Antonio Nariño
Antonio Nariño
Antonio Nariño
Antonio Nariño
En 1793 tradujo e imprimió la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano que
había proclamado la Revolución francesa, y poco después varios panfletos con sus propias
ideas revolucionarias; por todo ello fue condenado a presidio en el norte de África, pero
consiguió escapar y refugiarse en París (1796).
¿Por qué la máxima autoridad del Nuevo Reino de Granada, el virrey José de
Ezpeleta (ibérico), y la máxima autoridad de la ciudad de Santafé, el regidor alcalde
Antonio Nariño (criollo), arriesgaban sus altas posiciones, sus personas e incluso
sus vidas al efectuar una acción contraria a lo dispuesto y ordenado por Su
Majestad? Nariño y Ezpeleta estaban ligados entre sí por el juramento masónico,
pues ambos eran miembros de la masonería, y como tales, obraban en
cumplimiento de una misión que era divulgar el conocimiento de los Derechos del
hombre y del ciudadano.
Ezpeleta le facilitó a Nariño el texto de los 17 artículos. Nariño los tradujo y los
publicó en suImprenta Patriótica el domingo 15 de diciembre de 1793. Aunque
hubiera podido hacerlo varios meses atrás, aguardaron hasta que estuvo listo en
todo el reino (que incluía las actuales repúblicas de Colombia, Venezuela y Ecuador)
el mecanismo de distribución clandestina del impreso titulado Declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano.
La importancia del papel es intrínseca; pero, además, era la primera vez que se
publicaba en castellano y por consiguiente constituía un documento novedoso como
el que más en las colonias y en la misma península. No obstante que los oidores de
la Real Audiencia fueron incapaces de encontrar un ejemplar que pudiera servirles
como cuerpo del delito para acusar a Nariño y a sus presuntos cómplices, el libelo
titulado Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, traducido al
español e impreso por el santafereño Antonio Nariño, recorrió en pocos meses la
América del Sur y les dio a los movimientos independentistas del continente el
sustento ideológico que habían estado buscando para cohesionarse.
"Para que el público juzgue los 17 artículos de 'Los derechos del hombre' que me
han causado los 16 años de prisiones y de trabajos que se refieren en el
antecedente escrito, los inserto aquí al pie de la letra, sin necesidad de advertir que
se hicieron por la Francia libre y Católicaporque la época de su publicación lo
está manifestando. Ellos no tenían ninguna nota que hiciese la aplicación a nuestro
sistema de aquel tiempo; pero los tiranos aborrecen la luz y al que tiene los ojos
sanos".
4 La libertad consiste en poder hacer todo lo que no dañe a otro; así el exercicio de
los derechos naturales de cada hombre no tiene más límites que los que aseguran a
los otros miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos. Estos límites
no se pueden determinar sino por la Ley.
5 La Ley no puede prohibir sino las acciones dañosas a la sociedad. Todo lo que no
es prohibido por la Ley no puede ser impedido, y nadie puede ser obligado a hacer
lo que ella no manda.
7 Ningún hombre puede ser acusado, detenido, ni arrestado sino en los casos
determinados por la ley, y según las fórmulas que ella ha prescripto. Los que
solicitan, expiden, executan o hace executar ordenes arbitrarias, deben ser
castigados; pero todo Ciudadano llamado, ó cogido en virtud de la ley, debe
obedecer al instante: él se hace culpable por la resistencia.
10 Ninguno debe ser inquietado por sus opiniones, aunque sean religiosas, con tal
de que su manifestación no turbe el orden público establecido por la ley.1
12 La garantía de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, necesita una fuerza
pública: esta fuerza, pues, se instituye para la ventaja de todos, y no para la
utilidad particular de aquellos a quienes se confía.
14 Todos los Ciudadanos tienen derecho de hacerse constar, o pedir razón por sí
mismos, ó por sus Representantes, de la necesidad de la contribución pública, de
consentirla libremente, de saber su empleo, y de determinar la qüota, el lugar, el
cobro y la duración.