Economia Politica
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Economia Politica
Huanuni
F.p.s.
HUANUNI-ORURO-BOLIVIA
UNIVERSIDAD NACIONAL
SIGLO XX- HUANUNI
Economía
política
DOCENTE: LIC. CARLOS C. CHUMACERO
GONZALES
UNIVERSITARIOS:
ANTONIO ALEGRE moises
ACHO PACHECO JOSE ALBERTO
CrISPIN MAMANI PEDRO LUIS
HUANUNI-31-05-2021
EL COMERCIO EN LA
ECONOMIA DE
BOLIVIA
PRINCIPALES SECTORES DE LA ECONOMÍA
1.SECTOR PRIMARIO
Sector agropecuario: La producción agrícola boliviana es muy dependiente de
las condiciones climáticas y en especial de las precipitaciones, dado que muy
poco del terreno en cultivo es de regadío. El peso de este sector en el PIB ha
caído gradualmente, desde un 30% del total en 1960 hasta un 11,5% en 2018,
que fue un período de recuperación de la sequía y de adaptación al cambio
climático, que permitió mejorar técnicas agropecuarias y buena producción,
principalmente de los productos agrícolas No Industriales, Industriales y
pecuarios. La inversión pública, seguida de iniciativas privadas en proyectos de
riego, mejoramiento genético en semillas y pecuaria, logró revertir en cierta
medida los efectos adversos de 2016.
En la actualidad existen dos agroindustrias de gran importancia para el país: la
industria de las oleaginosas (principalmente soja y girasol), que produce aceite
vegetal y tortas, que son a su vez la base de la industria de alimentos
balanceados, y la industria azucarera, que produce azúcar de caña y derivados
(como por ejemplo, el alcohol). Otros productos importantes son: maíz, sorgo,
trigo, arroz, algodón, palmito, castaña, café, quinoa, sésamo, frijol, algodón,
vino y carnes de bovino y de llama, entre otros. El sector piscícola también es
un sector atractivo, con la creciente instalación de criaderos en la parte oriental
del país.
.
La superficie utilizada para la producción agrícola pasó de 1,1 millones de
hectáreas en 1980 a 3,58 millones de hectáreas en 2018, lo cual implica una
tasa de crecimiento de 225% en todo el periodo, y una tasa de crecimiento
promedio anual superior al 3%.
Según estadísticas del INE y del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, a
partir de la gestión 2011-2012 la frontera agrícola nacional se expandió
considerablemente, pero sin aprovechar la gran cantidad de territorio adecuado
para la producción agropecuaria, quedando más del 60% sin explotar. En la
gestión 2015–2016, más de productos incrementaron su superficie cultivada
respecto al período inmediato anterior, sin embargo, el trigo, girasol, soya,
sorgo en grano y caña de azúcar representaron el 93,78% de ese incremento.
A pesar de las buenas condiciones del país para convertirse en uno de los
referentes en el ámbito de la agricultura, el sector se desarrollado de forma
irregular y se ha enfrentado a numerosos problemas que han dificultado su
pleno desarrollo. No obstante, esta situación ha comenzado a revertirse,
gracias a un notable proceso de transformación basado en el uso de la
tecnología, lo que ha incrementado de manera considerable los niveles de
productividad agrícola en algunas zonas de Bolivia.
Ante la difícil situación del sector agropecuario, el Gobierno ha emitido varios
decretos para reducir las consecuencias de estos fenómenos climáticos, como
la reprogramación de las deudas financieras; establecimiento de arancel cero
para las importaciones de maquinaria, semillas y fertilizantes; y la compra por
parte de la Empresa de Apoyo a la Producción de
Alimentos (EMAPA) del maíz producido en Bolivia a un precio preferencial.
Sector Hidrocarburos: durante los últimos años este sector se ha caracterizado
por la poca capacidad de respuesta ante una creciente demanda de gas natural
tanto en el mercado interno como en el externo. Esto ha supuesto el
desaprovechamiento del buen momento que brindaban los altos precios
internacionales de este carburante, que crecieron de manera sostenida hasta el
año 2014 cuando comenzaron a descender de forma drástica. Bolivia exporta
gas natural a Brasil desde el año 1999 (con un volumen máximo de 31
MMmcd) y a Argentina desde el año 2007
(con un volumen máximo de 23,4 MMmcd).
En la última década, el sector ha sufrido una serie de reformas legales: Ley de
Hidrocarburos Nº 3058; Decreto Supremo 28701 (de Nacionalización del
sector); y la suscripción de los nuevos Contratos de Operación. Dentro del
marco normativo actual, el Estado asume el control de toda la cadena
productiva del sector de hidrocarburos, siendo las empresas petroleras
prestadoras de servicios, y se generan más recursos para el Estado por
concepto de regalías, impuestos y participaciones. La Resolución Ministerial
255/2006 establece el siguiente orden de prioridad en la asignación de
volúmenes de gas natural: mercado interno, volumen de exportación
comprometido a Brasil y volumen de exportación comprometido a Argentina.
Sector minero: la minería ha sido uno de los sectores que más ha impulsado el
desarrollo de la economía boliviana con una aportación promedio al PIB en la
última década del 5% según datos del Ministerio de Minería y Metalurgia y del
Instituto Nacional de Estadística. El sector registró un crecimiento del 1,9% en
2018 asociado sobre todo al notable aumento de la producción de zinc,
antimonio, wolfram y oro. El metal con mayor nivel de producción en Bolivia es
el zinc con 519.369 toneladas métricas (TM) en 2018, seguido por el plomo y el
estaño con unos volúmenes de 112.000 y 17.000 TM respectivamente. La
extracción de plata no supera las 1.200 TM pero debido al precio más elevado
que tiene este mineral aporta un valor en dólares relativamente cercano al del
zinc.
Se estima que solo el 35% del territorio boliviano ha sido prospectado, por lo
que existe un gran potencial en todas las etapas de la cadena de valor minera y
metalúrgica: prospección, exploración, concentración, refinación, fundición,
industrialización y comercialización con agregación de valor. A pesar del gran
potencial mineralógico de Bolivia, apenas se efectuaron trabajos de exploración
en las últimas décadas, por lo que no existen datos oficiales sobre reservas
globales de los recursos mineros del país. Hay que destacar que el riesgo en el
sector ha aumentado debido a la creciente toma de minas.
El sector se encuentra en una expansión desde las zonas mineras
tradicionales hacia las tierras bajas del oriente y con una necesidad urgente de
industrialización. Adicionalmente, los precios internacionales se están
mostrando volátiles debido a la incertidumbre en el contexto internacional y
podrían suponer una amenaza para el desarrollo del sector.
2. SECTOR SECUNDARIO
Sector manufacturero: la Industria Manufacturera es una de las actividades
económicas con mayor participación en el Producto Interno Bruto del país, con
una participación del 10,4% en 2018. Por subsectores, destacó el fuerte
crecimiento de otras industrias, 7,3% y de las industrias de alimentos, bebidas
y tabaco que se expandieron en 3,9% en 2018. En relación a otras industrias,
existió un notable desempeño de la actividad de substancias y productos
químicos, que se expandió en 45,2% en 2018, como consecuencia de la
introducción de nuevos productos como la urea, el cloruro de potasio y el
alcohol anhidro. Ello se produjo en el marco de la política de industrialización
de hidrocarburos y recursos evaporíticos (en los casos de la urea y el cloruro
de potasio) así como por el acuerdo del gobierno con el sector privado para la
producción de biocombustibles (en el caso del alcohol anhidro).
El sector manufacturero ha estado caracterizado tradicionalmente por su bajo
nivel de desarrollo tecnológico, producido por la escasez de capital humano
cualificado, tecnología, investigación y desarrollo, y el bajo valor agregado en la
producción. Ello es consecuencia de la ausencia de aspectos institucionales
que incentiven la formación de capital social, que disminuya los grados de
corrupción, que proteja con efectividad los derechos propietarios y que premie
la productividad y la excelencia.
En la actualidad, la estrategia de desarrollo productivo establecida por el
Gobierno se basa en la transformación y la agregación de valor a los recursos
naturales, considerando tanto la sostenibilidad ambiental, como la satisfacción
equilibrada de las necesidades humanas, individuales y colectivas. Por lo tanto
se persigue un cambio estructural en el sector basado en la transformación
tecnológica, aumento de la productividad y diversificación productiva, para
aumentar el ingreso en los sectores productivos que concentran la mayor parte
de la fuerza de trabajo.
Sector construcción: en los últimos años la construcción alcanzó un crecimiento
del 10,6% en 2013,del 7,8% en 2014, del 5,4% en el año 2015 y del 7,8% en
2016, atravesando el sector un período de auge o “boom inmobiliario” tanto en
edificaciones residenciales y no residenciales como en otras infraestructuras.
En los años 2017 y 2018 el sector continuó creciendo, siendo una actividad
muy importante en el país con una aportación al PIB del 3% y del 2,9%
respectivamente. Las ciudades de Cobija y Cochabamba lideraron la cantidad
de permisos de construcción aprobados, mientras que se produjo una
disminución en Tarija, Potosí, La Paz y Santa Cruz.
El coste de la construcción creció un 1,2% en 2016, manteniéndose el
crecimiento en los precios de los materiales de construcción. El factor con más
incidencia en los costos de la construcción es la remuneración de la mano de
obra, que se ha triplicado en La Paz entre 2005 y 2016.
La expansión acelerada del crédito a la construcción, al existir determinadas
metas legales en la composición de la cartera de los bancos, podría derivar en
una eventual sobreoferta de bienes inmuebles en el país. Existen dudas si el
mercado inmobiliario actual responde al crecimiento de la demanda real de
vivienda o se trata de una oferta especulativa que podría entrañar graves
riesgos al sector.
3. SECTOR TERCIARIO
El sector servicios se encuentra poco desarrollado en Bolivia, aunque su
aportación al PIB es importante en términos relativos debido al peso de la
actividad de transporte y almacenamiento relacionada con los hidrocarburos y
al peso del sector público. Una actividad económica con potencial para la
posible captación de divisas sería el turismo, aunque la falta de promoción
turística y de una política que integre a los municipios, gobernaciones y
población afecta negativamente a este sector en su desarrollo.
1 comercio tradicional
2 comercio Tradicional en
expansión
El comercio tradicional es un sistema de venta en el que el comprador
tiene que acudir al vendedor para que le muestre, le aconseje, le ofrezca
y le entregue los productos que le pide, ya que éstos se encuentran
separados del cliente por un
El showrooming
Se trata de una práctica, extendida en todo el mundo, que consiste en
que los clientes de una tienda física ven, tocan y prueban los productos y
luego los compran más baratos por Internet. Muchos consumidores,
toman fotografías de los propios productos para buscarlos en internet La
evolución de esta práctica es debida sobre todo a:
La amplia información que el cliente final encuentra Internet y la rapidez de
búsqueda.
Recomendación social, las redes sociales hacen que los usuarios
compartan información, experiencias y opiniones en tiempo real sobre
productos y servicios, por ello, la recomendación de tiendas online ha
crecido en los últimos años al ser más baratas que las tradicionales e
igual de fiables.
Mercado virtual
Elimina los intermediarios.
La relación y el contacto se establece de forma
electrónica, es decir, no existe el trato presencial
entre el comprador y el vendedor,
El principal requisito de este tipo de comercio es que el
comprador disponga de un dispositivo con conexión a Internet.
La publicidad del producto llega al comprador de manera
rápida y abundante a través de la red, ya sea en páginas web o en
las redes sociales
Comercio interno:
Comercio exterior: