Ministros de La Sagrada Comunion

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MINISTROS ORDINARIOS Y EXTRAORDINARIOS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

Los ministros ordinarios de la Sagrada Comunión son los Obispos, Sacerdotes y Diáconos. Estos
son los ministros ordinarios, que distribuyen la Sagrada Comunión en virtud de su ordenación.
"Pertenece ante todo al sacerdote y al diácono administrar la comunión a los fieles que la
pidan. Mucho conviene, pues, que a este ministerio de su orden dediquen todo el tiempo
preciso, según la necesidad de los fieles".
El rol de un Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión no reemplaza el rol de un ministro
ordinario, pero lo complementa con carácter provisional (Redemptionis Sacramentum, 151).
Cuando un número suficiente de ministros ordinarios están presentes para la distribución de la
Sagrada Comunión, los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión no deben servir en la
distribución de la Santa Comunión. El término "Ministro de la Eucaristía" se refiere a aquellos
que celebran y realizan el Sacramento de la Eucaristía in persona Christi. Como tal, sólo se
aplica a los obispos y sacerdotes.

Procedimientos Pastorales
La determinación de la necesidad de los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión
debe ser hecha por el pastor de la parroquia. En una escuela o centro de la salud, esta decisión
es hecha por el capellán católico, en consulta con el decano. Dos áreas de necesidad deben ser
consideradas:
A. La de facilitar la distribución de la Sagrada Comunión en la Misa los domingos y los días
de semana para que el rito de la comunión no se convierta indebidamente
prolongado;
B. La de proporcionar la Santa Comunión con regularidad, sobre todo después de la misa
del domingo, para los enfermos y los que están confinados a sus hogares o
instituciones alrededor de la parroquia.

La Necesidad de Ministro Extraordinarios En La Misa

La Instrucción Redemptionis Sacramentum establece que los Ministros Extraordinarios de la


Sagrada Comunión pueden servir durante la misa cuando un "sacerdote o diácono no esté
presente, cuando el sacerdote este impedido por enfermedad, edad avanzada o alguna otra
razón genuina, o cuando el número de fieles que se acercaran a la comunión es tan grande,
que la propia celebración de la Misa sería indebidamente muy prolongada "(158). En estos
casos, es conveniente que los ministros extraordinarios de la comunión sirvan. Los ministros
extraordinarios de la sagrada comunión no deben servir cuando solamente habrá una breve
prolongación de la misa (Redemptionis Sacramentum, 158).
En la práctica, la necesidad de evitar el obscurecer el rol del sacerdote y del diácono como
ministros ordinarios de la Sagrada Comunión por un uso exceso de ministros extraordinarios.

El cuidado pastoral de los enfermos dirige a los pastores a proveer frecuentemente la


recepción de la Sagrada Comunión a los enfermos y ancianos (72). Estas personas tienen
derecho a visitas periódicas por parte de Sacerdotes, quienes además de traer la Santa
Comunión pueden ofrecer el sacramento de penitencia y unción de los enfermos, trayéndole
mayor comodidad y ayuda espiritual. Se le puede pedir a los Ministros Extraordinarios de la
Sagrada Comunión ayudar a los Sacerdotes y Diáconos de una parroquia en servicio a los
enfermos y aquellos postrados en sus hogares. Esta necesidad de Ministros Extraordinarios de
la Comunión. Es particularmente apropiado que la sagrada comunión sea llevada a los
enfermos después de la. El Domingo, sin embargo, es un día, en el que por sus muchos
ministerios pastorales se le puede dificultar al Sacerdote o Diacono llevar la comunión a los
Enfermos en su hogar o centro de salud. Ministros Extra-ordinarios pueden servir en estas
circunstancias también.

Pbro. Rolando Jiménez Gómez


Enfermos y a los postrados en sus hogares
Cuando los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión son enviados de una parroquia a
la casa de un enfermo o una institución de cuidado de la salud, los siguientes procedimientos
deben ser considerados:
1. El Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión debe ser enviado por la parroquia o
institución con el porta viatico en el que llevará la Eucaristía, así como una copia del
Rito de la Comunión de los Enfermos.
2. Un sacerdote u otro custodio de la llave para el tabernáculo debe colocar el número
requerido de hostias en el copón para el Ministro Extraordinario de la Sagrada
Comunión. Si esto se lleva a cabo durante la misa, el Ministro Extraordinario de la
Sagrada Comunión debe permanecer para la bendición final. No es necesario tener un
rito especial para él envió. Los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión no
deben presentar su porta Viático durante la procesión de la Comunión en la Misa,
porque puede pasar que el Ministro que está distribuyendo la sagrada Comunión
pueden no estar familiarizados con los que tienen el mandato como Ministros
Extraordinarios de la Sagrada Comunión.
3. El Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión debe proceder directamente a la
casa o centro de salud, sin hacer paradas extrañas o dejar recados, etc. El viaje desde
la iglesia a los enfermos se debe considerar un tiempo de oración y silencio. Si el
Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión viaja en coche, es conveniente
abstenerse de escuchar la radio, conversaciones telefónicas innecesarias mientras se
encuentre la Eucaristía en su presencia.
4. Los que están con los enfermos deben preparar una mesa adecuada, cubierta con un
paño. Las velas también deben ser proveídos, excepto en casos en los que se prohíban
las llamas abiertas.
5. Después de llegar a su destino, el Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión
debe saludar a la persona enferma y a sus amigos o miembros de la familia de manera
cálida y amable. El Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión debe estar bien
informado en cuanto se refiere al rito ordinario de la Comunión a los enfermos, es
apropiado y cuándo se debe utilizar el rito más corto de la Comunión en un hospital o
institución. El conversar y el socializar debe hacerse después de que el enfermo haya
recibido la Eucaristía.
6. Al concluir el rito, el Ministro Extraordinario debe asegurar que la persona enferma y
los que también se reunieron hayan recibido las oraciones de la comunidad. Después
de despedirse de la persona enferma, el Ministro Extraordinario de la Sagrada
Comunión debe regresar de inmediato a la Iglesia con cualquier hostia sagrada que
haya quedado o para la institución de donde fue enviado el Ministro Extraordinario de
la Sagrada Comunión. Si esto no es posible las hostias deberían ser consumidas
reverentemente por el Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión. El porta
viatico debe ser purificado por el Ministro Ordinario de la Sagrada Comunión. Las
Hostias nunca deben guardarse en el porta viatico para empleadas en el futuro.

¿Cuál es el protocolo correcto a seguir cuando una persona enferma no puede Consumir la
Hostia? Si una persona enferma no puede consumir una pequeña hostia completamente, un
pedazo más pequeño puede ser dado a él / ella. Un vaso de agua puede ser proporcionado
para ayudar a la persona a consumir la hostia. Si la hostia es rechazada por la persona, se debe
envolver en un purificador, y llevada a la iglesia o capilla de la que se envió el Ministro
Extraordinario de la Sagrada Comunión. Allí, un sacerdote o diácono debe disolver la hostia en
un pequeño recipiente con agua. Una vez disuelta, esta agua debe ser arrojada en el lavabo de
la Sacristía.

Pbro. Rolando Jiménez Gómez


¿Es apropiado que un Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión se acerque al altar y
se dé la Comunión a sí mismo? No. La Eucaristía siempre debe ser administrada, no se puede
recoger y recibir por los que comulgan individuamente.

¿Cuál es el procedimiento correcto a seguir cuando una hostia consagrada se cae o la


Preciosa Sangre se derrama? Si una hostia consagrada o cualquier partícula se cae, se deben
recoger con reverencia; y si algo de la Preciosa Sangre se derrama, la zona donde ocurrió el
derrame se debe lavar con agua, y recoger el agua con paño limpio, y este paño después
ponerlo a remojar en un recipiente digno y el resto de agua tirarlo en un lugar digno (macetas
donde no escarben los animales), en caso de que se cae una forma grande, esto se pone a
remojar en un vaso digno, hasta que se desintegre y lo mismo se vierte en una maceta digna.

Pbro. Rolando Jiménez Gómez

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