control de la enfermedad.
El tratamiento de la artritis reumatoide engloba dos tipos de fármacos: los que se utilizan
para aliviar el dolor (antiinflamatorios y corticoides), y los que sirven para modificar la
enfermedad a largo plazo. Estos últimos pueden ser efectivos semanas e incluso meses
después del tratamiento. No son eficaces en el cien por cien de los pacientes, según la
Sociedad Española de Reumatología, por lo que habitualmente el médico prescribe varios
de forma secuencial hasta encontrar aquel que sea más eficaz y mejor tolerado por el
paciente.
El pilar fundamente de la terapia son los fármacos antirreumáticos modificadores de la
enfermedad (Fames). Entre ellos, el más utilizado es el metotrexato. Otros medicamentos
serían la sulfasalazina, la leflunomida o las sales de oro (hoy en día en desuso).
Según la SER, la prescripción precoz de estos tratamientos es fundamental para reducir
al máximo la inflamación articular y la progresión de la enfermedad.
En los casos en los que los Fames no funcionan de forma adecuada los especialistas
tratan la patología con terapias biológicas. Estos son medicamentos diseñados con
fórmulas complejas que incluyen los antagonistas del TNF (etanercept, adalimumab e
infliximab), abatacept y rituximab. Estos fármacos han demostrado ser muy eficaces para
mejorar el dolor y la inflamación y para evitar la destrucción articular.
Tanto las terapias biológicas como los Fames pueden tener efectos secundarios, pero en
general son bastante seguros y los pacientes los toleran bien.
Si la enfermedad está muy avanzada, el paciente puede necesitar cirugía.
Cuidados
Vaya a terapia física según indicaciones. Un fisioterapeuta puede enseñarle ejercicios
que contribuyan a incrementar su movimiento y fuerza, y aliviar el dolor.
Use dispositivos de apoyo. Es posible que le den tablillas o férulas para ayudar a
descansar sus articulaciones y disminuir la inflamación.
Descanse cuando sus articulaciones duelan. Limite sus actividades hasta que sus
Síntomas mejoren. Empiece sus actividades normales gradualmente cuando las
pueda hacer sin dolor. Evite movimientos y actividades que esfuerzan sus
articulaciones, como ejercicios pesados y levantar cosas.
Aplique hielo o calor. Ambos pueden ayudar a disminuir la inflamación y el dolor. Use
un paquete de hielo o ponga hielo molido dentro de una bolsa plástica. Cubra el hielo
con una toalla y colóquelo sobre la articulación durante 15 a 20 minutos cada hora, o
como le indiquen. Puede ponerse calor durante 20 minutos cada 2 horas. Para el
tratamiento con calor puede usar compresas calientes, una lámpara de calor, baños o
duchas calientes
Mantenga un peso sano para disminuir la presión aplicada sobre sus articulaciones en
su espalda, rodillas, tobillos y pies. Pregúntele a su proveedor de salud cuánto debe
pesar usted. Pídale que le ayude a crear un plan de pérdida de peso si usted tiene
sobrepeso.
Fármaco
AINE. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden aliviar el dolor y
reducir la inflamación. Los AINE de venta libre son el ibuprofeno (Advil, Motrin IB) y el
naproxeno sódico (Aleve). Los AINE más potentes se venden bajo receta médica. Los
efectos secundarios pueden ser irritación estomacal, problemas cardíacos y daño renal.
Esteroides. Los medicamentos corticosteroides, como la prednisona, reducen la
inflamación y el dolor, y retardan el daño articular. Los efectos secundarios pueden incluir
el adelgazamiento de los huesos, aumento de peso y diabetes. Los médicos a menudo
recetan un corticosteroide para aliviar los Síntomas agudos, con el objetivo de disminuir
gradualmente la medicación.
Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD). Estos
medicamentos pueden retrasar el avance de la artritis reumatoide y evitar que las
articulaciones y otros tejidos sufran daños permanentes. Entre los medicamentos
antirreumáticos modificadores de la enfermedad habituales se incluyen el metotrexato
(Trexall, Otrexup, otros), la leflunomida (Arava), la hidroxicloroquina (Plaquenil) y la
sulfasalazina (Azulfidine).
Los efectos secundarios varían, pero pueden comprender daños en el hígado, supresión
de la médula ósea e infecciones pulmonares graves.
Agentes biológicos. También conocidos como modificadores de la respuesta biológica,
esta nueva clase de medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad
incluye abatacept (Orencia), adalimumab (Humira), anakinra (Kineret), baricitinib
(Olumiant), certolizumab (Cimzia), etanercept (Enbrel), golimumab (Simponi), infliximab
(Remicade), rituximab (Rituxan), sarilumab (Kevzara), tocilizumab (Actemra) y tofacitinib
(Xeljanz).
Estos medicamentos pueden atacar partes del sistema inmunitario que desencadenan
una inflamación que causa daños en las articulaciones y los tejidos. Este tipo de
medicamentos también aumenta el riesgo de contraer infecciones. En personas con
artritis reumatoide, las dosis más altas de tofacitinib pueden aumentar el riesgo de
coágulos en los pulmones. Los DMARD biológicos suelen ser más efectivos cuando se
combinan con un DMARD no biológico, como el metotrexato.
CIÁTICA
La ciática se produce cuando existe una lesión o compresión sobre el nervio ciático que
causa dolor, entumecimiento, hormigueo o debilidad en la espalda, las nalgas y las
piernas. Hay que tener en cuenta que no se trata de una enfermedad, sino que es un
síntoma causado por alguna patología o lesión.
Síntomas
La compresión del nervio ciático produce una serie de Síntomas que pueden llegar a
dificultar mucho la calidad de vida de las personas que sufren ciática. Los principales
signos son:
Dolor: El grado de dolor varía desde un dolor leve, que apenas ocasiona
molestias, un dolor sordo, o un dolor muy intenso, que dificulta mucho la
capacidad de movimiento. Lo más común es que se produzca en un costado,
aunque a algunas personas también les duelen las piernas, la cadera, la parte
posterior de la pantorrilla y la planta de los pies.
Hormigueo: Es común que las personas que padezcan ciática experimenten
sensación de hormigueo en las piernas, las pantorrillas y los pies, ya que el nervio
ciático proporciona sensibilidad a estas zonas.
Entumecimiento: Las mismas áreas en las que se produce dolor y hormigueo
pueden notarse entumecidas, especialmente las plantas de los pies y las
pantorrillas. En ocasiones, el pie se queda rígido y no se arquea al hacer el típico
movimiento del paso, lo que dificulta mucho caminar.
Debilidad: También es muy común que algunas partes se sientan débiles. En algunas
circunstancias se llega a sentir ardor.
Tratamientos
En algunos casos, la ciática no necesita ningún tratamiento y acaba por desaparecer al
cabo del tiempo, aunque en otros es necesario la terapia farmacológica o, incluso, la
fisioterapéutica. En todo caso, la presión sobre el nervio ciático se deriva siempre de otra
afección, por lo que el especialista buscará el origen de las molestias para poder tratarlas
correctamente, sobre todo en caso de necesitar fisioterapia.
El tratamiento más común se basa en antiinflamatorios y analgésicos, como el ibuprofeno
o el paracetamol; en caso de que el dolor sea muy agudo y persistente, se pueden
administrar otros fármacos para paliar los Síntomas a través de inyecciones.
Además del tratamiento farmacológico, es necesario seguir una serie de
recomendaciones que tienen que ver con el autocuidado:
Aplicar frío o calor en el área dolorida: Es recomendable empezar aplicando hielo
las primeras 48 horas para pasar al calor a partir del segundo día y hasta que
mejoren los Síntomas.
No levantar objetos pesados ni hacer giros bruscos durante las seis semanas
posteriores a la aparición del dolor.
Reducir la actividad habitual durante los primeros tres días y comenzar a retomarla
a partir del cuarto, si los Síntomas han mejorado.
No se recomienda reposar acostado en la cama.
Fármaco
Antiinflamatorios
Relajantes musculares
Tranquilizantes
Antidepresivos tricíclicos
Medicamentos anticonvulsivos
LUPUS
El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad reumática sistémica y crónica, es decir,
puede afectar a muchos órganos y/o sistemas: a las articulaciones, músculos, piel, riñón,
pulmón, corazón..., aunque casi la mitad de los pacientes tienen afectación casi exclusiva
de la piel y las articulaciones.
Una de las características de esta patología es que es una enfermedad muy heterogénea.
Es difícil encontrar dos pacientes con los mismos Síntomas y con los mismos patrones de
la enfermedad. Eso complica muchas veces el diagnóstico.
La evolución de la enfermedad se desarrolla en fases de brote y otras en los que los
efectos remiten. Asimismo, hay lupus muy graves y otros no tan graves, como los que se
manifiestan y están limitados a afecciones en la piel.
En líneas generales, cuando una persona está diagnosticada con lupus, las células del
sistema inmune agreden a las propias del organismo, provocando inflamación y daños en
los tejidos. El lupus actúa produciendo anticuerpos que sobre estimulan los linfocitos B
(las células que producen los anticuerpos).
Esta patología afecta principalmente a las mujeres en edad fértil (entre 20 y 40 años). Se
han descrito además casos en niños y personas mayores.
El lupus eritematoso sistémico afecta aproximadamente a 75.000 personas en España,
según los datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER). En los últimos años se
ha detectado un aumento de la frecuencia y los especialistas lo atribuyen a una mayor
supervivencia de los pacientes, así como a un mejor conocimiento de la enfermedad y de
las técnicas de laboratorio que permiten que se detecten los casos más leves y precoces.
Síntomas
Al tratarse de una enfermedad multisistémica afecta a varios órganos. Por un lado,
presenta Síntomas generales: cansancio, pérdida de peso inexplicable, fiebre prolongada
que no se debe a ningún proceso infeccioso y alteraciones de la temperatura.
La fiebre es un síntoma muy importante porque puede deberse a la propia enfermedad o
a una infección que coexiste con el lupus. Es fundamental determinar la fuente para
tratarlo de forma adecuada.
Podemos agrupar los Síntomas en:
Síntomas articulares y musculares
Se encuentran dentro de las manifestaciones clínicas más frecuentes. El 90 por ciento de
los pacientes con lupus padecen dolor e inflamación en las articulaciones (artritis) en
manos, muñecas, codos, rodillas y pies con más frecuencia. También es posible que
aparezca rigidez articular por las mañanas. La artritis puede ser migratoria o episódica.
Estos Síntomas suelen producirse al principio de la enfermedad y durante su evolución.
Síntomas dermatológicos
La lesión más conocida, aunque no la más frecuente, es la denominada “eritema en alas
de mariposa”, que consiste en un enrojecimiento y erupción de la piel de la cara, en las
mejillas y la nariz. Estos Síntomas aparecen en el 80 por ciento de los pacientes y
muchos de ellos empeoran con la exposición al sol.
También es frecuente la caída del cabello cuando la enfermedad está activa. Por otro
lado, los enfermos de lupus presentan hipersensibilidad a los rayos ultravioletas. Si se
exponen sin protección la enfermedad puede reactivarse.
Síntomas en el riñón
El lupus afecta a los dos riñones a la vez. La lesión más frecuente es la inflamación
(nefritis), que a veces impide que el riñón elimine adecuadamente los residuos del
organismo y estos se acumulan en la sangre. Debido a esta inflamación, muchas veces el
riñón se ve incapaz de asimilar y retener proteínas. Con lo que se eliminan por la orina y
se produce una hinchazón de cara y piernas. Estas afecciones pueden producirse hasta
en el 45 por ciento de los pacientes.
Síntomas neurológicos
Estos son los más variados y graves. Los pacientes con lupus pueden tener trastornos
psiquiátricos, cefaleas, estados confusionales, afectación en los nervios periféricos y
convulsiones, entre otros.
Se manifiesta con dolores de cabeza, depresiones o situaciones de hiperactividad. Son
manifestaciones muy frecuentes en la población general y puede deberse a una
inflamación cerebral por lupus o por otras muchas circunstancias. Asimismo, es posible
que la depresión no se desencadene por la enfermedad, sino porque el paciente se
deprime al saber que se enfrenta con esta patología, de origen desconocido y que puede
afectar a tantos órganos del cuerpo.
Tratamientos
El tratamiento de la enfermedad no está supeditado a una sola terapia. Es muy distinto
según el órgano al que afecte. Los corticoides se consideran el tratamiento básico, puesto
que todos los afectados en un momento u otro los precisan.
En manifestaciones menores como la artritis, la pleuropericarditis o las manifestaciones
cutáneas se suelen utilizar antiinflamatorios no esteroideos (AINE) junto con corticoides.
Si los órganos dañados son el pulmón, el corazón, el sistema nervioso central o el riñón el
tratamiento debe de ser mucho más agresivo y se basa en corticoides en dosis muy altas
y complementos con tratamientos inmunosupresores.
Si la enfermedad presenta Síntomas como fiebre, cansancio o afecciones cutáneas, el
tratamiento será menos agresivo y con corticoides tópicos y/o antipalúdicos. Además de
para la malaria, los antipalúdicos se emplean en el lupus para el tratamiento de la artritis,
de algunas lesiones de la piel y para cuando existen Síntomas pleurales y pericárdicos.
En los últimos años se ha incorporado un nuevo fármaco biológico, el belimumab, para
controlar algunas de las manifestaciones de esta enfermedad.
La alimentación debe de ser completa, sana y equilibrada. No hay ningún alimento
perjudicial para el paciente.
Por otro lado, cuando la enfermedad afecta al riñón y sobre todo, cuando hay hipertensión
arterial los pacientes tienen que saber que no es recomendable que consuman alimentos
salados o condimentados.
Dependiendo de las características individuales, a los pacientes lúpicos se les suelen
recomendar extremar la protección frente a la exposición solar, especialmente en aquellos
que tienen problemas cutáneos, tomar precauciones frente a infecciones, estar al día de
vacunaciones específicas, así como unos cuidados especiales durante el embarazo.
Cuidados
Es muy importante evitar la exposición al sol, ya que no solo provoca la aparición de
manchas en la piel, sino que también puede ser un gran desencadenante de la
enfermedad.
Evitar malos hábitos como el consumo de tabaco o alcohol.
Controlar los factores de riesgo cardiovasculares.
Tener actualizado el calendario vacunal, aunque evitando las vacunas con virus vivos.
Estas indicaciones son las mismas a seguir que la población en general porque
básicamente es llevar a cabo unos hábitos de vida saludables, con una buena
alimentación y combinarlo con ejercicio físico, pero para las personas con lupus es de
suma importancia hacer más hincapié en ellos.
Fármaco
Isoniazida.
Hidralazina.
Procainamida.
Factor de necrosis tumoral (FNT) inhibidores alfa (como etanercept, infliximab y
adalimumab.
Minociclina.
Quinidina.
ESCOLIOSIS
La escoliosis se produce cuando la columna vertebral presenta una curvatura lateral
anormal. Todas las personas tienen una pequeña desviación natural en la columna, sin
embargo, cuando ésta es demasiado pronunciada, se sufre escoliosis. En algunos casos,
la curvatura deforma la columna en forma de S, mientras que en otros lo hace en forma
de C.
Síntomas
En la mayoría de las ocasiones la escoliosis no presenta ningún síntoma más allá de la
propia curvatura que se da en la columna vertebral. Los principales signos tienen que ver
más con las irregularidades y deformidades que presenta la estructura ósea a causa de
tener su eje desviado, aunque en ocasiones pueden aparecer Síntomas que dificultan la
calidad de vida del paciente:
Diferencia en la altura de hombros y cadera: La escoliosis puede provocar que un
hombro o un lado de la cadera esté más alto que otro, dando lugar a
deformidades.
Dolor de espalda.
Sensación de tener la espalda cargada: Algunas personas que sufren escoliosis
pueden experimentar cansancio y pesadez en la columna cuando están mucho
rato parados o sentados.
Aunque lo común es que los Síntomas de la escoliosis no agraven la calidad de
vida de las personas, se pueden dar algunas complicaciones derivadas de esta
patología:
Dolor permanente producido por el desgaste de las vértebras.
Daño a los nervios raquídeos producido por una curvatura sin corregir.
Baja autoestima, sobre todo en algunos casos de niños que se ven obligados a
llevar un corsé.
Problemas respiratorios que se dan en casos de escoliosis graves.
Tratamientos
El tratamiento depende de factores como la gravedad de la curvatura, el origen, o la edad
del paciente. En el caso de escoliosis idiopática, lo normal es que no sea necesario
ningún tipo de tratamiento o intervención, aunque el especialista realizará un seguimiento
para comprobar su evolución.
Si la escoliosis se presenta en niños que se encuentran en edad de crecimiento y
desarrollo óseo, el especialista puede recomendar el uso de un corsé, que permitirá
mantener fija la espalda y evitará que la columna se desvíe más. No se suele recomendar
ningún corsé ni aparato ortopédico cuando la escoliosis está causada por una enfermedad
del sistema nervioso.
Cuando la escoliosis empeora rápidamente o el grado de curvatura es bastante grave, se
puede necesitar acudir a la cirugía. En estos casos, el cirujano introducirá varillas de
metal para fijar las vértebras y corregir la curva que produce la escoliosis. Después de
una cirugía de este tipo, el paciente necesitará llevar un corsé durante un tiempo para
evitar movimientos bruscos y forzados, por lo menos hasta que los huesos sanen.
Cuidados
Realizar una actividad aeróbica durante veinte a treinta minutos cinco días a la semana
mejora la salud cardiovascular. En caso de una lesión, es preferible realizar actividades
que no requieran el uso del grupo muscular o la articulación lesionados con el fin de
preservar la función física y permitir la recuperación.
OSTEOPOROSIS
La osteoporosis es una enfermedad sistémica esquelética que se caracteriza por una
disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura de los huesos, lo que
supone un aumento de la fragilidad de los huesos y del riesgo de sufrir fracturas.
Esta patología es asintomática y puede pasar desapercibida durante muchos años hasta
que finalmente se manifiesta con una fractura.
Síntomas
Durante años se ha conocido a la osteoporosis como la epidemia silenciosa debido a que
esta patología no produce Síntomas, aunque el dolor aparece cuando surge la fractura.
Los especialistas señalan que algunas fracturas vertebrales pueden pasar desapercibidas
puesto que no se producen Síntomas. En estos casos se pierde la oportunidad de frenar
la pérdida de masa ósea y reducir el riesgo de nuevas fracturas.
Las fracturas más comunes en la osteoporosis son las del fémur proximal, humero,
vértebras y antebrazo distal (muñeca).
Fractura vertebral
En estos casos el paciente presenta un dolor agudo muy intenso que aparece
cuando hace esfuerzos leves, como la carga moderada de peso, o un ligero
traumatismo.
El paciente tendrá una contractura que le impedirá realizar maniobras de flexión
y/rotación de la columna. La crisis suele durar de dos a tres semanas y la
intensidad del dolor irá disminuyendo de forma progresiva en los tres meses
siguientes; la remisión puede ser total o parcial.
“Ocasionalmente, una fractura vertebral puede aparecer sin que el paciente
perciba ningún síntoma, o bien puede causar una molestia que no se a lo
suficientemente intensa para demandar asistencia”, advierten desde la SER.
“Algunos autores consideran que esta circunstancia se produce hasta en dos
tercios de los casos. Se asume que la ausencia de dolor, o su baja intensidad es
consecuencia de la instauración lenta del proceso”.
Otros Síntomas de esta fractura es un dolor sordo, profundo y localizado en las
fosas ilíacas y en los flancos, como consecuencia del roce de la arcada costal con
la pelvis. Esta posibilidad ayuda a descartar las exploraciones para buscar la
existencia de alguna patología intestinal o renal.
Fractura de cadera
Fractura de antebrazo distal
Abarca las fracturas de la extremidad distal del radio. Este tipo de fracturas
asociadas a la osteoporosis se asocia a una densidad mineral ósea baja y la
presencia de un traumatismo de baja intensidad, como una caída sobre la mano.
Tratamientos
La selección del tratamiento dependerá de las características del paciente. Los expertos
recuerdan que para que sea eficaz debe seguirse de forma constante durante varios
años.
Los fármacos que se emplean en la actualidad para combatir la osteoporosis consiguen
detener la resorción ósea y evitar la pérdida del mineral. Son los llamados inhibidores de
la resorción entre los que se encuentran, los estrógenos, las calcitoninas, los
bisfosfonatos (etidronato, alendronato y risedronato), los moduladores selectivos de los
receptores estrogénicos (raloxifeno) e incluso las estatinas, unos fármacos que
inicialmente se empleaban para combatir el colesterol.
Aunque el tratamiento farmacológico es muy importante existen otras medidas
encaminadas a corregir deficiencias nutricionales y mejorar el estilo de vida que pueden
evitar caídas y minimizar la intensidad del impacto de la enfermedad.
Deficiencias nutricionales
Según la SER, lo más importante es que el paciente tome las cantidades necesarias de
calcio y vitamina D.
Respecto al calcio, al ser un nutriente, la mejor forma de ingerirlo es con la comida. La
mayor parte del calcio se obtiene con la leche y los derivados lácteos.
El contenido de vitamina D de los alimentos es muy bajo, a excepción de algunos
pescados grasos, por lo que la mejor forma de adquirir esta vitamina es a través de tomar
el sol de forma prudente.
Los pacientes de edad avanzada no suelen exponerse al sol por lo que en muchas
ocasiones deberán tomar suplementos de vitamina D para asegurarse de que cumplen los
requerimientos diarios.
Cuidados
1. Ingesta adecuada de productos con calcio. La principal fuente de calcio en la dieta
son los productos lácteos. Aunque ello es bien conocido, la población a menudo se
pregunta si los productos lácteos descremados tienen menos cantidad de calcio o si todos
los quesos tienen un mismo contenido. Es importante saber que los lácteos descremados
aportan la misma cantidad de calcio y que los quesos con mayor contenido de calcio son
los curados. En líneas generales, se necesita un aporte aproximado de un gramo de
calcio al día para que un adulto tenga una buena salud ósea. Ello se puede conseguir por
ejemplo con un litro de leche. Pero hay otras fuentes de calcio que pueden contribuir a
alcanzar las necesidades diarias como los frutos secos (almendras, avellanas, nueces),
legumbres (frijoles blancos, garbanzos), pescados (sardinas en lata con espinas),
vegetales (berro, brócoli), semillas (sésamo) y tofu.
2. Exposición “sensata” a la luz del sol. La recomendación general es que haya una
exposición diaria al sol de cara, manos y brazos durante 10-15 minutos. Sin embargo, la
producción cutánea de vitamina D depende de la estación del año, la latitud geográfica, la
hora del día, del color de la piel, la edad y del uso de cremas protectoras solares. Así, por
ejemplo, un estudio realizado en Valencia destacaba que en primavera y verano son
suficientes de 10 a 20 minutos alrededor del mediodía (7 minutos en julio y 30 minutos en
octubre) para obtener la dosis diaria recomendada de vitamina D, a partir de la superficie
corporal expuesta según la estación del año. Sin embargo, en invierno, de noviembre a
febrero, se requerirían casi dos horas. De este modo, en invierno la dosis media estimada
de síntesis cutánea de vitamina D es sólo un cuarto de la recomendada. Es importante
tener cuidado de no exponerse en exceso a la luz del sol por los problemas cutáneos
asociados, como el cáncer de piel y el envejecimiento cutáneo.
3. Ingesta de alimentos que aportan vitamina D. La principal fuente de vitamina D es la
síntesis cutánea a partir de la exposición a la luz del sol. Sin embargo, la dieta también
puede contribuir a adquirir las necesidades diarias, a partir de los alimentos enriquecidos
con vitamina D (productos lácteos, cereales y margarina) y de la ingesta de pescados
grasos. Así, es recomendable incluir en la dieta salmón, sardinas, atún y caballa.
Otros alimentos pueden contribuir al aporte dietético de vitamina D, aunque en menor
cuantía y con una contribución a las necesidades diarias de vitamina D casi testimonial.
Entre ellos se incluye la yema de huevo, ciertos hongos especialmente los expuestos a la
luz ultravioleta como el champiñón marrón o la seta crimini, además del hígado animal
como el de ternera o cordero.
4. Nutrición idónea para la salud ósea. Se requiere una ingesta adecuada de proteínas
para la salud ósea pero también para mantener la masa muscular, que es un factor
importante en la prevención del riesgo de caídas. Adicionalmente se recomienda una
dieta sana con frutas y vegetales que son fuentes de vitamina K (hortalizas de hoja verde,
verduras como el brócoli y frutas como el kiwi) y magnesio (hortalizas de hoja verde,
semillas de calabaza y lino, almendras). La dieta también debería proporcionar zinc y
especialmente vitamina B.
5. Ejercicio físico de forma regular. Es aconsejable realizar ejercicio físico de impacto
con el suelo para mantener una buena salud muscular y ósea. Así, el tipo de ejercicio más
recomendable es caminar, correr o ejercicio aeróbico de bajo impacto (si la salud de la
paciente lo permite). No son recomendables los saltos en pacientes que han sufrido
fracturas vertebrales y se deberían sustituir por caminar, con el objetivo de reducir un
impacto excesivo en la columna. La práctica de bicicleta o la natación, que no implican
contacto con el suelo, son muy recomendables para la salud en general, pero tienen poco
efecto en el mantenimiento de la masa ósea.
6. Potenciar las posturas y un balance adecuados. Es recomendable mejorar el
balance con programas que incluyan 3 horas a la semana de ejercicio físico dirigido a este
fin. También se ha sugerido que la práctica regular de Tai Chi puede mejorar el equilibrio
y la percepción del esquema corporal y así, contribuir a una reducción de tropiezos,
caídas y pérdidas de equilibrio en individuos de edad avanzada.
7. Adecuación del medio y otros consejos para evitar caídas. Se recomienda eliminar
del entorno del paciente con osteoporosis todos aquellos objetos que puedan facilitar
caídas como, por ejemplo: alfombras, cables eléctricos y telefónicos. Además, es
recomendable una buena iluminación de la vivienda asegurando el acceso a la luz en el
dormitorio y pasillo, así como el uso de alfombras antideslizantes en la bañera o ducha.
Otros aspectos importantes son llevar un calzado adecuado evitando los tacones altos,
pantuflas flexibles y zapatos con suelas resbaladizas. No se debe olvidar un buen control
de la visión.
8. Evitar fármacos que pueden aumentar el riesgo de caídas. Se recomienda evitar
fármacos hipnóticos sedantes, pues la edad avanzada, el sueño deficiente y el uso de los
mismos suelen asociarse y aumentan el riesgo de caídas y fracturas, a través de
mecanismos relacionados con el deterioro cognitivo y psicomotor. Todo ello provoca
disminución de la coordinación, con alteraciones en el equilibrio y la marcha. También se
debe ser cuidadoso con la toma de fármacos psicótropos, antipsicóticos y antidepresivos.
Se debe ajustar adecuadamente el tratamiento con fármacos antihipertensivos, ya que se
han relacionado con el desarrollo de hipotensión y síncope. Su papel en el riesgo de
caídas es controvertido, aunque puede haber un aumento del riesgo de caídas al inicio y
con la intensificación del tratamiento.
9. Evitar tabaco y exceso de alcohol. Se recomienda evitar el consumo de tabaco. El
papel exacto que desempeña el tabaco en la osteoporosis no está claro, pero se ha
descrito una relación directa entre el consumo de tabaco y la disminución de la densidad
ósea.
También se recomienda no tomar alcohol en exceso, ya que su consumición crónica y
abusiva se asocia a un doble efecto nocivo: aumento del riesgo de caídas y reducción de
la densidad mineral ósea.
10. Acudir al médico si ha tenido una fractura tras una caída banal. Se recomienda
consultar con su médico si ha sufrido una fractura no inducida por un atropello, accidente
deportivo o de automóvil. Es frecuente pensar que “te has fracturado porque has caído”.
Su médico valorará si puede ser una fractura por osteoporosis. Su diagnóstico y
tratamiento ayudarán a prevenir el desarrollo de nuevas fracturas.
Fármaco
Los bifosfonatos suelen ser la primera opción para el tratamiento de la
osteoporosis. Algunos de ellos son los siguientes:
Alendronato (Fosamax), una píldora semanal
Risedronate (Actonel), una píldora semanal o mensual
Ibandronato (Boniva), una píldora mensual o una infusión intravenosa trimestral
Ácido zoledrónico (Reclast), una infusión intravenosa anual
Hernia inguinal
Una hernia se produce cuando un órgano o parte de él se sale de la cavidad que
lo contiene y pasa a través de un agujero o zona débil en una de las capas de la
pared abdominal que rodea el músculo, denominado fascia.
En el caso de las hernias inguinales, son protuberancias en la ingle. Este tipo es más
común en los hombres y puede desarrollarse hasta bajar al escroto.
Alrededor del 75 por ciento de todas las hernias se presentan en la región inguinal.
Síntomas
En términos generales, el paciente que padece una hernia inguinal presenta un bulto o
tumefacción en esta región, aunque normalmente no se presenten Síntomas.
En algunos casos, se asocia también un dolor leve o malestar que se ve acentuado al
realizar esfuerzos.
Cuando se produce el agrandamiento de la hernia, ésta se puede atascar dentro del
orificio y perder el riego sanguíneo. En este momento, es frecuente que el paciente
presente un cuadro de náuseas y vómitos y no sea capaz de eliminar gases o tener
evacuaciones intestinales.
Si esto sucede, se requiere de una cirugía inmediata.
Mujer vomitando
Si la hernia aumenta de tamaño puede provocar el paciente tenga náuseas.
Tratamientos
La cirugía es el único tratamiento que proporcionará al paciente una reparación
permanente, aunque puede ser un factor de riesgo en personas con problemas graves de
salud.
Este tratamiento repara el tejido debilitado y cierra cualquier agujero, procedimiento que a
veces puede realizarse con parches de tejidos sintéticos (mallas).
Cuidados
No levante nada pesado. El levantar cosas pesadas puede empeorar su hernia o provocar
otra. Consulte con su médico cuánto peso puede usted levantar sin riesgo.
Tome líquidos como se le haya indicado. Los líquidos podrían evitar el estreñimiento y el
esfuerzo durante una evacuación intestinal. Pregunte cuánto líquido debe tomar cada día
y cuáles líquidos son los más adecuados para usted
Comer alimentos ricos en fibras. La fibra podría evitar el estreñimiento y el esfuerzo
durante una evacuación intestinal. Los alimentos que contienen fibra incluyen a las frutas,
verduras, frijoles, lentejas y granos enteros.
Mantenga un peso saludable. Si usted tiene sobrepeso, la pérdida de peso podría evitar
que su hernia empeore. También podría evitar el desarrollo de otra hernia. Hable con su
médico acerca del ejercicio y cómo perder peso de manera segura si tiene sobrepeso.
No fume. La nicotina y otros químicos en los cigarrillos y los cigarros pueden debilitar su
pared abdominal. Esto podría aumentar su riesgo de desarrollar otra hernia. Pida
información a su médico si usted actualmente fuma y necesita ayuda para dejar de fumar.
Los cigarrillos electrónicos o el tabaco sin humo igualmente contienen nicotina. Consulte
con su médico antes de utilizar estos productos.
Fármacos
Los AINE, como el ibuprofeno, ayudan a disminuir la inflamación, el dolor y la fiebre. Los
AINE pueden causar sangrado estomacal o problemas renales en ciertas personas. Si
usted toma un medicamento anticoagulante, siempre pregúntele a su médico si los AINE
son seguros para usted. Siempre lea la etiqueta de este medicamento y siga las
instrucciones.
Tome sus medicamentos como se le haya indicado. Consulte con su médico si usted cree
que su medicamento no le está ayudando o si presenta efectos secundarios. Infórmele si
es alérgico a cualquier medicamento. Mantenga una lista actualizada de los
medicamentos, las vitaminas y los productos herbales que toma. Incluya los siguientes
datos de los medicamentos: cantidad, frecuencia y motivo de administración. Traiga con
usted la lista o los envases de las píldoras a sus citas de seguimiento. Lleve la lista de los
medicamentos con usted en caso de una emergencia.
Síntomas
Los Síntomas, la frecuencia y la gravedad del asma varían de una persona a otra y suelen
empeorar con la actividad física o por la noche. Las personas con asma pueden
presentar:
Sibilancias producidas durante la salida del aire a través de los bronquios
estrechados. Es lo que comúnmente llamamos pitos en el pecho.
Dificultad para respirar, también conocida como disnea.
Opresión en el pecho.
Episodios de tos seca, que se dan especialmente por la noche o a primeras horas
de la mañana.
Menor nivel de actividad.
Incapacidad para dormir.
Cansancio durante el día.
Durante las crisis asmáticas la mucosa bronquial que recubre los conductos
respiratorios se inflama y se produce un moco espeso que obstruye los conductos
de las vías aéreas. Como consecuencia, los músculos que rodean estos
conductos se contraen y estrechan disminuyendo su diámetro, impiden el paso del
aire y complican la respiración. Las características básicas de la enfermedad son
las siguientes:
Inflamación: Aumenta la sensibilidad bronquial y la obstrucción. En ocasiones su
origen es alérgico. Produce un incremento de las secreciones y la contracción de
la musculatura bronquial.
Aumento de la sensibilidad bronquial: Tras la exposición a diversos estímulos
(humos, gases, olores, aire frío o ejercicio), los bronquios de los asmáticos se
contraen produciendo el estrechamiento de la vía aérea.
Obstrucción bronquial: Es variable y reversible de manera espontánea o con
tratamiento. Durante las crisis el aire circula con dificultad produciendo pitidos y
sensación de fatiga o ahogo. En el momento en el que la crisis se resuelve el aire
puede moverse normalmente por los bronquios y desaparecen los Síntomas.
Tratamientos
El tratamiento del asma debe cubrir varios frentes: inflamación de la mucosa bronquial,
broncoespasmo y alergias:
1. Inflamación de la mucosa bronquial:
En los últimos años se ha demostrado que el tratamiento de la inflamación es la parte más
importante del tratamiento del asma. Hasta ahora se ponía demasiado énfasis en la
broncodilatación, pero si no se trata la inflamación, los efectos de los broncodilatadores
son efímeros. Existen diversos medicamentos que tienen efecto antiinflamatorio en la
mucosa bronquial, pero los más potentes y eficaces son los corticoides (cortisona)
inhalados. Por vía inhalatoria las dosis de corticoides empleadas son muy bajas y
producen un efecto tópico sin los efectos secundarios de la administración por vía oral,
endovenosa o intramuscular. Los corticoides inhalados han pasado a ser el medicamento
más importante en el tratamiento del asma. Comienzan a prescribirse en pacientes con
asma persistente, es decir, aquellos en los que se producen Síntomas varios días a la
semana, y en aquellos en los que se producen Síntomas nocturnos. Para los que los
Síntomas ocurren de forma esporádica, por ejemplo una o dos veces cada 15 días, no es
necesario comenzar con corticoides y puede bastar con broncodilatadores.
2. Broncoespasmo:
Los corticoides inhalados no actúan de forma inmediata, aunque cuando hacen efecto tras
unos días de tratamiento, el broncoespasmo remite. Pero para el tratamiento inmediato
del mismo se utilizan broncodilatadores que normalmente se administran por vía
inhalatoria. Existen dos tipos fundamentales según la duración de su acción: los
broncodilatadores de acción prolongada se toman por la mañana y por la noche todos los
días, se tengan o no Síntomas, mientras que los de acción corta se suelen reservar para
tomar en caso de necesidad (sensación de ahogo, tos, etc). El objetivo primordial es que
los pacientes recurran a los broncodilatadores de acción corta en muy contadas
ocasiones. Si no es así, es necesario potenciar el tratamiento antiinflamatorio.
Obviamente, hay pacientes con asma severo que, a pesar de recibir tratamiento
antiinflamatorio máximo, requieren broncodilatadores con frecuencia.
3. Alergias:
En pacientes en los que se demuestra un componente alérgico, el tratamiento con
antihistamínicos puede ser beneficioso. Por otro lado, con ciertas alergias existen
tratamientos inmunológicos eficaces (vacunas) que pueden ayudar notablemente en el
control del asma. No obstante, lo más eficaz en el tratamiento de las alergias es evitar o
reducir en lo posible la exposición a alergenos. Por ejemplo, en el caso de la alergia a los
ácaros del polvo, con medidas higiénicas de la casa sencillas se puede disminuir
considerablemente la presencia de los mismos.
Enfermedades asociadas con el asma:
El reflujo gastroesofágico y la sinusitis crónica pueden agravar o causar asma, por lo que
es importante descartarlos en casos de asma que no responden al tratamiento usual.
Cuidados
1. Evita los alérgenos que más te afecten.
Debes mantener tu entorno libre de las sustancias que pueden empeorar tu asma, como
el polvo, los ácaros, hongos o el pelo de los animales. Recuerda también que alrededor
del 10% de los adultos asmáticos son intolerantes a la aspirina y a los antiinflamatorios no
esteroideos como el ibuprofeno.
2. Realiza ejercicios respiratorios habitualmente.
Aprende y practica de manera regular ejercicios que te ayuden a controlar la respiración y
la ansiedad cuando llegue una crisis. Si esta se produce, toma la medicación, busca una
postura cómoda -generalmente sentado con los brazos apoyados en una mesa o
barandilla-, relájate, saca el aire con los labios fruncidos y respira sin ansiedad,
sirviéndote del abdomen.
Fármaco
Algunos medicamentos de alivio rápido para el asma incluyen:
Albuterol (ProAir HFA, Proventil HFA, Ventolin HFA)
Levalbuterol (Xopenex HFA)
Metaproterenol
Terbutalina
NEUMONÍA
La neumonía es una infección en uno o en los dos pulmones caracterizada por la
multiplicación de microorganismos en el interior de los alvéolos, lo que provoca que
aparezca una inflamación con daño pulmonar. Puede estar causada por múltiples
patógenos (bactrias, hongos y virus).
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, la neumonía provoca entre 9.000 y
10.000 muertes cada año en España. Además, el incremento en la esperanza de vida y la
mayor supervivencia de pacientes con enfermedades crónicas y/o con inmunodeficiencias
hace prever que la población susceptible continúe en aumento en los próximos años, tal y
como destacan desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica
(Separ).La neumonía suele aparecer en los dos extremos de la vida del ser humano: es
frecuente en niños menores de 5 años y en adultos mayores de 65 años.
“Las personas con más probabilidad de tener una neumonía son personas con
enfermedades respiratorias crónicas, como la EPOC, que es la más frecuente”, explica
Charo Menéndez, neumóloga y directora del Año SEPAR 2019 de las Infecciones
Respiratorias.
La especialista indica que también hay más riesgo de que la neumonía aparezca en
personas con cardiopatías y diabéticos, enfermos renales o neurológicos. “Un grupo de
especial riesgo son las personas trasplantadas porque llevan medicación con
inmunosupresores que les debilitan las defensas y también las personas con tratamientos
para el cáncer”.
Neumonía por Covid-19
En los casos más graves, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (SARS-Cov-
2), la Covid-19, provoca neumonía. Entre las complicaciones respiratorias de esta
infección detacan la insuficiencia respiratoria y el síndrome de distrés respiratorio agudo,
que suelen requerir el empleo de oxígeno y ventilación mecánica.
Síntomas
Pulmones vistos desde el interior del cuerpo
Los Síntomas de las neumonías son variables. Además, esta variabilidad no siempre tiene
relación con el tipo de germen que causa la neumonía.
Algunos casos debutan como una neumonía típica, que consiste en la aparición en varias
horas o entre 2 y 3 días de tos con expectoración purulenta o herrumbrosa, en ocasiones
con sangre, con dolor torácico y fiebre con escalofríos.
Otras neumonías, llamadas atípicas, tienen Síntomas más graduales que consisten en
décimas de fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor
de cabeza. La tos es seca, sin expectoración, y el dolor torácico es menos intenso.
La mayoría de las neumonías tienen características de ambos grupos. Si la neumonía es
extensa o hay enfermedad pulmonar o cardiaca previa, puede que el paciente tenga
también dificultad respiratoria. Además, si los gérmenes pasan a la circulación sanguínea,
producen una bacteriemia que puede conducir a un shock séptico, con riesgo para la vida.
En personas con edad avanzada los Síntomas pueden ser más inespecíficos y aparecer
como cuadros con menos manifestaciones. En estos casos puede cursar como confusión,
malestar general y disminución del nivel de conciencia.
Tratamientos
La neumonía se cura en la mayoría de los pacientes.
“Una vez que diagnosticamos la neumonía se indica inmediatamente un tratamiento
antibiótico. Cuando hay sospecha de que está presente el virus de la gripe se añade
también un tratamiento antivírico (más habitual en invierno), el resto del año se trata con
antibióticos”, explica la directora del Año Separ 2019.
Para las neumonías que se pueden tratar de forma ambulante De Santiago indica que los
antibióticos vía oral más habituales son los macrólidos (azitromicina) y las quinolonas
(levofloxacino o moxifloxacino). Para pacientes que requieren ingreso hay varias opciones
intravenosas, cefalosporinas de tercera generación, amoxicilina-clavulánico más
macrólido o una fluorquinolona.
Menéndez especifica que la duración del antibiótico varía en función de cada caso,
aunque el promedio está en una semana. Una vez que ya ha pasado la neumonía lo
habitual es que la recuperación sea completa.
Cuidados
Respirar aire húmedo y caliente ayuda a aflojar la mucosidad pegajosa que puede
hacerlo sentir como si se estuviera asfixiando. Otras medidas que también pueden
ayudar incluyen:
Colocar un trozo de tela húmedo y caliente sin apretar sobre la nariz y la boca.
Llenar un humidificador con agua caliente e inhalar el vapor caliente.
Toser ayuda a despejar las vías respiratorias. Respire con profundidad de 2 a 3
veces cada hora. Las respiraciones profundas le ayudarán a abrir sus pulmones.
Mientras está acostado, dese palmaditas en el pecho suavemente unas cuantas
veces al día. Esto ayuda a sacar el moco de los pulmones.
Si fuma, ahora es el momento de dejar el tabaco. NO permita que se fume en su
hogar.
Tome mucho líquido, siempre y cuando su proveedor esté de acuerdo.
Tome agua, jugo o té suave.
Tome al menos de 6 a 10 tazas (1.5 a 2.5 litros) al día.
NO tome alcohol.
Fármaco
Medicamentos antivirales se administran para tratar una infección a causa de un virus.
Los antivirales actúan mejor si se toman dentro de las 72 horas de que comenzó la
infección. Después de 72 horas, el medicamento todavía puede ayudar a acortar la
cantidad de tiempo que tenga el virus, o a reducir sus Síntomas.
Acetaminofén alivia el dolor y baja la fiebre. Está disponible sin receta médica. Pregunte la
cantidad y la frecuencia con que debe tomarlos. Siga las indicaciones. Lea las etiquetas
de todos los demás medicamentos que esté usando para saber si también contienen
acetaminofén, o pregunte a su médico o farmacéutico. El acetaminofén puede causar
daño en el hígado cuando no se toma de forma correcta. No use más de 4 gramos (4000
miligramos) en total de acetaminofeno en un día.
Los AINE, como el ibuprofeno, ayudan a disminuir la inflamación, el dolor y la fiebre. Este
medicamento está disponible con o sin una receta médica. Los AINE pueden causar
sangrado estomacal o problemas renales en ciertas personas. Si usted toma un
medicamento anticoagulante, siempre pregúntele a su médico si los AINE son seguros
para usted. Siempre lea la etiqueta de este medicamento y siga las instrucciones.
Las técnicas para despejar las vías aéreas son ejercicios que ayudan a aflojar la
mucosidad para que pueda respirar mejor. Su médico le enseñará cómo hacer los
ejercicios. Estos ejercicios pueden usarse junto con aparatos o dispositivos que ayudan a
disminuir sus Síntomas.
El soporte respiratorio se administra para ayudar con la respiración. Es posible que reciba
oxígeno para aumentar el nivel de oxígeno en su sangre. También podría necesitar una
máquina que lo ayude a respirar.
APNEA DE SUEÑO
La apnea obstructiva del sueño es una patología respiratoria que se caracteriza porque
las personas que lo padecen roncan habitualmente, tienen paradas de la respiración
(apneas) de forma repetida y somnolencia durante el día. Como consecuencia, los
pacientes que la padecen no pueden descansar bien durante las horas de sueño.
“Lo que ocurre con las personas que tienen apnea del sueño es que durante la noche
tienen un colapso de la faringe. Este colapso es periódico, especialmente en algunas
fases del sueño (como el REM)”, explica a CuidatePlus Eusebi Chiner, neumólogo y
coordinador de SeparPacientes, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía
Torácica (Separ). “Cuando el número de apneas excede determinado número por hora se
da el síndrome conocido como apnea obstructiva del sueño”.
Síntomas
Los ronquidos son la manifestación más visible que puede alertar al paciente sobre la
posibilidad de tener apnea del sueño. Las personas que padecen la enfermedad
normalmente empiezan a roncar muy fuerte después de quedarse dormidos. Además,
éste se interrumpe durante un periodo de silencio mientras el paciente sufre una apnea.
Ese periodo de silencio va seguido de un resoplido con jadeo mientras el paciente intenta
volver a respirar.
Como consecuencia de los episodios, el sueño del paciente no es reparador y aparece
somnolencia diurna, presencia de fatiga crónica e incluso alteraciones respiratorias y
cardiovasculares. La persona con apnea suele levantarse con frecuencia para ir al baño,
se despierta frecuentemente con la boca seca y al día siguiente nota cansancio, dolor de
cabeza y se queja de la alta probabilidad de dormirse en situaciones inapropiadas,
mientras conduce, lee o asiste a reuniones de trabajo.
Además, los pacientes con apnea pueden tener depresión, hinchazón de piernas o ser
hiperactivos.
Tratamientos
La terapia para la apnea del sueño no es curativa. Está dirigida a aliviar lo Síntomas.
Existen varios tipos de tratamientos que se aplican en función de la gravedad:
Conservador: el médico recomendará la pérdida de peso, la abstención del tabaco, la
higiene del sueño, realizar deporte, una buena alimentación, etc.
Tratamiento habitual: el más aceptado y de elección es la CPAP, recomendado en casi
la totalidad de los pacientes. Este consiste en un generador de presión que transmite a
través de una mascarilla nasal una presión continua a la vía aérea superior impidiendo
que ésta se colapse. Según los especialistas, esta mascarilla suele tener un efecto rápido
haciendo desaparecer los ronquidos nocturnos y la somnolencia durante el día. Este
tratamiento no suele tener efectos secundarios graves y en el caso de que éstos
aparezcan son transitorios y desaparecen tras las primeras semanas.
Tratamiento quirúrgico: está recomendado cuando existen algunas lesiones como
pólipos o hipertrofia de las amígdalas, o bien cuando la mascarilla no es bien tolerada por
la existencia de algún daño en la vía aérea superior.
Otros datos
Epidemiología
Globalmente es más frecuente en hombres que en mujeres. Sin embargo, Chiner apunta
que a partir de una cierta edad, especialmente durante la menopausia la frecuencia de
esta patología en mujeres tiende a igualarse con la de los hombres.
En los adultos la frecuencia se encuentra en torno al 25 por ciento en edades avanzadas
(60 a 80 años). En edades medias, la franja más frecuente en varones, tendríamos
alrededor de un 10 por ciento de personas que podrían padecer apnea del sueño.
La apnea obstructiva del sueño también es frecuente en niños. De hecho, desde
SeparPacientes estiman que alrededor del 3 por ciento de los niños padecen una apnea
del sueño. En estos casos, la mayoría de las veces está relacionada con tener amígdalas
hipertróficas, es decir, con un aumento de las anginas.
En el caso de los niños hay factores que pueden predisponer a tener apnea del sueño:
algunas alteraciones de los maxilares, determinadas enfermedades y la obesidad infantil.
Por último, esta patología también puede afectar a bebés, aunque es menos frecuente
que los recién nacidos tengan amígdalas hipertróficas. En estos infantes el cuadro clínico
que se da es de atresia de coanas, que puede ser que sea muy estrecha de nacimiento y
cause la apnea del sueño.
Cuidados
Evite consumir alcohol o sedantes antes de ir a dormir. ...
Mantenga un peso saludable. ...
Duerma de un lado o use almohadas especiales diseñadas para prevenir el SAOS.
BRONQUITIS
La bronquitis es el resultado de la inflamación de los conductos que transportan el aire al
interior de los pulmones y de ellos de nuevo al exterior, para así llevar a cabo la
respiración. Estos conductos, que se conocen como bronquios (y conectan la tráquea a
los pulmones), son también el canal de salida de las secreciones que se forman a este
nivel.
Cuando los bronquios están inflamados o infectados entra menos aire a los pulmones y
también sale menos cantidad. Como consecuencia, se tose mucho expulsando esputo o
flema.
Se dice que la bronquitis es crónica cuando este tipo de tos es persistente y cuando no
hay otra enfermedad subyacente que pueda explicar su origen.
Prevalencia e incidencia
La bronquitis aguda es más frecuente en otoño e invierno, ya que los microbios que las
ocasionan sobreviven y se multiplican más fácilmente en un ambiente frío. Es complicado
saber su incidencia es difícil porque cuando los Síntomas son leves los pacientes no
consultan en los centros de salud, dificultando así el cálculo pormenorizado de los casos.
Síntomas
La bronquitis se manifiesta habitualmente con tos, mucosidad con salida oral y, en
ocasiones dificultad respiratoria como consecuencia de la reducción del calibre de los
bronquios. Puede acompañarse también, en ocasiones, de febrícula, a partir de 37ºC, o
fiebre, a partir de 38ºC.
Los Síntomas de la bronquitis crónica empeoran cuando aumentan las concentraciones
de dióxido sulfúrico y de otros contaminantes en el aire, y lo hacen aún más cuando los
afectados fuman. A menudo, las personas no prestan atención a la bronquitis crónica
hasta que la enfermedad está en una etapa avanzada, porque creen erróneamente que la
bronquitis no supone un riesgo importante. Cuando el paciente finalmente va al médico,
muchas veces sus pulmones ya están lesionados y el riesgo de padecer problemas
respiratorios graves o de sufrir un fallo cardiaco es elevado.
Tratamientos
El tratamiento va dirigido al control y mejoría de los Síntomas, así como a la causa
sospechada:
Hidratación: es importante la ingesta de líquidos, preferiblemente de agua.
Antitérmicos (medicamentos que reducen la temperatura): en caso de presentar fiebre.
Antibiótico: solo si se sospecha que la causa es una bacteria y únicamente prescrito por el
médico. En los niños, la amoxicilina es el fármaco de elección habitual.
Inhaladores: es el tratamiento que se administra a través de la vía respiratoria. Suelen
recomendarse los que contienen corticoide y broncodilatador porque desinflaman y dilatan
los bronquios, aumentando su calibre para facilitar el paso del aire.
Cuidados
1. Lávate las manos con frecuencia. ...
2. No fumes y aléjate de los ambientes con humo. ...
3. Toma precauciones en tu puesto de trabajo. ...
4. Tu mejor aliado, el humificador. ...
5. Protégete del frío. ...
6. Vacúnate contra la gripe. ...
7. Bebe muchos líquidos. ...
8. Atención a los jarabes para la tos.
Fármaco
Los inhaladores beta-agonistas de alivio rápido incluyen:
Albuterol (ProAir HFA; Proventil HFA; Ventolin HFA)
Levalbuterol (Xopenex HFA)
Albuterol e ipratropio (Combivent)
Tratamientos
La sustancia o afección que causa la inflamación de la mucosa del estómago será el
factor del que dependa el tratamiento. Aunque lo normal es que la gastritis se cure cuando
desaparezca el agente causante, en ocasiones, dependiendo de la incidencia de los
Síntomas y de la gravedad de la enfermedad, se utilizan algunos medicamentos, como
antiácidos e inhibidores de la bomba de protones, que reducen la cantidad de ácido
gástrico producido por las glándulas que cubren las paredes del estómago, como
omeprazol, pantoprazol o esomeprazol, entre otros. En la mayoría de los casos el
tratamiento con fármacos sólo es necesario cuando hay infección bacteriana.
Cuidados
Intenta comer de manera fraccionada unas 4-5 veces al día.
No hagas comidas copiosas ya que esto hará que tengas digestiones lentas y
pesadas haciendo que tu estómago deba trabajar más.
Tómate tu tiempo para comer. ...
No te vayas a dormir justo después de cenar.
Fármaco
Medicamentos antibióticos para eliminar el helicobácter pylori. Si tienes el helicobácter
pylori en el tubo digestivo, el médico podría recomendarte una combinación de
antibióticos, como claritromicina (Biaxin) y amoxicilina (Amoxil, Augmentin, otros) o
metronidazol (Flagyl), para matar
la bacteria. Asegúrate de tomar el tratamiento completo con el antibiótico recetado;
generalmente se toma durante 7 a 14 días.
Medicamentos que bloquean la producción de ácido y promueven la recuperación. Los
inhibidores de la bomba de protones reducen el ácido bloqueando el funcionamiento de
las partes de las células que producen ácido. Estas medicaciones comprenden
medicamentos de venta libre y de venta con receta médica como omeprazol (Prilosec),
lansoprazol (Prevacid), rabeprazol (Aciphex), esomeprazol, dexlansoprazo y pantoprazol.
El uso prolongado de los inhibidores de la bomba de protones, especialmente en altas
dosis, puede aumentar el riesgo de fracturas de cadera, muñeca y columna vertebral.
Pregúntale al médico si un suplemento de calcio podría reducir ese riesgo.
Medicamentos para reducir la producción de ácido. Los bloqueadores de ácido, también
llamados "antihistamínicos (H2)", disminuyen la cantidad de ácido que se libera al tubo
digestivo, lo cual alivia el dolor de la gastritis y motiva la recuperación. Algunos de los
bloqueadores de ácido de venta libre y de venta con receta médica son famotidina
(Pepcid), cimetidina (Tagamet HB) y nizatidina
Antiácidos que neutralizan el ácido estomacal. Es posible que el médico también agregue
un antiácido a tu régimen de medicamentos. Los antiácidos neutralizan el ácido estomacal
existente y pueden brindar un rápido alivio del dolor. Algunos de los efectos secundarios
pueden ser estreñimiento o diarrea, según los ingredientes principales.
ESTREÑIMIENTO
El estreñimiento es un síntoma, más que una enfermedad. Este término se utiliza para
designar tanto la escasa frecuencia de defecación como la dificultad para expulsar las
heces.
La frecuencia de hacer caca considerada normal oscila entre tres deposiciones diarias
como máximo y tres defecaciones semanales como mínimo. Pero este criterio no basta
para establecer el diagnóstico de estreñimiento. En la actualidad, para establecer si una
persona tiene estreñimiento se tienen en cuenta diversos criterios: si es necesario hacer
un esfuerzo excesivo, las heces son duras o caprinas, no se logra una sensación de
evacuación completa, la frecuencia de hacer cacaes inferior a tres veces semanales...
Síntomas
Los Síntomas varían dependiendo de cada paciente, de si se trata de un estreñimiento
ocasional o crónico y de las patologías subyacentes.
Los Síntomas más comunes son deposiciones menos de tres veces a la semana, heces
duras, presencia de gases, necesidad de ejercer un gran esfuerzo, dolor al defecar,
necesidad de maniobras manuales para facilitar la defecación, sensación de obstrucción
anorrectal, sensación de evacuación incompleta y sensacción de obstrucción anorrectal.
Tratamientos
El tratamiento del estreñimiento depende fundamentalmente de la causa que lo produce.
La mayoría de las veces será suficiente con añadir fibra a la dieta.
Si se relaciona con la toma de fármacos, y estos se pueden cambiar por otros, será
aconsejable hacerlo. En otras ocasiones puede ser necesario recurrir a la cirugía.
Estos son las principales medidas terapéuticas disponibles, que se utilizarán en función
de la sintomatología, las patologías subyacentes y otras características del paciente:
Educación
Una breve explicación de la fisiología de la defecación puede resultar muy útil al afectado.
También es importante fomentar la práctica de ejercicio físico, la ingesta de líquidos
abundantes, la adopción de un horario regular para la defecación, la importancia de
aumentar el contenido de fibra en la dieta y el perjuicio de reprimir las ganas de hacer
caca de manera frecuente.
Suplementos de fibra dietética
Un incremento de 15-20 gramos diarios de fibra basta para aumentar el volumen de las
deposiciones, disminuir su consistencia y reducir el tiempo de tránsito colónico
Laxantes
Los laxantes siguen siendo el recurso más utilizado para tratar el estreñimiento. Hay de
diversos tipos: agentes formadores de volumen (mucílagos), laxantes osmóticos, laxantes
de contacto, agentes emolientes, preparados de uso rectal... El profesional sanitario
determinará cuándo son necesarios y cuál es el más adecuado para cada caso.
Cirugía
La cirugía se considera el último recurso para el tratamiento del estreñimiento crónico. Las
opciones quirúrgicas incluyen diversas técnicas cuyos resultados no siempre son
definitivos.
Cuidados
Adoptar rutinas de ejercicio físico y movilidad.
Adoptar una dieta rica en fibra, presente en las verduras, la fruta, los cereales y las
legumbres.
Beber líquidos con frecuencia y evitar la deshidratación.
Evitar el uso sistemático de laxantes.
Fármacos.
Descripción del síntoma guía, es decir, el que predomina en cada caso.
Existencia de Síntomas de alarma que pueden obligar a realizar pruebas
complementarias.
Además de formular las peguntas necesarias para recabartoda la información citada, el
médico realizará una exploración física con la que puede obtener signos sugestivos de
alguna enfermedad relevante.
También puede ser necesario realizar un análisis de sangre elemental o avanzado, según
estime el especialista.
En algunos pacientes es necesario efectuar pruebas complementarias para descartar
lesiones estructurales, como una radiografía simple o de abdomen. También pueden estar
indicadas ciertas exploraciones para evaluar la función motora del colon.
APENDICITIS
El apéndice es una parte del intestino grueso (colon) y es una bolsa intestinal estrecha, en
forma de dedo, de unos 5-6 cm de largo, que se proyecta desde el fondo del ciego, que es
la parte del principio del colon. Se encuentra situado cerca del punto donde se unen el
intestino delgado y el colon y, en ocasiones, puede llegar a infectarse.
La apendicitis es la inflamación del apéndice. La apendicitis aguda "es la urgencia
quirúrgica abdominal más frecuente y supone alrededor del 60% de los cuadros de
abdomen agudo quirúrgico", según afirma Francisco José García Fernández, especialista
de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y del Hospital Universitario
Virgen del Rocío, en Sevilla.
Según sus datos, entre el 5%-15% de la población padecerá este cuadro en algún
momento de su vida, sin diferencia entre hombres y mujeres, aunque suele ser más
frecuente en la segunda y tercera década de la vida (entre los 10-30 años).
La apendicitis aguda es también la causa más frecuente de abdomen agudo de causa no
obstétrica durante el embarazo (1/1500 embarazos), siendo a veces difícil el diagnóstico
por diferir en la expresión clínica y relejo del dolor.
Síntomas
Los Síntomas de esta enfermedad pueden ser muy variados aunque difíciles de detectar
en niños pequeños o mujeres en edad fértil.
El primer síntoma y más notable es el dolor abdominal. Este dolor comienza siendo vago
para pasar progresivamente a agudo y grave. Normalmente, a medida que va
aumentando la inflamación del apéndice, el dolor tiende a desplazarse hacia la parte
inferior derecha del abdomen a un lugar concreto del apéndice denominado punto de
McBurney.
Este dolor abdominal tiende a empeorar al realizar actividades como caminar o toser por
lo que el paciente deberá intentar estar en reposo para evitar así los repentinos brotes de
dolor.
En cuanto a los Síntomas tardíos, estos pueden ser:
Escalofríos.
Vómitos.
Temblores.
Estreñimiento o diarrea.
Náuseas.
Falta de apetito.
Fiebre.
Tratamientos
En primer lugar, si el caso resulta complicado o se han agravado los Síntomas, el
especialista procederá a la extirpación del apéndice, poco tiempo después de haberse
detectado la enfermedad.
En el caso de que una tomografía computarizada muestre la presencia de un absceso
(acumulación de pus en cualquier parte del cuerpo que, en la mayoría de los casos, causa
hinchazón e inflamación a su alrededor), se puede tratar en primera instancia con
antibióticos. Esto puede estar causado porque el paciente ha tardado en ir al especialista.
En este caso se esperará a que se produzca la desinfección y la reducción de la
inflamación, y se procederá a la extirpación del apéndice para evitar repeticiones del
problema en el futuro.
La vía laparoscópica es preferible en personas obesas y longevos y cuando el diagnóstico
aún no es un cien por cien confirmado a la hora de realizar una cirugía.
FÁRMACOS
CEFOXITINA NORMON Polvo y disolv. para sol. iny. ...
FOSFOCINA INTRAVENOSA Polvo para sol. iny. 4 g.
FOSFOCINA INTRAVENOSA Polvo y disolv. para sol. iny. ...
FOSFOMICINA LEVEL INTRAVENOSA Polvo para sol. iny. 4 g.
FOSFOMICINA LEVEL INTRAVENOSA Polvo y disolv. para sol. iny. ...
TENCEF Polvo para sol. iny. 2 g IV.
ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO
ALZHEIMER
El Alzheimer es una alteración neurodegenerativa primaria que suele aparecer a partir de
los 65 años, aunque también puede presentarse en gente más joven. Cuando una
persona padece enfermedad de Alzheimer, experimenta cambios microscópicos en el
tejido de ciertas partes de su cerebro y una pérdida progresiva, pero constante, de una
sustancia química vital para el funcionamiento cerebral, llamada acetilcolina. Esta
sustancia permite que las células nerviosas se comuniquen entre ellas y está implicada en
actividades mentales vinculadas al aprendizaje, memoria y pensamiento.
Síntomas
En un principio, surgen pequeñas e imperceptibles pérdidas de memoria, pero con el paso
del tiempo esta deficiencia se hace cada vez más notoria e incapacitante para el afectado,
que tendrá problemas para realizar tareas cotidianas y simples, y también, otras más
intelectuales, tales como hablar, comprender, leer o escribir.
Síntomas neurológicos
La enfermedad de Alzheimer afecta a la memoria en sus diferentes tipos. Estos
son los deterioros sufridos:
Pérdida de memoria a corto plazo: incapacidad para retener nueva información.
Pérdida de memoria a largo plazo: incapacidad para recordar información personal
como el cumpleaños o la profesión.
Alteración en la capacidad de razonamiento.
Afasia: pérdida de vocabulario o incomprensión ante palabras comunes.
Apraxia: descontrol sobre los propios músculos, provocando, por ejemplo, que el
paciente no pueda abrocharse los botones de una camisa.
Pérdida de capacidad espacial: desorientación, incluso en lugares conocidos.
Cambios de carácter: irritabilidad, confusión, apatía, decaimiento, falta de iniciativa
y espontaneidad.
Tratamientos
La enfermedad de Alzheimer es una patología de evolución lenta. Desde que aparecen
los primeros Síntomas hasta que se inicia una etapa de mayor gravedad pueden pasar
años, dependiendo de cada persona, entre 5 y 20. Por el momento no existe ningún
tratamiento que revierta el proceso de degeneración que comporta esta enfermedad. Sin
embargo, sí se dispone de algunos fármacos que pueden retrasar, en determinadas
etapas de la enfermedad, la progresión de la patología.
Se utilizan los anticolinesterásicos o inhibidores de la acetilcolinesterasa, fármacos que
elevan los niveles de acetilcolina en el cerebro. Tacrina, donepezilo, galantamina,
memantina y rivastigmina son los fármacos indicados en las primeras etapas de la
enfermedad. Con estos medicamentos se mejoran las fases iniciales y moderadas de la
patología, retrasando el deterioro de la memoria y la atención. En el 20 por ciento de los
casos estos medicamentos pueden tener efectos adversos que causan trastornos
gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea. Sin embargo, no tienen ningún tipo
de interacción con otros fármacos.
De manera general, los anticolinesterásicos suelen retrasar medio año el deterioro
cognitivo de los pacientes. Según la Fundación del Cerebro y la Fundación Española de
Enfermedades Neurológicas, las tasas de efectividad son elevadas: un 50 por ciento de
los pacientes responde positivamente a la administración del medicamento, mientras que
un 20 por ciento responde en mayor medida de forma positiva que la media. Por el
contrario, el 30 por ciento de los pacientes no responde a la medicación.
Este tipo de tratamiento se combina con otro sintomático, que se administra, a medida
que el paciente va denotando diversos Síntomas que acompañan al mal de Alzheimer,
tales como la depresión, estados de agitación, alteraciones del sueño, o complicaciones
más tardías del tipo incontinencia de esfínteres, estreñimiento, infecciones urinarias,
úlceras provocadas por la inmovilidad o tromboflebitis.
Para los Síntomas psicóticos que suelen aparecen cuando la demencia es moderada se
pueden administrar fármacos neurolépticos, aunque sólo se recomiendan en casos
extremos ya que también afectan a otros sistemas neuronales.
Es importante también la disposición que deben tener aquellas personas encargadas del
cuidado del paciente. Cuidar a alguien con Alzheimer puede ser complicado debido a los
cambios de humor o problemas de memoria, pero si se adopta la actitud adecuada el
tratamiento puede hacerse más llevadero. La Fundación del Cerebro y la Fundación
Española de Enfermedades Neurológicas ofrecen algunos consejos como los siguientes:
Se debe tratar al paciente acorde a la edad que tenga, y no tratar de ocultarle información.
No dar órdenes ni exigencias, tratando de mantener un tono positivo siempre.
Hablar claro y explicar las cosas de forma relajada y lo necesariamente extensas que sea
posible para que el paciente pueda comprender lo que se le trata de decir o explicar.
Tratar de que el paciente tenga su propia independencia y ayudar en la medida de lo
posible, sin anular sus acciones.
Cuidados
Es importante hablarle mucho.
El enfermo se dará cuenta de sus sentimientos por el tono que usted emplee.
Baje el tono de su voz.
No le chille.
Háblele lentamente y pronunciando con claridad las palabras.
Si está puesta la TV o la radio, baje el volumen para que no se distraiga
fármaco
Aricept®, nombre de marca; donepezilo (donepezil en inglés), nombre genérico.
Exelon®, nombre de marca; rivastigmina (rivastigmine en inglés), nombre
genérico.
Razadyne®, nombre de marca; galantamina (galantamine en inglés), nombre
genérico.
DEMENCIA
ENCEFALITIS
La encefalitis es una inflamación del cerebro cuya causa más frecuente es la infección
viral. La infección suele afectar al cerebro y a estructuras próximas al mismo, como
meninges o médula espinal.
Síntomas
Los Síntomas más frecuentes son:
La fiebre o febrícula en el 75 por ciento, seguido de convulsiones en sólo dos
tercios de los pacientes con encefalitis confirmada.
Dolor de cabeza.
Apatía.
Otros Síntomas pueden ser:
Confusión.
Somnolencia.
Vómitos.
Rigidez en el cuello y la espalda.
Sensibilidad a la luz.
Movimientos descoordinados.
En los casos más graves, los pacientes pueden tener:
Problemas con el habla y la audición.
Alucinaciones.
Debilidad muscular.
Pérdida de la memoria.
Pérdida de la conciencia.
Parálisis parcial en los brazos y las piernas.
Deterioro del juicio.
Los signos en un bebé son:
Vómitos.
Rigidez corporal.
Fontanela saliente (punto blando en la parte superior de la cabeza de un bebé).
Llanto con más frecuencia, que puede empeorar al coger al bebé en brazos.
Alimentación deficiente.
Tratamientos
La Asociación Española de Pediatría (AEP), afirma que el Aciclovir IV es el único fármaco
que ha demostrado la eficacia para mejorar el pronóstico en encefalitis de virus del grupo
herpes (VHS). Ganciclovir y foscarnet IV, se utilizan para el tratamiento de encefalitis por
citomegalovirus (CMV). Corticoides e inmunomoduladores en casos de encefalitis aguda.
En la encefalitis por VIH es recomendado comenzar con el tratamiento antirretroviral de
gran actividad (Targa). El paracetamol, para la fiebre y dolor de cabeza.
EPILEPSIA
La epilepsia es un trastorno neurológico provocado por el aumento de la actividad
eléctrica de las neuronas en alguna zona del cerebro. La persona afectada puede sufrir
una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva. A
esto se le llama "ataque epiléptico".
Para considerar epiléptico a alguien, los ataques deben repetirse con cierta frecuencia
(ataques recurrentes). La epilepsia tiene su origen en unos cambios breves y repentinos
del funcionamiento del cerebro; por esta razón, se trata de una afección neurológica.
Epidemiología
Los casos de epilepsia en España alcanzan los 400.000 afectados, según datos de la
Sociedad Española de Neurología (SEN). Cada año, entre 12.400 y 22.000 personas
presentan el trastorno por primera vez. Es la segunda causa de consulta ambulatoria
neurológica después de las cefaleas.
De todos los afectados por epilepsia, un 25 por ciento sufre de epilepsia
farmacorresistente; en ocasiones se puede recurrir a intervenciones quirúrgicas para
mejorar su pronóstico. Para tratar a estos pacientes hay unidades de cirugía de la
epilepsia en España que realizan cerca de 200 intervenciones al año.
Además, existen 26.000 casos de pacientes epilépticos diagnosticados con discapacidad,
de los cuales solo el 25 por ciento se encuentra en situación laboral activa. De ellos,
18.000 sufren limitaciones en el trabajo y 12.000 tienen dificultades para desplazarse a su
centro laboral.
A nivel mundial se estima que hay cerca de 50 millones de personas con epilepsia,
mientras que en Europa afecta a unos 6 millones de habitantes y se registran unos
400.000 nuevos casos cada año.
Urgencias médicas y coste de la epilepsia
Las crisis epilépticas representan entre el 1 y el 2% de las urgencias médicas (el 1% en
adultos y el 2% en niños) y son la segunda causa de asistencia neurológica en
emergencias, la segunda causa también de consulta ambulatoria neurológica y la tercera
causa neurológica de hospitalización, no solo por la presencia de crisis epilépticas sino
por los accidentes derivados.
A partir de datos ofrecidos por la SEN, la mitad de los pacientes viven estigmatizados, su
expectativa de vida está reducida entre 2 y 10 años y su tasa de mortalidad es de dos a
tres veces mayor que la de la población general. Asimismo, el 60% de los pacientes
asocian trastornos psiquiátricos, neurológicos o intelectuales, lo que hace que el número
de pacientes con discapacidad por epilepsia en edad activa en España supere las 26.000
personas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la epilepsia
es la segunda enfermedad neurológica en años de vida potencialmente perdidos o vividos
con discapacidad.
Por otro lado, en Europa, el coste total de la epilepsia se estima en 20 billones de euros
por año, representado el tratamiento farmacológico solo un 3%. En España, el coste
medio anual de los recursos utilizados por un paciente resistente a los fármacos ronda los
7.000 euros.
Síntomas
En el estado epiléptico (status epilepticus), el más grave de los trastornos convulsivos, las
convulsiones no se detienen. El estado epiléptico es una urgencia médica porque la
persona tiene convulsiones acompañadas de intensas contracciones musculares, no
puede respirar adecuadamente y tiene extensas (difusas) descargas eléctricas en el
cerebro. Si no se procede al
tratamiento inmediato, el corazón y el cerebro pueden resultar permanentemente
lesionados y puede sobrevenir la muerte.
Tratamientos
Un diagnóstico cuidadoso y exacto del tipo de epilepsia que padece el enfermo es
fundamental para encontrar un tratamiento efectivo. Hay muchas formas diferentes de
tratar la epilepsia. Los tratamientos actuales pueden controlar los ataques, al menos
durante cierto tiempo, en aproximadamente un 80% de los pacientes con epilepsia. Sin
embargo el 20% restante de los pacientes epilépticos tienen ataques que no se pueden
tratar adecuadamente con los medios disponibles actualmente, por lo que se hace
absolutamente necesario una mejora en los tratamientos o la aparición de otros nuevos.
La duración del tratamiento variará en función de cada paciente y del tipo de epilepsia que
padezca. En algunos casos puede durar unos pocos años, mientras que para algunos
pacientes tendrá que someterse al tratamiento de manera indefinida.
Las posibilidades de tratamiento de la epilepsia son la medicación, la cirugía y una dieta
alimenticia específica. La mayoría de las veces, lo que se aplica es una combinación de
las dos o de las tres modalidades.
Cuidados
Evite los factores desencadenantes.
Procure llevar un calendario de crisis y una lista de los medicamentos con las
dosis prescritas.
Acuda de forma periódica a su médico para controles hemáticos y niveles
plasmáticos de medicación.
No abandone jamás por su cuenta el tratamiento antiepiléptico
Fármaco
Actualmente, hay un gran número de medicamentos para personas epilépticas,
cada uno de los cuales es apropiado para los diferentes tipos de ataques. La
medicación para la epilepsia tiene una condición muy importante. Más que en
ningún otro caso, se deben seguir al detalle las instrucciones que dé el médico,
referentes a cómo tomar los fármacos, el momento del día, acompañados de la
ingestión de alimentos o no... La razón principal es que lo primero es lograr que el
organismo alcance un nivel general favorable a la prevención de este trastorno.
Posteriormente, la elección de otros medicamentos y sus dosis se tienen que ir
ajustando a las condiciones de cada persona afectada. Se considera que el
paciente "está curado" de las crisis convulsivas cuando se ha logrado un control
completo de las crisis durante un período mayor de 2 años.
El período de mayor riesgo de recaídas en las crisis son los primeros 6 meses
después de suspender la medicación. Algunos factores que aumentan la
posibilidad de reaparición de las crisis después de un control completo están
relacionados con:
Período prolongado de crisis convulsivas (más de 6 años) antes de lograr el
control completo de estas.
Crisis frecuentes, más de dos por mes, antes de lograr el control completo.
Déficit neurológico evidente.
Discapacidad intelectual.
Crisis convulsivas mixtas.
Descargas convulsivas persistentes en el electroencefalograma al finalizar el
período de dos años de control de las crisis.
Para la mayoría de pacientes epilépticos, los ataques pueden ser controlados con
un único medicamento, administrado en la dosis y forma adecuadas. Debido a que
la combinación de varios medicamentos amplifica los efectos secundarios, solo se
prescribe en aquellos casos en que el control de los ataques es imposible con un
único medicamento.
PARKINSON
La enfermedad de Parkinson consiste en un desorden crónico y degenerativo de una de
las partes del cerebro que controla el sistema motor y se manifiesta con una pérdida
progresiva de la capacidad de coordinar los movimientos, entre otros Síntomas. Se
produce cuando las células nerviosas de la sustancia negra del mesencéfalo, área
cerebral que controla el movimiento, mueren o sufren algún deterioro.
Presenta varias características particulares: temblor de reposo, lentitud en la iniciación de
movimientos y rigidez muscular.
La enfermedad de Parkinson es una patología crónica y neurodegenerativa que afecta en
España a unas 120.000-150.000 personas. Es la segunda enfermedad neurodegenerativa
más frecuente después del Alzheimer.
Síntomas
Los primeros Síntomas de la enfermedad de Parkinson son leves y se van haciendo cada
vez más notorios con el paso del tiempo. El cuadro inicial típico registra dolores en las
articulaciones, dificultades para realizar movimientos y agotamiento. La caligrafía también
empieza a cambiar y se torna pequeña e irregular. En el 80 por ciento de los pacientes los
Síntomas comienzan en un solo lado del cuerpo y luego se generalizan. Asimismo, el
carácter varía en los primeros estadios, por lo que es habitual la irritabilidad o la depresión
sin causa aparente. Todos estos Síntomas pueden perdurar mucho tiempo antes de que
se manifiesten los signos clásicos que confirman el desarrollo de la enfermedad.
Tratamiento quirúrgico
La cirugía pretende actuar sobre la parte dañada del cerebro. Sólo está indicada en un 5
por ciento de los pacientes y es efectiva si están bien seleccionados. Los criterios de
inclusión para intervención quirúrgica contemplan incapacidad funcional muy grave,
ausencia de demencia, edad inferior a 70 años y diagnóstico confirmado. Entre las
técnicas quirúrgicas que se utilizan para aliviar los Síntomas de Parkinson se encuentra la
palidotomía y la estimulación eléctrica.
Las dos técnicas son efectivas y su elección se hace en función de la dependencia clínica
del paciente. Los beneficiarios son los pacientes con discinesias causadas por la
medicación o con enfermedad avanzada que no responden bien al tratamiento
farmacológico.
Subtalamotomía
Otra técnica consiste en eliminar la zona del cerebro dañada mediante la implantación de
un marcapasos en el área afectada para generar un campo eléctrico. La subtalamotomía
también podría convertirse en una técnica alternativa a la estimulación cerebral profunda
en los casos que no responden a los fármacos y que no son buenos candidatos para la
implantación de los electrodos por rechazo psicológico u otros motivos. Por otra parte, en
la actualidad se trabaja en la aplicación de una cirugía bastante controvertida que consiste
en el implante de células fetales en el cerebro, es decir, sustituir las células muertas por
otras sanas. Según los últimos estudios, esta técnica mejora la función cerebral y motora
en los parkinsonianos.
Rehabilitación física
Uno de los aspectos más importantes del tratamiento de la enfermedad de Parkinson
consiste en el mantenimiento del tono muscular y de las funciones motoras, por lo que es
esencial la actividad física diaria. También hay ejercicios determinados que pueden
ayudar a mantener la movilidad de los miembros y fortalecer los músculos que
generalmente se ven más afectados.
Para hombros y brazos: Encoger los hombros hacia arriba y descansar. Mover los
hombros dibujando un círculo hacia delante y hacia atrás. Colocar las manos en la nuca y
llevar el codo hacia atrás y hacia delante. Intentar alcanzar la espalda con la mano. Elevar
y bajar los brazos lo máximo posible. Tumbado, y con una barra entre las manos, llevar
los brazos hacia atrás y hacia delante.
Para las manos: Mover las muñecas describiendo un círculo hacia un lado y hacia otro.
Con los codos presionando el abdomen y las palmas de la mano hacia arriba, cerrar y
abrir la mano.
Para el cuello: Sentado en una silla y con la espalda recta, mover la cabeza hacia
adelante hasta tocar el pecho y hacia atrás. Girar la cabeza hacia la derecha y la
izquierda.
Para las piernas: Sentado, levantar una pierna y colocar el tobillo sobre la rodilla de la
pierna opuesta. En esta posición, empujar la pierna flexionada hacia abajo. Sentado en
una silla, elevar y bajar las piernas imitando el movimiento que se realiza al caminar.
Para los pies: Apoyar la planta de los pies en el suelo y levantar y bajar las puntas con
rapidez. Con las plantas de los pies apoyadas en el suelo, elevar los talones y bajarlos
golpeando el suelo con fuerza.
Levantar y estirar la pierna y mover los pies describiendo un círculo hacia la derecha y
hacia la izquierda. De pie, elevarse sobre la punta de los pies, apoyar los talones en el
suelo y levantar las puntas de los pies.
FÁRMACOS
evodopa + Carbidopa Sinemet Normal®, Sinemet retard®, Sinemet Plus®,
Sinemet Plus retard®
Levadopa + Benserazida Madopar®, Madopar Retard®
Levodopa+ Carbidopa + Entacapone Stalevo®
Tratamiento
Reemplazo de la hormona tiroidea
El tratamiento implica suplir el déficit de hormona tiroidea escogiendo una de entre varias
preparaciones orales. La forma preferida de reemplazamiento hormonal es la T4 sintética
(levotiroxina). Otra forma es la hormona tiroidea desecada (seca), que se obtiene de las
glándulas tiroideas de animales, si bien ya no se emplea a menudo. En general, la
hormona desecada es menos satisfactoria que la T4 sintética, porque el contenido de
hormonas tiroideas presente en cada comprimido es variable. En caso de urgencia, como
ocurre en el coma mixedematoso, se administran T4 sintética, T3 (triyodotironina), o
ambas, por vía intravenosa.
El tratamiento comienza con pequeñas dosis de hormona tiroidea, ya que una dosis
demasiado alta puede producir efectos secundarios graves, aunque las dosis altas
pueden llegar a resultar necesarias. La dosis inicial y la tasa de aumento son
especialmente pequeñas a edad avanzada, ya que el riesgo de padecer efectos
secundarios es mayor. La dosis se aumenta de forma gradual hasta que la concentración
de la TSH en la sangre vuelvan a normalizarse. Las dosis deben ajustarse durante el
embarazo.
Cuidados
Consumir yodo. Al ser el elemento que regula la energía del cuerpo y el
crecimiento, es indispensable incluirlo en la dieta. ...
Tomar lácteos. Los problemas con la tiroides tienden a debilitar los huesos. ...
Tomar té. ...
Hacer ejercicio. ...
Evitar los estimulantes. ...
Dormir bien. ...
Controlar la soya
DIABETES MELLITUS
La diabetes mellitus es un trastorno en el que la glucemia (concentración de azúcar o
glucosa en sangre) es excesivamente alta porque el organismo no produce suficiente
insulina para satisfacer su propia demanda.
La micción y la sed aumentan y se adelgaza sin pretenderlo.
La diabetes causa daños neurológicos y sensibilidad alterada.
También daña los vasos sanguíneos e incrementa el riesgo de infarto de miocardio, de
accidente cerebrovascular (ictus, infarto cerebral, derrame cerebral), de enfermedad renal
crónica y de pérdida de visión.
El diagnóstico se realiza midiendo la glucemia.
Las personas con diabetes deben seguir una dieta saludable que sea baja en
carbohidratos refinados (incluido el azúcar), grasas saturadas y alimentos procesados.
También necesitan practicar ejercicio y, por lo general, tomar medicamentos que
reduzcan la glucemia.
La diabetes mellitus es un trastorno en el cual la cantidad de azúcar en la sangre es más
elevada de lo normal. Se suele utilizar el término «diabetes mellitus», y no sencillamente
«diabetes», para designar esta enfermedad con el fin de distinguirla de la diabetes
insípida. La diabetes insípida es un trastorno relativamente poco frecuente que no afecta
a la glucemia, pero que también origina un mayor volumen de orina (poliuria).
Síntomas
Los dos tipos de diabetes pueden producir Síntomas muy similares si la concentración de
glucosa en sangre es significativamente elevada.
Los Síntomas de hiperglucemia (niveles sanguíneos de glucosa elevados) incluyen
Aumento de la sed
Aumento de la micción
Aumento del hambre
La glucosa pasa a la orina cuando su concentración sanguínea aumenta de 160
mg/dL a 180 mg/dL (8,9 a 10,0 mmol/L). Si la concentración de glucosa en la orina
alcanza valores incluso más altos, los riñones secretan una cantidad adicional de
agua para diluir la abundancia de glucosa. Dado que los riñones producen
demasiada orina, existe poliuria (micción abundante y frecuente), que, a su vez,
provoca polidipsia (sed excesiva). Puede haber adelgazamiento debido a la
pérdida excesiva de calorías en la orina. A modo de compensación, se siente un
hambre exagerada.